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Grupo Sobre Entrenamiento (www.sobreentrenamiento.com) 1/34 COMPOSICIÓN CORPORAL ÓPTIMA PARA EL RENDIMIENTO DEPORTIVO Y LA APTITUD FÍSICA Lic. José Luis Arcodia RESUMEN En el presente trabajo se desarrollan los conceptos básicos de antropometría y cineantropometría y cuales son sus implicancias en el ámbito de la actividad física de alto rendimiento y relativa a la salud. Se abordan los aspectos relevantes de la disciplina científica como son las técnicas de medición (de pliegues subcutáneos de tejido adiposo, perímetros musculares, diámetros óseos y longitudes segmentarias, como así también las variables antropométricas de base, estatura máxima, estatura sentada, peso y envergadura), los instrumentos necesarios para las mediciones, los puntos anatómicos de referencia y algunos aspectos de la anatomía básica para antropometristas. También se analizan los métodos derivados de mediciones antropométricas. Sus fundamentos, sus errores típicos (propios de cada modelo y los de interpretación y análisis). Por último se intenta explicar cómo los métodos antropométricos nos permiten elaborar perfiles típicos sobre estructura, (forma, composición y proporción humanas), y la influencia que la edad, el sexo, el desarrollo normal, la alimentación y el entrenamiento ejercen sobre aquella. Además se presenta evidencia sobre la optimización morfológica en diferentes disciplinas deportivas. PUNTOS CLAVE Antropometría. Cineantropometría. Composición corporal. Biotipología. Proporcionalidad. Deporte. Optimización morfológica. CONCEPTO DE ANTROPOMETRÍA Y CINEANTROPOMETRÍA La cineantropometría es la especialidad científica que se encarga de evaluar, entre otros, la composición corporal humana. Esta disciplina constituye uno de los campos de mayor auge en las ciencias aplicadas al deporte. La misma posee implicancias tanto para el alto rendimiento deportivo como para la salud. En este sentido, la composición corporal humana en particular ha sido una de las áreas más estudiadas en las últimas décadas, por su inobjetable importancia social, y ha dado origen a una extensa gama de trabajos científicos. Esta disciplina, además, versa sobre cuestiones relativas a la forma, el tamaño, la composición y la proporcionalidad del cuerpo humano y sobre cómo aquellos parámetros son afectados por agentes internos (la genética en el desarrollo normal, la edad y el sexo), y externos (alimentación, entrenamiento). Podemos utilizarla para establecer, por ejemplo, estados nutricionales (bajo peso, sobrepeso, obesidad), ya sea por índices relativamente simples (en relación a su cálculo) o por modelos antropométricos complejos. De todos modos no es ese el propósito de este escrito. El objetivo primario se centra en establecer parámetros de crecimiento e influencias del entrenamiento y otros aspectos ligados a éste (como la alimentación), en la estructura y función humanas. La medición de variables antropométricas requiere de cierta pericia técnica en el uso de los instrumentos (en lenguaje específico precisión y exactitud). Resultan herramientas útiles el cálculo de la composición corporal (% de tejido adiposo y muscular deseables para el rendimiento óptimo en cada disciplina), la biotipología (que analiza la forma corporal), los índices de proporcionalidad y de salud. Cada uno de ellos persigue diferentes objetivos diagnósticos y de control que desarrollaremos a lo largo de este trabajo. INSRTRUMENTOS NECESARIOS PARA LA MEDICIÓN DE VARIABLES ANTROPOMÉTRICAS (ERROR DEL EQUIPO Y DEL ANTROPOMETRISTA) EL EQUIPO ANTROPOMÉTRICO Los instrumentos de medición forman parte fundamental del trabajo antropométrico. Los mismos deben estar

COMPOSICIÓN CORPORAL ÓPTIMA PARA EL RENDIMIENTO DEPORTIVO Y LA APTITUD FÍSICA

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En el presente trabajo se desarrollan los conceptos básicos de antropometría y cineantropometría y cuales son sus implicancias en el ámbito de la actividad física de alto rendimiento y relativa a la salud. Se abordan los aspectos relevantes de la disciplina científica como son las técnicas de medición (de pliegues subcutáneos de tejido adiposo, perímetros musculares, diámetros óseos y longitudes segmentarias, como así también las variables antropométricas de base, estatura máxima, estatura sentada, peso y envergadura), los instrumentos necesarios para las mediciones, los puntos anatómicos de referencia y algunos aspectos de la anatomía básica para antropometristas.

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COMPOSICIÓN CORPORAL ÓPTIMA PARA EL RENDIMIENTO DEPORTIVO Y LA APTITUD FÍSICA

Lic. José Luis Arcodia

RESUMEN

En el presente trabajo se desarrollan los conceptos básicos

de antropometría y cineantropometría y cuales son sus

implicancias en el ámbito de la actividad física de alto

rendimiento y relativa a la salud. Se abordan los aspectos

relevantes de la disciplina científica como son las técnicas

de medición (de pliegues subcutáneos de tejido adiposo,

perímetros musculares, diámetros óseos y longitudes

segmentarias, como así también las variables

antropométricas de base, estatura máxima, estatura

sentada, peso y envergadura), los instrumentos necesarios

para las mediciones, los puntos anatómicos de referencia y

algunos aspectos de la anatomía básica para

antropometristas.

También se analizan los métodos derivados de mediciones

antropométricas. Sus fundamentos, sus errores típicos

(propios de cada modelo y los de interpretación y análisis).

Por último se intenta explicar cómo los métodos

antropométricos nos permiten elaborar perfiles típicos

sobre estructura, (forma, composición y proporción

humanas), y la influencia que la edad, el sexo, el

desarrollo normal, la alimentación y el entrenamiento

ejercen sobre aquella. Además se presenta evidencia sobre

la optimización morfológica en diferentes disciplinas

deportivas.

PUNTOS CLAVE

Antropometría. Cineantropometría. Composición corporal.

Biotipología. Proporcionalidad. Deporte. Optimización

morfológica.

CONCEPTO DE ANTROPOMETRÍA Y

CINEANTROPOMETRÍA

La cineantropometría es la especialidad científica que se

encarga de evaluar, entre otros, la composición corporal

humana. Esta disciplina constituye uno de los campos de

mayor auge en las ciencias aplicadas al deporte. La misma

posee implicancias tanto para el alto rendimiento

deportivo como para la salud. En este sentido, la

composición corporal humana en particular ha sido una de

las áreas más estudiadas en las últimas décadas, por su

inobjetable importancia social, y ha dado origen a una

extensa gama de trabajos científicos.

Esta disciplina, además, versa sobre cuestiones relativas a

la forma, el tamaño, la composición y la proporcionalidad

del cuerpo humano y sobre cómo aquellos parámetros son

afectados por agentes internos (la genética en el desarrollo

normal, la edad y el sexo), y externos (alimentación,

entrenamiento).

Podemos utilizarla para establecer, por ejemplo, estados

nutricionales (bajo peso, sobrepeso, obesidad), ya sea por

índices relativamente simples (en relación a su cálculo) o

por modelos antropométricos complejos. De todos modos

no es ese el propósito de este escrito. El objetivo primario

se centra en establecer parámetros de crecimiento e

influencias del entrenamiento y otros aspectos ligados a

éste (como la alimentación), en la estructura y función

humanas.

La medición de variables antropométricas requiere de

cierta pericia técnica en el uso de los instrumentos (en

lenguaje específico precisión y exactitud).

Resultan herramientas útiles el cálculo de la composición

corporal (% de tejido adiposo y muscular deseables para el

rendimiento óptimo en cada disciplina), la biotipología

(que analiza la forma corporal), los índices de

proporcionalidad y de salud. Cada uno de ellos persigue

diferentes objetivos diagnósticos y de control que

desarrollaremos a lo largo de este trabajo.

INSRTRUMENTOS NECESARIOS

PARA LA MEDICIÓN DE VARIABLES

ANTROPOMÉTRICAS (ERROR DEL

EQUIPO Y DEL ANTROPOMETRISTA)

EL EQUIPO ANTROPOMÉTRICO

Los instrumentos de medición forman parte fundamental

del trabajo antropométrico. Los mismos deben estar

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construidos de forma tal que nos permitan obtener

registros fiables de cada variable. Una fuente de error en la

medición puede ser el equipo, de ahí la importancia que

estos puedan medir con un error despreciable.

El estadiómetro y la balanza

Las variables básicas se miden con estos instrumentos. La

estatura máxima y la de sentado se realizan en un

estadiómetro. El mismo puede ser adosado a una pared

(fijo o móvil), o asociado a una balanza (este último no es

recomendable ya que el “piso” de la balanza no es fijo y

puede provocar errores).

A veces se utiliza una solución sencilla (sobre todo si se

trabaja en el campo), que consiste en fijar adecuadamente

una cinta o papel milimetrado a una pared con la ayuda de

una plomada y se procede a tomar la medida con un plano

de broca (especie de triángulo de material resistente,

generalmente madera, que se apoya sobre la cabeza y

sobre la pared medida).

Cuando un mismo dispositivo va a usarse en la medida de

la estatura total y la de sentado se aconseja que se trabaje

con dos escalas (una desde el piso y otra desde la parte

superior del asiento que se empleará para la altura

sentada), con el fin de evitar confusiones o tener que

realizar cálculos matemáticos que puedan convertirse en

una fuente de error extra.

Para el peso o masa corporal utilizamos una balanza. Se

recomienda (por el nivel de precisión y la facilidad en la

calibración), las balanzas de precisión o de pesas, el tipo

de balanza que se muestra en la figura 1.

Figura 1. Tomando el peso en una balanza de precisión.

En los últimos años han aparecido balanzas más pequeñas

y transportables, pero sólo aconsejamos aquellas que

trabajen con células de carga o algún mecanismo

electrónico probado. Una de estas puede apreciarse en la

figura 2.

Los calibres para diámetros óseos

Estos instrumentos son similares a los calibres de

precisión que se venden en las ferreterías, pero están

diseñados especialmente para adaptarse a las formas del

cuerpo humano. Existen dos tipos de calibres óseos, el

llamado calibre para diámetros grandes y el calibre para

diámetros pequeños.

Figura 2. Balanza electrónica digital.

Calibre de diámetros óseos grandes

Las características más relevantes son:

— Una longitud aproximada de 50-60 cm;

— Una longitud de ramas mayor a 25 cm;

— Unas extensiones rebatibles en las puntas de las

ramas para la medición del diámetro A-P de tórax.

Este instrumento se usa en la medición de los diámetros

biacromial, transverso de tórax, biiliocristal y antero

posterior (A-P), de tórax. También para algunos sitios

especiales para determinadas disciplinas deportivas como

el ancho bideltoideo y el bitrocantéreo (sobre todo en

aquellos deportes donde la hidro y la aerodinamia juegan

un rol importante). Un calibre con estas características

puede observarse en la figura 3.

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Figura 3. Calibre de diámetros óseos grandes.

Calibre de diámetros óseos pequeños

Las características de este calibre son:

— Una longitud no mayor de 15 cm;

— Unas longitud de ramas superior a 8 cm;

— Unas terminaciones en las ramas tal que permitan

“entran” en los ejes articulares que deben medirse.

Esta herramienta se utiliza para los diámetros

biepicondilar de húmero y fémur y para los de muñeca y

tobillo. Tiene un formato similar al calibre grande (figura

4), pero de dimensiones más pequeñas para facilitar el

trabajo del antropometrista.

Figura 4. Calibre de diámetros óseos pequeños.

El segmómetro

Antiguamente se utilizaban los antropómetros para medir

las longitudes de cada segmento a partir de diferentes

alturas, todas referenciadas a la línea cero (el piso donde

se paraba el sujeto). Así se medían la altura del trocánter al

piso y la altura de la tibia lateral al piso y, por simple

sustracción, se calculaba el segmento correspondiente al

muslo (o longitud trocantérea-tibial lateral).

Este método traía aparejado errores derivados de dichos

cálculos y además el equipo (antropómetro), era

demasiado pesado e incómodo de trasladar lo que

restringía la toma de medidas al ámbito cerrado del

laboratorio.

En la actualidad dicho problema ha sido resuelto con el

llamado segmómetro que, en lugar de valorar por

sustracción (es decir de manera indirecta), la longitud de

un segmento, lo hace de forma directa. Apoyando una

rama del instrumento sobre la marca del trocánter y la otra

sobre la marca de la tibia lateral se obtiene la medida

directa deseada y el margen de error disminuye.

Conocemos dos modelos de segmómetros. Uno flexible y

otro rígido (figuras 5 y 6).

Figura 5. Segmómetro flexible (Imagen extraída de la

página web de instrumentos Rosscraft).

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Figura 6. Segmómetro rígido (Fabricado en Argentina por

la empresa Faga SRL).

Tanto las alturas (medida de una variable desde el punto

de referencia al piso), como las longitudes segmentarias

(de punto de referencia a punto de referencia), se miden

con estos instrumentos.

Como puede apreciarse en la figura 5, el segmómetro

flexible está fabricado en base a una cinta metálica común

de las que se consiguen en ferreterías. Uno de los

problemas que presenta es la constante posición de doblez

de la cinta que limita su vida útil. Este problema no se

presenta en el segmómetro rígido que, al estar construido

en aluminio, le otorga una vida útil muy superior, a riesgo

de perder flexibilidad.

El plicómetro

Este es el instrumento cuyas especificaciones resultan

decisivas. Se trata de una serie de resortes que presionan

sobre una doble capa de piel (pliegue o pellizco), y el

tejido adiposo subyacente. En el lugar exacto de la medida

y trabajando sólo, esto es cuando el antropometrista suelta

los agarres del mismo, el plicómetro debe ejercer una

presión de 10 gr/mm2. Esto se logra por la dureza de los

resortes y el diseño del calibre (superficie de presión,

ubicación del tornillo pivotante, longitud de las ramas).

Existen varias marcas comerciales siendo Harpenden

(figura 7) (British Indicators Ltd.), el calibre considerado

de referencia.

Figura 7. Calibre de pliegues Harpenden.

Este calibre es metálico, siendo su duración y precisión

excelentes. Posee un cuadrante de lectura de escala

indirecta con un nivel de apreciación de 0,1 mm. La

ubicación de los pivotes que sostienen los resortes marcan

una línea diagonal lo que permite que el resorte (pre

estirado), mantenga una presión constante en un rango de

apertura mayor, si lo comparamos con los plicómetros

plásticos.

Estos poseen una menor rigidez y por lo tanto están más

expuestos a los golpes. Poseen escala de medición directa

con una resolución máxima de 0,5 mm., siendo su rango

de variabilidad de presión mayor al Harpenden por la

ubicación de los resortes. Igualmente cualquier

instrumento que cumpla con la premisa de mantener una

presión promedio de 10 gr/mm2 devolverá resultados

comparables. En la figura 8 puede apreciarse un modelo

plástico fabricado en Argentina.

Figura 8. Plicómetro plástico Faga (origen: Argentina).

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La cinta antropométrica

Es un elemento relativamente sencillo, pero posee una

serie de características bien particulares. Estas son:

— Material de la escala no-extensible;

— Comienzo de la escala después de un espacio en

blanco de aproximadamente 10 cm;

— Si es de metal, un ancho no mayor a 7 mm.

Existen de material acrílico (una especie de doble capa de

plástico más una capa intermedia de fibra, para darle

consistencia y cumplir con la primer característica

mencionada más arriba), y de metal (figura 9), que son,

obviamente, más durables.

Figura 9. Cinta antropométrica metálica.

ERROR DEL EQUIPO Y DEL

ANTROPOMETRISTA

Error del equipo antropométrico

Como dijimos una de las fuentes de error que se debe

controlar en antropometría está referida a la capacidad de

los instrumentos de medición.

