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El Informador junio 2014 Ed. 212

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CONTENIDO

REFLEXIONES SOBREEL FENÓMENO RELIGIOSOEN COLOMBIAPor: Mons. Ricardo Tobón Restrepo

Arzobispo de Medellín

LA DIGNIDAD HUMANARASTREAMIENTO HISTÓRICOPor: Pbro. Orlando Arroyave Valencia

Docente UniversidadPontificia Bolivariana

Delegado: P. Germán Andrés Bustamante Tamayo / www.arqmedellin.co/Dirección: Calle 57 No. 49 - 44 / Teléfono: 251 77 00 Ext: 439 / [email protected]

Arquidiócesis de Medellín / Junio 2014 / 212 / 1.200 Ejemplares / ISSN 1909-9584ARZOBISPO DE MEDELLÍN. FRANQUICIA POSTAL. DECRETO No. 27-58 1955

3¿CUAL ES EL CURSILLOPREMATRIMONIAL MÁS CORTO?Por: Pbro. Jorge Enrique García

Delegado Arzobispal parala Pastoral Familiar

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A LOS 1200 AÑOS DE LAMUERTE DE CARLO MAGNOPor: Pbro. Pedro Antonio Ospina Suarez

Docente UniversidadPontificia Bolivariana

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Y LA FAMILIA QUÉ,SE MURIÓ O TODAVÍA VIVE?Por: Pbro. Gilberto Gómez Botero

Instituto para el Matrimonioy la Familia de la UPBAsesor de la Delegaciónpara la Pastoral Familiar

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LA PASTORAL FAMILIAR“UNA BUENA NUEVAPARA MEDELLÍN”Por: Daniel Francisco Bustos

Psicólogo del equipode Pastoral Familiar

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® Arquidiócesis de MedellínISSN 1909-9584

PORTADA:La piscina probática (1592).Jacopo d’Antonio Negretti (Palma Giovane)Pintura en óleo

Junio de 2014, No. 212

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...no estamos suficientemente preparados para responder al cambio cultural y a la pluralización religiosa en nuestra sociedad.

REFLEXIONES SOBREEL FENÓMENO RELIGIOSO EN COLOMBIA

Por: Mons. Ricardo Tobón Restrepo Arzobispo de Medellín

Para la realización de nuestra identidad eclesial y para asumir debidamente nuestra misión pastoral como Iglesia Católica es fundamental que conozcamos el contexto social, cultural y religioso en que nos mo-vemos. Esto nos permite atender a las necesidades esenciales de las personas, ofrecer propuestas váli-das y actuales de evangelización, emplear un lengua-je comprensible y entablar un diálogo y unas relacio-nes adecuados con diversos sectores de la sociedad. A partir de la lectura de algunos textos1, recojo, de un modo libre, las siguientes reflexiones que pueden ser útiles en el proceso de evangelización que estamos recorriendo.

1. En primer lugar, conviene constatar que la si-tuación que vivimos muestra, una vez más, que el hombre es un ser religioso. Podemos decir, incluso, que la dimensión religiosa es un as-pecto constitutivo de la persona; por eso, aun-que varíen las formas en que se manifiesta, se encuentra en los seres humanos de todos los tiempos y de todos los lugares. Un análisis in-trospectivo del espíritu humano lleva a ese pun-to misterioso en el cual el hombre encuentra lo divino. La religión responde a una de las rela-ciones básicas con que tiene que enfrentarse la persona para descifrar el misterio de su propia existencia: la trascendencia. Más aún, esta úl-tima relación ilumina y da forma a las demás. Por tanto, la religión en cuanto libera hacia lo trascendente o la irreligión en cuanto encierra en su propio sentido inmanente, son inspirado-ras de los demás órdenes de la cultura: fami-

1 HERVIEU LÉGER D., La religión, hilo de memoria, Herder, 2005; MARDONES J.M., Para comprender las nuevas formas de la religión, Verbo Divino, 2009; BEL-TRAN W.M., Descripción cuantitativa de la pluralización religiosa en Colombia, UNC, 2013; CEC, La Iglesia en Colombia,Vol 2 La realidad que nos interpela 2009.

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liar, económico, político, artístico, social. Por lo mismo, aunque a veces pueda pensarse lo contrario, el fenómeno religioso no ha muerto. Estamos más bien ante una transformación de creencias, prácticas, rituales, símbolos y com-portamientos, pues se busca responder a la ne-cesidad de Dios con una religiosidad funcional, etérea y ligera.

2. En Colombia, ciertamente, va creciendo un marco de secularización, que propone un es-tilo de vida en que Dios no hace falta; se actúa como si Dios no existiera y la fe se la reduce a la espera de la opinión u opción privadas. Es la pretensión ideológica de llegar al “ateísmo” de masas o al menos a la emancipación de la mo-ral, la ciencia, la política, la economía y el arte de la influencia de la religión. Se quiere que cada una de las esferas institucionales adop-te una función particular en la sociedad, que la racionalización desencante la cosmovisión que se ha tenido y que la sociedad se libere del mundo sobrenatural para comprometerse con los asuntos de este mundo. Esta realidad va apareciendo, sobre todo, en la población de estrato alto, particularmente en la juventud masculina, para contabilizar un 8% aproxima-do de quienes se declaran ateos o agnósticos. El influjo cultural laicista se ve, especialmente, en la autonomía que asume un sector en creci-miento frente al sistema de los valores católicos y que aparece, por ejemplo, en la despenaliza-ción del aborto, la legalización de las parejas homosexuales, la aceptación de una cosmovi-sión que atiende más a la ciencia que a la reli-gión cuando estas entran en conflicto.

3. Sin embargo, en la sociedad colombiana se mantiene un interés por lo religioso e incluso proliferan los nuevos movimientos religiosos. Esto lo explican los sociólogos por la natura-leza paradójica de la modernidad, que, de una parte, induce un proceso de secularización y, de otra, presenta una utopía que alimenta horizontes de lo religioso y de lo mágico en búsqueda de la salvación futura, que la racio-nalización quería destruir. Así la modernidad estimula simultáneamente la desacralización y

los nuevos cultos. La modernidad suscita ex-pectativas que no llena, motiva deseos para los que no tiene respuesta. Ahí quedan los espacios para que prosperen propuestas que ofrecen felicidad y prosperidad, en esta vida y en el más allá. El proceso de secularización no ha generado todavía un crecimiento drástico de increencia, ni un declive masivo de las prácti-cas religiosas, sino más bien una recomposi-ción de las fuerzas religiosas. Estamos ante un proceso de pluralización religiosa en Colombia con variables de tipo demográfico, regional y socioeconómico. Este proceso afecta de modo particular a las nuevas generaciones que están asociadas a mayores oportunidades de acceso a ideas que se alejan de la tradición, gracias a la globalización de las comunicaciones.

4. La mayoría de los colombianos se sigue con-siderando “creyente” (94,1%); el 58,2% de la población se considera creyente practicante y el 35,9% creyente pero no practicante; el 85% considera que la religión es importante o muy importante en su vida. Por tanto, en la mayoría de la población se mantienen las prácticas re-ligiosas. Incluso hay un carácter cristiano que permanece en la sociedad colombiana: cerca de un 90% se identifica con alguna vertiente del cristianismo (catolicismo, protestantismo, pen-tecostalismo). Esto muestra una recomposición religiosa con un cristianismo en mutación, don-de la Iglesia Católica ha dejado de ser el único referente. Aunque todavía es alto el porcentaje también lo es el descenso, pues sólo el 70.9% de la población se considera católica, seguida por un 16.7% de personas vinculadas a lo que podríamos llamar la “diversidad protestante”. Es de notar que el catolicismo sigue siendo la matriz principal del sistema de creencias y va-lores del pueblo; pero que no todos los que se dicen católicos lo son de verdad pues un sector tiene la libertad de mezclar el catolicismo con otras ideas y creencias, “personalizando” su manera de ser católicos.

5. Este proceso de subjetivación del creer hace ver que aunque la mayoría de los colombia-nos son católicos por tradición, buena parte

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son católicos “nominales” o “pasivos”; católicos que tienen un frágil sentido de pertenencia a su Iglesia y que raramente participan en celebra-ciones religiosas. El 39,1% de los católicos dice no ser practicante. Los católicos “nominales” frecuentemente toman distancia frente a las orientaciones de la Iglesia, van abandonando las prácticas religiosas y hacen caso omiso de la moral familiar y social. Hay también un cato-licismo popular, independiente de los estratos sociales, que se caracteriza por la informalidad y por los eventos emotivos, a cuyo servicio es-tán movimientos e instituciones, que no tienen nada que perder y sí mucho que conseguir y por eso se adaptan y ceden a las exigencias del público. El crecimiento de este tipo de cató-licos muestra la erosión progresiva de los me-canismos de la transmisión de la fe, explica la pérdida de la memoria cristiana y evidencia una forma de secularización en cuanto aparece la autonomía que se va tomando frente a los prin-cipios y valores del catolicismo.

6. El acelerado proceso de transformación de su universo religioso que experimenta la sociedad colombiana se percibe también en un constante crecimiento de los nuevos movimientos religio-sos, especialmente del movimiento evangélico pentecostal, que tiene incluso gran influencia en algunos sectores de la Iglesia católica. La multiplicación de sectas y grupos religiosos y el surgimiento de prácticas alternativas con propuestas de sentido a partir de filosofías o ideologías son un signo de la ruptura entre la cultura y las religiones tradicionales y también de la búsqueda de nuevas formas para vivir có-moda o emotivamente la dimensión religiosa. Casi siempre es una oferta personal que res-ponde a la situación concreta de sufrimiento o soledad, de curiosidad o de deseo de purifica-ción que vive la persona. Con frecuencia, surge a partir de la experiencia de un líder en el que supuestamente se hace presente la voz de la trascendencia. Después se forma un grupo con una sicología que lleva al fundamentalismo y al fanatismo. El grupo tiene también gran inci-dencia pues respalda al líder, convoca a otros y genera compañía y sentido de pertenencia.

7. Existe, además, lo que hoy se llama la “nebu-losa mística-esotérica” que incluye prácticas inspiradas en las grandes religiones orientales, en movimientos de autoayuda o superación personal que toman elementos de psicoterapia y los combinan con prácticas de tipo religioso, prácticas astrológicas y mágicas. Los consu-mos religiosos de la nebulosa místico-esotérica están marcados por la subjetividad del creer, por la sociedad de consumo, por la necesidad de encontrar fórmulas prácticas para “mantener la armonía” o la salud frente a las tensiones so-ciales. Esta dinámica no implica necesariamen-te un carácter colectivo, la asumen personas que mantienen su filiación religiosa institucio-nal, dando lugar al sincretismo. La subjetividad en este campo no es absoluta pues hoy los nuevos dispositivos tecnológicos de la comu-nicación pueden promover, a través de redes sociales, la validación comunitaria del creer. La nebulosa mística-esotérica y los grupos de tipo pentecostal comparten afinidades; ambos son movimientos híbridos donde se debilita la sepa-ración entre las creencias cristianas y otras tra-diciones religiosas; ambos asocian la prosperi-dad económica, el bienestar y la vida saludable como aspectos propios de la espiritualidad, que se pueden alcanzar por medio de la fe o de una actitud positiva.

