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  • UNIVERSITAS PHILOSOPHICA 42, (pp. 11- 37)junio 2004, Bogot, Colombia

    METAMORFOSIS DE LA DIALCTICA: EL MTODOEXPUESTO EN FEDRO 265.C-266.C1

    MONIQUE DIXSAUT2

    RESUMEN

    Es imposible superponer exactamente dos textos de Platnconcernientes a la dialctica. Esta se metamorfosea, cambia deaspecto, no en razn de una evolucin que conducira arectificaciones, ni debido a rupturas sucesivas, sino segn lanaturaleza del problema planteado y segn la manera en que este seencuentra ubicado dentro de cada dilogo. Para justificar estahiptesis, el artculo examina Fedro 265.c.8-266.c.1

    1. Publicamos en este nmero la primera parte de Metamorfosis de la dialctica: El mtodoexpuesto en el Fedro (265.c-266.c), texto que ser seguido de La ciencia dialctica y la tareadel dialctico (el Sofista), los dos textos aparecieron en su primera versin francesa en larevista Kriterion, Belo Horizonte, n 102, Diciembre 2000, p. 9-43, posteriormente, en unversin ampliada, pasaron a formar parte del libro Mtamorphoses de la dialectique dans lesdialogues de Platn, Pars, Vrin, 2001 (captulo III, pp. 103-132 y captulo IV, pp. 151-230)Agradecemos a la Profesora Dixsaut la autorizacin para publicar la traduccin de estoscaptulos. La presente versin castellana estuvo a cargo de Juan Fernando Meja Mosquera,Profesor de la Facultad de Filosofa de la Pontificia Universidad Javeriana, Bogot.2. Monique Dixsaut es Profesora Emrita de Filosofa Antigua de la Universidad de Pars I.

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    METAMORPHOSIS OF DIALECTICS: PHAEDRUS265.C-266.C. EXPOSITION OF METHOD

    MONIQUE DIXSAUT*

    ABSTRACT

    It is impossible to fully match two texts by Plato about dialectics, itkeeps metamorphosing, changing its aspect; not due to an evolutionthat may, in the end, lead to rectifications nor because of a series ofbreakups, but in accordance to the very nature of the problem that isstated and according to the way it is placed inside each one of PlatosDialogues. This paper examines Phaedrus 265.c-266.c in order tojustify this hypothesis.

    *Monique Dixsaut es Profesora Emrita de Filosofa Antigua de la Universidad de Pars I.

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    INTRODUCCIN

    EL SABER ES DIALCTICO para Platn. Ese rasgo esencial de su filosofa,que es inseparable de la representacin que l se hace del pensamiento,de la hiptesis de las Formas y de su inteligibilidad, ha suscitado, enconjunto, oposiciones y crticas. La dialctica ve rechazada porAristteles su posibilidad de ser una ciencia: al no hablar ms que dellenguaje, la dialctica, segn l, no se ocupa ms que de las opinionesy no de las cosas mismas. En Plotino, como en todos los neoplatnicosposteriores a l, ella no puede ser la forma del pensamiento inteligente,sino solamente la del alma que razona. Es asombroso constatar que lasdos lneas ms recientes de interpretacin de Platn, retoman, cada unaa su manera, este doble rechazo de la ciencia dialctica. Todas lasinterpretaciones analticas toman parte en una reescritura apodcticade los textos, gratamente sorprendidas cuando pueden descubrir unsilogismo, pero molestas la mayor parte del tiempo por las imprecisioneslgicas y los errores lgicos que creen descubrir de este modo. Lospartidarios de las doctrinas no escritas son, si tal cosa fuera posible,an ms radicales. Porque los Dilogos y la clase de dialctica que seencuentra en ellos no representan para estos ms que la formulacinexotrica que disimula una doctrina de los Principios en la que ni elsaber ni la exposicin resultaran ser dialcticos. Nuevos aristotlicos ynuevos neoplatnicos se disputan entonces un Platn que con seguridadhan visto otros, y todos tienen en comn el presentar la figura de unplatonismo en el que la dialctica est ausente o al menos se ha hechoms tratable, bien por que se la haya reducido a un simple procedimientolgico, o bien porque se la haya convertido en una matemticaontologizada.

    Me parece necesario y urgente reaccionar contra esta tendenciageneral, y hacerlo no por medio de una defensa del dilogo de laforma dialogada que Platn le ha dado a su filosofa, lo cualfrecuentemente ha tenido como resultado el reducir el dilogo a unaconversacin y una cooperacin entre hombres de buena voluntadsino retomando el problema de qu es lo que Platn entiende pordialctica.

    Pues lo que se entiende con ella supera o rebasa, en primer lugar, lamodalidad interrogativa una pregunta no puede formularse ni bajo la

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    forma de una afirmacin ni bajo la de una negacin- la diversidad decaminos tomados, y tambin la osada, el desaliento y el jbilo de unpensamiento que no se apoya ms que en su propia potencia. Empleodeliberadamente estos trminos sicolgicos, porque el intelecto apartede un alma, repite en muchas ocasiones Platn, no se da. Quisiera,entonces, intentar aqu, re-platonizar a Platn, quien no era ni un lgicoimperfecto, ni un terico esotrico.

    Es necesario reconocer que es imposible superponer exactamentedos textos de Platn sobre la dialctica. Esta se metamorfosea, cambiade aspecto, me parece, no en razn de una evolucin que conducira aPlatn a rectificaciones ni en virtud de rupturas sucesivas, sino deacuerdo con la naturaleza del problema planteado y segn la maneraen la que se encuentra ubicado en cada dilogo. Para justificar estahiptesis, no examinar aqu ms que dos pasajes, uno del Fedro(265.c.8-266.c.1) y una parte del Sofista (253.d.5-e.2).

    1. EL MTODO EXPUESTO EN EL FEDRO (265.C-266.C)

    Este tipo de exgesis que arranca de sucontexto las indicaciones metodolgicas delos dilogos para transportarlas a cualquiertipo de espacio vaco donde se mueven en todasdirecciones y toman los sentidos que se quiera. El mtodo y los procedimientos dialcticosno se aclaran ms que por la aplicacin quehacen los Dilogos.Victor Goldschmidt, Le paradigme dans ladialectique platonicienne.

    EN ESTE ARTCULO Y EN EL prximo, me limitar a dedicarme a un trabajode Penlope, deshacer tanto como a hacer, intentar destejer toda un redde interpretaciones que pasan de texto en texto y que proyectan sobreellos dificultades y obscuridades que sus autores atribuyen a Platn,sin soar siquiera que ellos mismos pueden ser en gran medidaresponsables por ellas. Es verdad que la mayor parte de estasinterpretaciones parecen tan naturales, tan evidentes, que a pesar deque uno se esfuerce por librarse de ellas, recae en ellas inadvertidamente.He partido de una simple constatacin: Sobre los pasajes consagrados

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    al mtodo dialctico, desde el Fedro hasta el Filebo, pasando por elSofista y el Poltico, los intrpretes afirman que no son claros, que sustrminos son imprecisos y que la descripcin que contienen de losdistintos procedimientos es confusa. Por su parte los intrpretes tienenideas claras: la dialctica en los ltimos dilogos un asunto decomposicin y divisin, por ende, de gneros y especies (y conducetambin, eventualmente, a las realidades individuales sensiblescomprendidas en dichas especies, pero sobre este punto las opinionesson divididas). Platn, por su parte, se empea en hablar de lo mismo yde lo otro, de lo uno y lo mltiple, de semejanzas y diferencias. Hayque hace coincidir los dos vocabularios y es all donde empiezan lasdificultades y que los claros presupuestos comienzan a engendrar unamultitud de oscuridades para comenzar con respecto del texto mismoy mucho ms an cuando se trata de comparar varios.

