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Revista Conocimiento 105

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CONOCIMIENTOSISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES96 CONTENIDO

Gobernador Constitucional del Estado de Nuevo LeónLicenciado Rodrigo Medina de la CruzDirector GeneralDoctor Luis Eugenio ToddSubdirectorLicenciado Juan Roberto ZavalaDirector EditorialFélix Ramos GamiñoEducaciónProfesor Ismael Vidales DelgadoCiencias Básicas y del AmbienteDoctor Juan Lauro AguirreDesarrollo Urbano y SocialIngeniero Gabriel ToddCiencias MédicasDoctor David Gómez AlmaguerCiencias Políticas y / o de Administración PúblicaContador Público José Cárdenas CavazosCiencias de la ComunicaciónDoctora Patricia Liliana Cerda PérezLa Ciencia es CulturaLicenciado Jorge PedrazaEducación Física y DeporteDoctor Óscar Salas FraireLas Universidades y la CienciaDoctor Mario César Salinas CarmonaDiseñoLicenciada Lindsay Jiménez EspinosaLicenciado Javier Estrada CejaArte GráficoArquitecto Rafael Adame DoriaCirculaciónProfesor Oliverio Anaya RodríguezAsistente EditorialLicenciada Edith Flores Ceballos

Directorio

Editorial3 El Sistema Nacional de Investigadores: gran acierto

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Primer Congreso del SNI, reconocimiento del aporte de la ciencia al desarrollo nacionalLa ciencia, vía de solución a los problemas sociales

Licenciado José Calzada Rovirosa

Debe la ciencia ser un valor social compartidoDoctor Juan José Saldaña

El SNI, motor fundamental para la descentralización de la ciencia en MéxicoDoctor José Antonio de la Peña

El SNI, pilar institucional de la investigación científica

Doctor Rodolfo Tuirán

Reclutamiento de talentos jóvenes, tarea impostergable en el SNISenador Francisco Javier Castellón Fonseca

Conocimiento, base del avance científico del paísDoctor Horacio Merchant

Los miembros del SNI, base de la inteligencia del paísMaestro Juan Carlos Romero Hicks

Mesa Plenaria 1: 25 años del SNI en la vida de México

Doctor Juan José Saldaña

SNI, freno a la emigración de científicos mexicanos

Doctor José Sarukhán24 Visto bueno presidencial al Sistema de Investigadores

Doctor Jorge Flores

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Crea De la Madrid, en 1984, el SNIDoctor Salvador Malo

Mesa Plenaria 2: ¿Ha respondido el SNI a las necesidades del país? Doctora Gloria Koenigsberger

Del discurso político a la asignación de presupuesto para la cienciaSenador Francisco Javier Castellón

Desarrollar ciencia y tecnología, una prioridad nacionalDoctor Modesto Seara Vázquez

El SNI, referente nacional en materia de evaluaciónDoctor Arturo Menchaca

Mesa Plenaria 3: El SNI visto por las institucionesPrivilegia el SNI las trayectorias académicas personales Doctor Sergio Alcocer

Indiscutibles los beneficios del SNI para investigadores e institucionesDoctor René Asomoza

40 Los estados, actores de la política pública en cienciaDoctor Raúl Godoy Martínez

El Sistema Nacional de Investigadores

SNI

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El Tec, involucrado con el SNI en el desarrollo del paísDoctor Arturo Molina Gutiérrez

Podría el SNI originar verdaderas carreras académicas productivasDoctor Manuel Gil Antón

Mesa Plenaria 4: El SNI y la cultura de la evaluaciónDoctor José Antonio de la Peña

50 ¿Qué significa evaluar? ¿Para qué evaluar? ¿Quién evalúa?Doctora Lena Ruiz Azuara

El médico regiomontano Ricardo Rangel Guerra reci-bió, de manos del presidente Felipe Calderón, el pre-mio “Doctor Manuel Velasco Suárez, otorgado por el

Consejo de Salubridad General, “en reconocimiento por haberse distinguido profesionalmente por la contribución relevante y distinguida a favor de la salud de la población mexicana en la rama de la neurología y neurocirugía”.

La ceremonia en que Rangel Guerra recibió el reconoci-miento se llevó a cabo el pasado 7 de abril, en el marco de la Ceremonia Conmemorativa del Día Mundial de la Salud y entrega de la Condecoración y de los Premios al Mérito en Salud, en el Hospital General de Zona UMAA número 48, San Pedro Xalpa, en la capital de la república.

Estuvieron presentes el secretario de Salud y presiden-te del Consejo de Salubridad General, José Ángel Córdova Villalobos, así como médicos y enfermeras de diferentes partes de la república, merecedores también de reconoci-mientos similares.

Los reconocimientos y los respectivos premiados, apar-te de Ricardo Rangel Guerra, son los siguientes doctores y enfermeras: Condecoración Eduardo Liceaga, Octavio Ri-vero Serrano; Premio Doctor Guillermo Soberón Acevedo, José de Jesús Villalobos Pérez; Premio Doctor Ramón de la Fuente Muñiz, Gerhard Heinxe Martin; Premio Enfermera Isabel Cendala y Gómez, Andrea Saldaña Rivera; Premio Auxiliar de Enfermería Lucía Salcido, Bernardina González Sostenes; Premio Doctor Miguel Otero Arce, Fabio Sala-manca Gómez; Premio Doctora Margarita Chorné y Sala-

Recibe Ricardo Rangel Guerra Premio al Mérito en Salud

De manos del presidente Felipe Calderón

Es distinguido a la par con otros médicos y enfermeras de destacada trayectoria profesional

zar, Aquiles H. Brindis Rodríguez; Premio Doctor Martín de la Cruz, Eugene A. Bratoeff.

TRAYECTORIA

El doctor Ricardo Rangel Guerra es originario de Monte-rrey, egresado de la Universidad de Nuevo León, donde obtuvo su título de Médico Cirujano Partero, tras haber sido el primer lugar de su generación, con promedio de 97 en toda su carrera.

Hizo su residencia en Medicina Interna en el Hospital de Enfermedades de la Nutrición, en la Ciudad de México. En 1960 tomó un curso de Medicina Interna en el Hospital Bellevue, de la Universidad de Cornell, en Nueva York, y de 1961 a 1964 hizo la residencia en Neurología en la Univer-sidad de Florida, en Gainesville, Florida.

En 1964 ingresó a la Universidad de Nuevo León como profesor de tiempo completo en la Facultad de Medicina y jefe del Servicio de Neurología del Hospital Universitario, donde permaneció 40 años. Actualmente, continúa como profesor de neurología de tiempo completo.

Rangel Guerra es miembro, entre otras, de las siguien-tes organizaciones profesionales: Academia Nacional de Medicina; Academia Mexicana de Cirugía; Academia Me-xicana de Neurología, de la que fue presidente; American Neurological Association; American College of Physicians; American Epilepsy Society, y American Academy of Neuro-logy.

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SISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORESCONOCIMIENTO 95CONTENIDO

“CIENCIA CONOCIMIENTO TECNOLOGIA”, revista quincenal. Editor responsable: Dr. Luis Eugenio Todd Pérez. Número de Certificado de Reserva otorgado por el Instituto Nacional del Derecho de Autor: 04-2008-052311205700-102. Número de Certificado de Licitud de Título: No. 14158 Número de Certificado de Licitud de Contenido: No. 11731. Domicilio de la Publicación: Andes No. 2722 Col. Jardín Obispado, Monterrey, Nuevo León.Imprenta: Milenio Diario de Monterrey, S.A. de C.V., con domicilio en Ave. Avena No. 17 Col. Granja Sanitaria Ixtapalapa, Estado de México. Distribuidor: Milenio Diario de Monterrey, S.A. de C.V. con domicilio en Ave. Eugenio Garza Sada Sur No. 2245 Monterrey, Nuevo León.”

Teléfonos en la redacción: 8346 7351 y 8346 [email protected]

Portada

Las opiniones expresadas en los artículos son responsabilidad exclusiva de sus autores.

Consejo EditorialPresidente del Consejode Ciencia y Tecnología de Nuevo LeónIngeniero Juan Antonio González AréchigaCoordinador General de Comunicación Social Gobierno de Nuevo LeónLicenciado Francisco Cienfuegos MartinezDirector del Programa Ciudad Internacional del ConocimientoIngeniero Jaime Parada ÁvilaCAINTRAIngeniero Enrique Espino Barros LozanoITESMM. C. Silvia Patricia Mora CastroUANLDoctor Mario César Salinas CarmonaDoctora Diana Reséndez PérezDoctor Alan Castillo RodríguezIngeniero Jorge Mercado Salas

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51 La evaluación: una revolución cultural Doctor Mario César Salinas

Profesionalización de la actividad científica, importante logro del SNIDoctor René Druker Colín

La evaluación y el comportamiento del evaluadorDoctor Juan José Sánchez Sosa

El IPN y el programa de estímulos a los investigadoresDoctor Jaime Álvarez Gallegos

Evaluación en las ciencias sociales y en las humanidades Doctor Mario Cerutti

Mesa Plenaria 5: Descentralización e internacionalización de la ciencia mexicanaDoctor Miguel José Yacamán

Sobrevalora el SNI formación en el extranjero Doctora Sylvie Andrée Didou

Más recursos para ciencia y tecnología incidirán en el desarrollo del paísDoctor Miguel Odilón Chávez

El inglés, requisito en la escena científica internacionalDoctor Tomás García Salgado

68 Mesa Plenaria 6: La investigación científica ¿tarea individual, de grupos o de redes?Doctor Tomás Viveros García

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Trabajo en redes: alto potencial en investigaciónDoctor Luis Álvarez Icaza

Grupos de investigación, estratégicos para el desarrollo de la cienciaDoctor Sergio Guevara

La investigación individual, ¿acto de soberbia y egoísmo?Doctor Luis Alfonso Carrillo

Enlista el Comité Organizador planteamientos de los participantesAunque joven, tiene la ciencia mexicana grupos científicos e investigadores de primera líneaEntrevista a Jesús Álvarez

86 El SNI, al rescate de la ciencia en MéxicoMaestro Rodrigo Soto

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El SNI ante los retos del siglo XXI Doctora Patricia Liliana Cerda Pérez

‘TOES’Keith Raniere

Operará como “Think Tank” el Consejo Ciudadano del COCYTE-NL93 Dona Luis E. Todd a la Capilla Alfonsina escultura de don Alfonso Reyes

95 Rodolfo Ríos, objeto de homenaje en la Pinacoteca96 Recibe Ricardo Rangel Guerra Premio al Mérito en Salud

SNI

El pintor Rodolfo Ríos, uno de los decanos de la pintura nuevoleonesa –aunque nació en Ciudad Mier, Tamaulipas, se estableció en Monterrey desde la dé-cada de los años 40- fue objeto de sentido homenaje con motivo de sus 90

años de vida, y más de 60 dedicados a las artes plásticas.La Pinacoteca de Nuevo León, que forma parte del Colegio Civil Centro Cul-

tural Universitario, fue el recinto en que tuvo lugar –a fines del pasado mes de abril- el reconocimiento, al que se sumaron los principales espacios culturales de la ciudad, así como empresas que por muchos años han dado su patrocinio a diferentes manifestaciones artísticas.

Estuvieron presentes la directora de la Pinacoteca de Nuevo León, señora Elvira Lozano de Todd; la presidenta del Consejo para la Cultura y las artes de Nuevo León, licenciada Carmen Junco; el promotor cultural Guillermo Sepúlveda, y diferentes personajes destacados en la vida cultural y artística de Nuevo León, así como algunos de quienes fueron compañeros de Rodolfo Ríos en los inicios del Taller de Artes Visuales de la entonces Universidad de Nuevo León.

En uso de la palabra, la directora de la Pinacoteca de Nuevo León manifestó que, a la par del homenaje a Rodolfo Ríos, “Maestro del Color”, se abre en el es-pacio cultural una muestra con obras del artista. Se trata –dijo- de “ una muestra retrospectiva de la obra del maestro Ríos, ya que expusimos una de sus obras más antiguas, titulada ‘Niño’, realizada en 1949, y la más reciente, realizada en el año 2009”.

En la muestra se hace un recorrido por las diferentes etapas de su carrera como paisajista de su natal Ciudad, Mier, Tamaulipas, así como de los parajes de Nuevo León “De esta manera, abarcamos más de medio siglo de producción plástica del maestro Ríos”, señaló la señora Lozano de Todd.

PRESEA PINACOTECA DE NUEVO LEÓN

Durante la ceremonia-homenaje, la presidenta de CONARTE entregó al artista la “Presea Pinacoteca de Nuevo León”, como reconocimiento a su aporta-ción a las artes plásticas de Nuevo León y de México”. También hizo uso de la palabra el promotor cultural Guillermo Sepúlveda, quien habló de la producción artística del “Maestro del Color” a lo largo de más de 60 años de actividad. Cedió enseguida la palabra al home-najeado, quien se limitó a expresar su agradecimiento. Sin embargo, una de sus hijas, Esthela Ríos, subió al estrado de improviso para agradecer a su padre su te-nacidad y la formación que le dio a toda su familia. La exposición de Rodolfo Ríos, “Maestro del Color”, puede ser visitada en las salas de la Pinacoteca, donde permane-cerá hasta mediados del mes de octubre. Está conformada por 58 obras en óleo, acrílico y mixtas sobre tela, así como por dos esculturas en madera. Todas estas obras fueron elaboradas entre 1949 y 2009, lo que significa seis déca-das de producción plástica.

La selección de las obras estuvo a cargo de Hernando Garza y Rosa María Rodríguez, en tanto que la museografía correspondió a Omar Sánchez. La mayoría de estas obras pertenecen al artista, algunas forman parte del acervo de la Pinacoteca, y otras son de colecciones particulares.

Rodolfo Ríos es objeto de homenaje por su creación artística

En la Pinacoteca de Nuevo León

Se abre exposición con obras del “Maestro del Color”, realizadas a lo largo de más de sesenta años

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CONOCIMIENTOSISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES94 EDITORIAL

SNI

El Sistema Nacional de Investigadores: gran acierto

Dedicamos esta edición al Sistema Nacional

de Investigadores, porque es uno de los grandes aciertos que tuvo el gobierno fe-

deral para, como dijo Ruy Pérez Tamayo hace muchos años, “lanzar una balsa para que so-breviva la ciencia nacional”. Todo lo anterior ha resultado favorablemente cierto. Los hechos lo demuestran.

Este sistema, que otorga un estímulo económico a los investigadores y les permite re-conocimiento nacional, existió primero en la Se-cretaría de Educación Pública federal y posterior-mente se trasladó al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.

Actualmente, 16 mil 598 investigadores go-zan de las virtudes de este proyecto, que permite, a pesar de la insensibilidad política federal, que sobreviva y perdure la fortaleza de la identidad y soberanía nacional que la ciencia representa.

Por iniciativa de destacados integrantes del SNI, se llevó a cabo en Querétaro, del 5 al 8 de mayo, el Primer Congreso Nacional del organis-mo, para conocer las opiniones de las brillantes mentes que se dedican a la ciencia, y preservar la raíz misma del conocimiento que está inmersa en el quehacer, el preguntar y el investigar. Es-tos valores, en la escala axiológica, desbordan la política y la administración, porque nos recuer-dan que sólo la ciencia transforma el medio am-biente y el mundo y que sólo el arte espiritualiza la sensibilidad del quehacer humano. Estos dos pilares son los fundamentos de la civilización contemporánea.

En dicho encuentro se manifestaron las opi-niones de lo que es el corazón inteligente del país, que no ha sabido ser aprovechado por la voluntad política siempre inmersa en el quehacer de la hora y del poder, olvidada de que un país tan grande como México depende de su cultura y de su saber, este último practicado desde los mayas, que descubrieron el cero, y de los olme-cas, que utilizaban la rueda como instrumento tecnológico básico para su productividad.

La edición que aquí describimos fue hecha con enorme esfuerzo, gracias al apoyo del direc-tor del CONACYT; pero, sobre todo, de la mente abstracta matemática de José Antonio de la Peña, porque comprendió que había que poner jun-tos los logaritmos del saber para potenciarlos y

documentar así la preocupación del quehacer de un país se-diento de ser independiente y de ingresar a la globalización con alto valor agregado y no sólo con la maquila que nos han impuesto aquéllos que sólo creen en la innovación y no en la belleza y transformación profunda de la investigación básica y fundamental. Recogimos con enorme esfuerzo, porque no fue fácil nuestro trabajo, las opiniones de los investigadores na-cionales, y esperamos que este documento forme parte de una nueva visión para ver a un país generador del saber y produc-tor del conocimiento, y no sólo dependiente de la tecnología extranjera o de la innovación transitoria, que si bien es im-portante en el comercio de la libre empresa que caracteriza la sociedad, es espuria y circunstancial, porque lo único valioso es lo que se genera en el nuevo conocimiento que la ciencia básica y aplicada a la realidad produce.

Reiteramos nuestra lucha y entusiasmo que nació en la Universidad Autónoma de México, que todavía conserva sus grandes institutos de investigación básica y en las universi-dades de los estados, que adoptan su responsabilidad y germi-nan su creatividad a través del modesto sueldo y de la lucha permanente contra la política de ocasión, que nos ha impedido que México sea no sólo la gran fuerza cultural que representa, sino la gran fortaleza científica que debíamos tener para ser independientes, soberanos, conservar nuestra identidad cul-tural y romper las cadenas de la esclavitud a que nos tiene sometida la maquila de la globalización.

Esto que parece una utopía inalcanzable debe conducir al equilibrio de los griegos, de los egipcios, que lograron detener la fuerza fenicia para tener un mundo lleno de alma, de pen-samiento y no sólo de comercio y guerra convencional.

Pienso, luego existo

DESCARTES1596 a 1650

La ciencia, que transforma, y el arte, que espiritualiza, fundamentos de la civilización contemporánea.

Recordó que en una reunión con el ex rector y ex goberna-dor de Nuevo León, maestro Raúl Rangel Frías, se decidió gestionar ante el entonces presidente, Luis Echeverría, y la nieta de don Alfonso, Alicia Reyes, que tanto los restos mortales de Reyes, como su legado literario, fueran trasla-dados a Nuevo León.

Todd manifestó que con el apoyo de los licenciados Juan Roberto Zavala y Jorge Pedraza, se iniciaron los trámites correspondientes, hasta que finalmente se ob-tuvo –pese a incontables críticas de prestigiados intelec-tuales contra los “bárbaros del norte”- la aprobación del presidente y la aceptación de Alicia Reyes, para ceder a Nuevo León el acervo literario alfonsino.

Hizo el entonces rector gestiones también ante el se-cretario de Obras Públicas, Luis Enrique Bracamontes, quien aprobó fondos para el inicio de obras en la que habría de ser la Capilla Alfonsina, fondos que fueron complementados por el gobernador de Nuevo León en esa época, Pedro G. Zorrilla Martínez.

Se produjo por entonces el cambio presidencial, por lo que hubo necesidad de repetir gestiones ante el nuevo titular del ejecutivo, José López Portillo, quien también respondió de manera positiva a las demandas de Nuevo León.

Finalmente, se concluyeron las obras –la Capilla Alfon-sina está por cumplir 30 años- y se hizo el traslado del acervo bibliográfico de Reyes, constituido por más de 40

mil volúmenes. Todd señaló, en su intervención, que du-rante su gestión al frente de la UANL se realizaron más de 110 mil metros cuadrados de construcción y se crearon nuevas preparatorias y facultades, pero la Capilla Alfon-sina significa para él un recuerdo muy especial por todo lo que implica.

PALABRAS DEL RECTOR

En uso de la palabra, el rector de la UANL, doctor Jesús Áncer Rodríguez, agradeció al doctor Todd el donativo de la escultura, y señaló que en su gestión, a él le corre-spondió sentar las bases de lo que ahora es la Universidad Autónoma de Nuevo León, universidad que le da su debido lugar a la ciencia, pero también al humanismo.

Destacó que la institución ha experimentado acelerado crecimiento en los últimos años, hasta llegar a la situación actual, en que cuenta con más de 130 mil alumnos, 29 preparatorias, 26 facultades, 23 centros de investigación y más de 15 mil trabajadores.

Por lo que respecta a la Capilla Alfonsina, dijo que ha visto crecer de manera importante su acervo, y a la fecha cuenta ésta con más de 140 mil volúmenes.

Agradeció asimismo la presencia de todos los funcio-narios universitarios, maestros, trabajadores, estudiantes e invitados, así como a la directora de la Capilla alfonsina, Minerva Margarita Villarreal.

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CONOCIMIENTOSISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES4 SISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORESCONOCIMIENTO 93

Inaugura el encuentro el gobernador de Querétaro

reconocimiento del aporte de la ciencia al desarrollo nacional

Primer Congreso del SNI,Querétaro, Qro., mayo de 2010- A poco más de 25

años de su creación (julio de 1984), el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) celebró en esta ciudad, del 5 al 8 del mes en curso, su Primer Congreso Nacional, evento que congregó a cientos de científicos, procedentes de todos los rumbos de la geografía del país.

El encuentro, inaugurado el día seis por el goberna-dor de la entidad, José Calzada Rovirosa, se desarrolló con base en seis mesas plenarias, de las cuales se desprendíeron ocho mesas de discusión, y 43 mesas de comunicaciones libres, dentro de las cuales se presentaron 246 ponencias por los miembros de SNI, las que se integrarán en las me-morias del congreso, por lo que no fueron consideradas en la presente edición de esta revista de divulgación.

MESAS PLENARIAS

Los temas abordados por los investigadores fueron los siguientes: Mesa Plenaria 1: 25 años del SNI en la vida de México; Mesa Plenaria 2: ¿Ha respondido el SNI a las necesidades del país?; Mesa Plenaria 3: El SNI, visto por las instituciones; Mesa Plenaria 4: El SNI y la cultura de la evaluación; Mesa Plenaria 5: Descentralización e interna-cionalización de la ciencia mexicana; Mesa Plenaria 6: La investigación científica, ¿tarea individual, de grupos o de redes?

Al final del encuentro, se verificó una mesa de trabajo en que se pretendía dar a conocer las conclusiones del evento. Sin embargo, como mencionaron los integrantes del comité organizador, fue tal el cúmulo de aportaciones

Una escultura de don Alfonso Reyes, realizada en bronce por el artista Ernesto Tamariz, preside desde el pasado 17 de mayo, las instalaciones de la Capilla

Alfonsina Biblioteca Universitaria, en la Universidad Au-tónoma de Nuevo León.

En esa fecha, aniversario 51 de la muerte de Reyes e ini-cio del Festival Alfonsino en su edición 2010, el ex rector de la Máxima Casa de Estudios de Nuevo León, y director gene-ral de la Coordinación de Ciencia y Tecnología del Estado, doctor Luis Eugenio Todd, hizo donación de la escultura, en breve pero solemne ceremonia celebrada en el recinto que guarda el acervo cultural del Regiomontano Universal.

Ante la presencia del rector, doctor Jesús Áncer Rodríguez; de secretarios de las distintas áreas universita-rias; de su esposa, señora Elvira Lozano de Todd; de direc-tores de facultades y escuelas preparatorias; de represen-tantes académicos, estudiantes universitarios, trabajadores e invitados especiales, Todd hizo una rememoración de las circunstancias que llevaron a la construcción de la Capilla Alfonsina, y al traslado a nuestra ciudad del legado cultural de Reyes.

Dona Luis E. Todd

a la Capilla Alfonsina

escultura de don Alfonso Reyes

En el aniversario de la muerte del Regiomontano Universal

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CONOCIMIENTOSISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES92 SISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORESCONOCIMIENTO 5

hechas por los miembros del sistema, que resultó impo-sible hacer en ese momento el recuento de las mismas.

Los organizadores se comprometieron a dar a conocer, por medio de Internet, a la brevedad posible, las conclu-siones. Asimismo, ofrecieron responder, por correo elec-trónico, a todas las preguntas de los investigadores, que no pudieron ser contestadas –también por la cantidad de aportaciones, al término de las diferentes mesas de tra-bajo.

LA INAUGURACIÓN

Aun cuando los trabajos del congreso se iniciaron desde la tarde del 5 de mayo, en el Hotel Real de Minas, la inau-guración no tuvo lugar sino hasta las primeras horas de la tarde del día 6.

En la ceremonia inaugural, el gobernador queretano, José Calzada Rovirosa, dio la bienvenida a los cientos de científicos congregados en el llamado Salón Torremanga-na. Destacó la vocación progresista de la entidad –formada por gran cantidad de generaciones de hombres de bien-; deseó a todos los participantes el mayor de los éxitos en sus deliberaciones, y los invitó a conocer a Querétaro y a su gente.

A continuación, hizo uso de la palabra el doctor Juan José Saldaña, coordinador del Comité de Representantes e Investigadores del Sistema Nacional de Investigadores, quien comentó que el encuentro se había organizado como respuesta a las inquietudes de diferentes miembros del organismo, por adecuar el Sistema Nacional de Investi-gadores a las condiciones del México actual.

“Recogimos –expresó- los mensajes, y propusimos la celebración del congreso para abrir las puertas del SNI al viento fresco de las ideas y a su discusión”. Agregó que el congreso se erigió como un foro para debatir y construir la futura sociedad mexicana.

Intervino a continuación el doctor José Antonio de la Peña, director adjunto de Desarrollo Científico y Aca-démico del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), quien apuntó que el SNI, creado por decreto presidencial el año de 1984, nació como un reconocimien-to académico a los investigadores, y se convirtió en píeza fundamental en las tareas de evaluación.

A la fecha, se ha convertido también –indicó- en ele-mento esencial para la economía personal de los investi-gadores.

En la ceremonia inaugural también hicieron uso de la palabra, con diferentes planteamientos, el doctor Rodolfo Tuirán Gutiérrez, subsecretario de Educación Superior, de la Secretaría de Educación Pública; senador Francisco Ja-vier Castellón Fonseca, presidente de la Comisión de Cien-cia y Tecnología de la Cámara de Senadores; doctor Hora-cio Merchant, del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, y maestro Juan Carlos Romero Hicks, director general del CONACYT.

Por cuanto a la ceremonia de clausura, en la cual de-berían haberse dado a conocer las conclusiones del con-greso, participaron los integrantes del comité organizador del encuentro, quienes expusieron sus puntos de vista en torno a esta reunión histórica de los representantes de la

ciencia mexicana. Fueron ellos los doctores José Antonio de la Peña; Juan José Saldaña; Teresa Rojas; Jesús Álvarez, designado en fecha reciente director del Sistema Nacional de Investigadores, Horacio Merchant y Leticia Torres. (En las siguientes páginas se reproducen las intervenciones de los miembros del SNI que participaron en las diferentes mesas plenarias, así como de quienes tomaron la palabra en las ceremonias de inauguración y de clausura del Primer Congreso Nacional del Sistema Nacional de Investigadores.

En la más reciente sesión del Consejo Ciudadano de la Coordinación de Ciencia y Tecnología de Nuevo León, celebrada el día 29 del pasado mes de abril, en la Sala

de Juntas de la Dirección de Investigación de la Universi-dad Regiomontana, se tomó el acuerdo de operarlo en el futuro como un “Think Tank”.

A dicha sesión asistieron los siguientes miembros titulares y suplentes: Juan Antonio González Aréchiga, Othón Ruiz Montemayor, Jorge Arrambide Garza, Irma Adriana Garza Villarreal, Jorge Mercado Salas, Alan Cas-tillo Rodríguez, Francisco Cantú Ortiz, José Benito Flores Juárez, Herminia Guadalupe Martínez Rodríguez, Diana Reséndez Pérez, Augusto Rojas Martínez, Efraín Alcorta Rodríguez, Ricardo Viramontes Brown, Luis Roberto Cué-llar González

Asimismo, estuvieron presentes los siguientes funcio-narios públicos e invitados: Luis Eugenio Todd, Juan Lauro Aguirre, Juan Roberto Zavala,

Rogelio Flores de la Peña, Adriana Elizondo, Rogelio Soto Rodríguez.

En la reunión se explicó que los “Think Tank” tienen su origen en la década de 1940, dentro de la Rand Corpo-ration, donde se crearon con fines de asesoría militar al gobierno de los Estados Unidos, y que desde entonces han

Operará como “Think Tank”

el Consejo Ciudadano del COCYTE-NLPor Juan Lauro Aguirre Villafaña

jugado un papel muy importante para inducir cambios políticos en ese país y en algunos otros.

Sin embargo, en la actualidad son organizaciones compactas que promueven la investigación de problemas específicos para descubrir ideas y acciones que generen cambios deseables en la política, en la ciencia y tecnología, en los deportes y en muchos otros campos.

La regla general de un “Think Tank” es que sea un grupo adaptativo y auto-organizante.

En atención a esta regla, Othón Ruiz Montemayor pro-puso, y fue aceptado, que en la primera sesión del “Think Tank” se analice a fondo la información socio-económica con que cuenta la Secretaría de Desarrollo Económico, para encontrar en ella los primeros objetivos de cambio.

De forma similar, surgió la propuesta de analizar a fondo la información socio-académica procedente de la Secretaría de Educación y de los representantes de las Instituciones de Educación Superior presentes en la reu-nión.

Además de adoptar esa nueva forma de operar, se acordó también aumentar la frecuencia de las reuniones, pero sobre todo aumentar el valor tangible e intangible generado en cada una de ellas.

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CONOCIMIENTOSISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES6 SISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORESCONOCIMIENTO 91

La ciencia, vía de solución a los problemas socialesIntervención del gobernador José Calzada Rovirosa

Me da mucho gusto poder recibir aquí en su casa, Querétaro, a per-sonas tan distinguidas, que vie-

nen en un ánimo de construcción, de colaboración, de intercambio de ideas, siempre en abono de que al país le vaya mejor, para poder salir adelante. Y esta tierra que es Querétaro, tierra de ideas, tierra de ideales, tierra de gente buena, tierra de trabajo, los recibe con los brazos abiertos.

Quiero saludar al maestro Juan Carlos Romero Hicks, director general del CONACYT. Carlos, muchas gracias por haber pensado en Querétaro. Tuve la oportunidad de platicar, hace casi un año, con el maestro Romero Hicks, con respecto al futuro del país, con res-pecto a esta materia tan importante, y también al compromiso de Querétaro de apoyar siempre todos los esfuerzos

en esta misma dirección, y el día de hoy se está constituyendo en una realidad, por lo cual, Juan Carlos, te agradezco mucho tu atención.

Saludo también a mi amigo, el senador Francisco Javier Castellón Fonseca, de la Comisión de Ciencia y Tecnología del Senado de la República. Muchas gracias por estar aquí. Fuimos compañeros senadores de la república por tres años, y la verdad es que, Francisco, te reconozco mucho, no sólo tu talento, sino también tu dedicación.

Al doctor José Rodolfo Tuirán Gutiérrez, subsecretario de Educación Supe-rior de la Secretaría de Educación Pública, muchas gracias por su presencia; y al doctor Juan José Saldaña, presidente del Comité de Representantes e Inves-tigadores del Sistema Nacional de Investigadores, también lo saludo con gran cordialidad.

Para el gobierno del Estado de Querétaro es un honor que hayan elegido nuestra entidad, plena de historia, también plena de futuro, para realizar su congreso, el primero de carácter nacional del Sistema Nacional de Investiga-

dores, que servirá, por supuesto, para reflexionar sobre el presente, pero particularmente sobre el futuro de la investigación en nuestro país. Por mi conducto, pueblo y gobierno les damos la más cordial bienvenida y hacemos votos por el éxito de sus deliberaciones.

EL CAMINO DE LA CIENCIA

La globalización de la vida moderna, y de manera particu-lar de los factores de la producción, obliga, como nunca antes en la historia de la humanidad, a ver en la ciencia el camino óptimo para ofrecer soluciones a las diversas necesidades de amplios espacios de la sociedad. En Méxi-co, no obstante las condiciones no siempre favorables en que los científicos se desenvuelven, se han obtenido y se obtienen cotidianamente, distinciones notables, y la apli-cación de sus conocimientos ha sido contribución y fuente de colaboración del más alto nivel en diferentes campos del conocimiento.