8. Otro dato de la fenomenología religiosa en Colombia es que la increencia aumenta en los sectores que tienen mejores condiciones eco-nómicas y culturales, favorecida por un debili-tamiento de la presencia de la Iglesia, el ano-nimato urbano, las mayores posibilidades de interacción con sistemas culturales diversos y las mejores oportunidades de educación. Por las ventajas económicas de que gozan, se incli-nan menos a ofertas religiosas mágicas y pen-tecostales. Es bueno tener en cuenta también que las minorías religiosas mantienen un mayor compromiso. Por ejemplo, el 76,3% de los pro-testantes se declaran creyentes practicantes y el 73,7% asiste al culto al menos una vez en la semana. Esto demuestra cómo los nuevos movimientos constituyen “minorías religiosas activas”, que a pesar de su carácter minoritario

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alcanzan poder político e impacto social gra-cias al compromiso y disciplina de sus fieles. A veces las minorías activas, al participar en po-lítica o al hacer presencia en los medios de co-municación, tienen un impacto social compara-ble o superior a las mayorías católicas pasivas. Esto puede verse también en el declive de los contenidos religiosos en las artes, en proyectos culturales o científicos y en la vida social.

9. La realidad, anteriormente expuesta, muestra cómo la Iglesia Católica queda situada en un Estado laico, que no está vinculado con ningu-na religión o cosmovisión. La religión se ubica no en el espacio político, sino en la sociedad civil, es decir, en el ámbito de la libre asocia-ción fuera del marco estatal. La vida religiosa queda reservada al individuo que puede tener cualquier ideología, creencia o religión, para encontrar sentido y orientar su vida. Así la se-cularización va generando una situación nueva para el hombre de hoy. Secularismo y pluralis-mo caminan juntos, lo mismo que sincretismo e indiferencia religiosa. Los ambientes más influenciados por el secularismo son los de la cultura, el trabajo, la investigación científica, la educación y las nuevas tecnologías de la co-municación. Igualmente, la Iglesia debe hacer frente hoy a los fenómenos del urbanismo y el desplazamiento, que de por sí no destruyen la religiosidad, pero inducen a muchos a abando-nar su cultura, sus tradiciones religiosas, sus convicciones morales. Así, en un ambiente se-cularista, se va dando una nueva manera de vivir, frecuentemente sin reflexión y con ocasio-nes de evasión y aislamiento

10. La Iglesia vive también la situación creada por el hecho de que el mercado ha entrado en el mundo de la religión. El consumismo que se ha apoderado de la comunicación y está al ser-vicio del tener y del placer ha encontrado un campo jugoso en el universo religioso. Se ofre-cen productos “religiosos” o “espirituales” como camino a la autorrealización fácil, que puede comprarse. El mercadeo religioso se adapta y cede a todo, pues también en este caso vale el criterio consumista: “El cliente siempre tiene la

razón”. De ahí el interés en ofrecer emociones, éxtasis, fórmulas mágicas de bienestar, diver-sión, productos milagrosos, etc. No obstante el porcentaje de fieles que se va a los nuevos mo-vimientos o propuestas religiosas, la Iglesia Ca-tólica mantiene cierta estabilidad por la presen-cia de personas adultas y de la tercera edad. Sin embargo, toda la realidad anteriormente señalada está afectando de diversa manera a los distintos grupos humanos y especialmen-te a los jóvenes y a las mujeres, sin que en la Iglesia se haya hecho un estudio preciso y se busquen respuestas adecuadas y pertinentes.

11. La conclusión de estos datos y de estas re-flexiones es que no estamos suficientemente preparados para responder al cambio cultural y a la pluralización religiosa en nuestra socie-dad. En general, las reacciones que, más o me-nos, individualmente se van dando han sido el abierto e impotente rechazo a lo que pasa, el ignorar sistemáticamente la realidad y conten-tarse con lo que es posible mantener y el asu-mir indiscriminadamente lenguajes y elementos de las nuevas propuestas religiosas creyendo que así se responde a las actuales exigencias pastorales. El gran desafío de la Iglesia es ser una opción para llenar los vacíos que deja una modernidad incapaz de cumplir sus promesas, una situación social inequitativa, un merca-deo religioso engañoso y un Estado con una frágil estructura institucional. Las parroquias y las instituciones de la Iglesia están llamadas a ofrecer, con creatividad y prontitud, alternativas para un camino espiritual que lleve a la vida en abundancia que nos trajo Cristo. No pode-mos perder el tiempo y las oportunidades que nos quedan para que la nueva evangelización aparezca concretamente en la presentación del mensaje, en procesos de iniciación cristiana, en la formación de pequeñas comunidades, en una vida litúrgica atrayente y en un efectivo ser-vicio de la caridad.

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Por: Pbro. Orlando Arroyave Valencia Docente Universidad Pontificia Bolivariana

La dignidad humana:Rastreamiento histórico.

Los diferentes planteamientos históricos sobre la dignidad humana presentan la idea general de que en todo hombre existe o se presenta algo constitu-tivo de su esencia y en virtud de ese algo merece ser respetado; fueron principalmente los discursos de orden religioso y filosófico los que desarrollaron dicho planteamiento; en el orden político y social el discurso mencionado no siempre fue muy claro; por esta razón la humanidad solo irá conociendo una aplicación concreta contra las prácticas inhumanas solo a partir de los dos últimos siglos.

Sin embargo esta última idea no la comparten to-dos los pensadores pues el siglo XX ha sido llama-do el siglo de la inhumanidad o de la perdida de la dignidad; lo que sí es impensable es que fenóme-nos como las dos guerras mundiales, los campos de concentración, la bomba atómica, la guerra fría y muchos otros han puesto en duda el hecho de que el respeto a la dignidad humana sea algo efectivo y llevado a la práctica.

Lo que también es cierto es que todos los discursos sobre la dignidad humana que se han elaborado a lo largo de la historia de la cultura occidental po-nen de manifiesto dos planos: por un lado, el plano teórico, el de las elaboraciones y las formulaciones teóricas sobre la dignidad humana, y el otro pla-no es el de la aplicación práctica de dichas teorías o discursos; ambos planos no han ido siempre de modo paralelo y parejo como se ha observado an-teriormente con los ejemplos citados.

… en todo hombre existe o se presenta algo constitutivo de su esencia y en virtud de ese algo merece ser respetado.

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El breve recorrido histórico sobre los discursos acerca de la dignidad humana pondrá de manifies-to cuáles son algunas de las razones y de los mo-tivos que se han alegado para justificar la dignidad humana.

1. Época antigua.

La cultura griega consideraba que la dignidad hu-mana tenía su fundamento en el hecho de que el hombre posee un alma racional; esto hace que el hombre se sitúe por encima de las demás criaturas que conforman el mundo; el ser humano tiene la capacidad para pensar, razonar y filosofar y esto hace de él un ser racional, este es su rasgo distinti-vo, a esto se le asocia la capacidad de generar mo-vimiento por sí mismo, el hombre es un ser dotado de alma porque está capacitado para el automo-vimiento; sin embargo el hecho de que el hombre tenga esta capacidad es un rasgo que comparte con todos los seres de la naturaleza, pero a la vez, lo que lo hace diferente de ellos su capacidad para hablar, dialogar, disponer del logos, razonar y con esto el hombre se sitúa jerárquicamente en un pla-no superior por encima de los demás seres de la naturaleza, por este mismo hecho el hombre mere-ce consideración y respeto.

Sin embargo para Aristóteles el claro que existen varios niveles de excelencia: el primer nivel es aquel según el cual la naturaleza dota a unos se-res más no a otros de determinadas cualidades o atributos, méritos o talentos; el segundo nivel es el de la ciudadanía, el que solo lo poseen los ciudada-nos griegos, éstos por el hecho de ser tales poseen entre ellos igual dignidad, la que no es atribuida a otros ciudadanos que no posean dicha categoría. La ciudadanía, según esta forma de pensar, dotaba a los ciudadanos de una mayor dignidad la que era un rasgo distintivo de la posición social.

El Estoicismo ha colocado el rasgo de la dignidad humana en el orden de lo racional, pero esta racio-nalidad podrá tener una doble función: la primera hace referencia al hecho de que el hombre puede comprender racionalmente el orden cósmico; la

segunda función de la racionalidad humana hace referencia al hecho de que el hombre puede, a par-tir de su razón, tener un dominio, un control y un cuidado de sí (epimeleia).

El Estoicismo consideraba que el ser humano es un bien cuyo valor no tiene cifra pues éste no tiene precio; con esta apreciación esta escuela está ha-ciendo una diferenciación entre lo que tiene valor, lo que posee valor, que es lo que tiene dignidad y el conjunto de los bienes; teniendo a la base este criterio, los Estoicos siempre ejercieron una función crítica frente a toda forma de esclavitud.

Esta forma de pensamiento que tiene su origen en Platón, después en Aristóteles y continúa en el Es-toicismo es actualmente criticada por algunos pen-sadores que incluso llegan a dudar de la existencia del alma humana; crítica que tiene su base en que ellos creen que el alma humana es un presupuesto, ella por lo tanto no ha sido demostrada científica-mente, ni comprobada empíricamente.

En cultura actual existen también otros pensadores que cuestionan el hecho de que el hombre sea el único ser de la naturaleza que posea la capacidad para ejercer el pensamiento, estos autores hacen la apuesta por el hecho de que la diferencia entre el hombre y el animal no reside tanto en el pensa-miento o en la razón sino en la manera y el modo de desarrollar dicha actividad.

2. El medioevo.

Santo Tomás de Aquino considera que la dignidad humana se puede rastrear en la idea de que el hom-bre es creado a imagen y semejanza de Dios; esta idea es la base sobre la cual el Aquinate sustenta la condición moral del ser humano, esta sugiere que el hombre es un ser que se gobierna por él mismo ya que posee un alma y una naturaleza racional, la que ha sido un regalo y un don de Dios para el hombre.

Por otro lado afirma santo Tomás que el hombre al ser creado por Dios como un ser racional y como

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una creatura intelectual está en la capacidad de comprender el todo, su naturaleza intelectual lo faculta para tener una mayor intelección del todo, mientras que los demás seres de la naturaleza no poseen esta facultad.

Esta categoría antropológica del ser humano tiene una triple dimensión, a saber: es creatura de Dios, es el centro del cosmos y la base de todos los valo-res, esta última es el soporte sobre el cual se sus-tenta la dimensión ética del ser humano, por ello es persona.

El hombre por el hecho de ser imagen de Dios es responsable de todas sus acciones y encamina su praxis y su vida hacia la consecución del fin último que es Dios mismo; esta es la base sobre la cual, en la propuesta tomista, más se enfatiza la dignidad humana; santo Tomás considera que el hombre es el punto de arranque, el contenido y la meta de la reflexión sobre la dimensión moral del hombre; el angélico doctor elabora su propuesta sobre la digni-dad humana haciendo una relectura de la tradición bíblica y en la tradición patrística. (QDH, 64).

Santo Tomás, en este sentido, trata de unificar la propuesta aristotélica, que había recibido de san Alberto Magno, y las aportaciones de la Divina Re-velación; en otros términos se puede decir que este autor trata de hacer una síntesis entre el dato bíbli-co, la antropología aristotélica y los aportes de ca-rácter antropológico que están latentes en el texto sagrado, con ello santo Tomás se está ubicando más allá del mundo griego y está realizando una propuesta genuina y novedosa para su tiempo.

