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Trabajo realizado como requisito para optar al título de magister en hábitat.
Aspirante: Jhon Villota Pantoja Arquitecto Director: Luis Fernando González Escobar Doctor en Historia Magister en Planeación Urbano Regional Arquitecto Constructor Maestría en Hábitat, septima cohorte Escuela del Hábitat Facultad de Arquitectura Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín 2016
Registro fotográfico Jhon Villota Pantoja
LO INFORMAL HABITADO
Variables de habitabilidad urbana y dimensión proyectual del barrio La Cruz en la ciudad de
Medellín.
Dedicatoria
Este texto está dedicado:
A los seres humanos que por voluntad propia habitan en el anonimato.
A los seres humanos que desde su dignidad no se dejan amaestrar.
A los seres humanos que a riesgo de perderlo todo no son venales.
……y a los pocos afortunados que carecen de valor comercial, porque resisten desde la negligencia del abandono y la desidia de aquellos que no los debían olvidar.
3
Agradecimientos
A Christopher Alexander por el modo intemporal.
A Leroi Gourhan por la exteriorización.
A Heidegger por el habitar.
A Ken Wilber por la totalidad.
A Luis Fernando González por su consejo y dirección.
A la familia por su paciencia.
A los amigos por su compañía.
A la Universidad Nacional, por todo.
5
Introducción
En la formulación de este ejercicio de investigación; en la
planeación y búsqueda de los enfoques teóricos y
metodológicos para su realización, una pregunta siempre
estuvo acompañando este desarrollo. En esta pregunta que
permanecía atenta a ser respondida y que involucraba la
informalidad y la habitabilidad como ejes de discusión,
radicaba la fuerza de lo que en el tiempo se convertiría en
el documento que hoy está en sus manos.
Responder a la(s) pregunta(s) por la habitabilidad de los
entornos informales, ¿qué y cómo se produce?, y ¿de qué
variables depende? implicaría hacer algunos esfuerzos de
orden intelectual, profesional y humano, pues sí por
definición la habitabilidad (eje transversal de la disciplina de
la arquitectura) es la capacidad que tiene un lugar para
permitir el despliegue de la vida, entonces era válido
preguntarse cómo se dará en los entornos informales,
puesto que a pesar de sus problemas e incertidumbres
constantes, la vida humana y todas sus expresiones afloran
por cualquier rincón, incluso más que en los entornos
6
formalizados. Para un arquitecto como yo, formado
académicamente bajo el paradigma del funcionalismo
moderno, romper determinadas estructuras éticas, estéticas
y académicas implicaría un desprendimiento casi total de la
disciplina que había terminado de estudiar para fijar ahora
una mirada atenta y aguda en el mundo de lo informal.
De esta manera el documento se constituiría de tres ejes
temáticos a partir de las cuales es posible responder la
pregunta por lo habitable de la informalidad. 1 //LO
INFORMAL HABITADO// porque desde un principio en la
maestría se consideró el habitar no como una particularidad
de la ciudad formal-planificada bajo los criterios de la
modernidad, sino como una práctica transversal al
desarrollo de la vida humana sin revestir un necesario interés
en el entorno físico en cual se produce. 2 //VARIABLES DE
HABITABILIDAD// partiendo de una primera hipótesis dónde
la habitabilidad se construye desde variables o conjuntos de
variables que el mismo lugar y sus habitantes producen. 3
//LA DIMENSIÓN PROYECTUAL// porque por fuera de
entender las variables determinantes de habitabilidad,
también representaba gran interés dilucidar cómo éstas se
producen, a qué modelo proyectual aluden y de que
depende su desarrollo como tal. No para ver en ellas falsas
poéticas, sino para darle voz a la proyectación de ciertos
7
elementos nacidos desde las raíces propias de la cultura
popular y que poco interés generan como objeto de estudio,
principalmente para la arquitectura.
Estos tres ejes temáticos dan forma a la estructura capitular
del documento pues éste se encuentra organizado de la
misma manera. En el primer capítulo se hace la
conceptualización de lo informal habitado, partiendo
inicialmente de una contextualización del estudio del hábitat
informal y por qué éste lo consideramos valioso y pertinente
como objeto de estudio. Los aportes del arquitectos Carlos
Torres Tovar1 principalmente en el contexto colombiano ha
significado un avance estructural para la configuración de
un marco teórico congruente de la informalidad.
Por su parte y para entender el hábitat y el habitar se han
tomado referentes como André Leroi Gourhan2 quién al
entender el despliegue de la vida como una exteriorización
técnica y estética de la misma, logra determinar lo que al
final serán las condiciones macro de cualquier sistema de
1 En, “Ciudad informal colombiana. Barrios construidos por la gente. Bogotá:
Universidad Nacional de Colombia. 2009” 2 En, “El gesto y la palabra. Caracas: Universidad central de Venezuela. 1971”
8
hábitat; y Martin Heidegger3, pues sus definición filosófica-
existencial del habitar se complementa con la antropológica-
biológica de Gourhan.
El segundo capítulo comprende la conceptualización de las
variables de habitabilidad. Para entender una variable en el
contexto del hábitat fue necesario y afortunado el encuentro
con la teoría del lenguaje de patrones de Christopher
Alexander4, pues desde un principio su teoría definió la idea
generatriz a seguir: una variable es equiparable a un patrón
y éste a la exteriorización propuesta por Gourhan.
Evidentemente Alexander no toma un patrón como una
variable y menos como una exteriorización, pero la
asociación a la que se llega en el desarrollo del capítulo
permite equipararlos y darles validez teórica.
Por su parte la habitabilidad viene sustentada
conceptualmente desde los manuales reduccionistas
propios del saber técnico de la arquitectura hasta los
aportes de intelectuales como el arquitecto Alberto
Saldarriaga5. La habitabilidad es un término complejo de
3 En, “Construir, habitar pensar. Martin Heidegger, Conferencias y artículos, Ediciones
del Serbal, España 1994” 4 En, “El modo intemporal de construir. Barcelona: Gustavo Gili. 1981” 5 En, “Habitabilidad. Bogotá: Fondo Editorial ESCALA. 1976”
9
estudiar pues como concepto no le es necesariamente
propio a la arquitectura; se incluyen así referencias
particulares de la astrofísica pues aportan elementos claros
a la construcción teórica, hechos que al final también hacen
parte de los hallazgos de la misma investigación. Variables
de habitabilidad, patrones de habitabilidad, exteriorizaciones
de habitabilidad, al final todo constituye ese conjunto finito
de reglas y utillajes de los cuales depende en un entorno
formal o informal el sano despliegue de la vida.
El tercer capítulo es doble, por un lado conceptual pues al
haber entendido lo informal, el habitar, los patrones y la
habitabilidad, es posible asimilar entonces la dimensión
proyectual: para ello la relación teórica planteada por Josep
Muntañola6 entre la poética, la retórica, y la dialógica del
lugar serán de gran interés puesto que suma a los
elementos para definir el por qué y el cómo de las
exteriorizaciones en el contexto que ofrece el hábitat
informal.
Por el otro lado en lo metodológico se ponen en
funcionamiento práctico las referencias teóricas para definir
finalmente el ¿por qué? y el cómo de la habitabilidad. Es
6 En, “Poética y arquitectura. Barcelona: Anagrama. 1981”
En, “Retórica y arquitectura. Madrid: Blume. 1990”
10
propio decir que la metodología se remite a enmarcar el
problema de investigación en el paradigma de la totalidad,
entendido a través de Ken Wilber7. Al ver el todo no en sus
partes, sino en la forma como se relacionan entre ellas
ayudó a entender que, finalmente, no es solo el patrón el
que interesa, sino la forma como se relaciona con otros
patrones, pues ahí radica el fundamento del hábitat como
la trama en donde se da la habitabilidad.
El tercer capitulo se considera así el mayor aporte al estudio
del hábitat, pues en éste se llega a la construcción de una
cartografía (a modo de instrumento) que da cuenta de las
interacciones entre patrones a través de acciones
relaciones. Hecho que además sistematiza y resalta las
principales evidencias del trabajo.
Con respecto al Barrio La Cruz es necesario advertir desde
esta introducción que éste fue principalmente un medio para
llegar a la formulación del instrumento cartográfico, y no se
puede tomar como un estudio de caso propiamente dicho.
Esto debido a varios inconvenientes que durante el ejercicio
no permitieron analizar y sistematizar la información recogida
en campo.
7 En, “Breve historia de todas las cosas. Barcelona: Kairós. 1996”
11
El barrio (ubicado en la comuna 3 Manrique) se toma
inicialmente como campo de trabajo por tratarse de un
barrio “joven” en el sentido que lleva poco más de 30 años
en su proceso de génesis y consolidación, razón por cuál
reúne de manera concreta las cualidades que queremos
estudiar. Es decir, contamos con un territorio abierto a
cualquier tipo de exploración investigativa en términos de
hábitat informal.
De las visitas y recorridos al barrio se puede decir que estos
más que académicos o profesionales fueron en realidad
personales, pues dejan en mí una lección sobre la gran
cantidad de posibilidades que tienen la informalidad como
objeto de estudio, pero también como proyecto de vida,
pues sus habitantes ven en cada crisis, falencia o
inasistencia, una nueva oportunidad de trabajo y superación
para ellos mismos, sus familias o sus vecinos. Este trabajo
está dedicado especialmente a ellos.
Para terminar, es necesario decir que en la escritura del
texto se ha procurado utilizar un lenguaje sencillo y fácil de
entender, alejado tal vez de los tecnicismos que muchas
veces dificultan la comprensión de las ideas que se
exponen. Fue pensado para el estudio de un público más
12
general, más abierto, más de un pregrado o más de la
misma comunidad dónde fue realizado.
Es claro que esta no es la primera investigación de su tipo,
es claro que tampoco será la última. Esperamos, a pesar
de ser esto una aproximación inicial se aporte a la
construcción de nuevos debates y se marquen nuevos
puntos de partida para consolidar los marcos teóricos y
principalmente los metodológicos en la intervención de los
hábitats populares de nuestras ciudades latinoamericanas.
La conciencia sobre su génesis, desarrollo y consolidación
no puede ser propia de técnicos o humanistas solamente;
los estudiantes de arquitectura o de construcción por
ejemplo deben ser conscientes del contexto en que deberán
trabajar. Para eso también ha sido escrito este texto.
El autor
13
Objetivos de la Investigación
Objetivo general
1. Comprender las variables físico-espaciales determinantes de la habitabilidad urbana del barrio la Cruz en la ciudad de Medellín y la dimensión proyectual del mismo en el proceso de construcción de un hábitat informal.
Objetivos Específicos:
1. Formular un marco conceptual y metodológico para identificar las variables de habitabilidad urbana del barrio la Cruz en la ciudad de Medellín.
2. Formular un marco conceptual y metodológico para comprender la dimensión proyectual del barrio la Cruz en la ciudad de Medellín.
3. Relacionar a través de cartografías de hábitat, las variables físico espaciales y la dimensión proyectual del barrio la Cruz en la ciudad de Medellín.
15
Justificación
La presente investigación se puede justificar por las siguientes razones:
Para la maestría en hábitat siempre ha sido una gran preocupación el tema de la informalidad, tal vez como problema pero más como una forma diferente de construir ciudad. La mayoría de sus investigaciones se han aproximado a este tema desde varios enfoques y metodologías y la que aquí proponemos es sólo una mirada adicional al vasto tema del habitar informal.
Para las condiciones actuales de Medellín e incluso del país, el tema de la informalidad es relevante como forma contemporánea de habitar. La evolución conceptual del término y las diversas formas de su tratamiento obligan a ahondar en los esfuerzos por entender e intervenir coherentemente esta complejidad.
Partiendo de entender que los barrios informales están contribuyendo en un porcentaje muy alto al crecimiento de nuestras ciudades, definir marcos teóricos y metodológicos adicionales para su entendimiento e intervención es una necesidad urgente tanto de la academia como de las instituciones estatales, pues como informales, la manera de ver la vida y entender la realidad se aleja del formato tradicional con el que regularmente se construye la ciudad.
16
Las capacidades, herramientas y metodologías bajo las cuales se construyen los barrios informales merecen ser reconocidas como formas propias de hacer ciudad y enriquecer la cultura. Si bien se dan bajo marcos de precariedad material, existen muchas facultades inmateriales que son susceptibles de ser aprovechadas en la construcción de un hábitat digno, justo y equitativo para la sociedad.
21
ÍNDICE
1. LO INFORMAL HABITADO .................................................. 25
LO INFORMAL .................................................................................. 27
Informal ............................................................................................. 31
El sentido de la ciudad informal. .......................................... 33
La ciudad informal y la economía informal; parte de una misma realidad. .................................................................. 35
Informalidad, ilegalidad .............................................................. 38
Dimensión física de la informalidad .................................... 40
Etapas en la construcción de la ciudad informal. ....... 44
Autoconstrucción e informalidad.......................................... 47
El modelo de ciudad ................................................................. 48
Informalidad no es sinónimo de miseria. .......................... 52
LO HABITADO .................................................................................. 55
El despliegue de la vida: exteriorizaciones técnicas y estéticas. ......................................................................................... 59
Exteriorizaciones técnicas y estéticas ............................... 65
Nivel Biológico ............................................................................... 68
Nivel técnico .................................................................................. 69
Nivel social ..................................................................................... 70
Nivel figurativo ............................................................................... 72
Nivel simbólico .............................................................................. 73
Hábitat como una pregunta tecnológica ......................... 77
Habitar como fundamento de una disciplina cómo la arquitectura. .................................................................................. 80
22
Heidegger y el habitar ............................................................... 81
2. VARIABLES DE HABITABILIDAD ........................................89
VARIABLES ......................................................................................... 91
Una variable .................................................................................. 95
Lenguaje de patrones: exteriorización técnica y estética de los hábitats informales. .................................... 97
Exteriorización técnica y estética de los hábitats informales: ..................................................................................... 101
HABITABILIDAD .............................................................................. 107
La idea de habitabilidad .......................................................... 111
Hábitat, arquitectura y habitabilidad ................................. 116
Escalas de interacción de la habitabilidad ..................... 119
La habitabilidad del individuo ............................................... 127
El papel del arquitecto en la construcción de la habitabilidad ................................................................................ 129
Construcción propia de la definición ............................... 132
3. DIMENSIÓN PROYECTUAL DEL BARRIO LA CRUZ137
DIMENSIÓN PROYECTUAL ...................................................... 139
La Poética .................................................................................... 145
La retórica.................................................................................... 147
Poética es producción como retórica es persuasión .......................................................................................................... 149
Mimesis .......................................................................................... 151
MARCO METODOLÓGICO ...................................................... 155
23
Aproximación a un lenguaje ................................................ 159
Cartografía de patrones ........................................................ 160
Aproximación metodológica a cartografiar ................... 167
Referente humano y metodológico: la obra de Simón Hosie ............................................................................................... 175
El contexto humano de Simón Hosie .............................. 179
La idea de lo ilógico en Hosie ............................................. 180
El paradigma de belleza en Hosie .................................... 183
Planos vivos, una herramienta para abordar y asumir la complejidad del hábitat ..................................................... 185
¿Qué es un plano vivo? ........................................................ 186
¿Qué elementos le constituyen? ........................................ 187
¿Qué ventajas ofrece un plano vivo? ............................. 189
CARTOGRAFÍA DE HABITABILIDAD ...................................... 191
La cartografía barrial ............................................................... 199
La representación .................................................................... 205
Aplicación de la herramienta ............................................... 212
Conclusiones a la cartografía ............................................. 219
Reflexión final de la arquitectura y la habitabilidad ... 221
Reflexión final del barrio y la informalidad .................... 222
4. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS................................... 225
27
LO INFORMAL
Hace algunos años, cuando casi todos los políticos y profesionales consideraban los asentamientos urbanos construidos por personas pobres como “tugurios”, “algo que ofende la vista”, “cáncer” y cosas por el estilo, dos ingleses se encontraban sentados sobre una colina mirando desde lo alto una gran barriada, o asentamiento de invasión auto-organizado y de rápido desarrollo, ubicado en las afueras de Lima, Perú. Uno de los ingleses era yo mismo, un arquitecto en el proceso de ser desescolarizado y re-educado al trabajar con estos constructores de ciudad. El otro era un Ministro del Gobierno Británico de visita... El trabajar con los constructores de la barriada me había enseñado mucho de lo que sé acerca de la vivienda y del desarrollo local, y había afirmado mi fe en las inmensas capacidades de la gente, por muy pobres que fueran. Ingenuamente esperaba que el Ministro se sintiera animado como lo estaba yo por la visión de tantas personas haciendo tanto con tan poco. Pero el Ministro estaba aterrado. El observaba la barriada como una inmensa invasión, que amenazaba a la propia civilización, mientras que yo veía un vasto sitio en construcción y una ciudad en desarrollo. (...) Algún tiempo después comprendí que lo que vemos depende de dónde estemos parados. Lo que una persona percibe como problema es la solución al problema de otra.
Turner (1972) citado por Puente Bustos (2003, p 2)
31
Según la Real Academia Española, (RAE, 2016) la informalidad se define como:
1. f. Cualidad de informal.
2. f. Acción o cosa censurable por informal.
La primera definición que aporta la RAE deja entrever que
el término no necesariamente carga una connotación
negativa. Una cualidad está definida por las características
o atributos naturales y adquiridos que distinguen a una
persona, a una cosa, o en nuestro caso a un concepto de
los demás. Esto nos lleva a pensar en ¿qué de lo informal
es válido cómo cualidad? y ¿por qué?
La segunda definición parece dura e innecesaria. Toda
censura incluye per se, supresión y exclusión del sistema
en el que pretendía funcionar. Sí de entrada se define la
informalidad como una cualidad, ¿por qué entonces
relegarla a una condición de censura?
Informal
Según la RAE (2016)
1. adj. Que no guarda las formas y reglas
prevenidas.
32
2. adj. No convencional.
3. adj. Dicho de una persona: Que en su porte y
conducta no observa la conveniente gravedad y
puntualidad. U. t. c. s.
4. m. y f. Perú. Vendedor ambulante.
Otras definiciones (wordreference, 2016) dicen:
1. adj. Que carece de formalidad.
2. f. Falta de respeto a las normas: su informalidad
ha provocado el retraso de todo el trabajo.
3. Falta de seriedad o protocolo: en este club no
se permite informalidad en la vestimenta.
4. Indumentaria que se usa más por comodidad
que por elegancia: una falda informal
Según estas definiciones, todo lo caracterizado de informal
es anómalo, digno de reproche y eliminación. Sin embargo,
la idea de ser algo no convencional y qué se usa más por
comodidad que por cumplir protocolos anticipa la
construcción de un significado muy diferente. Aquí la
definición etimológica, es decir, la que da cuenta del origen
e historia de las palabras determina un horizonte
completamente alentador de lo informal.
33
Según el diccionario etimológico de la Universidad Central
de Chile, (2016) la palabra informal está formada por raíces
latinas y significa “que no se apega a reglas prevenidas”
(párr.. 1). En un análisis más profundo del término, se
determina que está compuesta por el prefijo in (negación);
forma (figura o imagen); al (relativo a). Eso permite concluir
que lo informal es aquello que niega la forma.
De informalidad está lleno el mundo, esto ha derivado en la
construcción de diferentes categorías para su estudio y
comprensión de acuerdo al ámbito en el que se encuentre
relacionado: se habla de moda informal (vestuario),
comportamiento informal (normas de protocolo social),
economía informal (ventas ambulantes no controladas por
el estado, contrabando), ciudad informal (asentamientos
informales, invasiones, barrios autoconstruidos), etc. Es en
la última referencia donde naturalmente nos
concentraremos, intentando develar por qué la informalidad
niega la forma, en este caso, la forma de construcción de
ciudad.
El sentido de la ciudad informal.
Los barrios informales en la actualidad se han convertido en
un medio de expresión social y cultural por la forma -muy
34
distinta al resto de la ciudad- como se producen y
materializan. Se exhiben en ellos los procesos tanto
humanos como técnicos arraigados a los contextos locales
y cotidianidad de la vida en un lenguaje que muestra la
hibridación, transformación y dinámicas del habitar de los
espacios auto producidos. Cada una de estas expresiones
propias e interesantes de nuestros barrios captan la
atención del quién no es su habitante.
Es necesario, previo al abordaje temático de la informalidad
en las ciudades entender el concepto tal como lo propone
el arquitecto Torres Tovar (2009) “como realidad, como
término y como un asunto que se debe atender” (p.7),
partiendo del hecho que se alude a un fenómeno dinámico
de las dimensiones sociales, culturales, políticas,
económicas y urbanas que construyen la ciudad. Todas
estas dimensiones en su interacción hacen de la
informalidad un hecho controversial, llamativo e interesante,
pero que hablan principalmente de un trasfondo social que
vincula la percepción del uso inapropiado -por inseguridad
o ilegalidad- que de ellos se tiene. Estos temas son
necesarios para dar discusión y solución a esta realidad,
pues el desconocimiento de su complejidad como fenómeno
social puede negar o ignorar los beneficios que es posible
extraer si no se trata de la manera adecuada.
35
La informalidad, retomando a Torres (2009) “es un
fenómeno cuyas causas y consecuencias…. siguen siendo
objeto de estudio por parte de urbanistas, sociólogos,
etnógrafos, economistas y politólogos” (p. 7). No podrá estar
alejado de las condiciones de miseria, pobreza y exclusión
a las cuales se han sometimiento históricamente las
poblaciones más vulnerables, bien sea por la ausencia o
debilidad del gobierno o por las reglas que exige la economía
actual.
La informalidad en todas sus dimensiones (física, económica, política, etc.) como problemática de la ciudad actual es solo un referente tangencial que se trabaja a distancia y se trata de ocultar en su verdadera magnitud, generando grandes procesos de exclusión entre la ciudad informal y la ciudad formal, a pesar de que en ella coexisten dos modos de vida que interactúan, pero que se vuelven totalmente excluyentes, como el trabajo y el capital. Ello debido a que la ciudad informal es caracterizada por la ciudad formal y a que desde sus componentes reafirma una condición de exclusión. (Torres, 2009, p. 85)
La ciudad informal y la economía informal; parte de una
misma realidad.
La urbanización moderna en Colombia inicia con los
procesos de industrialización que las hoy principales
ciudades -Bogotá, Cali, Medellín, Barranquilla- empiezan a
36
asumir8 a finales del siglo XIX como un proceso hacia la
modernización y cuyos fenómenos en términos de hábitat
implicarían el arrastre masivo de población rural como mano
de obra a la naciente industria colombiana. A mediados del
siglo la acción se intensifica y con ello las ciudades
empiezan a transformarse de manera drástica e informal
pues las políticas de vivienda o de barrios obreros eran algo
que apenas se empezaba a institucionalizar como una
necesidad y los pocos proyectos existentes eran mínimos e
insuficientes para la cada vez mayor población migrante:
Los asentamientos de origen informal datan, en el caso colombiano, de finales del siglo XIX, pero cobran mayor relevancia tanto en cantidad como en variedad después de mediados del siglo pasado cuando se dinamizó el proceso de urbanización de las ciudades colombianas. (Torres, 2009, p 19).
Esto, sumado a la migración por las acciones de violencia
en el campo le darían forma inicial a los barrios informales,
pues si bien el acceso a un empleo formal o a la vivienda
8 Con el paso del siglo XIX al XX el territorio nacional se ve enfrentado al cambio de
formas de vida y de producción (coloniales) a unas nuevas formas con las que se
daría paso a la modernización de las ciudades y el país. Este cambio, que es más una
transición de lo uno a lo otro es posible en parte a la economía que genera la
exportación de café, el dinero recibido por la venta de Panamá, la sociedad burguesa
y la idea de una república unificada alrededor de la infraestructura y la industria como
entes modernizadores.
37
daban respuesta a las necesidades económicas y
habitacionales de los primeros migrantes, las oleadas que
vendrían después no contarían con tales oportunidades.
Ante tal panorama, y para el caso de Medellín, la única
respuesta la encontraron en las laderas, tierra de nadie que
podía ser ocupada de manera libre y cuyas lógicas de
sostenimiento económicas no vendrían de un empleo fijo,
sino de la informalidad como forma de producción
económica.
El origen del sector informal está en los migrantes rurales que no podían encontrar trabajo en el «sector moderno». Frente a la necesidad de sobrevivir deben desempeñar cualquier actividad que les permita obtener un ingreso. Estos migrantes, así como los que recién se incorporan al mercado de trabajo urbano, carecen de capital y de capacitación técnica. Por ello, las actividades que podrán realizar, determinan la primera característica del sector: la facilidad de entrada, por el poco capital comprometido y escasas habilidades exigidas. Esto a su vez determina que la división del trabajo sea rudimentaria. La principal característica de las unidades de producción del sector es que no se comportan como empresas típicamente capitalistas.
