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«LA AMERICA, CRONICA HISPANO- AMERICANA» Génesis y significación de una empresa ameri- canista del liberalismo democrático español LEONCIO LOPEZ-OCON CABRERA Universidad Complutense INTRODUCCIdN En la segunda mitad del siglo xxx la conciencia his- panoamericana de la burguesía española se plasmó en una serie de revistas americanistas: Revista española de ambos mundos (1853-1855); La América, crónica his- pano-americana (1857-1874, 1879-1886); El Museo Uni- versal (1857-1869); Revista hispano-americana (1864 1867); La Ilustración Española y Americana (1868-1921); El Correo de España (1870-1872); Revista hispano-ame- ricana (1881-1882); La Unión Iberoamericana (1886- 1926); El Centenario (1892-1894). A pesar de que estas revistas constituyen una fuen- te excepcional no sólo para el conocimiento del diálo- go iberoamericano en el siglo xix, sino también para el de la España ochocentista, permanecen en su ma- yoría ignoradas por nuestra historiografía (1). <1) Sólo existen los trabajos de Elena Hez RIM: tEl Museo Universal Madrid», <1857-1869) en Colección de Indices de Publicaciones Periódicas del Instituto Miguel de Cervan- tes del C.S.I.C., Madrid, 1952, y de Jean-Franqois Botrel: «Juan 137

«LA AMERICA, CRONICA HISPANO- AMERICANA» Génesis y …digital.csic.es/bitstream/10261/16451/1/QUCE8282220137A.pdf · centros dedicados a estudios históricos y de la cultura hispanoamericana

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«LA AMERICA, CRONICA HISPANO-AMERICANA»

Génesis y significación de una empresa ameri-canista del liberalismo democrático español

LEONCIO LOPEZ-OCON CABRERAUniversidad Complutense

INTRODUCCIdN

En la segundamitad del sigloxxx la concienciahis-panoamericanade la burguesíaespañolase plasmóenuna serie de revistasamericanistas:Revista españolade ambosmundos(1853-1855);La América, crónica his-pano-americana(1857-1874, 1879-1886); El Museo Uni-versal (1857-1869); Revista hispano-americana(18641867); La Ilustración EspañolayAmericana(1868-1921);El Correo de España(1870-1872);Revistahispano-ame-ricana (1881-1882); La Unión Iberoamericana(1886-1926); El Centenario(1892-1894).

A pesarde queestasrevistasconstituyenunafuen-te excepcionalno sólo parael conocimientodel diálo-go iberoamericanoen el siglo xix, sino también parael de la Españaochocentista,permanecenen su ma-yoría ignoradaspor nuestrahistoriografía (1).

<1) Sólo existen los trabajos de Elena Hez RIM: tElMuseo UniversalMadrid», <1857-1869) en Colecciónde Indicesde PublicacionesPeriódicas del Instituto Miguel de Cervan-tes del C.S.I.C.,Madrid, 1952, y de Jean-FranqoisBotrel: «Juan

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Un conjunto de circunstanciascoincidentesnos per-mite comprenderel porqué de este desconocimiento:el retraso de la investigaciónhistórica referenteal es-tudio de las relaciones internacionalesde la Españaochocentista,las lagunasexistentesen la historiogra-fi a españolarespectoa la evolución intelectualy a laacción política de la burguesíaradical, impulsora devarias de las mencionadasrevistas, y el escasodes-arrollo del americanismoespañol: segúnun catálogopublicado por la Universidadde Pittsburg en 1979, Es-paña ocupabael octavo lugar en cuanto a número decentrosdedicadosa estudioshistóricosy de la culturahispanoamericana(2).

Urge la tarea de evaluarla diferenciade alcanceysignificaciónde las revistasamericanistaspromovidaspor la burguesíaespañolaen la segundamitad del si-glo XIX y analizar la incidencia física y «moral» decadauna de ellas (3).

Al realizaruna primera aproximacióna La Améri-ca, empresade larga duración, he preferido no tantollevar a caboun estudiodetalladode las diversaseta-pas de su biografía, que se identifican groso modocon los periodoshistóricos 1857-1868,1868-1874, 1879-1886, como reconstruircon un método genéticola co-yuntura históricaen la quenació La América, tenien-do presentecomo criterio orientado la necesidaddearticular lo coyuntural con lo estructural, no olvidan-do que la superficie, en estecasoel periódicoLa Amé-

Valera directeur de ‘El Centenario’» (1892-1894), en Bulletinhispanique, tomo LXXX, núms- 1-2, janvier-juin 1978, pági-nas 71-82.

(2) Femando Morán, «Retórica y realidades: las relacio-nes de España con Latinoamérica», El País, 12 de Juliode 1981.

(3) Esta petición, a realizar para todos los periódicos yrevistasque han sido fruto de la copiosazafra henierográficahechaen Españaen los últimos años, fue solicitada por JoséCarlos Mainer en el último Coloquio de Pau.Ver «Literaturay sociedaddesde 1898 (estado de la cuestión)»en Tuñón deLara et al.: Historiografía española contemporánea.X Colo-quio del Centro de InvestigacionesHispánicasde la Universi-dad de Pau. Balancey resumen.Madrid, 1981, pág. 263.

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rica, refleja el fondo, las corrientesprofundasde lahistoria.

En las páginassiguientes se ofrecen algunos ele-mentospara realizar una valoración de La América,«el eco sensatoy vigoroso de nuestrosinteresesen elNuevo Mundo, el másentendidoy autorizadoparase-flalar su norte y guía a la opinión pública», como ladefinió el marino e historiadorNovo y Colson (4).

El 8 de marzo de 1857 inicia su larga andaduraLaAmérica, crónica hispano-americana(5). No surgepormeroazaren dicho añoesteproductocultural. Un con-junto de fenómenoshistóricos interrelacionadosim-pulsan el alumbramientoen tal fecha de esta presti-giosapublicaciónamericanistadel liberalismoespañol.

El factor determinanteque posibilita la apariciónde La América es la eclosión de las fuerzasde la bur-guesía modernizadorade la Españaisabelina, al so-caire de la coyuntura económica expansiva de losaños 50. En esa décadala burguesíacomercial, bene-ficiaria de un incrementodel comercioexterior, iniciaunaofensivaamericanistaquepersigueentre otros fi—nes la recuperaciónde las posicionesperdidasen el

mercadoamericanodurantela primera mitad del si-glo XIX. Simultáneamente,las fuerzas liberales avan-zadas,alentadaspor la burguesíacomercial que se in-cardina en ellas, se esfuerzanen afrontar las difícilesrelacionesentre Españay las repúblicashispanoame-ncanasmedianteuna estrategiade aproximaciónalnuevo orden surgido del procesoemancipadorqueseplasma en el movimiento ideológico del panhispanis-mo. Asimismo, estasfuerzasliberales buscansolucio-nesal problemacubano,definido a mediadosde los 50

(4) PedroNovo y Colson,Historía de Za guerra de Espaíiaen el Pacífico, Madrid, 1882, págs. 51-52.

(5) La revista de 16 a 20 páginas,con un número de co-lumnas que oscilan entre 48 y 60, tiene generalmenteunasdimensiones de 43 x 29, 7 c¡ns, y es de periodicidad quin-cenal.

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por el fenómenodel anexionismo,a través del refor-mismo colonial.

El incardinamientode La América en estaofensivaamericanistade la burguesíacomercialy del liberalis-mo avanzadolo ilustra el director-propietariode la re-vista, EduardoAsquerino,al explicarsus objetivos:

«En lo concernienteal Archipiélago filipino y lasAntillas, nuestropensamientono puedeserotro queel de coadyuvara que se mantengana toda costa,como una parte muy considerablede la Madre Pa-tria, aquellascodiciadasprovincias.- - impulsando suprogreso, velando por su administración y prote-giendo cuanto tienda a desarrollar sus inmensosger-menesde riqueza,y respectoa las RepúblicasHis-pano-Americanas,hacerrevivir, fomentar y defenderlos elementosmoralesy materialesde nuestrarazaen aquellasregiones,estrechandolos vínculos de fra-Éernidady los lazos de común interésque nos unena ellas...» (6).

El factor desencadenanteen el surgimientode LaAmérica es el fracasodel bienioprogresista(julio 1854-julio 1856), una más de las fases de la revoluciónburguesaespañolaen la que las fuerzas liberales, re-presentadasen esa coyunturahistóricapor una hete-rogéneay contradictoriacoalición de unionistas,pro-gresistas y demócratas, intentaron modernizar lasestructurasde la gociedadespañola.La América apa-rece en la vida pública como un contrapoderde losderrotadosen julio de 1856 —progresistasy demócra-tas—, que utilizan la revista como medio de presióny de orientaciónen la política nacional. Significativa-mente,el nacimientode La América coincide con unatransformaciónideológicaquese operaen el liberalis-mo avanzadoespañol.Despuésdel fin del bienio, unaserie de acontecimientosindican cómo diversos nú-cleosburguesesadscritosal liberalismo avanzado,aúncon el saboramargode la derrota,inician una amplia

(6) Eduardo Asquerino, «Nuestro pensamiento»,La Amé-rica, 24 mano 1957, vol. 1, núm. 2, pág. 1, col. 1.

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operaciónde rearme ideológico-políticodecisiva en elfortalecimiento del liberalismo democráticoen la últi-ma décadade la Españaisabelinay en la apariciónduranteel Sexeniodemocrático(1868-1874)del partidoliberal radical,en cuyo programaconfluíanlas corrien-tes ideológicas del librecambismo,el krausismoy lademocracia(7). En 1857 estascorrientesde pensamien-to impulsadaspor jóvenesliberales, integrantesde ladenominada«generacióndemocráticade 1868», iniciansu tareade propaganday de reagrupamientoa travésde la Sociedad libre de Economía Política, la cáte-dra de Julián Sanz del Río e instrumentosde la de-mocraciacomo el diario La Discusión o La América.