Otro de los méritos de la propuesta tomista es que se realiza en un diálogo abierto entre la fe y la ra-zón; la perfección del ser humano no es solo un dato de fe sino que tiene a la base una serie de ra-zones fundadas en el conocimiento de la naturaleza humana; el ser humano al ser imagen y semejanza de Dios ocupa un lugar privilegiado en el conjunto de la creación; privilegio que le es reconocido por poseer dos grandes características: lo ontológico y lo axiológico.

Según santo Tomás la doctrina antropológica fun-dada en la divina revelación lleva a la perfección y al culmen la propuesta filosófica; de esta manera se infiere que la dignidad del ser humano es algo que se puede deducir no solo de manera racional sino que requiere, necesita y está en conformidad con los contenidos de la fe.

3. El Renacimiento.

El Renacimiento siguiendo la huella trazada por santo Tomás de Aquino va a continuar la reflexión sobre la dignidad del ser humano teniendo en la mira las dos grandes líneas marcadas por él, por un lado la filosofía griega y por el otro el dato bíblico, la Divina Revelación y los elementos teológicos-pa-trísticos. Justamente esto ha hecho que el tema de la dignidad humana sea el lugar de reflexión para autores como Pico della Mirándola, Ficino, Eras-mo de Rotterdam, Nicolás de Cusa, Petrarca, Juan Luís Vives.

Algunos pensadores del Renacimiento hacen re-caer la dignidad del ser humano en el hecho de que éste es un ser libre y en las capacidades que éste posee para transformar su entorno y para transfor-marse a sí mismo; idea que es una relectura del concepto de humanitas planteado por la cultura grecorromana.

Según ésta, el hombre puede transformarse, puede llegar a ser como un ángel o como una bestia; el hombre puede transgredir y ampliar sus propios lí-mites y horizontes; para él no existen fronteras que no pueda traspasar, puede incluso fijar los límites de su propia vida; las otras especies de la natura-leza tan solo pueden desarrollarse a partir de itine-rarios prescritos por la naturaleza y por su propia especie.

El hombre es el ser que es capaz de proponerse sus propias metas; él puede elegir libremente en-tre un cúmulo de posibilidades; posee la voluntad para autodeterminarse, es capaz de crear su propio mundo; la libertad es la dignidad que distingue al hombre.

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El hombre, por luz de la razón y de la inteligencia es el intermediario entre todas las creaturas de la naturaleza, es el intérprete de la misma; el ser hu-mano es el cruce, el intermediario entre la eternidad y el flujo del tiempo.

Algunos pensadores del Renacimiento consideran que el hombre es creado a imagen y semejanza de Dios, es un ser que está capacitado para desarro-llar sus propios objetivos y para trazar sus propios límites; el hombre es el escultor de sí mismo, que forja su propio destino; el hombre es un ser que es capaz de reinventarse a sí mismo, de superar su propia naturaleza, de crear el mundo del arte y de la cultura; básicamente todas estas ideas muestran una visión optimista del hombre, diferente de la vi-sión medieval acerca del hombre caído en desgra-cia a causa del pecado original.

Algunos pensadores contemporáneos ponen en tela de juicio esta teoría antropológica del Renaci-miento pues ven en ella una exagerada visión en la que se le asignan al hombre algunos rasgos que son propios de la divinidad.

La propuesta sobre la dignidad humana expuesta en el Renacimiento presenta una visión optimista del hombre; en la cultura contemporánea se cues-tiona dicha concepción optimista y se hace desde una concepción del hombre donde éste es presen-tado como un ser vulnerable e indigente, un ser fi-nito contramarcado por los rasgos de la mortalidad.

4. La época moderna.

Kant.Para Kant la noción de dignidad humana se apli-ca de modo general a todo hombre en virtud de su naturaleza racional, cada hombre está dotado de dignidad en virtud de su naturaleza racional; este autor no es el primero que plantea dicha idea pues ya había sido defendida antes que él por otros pen-sadores; lo novedoso en la propuesta kantiana radi-ca en el hecho de que él desliga el carácter racional del ser humano del carácter religioso del mismo.

Kant, además, defiende otra noción de dignidad humana basada en el estatus honorable que des-empeña o ejerce el ser humano en determinadas ocasiones; estado que impone y reconoce ciertas actitudes y un comportamiento que sea adecua-do y acorde para con las personas que gozan de este privilegio; en este sentido los eclesiásticos, los servidores públicos, los aristócratas y los nobles gozaban del privilegio de tener más dignidad que los demás; esta idea fue especialmente defendida en la cultura europea sobre todo en el seno de una sociedad aristócrata y estratificada.

Básicamente fueron tres las fuentes en las cuales Kant se apoyó para plantear su noción sobre la dig-nidad humana: el cristianismo, el estoicismo y la obra de Rousseau; Kant agrega a estas ideas el hecho de que la dignidad humana es un estado que debe alcanzarse a partir del cuidado y el dominio de sí, el ejercicio del pensamiento, el esfuerzo por llevar una vida digna; el hombre es un ser digno en cuanto es un ser viviente y pensante dentro del orden natural: “La dignidad es un ideal y no algo dado, pero es un ideal que trasciende las distincio-nes sociales convencionales” (QDH, 69).

La tradición cristiana había considerado que el ser humano posee la dignidad como un valor primor-dial y éste lo poseía independientemente de sus méritos individuales y de su posición social; uno de los logros de Kant fue haber sostenido esta idea defendida por el cristianismo pero despojándola de presupuestos teológicos; para este pensador el co-nocimiento moral, la razón práctica es el fundamen-to de la fe religiosa; de esta manera, sostiene que el concepto de autonomía es la base sobre la cual se puede sostener y afirmar la dignidad humana; básicamente a esto apunta el concepto de dignidad humana y este entendido como algo autónomo.

El hecho de que Kant afirme que el ser humano po-see una dignidad autónoma implica que éste posee a su vez una conciencia que determina moralmente lo que puede y debe hacer; con ello además está sosteniendo que cada ser humana en su capacidad para autodeterminarse moralmente está sometido

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a determinadas exigencias morales que interiori-zadas personalmente, además tengan una validez para todos los hombres (el imperativo categórico).

La idea que predomina a lo largo de todos los es-critos kantianos es que la dignidad se le debe atri-buir y reconocer a todos los seres humanos que están en la capacidad de regirse moralmente y de autodeterminarse desde el imperativo categórico, incluso, así estos seres humanos lleguen a cometer acciones indignas.Kant considera que todo ser humano posee una existencia que es un fin en sí mismo, el propio ser humano es un fin en sí mismo en virtud de su condi-ción racional, el ser humano puede ser fundamento de determinadas leyes. El ser humano existe como fin en sí mismo, en ello reside su carácter racional y se le aplica la categoría de Persona; esto quiere decir que el ser humano, en cuanto ser personal, jamás puede ser un medio a través del cual se ob-tengan determinados fines; el hecho de que el ser humano sea un fin en sí mismo y no un medio es lo que propiamente le confiere dignidad, esto es lo que llamamos dignidad humana según el plantea-miento kantiano; la dignidad humana para Kant es un valor invariable que se le debe atribuir a las per-sonas o a la humanidad que se concretiza en las personas (QDH, 70).Kant frente a la dignidad humana entendida como valor coloca otro tipo de valoración que es común a todos los fines relativos y al cual llama precio; éste es un valor relativo y se atribuye a los objetos ma-teriales; es un tipo de valoración que está condicio-nada por las circunstancias, y que es comparativa; la dignidad humana, por el contrario, es un valor absoluto, incondicional e incomparable (QDH, 70).

Según lo anteriormente expuesto, en Kant, se pueden considerar dos definiciones de la dignidad humana; la primera hace referencia a todo aque-llo que ya se ha mencionado y es la relativa al es-tatus social, a la función que se desempeña en la sociedad, a la popularidad que una persona pueda tener dentro de un contexto social determinado. La segunda se refiere al hecho de que la dignidad hu-mana es un hecho independiente de factores so-

ciales, económicos y políticos, la dignidad humana es un fin absoluto en sí mismo; en este sentido la dignidad humana hace referencia al hecho de que una persona no pueda tener más dignidad que otra, más valor o precio que otra; la dignidad humana es un valor que se sitúa por encima de todos los precios, es incomparable y no admite paralelo; en este sentido se puede afirmar que un ser huma-no, por su dignidad, jamás puede ser sacrificado o intercambiado bajo el pretexto de que pueda ser reemplazado, intercambiado o sacrificado por otro ser de dignidad igual o superior; el ser humano, por su dignidad, jamás podrá ser entendido ni valorado en términos cuantitativos (QDH, 71).

Según Kant, la dignidad de un ser humano, no se pierde porque éste haya perdido su estatuto cívico, laboral o social; también sostiene que cuando un hombre obra mal está ofendiendo con su actuación la dignidad de los demás seres humanos; de igual manera afirma que ningún ser humano puede pri-varse de la dignidad.

La ley moral debe ser respetada porque en ella se encuentra expresada una experiencia racional; res-petando la dignidad y la humanidad de los demás se respeta la ley moral y la forma más concreta de respetar a los demás consiste en respetar sus de-rechos y sus responsabilidades; todo esto confluye en el respeto de la dignidad de los demás seres humanos.

El respeto a los demás implica dos cosas: prime-ro, reconocer que la ley moral está basada en un conocimiento racional, por lo tanto respetar la ley moral implica una práctica según la cual se recono-ce racionalmente la autoridad que ésta comporta. Segundo, el hecho de reconocer racionalmente la autoridad en que se fundamenta la ley moral impli-ca que el ser humano posee en todos estos casos un sentimiento de sometimiento, de reverencia y de humildad; desde esta perspectiva kantiana se po-dría decir que la dignidad humana consiste en el reconocimiento de que cada ser humano es irrem-plazable e insustituible; este rasgo de su dignidad se desprende del hecho de que cada ser humano

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tiene un valor interior; el ser humano vive a la vez en el mundo sensible y en el mundo moral; el ser humano al ser maestro, amo y señor de la naturale-za es un ser que por estos hechos está dotado de dignidad.

La validez axiológica que determina toda la con-sideración kantiana sobre la dignidad humana es que el hombre debe ser tratado siempre como un fin y nunca como un medio; el hombre es siempre una realidad absoluta, jamás puede ser una reali-dad relativa; el hombre es un universo absoluto, un microcosmos, estos rasgos son los que le confieren un valor interno e interior tal que en estos reside y en ellos consiste la dignidad humana. También es cierto que, según la propuesta de este pensador, la dignidad humana reposa en la autonomía, en la capacidad que el hombre posee para tener un auto-dominio y esto le da un lugar central en el cosmos.

Toda la época moderna, de una u otra manera, cuando hace referencia al concepto de dignidad humana tiene como punto de partida la teoría kan-tiana sobre la misma; el hombre es el sujeto por an-tonomasia que está caracterizado por la idea de su autonomía moral; cada sujeto es irrepetible, cada sujeto es libre en cuanto a través de su voluntad es capaz de adherirse a la idea de la razón pura; la ra-zón pura tiene la facultad de determinar las propias reglas que han de regir al ser humano, ésta es la autonomía de la voluntad que ha de fundamentar la dignidad de la naturaleza humana; el ser humano es por su propia naturaleza una persona, esto le confiere un valor absoluto y a la vez lo diferencia o lo distingue de los seres no racionales a los cuales solo le corresponde una valor mínimo.

