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Año III, Número 31, 2da. quincena de marzo de 2012 * Reincidente no incluye sección de Sociales L a Liga Comunista 23 de Septiembre destacó no solo por sus espectaculares acciones militares, sino por varias características que la distinguieron de las demás organizaciones: A su interior coincidieron tres de las corrientes más importantes de la izquierda en ese momento: exmi- litantes de la Juventud Comunista, los cuales se ha- bían escindido de la Juventud desde el año de 1970; exintegrantes del espartaquismo y un grupo de cris- tianos partidarios de la teología de la liberación. La Liga agrupó inicialmente a siete organizaciones y a mediados de 1973 se integró otra más. Tales agru- pamientos tenían trabajo en nueve estados del país y con su unificación se dio un paso importante por acabar con la dispersión que existía dentro del movi- miento armado, bajo una dirección altamente centra- lizada. Desde un principio, la Liga publicó el periódico clan- destino Madera, del que llegó a editar 53 números. Las organizaciones que dieron vida a la Liga Comu- nista 23 de Septiembre fueron: Procesos. Grupo conformado por exmilitantes de la Juventud Comunista de México, escindidos en 1970, du- rante el III Congreso de la JC. El documento base de la separación llamado Un deslinde necesario critica a la di- rección del PCM. Movimiento Estudiantil Profesional (MEP). Gru- po socialcristiano que apoyaba sus tesis en la Teología de la Liberación y cuya figura más importante sería Ignacio Salas Obregón. El MEP desarrolló parte de su labor so- cial en Nuevo León, donde coinciden con el trabajo de Zavala y la JC. Movimiento de Acción Revolucionaria-23 de Sep- tiembre (MAR-23S). Surgidos de los restos del grupo popular Guerrillero Arturo Gámiz, del Movimiento-23 de Septiembre, en 1972 al unirse con una fracción del Movimiento de Acción Revolucionaria (MAR), consti- tuyeron el MAR-23S. Operaban en Chihuahua, Duran- go, Guadalajara y el Distrito Federal. Federación de Estudiantes Universitarios de Si- naloa “Los Enfermos”. Sus principales dirigentes fue- ron Camilo Valenzuela Fierro, Eleazar Salinas Olea, Francisco Rivera (Chicano), Antonio Leal Medina, Jesús Zambrano, Guillermo Juangorena Tamayo, Sergio Hira- les Morán (Pachis), José Antonio León Mendívil, David Moreno Lizárraga, Andrés Ayala (El Rayo), Jorge Luna Lujano, Antonio Medina Anda y Ángel Gutiérrez. Fue- ron, en su momento, destacados activistas estudiantiles. Los Guajiros. Procedentes del movimiento estu- diantil de 1968 y activistas de Chihuahua, su dirigente era Leopoldo Angulo Lucke y el “General” o “Mathus” del comité de lucha de la ESIME-IPN, y representante de la Liga en el Cuadrilátero de Oro. Sus centros de ope- ración estuvieron en el Distrito Federal y Baja California. Frente Estudiantil Revolucionario (FER). Grupo de la Universidad de Guadalajara surgido de un inten- to de democratización de esa institución que chocó con la Federación de Estudiantes de Guadalajara (FEG) y el gobierno de Jalisco. Comandos “Lacandones” y “Patria o Muerte”. In- tegrados por antiguos activistas de los Comités de lucha del IPN, la UNAM, y otras escuelas superiores, operaban en Ciudad Juárez, Chihuahua y el Distrito Federal; sus principales dirigentes eran Carlos Salcedo García y Mi- guel Domínguez Rodríguez. Los Macías. Su origen se encuentra en el Movi- miento Espartaquista Revolucionario (MER). En abril de 1973 se suman a la Liga Comunista 23 de Septiembre. Sus dirigentes eran: Edmundo Medina (Arturo), Salva- dor Corral y Elías Orozco (Ulises). Su principal base so- cial estaba en la preparatoria de Navojoa, donde era di- rector Francisco Corral, hermano de Salvador. Antes de la fundación de la Liga, los esfuerzos origi- nales por construir una organización unificada estuvieron a cargo de Diego Lucero y Raúl Ramos Zavala, dirigen- tes de Los Guajiros y Los Procesos, respectivamente. Sin embargo, ambos no vieron la culminación de su obra: el primero fue asesinado el 15 de enero de 1972, mientras que Raúl Ramos murió en la ciudad de México en un enfrentamiento con la policía, el 6 de febrero de 1972. El 15 de marzo de 1973 dio inicio la primera reu- nión de los grupos que se fusionarían para dar origen a la LC23S. En una casa alquilada en Guadalajara por Fer- nando Salinas Mora del FER, los participantes decidie- ron disolver sus organizaciones para dar lugar a un nuevo proyecto integral, orientado a la lucha armada socialista. La reunión dio como resultado la fundación de una or- ganización nacional que adoptó el documento “Las Cues- tiones Fundamentales del Movimiento Revolucionario en México” de Ignacio Salas Obregón, como documen- to fundacional y expresión de sus planteamientos políticos e ideológicos; la creación de un periódico nacional, y la constitución de una estructura orgánica única y una di- rección nacional denominada Coordinadora Nacional, con un Buró Político y un Buró Militar. El Buró Político que- dó integrado por Ignacio Salas Obregón, Ignacio Olivares Torres, José Ángel García, Rodolfo Gómez y Manuel Gá- miz García. En buena medida concluyó así un periodo de dispersión de los incipientes grupos armados. En esa misma ocasión, se vio la necesidad de tras- cender el ámbito urbano y se estableció relación con el grupo rural más importante en ese momento: el Partido de los Pobres. Pero el intento fracasó por el vanguardis- mo imperante en la Liga y una soterrada disputa por el liderazgo del movimiento armado. En los meses posteriores a la primera reunión de la Liga, se desarrollaron espectaculares acciones milita- res como el intento de secuestro (17 se septiembre de 1973) del dirigente principal de la burguesía de Monte- rrey, Eugenio Garza Sada, que pretendía la liberación de presos políticos, obtener recursos monetarios y difundir un manifiesto en los principales medios de información que marcaría la aparición pública nacional de la flaman- te organización; sin embargo, el secuestro terminó con la muerte del industrial, de su chofer, de su guardaespal- das y de dos guerrilleros del comando. Posteriormente, se dieron además, por parte de la Liga, los secuestros (8 de octubre de 1973) en la ciudad de Guadalajara, del cónsul británico Anthony Duncan Williams y del empresario Fernando Aranguren Castillo, pidiendo veinticinco mi- llones de pesos y la liberación de cuarenta presos políti- cos. Como la respuesta del Gobierno fue contundente: “El gobierno no pacta con criminales”, la dirección de la Liga ordenó la liberación de Duncan Williams, pero no la de Aranguren Castillo, que fue ejecutado. Mientras en Sinaloa, la Liga preparaba una gran Jor- nada Revolucionaria para “adiestrar a las masas en el arte de la insurrección”, ya que consideraba que existía un cli- ma de preinsurrección por la movilización popular en ese estado. La llamó el Asalto al Cielo. La Jornada Revolucionaria se realizó el 16 de ene- ro de 1974 con intensas movilizaciones: en los campos pararon 30 mil trabajadores agrícolas y en las ciudades miles de obreros, como los de la construcción; a la vez, se dieron enfrentamientos con la policía judicial, secuestros de camiones y desarme de agentes por las brigadas estu- diantiles y obreras, así como el asalto al banco de armas de la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos. Otras acciones fueron las tomas de empacadoras, fábricas y campos en el Valle de Culiacán, enfrentamientos con capataces, guardias blancas, judiciales y el ejército. Estas acciones de masas fueron seguidas por una ofensiva gu- bernamental a fondo: 4 mil efectivos del Ejército fueron enviados a Sinaloa y el movimiento Enfermo fue golpea- do severamente con cerca de cien bajas, entre muertos, desaparecidos y presos. Culiacán quedó prácticamente bajo control de las fuerzas armadas. Sin embargo, el Buró Político de la Liga hizo un balance positivo y determinó realizar una segunda jornada insurrec- cional para el primero de mayo, que no se llevó a cabo por la desarticulación que sufrió la organización en el estado de Sinaloa y las contradicciones que se gestaban en el seno de la Liga, preámbulo de la rectificación de una parte de sus mi- litantes, quienes abandonaron la vía armada meses después. La segunda reunión de la dirección nacional de la Liga se centró en “combatir al oportunismo pequeño- burgués” alojado en el seno de su organización; el ene- migo ya no eran los partidos y organizaciones de la iz- quierda tradicional ni las otras organizaciones político- militares, sino que se encontraba entre ellos, producto de sus diferentes orígenes, de los heterogéneos métodos de trabajo y las diversas visiones de la realidad. Enton- ces, algunos compañeros se aventuraron tímidamente a cuestionar el rumbo que había tomado la Liga, mien- tras otros más lo defendieron a raja tabla. Sin embar- go, continuaron las acciones militares: la emboscada a la escolta militar de resguardo del tren que hacía su re- corrido Puebla-México, el 14 de febrero de 1974, así como la recuperación de fusiles FAL en Guadalajara, son muestras de ello. La agudización de la represión por parte del Estado no se hizo esperar y tocó a todas las organizaciones ar- madas. Pero la Liga llevó la peor parte al encontrarse ase- diada desde dos flancos: en lo interno, las discrepancias la tenían al borde de la dispersión de sus militantes y, en lo externo, la represión devoró a sus mejores cuadros. Se cal- cula que esta organización sufrió más de 200 detenidos- desaparecidos en esos momentos. El fracaso no significó la desaparición del MAS: ni la solución militar por parte del Gobierno propició lle- var la lucha a otros terrenos, ni el reconocimiento de los propios errores del movimiento armado hicieron que éste rectificara en su conjunto. Al contrario, la lucha se hizo más virulenta en los años siguientes. * El autor se integró al grupo Lacandones en 1972 y fue miembro fundador de la Liga Comunista 23 de Septiem- bre. Estuvo preso de 1975 a 1979. Actualmente, es inves- tigador del Centro de Investigaciones Históricas de los Movimientos Sociales A. C. José Luis Moreno Borbolla* Año III, Número 31, 2da. quincena de marzo de 2012 * Reincidente no incluye sección de Sociales * Reincidente no incluye sección de Sociales L a Liga Comunista 23 de Septiembre destacó no solo por sus espectaculares acciones militares, sino por varias características que la distinguieron de las demás organizaciones: A su interior coincidieron tres de las corrientes más importantes de la izquierda en ese momento: exmi- litantes de la Juventud Comunista, los cuales se ha- bían escindido de la Juventud desde el año de 1970; exintegrantes del espartaquismo y un grupo de cris- tianos partidarios de la teología de la liberación. La Liga agrupó inicialmente a siete organizaciones y a mediados de 1973 se integró otra más. Tales agru- pamientos tenían trabajo en nueve estados del país y con su unificación se dio un paso importante por acabar con la dispersión que existía dentro del movi- miento armado, bajo una dirección altamente centra- lizada. Desde un principio, la Liga publicó el periódico clan- destino Madera, del que llegó a editar 53 números. Las organizaciones que dieron vida a la Liga Comu- nista 23 de Septiembre fueron: Procesos. Grupo conformado por exmilitantes de la Juventud Comunista de México, escindidos en 1970, du- rante el III Congreso de la JC. El documento base de la separación llamado Un deslinde necesario critica a la di- rección del PCM. Movimiento Estudiantil Profesional (MEP). Gru- po socialcristiano que apoyaba sus tesis en la Teología de la Liberación y cuya figura más importante sería Ignacio Salas Obregón. El MEP desarrolló parte de su labor so- cial en Nuevo León, donde coinciden con el trabajo de Zavala y la JC. Movimiento de Acción Revolucionaria-23 de Sep- tiembre (MAR-23S). Surgidos de los restos del grupo popular Guerrillero Arturo Gámiz, del Movimiento-23 de Septiembre, en 1972 al unirse con una fracción del Movimiento de Acción Revolucionaria (MAR), consti- tuyeron el MAR-23S. Operaban en Chihuahua, Duran- go, Guadalajara y el Distrito Federal. Federación de Estudiantes Universitarios de Si- naloa “Los Enfermos”. Sus principales dirigentes fue- ron Camilo Valenzuela Fierro, Eleazar Salinas Olea, Francisco Rivera (Chicano), Antonio Leal Medina, Jesús Zambrano, Guillermo Juangorena Tamayo, Sergio Hira- les Morán (Pachis), José Antonio León Mendívil, David Moreno Lizárraga, Andrés Ayala (El Rayo), Jorge Luna Lujano, Antonio Medina Anda y Ángel Gutiérrez. Fue- ron, en su momento, destacados activistas estudiantiles. Los Guajiros. Procedentes del movimiento estu- diantil de 1968 y activistas de Chihuahua, su dirigente era Leopoldo Angulo Lucke y el “General” o “Mathus” del comité de lucha de la ESIME-IPN, y representante de la Liga en el Cuadrilátero de Oro. Sus centros de ope- ración estuvieron en el Distrito Federal y Baja California. Frente Estudiantil Revolucionario(FER). Grupo de la Universidad de Guadalajara surgido de un inten- to de democratización de esa institución que chocó con la Federación de Estudiantes de Guadalajara (FEG) y el gobierno de Jalisco. Comandos “Lacandones” y “Patria o Muerte”. In- tegrados por antiguos activistas de los Comités de lucha del IPN, la UNAM, y otras escuelas superiores, operaban en Ciudad Juárez, Chihuahua y el Distrito Federal; sus principales dirigentes eran Carlos Salcedo García y Mi- guel Domínguez Rodríguez. Los Macías. Su origen se encuentra en el Movi- miento Espartaquista Revolucionario (MER). En abril de 1973 se suman a la Liga Comunista 23 de Septiembre. Sus dirigentes eran: Edmundo Medina (Arturo), Salva- dor Corral y Elías Orozco (Ulises). Su principal base so- cial estaba en la preparatoria de Navojoa, donde era di- rector Francisco Corral, hermano de Salvador. Antes de la fundación de la Liga, los esfuerzos origi- nales por construir una organización unificada estuvieron a cargo de Diego Lucero y Raúl Ramos Zavala, dirigen- tes de Los Guajiros y Los Procesos, respectivamente. Sin embargo, ambos no vieron la culminación de su obra: el primero fue asesinado el 15 de enero de 1972, mientras que Raúl Ramos murió en la ciudad de México en un enfrentamiento con la policía, el 6 de febrero de 1972. El 15 de marzo de 1973 dio inicio la primera reu- nión de los grupos que se fusionarían para dar origen a la LC23S. En una casa alquilada en Guadalajara por Fer- nando Salinas Mora del FER, los participantes decidie- ron disolver sus organizaciones para dar lugar a un nuevo proyecto integral, orientado a la lucha armada socialista. La reunión dio como resultado la fundación de una or- ganización nacional que adoptó el documento “Las Cues- tiones Fundamentales del Movimiento Revolucionario en México” de Ignacio Salas Obregón, como documen- to fundacional y expresión de sus planteamientos políticos e ideológicos; la creación de un periódico nacional, y la constitución de una estructura orgánica única y una di- rección nacional denominada Coordinadora Nacional, con un Buró Político y un Buró Militar. El Buró Político que- dó integrado por Ignacio Salas Obregón, Ignacio Olivares Torres, José Ángel García, Rodolfo Gómez y Manuel Gá- miz García. En buena medida concluyó así un periodo de dispersión de los incipientes grupos armados. En esa misma ocasión, se vio la necesidad de tras- cender el ámbito urbano y se estableció relación con el grupo rural más importante en ese momento: el Partido de los Pobres. Pero el intento fracasó por el vanguardis- mo imperante en la Liga y una soterrada disputa por el liderazgo del movimiento armado. En los meses posteriores a la primera reunión de la Liga, se desarrollaron espectaculares acciones milita- res como el intento de secuestro (17 se septiembre de 1973) del dirigente principal de la burguesía de Monte- rrey, Eugenio Garza Sada, que pretendía la liberación de presos políticos, obtener recursos monetarios y difundir un manifiesto en los principales medios de información que marcaría la aparición pública nacional de la flaman- te organización; sin embargo, el secuestro terminó con la muerte del industrial, de su chofer, de su guardaespal- das y de dos guerrilleros del comando. Posteriormente, se dieron además, por parte de la Liga, los secuestros (8 de octubre de 1973) en la ciudad de Guadalajara, del cónsul británico Anthony Duncan Williams y del empresario Fernando Aranguren Castillo, pidiendo veinticinco mi- llones de pesos y la liberación de cuarenta presos políti- cos. Como la respuesta del Gobierno fue contundente: “El gobierno no pacta con criminales”, la dirección de la Liga ordenó la liberación de Duncan Williams, pero no la de Aranguren Castillo, que fue ejecutado. Mientras en Sinaloa, la Liga preparaba una gran Jor- nada Revolucionariapara “adiestrar a las masas en el arte de la insurrección”, ya que consideraba que existía un cli- ma de preinsurrección por la movilización popular en ese estado. La llamó el Asalto al Cielo. La Jornada Revolucionaria se realizó el 16 de ene- ro de 1974 con intensas movilizaciones: en los campos pararon 30 mil trabajadores agrícolas y en las ciudades miles de obreros, como los de la construcción; a la vez, se dieron enfrentamientos con la policía judicial, secuestros de camiones y desarme de agentes por las brigadas estu- diantiles y obreras, así como el asalto al banco de armas de la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos. Otras acciones fueron las tomas de empacadoras, fábricas y campos en el Valle de Culiacán, enfrentamientos con capataces, guardias blancas, judiciales y el ejército. Estas acciones de masas fueron seguidas por una ofensiva gu- bernamental a fondo: 4 mil efectivos del Ejército fueron enviados a Sinaloa y el movimiento Enfermofue golpea- do severamente con cerca de cien bajas, entre muertos, desaparecidos y presos. Culiacán quedó prácticamente bajo control de las fuerzas armadas. Sin embargo, el Buró Político de la Liga hizo un ba- lance positivo y determinó realizar una segunda jornada insurreccional para el primero de mayo, que no se llevó a cabo por la desarticulación que sufrió la organización en el estado de Sinaloa y las contradicciones que se gestaban en el seno de la Liga, preámbulo de la rectificación de una parte de sus militantes, quienes abandonaron la vía arma- da meses después. La segunda reunión de la dirección nacional de la Liga se centró en “combatir al oportunismo pequeño- burgués” alojado en el seno de su organización; el ene- migo ya no eran los partidos y organizaciones de la iz- quierda tradicional ni las otras organizaciones político- militares, sino que se encontraba entre ellos, producto de sus diferentes orígenes, de los heterogéneos métodos de trabajo y las diversas visiones de la realidad. Enton- ces, algunos compañeros se aventuraron tímidamente a cuestionar el rumbo que había tomado la Liga, mien- tras otros más lo defendieron a raja tabla. Sin embar- go, continuaron las acciones militares: la emboscada a la escolta militar de resguardo del tren que hacía su re- corrido Puebla-México, el 14 de febrero de 1974, así como la recuperación de fusiles FAL en Guadalajara, son muestras de ello. La agudización de la represión por parte del Estado no se hizo esperar y tocó a todas las organizaciones ar- madas. Pero la Liga llevó la peor parte al encontrarse ase- diada desde dos flancos: en lo interno, las discrepancias la tenían al borde de la dispersión de sus militantes y, en lo externo, la represión devoró a sus mejores cuadros. Se cal- cula que esta organización sufrió más de 200 detenidos- desaparecidos en esos momentos. El fracaso no significó la desaparición del MAS: ni la solución militar por parte del Gobierno propició lle- var la lucha a otros terrenos, ni el reconocimiento de los propios errores del movimiento armado hicieron que éste rectificara en su conjunto. Al contrario, la lucha se hizo más virulenta en los años siguientes. * El autor se integró al grupo Lacandones en 1972 y fue miembro fundador de la Liga Comunista 23 de Septiem- bre. Estuvo preso de 1975 a 1979. Actualmente, es inves- tigador del Centro de Investigaciones Históricas de los Movimientos Sociales A. C. José Luis Moreno Borbolla* Esta organización político-militar fundada en el mes de marzo de 1973, fue la más importante agrupación del movimiento armado socialista en todo el periodo que estuvo activa (1973-1982). Esta organización político-militar fundada en el mes de marzo de 1973, fue la más importante agrupación del movimiento armado socialista en todo el periodo que estuvo activa (1973-1982). MOVIMIENTO ARMADO SOCIALISTA (y III) José Luis Moreno Borbolla Arturo Rivas Jiménez Antonio Orozco Michel DESDE LA FACULTAD Mariano Torres Bautista ENGAÑO Enrique Condés Lara DICCIONARIO (poblano) DEL DIABLO Humberto Sotelo Mendoza FRANTASÍAS José Fragoso Cervón REINCIGRAMA Fernando Contreras ARITMOMANÍA Gabriela Breña ZOOCIEDAD LUCHADORES Josefina Vázquez Mota