    Se podra objetar que un pasaje bien conocido del Fedro afirma,por el contrario, la existencia de un mtodo dialctico aplicableuniversalmente e independiente de todo contexto. Cuando Scratesdeclara su amor por las divisiones y las composiciones, afirma que sedebe a que estas dos operaciones lo hacen capaz de hablar y de pensar(266 b 3-5) No se los presenta as como los dos procedimientosgenerales que dirigen todo logos dialctico?

    Es all donde se impone una referencia al contexto. Con el mismoderecho que la retrica, la dialctica permite hablar pero, a diferenciade aquella, permite tambin pensar. Pensar es tener a la vista una unidady una multiplicidad tanto como la relacin natural que las une. Tener ala vista (horan), segn Platn, es hacer (dran, el mismo verbo se vuelvea encontrar, a propsito del dialctico, en el Sofista y en el Filebo3 ) lapuesta en relacin de lo uno y lo mltiple resulta de un cierto nmerode operaciones del dialctico, operaciones orientadas por un propsitounificador:

    He aqu Fedro de qu es de lo que estoy enamorado, de las divisiones yde las composiciones, con el fin de ser capaz de hablar y de pensar. Si

    3. Cf. Sofista, 235 d 5; Filebo, 19 b 6, 25 b 2.

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    creo que he encontrado a alguno que sea capaz de dirigir su miradahacia una unidad que sea una unidad la unidad natural de unamultiplicidad4 , yo camino tras sus pasos y sigo sus huellas como si setratase de un dios. Precisamente a aquellos que son capaces de hacereso, dios sabe si con razn, pero hasta ahora yo los llamo dialcticos.(Fedro, 266.b.3 to 266.c.1)

    {SW.} Tou/twn dh\ e)/gwge au)to/j te e)rasth/j, w)= Fai=dre, tw=ndiaire/sewn Tou/twn dh\ e)/gwge au)to/j te e)rasth/j, w)= Fai=dre,tw=n diaire/sewn kai\ sunagwgw=n, i(/na oi(=o/j te w)= le/gein te kai\fronei=n: e)a/n te/ tin a)/llon h(gh/swmai dunato\n ei)j e(\n kai\ e)pi\polla\ pefuko/q o(ra=n, tou=ton diw/kw kato/pisqe met i)/xnionw(/ste qeoi=o. kai\ me/ntoi kai\ tou\j duname/nouj au)to\ dra=n ei)me\n o)rqw=j h)\ mh\ prosagoreu/w, qeo\j oi)=de, kalw= de\ ou)=n me/xritou=de dialektikou/j.) (266 b 3 - c 1)

    Scrates duda con respecto a la denominacin (dios sabe si yerroo tengo razn al llamarlos as): sta debe aplicarse a quienes hanestudiado junto a Fedro o al lado de Lisias? Resulta apropiada a estearte de los discursos que ha permitido a Trasmaco y otros llegar aser sabios (sophoi)? Fedro duda, y tiene razn, pero de lo que en elfondo no est convencido en modo alguno es de que exista un nexoentre dialctica y retrica. Scrates acaba de definir el gnero (eidos)dialctico pero a l le parece que el gnero retrico todava se nosescapa. Por lo tanto, es precisamente la necesidad de una conexinentre dialctica y retrica lo que Scrates quiere establecer. Por ende,el discurso al cual da lugar esta unificacin natural de una multiplicidades el del elogio y la censura tipo de discurso que parece proveniresencialmente del arte retrica. Aunque uno se encuentre en unasituacin discursiva que lo designe todo como retrica, se puede, segnScrates, obrar como un dialctico, pensar y no simplemente hablar. El

    4. Debe leerse hacia una unidad y una multiplicidad naturales (pephukota, dada por laedicin aldina o pehukoth, como corrige Burnet)? Yo prefiero leer pephukos (que aparece enlos manuscritos B y T y en Estobeo) y entiendo, como Robin, a saber, que el dialctico nodirige sus miradas hacia una unidad y hacia una multiplicidad, ambas naturales, sino hacia launidad capaz de coronar una multiplicidad porque ella misma es la unidad natural. La multiplicidadresultante de una divisin segn las articulaciones naturales es, en efecto, natural, pero es, meparece, hacia la unidad a dividir que el dialctico debe dirigir sus miradas.

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    hecho de encontrarse en el caso eminentemente retrico del elogio y lacensura no debe impedirle al filsofo reflexionar, pensar, dialectizar.

    Merece el nombre de dialctico aquel que, cualquiera que sea elcontexto, el objeto y la finalidad del logos, se esfuerza por efectuarcorrectamente el entrelazamiento de lo uno y de lo mltiple. Si en todoslos primeros dilogos el examen poda recaer en cierto momento en elproblema de lo uno y de lo mltiple (en particular en lo concerniente ala virtud), este pasaje del Fedro es el primero en determinarexplcitamente el trabajo del dialctico como la bsqueda de la unidadde una multiplicidad. Pensar una unidad implica multiplicarla, es decirdividirla, pensar una multiplicidad es necesariamente conducirla a suunidad, no hay ninguna regla que aplicar, esta estructura indisociablede lo uno y de lo mltiple es la misma del logos:

    Digamos entonces cmo es posible que llamemos cada vez una mismacosa con una pluralidad de nombres [] y en todas estas apelacionescomo en muchas otras, no es solamente hombre lo que afirmamos serun hombre, sino tambin bueno y otros atributos en nmero ilimitadoy para las otras cosas seguramente, sosteniendo el mismo discurso,postulamos cada una como siendo una e inversamente como siendomltiple y utilizamos mltiples nombres para nombrarla. (Sofista, 251 a8 b 2)

    (Le/gwmen dh\ kaq o(/ntina/ pote tro/pon polloi=j o)no/masi tau)to\ntou=to e(ka/stote prosagoreu/omen. [...] e)n oi(=j pa=si kai\ e(te/roij muri/oij ou) mo/non a)/nqrwpon au)to\n ei)=nai/ famen, a)lla\kai\ a)gaqo\n kai\ e(/tera a)/peira, kai\ ta)=lla dh\ kata\ to\n au)to\nlo/gon ou(/twj e(\n e(/kaston u(poqe/menoi pa/lin au)to\ polla\ kai\polloi=j o)no/masi le/gomen.)

    Declaramos, pienso yo, que esta identidad de lo uno y de lo mltipleoperada por el discurso gira alrededor de cada cosa cada vez que decimos,tanto antes como ahora, y que esto no cesar jams y no ha comenzadohoy, pero que, tal como me lo parece, es en nosotros una propiedadinmortal e inmarcesible de los discursos mismos. (Filebo, 15 d 4 - 8)

    (Fame/n pou tau)to\n e(\n kai\ polla\ u(po\ lo/gwn gigno/mena peritre/xein pa/ntv kaq e(/kaston tw=n legome/nwn a)ei/, kai\ pa/lai kai\nu=n. kai\ tou=to ou)/te mh\ pau/shtai/ pote ou)/te h)/rcato nu=n,

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    a)ll e)/sti to\ toiou=ton, w(j e)moi\ fai/netai, tw=n lo/gwn au)tw=na)qa/nato/n ti kai\ a)gh/rwn pa/qoj e)n h(mi=n:) (

    El entrelazamiento de lo uno y de lo mltiple es la estructura mismadel discurso y funda dos usos igualmente posibles. El primero actapara hacer surgir contradicciones incesantemente, sin cesar de denunciaresta multiplicidad impuesta por el discurso a una misma cosa, ypostulando, a su vez, la alternativa: o bien toda identidad es ficticia, obien no hay que hablar sino solamente designar. El segundo buscacomprender cmo debe operarse el entrelazamiento. La distincin entreerstica y dialctica no tiende aqu solamente a la naturaleza pendencierade la primera y pacfica de la segunda5 : Ambas estn enraizadas en laestructura mima del discurso, pero la primera no ve en la relacin de louno con lo mltiple ms que una relacin meramente convencionalmientras que la segunda plantea que existe una unidad naturalcorrespondiente a cada multiplicidad. Si sta es natural es porque sefunda sobre la naturaleza misma de la cosa cuya unidad se afirma.Pensar esta naturaleza, hacerla inteligible, es descubrir la justaarticulacin de su unidad y de su multiplicidad. Cuando uno se contentabien con lo uno o bien con lo otro se cae en la antiloga o en lamatemtica. La expresin dar el logos se explica plenamente: consisteen multiplicar si es la unidad lo que es dado, y en unificar si lo dado esla multiplicidad. Multiplicar es dividir, unificar es componer. Ladialctica no es entonces ms que un asunto de divisin y decomposicin? Lo sera si se tratara de componer y dividir siempre de lamisma manera. Ahora bien, voy a intentar mostrar que este texto delFedro prueba exactamente lo contrario.