En realidad la construcción de los calibres en manos de

expertos ingenieros (que sigan las normas nacionales e

internacionales que rigen la manufactura de estos

elementos), no debería acarrear mayores problemas. Una

manera sencilla de comprobarlo antes de comprar un

calibre (segmómetro, cinta acrílica, calibres de huesos), es

realizar una comprobación de la lectura que arroja la

escala contrastándola con un calibre de precisión (tipo

Vernier).

El plicómetro es, quizás, el instrumento más sensible, por

lo que debe ponerse especial atención a su calibración. Un

calibre plástico puede compararse directamente con un

Harpenden o ser revisado periódicamente con algún

método (escala dinámica descendente), como el de los

tacos de goma espuma (Schmidt y Carter, 1990). (Figura

10).

Figura 10. Tacos de goma espuma de diferentes grosores

para la calibración de los plicómetros.

Error del antropometrista

La fuente de error más frecuente y la que puede y debe

minimizarse es la que involucra a quien mide. Sólo una

práctica continua y consistente y la adhesión estricta a

ciertas técnicas darán como resultado un nivel de precisión

y de exactitud elevados.

Cuando un antropometrista mide los pliegues cutáneos de

forma reiterada en un mismo sujeto los valores, por lo

general, serán diferentes. Si bien una parte de la

variabilidad podría estar dada por cambios biológicos en el

sujeto, la mayor parte podemos atribuirla a inconsistencias

en la técnica del evaluador. Por ejemplo podría variar

ligeramente la ubicación de los sitios a medir entre cada

evaluación, o el equipo de herramientas podría estar

descalibrado. Para un antropometrista es una ventaja

minimizar la variabilidad en las mediciones resultantes de

la técnica empleada. Generalmente cuando se habla sobre

errores de medición aparecen cuatro temas: precisión,

confiabilidad, exactitud y validez (Pederson y Gore,

2000).

El antropometrista debe procurar precisión y exactitud. Es

decir ser consistente cuando mide una variable

determinada en un sujeto reiteradamente, con el mismo

instrumento, en el mismo momento. Ya sea que se

compare consigo mismo (precisión), o con un

antropometrista de criterio (Nivel 3 o 4 de I.S.A.K.), lo

que valorará su exactitud.

DETERMINACIÓN DE SITIOS

ANATÓMICOS Y APLICACIÓN DE

TÉCNICAS DE MEDICIÓN

PROTOCOLO DE LA SOCIEDAD

INTERNACIONAL PARA EL AVANCE DE LA

CINEANTROPOMETRÍA (I.S.A.K.)

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En el año 2001 la Sociedad Internacional para el Avance

de la Cineantropometría presentó, por primera vez las

bases internacionales para la valoración antropométrica,

comúnmente llamado Manual ISAK (I.S.A.K., 2001).

En él se describen detalladamente las técnicas de medición

de cada grupo de variables antropométricas y los sitios de

demarcación (landmarks), como así todas las variables

incluidas en el protocolo ISAK. Vamos a presentar un

resumen de las mismas.

Sitios anatómicos para las variables antropométricas

Sitio Acromiale

Es un punto en el borde superior y lateral del proceso

acromial alineado con el aspecto más lateral, en la mitad

entre los bordes anterior y posterior del músculo deltoides,

cuando se lo ve desde el lateral. El sujeto asume una

posición relajada con los brazos colgando a los lados del

cuerpo. Se lo ubica posicionándose el evaluador parado por detrás

y del costado derecho del sujeto. El antropometrista palpa

a lo largo de la espina del omóplato hasta la parte lateral

del acromion, lo que representa el comienzo de este borde

lateral, el cual normalmente corre hacia delante, levemente

superior y medialmente. Aplicando el filo recto del lápiz

sobre el aspecto lateral del acromion se puede confirmar la

localización de la porción más lateral del borde. Marque

esta porción más lateral. Palpe superiormente la parte más

alta del borde del acromion en línea con el aspecto más

lateral (Figura 11).

Figura 11. Sitio Acromiale.

Este sitio se utiliza para medir el diámetro biacromial y

también como referencia para marcar la línea media

acromio-radial sobre la que se miden los pliegues del

bíceps y del tríceps y el perímetro de brazo relajado.

Sitio Subescapulare

Es un punto que coincide con el ángulo inferior del

omóplato. El sujeto asume una posición relajada con los

brazos colgando a los lados.

Se encuentra palpando el ángulo inferior de la escápula

con el dedo pulgar izquierdo. Si existe dificultad para

ubicar el ángulo inferior de la escápula se le pide al sujeto

que lleve lentamente su brazo derecho hacia atrás de la

espalda. En esa posición el ángulo inferior del omóplato

debería observarse con facilidad, allí se lo palpa, pero se

marca solo después que el evaluado ha regresado a la

posición anatómica. Un chequeo final de este punto debe

hacerse con el brazo colgando al costado en posición

relajada.

Como puede apreciarse en la figura 12, este sitio se utiliza

exclusivamente para la toma del pliegue subcutáneo

adyacente (también denominado Subescapulare).

Como se puede observar algunos sitios marcados son de

utilidad para varias mediciones, otros son exclusivos para

algunas y una serie de variables antropométricas se miden

por observación directa sin necesidad de marcas. Esto

sucede, por ejemplo con el perímetro de brazo en

contracción, el perímetro de cadera (o glúteos), y el de

pierna, que se toman en el lugar de la máxima

circunferencia.

Figura 12. Sitio Subescapulare.

No vamos a detallar aquí todos los sitios de marcación

para variables antropométricas, ya que no es el propósito

de este escrito. Mostramos algunos a modo de ejemplo y

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agregamos que la forma correcta de marcar consta de

cuatro momentos:

a) buscar, palpar y localizar el sitio una vez;

b) soltar y relocalizar el sitio para marcar;

c) marcar el sitio con un lápiz dermosensible y;

d) chequear que la marca esté realizada sobre el lugar

correcto.

Técnicas de medición

Entre las recomendaciones importantes a la hora de

efectuar mediciones antropométricas encontramos las

referidas al sujeto, al antropometrista y a los instrumentos

de medición.

Con relación al sujeto debemos considerar que tiene que

evaluarse con una cantidad de ropa mínima, que deje a la

vista las regiones que vamos a medir, evitando también

distorsiones en el peso corporal.

La posición que éste debe adoptar para ser marcado y

medido es la posición anatómica básica. Para efectuar

palpaciones (en algunos sitios difíciles de encontrar) y

para tomar ciertas variables (por una cuestión de

comodidad para el antropometrista), suele pedírsele al

sujeto que adopte ciertas posturas (sentado, o flexionando

una pierna apoyada sobre una superficie elevada). Cuando

la maniobra se realiza con el fin de encontrar un sitio para

marcar hay que recordar que siempre la marca debe

hacerse cuando el sujeto vuelve a la posición anatómica

básica. Además todas las referencias (tanto de landmarks

como de variables a medir), están siempre determinadas a

partir de dicha posición.

Existen, según el esquema de acreditaciones de ISAK, dos

perfiles antropométricos, el llamado perfil restringido y el

perfil completo. Para quienes comienzan con su formación

está desarrollado el curso de Técnico Antropometrista de

Nivel 1 (Perfil restringido), en el mismo se enseñan y

evalúan los pasos básicos para adquirir destreza (precisión

y exactitud), en un total de 17 variables antropométricas.

Los estudiantes avanzados aspiran al curso de Técnico

Antropometrista de Nivel 2 (Perfil completo), tras el cual

adquieren la pericia necesaria para medir todas las

variables antropométricas (39 en total).

Con relación a los instrumentos el antropometrista debe

aprender a “manejar” los calibres y la cinta. Si bien esto

no trae aparejadas grandes dificultades aquel necesita

practicar unas cuantas horas la técnica de cada

herramienta. Se ha reportado que la desatención o falta de

adhesión a los criterios técnicos es una de las fuentes de

error más importante en antropometría.

Por ejemplo, al utilizar el plicómetro, el antropometrista

debe tener en cuenta:

— Ubicar el calibre en ángulo perpendicular al

pliegue, para evitar deformaciones del mimo;

— Sostener el calibre de tal forma que no necesite

moverlo para leer su escala;

— Realizar la lectura dos segundos después de

haber liberado la presión sobre el calibre (al tener

compresibilidad el tejido adiposo el calibre sigue

presionando y la medida varía si se lee al

segundo o a los diez segundos de liberado);

— Pellizcar el pliegue y ubicar el plicómetro un

centímetro por debajo del pellizco y a una

profundidad aproximada a la que marca el dedo

pulgar en el lugar;

— Pellizcar, proceder a medir, sacar el plicómetro y

recién al final soltar el pliegue;

— Tomar el calibre siempre con la mano derecha y

el pliegue siempre con la mano izquierda y entre

los dedos pulgar e índice.

— Asegurarse de no tomar una capa de tejido

muscular cuando se pellizca el pliegue.

Todas estas recomendaciones persiguen el objetivo de

minimizar los errores en la técnica de obtención de

variables antropométricas.

Estas y algunas otras condiciones se persiguen en los

cursos de certificación de la ISAK, con el objetivo de

formar antropometristas a lo largo del mundo que cumplan

con las condiciones necesarias para estandarizar el acopio

de variables antropométricas, comparar resultados, realizar

análisis de desarrollo y crecimiento, etc.

MEDICIÓN DE PLIEGUES

SUBCUTÁNEOS, DIÁMETROS ÓSEOS,

PERÍMETROS Y LONGITUDES

SEGMENTARIAS. DERIVACIONES

PARA EL ANÁLISIS.

MIDIENDO VARIABLES

Existen cinco grupos definidos de variables

antropométricas:

— Básicas;

— Pliegues subcutáneos;

— Perímetros;

— Diámetros y;

— Longitudes segmentarias y alturas.

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Como hemos visto cada grupo se mide con diferentes

instrumentos y cada uno de estos requiere de una técnica

específica para obtener la variable.

El protocolo ISAK contiene un total de 39 variables

antropométricas que han sido elegidas, fundamentalmente,

por su alto grado de aplicabilidad en el análisis de

diferentes métodos, índices y ecuaciones de regresión.

Ello no implica que se desconozcan otras variables

susceptibles de ser evaluadas. Como ejemplo el pliegue

adiposo subcutáneo denominado “axilar medio”, no está

incluido en el protocolo, pero algunas fórmulas que

calculan el porcentaje graso a partir de la densidad

corporal promedio se valen de aquel en su fórmula.

El protocolo ISAK (I.S.A.K., 2001), está compuesto por:

— 3 medidas básicas;

— 8 pliegues adiposos;

— 13 perímetros;

— 8 longitudes y alturas;

— 7 diámetros.

En las imágenes de las páginas siguientes (Figuras 13 a

22), se pueden apreciar algunas de estas variables.

Figura 13. Segmento trocanter-tibial lateral.

Figura 14. Pliegue del tríceps.

Figura 15. Pliegue iliocristal.

Figura 16. Perímetro de cintura mínima.

Figura 17. Perímetro de muslo máximo.

Figura 18. Perímetro de brazo relajado.

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Figura 19. Diámetro de húmero.

Figura 20. Diámetro biacromial.

Figura 21. Diámetro A-P de tórax.

Figura 22. Altura ilioespinal.

DERIVACIÓN DE LAS VARIABLES OBTENIDAS

Aunque algunos autores (Norton, K; 1996; Craig, et. al.;

1993; Telford, et. al.; 1984), ven con buenos ojos el uso

directo de las variables antropométricas como una forma

simple de evaluar los cambios estructurales en el ser

humano, nosotros preferimos la derivación de las

mediciones en bruto y su transformación cuali-cuantitava

por medio de modelos geométricos o matemáticos, más o

menos complejos.

Estos últimos permiten realizar comparaciones, establecer

parámetros y, en definitiva, indicarnos ciertos caminos,

algunas especificidades y factores repetitivos que podemos

encontrar en ciertas disciplinas deportivas y especialidades

atléticas (ya sea por prueba o por puesto en el caso de los

deportes de equipo), que nos indican ciertas

potencialidades de rendimiento para diversos atletas.

En este punto cabe aclarar que la cineantropometría

aparece como una disciplina que permite acopiar

información adicional en el campo del rendimiento

deportivo, junto a otras que determinarán en su conjunto la

capacidad futura o actual de un deportista en un momento

determinado y nos ayudará a tomar decisiones sobre las

estrategias de entrenamiento más adecuadas para lograr

los objetivos propuestos.

De ninguna manera debemos hablar en términos de ideal

de forma o ideal de composición o proporcionalidad. Los

datos con los que contamos en la actualidad (que son muy

extensos y profusos), son derivados de diferentes

poblaciones, con anclajes particulares (sociales, culturales,

económicos, metodológicos, etc.), por lo cual hablar de

ideal deportivo o de salud se parece mucho a aquel

postulado de las ciencias naturales de pretender

generalizar y transformar en ley un hecho particular.

Muchos errores se han producido por interpretaciones

falaces. Con el único objetivo de que un deportista en

particular se parezca al supuesto ideal hemos producido

múltiples transformaciones sin advertir … que estábamos

fabricando una estructura tipo, (forma o composición),

mientras el deportista perdía rendimiento!!! (fisiología).

MODELOS DE ANÁLISIS BÁSICOS EN

ANTROPOMETRÍA

ÍNDICE DE MASA CORPORAL

Una forma sencilla y universalmente utilizada para valorar

estados de salud relacionando dos variables

antropométricas básicas, el peso y la estatura, es el índice

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de masa corporal (I.M.C. ó B.M.I., por sus siglas en

inglés: body mass index).

Este índice desarrollado por Adolf Quetelet (y por ello

mismo denominado también índice de Quetelet), fue, en

sus comienzos, ideado con la intención de establecer un

patrón de relación entre estas dos variables

antropométricas básicas.

Con el correr de los años ha sido adoptado, tal como lo

conocemos hoy, como un pretensioso predictor de bajo

peso (por ejemplo los pilotos de aviación y las modelos

publicitarias son sometidos a este índice), o sobrepeso u

obesidad. En base a su sencillez y rápido resultado los

médicos clínicos, deportólogos y nutricionistas lo han

adoptado en sus prácticas cotidianas. En países

desarrollados (como en EE.UU.), las compañías de seguro

toman al IMC para evaluar a sus afiliados y reconocer o

no patologías asociadas, por ejemplo, a la obesidad.

Aunque se admite que el IMC mantiene una buena

correlación con la cantidad de grasa total del organismo en

adultos de países desarrollados, con coeficientes de

correlación que varían entre 0,7 y 0,9 según los estudios,

esta relación no es tan buena en niños, jóvenes,

adolescentes ni en ancianos, ni tampoco en poblaciones de

razas no blancas. Al menos entre blancos, la influencia de

la edad y el sexo es determinante y así, para un IMC de 30

kg/m2, los varones disponen de un 30% de masa grasa a

los 20 años y un 40% a los 60 años, en tanto que las

mujeres contienen un 40% a los 20 años y un 50% a los 60

Así encontramos usos adecuados y peligrosas

traspolaciones del IMC. Si el profesional utiliza este

índice como único medio de análisis corre serios riesgos

de errar en el diagnóstico.

Garrido Chamorro, y cols. (2003) apuntan “De todos estos

resultados que hemos expresado (…) podemos concluir

que (…) en el caso de la medicina deportiva el tener que

personalizar los resultados a cada individuo, así como el

papel tan importante que la correcta valoración del

mismo tiene para la práctica de su deporte nos hacen

desechar esta medida; ya que a pesar de ser rápida y

sencilla, es poco fiable en deportistas. Así en nuestro

estudio encontramos deportistas que con el IMC se

encuadran en grupos erróneos por lo que creemos que el

índice de masa corporal no es un valor aceptable para la

valoración de la composición corporal de un deportista.

Puesto que el volumen de masa muscular es un valor

importante de confusión y en esta población además este

volumen es superior a la población general para la que se

ha estandarizado el índice de masa corporal.”