Reincidente 31

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La 23 de septiembre llevó la peor parte. Esta organización político-militar fundada en el mes de marzo de 1973, fue la más importante agrupación del movimiento socialista en la década de los setentas…

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Page 1: Reincidente 31

Año III, Número 31, 2da. quincena de marzo de 2012

* Reincidente no incluye sección de Sociales* Reincidente no incluye sección de Sociales

La Liga Comunista 23 de Septiembre destacó no solo por sus espectaculares acciones militares, sino por varias características que la distinguieron de

las demás organizaciones:

A su interior coincidieron tres de las corrientes más importantes de la izquierda en ese momento: exmi-litantes de la Juventud Comunista, los cuales se ha-bían escindido de la Juventud desde el año de 1970; exintegrantes del espartaquismo y un grupo de cris-tianos partidarios de la teología de la liberación.

La Liga agrupó inicialmente a siete organizaciones y a mediados de 1973 se integró otra más. Tales agru-pamientos tenían trabajo en nueve estados del país y con su unificación se dio un paso importante por acabar con la dispersión que existía dentro del movi-miento armado, bajo una dirección altamente centra-lizada.

Desde un principio, la Liga publicó el periódico clan-destino Madera, del que llegó a editar 53 números.

Las organizaciones que dieron vida a la Liga Comu-nista 23 de Septiembre fueron:

Procesos. Grupo conformado por exmilitantes de la Juventud Comunista de México, escindidos en 1970, du-rante el III Congreso de la JC. El documento base de la separación llamado Un deslinde necesario critica a la di-rección del PCM.

Movimiento Estudiantil Profesional (MEP). Gru-po socialcristiano que apoyaba sus tesis en la Teología de la Liberación y cuya figura más importante sería Ignacio Salas Obregón. El MEP desarrolló parte de su labor so-cial en Nuevo León, donde coinciden con el trabajo de Zavala y la JC.

Movimiento de Acción Revolucionaria-23 de Sep-tiembre (MAR-23S). Surgidos de los restos del grupo popular Guerrillero Arturo Gámiz, del Movimiento-23 de Septiembre, en 1972 al unirse con una fracción del Movimiento de Acción Revolucionaria (MAR), consti-tuyeron el MAR-23S. Operaban en Chihuahua, Duran-go, Guadalajara y el Distrito Federal.

Federación de Estudiantes Universitarios de Si-naloa “Los Enfermos”. Sus principales dirigentes fue-ron Camilo Valenzuela Fierro, Eleazar Salinas Olea, Francisco Rivera (Chicano), Antonio Leal Medina, Jesús Zambrano, Guillermo Juangorena Tamayo, Sergio Hira-les Morán (Pachis), José Antonio León Mendívil, David Moreno Lizárraga, Andrés Ayala (El Rayo), Jorge Luna Lujano, Antonio Medina Anda y Ángel Gutiérrez. Fue-ron, en su momento, destacados activistas estudiantiles.

Los Guajiros. Procedentes del movimiento estu-diantil de 1968 y activistas de Chihuahua, su dirigente era Leopoldo Angulo Lucke y el “General” o “Mathus” del comité de lucha de la ESIME-IPN, y representante de la Liga en el Cuadrilátero de Oro. Sus centros de ope-ración estuvieron en el Distrito Federal y Baja California.

Frente Estudiantil Revolucionario (FER). Grupo de la Universidad de Guadalajara surgido de un inten-to de democratización de esa institución que chocó con la Federación de Estudiantes de Guadalajara (FEG) y el gobierno de Jalisco.

Comandos “Lacandones” y “Patria o Muerte”. In-tegrados por antiguos activistas de los Comités de lucha del IPN, la UNAM, y otras escuelas superiores, operaban

en Ciudad Juárez, Chihuahua y el Distrito Federal; sus principales dirigentes eran Carlos Salcedo García y Mi-guel Domínguez Rodríguez.

Los Macías. Su origen se encuentra en el Movi-miento Espartaquista Revolucionario (MER). En abril de 1973 se suman a la Liga Comunista 23 de Septiembre. Sus dirigentes eran: Edmundo Medina (Arturo), Salva-dor Corral y Elías Orozco (Ulises). Su principal base so-cial estaba en la preparatoria de Navojoa, donde era di-rector Francisco Corral, hermano de Salvador.

Antes de la fundación de la Liga, los esfuerzos origi-nales por construir una organización unificada estuvieron a cargo de Diego Lucero y Raúl Ramos Zavala, dirigen-tes de Los Guajiros y Los Procesos, respectivamente. Sin embargo, ambos no vieron la culminación de su obra: el primero fue asesinado el 15 de enero de 1972, mientras que Raúl Ramos murió en la ciudad de México en un enfrentamiento con la policía, el 6 de febrero de 1972.

El 15 de marzo de 1973 dio inicio la primera reu-nión de los grupos que se fusionarían para dar origen a la LC23S. En una casa alquilada en Guadalajara por Fer-nando Salinas Mora del FER, los participantes decidie-ron disolver sus organizaciones para dar lugar a un nuevo proyecto integral, orientado a la lucha armada socialista.

La reunión dio como resultado la fundación de una or-ganización nacional que adoptó el documento “Las Cues-tiones Fundamentales del Movimiento Revolucionario en México” de Ignacio Salas Obregón, como documen-to fundacional y expresión de sus planteamientos políticos e ideológicos; la creación de un periódico nacional, y la constitución de una estructura orgánica única y una di-rección nacional denominada Coordinadora Nacional, con un Buró Político y un Buró Militar. El Buró Político que-dó integrado por Ignacio Salas Obregón, Ignacio Olivares Torres, José Ángel García, Rodolfo Gómez y Manuel Gá-miz García. En buena medida concluyó así un periodo de dispersión de los incipientes grupos armados.

En esa misma ocasión, se vio la necesidad de tras-cender el ámbito urbano y se estableció relación con el grupo rural más importante en ese momento: el Partido de los Pobres. Pero el intento fracasó por el vanguardis-mo imperante en la Liga y una soterrada disputa por el liderazgo del movimiento armado.

