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La actitud prospectiva: Una lectura a Berger – Primera Parte Por ramonalfonso Uno de los artículos claves para entender la prospectiva es sin duda alguna “La Actitud Prospectiva” de Gaston Berger; dicho artículo fue publicado en 1958 en Revue Prospective y expone puntos muy importantes que guiarán el posterior desarrollo de esta disciplina. Desde el inicio del artículo, Berger sumerge al lector en una gran preocupación, que si bien el porvenir es un tema de gran importancia para los hombres, son muy pocos los filósofos que se han dedicado tanto al futuro como también al pasado, de hecho Berger menciona lo siguiente: “Hay un sinnúmero de páginas en las que estos términos no aparecen y cuando figuran en algún texto no lo hacen como conceptos centrales de la discusión”; es decir, existe escasa producción filosófica que mencione o aborde el tema del futuro y el pasado como eje central. Por otro lado, y con el fin de llenar en algo ese vacío, el autor define la prospectiva como “el estudio del futuro lejano”; en este caso se debe entender el futuro lejano como el futuro a largo plazo, y para esclarecer un poco más el tema, Berger cita el siguiente ejemplo: “Nuestra civilización es comparable a un carro que corre cada vez a mayor velocidad sobre una ruta desconocida al anochecer. Se necesita que las luces puedan ver cada vez más lejos para evitar la catástrofe”. En el ejemplo citado textualmente, se puede apreciar que los cambios vertiginosos que experimenta el mundo a diario están representados por la velocidad de carro y que el largo plazo es la ruta oscura, que a su vez es sinónimo de desconocimiento e incertidumbre, es por eso que la prospectiva representa los faros que alumbran el camino.

La Actitud Prospectiva

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Autoayuda, Coaching

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La actitud prospectiva: Una lectura a Berger – Primera PartePor ramonalfonso

Uno de los artículos claves para entender la prospectiva es sin duda alguna “La Actitud Prospectiva” de Gaston Berger; dicho artículo fue publicado en 1958 en Revue Prospective y expone puntos muy importantes que guiarán el posterior desarrollo de esta disciplina.

Desde el inicio del artículo, Berger sumerge al lector en una gran preocupación,  que si bien el porvenir  es un tema de gran importancia para los hombres, son muy pocos los filósofos que se han dedicado tanto al futuro como también al pasado, de hecho Berger menciona lo siguiente: “Hay un sinnúmero de páginas en las que estos términos no aparecen y cuando figuran en algún texto no lo hacen como conceptos centrales de la discusión”;  es decir, existe escasa producción filosófica que mencione o aborde el tema del futuro y el pasado como eje central.

Por otro lado, y con el fin de llenar en algo ese vacío, el autor define la prospectiva como “el estudio del futuro lejano”; en este caso se debe entender el futuro lejano como el futuro a largo plazo, y para esclarecer un poco más el tema, Berger cita el siguiente ejemplo:  “Nuestra civilización es comparable a un carro que corre cada vez a mayor velocidad sobre una ruta desconocida al anochecer. Se necesita que las luces puedan ver cada vez más lejos para evitar la catástrofe”.

En el ejemplo citado textualmente, se puede apreciar que los cambios vertiginosos que experimenta el mundo a diario están representados por la velocidad de carro y que el largo plazo es la ruta oscura, que a su vez es sinónimo de desconocimiento e incertidumbre, es por eso que la prospectiva representa los faros que alumbran el camino.

De hecho también se puede dar una interpretación adicional al ejemplo, si la prospectiva son los faros que alumbran el camino y como dice el texto citado “Se necesita que las luces puedan ver cada vez más lejos para evitar la catástrofe”, ese “acto de evitar la catástrofe” significa elegir otro camino, lo que conlleva a elegir otro futuro, dejando a un lado el que se creía como ineludible.  Con esta afirmación se llegaría a otro de los pilares del pensamiento prospectivo el cual se detallará en una próxima entrega.

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PROSPECTIVA ESTRATÉGICAConcepto

A lo largo de todos los tiempos, y mucho más en las últimas décadas, nos hemos hecho una pregunta: ¿por qué investigar el futuro? Posiblemente, muchas personas la responderán, de una forma u otra. Desde posturas deterministas (nada puedo yo cambiar en el futuro), pasando por las “fatalistas” (todo está escrito), para llegar a las incrédulas (es imposible conocerlo) un punto común presentan estas respuestas con la fuerza de una constante: no vale el esfuerzo de intentarlo.

Nuestra postura es diametralmente opuesta, y está probada científicamente. Trataremos de expresarla en pocas palabras. En realidad, siempre construimos el futuro. Todos nosotros, para nosotros y para terceros. Si hacemos muy bien las cosas que debemos hacer, estaremos construyendo nuestro “mejor futuro”; si las hacemos regular o mal, una vez más estaremos construyendo nuestro futuro, pero seguramente no tan bueno como el anterior; y si no hacemos nada, también estaremos construyendo nuestro futuro, esta vez por inacción, lo que equivale a decir que “otros construyeron mi futuro, porque yo no lo hice”.

Por tanto, la investigación acerca del futuro para poder lograr la construcción de “nuestro” futuro es una obligación, un deber y una demanda de las generaciones siguientes. De alguna manera, es un capítulo de la RESPONSABILIDAD SOCIAL de todos y cada uno de nosotros, para nosotros y para quienes nos seguirán.

La Prospectiva es la disciplina que ha conseguido convertirse en la herramienta clave de esa construcción del futuro deseado y posible, y en particular, sus últimos desarrollos que arriban a la llamada Prospectiva Estratégica constituyen el basamento fundamental del liderazgo y del management modernos.

