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30 Claves - 11 Gobierno Electrónico

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Treinta claves para entender el poder. Léxico de la nueva Comunicación Política, viene a llenar uno de los muchos huecos de la ciencia política mexicana. Un esfuerzo pionero por tomar el pensamiento político atrofiado, reflexionarlo en la realidad mexicana y concluir su viabilidad en un contexto determinado.Palabras Clave: Brecha digital, servicios online, transparencia, sociedad de la información, cibercultura, buen gobierno.

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“30 Claves para entender el poder”

Treinta claves para entender el poder. Léxico de la nueva Comunicación Política, viene a llenar uno de los muchos huecos de la ciencia política mexi-cana. Un esfuerzo pionero por tomar el pensamiento político atrofiado, reflexionarlo en la realidad mexicana y concluir su viabilidad en un contexto determinado.

Gobierno Electrónico

Definición

En el sitio del Banco Mundial, el término gobierno elec-trónico se define como el uso de las tecnologías de la informa-ción y la comunicación (TICs) para mejorar la eficiencia, efec-tividad, transparencia y rendición de cuentas del gobierno. En otras palabras, el concepto refiere la posibilidad que tiene cu-alquier instancia del gobierno para transformar y mejorar su relación con los ciudadanos, empresas y otras instancias de la administración pública.

Esto se logra a través de una serie de acciones y variedad de medios: mejores servicios, mayor interacción con las em-presas y ciudadanos, mayor acceso a la información, eficiencia en el manejo de recursos públicos y una administración más eficiente. Los beneficios potenciales se traducen en menos cor-

rupción, más transparencia y conveniencia, mayores ingresos y menores costos (Díaz y Sánchez, 2006).

En cuanto a la tecnología, la implantación de un go-bierno electrónico considera todos los formatos disponibles (datos, voz e imágenes) para almacenar, intercambiar y proce-sar información. De manera que no se contempla únicamente a la informática, sino también todo el rango disponible de tec-nologías en el ámbito de las telecomunicaciones, donde se in-cluye la telefonía.

Díaz y Sánchez (2006) agregan que la aplicación de esquemas de gobierno electrónico tiene que ver más con aspec-tos gubernamentales y de cambio organizacional que con la tecnología. Generar un modelo de servicio público en línea, equivale a diagramar el proceso, establecer tiempos, estudiar los cambios legales y de procedimientos, así como determinar los incentivos que tienen los usuarios para solicitar que un paquete de servicios públicos le sea suministrado por la vía digital.

Definición del servicio público online

Cuando se trata de un servicio público online, concebido de principio a fin, significa que cualquier ciudadano que req-uiere un servicio, sea un acta de nacimiento o defunción, real-izar el pago de su impuesto predial, asentar un cambio de domicilio en los registros oficiales, pagar multas, solicitar in-scripciones en concursos o licitaciones, recibir comprobantes de no adeudo, o el pago y la regularización de impuestos y derechos y, en general, cualquier asunto relacionado con el go-

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PALABRAS CLAVE

Brecha digital, servicios online, transparencia, sociedad de la información, cibercultura, buen gobierno.

bierno, puede obtener el servicio desde la comodidad de un punto de acceso (computadora, servicio de cable, o teléfono celular). Para cualquier servicio basta tener a la mano los da-tos del solicitante y un medio de pago electrónico para cubrir el costo del servicio y, cuando así se requiera, un cargo adi-cional por el franqueo y envío a domicilio.

En un esquema de e-gobierno los servicios públicos online se inscriben en la cultura de abatir los trámites convencionales, basados primordialmente en el uso de papel. Para garantizar-los se promueven diversas medidas relativas a la legislación y a la implantación de códigos de seguridad, encriptamiento de la información, firmas electrónicas y un amplio espectro de medios digitales. Se puede utilizar el escaner o, en el futuro, chips que confirmen la identidad, ya sea por el iris de los ojos o a través de lo que disponga el avance de la ciencia y la tec-nología.

En una horizonte marcado por el desciframiento del libro de la vida, la utlización más frecuente del ADN, el reconoci-miento en tiempo real de la voz y las huellas digitales, se re-plantea en todo el mundo el uso de la tecnología para dismi-nuir los trámites burocráticos del gobierno y sus códigos de se-guridad. Otra virtud no menos importante de los servicios púb-licos online es que dejan sin sustento que el trato en ventanilla sea el “rey del trámite”. Se suprimen los roces humanos, el ri-esgo de descortesías e, incluso, las arbitrariedades y la discre-cionalidad, situaciones propicias para la corrupción.