“Giampietro nos demuestra como la composición

corporal de los deportistas depende de su somatotipo y

por tanto el índice de masa corporal no es a su entender

el valor mas adecuado para valorar deportistas

(karatecas en su caso).”

“Por tanto creemos que para la correcta valoración de

un deportista de elite se debe de realizar una

antropometría para calcular el porcentaje graso y

muscular (…) El peso aislado tampoco es una buena

forma de manejar a nuestros deportistas ya que en

multitud de ocasiones comprobamos cómo deportistas que

ganan peso lo hacen de masa muscular y no de masa

grasa. Por tanto la mala interpretación de esta estimación

puede llevar a dar informaciones erróneas a nuestros

deportistas y a sus preparadores físicos.”

El IMC no discrimina entre masa magra y masa grasa, ya

que sólo utiliza el peso total de balanza. Es típico que

deportistas magros, con un elevado desarrollo músculo

esquelético presenten valores elevados de IMC (por

encima de 25 y aún por encima de 30), siendo incorrecto

concluir que tienen un sobrepeso u obesidad. Recordemos

que, más allá de los puntos de corte del IMC, tanto el

sobrepeso como la obesidad se definen como un exceso de

tejido adiposo y no como un exceso de peso per se. En el

mejor de los casos podemos tomar este índice más como

un indicador de masa magra que de masa grasa

(recordemos que, en general, en el peso corporal total la

contribución de la masa magra representa

aproximadamente del 75 al 80% en varones y del 65 al

75% en mujeres). En conclusión el objetivo de pretender

establecer la composición corporal a través del IMC es,

cuanto menos, de un riesgo considerable.

COCIENTE CINTURA-CADERA

Es una forma sencilla y rápida de establecer la distribución

del tejido adiposo en ambos sexos. La idea de este índice

se basa en establecer la razón entre la circunferencia de la

cintura y de la cadera. Índices elevados sugieren un

abdomen prominente.

En contraposición al IMC el cociente cintura-cadera sí

discrimina por género, aunque no por edad. La lógica de

esta diferencia se basa en el hecho que, por cuestiones

hormonales ya conocidas, la distribución del tejido

adiposo varía entre los sexos, reconociéndose una

acumulación de tipo “ginoide” (en cadera y muslos), para

las mujeres, y otra de tipo “androide” (básicamente a nivel

abdominal), en los varones (Bray, 1992).

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Grupo Sobre Entrenamiento (www.sobreentrenamiento.com) 11/34

Amplios estudios epidemiológicos corroboran el alto

grado de correlación entre un elevado cociente cintura-

cadera (obesidad androide), y la ECV. Larsson (1991),

encontró que el 20% de las enfermedades cardiocoronarias

en EE.UU. se pueden atribuir a un exceso de grasa

abdominal (androide). Contrariamente una excesiva

obesidad ginoide no está asociada a ECC (Terry, et. al.

1991).

Los valores de riesgo límites para varones y mujeres se

muestran en la tabla 1.

Varones Mujeres

Valores deseables 0.91 – 1.00 0.80 – 0.91

Valores excesivos + 1.00 + 0.91

Tabla 1. Valores límites de riesgo para el cociente cintura-

cadera en varones y mujeres.

ÍNDICE DE CONICIDAD

Fue desarrollado por Valdez, Seidell, Ahn y Weiss en

1993, y su fin es el de valorar la distribución de la grasa

(tal el objetivo del cociente cintura-cadera). El índice de

conicidad considera la forma humana como un cilindro en

el extremo más delgado (lo que sugiere un índice igual a

1.00), hasta dos conos perfectos con base común en la

cintura, para el extremo más ancho sobre el abdomen (lo

que indica un índice de 1.73).

Para el cálculo del índice de conicidad se requiere medir el

perímetro de cintura (en metros), sobre el nivel del

ombligo, la estatura máxima (en metros), y el peso

corporal (en kilos).

Existe evidencia de una elevada correlación entre el Índice

de conicidad y el Cociente cintura-cadera (r= 0.64 a 0.86),

(Valdez, et. al. 1993).

Por lo tanto podemos afirmar que el índice de conicidad y

el cociente cintura-cadera aparecen como modelos

intercambiables para valorar factores de riesgo asociados a

la excesiva acumulación de grasa intraabdominal,

destacando sus autores algunas ventajas de aquel:

— Su puntuación está dentro de un rango teórico

mínimo y máximo: 1.00 a 1.73;

— Puede utilizarse comparativamente, ya que el

perímetro de cintura utilizado en la fórmula está

corregido para la altura y el peso.

COMPOSICIÓN CORPORAL POR

ANTROPOMETRÍA

La composición corporal y su cálculo basado en métodos

con márgenes de error mínimo ha sido una de las

preocupaciones más ancestrales de la antropometría.

La utilidad de establecer componentes o compartimentos

titulares bien definidos puede encontrarse en el

diagnóstico médico-nutricional acerca de peso ideal,

sobrepeso, bajo peso u obesidad, síndromes relativos a

trastornos de la alimentación o endocrinos y también en el

área que nos ocupa, el del rendimiento físico humano para

el deporte con el fin de establecer modelos o parámetros

deseables de contenidos graso y muscular para diferentes

disciplinas deportivas.

Sea cual fuere su objetivo primario existen varios modelos

antropométricos de composición corporal y a ellos nos

referiremos detalladamente en las próximas líneas.

MODELO DE DOBLE COMPARTIMIENTO

GRASO-MAGRO

El modelo antropométrico de dos componentes que divide

el peso corporal total en contenido graso y libre de grasa o

magro se basa en la idea del pesaje hidrostático, método

relativamente sencillo que pretende valorar la densidad de

un cuerpo sumergido en el agua, a través del volumen de

líquido desplazado por el mismo, su peso en el aire y su

peso sub acuático. Para que el lector se ubique estamos

hablando ni más ni menos que del principio de

Arquímedes.

Concepto de densidad corporal y pesaje hidrostático

Los primeros estudios en densitometría por inmersión

datan de la década del 40. Albert Behnke, académico de

las fuerzas armadas de Estados Unidos, tenía dos

preocupaciones principales: 1) la selección de reclutas

aptos para ingresar a las filas del ejército, ya que los

individuos con grandes masas musculares eran rechazados

por tener sobrepeso; y 2) la diferenciación de la

composición del cuerpo, ya que los buzos de la marina con

mucho tejido adiposo corrían el riesgo de padecer

trastornos debido a que el nitrógeno es soluble en los

lípidos del cuerpo.

Behnke necesitaba un sistema para discriminar la

composición corporal, por lo que se dedicó a investigar

popularizando el modelo de dos componentes moleculares

por medio de la determinación de la densidad corporal. El

fundamento del uso de la densidad como factor predictivo

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de composición corporal es que los lípidos poseen una

densidad menor que el tejido libre de contenido lipídico.

Por esta razón, una persona con una mayor proporción de

masa lipídica corporal, en comparación a una persona

magra, tendrá una densidad corporal menor.

La idea central de este método de dos componentes es

medir la densidad corporal. El fundamento utilizado para

ello fue el Principio de Arquímedes. Este principio

establece que el volumen de un objeto es igual a la

cantidad de agua que desplaza al ser sumergido. Debido a

que la densidad de un objeto se define como su peso por

unidad de volumen, entonces la densidad corporal (Dc) se

puede determinar si se conoce el peso del sujeto en el aire

y cuando está completamente sumergido en el agua. Ahora

bien, si la flotabilidad de un individuo refleja su cantidad

de masa lipídica en relación al peso total y a la masa libre

de contenido lipídico, se hace evidente que existe una

relación directa entre la densidad del cuerpo humano y su

contenido de masa lipídica (siempre según el modelo de

dos componentes).

El valor de densidad de 0.9 g/ml para los lípidos fue

obtenido a partir de estudios de Rathbum y Pace (1945)

sobre el análisis químico de unos 50 cerdos de la India

eviscerados y afeitados. Estudios posteriores realizados en

el análisis químico de tres cadáveres masculinos de 25, 35

y 46 años de edad, arrojaron una densidad para la masa

libre de contenido lipídico de 1.1g/cm-3

(Brozek y col.

1963).

Si bien fue Behnke quien en 1942 introdujo el concepto de

división corporal en dos componentes (masa magra y

grasa), fueron Rathbum y Pace quienes desarrollaron la

primera ecuación para determinar el porcentaje de

contenido lipídico.

Las dos ecuaciones más conocidas para el cálculo de

contenido lipídico a partir de los valores de densidad

corporal son las siguientes:

Donde: Dc densidad corporal.

La fórmula más popular es la de William Siri de 1961, que

supone que la densidad de la masa libre de contenido

lipídico es de 0.901gr.cm-3

y la de la masa lipídica de 1.1.

gr.cm-3

. La ecuación de Brozek asigna a estos

componentes los valores de 1.1033gr.cm-3

y de

0.88876gr.cm-3

respectivamente. Estas dos formulas de

conversión, de densidad corporal a porcentaje de

contenido lipídico, producen estimaciones similares (entre

0.5 y 1.0 en el porcentaje de contenido lipídico), en un

rango de entre 1.0300 a 1.0900gr.cm-3

.

Los métodos que determinan la densidad corporal total

han sido ampliamente utilizados en investigación para

estimar la composición corporal humana de poblaciones

sanas. Estos métodos se basan, como dijimos

anteriormente, en el modelo bicompartimental según el

cual el organismo está compuesto por masa grasa y masa

libre de grasa, pudiendo conocerse la proporción de cada

uno de ellos en función de su distinta densidad. Por tanto,

la densiometría constituye el método indirecto de

laboratorio más ampliamente utilizado.

La variedad de métodos para valorar la GC es amplia. No

obstante, la mayoría de estos métodos son costosos si

consideramos el tiempo que insumen, el equipamiento que

requieren, los evaluadores experimentados necesarios para

llevarlos a cabo, etc. Por el contrario, la evaluación de

sitios antropométricos es segura (no invasiva) e implica un

número menor de recursos, gracias a lo cual puede

utilizarse regularmente y en una gran cantidad de sujetos.

La utilización de modelos matemáticos (generalmente de

regresión simple ó múltiple), ha permitido la construcción

de distintas ecuaciones de predicción a partir de variables

antropométricas. Estas fórmulas fueron desarrolladas

utilizando equipos más sofisticados (densitometría,

pletismografía), como patrón de referencia.

De esta manera, la Densidad corporal (Dc), obtenida por

hidrodensitometría o por pletismografía (desplazamiento

de aire), es entonces convertida en porcentaje de grasa

corporal (% GC) usando diversas ecuaciones. Estas

asumen una densidad constante de la masa corporal grasa

y magra. Además, una vez que el porcentaje de GC es

calculado, el de masa corporal magra (% MCM) puede ser

derivado de la siguiente fórmula: % MCM = 100 - %GC.

De esta forma, conociendo el peso del sujeto, pueden

deducirse también los kilogramos de grasa y masa

corporal magra.

Sin duda, la simplicidad de esta estrategia de cálculo ha

conducido a la proliferación de ecuaciones basadas en

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mediciones antropométricas para estimar la grasa corporal

total. Existen más de cien ecuaciones en la literatura

especializada para la predicción de la densidad corporal y,

consecuentemente, del porcentaje de GC, a partir de

distintas mediciones antropométricas. Este hecho refleja

hasta que punto cada ecuación resulta específica de la

población que le dio origen. En este sentido, podemos

decir que la especificidad de las fórmulas de predicción de

GC a través de la medición de pliegues cutáneos es, en

parte, el resultado de amplias variaciones en la

comprensibilidad del tejido, de las relaciones entre

adiposidad interna y subcutánea, y de la composición del

tejido adiposo.

Los parámetros antropométricos más usados son los

pliegues cutáneos, los cuales constituyen la base para

calcular el porcentaje de grasa corporal desde las

ecuaciones de regresión antes mencionadas. Sin duda, la

medición de pliegues cutáneos brinda una información

relativamente precisa y directa del espesor de la piel y el

tejido adiposo subyacente (predominantemente grasa), por

lo que tiene una validez considerable.

El fácil acceso al tejido adiposo subcutáneo, el hecho de

que éste contiene una gran fracción del contenido lipídico

total del organismo, y la difusión del uso de plicómetros,

indican la valoración de los pliegues cutáneos como el

método indirecto más razonable para la determinación de

la GC. No obstante, lo que en realidad medimos con esta

técnica, es el grosor de una doble capa de piel y tejido

adiposo subcutáneo comprimido. Como veremos

posteriormente, la determinación de la GC total a partir de

estas mediciones implica una serie de suposiciones

cuestionables. Además, todas las ecuaciones de predicción

son validadas por técnicas cuyos errores indefectiblemente

se suman a aquellos inherentes al uso del calibre. Estos

pliegues, son indicadores por sí mismos del estado

estructural, y pueden ser usados para monitorear cambios

en el crecimiento, el ejercicio, la dieta, etc. Aun cuando

tales ecuaciones puedan proveer estimaciones

poblacionales útiles, parece claro que son poco confiables

para predicciones individuales.

Aplicación y limitaciones del modelo

Los pliegues subcutáneos de tejido adiposo son las

variables antropométricas más utilizadas en las ecuaciones

de regresión para predecir el % GC, a partir de la

estimación de la DC. Al utilizarse estas ecuaciones para

predecir la DC se introduce el factor error debido a la

violación de, al menos, 3 presunciones.

· En primer lugar se presume que existe una

compresibilidad constante de la piel y el tejido adiposo

subcutáneo y que el grosor de la piel en cualquier sitio no

varía. Sin embargo, se ha observado que la

compresibilidad de la piel varía hasta el doble, en análisis

cadavéricos (Martín, Ross, Drinkwater, Clarys, 1985), y se

sabe que el espesor de la piel varía entre la población,

siendo mayor en los hombres que en las mujeres y que

disminuye con la edad (Clarys, Martín, Drinkwater y

Marfell-Jones, 1987). Estos factores son una fuente clara

de error.

· En segundo lugar, debido a que se miden solo unos

pocos pliegues, no se consideran los patrones individuales

de distribución de la grasa. Por lo tanto se presume que los

pliegues seleccionados son representativos de la grasa

subcutánea de todo el cuerpo. Entonces es aconsejable

incluir una selección de pliegues en la ecuación para

predecir la DC y el % GC, que incluyan la parte alta y baja

del cuerpo, el tronco y las extremidades.

· En tercer lugar la relación entre el espesor del

pliegue y la grasa corporal total se presume como lineal.

La grasa corporal total está siendo predicha en base a una

proporción fija entre grasa externa y grasa interna, siendo

la primera cuantificada a partir de un pequeño número de

pliegues cutáneos. Esta relación entre la masa grasa

interna y externa podría o no tener una relación lineal

(Martín, 1985; Roche, 1987).

Cuando fueron examinados cadáveres para investigar los

patrones de distribución de la grasa, el % de grasa

subcutánea en relación a la grasa total, varió de 20 a 70%,

de acuerdo a variables como la edad, el grado de

adiposidad, el sexo y la técnica de medición. El cociente

entre grasa interna y externa aumenta con la edad, es

mayor en las mujeres (Brodie, 1988 a y b), y puede

disminuir (Allen, 1956), o permanecer igual (Martín,

1985), en función del nivel de adiposidad. Jackson y

Pollock (1982) desarrollaron una ecuación generalizada

para predecir el % GC en base a una relación no lineal

entre los cambios en la sumatoria de pliegues y los

cambios correspondientes en la DC medida. Su ecuación

fue la de mejor ajuste y podría reflejar el efecto de una

mayor cantidad relativa de grasa localizada externamente,

a medida que aumenta la adiposidad (Allen, 1956).

También podría indicar que las personas más obesas

tienden a tener componentes más densos en la masa

magra. Sin embargo hay un mayor contenido de grasa en

el tejido adiposo con el aumento en la adiposidad corporal

total (Martín, 1985), lo cual tendería a negar estos efectos.