1. LA REvISTA DE tINA BURGUESÍA EXPANSIVA

Y COSMOPOLITA

a) El praductode una sensibilidadcapitalista

Impulsan La América los burguesesbeneficiariosdel masivo avancedel capitalismoen el espacioatlán-tica durantelos años50 del siglo pasado.

Actualmenteconocemoslos caracteres,los efectos,las debilidadesdel crecimientoeconómico españolenesaépoca.Seconfiguróunaestructuraeconómicadualy el modelo de crecimiento del capitalismo español,que explica en cierta medida su dualidadestructural,signo de subdesarrollo,se construyó sobre una rela-ción de dependenciarespectoa los intereseseconómi-cos de Franciae Inglaterra y no sobre una base dereciprocidad(8).

(7) Gabriel Rodríguez, «Necrología. D. Luis Maria Pas-tor», La América, 28 enero 1873, XVII, 2, pág. 7, col. 4:; Ra-fael Maria de Labra, «Espafia contemporánea.Sus hombres.Gabriel Rodríguez», El Correo de España, 13 octubre 1870,pág. 11, vol. 2:.

(8) Nicolás Sánchez-Albornoz,España hace un siglo: unaeconomíadual, Madrid> 1977, págs.22-23.

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A estaconclusiónse ha llegadoa posteriori del des-arrollo del proceso histórico. A los burguesesde laépocade la Unión Liberal, el progresoeconómico dela Españaisabelinade los años50 les impregnó de op-timismo. Un índice revelador de esa atmósferaopti-mista que invadía todo el país, tal- y como señalaDurán de la Pta (9), fueron las muchaspublicacionesque aparecieronen la décadade los 50 dedicadasalas cuestioneseconómicasy financieras,entrelas quecabría incluir a La America.

Numerosísimostestimonios demuestranla creen-cia burguesade estarasistiendoa una nueva fase deregeneraciónen la historia de España.Eduardo As-querino, al hacerla presentaciónde La América, ma-nifiesta con contundencia:

‘<Nosotros probaremosen el curso de esta publi-cación a esos eternosvocingleros de nuestra deca-dencia y nuestro atrasoque Españaha prosperadoy progresadode veinte años acá más, mucho másproporcionalmente,que la nación más civilizada deEuropa» (10).

Esta afirmación, ademásde marcarel inicio de laconstrucción de la Españamodernaa partir de 1837,fecha cardinal del progresismodecimonónico,es indi-cativa del estado de ánimo de amplios círculos de laopinión pública en 1857.

La empresade La América, desdesu inicio, decidecontribuir al desarrollo de las energíasexpansivasdela burguesíaespañolaesforzándoseen convedirseenun agentedel capitalismo financiero y comercial,conel que se vincula el director-propietariode la revistaal casarsecon PeregrinaLa-Cave,pertenecientea unade las familias de la burguesíavinícola de Sanlúcarde

(9) Nelson Durán de la Rúa, La Unión Liberal y la mo-dernización de la España isabelina. Una convivenciafrustrada,1854-1868, Madrid, 1979, pág. 163.

(10) EduardoAsquerino(6), pág. 2, col. 3!.

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Barrameda(11), puerto de larga tradición americanae importante centro de exportación de los productosagrarios de las feracestierras del bajo Guadalquivir.

EduardoAsquerinoadvierte a los lectoresde la re-vista cl 24 de agostode 1857 que el incrementode lasdimensiones de la tevista, reforma que agradeceráncuantosse dedican a la industria y al comercio en am-bos continentes,atiendea los siguientesobjetivos:

1) Dar a conoceren aquellos ricos países(repúbli-cas hispanoamericanas,el Brasil y los EstadosUnidos) nuestrasCompañíasde Crédito y las de-más asociacionesindustriales y de comercio,que tan prodigiosamentese van desarrollandoen Españay que tan poderosoimpulso podríanrecibir en Ultramar.

2) Facilitar las transaccionesen gran escala,queli-guen el movimiento del comercio entrela Penín-sula y el Nuevo Continentecon un conocimientoexacto y oportunode las vicisitudes de los mer-cados,de las alteracionesde los génerosy de lasaliday entradade los buquesen nuestrospuer-tos y en los de América y ponganen noticia dclos particulares las demandasy ofertas paracompra y venta de fincas rústicas y urbanasyde frutos, y los anunciosde inventos,industrias,máquinas,establecimientos,profesionesy demásobjetos mercantiles.

3) Incrementar los anuncios, al que se consideraun elementofundamental.El anuncioes esepre-gón escrito y multiplicado por las mil lenguasde la imprenta, el más poderosoagente,si noya la base,de toda empresa,puestoque el éxitode ésta dependeen granparte de la publicidad.Al principio fue una mejora, hoy es una nece-sidad, y puedecalcularsela civilización de unpaís y su riquezapor el mayor o menornúmero

(11) Miguel Moya, «EduardoAsquerino. Necrología»,LaAmérica, 8 octubre 1881, XXII, 19. La pertenenciade Peregri-na La-Cave a la burguesíavinícola de Sanjúcarde Barramedase deducede testimoniosoralesque hemosobtenido en dichavilla. Acerca de la vinculación de EduardoAsquerinocon San-lúcar de Barramedaver «Banquetede Sanlúcarde Barrame-da», La América, 24 septiembre1861, V, 14.

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de anuncios.Ejemplo de esto son el Times y elNew-York Herald (12).

La revista, asimismo,a fin de satisfacerdetermi-nadasnecesidadeseconómicasde los suscriptoresde-cide estableceruna Agencia gratuita para gestionarlosexpedientesadministrativosque procedende Ultramarbajo las basessiguientes:

1) La empresarealizarágratuitamentelos encargosde los suscriptoresen las oficinas del Estado;

2) Buscará la representaciónjurídica para entablarpleitos;

3) Aconsejaráacercade si hay posibilidadeso node entablar pleitos y expedientesadministrati-vos, como sobre todos los asuntos;

4) Informará del estadoy porvenir de las socieda-des de crédito, mercantilese industrialesy acon-sejarásobrelas clasesde valoresen que puedenemplear sus capitales,y comprar y vender encomisión en todas las Bolsas de Europa y Amé-rica, con el intermedio de Agentes de cambio,toda especiede créditosy fondos públicos (13).

No disponemosde datos acercade la operatividady logros de esta Agencia,pero el proyecto de su esta-blecimientodenotaunadesarrolladasensibilidadcapi-talista y empresarial,ya que la Agencia se configuratambién como un medio de atracción de nuevos sus-criptores.

b) Una expresiónde una burguesíacosmopolita

Al participar la burguesíaespañolade los progre-sos materialesque tienenlugar en la décadade los 50se manifiestacon intensidadsu dimensiónuniversalis-ta, de ]a quees un elocuenteejemploLa América.

La firma de un tratadopostal entre Españae In-

(12) «Advertencia a los lectores del Director-propietarioEduardoAsquerino», La América, 24 agosto 1857, 1, 12.

(13) «Agencia»,La América, 24 mano 1857, 1, 2.

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glaterraen el veranode 1858 permitequeaflore dichosentimientoen un redactorde la revista: «somoslosprimerosen felicitarnos por el establecimientode unareforma llamadaa aumentarprodigiosamentenuestrahoy escasaparticipaciónmoral y material en la vidaeuropea,y en las relacionesuniversalesde los pue-bIos» (14).

Gracias a los adelantostécnicos en las comunica-ciones—el 5 de agostode 1858 el cable telegráficosub-marino queune Europacon América quedafijado enTerranova—, las distancias desaparecena impulsosdel vapory la electricidad,los pueblosseacercanunosaotros y el mundoempiezaaunificarseintensamente,procesoadmirablementedescritopor Cristino Martosen el número 1 de La América (15). Se produceunestrechamientode relacionesentre los elementosin-tegrantesdel espacioatlántico, iniciándoseel procesode europeizaciónde América (16). La expansiónultra-marina europease desarrolla penetrandolos hom-bres blancos,con las armasy el comercio,en Asia yAfrica (17).

La burguesíaespañolarespondea los estímulosde-rivados de la unificación del mundo.

En 1860 Pe constituye en Madrid la Sociedaddelengua universal. Entre sus socios figura el activoEduadoAsquerino.El redactorde La América, que dacuentael 8 de mayo de la segundareunión de dichasociedad,manifiesta que «el establecimientode una

(14) Tratado postal entre Espafla e Inglaterra»,La Amé-rica, 24 julio 1858, II, 12, pág. 1.

(15) Cristino Martos, «Cuestiónde México», La América,8 marzo 1857, 1, 1.

(16) Tulio Halperin Donghi, Historia contemporáneadeAméricaLatina, Madrid, 1977, pág. 210. «El Perú y la influen-cia europea»,La América, 24 julio 1862, VI, 10, págs. 11-13.

(17) Miguel Lobo, «Sobre la China», La América, 24 abril1857, 1, 4; Augusto Ulloa, «La India inglesa», ibid., 8 agostoa 8 octubre 1857, 1, 15, 16, 17, 18, 19, 20, y «FemandoPoo,Annobón y Corisco»,24 mayo a 8 julio 1858, II, 6, 7, 8, 9; LuisEstrada,«Del comercio del Japón», ibid., 8 octubre a 24 Rciembre1957, 1, 15, 16, 17, 18, 19, 20; Antonio Ribot y Fontsere,«Cochinchina»,ibid., 8 enero 1859, II, 21.

