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* Reincidente no incluye sección de Sociales Año VI, Número 111, 1ra. quincena de noviembre de 2015 El Día de Muertos en San Miguel Canoa es un sistema cultural organizado con ritos prescritos que tienen como fundamento una creencia invariante. Creer que los muertos regresan o visitan a sus familiares es el sustento estructural que posibilita la edificación del sistema ritual, constituido por cuatro momentos interconectados de semejante importancia: 1) Construcción de ofrendas. 2) Alumbrada en el panteón. 2) Recorrido procesional del santo Ánimas, y 4) Redistribución de bienes en canastas adornadas. Todos ellos a manera de un complejo sistema ritual territorializado que refuerza y reproduce la comunidad canoense. DÍA DE MUERTOS EN SAN MIGUEL CANOA Ernesto Licona Valencia LAS OFRENDAS PARA LOS MUERTOS EN SAN MARCOS TLACOYALCO Angélica Correa de la Garza UN PUEBLO QUE SE TUTEA CON LA MUERTE Jesús Guevara Martínez REFLEXIÓN SOBRE EL DÍA DE MUERTOS Gabriela Caballero Aranda CONSEJOS PARA TENER UN PROFESORADO MEDIOCRE (3) DESDE LA FACULTAD Mariano Torres Bautista DE PLANTAS Y ANIMALES Cecilia Vázquez Ahumada REINCIGRAMA Fernando Contreras AQUÍ, PUROS CUENTOS Paco Rubín FRANTASÍAS José Fragoso Cervón ARITMOMANÍA Gabriela Breña NO ES GORDURA Ernesto Licona Valencia* A unado a lo anterior, al acercarse el Día de Muertos en San Miguel Canoa se activan na- rrativas que explicitan la obligatoriedad de edificar ofrendas dedicadas a los familiares muertos. Si no se elaboran, los sujetos que incumplen experimentan sucesos sobrenaturales que los “asusta” e inmediatamente cambian su comportamiento, ya que los relatos son eficaces. Cuenta un informante que la hija de una familia le preguntó a su papá, muy borra- cho por el pulque, qué irían a poner a su mamá muerta. Respondió que nada. Le argumentó que “no vienen los muertos” y que mejor ese dinero lo utilizaran en otra cosa. Agarró una piedra y se la puso como ofrenda a su difunta esposa. Pues ese señor borracho, dice nues- tra informante, un día se encontraba en la montaña y escuchó algarabía, voces, chiflidos y miró que iban ba- jando niños alegres con juguetes y personas mayores degustando mole y alumbrándose con veladoras, todas cantando y bailando, y hasta atrás observó a su esposa girando una piedra. Se impresionó de tal manera que al señor se le quitó la borrachera, dejó de tomar pulque y jamás olvidó “poner ofrenda”. Estas narrativas perduran en numerosas variantes que hacen suponer la existencia de un mecanismo simbólico que exige y ordena, que funciona como dispositivo cultural coercitivo para ga- rantizar la reproducción del evento ritual que conlleva al mismo tiempo reorientación de prácticas “desviadas”. ¿Qué es la ofrenda? Es un umbral construido socialmente que relaciona el mundo de los vivos con el de los muertos que continúan estando vivos por la acción de sus almas. Trabajan y caminan, por eso un elemento sustancial del conjunto de la ofrenda es el camino construido con ocoxal y flor de muerto que remata con luces emitidas por velas colocadas en la ofrenda, regularmente edificada en la base del altar fa- miliar; así, las almas no se extravían y llegan a la casa correcta. La ofrenda también es un manjar para los di- funtos porque disfrutan del aroma de los alimentos que sus familiares les proporcionan. Estos regularmente son frutas, pan, gallina, guisos y bebidas dispuestos en un petate a nivel del suelo o en una mesa que, junto con tazas, platos y otros objetos, conforman el sistema obje- tual ofrendado, los cuales cuando son colocados deben enunciar el nombre del difunto y no deben ser toca- dos hasta que se levanta la ofrenda. Los objetos deber ser nuevos “porque se los llevan”, al igual que la comida elaborada con la “cosecha nueva”, la del año y el ocoxal recién cortado porque en esos días “toma un aroma es- pecial”. La habitación donde se monta la ofrenda está llena de humo de copal, se sahúma “para llamarlos y acogerlos”. El Día de Muertos inicia el 28 de octubre porque se cree que “llegan los accidentados” y es costumbre poner flores en el lugar que falleció, así como en la casa donde vivió el difunto. El 30 del mismo mes se le pone ofren- da a los “limbitos”, niños que nacieron muertos y que no vieron la luz. Dice una informante que cuando una mujer está embarazada hay que cuidarla, principalmente cuan- do se está quemando la luna hay que agarrar agua y aven- társela para que se refresque y no afecte al niño y que se tiene que poner una taza con agua atrás de la puerta. El 31 se espera que arriben los niños que murieron sin ser bautizados y por eso ponen juguetes; y el 1 de noviembre se espera a los muertos adultos por lo que antes de las doce del día hay que edificar la ofrenda con todo lo que le gustaba al difunto. Entre la madrugada del 1 y 2 de noviembre se va al panteón a “alumbrarle a los “muertitos”, se está con ellos, se duerme ahí o se escucha música, se le arregla la tum- ba, que se limpia y adorna con flores y velas. A las ocho de la mañana el sacerdote dicta misa y a las 14 horas del día 2 se escuchan dos cohetes que anuncian la ida de los difuntos; entonces, hay que levantar la ofrenda e ini- ciar la decoración de canastas que serán repartidas entre los familiares y ahijados. La “alumbrada” en el panteón o campo santo es tan importante como las ofrendas en las casas, de hecho es continuación de ésta porque ahí tam- bién se pone ofrenda, a pesar de que a los panteones se les considera lugares “pesados” porque ahí viven los “aires de muerto” y las personas pueden enfermarse y a los niños se les protege con hierbas colocadas debajo de sus gorros para que no se enfermen de “mal aire” o “mal de muerto”. Como respuesta a las creencias mesoamericanas, la iglesia católica introdujo en Canoa al santo Ánimas, que inicia su recorrido procesional por todos los barrios de Canoa los días 1 y 2 de noviembre. A este santo los ca- noas le dan el apelativo de “el Demandito” porque cum- ple las suplicas de los habitantes. Después de una misa, “el Demandito” sale en procesión organizada por el sis- tema de cargos con su correspondiente mayordomo y demás cargos como los “ayates” o los “faroleros”. Al re- correr los barrios, el santo Ánimas va recogiendo frutas, pan, botellas de alcohol, flores, etc., que son proporcio- nados por las personas que solicitaron la visita del santo a sus hogares; en retribución otorgan esos bienes que son recogidos por los “ayates” y que luego, en la noche del 2 de noviembre, en la casa del mayordomo, son re- partidos colectivamente en situación festiva que se co- noce como “encuentro”. Las ceras recogidas se funden para elaborar cirios, el dinero acumulado se utiliza para la compra de flores que no le faltarán durante todo un año al santo Ánimas y las flores recogidas durante dos días se deshojan para ser vertidas en el recorrido y en el “encuentro”. Con ello concluye la procesión. Cuando se levanta la ofrenda, a partir de las dos de la tarde del día 2 de noviembre, empieza otro ritual de redistribución de bienes que se conoce como “canastas”. Son canastas adornadas y llenas de bienes y guisos, al- gunos de ellos proceden de las ofrendas, otros fueron elaborados posteriormente y ocasionalmente compra- dos. Se llevan las canastas a los familiares y compadres. Por ejemplo, una familia puede elaborar entre treinta y cuarenta canastas para ser repartidas entre hermanos, hermanas, tías, primos, suegras, padrinos, ahijados, etc. A los niños se les otorgan juguetes. Ese día es mucho más importante para ellos que el día 6 de enero, el de los Santos Reyes. Y en retribución a las personas (mu- jeres) que llevan la canasta, se les obsequia una taza o plato. Se trata de un amplio sistema redistributivo de bienes que estrecha los lazos de parentesco y hace te- rritorio. La tarde de ese día en todos los barrios de San Miguel Canoa, se observa a numerosas familias cargan- do las canastas dirigiéndose a las casas de sus familiares, padrinos y compadres. En fin, el Día de Muertos en San Miguel Canoa, que es un pueblo urbano, perteneciente al municipio de Puebla, de origen nahua y localizado en las faldas del volcán La Malinche, es un sistema ritual amplio que sincretiza una creencia prehispánica con otra católica y que socialmente estrecha los lazos de parentesco a tra- vés de la redistribución de bienes compartidos por los difuntos familiares en un territorio vívido. Ofrenda a los muertos. San Miguel Canoa, Puebla Referencia: Gámez, Espinosa Alejandra y Correa de la Garza Mayra An- gélica, “Etnoterritorialidad y cosmovisión”, en Ernesto Licona Valencia, Alejandra Gámez Espinosa, Rosalba Ramírez Ro- dríguez (coordinadores), San Miguel Canoa. Pueblo Urbano, ed. BUAP, México, 2013. * El autor es profesor-investigador y coordinador de la maestría en Antropología Social de la BUAP.