Cualquiera sea la causa una disminución en el espesor de

los pliegues cutáneos resulta en un aumento de la DC, ya

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que la suma de los pliegues es menor. Por lo tanto una

disminución en la grasa subcutánea no resulta en un

aumento de la DC. Tratemos de mostrar este fenómeno,

resumido en la figura 23.

En la misma puede apreciarse como dos personas con

distinta adiposidad, pierden ambas 10 milímetros en la

suma de 4 pliegues cutáneos. El sujeto A comienza con un

nivel más bajo de adiposidad en comparación con el sujeto

B, por la tanto hay un mayor aumento estimado en la DC y

consecuentemente, reducción en el % GC. Esto puede ser

muy desconcertante para el individuo con sobrepeso al

que, dada la misma disminución en el nivel absoluto de la

sumatoria de 4 pliegues, se le informa que el % GC se

alteró sólo en un 2 o 3%.

1.02

1.03

1.04

1.05

1.06

1.07

1.08

-30 -20 -10 0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100

% GC Sumatoria 4 pliegues

Den

sid

ad

corp

ora

l

A

B

Figura 23. Posibles errores de interpretación del % graso

en el modelo de 2 componentes.

Se ha observado que la varianza en la compresibilidad de

los pliegues, el espesor de la piel, el contenido graso en el

tejido adiposo, la proporción entre las reservas internas y

externas de grasa, y los patrones de grasa externa dentro

de la población, pueden causar grandes errores en la

predicción de la DC a partir de la medición de pliegues

cutáneos.

A partir de las ecuaciones más precisas Whiters, Craig y

otros (1987), y Whiters, Whittingham y otros (1987),

reportaron, en deportistas, errores de estimación de la DC

de 0.00533 y 0.00508 gr.cm3. Estos datos fueron

equivalentes a un error entre 2.4 y 2.3% para el posterior

cálculo del % GC. En grupos de sedentarios este error de

estimación es mayor, variando el cálculo del % GC entre

2.6 y 5.9%.

Error biológico en las ecuaciones de predicción

El error biológico es debido a la variabilidad

interindividual en la composición y densidad de la masa

magra. Cualquier violación a las siguientes presunciones

contribuye a ese error.

a) En primer lugar se presume y se acepta que las

densidades de la masa grasa y la masa magra es de 0.9 y

1.1 gr/cm3, respectivamente.

b) Segundo, se presume que las contribuciones

proporcionales de los componentes de la masa magra

(agua, proteínas, minerales óseos y minerales no óseos),

son invariables entre individuos.

c) Tercero, dado que las contribuciones relativas de la

masa magra se presume que son constantes, las densidades

de estos componentes de la masa magra, individualmente

o por separado, también deben ser constantes (para

satisfacer el primer punto enunciado más arriba).

Las presunciones que siguen a la derivación de las

ecuaciones utilizadas en la predicción del %GC a partir de

la DC son aplicables para cualquier población,

independientemente de la edad, el sexo, el nivel de

entrenamiento y el origen étnico. La investigación original

utilizada para elaborar la fórmula que permite transformar

la DC a %GC se basó en la disección de 3 cadáveres

(Brozek, 1963), con una edad promedio de 65 años.

La densidad de la masa grasa varía poco en las distintas

poblaciones de seres humanos y otros mamíferos (Allen,

Krzywicki y Roberts, 1959; Fidanza, Keys y Anderson,

1953). El tejido adiposo en los seres humanos tiene una

densidad promedio de 0.9 gr/cm3 y un desvío estándar de

0.00103 gr/cm3, a 37° centígrados. Sin embargo existe

considerable variabilidad interindividual en la densidad de

la masa magra. Análisis de cadáveres más recientes han

demostrado el grado de variación dentro de una población

con respecto a las proporciones de masas óseas, muscular

y residual (Clarys, Drinkwater y Martín, 1984; Martín,

1985).

Basados en la disección de 25 cadáveres, Clarys y otros

(1984), informaron que la proporción del peso magro,

compuesto por músculos, estaba entre el 41.9 y 59.4%,

mientras que para los huesos estaba entre el 16.3 y 25.7%.

El coeficiente de variabilidad de la densidad muscular fue

de 1%, pero la densidad de la masa ósea varió

considerablemente en un mismo individuo y entre

individuos (Ross, 1984). Esto llevó a la conclusión que la

densidad de la masa magra varía con un desvío estándar de

0.02 gr/cm3 (Martín, Drinkwater, Clarys y Ross, 1986). En

una de las investigaciones (Clarys), utilizó cadáveres de

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edades similares (76 años promedio, con un rango de 55 a

94 años), a las de la investigación de Brozek, lo que puede

hacer inapropiadas las generalizaciones en poblaciones

más jóvenes. Es probable que estas poblaciones sean

mucho más homogéneas con respecto a las densidades y

proporciones relativas de los tejidos que componen la

masa magra, comparadas con poblaciones más viejas y

enfermas.

La transformación de la DC a %GC involucra algunos

problemas serios. Por ejemplo, en promedio, los

deportistas tienen huesos y músculos más densos, lo que

puede llevar a una subestimación del %GC. Dicho error se

repetirá si la proporción de hueso en el cuerpo se

incrementa. Estos factores podrían ayudar a explicar los

valores extremadamente bajos que se han informado,

incluyendo valores negativos para el % GC en jugadores

profesionales de fútbol americano (Adams, 1982), y en

corredores de fondo (Behnke y Wilmore, 1974). Por el

contrario, los individuos mayores que han disminuido la

densidad ósea a causa de la desmineralización o pérdida

de hueso (como en los casos de osteoporosis), tendrán una

sobreestimación de su nivel de grasa corporal.

Figura 24. Rango de densidades de MM y su efecto sobre

el cálculo del % de GC.

Estos errores se observan en la figura 24, la que muestra el

rango de densidades de masa magra normalmente

encontrados en poblaciones generales y específicas y su

efecto sobre los valores predictivos de grasa total. La

figura sigue la lógica que, más que una sola línea que

describe la relación entre DC y %GC (tal como está

descrito en la ecuación de Siri), hay, muy probablemente,

una familia de curvas como se muestra en el gráfico. Por

lo tanto y de acuerdo a factores tales como el estado de

entrenamiento, salud u otros, una persona podría estar

ubicado en una curva cualquiera de las observadas. Por

ejemplo si la relación real colocara a la persona en la

curva de densidad de MM de 1.07, mientras que la

ecuación de Siri presupone ese valor en 1.1, entonces una

DC medida de 1.06 gr/cm3, resultaría en un porcentaje real

de GC del 5%, comparada con el 17% estimado por Siri.

Obsérvese que una diferencia determinada entre las

densidades real y supuesta de MM produce un error

absoluto mayor para aquellas personas con una alta DC (o

bajo %GC como son los deportistas o los adultos jóvenes

magros), comparados con personas obesas, con baja DC.

No puede sorprender entonces que se haya desafiado la

precisión de la transformación de DC a %GC. Siri estimó

que el error de transformación involucraba un desvío

estándar de 0.0084 gr/cm3 en la población total, lo que da

un error de aproximadamente un 3,7% en la predicción del

%GC. Lohman (1981), formuló la hipótesis de que este

desvío podría ser menor con muestras relativamente

homogéneas, como atletas altamente entrenados (DS,

0.006). Por consiguiente la utilidad de predecir el %GC ha

aumentado con el desarrollo de ecuaciones para deportes y

para poblaciones específicas. Se desarrollaron fórmulas

para diferentes grupos específicos como corredores de

fondo (Pollock, 1977), gimnastas (Sinning, 1978),

deportistas varones (Withers, Craig, 1987), deportistas

mujeres (Withers, Whittinham, 1987), y una variedad de

diferentes subgrupos.

Aplicabilidad de las ecuaciones de predicción del % graso

Supongamos que evaluamos a un sujeto y le tomamos

varias medidas de sitios antropométricos involucrados en

una importante cantidad de fórmulas de predicción de su

%GC a partir del cálculo de su DC. Obviamente estas

múltiples ecuaciones determinan el %GC a partir de

determinadas variables como el sexo, nivel de actividad

física y edad.

La figura 25 muestra el rango de puntuaciones obtenidas

en %GC calculado por fórmulas predictivas diferentes. Se

estimó que esta joven tenía en promedio, 22,7% +/- 3,7%

de grasa corporal. Los niveles estimados variaron, según

las ecuaciones, desde 16,3% hasta 26,2%. Cuando es

expresado en términos relativos, ello representa un rango

del 44% del valor medio estimado sobre todas las

ecuaciones. Esto no tiene en cuenta el SEE (error de

estimación estándar), alrededor de los niveles individuales

del porcentaje estimado de GC. Supongamos que hay

diferentes ecuaciones posibles para elegir, y que cualquier

ecuación se elige al azar. En el peor de los casos podría

resultar un posible rango de valores de %GC entre 7,9 y

34,4%. Por lo tanto, si se usa una ecuación de predicción,

es aconsejable informar el nivel estimado de %GC +/- un

rango de error.

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Figura 25. Predicción del %GC en un mismo sujeto con

distintas ecuaciones.

DESARROLLOS AVANZADOS PARA

EL CÁLCULO DE LA COMPOSICIÓN

CORPORAL POR ANTROPOMETRÍA

MODELOS DE CUATRO COMPONENTES

Más tarde en el tiempo aparecieron otros modelos de

cálculo de la composición corporal por antropometría

llamados modelos cineantropométricos de fraccionamiento

corporal en cuatro masas. Estos discriminan el tejido

magro en tejido muscular, tejido óseo y tejido visceral, lo

que convirtió a estos en modelos de mayor complejidad

que el de doble componente. Sin embargo resultaron tener

errores importantes en los cálculos finales. Estudios

cadavéricos confirmaron estos fallos que hicieron de los

modelos de cuatro componentes una especie en extinción

dentro de la Cineantropometría.

Ambos modelos de cuatro componentes, el de Drinkwater

y Ross y el de Rose y Guimaraes utilizaban los valores

Phantom como medios para corregir y normalizar sus

cálculos. Sin embargo, a la luz de las investigaciones

cadavéricas (Martin, et. al, 1986), de la década del

ochenta, los primeros autores pidieron que deje de

utilizarse su método debido a las enormes diferencias entre

los datos reales (disección), y los calculados. Por otro

lado, el método ideado por Rose y Guimaraes posee un

margen de error similar al anterior, pero las fórmulas de

cálculo son aún más cuestionables. Por ejemplo, para

averiguar el peso de la masa residual se utiliza una

fórmula con un porcentaje fijo, por lo tanto supone que

todos los seres humanos (un porcentaje fijo para mujeres y

otro para varones), poseen el mismo valor de esa masa. El

tejido adiposo y el óseo se calculan a partir de un número

restringido de variables antropométricas, pero la masa

muscular –tan importante a la hora de valorar deportistas-,

se calcula por sustracción. Es decir que se supone que todo

lo que no sea adiposidad, hueso o vísceras, es masa

muscular, no ingresando en la valoración de ésta ni una

sola variable antropométrica.

Claro que cuando toda esta información fue conocida otros

autores habían investigado un modo mejor, más efectivo y

con un margen de error considerablemente menor para

calcular, indirectamente, la composición corporal. Es así

como surge (como un trabajo de tesis de grado), el método

de fraccionamiento corporal en cinco componentes de

Kerr y Ross, (Ross, W; Kerr, D., 1993), subsanando con el

mismo todos los problemas de los modelos de cuatro

componentes. A diferencia de aquellos, el nuevo modelo

presentaba el cálculo separado del tejido adiposo y de la

piel como el quinto componente de las masas humanas.

FRACCIONAMIENTO EN CINCO MASAS

El modelo de fraccionamiento en cinco masas de Kerr y

Ross es el estándar actual dentro de la antropometría para

el cálculo de la composición corporal. El mismo se basa,

en parte, en la estratagema Phantom y en la comparación

con el estudio de cadáveres de Bruselas (Martin, et.al.,

1986).

Según sus propios autores el modelo se valida por: “1) la

capacidad de la suma de las fracciones estimadas para

determinar la masa corporal total en 1l subgrupos distintos

de individuos de ambos sexos (n = 1,669); y 2) su

capacidad para predecir valores medios de masas

fraccionales, obtenidas por disección, y determinación del

peso corporal total en 25 cadáveres humanos de ambos

sexos”.

Se puede decir que este modelo se autoevalúa

permanentemente ya que de cada grupo de variables que

se toman para calcular una masa (por ejemplo los pliegues

subcutáneos para el cálculo del tejido adiposo) surge la

contribución en bruto (es decir en kilos de masa adiposa),

de dicha fracción al peso corporal total. La suma de los

cinco grupos de variables da el denominado “peso

estructurado”. Si este peso estructurado (que surge de la

medición de variables antropométricas) resultara distinto

al peso real (de balanza), entonces podríamos concluir que

el modelo no es buen predictor de la composición

corporal.

Obviamente esto no ocurre ya que, generalmente, la

diferencia entre el peso estructurado y el peso real es

mínima. Ello varía individualmente y, especialmente en

algunas poblaciones (ancianos y niños pequeños), por lo

que los autores sugieren que el margen de error tolerable

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Grupo Sobre Entrenamiento (www.sobreentrenamiento.com) 17/34

entre ambos pesos no debe ser superior a 5%. Es decir que

si la diferencia se mantiene en esos rangos el modelo

puede utilizarse individualmente sin problemas, en tanto

cuando ese porcentaje de diferencia es superado se sugiere

no tomar en cuenta los datos finales.

Por experiencia puedo decir que más del 90% de las

personas que he evaluado con el método de

fraccionamiento en cinco componentes (más de 2.500

casos), han mostrado un rango de diferencia entre pesos

menor al 5%. Y este porcentaje aumenta si solo

analizamos los resultados entre deportistas.

Reproducimos a continuación la comparativa entre el

modelo antropométrico y el estudio de cadáveres.

Tabla 2. Exactitud en la predicción de masas tisulares por

disección de cadáveres de 12 hombres y 13 mujeres, por el

uso del método antropométrico de 5 masas fraccionales.

Nota: Valores en Kg, excepto r y error standard de la

estimación (SEE).

MODELOS NO ANTROPOMÉTRICOS

PARA EL CÁLCULO DE LA

COMPOSICIÓN CORPORAL

BIOIMPEDANCIA ELÉCTRICA

Este método se basa en la determinación de las diferencias

existentes en la conductibilidad eléctrica entre el tejido

graso y el no graso, de la cual son responsables los fluidos

y electrolitos que los componen. Para ello se mide la

impedancia de una débil corriente eléctrica alterna (800

mcA; comúnmente a una frecuencia de 50 KHz), que pasa

entre el tobillo derecho y la muñeca derecha de un

individuo. La impedancia es directamente proporcional a

la longitud del conductor (una distancia que es

habitualmente una función de la altura del individuo), e

indirectamente al área transversal. En otras palabras, la

impedancia es proporcional al cuadrado de la longitud del

conductor (individuo), dividido por su volumen. La

medición de la caída del voltaje es la que permite estimar

la resistencia o impedancia corporal. La impedancia es

igual a la raíz cuadrada de la suma de los cuadrados de

resistencia y reactancia, no obstante, como esta última no

supone más del 10 % de la impedancia, habitualmente se

asume como sinónimos los términos impedancia y

resistencia.