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lengua unIversales una necesidadurgentey sentidapor todos y puedeconsiderarsecomo un hecho inde-fectible’> (18).

La burguesíaespañolaadopta actitudes político-ideológicas análogasa las de la «bourgeoisieconqué-rante»europeaestudiadapor CharlesMorazé(19)- Loshistoriadores se dedican a rescatary revalorizar lasglorias históricasde la Españaimperial con el fin deemularías,abundandolos artículos sobre esta temá-tica en los númerosde La Américadurantesus prime-ros añosde existencia(20). Segúnel costumbristaAn-tonio Flores(21) sus coetáneossoñabanconlos «pujosde Lepanto’>- Simultáneamentea esta observaciónlaReal Academiade la Historia convocabaun certamenen abril de 1853 sobreel tema «Historia del combatenaval de Lepanto y juicio de la importanciay conse-cuenciasde aquel suceso»(22). Se inicia en la décadade los 50 la producciónhístoriográfica decimonónicadel africanismo español, que preparael camino a laguerra contra el imperio de Marruecos en 1860 (23).

Tantos signos que demuestranun afán de partici-par en la magnaempresa«civilizadora»de la unifica-

(18) «Sueltos»,La América, 8 mayo I860~IV, 5, pág. 15.Ver también Francisco Martínez de la Rosa, «Boletín de lasociedadde lengua universal. Introducción», La América, 24diciembre 1861, V, 20, págs. 8-9.

(19) Charles Morazé, El apogeo de la burguesía,Barce-lona, 2965.

(20) Ejemplos: JoséArias de Miranda, «Ojeadasobre lasglorias históricas de España,particularmentesobre las desus empresasultramarinas»,La América, 8 y 24 marzo 1859,III, 1, 2, e “Indicacionessobre la historia de la colonizaciónespañola”,24 marzo 1860, V, 2; Plácido de Jove y Hevia, «In-dagacionesacerca de la dominación españolaen Malta de1285 a 1530», 24 abril, a 24 junio 1863, VII, 8, 9,10. 11, 12.

(21) Antonio Flores, La sociedadde 1850, prólogo de Jor-ge Campos.Madrid, 1968. pág. 14.

(22) Noticia de las actasy tareas de la Real Academiadela Historia; Imprenta de Ja Real Academia de la Historia,1853. pág. 10.

(23) Manuel Malo de Molina, Viale a la Argelia. Descrip-ción geográficay estadística,Valencia, 1852; Antonio Cánovasdel Castillo, «Apuntes para la historia de Marruecos», LaAmérica, III, 21, 22, 23, 24, y IV, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7.

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ción del mundo explica no sólo la activa política ex-traeuropeade la Unión Liberal (24), sino también lacreaciónpor parte de los burguesesespañolesde unaserie de revistas universalistas:El Museo Universal,La América, La Crónica de Ambos Mundos, revistauniversal.En un plazo de tres mesesaparecieronenMadrid las dos más importantes: el 15 de enero,ElMuseoUniversal (25); el 8 de marzo,La América.

¡ Estas revistas universalistasde la burguesíaespa-nola responden,en primer lugar, a unaexigenciacuan-titativa en cuanto que aumentaconsiderablementeelnúmero de lectores—La América, como demostrare-mos másadelante,lograunadifusión extraordinaria—,y en segundolugar a una exigencia cualitativa> dadoqueel lector, burgués,cosmopolita,curioso, tiene avi-dez de una información universal y un deseode sen-tirsecopartícipeen la tareade la unificación del mun-do. Un comunicadoa los suscriptoresde La Crónicade AmbosMundosexpresaestasexigenciasdel lector:«lasbarrerasqueseparabanantesa las nacioneshanaldo ya para la participación de los negociosy de la9.

industria y el comercio; en esta situacióna todos inte-resatenernoticia de todo» (26).

Tras La América, revista enciclopédica,dondehayartículos de política, administración,ciencias, litera-tura, artes,agricultura, comercio,industria, etc., estála clasemediaa la que dedicaPatricio de la Escosuraun encendidoelogio en el primer número de la revis-ta (27). Prototipode revista universalista,La América,

(24) Nelson Durán de la Rúa <9), págs. 227 y ss. Al nohaber consultado La América, Durán de la Rúa no llega adescifrarcompletamentelas motivacionesde esapolítica ex-terior extracuropeade la Unión Liberal.

(25) Periódico de ciencias, literatura, artes, industria yconocimientosútiles fue obra de dos empresarioscatalanes,José Gaspary José Roig. Hasta su desapariciónfue una re-vista ilustrada ejemplar.

(26) «Comunicado a nuestros suscriptores»,Crónica deambos mundos, revista universal, 4 enero 1862, año IV, nú-mero 71, pág. 1.

<27) Patricio de la Escosura,«Reseflade Europa»,La Amé-rica, 8 mano 1857, 1, 1, pág. 3.

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en los primerosaños de su existencia,disponede unaabundantered de corresponsales,unos cuatrocientos,en algunasciudadeseuropeasy en las principalespo-blacionesde Españay América, desde donde envíanunas correspondenciasque constituyen un materialextraordinarioparaconocerla situacióninternade lasdiversas repúblicashispanoamericanas(28).

2. EL PERFIL IDEOLóGIcO OB UNA TRIBUNA LIBERAL

Cabever a La América como unarevistahumanita-ria, librepensadorae internacionalista,hostil al tradi-cionalismo, al casticismoestrechoe intransigentey alultramontanismo defendido por los «neocatólicos»,siguiendo la definición realizadapor López Morillasde las revistascreadaspor la burguesíaespañolaen-tre 1865 y 1880 (29), de las que es un extraordinarioprecedenteLa América.

La pugna ideológica entre liberales y absolutistas,defensoresdel hoy y del ayer, de la modernidady dela tradición se manifiesta en múltiples ocasionesenlos primeros mesesde la Españade 1857, en plenogobiernoreaccionariode Narváez(30). Un eco más deesta lucha se manifiestaen la opinión pública al na-cer La América. Los periódicos liberales saludan supresenciacon alborozo.El diario El Criterio, por ejem-pío, no duda en considerarlacomo «el mejor perió-dico que con nombre y carácterespañolha salido de

(28) Ver, por ejemplo, la carta de uno de los correspon-sales de la revista en Chile, fechada el 12 noviembre 1857,La América, 24 enero 1958. 1, 22, pág. 4.

<29) J. López-Morillas,El krausismoespañol.Perfil de unaaventura intelectual, 1980, págs. 187-188.

(30) Ver, por elemplo, la polémica que se entabla du-rante enero de 1857 entre los periódicos liberales, como elNorte Español,el Diario Español, La Discusión, y los antili-beralescomo La Esperanza,acercade la Historia del reinadode Carlos III de Antonio Ferrer del Río.

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Europa para el Nuevo Mundo». La voz discordanteprocededel diado absolutistade BarcelonaLa Espa-ña Católica. Para este periódico neocatólicoLa Amé-rica no tiene posibilidadesde realizarsu objetivo deestrecharlos lazoscon los estadoshispanoamericanosporque la tarea de hermanarlos interesesde Españay de América debe ser una obra tradicional, cuandolos redactoresde La América son conocidospor suantitradicionalismoy sus compromisoscon la evolu-ción de 1854. La América, en su respuesta,se enorgu-llece de su identificación con la Españade «hoy» yreplica con las siguientespalabras:

«No por medio de nuestrastradiciones, por glo-riosas y respetablesquesean,conseguiremoslevan-tar el nombre español del descréditoen que yacepostradoen las regionesdel Nuevo Mundo, sino pormedio de nuestrosrecursosactuales,de nuestrapo-lítica, de nuestra literatura, de nuestrasartes, detodoslos elementosmoralesy materialesque cons-tituyen nuestracivilización... Los pueblosno existensolo en el pasado,y nosotrosqueremosque influyaen América la Españanuestra,la que vive en larealidad, no la Españade ayer, la de nuestrospa-dres, la que vive en las páginasde la historia»(31).

Esta batalla dialéctica nos introduce en una socie-dad caracterizadapor su dualidad ideológica repre-sentada,segúnla aguda observacióndel colaboradorde La América Antonio Flores, por la contraposiciónde dos bebidasde civilización en los gustos de losespañoles.Es la pugnadel té y el chocolate:

«Estosdosnombreshanvivido por espaciode mu-chos años enteramenteseparados,sirviendo cadauno de ellos de banderade guerra a dos distintosbandos sociales,a dos grandespartidos políticos ya dos irreconciliablesescuelasfilosóficas..- El té yel chocolate,o como si dijéramos, la civilización y

<31) «Juicio de la prensa respectode La América», Lo

América, 24 marzo 1857, 1, 2, pág. 10.

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el oscurantismo,la libertad y la tiranía, la soberaníanacionaly el poder absoluto»(32).

En La América se aglutinan los hombresamantesdel té de la Españade 1857.

En los sumarios de los dos primeros números dela revista (33) encontramosla presenciade: ex mi-nistros del bienio, como Patricio de la Escosurao Lau-reano Figuerola; miembros de la Juventud Democrá-tica (34) —grupo generacionalque se formó duranteuna reunión electoralen el Teatro Real el 25 de sep-tiembre de 1854— como los redactoresdel diario LaDiscusliin, Emilio Castelar, Cristino Martos, Manuel

- <32) Antonio Flores, «Cuadro.El té yel chocolate»,La Amé-rica, 27 diciembre 1862, VI, 20, pág. 16.