Para todos los investigadores constituye una de las bases que nos proporciona mayor productividad y com-petitividad ejercer en un mundo cada vez más globalizado y cada vez más complejo. Yo les agradezco la atención de su presencia en una entidad que, como mencioné en un principio, es una entidad modelo; es una entidad que es fruto del trabajo de muchas generaciones de mexicanos de bien, que han confiado en su gente y que han seguido invirtiendo los recursos económicos apropiados en distin-tas áreas, y hoy debemos precisamente confiar en estas materias.

Queremos hacer de México un país privilegiado en materia de crecimiento económico; queremos hacer de Querétaro el referente en materia de competitividad, en materia de innovación, en materia de crecimiento y desa-rrollo de nuevas tecnologías.

Precisamente con ello, no me queda más que agrade-cerles su presencia, y pedirles que se la pasen bien. Que conozcan Querétaro; que caminen por sus calles; que pla-tiquen con nuestra gente y que disfruten de la gran hospi-talidad de todos los queretanos.

Traducción del inglés por Farouk Rojas

Acerca de Executive Success Programs, Inc.

Executive Success Programs, Inc.MR (ESP) ofrece programas de entrenamiento enfocados en crear consistencia en todas las áreas y ayudar a desarrollar las habilidades prácticas, emocionales e intelectuales que la gente necesita para alcanzar su máximo potencial. Todos los programas de ESP utilizan una tecnología punta con patente en trámite llamada Cuestionamiento Racional MR, una ciencia basada en la creencia que entre más consistentes sean las creencias y patrones de conducta de un individuo, más exitoso será en todo lo que haga. El Cuestionamiento RacionalMR permite a las personas volver a examinar e incorporar percepciones que pueden ser la base de limitaciones autoimpuestas.

Mayores informes: [email protected]

Maestro estudiante

Cuando enseño aprendo. De hecho, mi conocimiento está, como le llamo, “equivocado” hasta que enseño.

Mientras más sé, más experimento el camino hacia mi conocimiento como el único camino. Por ejemplo, si aprendí a sumar muy fácilmente, pero batallo con la multiplicación, mi percepción del camino hacia la habilidad aritmética tiene una distancia “relativamente” corta para la suma y una distancia “relativamente” larga para la multiplicación. Estas cantidades tienen la invariante “relativa” de mi experiencia. Todo lo que es parte de mi experiencia aislada es relativo a mí, a la vez como humano y como individuo. Hasta este punto, si estoy aislado, no puedo distinguir ser humano de ser yo.

Consideremos ahora una segunda persona. Ahora tengo la experiencia de un humano que no soy yo. Esto automáticamente me ayuda a entender lo que es ser humano y por lo tanto lo que es ser yo más allá de ser humano. A través de esta simple interacción gano una mejor identidad propia e identidad humana. Esto me hace a la vez un mejor yo y un mejor humano.

Cuando le enseño a alguien mis conocimientos, vislumbro la naturaleza de este conocimiento independientemente de mi camino de aprendizaje. Esto le da al conocimiento una existencia más independiente; también me da una compren-sión expandida de mi aprendizaje y de mi ser. De cierta forma, el conocimiento no tiene independencia del propio ser, ni esencia propia, hasta que se comparte o se enseña a otro ser humano.

Igualmente nuestras preguntas carecen de esencia o perspectiva hasta que se examinan relativas a otro ser humano. Una buena metáfora del beneficio que nos brindan los demás es la perspectiva visual: con un ojo, no tenemos habilidad de triangular directamente la distancia; no tenemos percepción de profundidad. Es sólo con un segundo ojo, una segunda fuente de visión, que ganamos per-spectiva.

De esta forma, el conocimiento es auto–perjudicial: mientras más saber tene-mos (organizado de forma consistente con nosotros mismos), más lejos estamos de la auto-percepción. Para romper esta limitación, necesitamos un mirador diferente desde donde revaluar nuestra experiencia.

Sólo se puede encontrar el mirador a través de un quiebre en la consistencia de nuestro conocimiento — una incertidumbre, una pregunta. Ya que si hay certidumbre, sólo estamos experimentando conocimiento engendrado de nues-tro conocimiento: importamos por lo tanto todo prejuicio intrínseco. Al interac-tuar con otro ser humano, tocamos el abismo de lo desconocido. Encontramos que somos sólo uno de dos ojos, ninguno absolutamente correcto, cada cual único, ambos brindando perspectiva.

TOE — Theory Of Everything (Teoría del todo)

Aunque los científicos han buscado por mucho tiempo una teoría del todo, de hecho ya tenemos dicha teoría; el problema es su formalización

Hay una cosa que todas las teorías científicas tienen en común; es una teoría en la que descansa la totalidad de la ciencia.

Provee consistencia y definición, reuniendo a todas las teorías y términos de la ciencia bajo una sombrilla unificada: la teoría de la percepción cognitiva hu-mana — ningún aspecto de la ciencia puede estar más allá de ella; todo aspecto de la ciencia se basa en ella. Cada uno de nosotros, llevamos dentro nuestra pro-pia teoría unificada; la cuestión de una teoría del todo se reduce a si es posible o no expresarla objetivamente.

Es sólo a través de una comunidad de cuestionamiento científico diversifica-do que podemos ganarnos la constante ampliación de nuestra perspectiva nec-esaria para expresar principios unificadores de la ciencia humana. Más grande que el premio del logro científico será la perspectiva más profunda, holográfica, de nosotros mismos que obtendremos.

La ciencia no puede evolucionar sin que reconoz-camos el elemen-to de percepción humana inherente incrustado en ella. A través de esta revelación, aprendemos que la ciencia y la hu-

manidad deben co–evolucionar y que esto requiere comu-nidad al igual que ciencia—una comunidad científica.

El conocimiento y la incertidumbre forman una inte-resante sociedad. A través del conocimiento obtenemos la habilidad de perpetuar nuestras vidas como humanos, pero arriesgamos perder nuestro “ser” y humanidad en el proceso. Al abrazar la pregunta de nuestro propio ser, y por lo tanto experimentar la incertidumbre de la existen-cia, somos un poco menos prácticos y un poco menos ma-terialistas, pero ganamos conciencia de nosotros mismos.

Las preguntas conducen al auto–conocimiento; el conocimiento no.

Sólo el miedo nos ahuyenta de enfrentar nuestra pre-gunta personal, alejándonos del auto–conocimiento hacia un estado de supervivencia base.

¿Usa Ud. su pregunta para circunscribir su existen-cia o para darle significado? Cuando se encuentra con la profunda incertidumbre representada por la existencia de otra persona — una perspectiva inherente e irrevocable-mente diferente a la suya — se aleja temerosamente, o le abraza con la curiosidad inocente del amor?

Ciertamente, como personas–científicas de todos los sabores diferentes, podemos llegar a construir una comu-nidad mundial. Podemos hacernos más profundos — y hacer más profundos a nuestros quehaceres — a través de una experiencia de humanidad impulsada por la relativi-dad humana y la diferencia humana.

En un sueño esperanzado nos imagino a todos, a través de muchas formas de contacto humano interconectado, sentados juntos, en varios grupos, en diferentes momen-tos, continuamente, haciendo más profunda nuestra cien-cia y a nosotros mismos, a través de la comunidad, sin dejar atrás pregunta personal alguna.

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CONOCIMIENTOSISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES90 SISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORESCONOCIMIENTO 7

Debe la ciencia ser un valor social compartidoIntervención del doctor Juan José Saldaña, coordinador del Comité de Representantes e Investigadores SNI

La inauguración, este día, de nuestro primer congreso, a 25 años de la creación del Sistema Nacional de Inves-tigadores, me trae a la memoria –soy historiador, no

lo puedo evitar- las fastuosas reuniones que organizaba Nabucodonosor Segundo, el gran constructor y autor de maravillas como los Jardines Colgantes de Babilonia, reu-niones en las que, según algunas fuentes, se sacrificaban 200 bueyes para recibir a los visitantes –y, por favor, no vayan a considerar esto como una insinuación velada a nuestras autoridades.

En realidad, esta rememoración tiene que ver con algo. En realidad, sabemos, esas reuniones se llevaban a cabo para contemplar obras magnas, resultados grandiosos, contribuciones al presente y al futuro. Pero, retomando el sentido de la verdad y de la proporción, los que nos empeñamos en llevar a cabo esta reunión, hemos puesto los ojos en la construcción de un futuro más brillante y promisorio, tanto para la ciencia mexicana, como para la sociedad que la sostiene.

INVESTIGACIÓN, VERDADERO CAPITAL

INTELECTUAL Y PRODUCTIVO

Ayer, en la plenaria, en este mismo recinto, en interven-ciones dedicadas a recordar los orígenes y la trascenden-cia del Sistema Nacional de Investigadores, quedó claro el carácter original de nuestro congreso. Se puso de mani-fiesto que corresponde a la actual membresía asumir res-ponsabilidades y compromisos para adecuar el sistema al que pertenecemos al México actual, y para hacer del trabajo del investigador el verdadero capital intelectual y productivo que, siendo valioso por sí mismo, lo debe ser

también por su función social. La forma en que hemos llegado a este momento es especialmente aleccionadora. Hace apenas unos cuantos meses, la partici-pación de los investigadores en el funcionamiento del sistema estaba orientada a la evaluación que realizamos de nuestros pares y a una débil representación en el Consejo de Aprobación del Sistema Nacional de Investigadores.

La propuesta que hicimos de ampliar la participación de los investigadores a través de una manifestación de sus pensamientos sobre el Sistema Nacional de Investigadores, evidenció la inteligencia, la imaginación y el compromiso de todos nosotros. Los centenares de participantes en el blog, y sus numerosas propuestas, y los debates que se produjeron, dejaron clara la intención de los investigadores de participar en forma constructiva, con autocrítica, en la cons-trucción del nuevo Sistema Nacional de Investigadores.

En el Comité de Representantes y de Investigadores, recogimos ese mensaje de todos ustedes, y construimos y gestionamos la realización de este Primer Congreso, que vendría a darnos, tanto legitimidad, como también, y sobre todo, abriría las puertas al mismo templo de las ideas y de la discusión de las mismas. Es el momento adecuado de reconocer y agradecer a las actuales autoridades del Sistema Nacional de Investigadores y de CONACYT, por haber acogido con beneplácito nuestra propuesta, y apoyarnos firmemente para su realización. De esa manera, mediante un trabajo conjunto, hemos organizado el congreso,

Una pregunta es un área de percepción o cognición que va más allá del conocimiento. En algunas circunstancias, no podemos imaginar una respuesta a cierta pregunta; en otras instancias tenemos varias “hipótesis” que representan poten-ciales respuestas que elegimos explorar.

Algunas personas prefieren ver a las preguntas como es-carpados acantilados que rodean al mundo mucho más se-guro del conocimiento. Tales precipicios deben evitarse a toda cosa y jamás ser explorados. Este tipo de participante del mundo utiliza a las preguntas como límites para existir en un ambiente predecible más funcional.

Otras personas son seducidas por las preguntas y en mayor o menor grado guiadas a explorarlas. Algunos sólo se asoman con gran timidez y poca frecuencia hacia lo descono-cido, otros literalmente viven sus vidas colgados al borde del abismo.

Muchos de aquellos que están más allá de la curiosidad por las preguntas, profundamente adentrados en el ámbito de la preocupación por las preguntas, son conocidos por nuestra sociedad como científicos. Los científicos son guia-dos por las preguntas.

La belleza de la condición humana en este contexto es: no hay dos personas que tengan exactamente la misma pregunta. Sí, algunas son muy similares, pero otras son tan diferentes como la entomología y la cosmología.

Una de mis preguntas personales más mundanas (con-sidero que todas las personas cargan consigo preguntas per-sonales que, de examinarse cuidadosamente, podrían con-solidarse en una sola pregunta básica de vida) es, “¿Cómo encajan las cosas entre sí?”

Esta pregunta probablemente fue formada por una serie de experiencias pre–cognitivas — quizás incluso accidentes: no podía encontrar mi biberón, no podía sacar la mano de mi mameluco, mi pié no entraba en ese pequeño zapato infan-til — sólo puedo adivinar, pero siempre estoy buscando ver cómo encajan las cosas entre sí.

Como adolescente, esta pregunta me condujo a entend-er los números y empezar a convertirme en matemático. Después, esta misma pregunta me condujo a estudiar las computadoras y a fin de cuentas la biología y la física. Aún después, me inspiró a ver cómo el pasado se relacionaba con el presente sentándome un día, sin nada mejor que hacer, a examinar un viejo catálogo de cursos en el que descubrí a...

el resto encaja como mano en un guante. De manera importante nuestras preguntas, y cómo las manejamos, definen nuestras vidas. Cada persona con una perspectiva diferente de la existencia deriva diferentes preguntas y experimenta la vida de manera única. El proceso de cuestionar es mu-cho más estándar. Se podría decir que el proceso de cuestionar es ciencia mientras que la pregunta específica dirige el contexto al cual este proceso es aplicado. Para algunos, las preguntas los han guiado hacia los insectos, por lo que podrían volverse entomólogos; para otros sus preguntas los han enfocado en la estructura del universo haciendo que la cosmología sea más lo que les gusta.

Para cada individuo hay una pregunta base privada y única; cada una de esas preguntas es sólo un sabor diferente de humanidad.

¿Cuál es su pregunta? ¿Como le guía por la vida? ¿Es una pregunta noble y expansiva elaborada de experiencias de amor o es una pregunta base, con-tractiva formada de encuentros con el miedo?

Relatividad

Mi nombre es Keith Raniere. La mayor parte de mi vida, yo entendí lo que significaba ser un “Raniere” en base a mis experiencias de mi padre, mi abuelo y mi abuela (el apellido de soltera de mi abuela también era “Ra-niere” porque mis abuelos eran primos segundos). Estuve aislado de toda una rama de mi familia hasta fines de mis 30s. Aún a esa avanzada edad, me sorprendió mi experiencia de ser un “Raniere” cuando finalmente tuve interacción con mis parientes. A través de nuestras diferencias aprendí lo que teníamos en común y aprendí más de mí mismo a través de un tipo de — discúlpeme el juego de palabras — relatividad (en inglés ‘pariente’ de dice ‘relative’). Jamás pude entender lo que significaba ser un “Raniere” hasta que conocí a más Ranieres.

Mientras no tengamos un estándar externo (marco de referencia) a través del cual poder examinarnos a nosotros mismos estamos limitados por un tipo de prejuicio auto–referencial. Pero un estándar externo no es suficiente. En la vida, como en la ciencia, tiene que haber una conexión entre este están-dar y nosotros. Esta conexión tiene una similitud, invariancia; literalmente es un tipo de relatividad.

Entendiendo de esta forma la relatividad humanista, apreciamos la exis-tencia otros seres humanos a través de quienes apalancamos una experiencia más profunda de nosotros mismos.

Así funcionan también las preguntas.

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que, por encima de algunas imperfecciones organizativas, hoy se alza como un magnífico foro para aquí, y en forma imaginativa, construir un futuro viable para la sociedad mexicana, con la participación activa de la comunidad científica y tecnológica del país.

COMPROMISOS CON LA COMUNIDAD

Deseo compartirles el contenido de las comunicaciones que han enviado ustedes. La esencia de ellas expresa, y muy bien, el talento de las mujeres y los hombres, los me-jores de este país, siguiendo una expresión del director del CONACYT, maestro Romero Hicks.

Por consecuencia, de esta reunión, que podemos cali-ficar de trascendental, las instituciones dedicadas a pro-mover el desarrollo científico de México podrán contar con los análisis y las propuestas, y con los compromisos de actuar de nuestra comunidad.

Las 50 mil visitas a la página web del congreso en el lapso de un mes son también un indicador de que nuestra comunidad ha abandonado el estado de mero movimiento inercial, para iniciar otro de aceleración y dinamismo. Son, también, el indicador de que la presencia se ha mantenido constante en todos los puntos, para alcanzar a un mismo tiempo una singular competencia en preocupaciones, en deseos y voluntades, para conseguir ser parte activa de un movimiento transformador del país.

Cualquier ciudadano tiene el derecho de soñar y de contar con oportunidades para poseer una realidad no imaginada. Por ello, este congreso no podrá quedar en solamente una reunión para expresar buenas intenciones. Esta reunión deberá dar paso a logros y realizaciones con-cretas que, como modernos jardines colgantes, sean a un tiempo nuestras aportaciones para un futuro orientado conscientemente, y no solamente parecido; también, nues-tro patrimonio colectivo, para dar respuesta inmediata a carencias y necesidades, cuya solución no puede y no debe posponerse más.

Oportunidades de orden científico, derecho a un em-pleo digno y productivo, descentralización e internación territorial de la ciencia en México; derecho a ser útiles con conocimiento y no solamente una élite que podría ser vis-ta por los despistados como una parásita, son, entre otros, asuntos que consideramos los aquí reunidos, de urgente solución. A lo largo de los próximos tres días, nuestro ta-lento, nuestra imaginación sabrán despertar.

Es el momento para mostrar nuestro espíritu crítico, pero también nuestra voluntad de participar y hacer políti-ca y contribuir a que la ciencia en México sea un valor social compartido.

Con una sonrisa y levantando la cabeza semi-arrogante, el profesor examinó la bien trabajada ec-uación – némesis de mi amigo y empezó a hablar y escribir. Por un momento, mi ami-go bajó su cansada mirada, respondien-do a las incitaciones del maestro con una sorprendente mezcla de sentimientos silen-ciosos y profundos pensamientos. Verá

Ud., este maestro tenía conocimientos sobre el tipo exacto de ecuación con la que mi compañero había batallado y a la que había dedicado más del último año de su vida — yo me había accidentalmente topado con este hecho en un currículum vitae perdido, enterrado en lo profundo de un catálogo que casi nadie leía.

Mi amigo suspiró, y con respiración entrecortada inició una risilla nerviosa...

Conforme levantaba la mirada el misterio le abandona-ba, parecía que se aliviaba de un tremenda pero ignorada carga. Era el fin de su lucha; su vida, como la conocía, se había terminado. Con cada trazo adicional del gis, meses de lucha se resolvían; era claro, tan claro y simple.

Esto significaba que su investigación había terminado. Ya sólo quedaba una redacción final de la disertación y la defensa de su tesis. Lo que parecía una jornada sin final había llegado a su fin esa tarde, en menos de 15 minu-tos, a manos de un maestro en esta área específica de las matemáticas: dos hombres de ciencia, profundamente enfocados en áreas de estudio altamente específicas, re-unidos a través de un baño — ¿se me olvidó mencionar que encontré y leí el catálogo en el baño? — donde leí un anticuado catálogo.

¿Qué si hubiera elegido otro lugar para “hacer” lo que hice?

por Keith Raniere

‘TOES’

Recuerdo que trabajaba duramente y por muchas horas; la elucubración científica se había vuelto su forma de vida. Todavía puedo verlo de pié frente a un gran pizarrón con una pila de impresiones de computadora,

viendo al parecer más allá de las empolvadas ecuaciones; símbolos que repre-sentaban un portal potencial a una perspectiva más elevada.

Así pasaba cada hora de vigilia, de una forma u otra, tratando de descifrar el código de la naturaleza que había cuantificado en una ecuación diferencial específica y no-lineal.

Él era un estudiante de posgrado de física y un amigo personal durante mis años de estudio a nivel licenciatura en la universidad. Se había vuelto cotidiano en el departamento y en mi vida; surgía casi un cierto confort de la monótona constancia de su vida. Jamás había duda alguna acerca de qué iba a estar haci-endo un viernes por la noche, jamás duda alguna sobre el contenido o relevancia de un libro que él portase. Más que nada, incontables horas invertidas en la contemplación directa de esta ecuación. Ahí estaba; a veces una vieja amiga; a veces un Dios encolerizado, intratable a la compasión humana; en otras oca-siones meramente una abstracción mental — un rompecabezas sin emoción, sin personificar, muy aparte de la inmensa lucha interna de su creador. Yo no podía imaginar la vida de este joven sin su ecuación.

Liberación

Fue en realidad un accidente. A veces el acto más inocente, inconsecuente, puede causar los cambios más profundos en la vida de una persona. Conocía a mi amigo desde hacía 2 semestres y no podía imaginar cómo estaba yo a punto de hacer pedazos su vida de atención enfocada...

Conforme levantaba la mirada el misterio le abandonaba, parecía que se aliv-iaba de un tremenda pero ignorada carga. Era el fin de su lucha; su vida, como la conocía, se había terminado. Con cada trazo adicional del gis, meses de lucha se resolvían; era claro, tan claro y simple.

¿Qué significaba esto?

Bueno, déjeme dar un paso atrás y explicar lo que ocurrió: un día estaba yo hojeando un viejo catálogo de cursos para leer las biografías de mis instructores de matemáticas. Ocurrió que noté que uno de los profesores asociados se espe-cializaba en un cierto tipo de problema. Después de una leve discusión sobre el tema, llevé a mi amigo a visitar a este mentor en horas de oficina. Fue como lo había sospechado, temido y deseado.

Sabores

Hay muchas teorías usadas para explicar la motivación humana. Las predisposiciones genéticas concretas en conjunción con las asociaciones y eventos del pasado pre-cisos que conducen a la “motivación” todavía no son ple-namente entendidos. Pero es cierto que algunas personas son motivadas por las preguntas.

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CONOCIMIENTOSISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES88 SISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORESCONOCIMIENTO 9

El SNI, motor fundamental

para la descentralización

de la ciencia en México

Intervención del doctor José Antonio de la Peña,director adjunto de Desarrollo Científico y Académico del CONACYT

Como se ha recordado en mesas previas, el Sistema Nacional de Investigadores (SIN) fue creado en 1984, para reconocer la labor de las personas dedicadas a producir conocimiento científico y tecnológico, en el contexto de la crisis

económica que amenazaba la existencia misma de la investigación en México. Así, el SNI nace para ser, al mismo tiempo que un apoyo económico, un re-

conocimiento académico para los investigadores. Hoy, a poco más de 25 años de su fundación, el SNI significa muchas cosas más para la educación superior y la ciencia mexicana.

El SNI se ha convertido en pieza fundamental para la evaluación del trabajo de los investigadores, de la acreditación de los posgrados, carta de presentación de las universidades. Hoy, aún más que en la época de su fundación, el SNI es pieza fundamental de la economía personal de los investigadores miembros.

DESCENTRALIZACIÓN DE LA CIENCIA

El Sistema Nacional de Investigadores ha crecido en todo el territorio nacional, y ha sido motor fundamental para la descentralización de la ciencia en el país. El SNI ha sido imitado en varios países de América Latina, desde Costa Rica hasta Argentina.

La redefinición del modelo de política científica, anali-zada desde el corazón mismo del Sistema Nacional de Investigadores tendrá resultados positivos si se

asume que la renovación del SNI depende en gran medida de cambios en las políticas nacionales, donde se ubique a la ciencia como una palanca o un motor indispensable para el logro de la sustentabilidad.

La convocatoria lanzada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y el Comité de Representantes de los Investigadores Nacionales para celebrar el I Congreso de miembros del SNI, efectuada del 5 al 8 de mayo, es un si-gno de salud para el desarrollo de la ciencia y para quienes tenemos el honor de pertenecer a este sistema, porque es-

tamos obligados a hacer un examen de conciencia sobre

nuestro trabajo diario.

Al cumplir 25 años de su formación, el SNI, hoy con 16 mil 598 investigadores, se replantea su papel ante las necesidades del siglo XXI en México: el fortalecimiento de la ciencia, la innovación y la generación de conocimiento y desarrollo tecnológico.

IDEAS ENRIQUECEDORAS

Durante esos días, científicos e investigadores del país participaron con ponencias y mesas de trabajo en las cuales se discutieron centenares de ideas enriquecedoras en torno a temas fundamentales: 25 Años del SNI en la

vida de México; ¿Ha respondido el SNI a las necesidades

del país?; El SNI visto por las instituciones; El SNI y la

cultura de la evaluación; Descentralización e interna-

cionalización de la ciencia mexicana; La investigación

científica, ¿tarea individual, de grupos o de redes?

Se dialogó sobre los problemas vinculados al buen funcionamiento del SNI; se consultó a los investigadores sobre propuestas de reforma al propio sistema que a la postre impacte positivamente en beneficio de la ciencia, de la academia y en la sociedad mexicana.

Entre los logros del SNI, se mencionó que, a 25 años de su fundación, ha profesionalizado el quehacer científico en México y ha respondido, por lo menos en parte, a la resolución de algunas de las necesidades del país. Como todo sistema, sin embargo, es siempre perfectible, y por

ello precisa de sanas evaluaciones bajo una prudente pe-riodicidad.

PIEZA CLAVE EN LA EDUCACIÓN

Hoy, el SNI es una pieza clave para el sistema de educación superior y científico de México; para la evaluación de in-vestigadores y la calificación y acreditación de posgrados de las universidades públicas y privadas. Sus miembros son considerados en posiciones de vanguardia en lo co-rrespondiente a la producción científica, humanística y tecnológica.

Sin embargo, redefinir el modelo de política científica es un asunto complicado y nunca estático. Depende del sitio y la prioridad que, en los planes nacionales para el desarrollo, se dé a la educación; a la ciencia; a la academia y a la investigación.

Los investigadores hemos de preguntarnos cómo po-demos dinamizar nuestras colaboraciones en el impulso a una educación científica y crítica entre los jóvenes y en la niñez, quienes constituyen los recursos más importantes de proteger y alimentar en un país, donde la pobreza alca-nza a más de 60 millones de personas.

Es tiempo también de que los miembros del SNI refle-xionemos sobre cómo acompañar de la manera más efecti-va a la sociedad mexicana en su proyectado tránsito hacia la Sociedad del Conocimiento para que ésta se traduzca en mejores condiciones de vida en alimentación, educación y ciudadanías fortalecidas en la sustentabilidad.

La auto-corrección es el mejor camino para fortalecer a la ciencia en el logro de hallazgos enriquecedores y es, también, el sendero adecuado para consolidar el trabajo intelectual y académico de los investigadores.

Por ello, saludamos con el mejor de los augurios esta faceta de auto-evaluación impulsada desde el corazón mismo del mundo científico de México y que en palabras de José Antonio de la Peña, director Adjunto de Des-arrollo Científico y Académico del Conacyt, “este mismo año puede arrojar resultados concretos para renovar a fondo el SNI”(1).

(1) La Jornada, “Distorsión Perversa” en los Objetivos del SNI: Científicos.(08/05/2010) Sección Sociedad y Justicia p. 29.

Doctora Patricia Liliana Cerda PérezMiembro del SNI / Nivel I

El SNI ante los retosdel siglo XXI

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CONOCIMIENTOSISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES10 SISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORESCONOCIMIENTO 87

Son dignas de mencionarse las siguientes cifras: cuan-do el SNI inicia sus labores, son sólo mil 200 los investi-gadores que reciben el nombramiento. Actualmente hay 16 mil 598 investigadores nacionales. Por supuesto, este crecimiento podría deberse a un relajamiento de los crite-rios de admisión.

Sin embargo, la producción de artículos científicos fir-mados por autores mexicanos ha tenido un crecimiento aún más pronunciado que el de los miembros del sistema. De hecho, con el incremento anual de esta producción científica, México ocupa la séptima posición mundial, a-rriba de todos los países de Latinoamérica, Estados Unidos y Europa, salvo Portugal. Por otro lado, en 1984, el 80 por ciento de los investigadores nacionales laboraban en el área metropolitana de la Ciudad de México, mientras que en la actualidad sólo lo hacen el 45 por ciento.

Muchos logros del Sistema Nacional de Investigadores pueden resumirse en uno solo: el SNI es un proyecto que ha mantenido continuidad y crecimiento a lo largo de 25 años. No es poca cosa en un país donde los vaivenes políti-cos determinan generalmente la existencia y continuidad de los proyectos. Pero no estamos reunidos hoy aquí para celebrar. Esta reunión ha sido convocada con otro propósi-to.

PRIMER CONGRESO NACIONAL

La reunión del Primer Congreso del Sistema Nacional de Investigadores surge del interés, tanto de los miembros del sistema, como del CONACYT, por reflexionar acerca del papel que juega en México; pero, sobre todo, del pa-pel que puede jugar un sistema consolidado de más de 16 mil investigadores, si cuenta con estas claves: si cuenta con un proyecto de integración y desarrollo de la ciencia y tecnología en México. La convocatoria misma de este con-greso ha mostrado ya el interés de la comunidad científica por hacerse escuchar; por escuchar ideas y propuestas constructivas.

Las más de 50 mil consultas anexadas a la página del congreso en un par de semanas y los cientos de propues-tas de ponencias son muestras claras de la necesidad de realizar este ejercicio colectivo. Hablando de cambios, se han producido de acuerdo con los tiempos, pero también por la presión de los propios investigadores. Así, se es-tablece en nuestro sistema, al poco tiempo de creado, el nivel de calidad.

Las áreas del conocimiento se han establecido, y se han organizado las disciplinas por áreas; la posibilidad de apelar las decisiones de las comisiones dictaminadoras y permitir la revisión de los cuerpos correspondientes, se produjo en 1998.

Durante años, una crítica al sistema fue que los perío-dos de tres años entre las evaluaciones implicaba la exigen-cia de una productividad constante y creciente, sometida al apremio de los tiempos. En consecuencia, se han hecho las modificaciones correspondientes, con cinco, ocho y hasta diez años de duración entre las evaluaciones.

Todos estos cambios han mejorado, sin duda, la re-lación entre los procesos de evaluación del sistema y el proceso natural de la creación de conocimiento. Si bien el

sistema continúa abierto a revisiones y procesos, mecanis-mos y métodos, y en su primera evaluación –y todos estos son temas que se consideraron en este congreso- el ejerci-cio actual se trata fundamentalmente de otra cosa.

Creo que es tiempo de preguntarnos de qué manera puede el Sistema Nacional de Investigadores ayudar en la construcción de una comunidad científica más fuerte; en la consolidación de grupos y universidades en regiones hasta ahora poco desarrolladas; de qué manera puede el SNI ayudar a consolidar la función tecnológica del país; de qué manera puede ayudar a lograr un mayor recono-cimiento para la ciencia; en fin, de qué manera el Sistema Nacional de Investigadores ayudar mejor al desarrollo del país.

NUEVOS MECANISMOS, NUEVAS AGENDAS

Si hacemos las cosas como siempre las hemos hecho, con-seguiremos los mismos resultados de siempre. Para con-seguir mejores logros del SNI, hay que construir nuevos mecanismos, construir nuevas agendas. Estas agendas deben trascender el ámbito del quehacer científico para lograr mayor impacto en el sistema educativo, en la estruc-tura de las instituciones y en la vida social y económica del país.

En el ámbito educativo, el SNI, además de ser refe-rencia obligada para la evaluación y acreditación de otros sistemas, podría jugar un papel más activo en la pre-paración y capacitación de maestros de todos los niveles, desde primaria a licenciatura. Sin duda, el SNI debería jugar un papel más activo en el desarrollo de grupos de investigación en el ámbito universitario. Por ejemplo, ¿por qué no pensar en relacionar el proyecto PROMEC, DE LA Secretaría de Educación Pública con el SNI? Al mismo tiem-po, el SNI debería jugar un papel más significativo en la popularización y difusión de la ciencia entre los escolares y entre sus maestros.

De manera un tanto implícita, los cometidos princi-pales del sistema se enfocan a representar un incentivo para que los investigadores alcancen posiciones de lide-

certeza el pasado de científicos prehispánicos, como es el caso de los mayas, entre otros, que tanto aportaron no solamente a la ciencia en México sino en el mundo.

ÉXITOS DE LA CIENCIA MEXICANA

Desde nuestros antepasados hasta los científicos que tene-mos en la actualidad, la ciencia en México ha logrado éxi-tos dignos de ponernos orgullosos como mexicanos; sin embargo, no debemos repicar las campanas y ponernos a celebrar, pues contamos con bastantes carencias a las que debemos poner atención.