La corriente eléctrica se transmite a través del agua y de

los electrólitos del cuerpo, mientras que es frenada por la

grasa. Por consiguiente, la resistencia al paso de la

corriente variará en función del contenido de grasa

corporal. Asimismo, la resistencia será proporcional al

agua corporal total. Como el agua y los electrólitos se

hallan principalmente en los tejidos libres de grasa,

permiten relacionar la impedancia y la MLG mediante

fórmulas matemáticas. A bajas frecuencias la corriente

atraviesa mal las membranas celulares, por lo que esta

técnica no valora correctamente el agua intracelular. De

esta manera se obtienen los valores de masa libre de grasa

y, por sustracción, de la masa grasa, además del agua

total. En cambio, a altas frecuencias, si atraviesan las

membranas celulares, pueden dar una mejor

representación del agua corporal total en sus componentes

intracelular y extracelular. Por esto, utilizando frecuencias

a distintos niveles se puede tener una idea de estos dos

compartimientos. La estimación de la resistencia corporal

al paso de la corriente eléctrica debe transformarse para

dar una indicación de la composición corporal. El

principio básico es que la impedancia depende de las

características geométricas del conductor. Para ello el

cuerpo humano se considera como un cilindro.

La hipótesis que la bioimpedancia eléctrica puede ser

usada para determinar la masa grasa no ha sido probada, a

pesar de la profusa pero confusa información que proveen

los fabricantes de equipos.

Martín (1989), señala que, si en los programas de cálculo

de los equipos de bioimpedancia eléctrica se suprimen

como información previa los datos de edad, peso, talla,

diámetro de húmero, grado de entrenamiento de la

persona, nutrición, etc., las determinaciones no son

mejores predictoras de masa grasa que el índice de masa

corporal que sólo requiere conocer el peso y la talla. Estas

objeciones se añaden al inconveniente derivado del alto

costo de los equipos. Por otro lado, algunas situaciones

clínicas como deshidratación y edemas pueden invalidar

sus resultados.

Por otro lado, tienen el inconveniente que la

reproductibilidad depende del aparato utilizado y de la

definición de la ecuación que relaciona la impedancia o

resistencia corporal total. Como hemos visto, se tratan de

ecuaciones de regresión que pueden incluir distintas

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Grupo Sobre Entrenamiento (www.sobreentrenamiento.com) 18/34

variables, como edad, sexo, peso y talla, y puede estar

sometida a errores importantes y que se deba ser muy

cuidadoso cuando a la hora de valorar los resultados

obtenidos se aplica a individuos aislados. Además, hay

que tener presente la muestra en la que se ha obtenido la

fórmula a aplicar, tanto en individuos sanos como

enfermos.

La sencillez del método de bioimpedancia está haciendo

que se emplee incluso en estudios epidemiológicos. Sin

embargo, los errores en la determinación de grasa pueden

ser importantes, dependiendo del equipo, el estado de

hidratación y, sobre todo, de la distribución de la grasa (las

extremidades superiores contribuyen casi a la mitad de la

resistencia y el tronco sólo a la décima parte), y del

contenido en glucógeno hidratado del músculo, pues se

asume habitualmente que el 73% del músculo es agua, lo

que no es una verdad absoluta.

ABSORCIOMETRÍA FOTÓNICA DUAL (DEXA)

Los tejidos difieren en su capacidad de atenuar rayos X de

diferentes energías después de irradiar al sujeto. Las

diferencias en la atenuación hística pueden servir para

estimar el tamaño de los compartimientos graso y no

graso, además del contenido de los minerales óseos.

Divide, por tanto, al organismo en tres compartimientos.

Es una técnica reciente, que se usa predominantemente en

la medición del contenido mineral óseo. También se han

realizado numerosas investigaciones que determinan el

contenido mineral óseo y la masa corporal magra.

Esta técnica está basada en la diferente atenuación que

experimentan dos haces de rayos X de diferente energía al

atravesar los distintos tejidos del organismo. El contenido

de mineral óseo y la masa de tejidos blandos se calcula a

partir de la atenuación de las dos energías fotónicas

resolviendo un sistema de dos ecuaciones simultáneas.

Posteriormente, los algoritmos incluidos en el software del

aparato permiten dividir la masa de tejidos blandos en

libre de grasa y grasa. Se trata de una técnica sencilla, que

requiere mínima colaboración por parte del paciente. El

sujeto se coloca en decúbito supino y debe permanecer sin

moverse durante toda la exploración. La posición del

paciente en el aparato es un factor muy importante en la

realización de la técnica. La radiación a la que se somete

al sujeto es muy pequeña (0,05-1,5 mrem), mucho menor

que la asociada a la utilización de técnicas radiológicas

convencionales (oscilan entre 25-270 mrem). Se diseñó

inicialmente para el estudio de la masa ósea, pero permite

valorar claramente la masa grasa y la masa libre de grasa.

El tiempo variará según el tipo de aparato. Las nuevas

generaciones de aparatos reducen su tiempo hasta 5

minutos.

Los equipos son costosos, no obstante es posible que se

convierta con el tiempo en una de las técnicas de

referencia. Su mayor inconveniente es que existen

diferentes aparatos con varias versiones de software, por

lo que no se obtienen resultados idénticos. Además, el

método no puede discriminar la masa muscular.

De cualquier modo, se trata de una tecnología de elevada

precisión para la determinación de la masa ósea, que

ofrece por esa razón la posibilidad de correlacionar los

datos obtenidos con los de numerosas ecuaciones

antropométricas para el mismo fin, con el objeto de

validarlas. Esta técnica ha demostrado buenas

correlaciones entre la medición de la grasa corporal y la

densitometría, y además permite diferenciar entre distintas

regiones corporales.

Con el uso de DEXA se ha mostrado que existen personas

no identificables como obesas según IMC o ecuaciones

basadas en pliegues cutáneos pero que realmente

contienen más de un 25% de grasa en varones y más de un

33% en mujeres, porcentajes considerados como

definitorios de obesidad según la SEEDO y otras

organizaciones científicas.

TOMOGRAFÍA AXIAL COMPUTARIZADA (TAC)

Es un método largamente difundido para el diagnóstico

médico de imágenes. Su utilización para la composición

corporal se remite a estudios anatómicos regionales, ya

que para chequear el cuerpo en su totalidad deberían

aplicarse muchos cortes horizontales, y el cuerpo recibiría

mucha radiación. El método informa la densidad de los

tejidos, construyendo una base bidimensional de la

anatomía correspondiente a cada corte. Es decir, las áreas

calculadas a partir de cada corte axial nos permiten

estimar el tamaño de los diferentes órganos y tejidos.

Como el grosor del corte es conocido el espacio ocupado

por vísceras, grasa, músculos y hueso puede ser calculado

mediante programas computarizados.

Este método diferencia claramente la grasa del músculo.

Es el método de referencia para valorar segmentos del

organismo, volumen de órganos y, en especial la grasa

abdominal, cuyas áreas (subcutánea, perirrenal,

intraabdominal-visceral) se determinan a nivel L4-L5.

Los factores limitantes de esta tecnología tienen relación

con su elevado costo, el tiempo de exploración prolongada

y el sometimiento del sujeto a radiaciones ionizantes.

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RESONANCIA MAGNÉTICA NUCLEAR

Es un método seguro y preciso para evaluar la

composición corporal y es capaz de discriminar el tejido

adiposo con gran precisión, si bien la reproductibilidad de

las determinaciones es inferior a la obtenida con la TAC.

La RMN es muy precisa para valorar el tejido magro,

especialmente en los miembros y tiene gran correlación

con la densitometría.

Se fundamenta en que los núcleos atómicos de las

moléculas del cuerpo, muy especialmente los de H,

pueden comportarse como pequeños imanes, y en

consecuencia, alinearse según la dirección de un campo

magnético aplicado externamente. Si, en esas condiciones,

se hace pasar por el cuerpo una onda de radiofrecuencia,

algunos núcleos absorben parte de su energía y cambian su

orientación en el campo magnético. Cuándo la onda de

radio se suprime, los núcleos se desactivan emitiendo la

señal de radio previamente absorbida. Como cada clase de

núcleo (de átomo), reacciona en forma característica, un

detector adecuado capta una imagen global de la emisión

de los distintos átomos del sector del cuerpo estudiado, y

una computadora adecuadamente programada transfiere

esa información en una imagen, cuyos matices de

intensidad reflejarán la composición de los tejidos

involucrados. Como el H del cuerpo está ubicado

preponderantemente en las moléculas de agua, las zonas

más hidratadas darán densidades más intensas, con alto

contraste entre músculo y grasa, lo que ofrece excelentes

perspectivas de aplicación para determinar niveles de

hidratación (agua corporal), así como de contenido graso

del cuerpo.

Este método es seguro, no invasivo, no irradia al sujeto, y

tiene una capacidad de resolución muy superior a la de la

tomografía computada. Puede resultar de alta validez y

confiabilidad para validar técnicas cineantropométricas.

No existen todavía estudios importantes de RMN en

composición corporal. El principal inconveniente es el

costo del equipo y el prolongado tiempo de realización.

PLESTIMOGRAFÍA

Los pletismógrafos, tanto el acústico como el aéreo, evitan

la inmersión en agua y permiten conocer el volumen

corporal total, utilizando el desplazamiento de aire que

establece un individuo colocado en una cámara. Con este

método en 3-5 minutos de aplicación puede obtenerse el

volumen y la densidad del individuo, no obstante resulta

costoso (Brown, D.B., et. al., 2006).

MÉTODO DE PROPORCIONALIDAD:

ESTRATAGEMA PHANTOM

El modelo de Proporcionalidad humana es uno de los más

antiguos y, por ende, de los más estudiados por la ciencia

del hombre.

Desde el hombre de Vitruvio, de Leonardo Da Vinci hasta

nuestros días, muchos estudios se han sucedido y muchas

conclusiones parciales han sido dadas a conocer. En este

escrito vamos a detenernos en el análisis del denominado

Estratagema Phantom elaborado para comparar medidas

antropométricas en cualquier tipo de poblaciones

independientemente de su sexo, edad, estado físico, etnia,

o cualquier otra característica. El modelo parte de un

sujeto unisexuado, y sin edad específica.

El Phantom es una referencia humana arbitraria con

características antropométricas específicas como la altura

(170,18 cm), el peso corporal (64,58 kg), el porcentaje de

grasa (18,87%), o la masa muscular, los perímetros, los

diámetros y los pliegues subcutáneos.

Ross y Wilson, los autores del Phantom, se basaron en

grandes estudios poblacionales para obtener variables

promedio con su correspondiente desvío estandar. En un

trabajo de Ross y Marfell-Jones (Ross, W; Marfell-Jones,

M., 1991), se publican todas las medias y desvíos estandar

de cada variable antropométrica.

La idea del Phantom es analizar comparativamente cada

variable estudiada con una media universal y determinar

en qué proporción (en desvíos estandar), esa variable se

aleja o se aproxima a dicha referencia. El modelo

matemático empleado es el de los seis desvíos estandar

que contiene, estadísticamente hablando, al 98% de la

población en estudio. Cada variable es normalizada para

una altura y establecido su puntuación z, entre -3 y +3

desvíos.

El problema ha resolver es el siguiente: si un sujeto varón

joven practica deporte y lo comparo con una media que

incluye hombres y mujeres, activos y sedentarios, jóvenes

y adultos, en qué proporción el deportista debe desviarse

de ese promedio? Porque convengamos que si tiene

pliegues adiposos similares a la media Phantom, estamos

en problemas (porque los hombres poseen pliegues más

pequeños que las mujeres y las personas activas tienen aún

menos comparadas con las sedentarias). El tiempo nos ha

enseñado a establecer gráficas de desvíos típicas de cada

disciplina deportiva y así se han establecido unos

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Grupo Sobre Entrenamiento (www.sobreentrenamiento.com) 20/34

parámetros esperables para los deportistas que las

practican.

Los resultados obtenidos mediante el análisis de la

proporcionalidad por el método Phantom suelen

representarse gráficamente, tal y como se observa en la

figura 26 tomada del artículo de la Dra. Kerr publicado en

el Asia Pacific J Clin Nutr (1995) 4: 25-29 y con el título:

“The elite athlete - assessing body shape, size, proportion

and composition”.

Figura 26. Proporcionalidad en atletas de élite.

Diferencias entre hombres (cuadrados negros), y mujeres

(cuadrados blancos).

EL MÉTODO COMBINADO

Su utilidad en el deporte

Desarrollaremos ahora el Método Combinado propuesto

por los argentinos Lentini y Verde (Fisiosport, Buenos

Aires, Argentina, sitio web www.fisiosport.com.ar), que,

sobre la base del Phantom pretende determinar parecidos

partiendo de bases de datos bien definidas y clasificadas

por sexo, edad y actividad deportiva.

El modelo incluye al Phantom pero parte de un promedio

para cada variable obtenido de poblaciones

representativas. La utilidad del método es apreciable: la

idea se basa en que un individuo se parezca a cero para

optimizar su morfología, ya que cero es el promedio para

cada variable antropométrica de un grupo de la misma

población (sexo, raza, edad, actividad deportiva), y podría

pensarse en desarrollos futuros más afinados (como la

obtención de un promedio por actividad deportiva y por

puesto o característica específica de la actividad, como por

ejemplo fútbol, defensa central ó atletismo, de velocidad),

tal como ocurre actualmente con las bases de datos del

somatotipo.

Garrido Chamorro y cols., presentaron un estudio sobre

jugadoras y jugadores de balonmano en España aplicando

simultáneamente el modelo Phantom y el modelo

Combinado y compararon a cada deportista con el

Phantom original, el modelo Combinado unisexuado (es

decir utilizando el promedio de deportistas varones y

mujeres), y el modelo Combinado por género (es decir

compararon varones con la media de varones y mujeres

con la media de mujeres).

Estos autores encontraron importante información en esta

comparación. Tal como puede apreciarse en la figura 27.

Figura 27. Desvíos Standard de un jugador de balonmano

utilizando el Phantom (líneas azules, máximos desvíos), el

modelo combinado asexuado (líneas rojas), y el modelo

combinado para varones (líneas amarillas, mínimos

desvíos).

BIOTIPOLOGÍA: EL SOMATOTIPO DE

HEATH Y CARTER

DEFINICIÓN

El Somatotipo es una clasificación de la forma del cuerpo

y está basado en conceptos de forma corporal, o lo que es

igual, la conformación exterior de la composición

corporal, sin tomar como único dato básico la estatura. El

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método más completo es el denominado Somatotipo de

Heath y Carter, muy utilizado en la valoración de

deportistas de diferentes disciplinas.

La técnica del Somatotipo se basa en la interpretación de

tres componentes que muestran la dominancia relativa de

un determinado tipo de físico, tal como se describe a

continuación.

· Endomorfismo, o predominancia adiposa relativa

· Mesomorfismo, o predominancia músculo esquelética

relativa, y

· Ectomorfismo, o predominancia en linealidad relativa.

Cada uno de los componentes es identificado en la

secuencia endomorfismo-mesomorfismo-ectomorfismo y

puede expresarse en valores que van desde el uno al doce.

Si uno de los componentes tiene la calificación 1, es

porque esa forma corporal es despreciable en ese sujeto, a

medida que el valor aumenta y se aproxima a 6 o 7, se

puede hablar de la predominancia de ese componente,

siendo difícil encontrar un valor de 12 o cercano. Como

ejemplo, un estudio somatotípico cuyo resultado es 1,4-

6,0-3,2 se denomina mesoectomorfo.

El método de Heath y Carter fue descrito en detalle por

Carter en 1980. Los programas para ordenadores

personales pueden adquirirse en una casa especializada

para evitarse el trabajo de realizar cálculos manuales.

Las especificaciones en cuanto al método y al análisis bi y

tridimensional pueden encontrarse en Carter, Ross y

Duquet (1983). El procedimiento usual para describir el

Somatotipo de una muestra determinada es utilizar la

media y la desviación estándar de cada componente y

exponerlos en una distribución normal sobre la

somatocarta, que es la representación gráfica del

somatotipo, tal como se muestra en la figura 28.

Un amplio informe de diversos estudios de Somatotipos

en deportistas está disponible en la literatura especializada.