Reincidente 111

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* Reincidente no incluye sección de Sociales* Reincidente no incluye sección de Sociales

Año VI, Número 111, 1ra. quincena de noviembre de 2015

El Día de Muertos en San Miguel Canoa es un sistema cultural organizado con ritos prescritos que tienen como fundamento una creencia invariante. Creer que los

muertos regresan o visitan a sus familiares es el sustento estructural que posibilita la edificación del sistema ritual, constituido por cuatro momentos interconectados de semejante importancia: 1) Construcción de ofrendas. 2) Alumbrada en el panteón. 2) Recorrido procesional del santo Ánimas, y 4) Redistribución de bienes en canastas adornadas. Todos ellos a manera de un complejo sistema ritual territorializado que

refuerza y reproduce la comunidad canoense.

DÍA DE MUERTOS EN SAN MIGUEL CANOA Ernesto Licona Valencia

LAS OFRENDAS PARA LOS MUERTOS EN SAN MARCOS TLACOYALCO

Angélica Correa de la GarzaUN PUEBLO QUE SE

TUTEA CON LA MUERTE Jesús Guevara Martínez

REFLEXIÓN SOBRE EL DÍA DE MUERTOS

Gabriela Caballero ArandaCONSEJOS PARA TENER UN

PROFESORADO MEDIOCRE (3)DESDE LA FACULTAD

Mariano Torres BautistaDE PLANTAS Y ANIMALES

Cecilia Vázquez AhumadaREINCIGRAMA

Fernando ContrerasAQUÍ, PUROS CUENTOS

Paco RubínFRANTASÍAS

José Fragoso CervónARITMOMANÍA

Gabriela BreñaNO ES GORDURA

Ernesto Licona Valencia*

Aunado a lo anterior, al acercarse el Día de Muertos en San Miguel Canoa se activan na-rrativas que explicitan la obligatoriedad de edificar ofrendas dedicadas a los familiares

muertos. Si no se elaboran, los sujetos que incumplen experimentan sucesos sobrenaturales que los “asusta” e inmediatamente cambian su comportamiento, ya que los relatos son eficaces. Cuenta un informante que la hija de una familia le preguntó a su papá, muy borra-cho por el pulque, qué irían a poner a su mamá muerta. Respondió que nada. Le argumentó que “no vienen los muertos” y que mejor ese dinero lo utilizaran en otra cosa. Agarró una piedra y se la puso como ofrenda a su difunta esposa. Pues ese señor borracho, dice nues-tra informante, un día se encontraba en la montaña y escuchó algarabía, voces, chiflidos y miró que iban ba-jando niños alegres con juguetes y personas mayores degustando mole y alumbrándose con veladoras, todas cantando y bailando, y hasta atrás observó a su esposa girando una piedra. Se impresionó de tal manera que al señor se le quitó la borrachera, dejó de tomar pulque y jamás olvidó “poner ofrenda”. Estas narrativas perduran en numerosas variantes que hacen suponer la existencia de un mecanismo simbólico que exige y ordena, que funciona como dispositivo cultural coercitivo para ga-rantizar la reproducción del evento ritual que conlleva al mismo tiempo reorientación de prácticas “desviadas”.

¿Qué es la ofrenda? Es un umbral construido socialmente que relaciona el mundo de los vivos con el de los muertos que continúan estando vivos por la acción de sus almas. Trabajan y caminan, por eso un elemento sustancial del conjunto de la ofrenda es el camino construido con ocoxal y flor de muerto que remata con luces emitidas por velas colocadas en la ofrenda, regularmente edificada en la base del altar fa-miliar; así, las almas no se extravían y llegan a la casa correcta. La ofrenda también es un manjar para los di-funtos porque disfrutan del aroma de los alimentos que sus familiares les proporcionan. Estos regularmente son frutas, pan, gallina, guisos y bebidas dispuestos en un petate a nivel del suelo o en una mesa que, junto con tazas, platos y otros objetos, conforman el sistema obje-tual ofrendado, los cuales cuando son colocados deben enunciar el nombre del difunto y no deben ser toca-dos hasta que se levanta la ofrenda. Los objetos deber ser nuevos “porque se los llevan”, al igual que la comida elaborada con la “cosecha nueva”, la del año y el ocoxal recién cortado porque en esos días “toma un aroma es-pecial”. La habitación donde se monta la ofrenda está llena de humo de copal, se sahúma “para llamarlos y acogerlos”.

El Día de Muertos inicia el 28 de octubre porque se cree que “llegan los accidentados” y es costumbre poner flores en el lugar que falleció, así como en la casa donde vivió el difunto. El 30 del mismo mes se le pone ofren-da a los “limbitos”, niños que nacieron muertos y que no vieron la luz. Dice una informante que cuando una mujer

está embarazada hay que cuidarla, principalmente cuan-do se está quemando la luna hay que agarrar agua y aven-társela para que se refresque y no afecte al niño y que se tiene que poner una taza con agua atrás de la puerta. El 31 se espera que arriben los niños que murieron sin ser bautizados y por eso ponen juguetes; y el 1 de noviembre se espera a los muertos adultos por lo que antes de las doce del día hay que edificar la ofrenda con todo lo que le gustaba al difunto.

Entre la madrugada del 1 y 2 de noviembre se va al panteón a “alumbrarle a los “muertitos”, se está con ellos, se duerme ahí o se escucha música, se le arregla la tum-ba, que se limpia y adorna con flores y velas. A las ocho de la mañana el sacerdote dicta misa y a las 14 horas del día 2 se escuchan dos cohetes que anuncian la ida de los difuntos; entonces, hay que levantar la ofrenda e ini-ciar la decoración de canastas que serán repartidas entre los familiares y ahijados. La “alumbrada” en el panteón o campo santo es tan importante como las ofrendas en las casas, de hecho es continuación de ésta porque ahí tam-bién se pone ofrenda, a pesar de que a los panteones se les considera lugares “pesados” porque ahí viven los “aires de muerto” y las personas pueden enfermarse y a los niños se les protege con hierbas colocadas debajo de sus gorros para que no se enfermen de “mal aire” o “mal de muerto”.

Como respuesta a las creencias mesoamericanas, la iglesia católica introdujo en Canoa al santo Ánimas, que inicia su recorrido procesional por todos los barrios de Canoa los días 1 y 2 de noviembre. A este santo los ca-noas le dan el apelativo de “el Demandito” porque cum-ple las suplicas de los habitantes. Después de una misa,

“el Demandito” sale en procesión organizada por el sis-tema de cargos con su correspondiente mayordomo y demás cargos como los “ayates” o los “faroleros”. Al re-correr los barrios, el santo Ánimas va recogiendo frutas, pan, botellas de alcohol, flores, etc., que son proporcio-nados por las personas que solicitaron la visita del santo a sus hogares; en retribución otorgan esos bienes que son recogidos por los “ayates” y que luego, en la noche del 2 de noviembre, en la casa del mayordomo, son re-partidos colectivamente en situación festiva que se co-noce como “encuentro”. Las ceras recogidas se funden para elaborar cirios, el dinero acumulado se utiliza para la compra de flores que no le faltarán durante todo un año al santo Ánimas y las flores recogidas durante dos días se deshojan para ser vertidas en el recorrido y en el

“encuentro”. Con ello concluye la procesión. Cuando se levanta la ofrenda, a partir de las dos de

la tarde del día 2 de noviembre, empieza otro ritual de redistribución de bienes que se conoce como “canastas”. Son canastas adornadas y llenas de bienes y guisos, al-gunos de ellos proceden de las ofrendas, otros fueron elaborados posteriormente y ocasionalmente compra-dos. Se llevan las canastas a los familiares y compadres. Por ejemplo, una familia puede elaborar entre treinta y cuarenta canastas para ser repartidas entre hermanos, hermanas, tías, primos, suegras, padrinos, ahijados, etc.