En primer lugar tenemos la poca cantidad de científi-

cos, registrados en el SNI, en relación a la población total

de México. Es decir al año 2010, tomado de Wikipedia, so-mos 112 millones de habitantes, y por otro lado contamos con 16 mil 598 investigadores registrados en el SNI, de los cuales el 32.75 por ciento son mujeres, y hombres el 67.25 por ciento.

Tomando la razón de investigadores por población total, el dato arrojado es de 0.012758 por ciento, que es increíblemente bajo.

Lo anterior lo ratifica Manuel Martínez Morales, en su artículo “Reflexiones sobre la ciencia en México” de La Jor-nada de Veracruz, en donde menciona que en 2007 el SNI contaba con alrededor de 14 mil investigadores, y consid-era que existen otros diez mil investigadores activos, no registrados en el SNI, lo que da un resultado de 2.4 inves-tigadores por cada diez mil habitantes.

Para Martínez Morales, en términos relativos, el núme-ro de investigadores no ha crecido significativamente en los últimos lustros, lo que debe considerarse preocupante, pues la competitividad de un país está estrechamente li-gada a su capacidad de investigación, aunada a las aplica-ciones tecnológicas y la comercialización de los productos o servicios terminados.

POCO PRESUPUESTO PARA LA CIENCIA

Otro punto importante es que la ciencia en México carece de importancia en los presupuestos federales y estatales, así como en el impulso para que los mexicanos estudien carreras científicas y tecnológicas, situación que se com-plica por la carencia de empleos bien remunerados para que los mexicanos se sientan atraídos para estudiar las áreas científicas y tecnológicas.

Pero en El Universal, bajo el encabezado: “Falta de visión frena desarrollo científico en México”, el entrevis-tado, Miguel Galicia, ingeniero industrial de la UNAM, co-menta: “No es que no haya oportunidades o empleo; es que no siempre los mexicanos cubren el perfil que buscan las empresas.

“En la parte de desarrollo tecnológico no buscan

en México, porque las tecnologías son importadas de

Finlandia o Alemania, y nosotros simplemente las apli-

camos y las vendemos, pero no se desarrollan”.

De aquí vienen las preguntas que se desprenden de lo que ha dicho Gilberto Guevara Niebla, en relación a que la expansión de la escolaridad es una enorme hazaña en términos cuantitativos, pero es una “catástrofe silenciosa” en el aspecto cualitativo.

Por tanto, la pregunta es: ¿educar para qué? ¿Qué y cómo debe aprender la gente? Son preguntas expuestas por Héctor Aguilar Camín y Jorge G. Castañeda en su libro Un Futuro para México.

EDUCACIÓN DE CALIDAD

La respuesta la tomo de lo que escuché de un reconocido científico nuevoleonés, que comentaba que con la educación de calidad en la población mexicana, con-seguiremos la verdadera soberanía del país, sobre todo haciendo énfasis en las áreas de ciencia y con becas que permitan estudiar doctorados de investigación científica.

Con lo anterior, conseguiremos aumentar los individuos que seguramente

engrosarán las filas del SNI, pero también contaremos con investigadores que

aplicarán sus conocimientos al desarrollo de tecnologías para que dejemos de

importar tecnologías de Finlandia, Japón, Alemania, etcérera.

Es necesario que los científicos del país, así como el gobierno, la industria y las universidades, hagan trabajos de investigación para su publicación en me-dios especializados; es de vital importancia que se hagan publicaciones de di-vulgación científica en lenguaje más coloquial, para lograr que el grueso de la población entienda y se interese por la ciencia, y sobre todo estemos enterados de lo que nuestros científicos investigan y desarrollan.

La ciencia no se vende sola como lo es la farándula, donde vemos que revis-tas en ese tema son líderes en ventas dentro del país, situación que da mucha tristeza, porque la población sigue en analfabetismo funcional; es decir, sabe leer, escribir y hacer cálculos, pero con incapacidad para utilizarlos de forma eficiente y productiva para el país.

Por último, necesitamos que tanto las universidades, como los centros de investigación, el gobierno y la industria conjunten esfuerzos para que los cientí-ficos e investigadores, dados de alta en el SNI o no, cuenten con los recursos necesarios en instalaciones y equipo para sus investigaciones y desarrollos, así como con la divulgación de sus trabajos tanto en materia estricta para los me-dios especializados, al igual que para revistas de divulgación científica para el grueso de la población.

Martínez Morales, Manuel. “Reflexiones sobre la ciencia en México”, La Jornada Veracruz, 22 de Mayo 2010.

“La religión maya”. http://es.wikipedia.org/wiki/Religión_maya

“Falta de visión frena el desarrollo científico en México”, El Universal, 20 de septiembre 2009. http://www.alasdelacienciamexicana.org/sni_2010/snitabla12-1.pfd

REFERENCIAS

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razgo y vanguardia en la producción científica, humanís-tica y tecnológica, en el ámbito nacional e internacional, y, simultáneamente, se erija en un compilador y homo-genizador del quehacer universitario, constituyendo un sistema nacional que unifica las instituciones académicas en la consecución de los mismos objetivos, con la apli-cación de los mismos criterios.

Si estos objetivos se han logrado, es tema de discusión; pero ha podido sin duda hacerse, en el ámbito de inte-gración, un verdadero sistema nacional; un sistema que promueva la formación de bloques académicos, la cons-trucción de sinergias regionales; la promoción de un en-foque multidisciplinario en la solución de problemas es-tratégicos.

Muchas de estas propuestas tenderían a romper el pe-sado paradigma disciplinario, tan propio del ámbito uni-versitario desde la Edad Media; a promover la integración de grupos académicos en el país, y, tal vez, hacer menos lejano de la sociedad el quehacer cotidiano de la ciencia.

REDES TEMÁTICAS

El programa de redes temáticas, que CONACYT promueve desde hace dos años, apunta en esta dirección, y el día de hoy, el maestro Romero Hicks mencionó otros mecanis-mos, en el contexto del SNI, orientados a los mismos fines. En el seno del propio sistema habrá que trabajar más en la definición de criterios y estándares para las diferentes disciplinas, a fin de lograr el correcto reconocimiento de los productos del trabajo académico.

En particular, es urgente la correcta evaluación del tra-bajo tecnológico y de innovación en todos los comités del sistema, como parte del proceso de fortalecimiento de los vínculos entre academia y la industria mexicana. El doctor Álvarez Calderón, recientemente nombrado director del SNI, con amplia experiencia tecnológica, propondrá nue-

vos criterios en la búsqueda de impulsar una más nutrida consistencia de la ciencia y la tecnología en el Sistema Na-cional de Investigadores.

Tal vez, el síntoma más grave del escaso crecimiento de la planta académica en México es el envejecimiento de las instituciones de investigación. Este envejecimiento puede aplicarse a los miembros del Sistema Nacional de investigadores, con siete meses en la edad promedio por cada año natural. El Sistema Nacional de Investigadores podría promover un sistema de retiro más justo en todo el sistema, que no significaría erogaciones adicionales por parte de la Secretaría de Hacienda.

En fin, éstos son algunos de los temas que tenemos que abordar en este congreso, para tener un mejor pulso del sentir de los investigadores, y poder establecer así agendas representativas para la comunidad académica del país. Sólo con el compromiso de todos: autoridades guber-namentales, el sector financiero y educativo, autoridades universitarias y la comunidad científica, podremos alcan-zar nuevas metas, perseguir miras más altas.

Quiero agradecer aquí la iniciativa, el compromiso y el trabajo para la organización de esta reunión, del grupo representante del Sistema Nacional de Investigadores y del CONACYT: a Juan José Saldaña, Leticia Torres, Teresa Rojas, Horacio Merchant.

Cuentan ustedes, señoras y señores congresistas, con el compromiso de ellos y con el compromiso de CO-NACYT, para organizar un seguimiento cuidadoso de los resultados de este congreso; un seguimiento que permita ordenar puntos concretos de las discusiones aquí sosteni-das. Finalmente, a todos ustedes, congresistas, nuestro re-conocimiento como investigadores comprometidos con el quehacer cotidiano científico nacional, por un futuro mu-cho mejor para México. Mucho éxito en su trabajo en este Primer Congreso del Sistema Nacional de Investigadores.

Era una noche especial. La temperatura había descen-dido, y corría un aire que pareciera como si los dio-ses acariciaran el rostro de Itzmin (palabra maya que

significa trueno), mientras miraba con detenimiento cada uno de esos puntos de luz que se fijaban, con su matiz blanco en el vasto cielo negro.

Aparte de la común curiosidad, a Itzmin le interesaba comprender por qué esas luces se veían de noche, al igual que por qué cambiaban de posición conforme pasaban los días.

CALENDARIO MAYA

Por medio de observaciones detalladas y avanzado cono-cimiento en matemáticas, sabemos que los mayas tenían un calendario astronómico muy preciso, y que realmente

al rescate de la ciencia en México

Maestro Rodrigo Soto

Economía de las Ideas

[email protected]

El SNI,Rodrigo Soto

su búsqueda de conocimiento era por el simple hecho de deducir el cosmos que les rodeaba y acercarse más a com-prender la mente de sus dioses.

Hablando de la religión Maya, tomando en cuenta lo que dice Wikipedia, tenemos que “se preocupaba de en-tender el por qué de las cosas, lo que nos lleva a definirla como una especie de filosofía precursora de la ciencia moderna”.

Aunque nuestro personaje Itzmin no existió como lo describimos aquí, ciertamente muchos itzmines debieron

haber observado el firmamento y trabajado en la crea-

ción de ese tan conocido calendario astronómico que les

dio fama universal a nuestros antepasados. Si contamos con un valioso Sistema Nacional de Inves-

tigadores (SNI), es cierto que nos es imposible rescatar con

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CONOCIMIENTOSISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES12 SISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORESCONOCIMIENTO 85

El SNI, pilar institucional de la investigación científica

Intervención del doctor Rodolfo Tuirán, subsecretario de Educación Superior / SEP

La realización de este primer congreso constituye un ejercicio que, estoy seguro, todos reconocemos como necesario y deseable, luego de celebrar el primer cuar-

to de siglo en la vida de este valioso pilar institucional de la investigación científica en México.

Este foro busca, de acuerdo a la convocatoria, ofrecer, entre otros propósitos, un mecanismo de reflexión, deli-beración, consulta interna sobre el funcionamiento del SNI; los ajustes que requeriría eventualmente para perfec-cionar su actuación y la potenciación de su papel para im-pulsar el desarrollo científico y tecnológico del país. Deseo muy sinceramente que este mecanismo pueda ser institu-cionalizado, de manera tal que esta consulta se produzca de manera permanente.

El sistema nacional se creó, como ya ustedes saben, hace poco más de 25 años, en medio de una profunda crisis económica, y surgió, gracias en buena medida, a la voluntad y al esfuerzo protagonizados por un grupo de mexicanos ejemplares.

PILAR DEL DESARROLLO

CIENTÍFICO Y TECNOLÓGICO

No hay duda de que, en pocos años, este organismo se consolidó y demostró con creces la importancia de haber sido creado en su momento; sobre todo, que logró trans-formarse, de una acción de contingencia propiamente, en uno de los pilares más sólidos que están destinados a impulsar el desarrollo científico y tecnológico del país, a representar a los investigadores en activo y a impulsar su productividad.

El SNI, todos lo sabemos, ha tenido impactos muy pro-fundos a lo largo de su vida. Sólo mencionaré tres o cuatro de los que, me parece, existe amplio consenso:

En un primer aspecto, sobresale su papel clave en la organización y estructuración de la profesión académica; enseguida, dio un impulso importante a la internaciona-lización de muchos de los investigadores que integran el sistema nacional. Para mí, ha sido un factor decisivo para aprender a valorar y discutir el papel sobresaliente que desempeña la ciencia en el desarrollo nacional y, por su-puesto, que ha sido vanguardia en los procesos de evalua-ción y certificación de los investigadores, y se ha vuelto parte de un esquema más amplio de aseguramiento de la calidad en las instituciones de educación superior.

Uno de los impactos más significativos del SNI ha sido contribuir a editar, publicar, organizar el trabajo científico en México. Mis palabras, evidentemente, están en buena medida condicionadas por mi formación. Las reglas del SNI, la permanencia, los canales de movilidad han logrado la consolidación de un nuevo perfil del académico, carac-terizado sobre todo por contar con un alto grado de ad-ministración; ejercitar un voluntariado en la formación de recursos humanos especializados, y tener obra publicada, de calidad y trascendencia.

Esta arquitectura institucional instauró también un sistema de reconocimiento del trabajo científico sustenta-do en el mérito, como un modelo de estímulos en función

Álvarez: Para poder ir a los productos de los tecnólogos, cómo se docu-mentan. Hay un avance en esa dirección. Aguirre: Muy bien. Mi pregunta es: ¿Es éste el camino adecuado, o

sea, extender como ya se hizo, las intenciones del Sistema Nacio-

nal de Investigadores para, dentro de este sistema, impactar al desa-

rrollo tecnológico? ¿O le correspondería a otro sistema, una especie

de Sistema Nacional para el Desarrollo Tecnológico creado desde la

base de la intención de una tecnología mexicana, así como el SNI fue

creado con una intención de una ciencia mexicana? ¿Cuál paradigma

sientes tú que es el adecuado? Sin comprometer tu posición, que en-

tiendo, pues quisieras que esto se diera dentro del SNI, pero hay que

entender que existe la otra posibilidad de un sistema nacional para

el desarrollo tecnológico. De hecho, hay una especie de polémica en

cuanto a que la ciencia la fortalece y la promueve CONACYT y la

tecnología la fortalece y la promueve la Secretaría de Economía. Yo

he estado en muchos congresos de biotecnología en donde los stands

carísimos de Chile, de Argentina, etcétera, están ahí por recursos de

sus secretarías de Economía; o sea, el desarrollo tecnológico se en-

tiende en función de la Secretaría de Economía y ahí está este debate.

¿Tú cómo sientes este debate de ciencia por un lado y tecnología por

otro?

Álvarez: El problema no es la falta de criterios para evaluar tecnólogos, sino la insuficiencia de planes y grupos industriales de investigación y desarrollo tencnológico.Aguirre: Muy bien.

Álvarez: El problema no es quién hace la evaluación de la tecnología y la innovación, el problema es construir la actividad profesionalizada de desarrollo tecnológico en el sector industrial nacional.Aguirre: Magnífico, está muy claro.

Álvarez: Y eso trasciende al SNI.Aguirre: Eso trasciende al SNI porque….

Álvarez: Es parte de la política general del país, me imagino hay varias maneras de organizarla. Aguirre: Sí, bien. Terminaré con esta pregunta: se llama Sistema Na-

cional de Investigadores, y lo que yo no siento es que haya fun-

ciones sistémicas dentro del sistema. O sea, ¿hasta dónde el nombre

está por encima de lo que opera dentro del llamado sistema? Dentro

de un sistema, como un sistema nervioso, un sistema digestivo, un

sistema ecológico, hay una tremenda interacción de forma de estarse

monitoreando las partes, porque en un sistema se transmite el efecto

sobre alguno de sus elementos a todo el sistema. Yo no creo que

se dé esa suficiente interacción; para muchos, he oído, que ésta es

la primera ocasión de conocer a otros colegas del SNI, quizá de su

propia disciplina; no se diga de otras disciplinas... entonces, Jesús,

si se quiere asegurar que esto se llame sistema, se re-

quiere que emerjan esas funciones sistémicas. Ahora,

puede ser que esa emergencia deba ser espontánea y no

se ha dado, pero puede ser que esa emergencia deba ser

provocada. ¿Tú que piensas?

Álvarez: Independientemente de su nombre, la función del SNI está claramente establecida y desarrollada: la evalua-ción por pares y el reconocimiento de la labor de los inves-tigadores del país. Su funcionamiento está estrechamente relacionado con el desarrollo de las IES y CI. Aguirre: Ésa es una función sistémica ejercida.

Álvarez: Sí, y el objetivo es evaluar a los individuos, y, re-pito, tiene interacción de doble sentido con otros siste-mas. Me queda claro que la función que tiene el SNI es poder hacer algo que en México es muy difícil: que nos evaluemos entre nosotros mismos de manera razonable-mente aceptada. Cuando nuestras instituciones tienen relaciones nacionales e internacionales, generalmente se maneja como referencia importante la membresía del SNI y no tanto el nivel del académico de acuerdo con el tabula-dor de las IES. En ciertos aspectos, la pertenencia al SNI es lengua franca entre IES, CONACYT, SEP, etcétera.El SNI es un sistema en la medida que involucra la par-ticipación de la comunidad científica y que sus acciones tienen efecto en el conjunto de las IES y de los CI. El SNI puede verse como un subsistema del sistema de educación superior, investigación y desarrollo tecnológico del país. Aguirre: Yo he pensado en eso!.

Álvarez: Si a un sistema con propósitos e instrumentos específicos se le añaden funciones y objetivos muy dis-tantes, el sistema puede volverse frágil. El SNI es un refe-rente de evaluación por méritos y rendición de cuentas, es un logro que tenemos que cuidar y mejorar.Aguirre: Muy bien. ¿Alguna idea sobre, por ejemplo,

crear algún mecanismo de comunicación permanente,

una plataforma de interacción? Porque, tú lo dijiste,

podría ser suficiente hablar de conjunto de investiga-

dores mexicanos, pero a mí se me hace que sí es genuino

hablar de sistema, sólo que las funciones sistémicas no

han emergido.

Álvarez: De hecho, ya existe una buena participación y presencia de la comunidad SNI en aspectos fundamentales del SNI: Comisiones dictaminadoras, Consejo Consultivo, Consejo de Aprobación del SNI. Esto habrá de mante-nerse y mejorarse.Aguirre: Muy bien. ¿Quieres agregar algo?

Álvarez: Solamente dar las gracias a los participantes que hicieron posible una interesante y útil reflexión sobre el SNI.Aguirre: Sí, y para finalizar yo creo que precisamente

este congreso es una emergencia desde adentro de lo

que verdaderamente se espera de un sistema; o sea,

para mí, estamos viendo emerger funciones sistémicas

trascendentales.

Álvarez: Yo diría que es un paso más en un proceso que se inició hace poco más de 25 años.Aguirre: Que ya nos enteramos, muy interesante, de

cómo ocurrió. Gracias Jesús.

Álvarez: Gracias a ti.

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CONOCIMIENTOSISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES84 SISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORESCONOCIMIENTO 13

de los resultados de la evaluación de la productividad. Además, el SNI reconoció desde su origen que la instancia mejor calificada para evaluar el trabajo de investigación era la propia comunidad, a través de la evaluación por pares académicos.

PESO ESPECÍFICO EN LA REALIDAD NACIONAL

Debido a todas estas características, el SNI constituyó un nuevo hecho de la profesión académica, para definir el prestigio científico y establecer un modelo general de trayectoria profesional. A 25 años de la creación del sistema, hay consenso de que esta instancia ha contribuido a incrementar de manera significativa -casi 12 veces-, los investigadores surgidos desde 1984 hasta la fecha. Esto significa que el peso de los miembros del SNI es cada día mayor en muy diversos ámbitos de la realidad nacional.

Hace 25 años representaban apenas un pequeño grupo de académicos, sobre todo en el centro del país, como ya lo describía José Antonio, y ahora representan en algunos ámbitos una proporción significativa; por ejemplo, en las universidades públicas estatales representan el 15 por ciento de los profesores de tiempo completo; o bien, en instituciones como el COLMEX llegan incluso a estar en proporciones del 70-90 y hasta 95 por ciento.

Resulta claro, sin embargo, que el número de investi-gadores miembros del sistema es todavía muy reducido en comparación con las plazas académicas disponibles en las instituciones públicas de educación superior e inves-tigación. Para que la investigación científica y tecnológica desempeñe en el país un papel cada vez más sobresa-liente, es evidente que el SNI debería ser varias veces cin-co, ocho, diez veces mayor.

SISTEMA PIRAMIDAL

El SNI ha conservado a lo largo de los años una caracterís-tica que me parece vale la pena evaluar en términos de su significación. Esta característica es la marcada estruc-tura piramidal del sistema. Sus rasgos actuales son de hecho casi idénticos a los observados hace 25 años. Esta característica se acompaña además de una escasa y lenta movilidad en sus diferentes categorías, lo que ha eviden-ciado la dificultad que representa, para una proporción significativa de los investigadores, seguir una trayectoria ascendente, pautada por la edad, en sus carreras profe-sionales.

Esto es aún más marcado para las mujeres investiga-doras. De los más de 16 mil 600 integrantes del sistema reportados en el año 2010, la tercera parte son mujeres. Sin embargo, a medida que se avanza en un nivel jerárqui-co ascendente, la presencia de las mujeres respecto de los hombres se ve mermada significativamente. De hecho, sólo el 18 por ciento de los integrantes del nivel tres son mujeres, en contraste con la totalidad.

Éstos y otros muchos rasgos del sistema, propios de su dinámica o reflejo de otros rasgos estructurales de la actividad científica en el país, han dado lugar a una amplia variedad de preocupaciones, cuestionamientos y críticas, algunas de las cuales vienen siendo ampliamente debati-das, y forman parte de la línea de investigación sobre los

alcances y límites del propio sistema o buscan ser atendidas a través de la re-visión periódica de su reglamento y de sus formas de operación.

CRÍTICAS AL SISTEMA

Quisiera recordar algunas de las siguientes críticas que me parecen relevantes en este momento de reflexión:• La preocupación, por ejemplo, por la dinámica de crecimiento del SNI, de su estructura y requisitos de ingreso, permanencia y movilidad.• Los criterios de evaluación y plazos de revisión de cuentas en el SNI; su even-tual impacto, por supuesto negativo, sobre la calidad y creatividad de las inves-tigaciones.• La necesidad de superar la dicotomía docencia-investigación y la evaluación del investigador.• El cuestionado traslado de criterios de evaluación de unas áreas del cono-cimiento hacia otras.• El hecho de que la evaluación de los investigadores se realice por igual, pese a la evidente diferenciación institucional.• La ausencia de criterios para establecer en el SNI condiciones de igualdad entre hombres y mujeres para su ingreso y promoción.• Necesitamos, además, canales que favorezcan el retiro digno y la renovación de la planta académica.• La creciente hipertrofia de los procesos de dictaminación de evaluación, así como la necesaria modificación de programas curriculares.• La preocupación por la simulación y la inflación curricular.• La desigual estructuración de las comisiones dictaminadoras.

posgrado, con base en el cumplimiento de criterios para acreditar los programas, en el entendido de que los indi-cadores SNI son solamente una parte de dichos criterios. El SNI evalúa la labor de investigación del académico, y la institución organiza el trabajo del profesor-investigador en relación con las cargas docentes, las labores de di-fusión y la formación de recursos humanos en licencia-tura y posgrado. Ese trabajo lo hace la universidad y el SNI es un ingrediente que los apoya mediante indicadores e información. Esto se manifestó en las diversas mesas de discusión que tuvieron lugar en el Congreso, como por ejemplo la de tu colega de la UANL.Aguirre: ¿De investigación?

Álvarez: Sí, de investigación.

Aguirre: ¿Mario César Salinas?

Álvarez: En efecto, Mario César Salinas. Cosas parecidas se dijeron en varias mesas de discusión, como en una que trató sobre los centros CONACYT. Cuando fui nombrado, el 17 de febrero pasado, dije que me daba la impresión de que el Sistema era algo mucho más allá de lo que perci-bimos los miembros del SNI. Esto lo he constatado en el Congreso. Los referentes de evaluación SNI son algo benéfico para el país, porque finalmente constituyen un mecanismo de rendición de cuentas y uso transparente de fondos públicos.Aguirre: ¿Has oído algo que de alguna forma te haya sor-

prendido; o sea, has oído ya sea una idea brillante o una

crítica inesperada en este congreso?

Álvarez: Me sorprendió positivamente el número de asis-tentes y de participaciones en una diversidad de temas relacionados con el SNI, así como la conciencia colectiva del papel central que el SNI juega en los sistemas de edu-cación superior e investigación científica y tecnológica del país. Como en todo sistema, en el SNI hay cuestiones y problemas que hay que atender, especialmente frente a cambios vertiginosos en la escena mundial. Hubo una buena dosis de crítica y propuestas por parte de los par-ticipantes, expuestas de manera muy directa y respetuosa. Esto no es sorprendente, porque la comunidad científica está bien informada y es muy crítica. Finalmente, somos un país que tiene muchas carencias y problemas que se reflejan en el SNI.Aguirre: Sí, sí. Debe ser un factor de construcción.

Álvarez: Es más, me hubiera sorprendido que no hubiera crítica.Aguirre: De acuerdo. La crítica que yo he visto fundamen-

talmente es que parece no extender sus buenos resul-

tados hacia el desarrollo tecnológico. Es indudable que

ha fortalecido a la ciencia mexicana y parece también

que es indudable que no ha fortalecido a la tecnología

mexicana. ¿Podrá el SNI extenderse de alguna forma,

de pretender que sea el vehículo para el desarrollo de

tecnología mexicana, de la que estaremos orgullosos

porque la vemos en nuevas marcas? Lo que quiero decir

es que la tecnología es más visible para el ciudadano

que la ciencia: nuevas marcas, nuevos aparatos.

Álvarez: Sí, sí.

Aguirre: Cosas que digan “inventado en México”, etcétera. ¿Será el SNI una

estructura que pueda animar ahora la tecnología mexicana?

Álvarez: Yo creo que en desarrollo tecnológico el SNI es una parte y no el todo. De la misma manera, y voy a tomar el caso de la Universidad Autónoma de Nuevo León, sus recientes logros institucionales son resultado de voluntad insti-tucional de cambio, incluyendo los indicadores y comunidad del SNI, entre otros factores y acciones para la mejora de los programas de licenciatura y posgrado en la UANL.

Creo que para el avance tecnológico en el sector industrial se requiere la articulación de un conjunto de decisiones y planes de desarrollo. Por un lado, la ciencia tiene como objetivo entender cómo funciona el mundo y formar re-cursos humanos con actitud crítica, inquisitiva e independiente. Por otro lado, en la tecnología, el énfasis va más en resolver. A mayor entendimiento, mejores soluciones. Suponiendo que en las IES y CI se tenga ya una masa crítica de in-vestigadores en ciencia básica y en ciencia de la ingeniería, para el desarrollo tecnológico e innovación, se requiere, además, de una masa crítica de planes de desarrollo y tecnólogos en la industria. El esfuerzo en desarrollo tecnológico requiere de la participación coordinada de empresarios, IES, CI y gobierno.

Es verdad que, en relación con los investigadores del SNI orientados hacia las ciencias de la ingeniería, los SNIs tecnólogos son muy pocos. En el año de 2008 se establecieron criterios específicos para la evaluación de los tecnólogos, que se han revisado y mejorado en años posteriores. El bajo número de SNIs tecnólogos es un reflejo del reducido número de industrias con carrera de tecnólogo y activi-dad de desarrollo tecnológico. Hay empresas mexicanas, relativamente grandes, que han logrado montar grupos de hasta 50 personas; incluyendo tecnólogos SNI. Como condición necesaria para estrategias de largo plazo de vinculación entre empresa, IES y CI se requiere un mínimo de actividades e investigadores tecnológicos en las empresas.

Si bien el SNI juega un papel importante en la evaluación del trabajo del tecnólogo, el CONACYT, a través del SIN, es un jugador más en una mesa con un conjunto de jugadores. La tecnología y la innovación son importantes porque son medios para generar empleos mejor remunerados y mayores estándares de vida. Aguirre: Muy bien. Entonces el punto concreto es éste: el Sistema Nacional de

Investigadores, nadie lo niega, ha sido muy bueno para fortalecer la ciencia

mexicana, pero, repito, por lo visto, no la tecnología mexicana.

Álvarez: Yo quisiera hacer una pequeña corrección. Aguirre: Sí, muy bien.

Álvarez: No es que no se haya hecho nada. Ya se dio un paso muy importante, como ya mencioné. Desde el año 2008 contamos con criterios específicos de evaluación para los tecnólogos.Aguirre: ¿Para tecnólogos?

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CONOCIMIENTOSISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES14 SISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORESCONOCIMIENTO 83

TAREAS PENDIENTES

Estos asuntos revelan algunas de las muchas preocupaciones, de las tareas pen-dientes. Tenemos muchos ejemplos que aportar. Aquí sólo mencionaré cinco de ellos:

Primero: una tarea impostergable es la de avanzar en la consolidación de una auténtica política de Estado, que permita incrementar sostenidamente las inver-siones en ciencia, tecnología e innovación, incluidos por supuesto, la revisión de los estímulos, la creación de las plantas académicas, la membresía del SNI, para propiciar la renovación de la planta académica y los investigadores, y alentar la participación de los investigadores más jóvenes.

Segundo: la formación de nuevos investigadores y profesionales de alto ni-vel, que pueden verse multiplicados en el ejercicio, si verdaderamente participan de manera protagónica los investigadores del sistema en su apoyo y tutoría.

Tercero: es preciso seguir avanzando en la descentralización de la actividad científica de México sobre bases sólidas. Si bien es cierto lo que comentó José Antonio de que efectivamente hoy en día la concentración de investigadores en el Distrito Federal sólo representa el 43 por ciento, la verdad es que si con-sideramos a las entidades vecinas de Puebla, el Estado de México y Morelos, la proporción se eleva al 60 por ciento. Evidentemente, ya no estamos hablando de la zona metropolitana de la Ciudad de México, pero estamos hablando de la zona megametropolitana de este valle. Decía que debemos seguir avanzando en la descentralización de la actividad científica de México sobre bases sólidas. Ésta debe ir acompañada de una estrategia de vinculación con los sectores produc-tivo y social en los ámbitos local y regional.

Cuarto: tanto la SEP como el CONACYT han reconocido que se requiere fo-mentar y potenciar el trabajo colectivo para aumentar la investigación creativa e innovadora de largo alcance, con pertinencia social. En este sentido, es impor-tante que el SNI evalúe estas consideraciones y proceda en consecuencia.

Finalmente, quinto: es imperativo articular las diferentes instancias de eva-luación de educación superior y de investigación, con el fin de alinear y armoni-zar sus funciones y alcanzar congruencia de propósitos.

Se requiere también establecer mecanismos eficientes y ágiles de coordi-nación, desde iniciativas y otras muchas aplicaciones; construir consensos entre las diferentes instancias, para diseñar, por ejemplo, formatos únicos de los in-formes anuales del personal académico, así como acordar los mecanismos que

permitan a los investigadores formular un solo informe anual de sus actividades, y presentarlo, con los ajustes del caso, a cualquier instancia nacional de evaluación.

Es evidente que esto debe ser evaluado y debe ser exa-minado para determinar su viabilidad, pero ésta es una demanda, una exigencia que he venido escuchando desde hace algún tiempo, y creo que la conformación de una ins-tancia de coordinación nos debe permitir avanzar en este propósito.

RUBROS ESTRATÉGICOS

Permítanme señalar que no hay duda de que la apuesta más importante debe estar en la educación y en el impulso al desarrollo científico y tecnológico. Yo creo que todos nosotros compartimos esa convicción. Ambos rubros son estratégicos en la generación de oportunidades y en la construcción de puentes de equidad entre los mexicanos.

Si verdaderamente queremos un México más desarro-llado, incluyente y competitivo, es preciso otorgarles a la ciencia, a la investigación y a la innovación, la más alta prioridad. De otro modo, el país estaría condenado a que-darse siempre un paso atrás del podium.

Como se puede advertir entonces, el futuro está car-gado de retos; pero, como nos lo muestra la realización de este congreso, México cuenta con la inteligencia y el com-promiso para encararlos. Celebremos, pues, la realización de este Primer Congreso. Hagamos de este espacio uno de discusión ética, de confrontación respetuosa de ideas y modelos; pero también, sobre todo, de encuentros y coin-cidencias.

