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LO INFORMAL HABITADObdigital.unal.edu.co/55526/1/1085250488.2016.pdf · determinantes de la habitabilidad urbana del barrio la Cruz en la ciudad de Medellín y la dimensión proyectual

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LO INFORMAL HABITADO

Trabajo realizado como requisito para optar al título de magister en hábitat.

Aspirante: Jhon Villota Pantoja Arquitecto Director: Luis Fernando González Escobar Doctor en Historia Magister en Planeación Urbano Regional Arquitecto Constructor Maestría en Hábitat, septima cohorte Escuela del Hábitat Facultad de Arquitectura Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín 2016

Registro fotográfico Jhon Villota Pantoja

LO INFORMAL HABITADO

Variables de habitabilidad urbana y dimensión proyectual del barrio La Cruz en la ciudad de

Medellín.

Dedicatoria

Este texto está dedicado:

A los seres humanos que por voluntad propia habitan en el anonimato.

A los seres humanos que desde su dignidad no se dejan amaestrar.

A los seres humanos que a riesgo de perderlo todo no son venales.

……y a los pocos afortunados que carecen de valor comercial, porque resisten desde la negligencia del abandono y la desidia de aquellos que no los debían olvidar.

2

3

Agradecimientos

A Christopher Alexander por el modo intemporal.

A Leroi Gourhan por la exteriorización.

A Heidegger por el habitar.

A Ken Wilber por la totalidad.

A Luis Fernando González por su consejo y dirección.

A la familia por su paciencia.

A los amigos por su compañía.

A la Universidad Nacional, por todo.

4

5

Introducción

En la formulación de este ejercicio de investigación; en la

planeación y búsqueda de los enfoques teóricos y

metodológicos para su realización, una pregunta siempre

estuvo acompañando este desarrollo. En esta pregunta que

permanecía atenta a ser respondida y que involucraba la

informalidad y la habitabilidad como ejes de discusión,

radicaba la fuerza de lo que en el tiempo se convertiría en

el documento que hoy está en sus manos.

Responder a la(s) pregunta(s) por la habitabilidad de los

entornos informales, ¿qué y cómo se produce?, y ¿de qué

variables depende? implicaría hacer algunos esfuerzos de

orden intelectual, profesional y humano, pues sí por

definición la habitabilidad (eje transversal de la disciplina de

la arquitectura) es la capacidad que tiene un lugar para

permitir el despliegue de la vida, entonces era válido

preguntarse cómo se dará en los entornos informales,

puesto que a pesar de sus problemas e incertidumbres

constantes, la vida humana y todas sus expresiones afloran

por cualquier rincón, incluso más que en los entornos

6

formalizados. Para un arquitecto como yo, formado

académicamente bajo el paradigma del funcionalismo

moderno, romper determinadas estructuras éticas, estéticas

y académicas implicaría un desprendimiento casi total de la

disciplina que había terminado de estudiar para fijar ahora

una mirada atenta y aguda en el mundo de lo informal.

De esta manera el documento se constituiría de tres ejes

temáticos a partir de las cuales es posible responder la

pregunta por lo habitable de la informalidad. 1 //LO

INFORMAL HABITADO// porque desde un principio en la

maestría se consideró el habitar no como una particularidad

de la ciudad formal-planificada bajo los criterios de la

modernidad, sino como una práctica transversal al

desarrollo de la vida humana sin revestir un necesario interés

en el entorno físico en cual se produce. 2 //VARIABLES DE

HABITABILIDAD// partiendo de una primera hipótesis dónde

la habitabilidad se construye desde variables o conjuntos de

variables que el mismo lugar y sus habitantes producen. 3

//LA DIMENSIÓN PROYECTUAL// porque por fuera de

entender las variables determinantes de habitabilidad,

también representaba gran interés dilucidar cómo éstas se

producen, a qué modelo proyectual aluden y de que

depende su desarrollo como tal. No para ver en ellas falsas

poéticas, sino para darle voz a la proyectación de ciertos

7

elementos nacidos desde las raíces propias de la cultura

popular y que poco interés generan como objeto de estudio,

principalmente para la arquitectura.

Estos tres ejes temáticos dan forma a la estructura capitular

del documento pues éste se encuentra organizado de la

misma manera. En el primer capítulo se hace la

conceptualización de lo informal habitado, partiendo

inicialmente de una contextualización del estudio del hábitat

informal y por qué éste lo consideramos valioso y pertinente

como objeto de estudio. Los aportes del arquitectos Carlos

Torres Tovar1 principalmente en el contexto colombiano ha

significado un avance estructural para la configuración de

un marco teórico congruente de la informalidad.

Por su parte y para entender el hábitat y el habitar se han

tomado referentes como André Leroi Gourhan2 quién al

entender el despliegue de la vida como una exteriorización

técnica y estética de la misma, logra determinar lo que al

final serán las condiciones macro de cualquier sistema de

1 En, “Ciudad informal colombiana. Barrios construidos por la gente. Bogotá:

Universidad Nacional de Colombia. 2009” 2 En, “El gesto y la palabra. Caracas: Universidad central de Venezuela. 1971”

8

hábitat; y Martin Heidegger3, pues sus definición filosófica-

existencial del habitar se complementa con la antropológica-

biológica de Gourhan.

El segundo capítulo comprende la conceptualización de las

variables de habitabilidad. Para entender una variable en el

contexto del hábitat fue necesario y afortunado el encuentro

con la teoría del lenguaje de patrones de Christopher

Alexander4, pues desde un principio su teoría definió la idea

generatriz a seguir: una variable es equiparable a un patrón

y éste a la exteriorización propuesta por Gourhan.

Evidentemente Alexander no toma un patrón como una

variable y menos como una exteriorización, pero la

asociación a la que se llega en el desarrollo del capítulo

permite equipararlos y darles validez teórica.

Por su parte la habitabilidad viene sustentada

conceptualmente desde los manuales reduccionistas

propios del saber técnico de la arquitectura hasta los

aportes de intelectuales como el arquitecto Alberto

Saldarriaga5. La habitabilidad es un término complejo de

3 En, “Construir, habitar pensar. Martin Heidegger, Conferencias y artículos, Ediciones

del Serbal, España 1994” 4 En, “El modo intemporal de construir. Barcelona: Gustavo Gili. 1981” 5 En, “Habitabilidad. Bogotá: Fondo Editorial ESCALA. 1976”

9

estudiar pues como concepto no le es necesariamente

propio a la arquitectura; se incluyen así referencias

particulares de la astrofísica pues aportan elementos claros

a la construcción teórica, hechos que al final también hacen

parte de los hallazgos de la misma investigación. Variables

de habitabilidad, patrones de habitabilidad, exteriorizaciones

de habitabilidad, al final todo constituye ese conjunto finito

de reglas y utillajes de los cuales depende en un entorno

formal o informal el sano despliegue de la vida.

El tercer capítulo es doble, por un lado conceptual pues al

haber entendido lo informal, el habitar, los patrones y la

habitabilidad, es posible asimilar entonces la dimensión

proyectual: para ello la relación teórica planteada por Josep

Muntañola6 entre la poética, la retórica, y la dialógica del

lugar serán de gran interés puesto que suma a los

elementos para definir el por qué y el cómo de las

exteriorizaciones en el contexto que ofrece el hábitat

informal.

Por el otro lado en lo metodológico se ponen en

funcionamiento práctico las referencias teóricas para definir

finalmente el ¿por qué? y el cómo de la habitabilidad. Es

6 En, “Poética y arquitectura. Barcelona: Anagrama. 1981”

En, “Retórica y arquitectura. Madrid: Blume. 1990”

10

propio decir que la metodología se remite a enmarcar el

problema de investigación en el paradigma de la totalidad,

entendido a través de Ken Wilber7. Al ver el todo no en sus

partes, sino en la forma como se relacionan entre ellas

ayudó a entender que, finalmente, no es solo el patrón el

que interesa, sino la forma como se relaciona con otros

patrones, pues ahí radica el fundamento del hábitat como

la trama en donde se da la habitabilidad.

El tercer capitulo se considera así el mayor aporte al estudio

del hábitat, pues en éste se llega a la construcción de una

cartografía (a modo de instrumento) que da cuenta de las

interacciones entre patrones a través de acciones

relaciones. Hecho que además sistematiza y resalta las

principales evidencias del trabajo.

Con respecto al Barrio La Cruz es necesario advertir desde

esta introducción que éste fue principalmente un medio para

llegar a la formulación del instrumento cartográfico, y no se

puede tomar como un estudio de caso propiamente dicho.

Esto debido a varios inconvenientes que durante el ejercicio

no permitieron analizar y sistematizar la información recogida

en campo.

7 En, “Breve historia de todas las cosas. Barcelona: Kairós. 1996”

11

El barrio (ubicado en la comuna 3 Manrique) se toma

inicialmente como campo de trabajo por tratarse de un

barrio “joven” en el sentido que lleva poco más de 30 años

en su proceso de génesis y consolidación, razón por cuál

reúne de manera concreta las cualidades que queremos

estudiar. Es decir, contamos con un territorio abierto a

cualquier tipo de exploración investigativa en términos de

hábitat informal.

De las visitas y recorridos al barrio se puede decir que estos

más que académicos o profesionales fueron en realidad

personales, pues dejan en mí una lección sobre la gran

cantidad de posibilidades que tienen la informalidad como

objeto de estudio, pero también como proyecto de vida,

pues sus habitantes ven en cada crisis, falencia o

inasistencia, una nueva oportunidad de trabajo y superación

para ellos mismos, sus familias o sus vecinos. Este trabajo

está dedicado especialmente a ellos.

Para terminar, es necesario decir que en la escritura del

texto se ha procurado utilizar un lenguaje sencillo y fácil de

entender, alejado tal vez de los tecnicismos que muchas

veces dificultan la comprensión de las ideas que se

exponen. Fue pensado para el estudio de un público más

12

general, más abierto, más de un pregrado o más de la

misma comunidad dónde fue realizado.

Es claro que esta no es la primera investigación de su tipo,

es claro que tampoco será la última. Esperamos, a pesar

de ser esto una aproximación inicial se aporte a la

construcción de nuevos debates y se marquen nuevos

puntos de partida para consolidar los marcos teóricos y

principalmente los metodológicos en la intervención de los

hábitats populares de nuestras ciudades latinoamericanas.

La conciencia sobre su génesis, desarrollo y consolidación

no puede ser propia de técnicos o humanistas solamente;

los estudiantes de arquitectura o de construcción por

ejemplo deben ser conscientes del contexto en que deberán

trabajar. Para eso también ha sido escrito este texto.

El autor

13

Objetivos de la Investigación

Objetivo general

1. Comprender las variables físico-espaciales determinantes de la habitabilidad urbana del barrio la Cruz en la ciudad de Medellín y la dimensión proyectual del mismo en el proceso de construcción de un hábitat informal.

Objetivos Específicos:

1. Formular un marco conceptual y metodológico para identificar las variables de habitabilidad urbana del barrio la Cruz en la ciudad de Medellín.

2. Formular un marco conceptual y metodológico para comprender la dimensión proyectual del barrio la Cruz en la ciudad de Medellín.

3. Relacionar a través de cartografías de hábitat, las variables físico espaciales y la dimensión proyectual del barrio la Cruz en la ciudad de Medellín.

14

15

Justificación

La presente investigación se puede justificar por las siguientes razones:

Para la maestría en hábitat siempre ha sido una gran preocupación el tema de la informalidad, tal vez como problema pero más como una forma diferente de construir ciudad. La mayoría de sus investigaciones se han aproximado a este tema desde varios enfoques y metodologías y la que aquí proponemos es sólo una mirada adicional al vasto tema del habitar informal.

Para las condiciones actuales de Medellín e incluso del país, el tema de la informalidad es relevante como forma contemporánea de habitar. La evolución conceptual del término y las diversas formas de su tratamiento obligan a ahondar en los esfuerzos por entender e intervenir coherentemente esta complejidad.

Partiendo de entender que los barrios informales están contribuyendo en un porcentaje muy alto al crecimiento de nuestras ciudades, definir marcos teóricos y metodológicos adicionales para su entendimiento e intervención es una necesidad urgente tanto de la academia como de las instituciones estatales, pues como informales, la manera de ver la vida y entender la realidad se aleja del formato tradicional con el que regularmente se construye la ciudad.

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Las capacidades, herramientas y metodologías bajo las cuales se construyen los barrios informales merecen ser reconocidas como formas propias de hacer ciudad y enriquecer la cultura. Si bien se dan bajo marcos de precariedad material, existen muchas facultades inmateriales que son susceptibles de ser aprovechadas en la construcción de un hábitat digno, justo y equitativo para la sociedad.

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21

ÍNDICE

1. LO INFORMAL HABITADO .................................................. 25

LO INFORMAL .................................................................................. 27

Informal ............................................................................................. 31

El sentido de la ciudad informal. .......................................... 33

La ciudad informal y la economía informal; parte de una misma realidad. .................................................................. 35

Informalidad, ilegalidad .............................................................. 38

Dimensión física de la informalidad .................................... 40

Etapas en la construcción de la ciudad informal. ....... 44

Autoconstrucción e informalidad.......................................... 47

El modelo de ciudad ................................................................. 48

Informalidad no es sinónimo de miseria. .......................... 52

LO HABITADO .................................................................................. 55

El despliegue de la vida: exteriorizaciones técnicas y estéticas. ......................................................................................... 59

Exteriorizaciones técnicas y estéticas ............................... 65

Nivel Biológico ............................................................................... 68

Nivel técnico .................................................................................. 69

Nivel social ..................................................................................... 70

Nivel figurativo ............................................................................... 72

Nivel simbólico .............................................................................. 73

Hábitat como una pregunta tecnológica ......................... 77

Habitar como fundamento de una disciplina cómo la arquitectura. .................................................................................. 80

22

Heidegger y el habitar ............................................................... 81

2. VARIABLES DE HABITABILIDAD ........................................89

VARIABLES ......................................................................................... 91

Una variable .................................................................................. 95

Lenguaje de patrones: exteriorización técnica y estética de los hábitats informales. .................................... 97

Exteriorización técnica y estética de los hábitats informales: ..................................................................................... 101

HABITABILIDAD .............................................................................. 107

La idea de habitabilidad .......................................................... 111

Hábitat, arquitectura y habitabilidad ................................. 116

Escalas de interacción de la habitabilidad ..................... 119

La habitabilidad del individuo ............................................... 127

El papel del arquitecto en la construcción de la habitabilidad ................................................................................ 129

Construcción propia de la definición ............................... 132

3. DIMENSIÓN PROYECTUAL DEL BARRIO LA CRUZ137

DIMENSIÓN PROYECTUAL ...................................................... 139

La Poética .................................................................................... 145

La retórica.................................................................................... 147

Poética es producción como retórica es persuasión .......................................................................................................... 149

Mimesis .......................................................................................... 151

MARCO METODOLÓGICO ...................................................... 155

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Aproximación a un lenguaje ................................................ 159

Cartografía de patrones ........................................................ 160

Aproximación metodológica a cartografiar ................... 167

Referente humano y metodológico: la obra de Simón Hosie ............................................................................................... 175

El contexto humano de Simón Hosie .............................. 179

La idea de lo ilógico en Hosie ............................................. 180

El paradigma de belleza en Hosie .................................... 183

Planos vivos, una herramienta para abordar y asumir la complejidad del hábitat ..................................................... 185

¿Qué es un plano vivo? ........................................................ 186

¿Qué elementos le constituyen? ........................................ 187

¿Qué ventajas ofrece un plano vivo? ............................. 189

CARTOGRAFÍA DE HABITABILIDAD ...................................... 191

La cartografía barrial ............................................................... 199

La representación .................................................................... 205

Aplicación de la herramienta ............................................... 212

Conclusiones a la cartografía ............................................. 219

Reflexión final de la arquitectura y la habitabilidad ... 221

Reflexión final del barrio y la informalidad .................... 222

4. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS................................... 225

24

25

1. LO INFORMAL HABITADO

26

27

LO INFORMAL

Hace algunos años, cuando casi todos los políticos y profesionales consideraban los asentamientos urbanos construidos por personas pobres como “tugurios”, “algo que ofende la vista”, “cáncer” y cosas por el estilo, dos ingleses se encontraban sentados sobre una colina mirando desde lo alto una gran barriada, o asentamiento de invasión auto-organizado y de rápido desarrollo, ubicado en las afueras de Lima, Perú. Uno de los ingleses era yo mismo, un arquitecto en el proceso de ser desescolarizado y re-educado al trabajar con estos constructores de ciudad. El otro era un Ministro del Gobierno Británico de visita... El trabajar con los constructores de la barriada me había enseñado mucho de lo que sé acerca de la vivienda y del desarrollo local, y había afirmado mi fe en las inmensas capacidades de la gente, por muy pobres que fueran. Ingenuamente esperaba que el Ministro se sintiera animado como lo estaba yo por la visión de tantas personas haciendo tanto con tan poco. Pero el Ministro estaba aterrado. El observaba la barriada como una inmensa invasión, que amenazaba a la propia civilización, mientras que yo veía un vasto sitio en construcción y una ciudad en desarrollo. (...) Algún tiempo después comprendí que lo que vemos depende de dónde estemos parados. Lo que una persona percibe como problema es la solución al problema de otra.

Turner (1972) citado por Puente Bustos (2003, p 2)

28

29

30

31

Según la Real Academia Española, (RAE, 2016) la informalidad se define como:

1. f. Cualidad de informal.

2. f. Acción o cosa censurable por informal.

La primera definición que aporta la RAE deja entrever que

el término no necesariamente carga una connotación

negativa. Una cualidad está definida por las características

o atributos naturales y adquiridos que distinguen a una

persona, a una cosa, o en nuestro caso a un concepto de

los demás. Esto nos lleva a pensar en ¿qué de lo informal

es válido cómo cualidad? y ¿por qué?

La segunda definición parece dura e innecesaria. Toda

censura incluye per se, supresión y exclusión del sistema

en el que pretendía funcionar. Sí de entrada se define la

informalidad como una cualidad, ¿por qué entonces

relegarla a una condición de censura?

Informal

Según la RAE (2016)

1. adj. Que no guarda las formas y reglas

prevenidas.

32

2. adj. No convencional.

3. adj. Dicho de una persona: Que en su porte y

conducta no observa la conveniente gravedad y

puntualidad. U. t. c. s.

4. m. y f. Perú. Vendedor ambulante.

Otras definiciones (wordreference, 2016) dicen:

1. adj. Que carece de formalidad.

2. f. Falta de respeto a las normas: su informalidad

ha provocado el retraso de todo el trabajo.

3. Falta de seriedad o protocolo: en este club no

se permite informalidad en la vestimenta.

4. Indumentaria que se usa más por comodidad

que por elegancia: una falda informal

Según estas definiciones, todo lo caracterizado de informal

es anómalo, digno de reproche y eliminación. Sin embargo,

la idea de ser algo no convencional y qué se usa más por

comodidad que por cumplir protocolos anticipa la

construcción de un significado muy diferente. Aquí la

definición etimológica, es decir, la que da cuenta del origen

e historia de las palabras determina un horizonte

completamente alentador de lo informal.

33

Según el diccionario etimológico de la Universidad Central

de Chile, (2016) la palabra informal está formada por raíces

latinas y significa “que no se apega a reglas prevenidas”

(párr.. 1). En un análisis más profundo del término, se

determina que está compuesta por el prefijo in (negación);

forma (figura o imagen); al (relativo a). Eso permite concluir

que lo informal es aquello que niega la forma.

De informalidad está lleno el mundo, esto ha derivado en la

construcción de diferentes categorías para su estudio y

comprensión de acuerdo al ámbito en el que se encuentre

relacionado: se habla de moda informal (vestuario),

comportamiento informal (normas de protocolo social),

economía informal (ventas ambulantes no controladas por

el estado, contrabando), ciudad informal (asentamientos

informales, invasiones, barrios autoconstruidos), etc. Es en

la última referencia donde naturalmente nos

concentraremos, intentando develar por qué la informalidad

niega la forma, en este caso, la forma de construcción de

ciudad.

El sentido de la ciudad informal.

Los barrios informales en la actualidad se han convertido en

un medio de expresión social y cultural por la forma -muy

34

distinta al resto de la ciudad- como se producen y

materializan. Se exhiben en ellos los procesos tanto

humanos como técnicos arraigados a los contextos locales

y cotidianidad de la vida en un lenguaje que muestra la

hibridación, transformación y dinámicas del habitar de los

espacios auto producidos. Cada una de estas expresiones

propias e interesantes de nuestros barrios captan la

atención del quién no es su habitante.

Es necesario, previo al abordaje temático de la informalidad

en las ciudades entender el concepto tal como lo propone

el arquitecto Torres Tovar (2009) “como realidad, como

término y como un asunto que se debe atender” (p.7),

partiendo del hecho que se alude a un fenómeno dinámico

de las dimensiones sociales, culturales, políticas,

económicas y urbanas que construyen la ciudad. Todas

estas dimensiones en su interacción hacen de la

informalidad un hecho controversial, llamativo e interesante,

pero que hablan principalmente de un trasfondo social que

vincula la percepción del uso inapropiado -por inseguridad

o ilegalidad- que de ellos se tiene. Estos temas son

necesarios para dar discusión y solución a esta realidad,

pues el desconocimiento de su complejidad como fenómeno

social puede negar o ignorar los beneficios que es posible

extraer si no se trata de la manera adecuada.

35

La informalidad, retomando a Torres (2009) “es un

fenómeno cuyas causas y consecuencias…. siguen siendo

objeto de estudio por parte de urbanistas, sociólogos,

etnógrafos, economistas y politólogos” (p. 7). No podrá estar

alejado de las condiciones de miseria, pobreza y exclusión

a las cuales se han sometimiento históricamente las

poblaciones más vulnerables, bien sea por la ausencia o

debilidad del gobierno o por las reglas que exige la economía

actual.

La informalidad en todas sus dimensiones (física, económica, política, etc.) como problemática de la ciudad actual es solo un referente tangencial que se trabaja a distancia y se trata de ocultar en su verdadera magnitud, generando grandes procesos de exclusión entre la ciudad informal y la ciudad formal, a pesar de que en ella coexisten dos modos de vida que interactúan, pero que se vuelven totalmente excluyentes, como el trabajo y el capital. Ello debido a que la ciudad informal es caracterizada por la ciudad formal y a que desde sus componentes reafirma una condición de exclusión. (Torres, 2009, p. 85)

La ciudad informal y la economía informal; parte de una

misma realidad.

La urbanización moderna en Colombia inicia con los

procesos de industrialización que las hoy principales

ciudades -Bogotá, Cali, Medellín, Barranquilla- empiezan a

36

asumir8 a finales del siglo XIX como un proceso hacia la

modernización y cuyos fenómenos en términos de hábitat

implicarían el arrastre masivo de población rural como mano

de obra a la naciente industria colombiana. A mediados del

siglo la acción se intensifica y con ello las ciudades

empiezan a transformarse de manera drástica e informal

pues las políticas de vivienda o de barrios obreros eran algo

que apenas se empezaba a institucionalizar como una

necesidad y los pocos proyectos existentes eran mínimos e

insuficientes para la cada vez mayor población migrante:

Los asentamientos de origen informal datan, en el caso colombiano, de finales del siglo XIX, pero cobran mayor relevancia tanto en cantidad como en variedad después de mediados del siglo pasado cuando se dinamizó el proceso de urbanización de las ciudades colombianas. (Torres, 2009, p 19).

Esto, sumado a la migración por las acciones de violencia

en el campo le darían forma inicial a los barrios informales,

pues si bien el acceso a un empleo formal o a la vivienda

8 Con el paso del siglo XIX al XX el territorio nacional se ve enfrentado al cambio de

formas de vida y de producción (coloniales) a unas nuevas formas con las que se

daría paso a la modernización de las ciudades y el país. Este cambio, que es más una

transición de lo uno a lo otro es posible en parte a la economía que genera la

exportación de café, el dinero recibido por la venta de Panamá, la sociedad burguesa

y la idea de una república unificada alrededor de la infraestructura y la industria como

entes modernizadores.

37

daban respuesta a las necesidades económicas y

habitacionales de los primeros migrantes, las oleadas que

vendrían después no contarían con tales oportunidades.

Ante tal panorama, y para el caso de Medellín, la única

respuesta la encontraron en las laderas, tierra de nadie que

podía ser ocupada de manera libre y cuyas lógicas de

sostenimiento económicas no vendrían de un empleo fijo,

sino de la informalidad como forma de producción

económica.