En los meses posteriores a la primera reunión de la Liga, se desarrollaron espectaculares acciones milita-res como el intento de secuestro (17 se septiembre de 1973) del dirigente principal de la burguesía de Monte-rrey, Eugenio Garza Sada, que pretendía la liberación de presos políticos, obtener recursos monetarios y difundir un manifiesto en los principales medios de información que marcaría la aparición pública nacional de la flaman-te organización; sin embargo, el secuestro terminó con la muerte del industrial, de su chofer, de su guardaespal-das y de dos guerrilleros del comando. Posteriormente, se dieron además, por parte de la Liga, los secuestros (8 de octubre de 1973) en la ciudad de Guadalajara, del cónsul británico Anthony Duncan Williams y del empresario Fernando Aranguren Castillo, pidiendo veinticinco mi-llones de pesos y la liberación de cuarenta presos políti-cos. Como la respuesta del Gobierno fue contundente: “El gobierno no pacta con criminales”, la dirección de la Liga ordenó la liberación de Duncan Williams, pero no la de Aranguren Castillo, que fue ejecutado.

Mientras en Sinaloa, la Liga preparaba una gran Jor-

nada Revolucionaria para “adiestrar a las masas en el arte de la insurrección”, ya que consideraba que existía un cli-ma de preinsurrección por la movilización popular en ese estado. La llamó el Asalto al Cielo.

La Jornada Revolucionaria se realizó el 16 de ene-ro de 1974 con intensas movilizaciones: en los campos pararon 30 mil trabajadores agrícolas y en las ciudades miles de obreros, como los de la construcción; a la vez, se dieron enfrentamientos con la policía judicial, secuestros de camiones y desarme de agentes por las brigadas estu-diantiles y obreras, así como el asalto al banco de armas de la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos. Otras acciones fueron las tomas de empacadoras, fábricas y campos en el Valle de Culiacán, enfrentamientos con capataces, guardias blancas, judiciales y el ejército. Estas acciones de masas fueron seguidas por una ofensiva gu-bernamental a fondo: 4 mil efectivos del Ejército fueron enviados a Sinaloa y el movimiento Enfermo fue golpea-do severamente con cerca de cien bajas, entre muertos, desaparecidos y presos. Culiacán quedó prácticamente bajo control de las fuerzas armadas.

Sin embargo, el Buró Político de la Liga hizo un balance positivo y determinó realizar una segunda jornada insurrec-cional para el primero de mayo, que no se llevó a cabo por la desarticulación que sufrió la organización en el estado de Sinaloa y las contradicciones que se gestaban en el seno de la Liga, preámbulo de la rectificación de una parte de sus mi-litantes, quienes abandonaron la vía armada meses después.

La segunda reunión de la dirección nacional de la Liga se centró en “combatir al oportunismo pequeño-burgués” alojado en el seno de su organización; el ene-migo ya no eran los partidos y organizaciones de la iz-quierda tradicional ni las otras organizaciones político-militares, sino que se encontraba entre ellos, producto de sus diferentes orígenes, de los heterogéneos métodos de trabajo y las diversas visiones de la realidad. Enton-ces, algunos compañeros se aventuraron tímidamente a cuestionar el rumbo que había tomado la Liga, mien-tras otros más lo defendieron a raja tabla. Sin embar-go, continuaron las acciones militares: la emboscada a la escolta militar de resguardo del tren que hacía su re-corrido Puebla-México, el 14 de febrero de 1974, así como la recuperación de fusiles FAL en Guadalajara, son muestras de ello.

La agudización de la represión por parte del Estado no se hizo esperar y tocó a todas las organizaciones ar-madas. Pero la Liga llevó la peor parte al encontrarse ase-diada desde dos flancos: en lo interno, las discrepancias la tenían al borde de la dispersión de sus militantes y, en lo externo, la represión devoró a sus mejores cuadros. Se cal-cula que esta organización sufrió más de 200 detenidos-desaparecidos en esos momentos.

El fracaso no significó la desaparición del MAS: ni la solución militar por parte del Gobierno propició lle-var la lucha a otros terrenos, ni el reconocimiento de los propios errores del movimiento armado hicieron que éste rectificara en su conjunto. Al contrario, la lucha se hizo más virulenta en los años siguientes.

* El autor se integró al grupo Lacandones en 1972 y fue miembro fundador de la Liga Comunista 23 de Septiem-bre. Estuvo preso de 1975 a 1979. Actualmente, es inves-tigador del Centro de Investigaciones Históricas de los Movimientos Sociales A. C.

José Luis Moreno Borbolla*

Año III, Número 31, 2da. quincena de marzo de 2012

* Reincidente no incluye sección de Sociales

* Reincidente no incluye sección de Sociales

La Liga Comunista 23 de Septiembre destacó no

solo por sus espectaculares acciones militares, sino

por varias características que la distinguieron de

las demás organizaciones:

A su interior coincidieron tres de las corrientes más

importantes de la izquierda en ese momento: exmi-

litantes de la Juventud Comunista, los cuales se ha-

bían escindido de la Juventud desde el año de 1970;

exintegrantes del espartaquismo y un grupo de cris-

tianos partidarios de la teología de la liberación.

La Liga agrupó inicialmente a siete organizaciones y

a mediados de 1973 se integró otra más. Tales agru-

pamientos tenían trabajo en nueve estados del país

y con su unificación se dio un paso importante por

acabar con la dispersión que existía dentro del movi-

miento armado, bajo una dirección altamente centra-

lizada.

Desde un principio, la Liga publicó el periódico clan-

destino Madera, del que llegó a editar 53 números.

Las organizaciones que dieron vida a la Liga Comu-

nista 23 de Septiembre fueron:

Procesos. Grupo conformado por exmilitantes de la

Juventud Comunista de México, escindidos en 1970, du-

rante el III Congreso de la JC. El documento base de la

separación llamado Un deslinde necesario critica a la di-

rección del PCM.

Movimiento Estudiantil Profesional (MEP). Gru-

po socialcristiano que apoyaba sus tesis en la Teología de

la Liberación y cuya figura más importante sería Ignacio

Salas Obregón. El MEP desarrolló parte de su labor so-

cial en Nuevo León, donde coinciden con el trabajo de

Zavala y la JC.

Movimiento de Acción Revolucionaria-23 de Sep-

tiembre (MAR-23S). Surgidos de los restos del grupo

popular Guerrillero Arturo Gámiz, del Movimiento-23

de Septiembre, en 1972 al unirse con una fracción del

Movimiento de Acción Revolucionaria (MAR), consti-

tuyeron el MAR-23S. Operaban en Chihuahua, Duran-

go, Guadalajara y el Distrito Federal.

Federación de Estudiantes Universitarios de Si-

naloa “Los Enfermos”. Sus principales dirigentes fue-

ron Camilo Valenzuela Fierro, Eleazar Salinas Olea,

Francisco Rivera (Chicano), Antonio Leal Medina, Jesús

Zambrano, Guillermo Juangorena Tamayo, Sergio Hira-

les Morán (Pachis), José Antonio León Mendívil, David

Moreno Lizárraga, Andrés Ayala (El Rayo), Jorge Luna

Lujano, Antonio Medina Anda y Ángel Gutiérrez. Fue-

ron, en su momento, destacados activistas estudiantiles.

Los Guajiros. Procedentes del movimiento estu-

diantil de 1968 y activistas de Chihuahua, su dirigente

era Leopoldo Angulo Lucke y el “General” o “Mathus”

del comité de lucha de la ESIME-IPN, y representante

de la Liga en el Cuadrilátero de Oro. Sus centros de ope-

ración estuvieron en el Distrito Federal y Baja California.

Frente Estudiantil Revolucionario (FER). Grupo

de la Universidad de Guadalajara surgido de un inten-

to de democratización de esa institución que chocó con

la Federación de Estudiantes de Guadalajara (FEG) y el

gobierno de Jalisco.

Comandos “Lacandones” y “Patria o Muerte”. In-

tegrados por antiguos activistas de los Comités de lucha

del IPN, la UNAM, y otras escuelas superiores, operaban

en Ciudad Juárez, Chihuahua y el Distrito Federal; sus

principales dirigentes eran Carlos Salcedo García y Mi-

guel Domínguez Rodríguez.

Los Macías. Su origen se encuentra en el Movi-

miento Espartaquista Revolucionario (MER). En abril

de 1973 se suman a la Liga Comunista 23 de Septiembre.

Sus dirigentes eran: Edmundo Medina (Arturo), Salva-

dor Corral y Elías Orozco (Ulises). Su principal base so-

cial estaba en la preparatoria de Navojoa, donde era di-

rector Francisco Corral, hermano de Salvador.

Antes de la fundación de la Liga, los esfuerzos origi-

nales por construir una organización unificada estuvieron

a cargo de Diego Lucero y Raúl Ramos Zavala, dirigen-

tes de Los Guajiros y Los Procesos, respectivamente. Sin

embargo, ambos no vieron la culminación de su obra: el

primero fue asesinado el 15 de enero de 1972, mientras

que Raúl Ramos murió en la ciudad de México en un

enfrentamiento con la policía, el 6 de febrero de 1972.

El 15 de marzo de 1973 dio inicio la primera reu-

nión de los grupos que se fusionarían para dar origen a la

LC23S. En una casa alquilada en Guadalajara por Fer-

nando Salinas Mora del FER, los participantes decidie-

ron disolver sus organizaciones para dar lugar a un nuevo

proyecto integral, orientado a la lucha armada socialista.

La reunión dio como resultado la fundación de una or-

ganización nacional que adoptó el documento “Las Cues-

tiones Fundamentales del Movimiento Revolucionario

en México” de Ignacio Salas Obregón, como documen-

to fundacional y expresión de sus planteamientos políticos

e ideológicos; la creación de un periódico nacional, y la

constitución de una estructura orgánica única y una di-

rección nacional denominada Coordinadora Nacional, con

un Buró Político y un Buró Militar. El Buró Político que-

dó integrado por Ignacio Salas Obregón, Ignacio Olivares

Torres, José Ángel García, Rodolfo Gómez y Manuel Gá-

miz García. En buena medida concluyó así un periodo de

dispersión de los incipientes grupos armados.

En esa misma ocasión, se vio la necesidad de tras-

cender el ámbito urbano y se estableció relación con el

grupo rural más importante en ese momento: el Partido

de los Pobres. Pero el intento fracasó por el vanguardis-

mo imperante en la Liga y una soterrada disputa por el

liderazgo del movimiento armado.

En los meses posteriores a la primera reunión de la

Liga, se desarrollaron espectaculares acciones milita-

res como el intento de secuestro (17 se septiembre de

1973) del dirigente principal de la burguesía de Monte-

rrey, Eugenio Garza Sada, que pretendía la liberación de

presos políticos, obtener recursos monetarios y difundir

un manifiesto en los principales medios de información

que marcaría la aparición pública nacional de la flaman-

te organización; sin embargo, el secuestro terminó con

la muerte del industrial, de su chofer, de su guardaespal-

das y de dos guerrilleros del comando. Posteriormente, se

dieron además, por parte de la Liga, los secuestros (8 de

octubre de 1973) en la ciudad de Guadalajara, del cónsul

británico Anthony Duncan Williams y del empresario

Fernando Aranguren Castillo, pidiendo veinticinco mi-

llones de pesos y la liberación de cuarenta presos políti-

cos. Como la respuesta del Gobierno fue contundente:

“El gobierno no pacta con criminales”, la dirección de la

Liga ordenó la liberación de Duncan Williams, pero no

la de Aranguren Castillo, que fue ejecutado.

Mientras en Sinaloa, la Liga preparaba una gran Jor-

nada Revolucionaria para “adiestrar a las masas en el arte

de la insurrección”, ya que consideraba que existía un cli-

ma de preinsurrección por la movilización popular en ese

estado. La llamó el Asalto al Cielo.

La Jornada Revolucionaria se realizó el 16 de ene-

ro de 1974 con intensas movilizaciones: en los campos

pararon 30 mil trabajadores agrícolas y en las ciudades

miles de obreros, como los de la construcción; a la vez, se

dieron enfrentamientos con la policía judicial, secuestros

de camiones y desarme de agentes por las brigadas estu-

diantiles y obreras, así como el asalto al banco de armas

de la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos.

Otras acciones fueron las tomas de empacadoras, fábricas

y campos en el Valle de Culiacán, enfrentamientos con

capataces, guardias blancas, judiciales y el ejército. Estas

acciones de masas fueron seguidas por una ofensiva gu-

bernamental a fondo: 4 mil efectivos del Ejército fueron

enviados a Sinaloa y el movimiento Enfermo fue golpea-

do severamente con cerca de cien bajas, entre muertos,

desaparecidos y presos. Culiacán quedó prácticamente

bajo control de las fuerzas armadas.

Sin embargo, el Buró Político de la Liga hizo un ba-

lance positivo y determinó realizar una segunda jornada

insurreccional para el primero de mayo, que no se llevó a

cabo por la desarticulación que sufrió la organización en

el estado de Sinaloa y las contradicciones que se gestaban

en el seno de la Liga, preámbulo de la rectificación de una

parte de sus militantes, quienes abandonaron la vía arma-

da meses después.