Aguirre: Estamos a unas pocas horas de tener las conclusiones de este

Primer Congreso de los Miembros del SNI, pero yo creo que ya hemos

oído cosas muy importantes y me pregunto, Jesús, ¿hasta dónde tu con-

cepción de lo que tendrías qué hacer o pensabas hacer dentro del SNI se ha

cambiado, se ha nutrido o francamente es un nuevo paradigma el que estás

viendo en tu responsabilidad?

Álvarez: En términos generales, algunas de mis percepciones sobre el SNI se han reforzado y otras se han enriquecido. Se ha reforzado mi convicción de que la evaluación por pares de los investigadores es un logro que hay que mantener y mejorar. El congreso nos ha permitido ver la manera en que el SNI tiene efectos muy importantes tanto en la profesionalización de la carrera de investigador en las instituciones de educación superior (IES) y Centros de Investigación (CI), como en los criterios de ingreso, permanencia y promoción de las IES y los CI. Además, los indicadores del SNI son elementos importantes en la instrumen-tación de políticas públicas para asegurar y mejorar la calidad de la educación superior. Aguirre: ¿Cuántos años tienes en el SNI?

Álvarez: Desde que se fundó en 1984. Siempre he estado cerca del SNI como miem-bro, y como dictaminador de 1999 a 2002. Me da mucho gusto que, a 26 años de

la creación del SNI, muchas de las percepciones positivas y de las propuestas para mejorarlo sean compartidas por mucha gente que asistió al Congreso. Por ejemplo, la idea de qué es y qué hace el SNI: evaluar por pares el trabajo de los investigadores. La evaluación que hace el SNI es un referente nacional que es aceptado por todos; es rea-lizada por la misma comunidad científica y tecnológica, y además es parte importante de otros instrumentos de política pública. Después de todas las ponencias donde se habló de aspectos relevantes, hay conciencia de dos cosas: una, que el SNI es un referente que hay que cuidar y otra, que el SNI tiene implicaciones en otros procesos educati-vos, científicos y tecnológicos.Aguirre: ¿Como en la mejoría del posgrado, por ejem-

plo?

Álvarez: Tiene que ver con el posgrado, con la manera en que las instituciones como la Universidad Autónoma de Nuevo León hacen un plan de desarrollo y logran resulta-dos muy alentadores en sus programas de licenciatura y

La comunidad científica de México, crítica y bien informadaEntrevista del doctor Juan Lauro AguirreCoordinación de Ciencia y Tecnología de Nuevo León

Habla el doctor Jesús Álvarez Calderón, director del SNIEvaluación por pares, un logro que hay que mejorarEl sistema, un referente nacional, sostieneEn desarrollo tecnológico el SNI es una parte y no el todoCriterios específicos de evaluación para los tecnólogos

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CONOCIMIENTOSISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES82 SISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORESCONOCIMIENTO 15

Intervención del senador Francisco Javier Castellón Fonseca,Presidente de la Comisión de Ciencia y Tecnología /Cámara de Senadores

Estimados miembros del Sistema Nacional de Investiga-dores que conforman la masa crítica que genera cono-cimiento en nuestro país y que, sin duda alguna, son

elementos indispensables para alcanzar un desarrollo sos-tenido; para lograr una soberanía nacional que nos haga, no solamente más competitivos, sino también con mayor presencia en un mundo que ahora lo requiere.

Creo que este evento es fundamental para evaluar el impacto de uno de los ejes centrales de la política cientí-fica en México, que es el Sistema Nacional de Investiga-dores. Sin duda, una de sus principales conclusiones será el establecer cómo redoblar esfuerzos, y de qué manera se reforzará el Sistema Nacional de Investigadores para poder contribuir a un impacto mayor en el desarrollo del conocimiento, de la ciencia, de la tecnología y de la inno-vación en el país.

Los cambios en la ley que se realizaron en 2009 permiten una mayor alianza entre la academia y la industria; generan condiciones para desarrollar el proceso de innovación y, por supuesto, plantean también condiciones para mejorar el trabajo de los investigadores a lo largo y a lo ancho del territorio nacional.

Pero tenemos muy en cuenta que esta alianza, este mayor desarrollo de la in-vestigación no se puede producir por generación espontánea; siempre hace falta una política pública coherente, agresiva, con rumbo. Un gobernante convencido, comprometido con la ciencia, y comprometido con su país, vale más que dos planes bien elaborados. Preocupa el compromiso; preocupa la visión de Estado; preocupa el tener claridad de lo que implica el invertir en recursos humanos, el invertir en ciencia y el invertir en tecnología. Creo que eso diferencia mucho la labor de un gobernante respecto de la de otro. Se requiere de este compromiso, de esta acción y de este cómo.

CRECIMIENTO INSUFICIENTE

Éstos y otros temas se han tocado en las diferentes mesas orientadas a evaluar el funcionamiento del Sistema Nacional de Investigadores. Siempre es bueno hacer un alto en el camino y revisar el sistema para mejorarlo. Uno de los temas en el que me gustaría hacer énfasis es el relativo al reclutamiento de talentos jóvenes para poder fortalecer la capacidad científica de nuestro país.

No es posible que a pesar del esfuerzo que se hace, del crecimiento real-mente importante que se ha dado en el Sistema Nacional de investigadores en los últimos diez años, no es suficiente para lograr un crecimiento sostenido en la ciencia y la tecnología.

Es importante plantearnos certidumbre en el reclutamiento de los jóvenes talentos que salen de las universidades, de los institutos tecnológicos, de las instituciones de educación superior, y que van a convertirse en los científicos mexicanos de los próximos años.

Es importante darles certidumbre, no solamente para encauzarlos a realizar un posgrado, sino también para dejar claro que sus espacios naturales van a estar asegurados no solamente en la academia mexicana, sino en todo el sistema científico, tecnológico y de innovación en el país. Creo que debemos aplicar, en el mediano y en el largo plazo, una política pública que garantice esto: cómo in-corporar los talentos; cómo generarles condiciones para revisar su caso y cómo, a su vez, permitir reincorporarlos a un sistema que sea lo bastante amplio para acogerlos.

Otro tema importante es el de cómo evaluar positivamente el trabajo colec-tivo en el Sistema Nacional de Investigadores; cómo lograr esa individualización de la evaluación; cómo lograr que el trabajo en equipo no se convierta en un obstáculo para evaluar positivamente el trabajo individual de investigación. Sin embargo, hay que reconocer que es fundamental la realización de trabajo de equipo, para poder desarrollar los avances en la ciencia, la tecnología y la inno-vación.

CIENCIA Y TECNOLOGÍA,

EJE FUNDAMENTAL

Por último, el aprecio por el trabajo científico, de la sociedad mexicana, y por supuesto de quienes gobiernan este país, por la opinión de los científicos, creo que será un gran avance considerar el desarrollo de la ciencia y la tecnología como un eje fundamental en el país.

Les pedimos entonces convencer, obviamente divulgando, rompiendo iner-cias, ganando adeptos y aliados.

Es fundamental que las políticas públicas consideren el conocimiento cientí-fico y la generación de innovación como una piedra angular del desarrollo. Es importante también que nosotros hayamos contribuido a lograr esto tanto en el ámbito estatal como en el regional.

Creo que si logramos esto, la comunidad científica mexicana; quienes esta-mos en el poder legislativo o ejecutivo, y que hacemos nuestro trabajo todos los días, habremos ganado una batalla.

Reclutamiento de

talentos jóvenes,

tarea impostergable

en el SNI

que va a ser una exigencia de la comunidad, y creo que su éxito será medido a partir de que haya cambios, cuan-do haya un seguimiento puntual de este congreso, para obtener resultados visibles; pero ya es un éxito el hecho de que la gente está reunida aquí, que hay intercambio de ideas, discusiones: La gente está muy entusiasmada de encontrarse con colegas de áreas diferentes a la suya, discutiendo temas de interés común en la ciencia. Creo que eso ya enriquece mucho a la comunidad científica, pero los verdaderos éxitos van a ser cuando se induzcan cambios importantes en el sistema, para mejorarlo, como consecuencia de este congreso, y creo que va a quedar ins-tituido como una necesidad de la comunidad.

CONOCIMIENTO: Doctor, ¿considera usted que sea

un reto para México mejorar el lugar que ocupa en el

ámbito internacional en el campo de la ciencia?

De la Peña: Sí, por supuesto, aunque no está bien definido eso de un lugar en la ciencia. Eso no se mide realmente; pero, más allá de cómo lo medimos o no, la situación mexicana no ha jugado todavía un papel central en la ciencia internacional. Hay individuos que son conoci-dos; hay pequeños grupos que son conocidos; pero, como ciencia mexicana, todavía no tenemos una definición, una característica clara. Entonces, creo que hay que construir esas características, esa identidad de la ciencia mexicana, y todo esto irá creciendo conforme hagamos mejor las co-sas en México y planeemos más; tengamos metas y obje-tivos más claros.

Por supuesto, va a ayudar bastante el que tengamos mejores presupuestos; pero creo que este tipo de refle-xiones colectivas son un primer paso importante en esa dirección.

CONOCIMIENTO: ¿Cree usted que la construcción

de esa identidad de la ciencia mexicana sea factible en

el corto plazo?

De la Peña: No son cosas de corto plazo. Sin embargo, experiencias de otros países -Corea, Singapore y demás-, muestran que en una generación es posible hacer esas co-sas. Es decir, no son cosas que se puedan planear y rea-lizar en un año; pero se pueden realizar, si se planea bien, en 15 años, 20 años.

CONOCIMIENTO: ¿Y cree usted que exista la volun-

tad?

De la Peña: Creo que se necesita que exista la voluntad de la comunidad por cambiar, más que la voluntad de un político o de un grupo de políticos. Entonces, si la comu-nidad está convencida de que hay que ir hacia allá, creo que es posible.

CONOCIMIENTO: ¿Y la comunidad científica está

convencida?

De la Peña: Pues yo tengo una mejor impresión el día de hoy que hace dos días. Yo creo que este congreso nos ha dado ánimos en esa dirección, y creo que mucha más gente está convencida de que es posible.

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CONOCIMIENTOSISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES16 SISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORESCONOCIMIENTO 81

Conocimiento, Intervención del doctor Horacio Merchant / Instituto de Investigaciones Biomédicas / UNAM

Hace algunos meses nos reunimos un pequeño grupo de trabajo del Consejo Consultivo. Contemplábamos una discusión y una revisión del reglamento vigente en el Sistema Nacional de Investigadores. La idea era personal, pero

decidimos posteriormente realizar un congreso. A mí, de entrada, se me hizo increíble lanzar una convocatoria para los miembros del sistema, para que opi-naran sobre la estructura del SNI.

Podría decir que me sentía muy prejuiciado. Sin embargo, afortunadamente, pensamos que la única manera, casi como una ilusión, se tenía que plantear a las autoridades del CONACYT, porque sólo a través de ellos podríamos intentar un evento de esta magnitud.

Tuvimos suerte de que al maestro Romero Hicks le haya parecido interesante el congreso, después de 25 años de existencia del Sistema Nacional de Investi-gadores. Así, con el apoyo de las autoridades, y partiendo de la idea de hacer un congreso que no tiene antecedentes, se llegó a la determinación de su reali-zación.

Cuando se planteó la idea de hacer un programa, a mí me tocó la idea de hacer un formato para la celebración de las sesiones del evento. Lo hice y lo pro-puse. Tenemos una población muy establecida, y si todos estamos en un fondo común que tiene que ver con el conocimiento, se me ocurrió hacer una cosa muy breve, pero tratando de ubicarnos a todos dentro del contexto.

VERTIENTES DEL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO

Entonces, partimos del conocimiento. El conocimiento científico, como proceso, tiene al menos cuatro vertientes:

• Una vertiente es que el conocimiento se transmite, y por eso estoy inclu-yendo toda la problemática que implica la transmisión del conocimiento a todos los niveles académicos, desde la primaria al posgrado. Ahí nos topamos con el problema de cómo transmitir el conocimiento.

• Otra vertiente es que el conocimiento se aplica, y aquí es donde se presenta la situación de creer que el conocimiento más importante es el que puede apli-carse a resolver problemas concretos, tanto de la sociedad como del entorno ambiental que nos rodea.

• Luego, tenemos el hecho de que el conocimiento se genera, y aquí vemos cómo los individuos en los ámbitos nacional e internacional, contribuyen al conocimiento existente y naciente en general.

• Y la cuarta vertiente es que el conocimiento se critica. Algunos de ustedes,

base del avance científico del paísrecurriendo al aspecto filosófico, pero también político, tratan de encontrar la mejor manera de utilizar el cono-cimiento para resolver problemas existenciales de los in-vestigadores, y problemas de la realidad del mundo en que vivimos.

En este sentido, existen estos planteamientos como la bioética y el problema del desarrollo sustentable. Enton-ces, creo que si nosotros nos ubicamos como transmisores, como aplicadores, como generadores o como críticos del conocimiento, podríamos tal vez desarrollar una forma de evaluar la actividad de cada una de estas vertientes.

Aunque algunos investigadores excepcionales logran participar con éxito en dos o más de estas vertientes, de-bería ser claro que la mayoría concentra su interés en al-guna de ellas, y sus logros van de modestos a importantes, dependiendo tanto de su capacidad personal, como del en-torno en que les toca vivir.

El entorno, considerado de manera concéntrica, está constituido, en términos generales, por nuestra insti-tución, nuestra ciudad, nuestro Estado y nuestro país, y a su vez está ubicado en un mundo irremediablemente globalizado.

JUVENTUD DEL SNI

Comparado con el mundo desarrollado, la juventud del Sistema Nacional de Investigadores, que cumple apenas 25 años, enfrenta serios retos para consolidar su estruc-tura y así funcionar como sistema en un entorno mundial con avances científicos y tecnológicos espectaculares. A los integrantes del Sistema Nacional de Investigadores nos tocó vivir en un país con evidentes contrastes sociales que no podemos ni debemos ignorar. Sin embargo, en mi opi-nión, el conocimiento en nuestro país funciona, o debería funcionar, como un sistema. Por tanto, la transmisión, la aplicación, generación y crítica del conocimiento deben en-contrar una correcta armonía en nuestro entorno social.

Una política tendiente a favorecer de manera desmedi-da el desarrollo de alguna de las vertientes del conocimien-to, es muy probable que distorsione el conocimiento como sistema, y tienda a mantenernos en el subdesarrollo. En el SNI tenemos ya una infraestructura determinada. Cada uno de nosotros tenemos una visión de sus virtudes y sus debilidades. Con propuestas constructivas podemos for-talecer nuestro sistema, con miras a un objetivo común: el avance científico del país, basado en el conocimiento en todas sus manifestaciones.

la tecnología en México; que ayude al crecimiento de la atención que se presta a los problemas nacionales, al trabajo multidisciplinario, al trabajo en equipo. Se trata, pues, de puntos que no son maquillaje, no son pequeños cambios en el sistema, sino que son, probablemente, problemas fundamentales que deben reflejarse en la estructura misma del sistema, en la estructura misma de la ma-nera en que se evalúa a los investigadores en el sistema.

Son problemas de fondo, y creemos que esta reflexión comunitaria que tene-mos en este congreso nos ayuda a fijar algunas posiciones, a darnos cuenta de las inquietudes que trae la mayor parte de la gente; de tomar el pulso de lo que la gente piensa de los problemas que estamos mencionando; en fin, que tengamos más clara idea de cuál es el sentir de la comunidad científica, y que los cambios que se hagan, se hagan junto con la comunidad científica; porque, si se hacen cambios desde el escritorio, no son nunca bienvenidos. Si vamos a cambiar,

si vamos a transformar el sistema en algo más moderno, en algo que tenga

mayor impacto en el ámbito científico y en el ámbito social del país, va tener

que ser entre la comunidad y el CONACYT, necesariamente.

CONOCIMIENTO: Doctor, hasta el momento, ha usted trazado un panora-

ma de los problemas que afronta la ciencia en México. ¿Qué oportunidades ve

usted para la ciencia mexicana?

De la Peña: Yo creo que el primer paso para conseguir oportunidades y aprovecharlas es identificar los problemas. En ese sentido, este congreso tiene como miras la identificación de problemas y la identificación de posibles solu-ciones. Entonces, trabajaremos, como seguimiento de este congreso, en cons-truir propuestas de soluciones a esos problemas y en tratar de conseguir opor-tunidades nuevas. Las oportunidades son simplemente lograr que el Sistema

Nacional de Investigadores impacte en la ciencia mexicana; que la haga crecer

en número, que la haga crecer en calidad, que la haga crecer en volumen, con

un mayor impacto en la sociedad; teniendo mayor reconocimiento, de parte de la sociedad, de la importancia que tiene el quehacer científico; obteniendo mejores resultados en el tratamiento de los problemas fundamentales de la sociedad, pero también los problemas científicos. Es decir, mejorar la calidad, mejorar el impacto que tiene la ciencia en México.

CONOCIMIENTO: Doctor, a lo largo de muchos años,

los investigadores, el CONACYT, el Sistema Nacional de

Investigadores han pugnado por un mayor presupuesto

para la ciencia, la tecnología y la innovación. ¿Cree usted

que llegará el momento en que las autoridades respon-

dan a esa demanda?

De la Peña: En primer lugar, yo diría que el Sistema Nacional de Investigadores ha sido un programa exitoso, y una de las muestras de ello es que su crecimiento nunca ha sido restringido por cuestiones presupuestales. Es decir, que el presupuesto del Sistema Nacional de Investigadores se fija posteriormente a que las comisiones dictamina-dores definen las promociones y los nombramientos de nuevos investigadores nacionales, de manera que es uno de los poquísimos programas en que su tamaño no está definido por el presupuesto, sino que el presupuesto está definido por el tamaño del programa. Esto me parece un punto esencial.. Es un programa excepcional en ese sen-tido.

Desde luego, se requieren muchos más recursos para la ciencia, pero también se requiere una mejor or-ganización de la ciencia; tener miras más claras; tener principios estratégicos sobre a dónde querer llegar. Mien-tras no tengamos una planeación adecuada de las metas a las que queremos llegar en ciencia; de las estrategias que queremos seguir para conseguirlas, va a ser muy difícil tener el reconocimiento social para conseguir un mejor presupuesto. Yo creo que tienen que venir conjuntamente. Entonces, hay que trabajar en tener un mayor orden en

la ciencia, miras más claras, estrategias mejor definidas,

y el SNI, sin duda, va a jugar un papel importantísimo en

eso, y creo que los mejores presupuestos irán llegando

conforme se haga eso.

CONOCIMIENTO: Doctor, ¿desea usted enviar un

mensaje a la comunidad científica?

De la Peña: Creo que el ejercicio de reflexión comuni-taria que estamos haciendo en el congreso es una mani-festación de que toda la comunidad científica estamos tratando, y CONACYT con ella, de mejorar. Creo que hay que correr ciertos riesgos; hay que tener imaginación para mejorar. Si simplemente tratamos de seguir haciendo lo mismo que hemos estado haciendo, pues no vamos a ob-tener mejores resultados. Si queremos tener esos mejores resultados, tenemos que arriesgarnos; pensar creativa-mente de qué manera podemos dar el siguiente paso, más lejos, y tratar todos juntos de darlo.

CONOCIMIENTO: Doctor, uno de los expositores de

esta mañana mencionó que el congreso se celebró de-

masiado tarde, o que tardó mucho en celebrarse. Tuvie-

ron que pasar 25 años de la creación del SNI para que

este encuentro se llevara a cabo. ¿Cree usted factible

que este ejercicio se repita en un futuro más o menos

cercano?

De la Peña: Yo estoy seguro que habrá de repetirse con cierta frecuencia. Sin duda es algo que no puede llevarse a cabo muy frecuentemente, porque sería desgastante para la comunidad; pero, cada tres años o algo así, creo

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CONOCIMIENTOSISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES80 SISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORESCONOCIMIENTO 17

Intervención del maestro Juan Carlos Romero Hicks, Director General del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología

Los miembros del SNI, base de la inteligencia del país

Ha sido un gran honor, una oportunidad extraordinaria estar en el Palacio de Gobierno del Estado de Queréta-ro. Con gran emoción, podemos decir que estamos en

Querétaro, donde surge la conspiración de Independencia. Y la palabra conspiración es una palabra espuria. Viene de conspirar.

Y éste es el reto que tenemos hoy en día. Nosotros queremos, al igual que ustedes, vivir en mundo mejor. El curso social de la historia es inconfundible. Un gobierno que no nos habla de su tarea de establecer universidades, centros de investigación, es un gobierno que carece de sentido histórico.

Se ha llegado a decir que la política es el arte de lo posible, y de lo imposible hacerlo posible. Y hoy tenemos como reto el generar políticas públicas en el marco del Sistema Nacional de Investigadores, a 25 años de su crea-

ción: “¿Dónde estamos, de dónde venimos y a dónde queremos llegar?”.Es el gran reto que han tenido los funcionarios, y al que se enfrentaron ese extraordi-nario secretario de Educación Pública que fue Jesús Reyes Heroles, y actores que ayer estuvieron aquí entre nosotros: José Sarukhán, Jorge Flores, Salvador Malo y otras personas que han colaborado con ustedes.

LA IMPORTANCIA DE SER INVESTIGADOR NACIONAL

Significa que hoy tenemos que poner las cosas en perspectiva. ¿Qué significa hoy en día ser investigador nacional? Significa tener un compromiso con la sociedad y con el país en la enorme cantidad de problemas que tiene: problemas de pobre-za, de salud, de economía, de inseguridad pública, de alimentación, de estado de derecho, desastres naturales y de todos los temas de la vida cotidiana; pero tam-bién, cómo hay que conciliar el asunto de tener ciencia libre y ciencia dirigida; cómo no conculcar la libertad de investigación y, al mismo tiempo, adaptar a la vida cotidiana algunos mecanismos de protección; cómo hacer de todo esto una cadena virtuosa de educación, ciencia tecnología e innovación.

Desde aquí, nosotros miramos las raíces que tenemos: hemos pasado de mil 200 miembros del sistema, a 16 mil 598. En Querétaro tenemos 386. Cada uno de ustedes -que tiene nombre, rostro, corazón-, representa una esperanza para este país. Ha elegido la vocación científica. ¿Cómo hacer para que brille y refulja la verdad en un régimen de desacato? Por eso, cuando supimos de la iniciativa para poder hacer esta reflexión académica, de inmediato decidimos apoyarla.

LA UNIVERSIDAD, ASIENTO DE LA VERDAD

En este nuevo siglo, en este nuevo milenio, una de las cosas que tenemos que tomar en consideración -¡qué bueno que nos acompaña también el señor rector de la Universidad Autónoma de Querétaro!- que las universidades tienen que ser

sos; de que los gobernantes no reconozcan como prio-

ritario el quehacer científico es un reflejo de la socie-

dad, es un reflejo de una falta de reconocimiento de la

sociedad por la importancia del trabajo científico; por la

importancia de los efectos benéficos de la ciencia en la

sociedad. Todo esto falta, y creo que, más que encontrar culpables, falta todavía un trabajo más decidido por parte de la comunidad científica, por parte de los gobernantes, por hacer de la ciencia una prioridad en el país.

El Sistema Nacional de Investigadores, el SNI, ha juga-do un papel muy relevante en los últimos 25 años, porque no sólo resolvió un problema coyuntural, financiero, económico, de los individuos de la comunidad científica a través de los estímulos financieros, sino que ha creado una cultura de la evaluación en México; una cultura donde la comunidad se ha puesto de acuerdo en que se puede hacer una evaluación de los científicos, de los individuos, clara, confiable y homogénea para todo el país.

VERDADERO SISTEMA DE LA CENCIA MEXICANA

Esto también ha creado un esbozo; los primeros cimien-tos de lo que sería un sistema de investigación nacional, en el sentido de que en todo el país se aceptan ciertos criterios de evaluación, y el Sistema Nacional de Investi-gadores ha creado una primera relación entre los científi-cos. Falta también la creación de un verdadero sistema; un sistema que nos permita integrar a los diferentes grupos de la ciencia mexicana; que tengan un contacto más im-portante entre sí; que tengan una relación más profunda con la sociedad; que tengan un intercambio más frecuente; que se dediquen a atacar problemas importantes para la sociedad, de manera conjunta, multidisciplinaria, multi-institucional. Todas estas cosas están faltando, y se está trabajando en ello.

En muchos de esos puntos está trabajando el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología; por ejemplo, reciente-

mente se creó un programa de redes temáticas, en que

los temas son problemas de gran importancia, pro-

blemas estratégicos para el país, y la manera en que se

abordan esos temas es de carácter multidisciplinario y

multiinstitucional. Se está trabajando en ese sentido; pero el Sistema Nacional de Investigadores está llamado a jugar un papel muy importante en la solución de muchos pro-blemas de la ciencia y del impacto que la ciencia tiene en la sociedad.

Diría yo, por ejemplo que esta integración de un sistema de investigación puede darse promoviendo las sinergias entre los diferentes grupos de México, a través de la evaluación y del Sistema Nacional de Investigadores., Se debe promover también un esfuerzo nacional de los investigadores por una mejor formación de los profesores y de los maestros de los diferentes niveles edu-cativos, desde los niveles más básicos; desde primaria, hasta bachillerato y el nivel universitario. Si hubiera un movimiento en ese sentido, el nivel de nuestros maestros se elevaría, y se elevaría también el nivel de aprovechamiento de los estudiantes.

Vemos que son problemas muy importantes, en los cuales el Sistema Nacio-nal de Investigadores puede jugar un papel determinante. Y a lo mejor hay otros. Creo que el SNI podría jugar un papel muy importante en el problema del retiro de los investigadores, mediante la creación de nuevas plazas en las universi-dades, que puedan ser ocupadas por jóvenes, y se dé un recambio más fluido de investigadores, ya de salida por cuestiones de edad, sustituidos por jóvenes que comienzan sus carreras de investigación.

CONOCIMIENTO: Doctor, ¿qué tan grave es el problema del envejecimien-

to de la planta de investigadores?

De la Peña: Actualmente, las medicinas y los adelantos médicos permiten que muchas personas lleguen a edades avanzadas en perfectas condiciones de salud física y mental. No se trata de decir que, a partir de los 70 años, las per-sonas ya no funcionan bien. Muchísimas funcionan muy bien. De lo que se trata es de que, si el promedio de edad de los investigadores en algunas instituciones anda alrededor de los 58 años, no hay quien esté incorporándose con las ideas frescas, con las ideas de otros grupos de investigación, Quiero decir que ese re-cambio se está dando de manera muy lenta, y, de continuar de esa manera… lo alarmante es que si en los próximos diez años se envejece al mismo ritmo que se ha envejecido en los últimos diez años, la edad promedio va a ser de 68 años, y no quiero decir qué pasará si seguimos veinte años así. Por supuesto, tiene que rejuvenecerse el sistema de investigación mexicano, pronto, y tiene que ser de una manera radical

CONOCIMIENTO: Ahora bien, respecto de este Primer Congreso Nacional

de Investigadores, ¿qué espera usted de él?

De la Peña: El Sistema Nacional de Investigadores ha experimentado muchos cambios, pero se ha mantenido sustancialmente fiel a la imagen original con que se creó. Es un sistema de evaluación, donde el trabajo individual es evalua-do de manera seria, por la opinión de los pares y de acuerdo con la producción del científico., que pueden ser artículos científicos, innovaciones tecnológicas, muestras de docencia o de difusión de la ciencia… pero probablemente ese para-digma del trabajo científico y de la docencia no es ya el más adecuado en este momento.

TRABAJO MULTIDISCIPLINARIO

Se están perdiendo de vista cuestiones tan importantes como la trascendencia que tiene el trabajo multidisciplinario; se está perdiendo de vista la importan-cia que tiene el trabajo en grupos; se está perdiendo de vista la importancia que tiene la creatividad, que no se mide necesariamente por la producción de artículos, que no se mide necesariamente en la producción de tecnología; se está perdiendo de vista también, en gran medida, la formación de estudiantes, porque si bien eso es parte de lo que se evalúa en el sistema, nunca se le ha dado la relevancia que tiene.

Ahora bien, si vemos, esos son puntos fundamentales que no son tomados en cuenta, o son muy escasamente tomados en cuenta por la evaluación del Sistema Nacional de Investigadores. Entonces, creemos que debe renovarse el sistema para tomar en cuenta todos estos factores, de una manera muy esencial, de forma que el sistema ayude a la promoción y al crecimiento de la docen-cia, ayude al crecimiento de la divulgación científica, ayude al crecimiento de

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CONOCIMIENTOSISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES18 SISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORESCONOCIMIENTO 79

el lugar social de la verdad, consecutivas al arte, la ciencia y las humanidades, sin segundas intenciones; porque la universidad tiene que ser un receptor potente, que regis-tre las más pequeñas vibraciones que provienen de todos los rumbos y destinos del hombre.

Los consensos inmediatos son alarmantes, indeseables y hasta sospechosos. De este congreso no esperamos una recomendación única. Debemos entender que disentir y criticar no solamente es deseable. Criticar es un instru-mento de la vida cotidiana en todo momento.

Necesitamos fortalecer la vida en el ámbito del estudio y la vida y destino social; y debemos establecer que que-remos una técnica libre, plural, propositiva, de buena fe. Nosotros creemos que de este congreso pueden resultar aspectos muy relevantes.

IMPORTANTES COINCIDENCIAS

No voy a repetir las sugerencias valiosas que algunos co-laboradores han mandado el día de hoy; pero diré que coincido en algunos puntos importantes, como la política de Estado, la formación de capital humano, el trabajo en redes, el trabajo en equipo, y, sobre todo, una mayor ar-ticulación.

Pero también tenemos algunas preocupaciones, porque he tenido la oportunidad de estar en todo el país, desde Chiapas hasta Baja California. He podido constatar algu-nos aspectos importantes:

1.- Hemos trabajado de manera intensa, pero aún falta mu-cho por hacer en el sistema.2.- En la producción científica podemos presumir logros significativos; sin embargo, en la producción tecnológica, aspectos de diseños y de patentes, las cifras que tenemos no están en la misma tesitura.

También quiero mencionar un aspecto fundamental, que tiene que ver con la formación de capital humano: Brasil está graduando diez mil doctores al año. Frente a un sistema de 16 mil 600 individuos, hombres y mujeres de compromiso, estamos graduando en promedio, cada seis años, un doctor por cada miembro del sistema. Es un tesoro que podemos potenciar muchísimo más, y ante esta perspectiva, hoy lo que queremos hacer es expresarlo a ustedes, para buscar mejores condiciones. En la vida tene-mos que usar el cerebro para pulsar la verdad y la inteli-gencia; el corazón, para establecer las virtudes de la vida cotidiana.

En este sentido, tenemos que reconocer que el corazón no muere cuando deja de latir, sino que muere cuando deja de sentir. Y hoy, lo que tenemos que decirle a México es que llevamos a México en el corazón, con polvo, sudor y lágrimas, y queremos ser parte de una diferencia; y esta diferencia está en el talento de sus hijos: de sus hombres y de sus mujeres. Ustedes son la base de la inteligencia del país.

Nosotros estamos convencidos de que la investigación es muy importante, y uno de los retos que tenemos es ubicar en las políticas públicas en el corazón de todos los temas de la vida nacional, el tema de ciencia y tecnología como área del desarrollo.

EL RETO DEL FUTURO

El reto que tenemos hoy es hacer un país al tamaño de los años que nos esperan. No somos los únicos ni los mejores, pero estamos en una perspectiva de ciertas preferencias que podemos multiplicar para tener mejores caminos para el día de mañana. Recuerdo una frase extraordina-ria: “Cualquier compromiso con el futuro es nuestro pre-sente”. Vamos a trabajar decididamente.