El origen del sector informal está en los migrantes rurales que no podían encontrar trabajo en el «sector moderno». Frente a la necesidad de sobrevivir deben desempeñar cualquier actividad que les permita obtener un ingreso. Estos migrantes, así como los que recién se incorporan al mercado de trabajo urbano, carecen de capital y de capacitación técnica. Por ello, las actividades que podrán realizar, determinan la primera característica del sector: la facilidad de entrada, por el poco capital comprometido y escasas habilidades exigidas. Esto a su vez determina que la división del trabajo sea rudimentaria. La principal característica de las unidades de producción del sector es que no se comportan como empresas típicamente capitalistas.

Sintetizando, para esta corriente, las principales características del sector informal urbano son: a) facilidad de entrada; b) poco capital; c) escasas calificaciones; d) rudimentaria división del trabajo; e) organización no capitalista de la producción (Galin, 1991, p. 46)

38

El hábitat y la vivienda informal se desarrollan como

consecuencia de este contexto económico. Este modelo de

urbanización que apareció como la respuesta a la

organización espacial y al desarrollo industrial de la época

no habla solo de una práctica espacial sino también de una

respuesta social a una crisis particular. Parafraseando a

Torres (2007), economía informal y hábitat informal

relacionan dos necesidades urgentes para cualquier ser

humano: la de producir recursos materiales con la fuerza

del trabajo y la de construir el espacio físico donde sea

posible esto último y la vida en sí misma.

Informalidad e ilegalidad

Como parte del ejercicio, es preciso tener clara la difusa

frontera que divide lo legal de lo informal, manteniendo

distancia lo uno de lo otro puesto que cada definición

representa un problema distinto en términos de ciudad. Dice

Torres, (2007):

Lo legal es entendido como lo convencional, como el Estado de derecho, lo reconocido institucionalmente como un hecho urbano construido. Por eso mismo, es una concepción irreal de la problemática urbana, pues no reconoce la realidad social como totalidad que se expresa en el territorio de la ciudad.

39

Lo ilegal se asume convencionalmente como lo que está fuera de la ley y el orden, es lo que transgrede lo normativo” (p. 66)

Es difusa la frontera porque romper la normativa legal -por

ejemplo, la que regula y controla las formas de

urbanización- no implica necesariamente hablar de

informalidad. Son varios los casos de construcciones en la

ciudad que, actuando bajo los marcos de la formalidad,

promovidas y gestionadas por empresas legalmente

constituidas, han roto la normativa para elevar el usufructo

del suelo, de los materiales de construcción, de los índices

de ocupación o los retiros de vías; eso sin embargo no les

quita la condición de construcciones formales. Equiparar en

una misma categoría lo informal con lo ilegal es un error,

son realidades distintas que, si bien se pueden relacionar o

incluso complementar, éstas no se producen o desarrollan

simultáneamente.

De esta manera las relaciones que se dan entre lo formal e

informal y lo legal e ilegal son múltiples: mientras una

construcción formal actúa en principio desde la legalidad,

puede fracturar ciertas normas para conseguir un objetivo

común, luego puede ser formal-legal o formal-ilegal. Por su

parte la informalidad si bien puede partir de lo ilegal por

lesionar de entrada la normativa, en el tiempo se puede

40

legalizar a través de gestiones administrativas regulatorias

una vez se cumplan ciertos requisitos.

Formal____Legal____Un control inicial por parte del

estado.

Formal____ilegal____Una acción premeditada por

parte del promotor.

Informal____ilegal____Una acción premeditada por

parte del usuario o de un promotor pirata.

Informal____legal____En el tiempo, una regulación

por parte del estado.

Dimensión física de la informalidad

De manera concreta se puede decir que los asentamientos

informales en ladera se caracterizan por:

1. La forma irregular del trazado urbano, ligada en la

mayoría de los casos a la lógica topográfica9 que a

la misma función del tránsito para un peatón o un

vehículo. Esto ha derivado en particularizar la

morfología de los asentamientos informales en

9 Claro está que también puede ir en contra de esa lógica.

41

ladera de “orgánica” por estar compuesta

geométricamente de líneas curvas o alabeadas.

Estos trazados son por lo general de calles

estrechas, un tanto ensimismadas por la altura de

los paramentos que las contienen y les dan forma.

2. Estos trazados generan bolsas de territorios donde

se ubica la vivienda. Ésta, en muchos casos

construida precariamente y asentada de manera

irregular sobre el terreno, hace frente a la topografía

para conectarse a alguna vía de acceso o en otros

casos para orientarse hacia el paisaje de la ciudad.

La vivienda se puede agrupar formando densas

aglomeraciones habitacionales compuestas de

muchas unidades, o bien puede estar dispersa en

el territorio a manera de puntos solitarios.

3. Servicios públicos domiciliarios precarios o

inexistentes que pueden ser consecuencia de: la

ilegalidad bajo la cual se construye la vivienda, la

dificultad de las empresas prestadoras de servicios

para llevar las acometidas hasta el lugar, o una

normativa que prohíba prestar el servicio después

de cierto nivel de altura topográfica.

42

4. Edificios de equipamientos precarios o inexistentes

consecuencia de la falta de intervención

gubernamental.

“los servicios sociales y el equipamiento representan una de las necesidades más palpables para la comunidad, después de los servicios públicos básicos. El gran déficit que existe en las áreas de salud, educación, bienestar social y recreación no alcanza a ser cubierto por el Estado ni por las alternativas generadas desde las mismas comunidades, lo cual crea permanentes conflictos entre el Estado y la comunidad” (Torres, 2007, p. 72)

5. Por lo general los únicos equipamientos que se

construyen se dan por iniciativa de la misma

comunidad que los necesita, en terrenos donados

por algún vecino o una ONG que haga presencia

en el lugar.

6. La accesibilidad constituye uno de los mayores

problemas de los asentamientos informales, pues

dada su condición de periferia o de topografía

elevada, conectarlos al resto de la ciudad implica

grandes inversiones monetarias o incluso retos a la

ingeniería que derivan en más inversiones. Por su

parte, los corredores de movilidad internos también

son un problema; sin secciones de vía adecuadas,

jerarquización vial o mal manejo de pendientes, la

movilidad interna se resuelve en el mejor de los

43

casos con caminos de tierra para las vías paralelas

a la topografía o con escaleras cuando el tránsito

es transversal a la misma.

7. En muchos de los casos, estos asentamientos están

particularmente destinados a ocupar terrenos en

condiciones topográficas desfavorables, con

grandes zonas inundables, terrenos inestables o de

baja calidad portante.

Físicamente los barrios se van consolidando en la medida

que las disposiciones económicas de sus habitantes o el

Estado lo permitan. La existencia o no de estos recursos

deriva directamente en los niveles de consolidación barrial y

su heterogeneidad; desde la vivienda hasta el espacio

público y los equipamientos.

Con respecto a la condición política del suelo es válido decir

que los asentamientos informales se dan como “extensiones

de suelo urbano o suburbano localizado en zonas

periféricas o centrales, dependiendo fundamentalmente de

tres factores: topográficos, sociales y económicos” (Torres,

2007, p. 71). Conviene mencionar también que es posible

diferenciar dos tipos de barrios informales:

Los piratas y los de invasión: los barrios piratas son aquellos en los cuales los moradores han hecho una

44

transacción de compra-venta en los lotes que ocupan. Los de invasión, por el contrario, son aquellos que surgen de la ocupación de hecho de un predio ajeno, público o privado. Los barrios piratas se localizan generalmente en zonas periféricas de la ciudad, en muchos casos fuera del perímetro urbano y sanitario. Las invasiones pueden ocurrir en terrenos centrales, preferentemente de propiedad estatal, que por alguna razón no han sido desarrollados o constituyen áreas de reserva o protección (Torres, 2007, p. 71)

Etapas en la construcción de la ciudad informal.

Si bien no se puede llegar a generalizar todos los procesos

de construcción de la ciudad informal frente a la formal, si

es posible establecer parámetros de comparación en las

lógicas comunes que se presentan durante dicho proceso.

Mientras un proceso de construcción formal puede estar

definido por:

Identificación de predios o lotes de oportunidad

inmobiliaria.

Planeación detallada y controlada del proyecto en

sus aspectos técnicos, presupuestales y legales.

Definición de un posible usuario o cliente.

Obtención de licencias de construcción.

Conexión a servicios públicos e infraestructura vial.

45

Inicio del proceso de construcción.

Entrega de la obra terminada y ocupación ordenada

por parte del usuario.

Aparición de organizaciones sociales (junta de

acción comunal, asamblea de propietarios, etc).

Reconfiguración y consolidación.

En síntesis: planear, lotear, urbanizar, edificar,

habitar, consolidar.

Los procesos de construcción informal pueden estar

definidos así:

Búsqueda de un lote (baldío, pirata) para ser

ocupado rápidamente.

Inicio del proceso de autoconstrucción con viviendas

temporales, sin obtención de licencias ni títulos de

propiedad sobre el terreno.

Aparición de las primeras organizaciones sociales

como mecanismo de defensa frente a otros

moradores que también buscan vivienda, o del

Estado que tratará de moverlos o eliminarlos.

Construcción o mejoramiento de las vías de acceso

al asentamiento y corredores de movilidad internos

por parte de la misma comunidad.

46

Conexión ilegal a servicios públicos (principalmente

de agua, luz y alcantarillado)

Intervención estatal con mejoramiento de servicios

públicos, vivienda, equipamientos, espacio público,

transporte público, entrega de títulos de tenencia,

delimitación y ordenamiento del territorio.

Proceso de transformación en asentamiento formal

y reconocimiento como tal por parte de la ciudad.

El proceso de consolidación barrial siempre será

transversal al desarrollo de estas etapas.

En síntesis: edificar, lotear, consolidar, urbanizar.

Las diferencias radicarán en el orden de las etapas de cada

modelo, así como de la aparición de “nuevas etapas”,

presentes en el uno, pero inexistentes en el otro. Sin

embargo, por fuera del orden es necesario resaltar las

diferencias entre los dos procesos en términos del habitar.

Si bien cada una establece a su modo las condiciones, en

un modelo formal el habitar solo aparece cuando se entrega

la obra al usuario y éste empieza a interactuar creando

relaciones y simbologías con el mismo. Caso contrario, en

el modelo informal, el habitar es transversal a todo el

proceso, simbólicamente se hace presente desde la

escogencia del predio hasta las intervenciones estatales,

47

escalando progresivamente a través de la consolidación

misma de la vivienda y el territorio con cada etapa

ejecutada.

Autoconstrucción e informalidad

La autoconstrucción es una posibilidad a la supervivencia.

Resulta como una práctica común en los asentamientos

informales siendo el único método para hacerse a la

vivienda mínima y consolidarla progresivamente en el tiempo.

Evidentemente es una de las pocas posibilidades –junto a

la de vivir en un inquilinato, por ejemplo- que tienen la gran

cantidad de familias migrantes o desplazadas a la ciudad

para cubrir sus necesidades habitacionales en las

condiciones de pobreza, abandono y miseria en las que

llegan. Es también:

La incapacidad de los gobiernos de ser facilitadores del acceso a la vivienda lo que promueve que las mismas comunidades auto produzcan su hábitat y su vivienda, y así estas inician un largo y doloroso camino para procurarse, por sus propios medios, una solución habitacional (Torres, 2007, p. 68)

La autoconstrucción es una práctica mitificada y

subvalorada por los medios formales de producción del

48

hábitat en la ciudad10, pues sus lógicas como ya se ha

señalado están alejadas de los procesos lineales,

caracterizándose más por ser un modelo complejo de

desarrollo, cosa que representa dificultad para ser

comprendida no necesariamente como un problema, sino

como parte de la solución.

…se malogra un enorme potencial social, una gran capacidad popular, una fuerza creativa y participativa presente en las comunidades urbanas, lo cual podría servir para que más familias tuviesen mejores viviendas en una ciudad mejor. Esto no significa “endiosar” esta forma de producción de ciudad y hábitat (Torres, 2009, p. 68)

El modelo de ciudad

El profesor Torres (2009) plantea una pregunta que genera

un debate amplio sobre la informalidad: ¿Es posible hablar

de un modelo de ciudad colombiana cuando el proceso de

urbanización en el país no se ha desarrollado sobre un

modelo único? (pág. 86). Teóricamente, la ciudad se debería

10 La informalidad, “a nivel jurídico, se le considera ilegal; desde la arquitectura, se

ve como informal o no-arquitectura; desde el análisis urbanístico, se evidencia como

ciudad incompleta, y desde lo social, se analiza y concibe como ciudad marginal”

(Torres Tovar C. , 2007, pág. 86)

49

construir bajo un modelo que posibilite el acceso tanto de

bienes como de servicios a todos sus ciudadanos, sin

embargo, en la práctica estas posibilidades son escasas,

algunas veces deficientes o incluso planteadas de manera

incongruente con el tipo de realidad que vivimos. Entonces,

cómo es posible hablar de un modelo único si nuestras

lógicas de construcción del hábitat resultan de una mixtura

de formas materiales e inmateriales, creando todo, menos

un modelo único. Es la gran mentira de la ciudad.

Se puede decir que históricamente la informalidad ha

pasado por tres etapas como concepto y como forma de

aceptación en la construcción de ciudad. La primera la

hacen los arquitectos del llamado movimiento moderno que

miraban en la informalidad un cáncer a extirpar de las

ciudades, un caos incontrolable que les generaba

incertidumbre y pesadez por ser un modelo desentendido y

alejado categóricamente de sus formas de pensamiento

lineales y homogeneizadoras: “el centro de las ciudades está

mortalmente enfermo, su periferia está roída por una plaga”

(Le Corbusier, 1962, p. 59). El gran avance viene a partir de

1960 con las propuestas de John Turner cuando en su libro

vivienda todo el poder para los usuarios enfrenta el debate

argumentando las posibilidades que la informalidad tiene

como propuesta de ciudad y se da a entender como una

50

etapa dentro de un largo proceso para migrar de lo informal

a lo formal. Se incluyen las metodologías de diseño

participativo, muy frecuentes y caracterizadoras de las

estrategias de intervención como algo que posibilita el

cambio11. La tercera etapa, la actual, es la de entender la

11 En su libro, la principal idea se desarrolla alrededor de la defensa de las decisiones

del usuario en el proceso de construcción de su casa y su sistema de hábitat. Afirma

que “cuando los usuarios controlan las decisiones más importantes y son libres para

aportar su propia contribución al diseño, construcción o administración de su

vivienda, ambos, procesos y el medio ambiente producidos, estimulan el bienestar

individual y social” (Turner, 1977, p. 18)

En la defensa de un proceso “autónomo” y no “heterónomo”, como él mismo los

define, Turner reconoce las ventajas que se tienen cuando el control de los usuarios

sobre sus entornos hacen viables la construcción y consolidación de la vivienda y el

espacio urbano, eso por los niveles de apropiación y satisfacción que se generan en

el acto de autoproducción.

Afirma además, que la sostenibilidad de éstas autoproducciones está relacionada de

manera más profunda con las instituciones humanas que con las tecnologías propias

de la construcción, y por lo tanto son las primeras y no las últimas las que pueden asegurar no sólo el éxito sino la pervivencia en el tiempo de las soluciones del hábitat.

Dice al respecto: “la autoridad local de los usuarios sobre la vivienda es

excepcionalmente importante y deberá prevalecer sobre todas las demás clases y

niveles de autoridad. Los usuarios han de estar facultados para la toma de toda

decisión importante de su vivienda, pues ellos son los únicos conocedores de sus

necesidades personales y de la opción más conveniente ante una situación dada…””

afirmando además que “…los sistemas locales autogobernados constituyen los

únicos métodos y medios capaces de proporcionar bienes y servicios satisfactorios”

(Turner, 1977, p. 113)

51

informalidad como parte de la vida misma y hacerla ver

como un hecho válido y constructivo. No desde las lógicas

poetizadoras de pobreza que buscan hacer ver bello algo

que realmente no lo es y abstraen simplemente de las

formas físicas sus mixturas o colores; sino de una lógica

que busca entender como elemento de base el ser humano

individual y colectivo que construye su propio hábitat y la

formas como lo logra.

Es necesario hacer notar que la informalidad tiene método

y teoría, que su instalación y consolidación no es ni

espontánea ni gratuita, que obedece a la búsqueda de una

respuesta para sobrevivir, para satisfacer las necesidades

del cuerpo y del alma y evitar así la extinción de la vida y

de la especie, tal como lo harían los primeros habitantes del

planeta en sus cuevas y en sus cabañas primitivas. Un

hecho netamente biológico y natural.

Es necesario decir que el planteamiento de Turner no hace necesaria alusión a los

saberes populares por fuera de las necesidades que se imponen en la procura de un

habitar, lo que hace realmente valioso a Turner es el rescate de los beneficios que se

tienen con las actuaciones autoproducidas, pues al ser de escala local, están en la

capacidad de reconocer la diversidad de las personas, sus gustos, sueños e ilusiones,

además de la autoridad de los variados procesos involucrados con la provisión de un

hábitat, enlazando de manera muy estrecha los procesos y los productos a que estos

dan lugar.

52

De hecho, en la práctica se expresa una forma de construir la ciudad que se constata en la superposición de lo formal y lo informal, donde las lógicas de la ciudad formal buscan incorporar los desarrollos de la ciudad informal, sin reconocer y apropiar sus lógicas y prácticas. El modelo de la ciudad colombiana está marcado por la superposición de trazas urbanas formales e informales articuladas mediante elementos constitutivos de la estructura vial y las redes de servicios públicos domiciliarios (Torres, 2009, p. 86)

Informalidad no es sinónimo de miseria.

La informalidad se puede entender como una práctica de

la habitabilidad pues la posibilita y la sostiene económica y

espacialmente. La relación entre economía informal y ciudad

informal es directa, la primera incentiva la producción de la

segunda en una forma de vida que se asume

conscientemente a fuerza de no tener otro lugar en dónde

más vivir o trabajar. Es también un modo de construcción

de ciudad que se desarrolla simultáneamente con el modo

formal. Así, cada vez se hace más urgente y necesario el

estudio de la ciudad desde la informalidad porque esta

impone lecturas propias como determinante de la misma

formalidad.

…los procesos urbanos informales están en permanente evolución, en continuo progreso, siempre se están

53

desarrollando dinámicas y relaciones intraurbanas y entre los centros urbanos; siempre hay algo en construcción y algo a punto de ser modificado, espacios que se subdivididen, relaciones que se amplían y se fortalecen o, por el contrario, relaciones que se atenúan y se debilitan. (Castillo de Herrera y Torres Tovar, 2009, p. 16)

Informalidad no es sinónimo de miseria, porque si bien la

pobreza es un determinante de la producción informal, la

dinámica que se muestra al final es la de un proceso con

acumulación de materialidades y recursos y de la fuerza de

trabajo de cada habitante. Desde allí se determina un

espacio, unas formas de hacer la vida y de habitar, y una

expresión estética. Esto implica que va desde la capacidad

de ahorro –por fuera de los términos monetarios o

bancarios- hasta la acumulación estética, pasando por

virtudes como el orden, el aseo, la sencillez y la humildad

con las cuales se da el despliegue de la vida.

54

55

LO HABITADO

En cuanto nos descuidemos, habremos dejado de compartir ese misterioso momento en que el alma se retira del cuerpo, en que éste queda tan muerto como queda una casa cuando se retiran para siempre los seres que la habitan y, sobre todo, que sufrieron y amaron ella. Pues no son las paredes, ni el techo, ni el piso lo que individualiza a la casa sino esas personas que la viven, con sus conversaciones, sus risas, con sus amores y odios; seres que impregnan la casa de algo inmaterial pero profundo, como es la sonrisa en un rostro.

(Sábato, 2000, p. 47)

56

57

58

59

El despliegue de la vida: exteriorizaciones técnicas y

estéticas.

A partir del siguiente texto de ficción, se tratará de ubicar

en el plano de la realidad nuestro momento como habitantes

de la tierra para luego dar pie al desarrollo de la pregunta

por el habitar humano en el proyecto de la modernidad;

pregunta planteada desde nuestra condición humana y

cómo esta se materializa en términos de arquitectura.

El siguiente “texto de ficción” es un informe de la tripulación

de una nave espacial procedente de la vía Acuea, informe

telemétrico realizado después de haber hecho contacto

sobre el planeta tierra con miras a establecer un contacto

intercultural con los habitantes de la misma y sí este se

considera posible y favorable12:

Informe Especial:

Hemos llevado a cabo la exploración que se nos encargó, y hemos podido observar de cerca sin ser observados, gracias a nuestras cortinas supersónicas de humo, la superficie entera del planeta Tierra y los cambios que tienen lugar en ella,

12 Texto citado por el periodista y abogado Jaime Garzón en una de sus últimas

conferencias en la Corporación Universitaria de Occidente en la ciudad de Cali, febrero

de 1997.

60

cambios que creemos son debidos a su mayor o menor distancia de la estrella central de su sistema, de la que recibe luz y calor.

Después de observaciones y pruebas repetidas, hemos llegado a la conclusión de que, si existe vida vegetal y animal en el planeta Tierra, y hay en él una gran variedad de seres vivos que hemos pasado a estudiar con detalle. La especie más influyente párese ser la de unos bípedos de piel lisa que habitan en colonias con una rígida organización.

Los dichos seres habitan en hormigueros altos, de forma generalmente rectangular, con celdas individuales para cada subgrupo o, en algunos casos, para cada individuo. De esas celdas salen todos aproximadamente a la misma hora, y aparecen revestidos de caparazones de diversos colores, aunque todos obedecen a un patrón general que cambia con las estaciones.

Después de entrar en unas cápsulas con superficie metálica que se apoyan en cuatro ruedas y que se agrupan en líneas apretadas a lo largo de canales cuidadosamente trazados, avanzan lentamente durante largo rato en direcciones contrarias, conducta extraña cuya razón no hemos podido averiguar. Esas máquinas producen grandes ruidos y humos, que, según nuestras conjeturas basadas en la frecuencia y cantidad de esos humos, parece ser la atmósfera que necesitan respirar para sobrevivir, y por eso la renuevan constantemente.

Por lo que toca a los ruidos, también parecen una comunicación pre vocálica destinada a mantener el contacto con el grupo mientras cada uno está en su cápsula. Al cabo de un tiempo en el mismo día, se invierte el proceso, y las cápsulas vuelven a los hormigueros de donde habían partido. Una vez en ellos, por lo que hemos podido observar a través

61

de las ventanas, se acomodan ante una pequeña pantalla, que no falta en ninguna celda, y en la que aparecen sombras y luces al mando de un botón. Es posible que esa sea la manera que tienen de alimentarse, y por eso no pueden pasársela sin ella.

Otro fenómeno extraño que hemos observado es que con frecuente regularidad se reúnen grandes multitudes de bípedos en unos enormes anfiteatros escalonados desde donde observan a un reducido número de ellos que ejecutan rápidos movimientos, difíciles de explicar, en torno a un objeto, generalmente esférico, de mayor o menor tamaño, y dan muestra de una gran excitación mientras dura el extraño rito. Quizá tenga alguna relación con el ciclo sexual de la especie, pero no hemos conseguido confirmar esta hipótesis.

Lo más inexplicable de todo lo observado es el hecho que hemos comprobado una y otra vez, en medio de nuestro más aturdido asombro, de que dichos bípedos se atacan unos a otros sin razón o motivo alguno que parezca poder justificar tal agresión y eso a veces entre individuos o a veces entre grupos, y a veces entre clanes enteros por largos periodos. Nada hay en nuestros propios conceptos que pueda explicar tan absurda conducta.

Por todas estas razones, hemos llegado a la conclusión definitiva de que los bípedos de piel lisa no son seres racionales, que la inteligencia aún no se les ha desarrollado en el planeta Tierra, que tardará aún muchas edades cosmológicas en aparecer, y que por consiguiente, es inútil hablar de un contacto cultural con los seres que hoy habitan la Tierra.

Nuestra misión ha terminado” (Valles, 1992, pp. 22-25)

62

Casi como un informe etnográfico de fino detalle descriptivo,

este “texto de ficción” nos ubica jocosa pero irónicamente

frente a nuestra realidad. Nos deja ver como seres

automatizados, controlados, disciplinados y condicionados

por los mismos dispositivos producidos dentro de la ciudad

para corresponder con un estilo de vida “moderno”. Resulta

insólito que en un planeta tan diverso y tan complejo, que

se suspende como un pequeño punto dentro de la

inmensidad del universo, figuremos nosotros, la especie

humana, como la única capaz de modificar el entorno para

luego adaptarse, evolucionar y preservar así la especie13.

Ese sentido del modificar, para luego adaptar y después

sobrevivir es lo que deja entrever el “texto de ficción” de

Carlos Valles. Sin embargo, ¿a qué costo?