A los niños se les otorgan juguetes. Ese día es mucho más importante para ellos que el día 6 de enero, el de los Santos Reyes. Y en retribución a las personas (mu-jeres) que llevan la canasta, se les obsequia una taza o plato. Se trata de un amplio sistema redistributivo de bienes que estrecha los lazos de parentesco y hace te-rritorio. La tarde de ese día en todos los barrios de San Miguel Canoa, se observa a numerosas familias cargan-do las canastas dirigiéndose a las casas de sus familiares, padrinos y compadres.

En fin, el Día de Muertos en San Miguel Canoa, que es un pueblo urbano, perteneciente al municipio de Puebla, de origen nahua y localizado en las faldas del volcán La Malinche, es un sistema ritual amplio que sincretiza una creencia prehispánica con otra católica y que socialmente estrecha los lazos de parentesco a tra-vés de la redistribución de bienes compartidos por los difuntos familiares en un territorio vívido.

Ofrenda a los muertos. San Miguel Canoa, Puebla

Referencia: Gámez, Espinosa Alejandra y Correa de la Garza Mayra An-

gélica, “Etnoterritorialidad y cosmovisión”, en Ernesto Licona Valencia, Alejandra Gámez Espinosa, Rosalba Ramírez Ro-dríguez (coordinadores), San Miguel Canoa. Pueblo Urbano, ed. BUAP, México, 2013.

* El autor es profesor-investigador y coordinador de la maestría en Antropología Social de la BUAP.

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Mariano E. Torres Bautista*

¿Cuáles son las razones por las que una dependen-cia tiende a caer en este tipo de prácticas? Pensan-do positivamente, diríamos que sigue la conocida fórmula de: “Cuando veas las barbas de tu vecino

cortar, echa las tuyas a remojar”. Con esto se trata de evitar observaciones a cualquier tipo de negligencia. También se puede pensar que se busca tener “toda la documentación en regla” en caso de enfrentar una auditoría. Pensando mal, la multiplicación de trámi-tes y documentación en procedimientos para los que anteriormente se seguían mecanismos más sencillos, parecería que busca volver las cosas más complejas y confusas justamente para que ante dichas rendiciones de cuentas se puedan ocultar manejos inadecuados.

Hace poco recibí un producto de la cultura popular que refleja e ilustra de manera divertida otra arista de esta tendencia. Se trata de los Requisitos Para Pedir Ca-laverita: 1. Estar dado de alta en el SAT. 2. Expedir fac-tura electrónica. 3. Permiso correspondiente de uso de suelo. 4. Permiso de PROFEPA para el uso de la cala-verita, sea de chilacayote o calabaza. 5. Dar de alta en el IMSS a los acompañantes, por aquello de las mordidas de perro. Pero, ¿cuál es la significación popular de todo esto? Entre otras cosas que, cuando se imponen más cargas, recurriendo a alguno de nuestros miedos, adu-ciendo que dicha medida es por “seguridad”, en realidad se está creando alguna forma nueva de impuesto indi-recto. El resultado final es una multiplicación de trámi-

tes y procedimientos. Si se reflexiona bien, para cada una de las medidas como las del ejemplo, sea la protec-ción ambiental o de la salud, existe siempre la posibili-dad de otro tipo de soluciones que ayudan a resolver el problema, sin implicar una carga pecuniaria, típica de la lógica capitalista que busca traducir todo a un valor monetario, por pequeño que sea.

Otro ejemplo es una de mis primeras experiencias con la administración universitaria en 1984, año de mi ingreso al doctorado de la Universidad de París. Al obtener una constancia de inscripción, solamente ne-cesité explicar lo que necesitaba, mostrar mi credencial de estudiante, de donde la secretaria tomó mi nom-bre, el dato del programa de doctorado adscrito y la fecha de mi nacimiento. Al momento anotó los datos correspondientes en un formato pre-impreso, lo fir-mó, selló y ¡zas!, en dos minutos salí con la constan-cia requerida. Compárese este procedimiento con el que se usa en las universidades mexicanas donde hay que solicitarlo por escrito (como si sirviese para algo esa solicitud), ¡pagar los derechos correspondientes en alguna institución bancaria, con todo lo que esto sig-nifica en tiempo de traslado, formarse en otra cola, el regreso con la ficha bancaria, etc. etc. Y como este, hay miles de ejemplos.

Se dirá que son cuestiones culturales. ¡Eso es ver-dad! Mientras en un país moderno y desarrollado se aprecia el valor de la simplificación de los procedi-

mientos con los consabidos ahorros en tiempo, tras-lado de la gente en detrimento de la movilidad citadi-na y otros beneficios; en un país “en vías de desarro-llo” todo se multiplica y complica de manera irracional, creando gastos de tiempo y costos superfluos.

La multiplicación de trámites y requerimientos documentales obliga a crear más y más papeleo, con los consabidos gastos de recursos, materiales, espacios para contener esa documentación multiplicada; ade-más de algo muy valioso: la utilización de tiempo que pudiera tener un mejor empleo. ¿Por qué en países así, después de cada auditoría, además del arqueo de las operaciones, no existe un apartado de recomendacio-nes para simplificar cada procedimiento? Ello facili-taría la realización de la siguiente auditoría y tenden-cialmente iría produciendo algo de lo que también ca-recen nuestras sociedades “en vías de desarrollo”: con-fianza. Ayudaría a superar la opacidad en el manejo de muchas oficinas.

Se dirá por parte de alguien capaz del cinismo más siniestro y maquiavélico: ¡qué ingenuo! ¡Si de lo que se trata es que las cosas se compliquen para poder ob-tener aprovechamientos!

* El autor es Doctor en Historia por la Universidad de París I, Phantéon-Sorbonne; actualmente, se des-empeña como docente/investigador del programa de Maestría en Antropología Social de la BUAP.

¿Duplicar y hasta multiplicar información en la realización de trámites es un signo de modernización? ¡Por supuesto que no! Esto que parece un mal menor, y que para algunos optimistas es solo una consigna administrativa pasajera, se está convirtiendo en una práctica creciente que lejos de volver más moderna y eficiente a una dependencia o institución víctima de este artificio que busca la “rendición de cuentas”, “el manejo correcto de los procedimientos administrativos”, o cualquier eufemística fórmula que hayamos escuchado o tengamos que escuchar, la vuelve más lenta y pesada.

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La humanidad se encuentra atravesada por la globalización, fenómeno que ha resquebrajado los puntos esenciales de los diferentes pueblos; se han modifica-

do, por ejemplo, los valores sociales y familiares, las tradiciones y los arraigos culturales. Y por si fuera poco, se ha diezmado la parte académica, esto es, las generaciones actuales se han inclinado por la parte “fácil” del uso de la red, en vez de pre-ocuparse por su formación científica, dando como resultado estudiantes cibernéticos con serios pro-blemas, tanto en la lectura de comprensión, como en la redacción y en la falta de un pensamiento lógico, lo cual impide una lectura crítica, asertiva de la realidad actual.

Las transformaciones en boga propician una gran variedad de diversiones construidas en otras latitudes, tales como el día de San Valentín, San Nicolás, el antro, el halloween, etc.