Un particular interés despiertan las publicaciones sobre el

Somatotipo en atletas varones y mujeres participantes de

campeonatos del mundo de sus especialidades y de Juegos

Olímpicos. El programa de la YMCA-LIFE contiene el

resumen de normas para el Somatotipo en varones y

mujeres canadienses entre 15 y 69 años, basado en 13.599

casos y en los informes de los Juegos Olímpicos de

Montreal.

Figura 28. Somatocarta (o representación gráfica del

Somatotipo), con las probables distribuciones.

En el año 2005 un grupo de investigadores argentinos

(Lentini, N. et. al), publicaron los Somatotipos argentinos

de alto rendimiento deportivo, con una muestra de varones

y mujeres de 1.336 atletas evaluados en el Ce.N.A.R.D.

(Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo).

En la tabla 3 presentamos los resultados promedio en

varones y mujeres.

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Grupo Sobre Entrenamiento (www.sobreentrenamiento.com) 22/34

Tabla 3. Somatotipos argentinos de alto rendimiento

deportivo. Promedio en varones y mujeres.

UTILIZACIÓN DE ECUACIONES PARA

LA OBTENCIÓN DEL % DE GRASA

CORPORAL VERSUS TRATAMIENTO

DE LOS DATOS EN BRUTO

Un procedimiento simple y confiable para controlar los

niveles de grasa se consigue al medir, de forma rutinaria,

el grosor de los pliegues de tejido adiposo subcutáneo sin

transformarlo a %GC. Esta metodología se ha usado

durante años en deportes de alto rendimiento. El

procedimiento elimina el error de transformación del

grosor de pliegues (en mm) en una determinada DC (en

gr.cm3), y luego a % GC.

Para quienes adopten esta técnica se recomienda una serie

de sitios para valorar, con el fin de reducir los errores

debido a un patrón de distribución grasa individual

durante los cambios de peso corporal. Se cree que los

patrones individuales de reducción y aumento se

relacionan con las hormonas lipolíticas y quizás sea esta la

razón por la cual muchos individuos tienen dificultad en

reducir depósitos grasos de lugares específicos.

De todos modos el uso de datos en bruto, en este caso de

pliegues subcutáneos de tejido adiposo, nos impide

comparar entre sujetos. Como es fácil observar esta

variable se mide en milímetros (es decir una medida de

longitud, lineal), y por lo tanto es imposible normalizarla

por un peso determinado (una medida de volumen). Es

obvio decir que si un sujeto tiene en el pliegue equis o en

la sumatoria de tantos pliegues un valor de 50mm y

comparamos el contenido en mm de otro sujeto que

coincide en 50, pero el primero pesa 15kg más que el

segundo, es de rigor pensar que 50mm no representan la

misma cantidad de grasa en cada uno de ellos.

Para resolver este tipo de inconvenientes se han pensado

los diferentes modelos antropométricos que, cada uno

basado en un fundamento que le da origen y sustento, nos

permite transformar las variables lineales en un resultado

un tanto más complejo y, fundamentalmente, comparable.

Es importante recordar en este punto que cada modelo es

más o menos sensible contra sí mismo y que cometemos

graves errores pretendiendo comparar resultados obtenidos

con diferentes modelos de análisis.

Como ejemplo cabe acotar que la mayor parte de los

estudios de % graso en la literatura hacen referencia a

fórmulas basadas en el pesaje hidrostático, es decir en un

modelo de doble componente graso-magro. Éste, como ya

hemos visto, conlleva un margen de error importante. En

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la literatura encontramos que los corredores de larga

distancia (varones), poseen un % graso entre 5 y 7%.

Nosotros valoramos % de tejido adiposo con el modelo de

5 masas y encontramos en un varón corredor de larga

distancia un 21% de tejido adiposo… y todos corren

desesperados.

El entrenador para decirnos que hemos “medido mal”, el

deportista para buscar explicaciones a su “exceso” de

grasa… Nada de eso. El deportista está saludable, bien

entrenado, con un % de tejido adiposo aceptable para su

edad, sexo y tipo de actividad deportiva. El “único” factor

de ruido está en el modelo antropométrico que hemos

elegido para valorarlo.

Definitivamente no se pueden comparar dos modelos

disímiles aún cuando pretendan valorar cosas similares.

De hecho el % graso no es lo mismo que el % de tejido

adiposo. Igual si nos centráramos en medir el % graso y

utilizáramos cada vez una fórmula distinta, el resultado

final variará no por los cambios en el sujeto evaluado, sino

porque las fórmulas no son iguales.

Ante esto surge la duda: entonces cuál es el mejor modelo

antropométrico? La respuesta es simple: el que mejor se

adapte a lo que quiero y a lo que puedo medir.

Siguiendo con el modelo de doble componente graso-

magro reiteramos (como lo hiciéramos en el apartado

sobre el cálculo de la densidad corporal), que existen más

de cien fórmulas en la literatura especializada para

calcular densidad corporal promedio y transformar dicho

cálculo en % graso. Cada fórmula está elaborada para una

población específica (sea por raza, sexo, grupo etario,

nivel de actividad física o un deporte en particular), y

contiene varios datos o grupos de datos como por ejemplo,

tantos pliegues, la edad del sujeto, algún perímetro o

diámetro óseo, la altura o algún otro dato anexo.

CONCEPTO DE PESO IDEAL

Durante algún tiempo se utilizó el concepto de peso ideal

haciendo mención a un peso estandarizado según edad,

sexo, altura y, a veces, etnia y capacidad física. También

se utiliza la complexión corporal en algunas fórmulas. El

cálculo más utilizado para valorar el peso ideal es el índice

masa corporal (IMC, del que ya hemos hablado).

Existen otras fórmulas para calcular el peso ideal, aunque

ya cabe resaltar que este concepto está siendo dejado de

lado a favor del de peso saludable.

CONCEPTO DE PESO SALUDABLE

En los últimos años, se han demostrado algunas relaciones

entre la obesidad y la salud. Y las guías para la

alimentación diaria toman esto en consideración cuando

recomiendan "mantener un peso saludable".

Este concepto de "peso saludable" sustituye al término de

peso "ideal" que todavía se usa.

Este peso saludable es el peso que una persona debe lograr

y mantener a lo largo de toda la vida, ya que allí se

comprueba un mínimo riesgo de padecer trastornos

relativos a la obesidad. Demás está decir que cada persona

tiene un peso saludable relativo a múltiples factores y ello

no puede normalizarse como se intenta con el IMC.

Ese peso saludable ha sido definido por tres criterios

específicos:

1. ¿Cuánto del peso es peso de grasa?

2. ¿Dónde está localizada la grasa? y,

3. ¿Existen problemas de salud relacionados a la

obesidad?

UTILIZACIÓN DE SOFTWARES

En las últimas décadas la computadora ha revolucionado

nuestras vidas. Cotidianamente hacemos uso de ella para

múltiples acciones. En ese sentido la ciencia ha

encontrado en las máquinas una forma rápida de resolver

cálculos que, de ser manuales, nos llevarían mucho tiempo

resolver y una infinidad de posibilidades de error.

La cineantropometría no es ajena a esto. Muchas personas

al terminar de evaluarlas me preguntan: y? cómo estoy? Y

yo agradezco tener a mi lado una PC para poder responder

con celeridad.

SOFTWARES ESPECÍFICOS

Existen algunos softwares de pago exclusivos para

cálculos antropométricos (Bodymetrix es uno), y otros que

además de los modelos antropométricos más usuales

sirven para establecer estados nutricionales y de salud

(Equanthropos). También existen algunos softs en la web

que se comercializan a bajo precio, pero se debe tener

especial cuidado ya que poseen importantes restricciones o

están cargados con modelos de composición corporal en

desuso (como ocurre con el AntropoSoft que posee

precargado un modelo de 4 componentes).

También se debe mencionar que las planillas de cálculo

(tipo Excel), que vienen con los paquetes de programas de

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ofimática nos proveen de herramientas inestimables. Y

con un poco de conocimientos básicos se pueden lograr

sorprendentes resultados. Un simple cálculo (como el

IMC), puede cargarse en una planilla.

También podemos realizar cálculos más complejos (de

hecho yo mismo he elaborado una planilla de cálculo en

Excel a la que denominé Cine-Gim, con la que calculo el

fraccionamiento en 5 masas, el somatotipo y la

proporcionalidad Phantom, más algunos índices de

proporcionalidad y de salud, sobre la base de unas 40

variables antropométricas), pero para ello se deberá tener

conocimientos más avanzados sobre planillas de cálculo.

Sin dudas, cualquiera sea el tipo de recurso con el que

contemos, los programas para cineantropometría nos darán

una ayuda indispensable en el trabajo diario.

ANÁLISIS DE CARACTERÍSTICAS

ANTROPOMÉTRICAS DE

DEPORTISTAS RECREATIVOS Y

COMPETITIVOS DE DIFERENTES

ESPECIALIDADES

INTRODUCCIÓN A LA PROBLEMÁTICA

Sin lugar a dudas es nuestro interés, como entrenadores,

establecer las condiciones óptimas de rendimiento de los

deportistas con los que trabajamos.

Lo primero que vamos a tener en cuenta es un análisis

típico de cada modalidad deportiva para poder establecer

características especiales de la misma.

Como ejemplo podemos mencionar la importancia del

alcance de brazos para los nadadores o de la relación entre

la altura total y la altura de piernas en velocistas de

carreras pedestres.

Una vez realizado este tipo de análisis procedemos a elegir

la base de datos con la que vamos a comparar a esos

deportistas. En este punto es bueno destacar que muchos

de los datos que tenemos disponibles provienen de países

ajenos al nuestro. De hecho una muestra de un país puede

no ser representativa de todo el territorio, menos todavía si

se usa en otros países y en poblaciones de características

muy diferentes a la de referencia.

También resulta muy loable que las evaluaciones que

efectuemos a los deportistas con los que trabajamos

engrosen las bases de datos locales. El trabajo solidario en

este sentido nos ayudará a tener parámetros mucho más

cercanos a nuestra realidad y, consecuentemente, mucho

más útiles.

Algunos datos de fútbol profesional y amateur

El fútbol es, sin dudas, el deporte más difundido en esta

región del planeta y, por consiguiente, del que más datos

disponemos para el análisis.

El estudio “Somatotipos Argentinos de Alto Rendimiento

Deportivo” (Lentini, et. al., 2005), presenta el promedio en

varones y mujeres, de un amplio número de especialidades

deportivas. Con relación al fútbol establece un somatotipo

promedio de características “mesomorfo balanceado” (2.3-

4.8-2.2), para varones y “meso-endomorfo” (3.0-3.8-2.1),

para mujeres.

Pero podemos afinar el análisis desmenuzando qué

características se pueden identificar según los puestos en

el campo de juego. Quienes hemos trabajado en el fútbol

profesional tenemos en claro que las características

morfológicas de estos deportistas están íntimamente

ligadas a su accionar en el equipo. Por ejemplo es fácil

observar que los arqueros, los defensas centrales, los

mediocampistas defensivos y los delanteros de punta o

centrales poseen, en promedio, una mayor altura que sus

pares que se desempeñan sobre los laterales del campo.

Un excelente análisis de dichas características asociadas

además al rendimiento deportivo podemos encontrar en

los resultados de las investigaciones de composición

corporal, análisis del movimiento y análisis táctico, en la

copa América 1995 (Rienzi y Mazza, 1998).

Los resultados resumidos se presentan el la tabla 4.

POSICIÖN SOMATOTIPO CALIFICACION

Arqueros 2.6-5.5-1.9 Mesoendomorfo

Defensa central 1.9-5.3-2.3 Mesomorfo balanceado

Defensa lateral 2.0-5.3-2.1 Mesomorfo balanceado

Medio defensivo 2.0-5.0-2.3 Mesomorfo balanceado

Medio ofensivo 2.3-5.2-2.1 Mesomorfo balanceado

Delantero central 2.2-5.5-1.8 Mesomorfo balanceado

Delantero lateral 1.8-5.3-2.2 Mesomorfo balanceado

Promedio Total 2.1-5.3-2.1 Mesomorfo balanceado

Tabla 4. Resultados promedio de los somatotipos de la

copa América 1995, analizado por puestos y promedio

general. (Rienzi y Mazza).

Como puede observarse en la tabla, si bien la mayoría de

los puestos da una calificación de mesomorfos

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Grupo Sobre Entrenamiento (www.sobreentrenamiento.com) 25/34

balanceados, los resultados matemáticos son bien

diferentes.

Un amplio estudio sobre futbolistas amateurs y

profesionales tuve la oportunidad de realizar en México,

en 1997. En el mismo se establecieron las características

morfológicas de todos los planteles del Club Cruz Azul de

México, D.F. (Arcodia, J. y Rodríguez, A; 1997).

Según estos datos la composición corporal, según grupos

de edad y en promedio (sin discriminar por puestos), se

presentan en la tabla 5.

EDAD % T. ADIPOSO % T: MUSCULAR

12 25.1 43.19

13 25.46 43.38

14 23.53 44.26

15 22.19 45.52

16 22.21 46.86

17 23.05 46.49

18 21.32 48.13

Tabla 5. Resultados promedio de % adiposo y %

muscular (modelo de 5 componentes de Kerr y Ross),

según la edad. Club Cruz Azul, ciudad de México, 1997.

También se presentan los somatotipos promedio (tabla 6).

EDAD SOMATOTIPO CALIFICACIÓN

12 2.2-4.3-3.2 Meso ectomorfo

13 2.1-3.9-3.6 Mesomorfo-ectomorfo

14 1.9-4.0-3.4 Meso ectomorfo

15 1.8-4.1-3.2 Meso ectomorfo

16 2.0-4.3-2.7 Meso ectomorfo

17 1.9-4.3-2.9 Meso ectomorfo

18 1.9-4.3-2.9 Meso ectomorfo

Tabla 6. Somatotipos promedio según la edad, Club Cruz

Azul, ciudad de México, 1997.

Como puede apreciarse las calificaciones del somatotipo

en este estudio se diferencian de las obtenidas en

Argentina (Lentini, et. al., 2005), y de otros datos

internacionales (Guimaraes, et.al, 1975; Withers, et.al,

1986; Rodríguez, et.al, 1986), quienes informan

somatotipos promedio para el fútbol profesional

mesomorfos balanceados.

Estos son apenas unos pocos datos de los disponibles en la

bibliografía, y los presentamos a modo ilustrativo para que

el lector pueda tener una idea más o menos básica sobre

este deporte. También perseguimos el objetivo de

demostrar en estos ejemplos las diferencias en los estudios

morfológicos aún dentro de la misma especialidad

deportiva.

Datos sobre vóleibol

Retomando la idea inicial encontramos tanto en le voleibol

como en el básquetbol la generalizada y más que obvia

idea de la predominancia de la altura sobre otras variables

antropométricas.

En realidad tenemos que decir que en estos deportes la

estatura es casi una condición más que podríamos

burdamente comparar con la imposibilidad de remar o

nadar de un sujeto que no tiene brazos. Quizás el ejemplo

no sea muy feliz, pero pretendo que sea claro. La idea que

subyace es que las características obvias muchas veces

esconden otras tan importantes, pero que no están “tan a la

vista”.

Otra vez debemos considerar el análisis concienzudo y

particular de cada especialidad deportiva para arribar a

conclusiones un poco más profundas y efectivas.

Según Bellendier (Bellendier, J; 1999), el biotipo para esta

especialidad debe estar dentro de la calificación ecto

mesomórfico, el tren inferior debe ser mayor en longitud

que el tren superior. En resultados obtenidos en el

Ce.N.A.R.D. (Centro Nacional de Alto Rendimiento

Deportivo de la Argentina), utilizando un modelo de 5

masas (Kerr y Ross), los porcentajes de masa muscular y

adiposa fueron 45,15-44,62 y 23,67-24,52,

respectivamente. Todos los datos pertenecen a varones de

categorías menores.

El estudio Somatotípico (Lentini, et.al), muestra un

somatotipo ecto mesomorfo (2.1-3.5-4.1), para varones y

endomorfo-ectomorfo (3.4-2.9-3.2), para mujeres.