¿Qué es Prospectiva?

Hugues. de Jouvenel afirma que la Prospectiva se apoya en tres postulados: el primero, el postulado de la libertad, el segundo, el del poder y el tercero el postulado de la decisión.

Eduardo Rivera Porto comenta, sobre estos postulados, que la libertad es la convicción que se tiene de que el futuro no está determinado, sino que al contrario permanece abierto a una pluralidad de futuros posibles. En otras palabras, el futuro no es algo ya hecho, y que no puede

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ser el objeto de conocimiento sensible ni de profecías exactas. Aparece el concepto de “opciones múltiples”, entendido como la posibilidad de configuración, a futuro, de un escenario de entre un conjunto de futuros posibles.

Al aceptar que el futuro es el dominio de la libertad, comprendemos que es al mismo tiempo el dominio de la potencialidad entendida como base del poder. No es el futuro un dominio de la fatalidad. Aquí irrumpe la necesidad humana de intervenir en la marcha de la historia, de administrar su progreso en lugar de dejarlo al oscuro juego de las fuerzas de "la naturaleza" que las arreglaría a través de reglas o equilibrios fundamentales.

Por último, la decisión es la posibilidad de seleccionar -con la libertad del primer postulado y con el poder o la factibilidad de su ejercicio (segundo postulado)- cómo intervenir frente al futuro que es formulado como hipótesis de evolución del pasado y de sus tendencias "cargadas de pasado", se tiene la posibilidad de seleccionar, de tomar una opción y no otras para modelar el futuro que más convenga. Aquí la libertad se vuelve necesidad, y dicha necesidad deviene en acción.

Decouflé, en su libro "La Sociología de la Previsión", comenta que “hablar de futuro” puede tomar seis formas del discurso teórico-práctico. Las resumimos en una tabla:

.

Discurso teórico-práctico Designación aceptada

Adivinar Adivinación

Predecir Profecía

Anticipar Futurología

Explorar con memoria Prospectiva

Imaginar Ciencia-Ficción

Soñar Utopía

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El profesor Barel argumenta que la prospectiva tiene dos enfoques complementarios. Por un lado el Cognitivo o Exploratorio y por otro lado el Normativo o Decisional. En el primero, la prospectiva es un instrumento que confiere opciones, información y da un horizonte al planeamiento. En el otro es la reflexión para la comparación de futuros, la evaluación, la previsión, el seguimiento de los cambios, el diseño del futuro deseado y a la vez, da un marco sumamente adecuado para la toma de decisiones.

Michel Godet ha acuñado fuertes conceptos que entrelazan a la prospectiva, la estrategia y el planeamiento estratégico. Veamos algunos de ellos:

La anticipación no tiene mayor sentido si no es que sirve para esclarecer la acción. Esa es la razón por la cual la prospectiva y la estrategia son generalmente indisociables.

Los conceptos de prospectiva, estrategia y planificación están en la práctica íntimamente ligados, cada uno de ellos conlleva el otro y se entremezclan; de hecho, hablamos de planificación estratégica, de gestión y de prospectiva estratégica.

Esta es, sin duda, la razón por la cual se difunde la expresión de prospectiva estratégica desde finales de los años ochenta.

¿Cómo podríamos pensar en actuar como un estratega sin "mirar a lo lejos, a lo ancho, a lo profundo; tomar riesgos, pensar en el hombre" tal como lo hace la prospectiva y así lo comenta Gaston Berger? (1964). ¡Por supuesto que sería imposible!. Y, en sentido inverso, para Gastón Berger "contemplando el futuro se transforma el presente"; de este modo la anticipación invita a la acción. Para nosotros, el asunto es evidente, la prospectiva resulta muy a menudo estratégica. En caso de no serlo por los avances que provoca, sí por la intención que lleva. Y la estrategia se vuelve necesariamente prospectiva si desea iluminar las opciones que comprometen el futuro.

Frente al futuro (también en un interesante resumen de Godet), los hombres tenemos la elección de adoptar cuatro actitudes:

El avestruz pasivo que sufre el cambio, El bombero reactivo que se ocupa en combatir el fuego, una vez éste se ha declarado, El asegurador pre-activo que se prepara para los cambios previsibles pues sabe que la

reparación sale más cara que la prevención, El conspirador pro-activo que trata de provocar los cambios deseados.

Obviamente, la prospectiva aporta un camino organizado, metodológico, progresivo para adoptar las dos últimas actitudes, en particular, la proactiva. Por último, en esta apretada e incompleta síntesis, recordemos que Bertrand de Jouvenel nominó a la prospectiva como “el arte de la conjetura”. Sobre esta visión, trabajaremos con un juego de interrogantes. .

Interrogantes hay. ¿Qué respuestas tendrán?

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Hoy, los interrogantes se multiplican, azotan a las organizaciones y a sus líderes, y muchas veces colocan a dichas estructuras en situaciones de desconcierto, desazón, parálisis e inacción, o las inducen a tomar caminos equivocados.

A esta crucial dinámica que conocemos desde hace largo tiempo, se agregan hoy procesos propios de este estado de “modernización” que suman al complejo escenario mayor dinamismo, mayores desafíos, más incertidumbre, pero simultáneamente, más oportunidades.

¿Es correcto, entonces, decir que los escenarios de las organizaciones públicas y privadas modernas son más difíciles o peores que los de otras épocas? Nuestra opinión es, claramente, NO. Al contrario, al final del túnel parecen ser más sencillos, más “manejables”, más flexibles.