La segunda reunión de la dirección nacional de la

Liga se centró en “combatir al oportunismo pequeño-

burgués” alojado en el seno de su organización; el ene-

migo ya no eran los partidos y organizaciones de la iz-

quierda tradicional ni las otras organizaciones político-

militares, sino que se encontraba entre ellos, producto

de sus diferentes orígenes, de los heterogéneos métodos

de trabajo y las diversas visiones de la realidad. Enton-

ces, algunos compañeros se aventuraron tímidamente a

cuestionar el rumbo que había tomado la Liga, mien-

tras otros más lo defendieron a raja tabla. Sin embar-

go, continuaron las acciones militares: la emboscada a

la escolta militar de resguardo del tren que hacía su re-

corrido Puebla-México, el 14 de febrero de 1974, así

como la recuperación de fusiles FAL en Guadalajara,

son muestras de ello.

La agudización de la represión por parte del Estado

no se hizo esperar y tocó a todas las organizaciones ar-

madas. Pero la Liga llevó la peor parte al encontrarse ase-

diada desde dos flancos: en lo interno, las discrepancias la

tenían al borde de la dispersión de sus militantes y, en lo

externo, la represión devoró a sus mejores cuadros. Se cal-

cula que esta organización sufrió más de 200 detenidos-

desaparecidos en esos momentos.

El fracaso no significó la desaparición del MAS: ni

la solución militar por parte del Gobierno propició lle-

var la lucha a otros terrenos, ni el reconocimiento de los

propios errores del movimiento armado hicieron que éste

rectificara en su conjunto. Al contrario, la lucha se hizo

más virulenta en los años siguientes.

* El autor se integró al grupo Lacandones en 1972 y fue

miembro fundador de la Liga Comunista 23 de Septiem-

bre. Estuvo preso de 1975 a 1979. Actualmente, es inves-

tigador del Centro de Investigaciones Históricas de los

Movimientos Sociales A. C.

José Luis Moreno Borbolla*

MOVIMIENTO ARMADO SOCIALISTA (II)

Edna Ovalle Rodríguez

José Luis Chagoya Remigio

Fabiola Eneida Martínez Ocampo

DESDE LA FACULTAD

Mariano Torres Bautista

ENGAÑO

Enrique Condés Lara

DICCIONARIO (poblano)

DEL DIABLO

Humberto Sotelo Mendoza

FRANTASÍAS

José Fragoso Cervón

REINCIGRAMA

Fernando Contreras

ZOOCIEDAD

ARITMOMANÍA

Gabriela Breña

¿CUÁNTOS FUERON?

Año III, Número 29, 2da. quincena de febrero de 2012

* Reincidente no incluye sección de Sociales

Año III, Número 28, 2da. quincena de febrero de 2012

* Reincidente no incluye sección de Sociales

José Luis Moreno Borbolla*

* Reincidente no incluye sección de Sociales

Sin embargo, antes de optar por la vía armada, los

fundadores y la mayoría de los integrantes de

las organizaciones político-militares participa-

ron directamente en las organizaciones agrarias, ma-

gisteriales, populares o estudiantiles que durante años

lucharon en el terreno legal y pacífico por los dere-

chos de sus agremiados. Como respuesta, todos ellos

se toparon no sólo con la indiferencia de las autori-

dades locales y federales sino también con la violencia

de los caciques regionales. Basta recordar la marcha

del hambre de los mineros de Nueva Rosita, Coahuila

en 1952, el asesinato de Rubén Jaramillo en 1962, la

represión a los ferrocarrileros en 1959 y a los médicos

en 1965; los campesinos desalojados por el ejército y

guardias blancas, las agresiones a normales rurales y

estudiantes en distintas ciudades, etc.

Y ante esta realidad, ¿cuál era la alternativa, si la

vía legal y pacífica estaba cerrada? En los años se-

sentas, setentas y ochentas la palabra revolución re-

presentaba la esperanza de transformar radicalmente

las condiciones de vida de los desposeídos, frente a los

infructuosos esfuerzos democratizadores. Y ya desde

mediados de los sesentas se discutía en las distintas

organizaciones la necesidad de emprender la vía arma-

da. Los jóvenes activistas rompimos con los partidos

y organizaciones tradicionales de izquierda, los cuales

no fueron capaces de ofrecer una alternativa a nuestra

inquietud por cambiar al país.Los precursores del Grupo Popular Guerrillero de

Arturo Gámiz, militantes del Partido Popular Socialis-

ta, después de años de lucha por tierra y de conformar

la Unión General de Obreros y Campesinos de Méxi-

co (UGOCM) en los estados de Durango y Chihuahua,

realizaron dos reuniones que llevarían por nombre En-

cuentros de la Sierra “Eraclio Bernal”. El primero en oc-

tubre de 1963, el segundo en febrero de 1965. En ellos

discutieron los cinco documentos, que posteriormente se

conocerían como Resoluciones del Segundo Encuentro:

I. El imperialismo, el capitalismo; II. El mundo

colonial y semicolonial; III. Breve resumen - Medio

siglo de dictadura burguesa; IV. La burguesía incapaz

de resolver los problemas nacionales y V. El único ca-

mino a seguir.Años antes, el 22 de octubre 1959, en el estado de

Guerrero se constituyó la Asociación Cívica Guerreren-

se (ACG), organismo que desarrolló una intensa lucha

por las libertades democráticas, el reparto de latifundios

y la organización independiente de los campesinos.

El 9 de noviembre de 1966 fue secuestrado en el

Distrito Federal el principal dirigente de la ACG, el

profesor Genaro Vázquez Rojas, y el 16 del mismo

mes fue declarado formalmente preso en el penal de

Iguala, Guerrero. Paralelamente, en el mismo estado

el profesor Lucio Cabañas fue convirtiéndose en un

dirigente importante en la zona de Atoyac de Álva-

rez y el 18 de mayo 1967 se orquestó la masacre en

Atoyac donde murieron siete ciudadanos y resulta-

ron veinte heridos; Lucio fue obligado a refugiarse

en la sierra.

Estos fueron los orígenes del Movimiento Arma-

do Socialista en México. Se inició en el campo donde

la represión es cotidiana y los abusos de las autoridades

y caciques no tienen límites. En esa escalada de impunidades e injusticias los

campesinos y sus aliados, los estudiantes de las norma-

les rurales y maestros de los estados de Chihuahua y

Guerrero, decidieron conformar grupos de autodefen-

sa y la misma dinámica de la lucha los llevó a trans-

formarse en organizaciones guerrilleras. Éstas fueron

el Grupo Popular Guerrillero (GPG), la Asociación

Cívica Nacional Revolucionaria (ACNR) y el Partido

de los Pobres (PDLP).La Revolución cubana, los movimientos guerri-

lleros en Latinoamérica y las luchas de liberación en

África fueron el factor externo que influyó al movi-

miento armado en nuestro país.

El segundo momento de la conformación del

MAS lo integraron los activistas estudiantiles de las

universidades de Michoacán, Sonora, Jalisco, Distrito

Federal, Nuevo León, Sinaloa, entre otras. El movi-

miento estudiantil de 1968 así como la masacre del 10

de junio de 1971, llevaron a muchos destacamentos

de brigadistas a la guerrilla urbana. Si para los movi-

mientos agrarios los caminos de la lucha legal estaban

cerrados, la represión del Estado a los movimientos es-

tudiantiles no les dejó otra vía para la transformación

radical que no fuera la armada. Ya no se luchaba por

las reformas y la democracia, era el tiempo de la revo-

lución socialista.Los años que van de 1969 a 1971 se pueden ca-

racterizar por el surgimiento de diferentes organiza-

ciones político-militares, todavía dispersas y con muy

poca coordinación. Destacan: el Movimiento de Ac-

ción Revolucionaria, Guajiros, Lacandones, el Frente

Urbano Zapatista, Unión del Pueblo , Liga de Comu-

nistas Armados, Frente Estudiantil Revolucionario, la

Federación de Estudiantes de la Universidad de Sina-

loa-Enfermos y el Comité Estudiantil Revolucionario

de Monterrey.A fines de 1970, un grupo integrado por militan-

tes de la Juventud Comunista, de diferentes estados

de la República, se escindió del Partido Comunista

Mexicano; su dirigente, Raúl Ramos Zavala, elabo-

ró el documento “El proceso revolucionario”, que fue

fundamental para el movimiento armado. En dicho

documento se criticaba la política del PCM, se carac-

terizaba a la próxima revolución como socialista y se

fundamentaba la vía armada como el camino para la

toma del poder. Y el grupo que de ahí surgió, conocido

como Los Procesos, se empeño en la unificación de las

nuevas organizaciones dispersas.No obstante, los esfuerzos por construir la orga-

nización superior se materializaron hasta el mes de

marzo de 1973, en la ciudad de Guadalajara, con la

fundación de la Liga Comunista 23 de Septiembre.

La agudización de la represión gubernamental no

tardó y tocó a todas las organizaciones armadas. La

madrugada del 15 de febrero de 1974, el Ejército ma-

sacró a militantes del Frente de Liberación Nacional

(FLN) en Nepantla, Estado de México; en abril de

ese mismo año, detuvieron a Ignacio Salas Obregón,

máximo dirigente de la Liga Comunista 23 de Sep-

tiembre, asentando un duro golpe a esta organización.

Por su parte, el Partido de los Pobres secuestró el 3 de

junio de 1974, a Rubén Figueroa, candidato del PRI a

gobernador del estado de Guerrero, acción que dio lu-

gar a la mayor operación militar por parte del Ejército

en el estado, la cual dejó una amplia secuela de desapa-

recidos y culminó con la muerte de Lucio Cabañas el

2 diciembre de ese año. Por otra parte, después del se-

cuestro de José Guadalupe Zuno, suegro del presiden-

te Echeverría, el 28 de agosto de 1974, fue capturada

una parte de la dirección de las Fuerzas Revoluciona-

rias Armadas del Pueblo (FRAP) en Guadalajara. Y el

2 de diciembre 1974, fueron presentados ante la pren-

sa cinco miembros del MAR, organización que había

sufrido ya en marzo de 1971, un fuerte descalabro. Es-

tos cruentos hechos sugieren que las cosas no van bien

para el MAS. Sin embargo, La Liga 23 de Septiembre llevó la

peor parte. En lo interno, las discrepancias la tenían al

borde de la dispersión de sus militantes en diferentes

corrientes, mientras en lo externo la represión devo-

raba a sus mejores cuadros. Sólo en mil 1975 se cal-

cula que sufrió cerca de noventa bajas entre deteni-

dos, muertos en enfrentamientos, ajusticiados extra-

judicialmente y desaparecidos. El último grupo pre-

sentado formalmente ante las autoridades judiciales, el

17 de enero de 1975, constaba de trece militantes. En

adelante, sólo llegarían a la cárcel ocasionalmente uno

o dos miembros de la Liga, era claro que los gobernan-

tes habían optado por el exterminio.

A partir de 1974 podemos hablar del cuarto pe-

riodo del MAS: la derrota político-militar. Pero dicho

fracaso no significó la desaparición del MAS: la so-

lución militar por parte del Estado no fue la respues-

ta adecuada para llevar la lucha a otros terrenos, ni el

reconocimiento de los propios errores del movimien-

to armado hicieron que éste rectificara en su conjun-

to; al contrario la lucha se hizo más virulenta por am-

bas partes. Y ahí quedaron cientos de presos, exiliados,

muertos y desparecidos de una parte de mi generación,

deseosa por erradicar la injusticia en nuestro país en

forma radical.Sabemos que no logramos nuestros propósitos,

pero contribuimos a alcanzar los cambios que hoy go-

zamos.* El autor, egresado de la ESIME, militó en el Mo-

vimiento de Izquierda Revolucionaria Estudiantil en

sus años de estudiante politécnico; se integró al grupo

Lacandones en 1972 y fue miembro fundador de la

Liga Comunista 23 de Septiembre en 1973. Estuvo

preso. Actualmente es investigador del Centro de In-

vestigaciones Históricas de los Movimientos Sociales

A. C.

Existe en casi la totalidad de los sectores de la sociedad desconocimiento

de las causas y de los orígenes del Movimiento Armado Socialista, además de

que muchos creen que tal movimiento armado se encontraba desvinculado

de la sociedad y de la izquierda y que era ajeno hasta de nuestra historia.

MOVIMIENTO ARMADO SOCIALISTAJosé Luis Moreno BorbollaDemóstenes Lozano ValdovinosCarlos Salcedo GarcíaDESDE LA FACULTADMariano E. Torres BautistaENGAÑOEnrique Condés LaraDICCIONARIO (poblano) DEL DIABLOHumberto Sotelo MendozaFRANTASÍASJosé Fragoso CervónREINCIGRAMAFernando ContrerasZOOCIEDADALEMANIA Y GRECIA

* Reincidente no incluye sección de Sociales

Esta imagen parcial, promovida desde el poder,

siempre intentó descalificar o desacreditar a las

organizaciones y a sus militantes, mostrándolos

a la opinión pública con rasgos más cercanos a los de

la delincuencia organizada que a los de organizaciones

políticas que planteaban un cambio social.

Aún entre los más informados, existió la idea de

que estas organizaciones surgieron y actuaron de for-

ma contestataria por la represión gubernamental en la

masacre del 2 de octubre de 1968 y la del 10 de junio

de 1971, y que no contaban con una verdadera pro-

puesta de cambio social.

Estas visiones, en la mayoría de los casos, no co-

rresponden a la realidad. Hoy, a pesar de los importan-

tes avances en la investigación histórica sobre el siglo

XX, las nuevas generaciones casi ignoran la existen-

cia de estas organizaciones, a pesar de que tuvieron

presencia a nivel continental y constituyeron toda una

vertiente de la izquierda mexicana, diferentes a los

partidos políticos tradicionales.