Fuera de los plazos fatales agregan Diaz y Sánchez (2006), cuando así lo marca la ley, el servicio público online no tiene por qué sujetarse a los horarios estrictos de oficina ni a la dis-crecionalidad de las horas de descanso o de consumo de ali-mentos. En estas oficinas virtuales “nunca se cierra” o dicho de otro modo “siempre se atiende”, algo que suena a utopía en América Latina. Se podría trabajar los 365 días y las 24 horas sin más obstáculos que dar mantenimiento a las redes.

Sin embargo, los impulsores de los servicios públicos online han señalado que estos no sustituyen a otros, se agregan a los servicios públicos proporcionados de manera convencional. No se trata de seguir una moda o gastar dinero de los con-tribuyentes creando nuevas necesidades, sino de atender en forma apropiada las peticiones insatisfechas por las vías tradi-cionales.

El ciudadano como centro de atención.

Cada hora más de 6 mil personas se conectan a Internet por primera vez en su vida. Es decir, cada minuto 100 perso-nas en el mundo tienen su primera experiencia con la World Wide Web. El contenido de la supercarretera de la informa-ción se incrementa en casi dos millones de páginas cada día. Los niños empiezan a transformarse de homo videns en homo ludens, al pasar menos horas frente al televisor (Sartori, 1998). La Internet define las nuevas generaciones y es el me-dio que ha crecido a mayor velocidad en todos los tiempos. Es-tas nuevas generaciones viven la transición de la sociedad in-dustrial a la nueva sociedad de la información.

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Drucker (1994) definió la cibercultura como un sistema de muchos puntos conectados a otros muchos puntos que por sí mismos no valen tanto como en su conexión total. La ir-rupción de la cultura digital ha dado pie a un grupo de pensa-dores y creativos a formular un salto de civilización que trans-forma la manera en que la sociedad, el gobierno y la economía funcionan como red y se ponen en contacto ideas con recur-sos.

El proceso civilizatorio que se abre obliga a pensar en términos de interconexiones, de procesos, de interrelaciones, de equipos de trabajo, de individuos que se conectan con otros miles o cientos de miles en segundos y la posibilidad de entrar a vías de intercambio de información y de recursos antes ini-maginables. Ante este panorama el gobierno no puede quedar ajeno.

De la misma manera en que tecnologías desarrolladas para propósitos militares han encontrado aplicaciones en el ámbito empresarial, es natural que tecnologías que han gen-erado un fuerte impacto en distintos ámbitos del quehacer de las sociedades debido a que han permitido mayor eficiencia y eficacia en el desarrollo de numerosos procesos, no queden al margen de la actividad gubernamental.

Hoy día, el gran desafío para la administración pública está en automatizar sus procedimientos, desarrollar y perfec-cionar bases de datos y bancos de información; coordinar y confrontar toda la información que posee; digitalizar los for-matos y requerimientos; aprovechar los servicios de

paquetería y de logística disponibles; convalidar y utilizar los servicios de firmas digitales, encriptamiento y procedimientos de seguridad y, sobre todo, abaratar y hacer accesibles todos los aspectos vinculados al servicio público.

Es evidente que todavía es reducido el segmento de ciuda-danos y de empresas que tienen acceso a las nuevas tec-nologías y que exigen la modernización y la innovación de los servicios públicos por la vía digital, pero también, agregan Díaz y Sánchez (2006), es claro que a corto plazo el grueso de la población demandará no quedarse al margen de la sociedad de la información que se abre rapidamente.

Visión del gobierno electrónico.

La importancia del gobierno electrónico radica en el uso que le den los ciudadanos a las nuevas tecnologías de la infor-mación y la comunicación para acceder a datos útiles y oportu-nos que les permita tomar mejores decisiones e interactuar con el gobierno, en un proceso de retroalimentación (feed-back) para hacer más eficiente los servicios públicos al reducir los costos de operación e incrementar los ingresos del propio gobierno.

En el desarrollo de un modelo o tipo ideal de gobierno electrónico, se considera que:

• Los ciudadanos podrán recibir servicios públicos en cualquier lugar, independientemente de la jurisdicción territorial de las oficinas autorizadas para brindar los dif-erentes servicios o su lugar de residencia.

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• Los ciudadanos podrán recibir atención y servicio las 24 horas, los 7 días de la semana, los 365 días del año, independientemente de los horarios de atención presencial que mantenga cada institución.