Eso sí, son indudablemente distintos, y también, más riesgosos. Y allí está la clave de este asunto.

En otras palabras, no podemos ni debemos (como dicen los estrategas clásicos) prepararnos para la guerra que ya se libró, sino para la batalla del porvenir. En esencia, se trata de entender los nuevos paradigmas, utilizar otras herramientas, y más que intentar ver, lograr “prever”, para luego “actuar”. No parece necesario pensar más ni mejor. Simplemente, se trata de “pensar distinto”. La prospectiva nos allana el camino.

Si aceptamos que el futuro es incertidumbre, debemos comprender que dicho futuro plantea, permanentemente, muchos interrogantes a una empresa u organización. Negarlos, es ignorar los desafíos y oportunidades que el futuro nos plantea. Negar nuestra propia acción en pos de los objetivos buscados, es ceder la libertad de acción, y en términos prospectivos, “permitir que otros construyan nuestro futuro”. Equivocar el planteo, o el análisis, o la búsqueda de soluciones a esos interrogantes es, como mínimo, errar el camino y perdernos en el bosque de las dudas y los errores.

Pero ¿cuáles son esos interrogantes, desde una visión estratégica? Mencionaremos algunos que, por constituir experiencias repetidas y compartidas, se acuñan como los motivadores básicos del pensamiento estratégico de las empresas y organizaciones modernas, incluidos países.

¿Cuánto futuro tiene en el futuro esta empresa u organización, aún exitosa, si se mantiene actuando de la misma manera?

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¿Cuán buena será mañana, una buena estrategia de ayer o de hoy?

Frente al primer interrogante, puede que surjan, casi espontáneamente, dos respuestas: mucho (o total), y ninguno. Sin embargo, ambas respuestas son incorrectas. La verdadera respuesta es “no sé”. Solo después de hacer un elaborado estudio prospectivo, podré ver, en cada caso concreto y particular, si esa organización, haciendo lo mismo que hizo hasta hoy, tiene o no futuro, y si tiene, cuánto y de qué tipo.

De la misma manera, la respuesta al segundo interrogante es también “no sé”. Debemos analizar distintas opciones de futuro, para evaluar la estrategia actual de la organización, y sobre todo, su grado de “supervivencia”.

Otra “familia” de interrogantes, ya más cercanos a las necesidades propias del pensamiento estratégico, aparece inexorablemente. Se trata de encontrar “los jalones” que marquen el camino, en medio de la niebla. Los interrogantes a los que nos referimos son, por ejemplo:

¿Qué debo hacer? ¿Qué NO debo hacer? ¿Qué debo intentar lograr que cambie? ¿Qué debo tratar de impedir que cambie?

Como podrá observarse, estos últimos ya se dirigen a “orientar la acción”, para lo cual es imprescindible el desarrollo de estrategias claras, flexibles, innovadoras, creativas, y sobre todo dirigidas a “construir nuestro futuro”. En otra palabras, un desarrollo profundo de prospectiva estratégica.

La actitud prospectiva: Una lectura a Berger – Segunda PartePor ramonalfonso

Esta es la segunda parte de un conjunto de reflexiones acerca del artículo “La actitud prospectiva” de Berger.  Sobre el tema, en dicho artículo se menciona lo siguiente: “Como no busca predecir y no se interesa en los eventos, sino en las situaciones, no tiene la necesidad de proporcionar fechas y si lo hace es con cierta aproximación”, esta afirmación contiene uno de los aspectos claves en la prospectiva, es decir el hecho de que no busca “predecir el futuro” como muchos pueden pensar.

Para entender mejor el tema Berger escribe lo siguiente: “En muchos casos se puede indicar con mayor certeza una tendencia general más que la fecha o la intensidad de un evento en particular”; como se puede apreciar, esta información es valiosísima si viene de expertos en el tema, y además permite saber cuál es el escenario futurible más probable si es que las cosas se siguen desarrollando tal cual están.

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Otro punto importante para Berger es que la prospectiva está relacionada con el largo plazo; al respecto el autor menciona lo siguiente: “La prospectiva supone una libertad que no admite la obligación a la que nos somete la urgencia. La prospectiva nos demuestra seguido que las acciones de corto plazo se encadenan en una dirección opuesta a la que revela el estudio de largo plazo”.  En este fragmento se puede inferir que la prospectiva necesita un análisis que no debe estar sometido a las urgencias del “día a día”, sino que debe ver más allá de todo eso para luego trazar la ruta a seguir y de ahí recién desarrollar las acciones inmediatas adecuadas.

También al leer el texto citado anteriormente, es fácil darse cuenta de que las acciones sin rumbo de la “urgencia” llevan a las organizaciones a caminos diferentes y no siempre adecuados al largo plazo.

El carácter cualitativo de la prospectiva se pone en manifiesto en esta parte del artículo: “Para superar las visiones estrechas de los especialistas y describir de manera concreta una situación ubicada en el futuro, nada es mejor que el diálogo entre los hombres de experiencia, cuya formación y responsabilidades sean diferentes.”; esos “hombre de experiencia” a los cuales se refiere el autor son los “expertos”, término que se utiliza en los estudios de prospectiva y sus opiniones son los insumos básicos para la formulación de escenarios futuribles, sea cual sea el método que se utilice.

Finalmente, queda mucho más por analizar en este artículo, sin embargo y debido al poco espacio, se ha querido tocar las partes principales invitando al lector a descargar el texto completo y leerlo detenidamente.

Por Eduardo Raúl Balbi

¿Qué es Prospectiva? El propósito primario de la Investigación de prospectiva es brindar un marco de coherencia y dirección al proceso de planeamiento estratégico.