Sintetizando, para esta corriente, las principales características del sector informal urbano son: a) facilidad de entrada; b) poco capital; c) escasas calificaciones; d) rudimentaria división del trabajo; e) organización no capitalista de la producción (Galin, 1991, p. 46)
38
El hábitat y la vivienda informal se desarrollan como
consecuencia de este contexto económico. Este modelo de
urbanización que apareció como la respuesta a la
organización espacial y al desarrollo industrial de la época
no habla solo de una práctica espacial sino también de una
respuesta social a una crisis particular. Parafraseando a
Torres (2007), economía informal y hábitat informal
relacionan dos necesidades urgentes para cualquier ser
humano: la de producir recursos materiales con la fuerza
del trabajo y la de construir el espacio físico donde sea
posible esto último y la vida en sí misma.
Informalidad e ilegalidad
Como parte del ejercicio, es preciso tener clara la difusa
frontera que divide lo legal de lo informal, manteniendo
distancia lo uno de lo otro puesto que cada definición
representa un problema distinto en términos de ciudad. Dice
Torres, (2007):
Lo legal es entendido como lo convencional, como el Estado de derecho, lo reconocido institucionalmente como un hecho urbano construido. Por eso mismo, es una concepción irreal de la problemática urbana, pues no reconoce la realidad social como totalidad que se expresa en el territorio de la ciudad.
39
Lo ilegal se asume convencionalmente como lo que está fuera de la ley y el orden, es lo que transgrede lo normativo” (p. 66)
Es difusa la frontera porque romper la normativa legal -por
ejemplo, la que regula y controla las formas de
urbanización- no implica necesariamente hablar de
informalidad. Son varios los casos de construcciones en la
ciudad que, actuando bajo los marcos de la formalidad,
promovidas y gestionadas por empresas legalmente
constituidas, han roto la normativa para elevar el usufructo
del suelo, de los materiales de construcción, de los índices
de ocupación o los retiros de vías; eso sin embargo no les
quita la condición de construcciones formales. Equiparar en
una misma categoría lo informal con lo ilegal es un error,
son realidades distintas que, si bien se pueden relacionar o
incluso complementar, éstas no se producen o desarrollan
simultáneamente.
De esta manera las relaciones que se dan entre lo formal e
informal y lo legal e ilegal son múltiples: mientras una
construcción formal actúa en principio desde la legalidad,
puede fracturar ciertas normas para conseguir un objetivo
común, luego puede ser formal-legal o formal-ilegal. Por su
parte la informalidad si bien puede partir de lo ilegal por
lesionar de entrada la normativa, en el tiempo se puede
40
legalizar a través de gestiones administrativas regulatorias
una vez se cumplan ciertos requisitos.
Formal____Legal____Un control inicial por parte del
estado.
Formal____ilegal____Una acción premeditada por
parte del promotor.
Informal____ilegal____Una acción premeditada por
parte del usuario o de un promotor pirata.
Informal____legal____En el tiempo, una regulación
por parte del estado.
Dimensión física de la informalidad
De manera concreta se puede decir que los asentamientos
informales en ladera se caracterizan por:
1. La forma irregular del trazado urbano, ligada en la
mayoría de los casos a la lógica topográfica9 que a
la misma función del tránsito para un peatón o un
vehículo. Esto ha derivado en particularizar la
morfología de los asentamientos informales en
9 Claro está que también puede ir en contra de esa lógica.
41
ladera de “orgánica” por estar compuesta
geométricamente de líneas curvas o alabeadas.
Estos trazados son por lo general de calles
estrechas, un tanto ensimismadas por la altura de
los paramentos que las contienen y les dan forma.
2. Estos trazados generan bolsas de territorios donde
se ubica la vivienda. Ésta, en muchos casos
construida precariamente y asentada de manera
irregular sobre el terreno, hace frente a la topografía
para conectarse a alguna vía de acceso o en otros
casos para orientarse hacia el paisaje de la ciudad.
La vivienda se puede agrupar formando densas
aglomeraciones habitacionales compuestas de
muchas unidades, o bien puede estar dispersa en
el territorio a manera de puntos solitarios.
3. Servicios públicos domiciliarios precarios o
inexistentes que pueden ser consecuencia de: la
ilegalidad bajo la cual se construye la vivienda, la
dificultad de las empresas prestadoras de servicios
para llevar las acometidas hasta el lugar, o una
normativa que prohíba prestar el servicio después
de cierto nivel de altura topográfica.
42
4. Edificios de equipamientos precarios o inexistentes
consecuencia de la falta de intervención
gubernamental.
“los servicios sociales y el equipamiento representan una de las necesidades más palpables para la comunidad, después de los servicios públicos básicos. El gran déficit que existe en las áreas de salud, educación, bienestar social y recreación no alcanza a ser cubierto por el Estado ni por las alternativas generadas desde las mismas comunidades, lo cual crea permanentes conflictos entre el Estado y la comunidad” (Torres, 2007, p. 72)
5. Por lo general los únicos equipamientos que se
construyen se dan por iniciativa de la misma
comunidad que los necesita, en terrenos donados
por algún vecino o una ONG que haga presencia
en el lugar.
6. La accesibilidad constituye uno de los mayores
problemas de los asentamientos informales, pues
dada su condición de periferia o de topografía
elevada, conectarlos al resto de la ciudad implica
grandes inversiones monetarias o incluso retos a la
ingeniería que derivan en más inversiones. Por su
parte, los corredores de movilidad internos también
son un problema; sin secciones de vía adecuadas,
jerarquización vial o mal manejo de pendientes, la
movilidad interna se resuelve en el mejor de los
43
casos con caminos de tierra para las vías paralelas
a la topografía o con escaleras cuando el tránsito
es transversal a la misma.
7. En muchos de los casos, estos asentamientos están
particularmente destinados a ocupar terrenos en
condiciones topográficas desfavorables, con
grandes zonas inundables, terrenos inestables o de
baja calidad portante.
Físicamente los barrios se van consolidando en la medida
que las disposiciones económicas de sus habitantes o el
Estado lo permitan. La existencia o no de estos recursos
deriva directamente en los niveles de consolidación barrial y
su heterogeneidad; desde la vivienda hasta el espacio
público y los equipamientos.
Con respecto a la condición política del suelo es válido decir
que los asentamientos informales se dan como “extensiones
de suelo urbano o suburbano localizado en zonas
periféricas o centrales, dependiendo fundamentalmente de
tres factores: topográficos, sociales y económicos” (Torres,
2007, p. 71). Conviene mencionar también que es posible
diferenciar dos tipos de barrios informales:
Los piratas y los de invasión: los barrios piratas son aquellos en los cuales los moradores han hecho una
44
transacción de compra-venta en los lotes que ocupan. Los de invasión, por el contrario, son aquellos que surgen de la ocupación de hecho de un predio ajeno, público o privado. Los barrios piratas se localizan generalmente en zonas periféricas de la ciudad, en muchos casos fuera del perímetro urbano y sanitario. Las invasiones pueden ocurrir en terrenos centrales, preferentemente de propiedad estatal, que por alguna razón no han sido desarrollados o constituyen áreas de reserva o protección (Torres, 2007, p. 71)
Etapas en la construcción de la ciudad informal.
Si bien no se puede llegar a generalizar todos los procesos
de construcción de la ciudad informal frente a la formal, si
es posible establecer parámetros de comparación en las
lógicas comunes que se presentan durante dicho proceso.
Mientras un proceso de construcción formal puede estar
definido por:
Identificación de predios o lotes de oportunidad
inmobiliaria.
Planeación detallada y controlada del proyecto en
sus aspectos técnicos, presupuestales y legales.
Definición de un posible usuario o cliente.
Obtención de licencias de construcción.
Conexión a servicios públicos e infraestructura vial.
45
Inicio del proceso de construcción.
Entrega de la obra terminada y ocupación ordenada
por parte del usuario.
Aparición de organizaciones sociales (junta de
acción comunal, asamblea de propietarios, etc).
Reconfiguración y consolidación.
En síntesis: planear, lotear, urbanizar, edificar,
habitar, consolidar.
Los procesos de construcción informal pueden estar
definidos así:
Búsqueda de un lote (baldío, pirata) para ser
ocupado rápidamente.
Inicio del proceso de autoconstrucción con viviendas
temporales, sin obtención de licencias ni títulos de
propiedad sobre el terreno.
Aparición de las primeras organizaciones sociales
como mecanismo de defensa frente a otros
moradores que también buscan vivienda, o del
Estado que tratará de moverlos o eliminarlos.
Construcción o mejoramiento de las vías de acceso
al asentamiento y corredores de movilidad internos
por parte de la misma comunidad.
46
Conexión ilegal a servicios públicos (principalmente
de agua, luz y alcantarillado)
Intervención estatal con mejoramiento de servicios
públicos, vivienda, equipamientos, espacio público,
transporte público, entrega de títulos de tenencia,
delimitación y ordenamiento del territorio.
Proceso de transformación en asentamiento formal
y reconocimiento como tal por parte de la ciudad.
El proceso de consolidación barrial siempre será
transversal al desarrollo de estas etapas.
En síntesis: edificar, lotear, consolidar, urbanizar.
Las diferencias radicarán en el orden de las etapas de cada
modelo, así como de la aparición de “nuevas etapas”,
presentes en el uno, pero inexistentes en el otro. Sin
embargo, por fuera del orden es necesario resaltar las
diferencias entre los dos procesos en términos del habitar.
Si bien cada una establece a su modo las condiciones, en
un modelo formal el habitar solo aparece cuando se entrega
la obra al usuario y éste empieza a interactuar creando
relaciones y simbologías con el mismo. Caso contrario, en
el modelo informal, el habitar es transversal a todo el
proceso, simbólicamente se hace presente desde la
escogencia del predio hasta las intervenciones estatales,
47
escalando progresivamente a través de la consolidación
misma de la vivienda y el territorio con cada etapa
ejecutada.
Autoconstrucción e informalidad
La autoconstrucción es una posibilidad a la supervivencia.
Resulta como una práctica común en los asentamientos
informales siendo el único método para hacerse a la
vivienda mínima y consolidarla progresivamente en el tiempo.
Evidentemente es una de las pocas posibilidades –junto a
la de vivir en un inquilinato, por ejemplo- que tienen la gran
cantidad de familias migrantes o desplazadas a la ciudad
para cubrir sus necesidades habitacionales en las
condiciones de pobreza, abandono y miseria en las que
llegan. Es también:
La incapacidad de los gobiernos de ser facilitadores del acceso a la vivienda lo que promueve que las mismas comunidades auto produzcan su hábitat y su vivienda, y así estas inician un largo y doloroso camino para procurarse, por sus propios medios, una solución habitacional (Torres, 2007, p. 68)
La autoconstrucción es una práctica mitificada y
subvalorada por los medios formales de producción del
48
hábitat en la ciudad10, pues sus lógicas como ya se ha
señalado están alejadas de los procesos lineales,
caracterizándose más por ser un modelo complejo de
desarrollo, cosa que representa dificultad para ser
comprendida no necesariamente como un problema, sino
como parte de la solución.
…se malogra un enorme potencial social, una gran capacidad popular, una fuerza creativa y participativa presente en las comunidades urbanas, lo cual podría servir para que más familias tuviesen mejores viviendas en una ciudad mejor. Esto no significa “endiosar” esta forma de producción de ciudad y hábitat (Torres, 2009, p. 68)
El modelo de ciudad
El profesor Torres (2009) plantea una pregunta que genera
un debate amplio sobre la informalidad: ¿Es posible hablar
de un modelo de ciudad colombiana cuando el proceso de
urbanización en el país no se ha desarrollado sobre un
modelo único? (pág. 86). Teóricamente, la ciudad se debería
10 La informalidad, “a nivel jurídico, se le considera ilegal; desde la arquitectura, se
ve como informal o no-arquitectura; desde el análisis urbanístico, se evidencia como
ciudad incompleta, y desde lo social, se analiza y concibe como ciudad marginal”
(Torres Tovar C. , 2007, pág. 86)
49
construir bajo un modelo que posibilite el acceso tanto de
bienes como de servicios a todos sus ciudadanos, sin
embargo, en la práctica estas posibilidades son escasas,
algunas veces deficientes o incluso planteadas de manera
incongruente con el tipo de realidad que vivimos. Entonces,
cómo es posible hablar de un modelo único si nuestras
lógicas de construcción del hábitat resultan de una mixtura
de formas materiales e inmateriales, creando todo, menos
un modelo único. Es la gran mentira de la ciudad.
Se puede decir que históricamente la informalidad ha
pasado por tres etapas como concepto y como forma de
aceptación en la construcción de ciudad. La primera la
hacen los arquitectos del llamado movimiento moderno que
miraban en la informalidad un cáncer a extirpar de las
ciudades, un caos incontrolable que les generaba
incertidumbre y pesadez por ser un modelo desentendido y
alejado categóricamente de sus formas de pensamiento
lineales y homogeneizadoras: “el centro de las ciudades está
mortalmente enfermo, su periferia está roída por una plaga”
(Le Corbusier, 1962, p. 59). El gran avance viene a partir de
1960 con las propuestas de John Turner cuando en su libro
vivienda todo el poder para los usuarios enfrenta el debate
argumentando las posibilidades que la informalidad tiene
como propuesta de ciudad y se da a entender como una
50
etapa dentro de un largo proceso para migrar de lo informal
a lo formal. Se incluyen las metodologías de diseño
participativo, muy frecuentes y caracterizadoras de las
estrategias de intervención como algo que posibilita el
cambio11. La tercera etapa, la actual, es la de entender la
11 En su libro, la principal idea se desarrolla alrededor de la defensa de las decisiones
del usuario en el proceso de construcción de su casa y su sistema de hábitat. Afirma
que “cuando los usuarios controlan las decisiones más importantes y son libres para
aportar su propia contribución al diseño, construcción o administración de su
vivienda, ambos, procesos y el medio ambiente producidos, estimulan el bienestar
individual y social” (Turner, 1977, p. 18)
En la defensa de un proceso “autónomo” y no “heterónomo”, como él mismo los
define, Turner reconoce las ventajas que se tienen cuando el control de los usuarios
sobre sus entornos hacen viables la construcción y consolidación de la vivienda y el
espacio urbano, eso por los niveles de apropiación y satisfacción que se generan en
el acto de autoproducción.
Afirma además, que la sostenibilidad de éstas autoproducciones está relacionada de
manera más profunda con las instituciones humanas que con las tecnologías propias
de la construcción, y por lo tanto son las primeras y no las últimas las que pueden asegurar no sólo el éxito sino la pervivencia en el tiempo de las soluciones del hábitat.
Dice al respecto: “la autoridad local de los usuarios sobre la vivienda es
excepcionalmente importante y deberá prevalecer sobre todas las demás clases y
niveles de autoridad. Los usuarios han de estar facultados para la toma de toda
decisión importante de su vivienda, pues ellos son los únicos conocedores de sus
necesidades personales y de la opción más conveniente ante una situación dada…””
afirmando además que “…los sistemas locales autogobernados constituyen los
únicos métodos y medios capaces de proporcionar bienes y servicios satisfactorios”
(Turner, 1977, p. 113)
51
informalidad como parte de la vida misma y hacerla ver
como un hecho válido y constructivo. No desde las lógicas
poetizadoras de pobreza que buscan hacer ver bello algo
que realmente no lo es y abstraen simplemente de las
formas físicas sus mixturas o colores; sino de una lógica
que busca entender como elemento de base el ser humano
individual y colectivo que construye su propio hábitat y la
formas como lo logra.
Es necesario hacer notar que la informalidad tiene método
y teoría, que su instalación y consolidación no es ni
espontánea ni gratuita, que obedece a la búsqueda de una
respuesta para sobrevivir, para satisfacer las necesidades
del cuerpo y del alma y evitar así la extinción de la vida y
de la especie, tal como lo harían los primeros habitantes del
planeta en sus cuevas y en sus cabañas primitivas. Un
hecho netamente biológico y natural.
Es necesario decir que el planteamiento de Turner no hace necesaria alusión a los
saberes populares por fuera de las necesidades que se imponen en la procura de un
habitar, lo que hace realmente valioso a Turner es el rescate de los beneficios que se
tienen con las actuaciones autoproducidas, pues al ser de escala local, están en la
capacidad de reconocer la diversidad de las personas, sus gustos, sueños e ilusiones,
además de la autoridad de los variados procesos involucrados con la provisión de un
hábitat, enlazando de manera muy estrecha los procesos y los productos a que estos
dan lugar.
52
De hecho, en la práctica se expresa una forma de construir la ciudad que se constata en la superposición de lo formal y lo informal, donde las lógicas de la ciudad formal buscan incorporar los desarrollos de la ciudad informal, sin reconocer y apropiar sus lógicas y prácticas. El modelo de la ciudad colombiana está marcado por la superposición de trazas urbanas formales e informales articuladas mediante elementos constitutivos de la estructura vial y las redes de servicios públicos domiciliarios (Torres, 2009, p. 86)
Informalidad no es sinónimo de miseria.
La informalidad se puede entender como una práctica de
la habitabilidad pues la posibilita y la sostiene económica y
espacialmente. La relación entre economía informal y ciudad
informal es directa, la primera incentiva la producción de la
segunda en una forma de vida que se asume
conscientemente a fuerza de no tener otro lugar en dónde
más vivir o trabajar. Es también un modo de construcción
de ciudad que se desarrolla simultáneamente con el modo
formal. Así, cada vez se hace más urgente y necesario el
estudio de la ciudad desde la informalidad porque esta
impone lecturas propias como determinante de la misma
formalidad.
…los procesos urbanos informales están en permanente evolución, en continuo progreso, siempre se están
53
desarrollando dinámicas y relaciones intraurbanas y entre los centros urbanos; siempre hay algo en construcción y algo a punto de ser modificado, espacios que se subdivididen, relaciones que se amplían y se fortalecen o, por el contrario, relaciones que se atenúan y se debilitan. (Castillo de Herrera y Torres Tovar, 2009, p. 16)
Informalidad no es sinónimo de miseria, porque si bien la
pobreza es un determinante de la producción informal, la
dinámica que se muestra al final es la de un proceso con
acumulación de materialidades y recursos y de la fuerza de
trabajo de cada habitante. Desde allí se determina un
espacio, unas formas de hacer la vida y de habitar, y una
expresión estética. Esto implica que va desde la capacidad
de ahorro –por fuera de los términos monetarios o
bancarios- hasta la acumulación estética, pasando por
virtudes como el orden, el aseo, la sencillez y la humildad
con las cuales se da el despliegue de la vida.
55
LO HABITADO
En cuanto nos descuidemos, habremos dejado de compartir ese misterioso momento en que el alma se retira del cuerpo, en que éste queda tan muerto como queda una casa cuando se retiran para siempre los seres que la habitan y, sobre todo, que sufrieron y amaron ella. Pues no son las paredes, ni el techo, ni el piso lo que individualiza a la casa sino esas personas que la viven, con sus conversaciones, sus risas, con sus amores y odios; seres que impregnan la casa de algo inmaterial pero profundo, como es la sonrisa en un rostro.
(Sábato, 2000, p. 47)
59
El despliegue de la vida: exteriorizaciones técnicas y
estéticas.
A partir del siguiente texto de ficción, se tratará de ubicar
en el plano de la realidad nuestro momento como habitantes
de la tierra para luego dar pie al desarrollo de la pregunta
por el habitar humano en el proyecto de la modernidad;
pregunta planteada desde nuestra condición humana y
cómo esta se materializa en términos de arquitectura.
El siguiente “texto de ficción” es un informe de la tripulación
de una nave espacial procedente de la vía Acuea, informe
telemétrico realizado después de haber hecho contacto
sobre el planeta tierra con miras a establecer un contacto
intercultural con los habitantes de la misma y sí este se
considera posible y favorable12:
Informe Especial:
Hemos llevado a cabo la exploración que se nos encargó, y hemos podido observar de cerca sin ser observados, gracias a nuestras cortinas supersónicas de humo, la superficie entera del planeta Tierra y los cambios que tienen lugar en ella,
12 Texto citado por el periodista y abogado Jaime Garzón en una de sus últimas
conferencias en la Corporación Universitaria de Occidente en la ciudad de Cali, febrero
de 1997.
60
cambios que creemos son debidos a su mayor o menor distancia de la estrella central de su sistema, de la que recibe luz y calor.
Después de observaciones y pruebas repetidas, hemos llegado a la conclusión de que, si existe vida vegetal y animal en el planeta Tierra, y hay en él una gran variedad de seres vivos que hemos pasado a estudiar con detalle. La especie más influyente párese ser la de unos bípedos de piel lisa que habitan en colonias con una rígida organización.
Los dichos seres habitan en hormigueros altos, de forma generalmente rectangular, con celdas individuales para cada subgrupo o, en algunos casos, para cada individuo. De esas celdas salen todos aproximadamente a la misma hora, y aparecen revestidos de caparazones de diversos colores, aunque todos obedecen a un patrón general que cambia con las estaciones.
Después de entrar en unas cápsulas con superficie metálica que se apoyan en cuatro ruedas y que se agrupan en líneas apretadas a lo largo de canales cuidadosamente trazados, avanzan lentamente durante largo rato en direcciones contrarias, conducta extraña cuya razón no hemos podido averiguar. Esas máquinas producen grandes ruidos y humos, que, según nuestras conjeturas basadas en la frecuencia y cantidad de esos humos, parece ser la atmósfera que necesitan respirar para sobrevivir, y por eso la renuevan constantemente.
Por lo que toca a los ruidos, también parecen una comunicación pre vocálica destinada a mantener el contacto con el grupo mientras cada uno está en su cápsula. Al cabo de un tiempo en el mismo día, se invierte el proceso, y las cápsulas vuelven a los hormigueros de donde habían partido. Una vez en ellos, por lo que hemos podido observar a través
61
de las ventanas, se acomodan ante una pequeña pantalla, que no falta en ninguna celda, y en la que aparecen sombras y luces al mando de un botón. Es posible que esa sea la manera que tienen de alimentarse, y por eso no pueden pasársela sin ella.
Otro fenómeno extraño que hemos observado es que con frecuente regularidad se reúnen grandes multitudes de bípedos en unos enormes anfiteatros escalonados desde donde observan a un reducido número de ellos que ejecutan rápidos movimientos, difíciles de explicar, en torno a un objeto, generalmente esférico, de mayor o menor tamaño, y dan muestra de una gran excitación mientras dura el extraño rito. Quizá tenga alguna relación con el ciclo sexual de la especie, pero no hemos conseguido confirmar esta hipótesis.
Lo más inexplicable de todo lo observado es el hecho que hemos comprobado una y otra vez, en medio de nuestro más aturdido asombro, de que dichos bípedos se atacan unos a otros sin razón o motivo alguno que parezca poder justificar tal agresión y eso a veces entre individuos o a veces entre grupos, y a veces entre clanes enteros por largos periodos. Nada hay en nuestros propios conceptos que pueda explicar tan absurda conducta.
Por todas estas razones, hemos llegado a la conclusión definitiva de que los bípedos de piel lisa no son seres racionales, que la inteligencia aún no se les ha desarrollado en el planeta Tierra, que tardará aún muchas edades cosmológicas en aparecer, y que por consiguiente, es inútil hablar de un contacto cultural con los seres que hoy habitan la Tierra.
Nuestra misión ha terminado” (Valles, 1992, pp. 22-25)
62
Casi como un informe etnográfico de fino detalle descriptivo,
este “texto de ficción” nos ubica jocosa pero irónicamente
frente a nuestra realidad. Nos deja ver como seres
automatizados, controlados, disciplinados y condicionados
por los mismos dispositivos producidos dentro de la ciudad
para corresponder con un estilo de vida “moderno”. Resulta
insólito que en un planeta tan diverso y tan complejo, que
se suspende como un pequeño punto dentro de la
inmensidad del universo, figuremos nosotros, la especie
humana, como la única capaz de modificar el entorno para
luego adaptarse, evolucionar y preservar así la especie13.
Ese sentido del modificar, para luego adaptar y después
sobrevivir es lo que deja entrever el “texto de ficción” de
Carlos Valles. Sin embargo, ¿a qué costo?
Altos hormigueros, que se suponen son para la vida,
físicamente cada vez más se parecen a las bóvedas de
panteón que ahora ocupan los muertos; caparazones de
13 Vale anotar, que si bien la especie humana no es la única que tiene la capacidad
de modificar su entorno, puesto que también lo hacen las aves construyendo sus
nidos, roedores con sus madrigueras y hormigas con sus grandes ciudadelas
subterráneas, la especie humana es la que más en ese sentido ha logrado hacer,
tanto así que se pone en riesgo su propia existencia de cuenta del alto grado de
deterioro ambiental que históricamente se ha producido sobre el planeta tierra.