    2. EL CONTEXTO

    UN PRIMER DISCURSO, el de Lisias, dice que un muchacho amado no debeceder a quien le ama porque no sacar de ello ningn beneficio sino, alcontrario, una cantidad de desventajas. Al ser Eros fuente de catstrofes,el joven debe ceder ante quien no le ama. En el momento de su primerdiscurso, Scrates sostiene en apariencia la misma tesis que Lisas, para

    5. Como en el Menn 75 c 8 d 7, ver Mtamorphoses de la dialectique dans les dialogues dePlaton, cap. 1., p. 34-36

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    eso plantea una ficcin totalmente novelesca, a saber: que el discursoes pronunciado por alguien que ama y hace parecer que no ama paramejor obtener los favores de aquel a quien ama. Este primer discursoes seguido por una palinodia; Scrates se arrepiente de haber blasfemadoy pronuncia un segundo discurso en el que hace el elogio de Eros,fuente de los ms grandes beneficios, como lo son todas las demsformas de delirio divino. Por ende, Eros hace parte de los temas que seprestan a controversia, sobre los cuales estamos en desacuerdo connosotros mismos y con los otros (263 c); l suscita opinionescontradictorias sobre su naturaleza y sobre su valor.

    La descripcin de las dos especies de procedimientos interviene altrmino de estos dos discursos. sta es presidida por la siguiente cuestinhe aqu, lo que debemos comprender, cmo partiendo de all hapodido pasar el discurso del vituperio al elogio? (265.c.5-6). Podervituperar y elogiar una misma cosa es de lo que los rtores se envanecengracias a la perfeccin de una tcnica completamente indiferente alobjeto del discurso. Entonces Scrates habra procedido como ellosha pasado del vituperio al elogio sin preocuparse de la naturaleza y,por lo tanto, del valor intrnseco de aquello de que habla?

    Para m es evidente, por la mayor parte de las cosas [que hemos dicho],que nosotros no hemos hecho otra cosa que jugar un juego; pero entrelas cosas que una feliz fortuna (ek tychs) nos ha hecho formular, haydos procedimientos de los que no carecera de inters adquirirtcnicamente la capacidad. (265.c.8-d.1)

    (.} )Emoi\ me\n fai/netai ta\ me\n a)/lla t%= o)/nti paidi#= pepai=sqai:tou/twn de/ tinwn e)k tu/xhj r(hqe/ntwn duoi=n ei)doi=n, ei) au)toi=nth\n du/namin te/xnv labei=n du/naito/ tij, ou)k a)/xari.)

    Una reflexin retrospectiva permite descubrir en aquello que nopareca provenir ms que de una inspiracin azarosa, ciertas reglas quelos discursos precedentes han aplicado inconscientemente. Es de suaplicacin azarosa que Scrates saca, a posteriori, los dosmovimientos del mtodo. Estas reglas, una vez formuladas tcnicamentepodrn ser transmitidas, aprendidas y aplicadas.

    No obstante Han sido realmente aplicadas?

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    Los dos procedimientos tcnicos extrados por Scrates nacen, segnl, de su reflexin sobre los dos discursos que acaba de pronunciar,discursos que deben servir de ilustracin del mtodo enunciado. Ellono ha impedido a una cantidad de comentaristas negar que existe unarelacin: El Fedro est lleno de indicaciones sobre el mtodo; perohasta qu punto est l mismo escrito metdicamente? [...] Antes bien,este dilogo parece implicar que no debe haber mucho mtodo en undilogo, pues dice que un dilogo debe ser parcialmente juego6 . Enel mismo sentido, Ch. Griswold escribe: La teora del mtodo y laprctica del dilogo en el Fedro no casan [...] los discursos de Scratesno procedieron en la forma caracterizada aqu7 . Luc Brisson, en unanota a este pasaje, ve la descripcin del doble mtodo de composiciny divisin que caracteriza la dialctica y afirma en su introduccinque es en el Fedro que se encuentra por primera vez la descripcin delos dos procedimientos de composicin y divisin que sern utilizadospor Platn de manera sistemtica en el Poltico y en el Sofista pero nodebe parecerle que el Fedro provea una buena ilustracin de estos dosprocedimientos, puesto que consagra las pginas siguientes a unadivisin del Sofista.8

    Si fuera verdadero que Platn no ha aplicado en el Fedro losprocedimientos que pretende extraer, se habra dado lugar a unadigresin metodolgica, reflexin general aislada del contenido y delcontexto del dilogo. Negarse a ver en los dos discursos de Scrates laaplicacin del mtodo que enuncia me parece ser el ndice de la lecturarealmente perversa que este texto parece suscitar: se comienza portomarlo por lo que no es, es decir, por el enunciado de un mtodouniversal. Se decide a continuacin que Scrates ha definido dosprocedimientos, composicin y divisin, que todo examen dialcticoo, en todo caso, toda exposicin del mtodo dialctico no podr msque retomar y aplicar. Por medio de lo que se es conducido

    6. Ver ROBINSON, R., Platos earlier Dialectic, Segunda edicin, Oxford, 1953, p.667. GRISWOLD, Ch., Self-knowledge in Platos Phaedrus, Yale University Press, New Haven -Londres, 1986, p. 178-1798. PLATN, Phdre, Traduccin indita, Introduccin y notas, Pars, GF-Flamarion, 1989, p.53-55, cf. P.89 nota 356. Una excepcin, sin embargo: WHITE, D.A. , Rhetoric and Reality inPlatos Phaedrus, SUNY Press, Nueva York,1992, p. 219

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    necesariamente a recusar el hecho de que los discursos hayan aplicadotal mtodo, puesto que ste no existe ms que en el espritu de loscomentadores.

    3. COMPONER

    En 265.c., Scrates habla de dos especies (duoi=n ei)doi=n) o dos formas.Formas, o especies de qu? De cosas expresadas, formuladas(r(hqentwn)Aqu se trata, entonces, de dos maneras de hablar, cuandohablar toma la forma del elogio o del vituperio. Hay que, dice en primerlugar Scrates,

    conducir hacia una idea nica, gracias a una visin de conjunto, loselementos diseminados en mltiples lugares, para llegar a volvermanifiesto, al definir cada una, la cosa que se busca ensear en cadacaso. He aqu cmo hace un rato hemos procedido a propsito del amor:se ha definido lo que es, ya sea que se lo haya definido mal o bien, porlo menos ha sido claro y acorde consigo mismo, y es lo que ha permitidoal discurso ser pronunciado. (Fedro 265 d 3 -6)

    (Ei)j mi/an te i)de/an sunorw=nta a)/gein ta\ pollaxv= diesparme/na, i(/na e(/kaston o(rizo/menoj dh=lon poiv= peri\ ou(= a)\n a)ei\ dida/skein e)qe/lv. w(/sper ta\ nundh\ peri\ )/Erwtoso(\ e)/stin o(risqe/nei)/t eu)= ei)/te kakw=j e)le/xqh, to\ gou=n safe\j kai\ to\ au)to\ au(t%=o(mologou/menon dia\ tau=ta e)/sxen ei)pei=n o( lo/goj.)