Los que participamos en alguna de las numero-

sas organizaciones político-militares que existieron en

México en los años setenta, sabemos que en su gran

mayoría contaban con planteamientos teóricos de ori-

gen marxista y un programa de acción; sabemos que

tenían una estructura, que llevaban a cabo círculos de

estudio y discusiones internas que guiaban su acción,

y que sus militantes llevaban una vida orgánica basada

en la autodisciplina. Las acciones audaces, los enfren-

tamientos, entrenamientos y expropiaciones que tanto

reseñaron los medios de comunicación, no constituían

un fin en sí mismos, sin

o solo medios en el largo ca-

mino del cambio social. No obstante, muchas de estas

organizaciones y sus militantes fueron aniquiladas, de-

tenidas y desaparecidas en este camino.

Hoy sabemos que en estas organizaciones se inte-

graron como militantes, simpatizantes o colaboradores,

muchos jóvenes del campo y la ciudad en todo el país.

Ellos generaron diversas propuestas de cambio social.

En estas organizaciones también se construyeron nue-

vas formas de militancia basadas en la solidaridad y en

la actividad clandestina para lograr un cambio social.

Tal fue el caso de Liga de los Comunistas Arma-

dos (LCA) organización que fue nacionalmente cono-

cida a partir del secuestro del vuelo 705 de Mexicana

de Aviación, en el Aeropuerto de Monterrey, el 8 de

Noviembre de 1972, acción en la que un comando de

esta organización rescató de manos de la policía a 5

de sus miembros. En esta misma nave partieron hacia

Cuba donde obtuvieron asilo político. Hasta antes de

esta acción tan publicitada, poco se conocía de la LCA.

Reseñar la historia de estas organizaciones se difi-

culta por la compartimentación de la información que

utilizaron como medida de seguridad. Esta medida

refleja una vida organizativa compleja, porque com-

partimentar implica planificación, división de tareas y

la existencia de una estructura organizativa funcional.

Hasta donde sabemos, cada organización diseñó su es-

tructura propia. Los militantes de base solo debían sa-

ber lo necesario para cumplir sus tareas sin dejar rastro

alguno. Esto garantizaba la vida y la continuidad de

las organizaciones y sus militantes. La compartimen-

tación exigía de los militantes voluntad, disciplina y

confianza en los otros miembros de la organización.

En estas circunstancias, la convivencia generó vínculos

solidarios entre sus militantes, lazos que en muchos

casos persistieron más allá de la vida organizativa: en

la cárcel, el exilio y en la vida normalizada.

Paradójicamente, esta medida indispensable en la

vida militante, se convierte al momento de elaborar la

historia de las organizaciones, en uno de los obstácu-

los a sortear, ya que los militantes conocieron solo un

fragmento de la historia de su organización y se re-

quiere reunir todas las piezas del rompecabezas. Tal es

lo que sucede al momento de reconstruir la historia

de la LCA.

No obstante, existen algunos datos. Se sabe que la

LCA fue una organización político-militar que sur-

gió en el Monterrey industrioso de los años sesenta

del siglo XX. Que tuvo un campo de acción regional

y que reivindicaba el socialismo al cual se llegaría me-

diante la violencia revolucionaria. Sus integrantes, una

docena de hombres y mujeres, en su mayoría maestros

y estudiantes universitarios, participaron en diferentes

movimientos sociales de la región. Sabemos que para

lograr estos objetivos, se valían de la propaganda revo-

lucionaria hacia las masas y de las expropiaciones eco-

nómicas. Reivindicaban como sujeto revolucionario a

la clase obrera y enarbolaban el internacionalismo pro-

letario. Esta organización se consideraba parte de un

movimiento continental latinoamericano que plantea-

ba un cambio social profundo y radical. Se desconoce

la fecha exacta de su fundación, sus integrantes inicia-

les y si tuvo algún manifiesto fundacional.

Se sabe que la LCA, como otras organizaciones

de los setenta en México, optó por estructurarse como

una organización político–militar y no como un par-

tido político tradicional, lo cual muestra la influencia

que ejerció en ella la experiencia de la Revolución Cu-

bana. También hasta donde se conoce, gran parte de

su acción se orientó a reunir fondos y pertrechos para

la revolución y no se ocupó demasiado en definir al

detalle las características del cambio social por el que

luchaba y los rasgos de la futura sociedad.

La LCA planteaba como elemento central, junto

con la revolución socialista, el advenimiento del hom-

bre nuevo que propuso desde Cuba Ernesto Gueva-

ra. No solo habría que tomar el poder sino también

transformar al ser humano: ser hombres y mujeres con

una moral diferente a la capitalista; no enajenados,

con una ética basada en la cooperación y la solidari-

dad; que practicaran la igualdad entre los sexos y el

internacionalismo proletario, entre otros muchos ras-

gos. Cabe destacar que en la vida diaria de los militan-

tes de esta organización, también se impulsaron estos

principios éticos.

La Liga de los Comunistas Armados desarrolló

con bastante éxito sus actividades en el área metropo-

litana de Monterrey durante más de dos años. Ni las

policías locales, ni la Dirección Federal de Seguridad,

lograron en ese tiempo ubicar a sus militantes, mucho

menos capturarlos. Fue un incidente fortuito que pro-

vocó una herida de bala en una compañera, lo que dio

pistas a los cuerpos de seguridad quienes de pronto tu-

vieron en sus manos a algunos de sus integrantes. Sin

embargo, la rápida decisión de secuestrar una aeronave

de Mexicana de Aviación en la cual, casualmente, via-

jaban funcionarios de la Embajada norteamericana en

México y dos hijas Luis M. Farias, a la sazón gober-

nador de Nuevo León, permitió el rescate de los gue-

rrilleros de la LCA apenas capturados y el traslado de

todos a Cuba.

Como toda actividad humana, esta organización

fue producto de su tiempo, tuvo aciertos y errores. Los

miembros de la LCA poco después de su llegada a

Cuba, en noviembre de 1972, ante la petición de ex-

tradición por parte del Gobierno Mexicano, fueron so-

metidos a juicio bajo el cargo de entrada ilegal a la Re-

pública de Cuba. En este tribunal fueron absueltos del

cargo, se les reconoció como luchadores sociales y se les

otorgó el asilo político por parte del gobierno Cuba-

no. Poco después, sus integrantes en reciprocidad con la

Revolución Cubana, solicitaron realizar trabajo volun-

tario. Se les asignó el Valle de Picadura en la Provincia

de La Habana, un Plan Lechero bajo la administración

de Ramón Castro. Ahí trabajaron cerca de un año en la

construcción, en el Plan Lechero, en actividades mé-

dicas y en labores de re-alfabetización. Algunos de sus

miembros decidieron realizar estudios universitarios y

de idiomas. La LCA fue disuelta, en común acuerdo

con todos sus miembros, en diciembre de 1972.

* La autora ingresó a la Liga de Comunistas Arma-

dos en marzo de 1972. Estuvo exiliada en Cuba desde

noviembre de 1972 hasta mediados de 1980. Doctora

en Antropología Social, actualmente se desempeña

como docente en la Escuela Nacional de Antropología

e Historia y en la Universidad Intercultural Indígena

de Michoacán.

Edna Ovalle Rodríguez*

Las organizaciones político-militares mexicanas que actuaron en los años setenta del

siglo XX por un cambio social, casi siempre fueron conocidas por sus contemporáneos a

través de la imagen que los medios de comunicación proyectaron de ellas: guerrilleros que

realizaban acciones espectaculares, hombres y mujeres violentos que caían en detenciones

masivas o que sostenían enfrentamientos con el ejército o la policía.

MOVIMIENTO ARMADO SOCIALISTA (II)

Edna Ovalle Rodríguez

José Luis Chagoya Remigio

Fabiola Eneida Martínez Ocampo

DESDE LA FACULTAD

Mariano Torres Bautista

ENGAÑO

Enrique Condés Lara

DICCIONARIO (poblano)

DEL DIABLO

Humberto Sotelo Mendoza

FRANTASÍAS

José Fragoso Cervón

REINCIGRAMA

Fernando Contreras

ZOOCIEDAD

ARITMOMANÍA

Gabriela Breña

¿CUÁNTOS FUERON?

Esta organización político-militar fundada en el mes de marzo

de 1973, fue la más importante agrupación del movimiento armado

socialista en todo el periodo que estuvo activa (1973-1982).

Esta organización político-militar fundada en el mes de marzo de 1973, fue la más importante agrupación del movimiento armado

socialista en todo el periodo que estuvo activa (1973-1982).

MOVIMIENTO ARMADO SOCIALISTA (y III)José Luis Moreno Borbolla

Arturo Rivas JiménezAntonio Orozco Michel

DESDE LA FACULTADMariano Torres Bautista

ENGAÑOEnrique Condés Lara

DICCIONARIO (poblano) DEL DIABLO

Humberto Sotelo Mendoza

FRANTASÍASJosé Fragoso Cervón

REINCIGRAMAFernando Contreras

ARITMOMANÍA

Gabriela Breña

ZOOCIEDAD

LUCHADORESJosef ina Vázquez Mota

Page 2: Reincidente 31

2

Es necesario trabajar por un futuro empleo desde que se está en la escuela. El objetivo de hacer pasantías es aprender, incluso si no pagan o si la remuneración es poca.

Datos de la Secretaría de Educación Pública ubi-can en 380,000 el número de egresados de las Universidades públicas mexicanas cada año.

Esos egresados que requieren la realización de un ser-vicio social como parte de los requisitos cubiertos en la universidad, teóricamente tuvieron su primer contacto con el mercado laboral durante dicho servicio. Pero una encuesta del portal Trabajando.com obtuvo la cifra de 53% de egresados que nunca habían realizado ninguna práctica profesional. El 84% de quienes sí cumplieron con esta actividad la realizaron en un área relacionada con sus estudios, mientras que el 16% no.

El servicio social y las prácticas profesionales más que requisitos u obstáculos para la obtención de un título deben verse como la oportunidad final de dar herramientas más útiles a los estudiantes y futuros profesionistas. Un problema frecuente al llegar con el primer empleador es que los estudiantes no tienen la madurez y conocimientos para desempeñar tareas concretas de trabajo. Esto obliga evidentemente a reorientar las prácticas.

A riesgo de ser candidato a una “pamba con pica-hielo” hay que decir que si bien la Universidad debe ofrecer nexos con empresas y empleadores, es respon-sabilidad del alumno buscar una práctica en la cual ad-quiera nociones de lo que se exige a los egresados de su

profesión. Hay que buscar las posiciones relacionadas con proyectos importantes para la empresa. La prin-cipal diferencia de esta práctica entre el sector público y una organización privada, es que en el primero se llevan a cabo más labores administrativas que en el se-gundo.  Es importante que el estudiante realice tareas propias del puesto. El objetivo principal en esta etapa y en cualquier carrera son los conocimientos adqui-ridos de manera empírica y es ineludible adquirirlos. Los programas de prácticas profesionales se enfocan a desarrollar competencias laborales.

La encuesta citada establece que la decisión de cumplir con el servicio social responde solo a una exi-gencia dentro del proceso de titulación: el 81% de los encuestados aseguró que lo hizo por ser obligatorio. Este requisito académico no tiene por qué verse como una “obligación”. Esos meses son una oportunidad para desarrollar las famosas “habilidades y competen-cias” de los programas académicos actuales, una expe-riencia que después puede diferenciar el currículum del futuro profesionista y buscador de empleo.

Jorge Manrique, pedagogo de la Universidad Ju-rista, afirma que el 80% de los programas académicos en las universidades son teóricos y el 72% de las asig-naturas no se relacionan directamente al campo labo-ral en las universidades mexicanas; señala que esa fal-

ta de vinculación también se vive en el servicio y las prácticas.

Una de las estrategias para salvar estos problemas sería el establecer contactos clave para el inicio de la trayectoria profesional y hacer coincidir lo que gusta al estudiante de su carrera con las exigencias del mer-cado laboral. También para aprender otro idioma. Por ejemplo, el gobierno de Canadá tiene un programa de movilidad académica para mexicanos que quieran hacer prácticas profesionales en ese país. (www.cana-dainternational.gc.ca/mexico-mexique/).

La otra estrategia a seguir, y que todos los bachille-ratos debieran adoptar, es realizar visitas a las distintas ramas de actividad para conocer de primera mano el panorama del mundo laboral esperado. Un problema mayor al de la falta de prácticas profesionales al termi-nar la carrera es descubrir que la rutina de la profesión seleccionada y concluida no es satisfactoria y tener que cambiar de profesión después de invertir 5 años en la que inicialmente se seleccionó y se pensó que era la vocación propia.

* El autor es Doctor en Historia por la Universidad París I, Pantheón-Sorbonne; actualmente, es investi-gador del Programa de Estudios Universitarios Com-parados de la BUAP.

Ephraim Halevy, director del Mossad entre 1998 y 2002, asegura que el campo de actividad de las agencias de inteligencia está situado entre

la diplomacia y la guerra. Puntualmente, “entre la gue-rra y la paz, la diplomacia y las negociaciones son a la vez una ciencia y un arte. El mundo actual necesitará como nunca el poder de la ciencia y la capacidad del arte, pero por encima de todo nos hará muchísima fal-ta el oficio de la inteligencia, que es más un arte que una ciencia. Gran parte de lo que tenemos por delan-te sólo puede lograrse de manera clandestina y buena parte del terreno deberá ser estudiado y asimilado por verdaderos expertos de la ciencia y el arte de la infor-mación... Si la diplomacia es el arte de lo posible, la inteligencia es el arte de lo imposible.” (13 Años que Cambiaron el Mundo. Ediciones B, Madrid, 2008).