La prospectiva procesa y decanta un vasto conjunto de información desde diferentes disciplinas académicas, acerca de las dinámicas que han contribuido a dar forma al mundo que conocemos, y de los modos como esas fuerzas pueden introducir cambios que produzcan nuevas oportunidades, amenazas o incertidumbres hacia el futuro.

La búsqueda sistemática de la herencia del pasado y la evaluación de las posibilidades futuras provee un claro entendimiento de las condiciones de hoy, conduciendo a decisiones más informadas acerca de lo que debemos hacer, lo que no debemos hacer, y lo que debemos evitar que suceda, para alcanzar nuestras metas.

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En este sentido, es claro que la sociedad no puede controlar completamente el futuro, pero puede tener influencia en el curso de la historia. Esta influencia hace que el esfuerzo de considerar el balance entre lo que queremos (como máxima expresión) lo que es posible lograr (como meta tangible) y lo que es probable que ocurra (si no hacemos nada para construir nuestro futuro), valga la pena.

El propósito de la Metodología Prospectiva es explorar, crear y probar sistemáticamente todas estas visiones del futuro, probable, posible y deseable, y en base a ellas y a sus consecuencias, orientar las estrategias y acciones para la construcción de un futuro mejor para nosotros.

En otras palabras, dichas visiones del futuro contribuyen a generar políticas, estrategias y planes a mediano y largo plazos, que ayuden a acercar las circunstancias futuras deseadas a las posibles de alcanzar.

Especialización en Prospectiva Estratégica

Resolución de Rectorado Nº C-02/10.Dictamen favorable de la CONEAU. Sesión Nº 314/10

Director: Mag. Eduardo Raúl BalbiCo-director: Lic. Gustavo Adamovsky

Duración: 3 cuatrimestres Título: Especialista en Prospectiva Estratégica

INVESTIGACIÓN DE ESCENARIOS FUTUROS PARA LATOMA DE DECISIONES

Objetivos de la Especialización

El objetivo central de la carrera es formar profesionales y expertos en las capacidades de:

Lograr habilidades para la conceptualización del mundo del futuro. Manejar la Metodología de Prospectiva Estratégica que les permita facilitar el

diseño de escenarios de futuro y el desarrollo de políticas, estrategias y planes para su logro, con foco prioritario en el mediano y largo plazo.

Analizar las características y condiciones del entorno, sus consecuencias y las posibilidades de orientarlo a los fines propios.

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Proporcionar a los asistentes las herramientas conceptuales, metodológicas y operativas básicas para llevar a cabo diversos análisis de futuro de sus respectivas instituciones y sociedades.

Dimensionar las características y condiciones de su sociedad deseada en el futuro, y las que se darían de no hacer nada al respecto.

Realizar el análisis prospectivo estratégico de instituciones, áreas, sectores o de un conjunto social, como condición de aprobación de este programa, con la retroalimentación y el seguimiento de un tutor.

Destinatarios

Está dirigido a graduados universitarios de carreras afines de grado o de nivel superior no universitario o con 4 (cuatro) años de duración como mínimo.

En casos excepcionales de postulantes que se encuentren fuera de los términos precedentes, podrán ser admitidos siempre que demuestren, a través de las evaluaciones y los requisitos que la universidad establezca, poseer preparación, aptitudes y conocimientos suficientes para cursarla satisfactoriamente (artículo 2º de la Ley 25754).

De no tener los títulos requeridos, se podrá solicitar la admisión al Programa y obtener con la aprobación del mismo una Diplomatura en Prospectiva Estratégica.

Perfil del participante

La Especialización en Prospectiva Estratégica y sus énfasis, están dirigidos a profesionales, líderes y ejecutivos de áreas públicas y privadas responsables de asesoramiento, ejecución, decisión, planeación y otras actividades similares y conexas.

Perfil del egresado

La formación profesional en prospectiva permitirá al asistente estar capacitado para:

Contribuir y permitir construir colectivamente el futuro de las instituciones, organizaciones y sociedades, y hacer de este hecho un mecanismo de gestión.

Planificar, organizar, programar y establecer políticas, estrategias y programas de mediano y largo plazos de instituciones, empresas, universidades, organismos estatales y privados e instituciones sociales en general.

Liderar e integrar grupos “vigía” o de “alerta prospectiva” que estén en permanente actividad identificando tendencias, cambios, riesgos y oportunidades, y anticipándose al futuro.

Inserción Laboral

Las áreas de desempeño de los profesionales que realicen esta Especialización son:

Ejecutivos y Directores de todo tipo de Instituciones Gerentes y Jefes Planificadores, asesores y consultores

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Profesionales vinculados a los distintos aspectos de la dinámica social, en todas sus formas

Líderes sociales

Los asistentes formados en la Especialización en Prospectiva Estratégica podrán desempeñarse en cargos ejecutivos, de asesoramiento, de planeamiento y otros similares. En ellos, podrán incorporar la teoría y la práctica de los métodos de la prospectiva; en especial llevarán a cabo las siguientes tareas:

Planificar, organizar, programar y establecer las políticas de mediano y largo plazo de organismos, empresas e instituciones estatales y privadas, tanto en la faz meramente aplicativa como en la capacitación de personal y en el control y evaluación de procesos.

Construir colectivamente el futuro de las instituciones y hacer de este hecho un mecanismo de gestión.

Liderar un grupo “vigía” o de “alerta prospectiva” que esté en permanente actividad identificando riesgos y oportunidades y anticipándose al futuro.