Para Kant la dignidad humana es el criterio a partir del cual se pueden realizar todas las valoraciones singulares; la dignidad humana es una cualidad que no está sujeta a las cualidades empíricas sino que es algo que tiene un carácter trascendental; la dignidad humana es un concepto equiparable al de la humanidad de cada ser humano; básicamente a esto apunta el llamado constante de Kant cuando invita a respetar la humanidad de cada hombre; de

modo que donde se hace presente la humanidad de cada hombre aparece su dignidad (QDH, 73). ¿Qué significa el hecho de que la dignidad humana sea un rasgo trascendental? La dignidad humana es un hecho trascendental pues es un absoluto aplicable a cada miembro del género humano independiente-mente de las condiciones empíricas que lo puedan determinar (QDH, 73).

5. El Romanticismo.

Para abordar este movimiento que se sitúa ya al final de la época moderna, se van a estudiar de modo muy somero a dos grandes representantes que trabajan en sus propuestas el tema de la digni-dad humana: Schiller y Fichte.

Friedrich Schiller.Este pensador se podría considerar como un pos-tkantiano que se ubica en el marco del movimiento llamado Romanticismo; además escribió en el año de 1793 una obra titulada “De la gracia y la dig-nidad”; el concepto con el cual se puede designar toda la propuesta acerca de la dignidad es el de au-todominio; además su concepción no se desarrolla en el plano ontológico, ni el plano ético sino en el campo de la estética y de la imaginación creativa.

Es un pensador que al ubicarse dentro del Roman-ticismo toma distancia del racionalismo ilustrado defendido por la modernidad; en este sentido de-fiende el sentimiento y la pasión, así como destaca de forma palpable la belleza de la figura humana; también como muchos pensadores romanticistas hace una defensa y propugna por un retorno a la época clásica (Grecia, Roma, el medioevo y su ca-rácter romancesco); critica de modo fuerte el opti-mismo ilustrado y pertenece al famoso movimiento de origen romántico llamado SturmundDrang.

A dicho pensador le debemos la famosa figura li-teraria, propia de la época, acuñada bajo el con-cepto “El alma bella” (Die SchöneSeele); en ella se expresa el alma del ser humano que es capaz de cumplir su deber estimulada por la belleza y lo hace con toda naturalidad; según esta figura, el alma del

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ser humano se sitúa entre lo sensible y lo moral, entre la belleza y la responsabilidad; el alma bella es aquella que es capaz de armonizar la ley moral, el instinto y la sensibilidad.

Para Schiller las consecuencias que se sobrevi-nieron después de la Revolución francesa, la que autoproclama la libertad como uno de sus grandes ideales, consecuencias que tenían que ver con la atrocidad, la violencia, etc., esto hizo reflexionar a este pensador en el hecho de que el hombre to-davía no estaba preparado para vivir la libertad en cualquiera de sus formas (política, social, moral); desde esta perspectiva Schiller sostiene que lo que debe mover al hombre es su amor a la libertad y de que ésta tiene su sede en la conciencia del ser humano.

Según este pensador, y desde el punto de vista moral, el hombre puede conducir su vida y su exis-tencia según tres órdenes: el primero sería guiarse por la razón; el segundo sería el contrario, es decir, dejarse guiar por su naturaleza instintiva y la nece-sidad física, y el tercero consistiría en dejarse guiar por su naturaleza instintiva y por la necesidad física pero guiados y orientados por la razón; cuando esto sucede, el hombre se encuentra en armonía con-sigo mismo, así como encuentra el justo equilibrio entre la razón y la moral, el deber y la inclinación; así básicamente el hombre encuentra su propia dignidad, la que concuerda con la belleza, con el alma bella, con el autodominio del propio espíritu sobre sí mismo, la que a su vez le da forma, ex-presión y claridad al instinto que quiere dominar al ser humano; en este sentido se pueden encontrar en este pensador rasgos de lo que los griegos en-tendían por la noción de epimeleia o cuidado de sí.

Schiller considera que la dignidad del ser humano está relacionada con la capacidad que el ser huma-no tiene para autodominarse y autocontrolarse, así como la capacidad que tiene para elevarse hacia la esfera espiritual; el hombre es el ser que está capacitado para distanciarse del mundo, actuar li-bremente, fijarse metas y objetivos así como tomar distancia de la ciega necesidad. Mientras que los

seres de la naturaleza están determinados por la ciega necesidad y tienen un destino fijo y trazado, el hombre puede señalarse su propio destino, él mismo puede cumplirlo, el hombre puede, a dife-rencia de los demás seres, interrumpir una cadena fijada de necesidades; todo esto lo puede llevar a cabo a partir de la acción, la que es su obra y a par-tir de la cual se puede autodefinir como Persona; el hombre a partir de las acciones puede mostrarse como una persona, puede ser persona.

La dignidad humana consiste en el hecho de que el hombre, a partir de sus acciones puede elevarse a un plano superior, a un plano espiritual; el alma humana descubre su belleza a partir de esta capa-cidad que tiene para elevarse a un plano espiritual; la libertad consiste en el autodominio que el hom-bre tiene sobre sus instintos y sus deseos. Lo que le confiere dignidad al ser humano es su capacidad para elevarse por encima de la materia, dominar sus instintos, alzarse el plano de la gracia y del es-píritu; la práctica de la virtud le confiere dignidad al ser humano, pues aquella presupone el dominio de lo instintivo, el autodominio y el autocontrol de sí mismo; la dignidad humana presupone la capaci-dad que el espíritu humano tiene para someter su propio cuerpo; en la dignidad humana se pone de manifiesto el dominio del espíritu sobre el cuerpo humano, el espíritu es capaz de someter, encausar y neutralizar las propias inclinaciones.

La dignidad humana, según este pensador, expre-sa un carácter sublime y es capaz de suprimir y neutralizar los movimientos involuntarios; también es capaz de despertar el sentimiento del respeto, así como impide que el amor se convierta en deseo o instinto pervertido; la libertad de espíritu consiste en el dominio de los instintos mediante la fuerza moral; la libertad de espíritu se expresa a través de un fenómeno que llamamos dignidad.

La libertad del ser humano consiste en la capaci-dad que el hombre tiene para liberarse de las ba-rreras que condicionan su propio ser; en este sen-tido, éste pensador, hablará o reconocerá lo que se llama una dignidad existencial; el hombre puede

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elevarse a la esfera de lo divino a la esfera de lo es-piritual mediante sus propias creaciones: la música, la poesía, el arte o el hombre puede vivir como una bestia cuando es esclavo de sus propias pasiones y de sus instintos más elementales; la dignidad es la libertad que el espíritu del propio hombre le con-cede a éste cuando es capaz de sobreponerse por encima de sus propios instintos.

Según este autor, la dignidad humana es algo que se conquista mediante las obras y las acciones, aquella no es un atributo ontológico propio del ser humano, es algo que lleva al hombre a controlar sus actos involuntarios, a padecer con serenidad y a elevarse por encima del reino de la ciega necesi-dad y de las inclinaciones.

Fichte.Este pensador considera el concepto de dignidad humana desde dos categorías íntimamente empa-rentadas: el orden y la relación; al igual que Schi-ller, su propuesta filosófica puede considerarse postkantiana; se ubica dentro del marco del movi-miento alemán llamado Idealismo. Al final del curso filosófico que dictara durante el año de 1791 propu-so una alocución sobre la dignidad del hombre, a ella nos vamos a referir, siempre siguiendo el texto propuesto por Torralba.

Toda su propuesta filosófica, así como su concep-ción sobre la dignidad humana está articulada en torno al Yo; éste es el principio del todo, no es sim-plemente alguien que observa la realidad, sino que es su principio constitutivo, es su actor, por lo tanto, la acción en el mundo es lo que le da y le brinda dignidad al hombre; cuando el hombre se convierte en un ser inactivo entonces está propenso a caer en cualquier tipo de vileza, en el vicio.

La reflexión filosófica de Fichte considera además que el hombre alcanza a desarrollar su dignidad cuando entra en relación con otros hombres, por lo tanto, el hombre necesita de sus semejantes y de las relaciones que pueda establecer con estos para desarrollar plenamente su dignidad; el hombre tiene como deber supremo ser plenamente hombre

y esto solo lo alcanza cuando se interrelaciona con los demás seres humanos.

Cuando el ser humano se reconoce en relación con los demás entonces se percata de su sentido co-munitario; este sentido comunitario le obliga a re-conocer que el ejercicio de su libertad tiene unos límites, y estos son los límites de las libertades de los demás; el límite de la libertad del yo es el ejer-cicio de la libertad de los otros; desde esta pers-pectiva surge para Fichte la posibilidad de afirmar el derecho y el Estado. De esa manera hay que afirmar que el yo es el fundamento que sustenta la dignidad humana; cuando el hombre reconoce su propia dignidad, entonces se da cuenta de que es un ser diferente, distinto a la naturaleza; el yo es quien produce la armonía en el cosmos, es quien le da forma; el hombre es el ser que está capacitado para mirar matemáticamente el mundo y para des-cubrir detrás de los fenómenos las leyes que los de-terminan; el hombre introduce la armonía, el orden y la regularidad en la naturaleza; él está capacitado para descubrir la unidad que se esconde detrás de la pluralidad cósmica.

El hombre considera Fichte, es el ser más espiri-tual de la creación; justamente en el hecho de que aquel es capaz de descubrir la unidad en la diver-sidad hace que se convierta en un principio orde-nador, y esto hace que ahí radique su dignidad; de este modo la dignidad humana impulsa al hombre a descubrir la unidad en la diversidad, a imprimir forma y orden en el cosmos, a ennoblecer el medio en el cual se desenvuelve; mientras que el cosmos tiene fines preestablecidos y ya fijados, los cuales debe cumplir inexorablemente, el ser humano es capaz de trazarse y marcarse sus propios límites y sus propios fines; mientras que el cosmos tiene rasgos de finitud, el hombre tiene tendencias hacia el infinito.

6. Época contemporánea.

JürgenHabermas.Este pensador alemán es uno de los filósofos ac-tuales que más ha profundizado en el concepto de

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dignidad humana; él pertenece a la conocida es-cuela de Frankfurt y es el último gran eslabón de lo que en la actualidad se llama la teoría crítica; el texto que más lo ha hecho famoso lleva por títu-lo Teoría de la acción comunicativa, escrito en el año 1981; en él hacen su recurrencia tres elemen-tos fundamentales: lo racional, lo pragmático y lo procedimental; enfatiza lo que se podría llamar una razón dialógica y rechaza el planteamiento metafí-sico. Siguiendo la línea de pensamiento trazada por Kant, este pensador enfatiza el concepto de la au-tonomía humana y rechaza cualquier planteamien-to de orden teológico y religioso.

Habermas sostiene que en una comunidad huma-na, el diálogo es el medio fundamental para llegar a obtener consensos; dichos consensos deben fungir como normas que deben determinar el quehacer de la colectividad humana; en este sentido sostiene que lo que sea el valor y el sentido de la dignidad humana debe surgir del consenso, debe ser pro-ducto del consenso; de igual manera defiende que tanto el valor de la dignidad de los animales como el de las plantas debe ser obtenido a través del mismo acto consensual; la comunidad debe argüir, argumenta, y debatir lo que se entiende por digni-dad humana; en este sentido se aleja de aquellas tendencias que defienden una dignidad humana de orden ontológico o de orden ético, así como teoló-gico.