Durante el campeonato Argentino de voleibol del año

2000 se evaluaron a los seleccionados de cada provincia,

varones y mujeres encontrándose los siguientes valores

(tabla 7):

VARONES MUJERES

Somatotipo promedio 2.86-4.44-2.66 4.50-3.52-2.37

Calificación Meso balanceado Endo mesomorfo

% adiposo (media) 25.0 34.8

% muscular (media) 47.3 39.2

Talla (media) 186.9 169.6

Peso (media) 84.24 64.74

Tabla 7. Promedios de somatotipo, % adiposo, %

muscular, talla y peso de los participantes del Torneo

Argentino de Voleibol, 2000.

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Grupo Sobre Entrenamiento (www.sobreentrenamiento.com) 26/34

Otros datos deportivos

En el hándol (o balonmano), se utilizan algunos

parámetros antropométricos específicos para medir

habilidades. Avila Moreno (1996), propone la talla, que

condiciona el uso del espacio vertical, la envergadura, que

determina la amplitud del espacio cercano que se puede

dominar e incide en la potencia de los lanzamientos, el

ancho de la mano, que tiene incidencia directa en la toma

y manejo del balón, el diámetro biacromial, que posibilita

la creación de la base estable de fuerza a nivel proximal,

necesaria para la producción de potencia a nivel distal en

el lanzamiento y el peso, como factor importante en

situaciones de contacto.

Ya hemos presentado un amplio rango de referencias

(Lentini, et. al. 2005). Ahora vamos a resumir en la tabla 8

somatotipos de otras referencias.

DEPORTE (Varones) SOMATOTIPO CALIFICACIÓN

Fútbol australianoª 2.1-5.7-2.5 Mesomorfo balanceado

Básquetbolª 2.1-4.5-3.5 Meso ectomotfo

Gimnasiaª 1.9-6.1-2.5 Meso ectomorfo

Hóckeyª 2.4-5.4-2.6 Mesomorfo balanceado

Remo (peso pesado)ª 2.0-5.2-3.0 Meso ectomorfo

Carrera (larga distancia)ª 1.8-4.4-3.7 Meso ectomorfo

Atletismo (saltos)º 1.7-4.4-3.4 Meso ectomorfo

Natación (libre)º 2.2-4.7-2.9 Meso ectomorfo

Natación (Pecho)º 2.2-5.3-2.8 Meso ectomorfo

Básquetbolº 2.0-4.3-3.5 Meso ectomorfo

Ciclismo (velocidad)º 1.8-5.2-2.4 Meso ectomorfo

Ciclismo (persecución)º 1.8-5.1-2.6 Meso ectomorfo

Pesas (pluma)º 1.5-6.8-1.1 Mesomorfo balanceado

Pesas (mediano)º 2.1-6.8-1.2 Meso endomorfo

Pesas (pesados)º 3.5-7.7-0.7 Meso endomorfo

DEPORTE (Mujeres)

Básquetbolª 3.7-4.0-2.9 Mesomorfo-endomorfo

Hóckeyª 3.7-4.5-2.2 Meso endomorfo

Fútbolª 4.2-4.6-2.2 Mesomorfo-endomorfo

Voleibolª 3.0-3.5-3.5 Mesomorfo-ectomorfo

Lacrosseª 4.1-4.5-2.4 Mesomorfo-endomorfo

Atletismo (velocidad)º 2.7-3.9-2.9 Mesomorfo balanceado

Atletismo (400-800)º 2.0-3.3-3.7 Ectomorfo-mesomorfo

Atletismo (saltos)º 2.2-3.3-3.7 Ectomorfo-mesomorfo

Natación (libre)º 3.1-3.6-2.9 Mesomorfo balanceado

Natación (pecho)º 3.2-4.2-2.7 Mesomorfo balanceado

Gimnasiaº 2.7-4.2-2.8 Mesomorfo balanceado

Tabla 8. Algunos somatotipos de referencia para varones

y mujeres deportistas. ª Datos de la Comisión de Deportes

de Australia (Norton y Olds, 1999). º Datos del MOGAP

(Montreal, 1976).

En la tabla 9 presentamos algunos datos de composición

corporal de distintas fuentes. Todos los datos provienen de

la conversión de las variables antropométricas al modelo

de fraccionamiento de 5 masas de Kerr y Ross.

DEPORTE % MUSCULAR % ADIPOSO

Rugby (Argentina) (1) 49,58 23,48

Fútbol (Haití) (2) 52,42 19,19

Fútbol (México) (3) 48,13 21,32

Fútbol (Argentina) (4) 51,00 20,25

Fútbol (Inglaterra) (5) 51,00 18,00

Tabla 9. Algunas referencias deportivas de composición

corporal promedio valorada por el método de 5 masas de

Kerr y Ross. Referencias: 1) Club Logaritmo Rosario,

plantel de 1º división (Arcodia, J., 2002); 2) Selección

Mayor (Arcodia, J., 2001); 3) Club Cruz Azul, México

D.F., 2º división (Arcodia, J., 1997); 4) Club Belgrano de

Córdoba, 1º división (Arcodia, J., 2001); Clubes ingleses

de 1º división (Reilly, T., 1998).

A modo de conclusión diremos que, siempre que vayamos

a tomar una referencia determinada, es indispensable que

revisemos la fuente, el año de producción del trabajo y la

población que fue tomada como muestra. Además es

imprescindible que conozcamos el modelo matemático

utilizado o el método antropométrico de referencia.

Tenemos infinidad de datos de composición corporal

elaboradas en base al modelo de doble componente graso-

magro. De hecho estos datos pueden ser, objetivamente

hablando, muy distintos a los datos directos obtenidos por

disección cadavérica o por DEXA (uno es y el otro puede

ser en un futuro un método de referencia), pero las

fórmulas (más de 100 en la literatura especializada), deben

ser conocidas, sino la aplicación de la referencia estará

viciada al no poder realizar comparaciones.

COMPOSICIÓN CORPORAL, SALUD Y

APTITUD FÍSICA

CUÁL ES LA COMPOSICIÓN CORPORAL MÁS

ADECUADA PARA LA SALUD TANTO EN EL

HOMBRE COMO LA MUJER

A menudo utilizamos la sumatoria de pliegues cutáneos

para estimar la adiposidad total. La densidad corporal, y

por lo tanto, el porcentaje de grasa y la masa magra

absoluta, pueden estimarse a partir de mediciones

antropométricas de superficie (los perímetros y los

pliegues cutáneos). Sin embargo, las ecuaciones de

regresión son específicas para cada población y, por lo

general, involucran considerables errores constantes de

Page 27: COMPOSICIÓN CORPORAL ÓPTIMA PARA EL RENDIMIENTO DEPORTIVO Y LA APTITUD FÍSICA

Grupo Sobre Entrenamiento (www.sobreentrenamiento.com) 27/34

estimación. Las diferencias en la distribución grasa entre

los distintos depósitos subcutáneos y entre los depósitos

subcutáneos y viscerales, significan que las mediciones de

pliegues son un índice imperfecto de la adiposidad

general. La distribución de la grasa subcutánea difiere

entre hombres y mujeres con los valores de pliegues en

todos los sitios con tendencia a ser mayores en las mujeres

que en los hombres. Los pliegues más gruesos tienden a

localizarse en la región lumbar abdominal, en ambos

sexos.

La grasa contiene 37 kj.gr, las proteínas 17 kj.gr y los

carbohidratos 16, pero no todos los kilojoules son

metabolizados de la misma manera por el organismo. La

grasa alimentaria es convertida más fácilmente a grasa

corporal con un costo neto de alrededor del 3% del valor

calórico de la grasa ingerida. Los CHO, necesitan el 23%

del valor calórico del alimento ingerido para almacenarse

como grasa corporal. Por lo tanto existe una ventaja

evolutiva en almacenar la grasa alimentaria en los

adipositos. Los estudios a gran escala muestran

correlaciones elevadas positivas entre la ingesta de grasa

alimentaria y el porcentaje de grasa corporal. Los datos

sugieren que un cambio en la alimentación, aún

manteniendo la misma ingesta calórica, puede afectar la

composición corporal.

Está bastante definida la cuestión acerca de los distintos

fenotipos de la obesidad. Estos se caracterizan por la

diferente distribución de la grasa en el cuerpo (Bouchard,

1991; Seidell, 1992). Algunos tipos de obesidad parecen

afectar la salud más que otras. Bouchard ha identificado 4

tipos de obesidad (Tabla 10):

Tipo Características

I Grasa y/o peso excesivo distribuido en todas las regiones

corporales

II Excesiva grasa subcutánea en la región abdominal, o

adiposidad androide

III Excesiva grasa abdominal profunda

IV Exceso de grasa en las regiones glútea y femoral, o

adiposidad ginecoide

Tabla 10. Clasificación de los distintos tipos de obesidad,

según la regionalización del tejido adiposo.

Generalmente una persona obesa tendrá el tipo I asociado

a otra forma de obesidad. Es común que las mujeres con

sobrepeso tengan una combinación de obesidad tipo I y

IV. Las implicancias para la salud parecen depender muy

estrechamente del tipo de obesidad, tal como

describiremos a continuación.

La obesidad androide (II y III), está asociada a ciertas

disfunciones metabólicas y morbilidad (hipertensión,

mayores niveles de lipoproteínas de muy baja densidad

VLDL y de baja densidad LDL, disminución en las

concentraciones de HDL, hiperlipidemias, diabetes de tipo

II y ECC). La correlación entre la obesidad de tipo II y las

ECC es de una magnitud similar a las correlaciones entre

las ECC y el tabaquismo, la hipertensión y la

hiperlipidemia (Larsson, 1991).

La grasa abdominal tanto subcutánea como profunda

parece ser particularmente peligrosa con relación al riesgo

de ECC, hipertensión, cálculos biliares y diabetes de tipo

II. Los elevados valores de grasa abdominal profunda

están correlacionados con la intolerancia a la glucosa,

hiperinsulinemia, hipertensión, aumento en los niveles

plasmáticos de triglicéridos y disminución en los niveles

de lipoproteínas de alta densidad HDL. Este perfil

metabólico es consistente con las ECC, diabetes de tipo II,

y morbilidad por accidentes cerebrovasculares. Bergstrom

y colaboradores (1990), informaron que aún cuando se

tienen en cuenta los efectos de la tolerancia a la glucosa y

el BMI, los hombres con ECC tienen más grasa abdominal

profunda que sus pares subclínicos. Las reducciones en la

obesidad de tipo III también correlacionan con cambios

positivos en los niveles de triglicéridos (r, 0.67), y con la

proporción HDL/LDL (r, 0.66). Estos datos sugieren que

aquellas personas que padecen de una obesidad de tipo III

tienen un aumentado riesgo de ECC. Se piensa que estas

asociaciones tienen relación con eventos metabólicos a los

que Bouchard (1994), denominó “síndrome metabólico”.

No existe opinión común sobre la relación entre las

obesidades de tipo II y III y el síndrome metabólico. Unos

argumentan que estas obesidades desencadenan el

síndrome. Más específicamente, dicen, los elevados

índices de cortisol promueven el depósito de grasas en las

regiones subcutánea y visceral del abdomen (Bray, 1992).

Esto contrasta con los bajos niveles de cortisol que, junto a

una elevada proporción estradiol-testosterona, promueven

el depósito de grasas cerca de las regiones de glúteos y

muslos. Las células grasas localizadas en la región del

abdomen son más sensibles a la lipólisis que las

encontradas en la región de glúteos y muslos. Los ácidos

grasos libres (AGL) de la región abdominal son liberados

directamente a la circulación portal. El aumento en los

AGL plasmáticos lleva a una disminución en el consumo

de insulina por el hígado. La obesidad abdominal está

asociada con una mayor lipólisis y mayores niveles de

AGL plasmáticos dentro de la circulación portal, lo que a

cambio aumenta la posibilidad que el consumo de insulina

sea inhibido, llevando a elevados niveles periféricos de

insulina en sangre y mayor resistencia a la insulina

(Ohlson, 1985). Por otro lado Barnard y Wen (1994),

argumentan que el síndrome metabólico es un fenómeno

Page 28: COMPOSICIÓN CORPORAL ÓPTIMA PARA EL RENDIMIENTO DEPORTIVO Y LA APTITUD FÍSICA

Grupo Sobre Entrenamiento (www.sobreentrenamiento.com) 28/34

del estilo de vida occidental, que consiste en un

comportamiento sedentario, y el consumo de dietas ricas

en grasas y azúcares refinados. Este estilo de vida provoca

resistencia a la insulina en personas susceptibles. El

desarrollo de las obesidades de tipo II y III sigue al

desarrollo de esa resistencia a la insulina. Para ellos el

síndrome parece tener un fuerte potencial para

comprometer la salud, aumentando las posibilidades de

sufrir diabetes de tipo II, ECC, y enfermedades

cerebrovasculares. Sigue sin aclararse si las obesidades de

tipo II y III son causa o consecuencia de la resistencia

asociada a la insulina.

La reducción de la adiposidad abdominal a través de

intervenciones sobre la salud puede atenuar la resistencia a

la insulina asociada al síndrome metabólico. La

disminución de la adiposidad abdominal reduce el nivel de

AGL depositados en la circulación portal lo que mejora la

captación de insulina por parte del hígado. El aumento en

el lavado de insulina parece ser el mecanismo inicial de la

mayor sensibilidad a la insulina. Las reducciones en la

grasa abdominal interna son necesarias para provocar

cambios positivos en el metabolismo de la glucosa, en los

niveles de triglicéridos y en el cociente HDL/LDL.

Ferland y colaboradores (1989), reportaron que el BMI y

el cociente cintura cadera tuvieron una correlación

moderada con la grasa abdominal interna y con la

proporción entre esta y la grasa abdominal total. Se

necesitan más investigaciones para determinar con certeza

si cualquier índice antropométrico puede brindar una

perspectiva de la obesidad de tipo III sobre la población

general o en grupos poblacionales especiales.

Las obesidades de tipo II y III actuando a través del

síndrome metabólico son antagonistas de la buena salud.

Por lo tanto el especialista que las trate se enfrenta a un

dilema. Por un lado la obesidad tipo III es difícil de

evaluar en la clínica, por el otro la identificación y el

tratamiento de la misma puede ser fundamental para

restaurar los niveles de salud.

Es evidente que el concepto de salud y de composición

corporal saludable abarca algo más que un determinado %

de tejido adiposo o de grasa corporal. El estado de salud

refleja un equilibrio entre varios factores uno de los cuales

está reflejado por la composición del cuerpo en función de

la acumulación de grasa.

De lo expuesto se desprende otro nivel de análisis. No sólo

es importante el contenido de grasa en el peso corporal

sino, fundamentalmente, el tipo de distribución. Está

probado que la distribución de tipo androide (o

acumulación de tejido adiposo a nivel abdominal), es más

perjudicial para la salud que cualquier otro tipo de

distribución. Aquí cabe la pregunta y, consecuentemente,

la resolución práctica del problema.

Si tomamos como punto de corte saludable (medido con el

método de fraccionamiento antropométrico de 5 masas –

de Kerr y Ross-), el porcentual 20, para varones y nos

encontramos con dos sujetos de características similares

que poseen un % de tejido adiposo de 32% a cuál

calificamos de más saludable?

A simple vista podríamos concluir que están en similares

condiciones. Pero que pasa si calculamos el cociente

cintura cadera y encontramos en uno de ellos un valor de

1.25 y en el otro un valor de 0.91? Entonces podremos

decir que el primero está en peores condiciones ya que

(por el análisis del índice cintura cadera), vemos que tiene

una acumulación de grasa a nivel del abdomen. Como

puede apreciarse el diagnóstico antropométrico no puede

depender de un solo modelo de análisis.