Llevar a cabo el proceso de evaluación o auditoría estratégica y de gestión interna de la respectiva institución

Metodología

La Especialización tendrá una modalidad presencial intensiva, de dos días (viernes y sábado) cada 3 semanas.

Cada cohorte tendrá también el apoyo de una plataforma de Educación a Distancia para fortalecer el contacto e intercambio entre los participantes y con el cuerpo docente, generar y participar en foros, y mantener una comunicación permanente.

La dinámica pedagógica de las materias y módulos se centra en uno de los paradigmas principales de la prospectiva: “aprender haciendo”. Por lo tanto, la totalidad de los conocimientos teóricos referidos directamente a esta disciplina científica tendrán actividades y aplicaciones prácticas obligatorias.

En un futuro próximo, será posible cursar esta Especialización en modalidad "A Distancia" con actividades presenciales de validación y nivelación.

Requisitos para la Graduación

Las condiciones de graduación incluyen las evaluaciones parciales/ finales de las asignaturas del plan, 75% de asistencia a las clases presenciales previstas, acreditación de horas de tutoría y la presentación y defensa del trabajo final.

Plan de Estudios

1.1 DINÁMICA DEL ENTORNO (Teórico - Práctico)1.2 ESCENARIOS LOCAL, REGIONAL Y GLOBAL (Teórico)1.3 LIDERAZGO (Práctico)1.4 EPISTEMOLOGÍA DE LA CIENCIA I (Teórico)1.5 EPISTEMOLOGÍA DE LA CIENCIA II (Teórico)

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1.6 EL PROCESO DECISIONAL (Teórico - Práctico)1.7 INTELIGENCIA ESTRATÉGICA (Teórico - Práctico)2.1 PLANEACIÓN ESTRATÉGICA (Teórico - Práctico)2.2 MÉTODOS, TÉCNICAS, Y HERRAMIENTAS DE LA PROSPECTIVA ESTRATÉGICA (Teórico - Práctico)2.3 DISEÑO Y CONSTRUCCIÓN DE ESCENARIOS (Teórico - Práctico)2.4 EL MÉTODO DELPHOS (Práctico)2.5 EL MÉTODO GODET (Práctico)2.6 EL MÉTODO FORESIGHT (Práctico)2.7 PROSPECTIVA ESTRATÉGICA GENERAL Y ESPECÍFICA. EL MÉTODO MEYEP (Práctico)2.8 TALLER DE APROPIACIÓN. MÉTODO MEYEP (Práctico)3.1 Énfasis seleccionado (Práctico)3.2 Trabajo final de Especialización

CARGA HORARIA TOTAL DE LA CARRERA: 392 hs.

Dirección Académica

Director: Mag. Eduardo BalbiCo-director: Lic. Gustavo Adamovsky

Proceso de Admisión

La inscripción a las Carreras de Posgrado se encuentra abierta de Noviembre a Marzo y en la medida que existan vacantes disponibles.

Los aspirantes deberán realizar el proceso de admisión acompañando la documentación requerida:

Solicitud de inscripción completa en forma electrónica: www.uces.edu.ar/posgrado/

Fotocopia del Título de Grado (anverso y reverso), legalizado por el Ministerio de Educación de la Nación. En el caso de extranjeros: debidamente apostillado por el Ministerio de Relaciones Exteriores del País de origen. Se deberá presentar, en todos los casos, el título original para su vista.

Certificado analítico de materias. Foto 4x4 digitalizada (peso inferior a 1Mb). Currículum Vitae Fotocopias de las 2 primeras páginas del DNI, en caso de extranjeros, Pasaporte. Abonar matrícula de ingreso al Ciclo Académico.

Entrevista Inicial con el Director de la Carrera, que será programada por éste junto con el alumno luego del proceso de inscripción.

Calendario Académico

Inicio:  Marzo 2011.

Días y Horarios: Viernes y Sábados (dos días), cada 3 semanas.**Podrán agregarse días adicionales para talleres y tutorías.

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Duración: 3 cuatrimestres (presencial) y Trabajo Final de Especialización.

Consultas

Lic. Gustavo Adamovsky, Int: 151.

Informes e Inscripción:

Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales - UCESDEPARTAMENTO DE POSGRADOParaguay 1338, Piso 1, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.Tel.: (+54-11) 4814-9200; int. 487 y 488, de 10:00 a 19:00 hs.e-mail: [email protected] www.uces.edu.ar/posgrado/

Pasado, presente y futuro (VU 0.5.9) 30/09/11 

por Lic. José María Condomí Alcorta

El presente y el futuro 

Prospectiva viene del latín, “prospicere”, que significa mirar lejos, hacia el horizonte. Si partimos del presente, lo que sucede ahora, en este tiempo, veremos que nuestra vida es, ni más ni menos, una sucesión de presentes, en la que el futuro, en general, siempre “sucederá”. Para el observador, siempre en el presente, los hechos que sucederán en el futuro son contingentes, podrán o no suceder.  

De hecho, la certeza sobre lo que habrá de suceder está asociada al marco temporal  al que nos referimos cuando afirmamos que algo sucederá, sin ninguna duda. Por ejemplo, podemos afirmar con certeza que en algún momento del futuro no se utilizarán los derivados del petróleo como combustible para el transporte por tierra de personas.

Sin embargo, esta misma afirmación resulta contingente, por lo tanto atada a una probabilidad de ocurrencia que varía al establecer marcos temporales de 5, 10, 15, 20 o 30 años. La probabilidad de que dicha afirmación se cumpla en el plazo de 5 años a partir de noviembre de 2010 es muchísimo menor a la de que se transforme en una realidad dentro de 30 años. Debemos destacar, sin embargo, que en ambos casos el enunciado podrá cumplirse o no.  

