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DOCUMENTOS OPINIÓN MES A MES DATOS BAGUA: IMPORTANTE PRECEDENTE JUDICIAL El 22 de setiembre del 2016, finalmente se emitió la primera sentencia judicial sobre el llamado “Baguazo”. Gráfico 1: SIS en apuros - Bajo presupuesto y vertiginoso aumento de afiliados lo ponen contra la pared” en diario Gestión, 10 de octubre del 2016. Gráfico 2: SIS en apuros - Bajo presupuesto y vertiginoso aumento de afiliados lo ponen contra la pared” en dia- rio Gestión, 10 de octubre del 2016. Gráfico 3: Encuesta nacional sobre relaciones sociales (2015). Instituto Nacional de Estadística e Informática/Minis- terio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables. Gráfico 4: Medición de la violencia contra las mujeres, niñas, niños y adolescentes. Experiencia Peruana. 2016. Instituto Nacional de Estadística e Informática. Mayo, 2016. pag. 22 Gráfico 5: Medición de la violencia contra las mujeres, niñas, niños y adolescentes. Experiencia Peruana. 2016. Instituto Nacional de Estadística e Informática. Mayo, 2016. pag. 23 Gráfico 6: Medición de la violencia contra las mujeres, niñas, niños y adolescentes. Experiencia Peruana. 2016. Instituto Nacional de Estadística e Informática. Mayo, 2016. pag. 24 INFORME MUNDIAL SOBRE CIENCIAS SOCIALES 2016. AFRONTAR EL RETO DE LAS DESIGUALDA- DES Y TRAZAR VÍAS HACIA UN MUNDO JUSTO Françoise Caillods y Mathieu Denis afirman en su artículo introductorio “Social science challenges inequalities: general introduction” que “La crisis económica de 2008 y sus repercusiones prolongadas, las insurrecciones populares de la denominada “Primavera árabe”, los disturbios motivados por los alimentos en México y el movimiento “Occupy” figuran entre los numerosos acontecimientos que han vuelto a colocar la desigualdad en el temario de la agenda política mundial durante el segundo decenio del siglo XXI” (p.18). CIUDADANÍA: ¿QUÉ ES Y, SOBRETODO, CÓMO SE PRACTICA HOY EN EL PERÚ? + Francisco Chamberlain, sj. SOBRE LA AYUDA HUMANITARIA EN EL BAJO MARAÑÓN: DIEZ PUNTOS PARA ACTUAR RÁPIDA- MENTE Y PENSAR DESPACIO * Manolo Berjón y Miguel Angel Cadenas Boletín virtual mensual sobre la lucha por el reconocimiento pleno de los derechos de todos los peruanos y peruanas, y contra la pobreza, así como sobre las acciones relativas a estos temas. 1 5 8 12 Boletín N° 92 Octubre 2016 Año 9, N° 92, Octubre 2016 De la exclusión al reconocimiento - Boletín virtual ©2015 Instituto Bartolomé de Las Casas Editora responsable: Roelfien Haak Diagramación y distribución: Katee Salcedo Jr. Belisario Flores 687. Lima 14 - Perú Teléfono (51-1) 472-3410 | 470 - 9088 www.bcasas.org.pe

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D O C U M E N T O S

O P I N I Ó N

M E S A M E S

D A T O S

BAGUA: IMPORTANTE PRECEDENTE JUDICIAL El 22 de setiembre del 2016, finalmente se emitió la primera sentencia judicial sobre el llamado “Baguazo”.

Gráfico 1: SIS en apuros - Bajo presupuesto y vertiginoso aumento de afiliados lo ponen contra la pared” en diario Gestión, 10 de octubre del 2016.Gráfico 2: SIS en apuros - Bajo presupuesto y vertiginoso aumento de afiliados lo ponen contra la pared” en dia-rio Gestión, 10 de octubre del 2016.Gráfico 3: Encuesta nacional sobre relaciones sociales (2015). Instituto Nacional de Estadística e Informática/Minis-terio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables. Gráfico 4: Medición de la violencia contra las mujeres, niñas, niños y adolescentes. Experiencia Peruana. 2016. Instituto Nacional de Estadística e Informática. Mayo, 2016. pag. 22Gráfico 5: Medición de la violencia contra las mujeres, niñas, niños y adolescentes. Experiencia Peruana. 2016. Instituto Nacional de Estadística e Informática. Mayo, 2016. pag. 23Gráfico 6: Medición de la violencia contra las mujeres, niñas, niños y adolescentes. Experiencia Peruana. 2016. Instituto Nacional de Estadística e Informática. Mayo, 2016. pag. 24

INFORME MUNDIAL SOBRE CIENCIAS SOCIALES 2016. AFRONTAR EL RETO DE LAS DESIGUALDA-DES Y TRAZAR VÍAS HACIA UN MUNDO JUSTOFrançoise Caillods y Mathieu Denis afirman en su artículo introductorio “Social science challenges inequalities: general introduction” que “La crisis económica de 2008 y sus repercusiones prolongadas, las insurrecciones populares de la denominada “Primavera árabe”, los disturbios motivados por los alimentos en México y el movimiento “Occupy” figuran entre los numerosos acontecimientos que han vuelto a colocar la desigualdad en el temario de la agenda política mundial durante el segundo decenio del siglo XXI” (p.18).

CIUDADANÍA: ¿QUÉ ES Y, SOBRETODO, CÓMO SE PRACTICA HOY EN EL PERÚ?+ Francisco Chamberlain, sj.

SOBRE LA AYUDA HUMANITARIA EN EL BAJO MARAÑÓN: DIEZ PUNTOS PARA ACTUAR RÁPIDA-MENTE Y PENSAR DESPACIO * Manolo Berjón y Miguel Angel Cadenas

Boletín virtual mensual sobre la lucha por el reconocimiento pleno de los derechos de todos los peruanos y peruanas, y contra la pobreza, así como sobre las acciones relativas a estos temas.

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Boletín N°92

Octubre2016

Año 9, N° 92, Octubre 2016

De la exclusión al reconocimiento - Boletín virtual ©2015Instituto Bartolomé de Las Casas

Editora responsable: Roelfien HaakDiagramación y distribución: Katee Salcedo

Jr. Belisario Flores 687. Lima 14 - PerúTeléfono (51-1) 472-3410 | 470 - 9088

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1DE LA EXCLUSIÓN AL RECONOCIMIENTO

BAGUA: IMPORTANTE PRECEDENTE JUDICIAL

El 22 de setiembre del 2016, finalmente se emi-tió la primera sentencia judicial sobre el llamado “Ba-guazo”. Y decimos primera porque están pendientes otros tres procesos: por la desaparición del Mayor Feli-pe Bazán, por los hechos sucedidos en la Estación 6 de PetroPerú que terminaron con la muerte de 10 poli-cías; y otro por la muerte de población civil y de 232 heridos (80 de ellos de bala) causados por la acción policial durante el “Baguazo”.