Altos hormigueros, que se suponen son para la vida,

físicamente cada vez más se parecen a las bóvedas de

panteón que ahora ocupan los muertos; caparazones de

13 Vale anotar, que si bien la especie humana no es la única que tiene la capacidad

de modificar su entorno, puesto que también lo hacen las aves construyendo sus

nidos, roedores con sus madrigueras y hormigas con sus grandes ciudadelas

subterráneas, la especie humana es la que más en ese sentido ha logrado hacer,

tanto así que se pone en riesgo su propia existencia de cuenta del alto grado de

deterioro ambiental que históricamente se ha producido sobre el planeta tierra.

63

colores que cambian con las estaciones, que en principio

no es sino el modo adaptativo a partir el cual el cuerpo se

acomoda al clima, ahora es un asunto de forzoso consumo,

de la amplia necesidad de tener más porque nunca es

suficiente; de líneas apretadas, llenas de capsulas con

superficies metálicas tripuladas por el bípedo de piel lisa.

Vasto dispositivo éste que no sólo mueve al bípedo, también

los muestra frente a los otros bípedos.; sus gustos, su

estatus, hasta su forma de vida se puede evidenciar ahí. No

sólo le mueve, también le permite mostraste como es, o

cómo quiere ser.

Con cada punto expuesto en dicho informe ficticio es posible

hace una crítica14 a cada uno de los comportamientos

modernos que se describen, sin embargo lo contundente y

más valioso en términos de este ejercicio académico se ve

representado a través de todo lo creado por el ser humano

para poder mantenerse en el tiempo. El modificar para

adaptar y luego adaptar para sobrevivir en términos de la

historia de la humanidad se puede considerar como una

capacidad conductora de cuanta alteración existe en el

14 Partiendo de la idea que hacer crítica es fundamentar criterio para entender la

realidad.

64

planeta y la arquitectura no escapa a esta reflexión. Cita el

arquitecto Alberto Saldarriaga (2006) a William Morris15:

La arquitectura abarca todo el ambiente físico que rodea la vida humana; no podemos sustraernos a ella mientras formemos parte de la civilización, porque la arquitectura es el conjunto de modificaciones y alteraciones introducidas en la superficie terrestre con objeto de satisfacer las necesidades humanas (pág. 2)

Ese será el principio de este aparte, pues es necesario no

dar por sentado que se ha entendido por saber algo de

cultura general, que el proceso adaptativo de la vida a

dependido de las alteraciones y modificaciones que se

hacen sobre el planeta. El sentido de la vida, evidenciado a

través de las diferentes necesidades que es posible

experimentar es el motivo que llevar a alterar: para el caso

de la sed y el hambre, el alimento; para el cuerpo desnudo

que siente frio, la vestimenta; para el trasporte, la rueda; y

para el habitar, la arquitectura. El habitar como una

necesidad básica, condición de lo humano, referencia

simbólica, como fundamento de la arquitectura misma.

15 William Morris en The Prospects of architecture in Civilization, conferencia

pronunciada en la London Institution el 10 de marzo de 1881 y recopilada en el libro

On Art and Socialism, Londres, 1947.

65

Esas manifestaciones, alteraciones, modificaciones y

materializaciones se entenderán desde la lógica que

propone el etnólogo André Leroi-Gourhan a través del

concepto de exteriorización y todo lo que de él deriva,

puesto que pone en discusión la relación hombre-técnica en

el papel que esta ha desempeñado como parte

fundamental del proceso de evolución misma de la especie

humana. En palabras de Bernard Stiegler (1998) “la obra de

Leroi-Gourhan proporciona conceptos para una historia

general de la vida incluyendo la vida post-biológica (si se

entiende por ella, la vida vivida y vivible más allá de las

estrictas condiciones biológicas: la vida social).” (p. 190)

Exteriorizaciones técnicas y estéticas

La organización del espacio habitado no es solamente una comodidad técnica; es, al mismo tiempo que el lenguaje, la expresión simbólica de un comportamiento globalmente humano. En todos los grupos humanos conocidos, el hábitat responde a una triple necesidad: La de crear un medio técnicamente eficaz, la de asegurar un marco al sistema social y la de poner orden, a partir de allí, al universo circundante”

(Leroi-Gourhan, 1971, p. 311)

66

El siguiente texto se construye a partir de la reflexiones

aportadas por el profesor Alberto Castrillón Aldana16 en una

de las sesiones de Maestría17. Él contribuye al entendimiento

del espacio y el territorio desde la comprensión del proceso

de humanización, en teoría de Leroi-Gourhan.

En el libro el gesto y la palabra (1971), Leroi-Gourhan

demuestra contundentemente que el cerebro es un

producto final de la evolución, trabajo con el cual desbanca

el paradigma tradicional de su época en la forma como se

había pensado la evolución humana desde la antropología

y la paleontología, en donde era la conciencia a través del

cerebro la guía única de la evolución. Leroi-Gourhan

demuestra que la conciencia es un trabajo del cerebro, y

un producto final muy posterior a la evolución humana,

primando así, por encima de cualquier proceso de

interiorización la comprensión de los procesos evolutivos a

partir de formas de exteriorización de la vida y la no

interiorización de la conciencia.

16 Historiador, Doctor en “Historia de las ciencias”. Docente de la Universidad

Nacional de Colombia sede Medellín, en la Facultad de Ciencias Humanas y

Económicas.

17 Viernes 22 de abril de 2013. Línea de investigación en espacio y territorio.

67

Para Leroi-Gourhan fue más importante por ejemplo dentro

del proceso evolutivo, el desarrollo de los dedos pulgares

que permitieron posteriormente el bípedismo y la capacidad

prensil de las manos, al desarrollo evolutivo del cerebro y su

capacidad para generar conciencia de los hechos como

representación de cualquier acto humano.

Aquí, el concepto de exteriorización es el que resulta de

interés para el desarrollo de este texto: es básicamente el

predominio no de la conciencia, sino de lo fisiológico del

cuerpo, de los objetos producidos y de las acciones

transductivas y relacionales con el medio y con el espacio

que se es capaz de producir desde ahí. Es “la prosecución

de la vida por otros medios diferentes a la vida” (Stiegler,

1998, pág. 192)

Para darle mayor entendimiento a este concepto, el mismo

se puede entender a partir del desarrollo de cinco niveles

en los cuales Leroi-Gourhan encuentra la configuración del

hombre con la cultura. La cultura, que “no es otra cosa que

la capacidad de heredar colectivamente la experiencia de

nuestros ancestros” (Stiegler, 1998) a partir de la técnica.

Estos niveles son del orden transductivo, es decir, son

campos implicados entre sí:

68

Nivel biológico

Nivel técnico

Nivel social

Nivel figurativo

Nivel simbólico

Nivel Biológico

En el desarrollo evolutivo de la especie humana, el cuerpo

se revela como el primer y principal dispositivo fisiológico,

corporal y técnico disponible para desarrollar una

exteriorización. Se entiende su despliegue en la medida que

el mismo cuerpo se fue modificando y alterando para

adaptarse a su entorno y poder sobrevivir: desarrolló los

pulgares en los pies y posteriormente el bípedismo; la

capacidad prensil en las manos con lo cual es posible la

manipulación de herramientas; la mandíbula se modifica al

hacerse más pequeña pues la carne se puede comer

desgarrada e incluso cocida; el pelaje se elimina al encontrar

climas cálidos donde éste ya no es necesario. Es el nivel de

las necesidades, satisfechas en primera instancia por lo que

el cuerpo es capaz de hacer por sí mismo.

69

Nivel técnico

El nivel técnico se da como la expresión de la relación que

el cuerpo despliega con un medio en particular a través de

la creación y el uso de herramientas para darle más fuerza,

eficiencia o meticulosidad a lo que el cuerpo solo ya no

puede hacer. La herramienta se define entonces como una

prótesis del cuerpo, porque aumenta, intensifica, prolonga o

sustituye las ineficacias biológicas del mismo ser humano.

Es curioso ver, que si bien la creación le dió a cada especie

las herramientas biológicas y el instinto para adaptarse y

sobrevivir, las condiciones del cuerpo humano sean tan

precarias. Es decir, la capacidad para volar de las aves, o

la de nadar grandes distancias como los peces, o correr

rápidamente como los grandes felinos africanos, se ven

ampliamente avanzadas frente a las del ser humano

primigenio. Sin embargo y como bien ha sido demostrado

con años de evolución, la capacidad adaptiva ha resultado

más contundente que alas, garras o aletas.

El nivel técnico es el nivel del utillaje, el de las herramientas.

En el caso del hombre primigenio corresponde al desarrollo

de la cuchilla de sílex, de la piel animal como ropaje, de

mazos y lanzas para la caza. Todo esto, tanto la

producción como el uso de la herramienta, bien cabe decir,

70

se transmite generacionalmente a través de mnemotécnica

como un ejercicio de aprendizaje por asimilación que ha

permitido en el tiempo el perfeccionamiento de la

herramienta misma y la creación de una cultura alrededor

de ella. Todas las herramientas están organizadas en la

cultura técnica y los seres humanos nos relacionamos con

ésta a partir de nuestro nivel fisiológico.

La técnica forma…. un sistema que está atrapado en una evolución sometida a las leyes de aquello que Leroi-Gourhan denomina la tecnología, no en el sentido en el cual la empleamos hoy para designar la técnica que moviliza saberes científicos, sino en el sentido de una teoría general de la evolución de la técnica. (Stiegler, 1998, p. 192)

Nivel social

Para Leroi-Gourhan, una sociedad es un organismo que

vive en grupo o etnia, en especificidades sociales que van

a orientar los usos del cuerpo (nivel fisiológico) y los usos de

la técnica (nivel técnico) en relación a los funcionamientos

específicos de ese organismo viviente. Si el ser sale de ese

organismo pone en riesgo su supervivencia.

No hay producción de dispositivos técnicos sin sociedad,

pero tampoco hay sociedad sin la producción de

dispositivos técnicos. La relación prefigura una reciprocidad

71

que se hará más evidente y más fundamental en el

desarrollo de este texto, pues si la arquitectura (incluso la

ciudad) está en el nivel técnico, está no existiría sin una

sociedad que la requiera y la produzca, pero a su vez no

habría sociedad si la arquitectura no posibilita el nivel técnico

para que la sociedad misma especifique los funcionamientos

del organismo viviente. No hay arquitectura sin sociedad que

la habite.

El desarrollo de la técnica (como objeto y acción) y el de la

tecnología (cómo teoría evolutiva de la técnica) le permiten

al ser humano desprenderse progresivamente de su

aparato fisiológico para empezar a depender de la técnica;

hecho que se irá desarrollando a complejidad hasta

alcanzar el sistema de signos que componen la cultura y la

organización de la sociedad. Dicho así:

La fundación de las primeras urbes y el nacimiento del mundo civilizado marcan, pues, el punto donde se inicia, bajo una forma imperativa, el dialogo entre el hombre físico, tributario de la misma corriente de los dinosaurios, y la técnica, nacida de su pensamiento pero liberada del vínculo genético (Leroi-Gourhan, 1971, p. 173)

72

Nivel figurativo

Es un campo propiamente estético al derivar en

producciones figurativas, soportado previamente en la

relación fisiológica, técnica y social. Así, la expresión

figurativa se manifiesta posteriormente adoptando una

connotación simbólica.

Lo que se termina dando es una relación entre el ser

humano y su entorno a partir de la organización y

distribución de las ocupaciones en los niveles fisiológicos,

técnicos y sociales que permitirán después, por ejemplo:

que el ser humano produzca arte, es decir que puede

dedicar parte de su tiempo a la consolidación de lo figurativo

y posteriormente de lo simbólico.

Una producción figurativa está posibilitada por la técnica y

caracteriza una cultura. Una clara demostración está en la

forma de consumir los alimentos y las derivas

gastronómicas asociadas a ello, muy diferente si te trata de

una cultura en Occidente o de una en Oriente; para el caso

de la primera, la producción y el uso de cubiertos (nivel

técnico) es común y hace de la cultura gastronómica

occidental algo fácilmente reconocible (nivel figurativo), en

tanto para la segunda el desarrollo y uso de palillos (nivel

73

técnico) le asigna otro carácter bajo las mismas condiciones

de reconocimiento.

Nivel simbólico

El nivel simbólico es la consolidación intangible de los cuatro

niveles anteriores. Se remite a la creación de símbolos que

hacen de una sociedad un hecho valorable al hacerse a

través de ellos una determinación de sus características

culturales.

En una cuchilla de sílex por ejemplo hay un vertimiento

técnico; ese objeto técnico es un objeto estético (porque le

produce una implantación estética reconocible y asociable

al ser primigenio) y está modelando la vida del hombre como

la relación de él con su entorno. La herramienta está

posibilitando la constitución de medios estéticos; expresan

lo eminentemente técnico de la actividad del hombre, pero

también lo eminentemente estético del uso de los utillajes.

***

En este contexto, el despliegue de las exteriorizaciones se

define de dos maneras, siendo estas relacionales y

74

simbióticas la una con la otra: La exteriorización técnica18 se

da como la expresión de la relación que el cuerpo despliega

con un medio en particular a través del uso de herramientas

para darle más fuerza, eficiencia o meticulosidad a lo que

el cuerpo solo no puede hacer. Adicional, y habiendo

entendiendo que la técnica transversaliza los marcos de

pensamiento a partir de los cuales se define la identidad del

hombre –en su cultura-, Leroi-Gourhan propone por fuera

de los conceptos principales, la aparición de un tercer reino

….al lado de los dos reinos conocidos desde hace tiempo. El de los seres inertes y el de los seres orgánicos. Este nuevo “reino”, que ha sido ignorado tanto por la filosofía como por las ciencias, es el reino de lo que llamo los seres inorgánicos (no vivientes) organizados (instrumentales). (Stiegler, 1998, p. 192)

El hombre no es hombre más que en la medida en que se pone fuera de sí, en sus prótesis. Antes de esta exteriorización, el hombre no existe. En este sentido, si se dice frecuentemente que el hombre ha inventado la técnica, sería quizás más exacto o en todo caso más legítimo decir que es la técnica, nuevo estadio de la historia de la vida, la

18 Para Bernard Stiegler “Leroi-Gourhan puso en evidencia que los objetos técnicos

siguen un phylum de transformación que, al igual que los esqueletos de la

paleontología, hacen aparecer leyes de evolución universalizables. “Universalizables”

quiere decir aquí que estas “leyes” son transversales a las culturas más diversas y

que no son dependientes de factores culturales que ellas trascienden.” (Stiegler,

1998, p. 193)

75

que ha inventado al hombre. La “exteriorización”, es la prosecución de la vida por otros medios diferentes a la vida. Hombre y técnica forman un complejo, son inseparables. El hombre se inventa en la técnica y la técnica es inventada en el hombre. Esta pareja es un proceso donde la vida negocia con lo no viviente organizándolo, pero de tal manera que esta organización forma sistemas y tiene sus propias leyes. (Stiegler, 1998, p. 194)

La herramienta definida como “prótesis” del cuerpo,

prefigura además de un nivel técnico, uno también estético.

La exteriorización estética hace referencia a todo el

despliegue de los dispositivos fisiológicos, técnicos, sociales,

figurativos y simbólicos. Es una estética entendida en

términos de producciones, no como una valoración de lo

bello y lo feo que cada vez parece ser más normativa.

Como producción, la estética implica un despliegue de lo

corporal sobre lo técnico, y de lo técnico dentro de lo social.

Como organismo viviente, lo social produce manifestaciones

figurativas y simbólicas. En términos de José Luis Pardo, “lo

estético, es la posibilidad de la exteriorización de la vida

humana”19 representación de la relación de los hombres con

los acontecimientos de su cotidianidad.

El campo de la exteriorización técnica y el de la

exteriorización estética son campos implicados, es decir que

19Notas de clase. Citado por el profesor Alberto Castrillón.

76

todo acto técnico conduce a un acontecimiento estético y

todo acontecimiento estético es posible por el despliegue de

un acto técnico. Que una exteriorización técnica derive en

la producción de una exteriorización estética es fundamental

como criterio en el desarrollo de esta investigación, porque

no solamente permite entender cómo se ha dado el proceso

adaptivo del ser humano a su entorno -configurando su

hábitat-, sino que también anticipa la prefiguración de los

dispositivos que se tendrán que crean para satisfacer las

necesidades actuales.

No hay en realidad criterio verdaderamente científico para decir dónde y cuándo comienza el hombre, sino en la constatación de que la vida se exterioriza. Cada vez que decimos: “He ahí donde el hombre comienza”, es porque tenemos a la vista una idea de dónde debería terminar, dicho de otra manera, porque proyectamos la idea que nos hacemos del porvenir del hombre. (Stiegler, 1998, p 196)

Es muy valiosa la reflexión aportada aquí por Gourhan a

través de Stiegler, en la medida que al entender el fenómeno

adaptivo es su mínima expresión, es decir en la formación

primigenia de ser humano y la sociedad que ocupa, se

eliminan los aparatajes que impregnan de una innecesaria

complejidad aquello que es más simple de entender: toda

necesidad precisa de ser satisfecha, y la lucha histórica de

la humanidad siempre ha sido por sobrevivir y evolucionar

77

a partir de las adaptaciones que hace sobre el territorio a

modo de una exteriorización.

Hábitat como una pregunta tecnológica

Cómo bien es conocido por los estudiosos del hábitat, la

respuesta a la pregunta por el mismo no es una conclusión

finalista; lo que el ser humano pretende al instalarse en un

lugar es apropiarse de sus materias, que en la medida de

ser transformadas se convierten en dispositivos a partir de

los cuales se da una correlación entre el cuerpo y los

objetos que éste crea, de manera que hay una

prolongación de los miembros en la técnica,

complementando, aumentando, e intensificando la acción

operativa de los órganos y los sentidos sobre la materia,

configurando todos los conjuntos de circunstancias físicas

que hacen posible la convivencia de ciertos individuos en un

lugar. Desde una cuchara hasta sus alimentos y la forma

como los consume, desde una casa hasta una ciudad y la

forma como la habita.

Visto así, el hábitat es una construcción instrumental y que

tienen el carácter de una tecnología. Pero ¿será entonces

la pregunta por el hábitat, una pregunta tecnológica?

Tecnológica en el sentido de que se puede definir a partir

78

de la cantidad y calidad de acciones que el hombre puede

ejecutar de manera deliberada o intencionada

(exteriorizaciones) en un lugar en torno a las cuales se crean

agrupamientos sociales con procesos evolutivos de distinto

carácter, de conocimiento de la naturaleza, de desarrollo

del pensamiento, y que derivan a su vez en formas distintas

de sentir y vivir el espacio y organizar el territorio, porque

ese desarrollo evolutivo va acompañado de maneras de

intervenir el mundo pero también de maneras de pensarlo y

de imaginarlo.

Hay hábitat donde hay experimentación humana, y su

definición concreta (de llegar a tenerla) estaría asociada al

movimiento de dicha experimentación, siendo este acto

también un acto de transformación del mundo natural al

mundo cultural a partir del artificio, del lugar de la

experimentación del ser humano en sus relaciones con el

mundo natural, su apropiación y organización en vastas

series de relaciones entre lo natural, lo artificial y lo cultural,

con un factor que trasciende y que deriva en planos

religiosos, políticos y científicos.

Estudiar el hábitat significa entonces interrogar ¿cómo la

experimentación humana produce hechos? y ¿qué

acontecimientos le suscitan preocupación al hombre?,

79

problemas de la relación establecidas entre la implantación

humana y la disponibilidad de recursos naturales de los

cuales derivan su propio sustento. La pregunta interroga la

mirada que tenemos de cosas como el entorno natural, lo

construido, las formas y modos de producción, en un

estudio que hace la tecnología en la relación que hay entre

algo que está en el mundo natural, transformado y

dispuesto de manera cultural. Aquí, la conversión de la

experiencia humana en conocimiento radica vital

importancia, porque responde a la pregunta ¿qué es?, ¿por

qué? y ¿cómo se produce el hábitat?

Hábitat implica en ese sentido no solo el contenedor físico

espacial que soporta la vida, sino también el receptáculo

que acoge las “manifestaciones humanas existenciales” a

partir de todo el conjunto de despliegues técnicos que

funcionan socialmente. Su definición dependerá entonces de

las condiciones bajos las cuales esas manifestaciones

humanas existenciales se dan, en tanto dependen del

devenir de las exteriorizaciones que suscita resolver una

necesidad en particular, sea ésta –por nombrar algunas- la

de comer, desplazarse o habitar. Lo valioso es resaltar, que

en el cumplimiento de ese devenir técnico, la cantidad de

manifestaciones a producir serán en gran medida

heterogéneas puesto que cada individuo compone su

80

hábitat según su propia razón de ser, condicionado

evidentemente bajo los contextos que le genera su propio

entorno físico y social.

Habitar como fundamento de una disciplina cómo la

arquitectura.

Sí se toma como verdad que en el despliegue de lo corporal,

asociado a lo técnico y unido a los social produciendo actos

figurativos y simbólicos hay un despliegue de la vida

humana, entonces la vida se expresa como una estetización

generalizada de la vida cotidiana desde que el proceso de

exteriorización comienza a asociar y a implicar el campo

técnico con el campo estético.

En ese orden de ideas, actividades como cazar, cultivar,

comer, construir, habitar, territorializar, son producto del

despliegue funcional de la exteriorización técnica y estética;

de la interacción activa de la herramienta, con el cuerpo, y

con la sociedad. Entendido así, la arquitectura entonces se

debería definir desde esta lógica, porque de lo contrario se

queda en la abstracción de un formalismo gráfico, sin

entender que le antecede en su lógica del habitar, ésta

como una necesidad de primer orden desde los orígenes

mismos de la humanidad. Pensarla así permite

81

comprenderla, estudiarla y ejercerla en toda su complejidad,

ligada más como una práctica social y cultural y no como

la mera abstracción de una representación gráfica o

planimétrica.

Como exteriorización, una de las primeras y principales

actividades del hombre fue construir; en un primero

momento entendido más el acto de construcción como una

capacidad ligada al acto de reconocer y modificar su

entorno para ocupar un espacio y protegerse del mal clima

o los predadores naturales. El uso de la cueva o la caverna

prehistórica como espacio recoge entonces las primeras

manifestaciones humanas existenciales alrededor de las

cuales se da una dinámica del habitar, al relacionar el

despliegue de las condiciones fisiológicas y sociales del ser

humano, prefigurando actos figurativos y simbólicos –cómo

hacer arte rupestre- en el espacio que la cueva ofrece.

Heidegger y el habitar

Es legítimo en este momento empezar a ligar la teoría que

partiendo de Heidegger se ha hecho desde la filosofía en

relación al habitar, buscando relacionar la condición

filosófica del habitar con la condición fisiológica que le

antecede. La primera como un hecho ligado a lo existencial

82

del ser humano, la segunda a lo biológico en tanto ser

natural, es también animal. En palabras del profesor

Saldarriaga (2006):

Habitar parece ser una condición propia de la vida en el

planeta, en todas sus formas. La planta que se arraiga al

suelo del cual obtiene nutrientes. El animal dispone de un

territorio tan amplio como sus instintos y necesidades

demandan. Cada especie delimita un espacio vital en el

que habita. Algunas especies de animales construyen sus

nidos o panales, cavan sus madrigueras o forman sus

montículos como espacios propios o exclusivos….para la

humanidad…. la supervivencia y la reproducción de la

especie son instintos básicos compartidos con otras

formas de vida. (p. 4)

Para Heidegger, “habitar es construir20 y construir es

habitar” Heidegger (1951) citado por Saldarriaga, 2006, p.

4). Postula, según Christian Norberg Schulz (2007) que la

20 Heidegger no se refiere con el término construir al hecho netamente práctico y

tangible (lo edificable o edilicia) con el que generalmente se asocia el término.

Construir para Heidegger, es instaurar un sistema de relaciones reciprocas entre

seres humanos capaces de trasformar su entorno a través de la práctica del habitar.

Se empieza a dar una relación con lo expuesto por Leroi-Gourham en tanto

construcción liga una exteriorización.

83

condición de habitar se da en la medida que somos

capaces de estar y ser en el mundo para hacernos a un

lugar en él. El estar remite a un fenómeno de ubicación en

el entorno físico espacial: genera seguridad, define límites y

puntos de referencias espaciales naturales y artificiales;

responde a la pregunta ¿dónde estoy? “…todas las culturas

han desarrollado ´sistemas de orientación´, ´estructuras

espaciales que facilitan el desarrollo de una buena imagen

del medio´. A menudo estos sistemas de orientación están

basados o se han derivado de la estructura natural dada.

Donde el sistema es débil, la imagen formada llega con

dificultad, y el hombre se siente «perdido». El terror de verse

perdido viene de la necesidad que tiene un organismo móvil,

como el humano, de estar orientado en su entorno” (Schulz,

2007)

Por otro lado, el ser se muestra hacia la identificación con

el entorno y su cultura. Es eminentemente existencial y

psicológico, ligado a la creación de significados,

apropiaciones y a la formación de la misma identidad de

cada quien. Responde a la pregunta ¿Quién soy? “La

identificación es la base para el sentido humano de

pertenencia” (Schulz, 2007)

84

La construcción teórica que se empieza a moldear entre

estas dos formas de ver la vida se puede plantear desde

el entendimiento de la manera o el modo como se da cada

una y de los resultados que generan, teniendo en cuenta y

anticipando además que una teoría no excluye ni sustituye

a la otra, sino que al contrario se complementan para

construir una definición concreta del habitar.