    Esta frase est, en opinin de todos, consagrada a la composicin,aunque el trmino no haya sido pronunciado. Pero inmediatamentesurgen dificultades: qu sean estos elementos diseminados de modomltiple que se trata de componer Se trata de percepciones sensibles,de objetos singulares o de Formas? Qu quiere decir pollax$=? Cules el estatuto de la i)de/a? Debe la composicin preceder siempre a ladivisin?9

    Antes de discutir estas cuestiones me parece que hay que proponerprimero otra: Por qu, con qu objeto, componer? Sobre este punto almenos, el texto responde claramente: para precisar de qu se habla.Hacer manifiesto, explicitar de lo que se habla, es definir el objeto

    9. Todos estos problemas son planteados por GRISWOLD, Op. Cit., p. 179-80

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    del discurso (el verbo definir, o(rizo/menoj, orisqe/n aparece dosveces en esta corta frase). Se rene para definir. Cualquiera que sea laposicin que adopte sobre otras cuestiones, el intrprete no deberperder de vista esta finalidad. Se ver que este no es siempre el caso.

    Sobre el primer problema qu sean los elementos diseminados entodo lugar que hay que conducir a una idea nica dos interpretacionesse oponen. La una, la ms comnmente extendida, es que lacomposicin rene los gneros y las especies. As, por ejemplo,Cornford: La nica descripcin anterior del mtodo10 (Fedro, 265 d)nos dice que una divisin debe ir precedida de una reunin(sunagwgh)/) o visin de conjunto de trminos (especies) ampliamentedispersas que deben ser llevadas bajo una sola Forma (genrica). Elobjeto de semejante examen de conjunto es intuir la Forma genricaque debe figurar a la cabeza de la divisin que va a seguir11 . Se puedeobservar la manera en que las especies y la Forma genrica aparecenprimero discretamente entre parntesis para que a continuacin la visindel genero a dividir llegue a ser la finalidad de toda composicin.Algunas pginas ms adelante, la formulacin se vuelve ms categrica:

    La composicin es una visin del conjunto de las formas especficasque a primera vista tienen algn derecho a pretender ser miembros delmismo gnero.

    Se observa entonces que la respuesta es doble: la composicin norene ms que formas y estas formas son las especies de un gnero alque hay que reconducirlas, a saber la idea nica.

    En su edicin del Fedro, Hackforth afirma por su parte que esprobable que Scrates prescriba a la vez la clasificacin de individuosbajo una forma o un gnero, y la subsucin de una forma de menorextensin bajo una forma de extensin ms grande12. En su Additional

    10. Se trata de la nica descripcin del mtodo anterior al Sofista.11. CORNFORD, F. M., Platos Theory of knowledge, the Theaetetus and the Sophist of Platotranslated with a runnig commentary, Routledge and Kegan Paul, Londres-Nueva York,1937 p. 170 (traduzco la traduccin de la autora NdT). Hay versin castellana (La teoriaplatnica del conocimiento : Teeteto y el Sofista : traduccin y comentario, Paids, Barcelona,1982).12. HACKFORTH, R., Platos Phaedrus, Cambridge University Press, Cambridge, 1952, p. 132n. 4 (seguimos la traduccin de la autora NdT).

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    note on Collection13 Hackforth ha vuelto sobre la interpretacincomnmente aceptada, a saber que la composicin es siemprecomposicin de gneros o de especies, pero jams de realidadessensibles individuales. Al referirse a las interpretaciones de Arnim (setrata de componer mltiples unidades singulares, Einzelheiten, en launidad de un concepto, Begriff) y de Reader (reducir diversosfenmenos Phnomene a una unidad) Hackforth estima que nosencontramos ante la interpretacin natural, y que Hermias tuvo raznal referir esta frase del Fedro a aquella de 249 b 7-c 1:

    comprender, para un hombre, debe hacerse con acuerdo a aquello que sellama la Forma, al ir de una multiplicidad de sensaciones hacia unaunidad que el razonamiento ha tomado en conjunto.

    (dei= ga\r a)/nqrwpon sunie/nai kat ei)=doj lego/menon, e)k pollw=ni)o\n ai)sqh/sewn ei)j e(\n logism%= sunairou/menon:).

    Sin embargo Cmo continua la frase citada por Hermias? y estaes una reminiscencia de las realidades que anteriormente nuestra almaha visto... (tou=to d e)sti\n a)na/mnhsij e)kei/nwn a(/ pot ei)=denh(mw=n h( yuxh\). Ahora bien, la composicin no puede ser idntica a lareminiscencia, esta no consiste en recordar la forma con ocasin de laspercepciones sensibles, no es el paso de percibir a concebir que describeel Fedn pues dicho pasaje no tiene nada de una operacin dialctica.Pero la composicin no es tampoco una induccin: si los elementosdispersos en todos los lugares del Fedro fueran cosas y experienciassensibles, la synagoge sera la epagoge, la induccin socrtica, y sobreeste punto Cornford tiene perfectamente razn: la composicin nodebe ser confundida con la coleccin socrtica de sustancias individuales(e)pagwgh/)14 La induccin socrtica, la conjuncin de ejemplostomados de campos empricos diferentes puede, en ciertos casos, serun antecedente de la investigacin y de la elaboracin de la definicin,pero es un antecedente pre-dialctico, anterior al examen que conduciro no a definir la realidad en cuestin. Ahora bien, en ese pasaje del

    13. HACKFORTH, R., Platos examination of pleasure, Cambridge University Press, Cambridge,1945. (seguimos la traduccin de la autora NdT).14. CORNFORD, F. M., Platos Theory of knowledge, the Theaetetus and the Sophist of Platotranslated with a runnig commentary, p. 186.

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    Fedro, Scrates dice que componer tiene por objeto definir qu es lacosa, y que es precisamente lo que se ha hecho a propsito del amor, loha definido. Para definir es, sin duda, necesario presuponer la unidadde aquello que se define y concederle un modo de existencia distintode aquel de las cosas sensibles; pero la posicin de una realidad nicay no sensible no es suficiente para definirla, simplemente aporta unsentido a la investigacin de la definicin y la orienta. Definir a Erosno es reducir una diversidad de experiencias amorosas a una unidadpara mostrar que todas participan de Eros y por lo tanto afirmar quetodas ellas merecen ser llamadas erticas.

    Si los elementos dispersos no son realidades, fenmenos oexperiencias sensibles, hay que concluir por tanto que se trata deespecies de menor extensin a subsumir bajo un gnero nico deextensin ms grande? Una tal subsuncin es ms propia de la divisin,porque solo la divisin puede descubrir y poner una diferencia deextensin entre las formas. Si la composicin subsume las especiesbajo un gnero, no rene correctamente ms que si es solidaria de ladivisin en que esas especies son el resultado. De lo contrario, secontenta con adivinar, como dice Cornford el gnero en que se hallala realidad que se trata de definir. Por otra parte, sta es una de lasrazones por las cuales Hackforth ha juzgado preferible volver sobre suposicin anterior y proponer finalmente dos especies de composicin:una, antecedente, rene las cosas sensibles, la otra subsume las especiesbajo un gnero. La composicin, sera entonces la induccin, ms laoperacin estrictamente recproca de aquella de la divisin. Nada en ladescripcin socrtica del primer proceder permite justificar una u otraafirmacin.