Aún así y pese a todas estas salvedades podemos

establecer algunos parámetros relativos a estados

saludables. Si por esto entendemos la capacidad de los

sujetos de realizar actividad física sistemática con el fin de

mejorar su calidad de vida. Los datos aquí expuestos

fueron recogidos a lo largo de cinco años de trabajo

(Arcodia, J; datos aún no publicados), sobre una población

de más de 1.500 personas (varones y mujeres), asistentes

regulares a una sala de musculación donde combinaron

una rutina de fuerza con otra predominantemente aeróbica.

La asistencia regular implica una estimulación de tres

sesiones semanales cuya duración variaba entre 50 y 90’,

Menor sensibilidad

y diabetes de tipo II

Mayores niveles de

insulina sanguínea

Disminución en la captación

de insulina por el hígado

Aumento de AGL en la

circulación portal

Aumento de la lipólisis

Aumentos en los depósitos

de grasa en el área abdominal

Mayores niveles

Disminución de la lipólisis

Aumentos en los depósitos de

grasa en cadera y muslos

Menores niveles

CORTISOL

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Grupo Sobre Entrenamiento (www.sobreentrenamiento.com) 29/34

dependiendo del período de trabajo y de los objetivos de

cada período.

La población de estudio estaba compuesta por varones y

mujeres entre 18 y 50 años, todos con apto médico para la

realización de actividades físicas que, además de las

rutinas de ejercicios, estudiaban o trabajaban y llevaban

una vida diaria con diversas ocupaciones.

Todos los participantes fueron controlados, al menos, dos

veces, siendo los más evaluados aquellos que se

sometieron al estudio en 11 ocasiones a lo largo de los

cinco años.

El grupo de varones fue más propenso a ser evaluado que

el grupo de mujeres. Todas las evaluaciones fueron

realizadas antes de la actividad física y las mujeres,

además, fuera de la semana premenstrual.

Se tomaron 24 variables antropométricas entre pliegues

subcutáneos de tejido adiposo, perímetros, diámetros y

medidas básicas (peso, talla máxima y de sentado). A

partir de estas variables se calcularon:

— Fraccionamiento de la masa corporal en 5

componentes (modelo de Kerr y Ross);

— Somatotipo matemático (de Heath y Carter);

— Proporcionalidad para las 24 variables (modelo

Phantom, de Ross y Wilson);

— Índices de proporcionalidad e índices del estado

de salud.

En la tabla 11 se presentan los valores porcentuales de los

componentes tisulares del peso corporal para varones y en

la tabla 12 los valores para mujeres (en general). Se

describen el número de casos analizados (n), el valor

mínimo (mín), el valor máximo (máx), la media aritmética

(media), y el desvío estándar (sd), para cada población de

los porcentajes de tejido adiposo, masa muscular, óseo

(total), piel y residual.

VARONES

% t

ejid

o a

dip

oso

% m

usc

ula

r

% ó

seo

(to

tal)

% p

iel

% r

esid

ual

n 759 759 759 759 759

min 14,67 26,70 8,65 3,86 7,76

max 49,84 55,23 15,39 7,92 15,86

media 26,49 45,08 11,61 5,19 11,62

ds 5,24 4,23 1,30 0,61 1,09

Tabla 11. Análisis estadístico descriptivo del modelo de 5

componentes para la población de varones estudiada.

MUJERES

% t

ejid

o

adip

oso

% m

usc

ula

r

% ó

seo

(to

tal)

% p

iel

% r

esid

ual

N 768 768 768 768 768

Min 22,36 22,47 8,52 4,11 6,35

Max 52,70 48,25 15,73 8,34 13,86

Media 36,08 36,49 11,63 5,88 9,92

ds 5,44 4,43 1,23 0,63 1,22

Tabla 12. Análisis estadístico descriptivo del modelo de 5

componentes para la población de mujeres estudiada.

Como puede observarse encontramos un % promedio de

tejido adiposo de 26,49 y un mínimo de 14,67 en los

varones. Pero cuál es el porcentaje saludable?

Evidentemente el rango mínimo pertenece a un sujeto muy

musculado y resulta difícil encontrar normalmente esos

valores con el modelo de 5 masas. Por lo tanto no sería

lógico tomar ese dato como meta. Si tomamos el promedio

podríamos estar más cerca del valor deseable, pero en su

cálculo intervienen valores elevados (de hecho el máximo

en esta muestra, 49,84%). Y si tomamos el promedio entre

el rango mínimo y la media total (20,58%), quizás estemos

más cerca de los valores saludables.

En la población de mujeres ocurre algo similar. El

porcentaje promedio de tejido adiposo es de 36,08%, el

rango mínimo es 22,36% (siendo el máximo de 52,7%). El

promedio entre el valor mínimo y la media total es de

29,22%.

Un fenómeno común en la población de mujeres es

encontrar valores similares de tejido adiposo y masa

muscular. Obsérvese que el promedio es 36,08% y

36,49%, respectivamente.

Por otro lado se analizó a esta población en valores de

índices. El índice de masa corporal promedio para mujeres

fue de 22.75 contra un promedio de 24.56 en la población

de varones. Esto muestra la escasa capacidad de

discriminación del contenido graso que nos brinda el IMC,

ya que las mujeres poseen los valores de tejido adiposo

más elevado, sin embargo su IMC es menor, en promedio,

que el de los varones. Además ambas poblaciones están

dentro de la calificación “normal” (18,5 a 25, según la

SEEDO).

Buceando en otros trabajos de colegas encontramos

algunos datos más que interesantes. Por ejemplo la

investigación titulada “Evaluación morfofuncional

psicosocial y nutricional de los alumnos de las escuelas

públicas de la ciudad de Buenos Aires” arroja resultados

Page 30: COMPOSICIÓN CORPORAL ÓPTIMA PARA EL RENDIMIENTO DEPORTIVO Y LA APTITUD FÍSICA

Grupo Sobre Entrenamiento (www.sobreentrenamiento.com) 30/34

de composición corporal en niños y niñas divididos por

grupos de edad, según las tablas 13 y 14.

Edad % Adiposo promedio % Muscular promedio

6 31.66 35.54

7 32.69 34.60

9 34.62 33.68

10 36.33 33.50

11 35.40 35.80

12 35.61 35.95

13 34.57 36.95

14 35.10 37.90

15 35.30 37.20

16 34.60 38.30

Tabla 13. Valores medios de % de tejido adiposo y

muscular en una población de escolares mujeres de la

ciudad de Buenos Aires.

Edad % Adiposo promedio % Muscular promedio

6 27.78 37.30

7 28.86 36.44

9 30.90 35.80

10 32.37 35.00

11 32.57 35.30

12 32.51 36.31

13 31.08 38.29

14 30.10 38.60

15 29.20 40.30

16 27.30 41.40

Tabla 14. Valores medios de % de tejido adiposo y

muscular en una población de escolares varones de la

ciudad de Buenos Aires.

Como puede observarse los valores del % adiposo en

mujeres (tabla 13), ascienden desde los 6 hasta los 10 años

(pico máximo), para luego descender levemente

culminando a los 16 años con un valor medio de 34,6%.

Similar comportamiento aparece en el grupo de varones

(tabla 14), donde los valores ascienden desde los 6 años

hasta arribar al pico a los 10 (32,57%), luego la curva

desciende de manera sostenida finalizando a los 16 años

con un valor de 27,3%.

En un estudio en personas mayores de 60 años Aleman-

Mateo, et. al. (1999), relacionan valores antropométricos y

parámetros relativos a la salud encontrando una asociación

positiva entre la actividad física y dichos parámetros. La

población del estudio es un grupo de personas de una

región rural del noroeste de México, mayores de 60 años

con valores antropométricos expresados en la tabla 15.

VARIABLE Mujeres (n 22) Varones (n 32)

Peso (Kg) 66.3 71.9

Talla (cm) 155 167

IMC 27.2 25.5

Pliegue subcutáneo bicipital 14.1 5.1

Pliegue subcutáneo tricipital 21.6 11.1

Pliegue subcutáneo subescapular 17.8 15.4

Pliegue subcutáneo suprailíaco 21.7 8.4

Circunferencia de cadera 101.6 96.2

Circunferencia de cintura 98.3 95.1

Cociente cintura-cadera 0.97 0.98

Tabla 15. Valores promedio de variables antropométricas

en una población mexicana mayor de 60 años.

ANÁLISIS DE RESULTADOS Y

APLICACIONES PRÁCTICAS

COMO LEER LOS RESULTADOS

ANTROPOMÉTRICOS

Para analizar adecuadamente distintos resultados

antropométricos tenemos que tener en cuenta algunos

puntos:

1) Qué perseguimos cuando aplicamos un modelo

antropométrico determinado?

Hay que tener muy claro el objetivo antes de elegir el

modelo de análisis. Si nuestra intención es conocer la

distribución del tejido adiposo podemos echar mano a un

simple índice, el cociente cintura-cadera o al índice de

conicidad. Estaríamos en un error si aplicáramos un

modelo tisular de composición corporal (de 2, 4 o 5

componentes), ya que estos producen una cuantificación

global de la grasa y nada nos dicen sobre su distribución.

2) Debemos aplicar modelos comparables.

Siguiendo con el ejemplo anterior al tratar de calcular la

distribución de la grasa podemos obtener un valor de 1,56

para el índice de conicidad (distribución androide) y otro

valor de 0,99 para el cociente cintura-cadera. Estos

modelos son imposibles de comparar, no son

intercambiables si tomamos los valores absolutos.

Utilizamos uno u otro. Lo mismo ocurre si pretendemos

comparar el % graso utilizando un modelo de 2 masas y

luego aplicando el de 5 componentes. Si bien todos los

modelos que ejemplificamos persiguen los mismos

objetivos, sus bases o fundamentos varían, son distintos, y

sus resultados también los son porque obedecen a esas

bases.

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3) Existen varios niveles de análisis de los resultados.

La mayoría de los modelos antropométricos se basan en

fórmulas matemáticas. Estos métodos son aplicados a un

número de variables para obtener determinados datos que

nos sugieren ciertas conclusiones.

Pero la lectura de esas conclusiones puede ser

interpretada. Un ejemplo muy común es obtener valores

similares de porcentajes adiposo y muscular cuando

valoramos en dos momentos distintos a un mismo sujeto

para evaluar las diferencias en su composición corporal

luego de un tratamiento de dieta, actividad física o un

conjunto entre ambas. Qué pasó? La pregunta que surge

es: estoy igual? Nada cambió?

Probablemente este sujeto haya reducido su peso corporal

(o lo haya aumentado, según sus objetivos), en 5 kilos.

Pues dónde están esos 5 kilos si sus % están iguales. Pues

el modelo de 5 componentes calcula, a partir de un grupo

de variables para cada masa, los kilos de cada una. La

sumatoria se denomina peso estructurado y debe ser

similar al peso real de balanza. Seguramente este sujeto ha

variado su peso adiposo y su peso magro (ahí está la

diferencia), pero lo ha variado en la misma proporción por

lo que los porcentajes de masa adiposa y muscular no se

han modificado. Quizás la solución será profundizar el

entrenamiento y evaluar nuevamente la dieta para obtener

pérdidas mayores de adiposidad y menores de masa

magra.

4) No es recomendable realizar un diagnóstico

partiendo de un solo modelo de análisis.

En este punto vamos a insistir. Ya hemos realizado un

ejemplo. En un estudio ya mencionado (Arcodia, J., datos

aún no publicados), sobre una población de más de 1.500

sujetos varones y mujeres el índice de masa corporal

(IMC) fue incapaz de determinar los distintos grados de

obesidad y sobrepeso.

De hecho las mujeres obtuvieron valores más bajos de

IMC (dentro del rango normal, 18,5 a 25), en el 79% de

los casos individuales, en tanto los varones sólo fueron

calificados como “normales”, en el 64% de los casos. Sin

embargo todos los restantes modelos de análisis del

contenido graso aplicados a dicha población mostraron

valores mayores en mujeres que en varones (% tejido

adiposo –Kerr y Ross-, % de grasa –fórmulas de doble

componente, Lewis, Wimore, Whiters, y Katch, Sloan y

Wilmore- y componente endomórfico del somatotipo –

Heath y Carter-.

CONCLUSIÓN

Como hemos visto existen muchos puntos de análisis

antes de emitir un juicio a partir de variables y modelos

antropométricos.

Debemos tener en cuenta que no podemos realizar un

análisis simple en antropometría sin caer en errores graves

de interpretación.

Por último siempre hay que tener en cuenta que las

herramientas que nos brinda la antropometría son solo

parte de un arsenal más extenso de pruebas que nos

permiten determinar, para unos, estados de salud y para

otros, niveles óptimos de rendimiento para la alta

competencia.

GLOSARIO

Cineantropometría: Disciplina que trata acerca de las

modificaciones estructurales y funcionales que ocurren en

el ser humano como consecuencia del desarrollo normal y

de otros aspectos modificatorios externos (alimentación,

actividad física, etc.).

I.S.A.K.: Siglas que, en inglés, identifican a la Sociedad

Internacional para el Avance de la Cineantropometría

(Internacional Society for the Advancement in

Kinanthropometry), cuya página web es

www.isakonline.com.ar.

Subcutáneo: Que se encuentra por debajo de la piel.

Envergadura: Distancia medida entre los dedos medios

de ambas manos, estando el sujeto con los brazos

extendidos paralelos al piso, en posición de pie.

Plano de broca: Pieza triangular de material rígido con un

ángulo de 90º, que se usa para medir la estatura.

Biepicondilar: Se refiere a la distancia entre cóndilos en

algunas articulaciones de huesos largos.

Landmarks: Se definen como los sitios de referencias

anatómicas que se tienen en cuenta para marcar, antes de

proceder a las mediciones.

Porcentaje graso: Uno de los componentes primarios de

la composición corporal humana definida por el modelo de

doble componente graso-magro, y que se calcula a partir

del pesaje hidrostático.

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Masa magra: En el modelo de doble componente

representa la fracción de los elementos que no contienen

grasa.

Composición corporal: Distribución porcentual de los

tejidos que forman el cuerpo humano. Modelo

antropométrico que tiene por objetivo determinar las

magnitudes de dicha distribución.

Densidad corporal: Relación peso volumen de los

componentes humanos desde el punto de vista químico.

Plestimografía: Una de las formas de medir el volumen

corporal por desplazamiento de aire.

Estratagema Phantom: Modelo de proporcionalidad

humana (Ross y Wilson), que intenta averiguar, dentro de

la escala de 6 desvíos estandar, el alejamiento o

acercamiento de una variable equis medida en un sujeto,

con relación a un promedio amplio de datos. Estos

incluyen sujetos de ambos sexos, diferentes edades y

etnias y diversos hábitos (alimentación, actividad física,

etc.).

Bioimpedancia: Modelo de composición corporal que

pretende predecir contenidos tisulares a partir de la

medición de la velocidad de una corriente eléctrica que

circula por distintas regiones del cuerpo.

Reproductibilidad: Capacidad de un método o un equipo

de producir valores similares aplicado bajo condiciones

similares.

DEXA: Método de análisis basado en la capacidad de los

tejidos humanos de reflejar ante ciertos tipos de rayos X.

TAC: Otro modelo de radiación que, por medio de

softwares específicos, reconstruye diferentes cortes sobre

el eje axial.

RMN: Modelo de diagnóstico por imágenes basado en la

aplicación de ondas de radiofrecuencia.

Método combinado: Modelo de proporcionalidad basado

en el Phantom, que utiliza como población de referencia a

un grupo específico.

Biotipología: Análisis del tipo de físico, que se basa en la

forma exterior del cuerpo humano, según 3 direcciones

relevantes.

Somatocarta: Representación gráfica del Somatotipo de

Heath y Carter.

Somatopunto: En un gráfico de coordenadas

(Somatocarta), es la representación de un sujeto valorado

por el Somatotipo de Heath y Carter.

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