Y, en efecto, entre la diplomacia y la guerra está ubicado el conflicto actual de las principales potencias occidentales (EU, Francia, Alemania, Inglaterra) e Is-rael en contra de Irán.

Aunque los ciudadanos de a pie no sabemos de la cuestión más que lo que nos permiten conocer “los verdaderos expertos de la ciencia y el arte de la infor-mación” que menciona Halevy, rutinariamente senti-mos su intensidad. Los israelíes amenazan con lanzar un ataque militar preventivo para detener el progra-ma nuclear de Irán que, aseguran, tiene como meta construir una bomba atómica; presionan incluso a los Estados Unidos y a la OTAN con hacerlo unilateral-mente si no se toman medidas efectivas en contra de “la amenaza”. Y no son algo menor tales advertencias. Ya han ejercido anteriormente, por la vía de las ar-

mas, una suerte de derecho de veto regional que, con la complacencia de sus aliados en la OTAN, se adjudi-can. El 7 de junio de 1981 bombardearon y destruye-ron un reactor nuclear iraquí de manufactura francesa, y el 6 de septiembre de 2007 destruyeron las instala-ciones nucleares de Siria.

Por su parte, el gobierno de iraní sostiene que su proyecto nuclear no tiene carácter militar y reivindica su derecho a utilizar energía atómica con fines pacífi-cos. Sin embargo, no permanece con los brazos cruza-dos: impulsa un notable programa coheteril y mantie-ne en alerta a sus fuerzas armadas, particularmente a las navales con las cuales podría, como lo ha advertido ya, cerrar el Estrecho de Ormuz, que es por donde atraviesa aproximadamente el 40% de la producción petrolífera mundial.

¿Quien dice la verdad? Vaya usted a saber. Después del caso de las inexistentes “armas de destrucción ma-siva” que sirvió de pretexto para justificar la invasión de Irak en 2003, no es posible creer inocentemente nada de lo que dicen.

En la superficie de la controversia, al lado de san-ciones económicas y financieras contra Irán, se pre-sentan iniciativas de negociación condicionadas por los tiempos electorales norteamericanos e israelíes, por un lado, y la presión de los sectores fundamen-talistas iraníes, por el otro. En el fondo, en el incierto terreno movedizo teñido por el secreto y la frecuen-te ilegalidad donde operan los servicios de inteligen-cia y las fuerzas especiales, ya corre la sangre: en abril del 2006, estalló por sabotaje una instalación nuclear iraní recién instalada; entre febrero del 2006 y marzo

del 2007, se estrellaron tres aviones que trasportaban técnicos y científicos vinculados al programa nuclear iraní; desde enero de 2010, seis importantes científi-cos nucleares de Irán han sido asesinados, abatidos a tiros o víctimas de cargas explosivas; en noviembre del 2011 estalló un importante centro militar de mando iraní en el cual murió además de una docena de perso-nas, uno de los principales responsables militares del programa de nuclearización de Irán. Por otra parte, los servicios secretos de Irán anunciaron, a fines de no-viembre del 2011, la captura de 12 agentes del la CIA y, poco menos de quince días después, fue abatido so-bre espacio aéreo iraní un drone (avión no tripulado) norteamericano.

Dado que en este tipo de controversias todo dise-ño estratégico requiere ocultar las intenciones propias y, simultáneamente, hacerle creer al adversario lo que uno quiere que crea, salvo las cúpulas dirigentes y los servicios de inteligencia de los bandos en pugna, nadie conoce los verdaderos planes de cada quien. Lo cierto es que la necesidad de garantizar el abasto de petróleo sigue llevando a las principales naciones de occiden-te a doblegar a cuanto país se les ponga enfrente, con la particularidad de que en los tiempos posteriores al derrumbe del boque socialista, esta ofensiva parecie-ra ir contra el Islam. Como consecuencia, los espacios político-ideológicos que dejaron vacantes el comunis-mo y el marxismo en sus diferentes variantes, lo están llenado las lecturas integristas del Corán. ¿Quién pue-de garantizar que no se está ya preparando una acción militar en contra de Irán? ¿Alguien puede asegurar que no habrá más yihad contra Occidente?

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Arturo Rivas Jiménez*

Al día siguiente, la prensa menciona el hecho con sensacionalismo, pues es el asalto más cuantioso, hasta esa fecha, perpetrado por or-

ganización guerrillera alguna, en la historia más re-ciente del país; la prensa también resalta la rapidez, precisión y contundencia del comando y la desorien-tación policíaca.

Aunque antes de 1968 en México ya había activi-dad guerrillera, es a partir de 1970 que en el panorama nacional se multiplican los grupos subversivos. En la ciudad de México, uno de ellos fue el grupo Lacando-nes. Este grupo había surgido del activismo estudian-til de 1968, nutriéndose de los Comités de Lucha del Instituto Politécnico Nacional, la UNAM y otras Es-cuelas Superiores. De entre sus fundadores destacaban Miguel Domínguez Rodríguez, estudiante y después ingeniero geólogo de la Escuela Superior de Ingenie-ría y Arquitectura (ESIA) del IPN; y Carlos Salcedo García, ex militante de la Liga Comunista Esparta-co (LCE), estudiante de sociología en la UNAM. Sus centros de operación estarían en el Distrito Federal, con trabajo político en el Instituto Politécnico Na-cional, en Ferrocarriles, en la UNAM, en la Normal Superior, y con los gremios de costureras, telefonistas, correos, electricistas y con una amplia red de vecinos del pueblo de Topilejo; y en otras ciudades como Chi-huahua, Oaxaca, Veracruz y Ciudad Juárez con obre-ros, campesinos, y organizaciones populares.

Lacandones tuvo su primer descalabro el 28 de fe-brero de 1972, cuando varios de sus militantes fueron capturados por la policía a raíz de las investigaciones a la horadación nocturna del techo de una armería en pleno centro de la ciudad de México. A fines de sep-tiembre de ese mismo año, fue capturado un segundo y numerosísimo grupo del comando Lacandones; son detenidos casi cincuenta militantes y, entre ellos, sus principales dirigentes: Miguel Domínguez y Carlos Salcedo. La recomposición organizativa lacandona se antojaba actividad titánica; se requeriría mucho traba-jo y paciencia para reconectar a muchos cuadros y, so-bre todo, enmendar errores y replantear con urgencia la táctica y la estrategia. Y, además, el 31 de enero de 1973 cayó prisionera otra parte de Lacandones.

No obstante, entre enero y marzo de 1973, se incre-mentaron las relaciones con los grupos Los Guajiros, Los Procesos y Los Macías. Y mientras el comando Lacandones se reconstruía lentamente, simultáneamente realizaba encuentros con Ignacio Salas Obregón, líder de los gru-pos Movimiento Estudiantil Profesional (MEP) y Los Procesos y ocasionalmente con José Ángel García Mar-tínez. Ignacio Salas (mejor conocido como Vicente) in-sistía en que lo fundamental era proseguir la labor teó-rica iniciada por Raúl Ramos Zavala. Planteaba además un plan mayúsculo, en cuyo punto central se encontraba el finiquito de la dispersión orgánica, política y teórica de los revolucionarios, expresada, entre otras cosas, en la proliferación de grupos armados independientes unos de otros, como paso inicial para la construcción de la organización de vanguardia.

Así, el comando Lacandones acordó acudir al in-minente encuentro interguerrillero y nombró a Da-vid Jiménez Sarmiento (conocido en esa época como Damián) y Jorge Alfonso Rojas Díaz (con el alias de Ernesto); acordó también cubrir todos los gastos mo-netarios necesarios para el desarrollo de ese encuentro

nacional, incluyendo los traslados de todos los delega-dos (los Lacandones tenía suficientes recursos por su expropiación a las oficinas centrales de la Panificadora Bimbo, realizada el 18 de enero de 1973).

Bajo las directrices emanadas de la reunión cons-titutiva de la Liga, se procedió a la conclusión del co-mando Lacandones y a la conformación de la Briga-da Roja, con José Bonfilio Cervantes Tavera (Mateo) como su jefe político y David Jiménez Sarmiento (ahora haciéndose llamar Chano) como el jefe mili-tar; además Mateo sería auxiliado en sus tareas políti-cas por Francisco Alfonso Pérez Rayón (Andrés) y José Luis Pacheco Aragón (Arturo); mientras que Chano sería apoyado en sus responsabilidades militares por Alfonso Rojas Díaz (Ernesto) y por Arturo Rivas Ji-ménez (Germán, Omar o René). Esa fue la primera di-rectiva de la Brigada Roja.

La Brigada Roja tuvo como base corporativa a los ex lacandones, pero se vio ampliamente favorecida con la incorporación de múltiples elementos que hasta ese momento habían militado en las otras organizacio-nes fusionadas a la Liga y que también operaban en el Distrito Federal. Es justo mencionar que con estas incorporaciones la Brigada Roja se fortaleció más en calidad que en número.

La dirección de la Liga consideró entonces el vasto acervo que los Lacandones habían adquirido a pesar de su corta existencia. En efecto, lograron un amplio historial de acciones expropiatorias, y todas exitosas; algunas de las cuales fueron: tienda de autoservicio De Todo; el ataque simultáneo a la camioneta del Banco del Atlántico y la taquilla de la estación Gómez Farías del Sistema Me-tropolitano de Transporte Metro (taquilla donde se con-centraba lo recaudado por otras taquillas del sistema); Si-derúrgica Mexicana DINA, S.A. de C.V.; tesorería de la Unidad Habitacional de la CTM; joyería Minerva; Za-patería 3 Hermanos; Armería “Armas y Deportes” ubica-da en pleno centro de la ciudad de México (única acción fallida); clínica particular en la carretera México-Puebla, en el Estado de México; Compañía Hulera Goodrich Euzkadi; terminal de camiones urbanos de la línea Co-lonia del Valle-Coyoacán; Sumbean Mexicana; oficinas centrales de Panificadora BIMBO.

La BR se dispuso a preparar la operación IEM: se reconoció el lugar, se elaboraron mapas y maquetas, se inventaron pretextos para ingresar a las instalaciones, se supo de las fechas y horarios de los pagos de nó-mina y los movimientos de las camionetas bancarias, hasta se consiguieron los planos arquitectónicos de las instalaciones, incluyendo su red de alcantarillado.

También se procedió a conformar el equipo ac-tuante que, finalmente, quedó integrado de la siguien-te manera: José Bonfilio Cervantes Tavera (ex proce-sos), como coordinador en jefe; David Jiménez Sar-miento (ex lacandón); Francisco Alfonso Pérez Rayón (ex guajiro); José Luis Pacheco Aragón (ex MAR); Alfonso Rojas Díaz (ex lacandón); Martha Maldona-do Sosa y Silva (ex MAR y entrenada en la Repúbli-ca Democrática de Corea); Efraín González Cuevas (FER, de la legendaria banda de los Vikingos de Gua-dalajara) y Arturo Rivas (ex lacandón). José Ángel García Martínez, enviado por el Buró Político, quedó como supervisor de todo el operativo. Y en un último momento, se incorporó Eleazar Gámez Rascón (ex M23 de Septiembre de Sonora).

Para entonces, el plan general de la operación IEM estaba terminado; se seleccionó y cató el armamento; Omar, experto en robo de autos, proporcionó los cua-tro autos necesarios (que después del operativo serían desechados); se fijó la fecha y sólo restaban detalles menores por afinar.

La planta industrial de la IEM era inmensa, su ac-ceso central comprendía un espacioso estacionamien-to y un edificio de oficinas de varios niveles; en su ex-tremo derecho, a cien metros, había otra entrada que daba acceso a la fábrica y que era usada por los obreros y en su extremo izquierdo, a casi trescientos metros, estaba una gran puerta destinada al paso de vehículos pesados., Los dos accesos laterales contaban con case-tas de vigilancia y guardias armados. Antes de las diez horas de ese 12 de abril de 1973, los ocho guerrilleros fueron llegando a sus puestos de manera independien-te, pero se encontraron con una anormalidad: la en-trada para los trabajadores estaba atiborrada de gen-te solicitando empleo (esa mañana había aparecido en los periódicos de mayor circulación un anuncio donde la IEM solicitaba personal para su planta industrial). Los guerrilleros celebraron un rápido concilio y deci-dieron continuar la operación haciendo algunos ajus-tes al plan original.

Eva, Roque, Ernesto y Chano controlarían a los guardias de la entrada para los trabajadores, ¡con todo y sus casi cincuenta solicitantes de empleo en plena vía pública!; Mateo, Arturo y Andrés accederían a las oficinas administrativas, controlarían también a de-cenas de empleados y sustraerían el dinero de las ca-jas de seguridad; y Omar, en solitario, controlaría a los guardias de la entrada para vehículos. Así se hizo todo pero… ¡Otra contingencia más! En pleno desarrollo de la expropiación, una patrulla policiaca que circula-ba fortuitamente por el lugar se percató que decenas de personas se mantenían con las manos arriba y, no dando crédito a lo que miraban, decidieron investigar, pero lo hicieron con una lentitud que contrastó con los relampagueantes movimientos de Ernesto y Chano, que fulminaron a los dos patrulleros. Un policía mu-rió en forma instantánea, pero el otro en sus instantes finales aún pretendió conducir su patrulla, solo para subirse a la acera y lesionar levemente a un niño ven-dedor de chicles.