Particularmente el halloween, con una breve e insípida historia de brujas norteamericanas, ha penetrado entre niños y jóvenes justo en las fe-chas en que se celebra un ritual que viene desde el antiguo México prehispánico; y los jóvenes pre-fieren una noche borrosa de disfraces y baile, que la recuperación y permanencia de tradiciones que nos acercan a un ámbito cultural y filosófico de los antiguos pobladores de estas tierras.

La celebración de los muertos es un diálogo con la muerte y un acercamiento a los amigos y familiares que ya no están entre nosotros. El ritual tiene que ver con el cómo percibimos a la muerte, cómo a nuestros muertos y cómo a nosotros mis-mos. Sin embargo, no es un ritual de dolor, como la religión judeo-cristiana impuso desde los tiem-pos de la Colonia; es una fiesta, una celebración que implica un largo proceso preparatorio de fru-ta, comida, panes, dulces y flores, para construir

una ofrenda dedicada a una persona determina-da, o a un grupo de personas (niños o adultos, no importa). La ofrenda contiene los alimentos que gustaban al muerto, incluyendo el cigarro y el pul-que, aguardiente o licor; la ofrenda puede incluir (en la actualidad) su fotografía o alguna de sus prendas más significativas.

Desde la ofrenda hacia la calle se esparce la flor de cempasúchil (que solo se cosecha en esta época y solo en el altiplano), con la que se “alum-bra” y se guía al muerto para que encuentre el ca-mino a su casa, se alimente de lo que guste y pue-da regresar por los nueve caminos de la obscuri-dad, nuevamente al mundo al que pertenece.

En otras regiones de nuestro país, el ritual se concentra en el panteón y es allí donde se cons-truye una suerte de altar con las características de la ofrenda antes referida, se encienden tantas velas como muertos tiene la familia, que se mantienen prendidas toda la noche, y los familiares pasan una velada completa en el panteón cantando, orando y danzando, hasta el amanecer.

La ofrenda no es levantada sino hasta el 3 de noviembre (tanto en la casa como en el panteón) y es distribuida entre la familia como un privilegio.

La importancia que reviste un ritual de esta naturaleza nos ubica en la recuperación de nues-tras raíces, tradiciones y valores, porque cada país tiene sus propios ritmos de ser y de vivir, y una manera muy íntima de distinguirse de los otros, a partir de la justificación del entorno y de su reali-dad sociocultural.

Así, México como ente único que se distingue de los demás, del otro, tiene una historia propia esperanzada en nosotros para recuperarla.

* El autor es Doctor en Historia por el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la BUAP.

Jesús Guevara Martínez*

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Antes de la llegada de los españoles, en Amé-rica se hacían rituales que estaban relaciona-dos con la muerte, esto para la protección del universo y del mismo ser humano en la tie-

rra. Los procesos ideológicos que llegaron después de los españoles han dado pie a un sincretismo profundo conservando muchos elementos específ icamente indígenas y aun prehispánicos (Broda, 1994:32), que jugando un papel muy importante en la vida de los seres humanos es parte ya de las dimensiones simbólicas y materiales que organizan la vida.

El mes de noviembre es uno de los más represen-tativos en la vida mexicana, ya que trae a la memoria recuerdos de los seres amados que fallecieron, pero que anímicamente siguen estado aquí junto a los vivos aun-que sea por unas horas, debido a que se cree que en esas fechas les es permitido bajar o subir al plano terrenal.

Existen muchas formas de ver el día de muertos según los actores sociales y el contexto en donde se de-sarrolla, pero en esencia se trata de un tiempo permi-tido donde el plano de la vida y la muerte se muestran más unidos que en meses anteriores.

Cada año en este mes las personas acostumbran recibir a los seres que fallecieron por causas diversas. Se pone un camino de flor de cempasúchil en las en-tradas de las casas y se utiliza el copal para guiar a las ánimas hasta sus ofrendas, que generalmente contie-nen los alimentos que más les gustaban o lo que con-sumían en vida. Los que reciben las almas de sus fa-miliares, esperan con mucha emoción y preparan los alimentos que se ofrendarán incluso durante la noche anterior. En regiones del estado de Morelos como Jo-jutla y Cuautla, algunas personas adornan las tumbas con flores, llevan comida y música para quedarse a ve-lar toda la noche junto a los restos de sus seres amados.

En la ofrenda se pueden identificar ciertos elemen-tos que se unen: los alimentos y objetos. Los alimen-tos, los cigarros y las bebidas son algunas muestras que son ofrendadas con el fin de que las almas obtengan su esencia. En otro grupo podemos encontrar algunos objetos como juguetes, sombreros, libros, solo por men-cionar algunos, que refuerzan la identidad del difunto.

Cabe mencionar que resulta interesante que el di-funto mantenga una posición social e incluso el rol que lo identificaba en vida, haciendo que se recuerde con sus virtudes y defectos, los cuales salen a relucir aún cuando haya pasado mucho tiempo de su muerte.

Hay comida que se prepara en la celebración del día de muertos. Entre los alimentos más emblemáti-cos están el pan de muertos, el mole, los atoles y los tamales. Otro elemento que es muy importante es el copal que no solo envuelve a los espacios con su aroma, sino también con recuerdos y guía a las ánimas.

Se trata de una tradición que se les inculca a los más pequeños, ya que desde niños nos enseñan a no tomar la comida que se ofrenda porque es para los se-res que ya no están con nosotros, además de que ellos solamente vienen durante unas horas y pueden tomar la esencia, en cambio nosotros podemos degustar los alimentos cualquier día.

En muchas escuelas se impulsa la elaboración de las ofrendas donde se pide cooperación para la com-pra de las flores, comida y algunos materiales. Todo esto es para darle sentido a la ofrenda, algunas veces organizado por grupos y otras por escuelas. Los alum-nos llevan frutas de temporada como son las manda-rinas, naranjas, plátanos y cañas; también flores como la de cempasúchil y los típicos panes de muertos. Las calaveritas de chocolate y de azúcar son las que más atraen a los niños. Al termino de la celebración se re-parte la fruta y los panes a los alumnos.

Se pueden encontrar manifestaciones muy diver-sas en las calaveras, que son composiciones hechas so-bre algún personaje social que relacionan algún tipo de burla con la muerte y el tipo de comportamientos del sujeto en cuestión. Estas expresiones se pueden ver, incluso, en las redes sociales y en algunos blogs que hablan sobre este tema.

“Al panteón de la ciudad,a maestros se llevaron,y a los chavos de la escuela,sin estudios los dejaron.En el cementerio todos,estudiando ahora están,la calaca los molesta¡No descansarán en paz!”(Delia, 2013)

El día de muertos es una tradición que se vive cada año y se relaciona con los hechos que están en la so-ciedad. También puede ser vista como un cúmulo de información heredada y compartida, como se puede apreciar en las leyendas que acompañan el rito de po-ner ofrenda, las cuales varían de región a región, pero que al mismo tiempo siguen enseñando a los más jó-venes a recordar a esas personas que fueron parte, di-recta o indirectamente, de su entorno social.

Una de las leyendas que se escucha popularmente es aquella que dice: “Un día estaba el campesino tra-bajando en su huerto cuando vio pasar a varias perso-nas con velas y comida. En ese instante entre las per-sonas vio a un familiar cercano que había muerto pero que no llevaba nada; eran las almas que habían visita-do las casas. Se puso en marcha hacia su casa y le dijo a su esposa que ofrendara lo que tuviera a la mano, pero

ella enojada le dijo que ya no servía de nada porque ya se habían retirado”.

La cultura está interiorizada ya que se comparten símbolos que tienen un sentido colectivo pero tam-bién individual. Como menciona Gilberto Giménez

“La desterritorialización física no implica automática-mente la desterritorialización en términos simbólicos y subjetivos”. En el caso específico de día de muertos se puede observar que personas que han emigrado de algún lugar se llevan sus tradiciones. P por ejemplo en Morelos algunos se quedan a dormir en los panteones, tradición que es también muy común en Michoacán.