(33) Sumario núm. 1:«América», Emilio Castelar.—«Reseflade Europa», Patricio

de la Escosura.— «Cuestión de México», Cristino Martot—<Descripciónsumariade la repúblicade México», José Gimé-nez-Serrano.—«Reformaarancelariaen Ultramar», José Gi-ménez Serrano.—.cLaPuerta del Sol», Antonio Flores.—«Sinó-nimos castellanos»,Manuel Bretón de los Herreros.—«Críticaliteraria», «La Desvergilenza»,José Amador de los Río&—«Correspondencia».—«Revistamercantil y económica de am-bos mundos».—«Revistade la quincena»,Nemesio Fernández-Cuesta.—«Noticiasgenerales».—«Mássobre México»—«Adver-tencias».

Sumario núm. 2:«Nuestro pensamiento»,Eduardo Asquerino—«Sueltos».—

«Reseñade Europa»<continuación),Patricio de la Escosurt—«Población y superficie de la España»,LaureanoFiguerola—«De la administración españolaen las provincias de Ultra-mar», JoaquínMaldonadoy Macanaz.—«Losversos de encar-go», Ventura Ruiz Aguilera.—«Historiade un hombre contadapor su esqueleto»,Manuel Fernándezy GonzAlez.—«Juiciodela prensa respectode La América».—«Bosquejoeconómicoyestadísticode la repúblicade Chile», JoséGiménez-Serrano—«Necrología: D. Manuel José Quintana», Antonio Ferrer delRío.—«Revistaextranjera», Patricio de la Escosura—«Cues-tión de México»—«Revistade ambos mundos».—«Revistadela quincena»,Nemesio Femández-Cuesta—«Agencia».—«Suple-mento. Reseflahistórica y explicativa de los sucesosde Mé-xico».—«Correspondencia».—«Secciónoficial».—«Noticias gene-rales».

<34) Obras escogidas de Emilia Castelar.Prólogo de An-gel Pulido. Madrid, 1921, págs. 30-34.

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Ortiz de Pinedoo NemesioFernández-Cuesta,y el mis-mo director-propietario de la revista, EduardoAsque-nno; economistalibrecambistas,integrantesde la So-ciedad libre de Economía Política como José Gimé-nez Serrano, Manuel Colmeiro, LaureanoFiguerola,sociedada la que pertenecetambién EduardoAsque-nno (35); representantesde la «intelligentsia»liberalcomo los escritores Antonio Flores, Manuel Bretónde los Herreros, Ventura Ruiz Aguilera, Manuel Fer-nández y González o los historiadoresJoséAmadorde los Ríos y Antonio Ferrer del Río.

Atendiendo a esta tipología de colaboradorespo-demos afirmar que «La América» es una empresapro-tagonizadapor políticos de los partidos progresistay demócrata,en los quemilita EduardoAsquerino(36),y por librecambistasde la Sociedadlibre de Econo-mía, defensoresde los interesesde la burguesíaco-mercial española.

Coincide la apariciónde La América conunatrans-formación ideológicaen e! senodel liberalismo avan-zadoespañol,pues la experienciadel bienio habíade-mostradoel vacío doctrinal de su principal organiza-ción política, el partido progresista.Este rearmeideo-lógico suponeel fortalecimientopaulatino a lo largode la década 1857-1868 del liberalismo democrático.Hacia 1857 (37) empezócon fuerza incontenible la re-visión democráticade los principales liberales de lasoberaníay del sufragio y la defensaa rajatabla delas libertadesindividuales. A partir de 1857 el libre-cambismo,el krausismoy la democracia,corrientes

(35) El Economista,20 febrero 1857, tomo II, pág. 76.(36) El 12 de noviembrede 1858 La Discusión recomienda

el Diccionario democráticoespañolen el que colaboran,entreotros: EduardoAsquerino,Roque Barcia, Calixto Bernal, Fé-lix Bona, Sixto Cámara, Emilio Castelar,Nemesio Fernández-Cuesta, etc. El 25 septiembre1868 es elegido miembro delcomité central del partido progresista,donde militaba su her-mano Eusebio.Eduardo Asquerino es un personaje•fronte-rizo» entre los dos partidos demócratay progresista.

(37) Rafael María de Labra (7).

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de pensamientohasta entonceslatentes, se hicieronpúblicos por medio del mitin, de la prensa, de lacátedra,aprovechandoque a partir del 15 de octubrede ose año, con la caídade Narváez,«la política seemancipay se robustece»(38), y que a partir de me-diados de 1858 la Unión Liberal emprendeun experi-mento de modernizaciónpolítica, presididopor el es-píritu de tolerancia (39).

Dos testimoniospresentoa continuación,de inte-rés paraconocerpormenoresde esta campañademo-crática y del papel desempeñadoen ella por La Amé-rica.

En 1860, en unos momentosdifíciles para el par-tido demócrataespañol,al iniciarse la polémica entreindividualistasy socialistasque años más tarde pro-dujo la escisióndel partido (40), el liberal neograna-dino JoséMaría Samperescribe desde Londres unasingular carta al patriarcade la democraciaespañolaJoséMaría de Orense,publicadapor la revista krau-sista La Razón. En ella, este colaboradorde La Amé-rica realiza una serie de reflexiones,propiciadasporel viaje querealizó por tierrasespañolasen 1859, quenos permiten conocerla imagen de Españade un li-beral hispanoamericano,y se lamentade la debilidadde la democraciaespañolapor su división en las si-guientessectas:

«— La de los políticos, representadapor La Discu-sión y El Pueblo,y no pocasvecespor La Amé-rica (subrayadonuestro), y por los escritosdelos militantes como Orense, Rivero, Garrido,Fernández-Cuesta;

— La de los filósofos, que tiene su templo en elAteneo de Madrid y está reflejadaen los escn-

(38) Cristóbal de Castro,Antología de las Cortes de 1859a 1863, pág. 11.

(39) 14. Durán de la Rúa (9), introducción de StanleyG. Pavne,pág. 9, especialmente.

(40) Antonio Eiras Roel, El partido demócrata español(1849-1864), 1961.

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tos y discursos de Castelar, Canalejas,Alzuga-ray, Morayta y otros miembros del Ateneo.

— La de los economistas,que se manifiestanprin-cipalmente en la Asociación para la reformaaduanera,sectaen que brillan talentosmuy dis-tinguidos como el de un Félix de Bona, un San-romá, un Carballo,un Rodríguez,y tantosotrosque tan dignamenterepresentanen Españalasdoctrinas de la ciencia económica»<41).

Sin embargo,no hay una separacióntan tajanteentre las diversasescuelasenumeradaslíneasarriba.La Razón, a travésde una nota de su redacción,ad-vierte que las diferenciasentre filósofos y economis-tas son inexistentes,como lo prueban los númerospublicadospor la Revista (42)- Asimismo en los pri-meros volúmenesde La América confluyen krausis-tas, como Franciscode Paula Canalejas,el principaldiscípulo de Sanz del Río, librecambistascomo Félixde Hona y demócratascomo Castelaro NemesioFer-nández-Cuesta(43).

El segundotestimonio correspondea Labra, granhistoriador liberal y fecundo americanista,quien alhacerla historia del Ateneo de Madrid enumeralosinstrumentos de la gran campañademocráticaquerevitalizó el panoramacultural españoldurantela épo-ca de la Unión Liberal y preparóel advenimientodela revolución de 1868, de la siguientemanera:

«La democraciase agrupaba.-. y conseguíaarran-car de los tribunales de justicia la legalidadde suprograma...A poco comienza Castelar...una admi-rable peregrinación por provincias. Gómez Marín,Cuesta,Martos y Pi hacende La Discusiónuna tri-buna, Carrascóny FernandoGonzález escribenLaDemocracia, Canalejas, La Razón, el infortunadoAngulo Herediay el modestísimoCalixto Bernal, la

(41) «La democraciaespañola»,carta de José María Sam-per a José María de Orense,Londres, 18 diciembre 1860, LaRazón, abril 1861, tomo II, núm. 3, págs. 223-241.

<42) Id., pág. 227.(43) Véase,porejemplo,el sumariodel núm. 12 delañoIII,

correspondienteal 24 agosto 1859.

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RevistaHispanoamericana,García Ruiz, El Pueblo,y el espíritu democráticollega a salpicar las colum-nas de El Contemporáneo.

ApareceentoncesLa América, palenque abierto atodaslas tendenciasdel espíritu liberal y dondebajola advocacióndel porvenir, que en el Nuevo Mundose preparabaun altar, luchan Galiano y Mora, yCueto y Borrego, y los hombrestodos del pasadocon una juventud llena de vida y esperanzas.

Abrénseen la Carrera de San Gerónimolas salasde la «Sociedadlibre de EconomíaPolítica», alcázardel puro individualismo.

Créaseen la calle de Cañizaresel Círculo filosó-fico, cuna de la crítica filosófica-religiosa, y en elpatio de la Bolsa comienzan los grandes meetingsde la Sociedadparala reformade los aranceles»<44).

Estos dos colaboradoresde La América nos ofre-cen dos visionesde ella y nos la enmarcanen su con-texto histórico situándola en una amplia acción polí-tico-intelectual del liberalismo avanzadoespañol,

Samperve La América, desdeun punto de vistarestrictivo, en su dimensión de instrumento políticode la democracia.Labra, con un punto de mira am-plio; la considerauna gran tribuna donde coexistentodas las tendencias del espíritu liberal y todos losliberales,desdelas figuras ya consagradasa los jóve-nes. De estos jóvenes Labra señalaen otro lugar desu ingenteobra que desde 1857 casi no habíandejadopasar un día sin defenderlas libertades individualesdesdeun punto de vista francay, aveces,utópicamen-te radical (45).