63
colores que cambian con las estaciones, que en principio
no es sino el modo adaptativo a partir el cual el cuerpo se
acomoda al clima, ahora es un asunto de forzoso consumo,
de la amplia necesidad de tener más porque nunca es
suficiente; de líneas apretadas, llenas de capsulas con
superficies metálicas tripuladas por el bípedo de piel lisa.
Vasto dispositivo éste que no sólo mueve al bípedo, también
los muestra frente a los otros bípedos.; sus gustos, su
estatus, hasta su forma de vida se puede evidenciar ahí. No
sólo le mueve, también le permite mostraste como es, o
cómo quiere ser.
Con cada punto expuesto en dicho informe ficticio es posible
hace una crítica14 a cada uno de los comportamientos
modernos que se describen, sin embargo lo contundente y
más valioso en términos de este ejercicio académico se ve
representado a través de todo lo creado por el ser humano
para poder mantenerse en el tiempo. El modificar para
adaptar y luego adaptar para sobrevivir en términos de la
historia de la humanidad se puede considerar como una
capacidad conductora de cuanta alteración existe en el
14 Partiendo de la idea que hacer crítica es fundamentar criterio para entender la
realidad.
64
planeta y la arquitectura no escapa a esta reflexión. Cita el
arquitecto Alberto Saldarriaga (2006) a William Morris15:
La arquitectura abarca todo el ambiente físico que rodea la vida humana; no podemos sustraernos a ella mientras formemos parte de la civilización, porque la arquitectura es el conjunto de modificaciones y alteraciones introducidas en la superficie terrestre con objeto de satisfacer las necesidades humanas (pág. 2)
Ese será el principio de este aparte, pues es necesario no
dar por sentado que se ha entendido por saber algo de
cultura general, que el proceso adaptativo de la vida a
dependido de las alteraciones y modificaciones que se
hacen sobre el planeta. El sentido de la vida, evidenciado a
través de las diferentes necesidades que es posible
experimentar es el motivo que llevar a alterar: para el caso
de la sed y el hambre, el alimento; para el cuerpo desnudo
que siente frio, la vestimenta; para el trasporte, la rueda; y
para el habitar, la arquitectura. El habitar como una
necesidad básica, condición de lo humano, referencia
simbólica, como fundamento de la arquitectura misma.
15 William Morris en The Prospects of architecture in Civilization, conferencia
pronunciada en la London Institution el 10 de marzo de 1881 y recopilada en el libro
On Art and Socialism, Londres, 1947.
65
Esas manifestaciones, alteraciones, modificaciones y
materializaciones se entenderán desde la lógica que
propone el etnólogo André Leroi-Gourhan a través del
concepto de exteriorización y todo lo que de él deriva,
puesto que pone en discusión la relación hombre-técnica en
el papel que esta ha desempeñado como parte
fundamental del proceso de evolución misma de la especie
humana. En palabras de Bernard Stiegler (1998) “la obra de
Leroi-Gourhan proporciona conceptos para una historia
general de la vida incluyendo la vida post-biológica (si se
entiende por ella, la vida vivida y vivible más allá de las
estrictas condiciones biológicas: la vida social).” (p. 190)
Exteriorizaciones técnicas y estéticas
La organización del espacio habitado no es solamente una comodidad técnica; es, al mismo tiempo que el lenguaje, la expresión simbólica de un comportamiento globalmente humano. En todos los grupos humanos conocidos, el hábitat responde a una triple necesidad: La de crear un medio técnicamente eficaz, la de asegurar un marco al sistema social y la de poner orden, a partir de allí, al universo circundante”
(Leroi-Gourhan, 1971, p. 311)
66
El siguiente texto se construye a partir de la reflexiones
aportadas por el profesor Alberto Castrillón Aldana16 en una
de las sesiones de Maestría17. Él contribuye al entendimiento
del espacio y el territorio desde la comprensión del proceso
de humanización, en teoría de Leroi-Gourhan.
En el libro el gesto y la palabra (1971), Leroi-Gourhan
demuestra contundentemente que el cerebro es un
producto final de la evolución, trabajo con el cual desbanca
el paradigma tradicional de su época en la forma como se
había pensado la evolución humana desde la antropología
y la paleontología, en donde era la conciencia a través del
cerebro la guía única de la evolución. Leroi-Gourhan
demuestra que la conciencia es un trabajo del cerebro, y
un producto final muy posterior a la evolución humana,
primando así, por encima de cualquier proceso de
interiorización la comprensión de los procesos evolutivos a
partir de formas de exteriorización de la vida y la no
interiorización de la conciencia.
16 Historiador, Doctor en “Historia de las ciencias”. Docente de la Universidad
Nacional de Colombia sede Medellín, en la Facultad de Ciencias Humanas y
Económicas.
17 Viernes 22 de abril de 2013. Línea de investigación en espacio y territorio.
67
Para Leroi-Gourhan fue más importante por ejemplo dentro
del proceso evolutivo, el desarrollo de los dedos pulgares
que permitieron posteriormente el bípedismo y la capacidad
prensil de las manos, al desarrollo evolutivo del cerebro y su
capacidad para generar conciencia de los hechos como
representación de cualquier acto humano.
Aquí, el concepto de exteriorización es el que resulta de
interés para el desarrollo de este texto: es básicamente el
predominio no de la conciencia, sino de lo fisiológico del
cuerpo, de los objetos producidos y de las acciones
transductivas y relacionales con el medio y con el espacio
que se es capaz de producir desde ahí. Es “la prosecución
de la vida por otros medios diferentes a la vida” (Stiegler,
1998, pág. 192)
Para darle mayor entendimiento a este concepto, el mismo
se puede entender a partir del desarrollo de cinco niveles
en los cuales Leroi-Gourhan encuentra la configuración del
hombre con la cultura. La cultura, que “no es otra cosa que
la capacidad de heredar colectivamente la experiencia de
nuestros ancestros” (Stiegler, 1998) a partir de la técnica.
Estos niveles son del orden transductivo, es decir, son
campos implicados entre sí:
68
Nivel biológico
Nivel técnico
Nivel social
Nivel figurativo
Nivel simbólico
Nivel Biológico
En el desarrollo evolutivo de la especie humana, el cuerpo
se revela como el primer y principal dispositivo fisiológico,
corporal y técnico disponible para desarrollar una
exteriorización. Se entiende su despliegue en la medida que
el mismo cuerpo se fue modificando y alterando para
adaptarse a su entorno y poder sobrevivir: desarrolló los
pulgares en los pies y posteriormente el bípedismo; la
capacidad prensil en las manos con lo cual es posible la
manipulación de herramientas; la mandíbula se modifica al
hacerse más pequeña pues la carne se puede comer
desgarrada e incluso cocida; el pelaje se elimina al encontrar
climas cálidos donde éste ya no es necesario. Es el nivel de
las necesidades, satisfechas en primera instancia por lo que
el cuerpo es capaz de hacer por sí mismo.
69
Nivel técnico
El nivel técnico se da como la expresión de la relación que
el cuerpo despliega con un medio en particular a través de
la creación y el uso de herramientas para darle más fuerza,
eficiencia o meticulosidad a lo que el cuerpo solo ya no
puede hacer. La herramienta se define entonces como una
prótesis del cuerpo, porque aumenta, intensifica, prolonga o
sustituye las ineficacias biológicas del mismo ser humano.
Es curioso ver, que si bien la creación le dió a cada especie
las herramientas biológicas y el instinto para adaptarse y
sobrevivir, las condiciones del cuerpo humano sean tan
precarias. Es decir, la capacidad para volar de las aves, o
la de nadar grandes distancias como los peces, o correr
rápidamente como los grandes felinos africanos, se ven
ampliamente avanzadas frente a las del ser humano
primigenio. Sin embargo y como bien ha sido demostrado
con años de evolución, la capacidad adaptiva ha resultado
más contundente que alas, garras o aletas.
El nivel técnico es el nivel del utillaje, el de las herramientas.
En el caso del hombre primigenio corresponde al desarrollo
de la cuchilla de sílex, de la piel animal como ropaje, de
mazos y lanzas para la caza. Todo esto, tanto la
producción como el uso de la herramienta, bien cabe decir,
70
se transmite generacionalmente a través de mnemotécnica
como un ejercicio de aprendizaje por asimilación que ha
permitido en el tiempo el perfeccionamiento de la
herramienta misma y la creación de una cultura alrededor
de ella. Todas las herramientas están organizadas en la
cultura técnica y los seres humanos nos relacionamos con
ésta a partir de nuestro nivel fisiológico.
La técnica forma…. un sistema que está atrapado en una evolución sometida a las leyes de aquello que Leroi-Gourhan denomina la tecnología, no en el sentido en el cual la empleamos hoy para designar la técnica que moviliza saberes científicos, sino en el sentido de una teoría general de la evolución de la técnica. (Stiegler, 1998, p. 192)
Nivel social
Para Leroi-Gourhan, una sociedad es un organismo que
vive en grupo o etnia, en especificidades sociales que van
a orientar los usos del cuerpo (nivel fisiológico) y los usos de
la técnica (nivel técnico) en relación a los funcionamientos
específicos de ese organismo viviente. Si el ser sale de ese
organismo pone en riesgo su supervivencia.
No hay producción de dispositivos técnicos sin sociedad,
pero tampoco hay sociedad sin la producción de
dispositivos técnicos. La relación prefigura una reciprocidad
71
que se hará más evidente y más fundamental en el
desarrollo de este texto, pues si la arquitectura (incluso la
ciudad) está en el nivel técnico, está no existiría sin una
sociedad que la requiera y la produzca, pero a su vez no
habría sociedad si la arquitectura no posibilita el nivel técnico
para que la sociedad misma especifique los funcionamientos
del organismo viviente. No hay arquitectura sin sociedad que
la habite.
El desarrollo de la técnica (como objeto y acción) y el de la
tecnología (cómo teoría evolutiva de la técnica) le permiten
al ser humano desprenderse progresivamente de su
aparato fisiológico para empezar a depender de la técnica;
hecho que se irá desarrollando a complejidad hasta
alcanzar el sistema de signos que componen la cultura y la
organización de la sociedad. Dicho así:
La fundación de las primeras urbes y el nacimiento del mundo civilizado marcan, pues, el punto donde se inicia, bajo una forma imperativa, el dialogo entre el hombre físico, tributario de la misma corriente de los dinosaurios, y la técnica, nacida de su pensamiento pero liberada del vínculo genético (Leroi-Gourhan, 1971, p. 173)
72
Nivel figurativo
Es un campo propiamente estético al derivar en
producciones figurativas, soportado previamente en la
relación fisiológica, técnica y social. Así, la expresión
figurativa se manifiesta posteriormente adoptando una
connotación simbólica.
Lo que se termina dando es una relación entre el ser
humano y su entorno a partir de la organización y
distribución de las ocupaciones en los niveles fisiológicos,
técnicos y sociales que permitirán después, por ejemplo:
que el ser humano produzca arte, es decir que puede
dedicar parte de su tiempo a la consolidación de lo figurativo
y posteriormente de lo simbólico.
Una producción figurativa está posibilitada por la técnica y
caracteriza una cultura. Una clara demostración está en la
forma de consumir los alimentos y las derivas
gastronómicas asociadas a ello, muy diferente si te trata de
una cultura en Occidente o de una en Oriente; para el caso
de la primera, la producción y el uso de cubiertos (nivel
técnico) es común y hace de la cultura gastronómica
occidental algo fácilmente reconocible (nivel figurativo), en
tanto para la segunda el desarrollo y uso de palillos (nivel
73
técnico) le asigna otro carácter bajo las mismas condiciones
de reconocimiento.
Nivel simbólico
El nivel simbólico es la consolidación intangible de los cuatro
niveles anteriores. Se remite a la creación de símbolos que
hacen de una sociedad un hecho valorable al hacerse a
través de ellos una determinación de sus características
culturales.
En una cuchilla de sílex por ejemplo hay un vertimiento
técnico; ese objeto técnico es un objeto estético (porque le
produce una implantación estética reconocible y asociable
al ser primigenio) y está modelando la vida del hombre como
la relación de él con su entorno. La herramienta está
posibilitando la constitución de medios estéticos; expresan
lo eminentemente técnico de la actividad del hombre, pero
también lo eminentemente estético del uso de los utillajes.
***
En este contexto, el despliegue de las exteriorizaciones se
define de dos maneras, siendo estas relacionales y
74
simbióticas la una con la otra: La exteriorización técnica18 se
da como la expresión de la relación que el cuerpo despliega
con un medio en particular a través del uso de herramientas
para darle más fuerza, eficiencia o meticulosidad a lo que
el cuerpo solo no puede hacer. Adicional, y habiendo
entendiendo que la técnica transversaliza los marcos de
pensamiento a partir de los cuales se define la identidad del
hombre –en su cultura-, Leroi-Gourhan propone por fuera
de los conceptos principales, la aparición de un tercer reino
….al lado de los dos reinos conocidos desde hace tiempo. El de los seres inertes y el de los seres orgánicos. Este nuevo “reino”, que ha sido ignorado tanto por la filosofía como por las ciencias, es el reino de lo que llamo los seres inorgánicos (no vivientes) organizados (instrumentales). (Stiegler, 1998, p. 192)
El hombre no es hombre más que en la medida en que se pone fuera de sí, en sus prótesis. Antes de esta exteriorización, el hombre no existe. En este sentido, si se dice frecuentemente que el hombre ha inventado la técnica, sería quizás más exacto o en todo caso más legítimo decir que es la técnica, nuevo estadio de la historia de la vida, la
18 Para Bernard Stiegler “Leroi-Gourhan puso en evidencia que los objetos técnicos
siguen un phylum de transformación que, al igual que los esqueletos de la
paleontología, hacen aparecer leyes de evolución universalizables. “Universalizables”
quiere decir aquí que estas “leyes” son transversales a las culturas más diversas y
que no son dependientes de factores culturales que ellas trascienden.” (Stiegler,
1998, p. 193)
75
que ha inventado al hombre. La “exteriorización”, es la prosecución de la vida por otros medios diferentes a la vida. Hombre y técnica forman un complejo, son inseparables. El hombre se inventa en la técnica y la técnica es inventada en el hombre. Esta pareja es un proceso donde la vida negocia con lo no viviente organizándolo, pero de tal manera que esta organización forma sistemas y tiene sus propias leyes. (Stiegler, 1998, p. 194)
La herramienta definida como “prótesis” del cuerpo,
prefigura además de un nivel técnico, uno también estético.
La exteriorización estética hace referencia a todo el
despliegue de los dispositivos fisiológicos, técnicos, sociales,
figurativos y simbólicos. Es una estética entendida en
términos de producciones, no como una valoración de lo
bello y lo feo que cada vez parece ser más normativa.
Como producción, la estética implica un despliegue de lo
corporal sobre lo técnico, y de lo técnico dentro de lo social.
Como organismo viviente, lo social produce manifestaciones
figurativas y simbólicas. En términos de José Luis Pardo, “lo
estético, es la posibilidad de la exteriorización de la vida
humana”19 representación de la relación de los hombres con
los acontecimientos de su cotidianidad.
El campo de la exteriorización técnica y el de la
exteriorización estética son campos implicados, es decir que
19Notas de clase. Citado por el profesor Alberto Castrillón.
76
todo acto técnico conduce a un acontecimiento estético y
todo acontecimiento estético es posible por el despliegue de
un acto técnico. Que una exteriorización técnica derive en
la producción de una exteriorización estética es fundamental
como criterio en el desarrollo de esta investigación, porque
no solamente permite entender cómo se ha dado el proceso
adaptivo del ser humano a su entorno -configurando su
hábitat-, sino que también anticipa la prefiguración de los
dispositivos que se tendrán que crean para satisfacer las
necesidades actuales.
No hay en realidad criterio verdaderamente científico para decir dónde y cuándo comienza el hombre, sino en la constatación de que la vida se exterioriza. Cada vez que decimos: “He ahí donde el hombre comienza”, es porque tenemos a la vista una idea de dónde debería terminar, dicho de otra manera, porque proyectamos la idea que nos hacemos del porvenir del hombre. (Stiegler, 1998, p 196)
Es muy valiosa la reflexión aportada aquí por Gourhan a
través de Stiegler, en la medida que al entender el fenómeno
adaptivo es su mínima expresión, es decir en la formación
primigenia de ser humano y la sociedad que ocupa, se
eliminan los aparatajes que impregnan de una innecesaria
complejidad aquello que es más simple de entender: toda
necesidad precisa de ser satisfecha, y la lucha histórica de
la humanidad siempre ha sido por sobrevivir y evolucionar
77
a partir de las adaptaciones que hace sobre el territorio a
modo de una exteriorización.
Hábitat como una pregunta tecnológica
Cómo bien es conocido por los estudiosos del hábitat, la
respuesta a la pregunta por el mismo no es una conclusión
finalista; lo que el ser humano pretende al instalarse en un
lugar es apropiarse de sus materias, que en la medida de
ser transformadas se convierten en dispositivos a partir de
los cuales se da una correlación entre el cuerpo y los
objetos que éste crea, de manera que hay una
prolongación de los miembros en la técnica,
complementando, aumentando, e intensificando la acción
operativa de los órganos y los sentidos sobre la materia,
configurando todos los conjuntos de circunstancias físicas
que hacen posible la convivencia de ciertos individuos en un
lugar. Desde una cuchara hasta sus alimentos y la forma
como los consume, desde una casa hasta una ciudad y la
forma como la habita.
Visto así, el hábitat es una construcción instrumental y que
tienen el carácter de una tecnología. Pero ¿será entonces
la pregunta por el hábitat, una pregunta tecnológica?
Tecnológica en el sentido de que se puede definir a partir
78
de la cantidad y calidad de acciones que el hombre puede
ejecutar de manera deliberada o intencionada
(exteriorizaciones) en un lugar en torno a las cuales se crean
agrupamientos sociales con procesos evolutivos de distinto
carácter, de conocimiento de la naturaleza, de desarrollo
del pensamiento, y que derivan a su vez en formas distintas
de sentir y vivir el espacio y organizar el territorio, porque
ese desarrollo evolutivo va acompañado de maneras de
intervenir el mundo pero también de maneras de pensarlo y
de imaginarlo.
Hay hábitat donde hay experimentación humana, y su
definición concreta (de llegar a tenerla) estaría asociada al
movimiento de dicha experimentación, siendo este acto
también un acto de transformación del mundo natural al
mundo cultural a partir del artificio, del lugar de la
experimentación del ser humano en sus relaciones con el
mundo natural, su apropiación y organización en vastas
series de relaciones entre lo natural, lo artificial y lo cultural,
con un factor que trasciende y que deriva en planos
religiosos, políticos y científicos.
Estudiar el hábitat significa entonces interrogar ¿cómo la
experimentación humana produce hechos? y ¿qué
acontecimientos le suscitan preocupación al hombre?,
79
problemas de la relación establecidas entre la implantación
humana y la disponibilidad de recursos naturales de los
cuales derivan su propio sustento. La pregunta interroga la
mirada que tenemos de cosas como el entorno natural, lo
construido, las formas y modos de producción, en un
estudio que hace la tecnología en la relación que hay entre
algo que está en el mundo natural, transformado y
dispuesto de manera cultural. Aquí, la conversión de la
experiencia humana en conocimiento radica vital
importancia, porque responde a la pregunta ¿qué es?, ¿por
qué? y ¿cómo se produce el hábitat?
Hábitat implica en ese sentido no solo el contenedor físico
espacial que soporta la vida, sino también el receptáculo
que acoge las “manifestaciones humanas existenciales” a
partir de todo el conjunto de despliegues técnicos que
funcionan socialmente. Su definición dependerá entonces de
las condiciones bajos las cuales esas manifestaciones
humanas existenciales se dan, en tanto dependen del
devenir de las exteriorizaciones que suscita resolver una
necesidad en particular, sea ésta –por nombrar algunas- la
de comer, desplazarse o habitar. Lo valioso es resaltar, que
en el cumplimiento de ese devenir técnico, la cantidad de
manifestaciones a producir serán en gran medida
heterogéneas puesto que cada individuo compone su
80
hábitat según su propia razón de ser, condicionado
evidentemente bajo los contextos que le genera su propio
entorno físico y social.
Habitar como fundamento de una disciplina cómo la
arquitectura.
Sí se toma como verdad que en el despliegue de lo corporal,
asociado a lo técnico y unido a los social produciendo actos
figurativos y simbólicos hay un despliegue de la vida
humana, entonces la vida se expresa como una estetización
generalizada de la vida cotidiana desde que el proceso de
exteriorización comienza a asociar y a implicar el campo
técnico con el campo estético.
En ese orden de ideas, actividades como cazar, cultivar,
comer, construir, habitar, territorializar, son producto del
despliegue funcional de la exteriorización técnica y estética;
de la interacción activa de la herramienta, con el cuerpo, y
con la sociedad. Entendido así, la arquitectura entonces se
debería definir desde esta lógica, porque de lo contrario se
queda en la abstracción de un formalismo gráfico, sin
entender que le antecede en su lógica del habitar, ésta
como una necesidad de primer orden desde los orígenes
mismos de la humanidad. Pensarla así permite
81
comprenderla, estudiarla y ejercerla en toda su complejidad,
ligada más como una práctica social y cultural y no como
la mera abstracción de una representación gráfica o
planimétrica.
Como exteriorización, una de las primeras y principales
actividades del hombre fue construir; en un primero
momento entendido más el acto de construcción como una
capacidad ligada al acto de reconocer y modificar su
entorno para ocupar un espacio y protegerse del mal clima
o los predadores naturales. El uso de la cueva o la caverna
prehistórica como espacio recoge entonces las primeras
manifestaciones humanas existenciales alrededor de las
cuales se da una dinámica del habitar, al relacionar el
despliegue de las condiciones fisiológicas y sociales del ser
humano, prefigurando actos figurativos y simbólicos –cómo
hacer arte rupestre- en el espacio que la cueva ofrece.
Heidegger y el habitar
Es legítimo en este momento empezar a ligar la teoría que
partiendo de Heidegger se ha hecho desde la filosofía en
relación al habitar, buscando relacionar la condición
filosófica del habitar con la condición fisiológica que le
antecede. La primera como un hecho ligado a lo existencial
82
del ser humano, la segunda a lo biológico en tanto ser
natural, es también animal. En palabras del profesor
Saldarriaga (2006):
Habitar parece ser una condición propia de la vida en el
planeta, en todas sus formas. La planta que se arraiga al
suelo del cual obtiene nutrientes. El animal dispone de un
territorio tan amplio como sus instintos y necesidades
demandan. Cada especie delimita un espacio vital en el
que habita. Algunas especies de animales construyen sus
nidos o panales, cavan sus madrigueras o forman sus
montículos como espacios propios o exclusivos….para la
humanidad…. la supervivencia y la reproducción de la
especie son instintos básicos compartidos con otras
formas de vida. (p. 4)
Para Heidegger, “habitar es construir20 y construir es
habitar” Heidegger (1951) citado por Saldarriaga, 2006, p.
4). Postula, según Christian Norberg Schulz (2007) que la
20 Heidegger no se refiere con el término construir al hecho netamente práctico y
tangible (lo edificable o edilicia) con el que generalmente se asocia el término.
Construir para Heidegger, es instaurar un sistema de relaciones reciprocas entre
seres humanos capaces de trasformar su entorno a través de la práctica del habitar.
Se empieza a dar una relación con lo expuesto por Leroi-Gourham en tanto
construcción liga una exteriorización.
83
condición de habitar se da en la medida que somos
capaces de estar y ser en el mundo para hacernos a un
lugar en él. El estar remite a un fenómeno de ubicación en
el entorno físico espacial: genera seguridad, define límites y
puntos de referencias espaciales naturales y artificiales;
responde a la pregunta ¿dónde estoy? “…todas las culturas
han desarrollado ´sistemas de orientación´, ´estructuras
espaciales que facilitan el desarrollo de una buena imagen
del medio´. A menudo estos sistemas de orientación están
basados o se han derivado de la estructura natural dada.