Querétaro, Qro., mayo de 2010.- Durante la celebración del Primer Congreso del Sistema Nacional de Investi-gadores, celebrado en esta ciudad del 5 al 8 del mes en curso, CONOCIMIENTO entrevistó al doctor José Antonio de la Peña, director adjunto de Desarrollo Científico y Aca-démico del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. He aquí el texto de la entrevista:

CONOCIMIENTO: Doctor, en los 25 años transcurri-

dos desde la creación del Sistema Nacional de Investi-

gadores, la ciencia y la tecnología en nuestro país han

experimentado cambios profundos. ¿Podría establecer

usted un panorama general sobre el estado actual de la

ciencia en nuestro país?

De la Peña: En los años que lleva de practicarse la cien-cia profesional en México –que no son muchos-, la ciencia mexicana, joven, ha conseguido la creación de grupos sóli-dos de investigación en muchas áreas del conocimiento. En prácticamente todos los campos importantes hay algún grupo que hace ciencia competitiva internacionalmente, que puede ser publicada en las mejores revistas del mun-do. En fin, hay grupos científicos de primera línea.

Pero, por otra parte, el sistema mexicano de ciencia está poco desarrollado. Notamos, por ejemplo, que hay muchas universidades que no tienen una planta de inves-tigación sólida. La concentración de la investigación cientí-fica todavía se da en unos pocos estados de la república. Unos cuantos estados concentran el 80 por ciento de los investigadores del país.

CONOCIMIENTO: ¿Podría citar estos estados, doc-

tor?

De la Peña: Esencialmente son los estados del centro del país: el Distrito Federal, Morelos, Estado de México, Puebla, Jalisco, y Nuevo León… Esos estados son los que principalmente tienen concentración de científicos. Enton-

Habla José Antonio de la Peña, alto directivo del CONACYT

Aunque joven, tiene la ciencia mexicana grupos científicos e investigadores de primera línea

Por Félix Ramos Gamiño

Falta mayor desarrollo en nuestro sistema científico• Concentran pocos estados alto número de investigadores• Se requiere hacer de la ciencia una prioridad en México• Envejecimiento de la planta de científicos, serio problema •

ces, como digo, hay varios problemas. Hay una concen-tración muy grande en unos pocos estados; hay muchas universidades que carecen de una planta de investigación sólida; la comunidad de científicos mexicanos está muy disgregada; es decir, hay poco contacto entre grupos que practican el mismo tipo de ciencia. Creo que esos son al-gunos de los problemas principales. Adicionalmente, hay problemas que se han venido generando con el tiempo, como es la falta de crecimiento de la planta de investi-gación; sobre todo, rejuvenecimiento de la planta de inves-tigación, lo que lleva a un envejecimiento muy acelerado de ciertos grupos de investigadores en el país, y se necesi-tan aires frescos también.

Esto sería un diagnóstico general de la situación de la ciencia mexicana; pero, insistiría yo, hay ciencia de pri-

mer nivel. Falta llegar a tener mayor impacto en los

problemas sociales, en la economía del país; falta tam-

bién un reconocimiento más grande de la sociedad por el

quehacer científico: el hecho de que no haya más recur-

José Antonio de la Peña.

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Page 21: Revista Conocimiento 105

CONOCIMIENTOSISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES78 SISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORESCONOCIMIENTO 19

Mesa Plenaria 1

25 A

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En esta mesa vamos a tener la oportunidad de escuchar a los creadores del Sistema Nacional de Investigadores, que en septiembre cumplió 25 años de vida. Permítanme, antes de presentarles a los participantes, mencionarles

algunos aspectos generales. Esta mesa que vamos a presentar esta tarde tiene como propósito escuchar específicamente algo sobre la vida de esta institución que ya tiene características históricas, tras 25 años de intensa vida institucio-nal.

Quiero presentarles, en primer término, al doctor José Sarukhán, que hace

25 años, al momento de la creación del SNI, se desempeñaba como presidente

de la que entonces se llamaba Academia Mexicana de la Investigación Cientí-

fica; el doctor Jorge Flores era subsecretario de Educacion Superior, de la Se-

cretaría de Educación Pública; el doctor Salvador Malo era director general de

Educación Superior e Investigación Científica, en la Secretaría de Educación

Pública.

Ellos tres provenían del ámbito académico, y circunstancialmente ocupaban cargos públicos, desde los cuales pudieron desempeñarse -como nos lo van a contar seguramente enseguida-, como autores, como promotores de un nuevo proyecto, que entusiasmó desde luego a la comunidad científica, pero que tam-bién tuvo sus objeciones y que tuvo reacciones que no siempre fueron lo que

25 Años del SNI en la vida de MéxicoPresentación del doctor Juan José Saldaña, presidente

se esperaba en medio de la comunidad, pero también de la sociedad.

CRÍTICAS DE LA PRENSA

He tenido curiosidad por revisar los periódicos que se publicaban en aquellos años: 1984, 1985, cuando se die-ron a conocer los resultados de la primera evaluación a la que convocó el SNI, y tengo aquí un dato que seguramente los va a sorprender. El periódico Últimas Noticias, del 12

de febrero de 1985, ponía la siguiente cabeza en uno de

los artículos principales: “Fracasó el Sistema Nacional de

Investigadores”. Sean cuales fueren sus argumentos, en este particular se señalaba que de tres mil 200 y fracción de solicitantes, sólo mil 300 habían sido aceptados, por lo cual el autor de esta nota pensaba que el sistema no había cumplido con lo que él se imaginaba sería su función de decidir aceptar a todos.

Además, esta cuestión, en el pasado, pero también hoy, como lo sabemos, sigue suscitando controversias y

habló sobre los dilemas de la evaluación por pares. Por una parte, dijo, trata de ser objetiva, al basarse en índices que proporcionan al CONACYT un mayor control; pero, por otra parte, es también subje-tiva, dado que los dictaminadores tienen libertad absoluta.

Lena Ruiz Azuara, profesora-investigadora de la Facultad de Química de la UNAM, empezó definiendo el término evaluación como un proceso dinámico, continuo y sistemático, enfocado hacia las conductas y los rendimientos.

Propuso analizar los siguientes cuestionamientos de la evalua-ción:1.- ¿Qué significado tiene?; 2.- ¿Pará qué sirve?; 3.- ¿Qué instru-

mentos se utilizan?, y 4.- ¿Quiénes son los evaluadores?

Su análisis la llevó a las siguientes conclusiones:1.- No se considera el nivel de desarrollo de las distintas institu-ciones.2.- Tampoco se considera la localización geográfica.3.- Finalmente tampoco se consideran la trayectoria del investiga-dor ni su género.

Mario César Salinas, secretario de Investigación, Posgrado e In-novación de la Universidad Autónoma de Nuevo León, empezó afir-mando que la cultura de la evaluación surgida del SNI afortunada-mente contaminó al posgrado nacional. En 1987, dijo, la eficiencia terminal nacional en los programas de doctorado era del 17.5 por ciento; esa situación ha cambiado radicalmente con la incorporación de investigadores del SNI dentro del Programa Nacional de Posgra-dos de Calidad (PNPC).

En 1984, la UANL contaba con cuatro miembros del SNI, y actual-mente tiene más de 350. El 85 por ciento de los 27 programas de Doctorado que ofrece la UANL son parte del PNPC, así como el 36 por ciento de los 52 Programas de Maestría y el 48 por ciento de los Programas de Especialidad. Actualmente, la UANL tiene 100 plazas disponibles para contratar investigadores, concluyó.

René Drucker Colin, director general de Divulgación de la Cien-cia de la UNAM, mencionó que el primer logro del SNI fue el de pro-fesionalizar la investigación científica; sin embargo, dijo, en México la ciencia sólo nos importa a los científicos y aún así somos los más evaluados.

Dejó en el auditorio la pregunta: “¿Qué pasaría si se evaluara la actuación de los diputados?” Actualmente el SNI está muy dis-torsionado y este Congreso era muy necesario para alinearlo, con-cluyó.

Antes de pasar a la siguiente Mesa Plenaria, deseo incluir aquí al-gunos comentarios sobre la presentación de Víctor Manuel Castaño Meneses, Investigador del Centro de Física Aplicada y Tecnología Avanzada de la UNAM, Campus Juriquilla, Querétaro, incluida en la Mesa de Discusión 4.2, titulada: “La evaluación en las ciencias exac-tas y naturales”. Empezó definiendo conocimiento como una forma de alto valor de la información que está lista para ser aplicada a decisiones y acciones.

Aquí me permito definir ciencia como la forma más estructura-da del conocimiento y tecnología como la forma más útil de aplicar el conocimiento.

Posteriormente, explicó las siguientes diferencias entre el Modo 1, tradicional, y el Modo 2, nuevo, para producir conocimiento:

En el Modo 1, la participación es disciplinaria, en el Modo 2, es trans-disciplinaria. En el Modo 1, la comunicación es a través de canales institucionales como las revistas científicas y las con-

ferencias; en el Modo 2, es a través de redes complejas. En el Modo 1, la organización es alrededor de disciplinas y líderes científicos; en el Modo 2, es heterogénea, a través de un sistema socialmente distribuido, con múltiples lugares interconectados de generación de conocimiento y determinado por el contexto socioeconómico. En el Modo 1, la evaluación la realiza la propia comunidad cientí-fica mediante el juicio de los pares; en el Modo 2, se determina en el contexto de la aplicación por los usuarios o beneficiarios. Final-mente, en el Modo 1, el control de calidad depende de indicado-res científicos tradicionales y también del juicio de los pares; en el Modo 2, depende del interés intelectual, la efectividad económica, la aceptación social, la competitividad y la rendición de cuentas a la sociedad.

INTERNACIONALIZACIÓN DE LA CIENCIA

En la Mesa Plenaria 5, titulada “Descentralización e internaciona-lización de la ciencia mexicana”, el presidente, Miguel José Yacamán, actualmente director del Departamento de Física y Astronomía de la Universidad de Texas en San Antonio, declaró que la ciencia mexi-cana es fuerte, pero con poca presencia internacional, según él por las siguientes dos razones:Los egresados de los posgrados nacionales no hablan inglés.No estamos formando jóvenes con deseos de conquistar el mundo de la ciencia.

Miguel Odilón Chávez, director general del Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología de Tabasco, y presidente de la Red Nacional de este tipo de consejos, diferenció los términos desconcentrar y descentralizar, aclarando que en el segundo término se transfieren las responsabilidades de la planeación y la administración de todo tipo de recursos y en el primero no.

México es extremadamente diverso y en él siguen en construc-ción dos transiciones sustantivas: la democrática y la revitalización de la federalización.

Así como aquí se ha hablado extensamente del Sistema Nacio-nal de Investigadores, debemos también hablar de los Sistemas Es-tatales y Regionales de Investigadores, sin los cuales se limitarían las dos transiciones anteriores.

Llegamos a la última Mesa Plenaria, la 6, titulada: “La investi-gación científica, ¿tarea individual, de grupos o de redes?” La prime-ra presentación fue la de Tomás Viveros García, director de Planea-ción, Evaluación y Seguimiento de Grupos y Redes de Investigación del CONACYT, para mejor referencia, el administrador de las Redes Temáticas del CONACYT.

La organización de las Redes Temáticas, iniciada en septiembre de 2008, explicó, es uno de los grandes proyectos nacionales para avanzar en la organización de la ciencia mexicana, que como ya vi-mos al principio, José Sarukhán duda que exista en la actualidad.

Actualmente existen 14 redes temáticas (Agua, Biotecnología, Código de Barras, Ecosistemas, Complejidad, Física de Altas Ener-gías, Fuentes de Energía, Modelos Matemáticos, Medio Ambiente y Sustentabilidad, Nanotecnología, Fármacos, Pobreza, Procesos In-dustriales y Tecnologías de la Información).

Recientemente se cerró una convocatoria para crear otras redes que se requieren para operar un sistema compacto y sinérgico de redes que se espera fortalezca y lleve a un nuevo nivel al SNI y a la ciencia y a la tecnología mexicanas.

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diferentes opiniones, concretamente con el sistema de evaluación, y en este congreso tendremos una sección muy importante dedicada al tema de la evaluación

EFECTO “MATEO”

Otras notas periodísticas señalaban que el SNI sólo había venido a crear un perverso “efecto Mateo” entre la comu-nidad científica. Es decir, que a los que ya tenían se les iba a dar más, y con ello se estaría promoviendo, facilitando,

lo que otro articulista llamaba “privilegios a los privile-

giados”. También se discutía en la prensa si los criterios como

el de excelencia, por ejemplo, no eran una extraña y mis-teriosa estrategia de dominación para la ciencia mexicana; y, desde luego, había oposiciones muy formales: Por ejem-plo, el sindicato universitario, que postulaba, en algún tipo de desplegado, con muchas firmas, que se trataba de un verdadero atentado a la autonomía universitaria.

Otros alegaban que eran las cúpulas, las mafias, las que se iban a ver beneficiadas por esa decisión del gobier-no federal, que se publicó como un acuerdo del 26 de julio de 1984, para crear el Sistema Nacional de Investigadores. Desde luego, les he dado alguna lectura de artículos pe-riodísticos, puesto que muchas otras instancias vieron como muy positiva la creación del SNI. La consideraron francamente un apoyo a la investigación y algo que estaba necesitando la comunidad científica mexicana

EL ‘FRACASADO’ TIENE AHORA

MÁS DE 16 MIL MIEMBROS

No es ahora el momento de hacer una revisión pormenorizada de estas reac-ciones de la prensa, pero las he querido mencionar y traer a la memoria, puesto que la creación del SNI sin duda fue uno de los actos que tuvo un gran impacto en la vida científica del país y que generó también, entre otros sectores de la sociedad, entusiasmo, reticencias, dudas. El SNI, que las Últimas Noticias que acabo de citar lo veía como un fracasado, hoy cumple 25 años de vida y cuenta con 16 mil 598 miembros .

El SNI se ha convertido, para todos los investigadores en el país, en un pa-

trón de un criterio establecido y generalmente reconocido de evaluación del

trabajo científico; también, en promotor de la formación de recursos humanos, de la investigación científica, etcétera.

El primer Consejo Directivo del Sistema Nacional de Investigadores lo inte-graban el entonces secretario de Educación, Jesús Reyes Heroles; el entonces director del CONACYT, Héctor Mayagoitia Domínguez, y formaban parte de este consejo también José Ades, Luis González y González, y Bernardo Sepúlveda Gutiérrez; el secretariado técnico estaba integrado por el doctor Luis Flores, quien nos acompaña; por el doctor Luis Medina Peña, quien lamentablemente no pudo estar con nosotros; por el doctor Manuel Ortega y Ortega -estos dos eran también, en aquel momento, subsecretarios de la Secretaría de Educación-; por el doctor Daniel Reséndiz Núñez, quien era secretario general del CONACYT, y por el doctor José Sarukhán, quien, como ya dije, era presidente de la Academia de la Investigación Científica.

Vamos a escuchar ahora a los participantes en esta mesa, en torno a esta pregunta que les ha sido formulada: “¿Cuál ha sido el papel del SNI a lo largo de estos 25 años en la vida de México?” Voy a pedir en primer término al doctor José Sarukhán que sea tan amable de presentarnos sus puntos de vista.

sentantes de los Investigadores del SNI, afirmó que el presente Con-greso es el resultado de una inquietud interna en el SNI, misma que rápidamente fue respaldada por las autoridades del CONACYT.

José Antonio de la Peña, director adjunto de Desarrollo Cientí-fico y Académico del CONACYT, dijo que el principal objetivo del Congreso no es narrar lo que ha pasado en el SNI, sino reflexionar en forma conjunta para planear su futuro. Hay que buscar nuevos mecanismos y nuevas agendas; a todos nos preocupa el enveje-cimiento de la comunidad científica, dijo.

Propuso que el enfoque que deberá prevalecer en el futuro es el multidisciplinario y dijo que para ello es indispensable cons-truir una Gran Red de Redes Temáticas. Al tomar la palabra Rodolfo Tuirán Gutiérrez, subsecretario de Educación Superior de la SEP, dijo que el SNI, resultado de una acción de contingencia, es ahora

un pilar del desarrollo científico y tecnológico del país, que, sin embargo, debería ser entre cinco y ocho veces más grande, y con mayor descentralización, dado que en la actualidad el 60 por ciento de los investigadores nacionales radican en el DF y en los estados de México, Puebla o Morelos.

El senador Francisco Javier Castellón Fonseca, a quien ya hemos citado anteriormente, dijo ahora que mientras terminamos de enu-merar y priorizar los problemas nacionales para enfocar hacia ellos el esfuerzo de la investigación científica y tecnológica, es absoluta-mente necesario promover la apreciación y apropiación social del conocimiento y de la investigación.

VERTIENTES DEL CONOCIMIENTO

Horacio Merchant Larios, investigador emérito de la UNAM, enfatizó que el conocimiento tiene cuatro vertientes: se transmite mediante la educación; se aplica en problemas concretos; se genera, verifica y corrige mediante la investigación, y se critica mediante la ética.

Juan Carlos Romero Hicks, director general del CONACYT, em-pezó diciendo que los gobiernos que no engrandecen su ciencia y su tecnología no pasan a la historia. Afirmó que su principal preo-cupación sobre el SNI es que le falta mucho para ser un verdadero sistema; dijo, además, que nuestra producción tecnológica no es aceptable como tampoco lo es nuestra producción de científicos. Concluyó, citando a Unamuno: “El compromiso del Futuro es dárse-lo al Presente”.

EL SNI VISTO POR LAS INSTITUCIONES

Pasando ahora a la Mesa Plenaria 3, titulada: “El SNI visto por las Instituciones”, René Asomoza Palacio, director general del CIN-VESTAV, afirmó que siempre se debe fomentar la calidad por en-cima de la cantidad; que hay que integrar a los científicos jóvenes en proyectos de gran envergadura, y que el SNI puede contribuir, mediante las jubilaciones adecuadas, a frenar el envejecimiento de nuestra comunidad científica. Raúl Humberto Godoy Montañez, se-cretario de Educación del Estado de Yucatán, propuso que se realice una tipología de las universidades, para que los investigadores sean evaluados en forma diferenciada; además, se refirió al conflicto del segundo patrón en relación a que los investigadores deben atender las prioridades y metas institucionales y estatales.

Arturo Molina Gutiérrez, director general del Campus ITESM Ciudad de México, señaló que, en los últimos 15 años, el sistema

ITESM ha generado una base de investigadores en la cual hay más

de 200 pertenecientes al SNI. Lo anterior lo han logrado introdu-

ciendo el modelo de cátedras de investigación definidas en torno

a temas estratégicos para la institución y para el país. La visión 2015, dijo, involucra la generación de modelos de gestión para em-presas globales, realizando investigación en áreas de negocios y en las ciencias sociales, en forma colaborativa entre los 33 campi del sistema. Concluyó diciendo que no existen incentivos para colabo-rar fuera del sistema ITESM.

EL SNI VISTO POR LAS UNIVERSIDADES

En la Mesa de Discusión 3.1, titulada: “El SNI visto por las Universi-dades”, Jesús Alfredo Cortés Hermosillo, director de la Unidad Aca-démica de Biología Experimental de la Universidad de Zacatecas, criticó que algunos ponentes no habían abordado el tema señalado en el título de la Mesa correspondiente. Entre los aspectos del SNI que deben modificarse, mencionó que los recursos sean más equita-tivos, que disminuya el centralismo, que se implemente la evalua-ción en línea para eliminar el error humano. Concluyó diciendo que sería catastrófico que nos resignáramos a ser un país consumista

y maquilador.

Luis Mier y Terán, director adjunto de Información, Evaluación y Normatividad del CONACYT, mencionó que el SNI nació como un instrumento temporal pero que ha evolucionado para mantener su pertinencia como modelo para hacer ciencia, pero no tanto para hacer tecnología.

TEMAS PARA REVISAR

Alipio Calles Martínez, investigador de la Facultad de Ciencias de la UNAM, enlisto 14 temas que, según él, hay que revisar dentro del SNI:1.- Los requisitos de pertenencia y de permanencia.2.- La diferencia entre productos científicos según la disciplina.3.- La Incorporación de más revistas nacionales al padrón de CONACYT.4.- La exigencia de participación interdisciplinaria.5.- Igualmente, la de participación inter-institucional.6.- La mejor ponderación de las actividades docentes.7.- La redefinición de las actividades de divulgación.8.- La desconcentración del Recurso Humano.9.- la incorporación de los estados más pobres.10.- La promoción de la carrera científica entre los jóvenes.11.- La promoción de la igualdad de género.12.- Que el incentivo se incorpore al salario regular.13.- Que se generen otros incentivos.14.- Que se generen esquemas de jubilación.

Luis Gerardo Hernández Sandoval, director de Investigación y Posgrado de la Universidad Autónoma de Querétaro, mencionó que las universidades públicas estatales son muy variadas, y que su desarrollo depende de su relación con la federación y con otros sectores. Si los rectores fueron investigadores, dijo, serán pro SNI; si son políticos, les estorbarán los investigadores. En muchos casos, la investigación de calidad y el desarrollo tecnológico son incom-patibles con las instituciones de educación superior estatales.

CULTURA DE LA EVALUACIÓN

En la Mesa Plenaria 4, titulada: “El SNI y la cultura de la evaluación”. José Antonio de la Peña, en su función de presidente de la mesa,

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CONOCIMIENTOSISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES76 SISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORESCONOCIMIENTO 21

Mesa Plenaria 1

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La razón de esta mesa es narrar un poco la génesis del SIN, por parte de quienes tuvimos la ocasión de estar en su gestación, creación, instrumentación, y

eso trataré de hacer. Quisiera tratar primero el contexto económico en el que nace el SNI, porque eso tiene mucho que ver con su creación.

En 1984, México encaraba -como parece cierto estado crónico desde hace décadas-, una situación económica muy severa, con una inflación que generaba un gran pro-blema en el país y en especial en el medio académico, cosa que podía atestiguar yo, como director entonces del Insti-tuto de Biología de la UNAM. Unos cuantos años antes, en 1981, podíamos darnos en el instituto el lujo de convocar, para contratarlos, a investigadores de todo el mundo, por medio de anuncios publicados en Medical Science, para dar a conocer que requeríamos gente.

En ese momento, los salarios de la UNAM eran lo sufi-cientemente competitivos como para traer investigadores recién doctorados, de buena calidad, que pensaban iniciar su carrera académica activa, y que se sentían atraídos por el nivel del salario y las condiciones de trabajo en México, y, en el caso nuestro, por el entorno biológico y ecológico del país.

Pasaron solamente dos años para que entráramos

en una espiral inflacionaria de gran magnitud, que im-

pactó los salarios de todo el mundo, ciertamente, pero

en particular de quienes dependíamos de un salario

proveniente de los recursos públicos. Pero también nos impactó una pérdida enorme de la capacidad de compra de equipo y de la adquisición de insumos importados; y quienes trabajábamos en ese momento en la investigación, supimos lo amargo de esa situación para el desempeño de

freno a la emigración de científicos mexicanos

Intervención del doctor José Sarukhán

SNI,

nuestra función. No era nada más el tener salarios clara-mente insuficientes, sino la incapacidad de trabajar de manera digna y con pertinencia académica.

ATINADA IDEA

La iniciativa que tuvieron el doctor Jorge Flores, cuando tenía la responsabilidad de la Subsecretaría, como hemos oído, y el doctor Salvador Malo, en la Dirección de Edu-cación Superior y de Investigación Científica, de idear el Sistema Nacional de Investigadores, verdaderamente fue muy acertada, y ahí fue donde inicié mi contacto con ellos, en relación a lo que un tiempo después se llamaría Sistema

Declaraciones de Salvador Malo

Existen cuatro tipos de académicos: los que están al día en su cam-

po docente; los que recogen el conocimiento de un campo y lo or-

ganizan y sintetizan para generar libros de texto y monografías;

los que aplican el conocimiento al desarrollo tecnológico, a la

innovación y a la consultoría, y los que buscan generar nuevos

conocimientos. No todos hacen de todo! La universidad en México sigue el patrón de las universidades europeas que allá ya no exis-ten.

MESAS PLENARIAS

Durante los siguientes tres días se realizaron otras cinco Mesas Plenarias, ocho Mesas de Discusión y 41 Mesas de Comunicaciones Libres, además de la Ceremonia de Inauguración y la Sesión de Con-clusiones, a la cual –esta última- asistieron menos de 200 congresis-tas.

Los siguientes comentarios provienen fundamentalmente de las Mesas Plenarias. La segunda se tituló: “¿Ha respondido el SNI a las necesidades del país?”

De la presentación del senador Francisco Javier Castellón Fonse-ca, presidente de la Comisión de Ciencia y Tecnología en el Senado de la República, destaco lo siguiente: Decir que la Ciencia en Méxi-

co es una prioridad es políticamente correcto; sin embargo, en la

asignación del presupuesto, los partidos políticos y los goberna-

dores están por encima de las prioridades nacionales. Los legisladores no entienden nada sobre los organismos trans-

génicos y sobre muchos otros temas científicos y tecnológicos; se requiere entonces intensificar la labor de divulgación de los inves-tigadores hacia ellos.

Modesto Seara Vázquez, rector del Sistema de Universidades Estatales de Oaxaca (SUNEO), opina que la reticencia del sector pro-ductivo de interactuar con el sector científico es la principal causa de nuestro retraso tecnológico.

Por su parte, Arturo Menchaca, miembro del Instituto de Física de la UNAM, al final de su magnífica exposición, en la cual analizó si el SNI ha contribuido, como era su objetivo, a incrementar la eficien-cia y la calidad de nuestro desarrollo científico y tecnológico, enlistó las siguientes conclusiones:

El SNI es un referente nacional que:

Efectivamente ha estimulado el crecimiento y la calidad de la pro-ducción científica, pero ha disminuido la eficiencia, medida como la producción dividida entre el número de investigadores.

Ha logrado que los científicos pasaran de tener un Volkswagen a tener un Honda y hasta un BMW.

Ha promovido la evaluación basada en la asignación de puntos, o sea la puntología.

Ha inhibido la generación de proyectos de alto riesgo y/o de largo plazo.

No ha estimulado el desarrollo tecnológico.No ha estimulado el desarrollo de grupos interdisciplinarios.

VINCULACIÓN E INNOVACIÓN

Después asistí a la Mesa de Discusión 2.3 titulada: “El SNI y la inves-tigación sobre vinculación e innovación”. El primer expositor, Rubén Barrera, también del Instituto de Física de la UNAM, enfatizó, por

una parte, que ha existido una falta de confianza del Gobierno hacia el desarrollo tecnológico y que, por otra parte, éste no puede darse sin involucrar a los empresarios.

Para que en el sector productivo se conozcan las capacidades de los científicos, propuso facilitar la inserción de científicos re-

cién doctorados, que no encuentran fácilmente trabajo en la Aca-

demia, pagándoles a través del SNI la mitad de su sueldo en la

Industria que los requiera.

De la presentación de Luis Rafael Herrera Estrella, director del Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad (LANGE-BIO) del CINVESTAV, Irapuato, destaco los siguientes problemas:1.- La falta de una política nacional para el desarrollo tecnológico.2.- La falta de cultura sobre la propiedad industrial dentro del sec-tor académico. 3.- La falta de cultura para el desarrollo tecnológico propio dentro de la iniciativa privada. 4.- La falta de oficinas para el trámite de patentes dentro de las instituciones públicas. 5.- La carencia de abogados expertos, que también sepan de ciencia y tec-nología. 6.- Existen casos de éxito en servicios técnicos pero no en transferencia de tecnología.

Para generar nuevas empresas de base tecnológica, afirmó que:Falta la adecuación y la armonización de las leyes.No existen normas para evitar conflictos de intereses.Los investigadores no pueden licenciar sus propias patentes.El financiamiento no es problema, la parte legal sí lo es.

Arturo Lara Luna, rector de la Universidad de Guanajuato, em-pezó reconociendo que deben existir dos tipos de políticas muy dis-tintas: unas, para fortalecer las capacidades científicas, y las otras, para el aprovechamiento óptimo de dichas capacidades.

Afirmó que debemos dejar de hablar de vinculación para referir-nos a acciones conjuntas entre la academia, las empresas, las ONG´s y el gobierno, como las que se empezaron a realizar, desde 1998, en el Consejo de Ciencia y Tecnología de Guanajuato, aún antes de la generación de los Fideicomisos de Fondos Mixtos (FOMIX).

El último panelista fue Rafael Vázquez Duhalt, investigador del Instituto de Biotecnología de la UNAM, quien para contestar la pre-gunta: ¿Cómo evaluar en el SNI los productos de la innovación y la vinculación? Propuso la siguiente escala de valor:1.- Prestar un servicio al sector productivo y generar un ingreso a la institución.2.- Dar asesoría al sector productivo.3.- Realizar un convenio de investigación o desarrollo con financia-miento del sector productivo.4.- Generar una patente nacional propiedad de la institución de in-vestigación.5.- Generar una patente nacional conjunta.6.- Generar una patente internacional propiedad de la institución

de investigación.

7.- Generar una patente internacional conjunta.

8.- Realizar una cesión de derechos de una patente al sector pro-

ductivo.

9.- Tener un producto de la innovación tecnológica presente en

el mercado.

LA INAUGURACIÓN

El siguiente evento al que asistí fue la Ceremonia de Inauguración. El conductor, Juan José Saldaña, coordinador del Comité de Repre-

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CONOCIMIENTOSISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES22 SISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORESCONOCIMIENTO 75

Nacional de Investigadores. Aunque los tres somos miem-bros de la misma generación 58-61 de la Facultad de Cien-cias en la UNAM, no había ninguna relación mía con ellos o de ellos conmigo, por razones profesionales y de trabajo, hasta que salió a flote la idea de echar a andar esto.

En ese tiempo, yo estaba por iniciar mis funciones

como presidente de la entonces Academia de la Investi-

gación Científica, y la mayor parte de la negociación para explorar la instalación del SNI ocurrió en el momento en que yo estaba ya al frente de la Presidencia. Fue muy afor-tunado interactuar con Jorge y con Salvador.

En ese momento se presentaba como una potencial

salvación a la situación de deterioro salarial que se vivía,

que entre muchos otros síntomas se expresaba, en mi

entorno inmediato, con la renuncia de los cuatro investi-

gadores extranjeros que ya habíamos podido completar

en el Instituto de Biología. Su salario en la UNAM ya re-presentaba menos que la beca que habían obtenido como estudiantes de posgrado un poco antes

APOYO A LOS INVESTIGADORES DEL PAÍS

El esquema básico de la idea del SNI consistía en un pro-grama para apoyar a los investigadores de tiempo comple-to del país que estaban, en crecientes números, pensando en emigrar al extranjero o que se veían forzados a tener más de un trabajo para atender sus responsabilidades fi-nancieras familiares.

Dicho esquema estaba basado en la evaluación del desempeño académico de los investigadores y de su dedi-cación comprometida de tiempo completo a la investi-gación, ya que los montos de los apoyos permitían que

la gente no tuviese que buscar un segundo trabajo para

tener un salario al menos digno.

La evaluación del desempeño académico se centraba en la cantidad y el valor cualitativo de producción, que se juzgaba por los trabajos publicados, las revistas en que se publicaban, el número de citas a los mismos y por su relevancia en el desarrollo de la ciencia en México. Un atributo adicional era que dicha evaluación debía hacerse por comités de pares y de que, al menos en su inicio, el SNI se circunscribía solamente a las instituciones públicas en donde ocurría la mayor parte de la investigación del país, como sigue siendo el caso hasta el presente.

Este esquema se escogió entre Jorge Flores, Salvador Malo y un servidor, hasta llegar a un esquema más defini-do. Hecho lo anterior, Jorge y Salvador emprendieron la tarea de convencer al entonces secretario de Educación, Reyes Heroles, de las bondades del esquema, y además, muy importantemente, del hecho inevitable de que ésta era una propuesta que se tendría que discutir en el seno de la comunidad académica, que era objeto de ese pro-grama, para afinar lo que fuese necesario, lo cual, además de enriquecer el proyecto, le daría una legitimidad que de otra manera no tendría, tornando una buena idea en un proyecto con altas probabilidades de ser rechazado.