Este pensador considera que la dignidad humana es un concepto abierto, sometido permanentemen-te a discusión, sin embargo es algo que se debe reconocer como un derecho a la vida humana en general, tanto la que está en su estado embriona-rio o emergente como a la que está erosionada o dañada gravemente; la que está en sus inicios, la que está en su madurez plena y la que está en el declive.

También sostiene que aunque el embrión humano es algo a lo que se le debe conceder el rasgo y el valor de la dignidad humana, sin embargo no es tan fácil argumentar a su favor, como sí se argumenta en favor de un interlocutor con el que se dialoga de

tú a tú en medio de una comunidad dialógica.

La vida humana goza de dignidad y debe ser hon-rada y respetada aún en estados embrionarios o en estados anónimos; el concepto de dignidad hu-mana posee una amplia gama de posibles signifi-caciones; sin embargo lo más propio y específico de él es que se predique de todo ser humano. Por otro lado sostiene que todo ser humano debe ser honrado por el carácter de dignidad que comporta.

Habermas es consciente de que al embrión huma-no se le debe reconocer su carácter de dignidad porque no siendo así correría el riesgo de ser mani-pulado, cosificado e instrumentalizado; además se correría el riesgo de perder en torno a él toda di-mensión moral; sostiene este autor que una comu-nidad dialógica debe guardar respeto hacia el em-brión porque aunque no es un interlocutor válido, sin embargo él comporta para sí la vida humana. El gran temor que este pensador alberga, respecto al tema de la manipulación genética, consiste en que una indiscriminada aplicación de técnicas de manipulación e instrumentalización terminen por vulnerar e irrespetar la dignidad humana en su con-dición emergente. Detrás de todo esto se esconde el principio antiguo pero siempre nuevo de que el ser humano jamás puede ser un medio o un instru-mento sino un fin en sí mismo.

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Por: Daniel Francisco Bustos Psicólogo del equipo de Pastoral Familiar

LA PASTORAL FAMILIAR “UNA BUENA NUEVA PARA MEDELLÍN”

Cristo sigue siendo, una Buena Noticia para las fa-milias de Medellín, Él las sigue llamando para que sean verdaderas “Comunidades de Vida y Amor”, para que vivan en el Amor, con el Amor y para el Amor, confía en nosotros y nos sigue dando Vida, como lo dice Aparecida “ ...optando por vivir en me-dio de nosotros, eleva a la familia a la dignidad de Iglesia Doméstica”. Esta noticia nos llena de ale-gría, el sentirnos amados por Dios, el Ser Familia, que nos lleva a asumir una posición de discípulos y misioneros, en la Iglesia y la sociedad.

En Medellín hemos asumido los desafíos de la Evangelización Familiar, que nos propone la Iglesia en la actualidad, recibiendo con agrado la invitación del Papa Francisco “No tengan miedo”1, y esto in-cluye el trabajo por la familia, en primer lugar, ha-ciendo “ECO”, que se refiere a tener en cuenta todo el trabajo, que se ha realizado en la Ciudad en sus distintos procesos Pastorales; Centros de atención Familiar, grupos de Pastoral Familiar Parroquial, Preparación al sacramento del Matrimonio, y todo el trabajo que se ha realizado en relación al apoyo y al acompañamiento de las parejas y familias, y en segundo lugar, con proceso del E.C.O una serie de acciones que se desprenden de cada una de sus letras y que marcan la pauta a nuestra función pas-toral comprendidas de la siguiente manera:

• E: Evangelizar, Escuchar, Emprender, Ejecutar• C: Capacitar (Agentes de Pastoral Familiar)• O: Orientar (Pueblo de Dios).

1 Cf. Papa Francisco. Día de San Valentín, febrero 2014.

En Medellín hemos asumido los desafíos de la Evangelización Familiar, que nos propone la Iglesia en la actualidad, recibiendo con agrado la invitación del Papa Francisco “No tengan miedo”

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Evangelizar: Como lo dice el Papa Francisco “Evan-gelizar es dar testimonio en primera persona del Amor de Dios, es superar nuestros egoísmos, es ser-vir inclinándose a lavar los pies de nuestros herma-nos como hizo Jesús.”2, llevar siempre el Testimonio de Cristo a las familias, quien es el que le da un toque diferente a nuestras relaciones familiares, que con su Amor, nos invita a ser verdaderas Comunidades, “iglesias domesticas”, que redescubren el valor tan importante que tiene el Ser Familia. Es el testimonio de vida y el asumir el mensaje de Cristo en nues-tra realidad personal y familiar, lo que nos garantiza una iglesia creciente de “ Familias Evangelizadas y Evangelizadoras”3.

Escuchar: A nuestras familias, sus necesidades y alegrías, sus tristezas y sus buenas nuevas, sus tes-timonios de vida, para así poder transmitirlas y com-partir la bondad y la belleza del amor de Dios, que se encuentra en la vivencia de nuestras comunidades, haciendo alusión al mandato bíblico “Escucha Israel”4, escuchar la Palabra de Dios, que le habla al corazón de nuestra iglesia, Dios mismo toca la puerta para ha-cer morada entre nosotros, está en nosotros escoger la mejor parte, siendo discípulos que se encuentran a los pies del Maestro, en nuestro trabajo pastoral.

Emprender: Procesos, planes, proyectos y progra-mas que defiendan y promuevan los derechos de las familias, la defensa de la vida y rescaten los compo-nentes naturales y esenciales que en la familia se en-cuentran, recobrando su verdadero valor, como nos lo dice Aparecida “La familia, patrimonio de la huma-nidad, constituye uno de los tesoros más importantes, ella ha sido y es escuela de fe, palestra de valores hu-manos y cívicos, hogar en que la vida humana nace y se acoge generosa y responsablemente”5.

Ejecutar: Llevando a la acción nuestras palabras, pensamientos propósitos, que teniendo como base La Palabra, que es Cristo, llegarán siempre a un buen término, ejecutar es actuar intensamente a favor de lo esencial, La Vida, El Amor, La Familia, teniendo en cuenta las enseñanzas de Jesús, que nos ayuda en

2 Cf. Papa Francisco. Homilía de la misa de envío. JMJ. 20133 Cf. Aparecida 4374 Deuteronomio 6, 4-105 Cf. Ap. 114

este agradable caminar, para que en nuestras Comu-nidades parroquiales a ejemplo de San José esposo fiel, podamos como lo dice el Papa Francisco. “tener la misión de custodiar a nuestros hermanos”6.

Capacitar: Los Agentes de Pastoral Familiar, como protagonistas activos de los procesos pastorales, se motivan y capacitan para el servicio a las familias, para “...educar en el amor como don de sí mismo”7, recuperando los valores esenciales de la vida hu-mana y asumiendo criterios claros, con la autoridad propia de un misionero comprometido con el anuncio del Evangelio, capacitar para la coherencia, capacitar para la vida, capacitar para compartir la Buena Noti-cia que es Cristo en nuestras familias.

Orientar: Las Comunidades parroquiales, se convier-ten así en espacios de encuentro donde las familias, buscando sosiego en su caminar, son escuchadas, y orientadas hacia los espacios que se asocian a sus necesidades, el propósito es trabajar articuladamente para que el Pueblo de Dios, encuentre un acompa-ñamiento eficiente y eficaz por parte de las Comuni-dades parroquiales, que son llamadas a reavivarse y a estar unidas a la Pastoral cuya labor dinamiza y acoge todos los procesos que en la Iglesia se realicen a favor de nuestras familias.

Con estas premisas iniciamos un trabajo que intenta llegar a cada persona, a cada familia, a cada Comu-nidad parroquial, en fin, a toda la Iglesia, para que desde nuestro lugar específico ya sea como Obispos, Presbíteros, Religiosos o Laicos, unamos fuerzas para que la familia siempre sea, una “Buena Noticia”, que se trasmita con alegría y entusiasmo, para vivir el Reino de Dios y tener la dicha de la labor cumplida, de ver a nuestras familias viviendo en paz, “Dichosos los que trabajan por la paz, porque Dios los llamará hijos suyos”8. Es la invitación que hace la Pastoral Fa-miliar, reconocernos familia de Dios, para ser Buenas Nuevas, testimonios vivos de su presencia y su Amor, siendo participes de la vida y viviendo nuestra parti-cipación, respondamos todos al llamado que se nos hace a seguir siendo verdaderas “Comunidades de Vida y Amor”.

6 Papa Francisco. Audiencia General 19/03/2014. Festividad de San José.7 FC.378 Mt 5, 9

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Por: Pbro. Jorge Enrique García Delegado Arzobispal para la Pastoral Familiar

¿CUAL ES EL CURSILLO PREMATRIMONIAL MÁS CORTO?

Preguntas como estas son las que de seguido le hacen a la Delegación Arzobispal para la Pastoral Familiar las parejas de novios que buscan en el cur-sillo, el cumplimiento de un requisito que no atina a un compromiso de cristiano; de igual manera, esta-mos seguros que a muchas parroquias han llegado con la misma inquietud, incluso, pidiendo consejo de cuál de los cursillos actuales que tiene la Arqui-diócesis de Medellín es el más corto de todos.

A partir del segundo semestre de este año, este tipo de preguntas van a tener una sola respuesta en cuanto a que la Pastora Familiar está dando un vuelco importante con el ánimo de llevar LA BUENA NUEVA DEL AMOR CONYUGAL Y FAMILIAR a to-dos los ambientes, para que las familias de nuestra ciudad sean en realidad una Buena Noticia para la Iglesia y la sociedad.

Siguiendo los parámetros y la iniciativa de la Iglesia universal y acogiendo la preocupación de los Obis-pos y muchos sacerdotes con respecto al acompa-ñamiento de las parejas antes, en y después del matrimonio, la Arquidiócesis ha venido construyen-do una propuesta que busca evangelizar a las pa-rejas y a las familias, asesorarlas, acompañarlas y fortalecerlas pastoralmente en momentos de crisis y dificultad, y concientizarlas del gran compromiso que tienen de estar al servicio de la vida, para po-der conformar con esto Comunidades de Vida y de Amor.

El Papa Francisco lo ha sugerido en sus catequesis

…de lo que se trata es de fundar el sacramento en verdaderas relaciones de amor.

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hablando al respecto del matrimonio, que de lo que se trata es de fundar el sacramento en verdaderas relaciones de amor; de igual manera, todos somos testigo de la forma como se ha ido degradando este sentimiento cuando de lo que se trata a nivel cristia-no es de santificar el amor para que se convierta en un verdadero sacramento.

Para ninguno es extraño los grandes retos que hoy se le presentan a la Iglesia en cuanto al tema de la vida, el matrimonio y la familia, y que se convier-te en un desafío en el acompañamiento pastoral, para crear nuevas formas y metodologías, que den respuesta a estas situaciones que muchos hoy re-claman.