La muerte es una parte importante en las cultu-ras. Genera distintas formas de enfrentar esa inevita-ble separación y trata de dar explicación a esos sucesos que en su mayoría se esperan en momentos lejanos. Es desconsolador saber que alguien parte, pero en estos días de noviembre, encuentran un poco de consuelo las personas que se quedan porque esperan el día en que se encontrarán con aquellas que partieron antes y, aunque no los puedan abrazar, el simple hecho de sa-ber que están aquí hace que se llene un vacío.

El día de muertos es una tradición que genera un sentido de inclusión de los que fallecieron; genera y refuerza una identidad. No olvidemos que estas for-mas de expresión se van legitimando con el tiempo, creando normas y valores que expresan la distinción y la riqueza cultural de México.

* La autora es estudiante de la licenciatura en Antropo-logía Social de la BUAP.

Desde niños nos han enseñado a hablar del tiempo, pero no es un tiempo simple que pasa sin darnos cuenta, es aquel que está ritualizado de acuerdo a nuestra cultura. En ese tenor, cada mes está compuesto por un sentido que se comparte

socialmente e incluso que cobra un valor individual.

ESCRÍBENOS •Paracualquieraclaración •Paraalgúncomentario •Parahaceralgunacontribución •Paraexternarunacrítica •Paraprotestarporalgo •Paraalgunamentada(peroleve) •Paradiscutirelfuturodelahumanidad •Paradudas(quenoseanexistenciales) •Parapreguntas(nocapciosas)

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1. La venta de ilusiones es un negocio lucrativo. Si sus cursos generan ganancias, inviértelas en anun-cios promocionales fanfarrones, compre equipo ultramoderno y presúmalo en cualquier ocasión. Pero eso sí, nunca invierta en el personal. Procure que ni los técnicos ni los asesores académicos es-tén a la altura de su equipo, para asegurar que, en realidad, no sirva de gran cosa.

2. La médula de sus cursos serán los profesores. Por-que, desgraciadamente, sin profesores no hay alumnos. Pero no piense mal, no va a tener que darse a la ardua tarea de buscar a verdaderos profe-sores, ni mucho menos de pagarles como tales. El chiste es encontrar a gente que aparente serlo.

3. Todo lo tiene ganado de antemano. Cualquier per-sona se vuelve profesor de idiomas si usted así la nombra, aunque la haya sacado de la cocina de un restaurante. Usted lleva una tremenda ventaja: El alumno no sabe nada del idioma, esto significa que no tiene forma de comprobar el nivel del profesor.

4. Evite a toda costa que los nuevos profesores sean contratados por gente con criterio. El que seleccio-na al profesor debe desconocer no solo el idioma sino la disciplina en general. Y los títulos extranje-ros deben estar en chino para él.

5. Atención. Cuidado. Si usted va a querer que el profesor sepa algo del idioma, corre el riesgo de convertirse en uno de los mayores problemas a la hora de armar cursos para autodidactas a muy bajo costo. Pero no se preocupe, aquí estamos para ase-sorar y servirle.

6. Hay tres pilares básicos que distinguen al verdade-ro profesor de idiomas: Una sólida formación teó-rica-metodológica, el dominio de técnicas de en-señanza, y un alto nivel lingüístico en el idioma en conjunción con una prolongada inmersión cultural.

Para usted es imperativo hacer caso omiso de lo primero, a no ser que siempre quiera tener a al-guien que le lleve la contraria.

Lo segundo se arregla de la siguiente ma-nera: contrate a personas que carezcan de cono-cimientos didácticos para mandarlas luego a cur-sos de actualización con la impronta ideológica del momento. Si no quiere gastar, mándelas a eventos promocionales de las editoriales de idiomas: son gratis. Pero no olvide darle a todo esto la etiqueta de “formación del profesor”.

En cuanto a lo tercero, como ya mencionamos, conviene guardar cierta apariencia. El alumno del curso no necesita saber de antemano que aquí se va a introducir al noble ideal de la libertad de cátedra.

7. Siempre son buena opción los nacionales, ya que traen “lo profesor de idioma” genéticamente pro-gramado. No importa si carecen por completo de cualquier fundamento teórico del área o que nun-ca hayan escrito ni una sola cuartilla en su lengua. Contrate a todo nacional que pase por la puerta. Pero también contrate a cualquier persona que, en algún momento de su vida, haya metido pie en una escuela con nombre extranjero. Contrate a quién tenga un bisabuelo extranjero.

8. En cuanto a los extranjeros, el procedimiento es semejante. A excepción de los profesores de inglés (de los que hay sobreoferta), contrate de preferen-cia a personas con estudios que para nada sean del área, sin importar que no cuenten con una estan-cia en el país donde se habla el idioma a enseñar, ni hayan tenido que comunicarse en él. Ellas van a aceptarle cacahuates porque no han podido en-contrar trabajo en lo que sí estudiaron. Contrate también a quien alguna vez metió pie en un país donde se habla el idioma, aunque haya sido tan solo en el aeropuerto. Y contrate a quien tenga una pareja extranjera, pues es sabido por todos que la lengua se transmite por relaciones sexuales.

9. Pero, sobre todo, confunda deliberadamente las ca-rreras universitarias en la enseñanza de ese idioma con certificaciones internacionales según el Marco Común Europeo. Así tiene asegurado haber eli-minado los pilares uno y dos, pero también buena parte del tres, ya que en los exámenes de certifica-ción –que obedecen a lógicas comerciales– nadie le pedirá a su candidato estar familiarizado con as-pectos culturales. ¿El profesor desconoce por com-pleto este mundo tan complejo cuya lengua va a enseñar? ¡Pamplinas! dirá usted. Y con toda la ra-zón, porque, de esa manera, el profesor no pue-de cometer errores. Será suficiente que reproduz-ca uno u otro estereotipo que haya pescado en los medios masivos.

10. En cuanto al nivel lingüístico, que ahora se queda como cáscara vacía ya que va totalmente separado de la cultura, será suficiente que le pida al profe-sor un nivel B1, sabiendo perfectamente que este nivel ni siquiera respalda que su candidato esté en condiciones de formular una sola oración correcta. Pero también lo puede aceptar si aprobó solo una parte del examen. Y si nunca aprobó nada, acépte-lo sin certificación, probablemente causará menos daño que los primeros.

11. Si más adelante resulta que su profesor no da una, échele la culpa al profesor y no a quien lo contrató. Pero consérvelo en su plantilla; se lo agradecerá y eso puede serle útil en un futuro.

12. Si por algún accidente del destino se le coló un profesor que sí cumple con los tres pilares, lo mejor es aplicarle la sabiduría bíblica: “Pero, amados, no ignoréis esto: que para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día” (Pedro 3:8). Trátelo como si una formación de muchos años fuera lo mismo que cualquier curso de un día. No le conce-da ninguna ventaja. A lo largo de un cierto tiempo, su profesor, llámelo Sísifo, se habrá dado cuenta de lo imposible de su misión. Sin haber cometido los pecados de aquel, tendrá que resignarse a empujar la piedra sin nunca poder alcanzar la cima. Y abra-cadabra, pata de cabra: ¡Lo tendrá neutralizado! Es cuando dejará de invertir energía en sus clases. Y ya no será obstáculo para su meta principal: armar cursos para autodidactas.

13. Cuando ya esté armada su planta de profesores, póngalos a elaborar programas y planes de estu-

dios y a diseñar exámenes. ¿Qué no tienen los ele-mentos para hacerlo? ¿Quién dice? Si tan solo ne-cesitan verter el contenido del libro de texto a los formatos que usted prescribe.

14. Si ve que ya está muy cerca de alcanzar su meta, ya que los alumnos no aprenden, exíjales a los pro-fesores hacer planes día por día. De esta manera logrará eliminar cualquier elemento de vitalidad en las clases y, seguramente, por arte de magia, se compensarán todas las carencias de conocimientos.

15. Procure tener alguien con un nivel lingüístico in-definido a la cabeza de cada academia de idioma. Así se evitará los latosos contactos con represen-tantes extranjeros de alguna institución que quie-ra cooperar con usted. Su encargado los hará huir como si fuera la peste negra.