Donde el sistema es débil, la imagen formada llega con
dificultad, y el hombre se siente «perdido». El terror de verse
perdido viene de la necesidad que tiene un organismo móvil,
como el humano, de estar orientado en su entorno” (Schulz,
2007)
Por otro lado, el ser se muestra hacia la identificación con
el entorno y su cultura. Es eminentemente existencial y
psicológico, ligado a la creación de significados,
apropiaciones y a la formación de la misma identidad de
cada quien. Responde a la pregunta ¿Quién soy? “La
identificación es la base para el sentido humano de
pertenencia” (Schulz, 2007)
84
La construcción teórica que se empieza a moldear entre
estas dos formas de ver la vida se puede plantear desde
el entendimiento de la manera o el modo como se da cada
una y de los resultados que generan, teniendo en cuenta y
anticipando además que una teoría no excluye ni sustituye
a la otra, sino que al contrario se complementan para
construir una definición concreta del habitar.
Para el caso del modo o la manera, la exteriorización es un
hecho del orden intuitivo porque está ligado al mundo de lo
fisiológico y Gourhan lo explica muy bien cuando afirma que
el proceso de evolución fue un proceso inconsciente ajeno
al desarrollo del cerebro humano, la exteriorización se dan
en la medida que es requerida por la incapacidad que el
cuerpo anticipa al intentar operar en niveles complejos tal
como el mundo se lo exige; por su lado, el ser y estar se
manifiesta deductivamente, porque esa pregunta que el ser
humano se plantea frente a su propia condición existencial
lo remite a racionalizar en un ejercicio de conciencia donde
es necesaria la reflexión, la duda, la crítica y la autocrítica
como un modo de ver el mundo. Nos enfrentamos a un
debate que radica su fuerza entre el uso de lo racional o lo
irracional en un sentido de construir mundo para habitar
dentro de él a través de las exteriorizaciones que el ser
humano es capaz de crear para sí mismo.
85
Para el caso del resultado que se genera, la exteriorización
se da a través de la creación y dominio de la técnica y su
manifestación se liga a un hecho material tangible que está
ligado a lo externo de la vida, es decir una manifestación
que va hacia afuera, en tanto la condición del ser y estar
se da como una manifestación existencial intangible ligada
al orden interno de la vida, es decir una manifestación que
va hacia adentro.
***
Queda expuesta entonces una idea de la informalidad y otra
del hábitat y el habitar; su significado e importancia como
referentes teóricos para el desarrollo de este trabajo. Es
claro que aún no hemos construido ninguna relación entre
ellos, eso debido a que la pregunta por ¿cómo lo informal
es habitado? es en realidad el sustento de los siguientes
capítulos.
Se deja entrever así los planteamientos iniciales para el
capítulo dos y tres. El resultado que se genera se
profundizará cómo un lenguaje de patrones determinantes
de habitabilidad, y el modo o la manera como lo discursivo
que sostiene la producción de dichos patrones. Con lo
primero buscamos entender que se ha hecho; con lo
segundo el método y la razón que le sostienen. Es decir,
86
partiremos del universo material e inmaterialmente
construido por la informalidad para entender el porqué de
tal realidad.
91
VARIABLES
Inútilmente, magnánimo Kublai, intentaré describirte la Ciudad de Zaira de los altos bastiones. Podría decirte de cuantos peldaños son sus calles en escalera, de qué tipo los arcos de sus soportales, qué chapas de Zinc cubren los techos; pero sé ya que sería como no decirte nada. No está hecha de esto la ciudad, sino de relaciones entre las medidas de su espacio y los acontecimientos de su pasado: la distancia al suelo de un farol y los pies colgantes de un usurpador ahorcado; el hilo tendido desde el farol hasta la barandilla de enfrente y las guirnaldas que empavesan el recorrido del cortejo nupcial de la reina; la altura de aquella barandilla y el salto del adúltero que se descuelga de ella al alba; la inclinación de una canaleta y el gato que la recorre majestuosamente para colarse por la misma ventana; la línea de tiro de la cañonera que aparece de improviso desde detrás del cabo y la bomba que destruye la canaleta; los rasgones de las redes de pescar y los tres viejos que sentados en el muelle para remendar las redes se cuentan por centésima vez la historia de la cañonera del usurpador, de quien se dice que era un hijo adulterino de la reina, abandonado en pañales allí en el muelle.
En esta ola de recuerdos que refluye la ciudad se embebe como una esponja y se dilata. Una descripción de Zaira como es hoy debería contener todo el pasado de Zaira. Pero la ciudad no dice su pasado, lo contiene como las líneas de una mano, escrito en los ángulos de las calles, en las rejas de las ventanas, en los pasamanos de las escaleras, en las antenas de los pararrayos, en las astas de las banderas, surcado a su vez cada segmento por raspaduras, muescas, incisiones, cañonazos.
(Calvino, 1999, pp. 25-26)
95
Una variable por definición se entiende como algo
cambiante (del latín: variablilis). “es un símbolo que
representa un elemento no determinado de un conjunto.
Cada elemento de dicho conjunto corresponde a una
categoría o valor de la variable y el conjunto de todas las
categorías o valores posibles se denomina universo de la
variable.” (Andrade, Cubides, Márquez, Vargas Esther, &
Cancino, 2008, p. 46)
Las variables se estudian, en el contexto de las ciencias
fácticas, desde la observación y la medición a través del
análisis. Para ello, “el análisis de una variable requiere
diferenciar el signo lingüístico que representa a la variable,
del concepto y de la entidad material, hecho o propiedad
representada que constituye el objeto de observación o
medición.” (Andrade et al., 2008, p. 47)
Un signo es por su parte:
Una señal convencional que representa una entidad determinada, que reconoce la presencia de un elemento inteligible (significado- representación mental o concepto) y de un elemento material (significante-) (Ej. la secuencia de fonemas de una palabra hablada).
Se distinguen tres tipos de signos a) el signo natural que es el que sostiene una relación causal entre el representante y el representado (el quejido es signo de dolor), b) el icono, signo que presenta semejanza con lo representado (foto,
96
estatua) c) el símbolo que es un signo donde la relación entre lo representado y el representante es convencional y es aceptada culturalmente (términos, frases). (Andrade et al., 2008, p. 47)
Es en el último tipo de signo donde se hará énfasis, pues
buscamos entender la relación entre lo representado y el
representante manifestado a modo de exteriorización a
través de la teoría del lenguaje de patrones de Christopher
Alexander21. Teoría cuya “propuesta gira alrededor de
entidades que denomina patrones, los cuales constituyen la
esencia de la arquitectura y por tanto dan la posibilidad de
mirar las cosas desde una perspectiva que las hace
similares.” (Sierra Moncada, 2006, p. 42)
Así, sí el ser humano produce exteriorizaciones como una
manifestación biológica y simbólica de su proceso de
adaptación a un territorio (y con ello el desarrollo de la vida),
esas mismas exteriorizaciones adquieren el carácter de una
21 Con el ánimo de evitar confusiones alrededor de la teoría del lenguaje de patrones
de Christopher Alexander es necesario hacer alusión a los tres textos que componen
esta teoría. El primero y para esta investigación el más valioso es “el modo intemporal
de construir” el cual contiene propiamente TODO el sustento teórico del lenguaje de
patrones. El segundo titulado “Un lenguaje de patrones (1977)” contiene ejemplos
de patrones y los lenguajes codificados que éstos crean cuando se ponen en acción
y relación con las personas que los usan o los habitan. El tercero “El caso de la
Universidad de Oregón (1975)” es la puesta en práctica de los dos textos anteriores.
Como nota aclaratoria buscamos decir que al señalar “lenguaje de patrones” hacemos alusión a la teoría y no a la práctica del trabajo de Alexander.
97
variable, pues de su existencia o no, o de la cantidad y
calidad de la misma dependerán, para nuestro caso, las
condiciones de habitabilidad de la ciudad informal.
Al igual que un texto, la ciudad puede ser leída a partir de
los signos que la componen. Cada experiencia cotidiana de
sus habitantes, la constante interacción con ella ha ayudado
a construir un lenguaje codificado que representa espacios,
memorias y experiencias. Nos proponemos entender ese
lenguaje, que, en palabras de Christopher Alexander, (1981)
es también “un proceso a través del cuál el orden de un
edificio o de una ciudad surge directamente de la naturaleza
de la gente, los animales o las plantas, permitiendo sin
ayuda de arquitectos o planificadores dar lugar a una
ciudad arraigada” (p. 22)
Lenguaje de patrones: exteriorización técnica y estética de
los hábitats informales.
¿Cómo se instrumentaliza el hábitat?; ¿cómo se llega a su
materialización?; ¿Qué le antecede?; ¿Qué ideario tiene?;
¿cuál es su soporte conceptual?; y ¿cómo se estructura y
se define?
98
En el libro “El modo intemporal de construir” (1981)22,
Christopher Alexander se pregunta por ¿cuáles son los
patrones que definen la vida y la habitabilidad en el hábitat
humano? La respuesta está en los modos de vida que
producen formas de habitar, en donde hay una serie de
elementos que son intemporales, unas formas de habitar
que ya están reconocidas y que pueden ser repetidas en
el tiempo independiente de cómo cambien los
acontecimientos. En El modo intemporal de construir se
establece una serie de elementos fundamentales que van
más allá de la racionalidad, y que están históricamente
probados como elementos funcionales dentro de la
sociedad 23
El lenguaje de patrones se trata de un sistema finito de reglas que una persona puede emplear para generar una infinita variedad de construcciones diferentes, y que el uso del lenguaje permitirá a la gente […] generar exactamente el equilibrio de uniformidad y variedad que da vida a un lugar. En este sentido hemos encontrado […] un ejemplo del tipo de código que en determinados momentos juega en edificios y ciudades el papel que desempeña el código genético de un organismo viviente. Son estos lenguajes, los
22 Christopher, A. (1981). El modo intemporal de construir. Barcelona: Gustavo
Gili.
23 Notas de clase. La instrumentalización del hábitat. Profesor: Luis Fernando
González Escobar.
99
responsables de todo acto de construcción en el mundo (Alexander, 1981, p. 158)
El lenguaje de patrones es un campo propiamente estético,
una producción figurativa en tanto está posibilitada por la
técnica y caracteriza una cultura. Se determina por una
relación fisiológica, técnica y social y se expresa
figurativamente adoptando una connotación simbólica. Lo
que se expresa es una relación decisiva entre el ser humano
y su entorno a partir de lo cual, lo simbólico y lo figurativo
guardan la memoria de una sociedad, de los usos técnicos
y de las corporalidades. El dispositivo está posibilitando la
constitución de medios estéticos, porque expresan lo
eminentemente técnico de la actividad del hombre, pero
también lo eminentemente estético del uso de la técnica; en
tal sentido, “la exteriorización estética está desde el nivel
fisiológico hasta el nivel simbólico, ahí hay una cantidad de
elementos estéticos de la cultura. El campo de la
exteriorización técnica y el de la exteriorización estética son
campos implicados, es decir que todo acto técnico conduce
a un acontecimiento estético y todo acontecimiento estético
es posible por el despliegue de un acto técnico”24
24 Notas de clase. Citado por el profesor Alberto Castrillón.
100
El lenguaje de patrones es también un mundo inorgánico sí
se organiza a partir de sus usos o sus vertimientos estéticos.
Es la organización de los objetos con la vida humana, los
cuales proponen una relación organizada con la misma. Así,
hay un modo de entender un entorno, porque con el
despliegue de lo corporal, asociado a lo técnico y unido a
lo social produciendo actos figurativos y simbólicos, hay un
despliegue de la vida humana. Una estetización
generalizada en la que no solamente se produce un cierto
tipo de hacer las cosas y vivir la cotidianidad, sino que
también hay una producción de espacio entendido como
función porque el espacio está en el despliegue de todos
los niveles. No se puede hacer espacio sin cuerpo, sin
herramientas y sin sociedad.
…los patrones varían de lugar en lugar, de cultura en cultura, de época en época; todos están hechos por la mano del hombre, todos dependen de la cultura. Pero, aun así, en cada época y en cada lugar, la estructura de nuestro mundo está dada, esencialmente, por una serie de patrones que se repiten una, otra y otra vez. Estos patrones no son solo elementos concretos como ladrillos y puertas –son mucho más profundos y más fluidos- y sin embargo son la sustancia sólida subyacente a partir de la cual siempre se levanta un edificio o una ciudad. (Alexander, 1981, p. 90).
101
Exteriorización técnica y estética de los hábitats informales:
El lenguaje de patrones, en la medida que se da ligado a
las prácticas y formas de habitar, genera vínculos figurativos
y simbólicos con las comunidades que lo han producido y
pasa a configurarse en expresiones concretas a través de
una estética especial. Esta estética es la que permite una
valoración de las cualidades del hábitat; la constituyen todas
las manifestaciones afectivas y sensibles de los individuos
que forman parte de un grupo social y se expresan bajo la
forma de prácticas fuertemente ligadas a la cotidianidad de
la vida; se reconocen naturalmente por toda la comunidad,
dándole al lugar que ocupa una connotación espacial y
figurativa bajo la forma de elementos, gestos, símbolos y
expresiones de carácter tecnológico.
Un lenguaje debe ser visión compartida de un grupo de personas, muy específico de su cultura, capaz de captar sus sueños y esperanzas, de contener muchos recuerdos, y formas locales específicas de hacer las cosas. El lenguaje, […] necesita concretarse en un tiempo y lugar específicos, por medio de costumbres locales (Alexander, 1981, p. 258)
Dentro de un sistema de hábitat informal, estas expresiones
técnicas son generadas por sujetos anónimos, que
actuando de manera aparentemente deliberada y
desarticulada procuran en primera instancia la casa; el
102
dispositivo aparece como la prótesis de la piel, el cobijo que
le garantiza unas condiciones mínimas de habitabilidad ya
socialmente determinadas. En la medida en que este hecho
cultural de carácter aparentemente elemental se complejiza,
también se enriquece con nuevos elementos igualmente
cargados de valor y significado que se salen de la casa y
se proyectan sobre el barrio y la ciudad. Vistos así, estos
entornos informales son sistemas ricos en representaciones
y creaciones figurativas y simbólicas, que se legitiman
socialmente a partir de la funcionalidad de su uso en la
cotidianidad.
El barrio es un sistema de relaciones complejas en donde
la interacción constante de condicionantes propios del lugar
han permitido construir un sistema en donde se tocan los
niveles tecnológicos, psicológicos, económicos, políticos,
sociales y culturales de cada ser que lo habita y se refleja
en términos de apropiación, construcción y consolidación
que van más allá de un simple objeto tangible. Es también
un estructurante de ciudad, una amalgama de formas
construidas y patrones tangibles que sintetizan las formas
de habitar propias de una sociedad en términos espaciales
y perceptuales. Como dispositivo es entonces una mezcla
de elementos formales tecnológicos, copiados y apropiados
de la ciudad tradicional, moderna, formal e informal que el
103
auto constructor o maestro de obra filtró de manera
fragmentada, incorporando de esta manera los dispositivos
que le resultaban más prácticos a las necesidades más
inmediatas. Patrones, formas, tecnologías y
ornamentaciones, son tomados, reinterpretados y
adaptados según se va requiriendo en el lento proceso de
consolidación de un entorno informal.
Como hecho construido, si bien la estética en el hábitat
informal es el resultado de las transferencias de otras
arquitecturas, es también un proceso de construcción de
sentido permanente fuertemente arraigado a las prácticas
del habitar como un proceso simultáneo de creación
simbólica, que le es propio a toda producción colectiva. La
relación entre espacio construido y prácticas del habitar es
fundamental, puesto que los espacios hablan de la vida y
la vida de los espacios y es justamente ahí en donde radica
el poder de una estética que es propia del hábitat popular
(Arango Escobar, 2004). De esta forma, la calle, el parque,
la plaza, la esquina, las escaleras, las plataformas y
pequeños pasadizos, constituyen un rico universo de
elementos altamente significativos, que son usados
intensamente y están fuertemente ligados a valores
afectivos que comparte y reconocen la totalidad de los
residentes.
104
Para cualquier entorno informal en la ciudad de Medellín
(principalmente los asentados sobre las laderas), franquear
las dificultades impuestas por la topografía, ha obligado a
los auto constructores a agudizar el ingenio en estrategias
de diseño y tecnologías dignas del mejor proyectista titulado,
con el fin de tratar de vincular el interior de la vivienda con
el exterior a la calle. El andén, el antejardín, la esquina, el
balcón, la terraza, las escaleras, los puentes, quicios y
pasadizos configuran un heterogéneo entramado de
conectores físicos, espaciales y visuales convirtiendo la calle
en un escenario de privilegio para la vida colectiva, clara
expresión de una estética social viva y emergente.
Podríamos concluir que la riqueza, en términos de la
arquitectura popular, está en las poéticas que acompañan
la construcción, apropiación, uso y disfrute de lo público, en
la diversidad de elementos que lo enriquecen, (de ahí el
sentido de lo variable) así mismo en la forma como se ha
configurado un paisaje urbano único que le impone un sello
de gran significado a la ciudad.
…un lenguaje sólo es viviente cuando cada persona de la sociedad o de la ciudad tiene su propia versión del mismo, pues entonces no solo es algo intelectual que expresa patrones como variables, como reglas a seguir, como conocimiento acerca de lo que hace que un edificio o una ciudad funcionen bien. Es algo más profundo, una cosa
105
sentida, una cosa experimentada, que expresa las actitudes más íntimas de la gente acerca de su estilo de vida, sus esperanzas y temores con respecto a las maneras en que las personas viven y trabajan juntas (Alexander, 1981, pág. 258)
107
HABITABILIDAD
Es jueves santo de 2003. Aquí estoy, sentado en una plaza al sol, un gran soportal, largo, alto, hermoso bajo el sol. La plaza -frente de casas, iglesia, monumentos- como un panorama ante mis ojos. A mi espalda la pared del café. La justa densidad de gente. Un mercado de flores. Sol. Las once. La cara de enfrente de la plaza en sombra, de un apacible color azulado. Ruidos maravillosos: conversaciones cercanas, pasos en la plaza, en la piedra, pájaros, ligero murmullo de la multitud, sin coches, sin estrépito de motores, de vez en cuando ruidos lejanos de una obra. Me figuro que el comienzo de las vacaciones ya ha ralentizado los pasos de la gente. Dos monjas - esto es de nuevo real, no me lo estoy inventando -, dos monjas cruzan la plaza gesticulando, con un andar rápido, sus tocas ondean ligeramente, cada una de ellas lleva una bolsa de plástico. La temperatura: agradablemente fresca, y cálida. Estoy sentado bajo el soportal, en un sofá tapizado en un verde pálido, en la plaza, la estatua de bronce sobre su alto pedestal frente a mí me da la espalda, contemplando, como yo, la iglesia con sus dos torres. Las dos torres de la iglesia tienen un remate diferente; empiezan siendo iguales abajo y, al subir, se van diferenciando. Una de ellas es más alta y tiene una corona de oro alrededor del extremo de la cúpula. Pronto vendrá hacia mi B., cruzando en diagonal la plaza desde la derecha”. Ahora bien, ¿qué me conmueve? Todo. Todo, las cosas, la gente, el aire, los ruidos, los colores, las presencias materiales, las texturas, y también las formas. Formas que puedo entender. Formas que puedo intentar leer. Formas que encuentro bellas. ¿Y qué más me ha conmovido? Mi propio estado de ánimo, mis sentimientos, mis expectativas cuando estaba sentado allí. Me viene a la cabeza esa célebre frase inglesa, que remite a Platón: “Beauty is in the eye of the beholder” [“La belleza está en los ojos de quien mira”]. Es decir: todo está solamente dentro de mí. Y nunca hubiera tenido tales sentimientos sin esa atmósfera. Hay un intercambio entre las personas y las cosas. Con eso tengo que tratar como arquitecto. Y pienso: ésta es mi pasión. Existe una magia de lo real. Conozco muy bien la magia del pensamiento. Y la pasión del pensamiento bello. Pero me refiero a algo que, con frecuencia, encuentro más increíble: la magia de lo verdadero y de lo real.
Zumthor, 2006, pp 15-19
111
El propósito del siguiente aparte es indagar por el concepto
de habitabilidad -en un sentido general- para analizar cómo
se liga al desarrollo del hábitat y la arquitectura. Partiendo
de entender que el concepto no le es necesariamente
propio a estos dos campos de conocimiento, sino que
también está emparentado con nociones aportadas –por
ejemplo- desde la astrofísica, trataremos de concretar una
definición válida que trace las categorías y escalas a
estudiar para entender cómo se determina la habitabilidad.
La idea de habitabilidad
Desde lo básico, la habitabilidad se define según la RAE
(2015) como “la cualidad de habitable y en particular la que,
con arreglo a determinadas normas legales, tiene un local o
vivienda”. El arquitecto Rafael Salgado de la Torre en el
código técnico de la edificación -CTE- para el gobierno
español, advierte que la habitabilidad es aquel conjunto de
condiciones mínimas que dicho local o vivienda debe cumplir
en términos de salubridad e higiene, protección contra el
ruido, ahorro de energía y aislamiento térmico (Salgado de
la Torre, 2009, p. 4). Condiciones pertinentes desde lo
funcional pero insuficientes, pues como conjunto de
necesidades que requieren ser satisfechas para una
112
existencia adecuada del ser humano, privilegia sólo las
características tangibles y aspectos técnicos de la
edificación25.
Por otro lado, el arquitecto colombiano Alberto Saldarriaga
considera que la habitabilidad es “un conjunto de
condiciones, físicas y no físicas, que permiten la permanecía
humana en un lugar, su supervivencia y, en un grado u otro,
la gratificación de la existencia” (Saldarriaga Roa, 1976, pág.
57). Esta definición parece más asertiva que la anterior, no
25 Desde la arquitectura, la habitabilidad se ha identificado como el conjunto de
necesidades que requieren ser satisfechas para una existencia adecuada del ser
humano. Se posibilita principalmente desde las características físicas y aspectos
técnicos que (principalmente la vivienda) debe cumplir para garantizar unas
condiciones de confort térmico, acústico y de salubridad. Dichas condiciones están
insertas en un sistema de mediciones, dimensión y valoración, de manera que puedan
ser evaluadas y clasificadas en rangos de mayor o menor habitabilidad. Sin embargo
esta definición no parece ser suficiente, pues no se trata solamente de satisfacer
necesidades, se trata también, en palabras de la arquitecta Maritza Granados (2013):
… de promover actos perceptivos al interior de los espacios. La
arquitectura y su consecuente habitabilidad debe ser abordada como ser
biológico dotado de características propias y no solamente como un
contenedor que cumple condiciones de confort. Esto quiere decir que el
ejercicio proyectual debe pensarse como un acto inseparable de quien
habita, es decir no para él sino desde él, lo que garantiza que los espacios
se vinculen profundamente con el usuario. Al margen de la dureza de sus
límites físicos es claro que la arquitectura tiene capacidades definitivas de
mutación que siempre responden a la forma en que se habita. (p. 377)
113
discute con la aportada por el CTE pues les complementa
al incluir una variable adicional: el mundo de lo intangible.
Ampliando la definición aportada por el profesor Saldarriaga,
la habitabilidad está en permitir la adecuada satisfacción de
las necesidades habitacionales como la higiene, privacidad,
comodidad, localización y seguridad en la tenencia,
operados desde la medición de los mínimos aceptables sin
degradar las condiciones cualitativas. En esta definición
reúne elementos tangibles e intangibles, asegura la
necesidad de incorporar una evaluación subjetiva, es decir,
de los elementos no físicos, el aspecto social y de
adecuación cultural, a la evaluación objetiva de lo físico,
entendido como la intervención de la arquitectura y la
urbanística. (Saldarriaga Roa, 2005, pág. 107).
Complementa e ejemplifica a la anterior definición, la visión
que sostiene el arquitecto Manuel Sánchez de Carmona:
Habitabilidad y arquitectura son dos vocablos íntimamente relacionados pero diferentes. Si bien no puede haber arquitectura si no procura la habitabilidad, si puede haber habitabilidad sin arquitectura. Me explico: La habitabilidad es una cualidad del espacio que se fundamenta en múltiples aspectos más allá de los aspectos arquitectónicos. Un lugar puede ser habitable, vivible, si tiene características afectivas que no necesariamente son físico espaciales. Pocas cosas pueden ser para muchos de nosotros más vivibles que la casa donde nacimos, donde
114
vivieron nuestros padres, donde sucedieron eventos significativos. Estas particularidades pueden ser independientes de las características formales del lugar. Cuando en un lugar se suman ambos aspectos se logra una plenitud en la experiencia de estar en un sitio. (Sánchez de Carmona, 2009, pág. 1)
Las amplias definiciones que puede llegar a tener el término
habitabilidad incluyen por ejemplo las aportadas por la
astrofísica26, para la cual el tema se basa en la capacidad
que tiene un cuerpo celeste para mantener –en el tiempo-
el agua líquida27 en su superficie28. (Poffo, 2012, pág. 41).