    No parece haber, sobre este punto una solucin satisfactoria. Cuandose trata el problema en s, en general, se desemboca en el planteamientode la siguiente dificultad: los elementos a componer son, o bien especies(Cornford, Stenzel), o bien realidades singulares sensibles (Arnim,Campbell, Reader) o, incluso, las dos (Hackforth). Pero los trminosentre los cuales habra que elegir, es forzoso repetirlo, no encuentranningn fundamento en la frase pronunciada por Scrates.

    Supongamos que en lugar de plantear la cuestin as, se tiene laidea aberrante de tomar a Scrates al pie de la letra, segn sus propias

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    palabras. l afirma que es as como hace poco ha procedido al definirel amor. As, cualquiera que sea la solucin que se de a la alternativa,se est conducido a afirmar que tal no es el caso: l no ha comenzadopor evocar una diversidad de experiencias amorosas por las cualesremontarse a la unidad, y adems, para definir a Eros no ha subsumidosus especies bajo un gnero nico (esto es lo que va a hacer en larplica que sigue, no lo que ha hecho). Pero cuando ha definido aEros? Respndeme una vez ms acaso no he definido a Eros alcomienzo de mi discurso? Por Zeus, s y de una manera insuperable(263 d 2 - 3).

    Dirijmonos pues al principio del discurso, es decir, al inicio delprimer discurso. Scrates comienza por plantear la exigencia de unadefinicin: hay que ponerse de acuerdo sobre la esencia de la cosaantes de examinar los efectos (237 b 7 d 3). La definicin se efectaentonces en tres tiempos:

    - Primero que todo, es evidente para todos que Eros es una especiede apetito, de deseo (o(/ti me\n ou)=n dh\ e)piqumi/a tij o( e)/rwj, a(/pantidh=lon:) (237 d 3 - 4) Pero cul? Cul es la diferencia propia? Elgnero en este caso no ha sido buscado o adivinado, ha sido aportadopor la opinin comn;

    - Para determinar la diferencia propia de Eros hay que constatarque existen, en cada uno de nosotros dos principios que nos gobiernany nos conducen (o(/ti h(mw=n e)n e(ka/st% du/o tine/ e)ston i)de/a a)/rxonte kai\ a)/gonte,) el apetito innato de placeres, y la aspiracinadquirida hacia lo mejor. Los dos principios estn a veces de acuerdo,pero se da tambin el caso de que luchen entre s por el dominio. Cuandoel primero triunfa sobre el segundo hay desmesura (hybris)15 y cuandoes el segundo el que prevalece se da la moderacin (sophrosyne) (237d 4 - e 3).

    15. La hybris no toma, al contrario de lo que afirma Hackforth (Platos Phaedrus, p. 40), ellugar del gnero a dividir (el de la epithymia); ella resulta del triunfo del deseo irracional deplaceres (238 a 1 - 2). Hackforth es seguido por WHITE, Op. Cit. P. 222 y por BERNARDOTE, S.,The Rhetoric of Morality and Philosophy, Platos Gorgias and Phaedrus, The University ofChicago Press, Chicago-London, 1991, p. 178 quienes hacen de la hybris una especie de laparanoia y omiten completamente la epithymia.

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    - La hybris es multiforme y las formas que toma son funcin de losobjeto de los que el apetito desea obtener placer: el apetito excesivodel placer que se obtiene de la alimentacin es glotonera, cuando setrata de la bebida ebriedad, etc., -y el apetito excesivo e incesante delos placeres que provienen de la belleza corporal se denomina eros.(238 a 1 - b 5).

    La definicin puede entonces ser enunciada: aquello que hay quellamar eros, es un apetito irracional que triunfa sobre la opinin orientadahacia lo correcto y se caracteriza por la hybris, y que tiene por objeto elplacer que se obtiene de la belleza y que ve incrementada su fuerza portodos los deseos relacionados, amantes de las bellezas corporales, quecontribuyen a asegurar su victoria (238.b.7-c.4). Para definir a eros,Scrates ha tenido juntos su gnero (la epithymia), el tipo de fuerzairracional (alogos) que es la suya y que arrebata en nosotros la desmesura(hybris), as como el tipo de fuerza que ella busca vencer (la sophrosyne)y, para terminar, su objeto, el placer que viene de la belleza corporal.

    Son estos elementos dispersos que l ha sabido ver juntos ycomponer en una idea nica, y es esta composicin la que le hapermitido definirla. Estos elementos no estn todos ligados por unarelacin de gnero y especie (de ms o menos extensin). Definir Eros,no es entonces solamente enunciar el gnero, es tambin subrayar elaspecto dinmico, excesivo, hacer ver un deseo de anular todamoderacin, e igualmente asignarle un objeto. Todos estos elementosse hayan diseminados, se encuentran en mltiples lugares (lasophrosyne, por ejemplo, no se encuentra en el mismo campo que labelleza sino en el de un anlisis de las virtudes, el trmino irracionaltiene un sentido tanto dentro del dominio matemtico como en el lgicoo en el psicolgico, etc.), lugares a los que el dialctico debe ver quehay que dirigirse para buscarlos. Dicho de otro modo, la definicinformulada por Scrates es sinttica y no analtica, los elementos reunidospor l en la definicin no estn comprendidos en la idea a definir. Lasrelaciones establecidas entre los elementos no son ya solamenterelaciones generales (como aquella que refiere el apetito al placer),sino que son relaciones pertinentes para la definicin a enunciar.

    La idea nica no es necesariamente una Forma (eidos). Como casisiempre, el trmino idea es empleado frecuentemente por Platn para

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    designar una realidad no sensible que, sin ser una Forma, posee sumanera de ser y su unidad propias por lo que puede ser perfectamentedefinida. As, se puede definir una potencia, una facultad (dynamis),segn las reglas enunciadas en el libro V de la Repblica (V, 477 b-c):una potencia no es una realidad sensible, y para definirla hay quedeterminar aquello a lo que se aplica y lo que efecta. La vista, el odo,la ciencia, la opinin son ejemplos de dynameis. Tambin se puededefinir un proceso (genesis), como lo hace Scrates para lo ilimitado(apeiron) en el Filebo. El empleo del trmino idea se justifica entoncesprimero porque el trmino tiene un registro ms amplio que el de eidos,y en segundo lugar porque Eros es justamente una potencia, una fuerza(rhome) y no una Forma inteligible. Es por eso que Scrates ha seguido,para definirlo, las reglas enunciadas en la Repblica: eros se aplica alos placeres que procura la belleza corporal, y l trabaja en anulartodo aquello que en nosotros se le opone.

    Desde esta perspectiva cul es la respuesta dada a la primerapregunta, y que se refiere a la naturaleza de los elementos mltiplementediseminados? Estos seran los elementos de la definicin, elementosque no son obtenidos por la divisin o por la simple subsuncin de laidea bajo su gnero. Definir no se reduce para Platn a reducir la especieal gnero. Los elementos diseminados (epithymia, sophrosyne, hybris,rhom, hedon, kallos) son Formas y en ello se retoma una de las dosinterpretaciones tradicionales para las que componerlas no significasolamente ordenarlas segn una relacin jerrquica sino articularlassegn relaciones de naturalezas diferentes: oposicin dinmica ydominacin alterna, o adems pulsin hacia un objeto determinado.Los trminos introducidos en la definicin as como la naturaleza desus relaciones son evidentemente funcin de ese objeto particular quees eros.