Ambas visiones se complementan.Así en La Amé-rica hay que ver tanto una expresióndel liberalismoespañol progresista-democrático,como una platafor-ma del americanismoliberal español.Desdecualquierperspectivaque se la contemplehay que considerar-

<44) Rafael Man a de Labra, La cultura superior en Es-paña. El Ateneo, 1835-1905 Notas biográficas, 1906, pág. 29.

(45) Rafael María de Labra <7).

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la, como reconoceGómezAparicio, «una de las másimportantes revistas del siglo xix» (46).

Asimismo La América puedeserdefinida como unaaventura intelectualprotagonizadafundamentepor losintegrantesde «la generacióndemocráticade 1868»,enacertadaexpresiónde VicensVives (47), de tal maneraque la misma historia de la revista se asemejaa unaexistenciabiológica: el orto de la publicación se co-rrespondecon los ímpetuscreadoresde los jóvenesdemócratas,su ocaso sobrevienecon la desapariciónde sus promotoresen la décadade los 80. Pero estarevista no es sólo un medio de la «generacióndemo-crática de 1868» y un instrumento para su conoci-miento, sino también «un espaciogeneracional»,con-cepto definido por Tierno Galván(48) como el tiempode unoscuarentaaños—La América tiene una existen-cia de treinta añosaproximadamente—en que convi-venlos miembros de tresgruposgeneracionales.A losjóvenesy viejos liberales,colaboradoresde los prime-ros númerosde La América, representantesde la ge-neraciónrománticacomo Alcalá Galiano o JoséJoa-quín de Mora (49), y de la generacióndemocráticade1868, cabríaañadirun tercer grupo generacional,queinscribesus nombresen la última etapade la revistaentre 1879-1886, representadoentre otros por MiguelMoya, Clarín, Antonio Machadoy Alvarezy JoséMartí.

De las filas del liberalismo avanzado,en las quese encuadranlos redactoresy la mayor parte de loscolaboradoresde La América, surge una intensa pre-ocupaciónpor las cuestionesamericanasa lo largo de

<46) Pedro Gómez Aparicio, Historia del periodismo es-pañol, vol. II. Desdela Gacetade Madrid (1661) hastael des-tronamientode Isabel II, 1967, pág. 482.

<47) Jaime Vicens Vives, «Burguesía, industrialización,obrerismo»,pág. 238, 315 en tomo V de la Historia social yeconómicade Españay América dirigida por él, 1974.

<48) Enrique Tierno Galván, Costa y el regeneracionismo,1961, pág. 11, citado por Tufión de Lara, Medio siglo de cul-tura española (1885-1936), 1977, pág. 17.

<49) Sobre José Joaquín de Mora, ver Luis Mongufo,Ji. J

05é Joaquínde Mora y el Pera del Ochocientos,1967.

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la segundamitad del siglo xix. ¿Cuál es la razón deeste hecho?Ruiz Zorrilla en un discursopronunciadoen la Tertulia Progresistaa principios de 1873 expli-caba que la preocupaciónamericanaexistente en elpartido radical, de la que se congratulaba,se debíaa que integrabansus filas comercianteso industriales,quehabíanvivido o teníanfamilia en América (50).

Este interés por los asuntos americanosdel libe-ralismo progresista-democráticoo radical se manifies-ta en la creación de diversasrevistas americanistas:Revista española de Ambos Mundos (1853-1855), LaAmérica (1857-1886),Revistahispanoamericana(1864-1867), El Correo de España(1870-1872),Revistahispa-noarnericana (1881-1882).

3. UNA OFENSIvA AMERICANISTADE LA BURGUESÍA ESPAÑOLA

A lo largo del segundotercio del siglo xix las élitespolíticas españolasimpulsarondos estrategiasameri-canistasdiferenciadas.

Por un lado, las fuerzas socloeconómicasvincu-ladasal Antiguo Régimen>queparecíansufrir del «sín-drome de Ayacucho»,respaldaronduranteese periodounaestrategiade rechazoal nuevoorden de cosassur-gido de la emancipaciónde las repúblicas hispano-americanasy apoyaron fútiles accionesde reconquis-ta, partidariosdel uso de las armasen el tratamiehtode los relacioneshispano-americanas.De los defenso-res de esta estrategiade rechazosurgendiversos pla-nes para «monarquizar»América. La obra historiográ-fica de Mariano Torrente (51) es un claro ejemplo de

<50) Discurso de Ruiz Zorrilla en la Tertulia progresista,La América, 13 enero 1873, XVII, 1.

(SI) Mariano Torrente,Historia general de la Revoluciónmoderna hispano-americana,Madrid, 1829, 3 vols.

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la constelaciónde actitudesamericanistasde los sos-tenedoresde la estrategiade rechazo,que política-mentefue mantenidapor el tradicionalismoy el mode-rantismo.

Por otra parte, la burguesíacomercial y las fuer-zas del liberalismo avanzado dedicaron sus energíasa alentar,apoyarfundamentarunaestrategiade apro-ximación a la nuevarealidadamericana.Los esfuerzosde la burguesíacomercial en unaprimera fase se en-caminarona crearun estadode ánimo en la opiniónpública favorable al reconocimientode la emancipa-ción americana.JerónimoBéckerha resaltadoel papeldesempeñadoentre 1835-1836por las Juntasde Co-mercio en dicho proceso,deseosasen su mayoría derestablecerlas relacionescomercialescon los nuevosEstadoshispanoamericanos(52). En unasegundafase,en la décadade los 50, la estrategiade aproximaciónse fortalece.Las accionesde acercamientoa la nuevarealidad americana,tímidas en un primer momento,se transformanen unaofensiva en toda regla.

La burguesíacomercial alienta,impulsay estimulaen dichos años la creaciónen Españade diversasre-vistas americanistasy universalistasque desempeñanun papel fundamentalen el sostenimientode la estra-tegia de aproximación.

Entre el último trimestre de 1853 y fines de 1855se desenvuelvela existenciade la RevistaespañoladeAmbos Mundos, editada simultáneamenteen Paris yMadrid (53). Esta revista es el antecedenteinmediatode Lp América.

ti América es la manifestaciónmás elaborada,elcolofón de estaofensiva americanistaque desencade-na la burguesíaespañolaen los años 50 del siglo pa-

(52) lerónimo Bécker, La independenciade América. Sureconocimientopor España, 1922, págs. 136138.

(53) Consta la colección de la revista, que toma comomodelo a la revista europeamás acreditadade aquelenton-ces, la Revue des deux mondes,de 4 tomos de 0,172 m por0,102. Su director y promotor fue el umguayoAlejandro Cer-vantes Magarinos.

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sado,protagonizadapor comerciantes,diplomáticoseintelectuales.

Los unos fomentanlos vínculos materiales,favore-cidospor el avanceeconómicoquese producepor esosaños,sin precedentesen la historiamundial,queapro-xima a ambas orillas del Atlántico (54). Los otros, através de diversasmanifestacionesideológicas,se es-fuerzan por estrecharlos lazos culturales y elaboranla doctrina del panhispanismocon el fin de obstaculi-zar el expansionismonorteamericanopropiciado porla «Young America», grupo de presión y movimientoideológico del que se nutría ]a administración dePierce(55).

a) La estrategiade aproximaciónde la burguesíacomercial

El cambio de coyunturaeconómicahacia 1850 po-sibilitó en Hispanoaméricael surgimiento del ordenneocolonialal favorecerunanueva relación de las na-ciones hispanoamericanascon las economíaseuropeasmetropolitanas.La nueva coyuntura afectó a todo elespacioeconómicoatlántico e inclusoal áreadel Pací-fico debido a los descubrimientosde oro en Californiay Australia. Gracias a ella la economíametropolitanapudo cumplir, según Halperin Donghi, las funcionesque desdela emancipaciónsehabíanesperadode ella:proporcionarun mercadopara la produccióntradicio-nal hispanoamericana(productos tropicales como elcacao) y para un conjunto de producciones nuevas(como el guano)y ofrecer los capitalesque eran nece-sarios para una modernizaciónde las economíashis-panoamericanas(56).

La economíaespañolaparticipó en este estrecha-

(54) E. J. Hobsbawn,«El gran boom», en La era del ca-pitalismo, tomo 1, págs.45-72, 1977.

(55) 1-1. Portelí Vilá, Historia de Cuba en sus relacionescon los Estados Unidos y España, tomo II, pág. 21, 1969.

(56) Tulio Halperin Dongbi <16), págs. 207-208.

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miento de relacionesentreambasorillas del Atlántico,e intentó estar presenteen el surgimiento del ordenneocolonial.

El comercio exterior de Españase duplicó entre1852 y 1862 (57). Aunque la mayor parte de estos in-tercambiostuvieron una orientacióneuropea,no hayque minimizar la corriente comercial hispano-ameri-canaen esa décadacentral del siglo xix.

Graciasa una excelente«Memoria» elaboradaporJoaquínde Avendaño, cónsul de Españaen Guaya-quil, y publicadapor La América en diversasentregasa partir del 8 de abril de 1859 (58) conocemosZa in-tensidadde las relacionesmercantileshispano-ecuato-rianasentre 1853-1857.En estosaños,periodoquecon-siderodecisivo en la ofensiva americanistade la bur-guesíaespañola,el comerciode exportaciónespañolalEcuador experimentóun importante movimiento as-cendente(59). A su vez los datosacercade la exporta-ción de cacao,la más importantepartida que expor-taba Ecuador de tal maneraque su monto equivalíaa más de la mitad del valor total de las exportacionesecuatorianas,muestran a Españaa la cabezade lasnacionesque se proveían del cacaoecuatoriano,conuna gran diferenciasobreel restode los proveedoresde este producto,hasta el punto que importabamásque todas las otras nacionesjuntas (60).