Dicha capacidad se encuentra mediada entre otras
variables por la distancia a la estrella más cercana que le
genera luz y calor, su diámetro, atmosfera propia, cambios
climáticos, etc. Muchos autores plantean, por ejemplo, que
26Ciencia que estudia las características físicas, estructurales y compositivas de las
estrellas, planetas, materia interestelar y cuerpos menores del sistema solar.
27El agua se ha entendido científicamente como el primer factor posibilitador de vida.
Tanto para generarla, pero también para mantenerla. Es la historia de las grandes
civilizaciones humanas, pero también el de la evolución de la vida terrestre en todas
las escalas tal como hoy la conocemos.
28 La habitabilidad como concepto es importante para la astrofísica porque al evaluar
dicha capacidad en distintos cuerpos es posible descubrir si ha existido vida en otros
planetas o si esta es posible en el futuro.
115
un planeta potencialmente habitable debe tener un tamaño
límite necesario, no solamente para garantizar la presencia
de océanos en la superficie, sino también la de una
atmósfera protectora. (Poffo, 2012, pág. 76)
La astrofísica estudia con mucha meticulosidad los máximos
y mínimos determinantes para una zona de habitabilidad, la
cual es condición necesaria pero insuficiente para que un
planeta sea habitable. Por fuera de esto, la habitabilidad a
estudiar no debe solamente satisfacer unas condiciones
estructurales en tiempo presente, sino que también debe
ser capaz de desarrollar y mantener una biosfera29 (Poffo,
2012, pág. 7).
Las categorías, métodos e instrumentos que utiliza la
astrofísica para determinar las zonas de habitabilidad en
cuerpos planetarios o estrellas son en sí demasiado
complejas de entender y escapan a los propósitos de esta
investigación pues las capacidades de manejo aritmético,
matemático, geométrico y físico no nos resultan propias, sin
embargo, lo que es interesante evidenciar, son las
posibilidades reflexivas que el concepto plantea; creemos
que al vincularse a las definiciones anteriormente aportadas
29Se denomina biósfera al sistema que abarca a todos los seres vivos de nuestro
planeta y a su hábitat; es decir, el lugar donde se desarrolla su ciclo vital.
116
puede llevarse a una escala de actuación pertinente y válida
para los propósitos de esta investigación.
Hábitat, arquitectura y habitabilidad
Ubicar la arquitectura o el proyecto arquitectónico en
relación a la intervención de las estructuras o formas
arquitectónicas propicia la reflexión sobre su alcance real en
la configuración del hábitat y por consiguiente en las
condiciones de habitabilidad. La arquitectura al leerse como
estructura parte de las necesidades de uso o función; a su
vez proyecta en su respuesta condiciones propias del ser
humano y del entorno natural, luego se habla de una
estructura en esencia social, ambiental y técnica. La lectura
de la arquitectura como forma, es la incursión en la
necesidad de sustentar la vida humana por medio del
diseño, la definición de límites y las características
simbólicas, espaciales y perceptuales.
La arquitectura participa como condición necesaria para la habitabilidad sin embargo no es suficiente. Para vivir en un lugar con calidad de vida, para apropiarse de un lugar, para identificarse y pertenecer a él, se requiere además de las condiciones físico espaciales otro conjunto de condiciones entre los que destacan aspectos simbólicos, sociales y económicos” (Sánchez de Carmona, 2009, pág. 2)
117
Un proyecto arquitectónico, independiente de la escala de
intervención, es complejo en la medida que requiere dar
respuesta desde la forma a un problema multidimensional,
de plano técnico, perceptual, simbólico, físico, traducido al
lenguaje espacial. El proceso de diseño es el mecanismo a
través del cual el arquitecto se acerca a la realidad de las
condiciones de habitabilidad del escenario particular que ha
de ser intervenido. Es un ejercicio complejo y consciente,
integrador de una cantidad considerable de variables y
elementos significativos para la consideración de criterios
decisorios, “el proceso de diseño como tal, es un recorrido
a través de información relevante para entresacar de ella
progresivamente las condiciones y requerimientos que,
posteriormente habrán de dar imagen y forma a la
respuesta” (Saldarriaga Roa, 1976, pág. 74). Es un proceso
que supera la respuesta funcional y técnica para darle paso
a la satisfacción de necesidades, conscientes o no, para el
usuario colectivo o individual.
Según Saldarriaga, toda intervención está regida por la
forma y la estructura30, así el conocimiento no se limita al
30 Para la mente humana, todo aquello que existe posee una estructura; para los
sentidos, todo lo perceptible tienen forma. Estructura y forma son productos de la
constante comunicación entre el ser y el universo; son conocimiento e información
particulares acerca de los componentes, relaciones, contornos, masa, proporción y
118
escenario cultural particular, sino al conocimiento de las
estructuras ordenadoras y la comprensión de las formas.
Entender la estructura como la capacidad humana para
discernir relaciones significativas y ordenar fenómenos que
percibe o imagina y la forma como el límite espacio-temporal
de cuerpos y conceptos, define límites y establece
contornos. “Cada cuerpo o sistema es un todo, completo
como forma, partícipe de su ambiente como estructura”
(Saldarriaga Roa, 1976, pág. 60). El ser humano se mueve
en todos los planos; espaciales, temporales y sensoriales,
la dimensión perceptual del espacio es la clave para una
intervención que permita establecer una comunicación entre
los sujetos a través del lenguaje, como medio de expresión
social y estética. Son los comportamientos, las relaciones y
las significaciones que genera la expresión de un lenguaje,
que se traduce en la espacialidad de su espacio habitado
en estructura corporal, cualidad perceptual acompañadas
de la simbología y significación.
cualidades de los cuerpos existentes; son el ordenamiento mental y material de
elementos significativos dentro de la experiencia humana. (Saldarriaga Roa, 1976,
pág. 97)
119
Escalas de interacción de la habitabilidad
Según Sánchez de Carmona (2006), se pueden distinguir
tres escalas de interacción para la habitabilidad de un lugar:
la escala macro (ciudad), la escala intermedia (barrio) y la
escala micro (vivienda) (p. 6). Estas escalas representan el
espacio físico y las actividades de la vida y están
estrechamente relacionadas una a otra, tanto que, al
momento de presentarse deficiencias en alguna de ellas, la
habitabilidad empieza a ser afectada. Dichas escalas se
explican a continuación tratando de hacer énfasis en
resaltar las condiciones tangibles e intangibles que les
constituyen:
1. La primera escala es la de la ciudad.
La forma de vida moderna hace que la ciudad sea
habitable porque en ella se encuentran las
condiciones macro para empezar a satisfacer las
necesidades generales de la subsistencia humana.
La ciudad posibilita un espacio de trabajo, de
atención médica, de abastecimiento, de recreación
y de estudio, que si bien pueden ser limitadas, son
120
más accesibles que en un entorno rural por
ejemplo31.
La ciudad es por definición un conjunto
interrelacionado de espacios y servicios coordinados
por una entidad político/administrativa. Es de
suponer que entre más grande es una ciudad se
pueden ofertar mayores oportunidades para
satisfacer las demandas de habitabilidad, sin
embargo, las tendencias migratorias campo-ciudad
y las altas tasas de natalidad pueden afectar la
posibilidad de acceso a las mismas; así el tamaño
de las ciudades genera efectos negativos pues,
aunque existen todo tipo de satisfactores, se dificulta
el acceso a ellos. También aumentan los costos, los
tiempos de desplazamiento, la inseguridad, y la
calidad ambiental.
31 No por esto se puede decir que la ruralidad adolece de condiciones de
habitabilidad. Lo rural es tan habitable como la ciudad, sólo que en un sentido
diferente y sus patrones de habitabilidad evidentemente no podrán ser los mismos ya
que posibilitan otras oportunidades. Por ser esta una investigación con énfasis en lo
urbano no se hará más referencia a lo rural, sin embargo, bien vale hacer esta
observación para evitar confusiones.
121
Diremos que la condición intangible de la
habitabilidad en la escala de la ciudad se ve
representada a través de los servicios o actividades
que la misma ofrece: la posibilidad de acceso a la
educación, recreación, salud, oferta de trabajo,
seguridad, movilidad, etc. Por otro lado, la condición
tangible se hace evidente en el acceso y uso de
espacios físicos como parques, plazas, calles,
equipamientos, transporte, vivienda, etc. Algo que se
debe tener en cuenta de manera adicional es que
la ciudad también permite la construcción de una
identidad cultural y una apropiación sobre la misma.
Estos son factores que inciden directamente sobre
la habitabilidad, pero no se pueden catalogar
directamente como servicios, actividades o espacios
físicos.
2. La segunda escala es la del barrio32.
El barrio es una unidad de actuación urbana,
subdivisión territorial dentro de la ciudad que le
contiene. Para comprender la habitabilidad de un
32 En esta categorización es pertinente señalar que la urbanización es también una
escala de interacción, pues se configura -al igual que el barrio- como un elemento
intermedio entre la ciudad y la vivienda por los elementos de conexión que posibilita
y que le generan, a su vez, condicionantes propios de habitabilidad.
122
barrio se debe partir, primero de entender la lógica
propia bajo la cual se relaciona con la ciudad (vinculo
externo) y segundo, entender la lógica propia de su
funcionamiento interno. Sería un gran error
generalizar al decir que un barrio funciona (interna o
externamente) de la misma manera que otro.
En términos del vínculo externo, el barrio es
fundamental en la construcción de habitabilidad
porque se define como escala intermedia entre la
ciudad y la vivienda. Como intermediario, busca
resolver los mecanismos de transmisión energética
y material de la una a otra. Los patrones de
habitabilidad más comunes se evidencian en las
infraestructuras de transporte y movilidad, conexión
a servicios públicos, calidad ambiental del entorno
inmediato.
En términos de funcionamiento interno, el barrio
genera los marcos de interacción social, básicos
para establecer los vínculos de ayuda mutua y las
condiciones para el desarrollo de la vida cultural y
económica de las personas. Los principales
patrones intangibles de habitabilidad en esta escala
123
se dan desde los vínculos comunitarios: el
vecinazgo, el amiguismo, el compadrazgo, la
hermandad. Sin embargo, estos patrones intangibles
no podrían ser sin un espacio que les soporte, por
eso los tangibles como la calle, la acera, una
esquina, el parque, la plaza, la escuela, la iglesia, el
mercado, soportan espacialmente la cotidianidad
barrial. La habitabilidad dependerá entonces de la
calidad e intensidad solidaria, pues soporta la
búsqueda de objetivos variados y el bien común:
desde los lúdicos y recreativos hasta los de
desarrollo cultural y económico. (Sánchez de
Carmona, 2009, pág. 8)
Otra lista de patrones que se debe tener en cuenta
en la construcción de la habitabilidad barrial son: el
uso del suelo, las condiciones físicas y de
mantenimiento de infraestructuras y equipamientos
(principalmente los públicos), el alumbrado,
abastecimiento de agua, energía eléctrica,
alcantarillado, seguridad, riesgo de inundación,
riesgo de deslizamiento, contaminación visual,
auditiva u olfativa.
124
3. La tercera escala es la de la vivienda.
La vivienda es la forma más básica de habitabilidad
y por su importancia muchas veces se reduce a ella
todo el esfuerzo por mejorar sus condiciones. En los
párrafos anteriores se ha procurado destacar la
importancia de los niveles intermedios y de la ciudad,
sin embargo, por su papel en la vida privada y
familiar, las condiciones adecuadas de una vivienda
son definitivas en la calidad de vida de las personas.
(Sánchez de Carmona, 2009, pág. 9)
Para el caso de vivienda es necesario decir que, al
igual que el barrio, ésta también funciona en dos
sentidos: hacia el exterior a través de las fachadas
que posibilitan la socialización barrial y hacia el
interior que soporta la vida familiar.
Los principales patrones intangibles de habitabilidad
se dan a través de los vínculos familiares, creando
condiciones como: el hogar, la intimidad, el
significado, la seguridad, y la apropiación. Sin
embargo también se presentan otras que no
necesariamente dependen de la familia como el
125
confort33, la salubridad, la accesibilidad (tenencia
legal), comercialización (de la vivienda), plusvalía,
visuales lejanas y cercanas.
33 Con respecto al confort, es pertinente hacer una referencia a la construcción
conceptual que el arquitecto Polaco Witold Rybczynski, hace en su obra “La casa.
Historia de una idea”. Aquí Rybczynski (1991), después de revisar y analizar la
evolución de la casa en Europa, logra determinar la evolución de la idea de confort
que de manera intencionada o no se desarrolla dentro de ella; concluye que el
problema de comprender el confort y de encontrar una definición sencilla:
Es como tratar de describir una cebolla. Por fuera parece sencilla,
simplemente una forma esferoidal. Pero eso es engañoso, pues una
cebolla también tiene muchas capas. Si la cortamos, nos quedamos con un
montón de peladuras de cebolla, pero ha desaparecido la forma inicial; si
describimos cada capa por separado perdemos de vista el todo. Para
complicar las cosas, las capas son trasparentes, de forma que cuando
miramos una cebolla entera, no sólo vemos la superficie, sino también
parte del interior. Análogamente, el confort es al mismo tiempo algo
sencillo y complicado. Incorpora muchas capas transparentes de
significado – intimidad, comodidad, tranquilidad -, algunas de las cuales
están más hondas que las otras.
El símil de la cebolla no sólo sugiere que el confort tiene varias capas de
significado, sino también que la idea de confort ha ido evolucionando
históricamente. Es una idea que ha significado cosas diferentes en
diferentes momentos. En el siglo XVII el confort significaba lo privado, lo
cual llevaba a la intimida y, a su vez, a la domesticidad. El siglo XVIII
atribuyó más importancia al ocio y la comodidad, el XIX a elementos en los
que intervenía lo mecánico: luz, calor, ventilación. Las ingenieras
domesticas del siglo XX subrayaron la eficiencia y la comodidad. (pág.
233).
126
Los patrones tangibles de habitabilidad se dan
principalmente desde las condiciones materiales:
estructura portante, calidad constructiva,
dimensiones espaciales, accesibilidad (movilidad),
flexibilidad, estabilidad del suelo, pendientes del
terreno, filtraciones y humedades, viviendas vecinas,
paramentos, servicios públicos domiciliarios, calidad
del aire, patio interno, contaminación visual, auditiva
u olfativa, mobiliario, número de pisos, ventilación,
soleamiento, mantenimiento, acabados, equipos de
cocina o de uso doméstico.
Interesa destacar aquí la asociación entre lo que Rybczynski define como confort y lo
que buscamos conceptual como habitabilidad, pues no es grande la distancia que
separa los términos en tanto la una como la otra involucran elementos tangibles e
intangibles dentro de su definición. Sin embargo, teniendo en cuenta que las
asociaciones libres son peligrosas y pueden llevar a confusiones, evitaremos mezclar
los términos.
La lección más aportante en términos de esta investigación es la analogía de la cebolla
con el confort y su estudio por capas. Esto se hará evidente en el capítulo
metodológico al involucrar la totalidad como el medio para entender la realidad de la
habitabilidad barrial, sin tener que sesgar o separar la idea de lo habitable, ahí
construida.
127
La habitabilidad del individuo
A modo de concepto complementario, se podría bien definir
una cuarta escala de actuación de la habitabilidad: la del
individuo. Según Abraham Maslow, el sujeto en su constante
relación con el espacio que habita, se ve enfrentado a la
búsqueda de la satisfacción en diferentes necesidades que
se clasifican en cinco categorías, ubicadas en un esquema
piramidal (Ilustración 1). Desde las correspondientes al
mundo objetivo, avanzando gradualmente hasta las
necesidades del mundo de lo subjetivo así: Necesidades
fisiológicas, necesidades de salud y seguridad, necesidades
sociales, necesidades de estima y metanecesidades.
La base de la pirámide, de las necesidades fisiológicas,
salud y seguridad, configuran el bloque de necesidades que
dependen de la materialidad, espacios tangibles, y en la
Ilustración 1. Pirámide de Maslow. (Maslow, 1975). Elaboración: fuente propia
Subjetivo
Objetivo
Metanecesidades
Necesidades de Estima
Necesidades sociales
Necesidades de salud y seguridad
Necesidades Fisiológicas
128
medida que este primer bloque se garantice, sea por
iniciativa del sujeto o intervención o proyecto urbano o
arquitectónico, dice Maslow, el sujeto se ve motivado a
satisfacer las necesidades siguientes en el esquema
piramidal, de forma que constituye y modifica directamente
las condiciones de habitabilidad (Maslow, 1975, págs. 23,
25).
Las necesidades sociales se encuentran en el medio de la
pirámide, lo que las inscribe de igual medida en el mundo
objetivo como en el subjetivo, “se refiere, por tanto, al
ambiente urbano que debe posibilitar el contacto, la relación
social, la amistad y la asociación” (Moreno Olmos, 2008,
pág. 10). Requiere de intervención desde la materialidad en
infraestructura, servicios urbanos y el espacio público, factor
decisivo que en su proceso de formulación deberá incluir la
diversidad de usos y la variedad de espacios para
satisfacer las necesidades de los individuos que conforman
el grupo social en el cual se está interviniendo. Es pues, en
este sentido que cobra importancia la participación
ciudadana en los procesos arquitectónicos para lograr un
acercamiento certero a la satisfacción de las necesidades
y encaminarse en la búsqueda del bienestar, entendido
como el conjunto de necesidades satisfechas por unos
dispositivos satisfactores.
129
Los satisfactores están culturalmente determinados, varían
en función de las normas y valores que existan en un mismo
sistema socio espacial dado y en un tiempo determinado,
“para una necesidad existe un satisfactor, y el nivel de
satisfacción que éste logre depende de las distintas formas
de percepción y valoración que tiene el individuo o sociedad
del espacio que habita, es decir el hábitat donde se
desarrolla. Por lo tanto las necesidades generalmente son
las mismas, pero los satisfactores son variables y para que
exista bienestar habitacional y social las necesidades deben
ser satisfechas, lo que permitirá generar calidad de vida”
(Moreno Olmos, 2008, pág. 12). La relación entre los
satisfactores obtenidos y el grado de bienestar, es entonces
directamente proporcional: propiciar la habitabilidad urbana
en la medida que se logre el uso, apropiación y la vivencia
en el espacio público, con cualidades de permeabilidad,
vitalidad, variedad, legibilidad y robustez (Bentley, 1985, pág.
46).
El papel del arquitecto en la construcción de la habitabilidad
El arquitecto en su quehacer, está inmerso en la cotidianidad
de la habitabilidad, tiene la capacidad para transformar el
hábitat, modificar las condiciones que lo afectan, por lo
130
tanto, tiene la responsabilidad de ejercer una intervención
consiente, basada en el conocimiento. Saldarriaga plantea,
“Quien transforma debe comprender el universo a su
alcance y su capacidad para transformarlo sin destruirlo.
No se opera sobre realidades ilusorias sino sobre la realidad
cotidiana, con sus verdades y misterios” (Saldarriaga Roa,
Habitabilidad, 1976, pág. 17). No sólo es entender el sistema
del universo ambiental en el que está el ser humano, sino
también el sistema de la sociedad como organismo al que
pertenece el individuo, la tecnología y adelantos técnicos
que el hombre efectúa para adecuar su entorno, y la
creatividad por medio de la cual expresa sus afinidades
culturales y los elementos de significación. El conocimiento
del universo integral del hombre, con todos los aspectos de
su vida cotidiana, genera el espacio de lectura, de
interpretación para la intervención. Se sugiere la
participación directa del usuario en las intervenciones o
proyectos sobre su hábitat como medio directo de conocer
las necesidades a las cuales debe darse respuesta,
además de la oportunidad de observar los entornos de
significación y características sociales y culturales
específicas en que el usuario está inmerso. Sugiere al
131
respecto, Iliana Hernández34, citada por Granados (2013)
que:
El concepto de habitabilidad debe ser entendido como el que vincula el pensamiento creativo con una manera particular de relacionarse con el individuo y con su entorno (…) se define allí más por los comportamientos y maneras de vida generados por la forma como nos relacionamos con la información: ubicuidad, instantaneidad e inmediatez, que por la forma o el tipo de espacio para habitar. (pág. 377)
Agrega Sánchez de Carmona, que el arquitecto es o
debería ser el profesional instruido para construir lugares
donde el ser humano pueda desenvolver física y
emocionalmente su vida35. En la definición y construcción de
un lugar, el arquitecto juega un papel central y al definir el
“cómo” hacerlo. En muchas ocasiones también se siente
con autoridad para definir el “qué” hacer, es decir, en definir
requerimientos y objetivos (Sánchez de Carmona, 2009,
pág. 4).
34 En su texto “Estética de la habitabilidad y nuevas tecnologías” (2010) 35 El arquitecto supuestamente está capacitado para apoyar a las personas a
construir lugares con características que favorezcan una vida saludable, segura y
cómoda, haciendo uso eficiente de los recursos que se utilicen. La plenitud del uso y
disfrute incluye los aspectos simbólicos y formales, aunque estos últimos,
normalmente se logran, una vez que se satisface lo indispensable.
132
Construcción de una definición propia
Habitabilidad será para esta investigación, una práctica
social individual o colectiva que determina un conjunto de
condiciones, cualidades y capacidades (tangibles e
intangibles) que permiten el establecimiento y sostenimiento
de la vida humana en un contexto de espacio y lugar
específicos.
Esta definición, construida por la reflexión que posibilita la
lectura de los anteriores autores, acarrea de manera
concreta las siguientes consideraciones:
1. Las condiciones36 tangibles e intangibles son
producto de una exteriorización37; lo tangible como
36 Por definición, toda capacidad es un conjunto de condiciones. Se podrá entonces
entender la habitabilidad también como una capacidad.
37 Recordemos que en la primera parte de este documento se hizo énfasis en el
concepto de exteriorización y la forma como, primero están posibilitadas por
vertimientos técnicos y estéticos, y segundo caracterizan y hacen parte de una
cultura. Pasaremos a decir que: la producción de la habitabilidad depende en gran
medida de ese tipo de vertimientos, pues cada una de las distintas exteriorizaciones
funcionan a modo de “patrones”, son al mismo tiempo variables y la habitabilidad se
dan cuando estos patrones interactúan entre sí, entre escalas y con el ser humano.
Este sería el aporte de este trabajo al marco conceptual de la habitabilidad. La
posibilidad de entenderla como un sistema complejo de interacciones culturales
133
vertimiento técnico que produce utillajes y
materializaciones; lo intangible como posibilidad
estética que produce figuraciones y simbologías.
2. La habitabilidad está íntimamente ligada al
despliegue de la vida, tanto en su origen como en
su sostenimiento en el tiempo. Si la habitabilidad para
la astrofísica es la capacidad de desarrollar y
mantener una biosfera, es porque esta se encuentra
comprometida con la vida.
3. La habitabilidad tiene un contexto de espacio y
tiempo concreto, pues se determina como un
conjunto de condiciones tangibles e intangibles. El
espacio lo determinan las escalas de interacción de
dichas condiciones y se han formulado
principalmente tres: la macro, la intermedia y la
micro. El tiempo se establece en términos de una
realidad presente (la habitabilidad verificable en la
medición inmediata), y otra realidad potencial (la
posibilidad de ser en el tiempo).
4. Si la habitabilidad terrestre está determinada por la
distancia al sol, su posición en el sistema solar, la
geosfera (atmosfera, hidrosfera, litosfera), etc, un
variables que se articulan intencionada o intuitivamente a modo de una composición
exterior.
134
cambio gradual o significativo (de temperatura,
distancia, gravedad) implicaría entonces grandes
transformaciones para el sostenimiento de cualquier
tipo de forma de vida en la tierra. Eso quiere decir
que las condiciones de habitabilidad son sui géneris
a cada especie y se han determinado
históricamente por acciones principalmente físicas y
químicas38.
El siguiente cuadro resume y pone en relación la definición
construida y sus respectivas consideraciones:
38 Se hace referencia a la reflexión aportada desde la astrofísica al concepto de
habitabilidad. Es evidente que para un hábitat humano específico, esas acciones que
hacen sui géneris la habitabilidad se deben ampliar a las de tipo cultural, social,
político y económico.
135
ESCALA MACROCONDICIONES TANGIBLES
CONDICIONES INTANGIBLES
CONDICIONES TANGIBLES
CONDICIONES INTANGIBLES
ESCALA INTEMEDIACONDICIONES TANGIBLES
CONDICIONES INTANGIBLES
CONDICIONES TANGIBLES
CONDICIONES INTANGIBLES
ESCALA MICROCONDICIONES TANGIBLES
CONDICIONES INTANGIBLES
CONDICIONES TANGIBLES
CONDICIONES INTANGIBLES
ES
PAC
IO
HABITABILIDAD COMO "REALIDAD" EN TIEMPO PRESENTE.