Se acordó que teníamos que hacerlo del conocimien-

to de la Universidad, de la Academia de la Investigación

Científica, que representaba a una buena parte del con-

glomerado de los académicos activos de tiempo comple-

to, y que fue una medida representativa también del peso de la opinión y del liderazgo de la comunidad de investi-gadores del país

COMPLEJA LABOR

En un tiempo en que no existían las facilidades actuales de comunicación electrónica, la logística de informar a la membresía de la academia y a otros científicos fue compleja: había que imprimir los documentos, enviarlos por correo ordinario y mensajería, esperar las respuestas, tomar algunas ideas, generar una nueva versión y repetir de nueva cuenta el proceso

Era necesario realizar reuniones de consulta con la membresía, hablar con la gente, despejar dudas, recoger comentarios y sugerencias útiles. Después de varias alte-raciones y nuevas versiones al documento, éste fue aprobado en una asamblea formal de la academia, y se envió al secretario de Educación Pública, a través de Jorge, para su instrumentación.

Simultáneamente a todo este proceso, que duró meses, se establecieron una serie de reuniones para ir puliendo el documento, en un grupo conformado con miembros del servicio público, en el que estaban Luis Medina, subse-cretario de Planeación en la SEP; Manuel Ortega, subsecre-tario de Ciencia y Tecnología; Jorge Flores, Daniel Resén-diz, secretario general del CONACYT, y un servidor, como presidente de la academia.

BASES ACADÉMICAS

Me preocupaba mucho -preocupación que compartía con varios de los participantes- tratar de asegurar que el proyecto no perdiese sus bases académicas, y asegurar la evaluación lo más objetiva posible, a través de pares aca-démicos, y que el programa tuviese una operación fluida y desburocratizada, de manera que no se convirtiese en una permanente fuente de irritación para los beneficiados.

RELATORÍA PERSONAL

Por invitación del doctor José Antonio de la Peña, director de Desarrollo Científico y Académico del CONACYT, asistimos al Primer Congreso del Sistema Nacional de In-vestigadores, con el objetivo de generar la edición de la Revista Ciencia Conocimiento

Tecnología, que usted tiene ahora en sus manos.El congreso se celebró en cuatro días, de las 6 de la tarde del miércoles 5 de mayo, a

las 4 de la tarde del sábado siguiente. En la tarde del primer día, más de 600 congresistas escuchamos con atención a José Sarukhán Kermez, Jorge Flores Valdés y Salvador Malo, participantes de la Mesa Plenaria 1, titulada “25 Años del SNI en la vida de México”.

Naturalmente, nuestra intención no era la de generar las Memorias del Congreso; eso lo hará el Comité Organizador posteriormente para difundirlas entre la comunidad del SNI, que consta de más de 16 mil miembros. Nuestro objetivo era generar un documento para divulgar las declaraciones más sobresalientes realizadas dentro del Congreso, entre, primordialmente, la comunidad académica universitaria, aunque no exclusivamente la de Nuevo León.

Salvador Malo fue invitado como asesor por el entonces secretario de Educación,

Jesús Reyes Heroles, cuando su amigo de muchos años, Jorge Flores Valdés, también

físico, fungía como subsecretario de Educación Superior e Investigación Científica. En octubre de 1983, Reyes Heroles le habló a Jorge Flores a las 9 de la noche para preguntarle si conocía el proyecto del SNI. Se refería al proyecto que por varios años Jorge había dis-cutido con Salvador Malo.

“Mañana tengo acuerdo con el presidente Miguel de la Madrid”, le dijo. “Deseo presen-tarle el proyecto a la una de la tarde”. El proyecto fue aprobado en principio, y el SNI nació nueve meses después, el 26 de junio de 1984.Declaraciones de Jorge Flores:

La ciencia profesional en México tiene 60 años de existencia. CONACYT nació en 1971; el SNI, en 1984. Estamos a la espera del siguiente cambio estructural. A la actual generación le ha faltado imaginación.

Declaraciones de José Sarukhán

Dudo que exista una organización de la Ciencia en México. La Sociedad no sabe para qué son las universidades; cree que solamente sirven para que los jóvenes puedan tener una carrera profesional.

Juan Lauro Aguirre Villafaña

Doctor Juan Lauro Aguirre VillafañaDirector de Prospectiva Científica y Tecnológica COCYTE-NL

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CONOCIMIENTOSISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES74 SISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORESCONOCIMIENTO 23

Varios puntos se lograron, otros no; uno de ellos fue la insistencia de que

los directores de los institutos de investigación que fuesen investigadores

activos y que publicasen regularmente, no fueran descartados del SNI. Fue una batalla larga y frustrante, fundamentalmente porque yo estaba en el su-puesto de ser director e investigador, y parecía que estaba defendiendo mi caso particular.

La resistencia fue grande y acabé por dar por perdida esa batalla. Finalmente se reconoció que era injusto mantener a directores productivos fuera del SNI

y se modificó el criterio al respecto. Otro punto fue mi insistencia de que la administración del SNI quedase en manos de la academia, para evitar la buro-cracia costosa de la administración pública. Fue una discusión dura, tan dura que tuvo que llegar al escritorio del secretario de Educación, quien me hizo ver con toda claridad, en una reunión que recuerdo vívidamente, que o el esquema se quedaba en la SEP o no había SNI. Obviamente, conocen ustedes el resultado de esa reunión.

Afortunadamente, el programa quedó a cargo de la oficina de Salvador Malo, y yo creo que es ahora historia la forma en que, en lo general, se ha manejado de manera expedita y eficiente, desde un principio.

En mi último discurso como presidente de la academia, durante la entrega de los premios de la misma, me tocó puntualizar muy claramente al presidente de la república, Miguel de la Madrid entonces, que el SNI debería cambiar a un es-quema que no distorsionase su función; es decir, que empezara a convertirse en una especie de segundo polo de interés o de fuerza, por encima de los intereses de las instituciones en las que laborábamos los investigadores, y que por otro lado, de alguna manera, había que encontrar mecanismos para que las becas del SNI fuesen convirtiéndose en parte del sueldo de quienes formaban parte del sistema.

Yo creo que hubiera sido muy adecuado, en ese momento, diseñar una

manera de modificar la naturaleza del SNI; es decir, incorporando al sueldo la

beca del SNI que los investigadores tenían. Una de las razones que se esgrimió entonces fue que en algunos casos, particularmente de instituciones académi-camente no muy fuertes, podría representar una distorsión del propósito de estímulo académico de la beca del SNI. Aunque argumentamos varios que había instituciones más fuertes con mucha más tradición de evaluación académica, donde el problema sería de menor importancia -aun si lo hubiese- no hubo for-ma de cambiar la situación.

ACTIVIDAD DOCENTE

Otra situación que tuvo el SNI en sus inicios es que realmente no ponía aten-ción a la actividad docente, razón de ser de la mayoría de las instituciones de educación superior. Afortunadamente, esta deficiencia se ha ido corrigiendo de manera satisfactoria, si bien lo que se quería salvar en un principio era la activi-dad de investigación de tiempo completo.

No tiene mucho sentido hacer investigación en una institución de edu-

cación superior pública, sin el componente docente. Pero en ese momento era claro que mezclar estos dos elementos iba a llevar a un sistema mucho más complejo y probablemente iba a desestimular el interés que había en el gobierno federal de echar a andar un proyecto de este tipo.

EVALUACIÓN POR PARES

La virtud más importante del SNI ha sido la evaluación por pares académicos, pero ésta, en mi opinión, puede a su vez ser, paradójicamente, su debilidad más grande, porque depende de la madurez, la dedicación, la seriedad del trabajo de evaluación llevado a cabo por la comunidad académica. Sin duda hemos ido ganando en madurez en la tarea de valorar el trabajo académico; los criterios se han ampliado, tratando de mantener siempre estándares satisfactorios.

Pienso que hay mucho más que hacer en ese sentido, y que la comunidad académica debe tomar el liderazgo, para que ocurran cambios que me parecen importantes. Nos estamos acercando a un tiempo en que los problemas más

importantes que tiene la sociedad, y los asuntos que

debe encarar la investigación científica son de naturale-

za muy compleja, con fenómenos que no se comportan

linealmente, y de índole multidisciplinaría.

Ninguno de los sistemas de evaluación, de apoyo y de gestoría de la evaluación en México, valora y estimula la investigación multidisciplinaría; ni nuestras universidades están diseñadas para apoyarla, ni los sistemas de evalua-ción están para reconocer la misma, y parte de los pro-blemas más serios que encaramos desde ahora, hacia las siguientes décadas, son justamente de la naturaleza a que me he referido.

Creo que éste sería un buen momento para pensar no nada más cómo funciona el SNI en ese respecto, sino cómo funcionan otros mecanismos de evaluación: el PRIDE de la UNAM, por ejemplo, que se basó diez años después en ese mismo esquema. Como rector en ese tiempo, me resultaba imposible, por los cerrados criterios del gobierno federal, conseguir recursos para elevar los sueldos en la univer-sidad, porque me argumentaba la Secretaría de Hacienda que aunque era claramente justificada la evaluación de la UNAM, el costo dimensionado para todo el sistema de educación superior era demasiado alto para encararlo

Sería injusto no reconocer que se han dado pasos en la dirección correcta para atender de mejor manera los ingresos del personal académico, especialmente del que se dedica de tiempo completo a la investigación; también es cierto que algunas de estas medidas podían haber sido de otra naturaleza, con un reconocimiento mucho más claro por parte del Estado, de la importancia toral de la activi-dad académica y de su papel en el desarrollo del país

Pero eso no ha sucedido hasta la actualidad en la rea-lidad de los hechos. Aunque hay mucha expresión al res-

pecto, en la realidad esto no parece tomar forma. Segui-

mos en un país en que la sociedad misma no entiende

bien para qué son las universidades, más allá de ver a

sus hijos con un diploma para tener un trabajo, y creo que es algo que tenemos cambiar, si queremos tener otra forma de ver el desarrollo en México, particularmente en lo que se refiere al desarrollo de la ciencia y de la edu-cación superior.

Estoy seguro de que la creación del SNI salvó el mo-mento de la comunidad académica de investigación en México e impuso una serie de estándares de evaluación, y que ha tenido efectos muy importantes, pero siempre podremos hacer más y mejor.

Querétaro, Qro.- El Primer Congreso del Sistema Nacional de Investigadores, cele- brado en esta ciudad del 5 al 8 de mayo, dejó entre los miembros del Comité Organizador la satisfacción de haber visto cumplidos los objetivos del encuentro en su primera etapa, aunque ahora queda el compromiso de análi-sis y de trabajo en torno a las demandas de la comunidad SNI.

Al término del encuentro, los integrantes del comité organizador celebraron la sesión de clausura, aunque aclararon que lo que se supone serían las conclusiones habrían de quedar para mejor oportunidad, dado el cúmulo de propuestas y demandas planteadas por los asistentes a esta reunión.

En esta sesión de clausura participaron los doctores –todos ellos miembros del sistema- Leticia Torres, Horacio Merchant, Jesús Álva-rez, Teresa Rojas, Juan José Saldaña y José Antonio de la Peña.

Todos ellos expusieron sus puntos de vista en torno al encuentro, particularmente en lo relacionado con las mesas de trabajo en que les correspondió participar, y dieron a conocer sus observaciones, que se pueden resumir en los siguientes –aunque no son to-dos- puntos:

Enlista el Comité Organizador planteamientos de los participantes

Y puntos de vista personales

* Impulsar la investigación multidisciplinaria.* Movilidad de los investigadores.* Mayor vinculación con la sociedad, particularmente con la industria.* Retiro digno para los investigadores.* Creación de redes y grupos de investigación.* Contribución del sistema a la conformación de un proyecto de nación.* Reconocimiento a la voluntad política de las autoridades por abrir este foro.* Ética profesional y honestidad intelectual.* Satisfacción por la participación de la comunidad científica en forma inteligente, crítica, propositiva, madura y vibrante.* Necesidad de revisar los programas de evaluación.* Preocupación por el envejecimiento de la plantilla de investigadores.* Participación de delegaciones de todo el país, aunque, en algunos casos, muy reducida.* Necesidad de que el sistema se involucre en la problemática nacional y participe con la propuesta de posibles soluciones.* Necesidad de crear grupos de discusión en torno a esta problemática.* Trabajar junto con el CONACYT en torno a los problemas de la evaluación.* Creación de grupos de evaluación y análisis de la información.*Promoción del conocimiento científico en la sociedad.* Ser más activos en la interacción con la sociedad.

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Corría el mes de octubre de 1983. Como a las 9 de la noche, sonó el teléfono. Contesté, y del otro lado de la línea escuché una voz brusca, con un cierto dejo

veracruzano, que me dijo: “¿Conoce usted el Sistema de Investigadores Nacionales?”

Le dije: “Pues sí, sí lo conozco”¡Ah!, ¿y qué opina? Pues que está bien,¡Ah! Es que aquí está Mario y me lo acaba de proponer como una cosa que puede hacer la SEP a la ciencia. ¿Usted que opina?Pues que está bien”.

Es que yo tenía mucho miedo. Salvador le tenía menos miedo. Lo que pasaba es que Salvador era asesor del mae-stro Reyes Heroles.

Visto bueno presidencial al Sistema de Investigadores

Intervención del doctor Jorge Flores

Y me dijo la voz: “Está bien. Mañana a la una tengo acuerdo con el presidente. Póngase de acuerdo con Malo. Propongan la redacción del proyecto; a las 11 me lo entregan, y yo se lo presento al presidente a la una.

- Como usted diga, maestro.

ENTREGA DEL PROYECTO

Total, que a la mañana siguiente nos reunimos Salvador y yo. Lo que pasa, y por eso pudimos presentar a las 11 de la mañana el primer proyecto del Sistema de Investigadores Nacionales, es que lo habíamos discutido durante muchos años. No era un proyecto que se le había ocurrido a Salvador ni se me pudo ocurrir a mí, sino que se había ido engendrando poco a poco.

Cuando Carlos Whal, investigador biomédico muy distinguido, y en 1974 presidente de la que fue precursora de la Academia de la Investigación Científica, y el doctor Agustín Ayala, coordinador de Investigación Científica de la UNAM, discutían con el entonces director de CONACYT, licenciado Gerardo Bueno, una especie de sistema de investigadores nacionales, tenían muchas cosas en común, y se veía con buenos ojos desde el punto de vista del CONACYT.

Por ejemplo, aparte de la beca que finalmente tuvo el Sistema de Investiga-dores Nacionales, había cierto dinero que se le daría a un investigador nacio-

nal, para equipamiento, y el número que se proponía eran 25 mil pesos, dos

mil dólares, lo cual era mucho más que dos mil dólares actualmente, y por lo tanto, mucho más que 25 mil pesos.

Esto fue por 1975. La idea no cuajó, y se olvidó; de tiempo en tiempo se volvía a recordar, pero la verdad es que nunca se hizo.

Total, que yo sí sabía a qué se refería el doctor Malo cuando se lo presentó al maestro Reyes Heroles; sabía de qué se hablaba, y nos reunimos, como habíamos recibido la orden, a la mañana siguiente, muy temprano, a escribir en detalle lo que creíamos que debería ser el Sistema de Investigadores Nacionales. Se lo llevamos al secretario de Educación Pública, quien tuvo su acuerdo con el presi-dente De la Madrid.

El secretario me contó luego: “Dijo el presidente: ‘Sí, es una buena comuni-

dad a la que hay que apoyar. Adelante con el proyecto’”. Pero me advirtió que

el presidente había acordado anunciar él personalmente, en Los Pinos, duran-

te la entrega de los premios de la Academia de la Investigación Científica, cor-

respondientes al año 1983, la idea del Sistema de Investigadores Nacionales, y que como ese premio era organizado por la academia, le pediría a la academia que presentara un proyecto del reglamento y del decreto presidencial.

Reyes Heroles me dijo: “Y esto no lo vaya a decir nunca, pero nunca ¡eh!”, pero se los voy a decir ahora: “Escriba el discurso que tiene que decir el presi-dente. Claro, usted dice que lo escribió el presidente. Dentro de diez días se va a anunciar”.

Salvador y yo escribimos el discurso. Y efectivamente, el presidente, al final de la ceremonia de premiación en Los Pinos, dijo que el gobierno federal

que es; evaluada en lo que respecta a la calidad de su producción, conforme a sus propios parámetros disci-plinarios, y con el debido conocimiento de sus fines. No se pueden calcular de manera simplista formas de orga-nización de trabajo de una disciplina a otra. La forma de concebir lo colectivo en una disciplina, por ejemplo en el laboratorio de investigación biomédica, lo perjudica y nu-lifica totalmente en otra, por ejemplo en una investigación antropológica numérica o en investigaciones sociológicas sobre el abuso sexual infantil. En un caso, la información del conocimiento sólo se puede conseguir en grupo; en el otro, sólo se puede conseguir de manera individual.

Estudios recientes dedicados a analizar el funciona-miento de los grupos de investigación, así como los más de cien testimonios sobre las trayectorias científicas que pueden ser observados, por ejemplo, en el libro editado por CONACYT y la Academia Mexicana de Ciencias, que está dedicado para aportaciones científicas y humanísti-cas mexicanas en el Siglo XX, por representantes de prác-ticamente todas las disciplinas científicas de nuestro país, nos muestran que la lógica de investigación científica y de los descubrimientos más destacados en todos los campos de investigadores que siguen activos, no responden a una forma colectiva y organizada de investigación. Lo que es más, sobresalen el trabajo y las trayectorias individuales.

GRUPOS DE REFERENCIA

La capacidad de comunicarse con especialistas muy espe-cíficos de otros partes del mundo y del país fue, por mu-cho, más importante que los grupos de referencia.

Hay que renunciar a la idea de que la acumulación de trabajo colectivo asociada a un grupo es el único método o que los métodos especiales son mejores que otros. No es así. La trayectoria es importante para el grupo de científi-cos mexicanos.

En esta primera década del Siglo XXI, el fomento a la investigación en México se ha movido cada vez más hacia la investigación colectiva, y esto no en todos los casos sig-nifica una mejoría del trabajo académico. Analicemos lo que está sucediendo con una de las políticas más impor-tantes, la cual corresponde a la formación de cuerpos aca-démicos, que se escuchó con fuerza a partir de 2002. Cada vez más, el apoyo económico en la red de universidades públicas se estructura en torno a los cuerpos académicos; el financiamiento se da a través del orden y de los progra-mas integrales de fortalecimiento institucional.

La política parece inteligente; es más, esta política parece muy generosa, pero en México, en algunas áreas no lo es tanto; primero, porque académicos que pasaron años trabajando por separado, se unificaron, pues esto les podía significar más presupuesto, así como una mayor es-tabilidad. Pero, en esta forma se establece control político e institucional sobre el personal académico.

BREVE INVESTIGACIÓN

Sin pretender agotar la situación general, hice una breve exploración en cinco universidades públicas y cuatro centros públicos de investigación. El resultado arroja en forma general que los cuerpos académicos se consideran

como líderes de estas instituciones; los líderes académicos reales, no los administradores.

Los problemas centrales parecen ser éstos: Primero, surgieron por iniciativas externas y no por una necesidad interna de los participantes en grupos; segundo, aunque en algunas instituciones no es obligatorio que todo el per-sonal académico participe en ellos, la mayor parte está incorporado en un grupo o en otro. En estos casos, iróni-camente, la productividad individual se está volviendo un problema; se diagnostica el poco trabajo colectivo y se re-comienda hacer más trabajo colectivo.

Esta colectivización también produce conflictos insti-tucionales, pues pretende hacer similares a los que son diferentes; supone que por el simple hecho de nombrar a los proyectos de investigación de la misma manera se referirán a las mismas cosas, cuando en realidad muchos investigadores que ya han desarrollado una gran compe-tencia sobre ciertos temas a lo largo de muchos años, con-tinúan trabajándolos pues eso los vuelve competitivos.

Asimismo, introducir una gran tensión en los lideraz-gos científicos naturales es la forma más común en que se estructura la investigación colectiva. Finalmente, la ac-tividad docente de otros cuerpos difícilmente se deriva, contra lo que se supone, de una actividad de investigación colectiva, sino que está dada por los programas oficiales de las instituciones académicas y la definición de las ma-terias. Pocas cosas tienen que ver con investigación real, colectiva o no.

REDES TEMÁTICAS

En el mismo CONACYT, su programa de redes temáticas parece apuntar en una dirección mucho más productiva, pues permite que de manera voluntaria, teniendo como objetivo principal la discusión en torno a problemas reales del conocimiento, científicos de distintas instituciones dia-loguen y se comuniquen. Tal vez se pretende que el tra-bajo científico y colectivo pueda aflorar en las condiciones en que es más productivo, cuando investigadores motiva-dos por una pregunta o una reflexión se plantean cuál es el problema del conocimiento que comparten.

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había decidido establecer el Sistema de Investigadores Nacionales y que le pedía a la academia que le presentara, en un tiempo razonable, un proyecto de reglamento.

SECRETARIADO TÉCNICO

Lo que siguió fue una serie larga de re-uniones primero bajo la dirección de Rudomín, luego de Sarukhán –justo en ese ínterin ocurrió el cambio en la pres-idencia de la Academia de la Investigación Científica-; pero se llego a un acuerdo. La ultima reunión tuvo lugar en la Casa del Risco, en San Ángel, y se nos presentó el proyecto, muy parecido a la propuesta inicial, porque las ideas que teníamos eran congruentes unas con otras, y habíamos estado en contacto directo con el Consejo Directivo de la academia. Luego se formó el Secretariado Técnico, y que tenía el componente SEP, el componente CONACYT y el componente academia. Pero la SEP era mayoritaria; éramos tres; la academia era su presidente y el CON-ACYT era el secretario; pero, además, nosotros contábamos con el secretario de la secretaría que era Salvador.

Propusimos el plan, y se inventaron los niveles 1, 2 y 3; las comisiones dictaminadoras; el dictamen por pares, y se lo entregamos finalmente al secre-tario de Educación.

IMPULSO A INVESTIGADORES JÓVENES

Un día, el presidente se reunió con los miembros de El Colegio Nacional, y con el secretario de Educación Pública, y estuvieron discutiendo. Uno de los miembros de El Colegio Nacional, el doctor Ramón de la Fuente, comentó después de lo que expuso el maestro Reyes Heroles, que no veía claramente que el sistema fuera a ser un impulso para los jóvenes; que eso se podía con las condiciones del nivel 1, que ya habíamos escrito.

Del secretariado técnico comentó que era demasiado exigente, y que eso no iba a proponerlo, y el presidente De la Madrid dijo: “Maestro” -porque Reyes Heroles fue director de tesis de De la Madrid, por eso le llamaba maestro-, “eso hay que componerlo; no puede ser que no se dé suficiente énfasis a los investi-gadores jóvenes”, y pácatelas, que nos regresan todo el proyecto.

LA FIGURA DE CANDIDATO

Nos llevó un buen número de reuniones con el Secretariado Técnico, en donde soltábamos ideas de cómo tomar en cuenta esto que es una especie de orden del presidente, por instrucciones del secretario de Educación, y a alguien se le ocur-rió esta figura, bastante extraña en aquel momento, pero que ha sobrevivido los 25 años del SNI, que es la figura de candidato a investigador nacional.

Los que son candidatos a investigador nacional le tienen que agradecer al

doctor Ramón de la Fuente el que haya dicho eso delante del presidente, y que el presidente nos haya pedido a los que estábamos armando el proyecto del SNI, que se inventara esta figura que, todos lo sabemos, era casi para estudiantes que tenían ya la maestría; un poco después se convirtió en algo más serio.

Luego nos dimos cuenta de que eso del Sistema de Investigadores Naciona-les no estaba muy bien, porque, si le poníamos las siglas, llevaba una palabra que, traducida del inglés al español era verdaderamente pecaminosa. Así pues, se le cambió el nombre, y desde entonces se conoce como Sistema Nacional de Investigadores.

LA CUESTIÓN FINANCIERA

Una vez que salio el decreto, seguía hablar con la gente que manejaba el dinero, en la Secretaría de Programación y Presupuesto, cuyo secretario era Carlos Sali-nas de Gortari. Éste le encargó a una de sus principales colaboradoras, María de los Ángeles Moreno, la subsecretaria, que viera conmigo cómo se iba a poner en

marcha el Sistema Nacional de Investi-gadores.

Lo que quería el secretario era que el sistema tuviera un cierto número fijo de puestos en el Sistema Nacional de Investigadores, y que se concursara, in-dependientemente de si la gente tuviera los méritos que exigía el reglamento.

La prueba era llegar a mil 500;

pero yo sabia que no iban a ser mil

500 los miembros, por lo menos los

de la primera y segunda promoción, porque no había mil

500 científicos en México. El otro punto, y ése era todavía peor, era que María de los Ángeles quería que causara im-puestos, y los números que se manejaban en aquella época equivalían al 50 por ciento más o menos en impuestos.

Fue una larga batalla, y recuerdo que un día Reyes Heroles le dijo a Salinas: “ándele, licenciado, no sea cuen-tachiles”.

Y con comentarios tan sabios como ése, finalmente el secretario de Programación y Presupuesto cedió, y desde entonces el estímulo económico que estaba pensado y es-taba dicho en el decreto del presidente De la Madrid para formar el SNI, es una beca, y por lo tanto no genera im-puestos.

LA PUESTA EN MARCHA

Llegó el momento de echar a andar el sistema. Pero antes tuvimos que nombrar las comisiones dictaminadores. El sistema ya tenía dos categorías: de investigador nacional y de candidato a investigador nacional, y el investigador nacional tenía los niveles 1, 2 y 3. El candidato tenía, si mal no recuerdo, el nivel 1-2, el nivel 2-3 y el nivel 3-5.

Pero no había nadie que fuera miembro del sistema, y tuvimos que acordar un artículo transitorio, para que las primeras comisiones dictaminadoras estuvieran formadas por investigadores muy distinguidos, absolutamente in-tachables. En el fondo, lo que les estábamos dando era el nivel 3 de entrada.

La decisión que tomamos junto con Reyes Heroles

fue que los primeros miembros de las comisiones hu-

bieran recibido el Premio Nacional de Ciencias, o fuer-

an miembros de El Colegio Nacional, y con eso ya uno

ameritaba un nivel mínimo. Y así fue. No nos llegaron protestas, pero sí llegaron, como nos acaba de mencionar Juan José Saldaña, artículos. La gran mayoría eran para decir que Malo se había equivocado en todo y cosas por el estilo.

Muchos recortes periodísticos eran por personas que

estaban muy enojadas, porque no habían entrado al SNI,

y no habían entrado fundamentalmente porque tenían

doble chamba, y explícitamente nosotros lo habíamos

prohibido, porque sabíamos que ese era un cáncer que no beneficiaba al desarrollo académico de las instituciones de educación superior.

Luego estaba el problema de los rectores, también eno-jados, porque se violaba, en alguna manera, la autonomía; y había también otros cometarios que simplemente eran búsqueda de escándalo periodístico.

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Intervención del doctor Luis Alfonso Carrillo / Universidad Autónoma de Yucatán

La investigación individual,

¿acto de soberbia y egoísmo?

?

Quiero poner énfasis en algo que no se ha mencionado mucho aquí, que es la mediación entre el investigador y

CONACYT y el SNI con la política científica general, que es precisamente la institución que suele estar conformada fundamental-mente por universidades públicas y cen-tros públicos de investigación. El objetivo es señalar una actitud científica, al parecer difícil de objetar, como la afirmación de que, en investigación, lo colectivo es supe-rior a lo individual.

Muchas políticas académicas institu-cionales que nos han apoyado en investi-gación en México, tienden a convertirla en una tarea burocrática. Tal parece que la búsqueda de que la ciencia mexicana parti-cipe de manera más importante en la gene-

ración de conocimiento tuviera que pasar por el cedazo de la evaluación de los científicos y privilegiar el trabajo colectivo sobre el individual. Es más, no deja de hacerse sentir que la investigación individual es un acto de soberbia y de egoís-mo, y que ya no es una forma “moderna” ni “legítima” de hacer investigación.

En este mundo global, la dinámica del conocimiento la establecen las redes, y lo que no existe es la tendencia creciente para reestructurar las redes académi-cas de las universidades públicas, de la Secretaría de Educación, a través de sus cuerpos académicos. No se trata de poner en duda el carácter acumulativo y socializado del conocimiento, no sólo del que consideramos científico, sino de todo el conocimiento.

Nadie crea nada a partir del conocimiento de otros y de considerar lo que ha hecho y está haciendo su comunidad científica de referencia, y es indudable que lo que se esté investigando en su especialidad es poco competitivo.

Pero, de hecho, la gente de la academia mexicana promoverá la ocupación casi obligatoria de los académicos en todas las áreas del conocimiento, en es-pecial con la serie de características casi de codificación forzada, definida por necesidades institucionales, por necesidades presupuestales y de control natu-ral y de control personal, más que por necesidades científicas.

MEDIDOS CON EL MISMO RASERO

El problema de esta concepción del trabajo colectivo es que, sin tomar en cuenta el proceso mismo de construc-ción del conocimiento y sin considerar distintos niveles de madurez científica individual de los investigadores de una misma institución, así como la forma en que éstos han decidido sus necesidades temáticas, agrupan las mis-mas categorías y miden a todos por igual en los cuerpos académicos, con títulos genéricos, bajo los que se escon-den una gran diversidad de proyectos de investigación y recursos humanos, con profundas diferencias en cuanto a experiencia, vocación y productividad.

Esta concepción colectiva de la investigación que se desprende de necesidades ajenas al propio proceso científico, como son la utilización de presupuestos y la reestructuración del aparato administrativo dedicado a la investigación y a la educación pública e incluso al control político del personal académico, no siempre abona para que se mejore la calidad de impacto del conocimiento que se genera, aunque existen muchos casos en que se incre-menta la cantidad de productos obtenidos.

Pero, además de estos criterios burocráticos, también se arrastra una gran diferencia etimológica en su concep-ción del trabajo científico, y es que, de manera engañosa y presuntuosa, se supone que hay una sola categoría de ciencia, y se implica que áreas del conocimiento tan dis-tintas como la física teórica, la biología marina, los neu-rotransmisores y la sociología, pueden administrarse en el campo de lo colectivo, en un laboratorio de física en la Ciudad de México; en uno de ingeniería dedicado al estudio de la resistencia de materiales en una universidad pública en Puebla; en una estación de Baja California, con un proyecto arqueológico; en Chichen Itzá.

Se quiere suponer que es la misma cosa, y no lo es. Y hay qué decirlo: la mayoría de las manifestaciones de investigación científica requieren etapas de trabajo colec-tivo, pero no es lo mismo el trabajo de un laboratorio sofisticado de profundidad, ni toda la investigación colec-tiva de grupos

CÁLCULO SIMPLISTA

Toda área de conocimiento debe ser analizada como lo

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Antes de empezar a relatarles la parte que me tocó vivir, creo conveniente decir algo que de alguna manera refleja una

circunstancia en particular del momento. Ya dijo Sarukhán que, aunque éramos colegas, no nos habíamos tratado. Lo conocía de nom-bre, sabía de su existencia; los dos habíamos en Inglaterra, pero no nos habíamos tratado.

Las anécdotas que acaban de oír les pudi-eran parecer un conjunto de circunstancias de un grupito particular que teníamos cierta relación con Reyes Heroles. Debo decirles que a mí me invitó a trabajar Reyes Heroles como asesor de él, sin yo nunca haber cruzado una palabra con él. Yo no conocía a Jesús Reyes Heroles, excepto como lo conocía cualquier persona, y sabía que unos meses antes había invitado a Jorge Flores a ser subsecretario de Educación Superior; pero también sabía que Reyes Heroles no conocía a Jorge Flores, porque Jorge Flores y yo sí éramos amigos de muchos años, desde la secundaria.

Un día me presenté en el Salón Vascon-

celos, porque un director de área me dijo

que el secretario quería hablar conmigo.