Para el caso del modo o la manera, la exteriorización es un

hecho del orden intuitivo porque está ligado al mundo de lo

fisiológico y Gourhan lo explica muy bien cuando afirma que

el proceso de evolución fue un proceso inconsciente ajeno

al desarrollo del cerebro humano, la exteriorización se dan

en la medida que es requerida por la incapacidad que el

cuerpo anticipa al intentar operar en niveles complejos tal

como el mundo se lo exige; por su lado, el ser y estar se

manifiesta deductivamente, porque esa pregunta que el ser

humano se plantea frente a su propia condición existencial

lo remite a racionalizar en un ejercicio de conciencia donde

es necesaria la reflexión, la duda, la crítica y la autocrítica

como un modo de ver el mundo. Nos enfrentamos a un

debate que radica su fuerza entre el uso de lo racional o lo

irracional en un sentido de construir mundo para habitar

dentro de él a través de las exteriorizaciones que el ser

humano es capaz de crear para sí mismo.

85

Para el caso del resultado que se genera, la exteriorización

se da a través de la creación y dominio de la técnica y su

manifestación se liga a un hecho material tangible que está

ligado a lo externo de la vida, es decir una manifestación

que va hacia afuera, en tanto la condición del ser y estar

se da como una manifestación existencial intangible ligada

al orden interno de la vida, es decir una manifestación que

va hacia adentro.

***

Queda expuesta entonces una idea de la informalidad y otra

del hábitat y el habitar; su significado e importancia como

referentes teóricos para el desarrollo de este trabajo. Es

claro que aún no hemos construido ninguna relación entre

ellos, eso debido a que la pregunta por ¿cómo lo informal

es habitado? es en realidad el sustento de los siguientes

capítulos.

Se deja entrever así los planteamientos iniciales para el

capítulo dos y tres. El resultado que se genera se

profundizará cómo un lenguaje de patrones determinantes

de habitabilidad, y el modo o la manera como lo discursivo

que sostiene la producción de dichos patrones. Con lo

primero buscamos entender que se ha hecho; con lo

segundo el método y la razón que le sostienen. Es decir,

86

partiremos del universo material e inmaterialmente

construido por la informalidad para entender el porqué de

tal realidad.

87

88

89

2. VARIABLES DE

HABITABILIDAD

90

91

VARIABLES

Inútilmente, magnánimo Kublai, intentaré describirte la Ciudad de Zaira de los altos bastiones. Podría decirte de cuantos peldaños son sus calles en escalera, de qué tipo los arcos de sus soportales, qué chapas de Zinc cubren los techos; pero sé ya que sería como no decirte nada. No está hecha de esto la ciudad, sino de relaciones entre las medidas de su espacio y los acontecimientos de su pasado: la distancia al suelo de un farol y los pies colgantes de un usurpador ahorcado; el hilo tendido desde el farol hasta la barandilla de enfrente y las guirnaldas que empavesan el recorrido del cortejo nupcial de la reina; la altura de aquella barandilla y el salto del adúltero que se descuelga de ella al alba; la inclinación de una canaleta y el gato que la recorre majestuosamente para colarse por la misma ventana; la línea de tiro de la cañonera que aparece de improviso desde detrás del cabo y la bomba que destruye la canaleta; los rasgones de las redes de pescar y los tres viejos que sentados en el muelle para remendar las redes se cuentan por centésima vez la historia de la cañonera del usurpador, de quien se dice que era un hijo adulterino de la reina, abandonado en pañales allí en el muelle.

En esta ola de recuerdos que refluye la ciudad se embebe como una esponja y se dilata. Una descripción de Zaira como es hoy debería contener todo el pasado de Zaira. Pero la ciudad no dice su pasado, lo contiene como las líneas de una mano, escrito en los ángulos de las calles, en las rejas de las ventanas, en los pasamanos de las escaleras, en las antenas de los pararrayos, en las astas de las banderas, surcado a su vez cada segmento por raspaduras, muescas, incisiones, cañonazos.

(Calvino, 1999, pp. 25-26)

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95

Una variable por definición se entiende como algo

cambiante (del latín: variablilis). “es un símbolo que

representa un elemento no determinado de un conjunto.

Cada elemento de dicho conjunto corresponde a una

categoría o valor de la variable y el conjunto de todas las

categorías o valores posibles se denomina universo de la

variable.” (Andrade, Cubides, Márquez, Vargas Esther, &

Cancino, 2008, p. 46)

Las variables se estudian, en el contexto de las ciencias

fácticas, desde la observación y la medición a través del

análisis. Para ello, “el análisis de una variable requiere

diferenciar el signo lingüístico que representa a la variable,

del concepto y de la entidad material, hecho o propiedad

representada que constituye el objeto de observación o

medición.” (Andrade et al., 2008, p. 47)

Un signo es por su parte:

Una señal convencional que representa una entidad determinada, que reconoce la presencia de un elemento inteligible (significado- representación mental o concepto) y de un elemento material (significante-) (Ej. la secuencia de fonemas de una palabra hablada).

Se distinguen tres tipos de signos a) el signo natural que es el que sostiene una relación causal entre el representante y el representado (el quejido es signo de dolor), b) el icono, signo que presenta semejanza con lo representado (foto,

96

estatua) c) el símbolo que es un signo donde la relación entre lo representado y el representante es convencional y es aceptada culturalmente (términos, frases). (Andrade et al., 2008, p. 47)

Es en el último tipo de signo donde se hará énfasis, pues

buscamos entender la relación entre lo representado y el

representante manifestado a modo de exteriorización a

través de la teoría del lenguaje de patrones de Christopher

Alexander21. Teoría cuya “propuesta gira alrededor de

entidades que denomina patrones, los cuales constituyen la

esencia de la arquitectura y por tanto dan la posibilidad de

mirar las cosas desde una perspectiva que las hace

similares.” (Sierra Moncada, 2006, p. 42)

Así, sí el ser humano produce exteriorizaciones como una

manifestación biológica y simbólica de su proceso de

adaptación a un territorio (y con ello el desarrollo de la vida),

esas mismas exteriorizaciones adquieren el carácter de una

21 Con el ánimo de evitar confusiones alrededor de la teoría del lenguaje de patrones

de Christopher Alexander es necesario hacer alusión a los tres textos que componen

esta teoría. El primero y para esta investigación el más valioso es “el modo intemporal

de construir” el cual contiene propiamente TODO el sustento teórico del lenguaje de

patrones. El segundo titulado “Un lenguaje de patrones (1977)” contiene ejemplos

de patrones y los lenguajes codificados que éstos crean cuando se ponen en acción

y relación con las personas que los usan o los habitan. El tercero “El caso de la

Universidad de Oregón (1975)” es la puesta en práctica de los dos textos anteriores.

Como nota aclaratoria buscamos decir que al señalar “lenguaje de patrones” hacemos alusión a la teoría y no a la práctica del trabajo de Alexander.

97

variable, pues de su existencia o no, o de la cantidad y

calidad de la misma dependerán, para nuestro caso, las

condiciones de habitabilidad de la ciudad informal.

Al igual que un texto, la ciudad puede ser leída a partir de

los signos que la componen. Cada experiencia cotidiana de

sus habitantes, la constante interacción con ella ha ayudado

a construir un lenguaje codificado que representa espacios,

memorias y experiencias. Nos proponemos entender ese

lenguaje, que, en palabras de Christopher Alexander, (1981)

es también “un proceso a través del cuál el orden de un

edificio o de una ciudad surge directamente de la naturaleza

de la gente, los animales o las plantas, permitiendo sin

ayuda de arquitectos o planificadores dar lugar a una

ciudad arraigada” (p. 22)

Lenguaje de patrones: exteriorización técnica y estética de

los hábitats informales.

¿Cómo se instrumentaliza el hábitat?; ¿cómo se llega a su

materialización?; ¿Qué le antecede?; ¿Qué ideario tiene?;

¿cuál es su soporte conceptual?; y ¿cómo se estructura y

se define?

98

En el libro “El modo intemporal de construir” (1981)22,

Christopher Alexander se pregunta por ¿cuáles son los

patrones que definen la vida y la habitabilidad en el hábitat

humano? La respuesta está en los modos de vida que

producen formas de habitar, en donde hay una serie de

elementos que son intemporales, unas formas de habitar

que ya están reconocidas y que pueden ser repetidas en

el tiempo independiente de cómo cambien los

acontecimientos. En El modo intemporal de construir se

establece una serie de elementos fundamentales que van

más allá de la racionalidad, y que están históricamente

probados como elementos funcionales dentro de la

sociedad 23

El lenguaje de patrones se trata de un sistema finito de reglas que una persona puede emplear para generar una infinita variedad de construcciones diferentes, y que el uso del lenguaje permitirá a la gente […] generar exactamente el equilibrio de uniformidad y variedad que da vida a un lugar. En este sentido hemos encontrado […] un ejemplo del tipo de código que en determinados momentos juega en edificios y ciudades el papel que desempeña el código genético de un organismo viviente. Son estos lenguajes, los

22 Christopher, A. (1981). El modo intemporal de construir. Barcelona: Gustavo

Gili.

23 Notas de clase. La instrumentalización del hábitat. Profesor: Luis Fernando

González Escobar.

99

responsables de todo acto de construcción en el mundo (Alexander, 1981, p. 158)

El lenguaje de patrones es un campo propiamente estético,

una producción figurativa en tanto está posibilitada por la

técnica y caracteriza una cultura. Se determina por una

relación fisiológica, técnica y social y se expresa

figurativamente adoptando una connotación simbólica. Lo

que se expresa es una relación decisiva entre el ser humano

y su entorno a partir de lo cual, lo simbólico y lo figurativo

guardan la memoria de una sociedad, de los usos técnicos

y de las corporalidades. El dispositivo está posibilitando la

constitución de medios estéticos, porque expresan lo

eminentemente técnico de la actividad del hombre, pero

también lo eminentemente estético del uso de la técnica; en

tal sentido, “la exteriorización estética está desde el nivel

fisiológico hasta el nivel simbólico, ahí hay una cantidad de

elementos estéticos de la cultura. El campo de la

exteriorización técnica y el de la exteriorización estética son

campos implicados, es decir que todo acto técnico conduce

a un acontecimiento estético y todo acontecimiento estético

es posible por el despliegue de un acto técnico”24

24 Notas de clase. Citado por el profesor Alberto Castrillón.

100

El lenguaje de patrones es también un mundo inorgánico sí

se organiza a partir de sus usos o sus vertimientos estéticos.

Es la organización de los objetos con la vida humana, los

cuales proponen una relación organizada con la misma. Así,

hay un modo de entender un entorno, porque con el

despliegue de lo corporal, asociado a lo técnico y unido a

lo social produciendo actos figurativos y simbólicos, hay un

despliegue de la vida humana. Una estetización

generalizada en la que no solamente se produce un cierto

tipo de hacer las cosas y vivir la cotidianidad, sino que

también hay una producción de espacio entendido como

función porque el espacio está en el despliegue de todos

los niveles. No se puede hacer espacio sin cuerpo, sin

herramientas y sin sociedad.

…los patrones varían de lugar en lugar, de cultura en cultura, de época en época; todos están hechos por la mano del hombre, todos dependen de la cultura. Pero, aun así, en cada época y en cada lugar, la estructura de nuestro mundo está dada, esencialmente, por una serie de patrones que se repiten una, otra y otra vez. Estos patrones no son solo elementos concretos como ladrillos y puertas –son mucho más profundos y más fluidos- y sin embargo son la sustancia sólida subyacente a partir de la cual siempre se levanta un edificio o una ciudad. (Alexander, 1981, p. 90).

101

Exteriorización técnica y estética de los hábitats informales:

El lenguaje de patrones, en la medida que se da ligado a

las prácticas y formas de habitar, genera vínculos figurativos

y simbólicos con las comunidades que lo han producido y

pasa a configurarse en expresiones concretas a través de

una estética especial. Esta estética es la que permite una

valoración de las cualidades del hábitat; la constituyen todas

las manifestaciones afectivas y sensibles de los individuos

que forman parte de un grupo social y se expresan bajo la

forma de prácticas fuertemente ligadas a la cotidianidad de

la vida; se reconocen naturalmente por toda la comunidad,

dándole al lugar que ocupa una connotación espacial y

figurativa bajo la forma de elementos, gestos, símbolos y

expresiones de carácter tecnológico.

Un lenguaje debe ser visión compartida de un grupo de personas, muy específico de su cultura, capaz de captar sus sueños y esperanzas, de contener muchos recuerdos, y formas locales específicas de hacer las cosas. El lenguaje, […] necesita concretarse en un tiempo y lugar específicos, por medio de costumbres locales (Alexander, 1981, p. 258)

Dentro de un sistema de hábitat informal, estas expresiones

técnicas son generadas por sujetos anónimos, que

actuando de manera aparentemente deliberada y

desarticulada procuran en primera instancia la casa; el

102

dispositivo aparece como la prótesis de la piel, el cobijo que

le garantiza unas condiciones mínimas de habitabilidad ya

socialmente determinadas. En la medida en que este hecho

cultural de carácter aparentemente elemental se complejiza,

también se enriquece con nuevos elementos igualmente

cargados de valor y significado que se salen de la casa y

se proyectan sobre el barrio y la ciudad. Vistos así, estos

entornos informales son sistemas ricos en representaciones

y creaciones figurativas y simbólicas, que se legitiman

socialmente a partir de la funcionalidad de su uso en la

cotidianidad.

El barrio es un sistema de relaciones complejas en donde

la interacción constante de condicionantes propios del lugar

han permitido construir un sistema en donde se tocan los

niveles tecnológicos, psicológicos, económicos, políticos,

sociales y culturales de cada ser que lo habita y se refleja

en términos de apropiación, construcción y consolidación

que van más allá de un simple objeto tangible. Es también

un estructurante de ciudad, una amalgama de formas

construidas y patrones tangibles que sintetizan las formas

de habitar propias de una sociedad en términos espaciales

y perceptuales. Como dispositivo es entonces una mezcla

de elementos formales tecnológicos, copiados y apropiados

de la ciudad tradicional, moderna, formal e informal que el

103

auto constructor o maestro de obra filtró de manera

fragmentada, incorporando de esta manera los dispositivos

que le resultaban más prácticos a las necesidades más

inmediatas. Patrones, formas, tecnologías y

ornamentaciones, son tomados, reinterpretados y

adaptados según se va requiriendo en el lento proceso de

consolidación de un entorno informal.

Como hecho construido, si bien la estética en el hábitat

informal es el resultado de las transferencias de otras

arquitecturas, es también un proceso de construcción de

sentido permanente fuertemente arraigado a las prácticas

del habitar como un proceso simultáneo de creación

simbólica, que le es propio a toda producción colectiva. La

relación entre espacio construido y prácticas del habitar es

fundamental, puesto que los espacios hablan de la vida y

la vida de los espacios y es justamente ahí en donde radica

el poder de una estética que es propia del hábitat popular

(Arango Escobar, 2004). De esta forma, la calle, el parque,

la plaza, la esquina, las escaleras, las plataformas y

pequeños pasadizos, constituyen un rico universo de

elementos altamente significativos, que son usados

intensamente y están fuertemente ligados a valores

afectivos que comparte y reconocen la totalidad de los

residentes.

104

Para cualquier entorno informal en la ciudad de Medellín

(principalmente los asentados sobre las laderas), franquear

las dificultades impuestas por la topografía, ha obligado a

los auto constructores a agudizar el ingenio en estrategias

de diseño y tecnologías dignas del mejor proyectista titulado,

con el fin de tratar de vincular el interior de la vivienda con

el exterior a la calle. El andén, el antejardín, la esquina, el

balcón, la terraza, las escaleras, los puentes, quicios y

pasadizos configuran un heterogéneo entramado de

conectores físicos, espaciales y visuales convirtiendo la calle

en un escenario de privilegio para la vida colectiva, clara

expresión de una estética social viva y emergente.

Podríamos concluir que la riqueza, en términos de la

arquitectura popular, está en las poéticas que acompañan

la construcción, apropiación, uso y disfrute de lo público, en

la diversidad de elementos que lo enriquecen, (de ahí el

sentido de lo variable) así mismo en la forma como se ha

configurado un paisaje urbano único que le impone un sello

de gran significado a la ciudad.

…un lenguaje sólo es viviente cuando cada persona de la sociedad o de la ciudad tiene su propia versión del mismo, pues entonces no solo es algo intelectual que expresa patrones como variables, como reglas a seguir, como conocimiento acerca de lo que hace que un edificio o una ciudad funcionen bien. Es algo más profundo, una cosa

105

sentida, una cosa experimentada, que expresa las actitudes más íntimas de la gente acerca de su estilo de vida, sus esperanzas y temores con respecto a las maneras en que las personas viven y trabajan juntas (Alexander, 1981, pág. 258)

106

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HABITABILIDAD

Es jueves santo de 2003. Aquí estoy, sentado en una plaza al sol, un gran soportal, largo, alto, hermoso bajo el sol. La plaza -frente de casas, iglesia, monumentos- como un panorama ante mis ojos. A mi espalda la pared del café. La justa densidad de gente. Un mercado de flores. Sol. Las once. La cara de enfrente de la plaza en sombra, de un apacible color azulado. Ruidos maravillosos: conversaciones cercanas, pasos en la plaza, en la piedra, pájaros, ligero murmullo de la multitud, sin coches, sin estrépito de motores, de vez en cuando ruidos lejanos de una obra. Me figuro que el comienzo de las vacaciones ya ha ralentizado los pasos de la gente. Dos monjas - esto es de nuevo real, no me lo estoy inventando -, dos monjas cruzan la plaza gesticulando, con un andar rápido, sus tocas ondean ligeramente, cada una de ellas lleva una bolsa de plástico. La temperatura: agradablemente fresca, y cálida. Estoy sentado bajo el soportal, en un sofá tapizado en un verde pálido, en la plaza, la estatua de bronce sobre su alto pedestal frente a mí me da la espalda, contemplando, como yo, la iglesia con sus dos torres. Las dos torres de la iglesia tienen un remate diferente; empiezan siendo iguales abajo y, al subir, se van diferenciando. Una de ellas es más alta y tiene una corona de oro alrededor del extremo de la cúpula. Pronto vendrá hacia mi B., cruzando en diagonal la plaza desde la derecha”. Ahora bien, ¿qué me conmueve? Todo. Todo, las cosas, la gente, el aire, los ruidos, los colores, las presencias materiales, las texturas, y también las formas. Formas que puedo entender. Formas que puedo intentar leer. Formas que encuentro bellas. ¿Y qué más me ha conmovido? Mi propio estado de ánimo, mis sentimientos, mis expectativas cuando estaba sentado allí. Me viene a la cabeza esa célebre frase inglesa, que remite a Platón: “Beauty is in the eye of the beholder” [“La belleza está en los ojos de quien mira”]. Es decir: todo está solamente dentro de mí. Y nunca hubiera tenido tales sentimientos sin esa atmósfera. Hay un intercambio entre las personas y las cosas. Con eso tengo que tratar como arquitecto. Y pienso: ésta es mi pasión. Existe una magia de lo real. Conozco muy bien la magia del pensamiento. Y la pasión del pensamiento bello. Pero me refiero a algo que, con frecuencia, encuentro más increíble: la magia de lo verdadero y de lo real.

Zumthor, 2006, pp 15-19

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El propósito del siguiente aparte es indagar por el concepto

de habitabilidad -en un sentido general- para analizar cómo

se liga al desarrollo del hábitat y la arquitectura. Partiendo

de entender que el concepto no le es necesariamente

propio a estos dos campos de conocimiento, sino que

también está emparentado con nociones aportadas –por

ejemplo- desde la astrofísica, trataremos de concretar una

definición válida que trace las categorías y escalas a

estudiar para entender cómo se determina la habitabilidad.

La idea de habitabilidad

Desde lo básico, la habitabilidad se define según la RAE

(2015) como “la cualidad de habitable y en particular la que,

con arreglo a determinadas normas legales, tiene un local o

vivienda”. El arquitecto Rafael Salgado de la Torre en el

código técnico de la edificación -CTE- para el gobierno

español, advierte que la habitabilidad es aquel conjunto de

condiciones mínimas que dicho local o vivienda debe cumplir

en términos de salubridad e higiene, protección contra el

ruido, ahorro de energía y aislamiento térmico (Salgado de

la Torre, 2009, p. 4). Condiciones pertinentes desde lo

funcional pero insuficientes, pues como conjunto de

necesidades que requieren ser satisfechas para una

112

existencia adecuada del ser humano, privilegia sólo las

características tangibles y aspectos técnicos de la

edificación25.

Por otro lado, el arquitecto colombiano Alberto Saldarriaga

considera que la habitabilidad es “un conjunto de

condiciones, físicas y no físicas, que permiten la permanecía

humana en un lugar, su supervivencia y, en un grado u otro,

la gratificación de la existencia” (Saldarriaga Roa, 1976, pág.

57). Esta definición parece más asertiva que la anterior, no

25 Desde la arquitectura, la habitabilidad se ha identificado como el conjunto de

necesidades que requieren ser satisfechas para una existencia adecuada del ser

humano. Se posibilita principalmente desde las características físicas y aspectos

técnicos que (principalmente la vivienda) debe cumplir para garantizar unas

condiciones de confort térmico, acústico y de salubridad. Dichas condiciones están

insertas en un sistema de mediciones, dimensión y valoración, de manera que puedan

ser evaluadas y clasificadas en rangos de mayor o menor habitabilidad. Sin embargo

esta definición no parece ser suficiente, pues no se trata solamente de satisfacer

necesidades, se trata también, en palabras de la arquitecta Maritza Granados (2013):

… de promover actos perceptivos al interior de los espacios. La

arquitectura y su consecuente habitabilidad debe ser abordada como ser

biológico dotado de características propias y no solamente como un

contenedor que cumple condiciones de confort. Esto quiere decir que el

ejercicio proyectual debe pensarse como un acto inseparable de quien

habita, es decir no para él sino desde él, lo que garantiza que los espacios

se vinculen profundamente con el usuario. Al margen de la dureza de sus

límites físicos es claro que la arquitectura tiene capacidades definitivas de

mutación que siempre responden a la forma en que se habita. (p. 377)

113

discute con la aportada por el CTE pues les complementa

al incluir una variable adicional: el mundo de lo intangible.

Ampliando la definición aportada por el profesor Saldarriaga,

la habitabilidad está en permitir la adecuada satisfacción de

las necesidades habitacionales como la higiene, privacidad,

comodidad, localización y seguridad en la tenencia,

operados desde la medición de los mínimos aceptables sin

degradar las condiciones cualitativas. En esta definición

reúne elementos tangibles e intangibles, asegura la

necesidad de incorporar una evaluación subjetiva, es decir,

de los elementos no físicos, el aspecto social y de

adecuación cultural, a la evaluación objetiva de lo físico,

entendido como la intervención de la arquitectura y la

urbanística. (Saldarriaga Roa, 2005, pág. 107).

Complementa e ejemplifica a la anterior definición, la visión

que sostiene el arquitecto Manuel Sánchez de Carmona:

Habitabilidad y arquitectura son dos vocablos íntimamente relacionados pero diferentes. Si bien no puede haber arquitectura si no procura la habitabilidad, si puede haber habitabilidad sin arquitectura. Me explico: La habitabilidad es una cualidad del espacio que se fundamenta en múltiples aspectos más allá de los aspectos arquitectónicos. Un lugar puede ser habitable, vivible, si tiene características afectivas que no necesariamente son físico espaciales. Pocas cosas pueden ser para muchos de nosotros más vivibles que la casa donde nacimos, donde

114

vivieron nuestros padres, donde sucedieron eventos significativos. Estas particularidades pueden ser independientes de las características formales del lugar. Cuando en un lugar se suman ambos aspectos se logra una plenitud en la experiencia de estar en un sitio. (Sánchez de Carmona, 2009, pág. 1)

Las amplias definiciones que puede llegar a tener el término

habitabilidad incluyen por ejemplo las aportadas por la

astrofísica26, para la cual el tema se basa en la capacidad

que tiene un cuerpo celeste para mantener –en el tiempo-

el agua líquida27 en su superficie28. (Poffo, 2012, pág. 41).