Esto nos lleva a pensar sobre lo imposible y lo posible, las certezas y las probabilidades de ocurrencia. Si asignamos el cero a la imposibilidad de ocurrencia y el uno a la certeza de ocurrencia, todo lo que no sea imposible o sea de ocurrencia segura, será sólo de ocurrencia probable y estará representado por un valor intermedio entre uno y cero.  

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Debemos subrayar (es un ejercicio que todos pueden hacer), que son muy pocas las cosas de las que podamos dar certeza de ocurrencia o también las que son imposibles. Podremos tener una probabilidad de ocurrencia tan elevada que, a los fines prácticos, le daremos la categoría de certeza.

Por el contrario, la probabilidad de ocurrencia puede ser tan pequeña que puede considerársela imposible.  Vamos a ejemplificar lo visto hasta ahora. Si a un observador de agosto de 1969 le hubiéramos preguntado sobre las probabilidades de que para agosto del 2010 hubiera una base lunar habitada, ¿qué creen que hubiese respondido? 

El pasado 

¿Y el pasado? El pasado sucedió, podremos relatarlo, hacer un ejercicio de memoria, buscar testigos y pruebas, pero nuestro relato siempre será incompleto y parcial, sujeto a interpretaciones y valoraciones subjetivas. Los datos podrán ser tabulados, acumulados y analizados, pero siempre la narración del pasado será incompleta.  

Esto es así, no sólo por la incapacidad de percibir la realidad tal cual es, sino también porque resultaría imposible registrar cada uno y todos los aspectos, variables, conductas, imágenes o cualquier otro suceso relacionado con el que fue el presente en algún momento.

Para describirlo, tomaremos sólo los hechos relevantes, aquello que, según nuestro criterio, mejor lo definan.  Así como la sucesión de presentes nos desliza hacia el futuro esa misma sucesión conforma el pasado, permitiéndonos analizar el comportamiento de una determinada variable a lo largo del tiempo.  

Tendencias y proyecciones 

Esas variables analizadas a lo largo del tiempo pasado las llamamos tendencias. Esas tendencias terminan abruptamente en el presente, a partir del cual sólo podremos explorar lo que sucederá en el futuro. Proyectar esas tendencias es una de las formas de hacerlo.  

Debemos advertir que si bien las proyecciones tienen una alta probabilidad de “acertar” en el corto plazo, en la medida que estos plazos se alargan aumenta la probabilidad de que la proyección difiera de la realidad. Al fin de cuentas proyectar una tendencia no es otra cosa que asumir la continuidad del patrón que le dio origen. 

Construir el futuro  

Los seres humanos y los animales comparten un mismo tipo de reacción ante las situaciones que le presenta su entorno: el instinto.

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Útiles a unos y otros en una larga serie de situaciones, sin embargo son poco propicias para pensar el futuro. Esto último requiere de una representación mental compleja que sólo los seres humanos pueden hacer.

Pensar el futuro es entonces una actividad que nos caracteriza. El hombre ha tenido durante toda su existencia distintos enfoques sobre el futuro.

En un extremo están quienes han considerado que el futuro “está escrito”.

Si ese fuera el caso, si el futuro estuviera predeterminado, cabría la posibilidad de que alguien fuera capaz de realizar la lectura de ese libro. Así, el futuro podría ser “predicho”. Que el futuro sea predecible, que esté predeterminado, podría indicarnos que no puede ser cambiado: “lo que será, será”. 

Quienes creen en el futuro predeterminado han elaborado formas para enfrentarlo: los que dejan que suceda lo que tenga que suceder, los que se preparan para lo que sucederá en una actitud defensiva y los que, además de prepararse para lo que vendrá, intentan obtener provecho o minimizar los daños de ese futuro. Pareciera que el futuro será más allá de lo que puedan o no hacer. 

Finalmente, están los que creen que el futuro es una consecuencia, total o parcial, de las decisiones que se tomen en el presente. El futuro se construye en el presente. Cada decisión afecta al futuro, cada cambio aunque sea aleatorio lo condiciona, aún el natural devenir de las cosas induce un cambio que, como diría Heráclito, provoca “que nadie se bañe dos veces en el mismo río”.  

Está claro que al no existir el futuro, no podemos describirlo, aunque sí podemos explorarlo, imaginando con nuestro intelecto las distintas alternativas que nos pueda presentar.  

Es más, podemos explorar los distintos futuros que pudieran ocurrir con el propósito de estudiar aquellos que de una forma u otra sean de riesgo para nuestros intereses o, mejor aún, resulten una oportunidad. 

Hasta aquí hemos explorado, sin tomar acción y sin intentar modificar aquellas variables que puedan ser determinantes para alcanzar un futuro que nos sea favorable. 

Si lo hacemos, si nuestro estudio tiene como propósito encaminarnos hacia un futuro mejor mediante acciones concretas en el presente, estamos hablando de prospectiva estratégica. Con esta herramienta no sólo avanzaremos intentando despejar la incertidumbre, midiendo riesgos y oportunidades, sino habremos analizado las acciones que debemos llevar a cabo para alcanzar el futuro objeto que buscamos.  

El estudio de futuros, tan antiguo como el hombre, aún por métodos no rigurosos, encuentra en la Prospectiva Estratégica una herramienta que le permite alcanzar rigor académico y, como consecuencia, se transforma en

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invalorable a la hora de tomar decisiones o de enfrentar problemas, tanto a nivel corporativo como estatal.  