16. Busque siempre tener cupo lleno en sus grupos. Si un grupo no quiere llenarse, complételo con alum-nos de otro nivel. Esto tendrá la ventaja de que el profesor no se aburrirá nunca, ya que va a tener que actuar como malabarista entre unos y otros.

17. Pídales a los profesores que sean de amplio crite-rio y dulces como la miel con todos los alumnos, pues así están acostumbrados ellos y usted necesita el cupo lleno. No importa si algunos alumnos no cubren ningún prerrequisito para estar allí, ni si se esmeran para alcanzar el nivel.

18. Acepte a todos los alumnos en sus cursos. Nunca considere seleccionarlos. De esta manera consigue que los que tienen facilidades para aprender avan-zarán muy lentamente.

19. Si en su región hay una fuerte demanda laboral de personas capacitadas en un determinado idioma, siga con lo mismo de siempre, como si no hubiera pasado nada. En dado caso, puede buscar febril-mente a más profesores pero no a mejores. Que quede claro: Sigue vigente el principio de la codi-cia, nunca considere aumentar sueldos.

20. ¿Necesita ocupar algún puesto de coordinación? Nosotros le damos el secreto de cómo encontrar al candidato idóneo. Asegúrese de que cumpla con uno o varios de los siguientes criterios: Debe tener el color de pelo correcto, debe saber sobar espaldas, debe tener a un familiar en la institución que hace elogios de él o, por lo menos, a un padrino o una madrina “espiritual”. Si su candidato, en el pasado, dio señales de ineptitud, tenga por seguro que aho-ra sí va a poder. Pero cuídese de promover a cual-quier persona que sea más capaz que usted.

Si usted observa estos consejos, será un excelente jugador en un sistema de enseñanza que sabe conjugar, de la manera más linda, el neoliberalismo con el caci-quismo. ¡Muchas felicidades! Habrá conseguido armar un escaparate brilloso que lo acredita como miembro pleno del mundo globalizado y eso sin haber dejado de lado las costumbres ancestrales.

* La autora es profesora/investigadora de la Facultad de Lenguas de la BUAP.

Si usted es directivo de alguna institución educativa y su meta es armar cursos de idiomas para autodidactas, he aquí unos consejos muy útiles para lograrlo. Se trata simplemente de suspender el sentido

común, hacer caso omiso de estándares académicos y, sobre todo, elevar la codicia a rango de ley. Es muy fácil de poner en práctica y

sumamente eficaz.

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HORIZONTALES

1. Mitología en la que Mictlante-cuhtli es el dios de los muertos.

6. Dios funerario del antiguo Egipto.

11. Sepulcro.12. Signo exterior de pena y duelo

en ropas, adornos y otros obje-tos, por la muerte de una perso-na.

13. Medida de longitud antigua.14. Inframundo en la mitología

griega.16. Recorre con la vista lo escrito

(inv.).17. Nacido.19. Celebré con la risa (inv.).20. Vaso de la colmena (inv.).21. Moneda de cobre usada en la

antigua Roma.22. Personificación de la muerte en

la mitología griega.25. Prefijo negativo.26. Dios del desierto y protector de

las caravanas en la mitología del antiguo Egipto.

27. Animal cuadrúpedo.29. (Se), dícese cuando alguien se

muere, en México.30. Relativo a los huesos.32. Tejido delgado y transparente.33. ( Joaquín), compositor español,

autor de Danza ibérica.35. Unión Americana (inic.).37. Inframundo para los mexicas.41. Apócope de mamá.42. Escuela Superior de Comercio

y Administración.44. Escuchaba.45. Canoa de los antiguos mexica-

nos.47. Símbolos de resistencia eléctri-

ca y lantano.48. Elogia.49. Amarra, lía.50. Determinación del valor o pre-

cio de algo.52. Una droga sintética.53. Fallecimiento de una persona

(pl.).54. Piedra labrada que marca el

lugar donde se encuentra una sepultura.

VERTICALES

1. Entregarse a alguna actividad con solicitud y empeño.

2. Extensión de terreno cuyos lí-mites están determinados por razones administrativas, políti-cas, etc. (pl.).

3. Lengua hablada en Hainan, China.

4. Interjección de estímulo.5. Seudónimo de Émile-Auguste

Chartier, quien fue un filósofo y periodista francés.

6. Artimaña, artificio (inv.).7. Símbolo del uranio y abreviatu-

ra de litro.8. Apócope de bueno.9. Repite.10. Viento que sopla del este.15. Agencia antinarcóticos de

EUA.18. Objeto al que se atribuye virtud

sobrenatural (inv.).20. Homicida.23. Esclavo de la antigua Esparta

(inv.).24. (Ignacio), futbolista argentino,

actualmente juega para el Club Atlético Temperley.

26. Hijo de Adán y Eva (Biblia).28. Arbusto papilionáceo parecido

a la acacia.31. Cadáver.34. Figura de una calavera o esque-

leto.36. Conjunto de maderos que, uni-

dos, forman una superficie flo-tante (inv.).

38. Rabos.39. Hermana o prima del padre o

de la madre.40. Que resbala o se desliza fácil-

mente.41. Quitad la vida.43. Adverbio que significa poco

menos de, por poco.46. Pimienta de la India.51. Símbolo del astato.52. Símbolos del carbono y fósforo.

EVIDENCIAEl tulipán se disfrazó para pasar desapercibido, pero su olor lo delató.

EN LA PUNTA DE LA LENGUAAquel hombre tenía siempre la palabra exacta.Traía un diccionario de bolsillo alojado dentro de las fauces de su boca.

FALTA DE USOLa sombrilla llora cuando el cielo no llora.

CAPACIDADES DIFERENTESLa lámpara sorda alumbraba para desatar un nudo ciego.

Cecilia Vázquez Ahumada*

El origen de este tubérculo es el Sudeste Asiático, las islas de Pacífico Sur, África y Sudamérica. Además de ser alimento, tiene

usos medicinales. La variedad de ñames existentes es mayor a seiscientas especies, de las cuales sola-mente doce son comestibles. En África es un ali-mento muy socorrido. Algunos son tóxicos y sir-ven para envenenar flechas.

Bill Laws (50 Plantas Que Han Cambiado el Curso de la Historia, 2013) expresa que el ñame (Dioscorea spp) es un elemento básico para más de cien millones de personas en la franja tropical del planeta. Se le describe como un tubérculo harino-so e insípido, posee pocas proteínas, pero es rico en carbohidratos y la sustancia tóxica que es común del ñame se neutraliza al cocinarlo. En África Oc-cidental los ñames se pelan, se hierven y se trituran, así se obtiene una nutritiva masa, llamada foo foo. En Filipinas se usa en golosinas como caramelos y gelatinas. En Guyana se emplea para complemen-tar la cerveza. Aún los ñames no comestibles sirven como alimento cuando las cosas se ponen difíciles. Laws explica que se dejan reposar por cerca de una semana para quitarles la toxicidad. La tentación de estos vegetales en reposo no la resisten las galli-nas que invariablemente mueren al ingerirlos. Las sustancias venenosas del ñame sirven, en Malasia, como cebo para peces venenosos.

Por sus características medicinales, el ñame le debe su nombre científico al médico romano Dioscórides, quien nació en el año 40 d. C. en Anazarbus, la actual parte costera de Anatolia, en Turquía. Este galeno atendía a las tropas romanas de Nerón y gracias a su oficio conoció numerosas tierras, estudiando en ellas las plantas y animales medicinales. Su obra, De Materia Médica es el pri-mer tratado de botánica y farmacopea.

El ñame es un tubérculo que puede sustituir a la papa y la yuca. Se consume en abundancia en las Islas de las Antillas, en Oceanía, en Colombia,

en Brasil, Venezuela, República Dominicana y en Puerto Rico. También es una fuente de esteroi-des vegetales, llamados saponinas, que sirven para producir anticonceptivos, cortisona, medicamen-tos para el asma y la artritis.

En África ha sido, en combinación con el maíz y la soya, un alimento de primer orden para com-batir las hambrunas.