Dicha capacidad se encuentra mediada entre otras

variables por la distancia a la estrella más cercana que le

genera luz y calor, su diámetro, atmosfera propia, cambios

climáticos, etc. Muchos autores plantean, por ejemplo, que

26Ciencia que estudia las características físicas, estructurales y compositivas de las

estrellas, planetas, materia interestelar y cuerpos menores del sistema solar.

27El agua se ha entendido científicamente como el primer factor posibilitador de vida.

Tanto para generarla, pero también para mantenerla. Es la historia de las grandes

civilizaciones humanas, pero también el de la evolución de la vida terrestre en todas

las escalas tal como hoy la conocemos.

28 La habitabilidad como concepto es importante para la astrofísica porque al evaluar

dicha capacidad en distintos cuerpos es posible descubrir si ha existido vida en otros

planetas o si esta es posible en el futuro.

115

un planeta potencialmente habitable debe tener un tamaño

límite necesario, no solamente para garantizar la presencia

de océanos en la superficie, sino también la de una

atmósfera protectora. (Poffo, 2012, pág. 76)

La astrofísica estudia con mucha meticulosidad los máximos

y mínimos determinantes para una zona de habitabilidad, la

cual es condición necesaria pero insuficiente para que un

planeta sea habitable. Por fuera de esto, la habitabilidad a

estudiar no debe solamente satisfacer unas condiciones

estructurales en tiempo presente, sino que también debe

ser capaz de desarrollar y mantener una biosfera29 (Poffo,

2012, pág. 7).

Las categorías, métodos e instrumentos que utiliza la

astrofísica para determinar las zonas de habitabilidad en

cuerpos planetarios o estrellas son en sí demasiado

complejas de entender y escapan a los propósitos de esta

investigación pues las capacidades de manejo aritmético,

matemático, geométrico y físico no nos resultan propias, sin

embargo, lo que es interesante evidenciar, son las

posibilidades reflexivas que el concepto plantea; creemos

que al vincularse a las definiciones anteriormente aportadas

29Se denomina biósfera al sistema que abarca a todos los seres vivos de nuestro

planeta y a su hábitat; es decir, el lugar donde se desarrolla su ciclo vital.

116

puede llevarse a una escala de actuación pertinente y válida

para los propósitos de esta investigación.

Hábitat, arquitectura y habitabilidad

Ubicar la arquitectura o el proyecto arquitectónico en

relación a la intervención de las estructuras o formas

arquitectónicas propicia la reflexión sobre su alcance real en

la configuración del hábitat y por consiguiente en las

condiciones de habitabilidad. La arquitectura al leerse como

estructura parte de las necesidades de uso o función; a su

vez proyecta en su respuesta condiciones propias del ser

humano y del entorno natural, luego se habla de una

estructura en esencia social, ambiental y técnica. La lectura

de la arquitectura como forma, es la incursión en la

necesidad de sustentar la vida humana por medio del

diseño, la definición de límites y las características

simbólicas, espaciales y perceptuales.

La arquitectura participa como condición necesaria para la habitabilidad sin embargo no es suficiente. Para vivir en un lugar con calidad de vida, para apropiarse de un lugar, para identificarse y pertenecer a él, se requiere además de las condiciones físico espaciales otro conjunto de condiciones entre los que destacan aspectos simbólicos, sociales y económicos” (Sánchez de Carmona, 2009, pág. 2)

117

Un proyecto arquitectónico, independiente de la escala de

intervención, es complejo en la medida que requiere dar

respuesta desde la forma a un problema multidimensional,

de plano técnico, perceptual, simbólico, físico, traducido al

lenguaje espacial. El proceso de diseño es el mecanismo a

través del cual el arquitecto se acerca a la realidad de las

condiciones de habitabilidad del escenario particular que ha

de ser intervenido. Es un ejercicio complejo y consciente,

integrador de una cantidad considerable de variables y

elementos significativos para la consideración de criterios

decisorios, “el proceso de diseño como tal, es un recorrido

a través de información relevante para entresacar de ella

progresivamente las condiciones y requerimientos que,

posteriormente habrán de dar imagen y forma a la

respuesta” (Saldarriaga Roa, 1976, pág. 74). Es un proceso

que supera la respuesta funcional y técnica para darle paso

a la satisfacción de necesidades, conscientes o no, para el

usuario colectivo o individual.

Según Saldarriaga, toda intervención está regida por la

forma y la estructura30, así el conocimiento no se limita al

30 Para la mente humana, todo aquello que existe posee una estructura; para los

sentidos, todo lo perceptible tienen forma. Estructura y forma son productos de la

constante comunicación entre el ser y el universo; son conocimiento e información

particulares acerca de los componentes, relaciones, contornos, masa, proporción y

118

escenario cultural particular, sino al conocimiento de las

estructuras ordenadoras y la comprensión de las formas.

Entender la estructura como la capacidad humana para

discernir relaciones significativas y ordenar fenómenos que

percibe o imagina y la forma como el límite espacio-temporal

de cuerpos y conceptos, define límites y establece

contornos. “Cada cuerpo o sistema es un todo, completo

como forma, partícipe de su ambiente como estructura”

(Saldarriaga Roa, 1976, pág. 60). El ser humano se mueve

en todos los planos; espaciales, temporales y sensoriales,

la dimensión perceptual del espacio es la clave para una

intervención que permita establecer una comunicación entre

los sujetos a través del lenguaje, como medio de expresión

social y estética. Son los comportamientos, las relaciones y

las significaciones que genera la expresión de un lenguaje,

que se traduce en la espacialidad de su espacio habitado

en estructura corporal, cualidad perceptual acompañadas

de la simbología y significación.

cualidades de los cuerpos existentes; son el ordenamiento mental y material de

elementos significativos dentro de la experiencia humana. (Saldarriaga Roa, 1976,

pág. 97)

119

Escalas de interacción de la habitabilidad

Según Sánchez de Carmona (2006), se pueden distinguir

tres escalas de interacción para la habitabilidad de un lugar:

la escala macro (ciudad), la escala intermedia (barrio) y la

escala micro (vivienda) (p. 6). Estas escalas representan el

espacio físico y las actividades de la vida y están

estrechamente relacionadas una a otra, tanto que, al

momento de presentarse deficiencias en alguna de ellas, la

habitabilidad empieza a ser afectada. Dichas escalas se

explican a continuación tratando de hacer énfasis en

resaltar las condiciones tangibles e intangibles que les

constituyen:

1. La primera escala es la de la ciudad.

La forma de vida moderna hace que la ciudad sea

habitable porque en ella se encuentran las

condiciones macro para empezar a satisfacer las

necesidades generales de la subsistencia humana.

La ciudad posibilita un espacio de trabajo, de

atención médica, de abastecimiento, de recreación

y de estudio, que si bien pueden ser limitadas, son

120

más accesibles que en un entorno rural por

ejemplo31.

La ciudad es por definición un conjunto

interrelacionado de espacios y servicios coordinados

por una entidad político/administrativa. Es de

suponer que entre más grande es una ciudad se

pueden ofertar mayores oportunidades para

satisfacer las demandas de habitabilidad, sin

embargo, las tendencias migratorias campo-ciudad

y las altas tasas de natalidad pueden afectar la

posibilidad de acceso a las mismas; así el tamaño

de las ciudades genera efectos negativos pues,

aunque existen todo tipo de satisfactores, se dificulta

el acceso a ellos. También aumentan los costos, los

tiempos de desplazamiento, la inseguridad, y la

calidad ambiental.

31 No por esto se puede decir que la ruralidad adolece de condiciones de

habitabilidad. Lo rural es tan habitable como la ciudad, sólo que en un sentido

diferente y sus patrones de habitabilidad evidentemente no podrán ser los mismos ya

que posibilitan otras oportunidades. Por ser esta una investigación con énfasis en lo

urbano no se hará más referencia a lo rural, sin embargo, bien vale hacer esta

observación para evitar confusiones.

121

Diremos que la condición intangible de la

habitabilidad en la escala de la ciudad se ve

representada a través de los servicios o actividades

que la misma ofrece: la posibilidad de acceso a la

educación, recreación, salud, oferta de trabajo,

seguridad, movilidad, etc. Por otro lado, la condición

tangible se hace evidente en el acceso y uso de

espacios físicos como parques, plazas, calles,

equipamientos, transporte, vivienda, etc. Algo que se

debe tener en cuenta de manera adicional es que

la ciudad también permite la construcción de una

identidad cultural y una apropiación sobre la misma.

Estos son factores que inciden directamente sobre

la habitabilidad, pero no se pueden catalogar

directamente como servicios, actividades o espacios

físicos.

2. La segunda escala es la del barrio32.

El barrio es una unidad de actuación urbana,

subdivisión territorial dentro de la ciudad que le

contiene. Para comprender la habitabilidad de un

32 En esta categorización es pertinente señalar que la urbanización es también una

escala de interacción, pues se configura -al igual que el barrio- como un elemento

intermedio entre la ciudad y la vivienda por los elementos de conexión que posibilita

y que le generan, a su vez, condicionantes propios de habitabilidad.

122

barrio se debe partir, primero de entender la lógica

propia bajo la cual se relaciona con la ciudad (vinculo

externo) y segundo, entender la lógica propia de su

funcionamiento interno. Sería un gran error

generalizar al decir que un barrio funciona (interna o

externamente) de la misma manera que otro.

En términos del vínculo externo, el barrio es

fundamental en la construcción de habitabilidad

porque se define como escala intermedia entre la

ciudad y la vivienda. Como intermediario, busca

resolver los mecanismos de transmisión energética

y material de la una a otra. Los patrones de

habitabilidad más comunes se evidencian en las

infraestructuras de transporte y movilidad, conexión

a servicios públicos, calidad ambiental del entorno

inmediato.

En términos de funcionamiento interno, el barrio

genera los marcos de interacción social, básicos

para establecer los vínculos de ayuda mutua y las

condiciones para el desarrollo de la vida cultural y

económica de las personas. Los principales

patrones intangibles de habitabilidad en esta escala

123

se dan desde los vínculos comunitarios: el

vecinazgo, el amiguismo, el compadrazgo, la

hermandad. Sin embargo, estos patrones intangibles

no podrían ser sin un espacio que les soporte, por

eso los tangibles como la calle, la acera, una

esquina, el parque, la plaza, la escuela, la iglesia, el

mercado, soportan espacialmente la cotidianidad

barrial. La habitabilidad dependerá entonces de la

calidad e intensidad solidaria, pues soporta la

búsqueda de objetivos variados y el bien común:

desde los lúdicos y recreativos hasta los de

desarrollo cultural y económico. (Sánchez de

Carmona, 2009, pág. 8)

Otra lista de patrones que se debe tener en cuenta

en la construcción de la habitabilidad barrial son: el

uso del suelo, las condiciones físicas y de

mantenimiento de infraestructuras y equipamientos

(principalmente los públicos), el alumbrado,

abastecimiento de agua, energía eléctrica,

alcantarillado, seguridad, riesgo de inundación,

riesgo de deslizamiento, contaminación visual,

auditiva u olfativa.

124

3. La tercera escala es la de la vivienda.

La vivienda es la forma más básica de habitabilidad

y por su importancia muchas veces se reduce a ella

todo el esfuerzo por mejorar sus condiciones. En los

párrafos anteriores se ha procurado destacar la

importancia de los niveles intermedios y de la ciudad,

sin embargo, por su papel en la vida privada y

familiar, las condiciones adecuadas de una vivienda

son definitivas en la calidad de vida de las personas.

(Sánchez de Carmona, 2009, pág. 9)

Para el caso de vivienda es necesario decir que, al

igual que el barrio, ésta también funciona en dos

sentidos: hacia el exterior a través de las fachadas

que posibilitan la socialización barrial y hacia el

interior que soporta la vida familiar.

Los principales patrones intangibles de habitabilidad

se dan a través de los vínculos familiares, creando

condiciones como: el hogar, la intimidad, el

significado, la seguridad, y la apropiación. Sin

embargo también se presentan otras que no

necesariamente dependen de la familia como el

125

confort33, la salubridad, la accesibilidad (tenencia

legal), comercialización (de la vivienda), plusvalía,

visuales lejanas y cercanas.

33 Con respecto al confort, es pertinente hacer una referencia a la construcción

conceptual que el arquitecto Polaco Witold Rybczynski, hace en su obra “La casa.

Historia de una idea”. Aquí Rybczynski (1991), después de revisar y analizar la

evolución de la casa en Europa, logra determinar la evolución de la idea de confort

que de manera intencionada o no se desarrolla dentro de ella; concluye que el

problema de comprender el confort y de encontrar una definición sencilla:

Es como tratar de describir una cebolla. Por fuera parece sencilla,

simplemente una forma esferoidal. Pero eso es engañoso, pues una

cebolla también tiene muchas capas. Si la cortamos, nos quedamos con un

montón de peladuras de cebolla, pero ha desaparecido la forma inicial; si

describimos cada capa por separado perdemos de vista el todo. Para

complicar las cosas, las capas son trasparentes, de forma que cuando

miramos una cebolla entera, no sólo vemos la superficie, sino también

parte del interior. Análogamente, el confort es al mismo tiempo algo

sencillo y complicado. Incorpora muchas capas transparentes de

significado – intimidad, comodidad, tranquilidad -, algunas de las cuales

están más hondas que las otras.

El símil de la cebolla no sólo sugiere que el confort tiene varias capas de

significado, sino también que la idea de confort ha ido evolucionando

históricamente. Es una idea que ha significado cosas diferentes en

diferentes momentos. En el siglo XVII el confort significaba lo privado, lo

cual llevaba a la intimida y, a su vez, a la domesticidad. El siglo XVIII

atribuyó más importancia al ocio y la comodidad, el XIX a elementos en los

que intervenía lo mecánico: luz, calor, ventilación. Las ingenieras

domesticas del siglo XX subrayaron la eficiencia y la comodidad. (pág.

233).

126

Los patrones tangibles de habitabilidad se dan

principalmente desde las condiciones materiales:

estructura portante, calidad constructiva,

dimensiones espaciales, accesibilidad (movilidad),

flexibilidad, estabilidad del suelo, pendientes del

terreno, filtraciones y humedades, viviendas vecinas,

paramentos, servicios públicos domiciliarios, calidad

del aire, patio interno, contaminación visual, auditiva

u olfativa, mobiliario, número de pisos, ventilación,

soleamiento, mantenimiento, acabados, equipos de

cocina o de uso doméstico.

Interesa destacar aquí la asociación entre lo que Rybczynski define como confort y lo

que buscamos conceptual como habitabilidad, pues no es grande la distancia que

separa los términos en tanto la una como la otra involucran elementos tangibles e

intangibles dentro de su definición. Sin embargo, teniendo en cuenta que las

asociaciones libres son peligrosas y pueden llevar a confusiones, evitaremos mezclar

los términos.

La lección más aportante en términos de esta investigación es la analogía de la cebolla

con el confort y su estudio por capas. Esto se hará evidente en el capítulo

metodológico al involucrar la totalidad como el medio para entender la realidad de la

habitabilidad barrial, sin tener que sesgar o separar la idea de lo habitable, ahí

construida.

127

La habitabilidad del individuo

A modo de concepto complementario, se podría bien definir

una cuarta escala de actuación de la habitabilidad: la del

individuo. Según Abraham Maslow, el sujeto en su constante

relación con el espacio que habita, se ve enfrentado a la

búsqueda de la satisfacción en diferentes necesidades que

se clasifican en cinco categorías, ubicadas en un esquema

piramidal (Ilustración 1). Desde las correspondientes al

mundo objetivo, avanzando gradualmente hasta las

necesidades del mundo de lo subjetivo así: Necesidades

fisiológicas, necesidades de salud y seguridad, necesidades

sociales, necesidades de estima y metanecesidades.

La base de la pirámide, de las necesidades fisiológicas,

salud y seguridad, configuran el bloque de necesidades que

dependen de la materialidad, espacios tangibles, y en la

Ilustración 1. Pirámide de Maslow. (Maslow, 1975). Elaboración: fuente propia

Subjetivo

Objetivo

Metanecesidades

Necesidades de Estima

Necesidades sociales

Necesidades de salud y seguridad

Necesidades Fisiológicas

128

medida que este primer bloque se garantice, sea por

iniciativa del sujeto o intervención o proyecto urbano o

arquitectónico, dice Maslow, el sujeto se ve motivado a

satisfacer las necesidades siguientes en el esquema

piramidal, de forma que constituye y modifica directamente

las condiciones de habitabilidad (Maslow, 1975, págs. 23,

25).

Las necesidades sociales se encuentran en el medio de la

pirámide, lo que las inscribe de igual medida en el mundo

objetivo como en el subjetivo, “se refiere, por tanto, al

ambiente urbano que debe posibilitar el contacto, la relación

social, la amistad y la asociación” (Moreno Olmos, 2008,

pág. 10). Requiere de intervención desde la materialidad en

infraestructura, servicios urbanos y el espacio público, factor

decisivo que en su proceso de formulación deberá incluir la

diversidad de usos y la variedad de espacios para

satisfacer las necesidades de los individuos que conforman

el grupo social en el cual se está interviniendo. Es pues, en

este sentido que cobra importancia la participación

ciudadana en los procesos arquitectónicos para lograr un

acercamiento certero a la satisfacción de las necesidades

y encaminarse en la búsqueda del bienestar, entendido

como el conjunto de necesidades satisfechas por unos

dispositivos satisfactores.

129

Los satisfactores están culturalmente determinados, varían

en función de las normas y valores que existan en un mismo

sistema socio espacial dado y en un tiempo determinado,

“para una necesidad existe un satisfactor, y el nivel de

satisfacción que éste logre depende de las distintas formas

de percepción y valoración que tiene el individuo o sociedad

del espacio que habita, es decir el hábitat donde se

desarrolla. Por lo tanto las necesidades generalmente son

las mismas, pero los satisfactores son variables y para que

exista bienestar habitacional y social las necesidades deben

ser satisfechas, lo que permitirá generar calidad de vida”

(Moreno Olmos, 2008, pág. 12). La relación entre los

satisfactores obtenidos y el grado de bienestar, es entonces

directamente proporcional: propiciar la habitabilidad urbana

en la medida que se logre el uso, apropiación y la vivencia

en el espacio público, con cualidades de permeabilidad,

vitalidad, variedad, legibilidad y robustez (Bentley, 1985, pág.

46).

El papel del arquitecto en la construcción de la habitabilidad

El arquitecto en su quehacer, está inmerso en la cotidianidad

de la habitabilidad, tiene la capacidad para transformar el

hábitat, modificar las condiciones que lo afectan, por lo

130

tanto, tiene la responsabilidad de ejercer una intervención

consiente, basada en el conocimiento. Saldarriaga plantea,

“Quien transforma debe comprender el universo a su

alcance y su capacidad para transformarlo sin destruirlo.

No se opera sobre realidades ilusorias sino sobre la realidad

cotidiana, con sus verdades y misterios” (Saldarriaga Roa,

Habitabilidad, 1976, pág. 17). No sólo es entender el sistema

del universo ambiental en el que está el ser humano, sino

también el sistema de la sociedad como organismo al que

pertenece el individuo, la tecnología y adelantos técnicos

que el hombre efectúa para adecuar su entorno, y la

creatividad por medio de la cual expresa sus afinidades

culturales y los elementos de significación. El conocimiento

del universo integral del hombre, con todos los aspectos de

su vida cotidiana, genera el espacio de lectura, de

interpretación para la intervención. Se sugiere la

participación directa del usuario en las intervenciones o

proyectos sobre su hábitat como medio directo de conocer

las necesidades a las cuales debe darse respuesta,

además de la oportunidad de observar los entornos de

significación y características sociales y culturales

específicas en que el usuario está inmerso. Sugiere al

131

respecto, Iliana Hernández34, citada por Granados (2013)

que:

El concepto de habitabilidad debe ser entendido como el que vincula el pensamiento creativo con una manera particular de relacionarse con el individuo y con su entorno (…) se define allí más por los comportamientos y maneras de vida generados por la forma como nos relacionamos con la información: ubicuidad, instantaneidad e inmediatez, que por la forma o el tipo de espacio para habitar. (pág. 377)

Agrega Sánchez de Carmona, que el arquitecto es o

debería ser el profesional instruido para construir lugares

donde el ser humano pueda desenvolver física y

emocionalmente su vida35. En la definición y construcción de

un lugar, el arquitecto juega un papel central y al definir el

“cómo” hacerlo. En muchas ocasiones también se siente

con autoridad para definir el “qué” hacer, es decir, en definir

requerimientos y objetivos (Sánchez de Carmona, 2009,

pág. 4).

34 En su texto “Estética de la habitabilidad y nuevas tecnologías” (2010) 35 El arquitecto supuestamente está capacitado para apoyar a las personas a

construir lugares con características que favorezcan una vida saludable, segura y

cómoda, haciendo uso eficiente de los recursos que se utilicen. La plenitud del uso y

disfrute incluye los aspectos simbólicos y formales, aunque estos últimos,

normalmente se logran, una vez que se satisface lo indispensable.

132

Construcción de una definición propia

Habitabilidad será para esta investigación, una práctica

social individual o colectiva que determina un conjunto de

condiciones, cualidades y capacidades (tangibles e

intangibles) que permiten el establecimiento y sostenimiento

de la vida humana en un contexto de espacio y lugar

específicos.

Esta definición, construida por la reflexión que posibilita la

lectura de los anteriores autores, acarrea de manera

concreta las siguientes consideraciones:

1. Las condiciones36 tangibles e intangibles son

producto de una exteriorización37; lo tangible como

36 Por definición, toda capacidad es un conjunto de condiciones. Se podrá entonces

entender la habitabilidad también como una capacidad.

37 Recordemos que en la primera parte de este documento se hizo énfasis en el

concepto de exteriorización y la forma como, primero están posibilitadas por

vertimientos técnicos y estéticos, y segundo caracterizan y hacen parte de una

cultura. Pasaremos a decir que: la producción de la habitabilidad depende en gran

medida de ese tipo de vertimientos, pues cada una de las distintas exteriorizaciones

funcionan a modo de “patrones”, son al mismo tiempo variables y la habitabilidad se

dan cuando estos patrones interactúan entre sí, entre escalas y con el ser humano.

Este sería el aporte de este trabajo al marco conceptual de la habitabilidad. La

posibilidad de entenderla como un sistema complejo de interacciones culturales

133

vertimiento técnico que produce utillajes y

materializaciones; lo intangible como posibilidad

estética que produce figuraciones y simbologías.

2. La habitabilidad está íntimamente ligada al

despliegue de la vida, tanto en su origen como en

su sostenimiento en el tiempo. Si la habitabilidad para

la astrofísica es la capacidad de desarrollar y

mantener una biosfera, es porque esta se encuentra

comprometida con la vida.

3. La habitabilidad tiene un contexto de espacio y

tiempo concreto, pues se determina como un

conjunto de condiciones tangibles e intangibles. El

espacio lo determinan las escalas de interacción de

dichas condiciones y se han formulado

principalmente tres: la macro, la intermedia y la

micro. El tiempo se establece en términos de una

realidad presente (la habitabilidad verificable en la

medición inmediata), y otra realidad potencial (la

posibilidad de ser en el tiempo).

4. Si la habitabilidad terrestre está determinada por la

distancia al sol, su posición en el sistema solar, la

geosfera (atmosfera, hidrosfera, litosfera), etc, un

variables que se articulan intencionada o intuitivamente a modo de una composición

exterior.

134

cambio gradual o significativo (de temperatura,

distancia, gravedad) implicaría entonces grandes

transformaciones para el sostenimiento de cualquier

tipo de forma de vida en la tierra. Eso quiere decir

que las condiciones de habitabilidad son sui géneris

a cada especie y se han determinado

históricamente por acciones principalmente físicas y

químicas38.

El siguiente cuadro resume y pone en relación la definición

construida y sus respectivas consideraciones:

38 Se hace referencia a la reflexión aportada desde la astrofísica al concepto de

habitabilidad. Es evidente que para un hábitat humano específico, esas acciones que

hacen sui géneris la habitabilidad se deben ampliar a las de tipo cultural, social,

político y económico.

135

ESCALA MACROCONDICIONES TANGIBLES

CONDICIONES INTANGIBLES

CONDICIONES TANGIBLES

CONDICIONES INTANGIBLES

ESCALA INTEMEDIACONDICIONES TANGIBLES

CONDICIONES INTANGIBLES

CONDICIONES TANGIBLES

CONDICIONES INTANGIBLES

ESCALA MICROCONDICIONES TANGIBLES

CONDICIONES INTANGIBLES

CONDICIONES TANGIBLES

CONDICIONES INTANGIBLES

ES

PAC

IO

HABITABILIDAD COMO "REALIDAD" EN TIEMPO PRESENTE.