    Como se ha visto, esta comprensin del texto reposa en primerlugar sobre la finalidad que le asigna Scrates a esta clase decomposicin: definir, eso que excluye toda referencia a las realidadessensibles. Pero sta parte sobre todo de un principio inverso de aquelque gua las otras interpretaciones. Dado que componer, se dice, consisteen incluir las especies en especies ms abarcantes o en gneros, y queScrates, al definir el amor, no ha hecho nada de eso, hay que concluirque Scrates no ha aplicado la regla que l formula. Pero si, al contrario,

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    se cree a Scrates al pie de la letra y se observa cmo ha procedido aldefinir a eros, no se encuentra ni procesos ni reminiscencia, nimovimiento de induccin, ni subsuncin de especies en gneros, sinouna definicin en la que los elementos mltiples estn claramentearticulados segn relaciones diferentes (la de genero a especie no estentre ellas) y son reconducidos a la unidad de una idea, de una realidadno sensible que posee consistencia y unidad propias.

    Tal vez Scrates no formula el tipo de regla que sus comentadoresanhelaban verlo enunciar, y la necesidad misma, para quien habla, detener una visin de conjunto (sunorownta=) introduce ciertamente unfactor aleatorio incompatible con la idea que se hacen del rigor de unmtodo. Este factor personal no entra en juego solamente cuando setrata de sostener un discurso retrico, vale igualmente cuando se tratade un procedimiento rigurosamente dialctico. La visin sinptica propiadel dialctico hace, en efecto, parte del mtodo: si se observa el empleo,al fin de cuentas bastante raro (21 ocurrencias), del adjetivo dialektikos,se constata que este se aplica con la misma frecuencia al dialctico (11veces) que al mtodo (10 veces). Para hacer dialctica, se necesita unverdadero dialctico, es decir, como se afirma en la Repblica y lorepite en el Sofista, un dialctico filsofo. El dialctico no decidesolamente el mtodo a emplear, l es tambin el nico que puedeaplicarlo adecuadamente y su justo discernimiento no proviene deningn mtodo (como dira Kant, hay reglas y hay aplicacin de reglas,pero no hay reglas para la aplicacin de reglas). Queda que la definicinenunciada por Scrates es suficientemente rigurosa aunque nosotrosno vemos cmo ha llegado a ella.

    Scrates se pregunta si su definicin ha sido bien formulada. Unsegundo factor le puede conducir a plantearse esta cuestin: la eleccindel gnero en funcin de una evidencia comn16 . Es la frase siguientela que va a aportar la respuesta, a saber que la definicin ha sido bienformulada, pero no ha suministrado ms que una definicin parcial,que cubre slo una especie del eros, su especie izquierda. Perosupongamos que la formulacin no ha sido buena: ella a pesar de todo

    16. Ver el reproche que hace a los matemticos en Repblica VI, 510.c. por no dar razn de sushiptesis por estimar que estas son evidentes a cada uno.

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    habra garantizado la claridad y la coherencia. Claridad y coherenciason cualidades que solamente se aplican a la forma del discurso y sonindependientes de la verdad de su contenido. Scrates afirma que unabuena o una mala definicin pueden tener la misma funcin, producirlos mismos efectos: permiten tener un discurso claro -porque aquellosque la poseen, al comenzar, definen de qu hablan- y coherente, porqueaunque un discurso no vislumbre ms que una parte de su objeto, o lefalte el complemento, dicho discurso no va a contradecir su punto departida.

    De qu clase de discurso se trata? No de aquel que, dialcticamente,interroga y responde, sino del discurso retrico, que se desarrolla deacuerdo con aquello que bien o mal- ha establecido como punto departida y en el que la preocupacin esencial es justamente que sedesenvuelva de manera clara y coherente. Agatn, en el Banquete,comienza por enunciar la regla: no existe ms que un mtodo correctopara todo elogio, sobre todo tema, y es que el discurso explique lo queparece ser el objeto del que habla y del que es causa luego enuncia suplan: va a decir qu es amor y luego cuales son sus beneficios(Banquete, 195 a). Cuando se trata de la censura y del elogio, ladefinicin puesta al inicio del discurso no puede ser una definicinneutra y objetiva, sta debe comportar un juicio de valor sobre aquelloque define. Fuerza irracional y llena de desmesura, el eros del primerdiscurso es malvado, tirnico (para retomar la expresin de laRepblica17 ). La naturaleza particular del discurso requiere entonces ala vez la posicin inicial de la definicin y el hecho de que contenga unjuicio de valor: solamente se puede censurar legtimamente aquello delo que se ha mostrado en una definicin su carcter esencialmentemalvado.

    Este no es, evidentemente, el caso de todo discurso dialctico, quepor el contrario se presenta como una investigacin de la definicin, lacual llega, cuando llega, al trmino del examen dialctico. El hecho dedeber comenzar por formular una definicin en lugar de emprenderuna pesquisa es una exigencia del discurso retrico del elogio y de la

    17. Ver Repblica, IX, 573.a. ss.

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    censura18 . La regla enunciada por Scrates no es entonces una reglavlida para todo discurso dialctico, es una regla formulada a propsitode una reflexin sobre esos discursos retricos que son la censura y elelogio. La retrica no puede ser buena retrica sino a condicin deconformarse a reglas que slo el dialctico puede determinar. Pero deuna reflexin dialctica sobre los procedimientos de una buena retricano pueden salir reglas nicamente dialcticas, menos an reglas vlidaspara toda operacin dialctica. El discurso retrico tiene como metaensear, esto es, exponer de manera convincente la concepcin,verdadera o falsa, que su autor tiene de la realidad de la que habla19 ,no tiene por objeto buscar y examinar eso que dicha naturaleza es enverdad. Si es verdad que toda definicin rene elementos diseminadosen mltiples lugares, la diferencia es que, para un discurso retrico,esta operacin debe ser inicial, mientras que ella se efecta a lo largode una investigacin dialctica y, en el mejor de los casos, slo renelos elementos de una definicin al final (puesto que es sta la queconcluye el discurso, de lo contrario ste queda en suspenso, y terminasin haber realmente concluido).

    4. DIVIDIR Y COMPONER

    EN LA FRASE DE SCRATES consagrada a la otra especie de procedimiento,componer parece tomar una significacin diferente Cul es la naturalezade esta segunda especie?

    18. Aunque algunas de nuestras conclusiones son diferentes, parto, con SANTA CRUZ, M. I.,Division et dialectique dans le Phedre, en ROSSETTI, L. (Ed.), Understanding the Phaedrus,Proceedings or the II Symposim Platonicum, Akademia Verlag, Sankt Agustin, 1992, pp.253-256, de tres principios de interpretacin de este texto, que me parecen esenciales: (i) laimportancia del contexto (fundar una retrica filosfica, p. 254) que implica volver a poneren cuestin la reconciliacin entre el mtodo del Fedro y la divisin dicotmica del Sofista ydel Poltico (p. 255), (ii) la orientacin de la frase de 265 d. hacia la definicin (p. 253) y (iii)el hecho de que la dialctica deba discernir una estructura inteligible formada por un nudo derelaciones ms complejas que aquellas que tienen lugar entre los gneros y las especiessubordinadas (p. 255)19. Pero tal vez Lisias, al comenzar su discurso sobre el amor nos ha obligado a tomar elAmor por aquella de esas realidades que l deseaba y es con relacin a aquella que lo haorganizado todo el discurso que ha seguido (Fedro, 263 d-e)

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    sta consiste en poder a la inversa recortar las especies segn susarticulaciones naturales procurando no romper ninguna parte como lohara un mal carnicero sacrificador. Por el contrario, hay que procedercomo nuestros discursos de hace un rato, que han tomado el hecho deperder la razn como una sola forma (eidos) comn, pero as como de uncuerpo nico salen miembros naturalmente dobles y del mismo nombre,designados como izquierdos o derechos, as mismo nuestros dos discursoshan considerado el hecho del desorden del espritu (paranoia) comosiendo en nosotros una forma (eidos) natural . (265 e 1 266 b 3)

    (To\ pa/lin kat ei)/dh du/nasqai diate/mnein kat a)/rqra v(= pe/fuken, kai\ mh\ e)pixeirei=n katagnu/nai me/roj mhde/n, kakou=magei/rou tro/p% xrw/menon: a)ll w(/sper a)/rti tw\ lo/gw to\ me\na)/fron th=j dianoi/aj e(/n ti koinv= ei)=doj e)labe/thn, w(/sper de\sw/matoj e)c e(no\j dipla= kai\ o(mw/numa pe/fuke, skaia/, ta\ de\decia\ klhqe/nta, ou(/tw kai\ to\ th=j paranoi/aj w(j e)n h(mi=npefuko\j ei)=doj h(ghsame/nw tw\ lo/gw ...