Hablé con él, y me pidió que fuera su ase-

sor. Una asesoría por demás interesante.

Quiero hacer notar a ustedes que esto fue casi más de un año antes de que naci-era el Sistema Nacional de Investigadores. Reyes Heroles me dio una oficina por la que pasaba él para entrar a su oficina. Entonces, yo lo veía todos los días, y todos los días me saludaba como licenciado Malo: “¿Cómo está licenciado?”, y yo le contestaba: “Bien, licen-

Crea De la Madrid, en 1984, el SNI Intervención del doctor Salvador Malo

ciado”. Cuando me trataba de “doctor Malo”, sabía que estaba de buenas, porque Reyes Heroles era una persona particularmente es-pecial. Quiero decir con esto que él se tomó la molestia, se preocupó por buscar personas que tuvieran relación con el medio científico, para invitarnos a trabajar con él.

DIFÍCIL RELACIÓN

Jorge Flores estaba de subsecretario y yo es-taba de asesor con Reyes Heroles, pero mi relación con él era bastante difícil. Cuando se le ocurría algo, me invitaba a hablar con él. Pasaba por su oficina, le daba un papel; él lo hojeaba, y me decía: “bueno, ya me tengo que ir”. De vez en cuando me llamaba a dis-

cutir alguna otra cosa. Esta característica de Reyes Heroles creo que es algo que debemos reconocer todos nosotros, porque si no hu-biera habido esta combinación de apertura en su sentido de tratar de entender más lo que era la comunidad científica de México, y al mismo tiempo su puesta personal en la política mexicana, ciertamente su ascenden-cia con el presidente De la Madrid y también con el secretario de Programación y Presu-puesto hubiera sido muy diferente.

El SNI, como dijo Jorge, se gestó a

partir de octubre de 1983; fue anunciado

a la sociedad el 06 de diciembre de 1983,

y el decreto salió en julio de 84. El bebé

tardo nueve meses, pero cuando llegamos con Reyes Heroles, un servidor por un lado, y Jorge Flores por el otro a mostrar que ya teníamos ideas de cómo hacer un reglamento y demás, recuerdo que a mí me lo dijo muy claramente: “No, no quiero verlo”.

Pero, es que ya está el reglamento.No, quiero que la criatura tenga muchos

papás”Ésa fue su frase. Insistió en que el pro-

ducto tuviera muchos papás. De hecho, en una reunión, cuando nos avisó que el presi-dente De la Madrid estaba de acuerdo con el Sistema Nacional de Investigadores, Reyes Heroles nos recordó que esto era un secre-to del presidente de la republica, que no se podía anunciar, que nadie lo podía saber has-ta el seis de diciembre de 1983.

Jorge Flores insistió en que el CONACYT había puesto algunas ideas sobre la cuestión

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des? Grupos de

investigación, estratégicos para el desarrollo de la ciencia

Intervención del doctor Sergio Guevara, del Instituto de Ecología, A. C.

Me da mucho gusto que las dos personas que me pre-cedieron, Tomás y Luis, hayan hablado sobre la red, porque yo quiero centrar mi participación sobre los

grupos. Quiero convencerlos. Quiero partir de la idea de que los grupos de investigación son estratégicos para el desarrollo de la ciencia en México, y que en este momento, para nuestro Sistema Nacional de Investigadores, para el desarrollo de la ciencia mexicana, es un reto el cómo in-corporar, cómo hacer funcionar y cómo evaluar los grupos de investigación.

La situación actual todos la conocemos. El número de investigadores en el sistema ha crecido mucho. Es un número grande ya el que tenemos, pero sigue siendo muy pequeño, y nos desenvolvemos en un medio en el que hay corrupción, serios problemas educativos, proble-mas de investigación, etcétera. Sabemos también que la dis-ponibilidad de recursos, tanto financieros como infra-

estructurales, no es suficiente para hacer frente a las necesidades y a lo que quisiéramos para el desarrollo

A partir de estas dos ideas, creo que la ciencia mexicana requiere crecer muy rápidamente y requiere capacidad para identificar los productos del quehacer científico, de tal manera que aporte beneficios reales al país y a la sociedad. Las tareas son, desde luego, generar conocimiento científico, vinculado con la pro-ducción en todas sus maneras: la producción social, la producción industrial y la formación de recursos humanos.

INVESTIGACIÓN DE LARGO PLAZO

Yo creo que los grupos de investigación deben ser capaces de hacer investi-gación de largo plazo. Es uno de los grandes retos de nosotros, de nuestras instituciones. Se tiene que hacer investigación a largo plazo, y lo digo particular-mente en mi caso. Tengo una formación profesional en la ecología, en donde la investigación a largo plazo es indispensable.

Tenemos que emprender investigación que aquí se ha denominado de riesgo, investigación de frontera, investigación nueva con la adecuada metodología; tene-mos que hacer trabajos teóricos, que en estos momentos son muy difíciles de rea-lizar. Son trabajos de riesgo. Hay que formar jóvenes estudiantes de posgrado, pero que hagan investigación y no sean sólo estudiantes de posgrado. También creo que los grupos son la base para vincular la investigación con los sectores sociales y empresariales.

Impulsar su formación es otra de las grandes necesidades de nuestra ciencia. Debemos formar grupos por disciplina; y finalmente, aunque no menos impor-tante, debemos editar libros de texto. Y es que mucha de la información que se está produciendo con las investigaciones que se hacen en México no está trans-formándose en libros de texto. Y hablando de libros de texto, es importantísimo tener una infraestructura en casi todas las disciplinas, en el nivel de posgrado sobre todo.

Un grupo de investigación debe ser funcional, capaz de repartir adecuada-mente las tareas y de hacer una serie de cosas que en este momento, para grupos muy pequeños o para investigadores funcionales es muy difícil.

Entre los diversos grupos de investigación, existen los que podemos llamar grupos encubiertos, y los grupos de investigación de ciertos niveles. También existen grupos de investigación formados alrededor de lo que podríamos de-nominar las fábricas de artículos, en donde se da la participación en determina-dos temas, a veces demasiado amplios. Son grupos que tienen como interés una línea de producción.

EVALUACIÓN INDIVIDUAL

Por otro lado, tenemos que la evaluación que hace el SNI es una evaluación in-dividual; sin embargo, los proyectos que se proponen o las convocatorias que se abren para los proyectos de investigación son normalmente para grupos, de modo que aquí hay incongruencia.

Yo creo que el SNI es un sistema muy exitoso de investigadores; sin embargo, mucha de la investigación que se hace no corresponde a las necesidades del país. El reto sería evaluar y acrecentar grupos de investigación, y aunque puede ser muy complicado, creo que vale la pena reflexionar y trabajar sobre este tema, porque es un elemento muy interesante.

Aquí tal vez convendría promover lo que se ha venido discutiendo, que es la descentralización del SNI. Tal vez parezca muy temprano para hacer esto, pero en los grupos de investigación se podrían hacer experimentos a fin de que las instituciones colaboraran en la evaluación de los grupos junto con el SNI.

Tal vez habría que revisar un tema muy importante para los grupos, que es, por ejemplo, el premio específico que se les da en las publicaciones a los au-tores, sobre todo cuando hablamos de grupos; pero habría un cierto orden en las publicaciones, aunque tendríamos problemas en la asignación de los puntos.

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y le parecía incómodo que él no les contara a sus directivos lo que estaba pasan-do con el SNI. Jorge insistió dos veces en que quería tener la oportunidad de comentarlo con la gente del CONACYT. A la segunda vez, Reyes Heroles se

molestó: “¿Qué no me entiende, doctor Flores? ¿No me escuchó? Esto es un

secreto del presidente de la republica; sólo ustedes y yo lo sabemos”. Ahí se acabó la cuestión.

En ese tiempo, yo me desempeñaba en el Instituto Mexicano del Petróleo, donde tenía lo que yo consideraba la situación ideal. Era directivo de Investi-gación del Instituto Mexicano del Petróleo, y trabajaba de 8 de la mañana a 3 de la tarde. Así, yo tenia todas las tardes disponibles y en las tardes me iba de asesoría con Reyes Herodes, a pensar qué cosas podía hacer para la educación superior.

DIRECTOR GENERAL

DE INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA

Cuando se creó el Sistema Nacional de Investigadores, Luis Medina pasó a sub-secretario de Planeación de la SEP, y quedó vacante la Dirección General de Inves-tigación Científica y Dirección Académica. Entonces, por un lado Reyes Heroles y por otro Jorge Flores, me dijeron que asumiera la Dirección, para yo encargarme del Sistema Nacional de Investigadores. Eso implicaba dejar el Instituto Mexi-cano del Petróleo, donde tenía ya más de 13 años, para hacerme cargo de una empresa nueva en el gobierno federal.

Para mí no estaba muy claro qué era lo conveniente, pero me sentía imposi-bilitado a decir que no a la oferta de echar a andar algo de lo que yo había sido parte.

A final de cuentas, me incorporé a la Dirección de Área de Investigación Científica y Superación Académica. Mi labor ahí, como en casi todos mis traba-jos, fue algo extremadamente bello, interesante, y la gestión del Sistema Nacio-

nal de Investigadores fue extremadamente difícil, pero al mismo tiempo era

exhilarante, entusiasmante, porque con todas las personas con las que uno

hablaba el problema era que todos querían contribuir de alguna forma a que

las cosas se dieran y era difícil contener tantas ideas, tantas experiencias, tantas opiniones, y todos creían que la suya era la verdadera.

PRIMERA CONVOCATORIA

La primera convocatoria salió en 1984, pero las decisiones para los primeros investigadores se dieron hasta enero y febrero de 1985, y el día del cierre de la convocatoria, gente muy respetable, muchos de ellos conocidos míos personal-mente, estaban haciendo fila en unas escaleritas extraordinariamente pequeñas que había en la SEP. Estaban cargando sus documentos para entregarlos antes del cierre de la convocatoria.

Honestamente, no esperábamos tanta gente. Como decía Jorge, mil 500 nos parecía mucho, y la verdad es que había muchos más. No teníamos dónde ano-tar. Afortunadamente, habíamos comprado suficientes cajas para guardar los documentos, pero no teníamos dónde colocar tantas. Entonces, se llenaron to-dos los escritorios, todos los pasillos de la Dirección General de Investigación Científica y Superación Académica, y buena parte de mi equipo se pasó toda la noche ordenando los documentos.

La SEP estableció un programa para dotar de fax a los investigadores, porque las rectorías de las universidades estatales no tenían fax en la mayor parte. No existía el fax en aquel entonces en México, mucho menos una computadora; no había un mecanismo para guardar ver y almacenar información.

RESPUESTA A TODOS LOS SOLICITANTES

Pero nos propusimos dar respuesta a todos y cada uno de los solicitantes, no sólo de que se habían recibido sus papeles, sino también de los resultados de las convocatorias. Tuve que firmar todas las cartas, una por una, para las miles de personas que enviaron, hasta varias veces, documentación, y obviamente los reclamos de los periódicos eran reclamos a mí; el que alguien no hubiera en-

trado al Sistema Nacional de Investigadores era culpa de Salvador Malo.

Tuve toda clase de incidentes, desde mamás con niños en los brazos, que lloraban porque su marido no había podido entrar, hasta personas ciegas, que decían que para ellos era un esfuerzo enorme hacer lo que se hacía en la in-vestigación, y resultaba muy complicado explicarles cómo funcionaba el SNI: es decir, que había comisiones dictami-nadoras que eran las que tenían que decidir cuáles eran los méritos de las personas.

Por otro lado, se me decía que no valoraba el esfu-

erzo de las personas; sino que valoraba su desempeño,

sus logros. Esto pasó muchas veces, no sólo en el primer

año, sino todavía después de que nos cambiamos a nue-

vas instalaciones.

Tuve sumo cuidado en muchos casos, y puedo asegu-rar que en las primeras dos convocatorias leí expediente por expediente. Me sentaba por las noches, con dos secre-tarias a revisar los expedientes, y yo decía la categoría que según yo, correspondía a cada quién. Yo no podía cambiar ninguna decisión, pero luego cotejaba mi calificación

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des? Trabajo en redes:

alto potencial en investigación

Intervención del doctor Luis Álvarez Icaza, del Instituto de Ingeniería de la UNAM

Yo he sido uno de los participantes en las redes temáticas que el doctor Vive-ros acaba de presentar. A mí me tocó, en su momento, ser representante de CONACYT en las redes de energía, y he tenido experiencia en este proceso

de la red, vinculado un poco con el Sistema Nacional de Investigadores. ¿Por qué nos integramos a la convocatoria de CONACYT? Primero, más allá

del hecho de que en los orígenes de la formación de las redes hubo una convoca-toria para aportar ideas, para crear proyectos, creo que nos involucramos en esa primera parte porque veíamos potencial en la posibilidad de organización del trabajo colectivo en investigación. El proceso no ha sido difícil, pero no ha sido rápido. Ha sido necesaria una labor de conciliación de dinámicas por parte de CONACYT y por parte de los investigadores que participamos en la red.

ENERGÍA, LA RED MÁS NUMEROSA

Entre las redes que conformamos, figura la red de energía, por cierto la más numerosa, en la que conseguimos integrar a 90 personas. Estas 90 personas han estado participando con distintos grados de entusiasmo en la conformación y consolidación, y es, fundamentalmente, una red orientada hacia las fuentes de energía.

El núcleo más importante en este grupo en particular lo constituye la gente que trabaja con energía solar y la gente que trabaja con biocombustibles. Éstos son los grupos que, por otro lado, venían funcionando ya de manera más orga-nizada. Mi experiencia me deja claro que funcionan mejor los grupos cuya orga-nización está conformada por los propios interesados en el tema.

Ahora ¿qué les interesa a los investigadores que participan en la red? Como siempre pasa, por una parte, la asignación de recursos al grupo que integra la red. Los investigadores piensan en esa alternativa, y es por ello que muchos de ellos han solicitado su ingreso a la red.

CONACYT ESPERA PROPUESTAS

A CONACYT lo que le interesa es ver lo que nosotros le podemos proponer, lo que los investigaciones pueden realizar. En la red hemos intentado hacer un pla-no nacional de los más apremiantes temas de investigación, y hemos encontrado

que todos los investigadores consideran como altamente relevante el trabajo que ellos realizan. Es muy difícil que un investigador diga que su trabajo no es lo más relevante cuando se trata de conformar una red de investigación im-portante para la generación de recursos.

El año pasado hicimos un primer ejercicio en San Miguel de Allende, e intentamos compartir algunas expe-riencias sobre políticas públicas. Organizamos cinco talle-res con una serie de temas relevantes de investigación, y en algunos puntos tratamos de entender cómo funciona la red en calidad de apoyo complementario.

En el caso de CONACYT, hemos encontrado que mu-chos investigadores piensan que participar en la red es poder disfrutar de los recursos como complemento para sus recursos propios, y es que las redes tienen cierta can-tidad de fondos relacionados con CONACYT, para su más efectivo funcionamiento. También tenemos investigadores consolidados que consideran viable obtener fondos de la red.

ENERGÍA SOLAR

Por otro lado, hemos conocido experiencias de diferentes grupos de investigadores, de distintas instituciones y de distintas partes del país, dispuestos a integrarse a la red en el área de energía solar, que hasta ahora es una red que podemos llamar académica.

Les preguntamos a los participantes a qué sector pertenecían, y la respuesta en varios casos fue el sector de consultoría, pero encontramos que el sector más nu-meroso es el académico. En cuanto a la pertenencia, dos terceras partes de los miembros de la red son del SNI, y la mitad de estas dos terceras partes son investigadores. Al-gunos de ellos son candidatos evidentemente, y eso refleja la versatilidad de la red.

Hemos tenido experiencias positivas con algunos de los fondos sectoriales, donde ya ha sido posible articular las propuestas de la red, y hemos conseguido que algunas demandas sean incluidas en la convocatoria.

Sin embargo, también hemos recibido quejas por la asignación de esos tipos de fondos, y lo que hemos inten-tado en estos casos es hacer propuestas de temas. Falta mucho todavía, porque hay una experiencia nueva; por un lado por parte de CONACYT, porque los recursos de la red no son aplicados a las instituciones, sino a las personas.

Los responsables de esos recursos no son las institu-ciones, sino los investigadores; pero para muchos de ellos la administración de los fondos resulta complicado, y ha significado para ellos una nueva experiencia, ya que no son administradores.

Vamos a aprovechar la coyuntura, y en este caso les hago una invitación personal: creo que vale la pena invo-lucrarnos en esta experiencia. La tendencia es positiva, aunque los resultados no son tan rápidos como sería de-seable.

Sin embargo, se ha conseguido el conocimiento mutuo de grupos que no se conocían y que ahora, trabajando en temas similares, mediante su contacto a través de la red, pueden potenciar sus cualidades para obtener resultados importantes para beneficio de la comunidad.

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con las listas de las comisiones dictaminadoras, y cuando había discrepancias muy fuertes, las llevaba al Secretari-ado Técnico para que éste las concentrara al Consejo Di-rectivo, como casos dignos de revisión.

No podía hacer absolutamente nada más, pero en cier-to sentido me sentía con la obligación de cuidar que no hubiera errores verdaderamente lamentables.

CAMBIOS EN EL SNI

Han pasado muchas cosas con el SNI, y no siempre he es-tado de acuerdo con los cambios que se han registrado; tampoco esperaba que los cambios que se hicieran tuvi-eran que mantener siempre mi consulta o mi opinión.

Sí admito que yo siento que un cambio fue para mal. Recordemos aquel momento especial, cuando empezó el uso de las computadoras. Intentamos empezar a hacer uso de los datos y estadísticas de la información, para poder entender más lo que pasaba con la ciencia en México, y yo siento que eso se perdió. Incluso hasta sé quién es el culpable de que se haya perdido; pero es una tristeza que México no conserve o no haya manejado toda esa infor-mación que de alguna forma todos ustedes habían dado.

Se realizaron estadísticas de diversa naturaleza, y las hacíamos con información de entrada, con las estadísticas de ustedes, porque todavía no había el sistema de manejo de datos suficiente para procesar la información que tres o cuatro años después ya se podía hacer.

Otra cosa que creo ha sido un problema, que no es culpa del SNI, sino del país, es que en ciertos medios,

en ciertos grupos, en ciertas instituciones, ha faltado

madurez para pensar que no todo se debe resolver a

través de modificaciones al Sistema Nacional de Investi-

gadores. Creo que durante muchos años, en casi cualquier problema que tenía que ver con la ciencia o desarrollo de la ciencia en México, se pensaba que se podía absorber a través de modificar el SNI, y eso, creo yo, mostraba falta de ideas sobre otros mecanismos.

Un solo mecanismo no sirve para un país; no sirve para un medio; no sirve para una comunidad tan importante como es la de la investigación. Debemos tener muchas ideas, muchos mecanismos, muchos caminos para poder avanzar.

PROBLEMAS FUTUROS

Hacia el futuro, veo problemas, que voy a expresar en la forma en que los seguí. El secretariado de las universi-dades británicas dijo (año 2004) que los cambios que es-tán ocurriendo en el mundo universitario en estas épocas son de tal magnitud, que se registra una competencia de la investigación, una competencia estática (se refería funda-mentalmente a que las universidades compiten unas con otras por dinero, por alumnos, por profesores, por una serie de cosas, y seguirán compitiendo).

Pero agregaba que la competencia ahora va a ser

dinámica; esto es, que van a cambiar muchas reglas del

juego, y al cambiar las reglas del juego, se va a desnive-

lar o renivelar el terreno. Con la competencia estática, las reglas del juego de todas las universidades supuesta-mente son las mismas, aunque sabemos que hay universi-

dades de primera y de segunda, pero todas ofrecen esen-cialmente lo mismo: un paquete de conocimiento puesto inicialmente de cierta manera para formar a jóvenes, para prepararlos hacia el futuro, de una manera fácil, uniforme, y entonces compiten globalmente con otras universi-dades, y compiten internamente, tratando de ganar más dinero, más inversiones, más recursos para poder hacer o ser más eficientes.

En este punto les voy a decir que las nuevas reglas del juego implican cambios fundamentales: Habrá una sacu-dida muy fuerte en la comunidad académica, la comuni-dad científica por ende, y de alguna manera las reglas del juego van a cambiar muy fuertemente. En algunos casos ya se está viendo. Quiero decir que el Sistema Nacional

de Investigadores tuvo un papel importante en México

cuando el país se nos iba de las manos, cuando lo es-

tábamos perdiendo. Todos teníamos temor de que los

investigadores se regresaran a sus países de origen, y

debíamos tratar de impedir que los investigadores deja-

ran su investigación para dedicarse a lo que fuera para

poder sobrevivir.

El Sistema Nacional de Investigadores, fundamental-mente evitó eso, y de una manera que indicara claramente a quiénes había que dar más recursos para que no dejaran la investigación, en lugar de un aumento salarial a todos los académicos que no se lo merecían.

Creo también que el Sistema Nacional de Investiga-dores tendrá que pensar muchas de sus maneras de op-erar, para adecuarse más claramente a los cambios que vienen hacia el futuro.

Ahora bien, ¿cómo están interconectadas una red so-cial y una red biológica? ¿Cuáles son los componentes de las redes? Tenemos los componentes estructurales, el componente de recurso; el componente rotativo y el com-ponente dinámico.

¿Qué tipo de lazos hay entre los cimientos de una red y el peso que pueden tener esos lazos? ¿Cuáles son las características de los integrantes de los nodos?

En nuestro caso, ¿qué entendemos por una red? Es la asociación de individuos y grupos de investigación que tienen un interés común y la disposición para colaborar con sus recursos, conocimientos y habilidades para impul-sar de manera sinérgica el tema. En su desarrollo ocupan un lugar importante la confianza y la colaboración para realizar las tareas científicas,

OBJETIVOS DE LAS REDES

¿Cuáles son los objetivos de las redes. Los desarrollos de redes científicas se ocupan en temas estratégicos que res-pondan a problemas científicos, a problemas tecnológicos y sociales y procuren la vinculación de la academia con la sociedad. Resulta importante acatar todo lo que tiene que ver con los enfoques institucionales y el área de desem-peño, así como contribuir al desarrollo nacional Se dice fácil, pero esto constituye un punto sumamente difícil.

Entre los objetivos específicos de las redes, resulta im-portante, por ejemplo, conocer en un tema dónde estamos, a dónde vamos, qué estamos haciendo, con qué recursos contamos. Por lo tanto, uno de los primeros objetivos que se han planteado para las redes dinámicas es establecer a dónde se pretende llegar y, por lo tanto, contar con un catálogo de recursos humanos: con qué lo hago, con qué infraestructura hago esta investigación.

PROYECTO DE DESARROLLO

De esta manera podemos conocer la radiografía del pro-blema y proponer proyectos académicos e institucionales, orientados a resolver problemas formales estratégicos; proyectos que sean susceptibles de realización y que ten-gan una orientación hacia la elaboración de un proyecto nacional de desarrollo, en el que la investigación científica y tecnológica sean la meta. Esto debería constituir un e-lemento importante para hacer el Plan Nacional de desa-rrollo.

Algunas temáticas en las que hemos estado colabo-rando son las de agua, biotecnología, ecosistemas, física, modelos para el medio ambiente y sustentabilidad, nano-ciencias, nanotecnología, procesos de desarrollo humano, procesos industriales… En total son 14 redes, las cuales han venido trabajando con diferentes dinámicas, y que se han constituido con grupos de investigadores importantes y con los debidos lineamientos para el desarrollo de sus actividades.

¿Qué se espera de estas redes? Que brinden apoyo a la comunidad; que pongan atención a las oportunidades del país y que contribuyan a la formación de recursos hu-manos. Esto lleva a otros asuntos importantes: formación de grupos para vincularse con la parte tecnológica de los desarrollos, y eso implica que los grupos de investigación en redes tengan un proyecto transversal que tiene que ver con todos los pilares de los que forman recursos humanos de manera continua.

¿Cuál es el propósito de conformar redes académicas de grupos? Por medio de intensos intercambios, llevar a cabo proyectos conjuntos con el propósito de hacer más eficientes sus funciones; fortalecer el trabajo en áreas es-tratégicas, por medio de la generación de conocimiento, y vincular de manera más estrecha los grupos académicos con la industria.

¿Cuáles son las características de las redes? Confia-mos en que sean dinámicas, que sean flexibles, que tengan visión, que aprovechen los recursos y que tengan impacto social, y eso implica una manera diferente de cooperar para el desarrollo de la ciencia.

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¿Ha respondido el SNI a las necesidades del país?

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Presentacion de la doctora Gloria Koenigsberger, del Instituto de Ciencias Físicas UNAM, Campus-Cuernavaca

Como todos sabemos, las necesidades del país son enormes. La pobreza, las graves deficiencias en el sistema educativo, la falta de trabajo, el limitado ac-

ceso a un sistema de salud eficiente, la corrupción, la in-eficiencia del aparato burocrático, la inseguridad, indican una situación lamentable en lo que se refiere al bienestar social en México.

Muchos de nosotros estamos convencidos de que la in-vestigación científica puede contribuir a mejorar la situa-ción, pero únicamente en forma parcial, porque la solu-ción completa de estos problemas radica más en el ámbito político que en el científico.

Además, los problemas arriba citados están inter-relacionados; es decir, no se pueden separar y no es po-sible resolverlos en forma individual, sino que se tienen que abordar, todos ellos, en paralelo. Surge entonces la pregunta: ¿cuál puede ser la contribución real del sector científico a los problemas del país?

VOLUNTAD POLÍTICA

Para que la investigación científica pueda contribuir efi-cientemente a la solución de los problemas nacionales, se requiere una voluntad política dispuesta a implementar las soluciones técnicas que emanen de los grupos de in-vestigación. Esta voluntad política debe superar los inte-reses gremiales, de grupo, económicos y personales.

Lograr esto requiere de una labor amplia y sostenida de educación en la población, en la que se fomente la ca-pacidad de pensamiento crítico, una cultura de justicia y la búsqueda del balance entre el beneficio individual y colectivo.

Gran parte de la comunidad académica ha invertido es-fuerzos en este sentido, durante varias décadas, pero sin una política nacional consistente y a largo plazo; y sin un número suficientemente grande de investigadores involu-crados en estos esfuerzos, difícilmente se podrán alcanzar los efectos deseados.

En este sentido, habría que recordar que uno de los objetivos centrales del SNI fue, inicialmente, contribuir a retener en el país a sus muy escasos investigadores en los tiempos de gran crisis económica, vividos durante la

década de los 1980, y, además, fomentar un crecimiento tanto en el número de investigadores como en la calidad de su trabajo.

EL SNI HA CUMPLIDO

Si se analizan las cifras de crecimiento, es evidente que el SNI ha cumplido con estos objetivos iniciales. Aun así, el número de investigadores con que cuenta el país actual-mente sigue siendo pequeño para poder contender con la magnitud de los problemas nacionales, especialmente dada la escasa o nula vinculación entre la comunidad científica y los otros sectores, como el gubernamental, el legislativo, el industrial, el sindical, el comercial.

Otro factor es que la contribución de los investigadores no se limita a la generación de conocimiento, a encontrar soluciones a problemas y a transmitir su experiencia a nuevas generaciones. En el proceso de desarrollar estas actividades, hay productos adicionales, muchos de ellos estrechamente ligados a las necesidades fundamentales del país.

LA ASTRONOMÍA

Permítanme ilustrar esto con un ejemplo: el de la inves-tigación astronómica, una ciencia básica que muchas ve-ces se percibe como un área alejada por completo de las

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La investigación científica, ¿tarea individual, de grupos o de redes?

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Intervención del doctor Tomás Viveros García, del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología

Les traigo una reflexión sobre un programa nuevo que está operando en el CONACYT,

y es el Programa de Redes. Fue aprobado en diciembre de 2008, y a partir de ahí tiene una histo-ria previa de conformación de la red, una historia futura en tér-minos de sus posibilidades y sus impactos.

La investigación es una tarea en la que generamos conocimiento. Existen grupos de investigación que eran conocidos en el ámbito interno, pero poco conocidos en el exterior, y que difícilmente se comunicaban entre sí, dadas sus diferentes áreas de competencia, ya que la gente se desarrolla en ambientes distintos.

DIFERENTES TIPOS DE REDES

Sin embargo, ha surgido, en años recientes, la iniciativa de crear redes entre personas y grupos que tienen inte-reses comunes para solucionar problemas específicos. De manera general, podemos entender la red como un con-junto de nodos conectados entre sí. Esto tiene que ver con las redes sociales, en las que se destacan relaciones laborales y familiares; las redes de información, por ejem-plo; redes tecnológicas, diseñadas particularmente para el aprovechamiento eficiente de algún recurso, como la electricidad, el agua, y redes biológicas, como la red de bioinformática.

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necesidades básicas de un país. Para desarrollar su labor, los astrónomos empleamos telescopios y desarrollamos modelos matemáticos que son analizados con métodos computacionales de vanguardia. Enfocaré el ejemplo a los telescopios, aunque el aspecto computacional también tiene derramas importantes.

Los telescopios son grandes estructuras robóticas de alta precisión, generalmente diseñados para propósitos muy específicos y que requieren de mantenimiento ruti-nario durante los más de 30 años que generalmente están en operación.

El desarrollo del Observatorio Astronómico Nacional en San Pedro Mártir, Baja California, comenzó a finales de los 1960. Para ello, fue necesario entrenar a un grupo de expertos en óptica, diseño mecánico de alta precisión, electrónica y control numérico. Todas estas áreas son de primera necesidad para el desarrollo tecnológico del país y, en su tiempo, el pequeño grupo creado para el desarro-llo del observatorio constituyó el núcleo de expertos más capacitados del país.

Un grupo de ellos construyó la primera fresadora com-putarizada del país, y también se exportó un sistema de control de telescopios a Venezuela. Durante las cuatro décadas siguientes, muchos de estos investigadores con-tribuyeron en la formación de nuevos expertos en estas áreas, y algunos se incorporaron a la iniciativa privada.

DIFUSIÓN DE LA CIENCIA

Por otro lado, la presencia del OAN ha contribuido nota-blemente en las actividades de difusión de la ciencia, en la educación y en la cultura de la ciudad de Ensenada. Tam-

bién gracias al OAN, se ha logrado promulgar la llamada “Ley del Cielo”, que protege al municipio de Ensenada de la contaminación lumíınica, entre otras acciones para la protección del medio-ambiente.

Gran parte del éxito del OAN se debe a la continuidad en las políticas del Instituto de Astronomía para su desa-rrollo, al apoyo sostenido que ha recibido por parte de la UNAM y CONACYT y la articulación con diversos sectores nacionales y extranjeros.

Una de las misiones futuras del SNI podría ser el en-contrar mecanismos para hacer más eficientes muchos de los esfuerzos que la comunidad científica desarrolla de manera puntual y desarticulada, para que estos esfuerzos tengan un mayor impacto en beneficio de la Sociedad.

También, como se mencionó en la mesa redonda de anoche, sería magnífico poder aprovechar el enorme po-tencial del trabajo multi-disciplinario que podría darse en-tre los miembros de diferentes áreas del SNI.

El SNI ha sido un mecanismo muy eficaz para fomentar la cultura de la evaluación por pares, utilizando criterios que, en general, se han basado en estándares internacio-nales.

Esto le ha permitido crear una base de expertos, con conocimientos amplios del “estado del arte” internacional, capaces de ubicar los nichos potenciales en donde las con-tribuciones de México podrían tener gran impacto.

Otra vertiente que se podría analizar es la de hacer ver a las instancias gubernamentales y empresariales que los miembros del SNI pueden servir de árbitros para la evalua-ción de propuestas de solución que sean elaboradas para atender la problemática de diversos sectores en el país.

Observatorio Astronómico

Nacional en San Pedro Mártir, Baja

California.

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El inglés, requisito en la escena científica internacional

Intervención del doctor TomásGarcía Salgado, profesor de la UNAM

Yo quisiera mencionar que lo que dijo el doctor Ya-camán es absolutamente cierto. Lo que yo he visto en la escena internacional es una escasez de la fluidez

en el inglés y no solamente para leer y escribir, sino para argumentar y defender los puntos de vista.