Como es de conocimiento público el 14 de mayo del 2014 se inició el primer juicio ligado a este suceso, por la muerte de 12 policías en los enfrenta-mientos que tuvieron lugar en la Curva del Diablo el 5 de junio del 2009. Luego de 64 sesiones, el 22 de setiembre, en una sentencia de 392 folios, la Sala Pe-nal de Apelaciones Transitoria y Liquidadora de Ba-gua determinó que los 53 encauzados (23 nativos y 30 mestizos) eran inocentes de los diversos cargos impu-tados: homicidio calificado, lesiones graves, entorpeci-miento al funcionamiento de servicios públicos, motín, disturbios, tenencia ilegal de armas, daños agravados, etc.

Lo destacable de la sentencia es que el tribunal (presidido por Gonzalo Zabarburú Saavedra y con-formado por Norberto Cabrera Barrantes y Enrique Montenegro Guimaraes) para sustentar su decisión ha recurrido ampliamente a una vasta jurisprudencia y a una perspectiva intercultural, lo que sienta un pre-cedente importante al respecto.

En la Parte Primera, el tribunal presenta los antecedentes históricos de la denominada resistencia awajun-wampis (pp.37 a 43), entre los que incluye la controversia en torno a la creación de la zona reserva-da Santiago Comaina y el Parque Ichigkat Muja, así como también de los sucesos que tuvieron lugar antes y después del 5 de junio del 2009 (pp. 44 a 58).

En los Capítulos III (pp.83-97) y IV (pp.98-119) de la Parte Primera de la sentencia se trabaja a pro-fundidad el tema del pluralismo cultural y jurídico y el enfoque intercultural. Allí señalan que “el enfoque moderno da importancia a la cultura como elemento sustancial para la comprensión del derecho como fe-nómeno social” (p.83).

Por eso “los integrantes de la Sala Penal de Bagua, en primer lugar ha privilegiado el estudio et-

nográfico de las comunidades awajún y wampis in-volucradas en el presente caso, para lo cual acude a los peritajes y estudios antropológicos” (p.96). Y pasan a detallar las características culturales de los pueblos indígenas, en especial los awajún y wampis, mencio-nando entre ellos: cosmovisión holística, animista e interdependiente con la naturaleza: historia común mítica y real, sentido de pertenencia y orgullo, familia y reciprocidad, sistema de gobierno y la jefatura, in-terdependencia con su territorio etc.

En el Capítulo V pasan revista a los diversos convenios internacionales firmados por el Perú que tienen relación con los derechos de los pueblos indíge-nas, y destacan la obligación del Estado Peruano en reconocer derechos indígenas tutelados en instrumen-tos internacionales como la Convención Americana, el carácter imperativo de la Corte Internacional de Derechos Humanos, el Convenio 169 de la Organiza-ción Internacional del Trabajo (OIT), y la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pue-blos Indígenas. Luego pasan a considerar las normas nacionales, así como también la jurisprudencia esta-blecida por el Tribunal Constitucional (pp.120-136).

Y también buscan entender a cabalidad lo que la tierra y el territorio significan para los pueblos indígenas (pp.140-152). Es así que el tribunal afirma que “las acciones que motivaron los hechos motivo de esta sentencia, como queda dicho en el proceso, fue la defensa de los derechos sobre la tierra. De ahí la importancia de entender el significado jurídico de la tierra para las comunidades nativas, ya que es a par-tir de este entendimiento que podremos fundamentar debidamente la decisión que toma este colegiado” (p. 140, negritas del original).

Y nos recuerdan que “la cultura de los miem-bros de las comunidades indígenas corresponde a una forma de vida particular de ser, ver y actuar en el mundo, constituido a partir de su estrecha relación con sus tierras tradicionales y recursos naturales, no sólo por ser éstos su principal medio de subsistencia, sino además porque constituyen un elemento inte-grante de su cosmovisión, religiosidad y, por ende, de su identidad cultural” (p.137).

Pero además porque su “preservación es fun-damental para la realización efectiva de los derechos humanos de los pueblos indígenas, en términos más generales y, por tanto, amerita medidas especiales de protección” (p.141). Por todo ello el Tribunal conside-ra que su deber al emitir sentencia “es ser cautelosos,

MES A MES

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pues el no respetar su cosmovisión de la tierra en su entendimiento de normas es como violar su derecho a la vida, pues esta involucra su existencia, su cultura y su modo de vida” (p.146).

El Tribunal también encuentra que el Estado no respetó el derecho a la Consulta Previa, como era su deber (pp. 152-155).

Las razones de la inocencia

En la parte segunda, en el Capítulo II (299 a 392) el Tribunal expone las razones por las que decla-ra la absolución de todos los procesados, de todos los cargos.

Homicidio calificado (pp.299-326) El tribunal concluye que son inocentes. Entre las razones que da es que las pericias de absorción ató-mica indican claramente que los acusados no dispa-raron. Instigación El tribunal señala que “no existe prueba docu-mental, testimonial, pericial u otra que acredite in-dubitablemente el modo o la forma de instigación” (p.326). Pero además recuerda que “los criterios an-tropológicos respecto a la concepción de Apus (líderes) o dirigentes comunales por parte de los pueblos indí-genas Awajún y Wampis nos permiten concluir que estos últimos no mantienen –frente a los nativos- un poder de mando final” (p.319), pues las decisiones de-penden más de la Asamblea Comunal.

Este aspecto ha sido bien trabajado por mu-chos antropólogos, entre ellos Jaime Regan quien sos-tiene que “El apu es considerado como el representan-te de la comunidad en reuniones oficiales convocadas por funcionarios del gobierno […]. El apu firma do-cumentos oficiales que tratan de su comunidad, por ejemplo, los títulos de propiedad de la tierra comunal, solicitudes, etc., y también recibe visitantes no nativos. Dentro de la comunidad, el apu tiene un papel muy importante en la organización del trabajo co-munal y en decisiones relacionadas con disputas entre residentes. Pero “El apu no es responsable de las accio-nes de los miembros de la comunidad. No se le puede considerar como el «autor intelectual» de lo que ha-cen otros. La familia o clan a que pertenece la persona es el responsable de las acciones de sus miembros. El

apu no tiene autoridad para mandar. Cuando algún dirigente trata de mandar lo destituyen”.

Regan nos dice que en el caso de Bagua “El paro fue precedido de varias semanas de preparación que incluía la recolección y análisis de mucha infor-mación con la participación de ancianos y ancianas, líderes escogidos, licenciados del ejército y estudiantes universitarios. Siguieron los debates y luego empeza-ron a tomar decisiones por consenso, primero por el río Cenepa, el lugar más afectado por las empresas extractivas, luego siguieron los otros sectores por soli-daridad.