• Los sistemas de información de la administración del Estado estarán relacionados entre sí y orientados ha-cia cada ciudadano como persona individual.

• Los ciudadanos serán libres de conocer o no cómo se organiza el Estado. Sin embargo, podrán demandar un servicio sobre la base de sus necesidades.

• Cuando un ciudadano demande un servico no de-berá presentar ningún documento que esté en poder del Estado, bastando sólo los datos esenciales para el trámite de referencia.

• Los ciudadanos deberán notificar una sola vez, en el momento que ocurre, todos los cambios correspondien-tes a eventos de su vida o, cuando ello es relevante, los eventos de la vida de terceros.

• Los ciudadanos podrán ejercer su derecho a la infor-mación.

• Los ciudadanos tendrán acceso a la información que de ellos/ellas posea el Estado.

• Asimismo, los ciudadanos serán libres para consul-tar aquellos actos públicos del Estado que sean de su in-terés porque estarán disponibles electrónicamente. Esto

fomentará mayor transparencia al permitir que los ciuda-danos participen en los procesos legislativos –observán-dolos y opinando, por vía electrónica, durante todo su de-sarrollo-; y al permitir también que los ciudadanos se vin-culen electrónicamente con los parlamentarios y formen comunidades elecrónicas de opinión sobre leyes que sean de su interés. (Diaz y Sánchez, 2006)

Ámbitos del e-gobierno.

Para lograr el objetivo de alcanzar un Estado al servicio de los ciudadanos, descentralizado, solidario, transparente, flexible, participativo y democrático, el gobierno electrónico debe desarrollarse en los siguientes ámbitos, según Diaz y Sán-chez (2006).

Atención al ciudadano. Se considera el establecimiento de nuevas formas de relación gobierno-ciudadano-empresa-inversonista mediante el uso de tecnologías de información y comunicación que permiten al Estado brin-dar sus servicios en forma eficiente, eficaz y con inde-pendencia del lugar físico.

Buen gobierno. Se busca el establecimiento e introduc-ción de nuevas formas y procesos internos en la adminis-tración del Estado para permitir la integración de los sistemas de diferentes servicios, compartir recursos y me-jorar la gestión interna.

Desarrollo de la democracia. Se considera la creación de mecanismos que, usando las tecnologías de información

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y comunicación, permitan al ciudadano, jugar un papel activo en el quehacer gubernamental, permitiendo abrir nuevos espacios y formas de participación.

Principios orientadores.

A partir de las experiencias que ha enfrentado el go-bierno electrónico, Sánchez y Díaz (2006), describen los prin-cipios orientadores del e-gobierno:

Capacidad para transformar. Se establece en la ad-ministración del Estado una nueva forma de operar, creando y modificando sustancialmente los actuales procedimientos de funcionamiento y de relación con el ciudadano, mediante la introducción de las TIC , en lugar de introducir unicamente tecnología a los ac-tuales procedimientos.

Al alcance de todos. Se traduce en el acceso de todos los ciudadanos a los servicios provistos en forma elec-trónica por el Estado, considerando una dimensión geo-gráfica (donde se accede), una social (quién accede) y una horaria (cuándo se accede), asegurando que dichas dimensiones sean equitativas.

Fácil de usar. La posibilidad que tienen los ciudadanos de utilizar los servicios en linea de manera simple y sen-cilla, con aplicaciones tecnológicas de fácil acceso.

Mayor beneficio. Implica que el beneficio que signi-fique para los ciudadanos demandar un servicio a

través de las TIC sea superior al que recibirían si acudiera personalmente a las dependencias del órgano público .

Seguridad, privacidad y registro. Su finalidad es proveer niveles adecuados de seguridad a través de estándares para proteger la privacidad de las personas en el acceso a la información y al realizar transaccio-nes. Se refiere también al mantenimiento de un regis-tro de auditoría de aquellas transacciones.

Papel del sector privado. La instrumentación de servi-cios a través de las TIC se apoya en el sector privado, mediante procesos competitivos, pero la propiedad y uso de la información es reservado al Estado y al ciuda-dano. Esta orientación se hace extensiva a la formación y capacitación de funcionarios públicos y ciudadanos.

Desconcentración. La administración, mantenimiento y actualización de las TIC es responsabilidad de cada servicio, salvo aquellas situaciones que involucren la participación de otros . En todo caso, se asegura la in-teroperabilidad al interior del sector público.

Competencia electrónica. Se proporcionará la posibili-dad de efectuar las transacciones desde cualquier punto del territorio, por lo que las jurisdicciones de los servi-cios deben adaptarse para contemplar esta posibilidad.