El resto de la operación concluyó como se había planeado: Eva, Roque, Ernesto y Chano huyeron en el vehículo uno; Mateo, Arturo, Andrés y Omar, en el dos; los conductores fueron Roque y Andrés que, con rapi-dez y habilidad llevaron a todos hasta la Calzada Va-llejo, y allí los vehículos tomaron rumbos diferentes. El auto dos hizo una parada para bajar a Mateo y Arturo; continuaron su marcha Andrés y Omar hasta llegar a una calle regularmente solitaria y hacer un segundo cambio de vehículo. Se encaminaron a un populoso barrio y en una casa de seguridad se quedó Omar, solo con una mochila al hombro conteniendo poco más de dos millones de pesos.

* El autor se integró al grupo armado Lacandones a fines de 1971 y en abril de 1973 ingresó a la Liga Co-munista 23 de Septiembre. Estuvo preso en las cárce-les de Lecumberri y Santa Martha Acatitla de fines de 1973 a agosto de 1978. Actualmente participa en diversos proyectos editoriales.

En la mañana soleada del 12 de abril de 1973, un comando guerrillero expropia la empresa Industria Eléctrica de México, S. A. (IEM), ubicada en Tlalnepantla-Cuautitlán, Estado de México, y en una de las zonas

más fabriles del país. La operación se realiza en tan solo cuatro minutos y pierden la vida dos policías. Es la tarjeta de presentación de la Liga Comunista 23 de Septiembre (LC23S).

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Los diferentes núcleos de activistas de izquierda que se habían venido conformando en algunas facultades como Ciencias Químicas, Econo-

mía, Administración, Enfermería, Trabajo Social, De-recho, Agronomía, La Vocacional y la Prepa 1 para esos momentos contaban ya en su experiencia con el desarrollo de algunas acciones importantes.

De éstas, las más importantes fueron: la huelga en Ciencias Químicas, en la que se exigió la renuncia del Rector y que fue rota a punta de metralleta y golpes en contra de los principales líderes. Otra más fue la dis-tribución masiva, el 23 de mayo (Día del estudiante), de un documento llamado La lengua, que era una tira de papel largo y enrollado que a su vez era una répli-ca de otro que la FEG distribuía entre el estudianta-do y que ensalzaba a funcionarios y personeros de la Universidad; en cambio, La lengua era de mofa y bur-la hacia esos funcionarios. Finalmente, los continuos enfrentamientos físicos que se desarrollaban durante los procesos de elección de las sociedades de alumnos, enfrentamientos en los cuales jugaron un rol solidario importante Los Vikingos del barrio de San Andrés.

Cabe destacar que en ese momento, la efervescencia política en la Universidad de Guadalajara y en general en todos los ámbitos del estado se acrecentaba porque se sabía ya que el próximo presidente de la República sería Luis Echeverría Álvarez, el cual tenía una rela-ción de parentesco con la familia Zuno Hernández que mantenía una rivalidad con los Ramírez Ladewing por el control de la máxima casa de estudios.

Esa fue la base para que entre algunos líderes del movimiento se creara una gran expectativa, dado que tanto Andrés como Héctor Zuno Arce, cuñados del próximo presidente de México, eran considerados en cierta medida como líderes de la oposición contra la FEG. Daban por hecho que recibirían un fuerte espal-darazo en el desplazamiento del cacique que la mante-nía bajo su dominio: Carlos Ramírez Ladewing.

Sin embargo, es necesario subrayar que a la cabeza de la lucha estaban también otros líderes con identi-dad política e ideológica con la izquierda, mismos que buscaban promover y llevar a cabo acciones de cambio más radicales y contundentes.

En ese contexto, empezó a tomar forma el acuer-do de varios líderes estudiantiles respecto a la toma del edificio de la Federación de Estudiantes Socia-listas de Occidente (FESO), el 23 de septiembre de 1970, como una acción que constituyera el inicio de una ofensiva frontal contra la mafia fegista.

Aquí es necesario reconocer que en esos momen-tos se desconocían los acontecimientos que cinco años atrás habían tenido lugar en Ciudad Madera, Chi-huahua, en donde un puñado de revolucionarios con-ducidos por Arturo Gámiz García y Pablo Gómez ha-bía intentado tomar el cuartel militar. Fue una coinci-dencia, una rara coincidencia que fuera precisamente un 23 de septiembre el día en que se dieran los dos acontecimientos.

El edificio de la FESO, aunque formalmente era una casa de estudiantes para dar alojamiento a alum-nos de otros estados, en los hechos fungía como base

de operaciones de golpeadores y mafiosos al servicio de la FEG, quienes llevaban a cabo constantes robos y extorsiones en contra tanto de comercios de la zona, como de simples ciudadanos.

Para la toma se convocó a los compañeros más aguerridos (alrededor de 70) la madrugada del 23 de septiembre de 1970, desde luego con algunas armas para apoyar la acción, puesto que se sabía que quie-nes estaban en el edificio se encontraban armados y en guardia permanente.

Se contaba con la ventaja de que algunos simpati-zantes y miembros del movimiento vivían en el edifi-cio e iban a ser parte de la operación. Así pues, alre-dedor de las 3 de la madrugada nos concentramos en las oficinas de Andrés Zuno, ubicadas sobre la calle de López Cotilla, a unos metros de la avenida 16 de Septiembre y a unas cuantas cuadras del edificio de la FESO, el cual se encontraba a un costado del templo de Aranzazu.

Ya en el lugar de concentración, se expuso el plan del operativo que contemplaba la división en grupos encabezados por un responsable, tanto para el asalto sorpresivo de los guardias del edificio, como para la toma de cada uno de los pisos y la ubicación y neutra-lización de los principales pistoleros.

La operación se llevó a cabo de acuerdo a lo pla-neado y, en efecto, fue el punto de partida de una se-rie de acontecimientos que de manera vertiginosa, en el curso de unos cuantos días, marcaron el desarrollo posterior del movimiento estudiantil en la Universi-dad de Guadalajara y se convirtieron, para cientos de jóvenes, en factor que marcó nuestro futuro en la lucha política por un cambio revolucionario en nuestro país.

Transcurridos unos cuantos días, el 28 de septiem-bre de 1970, se constituyó formalmente el Frente Es-tudiantil Revolucionario (FER) y se eligió una comi-sión coordinadora que, a partir de ese momento, fun-giría como la dirección del movimiento. De inmedia-to, la comisión decidió llevar a cabo, al día siguiente, una marcha-mitin por diferentes lugares de la univer-sidad, convocando a los estudiantes a sumarse a la lu-cha contra la mafia gansteril fegista para expulsarla de la universidad.

Sin embargo, la marcha y los mítines se pudie-ron llevar a cabo solamente en algunas escuelas ya que, cuando se estaba desarrollando la concentración pro-gramada en el politécnico, los pistoleros de la FEG, encabezados por su presidente Fernando Medina Lua, la atacaron a tiros. Pero la respuesta de los miembros del FER no se hizo esperar, generalizándose un tiro-teo que arrojó un saldo de varios muertos, entre ellos el propio Medina Lua, dos integrantes del FER, un comerciante de cocos que se encontraba en el lugar y decenas de heridos.

A partir de ese momento, el régimen priísta desató una ofensiva represiva contra la lucha de los estudian-tes críticos al sistema de control y sometimiento que se ejercía al seno de la Universidad de Guadalajara y, en particular, contra el FER, declarándolo fuera de la ley, y encarcelando y asesinando a algunos de sus di-rigentes.

Ello, a su vez, se convertiría en un elemento deci-sivo para que tan solo poco más de dos años después, convergiéramos con grupos de jóvenes de otros esta-dos en la conformación de la Liga Comunista 23 de Septiembre.

*El autor fue, en 1970, miembro fundador del Frente Estudiantil Revolucionario (FER) de la Universidad de Guadalajara; en marzo de 1973, se integró a la Liga Comunista 23 de Septiembre. Detenido en febrero de 1974, se fugó junto con otros cinco guerrilleros de la cárcel de Oblatos en enero de 1976; reaprehendido en abril de 1977, fue amnistiado en agosto de 1982.

ESCRÍBENOS •Paracualquieraclaración •Paraalgúncomentario •Parahaceralgunacontribución •Paraexternarunacrítica •Paraprotestarporalgo •Paraalgunamentada(peroleve) •Paradiscutirelfuturodelahumanidad •Paradudas(quenoseanexistenciales) •Parapreguntas(nocapciosas)Nuestro correo electrónico es:[email protected]

Durante los primeros seis meses del 1970, al interior de las escuelas y facultades de la Universidad de Guadalajara, el ambiente político se había tornado más tenso, como resultado de que los grupos estudiantiles

opositores al control gangsteril que ejercía la Federación de Estudiantes de Guadalajara (FEG) venían fortaleciéndose y ampliándose, lo que les permitía que en los procesos de elección de las sociedades de

alumnos en las escuelas desarrollaran una cada vez más decidida disputa por ganar las presidencias.

Antonio Orozco Michel*

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HORIZONTALES

2. (Nazar), promotor en la crea-ción de la Brigada Blanca.

6. Grupo revolucionario surgido como escisión del FER.

10. Contracción gramatical.12. Fiscalía Especial para los Mo-

vimientos Políticos del Pasado.14. Se dirige a un lugar.15. Una marca de bolígrafos.17. Pedazo de piedra pómez.18. Cocer a fuego directo.19. Frente Urbano Zapatista.21. Contraiga nupcias.22. Señal de auxilio.23. (Barrientos), detenido en 1975

en Acapulco, en el marco de la guerra sucia.

25. Gorra con visera que usaban los soldados españoles.

26. Divinidad escandinava.28. Escuela Nacional de Arquitec-

tura.30. Libro de versos de Gabriela

Mistral.31. Cierre de una carta.33. Tratamiento que se da en algu-

nos lugares a las mujeres de de cierta edad (pl.).

34. Percibí por medio del olfato.36. Cerveza ligera inglesa.38. Existe, permanecen en un lugar.42. Embrollo, enredo.44. Tiempo que transcurre entre el

nacimiento de un ser vivo y su muerte.

45. Movimiento de Acción Revo-lucionaria.

46. Sensación que producen en el olfato ciertas emanaciones.

47. Medida de longitud antigua.50. Símbolos del oxígeno, tesla y

fósforo.51. Artículo neutro.52. (Ibarra), fundadora del Comité

Eureka.56. Símbolo del oro.57. Federación estudiantil conocida

como “Los Enfermos” (sigla).58. (Arriaga), director de la Escuela

Preparatoria de la Universidad Autónoma de Puebla, militante y dirigente comunista, asesina-do en 1972.

VERTICALES

1. (Emilio O.), secretario de Re-laciones Exteriores de México durante el gobierno de Luis Echeverría.

3. Nota musical (inv.).4. Animal cuadrúpedo.5. Sílaba sagrada en la mística

hindú.6. Frente Sindical (inic.).7. Símbolos de resistencia eléctri-

ca y polonio.8. Apócope de papá (inv.).9. Carruaje, comúnmente de dos

ruedas, abierto por delante y con capota.

11. Llano, sin asperezas.13. Signo exterior de duelo por la

muerte de una persona (inv.).14. Recipiente para beber.16. Tristemente célebre hospital

psiquiátrico que estuvo ubicado en la Ciudad de México.

17. (Rubén), guerrillero amnistia-do y luego asesinado durante el gobierno de López Mateos.

19. Virtud teologal.20. Símbolos de la impedancia y

yodo.23. Conjunto de palabras que basta

parta formar sentido.24. Elemento químico, su símbolo

es Xe.27. Ondulación.29. Dícese del hilo poco torcido

(inv.).32. (Raúl Ramos), líder de la orga-

nización clandestina Los Pro-cesos.

35. En ese jueves de 1971 fueron masacrados manifestantes en la ciudad de México.

37. Planta herbácea de las lináceas.39. Abreviaturas de segundo y de

metro.40. Acción y efecto de tasar.41. Terminación verbal.43. Letra griega.48. (Camp), estadio del equipo

León del fútbol profesional mexicano, primera A.

49. Caudal de agua.52. Isla francesa del océano Atlán-

tico.53. Brigadas de asalto del partido

nazi dirigidas por Himmler (si-gla).

54. Símbolos del roentgen y julio.55. Abreviaturas de oeste y de este.

Anemia.- Enfermedad provocada por la falta de glóbulos rojos. Según el doctor “Cinic”, suelen padecerla aquellos individuos que no consu-men una dieta balanceada, principalmente por razones de tipo económico.

El aumento de la pobreza en México, debi-do al capitalismo salvaje que se instauró en las últimas décadas, ha provocado una alarmante expansión de dicha enfermedad.

Anomia (Sociol.).- Fenómeno social que invade a determinadas sociedades cuando sus ciudada-nos dejan de creer en los valores e instituciones de la comunidad. El término fue acuñado por el sociólogo Émile Durkheim (La división del trabajo social y El suicidio).

México es un país que sufre tal padeci-miento, en no poca medida debido a la incapa-cidad de sus políticos y gobernantes para crear una sociedad justa y democrática.

El doctor “Cinic” señala que la combinación de anemia y anomia puede ser explosiva a media-no o largo plazo en países como el nuestro.

Abstemio.- Individuo que se abstiene de votar. Otrora aludía al individuo que se abstenía de beber o fumar.

Abstencionismo (electoral).- Fenómeno inextri-cablemente vinculado a la anomia (y a la ane-mia) que padecen países como México, que propicia que millones de ciudadanos se absten-gan de votar en los procesos electorales debido a su desconfianza hacia los partidos políticos y, en general, hacia las instituciones. En los últi-mos años el abstencionismo ha experimentado un alarmante crecimiento, muy cercano al se-senta por ciento.