La preparación y realización del paro se hizo por consenso en cada etapa. Una vez tomada la de-cisión, quedaron marginados los que no querían to-mar parte, y también dejaron de lado a varios de los dirigentes elegidos de sus organizaciones. Escogieron a líderes respetados como coordinadores, sin poder para mandar, que se ocupaban del aspecto opera-tivo. Formaron comités de lucha en cada una de los cinco ríos de la zona. También había coordinadores de logística para coordinar la alimentación y el transpor-te, y lograron la comunicación rápida por medio de los celulares. Los ancianos (múun) aportaron desde su experiencia y sabiduría y las ancianas ofrecieron fuer-za y protección por medio de sus canciones sagradas, anen”.

Para Regan “una de las limitaciones de este sistema es la lentitud en los procesos de diálogo y ne-gociación porque tienen que hacer consultas y llegar a consensos para las decisiones importantes. En esto precisamente se contrasta con el sistema del Estado jerárquico que impone con su fuerza dominante. Los awajun y wampis no salieron al paro con el deseo de enfrentarse sino a expresar su preocupación por sus recursos y el futuro de su pueblo”1.

Lesiones graves (pp.327 a 340) Los magistrados afirman que “Es posición de este Tribunal que no se ha determinado ni siquiera a nivel de indicio la autoría material de las lesiones gra-ves en agravio de los efectivos policiales, menos se ha probado la instigación, en suma la posición acusadora del Ministerio Público en este extremo no tiene ningún asidero legal, respecto a la autoría y responsabilidad penal de los acusados a título de instigadores y auto-res materiales” (p.339).

2DE LA EXCLUSIÓN AL RECONOCIMIENTO

1) James Regan Mainville Losawajún y wampís contra el Estado: una reflexión sobre antropología política investigaciones sociales |Vol.14 N°24, pp.19-35 [2010]|UNMSM / IIHS, Lima, Perú|p.29, 30, 31 y 32..

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Entorpecimiento de servicios públicos, motín, distur-bios (pp. 340-362). El tribunal considera que para evaluar esta acusación hay que efectuar un test de proporciona-lidad, dado que “se encontrarían en colisión derechos fundamentales como resultan ser el derecho a la identidad cultural y el fuero especial de las co-munidades indígenas, libertad de expresión, derecho a la liberad de reunión y de otro lado el derecho al libre tránsito” (p.35, negritas del origi-nal).

Basándose en un caso sucedido en Madre de Dios el tribunal señala que la protesta indígena “no estaba dirigida de manera específica a entorpecer el funcionamiento del transporte público ni crear mo-tín o propiciar un disturbio que atente contra la in-tegridad física de las personas o cause grave daño a la propiedad público o privada, sino que tenía como fin específico el ejercicio legítimo de un derecho como resulta ser la defensa del medio ambiente que en el presente caso resulta de vital importancia para su supervivencia bajo sus usos y costumbres ancestrales (…) los procesados, tanto instigadores como autores materiales – nativos y mestizos tuvieron el específico fin de defender un bien jurídico colectivo superior o de mayor valor a la de libre tránsito como resulta ser la defensa del medio ambiente, integridad territorial, salud y a vivir dignamente en su comunidad” (p.359). Y más adelante el Tribunal nos dice que “re-sulta evidente que los miembros de los pueblos indí-genas Awajun y Wampis hayan tomado la decisión de bloquear el libre tránsito de vehículos de transporte terrestre en un tramo de la Carretera Marginal de la Selva en el legítimo derecho de manifestarse pacífi-camente, sobre la base de la autonomía territorial y organizativa, y la potestad jurisdiccional que le reco-noce la Constitución Política en los artículos 89o y 149o (p.360).

Tribunal defiende derecho a la protesta

En la sentencia se señala que “la protesta de los pobladores, origen de la acusación fiscal, es consi-derada como la defensa del territorio indígena, parte del derecho a la vida y uno de los derechos humanos fundamentales” (p.377). Y más adelante recuerdan que la protesta de los pueblos awajún y wampis for-ma parte de sus largas y postergadas reclamaciones (reseñadas en las pp. 37 a 43), al no haber sido con-

sultadas para la dación de los Decretos Legislativos a propósito del Tratado de Libre Comercio. Y señalan que de acuerdo al artículo 6o del Convenio 169 de la OIT, que para el caso peruano tiene rango consti-tucional, tenían derecho a dicha consulta (cf. p.380).

Efectivamente, los magistrados afirman que “Tal convenio forma parte del ordenamiento jurídico, por lo tanto, como cualquier otra norma, debe ser acatada” (…) la Sala Penal de Apelaciones de Bagua de la Corte Superior de Justicia de Amazonas consi-dera que existe el derecho a la protesta como mani-fiesto del ejercicio legítimo de los derechos de libertad de expresión. Está amparado por la Constitución Po-lítica del Perú de 1993, art. 2, inciso 12” (p.380).

Para el tribunal “Se debe tener en cuenta que el Estado tomó decisiones que han tenido impactos directos sobre los territorios y derechos de los pueblos indígenas al dar un paquete de Decretos Legislativos, sin darles una voz e estas decisiones, y sin consultarlos. Por tanto, se deben considerar los factores culturales, sociales,, costumbres y otros que llevan a la ocurren-cia de determinados hechos” (p.385).

Reconocimientos necesarios Durante estos dos años y cuatro meses los 53 encauzados han recibido el apoyo de diversos secto-res, sin el cual creemos que el resultado hubiera sido otro. Por eso nos parece un deber de justicia recono-cer la labor realizada por:

1.- Los abogados defensores, sobre todo Katya Ange-la Pinedo Torres (de la Comisión Episcopal de Acción Social), Juan José Quispe Capacyachi (del Instituto de Defensa Legal), Yadira Fernández Fuentes (de la Vicaría de Derechos Humanos del Vicariato) Norbel Mondragón Herrera y Marco Antonio Barreto Fuen-tes.También estuvo como abogado particular el Dr. Jorge Freddy Beraún Barrantes

2.- La Iglesia Católica, cuyos representantes los han acompañado durante todo el juicio, a través de la Comisión Episcopal de Acción Social (CEAS), del Vi-cariato Apostólico San Francisco Javier del Marañón y de congregaciones que realizan su misión en el te-rritorio de los awajun y wampis como los Jesuitas, las Siervas de San José, la Compañía Misionera del Sagrado Corazón de Jesús, las Esclavas del Sagrado Corazón y también las congregaciones de la Confe-rencia de religiosos del Perú del Vicariato. Su apoyo

3DE LA EXCLUSIÓN AL RECONOCIMIENTO

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ha sido logístico, económico, psicológico, legal etc.

3.- Diversas ONGs, entre las que destacan el Instituto de Defensa Legal, la Coordinadora Nacional de De-rechos Humanos y aquellas que formaron parte del llamado colectivo Bagua, integrado por los anterior-mente mencionados y por la Comisión de Derechos Humanos (Comisedh), el Instituto Bartolomé Las Ca-sas (IBC) y el Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (CAAAP).

4.- La Solidaridad Internacional, expresada tanto a nivel de cobertura periodística, como de diversos Ami-cus Curiae que se hicieron llegar al tribunal a lo largo del juicio.