Al continente Americano suponen que el ñame llegó con los españoles y portugueses en el siglo XVI, junto con el comercio de esclavos y desde el occidente de África. Estudios en Colombia, como el de Morales (La Historia de la Gastronomía del Caribe Colombiano, Bogotá, Ed. La Laguna Ciega, 2010), explican que era un alimento central en la vida de los esclavos, quienes lo llamaban Dab-a-Dab. Este alimento se complementaba con lo que el amo proporcionaba, es decir, plátano, yuca y maíz. Y como fue primordial para los esclavos de las minas de oro, había extensas plantaciones de ñame cerca de ellas. La tradición africana de consumo de ñame se mezcló con las prácticas de la población aborigen y hoy enriquece la gastronomía sudamericana.

La planta es como una enredadera y presen-ta, según la variedad, tubérculos aéreos o subterrá-neos, siendo en ambos casos la parte útil. Sus hojas son en forma de corazón y alternas; las flores son pequeñas y se presentan en racimos. La forma de los tubérculos varía. Los hay esféricos, fusiformes y claviformes. El lector puede imaginar una espe-cie de camote. Se asocia a cultivos como al maíz y la yuca, hasta con sandia da buenos resultados. Se siembra en abril, mayo y junio, para cosecharlo en noviembre, diciembre y enero.

Es, pues, otro de los vegetales fundamentales para la alimentación.

* La autora es Licenciada en Antropología Social por la BUAP; actualmente presta sus servicios en el INAH-Puebla.

Pelar el ñame y cocinar en agua con sal unos 30 minutos (dependiendo del tamaño) sin dejar de ablandar mucho. Cortar un pedacito de la punta, reservándolo, y ahuecar el centro del ñame. Sofreír la carne molida,

mezclarlas con las alcaparras, el huevo duro y las hierbas y rellenar el ñame con este preparado, con el pedacito que se le quitó al ñame, hacer una tapa y sujetarla bien. Preparar una salsa con los tomates, la

cebolla, los ajos, la manteca, el achiote, sal y un poquito de agua o caldo, meter el ñame en ella y cocinar unos 40 minutos, dándole vueltas de vez en cuando. Servir el ñame cortado en rebanadas, acompañados

con su salsa y el arroz blanco.http://www.recetasgratis.net/Receta-de-name-relleno-receta-12256.html#ixzz3n66YP19k

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Tlacoyalco es una localidad que se sitúa en el sureste del estado de Puebla. Destaca por ser una de las poblaciones más grandes en extensión territorial y de hablantes de len-

gua ngigua o popoloca. Su ciclo festivo juega un papel fundamental en la vida social. Cada fiesta en sí misma expresa la forma en que sus habitantes enuncian sus creencias y viven su religiosidad, lo cual da muestra de su especificidad cultural y contribuye a la reproduc-ción de su identidad. 

La celebración del día de muertos en San Marcos es una de las más representativas del ciclo festivo, co-mienza el 28 de octubre cuando llegan los muertos por accidente y concluye el 2 de noviembre, día en que las almas regresan al lugar de donde salieron. 

En la cosmovisión ngigua la muerte es percibida como una continuidad de la vida. Se cree que cuando alguien muere llega a un lugar donde continua ejer-ciendo el mismo trabajo que tenía en vida, por eso se acostumbra a enterrar a los difuntos con pequeños ob-jetos elaborados con fibra de maguey que representan sus herramientas de trabajo. Por ejemplo, a las mujeres se le pone un metlapil y un metate; a los hombres se les colocan herramientas para el campo, y si fue chofer entonces se le coloca un pequeño carro. 

Los muertos son percibidos como entidades sa-gradas que entienden las necesidades de los seres hu-manos y que están más cerca de Dios y los santos, de modo que pueden interceder por el bienestar de los vivos, pedir que manden la lluvia o que sus parientes gocen de salud. Por eso, es importante colocarles una ofrenda “aunque sea poquito” para darles las gracias y que sigan apoyando; en caso de no poner un altar, ellos pueden llegar a entristecerse y enojarse. Las ofrendas en esta perspectiva representan para los ngiguas un acto de reciprocidad mediante el cual se agradece a “todos los que ya no están entre nosotros” los bienes recibidos. 

Los altares se caracterizan por estar situados a la entrada o en el centro del cuarto con la finalidad de que resalten y sea lo primero que se vea. Asimismo, todas las ofrendas deben ser colocadas antes de las 3 p.m., hora en la que según los habitantes llegan las “al-mitas” a disfrutar de sus alimentos. En general, los ob-jetos que constituyen al altar varían dependiendo del día; pese a ello, se pueden observar como elementos estructurantes: las imágenes religiosas, el incienso y las velas o ceras, que contribuyen a iluminar el camino e indicar a los difuntos que se les espera y a bendecir todo aquello que tendrá contacto con ellos. 

En San Marcos se cree que las almas de los difun-tos van llegando conforme a la causa de su muerte, la edad y los sacramentos que hayan recibido durante su vida. Los primeros en arribar son los accidentados el 28 de octubre. En el altar se colocan platos con comida y tenates o canastas llenas de fruta, pan y velas. Según los habitantes, los platos son para que coman en la casa

y los tenates son para que se los lleven al sitio donde se encuentran.

Al siguiente día, 29 de octubre, se le conoce como Día de San Antonio porque se cree que es cuando las almas de los perros fallecidos regresan a sus antiguos hogares. Al respecto, se explica que los perros nunca de-jan de cuidar la casa donde habitaron, además de que siempre acompañan a sus dueños, incluso después de la muerte y en estas temporadas llegan primero que sus amos. “Así como cuando estaban vivos y llegaban del campo, los primeros en entrar a la casa siempre eran los perros”. En algunos hogares a partir de las 12:00 de la tarde se sustituyen los tenates y las flores por un plato pequeño lleno de tortillas gruesas o partidas en peda-zos acompañados con una veladora para que “coman los animalitos”. Asimismo, se dice que este día es común escuchar que los perros ladren mucho ya que ellos pue-den ver a los perros que ya murieron. 

El 30 de octubre es el día que llegan los niños lim-bo, es decir, aquellos infantes que fallecieron sin ser bautizados o los que fueron abortados y también son conocidos como ánimas. En las casas se instala des-pués de las 12:00 de la tarde una ofrenda con flores de diversos colores (principalmente blancas y moradas), frutas y dulces. No se pone nada salado ya que ellos no conocieron la sal. 

El 31 de octubre, Día de los Niñitos, pasadas las 12:00 de la tarde se espera a los niños que antes de morir fueron bautizados. La familia nuclear procura congregarse para acomodar la ofrenda; comienza le-vantando las flores, las frutas y los dulces que se ins-talaron el día anterior, se limpia la mesa, se rocía con agua bendita y se sahúman los tenates o canastas; pos-teriormente se acomoda la fruta, el pan de muerto y las velas. Todo ello es colocado sobre la mesa junto con las flores, las imágenes y los platos de comida. Al concluir, se pasa el copal por todo el altar en forma de cruz y se deja en el centro. Después, con pétalos de flores, se hace un camino desde la calle hasta la entra-da para indicarle a los muertitos el sitio en donde su familia los aguarda. 

En la mañana del 1 de noviembre, los lugareños llevan al panteón los tenates que estaban en el altar. Al llegar al campo santo se limpian y adornan las tumbas y se coloca la ofrenda sobre las sepulturas; se prenden las velas y se dejan encendidas mientras “los niñitos comen”, después de aproximadamente una hora, cuan-do las velas se consumieron, se levantan los tenates y se regresan al altar; no se recogen hasta después de las 12:00 del día. 

El 1 de noviembre, a partir de las 3:00 de la tarde, las ofrendas son dedicadas a las personas mayores de edad o abuelitos. Después de haber retirado la ofren-da anterior, se repite el procedimiento para colocar el altar de “los grandes” y se sitúa un tenate por persona difunta con flores de cempasúchil, pan de muerto, fru-ta y ceras o velas. 