    El otro procedimiento consiste en recortar una Forma segn susarticulaciones naturales, es decir, a recortarla en sus especies que sontambin formas. Pero Scrates insiste primero en tomar una sola Formacomn, sus dos discursos precedentes han considerado una formanatural . nica (e(n) es un ajuste de Heindorf, suscitado por lacomparacin con el cuerpo nico del que salen pares de miembros;pero Scrates insiste de nuevo en el hecho de que la paranoia, otronombre para extravo del espritu, es una forma nica, o en el hechode que esta Forma est naturalmente en nosotros? La paranoia escomo toda Forma una naturaleza nica, pero nuestra naturaleza participade esta naturaleza: nos es natural delirar, y el problema no es sabercmo podemos volvernos locos sino como podemos dejar de estarlo20 .Lo que divide la divisin es entonces la unidad real de una Forma(eidos), la demencia, de la que eros, enfermedad humana o deliriodivino, es una especie. La Forma en cuestin, aqu, no es ms la deeros, sino la que corresponde a aquello que el pensamiento tiene deinsensato, la paranoia, denominada mana algunas lneas ms adelante.

    20. He desarrollado este punto en Le figure della mania nei Dialoghi di Platone, en Nelladispersione del vero. I filosofi: la ragione, la follia, G Borrelli F.C. Papparo, Npoles,Filema, 1993, p. 19 -32

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    Los dos discursos, por una feliz coincidencia, han tomado la unidadgenrica que permite integrar las dos especies contrarias de eros.

    En qu momento han considerado los dos discursos el desordendel espritu como una sola Forma comn? Explcitamente jams. Lamania es ciertamente el tema del segundo discurso, pero no el delprimero. Hackforth resalta que el trmino mania aparece dos veces enel primer discurso (241.a y 244.a), sin embargo mas o menoscasualmente21 . Casualmente es una traduccin bastante buena de e)ktu/xhj, y Hackforth no hace ms que reprochar a Scrates lo que lmismo dice, a saber, que los dos discursos no han procedidotcnicamente, y que slo tras reflexionar sobre ellos se podr pasar dela tu/xh a la te/xnh. Cada discurso ha probado una visin de conjunto,porque cada uno ha establecido y determinado la unidad de su objeto,pero hace falta otro, un tercero para enunciar el gnero (mania,paranoia) capaz de englobar las dos especies opuestas de eros. Cadauno, en efecto, ha tomado una especie por el gnero, y se necesita lareflexin retrospectiva de Scrates sobre estos dos discursos tomadosen conjunto para comprender que las dos especies forman parte de unmismo gnero. Cada clase de eros nos hace perder la razn, pero dedos maneras diferentes: o bien cediendo a la desmesura humana delapetito, o bien al caer presa de una inspiracin divina. La unidadconseguida por la consideracin del conjunto de los dos discursos esentonces diferente de la unidad definida por el primero.

    Si Scrates puede re-componer la unidad genrica comn a los dosdiscursos, es porque stos han desmembrado a eros, pero lo han hechocorrectamente. No se puede con seguridad observar en ellos la divisinformulada tcnicamente; entre tanto, a pesar de todo, una divisin seha operado en la medida en que cada uno de estos dos discursos hatomado por objeto una especie diferente de eros y, por una felizcoincidencia, ha resultado justo, porque estas dos especies son especiesreales. Scrates puede entonces enunciar la regla de que una divisincorrectamente operada es aquella que distingue las partes, pero no rompeninguna, es decir las deja intactas de manera que les sea posiblereconstituirse en una unidad. Para no obrar como el mal carnicero

    21. HACKFORTH, R., Platos Phaedrus, n.1 p. 133

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    sacrificador, hay que tener a la vista la unidad comn y dividir de maneraque se pueda reunificar. En efecto, el pasaje sobre la diairsis ofrecemuchas menos dificultades que aqul sobre la synagg, porque sinduda se trata aqu de especies y de gneros. La nica dificultad es laque proviene de que, al rehusar tomar los dos discursos juntos, sereprocha una vez ms a Scrates por no haber hecho lo que dice queha hecho.

    El primer discurso, cortando la porcin del costado izquierdo, yrecortndolo nuevamente, no se ha detenido hasta haber descubierto enello una clase de amor que ha llamado de izquierda y que ha censuradocon toda razn. El segundo discurso, nos condujo del lado derecho de lalocura y encontr a su turno una especie divina de amor, que ha tomadoel mismo nombre de la otra, y presentndola ante nosotros, la ha elogiadocomo causa para nosotros de los ms grandes bienes. (266 a 3-b 1)

    ( o( me\n to\ e)p a)ristera\ temno/menoj me/roj, pa/lin tou=to te/mnwn ou)k e)panh=ken pri\n e)n au)toi=j e)feurw\n o)nomazo/menonskaio/n tina e)/rwta e)loido/rhsen ma/l e)n di/kv, o( d ei)j ta\ e)ndeci#= th=j mani/aj a)gagw\n h(ma=j, o(mw/numon me\n e)kei/n%, qei=ond au)= tina e)/rwta e)feurw\n kai\ proteina/menoj e)pv/nesen w(jmegi/stwn ai)/tion h(mi=n a)gaqw=n))).

    De la divisin efectuada (al azar por cada uno de los discursos),resulta una multiplicidad (una especie derecha y una izquierda de eros),que es reconducida a una unidad, la de eros, la cual nos es ms queuna especie de unidad ms amplia, la mania. La unidad ms ampliapermite operar otras divisiones (la de la mania en enfermedades humanasy delirios divinos y, luego, la de la mania divina en cuatro especies dedelirios). Pero si esta unidad es ella tambin el producto de unacomposicin que congrega las dos especies, humana y divina, componerno designa la misma clase de operacin descrita en la anterior rplicade Scrates. All componer tena por objeto definir y permitir laexistencia de cada discurso. Componer tena por objeto definir y permitira cada discurso ser coherente. Componer las especies (aqu dostotalidades) en una Forma nica es una operacin simtrica a la de ladivisin.

    Esta clase de composicin no tiene ninguna prioridad sobre ladivisin, y no se puede hablar de otra cosa que de su circularidad y de

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    su complementariedad22 . La prueba est en que al final del dialogo, esahora la divisin la que precede a la composicin:

    falta haber denominado las naturalezas de aquellos que conformarnnuestro auditorio, si se es incapaz de dividir las realidades segn lasespecies, y de recogerla en una sola idea que corresponde a la unidad decada una... (273 d 7e 3)

    ( w(j e)a\n mh/ tij tw=n te a)kousome/nwn ta\j fu/seij diariqmh/shtai, kai\ kat ei)/dh te diairei=sqai ta\ o)/nta kai\ mi#= i)de/#dunato\j v)= kaq e(\n e(/kaston perilamba/nein ...)

    El pasaje ms esclarecedor sobre esta cuestin, el que marca laperfecta circularidad de los dos movimientos, figura al final de las Leyes(XII, 963.a-964.a). El texto est consagrado a la unidad de la virtud. Elateniense reflexiona una ltima vez sobre este problema y constata queeste nombre nico, virtud, comprende realidades mltiples y tambincontrarias, pero, dice que, una vez que se muestre que un nombre nicocubre unidades diferentes, habr que componerlas nuevamente y denuevo dividirlas, y as sucesivamente...