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De acuerdo con Holmes (2001), en las diversas estrate-gias y líneas de acción de los e-gobiernos se encuentran cinco principios subyacentes:

Poner todo (información y servicio) en línea y hacer todo en línea. La información se guarda en una intranet o en un almacén de datos y no en archiveros ni en cajas, debido a que la información digital se crea y se manti-ene con mayor eficiencia, además de que es más sencillo analizarla, buscarla, actualizarla y compartirla. En lugar de introducir los mismos datos muchas veces, la informa-ción se introduce una sola vez.

Garantizar el acceso sencillo y universal a la informa-ción y a los servicios en línea. El gobierno tiene la obliga-ción moral de garantizar que todos los ciudadanos ten-gan un acceso similar a los servicios públicos, incluidos los servicios en línea, sin importar su ubicación, ingre-sos, procedencia étnica, edad y educación.

Los trabajadores más capaces del gobierno serán traba-jadores del conocimiento. El personal de las ventanillas deben tener acceso instantáneo a la información precisa y actualizada que requiera para proporcionar servicios públicos con calidad. Las tecnologías basadas en la Web facilitan el cambio en la cultura al crear un espacio de trabajo donde los datos están organizados a través de los límites de cada dependencia. Esto ayuda a que los em-pleados tengan acceso a la información de manera intui-tiva, que la compartan y que trabajen como un equipo.

Trabajar en conjunto para lograr que suceda. Aunque el gobierno no se puede manejar como si se tratara de un negocio, si se puede aprender de los negocios y adop-tar las técnicas del sector privado. Al adoptar las políti-cas de mejores valores y tener una mente abierta acerca del tipo de proveedor (público, privado o en sociedad) que puede proporcionar el mejor servicio, las diferentes organizaciones aportan sus respectivas habilidades y conocimientos y, en el proceso, aprender unas de otras.

Eliminar las barreras y poner el ejemplo. En la socie-dad de la información, el gobierno debe estimular de manera proactiva la confianza de los negocios y de los consumidores ayudando a que los sectores clave se conecten en línea. Debe invertir en las personas (educa-ción y capacitación, salud, transporte, cultura y calidad de vida) para garantizar que la nueva economía no in-cluya los problemas sociales existentes del desempleo, la exclusión social y la pobreza . Por último, es necesario que el gobierno ponga el ejemplo y coloque sus propios negocios en línea, incluidos el e-abastecimiento y la aceptación del llenado de formularios y pagos electróni-cos.

Fases del gobierno electrónico

El desarrollo del gobierno electrónico debe asumirse como un proceso evolutivo. El proyecto e-México y la oficina de Innovación Gubernamental de la Presidencia de la Repúb-lica, establecen cuatro fases:

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1. Presencia. En esta fase se provee básicamente infor-mación del servicio ciudadano.

2. Interacción. Considera comunicaciones simples entre el servicio y el ciudadano, y la incorporación de esquemas de búsqueda básicas.

3. Transacción. Incluye provisión de transacciones electrónicas al ciudadano por parte del servicio, en forma alternativa a la atención presencial en las de-pendencias del servicio.

4. Transformación. Considera cambios en los servi-cios para proveer aquellas prestaciones que componen su misión crítica en forma electrónica y la introducción de aplicaciones que administran la entrega de presta-ciones a los ciudadanos.

Estos son algunos hitos que han confluido en la consoli-dación del concepto de gobierno electrónico como una nueva forma de gobierno, que fusiona el empleo intensivo de las nue-vas tecnologías de la información y la comunicación con nue-vas modalidades de gestión y administración.

El uso de las tecologías de la información y la comunica-ción en el ámbito gubernamental que se conoce como go-bierno electrónico o e-gobierno ha comenzado a asimilarse en México y América Latina, a ser reconocido y valorado como un instrumento apropiado para gobernar y administrar los re-cursos de manera transparente y eficiente; de esta manera fa-

cilitar los cambios que requiere el proceso de modernización y reforma del Estado.

Cuando se hace mención a la connotación estratégica del gobierno electrónico, la referencia se orienta a los efectos y transformaciones que son posibles, a través del uso planifi-cado y adecuado de las tecnologías. Importantes iniciativas gu-bernamentales de carácter transversal han realizado aportes en el sentido de incorporar esta nueva visión; han logrado que las instituciones, a través de proyectos específicos, alcancen mejoras visibles en su gestión interna y en la calidad de aten-ción a los usuarios.

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