5.- Pero también por la labor de diversos artistas y cineastas que permitieron la difusión de la problemá-tica, haciendo énfasis en la justicia de la causa indí-gena y la inocencia de la población. Entre los cortos producidos destacan La Espera, el Banquillo de los Inocentes y YUMI agua es vida. La película El Cho-que de dos mundos es un documental recientemente estrenado en el Perú, que cuenta con diez premios in-ternacionales.

Es necesario mantenerse vigilantes

Como era de esperarse la fiscalía ha apelado y el caso pasará a la Corte Suprema, donde esperamos que la sentencia sea confirmada, por ser un deber de Justicia. Es importante mantenernos vigilantes para que así sea, pues si bien ha habido comentarios sa-ludando la sentencia, también ha habido otros, muy preocupantes, que sin haberse dado el trabajo de leer la sentencia han emitido comentarios criticando seve-ramente al tribunal por no haber condenado a los 53 procesados.

4DE LA EXCLUSIÓN AL RECONOCIMIENTO

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5DE LA EXCLUSIÓN AL RECONOCIMIENTO

D A T O S

Gráfico 1: SIS en apuros - Bajo presupuesto y vertiginoso aumento de afiliados lo ponen contra la pared” en diario Gestión, 10 de octubre del 2016

Gráfico 2: SIS en apuros - Bajo presupuesto y vertiginoso aumento de afiliados lo ponen contra la pared” en diario Gestión, 10 de octubre del 2016

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6DE LA EXCLUSIÓN AL RECONOCIMIENTO

Gráfico 3: Encuesta nacional sobre relaciones sociales (2015). Instituto Nacional de Estadística e Informática/Minis-

terio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables.

Gráfico 4: Medición de la violencia contra las mujeres, niñas, niños y adolescentes. Experiencia Peruana. 2016. Instituto Nacional de Estadística e Informática. Mayo, 2016. pag. 22

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7DE LA EXCLUSIÓN AL RECONOCIMIENTO

Gráfico 6: Medición de la violencia contra las mujeres, niñas, niños y adolescentes. Experiencia Peruana. 2016. Insti-tuto Nacional de Estadística e Informática. Mayo, 2016. pag. 24

Gráfico 5: Medición de la violencia contra las mujeres, niñas, niños y adolescentes. Experiencia Peruana. 2016. Insti-tuto Nacional de Estadística e Informática. Mayo, 2016. pag. 23

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8DE LA EXCLUSIÓN AL RECONOCIMIENTO

INFORME MUNDIAL SOBRE CIENCIAS SOCIALES 2016. AFRONTAR EL RETO DE LAS DESIGUAL-DADES Y TRAZAR VÍAS HACIA UN MUNDO JUS-TO

Desigualdad en la agenda mundial

Françoise Caillods y Mathieu Denis afirman en su artículo introductorio “Social science challen-ges inequalities: general introduction” que “La crisis económica de 2008 y sus repercusiones prolongadas, las insurrecciones populares de la denominada “Pri-mavera árabe”, los disturbios motivados por los ali-mentos en México y el movimiento “Occupy” figuran entre los numerosos acontecimientos que han vuelto a colocar la desigualdad en el temario de la agenda política mundial durante el segundo decenio del siglo XXI” (p.18).

Alberto Martinelli, Presidente del Consejo In-ternacional de Ciencias Sociales, basado en un en-sayo de Initiative for Policy Dialogue and Friedrich Ebert-Stiftung (2013), nos recuerda que entre el 2006 y el 2013 el 13% de las protestas a nivel mundial te-nían que ver principalmente con la desigualdad eco-nómica (p.6). “Estas protestas han sido originadas por quejas relacionadas con justicia social y económica, incluyendo demandas por una democracia real, ac-ceso a servicios públicos, derechos civiles y la oposición a las instituciones financieras internacionales, búsque-da corporativa de rentas y la corrupción”. También contra sistemas políticos y económicos injustos e in-sostenibles y demandado derechos y reconocimientos basados en identidades de género, sexual, indígena, discapacidad y otros. (p.187).

Esto ha motivado que “En los últimos veinte años, se ha registrado en las revistas de ciencias socia-les un espectacular aumento del número de artículos sobre la desigualdad debidos a la pluma de autores especializados en disciplinas muy diversas. Desde el año 2000 ha aumentado rápidamente el número de artículos relativos a la desigualdad publicados por especialistas en ciencias de la salud (salud pública y políticas de atención médica y sanitaria, principal-mente)” (p.14, resumen).

En el Informe que mencionamos se llega a la conclusión de que “la desigualdad puede poner en peligro la sostenibilidad de las economías, socieda-des y comunidades. El Informe también sostiene que la creación de sociedades más equitativas exige un mejor conocimiento de la desigualdad en general, así como de los vínculos existentes entre la desigual-dad económica y otras formas de desigualdad, por ejemplo las que se dan en materia de género o en los ámbitos de la educación y la salud” Y agregan que Las desigualdades contribuyen a privar de recursos materiales a algunas personas, pero también tienen consecuencias psicológicas e inmateriales en el bienes-tar general” (pp.3 y 9, resumen).

La desigualdad interna ha aumentado en los últimos años

Al igual que muchos otros estudios que hemos podido revisar (por ejemplo Piketty1, Wilkinson y Pic-kett2 y Milanovic3) los autores reconocen que en pro-medio la desigualdad global, es decir la desigualdad en los niveles de vida entre países ha disminuido en la primera década del 2000, impulsado en parte por China e India. Mantener este progreso y extenderlo a aquellos países que todavía no se han beneficiado de esta tendencia es crucial. Sin embargo no sucede lo mismo con la desigualdad al interior de los países, la cual ha aumentado, sobre todo en los últimos 40 años en todos los países y se ha acelerado más luego de la crisis financiera del 2008. Se considera que de no afrontarse puede amenazar lo avanzado entre paí-ses (cf. pp.3, 5 y 27). Por eso el informe está centrado en la desigualdad interna.

Caillods y Denis señalan que “El origen del aumento de las desigualdades económicas en los úl-timos años parece remontarse a los decenios de 1980 y 1990, cuando el modelo neoliberal llegó a ser pre-dominante en los países occidentales” y se fue exten-diendo paulatinamente a otras partes del mundo, “en el contexto de la globalización y la financiariza-ción (*) de la economía tras el desmoronamiento del bloque de los países del Este” (p.18).

Es así que “El aumento de las remuneraciones del 1% de las personas con ingresos más altos a lo largo de las tres últimas décadas, junto con el predominio

D O C U M E N T O S

1) Ver nuestra sección documentos del Boletín n. 66 de Julio del 2014. Se puede bajar de http://www.bcasas.org.pe/recursos/boletin-de-la-exclu-sion-al-reconocimiento/boletin-no-66-julio-2014.html. 2) Ver nuestra sección documentos del Boletín n. 63 de Abril del 2014. Se puede bajar de http://www.bcasas.org.pe/recursos/boletin-de-la-ex-clusion-al-reconocimiento/boletin-no-63-abril-2014-2.html 3) Global Inequality. A New Approach for the Age of Globalization (USA, Belknap-Harvard, 2016).