Teniendo en cuenta todo lo anterior, lo que se pre-tende a partir de ahora es de centrar todo el acom-

pañamiento evangelizador y pastoral a las parejas y a las familias desde lo que vamos a denominar CENTROS DE PASTORAL FAMILIAR – CPF. En estos centros van a confluir lo que es la prepara-ción al sacramento del matrimonio (con una mis-ma temática, metodología e intensidad horaria), el acompañamiento en momentos de crisis por parte de personal capacitado para intervenciones a ni-vel individual, de pareja y de familia, como la ca-pacitación de los agentes de pastoral familiar para avivar en las comunidades la pastoral familiar pa-rroquial. Además, se busca que en estos CPF se pueda canalizar la labor de todos los Movimientos Apostólicos y las Instituciones afines en el tema de vida, matrimonio y familia, para que tengan un ma-yor efecto según las necesidades de las parroquias que se acerquen a los centros logrando así hacer un trabajo en conjunto.

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Al estar estos centros ubicados de manera estraté-gica, de fácil acceso y referencia, con el ánimo de abrazar toda la Arquidiócesis, es importante contar con el apoyo y el compromiso de todos los sacer-dotes, sobre todo, para que realmente estos CPF cumplan el objetivo y presten un buen servicio pas-toral, donde las acciones se van a ver reflejadas en cada parroquia.

Estos CPF estarán distribuidos de la siguiente ma-nera:

Vicaría del Norte:

1. CPF – P. Nuestra Señora del Rosario (Bello) 2. CPF – P. San Judas Tadeo (Castilla) 3. CPF – P. Nuestra Señora de los Dolores(Robledo)

Vicaría del Sur:

1. CPF - P. San Marcos (Envigado) 2. CPF - P. Santa María de los Dolores(El Poblado) 3. CPF – P. Nuestra Señora del Rosario (Itagüí)

Vicaría de Occidente:

1. CPF – P. Nuestra Señora de Belén (Belén) 2. CPF – P. El Divino Maestro (La América) 3. CPF – P. La Santísima Trinidad (Guayabal)

Vicaría de Oriente:

1. CPF – P. San Cayetano (Aranjuez) 2. CPF – P. La Milagrosa (La Milagrosa)3. CPF – P. San José (Centro Av. Oriental)

Somos conscientes que todo cambio genera crisis, pero la invitación es a reconocer que también la cri-sis se nos convierte en una oportunidad, no sola-mente para evaluar y darnos cuenta que hay cosas por mejorar, sino también para emprender accio-nes que respondan a una nueva evangelización, en este caso a las parejas y las familias.

La invitación ahora es a que todos en comunidad eclesial oremos por este programa, nos sintamos responsables del mismo y lo demos a conocer para que comencemos todos como familia eclesial a ser parte de los CPF.

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Por: Pbro. Gilberto Gómez Botero Instituto para el Matrimonio y la Familia de la UPB Asesor de la Delegación para la Pastoral Familiar

Y LA FAMILIA QUÉ,SE MURIÓ O TODAVÍA VIVE?

La cultura podrá interpretar la naturaleza, respetarla, permitirle funcionar, o tratar de forzarla a caminar al revés.

No, la familia todavía vive, a pesar de Cooper y to-dos sus cofrades que le vienen cantando el entie-rro desde hace varios años. Está enferma, pero al enfermo se le hace tratamiento adecuado, no se le anticipa la autopsia.

Mejor, comencemos por utilizar un vocabulario más adecuado para referirnos a la familia. La familia, así a secas, es un vocablo que se refiere a una realidad abstracta y colectiva. La realidad es otra, existen familias concretas, las de cada uno de ustedes y la mía y de muy variadas características las unas y las otras. Tienen rasgos comunes, unas son más com-pletas que otras, unas reducidas al mínimo de sus integrantes, otras más grandes, aunque no como las de antes . Unas funcionan mejor, otras no tan-to, o casi nada. Se puede hablar de familias sanas, más o menos sanas, familias enfermas, disfuncio-nales, y de pronto moribundas. Exactamente a las que se refería Cooper y cuyo tipo se generalizaba hasta convertirla en la representación del colectivo. Hay mucha variedad en las familias, y siempre la ha habido y la habrá.

Ahora se habla de que hay muchas formas de fa-milia, o mejor dicho, de hacer familia, y cada día aparecen nuevas. En realidad, ahora no están in-ventando nada, todas esas for-mas han existido siempre. Sólo que ahora, como resultado de la forma como se entienda el derecho al “libre de-sarrollo de la personalidad” se pretende que todas esas formas son legítimas porque dan los mismos resultados y que todas merecen que les hagan la

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misma propaganda, si queremos aparecer en la lista de los honorables “incluyentes”. Pero eso no es verdad. Hay formas adecuadas y formas defi-citarias. Esto depende de la naturaleza. La cultura podrá interpretar la naturaleza, respetarla, permitir-le funcionar, o tratar de forzarla a caminar al revés. Pero cambiarla nunca lo logrará.

Hay familias excelentes, en todos los estratos so-ciales. Pero ninguna de esas familias es perfecta, siempre le falta algo para ser mejor. Debería haber más familias como ésas. Y si las hubiera más, el mundo marcharía mejor. Eso lo ha sostenido siem-pre la Iglesia Católica. Y desde hace varias décadas es un tema que ha atraído la atención de muchos investigadores en el campo de las ciencias sociales de un buen número de Universidades y Centros de estudios de varios continentes. Y los resultados de esas investigaciones nos han entregado elementos de verdad que, bien aplicados, pueden contribuir, en forma preven-tiva y también terapéutica, al tra-tamiento de las familias enfermas que se quieren curar. Porque las otras …..se las dejamos a Dios, si es que acuden a Él, o al proceso inclemente de la naturaleza, que no perdona nada y las cobra todas

Algo que va quedando más claro cada día: Primero, que la familia es una institución natural, de la cual la sociedad no puede prescin-dir si quiere funcionar bien, porque los ensayos que se han he-cho para sustituir sus fun-ciones naturales, o por lo menos parte de ellas, no han dado buenos resulta-dos. Eso lo confirma la historia reciente del mundo occidental (v.g. Rusia e Israel) y también del mun-do oriental (China). Organismos internacionales dedicados al tema de la economía y que antes no se ocupaban del tema de la familia (por ejemplo, la OCDE) proponen ahora fortalecer el funcionamien-to de las familias para conseguir incluso un orden económico más justo y equilibrado. Segundo, que el matrimonio debe ser el punto de partida para la formación de la familia. Y no se es-tán refiriendo al matrimonio como acto burocrático para establecer el momento en que dos personas asumen el status jurídico de casados, sino a esa realidad conyugal de la pareja humana formada

por el varón y la mujer, basada en un compromiso duradero de respeto y mutua ayuda y ponen de re-lieve la importancia de que los hijos crezcan con la presencia de ambos padres. Es decir, que por eso dure. Y proponen abiertamente que las Iglesias, los órganos legislativos, los gobiernos, las Univer-sidades (también!) y los formadores de la opinión pública se comprometan en “la promoción de la cultura del matrimonio sano”. Naturalmente que los partidarios del anti-matrimonio también existen y no aplauden este “parti-pris” de las ciencias sociales y atacan con vehemencia en favor de su manera de ver y promover el “libre desarrollo de la personali-dad”.

La familia, como institución, no ha desaparecido del mundo, porque la representan mu-chas familias buenas que las hay en todas partes. Pero hay mu-chas, muchísimas, familias enfermas que necesitan y merecen tratamiento, no autopsia, al menos por el momento.

En el nivel mundial, nuestra Iglesia reacciona. El Papa Francisco ha convocado dos Síno-dos, uno este año y otro el siguiente, en el 2015, para es-tudiar la problemática de las familias que pertene-cen a la Iglesia Católica, en el contexto de la nueva evangelización. Y los Sínodos se ocupan de temas y situaciones cruciales para la Iglesia. Y dos Síno-dos: se ve que el Papa quiere sacudir de su letargo a todos los católicos. Porque no se trata de en-fren-tar el bienestar de las familias individuales, sino que hay que enfrentar toda una cultura contemporánea que es adversa a la esencia de la familia y también a la esencia del matrimonio.

Entre otros muchos síntomas, tanto la Iglesia como las ciencias sociales (por fin!) señalan tres sínto-mas muy preocupantes. Primero, el abandono de la institución natural del matrimonio como base de la formación de la familia. Hay países donde el matrimonio sigue predominan-do, países en los que ha venido perdiendo fuerza, y países en situación crítica, bastante crítica. Como un hermoso país, situado en el norte de Suraméri-ca, llamado Colombia. En 1970 la natalidad extra-

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ma-trimonial era del 30% y según datos oficiales del 2011 es ya de 74%. El salto es de propor-ciones olímpicas. Así aparece en el informe llamado “Mapa de la Familia en el Mundo 2013”1. Colombia se des-taca por ser el país que presenta el porcentaje más elevado de las llamadas “uniones libres”: el 39% en el rango de 18-39 años de edad. Estamos por enci-ma de Argentina (27%) y Brasil (26%). Qué honor!

Al ver esto me quedé perplejo. Y eso que por mi actividad pastoral y académica estoy fa-miliarizado con las cantidades demográficas. Todavía me re-sisto a creer lo que ya no pue-do negar. Mi país, que también es el de Uds., está en una emergencia familiar: ya el ma-trimonio no es el estándar para la formación de la familia. Y si eso no nos dice nada, aquí están las ciencias sociales con 30 argumentos para decirnos que el matrimonio debe ser el punto de partida para la formación de las familias. Y di-cen por qué: si no hay matrimonio los riesgos son enormes para los esposos, los padres y los hijos. Ya tendremos la oportunidad de volver sobre este tema.

Segundo: no sólo se casan poco sino que se di-vorcian mucho. Un informe sobre la situa-ción de España publicado en el 2010 la definía como “un invierno demográfico y un invier-no nupcial”. El in-vierno nupcial también está presente entre noso-tros: cada día se realizan menos matrimonios y se capitalizan más divorcios. La Superintendencia de Notariado y Registro nos da estos datos para 2011: se realizaron 64.288 uniones maritales (categoría con la que se involucran matrimonios civiles, matri-monios religiosos y uniones de hecho registradas) y se disolvieron 15.326 (24%).

Y por qué, después de que dicen que se casan por-que se aman tanto que no pueden vivir el uno sin el otro? Porque ya no quiere vivir el uno con el otro. Mucha fantasía romántica pero poca disposición para asumir las diferencias. Y aducen como cau-sas: vicios, irres-ponsabilidad, mala comunicación, intolerancia, violencia intrafamiliar, “fuerte cordón umbilical que no logra romperse”, tendencia a la

1 Página 19, Gráfico N.5

infidelidad, maltrato verbal. En resu-men: nuestros novios demuestran que no están educados para convivir. Falla la prepara-ción al matrimonio.

Muchos matrimonios que serían reparables si hu-biera buenos servicios de consejería con-yugal y buena disposición de los jóvenes esposos, termi-nan precipitadamente en las no-tarías por la faci-lidad de proceder al divorcio. Se hace la autopsia antes de intentar el tratamiento.