La intensidad del comercio hispano-ecuatorianopudierapareceruna excepciónque confirmasela re-gla de la carenciao debilidad de las relacionesmer-cantiles hispano-americanas,teniendo en cuenta laexistenciade unas difíciles relacionesdiplomáticasen-

(57) 14. Durán de la Rúa (9), pág. 187.(58) Joaquín de Avendafio, «Memoria sobre el comercio

y la navegacióndel Ecuador con los demás países,y espe-cialmentecon Espafia, precedidade un bosquejodel estadofísico, agrícola e industrial de las diez provincias de la Re-pública»,La América, 8 abril a 8 juJio 1859, U, 3, 4, 5, 6, 7,8, 9.

(59) Id., La América, 8 junio 1859, III, 7, pág. 9, 1.’ col.(60) íd., La América,24 junio 1859, III, 8, pág. 8, 1. col.

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tre Españae Hispanoamérica.Sin embargo,un con-junto de datos permiten aseverarqueen la décadadelos 50 y primeros años de los 60 existió un incesantetráfico mercantilhispano-americano.Así, por ejemplo,del Perú, Españaimportaba guano en proporcionesconsiderables,según se aprecia en una Memoria en-viada por Moreyra, cónsul generaldel Perú en Espa-ña, a su gobiernoen 1857, y extractadapor EduardoAsquerinoen las páginasde La América, en la queseexponen las cantidadesde guano peruano importa-das por el puerto del Grao en Valencia desde 1848a 1856 (61).

La vitalidad del tráfico mercantil hispano-ameri-cano se plasmaen la morfología de La América. Ensus 48 númerosiniciales, correspondientesa sus dosprimeros años de publicación,encontrañiosotras tan-tas revistasmercantilesy económicasde ambosmun-dos, firmadas en su mayoría por el secretariode re-dacción,Eugeniode Olavarría.Asimismo, entrelos 24números iniciales se hallan 11 revistas comerciales.En estas revistas creadaspara facilitar informacióneconómicaa los lectoresy suscriptoresde la publica-ción aparecennumerososdatos acerca del comerciohispano-americano(62).

Esta intensificación de las relacionesmercantileshispano-americanasen la décadade los 50 es perci-bida y alentadapor los intelectualesorgánicosde laburguesíacomercial, que en sus escritosmuestransuadmiraciónhacia la actividad mercantil y elogian alcomerciopor facilitar el progresoy la fraternidadhu-manaal serun vínculo de unión de los puebloscomose manifiestaen el canto titulado «El Comercio»delpoema«La Desvergúenza’>,de Bretón de los Herreros,

(61) Eduardo Asquerino, «El guano: su importación enEspafia», La América, 24 agosto 1859, III, pág. 9, 3. col., ypág. 10, l. col.

(62) Ejemplo: José Lesén y Moreno, «Revista económicay mercantil del mes de mano»,La América, 8 abril 1861, V,3, pág. 8, 3.’ col.

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reproducido en las páginasde la RevistaespañoladeAmbosMundos(63).

A su vez, Jacinto Albístur, diplomático españolenel Río de la Plata durantelos años40 y 50, señalaenlas páginasde La América queel comercioes el ele-mentovivificador del espíritu americanoesencialmen-te positivo y democrático:

«El comercioes en efecto positivo y democrático.Donde quieraque extiendesu poderosaacción,siem-bra gérmenesde igualdad social. Constituid un pue-blo de comerciantes,y veréis cuálesson los títulosde distinción que en él prevalecen: veréis que sonel crédito, el capital, la inteligencia mercantil. Estoes lo que ha sucedidoen los puebloshispano-amen-canos.Las poblacionesmás importantesson centrosde comercio: este es el medio más conocidoy másgeneralde adquiriren ellos riqueza: a él se dedicancasi todos los extranjeros de mediana educaciónque arriban a sus playas» <64).

b) Una ofensivacultural: la formulacióndel panhispanismo

Si los comerciantesforman la vanguardiade laofensiva americanistaque emprendela burguesíaes-pañolaen la décadade los 50, detrásde ellos, auxilián-doles logísticamente,proporcionandoideas,se encuen-tran los intelectualesy diplomáticos que protagonizanuna«cruzadacultural», segúnVan Aken, caracterizadapor el desarrollode la doctrina del panhispanismoylos provectosdiplomáticos de crearunaUnión Hispá-nica (65).

(63) B. Bretón de los Herreros, «El comercio, canto delpoema inédito La Desvergilenza»,Revista españolade ambosmundos<R.E.A.Mfl, tomo 1, págs. 507-516.

(64) JacintoAlbistur, «Del porvenir político y social de laAmérica del Sur», La América, 8 octubre 1859, III, 15, pág. 6,1.’ col.

<65) Mark 1. Van Aken, Pan-hispanism, Its Origin andDevelopmentto 1886, Berkeley, 1959, chapterIX, ProjectsforHispanic Union (1848-1859), págs. 79-89.

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El movimiento ideológico del panhispanismoqueVan Aken analiza desdesus orígenesen la décadadelos 30, adquieresu madureza mediadosde los 50 ex-presándoseen las revistasamericanistasque surgie-ron en esos años. La América desempeñóun papelfundamental en la mencionada«cruzadau ofensivacultural. Para Van Aken, La América fue claramentela más importantee influyente publicación panhispa-nista del siglo xix. Bajo la hábil dirección de EduardoAsquerino tiene numerososartículos que contribuye-ron a definir y elaborar la ideologíadel movimientode la Unión Hispánica(66).

¿Espertinenteel concepto«panhispanismo»paracaracterizarla política americanaque se traza duran-te la épocade la Unión Liberal? Un texto de Navarroy Rodrigo,político unionistay biógrafo de O’Donnell,nos ofrece la respuesta.En él formula la siguienteteoría acercadel mecanismode funcionamientode lasrelacionesinternacionales:

«Los Estados,como los cuerpos celestes,ejercensobre los demáspueblosuna atracción que está enrazón directa de sus masas,ley que regula la armo-nía de las esferasy que ha sugeridoa la diplomaciamoderna la teoría brillante y devastadorade lasgrandesnacionalidadespararegular la armoníaen-tre ellas» <67).

A continuacióncita algunosejemplosque iluminanesta tesis, de los que el más esclarecedores el de laatracción ejercida por Rusia sobre los eslavos deOriente, porque utiliza el término de «imperio pan-eslavista»para denominarla gran unidad política aque daríaorigen dicho fenómeno,queutiliza como re-ferenteparaexplicar el procesode atracciónejercidopor Españaen el Nuevo Mundo en la época de laUnión Liberal. Aunque no lo explicita, el concepto

• (66) Id., pág. 92.(67) Carlos Navarro y Rodrigo, O’Donnell y su tiempo,

1869, pág. 189.

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«panhispanismo»subyace en los planteamientosdeuno de los rectoresde la política americanaunionista.

Ante las tendenciasexpansionistasde los EstadosUnidos (68), muchos españolese hispanoamericanosasumieron las ideas romántico-racistasdesarrolladaspor Gobineauen su obra «Essaisur l’inegalité des ra-ces humaines»,aparecidaen París en cuatro volúnie-nes entre 1853-1855,y se esforzaronen demostrarlaexistenciade unadialéctica racial en el Nuevo Mundoexpresadaen el enfrentamientoentre la raza latina

• y la raza anglosajona.Paralos panhispanistassólo elretorno a la solidaridadhispánicapodría «prevenirla

¡ aniquilación de la razaespañolapor los depredadores• anglosajones»(69). Se desarrollaentoncesel concepto

de la Hispanidad, la idea de que el mundo de hablaespañolaconstituíaunaespeciede cuernomístico delque Españaera cabezavisible, segúnexpresametafó-ricamenteDurán de la Rúa (70). Un conjunto de ar-tículos del dominicano FranciscoMuñoz del Monte,titulados«Españay lasrepúblicashispanoamericanas»,

¡ aparecidosen 1853 en la Revistaespañolade AmbosMundos y reimpresosen La América en 1857, consti-tuyen la primera elaboración sistemáticadel pensa-

iento panhispanista.Diplomáticos y publicistaspan-hispanistaselaboranunagranvariedadde planes,pocorealistas,para la formación de una Unión Hispánica:uno de ellos planteala necesidadde crear unaalianza

• militar o una Liga de nacioneshispánicas,otro propo--ne la creación de un gobierno internacionalo super-estadoque debíafusionar a los puebloshispanoame-ricanos en una nación y defenderlesde la amenazaIInorteamericana(71).

Simultáneamentea la fundamentaciónteóricay a

(68) M. J. Van Aken (65), chapterVII, The Yankee Me-nace (1845-1865), págs. 59-71.

<69) Id., chapterVIII, The solidarity of «Race»(1845-1869),págs. 72-79.

<70) N. Durán de la Rúa <9), pág. 272.(71) Por ejemplo, EduardoAsquerino(6), pág. 2, cols. 2-3.