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9DE LA EXCLUSIÓN AL RECONOCIMIENTO

vinculadas a elementos de identidad como la raza, la casta o la etnia, que son facetas de la desigualdad “cultural”. Por otro lado “En muchos países, las muje-res tienen que afrontar una situación socioeconómica desfavorable y una falta de reconocimiento debido a la existencia de normas sociales discriminatorias, así como a la violencia y presiones ejercidas para acallar sus voces e impedir su participación” (pp.5 y 8 del re-sumen).

Lo mismo sucede con los grupos indígenas. M. Leach, J. Gaventa, P. Justino, F. Caillods y M. Denis en su artículo “Challenging inequalities: pathways to a just world. Key messages and main contributions” se-ñalan que “la discriminación étnico-racial, que puede ser internalizada por los grupos indígenas, está llevan-do a menores expectativas, menores logros educati-vos y eventualmente menores ingresos que los grupos no indígenas. A pesar de una significativa reducción de la extrema pobreza, la brecha de ingresos entre indígenas y no indígenas en el Perú no ha cambiado en diez años” (p.28).

+política: referida a la capacidad diferenciada de las personas y grupos para influir en los procesos de toma de decisiones en materia de políticas, así como para beneficiarse de esas decisiones y tomar parte en la acción política (cf. p.22).

+territorial: relacionada a las disparidades territo-riales, entre zonas urbanas y rurales, y entre regiones con mayor o menor diversidad de recursos (cf. p.22). Patricia Justino y Bruno Martorano, en su artículo “Drivers and dynamics of inequalities worldwide (an introduction to Part I)” nos dicen que “la gente que viven en lugares diferentes (como por ejemplo ciu-dades del interior o áreas rurales remotas) pueden experimentar diferentes y muchas veces injusto acce-so a recursos, oportunidades y servicios, no debido a quiénes son, sino a dónde viven” (p.37).

+ambiental: que tiene que ver con la diferencia en el acceso a los recursos naturales y los beneficios de su explotación; también con el grado de exposición a contaminaciones y riesgos; y con la diferencias de acceso a los medios necesarios para adaptarse a esos riesgos (cf. p.22).

+conocimientos (llamada también cognitiva): re-lacionada con las diferencias en el acceso al conoci-miento y la contribución a distintos tipos y fuentes de conocimiento. Por ejemplo se afirma que “Todavía

creciente de las rentas del capital financiero sobre los ingresos del trabajo, han contribuido a concentrar la riqueza en manos de una élite muy reducida. Todo esto ha entrañado un aumento de la desigualdad, sobre todo en los países desarrollados” (p.7, resumen).

Es así que “El aumento de las remuneraciones del 1% de las personas con ingresos más altos a lo largo de las tres últimas décadas, junto con el predominio creciente de las rentas del capital financiero sobre los ingresos del trabajo, han contribuido a concentrar la riqueza en manos de una élite muy reducida. Todo esto ha entrañado un aumento de la desigualdad, sobre todo en los países desarrollados” (p.7, resumen).

Esta apreciación ha sido confirmada por mu-chos otros estudios. Por ejemplo Branko Milanovic afirma que las clases medias de los países ricos “cier-tamente no son los ganadores de la globalización, así como tampoco los segmentos más pobres de dichos países” Por eso afirma que “Es generalmente recono-cido que la desigualdad interna en el mundo rico ha aumentado durante los últimos 25 a 30 años”4.

Sus diversas dimensiones

Caillods y Denis nos dicen que en el informe se trabajan siete dimensiones de la desigualdad y de cómo su interacción crea un círculo vicioso de des-igualdad. Por su parte John Gaventa en su artículo “Consequences and futures of inequalities (an intro-duction to Part II)” afirma que “las diversas desigual-dades tienden a relacionarse entre sí, y sus impactos y efectos se acumulan en ciertos grupos, más que en otros” (p.112)

Las diversas dimensiones que se trabajan en el informe que comentamos son:

+económica: referida a las diferencias entre niveles de ingresos, bienes, patrimonio y capital, estándares de vida y empleo (cf. p.22).

+social: que tiene que ver con las diferencias entre el estatus social de distintos grupos de población y con el acceso a los sistemas de educación, salud, justicia y protección social (cf. p.22).

+cultural: basada en discriminaciones de género, etnia, raza, religión, discapacidad y otras identidades grupales. El Informe señala que “Algunas de las for-mas más tenaces de la desigualdad son las que están

4) Milanovic …pp.20 y 22.

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siguen constituyendo un problema las importantes disparidades regionales que se observan en la pro-ducción de trabajos de investigación de las ciencias sociales sobre la desigualdad. En efecto, más del 80% de los estudios sobre la desigualdad publicados en los últimos veinte años se debieron a investigadores asentados en América del Norte y Europa Occidental. Los esfuerzos para aprehender el complejo fenómeno de la desigualdad exigen la adopción de perspecti-vas mundiales, y eso significa que se debe corregir esa desigualdad fundamental en la producción de cono-cimientos” (pp 5 y 14 del resumen).

El caso de América Latina

Giovani Andrea Corni señala que “los oríge-nes coloniales de la alta desigualdad del ingreso que ha afligido a América Latina por siglos ha sido bien analizada por Engerman and Sokoloff (2005).Estos autores argumentan que la alta concentración de la tierra, de los activos y del poder heredadas de la era colonial llevaron al desarrollo de instituciones que perpetuaron hasta bien entrado el periodo poste-rior a la Segunda Guerra Mundial los privilegios de una pequeña oligarquía agraria y comercial. Esta si-tuación continuó hasta el último cuarto del siglo XX, periodo durante el cual América Latina sufrió de un lento crecimiento, frecuentes crisis financieras y el Gini subió de 48.9 a inicios de los 80s a 54.1 en el 2002.

Las cosas cambiaron significativamente en los 2000s. A principios del Siglo XXI, la región mejoró su crecimiento económico, redujo la desigualdad y me-joró su estabilidad macroeconómica. El cambio más sorprendente fue una disminución en 6.1 puntos del Gini, en el periodo 2003-2012, que más que compen-só en solo diez años, el incremento que hubo en las dos décadas previas. Las caídas más grandes (doce puntos) se dieron en Argentina y Brasil, mientras que pequeñas o ningunas variaciones fueron registradas en países conflictuados (Colombia y México) y Cen-troamérica.

Es importante resaltar que América Latina destacó en la reducción de la desigualdad. Durante el mismo periodo países de la OECD (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) como China, el Sudeste de Asia y las economías mineras de África subsahariana registraron aumentos conside-rables de sus respectivos Gini (Cornia y Martorano, 2012)”5.