COMO "POSIBILIDAD" EN TIEMPO FUTURO
TIEMPO
Ilustración 2. Matriz espacio/tiempo de la habitabilidad. Elaboración: propia
139
DIMENSIÓN PROYECTUAL Hacer arquitectura es un acto de rememoración: acto de re-crear. Continuar en el tiempo lo que otros han, a su vez, re-creado. Constituye un acto profundamente culto, pues no se re-crea lo que no se conoce.
Por el contrario, es el conocimiento el que permite la “escogencia” y la selección. Y éste es el gran momento de la creación. El momento en el cual, como sucede con la música, se empieza a componer, a transformar lo existente, a elaborar la forma, a definir la espacialidad particular de cada obra y a establecer la espiritualidad de la arquitectura.
La arquitectura es tan deudora de lo cotidiano como de lo más espiritual del arte: ayuda a resolver los pequeños problemas del hombre, pero se encarga, al mismo tiempo, de los grandes temas de la civilización y las grandes obras de la cultura universal.
Es también la mirada que recorre con rigor y con entusiasmo las pequeñas cosas de la vida, que sublima lo cotidiano; que resuelve bien, por ejemplo, una ventana porque a través de ella entra el paisaje o que al diseñar un patio sabe que desde allí descubre el hombre las estrellas y le da un límite al infinito.
Gabriel García Márquez dijo en una entrevista que para hacer literatura se requiere mirar hacia atrás, mirar la propia literatura, estudiarla y conocerla, para saber en qué punto de la historia nos encontramos en el momento de escribir. Estoy de acuerdo, porque sucede lo mismo con la arquitectura. Conviene mirar atrás antes de dar el paso hacia delante. O ¿no sería un desperdicio desconocer las grandes obras de la arquitectura universal y una inmensa tontería, siendo un arquitecto americano, desconocer los grandes conjuntos abiertos prehispánicos, la sutileza de la arquitectura colonial, la riqueza del mestizaje, la sencillez de la arquitectura popular, las innovaciones y la causa social de la arquitectura moderna? Claro que conviene mirar hacia atrás, pero hay que saber retirar la mirada en el momento oportuno: se trata de re-crear y de transformar. No de copiar.
Rogelio Salmona
Arquitectura y creación39
39 (Salmona, s,f)
143
Son diversas las metodologías y planteamientos
conceptuales que utiliza la arquitectura para la creación de
una obra en un contexto de producción formal. Sin
embargo, cuando buscamos entender la manera como se
produce la arquitectura en entornos informales pareciera
que por sus condiciones técnicas, materiales o culturales,
este tipo de producciones adolecen de planteamientos,
principalmente metodológicos para su concreción. A esto
nos referimos con dimensión proyectual; buscará dar
sentido metodológico a los hechos materiales y humanos
que construyen los entornos informales, pues no es posible
en pleno siglo XXI seguir pensando que por informales
carecen de algún método o sentido proyectual.
Lo primero que se debe evidenciar es que los entornos
informales al ser pensados y construidos por las mismas
personas que los habitarán, adolecen de teorías o
mecanismos explícitos que conduzcan sus acciones al
momento de construir. La guía única que les orienta es la
del sentido común y el uso eficiente de los limitados recursos
materiales; en algunos casos puede presentarse la figura
de un maestro constructor o de un albañil (no titulados) que
han entendido la técnica constructiva a través de la práctica
ejercida en construcciones formales, técnica que trasladan
144
de manera adaptada según las necesidades que el lugar y
el usuario les generan.
Con respecto a lo anterior son varios los estudios que en
términos de hábitat o arquitectura se han generado para
entender este tipo de lógicas, sin embargo, la pregunta que
surge bajo esta reflexión es por aquellos mecanismos que
guían el sentido común y operan en la construcción de un
entorno informal. Consideramos que el asidero teórico en
dónde encontrar la respuesta radica en la noción de poética
(como el hacer) y de retórica (como el decir) que varios
siglos atrás habría fundamentado el filósofo griego
Aristóteles. Estas nociones para no caer en errores o mal
interpretaciones las entenderemos a través del arquitecto
Catalán Josep Muntañola quién en sus textos “poética y
arquitectura” (1981) y “retórica y arquitectura” (1990) elabora
una aproximación conceptual de lo expuesto por Aristóteles
pero con sentido proyectual.
145
La Poética40
La poética como disciplina es obra de Aristóteles; trataba
exclusivamente de la tragedia griega41 y nada tenía que ver
con la arquitectura, la cual –entre otras cosas- ocupaba en
el mundo griego un lugar poco relevante a diferencia de
artes como el teatro, la música, la gimnasia, la pintura y la
escultura. “La arquitectura se entiende como algo práctico
que Platón equipara a la carpintería, a la orfebrería, etc, y
como algo eminentemente técnico” (Muntañola, 1981, p. 17).
En ese contexto, Aristóteles buscaba con su poética
generar una postura opuesta a lo propuesto por Platón con
respecto al arte, quién lo miraba como un elemento nefasto
y nocivo para la sociedad. Según Muntañola (1981), lo
interesante en esta postura es “la habilidad con la que
40 Tanto para la poética, como para la retórica, lo que aquí se prende dar es un
pequeño acercamiento conceptual, pues como objetos de estudio tan complejos como
lo son, han merecido el tiempo y esfuerzo de grandes intelectuales para su
entendimiento y aplicación a disciplinas como la arquitectura. Buscamos ser ante todo
respetuosos de dicho esfuerzo, pero sintéticos al mismo tiempo tratando de no
empobrecer demasiado la teoría de la cual partimos, dejando eso sí los elementos
referenciales mínimos aplicables a la informalidad.
41 Género teatral de la antigua Grecia. Siglo V a. C.
146
Aristóteles consigue dar a la mimesis42 un sentido activo en
donde nada falta o nada sobra” (pág. 22)
Esta definición contiene toda la genialidad de la poética aristotélica. El punto esencial es el de admitir una acción, o cadena de hechos, los cuales se convierten en fábula o mito con contenido social asegurado. La poética se produce al tramar bien la acción con la fábula y los caracteres de los personajes, pero nunca depende de la habilidad de imitar o mimetizar una acción. (Muntañola, 1981, pág. 22)
Según Aristóteles, la poética se sitúa entre la lógica
(razonamiento valido o concreto), la estética (sensación
ampliada de la percepción) y la ética (comportamiento). No
asume una postura contemplativa ni ensimismada, sino una
actitud activa y productiva dentro de la tragedia cuando la
fábula mimetiza una acción en congruencia con unos
caracteres, siendo el médium entre el movimiento de los
personajes, la dicción, el pensamiento y el espectáculo.
Para la arquitectura, la poética se puede entender como un
“hacer” que genera un producto valioso y perpetuo en el
tiempo. Ese “hacer” transforma lo físico en significativo, un
42 Valor imitativo del arte. Relación entre lo artificial y lo natural como base de la
estética griega. La mimesis será tratada más adelante con mayor detalle.
147
objeto en una imagen, tal como lo describe el grupo POIESIS
(2016):
Es una disposición proyectual creativa frente a la materia, sobre la cual opera en función de una técnica específica, es decir, a partir de un método de generación, involucrando eventual y alternativamente al arte y la ciencia. En este sentido, no solo se piensa en la fabricación de un objeto en tanto entidad material cargada de significados, sino también como transmisor de una significativa potencialidad polisémica, guiada por la intención de su creador.
El arquitecto utiliza para tramar sus obras, los diseños,
planos o dibujos. Construye a través de ellos una obra que
se convierte en representación espacial permanente, capaz
de albergar sucesos y fenómenos cambiando muchas
veces su significación.
La fábula, o la imitación estética de los hechos que constituía el corazón poético de la tragedia, es la que da la clave de la poética correspondiente en arquitectura. Dicho así, el arquitecto es el poeta de las formas, porque sabe construirlas –tramarlas- poéticamente, mediante la encadenación de sus elementos –caracteres- dentro de una misma totalidad, mito o fábula. (Muntañola, 1981, p. 23)
La retórica
La retórica -también para la tragedia griega- se entiende
según Aristóteles como las leyes que toda obra debe
148
cumplir para convencer y persuadir a un receptor a través
del uso de figuras del lenguaje. En el mundo griego antiguo
trataba de las estrategias de argumentación utilizadas para
persuadir al espectador con el uso de la palabra. Según
Muntañola (1990):
La retórica no es una floritura que se coloca en cualquier mensaje comunicativo en su aspecto más superficial, sino que es la que nos describe los sistemas de composición de dicho mensaje. Dicho de otra manera, es el arte de extraer de cada tema su composición y la facultad de descubrir especulativamente lo que en cada caso pertenece al persuadir. (p. 12)
La capacidad retórica de la obra se sitúa entre la
composición de la obra artística y la persuasión que
consigue, buscando que lo que se consigue, según afirma
el mismo Aristóteles tiene la obligación de ser verosímil
aunque no sea verdadero, pues “la gente tiende a ver lo
que parece verdad y por ello el retorico intenta persuadir
que una cosa es verdadera porque se parece a otra cosa
que no lo es.” (Muntañola, 1990, pág. 12). En la retórica no
importa la verdad, lo que importa es hacerlo verosímil, que
parezca verdadero o que se asimile como tal.
Para la arquitectura la retórica cumple una triple y
simultanea función:
149
1. Sirve como andamio del proceso de invención y de creación del proyecto arquitectónico, o sea, como ayuda para componer y ordenar los impulsos de la imaginación y de las intuiciones con el fin de otorgar una forma explícita al edificio. Aristóteles hablaría aquí de la estructura del propio discurso y de la capacidad de autoconstrucción de los argumentos retóricos.
2. Sirve como estructura de persuasión de cara al cliente, sea este privado, o un grupo social, o un ente público, con el fin de demostrar una adaptación a sus necesidades, gustos, ideas, emociones, etc. Aristóteles hablaría aquí del mecanismo de persuasión.
3. La retórica es un modelo de relación entre el proyecto y su contexto histórico/geográfico y arquitectónico previo, tanto del contexto inmediato, o lugar en el que está público el edificio proyectado, como del contexto cultural y arquitectónico más amplio. (Muntañola, 1990, p. 8)
Poética es producción como retórica es persuasión
Bajo este panorama, la pregunta por los mecanismos
proyectuales que median la construcción de un barrio
informal se traduce en otra, ¿cuáles son los argumentos
retóricos y poéticos que se utilizan para llegar a producir
una forma? Esta no discrimina si es formal o informal,
creada por un arquitecto o por el mismo usuario, lo que
interesa es ver que todo se resume en un problema de
150
producción formal43, para lo cual la respuesta será siempre
la misma: por un lado los términos bajo los cuales se
produce un significado estético (poética), y por otro las
argumentaciones bajo las cuales la arquitectura se convierte
en verosímil y persuade (retórica).
Según dice Muntañola, en los asuntos de creación no se
puede separar la retórica y la poética, porque la función de
toda obra es llegar a un receptor, comunicando un mensaje.
Cuando la poética se aleja de la retórica no hay discurso
que se pueda ofrecer, por fuera de esto sólo queda un
mensaje sin sentido o un discurso vacío. En este sentido,
tanto la poética como la retórica estructuran un andamiaje
muy complejo que sirve para construir una obra que sea
reconocida, validada y aceptada por el receptor.
La conexión entre retórica y poética en la creación de una
forma no existe si no hay una consulta con el contexto.
Josep Montaner (2002) propone que “las formas siempre
transmiten valores éticos, siempre remiten a los marcos
culturales, siempre comparten criterios sociales y siempre
se refieren a significados” (p. 12). Este conjunto se mueve
dentro de un marco de posibilidades lógicas, e ideológicas,
43 De forma
151
que caracterizan la cultura propia de cada región y cada
momento histórico.
Mimesis
Aristóteles propone el método de la mimesis como una
forma para llegar a la creación de una obra. Se fundamenta
principalmente en el uso de tres memorias:
La primera memoria, mimesis I (nivel de la prefiguración44)
como el a priori cultural, conjunto de valoraciones con
sentido, significado, y relacionado con la vida, que se nos
es entregado como seres humanos de un tiempo y una
cultura determinada que además define una identidad.
En este nivel, el acto de habitar-construir se perfila el mundo cotidiano de la vida humana: Ricoeur enumera una serie de acciones como protegerse gracias a un techo, delimitar el espacio elegido mediante las paredes, solucionar la relación entre el afuera y el dentro por medio de cerraduras y aberturas, organizar y definir el espacio habitado según los criterios de orientación, como abajo, arriba, norte, sur, este, oeste.
Son gestos que implican actos. Pararse, fijarse, instalarse; otros gestos están implicados: ir y venir, entrar y salir, recorrer carreteras, calles, lugares que parecen completar
44 Siguiendo al antropólogo y filósofo Francés Paul Ricoeur.
152
el acto de habitar-construir. El acto de habitar está marcado por ritmos de parada y de movimiento, de fijación y de desplazamiento; además, el lugar del habitar puede estar considerado como un sistema de lugares en cuyo interior la casa y la ciudad entran en una dimensión de relación recíproca. (Messori, 2006, p. 40)
La segunda memoria, mimesis II (nivel de la configuración)
como la elaboración de la trama. Según Aristóteles ese
“como” hace referencia a la manera de jerarquizar valorar y
relacionar ciertas cosas. La elaboración de la trama (como
en una película o una novela) implica cruzar creativamente
un espacio, unos personajes, un tiempo y unos
acontecimientos. “la organización interna de un texto sobre
la base de códigos identificables” (Messori, 2006, p. 54)
La tercera memoria, mimesis III (refiguración) es la recepción
de la obra por parte del usuario o el espectador a quien va
dirigida; sabrá responder al impacto que se ha causado, y
si se han satisfecho las necesidades para las cuales fue
creada la obra. “Es el poder que tiene el relato de
reorganizar nuestra experiencia temporal, es decir, de
descubrir la profundidad de esta experiencia y de
transformar su orientación” (Messori, 2006, p. 54). Éste
tercer elemento es el que menos se trabaja en arquitectura
y evidentemente en dónde más se falla, pues no se evalúa
153
el nivel de persuasión y aceptación de la obra y los posibles
cambios que haya podido recibir. “Refigurar significa, abrir
el mundo en su dimensión espacial y practicar los nuevos
modos de habitar que proyecta.” (Messori, 2006, p. 58)
Vista así, Una vez esa forma ha sido creada, dice
Muntañola “la arquitectura transforma el hábitat social, y
mimetiza lo construido en lo habitado, y lo habitado en lo
construido.” (Muntañola, 1981, pág. 57)
Finalmente, el valor de la mimesis radica en las posibilidades
para entender y relacionar poética con retórica en la
construcción de un barrio informal. La afirmación aristotélica
sobre la mimesis como unión entre cultura y naturaleza
(construir y habitar) no debe interpretarse como un
naturalismo, sino “como la mejor manera de convertir las
mimesis en algo activo, fecundo y productivo, justamente
porque se consigue que el pensar transforme
simultáneamente lo físico y lo social, y esto, solo puede
conseguirse poéticamente.” (Muntañola, 1981, p. 70)
155
MARCO METODOLÓGICO
No hay un solo hombre que no sea un descubridor. Empieza descubriendo lo amargo, lo salado, lo cóncavo, lo liso, lo áspero, los siete colores del arco y las veintitantas letras del alfabeto; pasa por los rostros, los mapas, los animales y los astros; concluye por la duda o por la fe y por la certidumbre casi total de su propia ignorancia.
Jorge Luis Borges
Prólogo, Atlas45
45 (Fundación Internacional Jorge Luis Borges, 2016)
159
Aproximación a un lenguaje
Este ejercicio de investigación busca desde la formulación
de su pregunta, indagar por la habitabilidad urbana y las
variables configuradoras de la misma. Una de éstas, en
específico, alude a ¿cómo analizar los tangibles e intangibles
de la habitabilidad? a fin de establecer las variables que lo
han consolidado. Parte de este documento procura develar
en términos de lo metodológico cómo responder esta
pregunta, teniendo presente que de manera parcial esto ya
se ha venido haciendo desde el marco conceptual al incluir
el referente del modo intemporal de construir que contiene
a su vez la teoría del lenguaje de patrones de Christopher
Alexander. Suponer una respuesta aproximada implicaría
entonces empezar por deconstruir el término lenguaje para
entender cómo éste puede ser estudiado en clave de
hábitat a fin de develar respuestas más concretas.
El diccionario de la lengua española define lenguaje como la
“manera de expresarse” y como un “conjunto de señales
que dan a entender una cosa” (RAE, 2016). Como lenguaje
hace referencia a la comunicación y ésta se vale de
diferentes medios para conseguir sus objetivos, entre ellos
el lenguaje verbal y el lenguaje no verbal, como gestos,
números, gráficos, signos, imágenes, etc. Comunicar implica
por tanto transmitir señales mediante un código y a través
160
de un canal que sea común tanto al emisor como al
receptor y se caracteriza por una intencionalidad y por el
uso de signos o símbolos comprensibles que permitan
compartir significados.
Incluir la conceptualización de hábitat46 que supone esta
investigación conlleva a entender entonces que el estudio
de tales relaciones se da por medio de un lenguaje que
comunica en la medida que éste se percibe. Pero, no es
simplemente un hecho comunicacional; la forma como ese
lenguaje se ha construido lleva a suponer que esto conlleva
elementos implícitos de hábitat, puesto que éste se
construye desde el mismo lenguaje; hay hábitat donde hay
experiencia humana y se da en la medida que se nombran
y denominan los patrones constitutivos que determinan la
vida en un proceso de aprensión y expresión de la vida
cotidiana.
Cartografía de patrones
Tal como fue expuesto, los lenguajes de patrones resultan
como una producción figurativa en tanto están posibilitados
46 campo de conocimiento que estudia las relaciones reciprocas entre el ser y su
entorno a partir de los modos de vida, en su relación con la trama compleja de las
dimensiones culturales, sociales, económicas, políticas y físico espaciales propias de
la vida humana.
161
por la técnica y caracterizan una cultura. Es la organización
de los objetos con la vida humana, los cuales proponen una
relación organizada con la misma. Una estetización
generalizada en la que no solamente se produce un cierto
tipo de hacer las cosas y vivir la vida a través de la
cotidianidad, sino que también hay una producción de
espacio entendido como función porque el espacio está en
el despliegue de todos los niveles. No se puede hacer
espacio sin cuerpo, sin herramientas y sin sociedad.
La pregunta metodológica remite entonces a ¿cómo
identificar y estudiar los lenguajes de patrones constitutivos
de la habitabilidad? Una respuesta se encuentra en los
ejercicios de cartografía que permitirían rastrear patrones al
definir un sistema compositivo que hablan de elementos
relacionales en un territorio, bien sea dentro de un mapa o
un plano, en donde además y como elemento fundamental,
la representación pictórica, la fotografía, el video y el texto
se vinculan y relacionan toponímicamente entorno a los
patrones dispuestos en un lugar y de su interacción.
Apoyándonos en la totalidad como enfoque metodológico
en donde el todo es más que la suma de sus partes,
interesa precisamente la interacción entre partes o entre
patrones que soportan el todo identificados
cartográficamente, lo que posibilita la producción de la
162
información que precisa esta investigación, puesto que es
el estudio del patrón y de la manera como se relaciona es
en donde se pueden identificar las variables determinantes
de habitabilidad47.
Con respecto a la totalidad es importante tener presente la
obra del pensador Ken Wilber, quien ha hecho de la
totalidad una manera de entender la realidad, al estar ésta
“compuesta de totalidades/partes” (Wilber, 1996, p. 40), u
holones48 como él mejor los define. Explica que, por ejemplo
“una átomo forma parte de una molécula, una molécula
forma parte de una célula, una célula forma parte de un
organismo, etc. Cada una de estas entidades no es, una
47 Es fundamental reconocer que en las formas intemporales de producir espacio en
los sistemas de hábitat informales ese “producir” surge de una adaptación a la
vivencia que es acorde con las formas de vida de cada persona formalizado a través
de la cotidianidad. La proximidad, permanencia, apropiación, convivencia, y confianza
del espacio, por el espacio y en el espacio, formulan patrones constitutivos que
intensifica la producción de mismo, y generan riqueza al hábitat a pesar de sostenerse
en un contexto de carencias. Como ya se dijo al inicio de esta investigación, la
constitución de ese tipo de patrones suma de elementos tangibles e intangibles la
denominaremos habitabilidad.
48 Un holón se puede entender como algo que es un todo y a la vez una parte. El
término se le atribuye al novelista Arthur Koestler en su libro “El espíritu de la
máquina” (1967).
163
parte ni una totalidad, sino un totalidad/parte, un holón.”
(Wilber, 1996, p. 38), De toda la teoría que Wilber desarrolla,
llaman poderosamente la atención ciertos principios que
según el autor aplica a un holón como totalidad/parte. El
primero como ya se ha dicho afirma que la realidad está
compuesta de holones, y estos se manifiestan en todas las
direcciones y ámbitos de la vida. “el hecho es que no existe
nada que no sea, de un modo u otro un holón” (Wilber,
1996, p. 41). El segundo dice que los holones disponen de
cuatro capacidades fundamentales: la individualidad49, la
49 Es la capacidad que tienen un holón de “conservar su propia totalidad, su propia
identidad, su propia autonomía, su propia actividad, y si fracasa en el intento de
mantener o conservar su propia actividad o su propia identidad, simplemente deja de
existir. Es decir, que es la capacidad para conservar su propia integridad frente a las
presiones externas que, de otro modo, podrían llegar a eliminarlo” (Wilber, 1996,
pág. 43)
164
comunión50, la trascendencia51, y la disolución52. El tercero
afirma que en un proceso de “emergencia creativa53” que
involucra las cuatro capacidades ya mencionadas, los
holones evolucionan desplegando nuevas pautas,
posibilitando así la aparición de nuevos holones” (Wilber,
1996, p. 47). El cuarto principio dice que los holones
50 Es la capacidad que tienen un holón de adaptarse al ambiente y formar parte activa
de una totalidad superior. “un holón no es sólo una totalidad que deba conservar su
individualidad, sino que además también es una parte de algún otro sistema, de
alguna otra totalidad. Es por ello que, además de tener que conservar su propia
autonomía, también debe adaptarse simultáneamente como parte de otra totalidad.”
(Wilber, 1996, p. 43)
51 Es la capacidad que tiene un holón de evolucionar, de “autotrascender a un nivel
superior, en un proceso que incorpora lo que era anteriormente y le agrega
componentes nuevos.” (Wilber, 1996, p. 45)
52 Es la capacidad que tiene un holón de disolverse o descomponerse. “si fracasa en
el intento de conservar su integridad y las relaciones que mantiene con otras
individualidades, el holón termina destruyéndose, y cuando tal cosa ocurre, termina
disgregándose en los subholones que lo componen” (Wilber, 1996, p. 45)
53 “Vivimos en un universo de emergencia creativa. Usted puede analizar la totalidad
en sus partes constitutivas y ése sería un quehacer perfectamente válido. Pero debe
saber usted que, en tal caso, lo que tendrá serán partes, no la totalidad. Usted puede
desmontar un reloj y analizar todas sus partes pero de ese modo jamás llegará a
saber la hora que es. Y lo mismo ocurre con los holones porque la totalidad de un
holón no se halla en ninguna de sus partes.” (Wilber, 1996, p. 47)
165
emergen de manera holoárquica, es decir, bajo una
jerarquía natural de orden creciente en el que la totalidad de
un determinado nivel forma parte de la totalidad propia del
siguiente nivel:
En otras palabras, las jerarquías normales están compuestas de holones y es por ello que, podríamos perfectamente llamar holoarquía a la jerarquía, algo absolutamente adecuado porque casi todos los procesos de crecimiento –desde la materia hasta la vida y, desde ésta, hasta la muerte- discurren a través de holoarquías naturales hacía órdenes de holismo y totalidad creciente (totalidades que se convierten en nuevas totalidades) (Wilber, 1996, pág. 51)
El quinto principio dice que cada holón al trascender incluye
a sus predecesores:
La célula, por ejemplo, trasciende –o va más allá- que sus componentes moleculares pero, obviamente, también los incluye. Las moléculas trascienden e incluyen a los átomos que, a su vez, trascienden e incluyen a las partículas. El hecho es que, puesto que todos los holones son totalidades/partes, la totalidad trasciende pero las partes son incluidas. (Wilber, 1996, pág. 55)
Visto así, los principios que Wilber plantea a la totalidad,
complementados con las definiciones conceptuales que se
han venido trabajando, nos permiten establecer las
categorías de análisis de esta investigación. La intención es
deconstruir por medio de cartografía los lenguajes de
166
patrones existentes para entender cómo se configuró y que
variables le incidieron; es un acercamiento al espacio
informal a través de la cartografía como un ejercicio de
geografización de la vida urbana que parte del lenguaje (no
verbal) como constructor de los modos de vida en un
territorio y fundamento de la construcción de habitabilidad
de los mismos.