COMO "POSIBILIDAD" EN TIEMPO FUTURO

TIEMPO

Ilustración 2. Matriz espacio/tiempo de la habitabilidad. Elaboración: propia

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3. DIMENSIÓN PROYECTUAL

DEL BARRIO LA CRUZ

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DIMENSIÓN PROYECTUAL Hacer arquitectura es un acto de rememoración: acto de re-crear. Continuar en el tiempo lo que otros han, a su vez, re-creado. Constituye un acto profundamente culto, pues no se re-crea lo que no se conoce.

Por el contrario, es el conocimiento el que permite la “escogencia” y la selección. Y éste es el gran momento de la creación. El momento en el cual, como sucede con la música, se empieza a componer, a transformar lo existente, a elaborar la forma, a definir la espacialidad particular de cada obra y a establecer la espiritualidad de la arquitectura.

La arquitectura es tan deudora de lo cotidiano como de lo más espiritual del arte: ayuda a resolver los pequeños problemas del hombre, pero se encarga, al mismo tiempo, de los grandes temas de la civilización y las grandes obras de la cultura universal.

Es también la mirada que recorre con rigor y con entusiasmo las pequeñas cosas de la vida, que sublima lo cotidiano; que resuelve bien, por ejemplo, una ventana porque a través de ella entra el paisaje o que al diseñar un patio sabe que desde allí descubre el hombre las estrellas y le da un límite al infinito.

Gabriel García Márquez dijo en una entrevista que para hacer literatura se requiere mirar hacia atrás, mirar la propia literatura, estudiarla y conocerla, para saber en qué punto de la historia nos encontramos en el momento de escribir. Estoy de acuerdo, porque sucede lo mismo con la arquitectura. Conviene mirar atrás antes de dar el paso hacia delante. O ¿no sería un desperdicio desconocer las grandes obras de la arquitectura universal y una inmensa tontería, siendo un arquitecto americano, desconocer los grandes conjuntos abiertos prehispánicos, la sutileza de la arquitectura colonial, la riqueza del mestizaje, la sencillez de la arquitectura popular, las innovaciones y la causa social de la arquitectura moderna? Claro que conviene mirar hacia atrás, pero hay que saber retirar la mirada en el momento oportuno: se trata de re-crear y de transformar. No de copiar.

Rogelio Salmona

Arquitectura y creación39

39 (Salmona, s,f)

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143

Son diversas las metodologías y planteamientos

conceptuales que utiliza la arquitectura para la creación de

una obra en un contexto de producción formal. Sin

embargo, cuando buscamos entender la manera como se

produce la arquitectura en entornos informales pareciera

que por sus condiciones técnicas, materiales o culturales,

este tipo de producciones adolecen de planteamientos,

principalmente metodológicos para su concreción. A esto

nos referimos con dimensión proyectual; buscará dar

sentido metodológico a los hechos materiales y humanos

que construyen los entornos informales, pues no es posible

en pleno siglo XXI seguir pensando que por informales

carecen de algún método o sentido proyectual.

Lo primero que se debe evidenciar es que los entornos

informales al ser pensados y construidos por las mismas

personas que los habitarán, adolecen de teorías o

mecanismos explícitos que conduzcan sus acciones al

momento de construir. La guía única que les orienta es la

del sentido común y el uso eficiente de los limitados recursos

materiales; en algunos casos puede presentarse la figura

de un maestro constructor o de un albañil (no titulados) que

han entendido la técnica constructiva a través de la práctica

ejercida en construcciones formales, técnica que trasladan

144

de manera adaptada según las necesidades que el lugar y

el usuario les generan.

Con respecto a lo anterior son varios los estudios que en

términos de hábitat o arquitectura se han generado para

entender este tipo de lógicas, sin embargo, la pregunta que

surge bajo esta reflexión es por aquellos mecanismos que

guían el sentido común y operan en la construcción de un

entorno informal. Consideramos que el asidero teórico en

dónde encontrar la respuesta radica en la noción de poética

(como el hacer) y de retórica (como el decir) que varios

siglos atrás habría fundamentado el filósofo griego

Aristóteles. Estas nociones para no caer en errores o mal

interpretaciones las entenderemos a través del arquitecto

Catalán Josep Muntañola quién en sus textos “poética y

arquitectura” (1981) y “retórica y arquitectura” (1990) elabora

una aproximación conceptual de lo expuesto por Aristóteles

pero con sentido proyectual.

145

La Poética40

La poética como disciplina es obra de Aristóteles; trataba

exclusivamente de la tragedia griega41 y nada tenía que ver

con la arquitectura, la cual –entre otras cosas- ocupaba en

el mundo griego un lugar poco relevante a diferencia de

artes como el teatro, la música, la gimnasia, la pintura y la

escultura. “La arquitectura se entiende como algo práctico

que Platón equipara a la carpintería, a la orfebrería, etc, y

como algo eminentemente técnico” (Muntañola, 1981, p. 17).

En ese contexto, Aristóteles buscaba con su poética

generar una postura opuesta a lo propuesto por Platón con

respecto al arte, quién lo miraba como un elemento nefasto

y nocivo para la sociedad. Según Muntañola (1981), lo

interesante en esta postura es “la habilidad con la que

40 Tanto para la poética, como para la retórica, lo que aquí se prende dar es un

pequeño acercamiento conceptual, pues como objetos de estudio tan complejos como

lo son, han merecido el tiempo y esfuerzo de grandes intelectuales para su

entendimiento y aplicación a disciplinas como la arquitectura. Buscamos ser ante todo

respetuosos de dicho esfuerzo, pero sintéticos al mismo tiempo tratando de no

empobrecer demasiado la teoría de la cual partimos, dejando eso sí los elementos

referenciales mínimos aplicables a la informalidad.

41 Género teatral de la antigua Grecia. Siglo V a. C.

146

Aristóteles consigue dar a la mimesis42 un sentido activo en

donde nada falta o nada sobra” (pág. 22)

Esta definición contiene toda la genialidad de la poética aristotélica. El punto esencial es el de admitir una acción, o cadena de hechos, los cuales se convierten en fábula o mito con contenido social asegurado. La poética se produce al tramar bien la acción con la fábula y los caracteres de los personajes, pero nunca depende de la habilidad de imitar o mimetizar una acción. (Muntañola, 1981, pág. 22)

Según Aristóteles, la poética se sitúa entre la lógica

(razonamiento valido o concreto), la estética (sensación

ampliada de la percepción) y la ética (comportamiento). No

asume una postura contemplativa ni ensimismada, sino una

actitud activa y productiva dentro de la tragedia cuando la

fábula mimetiza una acción en congruencia con unos

caracteres, siendo el médium entre el movimiento de los

personajes, la dicción, el pensamiento y el espectáculo.

Para la arquitectura, la poética se puede entender como un

“hacer” que genera un producto valioso y perpetuo en el

tiempo. Ese “hacer” transforma lo físico en significativo, un

42 Valor imitativo del arte. Relación entre lo artificial y lo natural como base de la

estética griega. La mimesis será tratada más adelante con mayor detalle.

147

objeto en una imagen, tal como lo describe el grupo POIESIS

(2016):

Es una disposición proyectual creativa frente a la materia, sobre la cual opera en función de una técnica específica, es decir, a partir de un método de generación, involucrando eventual y alternativamente al arte y la ciencia. En este sentido, no solo se piensa en la fabricación de un objeto en tanto entidad material cargada de significados, sino también como transmisor de una significativa potencialidad polisémica, guiada por la intención de su creador.

El arquitecto utiliza para tramar sus obras, los diseños,

planos o dibujos. Construye a través de ellos una obra que

se convierte en representación espacial permanente, capaz

de albergar sucesos y fenómenos cambiando muchas

veces su significación.

La fábula, o la imitación estética de los hechos que constituía el corazón poético de la tragedia, es la que da la clave de la poética correspondiente en arquitectura. Dicho así, el arquitecto es el poeta de las formas, porque sabe construirlas –tramarlas- poéticamente, mediante la encadenación de sus elementos –caracteres- dentro de una misma totalidad, mito o fábula. (Muntañola, 1981, p. 23)

La retórica

La retórica -también para la tragedia griega- se entiende

según Aristóteles como las leyes que toda obra debe

148

cumplir para convencer y persuadir a un receptor a través

del uso de figuras del lenguaje. En el mundo griego antiguo

trataba de las estrategias de argumentación utilizadas para

persuadir al espectador con el uso de la palabra. Según

Muntañola (1990):

La retórica no es una floritura que se coloca en cualquier mensaje comunicativo en su aspecto más superficial, sino que es la que nos describe los sistemas de composición de dicho mensaje. Dicho de otra manera, es el arte de extraer de cada tema su composición y la facultad de descubrir especulativamente lo que en cada caso pertenece al persuadir. (p. 12)

La capacidad retórica de la obra se sitúa entre la

composición de la obra artística y la persuasión que

consigue, buscando que lo que se consigue, según afirma

el mismo Aristóteles tiene la obligación de ser verosímil

aunque no sea verdadero, pues “la gente tiende a ver lo

que parece verdad y por ello el retorico intenta persuadir

que una cosa es verdadera porque se parece a otra cosa

que no lo es.” (Muntañola, 1990, pág. 12). En la retórica no

importa la verdad, lo que importa es hacerlo verosímil, que

parezca verdadero o que se asimile como tal.

Para la arquitectura la retórica cumple una triple y

simultanea función:

149

1. Sirve como andamio del proceso de invención y de creación del proyecto arquitectónico, o sea, como ayuda para componer y ordenar los impulsos de la imaginación y de las intuiciones con el fin de otorgar una forma explícita al edificio. Aristóteles hablaría aquí de la estructura del propio discurso y de la capacidad de autoconstrucción de los argumentos retóricos.

2. Sirve como estructura de persuasión de cara al cliente, sea este privado, o un grupo social, o un ente público, con el fin de demostrar una adaptación a sus necesidades, gustos, ideas, emociones, etc. Aristóteles hablaría aquí del mecanismo de persuasión.

3. La retórica es un modelo de relación entre el proyecto y su contexto histórico/geográfico y arquitectónico previo, tanto del contexto inmediato, o lugar en el que está público el edificio proyectado, como del contexto cultural y arquitectónico más amplio. (Muntañola, 1990, p. 8)

Poética es producción como retórica es persuasión

Bajo este panorama, la pregunta por los mecanismos

proyectuales que median la construcción de un barrio

informal se traduce en otra, ¿cuáles son los argumentos

retóricos y poéticos que se utilizan para llegar a producir

una forma? Esta no discrimina si es formal o informal,

creada por un arquitecto o por el mismo usuario, lo que

interesa es ver que todo se resume en un problema de

150

producción formal43, para lo cual la respuesta será siempre

la misma: por un lado los términos bajo los cuales se

produce un significado estético (poética), y por otro las

argumentaciones bajo las cuales la arquitectura se convierte

en verosímil y persuade (retórica).

Según dice Muntañola, en los asuntos de creación no se

puede separar la retórica y la poética, porque la función de

toda obra es llegar a un receptor, comunicando un mensaje.

Cuando la poética se aleja de la retórica no hay discurso

que se pueda ofrecer, por fuera de esto sólo queda un

mensaje sin sentido o un discurso vacío. En este sentido,

tanto la poética como la retórica estructuran un andamiaje

muy complejo que sirve para construir una obra que sea

reconocida, validada y aceptada por el receptor.

La conexión entre retórica y poética en la creación de una

forma no existe si no hay una consulta con el contexto.

Josep Montaner (2002) propone que “las formas siempre

transmiten valores éticos, siempre remiten a los marcos

culturales, siempre comparten criterios sociales y siempre

se refieren a significados” (p. 12). Este conjunto se mueve

dentro de un marco de posibilidades lógicas, e ideológicas,

43 De forma

151

que caracterizan la cultura propia de cada región y cada

momento histórico.

Mimesis

Aristóteles propone el método de la mimesis como una

forma para llegar a la creación de una obra. Se fundamenta

principalmente en el uso de tres memorias:

La primera memoria, mimesis I (nivel de la prefiguración44)

como el a priori cultural, conjunto de valoraciones con

sentido, significado, y relacionado con la vida, que se nos

es entregado como seres humanos de un tiempo y una

cultura determinada que además define una identidad.

En este nivel, el acto de habitar-construir se perfila el mundo cotidiano de la vida humana: Ricoeur enumera una serie de acciones como protegerse gracias a un techo, delimitar el espacio elegido mediante las paredes, solucionar la relación entre el afuera y el dentro por medio de cerraduras y aberturas, organizar y definir el espacio habitado según los criterios de orientación, como abajo, arriba, norte, sur, este, oeste.

Son gestos que implican actos. Pararse, fijarse, instalarse; otros gestos están implicados: ir y venir, entrar y salir, recorrer carreteras, calles, lugares que parecen completar

44 Siguiendo al antropólogo y filósofo Francés Paul Ricoeur.

152

el acto de habitar-construir. El acto de habitar está marcado por ritmos de parada y de movimiento, de fijación y de desplazamiento; además, el lugar del habitar puede estar considerado como un sistema de lugares en cuyo interior la casa y la ciudad entran en una dimensión de relación recíproca. (Messori, 2006, p. 40)

La segunda memoria, mimesis II (nivel de la configuración)

como la elaboración de la trama. Según Aristóteles ese

“como” hace referencia a la manera de jerarquizar valorar y

relacionar ciertas cosas. La elaboración de la trama (como

en una película o una novela) implica cruzar creativamente

un espacio, unos personajes, un tiempo y unos

acontecimientos. “la organización interna de un texto sobre

la base de códigos identificables” (Messori, 2006, p. 54)

La tercera memoria, mimesis III (refiguración) es la recepción

de la obra por parte del usuario o el espectador a quien va

dirigida; sabrá responder al impacto que se ha causado, y

si se han satisfecho las necesidades para las cuales fue

creada la obra. “Es el poder que tiene el relato de

reorganizar nuestra experiencia temporal, es decir, de

descubrir la profundidad de esta experiencia y de

transformar su orientación” (Messori, 2006, p. 54). Éste

tercer elemento es el que menos se trabaja en arquitectura

y evidentemente en dónde más se falla, pues no se evalúa

153

el nivel de persuasión y aceptación de la obra y los posibles

cambios que haya podido recibir. “Refigurar significa, abrir

el mundo en su dimensión espacial y practicar los nuevos

modos de habitar que proyecta.” (Messori, 2006, p. 58)

Vista así, Una vez esa forma ha sido creada, dice

Muntañola “la arquitectura transforma el hábitat social, y

mimetiza lo construido en lo habitado, y lo habitado en lo

construido.” (Muntañola, 1981, pág. 57)

Finalmente, el valor de la mimesis radica en las posibilidades

para entender y relacionar poética con retórica en la

construcción de un barrio informal. La afirmación aristotélica

sobre la mimesis como unión entre cultura y naturaleza

(construir y habitar) no debe interpretarse como un

naturalismo, sino “como la mejor manera de convertir las

mimesis en algo activo, fecundo y productivo, justamente

porque se consigue que el pensar transforme

simultáneamente lo físico y lo social, y esto, solo puede

conseguirse poéticamente.” (Muntañola, 1981, p. 70)

154

155

MARCO METODOLÓGICO

No hay un solo hombre que no sea un descubridor. Empieza descubriendo lo amargo, lo salado, lo cóncavo, lo liso, lo áspero, los siete colores del arco y las veintitantas letras del alfabeto; pasa por los rostros, los mapas, los animales y los astros; concluye por la duda o por la fe y por la certidumbre casi total de su propia ignorancia.

Jorge Luis Borges

Prólogo, Atlas45

45 (Fundación Internacional Jorge Luis Borges, 2016)

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Aproximación a un lenguaje

Este ejercicio de investigación busca desde la formulación

de su pregunta, indagar por la habitabilidad urbana y las

variables configuradoras de la misma. Una de éstas, en

específico, alude a ¿cómo analizar los tangibles e intangibles

de la habitabilidad? a fin de establecer las variables que lo

han consolidado. Parte de este documento procura develar

en términos de lo metodológico cómo responder esta

pregunta, teniendo presente que de manera parcial esto ya

se ha venido haciendo desde el marco conceptual al incluir

el referente del modo intemporal de construir que contiene

a su vez la teoría del lenguaje de patrones de Christopher

Alexander. Suponer una respuesta aproximada implicaría

entonces empezar por deconstruir el término lenguaje para

entender cómo éste puede ser estudiado en clave de

hábitat a fin de develar respuestas más concretas.

El diccionario de la lengua española define lenguaje como la

“manera de expresarse” y como un “conjunto de señales

que dan a entender una cosa” (RAE, 2016). Como lenguaje

hace referencia a la comunicación y ésta se vale de

diferentes medios para conseguir sus objetivos, entre ellos

el lenguaje verbal y el lenguaje no verbal, como gestos,

números, gráficos, signos, imágenes, etc. Comunicar implica

por tanto transmitir señales mediante un código y a través

160

de un canal que sea común tanto al emisor como al

receptor y se caracteriza por una intencionalidad y por el

uso de signos o símbolos comprensibles que permitan

compartir significados.

Incluir la conceptualización de hábitat46 que supone esta

investigación conlleva a entender entonces que el estudio

de tales relaciones se da por medio de un lenguaje que

comunica en la medida que éste se percibe. Pero, no es

simplemente un hecho comunicacional; la forma como ese

lenguaje se ha construido lleva a suponer que esto conlleva

elementos implícitos de hábitat, puesto que éste se

construye desde el mismo lenguaje; hay hábitat donde hay

experiencia humana y se da en la medida que se nombran

y denominan los patrones constitutivos que determinan la

vida en un proceso de aprensión y expresión de la vida

cotidiana.

Cartografía de patrones

Tal como fue expuesto, los lenguajes de patrones resultan

como una producción figurativa en tanto están posibilitados

46 campo de conocimiento que estudia las relaciones reciprocas entre el ser y su

entorno a partir de los modos de vida, en su relación con la trama compleja de las

dimensiones culturales, sociales, económicas, políticas y físico espaciales propias de

la vida humana.

161

por la técnica y caracterizan una cultura. Es la organización

de los objetos con la vida humana, los cuales proponen una

relación organizada con la misma. Una estetización

generalizada en la que no solamente se produce un cierto

tipo de hacer las cosas y vivir la vida a través de la

cotidianidad, sino que también hay una producción de

espacio entendido como función porque el espacio está en

el despliegue de todos los niveles. No se puede hacer

espacio sin cuerpo, sin herramientas y sin sociedad.

La pregunta metodológica remite entonces a ¿cómo

identificar y estudiar los lenguajes de patrones constitutivos

de la habitabilidad? Una respuesta se encuentra en los

ejercicios de cartografía que permitirían rastrear patrones al

definir un sistema compositivo que hablan de elementos

relacionales en un territorio, bien sea dentro de un mapa o

un plano, en donde además y como elemento fundamental,

la representación pictórica, la fotografía, el video y el texto

se vinculan y relacionan toponímicamente entorno a los

patrones dispuestos en un lugar y de su interacción.

Apoyándonos en la totalidad como enfoque metodológico

en donde el todo es más que la suma de sus partes,

interesa precisamente la interacción entre partes o entre

patrones que soportan el todo identificados

cartográficamente, lo que posibilita la producción de la

162

información que precisa esta investigación, puesto que es

el estudio del patrón y de la manera como se relaciona es

en donde se pueden identificar las variables determinantes

de habitabilidad47.

Con respecto a la totalidad es importante tener presente la

obra del pensador Ken Wilber, quien ha hecho de la

totalidad una manera de entender la realidad, al estar ésta

“compuesta de totalidades/partes” (Wilber, 1996, p. 40), u

holones48 como él mejor los define. Explica que, por ejemplo

“una átomo forma parte de una molécula, una molécula

forma parte de una célula, una célula forma parte de un

organismo, etc. Cada una de estas entidades no es, una

47 Es fundamental reconocer que en las formas intemporales de producir espacio en

los sistemas de hábitat informales ese “producir” surge de una adaptación a la

vivencia que es acorde con las formas de vida de cada persona formalizado a través

de la cotidianidad. La proximidad, permanencia, apropiación, convivencia, y confianza

del espacio, por el espacio y en el espacio, formulan patrones constitutivos que

intensifica la producción de mismo, y generan riqueza al hábitat a pesar de sostenerse

en un contexto de carencias. Como ya se dijo al inicio de esta investigación, la

constitución de ese tipo de patrones suma de elementos tangibles e intangibles la

denominaremos habitabilidad.

48 Un holón se puede entender como algo que es un todo y a la vez una parte. El

término se le atribuye al novelista Arthur Koestler en su libro “El espíritu de la

máquina” (1967).

163

parte ni una totalidad, sino un totalidad/parte, un holón.”

(Wilber, 1996, p. 38), De toda la teoría que Wilber desarrolla,

llaman poderosamente la atención ciertos principios que

según el autor aplica a un holón como totalidad/parte. El

primero como ya se ha dicho afirma que la realidad está

compuesta de holones, y estos se manifiestan en todas las

direcciones y ámbitos de la vida. “el hecho es que no existe

nada que no sea, de un modo u otro un holón” (Wilber,

1996, p. 41). El segundo dice que los holones disponen de

cuatro capacidades fundamentales: la individualidad49, la

49 Es la capacidad que tienen un holón de “conservar su propia totalidad, su propia

identidad, su propia autonomía, su propia actividad, y si fracasa en el intento de

mantener o conservar su propia actividad o su propia identidad, simplemente deja de

existir. Es decir, que es la capacidad para conservar su propia integridad frente a las

presiones externas que, de otro modo, podrían llegar a eliminarlo” (Wilber, 1996,

pág. 43)

164

comunión50, la trascendencia51, y la disolución52. El tercero

afirma que en un proceso de “emergencia creativa53” que

involucra las cuatro capacidades ya mencionadas, los

holones evolucionan desplegando nuevas pautas,

posibilitando así la aparición de nuevos holones” (Wilber,

1996, p. 47). El cuarto principio dice que los holones

50 Es la capacidad que tienen un holón de adaptarse al ambiente y formar parte activa

de una totalidad superior. “un holón no es sólo una totalidad que deba conservar su

individualidad, sino que además también es una parte de algún otro sistema, de

alguna otra totalidad. Es por ello que, además de tener que conservar su propia

autonomía, también debe adaptarse simultáneamente como parte de otra totalidad.”

(Wilber, 1996, p. 43)

51 Es la capacidad que tiene un holón de evolucionar, de “autotrascender a un nivel

superior, en un proceso que incorpora lo que era anteriormente y le agrega

componentes nuevos.” (Wilber, 1996, p. 45)

52 Es la capacidad que tiene un holón de disolverse o descomponerse. “si fracasa en

el intento de conservar su integridad y las relaciones que mantiene con otras

individualidades, el holón termina destruyéndose, y cuando tal cosa ocurre, termina

disgregándose en los subholones que lo componen” (Wilber, 1996, p. 45)

53 “Vivimos en un universo de emergencia creativa. Usted puede analizar la totalidad

en sus partes constitutivas y ése sería un quehacer perfectamente válido. Pero debe

saber usted que, en tal caso, lo que tendrá serán partes, no la totalidad. Usted puede

desmontar un reloj y analizar todas sus partes pero de ese modo jamás llegará a

saber la hora que es. Y lo mismo ocurre con los holones porque la totalidad de un

holón no se halla en ninguna de sus partes.” (Wilber, 1996, p. 47)

165

emergen de manera holoárquica, es decir, bajo una

jerarquía natural de orden creciente en el que la totalidad de

un determinado nivel forma parte de la totalidad propia del

siguiente nivel:

En otras palabras, las jerarquías normales están compuestas de holones y es por ello que, podríamos perfectamente llamar holoarquía a la jerarquía, algo absolutamente adecuado porque casi todos los procesos de crecimiento –desde la materia hasta la vida y, desde ésta, hasta la muerte- discurren a través de holoarquías naturales hacía órdenes de holismo y totalidad creciente (totalidades que se convierten en nuevas totalidades) (Wilber, 1996, pág. 51)

El quinto principio dice que cada holón al trascender incluye

a sus predecesores:

La célula, por ejemplo, trasciende –o va más allá- que sus componentes moleculares pero, obviamente, también los incluye. Las moléculas trascienden e incluyen a los átomos que, a su vez, trascienden e incluyen a las partículas. El hecho es que, puesto que todos los holones son totalidades/partes, la totalidad trasciende pero las partes son incluidas. (Wilber, 1996, pág. 55)

Visto así, los principios que Wilber plantea a la totalidad,

complementados con las definiciones conceptuales que se

han venido trabajando, nos permiten establecer las

categorías de análisis de esta investigación. La intención es

deconstruir por medio de cartografía los lenguajes de

166

patrones existentes para entender cómo se configuró y que

variables le incidieron; es un acercamiento al espacio

informal a través de la cartografía como un ejercicio de

geografización de la vida urbana que parte del lenguaje (no

verbal) como constructor de los modos de vida en un

territorio y fundamento de la construcción de habitabilidad

de los mismos.