Qué hacer

Melissa Leach en su artículo “Towards equali-ty: transformative pathways (an introduction to Part III) nos dice que “Los actuales modelos y tendencias (de la desigualdad) reflejan determinadas estruc-turas e instituciones sociales, económicas y políticas. Muchas veces profundamente establecidas e históri-camente arraigadas, pero también están abiertas al cambio, y la agencia. Hay mucho que se puede hacer para reducir las desigualdades y avanzar hacia una mayor equidad y justicia social” Y destaca “la impor-tancia de la acción social y política para empujar y lograr el cambio” (p.184).

Leach nos recuerda que “si miramos algunas de las grandes transformaciones hacia la igualdad y la justicia social que tuvieron lugar en la historia –por ejemplo, el fin de la esclavitud y el voto femenino– queda claro que se lograron a través de una multi-plicidad de pequeñas acciones, llevadas a cabo por personas y grupos diversos que fueron ampliándose y aprendiendo entre ellos (…) pequeños cambios en la forma de hacer las cosas también pueden gene-rar nuevas percepciones e imaginarios de lo posible, permitiendo abrir caminos que alguna vez podrían haber parecido poco realista de perseguir” (p.189).

A continuación resumimos algunas de las que se su-gieren en el informe:

+Cambiar las normas (o el diseño institucio-nal)

Para Leach “un conjunto de políticas y normas pue-den formar parte de una vía de transformación. In-dudablemente el diseño institucional hace la diferen-cia crítica entre países más y menos desiguales. Si las desigualdades económicas derivan del poder de los intereses económicos para dar forma a la reglas del mercado, entonces, “reescribir” esas normas es esen-cial para avanzar hacia la igualdad” (p.184). Lo mis-mo sucede con la política macroeconómica.

+Procurar empleo decenteLeach recuerda que “La ruta más eficaz y sostenible para que la población en edad de trabajar pueda salir de la pobreza es un trabajo productivo justa-mente remunerado. Las instituciones del mercado

5) “The decline and recent uptick of income inequality in Latin America, 2002–13” in World Social Sciences Report 2016.Challenging Inequali-ties: Pathways to a Just World pp.201-202

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laboral pueden ser diseñadas para apoyar la crea-ción de empleos de calidad, con salarios y condicio-nes laborales decentes” (p.185). Por otro lado “Para ayudar a las personas a obtener puestos de trabajo, es fundamental facilitarles el acceso a una educación de calidad que, además, contribuye a reducir las des-igualdades sociales y de conocimiento” (p.11 del resu-men).

+Disminuir la desigualdad a través de la tri-butaciónPor otro lado “la fiscalidad (tributación) puede con-tribuir a reducir las desigualdades en los países en de-sarrollo (…) hay motivos para creer que las medidas tributarias pueden conciliar el objetivo de la igualdad y el objetivo de la eficiencia” (p.11 del resumen). Leach nos dice que políticas de impuestos progresivos son un instrumento fundamental para abordar el problema de las desigualdades económicas, tanto para reducir los ingresos más altos como para permitir su redistri-bución a aquellos con ingresos inferiores. Mayores in-gresos fiscales hace que las finanzas estatales estén disponibles para programas de protección social, así como también para los servicios de educación y sa-lud” (p.185).

+Mejorar la protección socialEn el informe se afirma que “Las políticas de pro-tección social consistentes, por ejemplo, en otorgar subvenciones de dinero en efectivo y facilitar el libre acceso gratuito a la educación y la atención médica y sanitaria, constituyen medios para reducir direc-tamente las desigualdades sociales y pueden contri-buir también a reducir las desigualdades económicas cuando van acompañadas de una fiscalidad progre-siva” (pp.11-12 del resumen).

+Desarrollar Políticas de discriminación posi-tivaSe afirma que “Cambiar las reglamentaciones para reducir las desigualdades es mucho más factible cuando se integra a las personas interesadas por el cambio en los procesos de establecimiento de normas. Esa integración puede comprender, por ejemplo, la aplicación de políticas de establecimiento de cuotas de mujeres, miembros de pueblos indígenas y grupos marginados para que tomen parte en foros oficiales de elaboración de políticas” (p.12 del resumen).

+Fomentar la participación ciudadanaLeach destaca la importancia de la presión política, de la acción social y política, pues sostiene que sin ella es improbable que dichos cambios se lleven a cabo, dado que los que tienen el poder no están interesados en ellos. Sostiene que las desigualdades económicas cambian las reglas de juego estrechando los espacios y oportunidades para la toma de decisiones que bus-quen disminuir la desigualdad. Señala que esta ac-ción “puede venir desde abajo, por la acción de ciu-dadanos o grupos de base o movimientos sociales; o de arriba, a través de una gobernanza global, líderes políticos o partidos políticos progresistas” y destaca la importancia de las alianzas entre ambos tipo de acción para lograr disminuir las desigualdades. (cf. p.187).

También nos dice que “los movimientos contemporá-neos toman diversas formas. Las marchas y protestas en la calle interactúan con demandas en las cortes, presencia en medios de comunicación y en el espa-cio digital. La era digital está proporcionando nuevos espacios para la acción social y política, para crear redes y alianzas transnacionales y para la partici-pación ciudadana y la rendición de cuentas estatal, como parte del gobierno abierto” (p.187).

+Mediante la Cooperación internacionalPara los autores “En un mundo globalmente inter-conectado, las reformas en materia de gobernanza y políticas sociales a nivel internacional y regional pueden coadyuvar a que se traten los factores de desigualdad dentro de un país determinado y entre diferentes países, por ejemplo mediante la coopera-ción en materia fiscal, el establecimiento de acuerdos comerciales favorables, el reforzamiento de los dere-chos sociales y la concesión de ayudas a destinatarios cuidadosamente seleccionados.

Una reglamentación eficaz del sistema financiero es también esencial para reducir el riesgo de que se repi-tan crisis financieras como las ocurridas recientemen-te. Aunque este tipo de gobernanza internacional tropieza con problemas, hay márgenes para realizar algún cambio pragmático a corto plazo, por ejemplo cooperar para intercambiar información fiscal a nivel internacional. Los recientes acuerdos mundiales sobre los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) y el cam-bio climático ofrecen la posibilidad de adoptar polí-ticas progresistas para afrontar las desigualdades so-ciales, económicas y ambientales” (p.12 del resumen).

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CIUDADANÍA: ¿QUÉ ES Y, SOBRETODO, CÓMO SE PRACTICA HOY EN EL PERÚ? Francisco Chamberlain, sj*

El título de esta entrega plantea una pregun-ta que de hecho va en muchos aspectos más allá de mis capacidades, pero que es una pregunta que to-dos debemos afrontar y trabajar. Lo que puedo decir no pretende ser todo. Si ayuda a abrir una discusión que necesitamos, habrá cumplido su finalidad. Mu-cho se ha dicho sobre el tema de ciudadanía en estos últimos años, pero tengo la impresión de que lo mu-cho dicho frecuentemente no es más que eso, dichos y punto.