La cartografía configura una imagen situacional -
representación dinámica de un mundo complejo- en la
medida que se da una lectura sistemática entre mapas,
planos, gráficos, dibujos, esquemas y fotografía. Posibilita
además aproximarse de una manera global para entender
el territorio observado a través de similitudes, cercanías y
diversidades desde la habitabilidad, las formas de habitar y
de producir espacio. Es detenerse a observar como la
ocupación territorial deriva y define tecnologías de
apropiación del territorio al configurar técnicas y tecnologías
que transforman y producen elementos determinantes en la
configuración de paisajes específicos.
167
Aproximación metodológica a cartografiar
El ejercicio previo está enfocado en seleccionar una serie de
localidades con carácter de lugar54 que cubran el territorio
barrial. El objetivo es dar una idea preliminar en la distribución
geográfica del barrio de varios fenómenos físicos espaciales
54 El espacio informal como escenario incita la posibilidad de encontrar la relación del
individuo con el espacio urbano, rescatando recuerdos y lugares que forman parte
de su memoria cotidiana, buscando un recurso emotivo en el que el “espacio físico”
adquiere significado de “lugar”, re dignificando la experiencia del cuerpo en el
espacio.
La calle por ejemplo, como espacio de indagación posibilita la exploración de nuevas
propuestas técnicas y estéticas, llevando situaciones formales de la vida cotidiana a
situaciones colectivas que establecen ámbitos de comunicación del “uno con el otro
y con el “lugar”, incitando al desarrollo de actividades conjuntas en las que el valor
de la calle adquiere una particularización de escenario.
En ese sentido, Richard Sennett (2007) señala que:
Los espacio urbanos cobran vida en la medida en que las personas
experimentan o contextualizan su cuerpo con el espacio en un tiempo
específico, llevando a experiencias que toman forma y se materializan bajo
el dominio de la percepción, generando las imágenes del cuerpo
enfrentado al espacio urbano, adoptando su rol dentro de la ciudad y la
sociedad, consecuencia tal, que si el urbanita no afianza su posición en el
mundo, motivara la experiencia del “no lugar”, dejando para la ciudad
espacios austeros e imprecisos; espacios de poca relación perceptual y sin
apropiación, en una práctica básica y elemental del habitar. (p. 56)
168
y trazar un esquema dentro del cual se puede hacer la
investigación de manera más priorizada. Los instrumentos
de lectura son varios, siendo todos éstos de carácter
relacional puesto que se trata de construir una imagen
cercana a la realidad.
Con respecto a los instrumentos, si bien la cartografía tiene
definidos algunos que permiten la indagación sobre el
territorio, esta investigación ha desarrollado dos nuevos que
se ponen a disponibilidad y modificación de quien los
necesite:
El primero es la versión de una libreta de campo propia para
construir cartografías55. Su uso está dirigido al grupo de
investigación que hace la indagación sobre el territorio y
tiene su fundamento en el principio de totalidad –donde el
todo es mayor que la suma de sus partes- como ya ha
sido explicado.
55 En el ejercicio se utilizaron dos libretas. La primera para el levantamiento de
información en campo a partir de dibujos y esquemas del lugar; la segunda en el
diseño de la cartografía final como producto síntesis de la primera libreta. Esto se
puede evidenciar en el anexo 2 y 3.
169
Consiste en una pieza única de papel56 que se dobla en 32
partes de manera consecutiva y ordenada a fin de crear
las "páginas" que constituyen la libreta (ver anexo
Instrumental No 1). El valor de ésta radica en la fuerza
compositiva que tiene al desenvolver la pieza de papel una
vez ha sido diligencia en su totalidad con los datos,
observaciones, apreciaciones, dibujos y esquemas que el
investigador ha recogido. Al desplegarse es posible empezar
a relacionar elementos y llegar con ello a conclusiones y
toma de decisiones. Una vez terminada de usar la libreta se
puede archivar como parte del trabajo de investigación57.
56 Se recomienda de un pliego 100x70 cm para trabajos en espacios cómodos y
cerrados ó de 70x50 cm para trabajo en campo.
57 Con el ánimo hacer explícito el sentido de la libreta, y como producto propio de
esta investigación es necesario explicar cómo se desarrolla el instrumento, cómo se
aplica y qué posibilidades ofrece:
El desarrollo es, inicialmente, producto de los trabajos empíricos hechos en campo a través de los cuales se trataba de llegar a la identificación de los patrones de
habitabilidad. Es en términos prácticos la organización (a través de un todo que todo
lo junta) de esa gran cantidad de notas sueltas, o escritas en libretas convencionales,
que al estar separadas operaban como partes y poco o nada se relacionaban. Lo que
la herramienta ofrece es la posibilidad de ver las partes en un mismo plano al
desplegar los apuntes en términos de un todo común.
El uso es sencillo y se divide en dos partes: la primera es el uso y diligenciamiento en campo como cualquier libreta tradicional. Eso incluye notas rápidas, dibujos,
170
Decimos que el fundamento de la libreta alude a la totalidad
como principio porque al momento de mantener doblada la
pieza de papel, sus páginas son solo una parte de algo
más grande que no es posible explicar y entender hasta
que la pieza sea desplegada, es decir, cuando se convierte
en una totalidad.
El segundo instrumento es una versión adaptada de los
ejercicios de percepción espacial aportados por el Profesor
Luis Múnera al seminario de lecturas de habitabilidad,
desarrollado para la Universidad Santo Tomás en el primer
semestre del 201658. Dicho instrumento está dirigido al grupo
de investigadores que trabajan en campo y permite de
esquemas, preguntas, etc. La segunda parte es la más interesante pues se trata de
relacionar los elementos y reflexiones escritas a través de un ejercicio intelectual. Esto
valida la libreta como un instrumento eficaz de trabajo, pues si bien la relación que
se traza no es de carácter científico, las relaciones cartográficas que se establecen
se dan de manera inmediata por lo evidentes que pueden llegar a ser.
Para nuestro caso es claro que la libreta se aplicó en la búsqueda de las variables y
el diseño del instrumento final (anexo instrumental No 2) el cuál es sólo el resultado
en limpio de lo que el instrumento permite construir. Finalmente queremos decir que
la libreta no es una herramienta concluida, pues esta solo se ve completa con la
acción de la persona que la maneja y la pone en práctica. En ese sentido creemos
que sus posibilidades son infinitas.
58 El instrumento no se encuentra documentado formalmente, razón por la cual se
incluye de esta manera la referencia del autor.
171
manera ágil y didáctica, identificar los patrones constitutivos
(tangibles e intangibles) de la habitabilidad propia de un lugar
específico. Los materiales que se necesitan son hojas de
papel (A4 o carta) y lápices para dibujo o escritura.
El ejercicio funciona de la siguiente manera:
1. Previo al abordaje de la dinámica se debe nombrar
un investigador líder quien será el encargado de
coordinar la actividad, elegir el lugar que se piensa
estudiar59 y en base a ello formular 4 preguntas que
serán la clave del ejercicio. La respuesta, en
cualquier caso debe ser respondida a manera de
dibujo o esquema, acompañado –de ser necesario-
de pequeñas anotaciones que brinden mayor
claridad.
2. Las preguntas en su orden (del 1 al 4) deben tener
grados de complejidad en su respuesta. Dicha
complejidad debe estar ligada a los intangibles y
tangibles que se cree a manera de hipótesis
constituyen la habitabilidad del lugar escogido. Por
ejemplo, mientras la pregunta 1 puede ser ¿cuál es
la relación arquitectura y cultura? (un intangible), la
59 Espacio específico: una calle, una esquina, una fachada, etc.
172
pregunta 4 puede ser ¿cuál es la sección de la
calle? (un tangible)
3. Una vez en el lugar, el investigador líder debe
entregar una hoja de papel a cada integrante del
grupo y pedir que ésta sea divida en 4 casillas.
4. En su orden y de manera consecutiva, el
investigador líder formulará cada pregunta según un
tiempo determinado para ser respondida. 16 minutos
para la primera pregunta; 8 minutos para la
segunda pregunta; 4 minutos para la tercera
pregunta; 2 minutos para la cuarta pregunta60.
5. La respuesta se dibujará en cada casilla según
corresponda y no deberá invadir el espacio de las
otras casillas.
6. Al finalizar el ejercicio se socializan los resultados y
se obtienen las conclusiones.
7. Los ejercicios en su orden se pueden legajar y
archivar como parte del trabajo de investigación.
El valor de este instrumento radica en la fuerza expresiva
que se logra a través del dibujo al materializar las
60 Se incluye la variable del tiempo porque se convierte en una presión “sana” que
genera dinamismo al ejercicio. Los tiempos son proporcionales uno al otro y están
determinados por la complejidad de la pregunta; mayor tiempo para las primeras,
menor tiempo para las últimas.
173
percepciones que el investigador tiene frente al lugar, y
que muchas veces sólo se sienten pero no se puede
medir o cuantificar. Es ir de lo más complejo (del ser) a
lo más simple (del tener) en términos de hechos
inmateriales y materiales.
***
Del marco teórico nos quedan muchos conceptos útiles
para entender los fundamentos de la informalidad
urbana y sus variables de habitabilidad. Esos mismos
conceptos también ayudan a construir el marco
metodológico de la investigación; le dan consistencia y
valides al caso de estudio donde se aplica. Lo que nos
queda es una reflexión de las formas de “hacer” y “decir”
las cosas en el proceso de modificación y adaptación
del territorio dónde el ser humano debe habitar.
El marco metodológico se ha construido en base a
preguntas (parcialmente respondidas desde lo
conceptual) que necesitan precisarse en términos del
caso de estudio escogido. Éstas son:
174
PREGUNTA RESPUESTA CONCEPTUALRESPUESTA METODOLÓGICA
INSTRUMENTO DE LECTURA
¿Cuáles son las variables de la habitabilidad?
Son conjuntos de patrones tangibles e intangibles que al interactuar entre sí, con el usuario y con el lugar determinan las condiciones de habitabilidad para el despliegue de la vida.
Indagación en campo y construcción de la Cartografía.
Mapa de recorrido.Libreta de campo.Mapa de percepción
¿Cómo se producen?
Se producen en el despliegue de los niveles de la exteriorización (biológico, técnico, social, figurativo y simbólico). Un hacer poético que implica la mimesis.
Indagación en campo y construcción de la Cartografía.
Mapa de recorrido.Libreta de campo.Mapa de percepción
¿Cómo se comunican?
A través de un lenguaje construido intemporalmente, donde es todo y parte de otro todo a la vez. Un decir retórico que involucra la totalidad.
Indagación en campo y construcción de la Cartografía.
Mapa de recorrido.Libreta de campo.Mapa de percepción
¿Qué propiedades tienen?
Las que aplican a una totalidad/parte:
-La realidad está compuesta de holones.-Comparten capacidades (Individualidad, comunión, trascendencia, disolución).-Emergen holoárquicamente.-Al emerger evolucionan posibilitando la aparición de nuevos holones.-Al emerger trascienden e incluyen a sus predecesores.
Indagación en campo y construcción de la Cartografía.
Mapa de recorrido.Libreta de campo.Mapa de percepción
Ilustración 3. Marco metodológico Elaboración: propia
175
Referente humano y metodológico: la obra del Arquitecto
Simón Hosie61
En Colombia, y mucho más concretamente en Medellín, la
historia de la intervención en los asentamientos informales
bien sea por entes públicos o privados, se ha escrito bajo
la tutela de metodologías que involucran los denominados
procesos participativos, fundamentados principalmente en
talleres de imaginarios, consultas a la comunidad, encuestas
y estadísticas. Estos ejercicios, en principio democráticos y
de construcción colectiva terminan muchas veces en todo
lo contrario, pues el manejo sesgado del proceso y la
dirección interesada de los mismos promotores con las
comunidades hacen de estas metodologías un mecanismo
de poca confianza y efectividad. La causa se debe a que
un proceso participativo, congruente y honesto, dada su
complejidad, amerita una gran inversión de recursos
humanos, técnicos, económicos y de tiempo que en
muchas ocasiones el promotor del proyecto no está en la
disponibilidad de asumir.
61 Tanto las reflexiones como las anotaciones que aparecen entre comillas en esta
sección del documento, fueron tomadas en la conferencia “la arquitectura como
proceso participativo en la obra de Simón Hosie” que el arquitecto realizó el 28 de
mayo del 2015 en el marco del seminario de investigación de la maestría en hábitat.
176
Ha existido también, en esa historia de la informalidad y sus
modos de intervención, una larga tradición académica que
involucra diversos tipos de procesos, algunos de ellos
ligados a los extremismos muchas veces innecesarios que
implica el uso excesivo de la teoría y la poca práctica o
viceversa. Entre los años 70´s y 80´s por ejemplo era mucha
la teoría sociológica que se hacía frente al problema de la
informalidad, pero con poca práctica arquitectónica; eso
dejaba a los proyectos sin diseño e idea, y a las
comunidades con un discurso de lenguaje etéreo e
inentendible sin posibilidades de una aproximación estética
y formal. Tampoco es el otro extremo al que comúnmente
nos vemos enfrentados hoy, el de la excesiva forma
arquitectónica alejada de las realidades humanas y
culturales de la sociedad. Nos vemos enfrentados a un
problema estructural que busca la teoría de lo social, pero
que requiere de la práctica proyectual como elemento
materializador determinante.
Es en este sentido que se toma por importante la obra del
arquitecto Simón Hosie62, puesto que asume las dos cosas.
62 Arquitecto Bogotano, egresado de la Universidad Javeriana y autor de varios y
significativos proyectos arquitectónicos de alta incidencia social. En el 2004 gana el
premio Nacional de arquitectura con el proyecto de la biblioteca “La casa del Pueblo
de Guanacas” en el departamento del Cauca, obra que le ha generado gran
177
No desconoce la teoría, por el contrario, la busca y la
intensifica, pero llegando siempre al proyecto y a su
formalización. Lo interesante de la obra de Hosie radica en
el compromiso social desde sus exploraciones estéticas de
lo popular, como lo haría por ejemplo con la instalación en
la plaza de Bolívar en Bogotá, generando elementos críticos
sobre el problema del hábitat y la habitabilidad en Colombia.
Esas exploraciones y el desarrollo de metodologías63
concretas le han permitido a Hosie formular una arquitectura
sin concesiones “caricaturescas” por tratarse de populares
o participativas. Hay, por decirlo de alguna manera, un
avance estético, incluyente con nuestras formas culturales
y con un alto compromiso social y político en casos como
reconocimiento tanto por los resultados obtenidos, pero también por los medios
utilizados para llegar a ellos.
63 O mejor, métodoilogicologías como se pasarán a explicar más concretamente.
178
el del Salado64 en el departamento de Bolívar o San José
de Saco65 en el departamento del Atlántico.
Si bien es cierto que en términos de materializaciones
discursivas lo más importante es el resultado que se genera,
para este trabajo lo serán los medios y los modos a través
de los cuales se hacen. Para el caso de Hosie eso lo ha
llevado al planteamiento de metodologías como “planos
vivos”, mecanismo que desarrolla para el gobierno
colombiano, y que le permite acercarse con particularidad
a cada uno de los miembros de una comunidad para
entender como es cada habitante en sus condiciones de
vida, habitabilidad, familiares, productivas, etc. Es la razón
de incluir a Hosie y su trabajo en el marco metodológico de
esta investigación, porque es parte de la necesaria
discusión que debe hacer frente la academia.
64 Corregimiento del Carmen de Bolívar, golpeado en el año 2000 por la acción
criminar y violenta de un grupo paramilitar que dejó cerca de 60 víctimas fatales, un
número desconocido de heridos y otro de desplazados.
65 Corregimiento de Juan de Acosta, considerado para el año 2012 como la
comunidad más pobre de Colombia. Fue escogida por la Agencia Nacional para la
Superación de la Pobreza Extrema para desarrollar en él y con su población un
proyecto piloto para la innovación social fundamentado en la co-creación y
participación comunitaria.
179
El contexto humano de Simón Hosie
Vivió su infancia inmerso en el arte, y tras esas
circunstancias ilógicas de la vida (como él mismo las llama),
Simón termina recorriendo Colombia detrás del rastro de
Liliana, su actual esposa. Junto a ella conoce la
antropología, disciplina que le permitió romper barreras para
innovar y trasgredir los límites metodológicos sin temor a la
equivocación o a esa idea de fracaso que muchas veces
impone la academia por el hecho de trabajar por fuera de
marcos lógicos o científicos.
El contacto con el conocimiento de esta manera honesta y
tal vez un poco ingenua le permitió abrir un panorama muy
enriquecedor. Viajar, dice Hosie, “diferencia un arquitecto de
otro” (Hosie, 2015) y en el seguir a Liliana por toda Colombia,
conoce el Amazonas. Allí, el encuentro con culturas que
tienen distintas formas de habitar, de entender lo material y
de construir sociedad le posibilitaron un panorama, que para
ese momento, escasamente le había ofrecido la academia.
Aquí empieza la reflexión y la duda fundamental sobre la
manera de proceder para el desarrollo de proyectos
arquitectónicos coherentes con el lugar y los usuarios, y de
los modelos de enseñanza de la arquitectura basados en
lo que no debe ser (como son las revisiones, correcciones
180
o asesorías actuales) con metodologías que poco funcionan
cuando se aplican en un contexto real.
Siendo muy crítico en su formación como arquitecto, en la
medida que avanzaba en sus procesos de acercamiento a
la antropología, Hosie encontraba una necesidad
fundamental de entablar diálogos profundos y honestos con
las comunidades que visitaba. Así, confrontaba críticamente
la idea de hacer lo que siempre se pide, más –como sucede
recurrentemente- cuando ni ese es el lote, ni ese es el
programa correcto para un proyecto. Metiéndose en
asuntos que no se debía meter, el fondo de todo era aplicar
las herramientas que la antropología y la etnografía le habían
brindado.
La idea de lo ilógico en Hosie
Las situaciones siempre están guiadas por una parte racional en procura del mejor camino y la mejor respuesta, pero la mitad de las situaciones esta mediadas también por el azar y por esas situaciones ilógicas que escapan a la razón y terminan guiado la vida, los procesos profesionales y todo lo que como seres humanos somos y hacemos. (Hosie, 2015)
Nada, dice Hosie, es absoluto en términos metodológicos,
principalmente en el trabajo con comunidades, pues ante lo
181
humano siempre se estará expuesto al azar y a lo ilógico.
Por eso el método como algo que dé claridad y orden debe
estar complementado por esa realidad ilógica, aquella en la
que cualquier cosa puede pasar. La idea de la
métodoilogicología (metodología para asumir lo ilógico) se
construye en base a obtener la verdad, el problema radica
en que al llegar a cualquier comunidad las respuestas
siempre tendrán grados de objetividad y subjetividad y
estarán condicionadas por la realidad sociopolítica del
territorio, y eso en Colombia, implica tener una respuesta
distinta dependiendo de quién pregunte y la manera cómo
lo haga66.
La honestidad de la pregunta, y lo humano en la manera
cómo se formula hacen de la métodoilogicología un
mecanismo basado en la manera de pensar de la gente y
adaptado a su lógica. Obedece al principio de alteridad
(capacidad de entender al otro desde el otro). Para Hosie
es una forma de descomponerse para entender al otro
desde su propia situación, desde su historia y
66 Según Hosie (2015) dado que en nuestro territorio las personas no confían en las
instituciones, pero si lo hacen en otras personas, para un investigador que se piensa
aproximar a una comunidad le resultará más pertinente hacerlo desde su ser, como
individuo. Vemos que obtener la verdad es algo muy difícil y si de entrada los datos
son falsos pues será imposible trabajar con solidez.
182
circunstancias, desde su manera de sentir y pensar. Es un
ejercicio que le permite alejarse de sus propias
subjetividades, siendo además, muy liberador.
En la práctica de la alteridad, Simón encuentra un equilibrio
dónde según él se sitúa la visión de la nueva arquitectura,
porque parte de entender al otro para fusionar y construir
con eso un universo que reconoce las dos realidades
(arquitecto-usuario). Es lo que refleja por ejemplo la casa del
pueblo de Guanacas: al llegar y tener en una primera
impresión la percepción de los materiales del lugar, la
imagen de una casa campesina, pero que al entrar se
encuentra un nuevo horizonte en términos técnicos y
espaciales. Al ver eso las personas del lugar sienten
evolucionadas sus técnicas y su cultura, les posibilita la
maravilla, el asombro y la curiosidad por lo nuevo, el
sentimiento de que todo se puede transformar desde lo que
se tiene y desde lo que se puede ser67. Si la práctica de la
alteridad se nutre siempre se proyectará de manera original,
motivando nuevas arquitecturas que construyen de lado y
lado y que proponen modelos de desarrollo novedosos,
67 Es ver en los términos poéticos y retóricos ya estudiados, la posibilidad de una
arquitectura que dignifica y representa la historia, la cultura y las formas de vida de
las comunidades.
183
pero coherentes con lo que hay en el lugar, no como
hechos aislados o totalmente conservacionistas que no
generan transformación.
La consecución de la métodoilogicología se podría resumir
en cuatro principios básicos: el primero es reconocer las
tradiciones de construcción del lugar y los hechos materiales
que le rodean y forman parte de la comunidad; el segundo
es tener en cuenta la cultura y las costumbres de cada
lugar; el tercer principio es conocer y ahondar sobre la
necesidades, intereses, gustos y sueños de las personas y
lograr una integración de estos para la proyección
arquitectónica; el cuarto es hacer partícipe a la comunidad
de la concepción del diseño y finalmente la ejecución del
proyecto.
El paradigma de belleza en Hosie
La belleza es para Hosie una experiencia emotiva que va
más allá de la forma física o de lo que se ve, una
manifestación cultural determinada socialmente, alejada de
reflexiones absolutas o condicionadas por modelos
universales impositivos. Es, por nombrar un ejemplo, el caso
de las mujeres Padaung en la República de Birmania,
(mujeres con cuello de Jirafa) cuya práctica cultural de
184
alargar sus cuellos les significa belleza; práctica que para
cualquier occidental desentendido sólo representaría
curiosidad o incluso fealdad.
Esa forma de entender la belleza que se sobrepone a los
tratados de proporciones divinas o a los preceptos
culturales que para nosotros se adquieren desde la niñez,
busca ver -sin condiciones- más allá de lo que es evidente.
Dicho así, como lo propone Simón, “la belleza puede estar
en las arrugas, en las formas obesas y desproporcionadas”,
o para nuestro caso, en las manifestaciones emotivas que
construyen los asentamientos informales que nos hemos
propuesto estudiar. Sin embargo, tristemente nuestra
sociedad destruye constantemente toda manifestación que
cargue con algún sentido de popular, al imponer un
supuesto concepto de verdadera cultura que sólo ve, de
manera cínica y jocosa, una manifestación carente de
gusto. Simón busca que a través del conocimiento profundo
de esa “experiencia emotiva” se pueda darle valor a las
ideas más sencillas de las personas y la forma como las
desarrollan.
185
Planos vivos, una herramienta para abordar y asumir la
complejidad del hábitat
No se trata de una estadística socioeconómica. Con los planos vivos se busca precisar cómo vive la gente, sirven para ubicar en un plano todo aquello que no veo como arquitecto. (Hosie, 2015)
En las últimas décadas, el estudio de los territorios se ha
fundamentado en la reproducción de lecturas abstractas y
esquemas reduccionistas que abordan la realidad como un
hecho estático y aislado. Estas herramientas que aun
operan en las academias (planos Nolly, llenos y vacíos,
usos, infraestructura, etc) ilustran de manera superficial la
información de un lugar y las condiciones reales de la
población que allí habita, pues omiten factores cualitativos
como la opinión de las personas, sus deseos y
pensamientos, la historia o la economía del lugar.
Lo que la realidad nos muestra hoy, con sus problemas y
complejidades, es que el mundo es un sistema mutable y la
velocidad con la cual se dan los cambios, obliga, tanto a
profesionales como académicos a empezar a tener en
cuenta otro tipo de factores que antes se omitían, o
menospreciaban por representar gastos adicionales a los
ejercicios de investigación. Sin una capacidad para generar
conocimientos integrales de un lugar y de sus habitantes,
186
los proyectos empiezan a tener inconvenientes y ver cada
hecho estudiado como un ente aislado genera muchos
problemas en términos de lo proyectual, pues un impacto
positivo por un lado puede tener gran cantidad de factores
negativos por otro al nivel ambiental, social, operativo, etc.