La cartografía configura una imagen situacional -

representación dinámica de un mundo complejo- en la

medida que se da una lectura sistemática entre mapas,

planos, gráficos, dibujos, esquemas y fotografía. Posibilita

además aproximarse de una manera global para entender

el territorio observado a través de similitudes, cercanías y

diversidades desde la habitabilidad, las formas de habitar y

de producir espacio. Es detenerse a observar como la

ocupación territorial deriva y define tecnologías de

apropiación del territorio al configurar técnicas y tecnologías

que transforman y producen elementos determinantes en la

configuración de paisajes específicos.

167

Aproximación metodológica a cartografiar

El ejercicio previo está enfocado en seleccionar una serie de

localidades con carácter de lugar54 que cubran el territorio

barrial. El objetivo es dar una idea preliminar en la distribución

geográfica del barrio de varios fenómenos físicos espaciales

54 El espacio informal como escenario incita la posibilidad de encontrar la relación del

individuo con el espacio urbano, rescatando recuerdos y lugares que forman parte

de su memoria cotidiana, buscando un recurso emotivo en el que el “espacio físico”

adquiere significado de “lugar”, re dignificando la experiencia del cuerpo en el

espacio.

La calle por ejemplo, como espacio de indagación posibilita la exploración de nuevas

propuestas técnicas y estéticas, llevando situaciones formales de la vida cotidiana a

situaciones colectivas que establecen ámbitos de comunicación del “uno con el otro

y con el “lugar”, incitando al desarrollo de actividades conjuntas en las que el valor

de la calle adquiere una particularización de escenario.

En ese sentido, Richard Sennett (2007) señala que:

Los espacio urbanos cobran vida en la medida en que las personas

experimentan o contextualizan su cuerpo con el espacio en un tiempo

específico, llevando a experiencias que toman forma y se materializan bajo

el dominio de la percepción, generando las imágenes del cuerpo

enfrentado al espacio urbano, adoptando su rol dentro de la ciudad y la

sociedad, consecuencia tal, que si el urbanita no afianza su posición en el

mundo, motivara la experiencia del “no lugar”, dejando para la ciudad

espacios austeros e imprecisos; espacios de poca relación perceptual y sin

apropiación, en una práctica básica y elemental del habitar. (p. 56)

168

y trazar un esquema dentro del cual se puede hacer la

investigación de manera más priorizada. Los instrumentos

de lectura son varios, siendo todos éstos de carácter

relacional puesto que se trata de construir una imagen

cercana a la realidad.

Con respecto a los instrumentos, si bien la cartografía tiene

definidos algunos que permiten la indagación sobre el

territorio, esta investigación ha desarrollado dos nuevos que

se ponen a disponibilidad y modificación de quien los

necesite:

El primero es la versión de una libreta de campo propia para

construir cartografías55. Su uso está dirigido al grupo de

investigación que hace la indagación sobre el territorio y

tiene su fundamento en el principio de totalidad –donde el

todo es mayor que la suma de sus partes- como ya ha

sido explicado.

55 En el ejercicio se utilizaron dos libretas. La primera para el levantamiento de

información en campo a partir de dibujos y esquemas del lugar; la segunda en el

diseño de la cartografía final como producto síntesis de la primera libreta. Esto se

puede evidenciar en el anexo 2 y 3.

169

Consiste en una pieza única de papel56 que se dobla en 32

partes de manera consecutiva y ordenada a fin de crear

las "páginas" que constituyen la libreta (ver anexo

Instrumental No 1). El valor de ésta radica en la fuerza

compositiva que tiene al desenvolver la pieza de papel una

vez ha sido diligencia en su totalidad con los datos,

observaciones, apreciaciones, dibujos y esquemas que el

investigador ha recogido. Al desplegarse es posible empezar

a relacionar elementos y llegar con ello a conclusiones y

toma de decisiones. Una vez terminada de usar la libreta se

puede archivar como parte del trabajo de investigación57.

56 Se recomienda de un pliego 100x70 cm para trabajos en espacios cómodos y

cerrados ó de 70x50 cm para trabajo en campo.

57 Con el ánimo hacer explícito el sentido de la libreta, y como producto propio de

esta investigación es necesario explicar cómo se desarrolla el instrumento, cómo se

aplica y qué posibilidades ofrece:

El desarrollo es, inicialmente, producto de los trabajos empíricos hechos en campo a través de los cuales se trataba de llegar a la identificación de los patrones de

habitabilidad. Es en términos prácticos la organización (a través de un todo que todo

lo junta) de esa gran cantidad de notas sueltas, o escritas en libretas convencionales,

que al estar separadas operaban como partes y poco o nada se relacionaban. Lo que

la herramienta ofrece es la posibilidad de ver las partes en un mismo plano al

desplegar los apuntes en términos de un todo común.

El uso es sencillo y se divide en dos partes: la primera es el uso y diligenciamiento en campo como cualquier libreta tradicional. Eso incluye notas rápidas, dibujos,

170

Decimos que el fundamento de la libreta alude a la totalidad

como principio porque al momento de mantener doblada la

pieza de papel, sus páginas son solo una parte de algo

más grande que no es posible explicar y entender hasta

que la pieza sea desplegada, es decir, cuando se convierte

en una totalidad.

El segundo instrumento es una versión adaptada de los

ejercicios de percepción espacial aportados por el Profesor

Luis Múnera al seminario de lecturas de habitabilidad,

desarrollado para la Universidad Santo Tomás en el primer

semestre del 201658. Dicho instrumento está dirigido al grupo

de investigadores que trabajan en campo y permite de

esquemas, preguntas, etc. La segunda parte es la más interesante pues se trata de

relacionar los elementos y reflexiones escritas a través de un ejercicio intelectual. Esto

valida la libreta como un instrumento eficaz de trabajo, pues si bien la relación que

se traza no es de carácter científico, las relaciones cartográficas que se establecen

se dan de manera inmediata por lo evidentes que pueden llegar a ser.

Para nuestro caso es claro que la libreta se aplicó en la búsqueda de las variables y

el diseño del instrumento final (anexo instrumental No 2) el cuál es sólo el resultado

en limpio de lo que el instrumento permite construir. Finalmente queremos decir que

la libreta no es una herramienta concluida, pues esta solo se ve completa con la

acción de la persona que la maneja y la pone en práctica. En ese sentido creemos

que sus posibilidades son infinitas.

58 El instrumento no se encuentra documentado formalmente, razón por la cual se

incluye de esta manera la referencia del autor.

171

manera ágil y didáctica, identificar los patrones constitutivos

(tangibles e intangibles) de la habitabilidad propia de un lugar

específico. Los materiales que se necesitan son hojas de

papel (A4 o carta) y lápices para dibujo o escritura.

El ejercicio funciona de la siguiente manera:

1. Previo al abordaje de la dinámica se debe nombrar

un investigador líder quien será el encargado de

coordinar la actividad, elegir el lugar que se piensa

estudiar59 y en base a ello formular 4 preguntas que

serán la clave del ejercicio. La respuesta, en

cualquier caso debe ser respondida a manera de

dibujo o esquema, acompañado –de ser necesario-

de pequeñas anotaciones que brinden mayor

claridad.

2. Las preguntas en su orden (del 1 al 4) deben tener

grados de complejidad en su respuesta. Dicha

complejidad debe estar ligada a los intangibles y

tangibles que se cree a manera de hipótesis

constituyen la habitabilidad del lugar escogido. Por

ejemplo, mientras la pregunta 1 puede ser ¿cuál es

la relación arquitectura y cultura? (un intangible), la

59 Espacio específico: una calle, una esquina, una fachada, etc.

172

pregunta 4 puede ser ¿cuál es la sección de la

calle? (un tangible)

3. Una vez en el lugar, el investigador líder debe

entregar una hoja de papel a cada integrante del

grupo y pedir que ésta sea divida en 4 casillas.

4. En su orden y de manera consecutiva, el

investigador líder formulará cada pregunta según un

tiempo determinado para ser respondida. 16 minutos

para la primera pregunta; 8 minutos para la

segunda pregunta; 4 minutos para la tercera

pregunta; 2 minutos para la cuarta pregunta60.

5. La respuesta se dibujará en cada casilla según

corresponda y no deberá invadir el espacio de las

otras casillas.

6. Al finalizar el ejercicio se socializan los resultados y

se obtienen las conclusiones.

7. Los ejercicios en su orden se pueden legajar y

archivar como parte del trabajo de investigación.

El valor de este instrumento radica en la fuerza expresiva

que se logra a través del dibujo al materializar las

60 Se incluye la variable del tiempo porque se convierte en una presión “sana” que

genera dinamismo al ejercicio. Los tiempos son proporcionales uno al otro y están

determinados por la complejidad de la pregunta; mayor tiempo para las primeras,

menor tiempo para las últimas.

173

percepciones que el investigador tiene frente al lugar, y

que muchas veces sólo se sienten pero no se puede

medir o cuantificar. Es ir de lo más complejo (del ser) a

lo más simple (del tener) en términos de hechos

inmateriales y materiales.

***

Del marco teórico nos quedan muchos conceptos útiles

para entender los fundamentos de la informalidad

urbana y sus variables de habitabilidad. Esos mismos

conceptos también ayudan a construir el marco

metodológico de la investigación; le dan consistencia y

valides al caso de estudio donde se aplica. Lo que nos

queda es una reflexión de las formas de “hacer” y “decir”

las cosas en el proceso de modificación y adaptación

del territorio dónde el ser humano debe habitar.

El marco metodológico se ha construido en base a

preguntas (parcialmente respondidas desde lo

conceptual) que necesitan precisarse en términos del

caso de estudio escogido. Éstas son:

174

PREGUNTA RESPUESTA CONCEPTUALRESPUESTA METODOLÓGICA

INSTRUMENTO DE LECTURA

¿Cuáles son las variables de la habitabilidad?

Son conjuntos de patrones tangibles e intangibles que al interactuar entre sí, con el usuario y con el lugar determinan las condiciones de habitabilidad para el despliegue de la vida.

Indagación en campo y construcción de la Cartografía.

Mapa de recorrido.Libreta de campo.Mapa de percepción

¿Cómo se producen?

Se producen en el despliegue de los niveles de la exteriorización (biológico, técnico, social, figurativo y simbólico). Un hacer poético que implica la mimesis.

Indagación en campo y construcción de la Cartografía.

Mapa de recorrido.Libreta de campo.Mapa de percepción

¿Cómo se comunican?

A través de un lenguaje construido intemporalmente, donde es todo y parte de otro todo a la vez. Un decir retórico que involucra la totalidad.

Indagación en campo y construcción de la Cartografía.

Mapa de recorrido.Libreta de campo.Mapa de percepción

¿Qué propiedades tienen?

Las que aplican a una totalidad/parte:

-La realidad está compuesta de holones.-Comparten capacidades (Individualidad, comunión, trascendencia, disolución).-Emergen holoárquicamente.-Al emerger evolucionan posibilitando la aparición de nuevos holones.-Al emerger trascienden e incluyen a sus predecesores.

Indagación en campo y construcción de la Cartografía.

Mapa de recorrido.Libreta de campo.Mapa de percepción

Ilustración 3. Marco metodológico Elaboración: propia

175

Referente humano y metodológico: la obra del Arquitecto

Simón Hosie61

En Colombia, y mucho más concretamente en Medellín, la

historia de la intervención en los asentamientos informales

bien sea por entes públicos o privados, se ha escrito bajo

la tutela de metodologías que involucran los denominados

procesos participativos, fundamentados principalmente en

talleres de imaginarios, consultas a la comunidad, encuestas

y estadísticas. Estos ejercicios, en principio democráticos y

de construcción colectiva terminan muchas veces en todo

lo contrario, pues el manejo sesgado del proceso y la

dirección interesada de los mismos promotores con las

comunidades hacen de estas metodologías un mecanismo

de poca confianza y efectividad. La causa se debe a que

un proceso participativo, congruente y honesto, dada su

complejidad, amerita una gran inversión de recursos

humanos, técnicos, económicos y de tiempo que en

muchas ocasiones el promotor del proyecto no está en la

disponibilidad de asumir.

61 Tanto las reflexiones como las anotaciones que aparecen entre comillas en esta

sección del documento, fueron tomadas en la conferencia “la arquitectura como

proceso participativo en la obra de Simón Hosie” que el arquitecto realizó el 28 de

mayo del 2015 en el marco del seminario de investigación de la maestría en hábitat.

176

Ha existido también, en esa historia de la informalidad y sus

modos de intervención, una larga tradición académica que

involucra diversos tipos de procesos, algunos de ellos

ligados a los extremismos muchas veces innecesarios que

implica el uso excesivo de la teoría y la poca práctica o

viceversa. Entre los años 70´s y 80´s por ejemplo era mucha

la teoría sociológica que se hacía frente al problema de la

informalidad, pero con poca práctica arquitectónica; eso

dejaba a los proyectos sin diseño e idea, y a las

comunidades con un discurso de lenguaje etéreo e

inentendible sin posibilidades de una aproximación estética

y formal. Tampoco es el otro extremo al que comúnmente

nos vemos enfrentados hoy, el de la excesiva forma

arquitectónica alejada de las realidades humanas y

culturales de la sociedad. Nos vemos enfrentados a un

problema estructural que busca la teoría de lo social, pero

que requiere de la práctica proyectual como elemento

materializador determinante.

Es en este sentido que se toma por importante la obra del

arquitecto Simón Hosie62, puesto que asume las dos cosas.

62 Arquitecto Bogotano, egresado de la Universidad Javeriana y autor de varios y

significativos proyectos arquitectónicos de alta incidencia social. En el 2004 gana el

premio Nacional de arquitectura con el proyecto de la biblioteca “La casa del Pueblo

de Guanacas” en el departamento del Cauca, obra que le ha generado gran

177

No desconoce la teoría, por el contrario, la busca y la

intensifica, pero llegando siempre al proyecto y a su

formalización. Lo interesante de la obra de Hosie radica en

el compromiso social desde sus exploraciones estéticas de

lo popular, como lo haría por ejemplo con la instalación en

la plaza de Bolívar en Bogotá, generando elementos críticos

sobre el problema del hábitat y la habitabilidad en Colombia.

Esas exploraciones y el desarrollo de metodologías63

concretas le han permitido a Hosie formular una arquitectura

sin concesiones “caricaturescas” por tratarse de populares

o participativas. Hay, por decirlo de alguna manera, un

avance estético, incluyente con nuestras formas culturales

y con un alto compromiso social y político en casos como

reconocimiento tanto por los resultados obtenidos, pero también por los medios

utilizados para llegar a ellos.

63 O mejor, métodoilogicologías como se pasarán a explicar más concretamente.

178

el del Salado64 en el departamento de Bolívar o San José

de Saco65 en el departamento del Atlántico.

Si bien es cierto que en términos de materializaciones

discursivas lo más importante es el resultado que se genera,

para este trabajo lo serán los medios y los modos a través

de los cuales se hacen. Para el caso de Hosie eso lo ha

llevado al planteamiento de metodologías como “planos

vivos”, mecanismo que desarrolla para el gobierno

colombiano, y que le permite acercarse con particularidad

a cada uno de los miembros de una comunidad para

entender como es cada habitante en sus condiciones de

vida, habitabilidad, familiares, productivas, etc. Es la razón

de incluir a Hosie y su trabajo en el marco metodológico de

esta investigación, porque es parte de la necesaria

discusión que debe hacer frente la academia.

64 Corregimiento del Carmen de Bolívar, golpeado en el año 2000 por la acción

criminar y violenta de un grupo paramilitar que dejó cerca de 60 víctimas fatales, un

número desconocido de heridos y otro de desplazados.

65 Corregimiento de Juan de Acosta, considerado para el año 2012 como la

comunidad más pobre de Colombia. Fue escogida por la Agencia Nacional para la

Superación de la Pobreza Extrema para desarrollar en él y con su población un

proyecto piloto para la innovación social fundamentado en la co-creación y

participación comunitaria.

179

El contexto humano de Simón Hosie

Vivió su infancia inmerso en el arte, y tras esas

circunstancias ilógicas de la vida (como él mismo las llama),

Simón termina recorriendo Colombia detrás del rastro de

Liliana, su actual esposa. Junto a ella conoce la

antropología, disciplina que le permitió romper barreras para

innovar y trasgredir los límites metodológicos sin temor a la

equivocación o a esa idea de fracaso que muchas veces

impone la academia por el hecho de trabajar por fuera de

marcos lógicos o científicos.

El contacto con el conocimiento de esta manera honesta y

tal vez un poco ingenua le permitió abrir un panorama muy

enriquecedor. Viajar, dice Hosie, “diferencia un arquitecto de

otro” (Hosie, 2015) y en el seguir a Liliana por toda Colombia,

conoce el Amazonas. Allí, el encuentro con culturas que

tienen distintas formas de habitar, de entender lo material y

de construir sociedad le posibilitaron un panorama, que para

ese momento, escasamente le había ofrecido la academia.

Aquí empieza la reflexión y la duda fundamental sobre la

manera de proceder para el desarrollo de proyectos

arquitectónicos coherentes con el lugar y los usuarios, y de

los modelos de enseñanza de la arquitectura basados en

lo que no debe ser (como son las revisiones, correcciones

180

o asesorías actuales) con metodologías que poco funcionan

cuando se aplican en un contexto real.

Siendo muy crítico en su formación como arquitecto, en la

medida que avanzaba en sus procesos de acercamiento a

la antropología, Hosie encontraba una necesidad

fundamental de entablar diálogos profundos y honestos con

las comunidades que visitaba. Así, confrontaba críticamente

la idea de hacer lo que siempre se pide, más –como sucede

recurrentemente- cuando ni ese es el lote, ni ese es el

programa correcto para un proyecto. Metiéndose en

asuntos que no se debía meter, el fondo de todo era aplicar

las herramientas que la antropología y la etnografía le habían

brindado.

La idea de lo ilógico en Hosie

Las situaciones siempre están guiadas por una parte racional en procura del mejor camino y la mejor respuesta, pero la mitad de las situaciones esta mediadas también por el azar y por esas situaciones ilógicas que escapan a la razón y terminan guiado la vida, los procesos profesionales y todo lo que como seres humanos somos y hacemos. (Hosie, 2015)

Nada, dice Hosie, es absoluto en términos metodológicos,

principalmente en el trabajo con comunidades, pues ante lo

181

humano siempre se estará expuesto al azar y a lo ilógico.

Por eso el método como algo que dé claridad y orden debe

estar complementado por esa realidad ilógica, aquella en la

que cualquier cosa puede pasar. La idea de la

métodoilogicología (metodología para asumir lo ilógico) se

construye en base a obtener la verdad, el problema radica

en que al llegar a cualquier comunidad las respuestas

siempre tendrán grados de objetividad y subjetividad y

estarán condicionadas por la realidad sociopolítica del

territorio, y eso en Colombia, implica tener una respuesta

distinta dependiendo de quién pregunte y la manera cómo

lo haga66.

La honestidad de la pregunta, y lo humano en la manera

cómo se formula hacen de la métodoilogicología un

mecanismo basado en la manera de pensar de la gente y

adaptado a su lógica. Obedece al principio de alteridad

(capacidad de entender al otro desde el otro). Para Hosie

es una forma de descomponerse para entender al otro

desde su propia situación, desde su historia y

66 Según Hosie (2015) dado que en nuestro territorio las personas no confían en las

instituciones, pero si lo hacen en otras personas, para un investigador que se piensa

aproximar a una comunidad le resultará más pertinente hacerlo desde su ser, como

individuo. Vemos que obtener la verdad es algo muy difícil y si de entrada los datos

son falsos pues será imposible trabajar con solidez.

182

circunstancias, desde su manera de sentir y pensar. Es un

ejercicio que le permite alejarse de sus propias

subjetividades, siendo además, muy liberador.

En la práctica de la alteridad, Simón encuentra un equilibrio

dónde según él se sitúa la visión de la nueva arquitectura,

porque parte de entender al otro para fusionar y construir

con eso un universo que reconoce las dos realidades

(arquitecto-usuario). Es lo que refleja por ejemplo la casa del

pueblo de Guanacas: al llegar y tener en una primera

impresión la percepción de los materiales del lugar, la

imagen de una casa campesina, pero que al entrar se

encuentra un nuevo horizonte en términos técnicos y

espaciales. Al ver eso las personas del lugar sienten

evolucionadas sus técnicas y su cultura, les posibilita la

maravilla, el asombro y la curiosidad por lo nuevo, el

sentimiento de que todo se puede transformar desde lo que

se tiene y desde lo que se puede ser67. Si la práctica de la

alteridad se nutre siempre se proyectará de manera original,

motivando nuevas arquitecturas que construyen de lado y

lado y que proponen modelos de desarrollo novedosos,

67 Es ver en los términos poéticos y retóricos ya estudiados, la posibilidad de una

arquitectura que dignifica y representa la historia, la cultura y las formas de vida de

las comunidades.

183

pero coherentes con lo que hay en el lugar, no como

hechos aislados o totalmente conservacionistas que no

generan transformación.

La consecución de la métodoilogicología se podría resumir

en cuatro principios básicos: el primero es reconocer las

tradiciones de construcción del lugar y los hechos materiales

que le rodean y forman parte de la comunidad; el segundo

es tener en cuenta la cultura y las costumbres de cada

lugar; el tercer principio es conocer y ahondar sobre la

necesidades, intereses, gustos y sueños de las personas y

lograr una integración de estos para la proyección

arquitectónica; el cuarto es hacer partícipe a la comunidad

de la concepción del diseño y finalmente la ejecución del

proyecto.

El paradigma de belleza en Hosie

La belleza es para Hosie una experiencia emotiva que va

más allá de la forma física o de lo que se ve, una

manifestación cultural determinada socialmente, alejada de

reflexiones absolutas o condicionadas por modelos

universales impositivos. Es, por nombrar un ejemplo, el caso

de las mujeres Padaung en la República de Birmania,

(mujeres con cuello de Jirafa) cuya práctica cultural de

184

alargar sus cuellos les significa belleza; práctica que para

cualquier occidental desentendido sólo representaría

curiosidad o incluso fealdad.

Esa forma de entender la belleza que se sobrepone a los

tratados de proporciones divinas o a los preceptos

culturales que para nosotros se adquieren desde la niñez,

busca ver -sin condiciones- más allá de lo que es evidente.

Dicho así, como lo propone Simón, “la belleza puede estar

en las arrugas, en las formas obesas y desproporcionadas”,

o para nuestro caso, en las manifestaciones emotivas que

construyen los asentamientos informales que nos hemos

propuesto estudiar. Sin embargo, tristemente nuestra

sociedad destruye constantemente toda manifestación que

cargue con algún sentido de popular, al imponer un

supuesto concepto de verdadera cultura que sólo ve, de

manera cínica y jocosa, una manifestación carente de

gusto. Simón busca que a través del conocimiento profundo

de esa “experiencia emotiva” se pueda darle valor a las

ideas más sencillas de las personas y la forma como las

desarrollan.

185

Planos vivos, una herramienta para abordar y asumir la

complejidad del hábitat

No se trata de una estadística socioeconómica. Con los planos vivos se busca precisar cómo vive la gente, sirven para ubicar en un plano todo aquello que no veo como arquitecto. (Hosie, 2015)

En las últimas décadas, el estudio de los territorios se ha

fundamentado en la reproducción de lecturas abstractas y

esquemas reduccionistas que abordan la realidad como un

hecho estático y aislado. Estas herramientas que aun

operan en las academias (planos Nolly, llenos y vacíos,

usos, infraestructura, etc) ilustran de manera superficial la

información de un lugar y las condiciones reales de la

población que allí habita, pues omiten factores cualitativos

como la opinión de las personas, sus deseos y

pensamientos, la historia o la economía del lugar.

Lo que la realidad nos muestra hoy, con sus problemas y

complejidades, es que el mundo es un sistema mutable y la

velocidad con la cual se dan los cambios, obliga, tanto a

profesionales como académicos a empezar a tener en

cuenta otro tipo de factores que antes se omitían, o

menospreciaban por representar gastos adicionales a los

ejercicios de investigación. Sin una capacidad para generar

conocimientos integrales de un lugar y de sus habitantes,

186

los proyectos empiezan a tener inconvenientes y ver cada

hecho estudiado como un ente aislado genera muchos

problemas en términos de lo proyectual, pues un impacto

positivo por un lado puede tener gran cantidad de factores

negativos por otro al nivel ambiental, social, operativo, etc.

Frente a esto y al sentir que los planos con los que trabaja

la arquitectura y el urbanismo son realmente “planos”68,

Simón Hosie plantea la alternativa de planos vivos como una

posibilidad de enlazar los espacios estudiados con los

hechos vividos y percibidos por el habitante y el investigador;

una herramienta capaz de abordar la complejidad del

hábitat de una manera simple y didáctica relacionando al

ser humano en todas sus dimensiones con el lugar.