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la formulación prácticade la Unión Hispánica,los in-telectualesliberales emprendenla tarea de combatirla LeyendaNegra, cuya persistenciaobstaculizabaelentendimientoentrelos dos bloquesculturalesrecorri-dos por el mismo idioma. A tal fin la Real Academiade la Historia convocóen abril de 1852 un certamensobre el tema «Examenhistórico-crítico del influjoquehayatenido en la población,industria y comerciode Españasu dominaciónen América», ganándoloellibrecambistay futuro colaboradorde La AméricaJoséArias y Miranda (72), cuyas ideasson retomadasen1857 en las páginasde La América por el también li-brecambistaMaldonado y Macanaz(73), futuro pri-mer titular de la cátedrade Historia y civilización delas coloniasinglesasy holandesasen el Asia y la Ocea-nia, obtenida tras una reñida y politizada oposicióncon Labra en 1871.

EduardoAsquerinodesempeñaun papel destacadoen la ofensiva americanistade la burguesíaespañolallevada a cabo durante los años 50 del siglo pasado.Exiliado político en México, donde entre 1852 y 1854editael periódicoEl Eco de España,regresaa la Pen-ínsula para participar en la Revoluciónde 1854 (74).El 27 de enerode 1855 es nombradoEncargadode Ne-gociosy Cónsul generalde Españaen la RepúblicadeChile, dondetoma posesiónde sus cargosel 5 de mayode 1855. En un año,puesel 24 de mayo de 1856 se en-cuentraen Nueva York de regresoa España,desplie-ga una incesanteactividad diplomática, elogiadaporCastelaren las páginasde La América (75).

CuandollegaEduardoAsquerinoa Santiagode Chi-le, esta ciudad era un importante centro intelectualdel liberalisflio hispanoamericano,dondelos miembros

(72) Véasenota <22).(73) 1. Maldonado y Macanaz, «De la administraciónes-

pafola en las provincias de Ultramar», La América, 24 mano1857. 1, 2.

<74) Miguel Moya <11).<75) Emilio Castelar, «La unión de Espafia y América»,

La América, 24 febrero 1858, 1, 24, pág. 10.

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de la «generaciónromántica” de 1842 llevabana cabosu labor de zapadel régimenconservadorportaliano.Muchos de estos liberales chilenos colaboraronen laspáginasde La América, especialmenteentre 1857-1860,periodode apogeodel diálogo iberoamericanoduranteel reinadoisabelino: JoséVictorino Lastarría,maes-tro de la mencionadageneracióny discípuloa su vezdel liberal españoly tambiéncolaboradorde La Amé-rica JoséJoaquín de Mora (76); Guillermo Matta, or-ganizador del partido radical chileno; JustoArteagaAlemparte,Alberto Blest Gana (77).

La segundaestanciade EduardoAsquerinoen tie-rras americanases un estímulofundamentalpara elnacimientode La América.

c) El inicio del reformismocolonia!

La ofensiva americanistade la burguesíacomercialespañolaen los años 50 no sólo tiene como objetivoestrecharlazos con las Repúblicashispanoamericanas—en 1857 sólo se manteníanrelaciones diplomáticascon nueveestadoshispanoamericanos—,sino lograr elmantenimiento bajo control español de la principalpieza de su sistemacolonial: Cuba.

Hacia 1854, mientrasla tiranía zaristabuscabasuexpansiónterritorial a costa de Turquía, los republi-canos demócratasnorteamericanos,aliados al partidoanexionistacubano,pretendíanhacer lo mismo a ex-pensasde España,la «Turquía de América’> (78). Sinembargo,con la revolución de 1854 surgea la faz unanueva Españamás dinámica,menos turcay más eu-ropea.Las energíasgalvanizadaspor las nuevasfuer-

<76) <49).<77) Por ejemplo, «Canto del poeta», Guillermo Matta;

La América, 1, 10, Lecturas popularessobre el obieto de laeducaciónsocial, José Victorino Lastarría, 1, 19, 20, 22; «So-ciedades hispano-americanas»,Justo Arteaga Alemparte, III,20; «Los cronistasde Indias»,Diego Barros Arana, V, 12, 13.

<78) Expresión utilizada por H. Portelí Vilá (55).

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zas sociopolíticasqueaccedenal poder permitencon-tenerel expansionismonorteamericanoy destruir losplanesdel anexionismocubano,a través de una nuevaestrategia colonial. El bienio progresistasignifica latoma de concienciaen la metrópoli de que la fórmulapolítica másadecuadaa aplicar en Cuba es la de «con-servar reformando». El venezolano,nacionalizadoes-pañol, Rafael María Baralt, uno de los «escritorestras-plantados>’en la terminología de Carlos María Rama,insta a realizar esa nuevapolítica a principios de 1855en laspáginasde la RevistaespañoladeAmbosMundos:

«¡Y... nosotrosaferradosa una política de neciastradiciones, y sin ingenio o valor para concebir yejecutar un sistema nuevo, conforme a las necesi-dades de la época, no hay forma que salgamosdelos hábitos de violencia, desconfianzay mezquindadque han caracterizadosiemprenuestra dominaciónen las Antillas! Cuba no puede salvarse sino pormedio de los mismos que quieren perderla: pormedio de sushijos, enemigoshoy de la tutela espa-ñola, y por medio de los norteamericanos,que hoyse afananen arrebatárnosla.Pero ¿cómo, se dirá,convertiremosen amigos a nuestros más implaca-bles adversarios?Abriendo de par en par las puer-tas del comercio de la isla a los unos, abriendodepar en par la puerta de la libertad a los otros. Lodemáses ilusión y demencia»<79).

Ese año el demócrataRivero, junto a otros dipu-tados, presentóa las Cortes un proyecto de ley sobrela necesidadde realizar en Ultramar las reformas po-líticas hechas en la Península(80). No se aplicaronestasreformasen Cuba>pero el nuevo capitángeneralJosé Gutiérrez de la Concha, de cuyo nombramientohizo una precisa valoración Carlos Marx en el New

(79) Rafael María Baralt, Revista política <R.E.AM.), III,pág. 692.

<80) Roberto Mesa, El colonialismo espanul en la crisisdel siglo XIX español, 1967, pág. 253, y Arthur F. Corwin,Spain and the Abolition of slavery in Cuba, 1817-1886,pág. 131.

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Itork Daily Tribune (81), realizó una labor político-

administrativatendentea suprimir el caráctercaóticoy despóticoquetenía la administracióncolonial, a lo-grar la asimilación legislativa de los cubanoscon lospeninsularesy a la pérdidade atribucionesde los mi-litares en las tareas de gobierno colonial, como seapreciaen los realesdecretosde 17 y 22 de agostode1854 y 30 de enero de 1855. El librecambistaMaldo-nadoy Macanaz.en unos artículossobre la adminis-tración españolaen las provincias de Ultramar publi-cadosen las páginasde La América en 1857, elogia lapolítica emprendidapor 1. de la Conchaduranteel bie-

• nio progresistay consideralas medidasadoptadasporel capitángeneralfundamentalesparalograr la asimi-lación de los criollos por parte de España(82), política«asimilista»que fue suprimidapor el liberalismoavan-zado españolcuando las Cortes Constituyentesacor-daron por 90 votos contra 65 no admitir en su senoa los diputadosde Ultramar. Una manifestaciónmásde la nuevapolítica colonial alentadapor J. de la Con-cha fue la publicación por parte de éstede las memo-rias de su gobierno,que aparecieronen las páginasdeLa Américadurante1860(83). Parael economistalibre-cambista Sanromá,las Memorias de J. de la Conchapusieronde moda en Españalos problemasrelativos

• aCuba.En ellas se encontrabael legítimo juicio de re-sidencia,con lo que se convertíanen un freno automá-tico «paracontenerdentro de moderadoslímites cier-tos ímpetusde autoridadsobradamenteacreditadosenaquellaslejanastierras’> (84).

Los librecambistasespañolespresionaron,siguien-do la solicitud hechapor Baralt, paraque se abrieranlas puertasdel comercio en Cuba a los EstadosUni-

(81) Marx-Engels, «La revolución en España»,Artículos.1974. Moscú, pág. 97.

(82) J. Maldonado Macanaz <73).(83) 3. de la Concha, «Memoria sobre la isla de Cuba»,

La América, IV, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24; vol. V,2,3; VI, 1, 2, 5, 6, 7.

<84) José Sanromá,Mis Memorias, vol. II, 1894, pág. 318.

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dos. El joven catedráticoy librecambistagranadinoJoséJiménez Serrano publica en las páginas de LaAmérica en 1857 unos excelentesartículos acerca dela reforma arancelariaen sus relacionescon los pro-ductosde Ultramar, dondeplanteala necesidadde quese rebajenlos derechosde importación quepaganlasharinas norteamericanasen Cuba y Puerto Rico (85)-Esta demandase habíapropuestocon insistenciaenla Sociedadde Economíapolítica de Madrid, de la queJiménezSerrano era un activo miembro,aquel añode1857 con motivo de un debatesobre la crisis de sub-sistenciasque azotabaa España(86). Para los libre-cambistas,la responsabilidadde la crisis agraria sedebía, entre otras razones,al sistema proteccionistade la economíaespañola,del que se beneficiaba laburguesíacerealistacastellana.El socioRodríguezCón-sul presentópara serobjeto de examenunaexcelenteponencia,en la que manifestaba:

«Los esfuerzosintentadospara protegerlas hari-nas de Castilla está causandomales irreparablesalTesoroy al comercio, forzandoel consumode Cubay empobreciendolas demás provincias de la Mo-narquía...Lo dicho pruebaque los interesesde losproductorescastellanos y extranjeros, los de losconsumidoresde Cuba y las rentas del Estado sehallan en contradiccióny lucha permanente»<87).