Toma de decisiones 

Tomar decisiones es una actividad reiterada, frecuente y deseable ya que la posibilidad de decidir hace al grado de libertad que se pueda alcanzar.

Estas decisiones pueden ser intrascendentes o afectar profundamente el futuro del decisor y de la organización que este lidere, pueden tener carácter administrativo o referirse a situaciones de conflicto con terceros, pero en cualquier caso el decisor deberá analizar los antecedentes, el presente y las consecuencias de la decisión a tomar para mejorar las probabilidades de que los resultados de esa decisión sean los deseados. 

Antes que nada, el decisor deberá establecer cuáles son sus objetivos de largo plazo y cuáles las políticas que seguirá para alcanzarlos. Luego deberá planificar qué acciones deberá ejecutar para alcanzar esos objetivos, previendo las contingencias que pudieran dificultarle, impedirle o incluso obligarlo a modificar los objetivos iniciales. 

Por último, deberá ejecutar lo planeado.  

Estos tres niveles, el estratégico-político, el operacional y el táctico-técnico, forman parte indisoluble de la decisión transformada en acción y son sub-sistemas que hacen referencia a una misma situación. Es imperativo alimentar este proceso decisional, en cada uno de sus niveles, con la necesaria información, procesada de tal forma que se transforme en conocimiento útil para el decisor.  

La información del pasado y el presente, transformados en conocimiento, por un análisis en profundidad, permitirá reflexionar sobre el rumbo que pueda tomar el futuro, explorar sus alternativas y posibilidades. Se requiere para ello una herramienta metodológica que aporte rigor al estudio. 

¿Qué es la Prospectiva Estratégica? 

Hace más de 2500 años Creso, rey de Lidia, decidió consultar al oráculo de Delfos sobre si era el momento adecuado para invadir el territorio persa. La respuesta del oráculo habría sido la siguiente: “Creso, si cruzas el río que separa Lidia de Persia, destruirás un gran imperio”. Creso, sin prestar ninguna atención a la ambigüedad de la respuesta, que podía significar dos escenarios futuros totalmente opuesto entre ellos, cruzó el río y el imperio reducido a cenizas fue el suyo. 

El error de Creso -no medir adecuadamente los riesgos de sus acciones, no apreciar correctamente las oportunidades, despreciar las contingencias y creer sólo en el escenario más favorable-  no es infrecuente en nuestros días, casi a diario podemos leer y veer en los medios públicos de información sobre

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sucesos que nos llevan a la siguiente pregunta: ¿nadie imaginó que esto podría pasar? 

El método prospectivo estratégico resulta en “la” herramienta que permitirá no sólo reducir la incertidumbre que inexorablemente plantea el futuro, además permitirá moldearlo para que, cuando se haga presente, en la medida de lo posible, satisfaga los intereses del decisor.  

El decisor no obtendrá como resultado del análisis prospectivo un panorama de lo que sucederá, un relato más o menos detallado de los hechos que conformarán el presente de aquí a 5 o 50 años.  

En cambio, recibirá un informe de los escenarios que podrían suceder, de los riesgos y oportunidades que cada uno de ellos representan, de cuales sucesos preconfigurarán la ocurrencia de un escenario u otro, para que cuando los sistemas de alarma se disparen el observador disponga de una clara indicación de cuál escenario comienza a destacarse como el más probable.

Asimismo, recibirá una clara indicación de cuales acciones son las que deberá priorizar para mejorar las probabilidades de que el escenario al que desea arribar se cumpla o para evitar la ocurrencia de los escenarios que le son desfavorables. 

El método 

La superabundancia de fuentes y, consecuentemente, de información, es probable que se transforme en el mayor problema que deba enfrentar en la actualidad el analista de futuros.  

Esta saturación informativa suele dificultar a tal punto su análisis que, si no adopta un método para encarar su estudio, se le hará extremadamente difícil obtener un resultado que sea útil al objetivo que busca.  

El método hará honor a su etimología. "Meta" en griego significa “hacia, a lo largo” y "odos", “caminos”. Si nos referimos al método científico, “cientia” significa conocimiento, por lo que podríamos decir que “método científico” es el camino que se dirige hacia el conocimiento.   Por su parte, la Real Academia Española define “método” como “Procedimiento que se sigue en las ciencias para hallar la verdad y enseñarla” y Wikipedia define la misma palabra como “Pauta que permite a los investigadores ir desde el punto A hasta el punto Z con la confianza de obtener un conocimiento válido”.  

En el caso de la prospectiva estratégica, cuyo objetivo no es conocer el futuro sino darle al decisor elementos (conocimiento) para tomar decisiones respecto a las acciones que le permitirán arribar en el futuro a un presente que le sea favorable (planeamiento), el eje metodológico apunta a: 

En primer lugar, analizar el conocimiento del pasado y el presente de forma tal de permitir comprender cuáles son las variables que los definen.

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Basado en el conocimiento obtenido construir los escenarios que servirán de marco, referencia de calidad, analogía y para comparaciones.

Establecer qué hechos podrían ocurrir con magnitud suficiente como para afectar las tendencias, alterándolas y en función de esas alteraciones, construir  los escenarios alternativos, con sus riesgos y oportunidades.

Definir el “objetivo político-estratégico” a alcanzar, para el todo y para cada variable, y definir las acciones necesarias para hacerlo realidad.   

La prospectiva adopta un “eje metodológico” de siete pasos, definidos con claridad por el Mo. Eduardo Balbi en el Método MEYEP, que le permiten al analista acumular conocimiento, de forma ordenada, para arribar al saber.  