Tercero, ya estamos entrando, sin darnos cuenta en “el invierno demográfico”, la baja de la natali-dad ya traspasa los límites de lo conveniente para el mantenimiento de la comu-nidad y de la cultura. Hay dos consecuencias ligadas entre sí por la mis-ma causa: El enve-jecimiento generalizado de la población y la escasez cuantitativa de la natalidad misma que va modificando las necesidades y las urgencias de la franja predominante. Por ejem-plo el sector de la educación registra casi de inmedia-to las modificaciones de la natalidad. En el Perfil Demográfico de Antioquia2, publicado en 2011 (es decir, ya hemos avanzado otra cohorte más des-de su publicación), las pirámides poblacionales de Antioquia en ge-neral, la del Valle de Aburrá y la de Oriente muestran una tendencia acelerada al descenso, y no sabemos a dónde llegue en diez o 15 años más, que pasan rápido y acumulan mu-cho. Estamos ya en el camino de España y de otros países europeos. Para algunos eso podrá significar civilización, modernización. En la realidad, es un deterioro que puede pagarse muy caro. Ya hoy se están preguntando qué será de la cultura y la pobla-ción francesa, alemana, española o italiana dentro de 15 o 20 años, porque el vacío que dejan los que envejecen y mueren, agregados los vacíos de los que no pudieron nacer (porque con el aborto se les negó ese derecho, o porque la anticoncepción les impidió comenzar a existir) ya se está llenando con otras poblaciones . El líder libio que llevó su país a la peor crisis, invitaba a invadir a Europa, pero no con tanques sino con cunas …..y ya puede decirse que lo logró.

2 Cap. 1 del Diagnóstico de la Situación de Salud del Departamento de Antioquia 2010

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Entre nosotros la cultura de la anticoncepción pe-netró muy fuertemente y también lo está haciendo la del aborto. Un Ministro de Protección Social hace algunos años se quejaba de que en Colombia no había suficientes abortos “legales” (o sea los ben-decidos por la Corte Constitucional) para exhibirlos en las estadísticas internacionales. Solo contaba con los guarismos abultados de los abortos clan-destinos.

En Colombia, con la ayuda del aborto y la anticon-cepción estamos en déficit de la tasa de reempla-zo necesaria para mantener una cultura (2,1 hijos por familia) y en las ciudades de Bogotá, Medellín y Cali nos acercamos al 1,4).

Más grave todavía, un delito que continúa siéndolo (sólo se ha despenalizado en tres ca-sos), preten-de convertirse en “derecho fundamental” a pesar de que la Constitución Polí-tica dice que “el derecho a la vida es inviolable”3. Ahora ya se quiere esta-blecer como derecho fundamental “el derecho de matar”. Hasta dónde llegaremos de la mano de la Guardiana de la Constitución? Con amigos así, para qué enemigos!

En resumidas cuentas muchos de nuestros jóvenes ya dicen abiertamente que no se quie-ren casar y muchos de los que se casan que se casan no están muy dispuestos a procrear. Tal vez estamos acer-cándonos peligrosamente a la situación creada en otros países: niños no, pero perros y gatos sí. Ya se oye hablar más de los “derechos de los anima-les” que de los “derechos de los niños” que todavía (hasta cuándo?) en la Carta Constitucional “preva-lecen sobre los derechos de los demás” (es decir, no son de menos).

Se dice que las familias son las células vivas de la sociedad. Nuestras familias están enfer-mas, no todas pero sí muchas. Y muchas están enfermas porque carecen de núcleo (el matrimonio) o en ellas el matrimonio está debilitado porque comenzó mal o se ha des-arrollado mal, o no se les ha nutrido

3 Art.11

para que funcione bien. Y las que funcionan bien hoy necesitan mantenimiento para crecer y forta-lecerse para prevenir el deterioro en el futu-ro. Las células saludables son las que mantienen la salud del conjunto del cuerpo.

Hoy poseemos muchos conocimientos que nos permiten diagnosticar con mucha certeza y a tiem-po los males que aquejan al matrimonio y la familia. Y nos permiten generar recur-sos para acompañar a los matrimonios y a las familias en sus diversas fases de desarrollo para fortalecerlos e impulsarlos en el desempeño de sus funciones.

La Arquidiócesis de Medellín está empeñada aho-ra en un gran esfuerzo para implementar una pas-toral familiar que se sienta en las parroquias y en sus familias y para eso va a co-menzar por ofrecer un programa de “preparación para el matrimonio”, que sirva para preparar de verdad, para ayudar a nuestras parejas jóvenes a comenzar mejor su vida conyugal, para que su matrimonio funcione mejor, para que sean conscientes de las riquezas enor-mes que ofrece a los esposos un matrimonio con mejor calidad humana y cristiana. Y luego vendrán paulatinamente otros programas para responder a las diversas necesidades del desarrollo de la vida matrimonial y familiar en sus diversas etapas del ciclo familiar.

La Arquidiócesis de Medellín responde así a las necesidades de sus familias y al llamado del San-to Padre, porque como afirma el documento de Aparecida:“Dado que la familia es el valor más que-rido por nuestros pueblos, creemos que debe asu-mirse la preocupación por ella como uno de los ejes trasversales de toda la acción evangelizadora de la Iglesia. En toda diócesis se requiere una pastoral familiar intensa y vigorosa, para proclamar el evan-gelio de la familia, promover la cultura de la vida, y trabajar para que los derechos de las familias sean reconocidos y respetados”4.

4 Cf. Aparecida 435

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Por: Pbro. Pedro Antonio Ospina Suarez Docente Universidad Pontificia Bolivariana

A LOS 1200 AÑOS DE LAMUERTE DE CARLO MAGNO

La feliz unión de la cultura clásica y de la fe cristiana con las tradiciones de diversos pueblos se realizó en el imperio de Carlomagno y se ha desarrollado de varias formas como herencia espiritual y cultural de Europa a lo largo de los siglos.

1. Introducción

El recién canonizado papa Juan Pablo II, en discur-so pronunciado en Ciudad del Vaticano el día 24 de marzo de 2004-un año y doce días antes de su fallecimiento-, afirmó: «El premio, con el cual la ciu-dad de Aquisgrán [Alemania] suele honrar los méri-tos con respecto a Europa, lleva con razón el nom-bre del emperador Carlomagno. En efecto, el rey de los francos, que constituyó a Aquisgrán como capi-tal de su reino, dio una contribución esencial a los fundamentos políticos y culturales de Europa y, por tanto, mereció recibir ya de sus contemporáneos el nombre de paterEuropae. La feliz unión de la cultu-ra clásica y de la fe cristiana con las tradiciones de diversos pueblos se realizó en el imperio de Carlo-magno y se ha desarrollado de varias formas como herencia espiritual y cultural de Europa a lo largo de los siglos. Aunque la Europa moderna presenta, en muchos aspectos, una realidad nueva, en la figura histórica de Carlomagno se puede ver un elevado valor simbólico»1.

Dos años después del discurso referido, el enton-ces pontífice sucesor del nuevo santo hace lo propio en el contexto académico de un seminario sobre el tema: El patrimonio cultural y los valores de las uni-versidades europeas como base para la atracción del “Espacio europeo de instrucción superior”; en dicho evento, el papa Benedicto XVI agregó: «Du-

1 Discurso del Santo Padre Juan Pablo II durante la ceremonia de entrega del Pre-mio Internacional Carlomagno (24-03-2004), consultado en la página web del Va-ticano www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/speeches/2004/march/documents/hf_jp-ii_spe_20040324_premio-carlo-magno_sp.html, en 23-05-2014.

(S.S. JUAN PABLO II)

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rante estos días vuestra reflexión se ha centrado en la contribución que las universidades europeas, que cuentan con una larga tradición, pueden dar a la construcción de la Europa del tercer milenio, teniendo en cuenta que toda realidad cultural es al mismo tiempo memoria del pasado y proyecto para el futuro. A esta reflexión la Iglesia quiere dar su aportación, como ya ha hecho a lo largo de los si-glos. En efecto, ha sido constante su solicitud por los centros de estudio y las universidades de Euro-pa, que con su “servicio intelectual” han transmitido y siguen transmitiendo a las generaciones jóvenes los valores de un peculiar patrimonio cultural, enri-quecido por dos milenios de experiencia humanísti-ca y cristiana. Al inicio tuvo considerable influencia el monaquismo, cuyos méritos no sólo afectaron al ámbito espiritual y religioso, sino también al econó-mico e intelectual. En tiempos de Carlomagno, con la aportación de la Iglesia se fundaron verdaderas escuelas, de las que el emperador deseaba que se beneficiara el mayor número posible de personas. Algunos siglos después nació la Universidad, que recibió de la Iglesia un impulso esencial. Numero-sas universidades europeas, como las de Bolonia, París, Cracovia, Salamanca, Colonia, Oxford y Pra-ga, por citar sólo algunas, se desarrollaron rápida-mente y desempeñaron un papel importante en la consolidación de la identidad de Europa y en la for-mación de su patrimonio cultural»2.

Vale la pena traer a colación los citados textos de los dos pontífices anteriores al actual, justamente en el año en que se están celebrando 1200 años de la muerte del hijo de Pipino el Breve y nieto de Carlos Martel, el emperador franco-alemán Carlo-magno (Lieja?, actual Bélgica, 742/748 – Aquis-grán, 814).

2. Carlomagno, rey de los francos y lombardos y emperador de Occidente

Había nacido Carlos en el seno de la dinastía de los pipínidas, la cual se había convertido en la he-

2 Discurso del Santo Padre Benedicto XVI a un seminario organizado por la Congre-gación para la Educación Católica (01-04-2006), en www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/speeches/2006/april/documents/hf_ben-xvi_spe_20060401_cath-educ_sp.html (consultado en 23-05-2014).

reditaria del título y oficio de mayordomo de pala-cio en la corte de los monarcas merovingios (los cuales gobernaban desde el siglo IV el reino de los francos, pero habían caído en decadencia desde el siglo VII, razón por la cual recibían el calificativo de “reyes holgazanes”). Los mayordomos de pala-cio fungían como los verdaderos señores del reino, hasta que el papa Esteban II (752–757) en la Pas-cua del año 754 y en la ciudad francesa de Quier-zy, unge como nuevo rey de los francos a Pipino el Breve (en una especie de “golpe de Estado”: ya no rey por el vínculo de la sangre sino rex per gra-tia Dei, “rey por la gracia de Dios”, voluntad divina expresada a través del papa)3, nombrándolo patri-ciusromanorum (protector de la iglesia romana) e inaugurando la nueva dinastía monárquica de los carolingios. Prontamente, Pipino “recompensará” esta honrosa designación con la donación al após-tol Pedro (Patrimonium Petri) de inmensos terri-torios en el Norte de Italia, arrebatados en guerras contra los lombardos: origen histórico de lo que se denominó en la edad media y moderna Estados Pontificios (limitados desde 1930 al hodierno Es-tado de la Ciudad del Vaticano, con menos de un kilómetro cuadrado).

A la muerte de Pipino (768), sus hijos Carlosy Carlomán se instalan como nuevos señores de los francos hasta que, al morir Carlomán en 771, su hermano Carlos (el Magno) se convierte en el nuevo rey de los francos. Se inician entonces sus impresionantes conquistas bélicas, las cuales, a lo largo de más de 30años, ampliarán enormemente el territorio heredado de su padre Pipino. La expan-sión iniciará con la anexión del reino italiano de los lombardos, coronándose como su rey en el 774, a la cual proseguirán las tierras de los sajones y fri-sones (Alemania y Europa central), la Marca Hispá-nica (toda la zona nororiental de la actual España, límites con Francia), y las de los ávaros y eslavos (Europa oriental).

3 Previamente, en el año 751, Pipinohabía sido ungido ya como monarca y había enviado a Childerico III, último rey merovingio de los francos, a un monasterio. Los obispos francos, encabezados por San Bonifacio (monje inglés: “Apóstol de Alemania”; martirizado en 754 por los frisones -Frisia, actualmente en Holanda-), ungen a Pipino como nuevo rey de los francos.