    As pues, aunque seguramente stas [la prudencia y el valor] difieren yson dos, t lo acabas de recibir de m por este razonamiento: pero queellas sean una y misma cosas, tienes t que devolvrmelo en pago; yreflexiona sobre la manera de decirme cmo lo que es cuatro puedetambin ser una cosa nica y mira bien que yo, cuando t me hayasmostrado que es una, te haga ver cmo esa nica es cuatro! (Leyes, XII,964 a 1-5)

    ( (=Hi me\n toi/nun e)sto\n diafo/rw kai\ du/o, su\ par e)mou= a)pei/lhfaj t%= lo/g%: v(= de\ e(\n kai\ tau)to/n, su\ pa/lin a)po/doj e)moi/.dianoou= de\ w(j e)rw=n kai\ o(/pv te/ttara o)/nta e(/n e)sti, kai\ e)me\de\ a)ci/ou, sou= dei/cantoj w(j e(/n, pa/lin o(/pv te/ttara.)

    Se entra en una circularidad de m hacia ti y de ti a m,seguramente, porque todo pensamiento es dilogo, pero en el curso de

    22. Lo que subraya con justicia Hackforth en su Additional Note (p. 143); a fin de mostrarque la composicin puede encontrar su lugar en el seno de una divisin, l cita Sofista 267.a-b. Pero segn l, esta circularidad vale tambin para la composicin propia de la definicin, locual no me parece en absoluto el caso.

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    este dilogo, el que recibe lo mltiple debe reflexionar sobre la manerade expresarlo bajo una forma unificada, como aquel que recibe louno debe reflexionar sobre la manera de expresarlo de una formamltiple. El ir y venir de la composicin y de la divisin es constitutivode la dialctica, a condicin de entender la composicin como lacongregacin de especies eidticas que constituyen realmente unaForma nica. Al admitir que mis anlisis precedentes son correctos, nose puede tomar la descripcin de la primera clase de composicin poruna regla dialctica universalmente vlida. En compensacin lo quedice por su parte Scrates sobre el procedimiento de divisin-composicin no puede aplicarse a todo procedimiento dialctico?

    Hara falta para ello incluir en el texto por lo menos dosmodificaciones, sustrayendo dos elementos:

    En primer lugar, hay que hacer abstraccin del hecho de que ladivisin emprendida aqu tiene dos especies positiva y negativamentevaloradas, lo que no es el caso en todo proceso de divisin.

    En segundo lugar, habra que ignorar el hecho de que las dosespecies engendradas por la divisin se ven, en el Fedro, definidas ydeterminadas tan precisamente y tan prolongadamente la una como laotra. Las dos especies de eros, la derecha y la izquierda, han sido cadauna completamente analizadas en su naturaleza como en sus efectos.Ahora bien cuando el mtodo de divisiones utilizado en un contextono axiolgico y no retrico, se deja a la izquierda, en la indeterminacin,la especie que no es pertinente para la definicin buscada. Que unaespecie entonces se encuentre a la izquierda no significa nada ms, yciertamente no que ella sea mala en s misma.

    CONCLUSIN

    LA REFLEXIN DE SCRATES sobre los dos procedimientos se inscribe en elcontexto de la diferencia entre retrica y la filosofa. La perspectivageneral es mostrar que el elogio y la censura son formas de discursoque tienen necesidad, para justificarse, de apoyarse sobre una reflexindialctica que establecer las reglas. Una reflexin sobre lo que estosdos discursos han efectuado al azar (pero como Scrates es Scrates, elazar es necesariamente una feliz coincidencia) permite a Scrates

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    responder que l no ha elogiado y censurado la misma cosasucesivamente, sino dos especies de eros, una de ellas mala y la otrabuena. Scrates ha sido capaz entonces de no tomar por la misma, dosespecies que en efecto son diferentes y opuestas desde la relacin de lobueno y lo malo; l ha comprendido de sobra que la contrariedad entredos especies no excluye su pertenencia al mismo gnero y, finalmenteha tomado la Forma verdadera dentro de la que eros, que comprendedos especies opuestas no es, l mismo, ms que una especie.

    Pero si ha podido hacerlo es porque l mismo es presa de eros: Deaquello, es seguro, Fedro, estoy por mi parte muy enamorado, de estasdivisiones y de estas composiciones (Tou/twn dh\ e)/gwge au)to/j tee)rasth/j, w)= Fai=dre, tw=n diaire/sewn kai\ sunagwgw=n) (266 b 3 -4). Al trmino de una reflexin metodolgica en la que eros ha sido elejemplo, el eros de Scrates entra en escena. Cuando se hablatcnicamente de eros, no se hace ms que retomar verdades que habansido alcanzadas de otra manera: a travs de la mitologa, de la tradicin,la medicina, la literatura, verdades que nos ofrecen los cinco primerosdiscursos del Banquete, y tambin el discurso de Lisias nos ha dichoalgo de verdadero. El mtodo no nos dice nada que no sepamos de otramanera sobre el amor, se contenta por coordinar o subordinar estasverdades dispersas. Pero el dialctico es el nico que sabe que ningnmtodo es capaz de llegar a la verdad de cosa alguna si no es porque esanimado por eros. Es por eso que la dialctica no recusa la rectitud dela denominacin corriente como lo hace, por ejemplo, con la Justicia ola Valenta: aquello que todos denominan amor o deseo esciertamente amor, pero eros posee otra dimensin. Ya sea bueno omalo, tirano o filsofo, es el que posee la potencia de superar lo mltiplehacia lo uno, el que no se satisface con la multiplicidad (este es elsentido de la ascensin ertica del Banquete, 209 e 210 e), y tampococon la unidad. Hijo de Penia, eternamente insatisfecho, exige lo unocuando se le da lo mltiple y lo mltiple cuando se le da lo uno, puesnada de lo que se da o se pone como tal puede ser verdaderamentecomprendido. Esta irrupcin del eros propio de Scrates debera almenos hacer reflexionar sobre el hecho de que la dialctica no es unmtodo en el sentido en que entendemos esta palabra y que la imagende una metodologa dialctica es una mala imagen porque la aparta deaquello de lo que es origen: el deseo de comprender, el eros deldialctico.

  • 37METAMORFOSIS DE LA DIALCTICA

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    Los dos procedimientos descritos prescriben efectivamentecomponer y dividir, por ende unificar y multiplicar, porque as procedetodo logos. Pero aqu, la composicin (entendida en sentido ampliocomo reunin de una multiplicidad en una unidad) toma dos sentidosdiferentes, segn que posea una funcin retrica, es necesariamenteinicial y tiene por objeto el enunciado de una definicin, o segn renaaquello que la divisin divide.

    Este pasaje del Fedro procede entonces a un anlisis complejo, delque ciertos trazos pueden valer para todo procedimiento dialctico: elcarcter sinttico de la definicin, la divisin segn las articulacionesnaturales, la circularidad de la composicin y la divisin, -pero del queciertos trazos son especficos y no se explican ms que por la naturalezaretrica de el problema y del contexto: la necesidad de partir de unadefinicin buena o mala, la valoracin contraria de las especies a partirde las cuales se consigue la divisin, y la longitud del desarrollo al cualcada una da lugar.

    Este texto no es, entonces, con respecto al el mtodo dialctico, elpasaje cannico que toda otra exposicin que se enfrente a los Dilogosrepetira en lo esencial, incluso si aparentemente no lo repite. Pues estapresuposicin, lo veremos, pesa gravemente sobre las interpretacionesde la descripcin del trabajo del dialctico en el Sofista.