Estos son: 

1er paso: Comprensión del problema y diagnósticos. 2do paso: Elaboración y selección de variables e

indicadores. 3er paso: Construcción del Escenario Óptimo (ideal y

lógico). 4to paso: Construcción de un Escenario Tendencial y

primeros mapas de riesgos y oportunidades. 5to paso: Elaboración de Escenarios Exploratorios (con

segundos mapas de riesgos y oportunidades) e incorporación de hechos portadores de futuro (terceros mapas de riesgos y oportunidades). 

6to paso: Selección del Escenario Apuesta y de las acciones necesarias para lograrlo. 

7mo paso: Diseño de rutas estratégicas y elaboración del plan.

      

Bibliografía: 

“En Búsqueda del Destino: una historia de la predicción”. Paul Halperin, Editorial Océano de México S.A., 2008, México D.F.

  “Introducción a la Prospectiva Estratégica”. Eduardo Raúl Balbi,  Red

Escenarios y Estrategia, 2009, Buenos Aires Argentina. 

“Un modelo interactivo para la inteligencia y la decisión estratégica”. Dr. Agustín Monteverde.

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Bertrand de Jouvenel y Gastón Berger Publicado en 07/09/2012

Prospectiva. La palabra aparece en un diccionario en el siglo XIX,significa mirar hacia el futuro desde,el significado actual de prospectiva se lo dio Gastón Berger.

Fue desarrollada en Francia al final de la Segunda Guerra Mundial por individuos con cierta posición en la administración o en la política. Eran humanistas interesados en la reflexión del alcance a largo plazo de las decisiones que podrían ser tomadas en la práctica cotidiana. En Francia la prospectiva nació a causa de la preocupación por la reconstrucción del país a causa de la Segunda Guerra Mundial, y también con miras al desarrollo económico del país. La prospectiva francesa tiene diversos pensadores pero podrían señalarse dos como algunos de los más trascendentes:

La escuela francesa de Gastón Berger. Creía en la relación entre el futuro y la acción. En 1957 crea el Centro Internacional de Prospectiva. Berger afirmaba que tomar una actitud prospectiva implicaba prepararse para la acción.

Andrés Gros reunió en los sesentas a varias personalidades para realizar la idea de Gastón Berger sobre la prospectiva. Con ellos publicó un primer cuadernillo con explicaciones de lo que era la prospectiva. Al principio, esta asociación se llamó Centro Internacional de Prospectiva, sin embargo, Gastón Berger, su fundador, murió en un accidente automovilístico. Después se llamó Centro de Estudios Prospectivos (Asociación Gastón Berger)

La escuela francesa de Bertrand de Jouvenel. De Jouvenel nunca afirmó que se pudiera saber cosa alguna sobre el futuro. Solo intentó investigar si las interrogaciones sobre los porvenires posibles podían o no constituir medios para conocer mejor la situación presente y plantear las preguntas más adecuadas a aquellos que nos gobiernan. En 1960, con el apoyo de la Fundación Ford, Jouvenel inició un proyecto que se conoció como Futuribles; que consistía en reunir núcleos internacionales de expertos en distintos campos científicos para crear imágenes de futurosposibles y deseables.

Intentando construir el futuro: La ProspectivaPor ramonalfonso

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Una de las cosas que quizás más le interese al hombre es poder predecir o adivinar el futuro; con respecto a esto han aparecido infinidades de “expertos” (léanse adivinos, brujos, gente que lee las cartas y demás “fauna” peligrosa).  Sin embargo los primeros intentos serios derivaron en los métodos de proyección y en la actualidad se suma la prospectiva.

Escribir sobre prospectiva sería bastante largo, sin embargo podemos decir que tiene una fuerte base en la “opinión de expertos”, proyecta un escenario futuro a largo plazo y su referente es la denominada Prospectiva Estratégica o escuela francesa, impulsada por el Dr. Godet.  Este “indisciplina” (a decir del propio Godet) tiene una filosofía denominada voluntarista, es decir el futuro no está escrito aún, es mas no existe, por lo tanto (y yendo un poco más allá) no existe el destino, en otras palabras ni tu ni yo estamos predestinados a nada, los pobres no están destinados a ser pobres porque nacieron pobres, lo mismo para los ricos, los reyes etc.

Siguiendo en esa línea, y aplicando un razonamiento elemental, el tema del “destino” se ha utilizado para sostener sistemas de poder y de dominio en el mundo ya sea en países dictatoriales, monarquías o democráticos; pero volviendo a la prospectiva, lo que propone es: muy bien el futuro no existe, pero existen múltiples escenarios futuribles (futurible es algo que se dará si se cumplen condiciones determinadas), por lo tanto una persona, organización o sociedad puede determinar sus escenarios futuribles y escoger uno que sea apuesta, es decir a donde quieren llegar, entonces y en “buen cristiano” la prospectiva estratégica nos dice que cada uno escoge y construye su propio futuro, una vez elegido esto, ya vienen los planes estratégicos, es decir las gradas que hay que subir para llegar a este escenario deseado.

Ahora pregúntate ¿has elegido tu futuro de acá a 10, 20 o 30 años?, si no lo has hecho, entonces ¿para qué haces lo que haces si no sabes a donde vas a llegar?.  Si quieres profundizar un poco más te dejo dos links de dos artículos que tuve la oportunidad de escribir sobre el tema, en el primero verás algo más de conceptos de las diferentes escuelas y en el segundo verás una aplicación práctica y real de la prospectiva estratégica en donde se muestran los pasos y cálculos.