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En la noche de Navidad del año 800, Carlomagno se presenta en San Pedro (Roma) para celebrar la fiesta. El papa León III (795-816) le impone la coro-na imperial. Es aclamado por el pueblo: “Augusto, grande y pacífico emperador romano” (se restaura el antiguo Imperio Romano de Occidente, dándose origen al Sacro Imperio Romano)4.

Carlomagno alimentó y propugnó por la idea de constituir una sólida geopolítica imperial –que coin-cide más o menos con el mapa de la Europa actual o la Unión Europea-, compuesta por varias razas, unificada por la influencia espiritual del cristianismo y del pontífice romano. Con su particular estilo de gobernar y administrar los territorios, esta idea fue materializada.

Afirma la Enciclopedia Católica: «El espíritu de su legislación era antes que nada religioso; recono-cía como base y norma los cánones eclesiásticos. Más de una vez hizo leyes a sugerencia de papas u obispos. Buscó elevar y perfeccionar al clero, tanto monacal como secular. Los diezmos fueron rigurosamente respetados para apoyo del clero y dignidad del culto público. Se reconoció y protegió la inmunidad eclesiástica, los obispos realizaban frecuentes visitas a su diócesis, se dio una instruc-ción religiosa regular, y en lengua vernácula. Por medio de Alcuino [de York, monje inglés, su princi-pal maestro y asesor], hizo que se pusieran copias corregidas de la Sagrada Escritura en las iglesias. La educación, por lo menos de los aspirantes al sa-cerdocio, fue expandida, por orden real, por la cual, todos los obispos y abades debían abrir en sus ca-tedrales y monasterios, escuelas para el estudio de las siete artes liberales y la interpretación de la Es-critura. También hizo mucho para mejorar la música eclesiástica, y fundó escuelas de música de Iglesia. Carlos hablaba bien el latín, y le gustaba mucho escuchar textos de San Agustín, especialmente “La Ciudad de Dios”»5. En este último sentido, el histo-

4 El Sacro Imperio Romano, que continúa con la descendencia de Carlomagno, en-trará rápidamente en decadencia; será restaurado en el año 962 por el rey alemán Otón I (936-973), dándose origen a una nueva denominación: el Sacro Imperio Romano Germánico, institución que perdurará hasta el año 1806, en tiempos de Napoleón Bonaparte.

5 Tomado, con las debidas adaptaciones, de la página internet http://ec.aciprensa.com/wiki/Carlomagno (24-05-2014).

riador luxemburgués Joseph Lortz agrega: «basán-dose en san Agustín, [Carlomagno] deseaba que la Iglesia y el mundo pudieran hallarse en la unidad de la civitas Dei, en la cual corresponde a lo espiritual el primado sobre lo secular»6.

Carlos el Grande murió en el año 814 en Aquisgrán (Aachen, en alemán), la ciudad que había esco-gido como capital de su Imperio. En el siglo XII se reconoció su santidad: su canonización, decretada por el antipapa Pascual III a fin de obtener el favor del emperador Federico Barbarroja (1165), no fue reconocida por la Santa Sede. Hoy se le rinde culto de veneración en la catedral de dicha ciudad.

3. Actualidad de Carlomagno7

Entre los días 20 y 25 de mayo pasado, los ciudada-nos de Europa eligieron una nuevaEurocámara (751 escaños), elecciones que, de alguna manera, tuvieron un interés especial habida cuenta de las sombras que se cernían en torno al ideal de la unificación. «Europa tiene dos espejos para mirarse.Dos acontecimientos históricos que se conmemorarán este año resumen las tendencias a las que la Unión Europea (UE) de-berá hacer frente. El 28 de enero se celebrarán los 1200 años de la muerte de Carlomagno, el hombre que construyó un imperio desde la Península Ibérica hasta Croacia. A los seis meses, el 28 de julio, el con-tinente recordará que 100 años antes comenzaba la primera de las dos guerras que incendiaron primero Europa y luego el resto del mundo. Las decisiones ac-tuales se tomarán sin sangre de por medio, pero citas como las elecciones al Parlamento Europeo servirán también para elegir entre un modelo u otro: continuar por la senda de la unificación que ya intentó el rey de los francos y emperador de Occidente o dejarse arrastrar por fuerzas nacionalistas y populistas que crecen por toda la UE como las ansias imperialistas lo hacían antes de la Gran Guerra»8.

6 Joseph Lortz, Historia de la Iglesia en la perspectiva de la historia del pensamien-to, consultable en el sitio www.conoze.com.

7 Cabría recordar aquí el hecho de la invaluable ayuda que los católicos de la dióce-sis de Aquisgrán, la ciudad de Carlomagno, ha efectuado desde hace ya más de 50 años a toda Latinoamérica y, en especial, a Colombia, sobre todo en lo referente a la realización de diversos proyectos de desarrollosocial y, a nivel de Iglesia, la financiación de muchos planes de pastoral y formación de futuros sacerdotes.

8 Tomado de www.lavoz.com.ar/mundo/la-xenofobia-se-abre-paso-ante-las-eleccio-nes-en-europa (24-05-21014)

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El papa Juan Pablo II, en su referido discurso sos-tenido durante la ceremonia de entrega del Premio Carlomagno (2004), bosquejó el hermoso sueño de lo que, para él, sería la Europa ideal unificada: «Pienso en una Europa sin nacionalismos egoís-tas, en la que se considere a las naciones como centros vivos de una riqueza cultural que merece ser protegida y promovida en beneficio de todos. Pienso en una Europa en la que las conquistas de la ciencia, de la economía y del bienestar social no se orienten a un consumismo sin sentido, sino que estén al servicio de todo hombre que pase necesi-dad y de la ayuda solidaria a los países que tratan de alcanzar la meta de la seguridad social. Ojalá que Europa, que ha sufrido a lo largo de su historia tantas guerras sangrientas, se convierta en un factor activo de la paz en el mundo. Pienso en una Europa cuya unidad se funde en la verdadera liber-tad. La libertad de religión y las libertades sociales han madurado como frutos valiosos en el humus del cristianismo. Sin libertad no existe responsabi-lidad: ni ante Dios ni ante los hombres. La Europa que tengo en la mente es una unidad política, más aún, espiritual, en la que los políticos cristianos de todos los países actúan conscientes de las riquezas humanas que lleva consigo la fe: hombres y muje-res comprometidos a hacer que esos valores sean fecundos, poniéndose al servicio de todos para una Europa del hombre, sobre el que resplandezca el rostro de Dios. Este es el sueño que llevo en mi corazón y que en esta ocasión quisiera confiarle a usted y a las generaciones futuras»9.

Permita el Señor de la Historia que el sueño profé-tico del ahora santo Juan Pablo II pase a ser una realidad, para el bien de toda la humanidad.

9 Discurso del Santo Padre Juan Pablo II durante la ceremonia de entrega del Pre-mio Internacional Carlomagno (24-03-2004), consultado en la página web del Vati-cano mencionada arriba.

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Arzobispo de Medellín DECRETOS DENOMBRAMIENTOSJunio - Julio 2014

1. Se nombra al Presbítero Juan David MUÑOZ FLÓREZ, de la Arquidiócesis de Medellín, ad-ministrador parroquial de la parroquia “Beato Federico Ozanam” (Decreto 843/14) 4-jul-14.

2. Se nombra como Rector del colegio parroquial “Emaús” al Presbítero Samuel Ignacio GÁLVEZ OSORIO, con todas las atribuciones inherentes a su cargo (Decreto 842N/14) 4-jul-14.

3. Se nombra al Presbítero Samuel Ignacio GÁL-VEZ OSORIO párroco de la parroquia “NUES-TRA SEÑORA DE GUADALUPE” (Decreto 841N/14) 4-jul-14.

4. Se nombra al Presbítero Gonzalo Hernán FLÓ-REZ VÁSQUEZ Capellán del Colegio de la Pre-sentación (La Estrella) (Decreto 840N/14) 2-jul-14.

5. Se ratifican como Vicarios Episcopales de Zona a los siguientes presbíteros: Pbro. Iván Darío LONDOÑO LÓPEZ, párroco de la parroquia San Cayetano, para la Vicaría Episcopal del Oriente. Pbro. José Mauricio VÉLEZ GARCÍA, párroco de la parroquia Nuestra Señora de Be-lén, para la Vicaría Episcopal del Occidente. Pbro. Luis Albeiro MALDONADO MONSALVE, párroco de la parroquia Nuestra Señora del Rosario (Bello), para la Vicaría Episcopal del Norte. Mons. Luis Fernando PÉREZ PELÁEZ, párroco de la parroquia Santa Gertrudis, para la Vicaría Episcopal del Sur (Decreto 839N/14) 2-jul-14.

6. Se nombra al Presbítero Luis Cornelio GRAJA-LES OSORIO, de la Diócesis de Caldas, ads-crito a la parroquia “SANTA ANA” en el munici-pio de Bello (Decreto 838N/14) 13-jun-14.

7. Se nombra al Presbítero Oscar de Jesús GIL LÓPEZ, de la Diócesis de la Guaira - Venezue-la, adscrito a la parroquia “JESÚS CAÍDO” en el municipio de Itagüi (Decreto 837N/14) 13-jun-14.

8. Se nombra al Presbítero Carlos Eutimio MON-TOYA ALZATE, de la Arquidiócesis de Guaya-quil, adscrito a la parroquia “SANTA ANA” (Man-rique Oriental) (Decreto 836N/14) 13-jun-14.

9. Se nombra al Presbítero Yeison Armando ZA-PATA LOPERA Capellán de la Universidad de Mededellín (Decreto 835N/14) 11-jun-14.

10. Se nombra al Presbítero Gabriel Fernan-do GARCÍA VÁSQUEZ Capellán del Parque Cementerio Jardines Montesacro (Decreto 834N/14) 11-jun-14.

11. Se nombra al Diácono Santiago CALLE PEM-BERTHY para ejercer su sagrado orden en la cuasiparroquia “La Ermita de la Candelaria”. Al Diácono Diego José ECHEVERRY GÓMEZ para ejercer su sagrado orden en la Cárcel de Pedregal y en la cuasiparroquia “Santa María de los Milagros”. Al Diácono John Fredy UPE-GUI RESTREPO para ejercer su sagrado or-den en la parroquia “Santa María del Carmen”.

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Al Diácono John Esteban Urrego Márquez para ejercer su sagrado orden en la parroquia “Nuestra Señora de los Dolores” Enciso (De-creto 833N/14) 11-jun-14.

12. Se nombra al Presbítero Luis Mauricio ECHA-VARRÍA CASTAÑEDA párroco de la parroquia “JESÚS MISERICORDIOSO” en el municipio de Bello (Decreto 832N/14) 11-jun-14.

13. Se nombra al Presbítero Germán Darío ZAPA-TA LUJÁN Capellán de la Casa San Bernardo de las Hermanas de la Caridad Dominicas de la Presentación de la Santísima Virgen (Decreto 831N/14) 11-jun-14.

14. Se nombra al Presbítero Germán Andrés BUS-TAMANTE TAMAYO adscrito a la parroquia “LA DIVINA EUCARISTÍA” (Decreto 830N/14) 27-may-14.

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