¿Qué es un plano vivo?

Un plano vivo es un sistema interactivo que permite reunir

información sobre una comunidad, sistematizando

características sociales desde los ámbitos antropológicos,

históricos, económicos, urbanos y arquitectónicos del lugar

revelándole así al arquitecto el tipo de proyecto que debe

realizar y la forma como debe hacerlo. A través de distintos

68 Lineales, bidimensionales y muy específicos de la arquitectura.

187

instrumentos e implicando la métodoilogicología como

fundamento, planos vivos involucra información cualitativa

de las personas como sus opiniones, gustos y deseos, así

como información cuantitativa del lugar.

¿Qué elementos le constituyen?

Le constituyen principalmente, una serie de instrumentos

con los cuales se obtiene la información en campo, y una

plataforma virtual en donde se ingresa y sistematiza lo

rastreado. La métodoilogicología es el fundamento y

característica constante bajo la cual opera el trabajo de

investigación.

Los instrumentos no son diferentes a los utilizados en

investigación histórica, etnográfica, socioeconómica,

arquitectónica o urbana. Los constituyen encuestas,

entrevistas, conversaciones, levantamientos topográficos,

planimetrías de las viviendas, fotografías, dibujos, etc. Sin

embargo uno de los más importantes por la capacidad de

información que es capaz de captar y que es propio de

planos vivos es la carta de vida.

Éste es un documento escrito por los mismos habitantes del

lugar (con su letra, gramática, redacción y ortografía) que

188

nace en oposición a la hoja de vida tradicional. Esta última

dice Hosie (2015), “cohíbe, pues la hoja de vida se basa en

el tener, la carta de vida en el ser”. Permite conocer el

verdadero potencial de las personas porque se descubre

en ellas quienes son, que perciben, que ilusiones tienen y a

donde quieren llegar. El instrumento se aplica a toda la

comunidad (niños, jóvenes, adultos, ancianos) buscando

encontrar desde sus curiosidades y sus pre saberes las

particularidades humanas que les definen para volverlos

parte de la innovación y del cambio. La carta de vida es

inclusiva, da la posibilidad de acceder a los conocimientos

de las personas –no homologados académicamente-

(carpintería, construcción, artesanía, etc), pero que sin

embargo son valiosos y construyen comunidad. Así se

posibilita que cada quien tenga su lugar dentro del proyecto,

desde los niños con su curiosidad y energía hasta un

anciano con sus años de experiencia y emotividad.

La plataforma por su parte, se puede definir como una gran

matriz que reúne y soporta toda la información que se

adjunta en ella. Actualmente los medios informáticos ofrecen

una gran variedad de este tipo de soportes siendo los más

básicos power point, mindly, o prezy. En los ejemplos

mostrados por Hosie, un plano vivo empieza con un mapa

general del territorio que ha sido estudiado, pero que se

189

hace muy específico al ir navegando dentro en él. Así al

hacer “click” en una casa o en una calle aparecerá todo

tipo de información compilada con un alto grado de detalle

en términos cualitativos o cuantitativos según sea el caso.

Sin embargo, lo más importante de la plataforma radica en

dos factores: el primero en su capacidad para captar

información de manera ágil e intuitiva y almacenarla de

modo seguro; el segundo en la capacidad de la misma para

relacionar las dimensiones estudiadas permitiendo cruzar

información y facilitar la toma de decisiones.

¿Qué ventajas ofrece un plano vivo?

El planteamiento, construcción y manejo de un plano vivo

podría parecer muy básico y elemental, y en realidad lo es

pues así lo pensó Hosie. Con el ánimo de ser construido,

manipulado y entendido por cualquier persona, se busca

estimular a todos los actores sociales a participar en la

identificación de las problemáticas y en el planteamiento de

las posibles soluciones. Así la responsabilidad del ejercicio

del proyectual deja de basarse en esquemas

preconcebidos que la academia difunde como verdades

absolutas y se apoya en la lectura consiente del usuario, el

lugar y la relación que históricamente han construido.

190

De planos vivos nos queda la manera de integrar la

arquitectura a otras formas disciplinares como la sociología,

la antropología o la historia en un relato estructurado que

incluye las variables que se deben tener en cuenta en un

proceso proyectual serio, consiste y coherente del lugar. La

propuesta interactiva, la posibilidad de entender el territorio

desde usuario y de recorrerlo en sus particularidades,

ofrece la posibilidad de reconocer las formas elementales

que construyen los hábitos, la cotidianidad del espacio, la

parte humana de los sueños y las ilusiones de las personas.

191

CARTOGRAFÍA DE HABITABILIDAD

192

193

194

195

Tuve que tomarme 2534 cafés con todo y nata, digerir 893 empanadas, 345 tamales, 76 todoricos, 56 ponys, 28 liberales, cuatro cuyes y una danta para entender que todo lo que nos identifica como mestizos y como país, no está en ninguno de los edificios que rodean la plaza de Bolívar, ni en las armas que nos darían la libertad, ni en las leyes que nos garantizarían la justicia, sino en una sola fachada de las millones que se replican a lo largo y ancho de nuestro territorio.

En una fachada popular, está todo el sentido de lo común; toda la alegría, la sencillez, la espontaneidad, la recursividad, la emotividad y la berraquera que nos identifica como colombianos; una sensación que no despiertan las fronteras.

Simón Hosie

La métodoilogicología. Arte y sentido de lo común 69

69 (Hosie Samper, 2010, pág. 19)

196

197

Previo al abordaje de la última parte de esta investigación

es necesario hacer varias apreciaciones70 con respecto al

barrio la Cruz como caso de estudio. La primera de ellas

hace referencia a las circunstancias que nos permiten

escogerlo como ejemplo –dentro de otros tantos- y la razón

que lo hace especial. Ello debido en parte al acercamiento

desde el ámbito “profesional” que tuve en el 2014 cuando

formé parte de un grupo de investigación encargado de

realizar el estudio diagnóstico de las condiciones físicas y

sociales del barrio, que luego la EDU utilizaría como

herramienta para formular la propuesta de intervención

urbana y arquitectónica en el marco del proyecto “barrios

sostenibles”.

A raíz de esto se toma la decisión de escoger el barrio como

ejemplo para ilustrar las nociones conceptuales y

metodológicas que se construyen en este documento. Esa

es la segunda apreciación, pues no se trata esto de un

estudio profundo y pormenorizado del barrio, sino una

ejemplificación que nos permite definir los conceptos,

metodologías y herramientas para el entendimiento de su

propia habitabilidad. En ningún momento se pretendía

reescribir información que ya ha sido bien documentada en

70 Apreciaciones en primera persona por tratarse de condiciones personales.

198

tres referencias previas de alta vigencia y que nos permiten

llegar a un nivel mayor de detalle. La primera, “Rehabitar la

montaña” del centro de estudios urbanos y ambientales

URBAM de la Universidad EAFIT, 2013, quienes toman el

barrio como caso de estudio para definir estrategias y

procesos de intervención en la construcción de un hábitat

sostenible para las laderas de Medellín. El segundo,

“documento diagnóstico Macroproyecto la Cruz” de la

alcaldía de Medellín y la EDU, 2013, en el marco del

desarrollo del proyecto “Jardín circunvalar”, y el tercero,

deriva del anterior, “Estudios y Diagnóstico Físico para la

Formulación de los Proyectos Barrios Sostenibles en los

sectores Golondrinas, Versalles, Rancho de Lata al interior

de los Macroproyectos Llanaditas, La Cruz y El Picacho, en

del marco del Proyecto Cinturón Verde Metropolitano en la

Ciudad de Medellín” de la Universidad San Buenaventura y

la EDU, 2014.

La tercera consideración es de tipo personal. Al terminar el

ejercicio diagnóstico ya comentado la experiencia de vivir el

territorio más que académica o profesional, fue en realidad

humana, pues dejó una profunda lección sobre la cantidad

de posibilidades que tiene la informalidad como objeto de

estudio y como proyecto de vida. Durante el tiempo que

permanecí en el barrio, conociéndolo y hablando con sus

199

habitantes fue posible entender la real dimensión de la teoría

puesta en práctica y lo escaso de los recursos de

diagnóstico y proyectuales al momento de proponer

soluciones coherentes en este tipo de contextos. Decimos

que es personal porque desde ese momento la pregunta

de la investigación dejó de ser académica para convertirse

en algo vivido, algo real; en una circunstancia que

necesariamente debía ser respondida.

La cartografía barrial

La última tarea de esta investigación es desarrollar una

herramienta capaz de relacionar las variables determinantes

de la habitabilidad barrial. Eso entre variables, entre los

elementos que las componen y las acciones que las

posibilitan. Sin embargo, para entender la cartografía es

preciso rescatar en síntesis todos los elementos

conceptuales que han sido definidos de manera previa, toda

vez que de ellos depende la estructuración de la misma.

Estos se pasan a listar de la misma manera como han ido

apareciendo a lo largo de este documento:

1. Lo informal: Entenderemos lo informal, como toda

condición que, para el caso de la ciudad, niega la

200

forma de la misma71. Por eso lo informal se piensa

y construye bajo sus propios términos partiendo de

adaptar, deconstruir, sustituir o eliminar todo aquello

el mundo formal le posibilita. La informalidad

determina así una cultura de la adaptación de lo

material, lo conceptual o lo metodológico a las

necesidades del usuario y el lugar bajo condiciones

culturales, económicas, políticas y humanas muy

específicas. Se opera poética y retóricamente en el

establecimiento de un ambiente mínimo para el

sostenimiento de la vida humana.

Lo informal es el elemento contextual que permite la

construcción de la trama narrativa del hábitat en sus

condiciones macro, pues le determina las

referencias iniciales de donde derivarán todas las

producciones materiales y simbólicas que hacen de

la informalidad un lenguaje compositivo complejo por

71 Es negar la forma trazada desde la norma, la oficialidad, el plan reglado y regulado.

Se lanza desde sus propias premisas mediadas por la urgencia y las necesidades, las

limitaciones materiales y técnicas, la necesidad de implantarse y adaptarse, de

apropiar y transformar su entorno, pero siempre, por fuera de ese orden establecido,

de esa norma reguladora en vigencia, así esta llegue después a "formalizarlo".

201

las condiciones –principalmente socioeconómicas-

bajo las cuales se debe producir.

2. El habitar, o mejor, el sentido del habitar se define

en el despliegue de la exteriorización. Es decir, en la

medida que una exteriorización se desarrolla es

posible trascender del estar en el mundo a ser parte

de él, pues lo valioso en ese despliegue no son sólo

las posibilidades técnicas o los utillajes que permiten

transformar y adaptar el mundo, si no los niveles

figurativos y simbólicos en donde subyace el sentido

del habitar.

En ese mismo despliegue es posible entender la

poética de la exteriorización a través de la mimesis.

Partiendo de una necesidad que busca ser resuelta,

en el nivel biológico se hacen las prefiguraciones, en

el nivel técnico se dan las materializaciones y

configuraciones, y una vez el dispositivo es

materializado, su puesta en marcha en un contexto

social permite la reconfiguración en los niveles

figurativos y simbólicos. El siguiente gráfico resume

esta idea.

202

3. Las variables en nuestro caso las entenderemos

como conjuntos de exteriorizaciones (lenguajes de

patrones), capaces de expresar las cualidades,

categorías y atributos que definen al barrio como

una unidad de análisis única e irrepetible en su

contexto de informalidad.

Las variables se ordenan en términos de las escalas

que la habitabilidad como concepto ya definió

Ilustración 4. Esquema habitar, exteriorización, mimesis Elaboración: propia

203

(ciudad, barrio, vivienda) y dentro de cada escala en

términos de lo tangible o intangible según

corresponda. Encontraremos así que la variable se

comporta como un patrón y como una interacción;

que hay variables en el “hacer” pero también en el

“decir”.

4. La habitabilidad será entendida como toda

interacción (acción) entre variables y entre los

patrones que componen la variable. Hemos definido

que las principales acciones determinantes de la

habitabilidad barrial son: el circular, el permanecer,

el acceder, el proteger (de guarecer, resguardar); el

contemplar, y el identificar (de todo aquello que

permita crear una identidad).

La acción es determinante para entender la

habitabilidad barrial, sin ella nos quedaríamos

solamente con las variables pero sin ningún tipo de

relación que las vincule y explique la dinámica del

habitar. Es decir, sin acción las exteriorizaciones no

se podrían validar puesto que no se ponen en

función.

204

5. En un proceso de adaptación del mundo formal al

informal, la dimensión proyectual es transversal a

todo el proceso. Cómo ya se dijo hay poética en el

despliegue de la exteriorización a través de la

mimesis, y la misma cultura de la adaptación

aparece como un mecanismo retórico capaz de

validar las acciones que transforman el mundo en

procura del habitar.

En términos prácticos podríamos hablar de tres

factores que a modo de “estrategias poéticas para

la composición de la forma” vemos como

fundamentales en el “hacer” poético del barrio la

Cruz. El primero, la poesía misma de la construcción

en un fenómeno “constructivo” a través de la

recepción de elementos materiales que logran

transmitir un concepto como tal. Al ser elementos –

muchos de ellos reciclados o reutilizados- estos se

ven despojados de los valores simbólicos que la

ciudad formal les ha impuesto y se presentan puros,

prestos a ser reconfigurados -mimesis- en un nuevo

uso. El segundo, es una “emoción”, una capacidad

expresiva que comunica sentimientos y configura un

escenario que transmite el sentir y la emoción de

205

cada habitante del barrio. Así, la función del espacio

es transmitir esas emotividades, incluso con lo

limitado de los recursos materiales. El tercer factor

es una especie de “organicismo” donde las formas

materiales deben ser adaptadas según el contexto

humano y ambiental donde debe ser instalado.

La representación

El esquema cartográfico que se presenta a continuación es

una síntesis de los conceptos ya definidos pero en términos

del nuestro estudio de caso. Se puede entender como una

matriz compleja que agrupa y relaciona categóricamente las

escalas, variables y acciones de la habitabilidad. Su

construcción se ha definido de la siguiente manera:

1. El orden es principalmente concéntrico. De afuera

hacia adentro se podrán identificar tres grandes

agrupaciones de color naranja, gris y azul que

corresponden a las escalas de ciudad, de barrio y

de la vivienda respectivamente. Eso significa que la

escala de la habitabilidad es nuestra primera gran

variable. Se podrá notar también que las escalas no

se encuentran en el mismo eje, están jerarquizadas

siendo la de ciudad más exterior, la de la vivienda

206

más interior y la de barrio en la mitad haciendo de

elemento intermedio que conecta (Ilustración 5).

Ilustración 5. Cartografía de habitabilidad. Elaboración: propia

207

2. Al acercarse a cada escala es posible darse cuenta

que está se ha divido en dos grandes secciones: la

de los elementos tangibles e intangibles de la

habitabilidad. Eso significa que lo tangible e intangible

de cada escala es nuestra segunda gran variable.

Dentro de cada sección se podrán encontrar de

manera concreta los patrones que constituyen cada

subgrupo en razón de su propia escala (Ilustraciones

6, 7, 8 respectivamente).

3. En la parte central se encuentran las 6 acciones

determinantes de la habitabilidad barrial (circular,

permanecer, acceder, proteger, contemplar,

identificar). Creemos que todas tienen la misma

jerarquía e importancia, por eso se han colocado en

el mismo eje circular. Constituyen la tercera gran

variable pues a través de ellas se da el

entendimiento y función de cada patrón en virtud de

la habitabilidad (Ilustración 9).

208

Ilustración 6. Cartografía de habitabilidad. Escala de ciudad. Elaboración: propia Ilustración 6. Cartografía

de habitabilidad. Escala de ciudad Elaboración: propia

209

Ilustración 7. Cartografía de habitabilidad. Escala barrial Elaboración: propia

210

Ilustración 8. Cartografía de habitabilidad. Escala de la vivienda Elaboración: propia

211

Ilustración 8. Cartografía de habitabilidad. Escala de la vivienda Elaboración: propia

212

Aplicación de la herramienta

La función de esta cartografía es relacionar las variables y

sus patrones constitutivos a través de las acciones

determinantes de la habitabilidad barrial, con el ánimo de

dar una idea o noción aproximada de la misma. Es

necesario aclarar que son todas las observaciones,

conjeturas, reflexiones y la experiencia sobre el barrio La

Cruz, sumadas al marco teórico y metodológico (y al

métodoilógico también) de este documento, las fuentes de

información que permiten la creación de la herramienta. Eso

significa que ésta nace en campo (no se llega con ella a

campo), desde la práctica con el uso de los otros dos

instrumentos (libreta y ejercicios de percepción barrial), pero

con uso consiente de los conceptos ya trabajados; todo

siempre enmarcado en el principio de la totalidad. Fue, en

síntesis, una acción intencionada que el mismo barrio sugirió

hacer desde la lógica de su espacio, desde su gente y de

su habitar.

Con esto se busca decir que el ejercicio cartográfico se

convirtió en un fin, usando como medio para ello el barrio,

la teoría y la práctica. A continuación se ejemplificará el uso

de la herramienta:

213

Dado que la herramienta busca relacionar para entender,

esta relación se da al trazar sobre la cartografía una serie

de líneas que funcionan bajo la lógica territorial y las

acciones determinantes de la habitabilidad.

1. Se parte de la escala de ciudad (por ser la mayor

escala, aquella que da las condiciones macro), se

toma un patrón de estudio (ej: sistemas de

transporte) y la línea debe pasar por una de la

acciones que le corresponda (ej: sistemas de

transporte - circular) y termina en la escala barrial

(ej: sistemas de transporte – circular – paraderos de

buses). (Ilustración 10)

2. En este punto de la escala barrial sucederán dos

fenómenos: el primero tiene que ver con las

“afectaciones” sobre patrones de la misma escala

(ejemplo: paraderos de buses - vías vehiculares -

vías peatonales - tiendas, etc). Decimos

afectaciones en el buen sentido de la palabra, pues

deberán entenderse más como las posibilidades que

genera un patrón al interactuar con otro, es decir,

siguiendo con nuestro ejemplo las posibilidades que

genera un paradero de buses en la escala barrial al

permitir que aparezcan a su alrededor diferentes

214

actividades comerciales como tiendas, panaderías,

ventas ambulantes, etc. (ilustración 11). El segundo

fenómeno es la afectación que tiene este patrón en

la escala de la vivienda al posibilitar por ejemplo

condiciones de accesibilidad a la misma.

Evidentemente sobre esta escala también se

tendrán afectaciones internas. (Ilustración 12)72.

72 En el anexo instrumental No 2 se incluye la cartografía impresa a modo de base

para empezar a relacionar variables, patrones y acciones. También se incluye la

cartografía del ejemplo anterior.

En el anexo instrumental No 3 se incluye la cartografía en formato editable (.cad) con

la esperanza se animar a la construcción de nuevos instrumentos. En este formato es

posible apreciar la estructura compositiva de la herramienta y su operatividad por

niveles de mayor a menor según su cercanía al centro y las capas según las acciones

determinantes de habitabilidad. También se adjunta la cartografía en formato PDF

por un tema de visualización.

215

Ilustración 10. Cartografía de habitabilidad. Ejemplificación Elaboración: propia

216

Ilustración 11. Cartografía de habitabilidad. Ejemplificación Elaboración: propia

217

Ilustración 12. Cartografía de habitabilidad. Ejemplificación Elaboración: fuente propia

218

Ilustración 13. Cartografía de habitabilidad. Ejemplificación Elaboración: fuente propia

219

Conclusiones a la cartografía

Las posibilidades que se generan con este tipo de

instrumentos son variadas y muchas de ellas inexploradas

desde la investigación en hábitat. En razón de esto se dejar

explicitas varias conclusiones que sugieren dar pie a nuevas

indagaciones, incluso por las reconfiguraciones o

adaptaciones que a futuro se puedan hacer sobre el

instrumento.

La idea de la habitabilidad se da al relacionar

variables y patrones a través de acciones en la

construcción de una trama compleja, que siendo

muy gráfica al principio, se hace conceptual al

entender todas las implicaciones que tiene mover,

sustituir, eliminar o agregar nuevos patrones en

cualquiera de las escalas.

Es importante destacar que todo lo intangible es de

vital importancia en la construcción de la

habitabilidad barrial; si bien está se soporta en

elementos materiales es sólo a través de la acción

determinante que toman sentido.

La totalidad lo enmarca todo y nada estará ajeno a

ello. Los holones y sus propiedades tal como los

plantea Wilber se hacen evidentes en la forma como

220

se construye el instrumento, pero también en la

forma como se utiliza.

Al incluir más variables al ampliar las escalas

(metropolitana, regional, nacional) o al reducirlas (la

habitación el individuo), más patrones tangibles e

intangibles y más acciones dentro de la cartografía,

mayor será su complejidad, pero también mayor la

comprensión de la idea de lo habitable en un

territorio.

La herramienta es escalable según la necesidad. Se

puede usar desde el ámbito de la habitación hasta

la escala regional o nacional de ser necesario.

La herramienta es en síntesis una matriz múltiple que

opera en varios niveles y a diferentes complejidades.

Si bien el ejemplo se hace con un solo patrón

también es posible hacerlo con muchos más.

Es evidente que para esta investigación nunca fue

una preocupación “medir” la habitabilidad. Sintetizar

en indicadores es también una forma válida y

pertinente de dar a entender la idea de lo habitable,

pero sobre este tema muchos ya están trabajando.

Buscábamos entender intangibles, no desde su

medida (porque no se pueden medir) sino desde su

relación con el tangible y la acción que le posibilitan.

221

Reflexión final de la arquitectura y la habitabilidad

Queremos incluir en este cierre de la investigación las

palabras de la arquitecta Celia Marín (2013), pues creemos

sintetiza el sentido y el valor de la arquitectura en el tiempo

que nos tocó vivir. Valida además todo lo expuesto durante

el documento al ver en este oficio una noble forma de

enaltecer la vida humana, mucho más allá de lo material;

para trascender y evolucionar.

La arquitectura no es simplemente un techo que se aguante, unos cimientos que no se hundan y unas medidas mínimas de ventilación. Una vivienda que cumpla los mínimos necesarios que marca la cédula de habitabilidad podrá poseer la categoría de vivienda pero le faltaría mucho para ser un hogar. Para ello necesitará de una estructura necesaria ya sea a través de un barrio o de la propia ciudad que le proporcione a sus habitantes un sentimiento de comunidad y pertenencia, que lo relacione con su entorno, con los suyos y con la sociedad que es lo que marca la misma existencia sedentaria desde que el mundo es mundo, o mejor dicho, desde que las sociedades dejaron de vagar por el desierto y se establecieron las primeras comunidades agrícolas y las ciudades después.

Obviamente todo esto la arquitectura por sí sola no lo hace, pero es muy consciente, o debería de serlo siempre, de que la arquitectura como tal no se reduce únicamente al objeto arquitectónico sino que en realidad está creando un tejido estructural que es la base de la vida pública y por tanto de la propia polis. Las medidas mínimas y las cédulas

222

de habitabilidad, incluso los códigos técnicos, son parametrizaciones normalizadas y estandarizadas de mínimos necesarios aplicables a casos tipo pero que nada tienen que ver con la vida real y, por supuesto, carentes del componente no-físico. Es decir, la arquitectura por mucho que sea una construcción física en el fondo es el escenario de una construcción simbólica y cultural que representa no sólo la espiritualidad, sino los sueños, creencias, y vivencias de una sociedad entera. Es trascendente no sólo porque presenta soluciones para el presente sino porque asegura una continuidad de lo construido con lo existente – pasado- y con lo que vendrá – futuro.

Reflexión final del barrio y la informalidad

El estudio de la informalidad cambia nuestra concepción

sobre las formas de vida y la habitabilidad de la ciudad. El

barrio La Cruz es esencialmente la representación de las

relaciones humanas y la resistencia de sus habitantes

sostenida en una multitud de referencias técnicas, estéticas,

materiales e inmateriales, que relacionadas crean un

entramado con tantas capas como interpretaciones tiene

su realidad social.

En muchas situaciones los vínculos y las relaciones entre

patrones de habitabilidad se cruzan y entrecruzan de forma

rocambolescas tratando de meter el máximo de formas

trascendentales materiales e inmateriales en un mismo

223

espacio. Algunas situaciones incluso parecen pensadas

desde un barroquismo simbólico y referencial que incluso

muchas veces dificulta su interpretación.

Queda claro que el barrio es mucho más que la suma de

sus partes; es una coordinación armoniosa de elementos

poéticos, retóricos y simbólicos que se apoyan mutuamente.

El significado de su imagen se combina en una totalidad que

interroga sobre los principios de la experiencia humana

codificándola en una serie de metáforas que nos permiten

comunicar los aspectos más fundamentales de la existencia

humana.

224

225

4. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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