Frente a esto y al sentir que los planos con los que trabaja
la arquitectura y el urbanismo son realmente “planos”68,
Simón Hosie plantea la alternativa de planos vivos como una
posibilidad de enlazar los espacios estudiados con los
hechos vividos y percibidos por el habitante y el investigador;
una herramienta capaz de abordar la complejidad del
hábitat de una manera simple y didáctica relacionando al
ser humano en todas sus dimensiones con el lugar.
¿Qué es un plano vivo?
Un plano vivo es un sistema interactivo que permite reunir
información sobre una comunidad, sistematizando
características sociales desde los ámbitos antropológicos,
históricos, económicos, urbanos y arquitectónicos del lugar
revelándole así al arquitecto el tipo de proyecto que debe
realizar y la forma como debe hacerlo. A través de distintos
68 Lineales, bidimensionales y muy específicos de la arquitectura.
187
instrumentos e implicando la métodoilogicología como
fundamento, planos vivos involucra información cualitativa
de las personas como sus opiniones, gustos y deseos, así
como información cuantitativa del lugar.
¿Qué elementos le constituyen?
Le constituyen principalmente, una serie de instrumentos
con los cuales se obtiene la información en campo, y una
plataforma virtual en donde se ingresa y sistematiza lo
rastreado. La métodoilogicología es el fundamento y
característica constante bajo la cual opera el trabajo de
investigación.
Los instrumentos no son diferentes a los utilizados en
investigación histórica, etnográfica, socioeconómica,
arquitectónica o urbana. Los constituyen encuestas,
entrevistas, conversaciones, levantamientos topográficos,
planimetrías de las viviendas, fotografías, dibujos, etc. Sin
embargo uno de los más importantes por la capacidad de
información que es capaz de captar y que es propio de
planos vivos es la carta de vida.
Éste es un documento escrito por los mismos habitantes del
lugar (con su letra, gramática, redacción y ortografía) que
188
nace en oposición a la hoja de vida tradicional. Esta última
dice Hosie (2015), “cohíbe, pues la hoja de vida se basa en
el tener, la carta de vida en el ser”. Permite conocer el
verdadero potencial de las personas porque se descubre
en ellas quienes son, que perciben, que ilusiones tienen y a
donde quieren llegar. El instrumento se aplica a toda la
comunidad (niños, jóvenes, adultos, ancianos) buscando
encontrar desde sus curiosidades y sus pre saberes las
particularidades humanas que les definen para volverlos
parte de la innovación y del cambio. La carta de vida es
inclusiva, da la posibilidad de acceder a los conocimientos
de las personas –no homologados académicamente-
(carpintería, construcción, artesanía, etc), pero que sin
embargo son valiosos y construyen comunidad. Así se
posibilita que cada quien tenga su lugar dentro del proyecto,
desde los niños con su curiosidad y energía hasta un
anciano con sus años de experiencia y emotividad.
La plataforma por su parte, se puede definir como una gran
matriz que reúne y soporta toda la información que se
adjunta en ella. Actualmente los medios informáticos ofrecen
una gran variedad de este tipo de soportes siendo los más
básicos power point, mindly, o prezy. En los ejemplos
mostrados por Hosie, un plano vivo empieza con un mapa
general del territorio que ha sido estudiado, pero que se
189
hace muy específico al ir navegando dentro en él. Así al
hacer “click” en una casa o en una calle aparecerá todo
tipo de información compilada con un alto grado de detalle
en términos cualitativos o cuantitativos según sea el caso.
Sin embargo, lo más importante de la plataforma radica en
dos factores: el primero en su capacidad para captar
información de manera ágil e intuitiva y almacenarla de
modo seguro; el segundo en la capacidad de la misma para
relacionar las dimensiones estudiadas permitiendo cruzar
información y facilitar la toma de decisiones.
¿Qué ventajas ofrece un plano vivo?
El planteamiento, construcción y manejo de un plano vivo
podría parecer muy básico y elemental, y en realidad lo es
pues así lo pensó Hosie. Con el ánimo de ser construido,
manipulado y entendido por cualquier persona, se busca
estimular a todos los actores sociales a participar en la
identificación de las problemáticas y en el planteamiento de
las posibles soluciones. Así la responsabilidad del ejercicio
del proyectual deja de basarse en esquemas
preconcebidos que la academia difunde como verdades
absolutas y se apoya en la lectura consiente del usuario, el
lugar y la relación que históricamente han construido.
190
De planos vivos nos queda la manera de integrar la
arquitectura a otras formas disciplinares como la sociología,
la antropología o la historia en un relato estructurado que
incluye las variables que se deben tener en cuenta en un
proceso proyectual serio, consiste y coherente del lugar. La
propuesta interactiva, la posibilidad de entender el territorio
desde usuario y de recorrerlo en sus particularidades,
ofrece la posibilidad de reconocer las formas elementales
que construyen los hábitos, la cotidianidad del espacio, la
parte humana de los sueños y las ilusiones de las personas.
195
Tuve que tomarme 2534 cafés con todo y nata, digerir 893 empanadas, 345 tamales, 76 todoricos, 56 ponys, 28 liberales, cuatro cuyes y una danta para entender que todo lo que nos identifica como mestizos y como país, no está en ninguno de los edificios que rodean la plaza de Bolívar, ni en las armas que nos darían la libertad, ni en las leyes que nos garantizarían la justicia, sino en una sola fachada de las millones que se replican a lo largo y ancho de nuestro territorio.
En una fachada popular, está todo el sentido de lo común; toda la alegría, la sencillez, la espontaneidad, la recursividad, la emotividad y la berraquera que nos identifica como colombianos; una sensación que no despiertan las fronteras.
Simón Hosie
La métodoilogicología. Arte y sentido de lo común 69
69 (Hosie Samper, 2010, pág. 19)
197
Previo al abordaje de la última parte de esta investigación
es necesario hacer varias apreciaciones70 con respecto al
barrio la Cruz como caso de estudio. La primera de ellas
hace referencia a las circunstancias que nos permiten
escogerlo como ejemplo –dentro de otros tantos- y la razón
que lo hace especial. Ello debido en parte al acercamiento
desde el ámbito “profesional” que tuve en el 2014 cuando
formé parte de un grupo de investigación encargado de
realizar el estudio diagnóstico de las condiciones físicas y
sociales del barrio, que luego la EDU utilizaría como
herramienta para formular la propuesta de intervención
urbana y arquitectónica en el marco del proyecto “barrios
sostenibles”.
A raíz de esto se toma la decisión de escoger el barrio como
ejemplo para ilustrar las nociones conceptuales y
metodológicas que se construyen en este documento. Esa
es la segunda apreciación, pues no se trata esto de un
estudio profundo y pormenorizado del barrio, sino una
ejemplificación que nos permite definir los conceptos,
metodologías y herramientas para el entendimiento de su
propia habitabilidad. En ningún momento se pretendía
reescribir información que ya ha sido bien documentada en
70 Apreciaciones en primera persona por tratarse de condiciones personales.
198
tres referencias previas de alta vigencia y que nos permiten
llegar a un nivel mayor de detalle. La primera, “Rehabitar la
montaña” del centro de estudios urbanos y ambientales
URBAM de la Universidad EAFIT, 2013, quienes toman el
barrio como caso de estudio para definir estrategias y
procesos de intervención en la construcción de un hábitat
sostenible para las laderas de Medellín. El segundo,
“documento diagnóstico Macroproyecto la Cruz” de la
alcaldía de Medellín y la EDU, 2013, en el marco del
desarrollo del proyecto “Jardín circunvalar”, y el tercero,
deriva del anterior, “Estudios y Diagnóstico Físico para la
Formulación de los Proyectos Barrios Sostenibles en los
sectores Golondrinas, Versalles, Rancho de Lata al interior
de los Macroproyectos Llanaditas, La Cruz y El Picacho, en
del marco del Proyecto Cinturón Verde Metropolitano en la
Ciudad de Medellín” de la Universidad San Buenaventura y
la EDU, 2014.
La tercera consideración es de tipo personal. Al terminar el
ejercicio diagnóstico ya comentado la experiencia de vivir el
territorio más que académica o profesional, fue en realidad
humana, pues dejó una profunda lección sobre la cantidad
de posibilidades que tiene la informalidad como objeto de
estudio y como proyecto de vida. Durante el tiempo que
permanecí en el barrio, conociéndolo y hablando con sus
199
habitantes fue posible entender la real dimensión de la teoría
puesta en práctica y lo escaso de los recursos de
diagnóstico y proyectuales al momento de proponer
soluciones coherentes en este tipo de contextos. Decimos
que es personal porque desde ese momento la pregunta
de la investigación dejó de ser académica para convertirse
en algo vivido, algo real; en una circunstancia que
necesariamente debía ser respondida.
La cartografía barrial
La última tarea de esta investigación es desarrollar una
herramienta capaz de relacionar las variables determinantes
de la habitabilidad barrial. Eso entre variables, entre los
elementos que las componen y las acciones que las
posibilitan. Sin embargo, para entender la cartografía es
preciso rescatar en síntesis todos los elementos
conceptuales que han sido definidos de manera previa, toda
vez que de ellos depende la estructuración de la misma.
Estos se pasan a listar de la misma manera como han ido
apareciendo a lo largo de este documento:
1. Lo informal: Entenderemos lo informal, como toda
condición que, para el caso de la ciudad, niega la
200
forma de la misma71. Por eso lo informal se piensa
y construye bajo sus propios términos partiendo de
adaptar, deconstruir, sustituir o eliminar todo aquello
el mundo formal le posibilita. La informalidad
determina así una cultura de la adaptación de lo
material, lo conceptual o lo metodológico a las
necesidades del usuario y el lugar bajo condiciones
culturales, económicas, políticas y humanas muy
específicas. Se opera poética y retóricamente en el
establecimiento de un ambiente mínimo para el
sostenimiento de la vida humana.
Lo informal es el elemento contextual que permite la
construcción de la trama narrativa del hábitat en sus
condiciones macro, pues le determina las
referencias iniciales de donde derivarán todas las
producciones materiales y simbólicas que hacen de
la informalidad un lenguaje compositivo complejo por
71 Es negar la forma trazada desde la norma, la oficialidad, el plan reglado y regulado.
Se lanza desde sus propias premisas mediadas por la urgencia y las necesidades, las
limitaciones materiales y técnicas, la necesidad de implantarse y adaptarse, de
apropiar y transformar su entorno, pero siempre, por fuera de ese orden establecido,
de esa norma reguladora en vigencia, así esta llegue después a "formalizarlo".
201
las condiciones –principalmente socioeconómicas-
bajo las cuales se debe producir.
2. El habitar, o mejor, el sentido del habitar se define
en el despliegue de la exteriorización. Es decir, en la
medida que una exteriorización se desarrolla es
posible trascender del estar en el mundo a ser parte
de él, pues lo valioso en ese despliegue no son sólo
las posibilidades técnicas o los utillajes que permiten
transformar y adaptar el mundo, si no los niveles
figurativos y simbólicos en donde subyace el sentido
del habitar.
En ese mismo despliegue es posible entender la
poética de la exteriorización a través de la mimesis.
Partiendo de una necesidad que busca ser resuelta,
en el nivel biológico se hacen las prefiguraciones, en
el nivel técnico se dan las materializaciones y
configuraciones, y una vez el dispositivo es
materializado, su puesta en marcha en un contexto
social permite la reconfiguración en los niveles
figurativos y simbólicos. El siguiente gráfico resume
esta idea.
202
3. Las variables en nuestro caso las entenderemos
como conjuntos de exteriorizaciones (lenguajes de
patrones), capaces de expresar las cualidades,
categorías y atributos que definen al barrio como
una unidad de análisis única e irrepetible en su
contexto de informalidad.
Las variables se ordenan en términos de las escalas
que la habitabilidad como concepto ya definió
Ilustración 4. Esquema habitar, exteriorización, mimesis Elaboración: propia
203
(ciudad, barrio, vivienda) y dentro de cada escala en
términos de lo tangible o intangible según
corresponda. Encontraremos así que la variable se
comporta como un patrón y como una interacción;
que hay variables en el “hacer” pero también en el
“decir”.
4. La habitabilidad será entendida como toda
interacción (acción) entre variables y entre los
patrones que componen la variable. Hemos definido
que las principales acciones determinantes de la
habitabilidad barrial son: el circular, el permanecer,
el acceder, el proteger (de guarecer, resguardar); el
contemplar, y el identificar (de todo aquello que
permita crear una identidad).
La acción es determinante para entender la
habitabilidad barrial, sin ella nos quedaríamos
solamente con las variables pero sin ningún tipo de
relación que las vincule y explique la dinámica del
habitar. Es decir, sin acción las exteriorizaciones no
se podrían validar puesto que no se ponen en
función.
204
5. En un proceso de adaptación del mundo formal al
informal, la dimensión proyectual es transversal a
todo el proceso. Cómo ya se dijo hay poética en el
despliegue de la exteriorización a través de la
mimesis, y la misma cultura de la adaptación
aparece como un mecanismo retórico capaz de
validar las acciones que transforman el mundo en
procura del habitar.
En términos prácticos podríamos hablar de tres
factores que a modo de “estrategias poéticas para
la composición de la forma” vemos como
fundamentales en el “hacer” poético del barrio la
Cruz. El primero, la poesía misma de la construcción
en un fenómeno “constructivo” a través de la
recepción de elementos materiales que logran
transmitir un concepto como tal. Al ser elementos –
muchos de ellos reciclados o reutilizados- estos se
ven despojados de los valores simbólicos que la
ciudad formal les ha impuesto y se presentan puros,
prestos a ser reconfigurados -mimesis- en un nuevo
uso. El segundo, es una “emoción”, una capacidad
expresiva que comunica sentimientos y configura un
escenario que transmite el sentir y la emoción de
205
cada habitante del barrio. Así, la función del espacio
es transmitir esas emotividades, incluso con lo
limitado de los recursos materiales. El tercer factor
es una especie de “organicismo” donde las formas
materiales deben ser adaptadas según el contexto
humano y ambiental donde debe ser instalado.
La representación
El esquema cartográfico que se presenta a continuación es
una síntesis de los conceptos ya definidos pero en términos
del nuestro estudio de caso. Se puede entender como una
matriz compleja que agrupa y relaciona categóricamente las
escalas, variables y acciones de la habitabilidad. Su
construcción se ha definido de la siguiente manera:
1. El orden es principalmente concéntrico. De afuera
hacia adentro se podrán identificar tres grandes
agrupaciones de color naranja, gris y azul que
corresponden a las escalas de ciudad, de barrio y
de la vivienda respectivamente. Eso significa que la
escala de la habitabilidad es nuestra primera gran
variable. Se podrá notar también que las escalas no
se encuentran en el mismo eje, están jerarquizadas
siendo la de ciudad más exterior, la de la vivienda
206
más interior y la de barrio en la mitad haciendo de
elemento intermedio que conecta (Ilustración 5).
Ilustración 5. Cartografía de habitabilidad. Elaboración: propia
207
2. Al acercarse a cada escala es posible darse cuenta
que está se ha divido en dos grandes secciones: la
de los elementos tangibles e intangibles de la
habitabilidad. Eso significa que lo tangible e intangible
de cada escala es nuestra segunda gran variable.
Dentro de cada sección se podrán encontrar de
manera concreta los patrones que constituyen cada
subgrupo en razón de su propia escala (Ilustraciones
6, 7, 8 respectivamente).
3. En la parte central se encuentran las 6 acciones
determinantes de la habitabilidad barrial (circular,
permanecer, acceder, proteger, contemplar,
identificar). Creemos que todas tienen la misma
jerarquía e importancia, por eso se han colocado en
el mismo eje circular. Constituyen la tercera gran
variable pues a través de ellas se da el
entendimiento y función de cada patrón en virtud de
la habitabilidad (Ilustración 9).
208
Ilustración 6. Cartografía de habitabilidad. Escala de ciudad. Elaboración: propia Ilustración 6. Cartografía
de habitabilidad. Escala de ciudad Elaboración: propia
212
Aplicación de la herramienta
La función de esta cartografía es relacionar las variables y
sus patrones constitutivos a través de las acciones
determinantes de la habitabilidad barrial, con el ánimo de
dar una idea o noción aproximada de la misma. Es
necesario aclarar que son todas las observaciones,
conjeturas, reflexiones y la experiencia sobre el barrio La
Cruz, sumadas al marco teórico y metodológico (y al
métodoilógico también) de este documento, las fuentes de
información que permiten la creación de la herramienta. Eso
significa que ésta nace en campo (no se llega con ella a
campo), desde la práctica con el uso de los otros dos
instrumentos (libreta y ejercicios de percepción barrial), pero
con uso consiente de los conceptos ya trabajados; todo
siempre enmarcado en el principio de la totalidad. Fue, en
síntesis, una acción intencionada que el mismo barrio sugirió
hacer desde la lógica de su espacio, desde su gente y de
su habitar.
Con esto se busca decir que el ejercicio cartográfico se
convirtió en un fin, usando como medio para ello el barrio,
la teoría y la práctica. A continuación se ejemplificará el uso
de la herramienta:
213
Dado que la herramienta busca relacionar para entender,
esta relación se da al trazar sobre la cartografía una serie
de líneas que funcionan bajo la lógica territorial y las
acciones determinantes de la habitabilidad.
1. Se parte de la escala de ciudad (por ser la mayor
escala, aquella que da las condiciones macro), se
toma un patrón de estudio (ej: sistemas de
transporte) y la línea debe pasar por una de la
acciones que le corresponda (ej: sistemas de
transporte - circular) y termina en la escala barrial
(ej: sistemas de transporte – circular – paraderos de
buses). (Ilustración 10)
2. En este punto de la escala barrial sucederán dos
fenómenos: el primero tiene que ver con las
“afectaciones” sobre patrones de la misma escala
(ejemplo: paraderos de buses - vías vehiculares -
vías peatonales - tiendas, etc). Decimos
afectaciones en el buen sentido de la palabra, pues
deberán entenderse más como las posibilidades que
genera un patrón al interactuar con otro, es decir,
siguiendo con nuestro ejemplo las posibilidades que
genera un paradero de buses en la escala barrial al
permitir que aparezcan a su alrededor diferentes
214
actividades comerciales como tiendas, panaderías,
ventas ambulantes, etc. (ilustración 11). El segundo
fenómeno es la afectación que tiene este patrón en
la escala de la vivienda al posibilitar por ejemplo
condiciones de accesibilidad a la misma.
Evidentemente sobre esta escala también se
tendrán afectaciones internas. (Ilustración 12)72.
72 En el anexo instrumental No 2 se incluye la cartografía impresa a modo de base
para empezar a relacionar variables, patrones y acciones. También se incluye la
cartografía del ejemplo anterior.
En el anexo instrumental No 3 se incluye la cartografía en formato editable (.cad) con
la esperanza se animar a la construcción de nuevos instrumentos. En este formato es
posible apreciar la estructura compositiva de la herramienta y su operatividad por
niveles de mayor a menor según su cercanía al centro y las capas según las acciones
determinantes de habitabilidad. También se adjunta la cartografía en formato PDF
por un tema de visualización.
219
Conclusiones a la cartografía
Las posibilidades que se generan con este tipo de
instrumentos son variadas y muchas de ellas inexploradas
desde la investigación en hábitat. En razón de esto se dejar
explicitas varias conclusiones que sugieren dar pie a nuevas
indagaciones, incluso por las reconfiguraciones o
adaptaciones que a futuro se puedan hacer sobre el
instrumento.
La idea de la habitabilidad se da al relacionar
variables y patrones a través de acciones en la
construcción de una trama compleja, que siendo
muy gráfica al principio, se hace conceptual al
entender todas las implicaciones que tiene mover,
sustituir, eliminar o agregar nuevos patrones en
cualquiera de las escalas.
Es importante destacar que todo lo intangible es de
vital importancia en la construcción de la
habitabilidad barrial; si bien está se soporta en
elementos materiales es sólo a través de la acción
determinante que toman sentido.
La totalidad lo enmarca todo y nada estará ajeno a
ello. Los holones y sus propiedades tal como los
plantea Wilber se hacen evidentes en la forma como
220
se construye el instrumento, pero también en la
forma como se utiliza.
Al incluir más variables al ampliar las escalas
(metropolitana, regional, nacional) o al reducirlas (la
habitación el individuo), más patrones tangibles e
intangibles y más acciones dentro de la cartografía,
mayor será su complejidad, pero también mayor la
comprensión de la idea de lo habitable en un
territorio.
La herramienta es escalable según la necesidad. Se
puede usar desde el ámbito de la habitación hasta
la escala regional o nacional de ser necesario.
La herramienta es en síntesis una matriz múltiple que
opera en varios niveles y a diferentes complejidades.
Si bien el ejemplo se hace con un solo patrón
también es posible hacerlo con muchos más.
Es evidente que para esta investigación nunca fue
una preocupación “medir” la habitabilidad. Sintetizar
en indicadores es también una forma válida y
pertinente de dar a entender la idea de lo habitable,
pero sobre este tema muchos ya están trabajando.
Buscábamos entender intangibles, no desde su
medida (porque no se pueden medir) sino desde su
relación con el tangible y la acción que le posibilitan.
221
Reflexión final de la arquitectura y la habitabilidad
Queremos incluir en este cierre de la investigación las
palabras de la arquitecta Celia Marín (2013), pues creemos
sintetiza el sentido y el valor de la arquitectura en el tiempo
que nos tocó vivir. Valida además todo lo expuesto durante
el documento al ver en este oficio una noble forma de
enaltecer la vida humana, mucho más allá de lo material;
para trascender y evolucionar.
La arquitectura no es simplemente un techo que se aguante, unos cimientos que no se hundan y unas medidas mínimas de ventilación. Una vivienda que cumpla los mínimos necesarios que marca la cédula de habitabilidad podrá poseer la categoría de vivienda pero le faltaría mucho para ser un hogar. Para ello necesitará de una estructura necesaria ya sea a través de un barrio o de la propia ciudad que le proporcione a sus habitantes un sentimiento de comunidad y pertenencia, que lo relacione con su entorno, con los suyos y con la sociedad que es lo que marca la misma existencia sedentaria desde que el mundo es mundo, o mejor dicho, desde que las sociedades dejaron de vagar por el desierto y se establecieron las primeras comunidades agrícolas y las ciudades después.
Obviamente todo esto la arquitectura por sí sola no lo hace, pero es muy consciente, o debería de serlo siempre, de que la arquitectura como tal no se reduce únicamente al objeto arquitectónico sino que en realidad está creando un tejido estructural que es la base de la vida pública y por tanto de la propia polis. Las medidas mínimas y las cédulas
222
de habitabilidad, incluso los códigos técnicos, son parametrizaciones normalizadas y estandarizadas de mínimos necesarios aplicables a casos tipo pero que nada tienen que ver con la vida real y, por supuesto, carentes del componente no-físico. Es decir, la arquitectura por mucho que sea una construcción física en el fondo es el escenario de una construcción simbólica y cultural que representa no sólo la espiritualidad, sino los sueños, creencias, y vivencias de una sociedad entera. Es trascendente no sólo porque presenta soluciones para el presente sino porque asegura una continuidad de lo construido con lo existente – pasado- y con lo que vendrá – futuro.
Reflexión final del barrio y la informalidad
El estudio de la informalidad cambia nuestra concepción
sobre las formas de vida y la habitabilidad de la ciudad. El
barrio La Cruz es esencialmente la representación de las
relaciones humanas y la resistencia de sus habitantes
sostenida en una multitud de referencias técnicas, estéticas,
materiales e inmateriales, que relacionadas crean un
entramado con tantas capas como interpretaciones tiene
su realidad social.
En muchas situaciones los vínculos y las relaciones entre
patrones de habitabilidad se cruzan y entrecruzan de forma
rocambolescas tratando de meter el máximo de formas
trascendentales materiales e inmateriales en un mismo
223
espacio. Algunas situaciones incluso parecen pensadas
desde un barroquismo simbólico y referencial que incluso
muchas veces dificulta su interpretación.
Queda claro que el barrio es mucho más que la suma de
sus partes; es una coordinación armoniosa de elementos
poéticos, retóricos y simbólicos que se apoyan mutuamente.
El significado de su imagen se combina en una totalidad que
interroga sobre los principios de la experiencia humana
codificándola en una serie de metáforas que nos permiten
comunicar los aspectos más fundamentales de la existencia
humana.
227
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