Abstencionista (Partido).- Organización que aglutina a la mayoría de los mexicanos. Care-ce de registro público, pero ello no le impide ser el principal partido (político o apolítico) de nuestro país.

Dieta.-Ingreso que recibe un diputado mexicano, mismo que le permite gozar de una dieta ali-menticia muy bien balanceada. En una inves-tigación intitulada “¿Cómo y cuánto gasta la Cámara de Diputados?”, Amparo Casar Pérez del Centro de Docencia e Investigación Eco-nómica, (Serie El Uso y Abuso de los Recursos Públicos, Cuaderno de debate Núm. 8), nos in-dica que un diputado federal gana en prome-dio 218 mil pesos al pesos (sin tomar en cuenta

otras prestaciones), la cifra más alta –después de Brasil— que devengan los legisladores en nuestro hemisferio.

En contraste, la “dieta” que recibe un mexicano pobre oscila (tomando en cuenta el salario mí-nimo) entre los mil 500 y los dos mil pesos, lo cual le impide –valga la redundancia—, gozar de una “dieta” alimenticia equilibrada.

Según el doctor “Cinic”, el aumento pavoroso al precio de los alimentos básicos como la tor-tilla, el azúcar, el maíz y el frijol amenaza con convertir a la mayoría de los mexicanos en un pueblo anémico (aparte de anómico).

Coalición (de gobierno).- Alianza de partidos po-líticos encaminada a crear fuentes de trabajo para sus principales dirigentes.

Desencanto.- Estado de ánimo que impera en am-plios sectores del pueblo mexicano –principal-mente entre los jóvenes— ante la incertidum-bre provocada por la falta de oportunidades (laborales, económicas, políticas, sociales, etc.).

Decepción (estado de).- Estado de ánimo que invade a la mayoría de los mexicanos, ante la frustración que les produce el fracaso de los proyectos enderezados a fortalecer la democra-cia.

Esperanza.- Virtud que según Santo Tomás de Aquino “capacita al hombre para tener con-fianza y plena certeza de conseguir la vida eter-na y los medios, tanto sobrenaturales como na-turales, necesarios para alcanzarla, apoyado en el auxilio omnipotente de Dios”.

Según el doctor “Cinic”, en México cada vez hay más ciudadanos que han perdido la es-peranza –en el sentido tomista—, debido a los enormes esfuerzos que despliegan para conse-guir el pan de cada día.

Excepción (Estado de).- Estado que surge cuan-do un determinado gobierno suspende el libre ejercicio de los principales derechos (de reu-nión, de libertad de prensa, etc.). Cuando eso sucede las Fuerzas Armadas asumen el mando de la sociedad.

Ninis.- Jóvenes “que ni estudian ni trabajan”.Ninos.- Personas de la tercera edad que ni traba-

jan ni reciben pensión alguna.

* El autor es investigador en el Programa de Estu-dios Universitarios Comparados de la BUAP.

La muerte cabalga por África a diario e inten-samente. El hambre y la guerra se ceban tam-bién sobre los elefantes que son asesinados para vender su marfil por parte de insurgentes que para comprar el silencio de los nativos, les rega-lan la carne.

Se calcula que más de 3 mil elefantes fue-ron cazados en África el año pasado, 450 en los dos primeros meses de 2012.

Lee más en: http://www.bolpress.com/art.php?Cod=2012030401

Científicos de la Universidad Estatal de Pensil-vania descubrieron que las boas saben exacta-mente cuánto tiempo deben estrujar a sus víc-timas. Estas serpientes pueden sentir el latido del corazón de su presa, dejando de apretar solo cuando cesa. Los investigadores creen que du-rante su evolución, las boas desarrollaron meca-nismos para percibir señales físicas en los orga-nismos de sus presas. Esta habilidad es crucial para depredadores como las boas constrictoras, que deben balancear la necesidad de alimen-tarse con la de gastar energía para apretar sus músculos con la suficiente duración y fuerza para sofocar a su víctima. El estudio fue publi-cado en la revista de la academia británica de ciencias Royal Society Biology Letters.

Lee más en: http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2012/01/120118_boa_corazon_am.shtml?s

”Nuestra llegada a la tierra y nuestra historia tecnológica han generado un enorme cambio en la evolución de la mayoría de especies” afir-ma el profesor Geerat Vermeij, de la Universi-dad de California. ¿Es que los animales simple-mente no han tenido tiempo para desarrollar defensas? ¿Será que no tienen ese tipo de va-riaciones en sus genes? ¿O tendrá que ver con la manera como nosotros los cazamos? Estas preguntas son planteadas por el profesor en un ensayo científico que acaba de publicar la revis-ta académica Evolution. Vermeij estudia, desde hace más de 30 años, los efectos de los depre-dadores en la evolución: “Usualmente, cuando nuevos y más poderosos depredadores se desa-rrollan o llegan de otro lado, las especies locales se pueden adaptar por sí solas y quedar mejor protegidas con una variedad de medios; pero esta opción parece no servir cuando se trata de la evolución de los seres humanos como super-depredadores”.

Lee más en: http://www.bbc.co.uk/mundo/no-ticias/2012/02/120217_ciencia_depredadores_humano_dp.shtml

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Con el propósito de fomentar el hábito de la lectura y la habilidad en la escritura, la investigación, la disciplina y la creatividad, el Fondo de Cultura Económica con el apoyo de la Secretaria de Educación Pública, y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, a través de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, convocan a este concurso en la región Centro Sur III: Puebla y Tlaxcala

Si tienes entre 12 y 25 años de edad o eres profesor de nivel medio superior

en activo, el FCE te invita a participar en el XVII Concurso “Leamos

Ciencia para Todos”

Elige uno de los 229 títulos de la colección La Ciencia para Todos

Elabora un trabajo de acuerdo con tu edad.

Informes:Benemérita Universidad Autónoma de PueblaVicerrectoría de Investigación y Estudios de PosgradoDirección de Divulgación Científica

4 Sur núm. 303 Planta Alta, Centro Histórico, 72000, Puebla, Pue.Teléfonos: (01 222) 229 55 00 exts. 5729 y 5730;Correo electrónico: [email protected] www.viep.buap.mx

Para mayor información consulta próximamente las bases en:

www.lacienciaparatodos.mx

Podrás ganar premios en efectivo, becas del Verano de la Investigación científica, libros, visitas a laboratorios de investigación, conferencias con autores y estadía de cinco días en la Ciudad de México.

Benemérita Universidad Autónoma de PueblaVicerrectoría de Investigación y Estudios de Posgrado

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Aparece cada quince díasDirector y editor: Enrique Condés Lara

Consejo Editorial: Mariano E. Torres Bautista, Jaime Cid Monjaraz, Juan Lozada León,Gloria A. Tirado Villegas, José Fragoso Cervón, María de Lourdes Herrera Feria,

Hugo López Coronel y Enrique Barradas Guevara.Corrección: Gabriela Breña

Diseño: Israel Hernández CedeñoCorreo electrónico: [email protected]

*No incluye sección de SocialesSe imprime en los talleres de El Errante, Editor. Priv. Emiliano Zapata 5947,

San Baltasar Campeche, Puebla.Certificado SEGOB: 15198 / Certificado Derechos: 032210460200-101

Solución alReincigRama de eSte númeRo

Solución alReincigRama de eSte númeRo

Afortunadamente, la fiesta perpetua no me ha impedido conocer amigotes de prestigio (no es albur) como los que voy a mencionar.

Nilda era una de esas mujeres bellas, tanto en su interior (amable, alegre, políticamente inquie-ta, participativa, organizadora), como en su exte-rior. Tenía una presencia de concurso de belleza y, a la vez, inteligencia y personalidad. Por unanimi-dad fue jefa y representante del grupo; se encargaba de conseguir becas para la mayoría de los compa-ñeros y organizaba los viajes de práctica (uno por semestre). Así, hicimos viajes a Guadalajara (estu-dio), ciudad Juárez (fayuca), Acapulco (reventón), y a Guatemala (de todo). También te proveía de lentes, libros, plumas, libretas (por encargo o como regalo cuando veía tus necesidades) que expropiaba a los burgueses panzones dueños de grandes alma-cenes y librerías de la capital.

Luis, un miembro activo de la banda revolu-cionaria de los Ecomunistas (encargado de redactar nuestros volantes subversivos y de picar esténciles para imprimir en los artesanales mimeógrafos que eran luego repartidos por toda la banda). Personaje carismático, siempre era el escogido que hablaba en las asambleas a nombre del grupo; inteligente, disciplinado en el estudio, recomendaba leer un li-bro cuando menos cada quince días; organizador de cursos extracurriculares como los seminarios del Capital de un tal Carlos Marx. En las sesudas discusiones del grupo político, sus intervenciones siempre eran de tomarse en cuenta por la claridad de pensamiento y lo centrado de sus propuestas; en la licenciatura, su participación era del agrado

tanto de los maestros como de los alumnos. Con todo ello, era conquistador de bellas mujeres, lo que lo convirtió también en jefe del grillosísimo grupo “H” de la escuela.

Entre estos dos personajes brincó la chispa del enamoramiento y así, los alucinábamos juntos en el salón de clases, en la cafetería, en los asientos de los camiones, en las casas de campaña etc. Debo decir también que si no eran asiduos a la quema de hier-ba buena, tampoco le hacían malos gestos cuando se presentaba una buena ocasión.

Todo marchaba bien hasta que apareció un ter-cero en discordia: Ernesto, un alumno brillante, uno o dos años más adelantado que nosotros, que por su capacidad en los estudios había sido absor-bido por la banca nacional, y que por la necesidad de presentar rápido su examen profesional lo ha-bían comisionado en nuestro grupo como maestro de no me acuerdo que materia.

Lo cierto es que cuando empezaron los últi-mos cursos de la carrera ya no se presentó Nilda a concluir sus estudios porque, como supimos poste-riormente, siguió a Ernesto al extranjero. ¡Chaale!, que bajón de vieja le dieron a nuestro destacado ecomunista. Pero la superó. Luis es ahora doctor-investigador prestigioso de Ciencias Políticas en la UNAM y egresado de una de las más importan-tes universidades de Francia. Mientras que Ernesto fue Presidente de la República y Nilda su primera Dama.

* El autor es Doctor en Sociología Jurídica por la BUAP y cuatachin.

En la primera mitad de 2011, la tasa de crecimiento del turismo en Sudamérica fue del 15%, tres veces más que la media mun-dial (5%) y muy por encima de otras regiones del mundo que tradicionalmente están en la mira de los viajeros como Europa Central y del Este (9%), el sur de Europa y su área mediterránea (7%) o Norteamérica (4%).

Entre los países de la región se destacan los casos de Brasil, que en 2010 recibió 5.1 millones de visitantes (frente a 4.8 del año anterior) y Argentina, cuya tasa de crecimiento refleja la recep-ción de un millón de personas más que en 2010, superando los cinco millones en total.

En Colombia, la situación también refleja un ascenso. En 2000 apenas visitaron ese país 400 mil turistas. Cinco años más tarde, esa cifra rozaba un millón y el año pasado ya llegaba a 2.3 millones.

La bonanza sudamericana se inscribe, además, en otra tenden-cia dicente: mientras el número de turistas que viajan a las eco-nomías avanzadas se mantuvo entre 2000 y 2010 entre 400 y 500 millones, en las economías emergentes se observó un mar-cado crecimiento: en 2000 llegaron 257 millones de turistas y en 2010, 442 millones.

Según el Ministerio de Turismo de Cuba, el número de visitan-tes que recibe la isla cada año ronda los 2.5 millones. De ellos, 945 mil son canadienses, 174 mil británicos, 112 mil italianos, 104 mil españoles, 93 mil alemanes y 80 mil franceses.

EU representa el 60% del negocio turístico en México. Solo en 2010, 6 millones de turistas estadounidenses volaron hacia Mé-xico, el principal destino para los turistas del país vecino.

Pero mientras el número de visitantes a México procedentes de otras partes del mundo no para de crecer, aumentó en un 3.3% en el primer semestre de 2011, la llegada de estadounidenses se ha reducido en un 6% con respecto a 2010. ¿Será por la violen-cia desatada?

http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2011/10/110930_turismo_sudamerica_tsb.shtmlhttp://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2011/07/110711_cuba_turismo_aumento_ms.shtmlhttp://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2011/08/110818_mexico_turismo_calde-ron_campana_narcotrafico_jg.shtml

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El país está a punto de la catástrofe. Según el PAN, es culpa del PRI que dejó crecer al crimen organizado y a la corrupción; según el PRI, es resultado de la manifiesta incapacidad del PAN para

gobernar; según el PRD y sus satélites, los responsables son el PRI y el PAN puesto que son más o menos lo mismo; según el PANAL porque…¡lo dijo la maestra!

No obstante, existe salvación. Hay cuatro luchadores que están dispuestos a sacrificarse y sacar adelante

a México. Para lograrlo necesitan tan solo votos (como Popeye espinacas). Pero, ¿qué hacer ante la emergencia nacional? REINCIDENTE decidió prestar auxilio práctico y efectivo a los seguidores de cada luchador. ¡Que cada quien se ponga la máscara de su ídolo y acuda a mítines, concentraciones y reuniones de todo tipo, imbuido por su espíritu de lucha, a echarle porras! Que cada quien corte con cuidado, siguiendo las líneas punteadas, la imagen de su luchador favorito, se lo ponga como máscara y salga a la calle a salvar al país.

Empezamos con las damas...