Finalmente, el 2 de noviembre desde muy tempra-no, las familias visitan el cementerio. Por las calles se observa a las personas con carretas llenas de tenates, canastas y flores. Al llegar, limpian y adornan con flo-res la tumba del familiar. Durante esta acción, algunas personas acostumbran a rezar y al terminar colocan el tenate sobre la lápida y encienden las velas hasta que se consuman totalmente. Durante la estancia en el panteón, las personas platican con los familiares muer-tos, los informan sobre lo que ha pasado, “como si es-tuvieran platicándoles”, y se les pide que continúen ayudando a los familiares que aún viven.

Tanto las visitas al panteón como las ofrendas se encuentran íntimamente articuladas con la cosmovi-sión  ngigua sobre la muerte. Así, cada uno de los ele-mentos que constituyen los altares se encuentra dota-do de profundos simbolismos cuya finalidad es la de agradecer a los que “no se les ve pero sí se les siente” todos los bienes otorgados. 

* La autora es Maestra en Antropología Social por la BUAP. Docente hora clase de la licenciatura en An-tropología Social de la BUAP.  

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Angélica Correa de la Garza*

Todos Santos es una de las festividades más importantes de nuestro país; esta temporada se caracteriza por las prácticas rituales que

se hacen con la finalidad de esperar por el alma de los difuntos. En general, el colorido de las flores, el olor a incienso y el ambiente

familiar que se percibe son elementos que singularizan a estas fechas. Sin embargo, las actividades que se acostumbran realizar varían según la cosmovisión de cada cultura, tal es el caso de San

Marcos Tlacoyalco donde la colocación de las ofrendas y la visita al panteón se encuentran en íntima articulación con las creencias

relativas a la muerte. 

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Director y editor: Enrique Condés LaraConsejo Editorial: Mariano E. Torres Bautista, Juan Lozada León, José Fragoso Cervón,

María de Lourdes Herrera Feria, Hugo López Coronel, Ernesto Licona Valencia, Gabriela Breña, Cecilia Vázquez Ahumada y Eulogio Romero Rodríguez, Octavio Spíndola Zago

Corrección: Enrique Condés BreñaDiseño: Israel Hernández Cedeño

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RE~INCIDENTE. Año 6. No. 111. Primera quincena de noviembre de 2015. Es una publicación quincenal editada por el C. Enrique Condés Lara, domicilio Costado del Atrio de San Francisco 22 bis. Cuadrante de san Francisco, Delegación Coyoacán, CP. 04320, tel. (55) 55-17-76-63. Correo electrónico: [email protected]. Editor responsable: Enrique Condés Lara. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo 04-2011-032210460200-101. ISSN: 2007-476X. Otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Certificado de Licitud y Contenido No. 15198 otorgado por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas de la Secretaría de Gobernación. Impresa en los talleres de El Errante, Editor. Privada Emiliano Zapata No. 5947, San Baltasar Campeche, Puebla Pue. C.P. 72550. Este número se terminó de imprimir en noviembre de 2015 con un tiraje de 5000 ejemplares. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación. Que-da estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización de RE-INCIDENTE.

Solución alReincigRama de eSte númeRo

—Buuueno, ¿quién llama?—Del otro lado del auri-cular estaba la conocidísima voz de Sonia la pache-ca —¿Qué onda cabrón haz de estar hasta atrás, no contestas, pero sabía que ahí estabas y por eso insistí. Te hablo, explicó, porque una bola de atascadas es-tamos festejando el cumpleaños de la bruja Tania en mi guarida y no tenemos conque quemarle las patas a satán. ¡Préstate algún cualquier, y tráemelo, por fa…

—¿Y no quieres que también me lo fume por ti— le contesté.

Hay que decir que Sonia es una chava mucho muy alivianada que me ha sacado de dos que tres ma-los viajes y como yo había adquirido apenas un buen material, creí que era el momento de pagarle algo de la gran deuda, y de paso felicitar a la camarada Tania. Así que arme un guato y me apresente en su chante.

Al llegar me di tinta de que ya debieron haber festejando en no sé qué antro porque estaban me-dio incróspidas y habían mercado dos o tres pomos y unos buenos refines de carnes frías y quesos. Y con mi llegada se complementó la miscelánea.

—No manches José, no estés ahí sentadito, fórjate para equilibrarnos o ponernos peor—. Fue entonces cuando me percaté que la banda fiestera estaba com-puesta por puras morras.

—¿Y dónde dejaron a los cuatachines, no veo ma-chinrrines, o es que se van a conjuntar más tarde— me permití preguntarles.

La respuesta vino de inmediato: “no cabrón, este es el club de la pequeña Lulú, aquí no se admiten hombres”. ¡Ah chingaaa!, entonces que hago yo aquí, me pregunté en silencio. Y como si hubiera leído mi mente, dijo: “tú entraste porque tiras de uñita y ya nos dimos cuenta que te falta valor para salir del closet.” (Otro vaso de vino y me pinto de colores, no sea que aquí vaya a haber violación tumultuaria).

Estaba con el tanque lleno y a punto de retirar-me, cuando empezó el chismerío. —¿Entonces qué Sonia ya mandaste al pendejo ese a la chingada?—, preguntó una de las invitadas. “Sí, la verdad es que cuando lo conocí, respondió, era un pavorreal, el más Juan Camaney y esponjado de la Facultad y me dije: ahora sí, voy a calmar mis ansias de novillera, y ahí va tu pendeja sobre de sus huesos; y resulto un fraude. Siempre cuando estaba entrando en calor, chíngale, él ya se había salido, y la verdad me dejaba temblando, con náuseas y con un dolor de cabeza de la chinada. Hasta que lo corrí de mí cama y de mí casa. Ahora sé porque entre las chavas le dicen el “gallito”.

—Y tú Tania porque te desististe de tu guerrille-ro— preguntó otra...

Pero, por falta de espacio, este simple y corriente chismerío continuará el próximo número.

* El autor es Doctor en Sociología Jurídica por la BUAP y cuatachín.

José Fragoso Cervón*

Estaba degustando una roja de Panamá en mi nave espacial cuando sonó el teléfono sacándome de onda. Por más por más que traté de ignorarlo

seguía chinga y chinga con su insoportable ring-rineo. Y que contesté la llamada.

Lo que le pasa a Grecia hoy en día no es nuevo en la historia del mundo. El incumplimiento de pago de deudas contraídas por los países es tan antiguo como los gobiernos mismos.

Según los economistas Kenneth Rogoff y Carmen Reinhart de la Universidad de Harvard, desde el año 1800 hasta el 2000 se dieron 250 suspensiones de pago, lo que les permite concluir que tales situaciones son inherentes al sistema económico glo-bal.

Según la Organización de Naciones Unidas (ONU), en 600 ocasiones desde el año 1950, 95 países en desarrollo, antes lla-mados tercermundistas, han recurrido a la moratoria de pagos. De ellas 180 ocurrieron con acreedores (prestamistas) privados y el resto con entidades internacionales de crédito como el Club de París (foro informal de acreedores oficiales y países deudo-res) y la ahora llamada troika: el Fondo Monetario Internacio-nal (FMI), la Comisión Europea y el Banco Central Europeo (BCE).

Los países que encabezan la lista con más incumplimientos des-de el siglo XVI son: España: 14 veces; Venezuela y Ecuador: 11; Brasil: 10; Francia, Costa Rica, México, Perú, Chile y Paraguay: 9 cada uno; Argentina, El Salvador, Alemania (incluyendo Pru-sia, Hesse, Schleswig-Holstein y Westfalia): 8; Colombia, Uru-guay y Portugal: 7; E.U., Bolivia, Turquía, Rusia, Grecia y el Imperio Austro-Húngaro: 6; Nigeria: 5 ocasiones.

Hay pocos países que nunca han dejado de pagar sus deudas: Suiza, Bélgica, Noruega, Finlandia, Corea del Sur, Singapur y Nueva Zelanda.

En las condiciones actuales, aunque E.U., Reino Unido y Ale-mania no tienen un historial impoluto, son considerados “creí-bles” por los acreedores, es decir, ellos mismos o sus bancos.

Fuentes:http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/06/150629_economia_grecia_ma-

yores_deudores_default_mshttp://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/07/150703_economia_grecia_la-

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