Ante todo, la cuestión de ciudadanía supone que vivimos en un contexto de democracia. Y no estoy nada seguro de que el Perú de hoy sea plenamente democrático; en muchos aspectos pienso lo contrario. Cuando ves a cientos de miles de mujeres forzada-mente esterilizadas, o las mujeres de ANFACEP recla-mando por las barbaridades de detenciones y asesi-natos extra-judiciales de sus familiares en Los Cabitos, con sus cuerpos quemados y hechos cenizas en la Ho-yada, con un sistema judicial sumamente lento e in-capaz de tomar en serio los reclamos compresibles y justos de tanta gente; cuando vemos todo esto –y sólo estoy sacando algunos ejemplos de los muchos que existen- decir que vivimos hoy en democracia resulta ser un chiste amargo. Entonces resulta que llamar a estas personas ciudadanas es simplemente una reali-dad absolutamente fuera de la realidad que viven. La realidad que viven es la de lucha por ser reconoci-das como dignas de ser consideradas como parte de esta sociedad, dignas de ser reconocidas con justicia efectiva y respeto.

Todas estas personas tienen sí sus DNIs, pero el DNI solo no es un documento que da la ciudadanía a nadie. Lo que otorga la ciudadanía a una persona es el reconocimiento de ella y reconocimiento y del otro como portadores de derechos y como de deberes. Y este reconocimiento no es sólo un asunto jurídico, o el poder portar un documento como el DNI, sino cultu-ral, social y político. Cuando el reconocimiento cultu-ral, social y político falta, como sucede con millones de personas que viven en este suelo patrio, no son ciuda-danos/as reconocidos; son gente que están allí, y que pueden ser en tal o cual momento un estorbo para los que piensan en categorías directas o semejantes

del perro del hortelano, y que marginan a otros de la participación en las discusiones y decisiones que seña-lan los rumbos del país. Por eso los Baguazos o los líos en el valle del Tambo sobre el proyecto de Tía María en Arequipa.

El reconocimiento como el otro o la otra como ciudadano/a es fundamentalmente cultural, social y político, y sólo después jurídico. Por eso, depende del trato que damos unos a otros en la vida cotidiana y en la vida social y política.

Porque ante todo, y quizá más importante, el asunto de la ciudadanía es un asunto de trato. Si el trato es sólo a gente como uno, e indiferencia a los que son diferentes, no somos en verdad ciudadanos, ni permitimos alentar la promoción de la ciudadanía en otros. Vivir y reconocer sólo a los que son como uno es simplemente una evasión de lo que somos como nación, y hay que reconocer que es por desgracia una evasión asumida como natural a lo largo de la histo-ria nacional desde la Colonia hasta hoy. En nuestro país con tantas diferencias, de lugar, de cultura, de idioma, etc., el trato ciudadano tiene que reconocer al otro diferente como es, como parte de ese “nosotros nacional” que supone inclusión real y aceptación de las diferencias que marcan nuestras mutuas existen-cias. La evasión no permite la plena ciudadanía ni para los que la asumen como natural, ni menos para los evadidos. Sólo cuando nuestra mirada y trato asume ese horizonte de “nosotros nacional”, de todos los que habitan en este suelo patrio, sólo así podemos hablar de veras de ciudadanía.

Ese trato supone otro aspecto importante: la capacidad y esfuerzo de ponernos en los zapatos del que es diferente: en su cultura, en todo su modo de ser, en sus anhelos y luchas. Supone un nivel de em-patía para con él o ella que es diferente de uno, de entender y reconoce que él o ella como una parte in-tegral de ese “nosotros nacional”. En muchos aspectos supone romper con los estereotipos que se han for-mado en, y que han marcado, nuestra historia nacio-nal.

Por eso, la ciudadanía necesita ejemplos de esa empatía para avanzar en nuestro país. Y no creo que haya mejor ejemplo de la empatía capaz de en-tender la vida del otro distinto, desde los zapatos del otro o la otra, que lo que encontramos en el Evange-lio de Jesús de Nazaret. Desde la viuda del pueblito de Naím o la mujer apresada en acto de adulterio, o desde su identificación total con los que actuaron

O P I N I Ó N

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O P I N I Ó Nhumana y solidariamente con el otro u otra diferente y pobre (Mateo 25); o sus pequeños relatos del sa-maritano bueno (Lucas 10), o del padre bondadoso que corre a recibir con brazos abiertos al hijo extra-viado (Lucas 15); el Evangelio nos da cantidades de ejemplos que sirven y pueden marcar la pauta del desarrollo de la ciudadanía hoy en el Perú. Porque la ciudadanía no se fundamente en normas o decretos o leyes, sino en la práctica humana y solidaria con el otro u otra diferente. Y al fin y al cabo tenemos que entender que sin esa práctica no hay una verdadera ciudadanía posible.

*Tomado de http://casariccisj.blogspot.pe/2016/09/ciudada-

nia-que-es-y-sobretodo-como-se.html

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SOBRE LA AYUDA HUMANITARIA EN EL BAJO MARAÑÓN: DIEZ PUNTOS PARA ACTUAR RÁPI-DAMENTE Y PENSAR DESPACIO

Manolo Berjón y Miguel Angel Cadenas*

Después de un derrame, como los sufridos en las comunidades nativas de Monterrico y Nueva Alianza, en el distrito de Urarinas, provincia y depar-tamento de Loreto, en el área de amortiguamiento de la Reserva Nacional Pacaya Samiria, en setiem-bre 2016, es necesario proporcionar agua, sobre todo agua, pero también alimentos y medicinas. Ahora bien, es preciso intervenir rápido y realizar una re-flexión más en profundidad. Cuando se entregó ayu-da humanitaria, como en Cuninico, sólo se ha repar-tido para calmar los ánimos y disminuir la protesta. Esto nos parece un error, porque no tiene en cuenta las percepciones locales. Por lo tanto, hay una direc-ción de ida, pero no de ida y vuelta: una alimenta-ción, medicina… culturalmente occidental, no inter-cultural.

Desidia es la palabra que utilizamos para in-dicar que a pesar de haber pasado más de un mes del derrame en Nueva Alianza, no han recibido ni una gota de agua. De igual modo Monterrico. Este despropósito sólo aumenta los niveles de rabia, esa que después les da miedo a los mandatarios. Sólo se nos ocurren un par de explicaciones a esta inacción: por un lado, discriminación: no nos conmueve el do-lor de los otros, menos cuando son indígenas; por otro lado, si no sale en los medios de comunicación, no existen.

1. La ayuda humanitaria debe ser insertada en un relato más amplio. No es un concierto de rock tipo “Aid for Africa”, que sólo sirve para que las estrellas brillen, pero no para solucionar la crisis humanitaria. Es preciso un relato más amplio que se sostenga en el tiempo y que nos lleve a pensar en una ciudadanía consciente. No olvidemos que en demasiadas opor-tunidades termina por convertirse en un “don que hiere”.