Los miembrosde la Sociedad,al finalizar el deba-te, decidenproponeruna reformaen los arancelesdeCuba que persiguieralos siguientesobjetivos: dar ungran ensancheal comercio angloamericanocon Cuba,con lo que se removeríanmuchastrabas y se rebaja-rían los exorbitantesderechosimpuestosa la bandera

<85) JoséGiménezSerrano,«De la reforma arancelariaensus relacionescon la producciónde las poblacionesespañolasde Ultramar», La América, 8, 24 marzo 1857, 1, 1,2 y «Refle-xión sobrela convenienciade que se rebajenlos derechosdeimportación que pagan las harinas en Cuba y Puerto Rico»,La América, 24 abril y 24 junio 1857, 1, 4,8.

(86) Nicolás Sánchez-Albornoz<8), págs. 27-68.(87) El Economista,II, 1857, págs. 101-102.

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españolapor los EstadosUnidos (adondese exportangran cantidadde vinos españoles)como represalia,asícomo establecerla armoníaentre los dos continentes,que la fatalidad y la imprevisiónhabíanhecho desapa-recer(88).

El reformismo colonial alentado durante el bienioprogresista facilitó la aproximaciónentre criollos ypeninsulares,a lo que contribuyó el definitivo fracasodel frente anexionistacubano-norteamericanodespuésde haber sido abortadala conspiraciónantiespañoladirigida por Pintó en 1855. A la resoluciónde la crisiseconómicaqueafectóa Cuba en 1857, que se inscribeen la crisis capitalistageneralde aquel año,contribu-yeron codo con codo peninsularesy criollos, comer-ciantesy hacendados,hecho al que concedióJ. de laConcha un especial valor político (89). La burguesíacriolla inicia una estrategiareformista,como subrayael biógrafo de Saco Moreno Brito (90). Se configuraunaalianzaentrelos criollos cubanosy el sectorlibre-cambistadel liberalismo avanzadoespañol,de la quehay abundantísimostestimoniosen las páginasde LaAmérica. En efecto, esta revista se convierteal pocotiempo de suapariciónen la voz del partido liberal re-formista cubanoen la metrópoli, sedifunde considera-blementeentrela poblacióncubana(91) y se convierteen el máximo exponentede la política reformista co-lonial que impulsa la opinión pública del liberalismoavanzadoespañolanglófilo en la época de la UniónLiberal y que los gobernantesunionistas intentaránllevar adelanteentre 1858-1866, fracasandoen su em-peño debido quizás a los interesesantagónicosentre

(88) Id.(89) José de la Concha,Memoria dirigida al capitdn gene-

ral Serrano, Madrid, 1861, págs. 65-66.<90) Eloy G. Moreno Brito, JoséAntonio Saco: su influen-

cia en la cultura y en las ideaspolíticas de Cuba, 1950, pág.94.(91) Segúnmis estimaciones,tieneen las Antillas en mayo

de 1863 21.750 suscriptores,aproximadamente.Ver, para unanálisis más exhaustivo,tesis de licenciaturade Leoncio Ló-pez-Ocón.Universidad Complutensede Madrid, 1981, vol. 1,págs. 133-138.

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la burguesíaproteccionista—la cerealistacastellanay la textil catalana—y la librecambista,como la vi-nícola bajoandaluzay la comercialmadrileña(92). LaAmérica se convierte desdeel inicio de su publicaciónen un cualificado portavozde las aspiracionescolonia-les de estasdosúltimas.

Al hacerun balancede la ofensiva americanistadela burguesíaespañolaen los años50 del siglo pasado,dos observacionesinteresa realizar:

1) CuandoLabra afirma que La América fue enlos primeros años de su historía un palenqueen elque lucharon los hombresdel pasadocon una juven-tud llena de vida y esperanzas,bajo la advocacióndelporvenir que en el Nuevo Mundo se preparabaun al-tar, segúncitábamospáginas atrás> hace sin lugar adudasunareferenciaa la acciónamericanistade Emi-ho Castelardurantela última décadadel reinadoisa-belino-

Es el joven Emilio Castelar,ganadorde la cátedrade Historia crítica y filosófica de Españade la Uni-versidadde Madrid en diciembrede 1856. quien a par-tir del primer número de La América empiezaa di-fundir la idea, desde un planteamientohegeliano,dequeAmérica era el continentedel porvenir y la tierrade la libertad.

«La apariciónde Américaen la historia--, es acon-tecimiento de tanta y tan portentosamagnitud,quecambia todas las relacionesde la vida europea.LaEdad Media se empeñaen llevar su idea fuera deEuropa...y pone susojos en la región de lo pasado,en el Asia... (que) aunquese empeñanlos reyes enlo contrario, es el mundo de lo pasado,de la teo-cracia, de la autoridad. ¿Dóndeestá el mundo delprogreso,el mundode lo porvenir? En América.

(92) Sobre la burguesíacomercialmadrileña,ver A. Baha-monde y J. Toro, Burguesía,especulacióny cuestiónsocial enel Madrid del siglo XIX, 1978, pág. 71.

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Américaes el espaciode la nuevaidea, el templodel hombre emancipado,el mundo puro inocente,quenacía,nuevoedén,para albergarla libertad»<93)-

El pensamientoamericanistade Castelar,manifes-tado fundamentalmenteen La América, influyó decisi-vamentea lo largo de la segundamitad del siglo xixen la imagen americanade la democraciaespañola.Explica la granluchasostenidapor el liberalismoavan-zado españolen contra de la intervención en México.Ideas castelarinasorientan la gran obra histórica deljoven demócrataaragonésPedroPruneda,su discípulointelectual, acerca de la guerra de intervención fran-cesaen México (94).

El hecho de que el desarrollode los sucesosame-ricanosen la décadade los 60 se produjeseconformea las previsionesexpresadasen La América y en supe-riódico La Democraciapermitió a Castelarmanifestaren el Congresode los Diputados el 21 de diciembrede 1872, en un extraordinario discursoen el que re-clamó la abolición de la esclavitud,lo siguiente:

«Podrá servir, y aún lo dudo, la escuelaconserva-dora para entendersecon las viejas monarquíaseu-ropeas; para entendersecon las jóvenes democra-cias americanassólo sirve la política democrática,la escuelademocrática»<95).

2) Son los librecambistas,portavocesde la bur-guesía comercial, la fracción burguesaque mantienerelacionesmás intensascon América, los más cualifi-cados representantesdel americanismoespañolde lasegundamitad del siglo XIX. Los más conservadoresde ellos, como Arias y Miranda, reflexionaron funda-

<93) Emilio Castelar,«América»,La América,8 marzo 1857,1, 1, pág. 1, col. 2-3.

<94) Vicente GonzálezLoscertales,«La historia de la gue-rra de México de Pedro Pruneda(Análisis historiográficodeuna protestaante la intervenciónfrancesa)»,Quinto Centena-rio, n. 1, págs. 77-97.

(95) Documentoparlamentario,La América, 28 diciembre1872, XVI, 24, pág. 10, col. 4.

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mentalmenteacercade los efectosnegativosque tuvopara la economíaespañola el mantenimientode unsistema proteccionistaen el comercio hispanoameri-cano durante la época imperial y combatieronconvehemenciala LeyendaNegra.

Los librecambistas de pensamientopolítico másavanzadose preocuparonprioritariamenteen cómoaplicar las libertadesfundamentalesal sistema colo-nial español: la libertad económica,la libertad polí-tica, la libertad de trabajo. Centraronpues susesfuer-zos en aplicar el modelo de la política ultramarinainglesa al sistema colonial español.En la décadadelos 60 serán conocidosen los ambientesintelectualesmadrileñoscomo «los canadienses”.A nuestramemo-ria histórica sólo ha llegado la figura de Labra, peroa su alrededorhay otras personalidadescomo Félixde lEona, cuya trayectoriavital nos es de gran interéspara conocer cómo se gestó y manifestó la alianzaque se establecióen la décadade los 60 entre la bur-guesíacriolla cubanay el liberalismo progresistade-mocráticoespañol,cuyo fracaso condujo al grito deYara, e indirectamenteal malogro de la revoluciónespañolade 1868. De estos librecambistas,que des-de 1864 cuando crean la sociedadabolicionista em-prendenuna extraordinaria lucha en pro del abolicio-nismo, surgeuna pléyadede especialistasen cuestio-nes ultramarinas que se expresanbrillantementeenlas páginasde La América.

En suma,el americanismodel liberalismoespañolquese manifiestaen La América tuvo unadimensiónno academicista,sino práctica,utilitaria. Américaparael liberalismo avanzadoespañolfue tema de inspira-ción en su lucha política contra las fuerzasconser-vadoras y reaccionarias.En este sentido se expresaun anónimo demócrataespañol:

«Paranosotros,los queconsagramosnuestraexís--tencia al triunfo de la- idea-democrática,la conductade Juárez es un estímulo y un ejemplo, una satís-

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facción y una enseñanzaque en vano hallaríamosen estavieja Eurona,dondela abnegaciónes escar-nacida, la traición premiaday el egoismo enalte-cido...» <96).

La América, como fuente histórica, ha sido pococonociday aúnmenos utilizada por nuestrahistorio-grafía. Estas páginaspretendensacardel anonimatoeste excepcional instrumento del liberalismo progre-sista democráticoespañol>fuente indispensableparael conocimientodel diálogo iberoamericanoduranteelsiglo xix, para hacerel seguimientode los esfuerzosreformistas del liberalismo avanzadoespañol en lacuestión colonial, y para mejor perfilar la evolucióncultural, política e ideológicade la Españaburguesaochocentista.

(96) La Democracia,5 agosto 1864, datotomado de la Me-moria de licenciatura inédita de PalomaCalle Rodríguez, ‘LaImagen del México de la Reformaen la opinión públicaespa-ñola», Madrid, 1982, pág. 81.

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