2. La ayuda humanitaria tiene un tiempo de-terminado. Ahora necesitan agua, alimentos, me-dicinas… Hay que pensar en la post-ayuda. De ahí la importancia de un relato más amplio. Pasada la emergencia continúan necesitando agua potable, algo de lo que carecen la amplia mayoría de las co-munidades. Recordamos de pasada que uno de los

índices para medir los niveles de pobreza es el acceso al agua potable.

3. Es preciso abordar bien los temas. El agua está matizada culturalmente. Desde la escuela nos di-cen que el agua es incolora, inodora e insípida. Pero los kukama consideran que el agua debe tener sa-bor (a agua, que los occidentales podemos identi-ficar cuando tomamos agua en estas comunidades con una mezcla de sabor entre barro y río), algo de color (tirando a marrón si proviene del Marañón o a oscuro si es de quebrada) y algo de olor (a río o quebrada).

4. Los alimentos tampoco son ingenuos. Detrás está el cambio alimentario. Son las madres las que introducen los sabores a sus hijos. Y los sabores nue-vos siempre son difíciles de digerir. Hay que tenerlo en cuenta. Es necesario conocer lo que se entiende por “comida”, “comida verdadera” en las comuni-dades. Por ejemplo, el atún se puede comer un día, pero una dieta sostenida en el atún no es “comida verdadera”. De ahí a que se rechace, va un paso. Y es posible que termine malvendiéndose en alguno de los mercados urbanos. Pero también es necesario anotar que los niveles de mercurio en atún es alto.

5. La comida vehicula afectos. Cuando las ma-dres de familia alimentan a sus hijos no los nutren únicamente, sino que está incluido en una suerte de cuidado que establece lazos muy fuertes. Por tanto, es preciso que cada madre cocine para sus hijos. (Ya podemos percibir el daño que causa Qali Warma).

6. Surgen nuevas consecuencias indeseadas: la basura. Enlatados, botellas, plásticos… que llegan a las comunidades y no hay lugar donde depositarla. Es un problema gravísimo en selva baja donde ni si-quiera la ciudad de Iquitos tiene un relleno sanitario en condiciones de ley. ¡Una vergüenza!

7. No puede haber ayuda humanitaria sin aten-ción en salud. Sarpullidos, diarreas… y las enferme-dades propias de estos casos deben ser atendidas con rapidez. Pero no es suficiente. La salud no es única-mente ausencia de enfermedad. Se precisa atención especializada. El Centro de Salud más cercano a Monterrico y Nueva Alianza dista 3 ó 4 horas de ba-jada y 5 ó 6 de surcada. Ningún doctor les visita: ni semanal ni mensual, ni semestralmente.

8. Un derrame de crudo supone un impacto gra-vísimo a la humanidad de estas comunidades: es impactado su medio ambiente, su pesca como

O P I N I Ó N

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modo de vida, su cosmología, sus relaciones sociales con la cantidad de gente extraña que llega a la co-munidad, aumentan los niveles de stress… Por tanto, es preciso información de calidad, acompañamiento en salud mental. Añadimos una atención a los niños y niñas que sufren viendo a sus padres preocupados y no comprenden lo que está pasando. Salud mental intercultural, ¡por si acaso!

9. Es impensable que se esté de acuerdo en dis-tribuir la ayuda humanitaria y no haya datos oficiales de las comunidades: cuántas comunida-des hay, dónde están situadas, cómo se llega a ellas, cuánta población diferenciada por edades y sexo tienen, situación cultural… Es impensable. Esto sólo refleja una desatención y desmembración del Esta-do brutal. Y una falta de interés político en la ayu-da humanitaria, aunque nadie en su sano juicio se atreva a cuestionar. Es más fácil, para el Perú, enviar algún avión de ayuda humanitaria a cualquier lugar del mundo que precise de ayuda humanitaria, que atender la crisis humanitaria de las poblaciones afec-tadas por la actividad petrolera.

10. Regresamos al relato. En nuestra opinión no se trata de ofrecer ayuda humanitaria y olvidar-se. Al contrario, debe servir para trabajar por una ciudadanía consciente. De no ser así, será contrapro-ducente.

En junio 2014, sucedió el derrame de petróleo en Cu-ninico. En aquella oportunidad se distribuyeron agua y alimentos. La gente interiorizó que el agua de la quebrada y del río está contaminada y no se puede tomar. ¿Y al concluir la ayuda? Continúan tomando agua del río, pero ahora con la percepción de que está contaminada. Una ayuda humanitaria puntual, sin estar insertada en un relato más amplio, no crea ciudadanía y hace daño.

Nueva Alianza y Monterrico han tenido un derrame en setiembre 2016, todavía no han recibido ayuda humanitaria. Pero han interiorizado, a partir de Cu-ninico, que cuando sucede un desastre de este tipo hay que recibir agua y alimentos, que no llegan. Los niveles de stress se disparan. La compañía, la con-fianza, la cercanía de las autoridades pudieran hacer mucho más llevadera esta crisis humanitaria. En esto nos jugamos el sentido de lo humano y el concepto de comunidad, si es que significa algo todavía.

Sigamos la ruta de abajo hacia arriba, con las comu-nidades intermedias: San Pedro (derrame en noviem-

bre 2014), Cuninico (derrame en junio 2014), Urarinas, Nueva Santa Rosa de Urarinas, Nueva Alianza (de-rrame en setiembre 2016) y Monterrico (derrame en setiembre 2016). Como podemos ver, Urarinas y Nue-va Santa Rosa están en medio de los derrames. ¿Y las comunidades que están en la otra orilla del Marañón como San Antonio, San Francisco y las demás?

Terminamos sugiriendo que tiene que haber una “ayuda humanitaria diferenciada” por comunidad. Todos han sido impactados, pero no todos en la mis-ma medida. De ahí lo de “diferenciada”. Y propone-mos, para concluir, que el distrito de Urarinas, desde Saramurillo - San José de Saramuro aguas arriba, de-bería ser declarado en emergencia ambiental y social.

Pudiera dar la sensación que con todos estos puntos es difícil intervenir. Cierto, es difícil, pero hay que ha-cerlo. Pretendemos contribuir a la reflexión común y ayudarnos a todos a intervenir de la forma más ade-cuada. Por tanto, estamos abiertos a críticas que sir-van para mejorar el interés común. Es probable que sucedan más derrames. Deberíamos ir aprendiendo algo. No podemos actuar en todos con sorpresa, como si fuera la primera vez. [Cabe señalar que involucrar a las comunidades en el monitoreo del Oleoducto es impostergable].

Somos conscientes que el gobierno es nuevo y necesita tiempo. Pero, señores, esto no es cuestión de gobierno, es política de Estado.

[Nota: Saramurillo representa, en nuestra opinión, un gran desafío. Ya tenemos redactada una nota que pronto distribuiremos].

*Fuente: Publicado el 8 de octubre en el blog La Candela del Ojo:http://lacandeladelojo.blogspot.

pe/2016/10/sobre-la-ayuda-humanitaria-en-el-bajo.html?m=1