En la escena internacional somos más los que nos debemos acostumbrar a tener que escribir el artículo en inglés, revisarlo, y realizar la lectura como si fuera en cual-quier otro idioma. Es necesario participar en alguna activi-dad internacional, prepararnos, tener las habilidades de exponer y dar el paso siguiente. Algunos proyectos ya se han presentado en escenarios difíciles y hay que saberlos defender. De otra manera, no hay una real participación.

Aquí vemos dos aspectos: uno es el paper. Se puede enviar un artículo que puede llegar, y hay la necesidad de crear una defensa personal o convencer, quizás por el buen manejo del tema., porque lleva ilustraciones origi-nales muy bien hechas y trae cosas nuevas, y a los que se impresiona es a un grupo de árbitros, especialistas en un tema, que conocen las referencias que uno pone y a uno mismo, pero no entienden si la cuestión va o no va; no tienen la participación directa en ese tema.

CONGRESO DE ARTE Y MATEMÁTICAS

En otra experiencia, en un congreso sobre el arte y las matemáticas, presenté un trabajo -al menos en mi tema- estudiado por los mejores académicos, adjudicaciones y papers increíblemente numerosos. No quiero entrar en ningún detalle técnico, pero quiero decir que yo pensé que era el espacio ideal para dos cosas: saber que uno puede

renunciar públicamente y haber dado una batalla dignamente y decir bueno, hasta aquí llegué. Y la otra es enfrentar a los mejores investigadores, que yo sabía que iban a estar ahí.

Al término de esto, alguien expuso su comentario, el que coincidía conmigo en parámetros de error, y cuando el público vio que ese alguien era un gran experto, nadie tuvo el ánimo de decir no. Esto es un aspecto que sucede en este tipo de espacio, donde se puede internacionalizar algo que representa la ciencia mexicana.

A mí me da mucho gusto que la labor haya sido convincente, presentar el trabajo en la prueba y en ese momento se abrió el espacio y de alguna u otra manera ya concluyó esto. Yo creo que ése es uno de los ángulos que los inves-tigadores no deberíamos descuidar y por eso coincido con el doctor Yacamán, pues si no dominamos el idioma, no podemos plantearlo en el lugar, no po-demos hacer la presentación, no podemos hacer la defensa, y ésta es la parte realmente especial.

En este tema, he encontrado que en una escena internacional y lo que hace que se abran muchos espacios a partir de investigadores de talla internacional, no es ni el sexo, ni la nacionalidad. Importa que lo que uno vaya a decir lo pueda probar. El asunto es tener, más allá de la guía del tema, un método trabajado, un conocimiento previo.

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s? Del discurso político a la asignación de presupuesto para la ciencia

Intervención del senador Francisco Javier Castellón

Para mí, como legislador, como presidente de la Comisión de Ciencia de la Cámara de Senadores, y como interlocutor de sectores que tienen una opi-nión sobre la ciencia en México, y una opinión sobre lo que se debe hacer,

es muy importante estar esta mañana aquí con miembros del Sistema Nacional de Investigadores.

A lo largo del trabajo legislativo, uno aprende a conllevar la relación con los poderes ejecutivo y judicial, así como también la relación con los sectores invo-lucrados en el desarrollo.

Existen muchas opiniones sobre el trabajo científico, pero particularmente sobre el trabajo de los investigadores en nuestro país. Por cuestiones personales, yo tengo un aprecio muy grande por el trabajo de los investigadores y por el trabajo de los profesores universitarios.

Cada vez que escucho la opinión, en algunos sectores, de que nuestros inves-tigadores se dedican a hacer papers exclusivamente, me pongo alerta, y hablo siempre sobre la necesidad de una planta crítica de científicos que finalmente esté, no solamente creciendo, en términos de conocimiento, sino también en términos del impacto que se produce en el país.

Los papers son importantes, particularmente para personas que no tienen contacto alguno con los científicos o con la estructura del desarrollo de la cien-

cia, y estos documentos resultan un espacio importante para evaluarlos.

FUTURO INCIERTO

Siempre es importante valorar socialmente el trabajo de los investigadores mexicanos, y por eso también es muy importante hacer un análisis general, como el que se rea-liza en este momento, porque es importante saber con qué contamos en México para poder hacer frente a un futuro que no se ve totalmente promisorio para el país.

Cuando unos discuten y condenan el desarrollo de la ciencia en nuestro país, siempre les preguntamos, cuando están dentro de los esquemas de gobierno, si la ciencia es una prioridad para quienes gobiernan el Estado, porque, como discurso político, para la mayor parte de la clase política medianamente informada en este país, el discurso de la ciencia es políticamente correcto.

DEL DICHO AL HECHO…

Eso es algo que viste a los políticos, pero, cuando pasa de ser un discurso político a la asignación de presupuestos, se regatean los recursos para el desarrollo de la ciencia.

Aquí el problema es cómo pasar de ese discurso políti-camente correcto y prácticamente inofensivo, a una prác-tica políticamente válida para considerar el desarrollo de la ciencia y la tecnología en México como un eje central. Porque, cuando se discute el presupuesto en la Cámara de Diputados y en la Cámara de Senadores, uno se da cuenta de que lo que cuenta es todo, menos el desarrollo de la ciencia.

Y quiero decirles que a lo largo de estos años hemos observado que, en realidad, en la discusión de los presu-puestos públicos, en cualquiera de los temas, pero sobre todo en el desarrollo de la ciencia, hay una hipótesis muy clara que tiene que ser comprobada, que es: a la hora de las negociaciones, es finalmente el que está ahí, a la hora de la última decisión, el que llega a tener mayor presu-puesto.

En 2007, durante las discusiones, estuvimos presentes gente de la Academia Mexicana de Ciencias, del Foro Con-sultivo, gente de la UNAM, y estuvimos ahí hasta el último momento, y el presupuesto para la ciencia y la tecnología aumentó como en veintitantos por ciento.

INVESTIGACIÓN EN LOS ESTADOS

Dicho lo anterior, me voy a referir a la descentralización como un conjunto de políticas que tienen acciones que se pueden dar para favorecer el desarrollo de la investigación científica en los estados, en las regiones, y en las cuales evi-dentemente tendríamos que ver las políticas estatales de ciencia, tecnología e innovación.

Hay quienes sostienen que la mejor forma de desarrollar la ciencia en México es apoyar a los más experimentados, y hay otros que sostenemos que no es solamente apoyando a los que ya han dado un paso, sino trabajando con los que están atrás, como vamos a poder ayudar a que la ciencia efectivamente se convierta en una herramienta de desarrollo.

En todo caso, a mí me parece, tendremos que ver necesariamente las políti-cas de ciencia y tecnología desde un nivel.

No basta sólo con tener a los investigadores, a los generadores de cono-cimiento; es evidente que necesitamos, en este sentido de los factores, consid-erar a los que usan el conocimiento; necesitamos considerar a más instituciones; por supuesto, las instituciones de educación superior, por ejemplo, los centros de investigación, los diputados, las organizaciones de la sociedad civil, las em-presas, que son las instancias que tienen funciones y que transmiten el cono-cimiento en los generadores y los usuarios. Y por supuesto están las leyes que crean a la tecnología, las leyes que crean a los consejos, los institutos de ciencia, los marcos generales que los favorecen y que pueden ser aplicados al ámbito federal.

En general, el punto de discusión en este momento está centrado en los esta-dos. Necesitamos tener herramientas de política pública en términos de la plane-ación para poder no solamente decir que la ciencia es importante, sino tener los mecanismos para poder conducir estas políticas con un cierto orden.

Y por supuesto, en lo que todos nos fijamos: se necesita dinero, y ahí habrá, espero yo, el consenso de ustedes, en el sentido de que no podremos desarrollar ni las condiciones actuales, ni un modelo descentralizado, si no tenemos más recursos para la ciencia y la tecnología en el país.

Obviamente algunos de los elementos que se requieren se van a ir generando en algunos lados más rápido que en otros; pero, por supuesto, para que un investigador nacional pueda desarrollar su trabajo en una entidad federativa, necesita tener los equipos, los laboratorios; necesita que haya instituciones, uni-versidades locales o centros de investigación pública o privada; necesita dinero.

Esto se va a generar, pero a mí me parece que para poderlo acercar al tema de la discusión es también importante que los estados desarrollen sistemas y les den reconocimiento a los académicos de la entidad; es decir, que no solamente los investigadores sean parte de este sistema nacional, sino que también sean parte de este sistema local.

PREMIOS ESTATALES A LA INVESTIGACIÓN

En este sentido, se han venido desarrollando distintas expresiones y símbolos de reconocimiento; por ejemplo, los premios estatales a la investigación. Más de la mitad de los estados tienen sus premios de ciencia y tecnología. Pero es claro que cada Estado va desarrollando una expresión específica de cómo estimular el conocimiento en los cuerpos académicos; en algunos estados se aceptan incluso estudiantes de licenciatura; es decir, lo importante son los conocimientos que generan y no el grado académico. En otros casos sí se exigen académicos que tengan maestrías y doctorados.

Hay que reconocer que, en algunos casos, hay investigadores nacionales a los que no se les concede el estímulo económico, y son investigadores estatales a título honorífico.

En el caso de Tabasco, para que puedan tener una idea de lo que puede re-presentar un sistema estatal de ciencia y tecnología, en el año 2000 teníamos tres investigadores en el SNI; llegamos a 320; en 2008; en 2009 bajamos un poquito, y después pasamos a 387. La adscripción por áreas del conocimiento refleja nues-tra realidad y nuestra vocación natural y la historia de las instituciones

Como les decía, en el caso de nosotros, pueden incluso participar estudiantes, y lo que se ha visto a lo largo de los diez años de operación del sistema, es que el doctorado, que estaba en 27 por ciento, ha llegado ya al 44 por ciento. La mayor parte está en las instituciones públicas, en par-ticular en la UAT y en los centros de investigación. El 30 por ciento de los investigadores estatales están en la UAT; luego, en los colegios de posgraduados, El Colegio de la Frontera Sur y otras instituciones.

Ya para terminar, se requiere un articulación efectiva entre los tres órganos de gobierno, por lo menos entre los órdenes estatal y federal, para que realmente podamos ser eficaces en una política pública; se requiere buscar dinero en otros lados, y creo que la descentralización, la fede-ralización y la estructura presupuestable del estado mexi-cano ofrece una oportunidad para crecer en recursos para ciencia y tecnología, llevándolo a los estados.

En el presupuesto federal hay recursos para la agricul-tura, para la salud, para la educación, que van directamente a los estados, además de sus participaciones normales, pero en ciencia y tecnología no lo vemos. Es importante, entonces, la federalización y el efecto, porque se tiene que dar una mezcla entre los de carácter federal y entre los de carácter estatal.

A manera de conclusión:

Primero: hay que reafirmar el tema de este cambio irre-versible de modelo del país, y me parece que, en lugar de resistirlo, debemos ayudar a que se dé. No es asunto de un favor, sino de aceptar una realidad histórica y un proceso que va en un sentido y que ganaríamos todos, sí lo apoya-mos entre todos.

Segundo: me parece que deben estimularse estos mecanismos de apoyo a la comunidad académica de los estados, que complementan los mecanismos o los instru-mentos como el Sistema Nacional de Investigadores. Por supuesto, los sistemas estatales no son la segunda división del SNI, no están hechos para eso. Son sistemas distintos y deben verse como complementarios. Por supuesto, el SNI se tiene que reforzar; tiene que crecer, pero me parece que un investigador que está fuera de la zona metropolitana de la Ciudad de México debe encontrar no solamente un escritorio para sentarse; tiene que tener todo un sistema que le permita trabajar. Llega un momento en que debe tener un reconocimiento de la sociedad.

Tercero: me parece que en ese tema entre federación, nación y estados, lo fundamental es construir círculos de confianza. Me parece fundamental que entendamos que somos parte de un país y que solamente en esa circulación podremos no solamente lograr el desarrollo científico, sino también el desarrollo del país.

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Sin embargo, algo pasó luego, de modo que en 2010 hubo menos presupuesto que en el año 2009. Eso, lo único que demuestra es que no hay una política que finalmente haga del desarrollo de la ciencia una prioridad.

CRECIMIENTO DE LA MASA CRÍTICA CIENTÍFICA

Hay una idea que termina este comentario: el momento de desarrollo de la ciencia en México ha propiciado el des-arrollo de las últimas tecnologías. Todo eso hace que la masa crítica científica en México crezca de manera radical e inevitable. Si el modelo de rendimiento en México hubie-ra tenido como base de sustentación la relación con el aparato científico, y desarrollar la interacción e interpre-tación del conocimiento, creo que en ese momento la masa crítica o la participación de los investigadores en proyec-tos sería mucho mejor que la que tenemos hoy.

Sin embargo no se hizo así; se prefirió el crecimiento hacia fuera, tomando como base tecnología ya creada. Ese es otro de los problemas fundamentales: cómo principal-mente plantear un modo de desarrollo que privilegie tam-bién el conocimiento y el desarrollo científico en nuestro país, y yo creo que esto es parte de lo mismo.

Ahora, en ese contexto de promover el desarrollo que no toma la ciencia y la tecnología como ayuda al desarrollo del país, también una de las cosas que me he encontrado en el trabajo de legislador es que el trabajo de investiga-dor no solamente te da cierto estatus social, sino tu tra-bajo es único.

Yo creo que ésa es la pregunta que hay que hacernos, porque a veces también dependemos de temas coyun-turales para que se aprecie el trabajo de los científicos, y, muchas veces también, estos temas tienen problemas de orden público o social.

LA AGENCIA ESPACIAL

MEXICANA

Uno de los ejemplos que siempre pongo es el de la Agencia Espacial Mexicana. Cuando el tema empezó a presentarse en el Congreso, cuando se presentó la inicia-tiva en la Cámara de Diputa-dos, hicimos una encuesta sobre si la gente en México tenía una idea de lo que re-presenta una agencia espa-cial mexicana.

De inmediato obtuvimos un rechazo total. La gente no creía posible que estuviéra-mos pensando en hacer una agencia espacial mexicana, con la situación en la que se encontraba el país, y decía que estábamos pensando en hacer una agencia espa-cial mexicana porque siem-pre estábamos en la luna y

no atendíamos los problemas que tenia nuestro país. Fue algo así como una tarea de evangelización lograr, primero, que los medios que tienen la opinión pública en general, consideraran que una agencia espacial en México no sería una NASA, y, segundo, que una agencia espacial en México tendría como uno de sus principales objetivos el que la comunidad científica mexicana participara en los proyectos espaciales internacionales y en el desarrollo de una tecnología en diferentes campos de la ciencia,

Fue toda una labor de evangelización y de convencimiento, sobre todo de los líderes de opinión, para que finalmente se diera una vuelta a la opinión pública, y para que les gustara, en términos de aceptación social, el desarrollo de la agen-cia espacial mexicana.

EL TRABAJO CIENTÍFICO

Pero ésa es una muestra de lo frágil que es el reconocimiento del trabajo cientí-fico en nuestro país; por eso, el objetivo de mi comentario era remarcar que es importante mantener un trabajo conjunto en ese sentido.

Por último, yo creo que es importante plantear que existen mecanismos; sin embargo, los mecanismos legislativos pueden ser solamente una parte, porque los mecanismos reales de la interacción entre la ciencia, la industria, la edu-cación, se construyen a partir de la política pública.

Los cambios en la Ley de Ciencia y Tecnología plantean que en los progra-mas de innovación tengan una mayor participación las instituciones públicas de investigación, y también los investigadores que trabajan en estas instituciones, tengan la misma base legal, una base legislativa.

Lo que requerimos es una base de políticas públicas que influya en la rela-ción de los investigadores con el sector productivo. La idea es muy clara: tene-mos que llevar adelante toda la cadena del desarrollo científico.

Otro planteamiento que se ha hecho, y que se deja ahí, por ser un principio de política pública, es la incorporación de nuevos elementos al Sistema Nacional de Investigadores, que ha aumentado considerablemente.

Sin embargo, a pesar de que es un ritmo rápido, todavía nos falta mucho para levantar el nivel científico de este país. Creo que es importante una política pública agresiva de incorporación de nuevos talentos o de talentos que están en las universidades, que todos conocemos, y que es posible plantear una in-corporación rápida al sistema de investigadores, obviamente para ser investiga-dores, pero que finalmente, mientras vayan desarrollándose, vayan entrando al sistema.

Yo, por supuesto, soy partidario de esta nueva ley científica, de la incorpo-ración de mayor presupuesto publico, y de verdad es importante que los investi-gadores en México se incorporen a esta tarea evangelizadora.

Quizá algunas veces las universidades y los centros públicos, se han con-vertido en monasterios. No necesitan evangelizar a nadie; pero, cuando salen de ahí, se dan cuenta de que tienen que evangelizar a prácticamente todos.

VOZ DE LOS INVESTIGADORES

La voz de los investigadores es cada vez más discutida -no sé si más apreciada-, por los servidores públicos. Hay temas que de repente se convierten en impor-tantes, como el de la piedra filosofal o el sexo de los ángeles; por ejemplo, el tema del uso de maíz transgénico, o el oscurantismo de la Edad Media.

Todo se hace en la mayor discrecionalidad del mundo, como si se estuviera haciendo algo malo o algo que no se debería hacer. Es importante que trascienda los cubículos, que trascienda los ámbitos legislativos y se convierta en un tema nacional.

Y el tema de los matrimonios del mismo sexo también es una idea de cómo los hombres del poder público prefieren que la opinión sea dada por los aca-démicos y no por los servidores públicos.

Es importante ver cómo hay esa preferencia al trabajo académico, y yo creo que debe ser cada vez más, lógicamente; pero para ello requerimos evangeliza-dores.

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Más recursos para ciencia y tecnología incidirán en el desarrollo del paísIntervención del doctor Miguel Odilón Chávez, director del Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología de Tabasco

Yo sé que para muchos es evidente, pero no quisiera correr el riesgo de que estemos hablando de cosas que cada quien entiende de una forma distinta. Creo que

hay que establecer una diferenciación entre desconcentrar y descentralizar. En muchos casos, poner un científico fue-ra de la zona metropolitana se toma como descentra-lización, y yo creo que hay sobrados ejemplos de inves-tigadores que están un año en Tabasco y se regresan o se cambian, porque no es nada más cuestión de ubicación geográfica o física fuera del centro para que por ese solo hecho pueda desarrollarse.

La descentralización no consiste solamente en que alguien se mueva física y geográficamente del centro ha-cia otras áreas, sino además darle las capacidades y las responsabilidades para que esto funcione. Entonces, me parece que si hablamos de descentralización de la ciencia o del SNI en el contexto de la ciencia mexicana, tendríamos que tener eso, y no basta. No es lo mismo hablar de la descentralización de la ciencia que de la descentralización del fomento en la actividad científica y tecnológica, y creo

que esto cae por su propio peso. Me parece que el conocimiento nos sirve en el sentido de la centralidad y de la descentralidad, excepto aquel conocimiento que está orientado a resolver un problema de desarrollo, y ahí sí me parece que, en este sentido, la ciencia que se produce con el objetivo de resolver un problema concreto es por naturaleza descentralizada, porque se basa en un problema local por definición y así podríamos hablar de la descentralización de la ciencia.

POLÍTICAS DE FOMENTO

Por el contrario, me parece que es importante hablar de la descentralización de las políticas de fomento, porque es efectivamente una de las posibilidades del estado mexicano, en su conjunto. El SNI está llamado a jugar un papel funda-mental en su desarrollo, y en este sentido es evidente que, cuando hablamos de descentralizar, tenemos que aceptar que vivimos en un país extremadamente diverso, en donde no solamente la geografía y la naturaleza, sino también la his-toria, la cultura y los niveles de desarrollo son distintos, no sólo en el ámbito de la entidad federativa, sino dentro de las entidades federativas mismas.

Y esto podría ser aplicable también al Distrito Federal: no es lo mismo Cua-jimalpa o Milpa Alta, que la Delegación Benito Juárez o la Delegación Coyoacán, y los problemas concretos de quienes viven ahí, las condiciones de vida de cada uno de ellos son diferentes. Pero además tenemos que aceptar que, como país, estamos viviendo una transición que para muchos puede ser totalmente inaca-bable y podrían no estar de acuerdo en hablar de la descentralización del Sistema Federalista, que formalmente nos detiene en el sentido político, en el sentido constitucional.

Sin embargo, a mí me parece claro que tenemos que aceptar que en la toma de decisiones en muchos elementos de la política pública, ahora los villanos favoritos ya no son los secretarios del gabinete federal, sino los gobernadores. Pero me parece claro que corresponde a un proceso que no tiene vuelta atrás. Yo les diría que imaginaran que volvemos a un presidencialismo absoluto, y supongo que muchos de ustedes estarán de acuerdo en que eso seguramente no va a suceder.

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CONOCIMIENTOSISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES64 SISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORESCONOCIMIENTO 33

El mundo en el que vivimos es interdependiente y peculiar, y genera una verdad: y es que nosotros podemos decidir nuestro destino, pero tenemos

que pagar el precio correspondiente.Probablemente la decisión de trabajar para el SNI

fue la más correcta; pero, en un mundo tan interde-pendiente y tan avanzado, que no sólo gira, sino que además se está acelerando más y más cada día, las consecuencias de las decisiones que tomamos van influyendo en nuestra vida. Por ejemplo, si nosotros trabajamos para el SNI, y nos dedicamos a la investi-gación, vamos a tener que pagar el precio en muy poco tiempo. Recuerden ustedes que allá por mediados de los ochenta, México tenía una posición similar a la que tenía Brasil. En esos años se hablaba de la Agencia Espacial Mexicana. Por entonces se creó la llamada Comisión Nacional del Espa-cio Exterior, que provocó la misma reacción que la Agencia Espacial Mexicana. Se trataba de conjuntar ese efecto, para provocar el desarrollo de la ciencia y la tecnología; la idea no era colocar a un mexicano en la luna, sino desarrollar una tecnología un progreso científico.

EL CASO DE OAXACA

También, en el caso de Oaxaca, se tomó una decisión conjunta, y creo que fue para bien. Nuestra universidad es una universidad que tiene una gran acep-tación en todas partes, y tiene uno de los mejores centros para el estudio de las matemáticas y aquí podemos recordar entonces la necesidad de desarrollar las

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Intervención del doctor Modesto Seara Vázquez, rector del Sistema de Universidades Estatales de Oaxaca

ciencias básicas. Sin las ciencias básicas no hay desarrollo tecnológico, no hay innovación y no hay nada,

Eso es muy importante, pero hay una cosa que ver: el Sistema Nacional de Investigadores en ese medio ha creado una seguridad y ha creado un incentivo para los mexicanos que estamos involucrados en las actividades académicas, y eso nos ayuda mucho e incentiva el desa-rrollo.

LOS PROMEDIOS, INDICADOR FALSO

Hay algunas cosas que mencionar, no sólo en la cuestión del Sistema Nacional de Investigadores propiamente, sino también cómo se conceden, por ejemplo, las becas del CONACYT. A mí se me hace un error gravísimo que las becas se concedan en función de los promedios. Los pro-medios son un indicador falso. Las becas van a las univer-sidades a conseguir promedios, a hacer una comparación de los conocimientos y darles a los mejores alumnos estas becas. Las becas no deben ser demasiado grandes, pero sí deben ser suficientes para cubrir las necesidades básicas y que los becarios se puedan dedicar a estudiar.

Nos ha pasado que a los sistemas universitarios se nos juzga con otros criterios que no son los nuestros. Para los que no saben, en Oaxaca hemos creado, en veinte años, un sistema de ocho universidades en las que están trabajando

Desarrollar ciencia y tecnología, una prioridad nacional

FIN DE UN CICLO

¿Tenemos unas administraciones, en las burocracias, que ayudan a la investigación? Pues claro que no. Entonces, no podemos seguir en un ciclo en que la responsabilidad del cambio no está compartida con otros sectores impor-tantes. En las universidades, el SNI está llegando, creo, al fin de un ciclo. Eso no quiere decir que no sea importante; esto quiere decir que no se basta a sí mismo para garan-tizarnos que sucedan los cambios que necesitamos.

Si uno piensa en las políticas de internacionalización, tiene también que pensar cuáles son las otras políticas que se articulan. Les decía yo que el número de becas al extran-jero que otorgaban para posgrados el SNI o el CONACYT ha disminuido considerablemente. Efectivamente, existen cada vez más opciones de formación en el extranjero, y el SNI sigue valorando para la elección de sus candidatos tener una formación en el extranjero. De aquí se desprende algo muy interesante: el 60 por ciento de los becarios que fueron al extranjero y que hicieron su doctorado fuera, ingresaron a su regreso al SNI; en cambio, solamente el 43 por ciento de los que obtuvieron su grado aquí han sido integrados al sistema.

Entonces, tenemos políticas que, en lugar de estar articuladas, son políticas que se manejan exteriormente pero sin buscar un objetivo común. Hay evidentemente iniciativas interesantes que sería justo mencionar, como decía el doctor Yacamán. Es el primer esfuerzo por inter-nacionalizar el SNI; por, tener un cuerpo de investigadores mexicanos que trabajan en instituciones en el extranjero y que pueden ser los nodos centrales para un política desde afuera que tenga una actitud más positiva que la que la actual.

Tenemos, es cierto, políticas que han cambiado, pero falta articularlas. En ese sentido creo que estamos en un momento en que el proceso de internacionalización histórico de la ciencia mexicana está cambiando constante-mente. Lo que hay que hacer ahora es tratar de que sirva realmente (y esto creo que es un problema) para formar mejor a nuestros jóvenes investigadores. Queremos tener excelentes posgraduados.

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CONOCIMIENTOSISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES34 SISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORESCONOCIMIENTO 63

800 profesores e investigadores de tiempo completo; de ellos, 223 tienen dos horarios, y 89 de ellos son miembros del Sistema Nacional de Investigadores.

INSTITUTOS DE INVESTIGACIÓN

Tenemos 24 institutos de investigación, la mayor parte en-focados a la ciencia y la tecnología; un Instituto de Gené-tica en Puerto Escondido; un Instituto de Ecología Marina en Puerto Ángel; un Instituto de Energía en Tehuantepec, especializado en energía eólica; otro de biotecnología en Tuxtepec, otro de farmacobiología en Teotitlán.

Así, estamos abarcando lo que tiene que ver con el de-sarrollo de ciencia y la tecnología de una manera muy eficiente; todos nuestros profesores tienen que ser pro-fesores e investigadores, tienen que brindar enseñanza y educación al mismo tiempo.

Esto es algo que quería comentar en base a lo que se decía aquí ayer sobre la necesidad de crear intercomuni-cación entre los investigadores de distintos campos. To-dos nuestros profesores tienen que presentar los avances de su propia investigación, ante el cuerpo académico en general, y estamos obteniendo excelentes resultados en cuanto al desarrollo de la investigación.

Hay otras cosas que son importantes, como las medi-das de calidad, cómo se mide la calidad de las universi-dades. Eso es algo muy importante, y crea muchas preocu-paciones, porque las universidades que publicitariamente

son las mejores, las que salen en los primeros lugares, aparecen en el diario Reforma, o en el diario El Universal o en periódicos del extranjero.

Sin embargo, falta ver quién va a calificar a los cali-ficadores, pues hay universidades que cuentan con una política concreta, y hay otras que dicen que tienen mu-chos premios Nobel, pero eso no implica la calidad de la institución. Otra forma errónea de calificar es aquélla que depende de los puestos que desempeñen los egresados de esa universidad.

UNIVERSIDAD Y SECTOR PRODUCTIVO

Yo creo que el problema principal que tenemos radica no sólo en mejorar las instituciones, sino también la in-teracción con el sector que llamamos productivo; que las empresas empiecen a tomar la innovación tecnología que producimos y a aplicarla, pero muchas veces no quieren hacerlo.

Afortunadamente, estamos teniendo enlaces con la empresa Pemex y también con empresas de energía eólica y con algunas otras.

Se requiere buscar un poco la descentralización del sistema Se han intentado algunos nexos, no exactamente del SNI, sino del CONACYT, a través de los consejos re-gionales; pero estamos de acuerdo en que hace falta crear una política que convierta al desarrollo de la ciencia y la tecnología en un objetivo nacional prioritario.

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Sobrevalora el SNI formación en el extranjero

Intervención de la doctora Sylvie Andree Didou de Ramírez

Me parece que, además de lo que dijo el doctor Ya-camán sobre el SNI y la internacionalización, es per-tinente hacernos varias preguntas:

• Tenemos 25 años con el SNI y una ciencia de la cual se dice que es cada vez más internacional. ¿En qué medida el SNI ha sido el instrumento adecuado para internaciona-lizar la ciencia en México?

• ¿Si uno ve las políticas del CONACyT se da cuenta de que están orientadas a reforzar las capacidades de inves-tigación y de formación de los recursos humanos, a partir de la inspección en el número de becas nacionales e inter-nacionales que se dieron hace ya tiempo, en el año 2002?

• ¿En qué medida este proceso histórico de internacio-nalización ha permitido reforzar las capacidades endóge-nas de formación?

• ¿En qué medida tenemos hoy día la política de inter-nacionalización adecuada?

Creo que la ciencia mexicana ha sido objeto de un pro-ceso de estandarización parcial ¿Qué quiere decir estan-darización parcial? El SNI ha tenido indicadores que son ampliamente reconocidos por la comunidad científica en los países desarrollados. Ejemplo: La gente del SNI, que son pocos pero los hay, de más de 90 años, obtuvieron su doctorado a los 57 años en promedio; la gente que está en el SNI de menos de cuarenta años, en promedio obtuvo su doctorado a los 31.

En este sentido, el SNI ha cambiado la metodología de la comunidad de investigadores en el país, pero yo diría parcialmente, porque todavía hay problemas a los que poner atención. Todavía ayer en la mañana se hablaba de un 34 por ciento de mujeres en el SNI. El problemas es que llegan en promedio seis años más tarde que los hombres, y yo creo que si el SNI llega a una especie de regulación, me gustaría que en 10 años no sigamos siendo tan pocas mujeres.

OTROS PROBLEMAS

Ahora bien, yo creo que el SNI plantea otros problemas. El SNI sobrevalora la formación en el extranjero. Si ustedes ven cuántos investigadores mexicanos han sido formados en el extranjero, van a encontrar que son el 36 por ciento, y el problema es que México no atrae estudiantes extranjeros, pero sí manda muchos estudiantes al extranjero.

El SNI necesita una política transversal que articule otras políticas. Si uno ve detenidamente lo que ha pasado, es muy cierto que algunas de las disciplinas en México están construidas con base en la movilidad de investigadores, en la for-mación en el extranjero de los jóvenes; es decir, la gente que salió al extranjero y regresó. Eso es un punto muy importante, porque vemos que, por área, sólo el 19 por ciento de la gente de las ciencias de la salud se fueron a formar afuera, pero el 45 por ciento de la de humanidades se formo afuera. Entonces, tenemos actualmente disciplinas que se han consolidado, y que tienen la capacidad de formar sus propios egresados. De ahí viene, creo yo, la decisión del CONACyT de bajar el número de becas para el extranjero.

Esto supondría instituciones más flexibles, porque hay otro problema que creo es necesario mencionar: que todo aspecto de cambio ha sido adjudicado a los propios investigadores. Los investigadores y los académicos tienen que formarse, tienen que producir, tienen que formar gente.

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s? El SNI,Exposición del doctor Arturo Menchaca, del Instituto de Física de la UNAM

Mi presentación se cetra en responder a si el sistema ha respondido a las necesidades del país. En la mesa estamos dos físicos, y los dos tuvimos el mismo acu-

erdo sobre la pregunta. En la primera parte voy a ver si el SNI ha apoyado, al

evaluar; voy a ver si se ha evaluado la eficiencia en tiempo, así como la calidad, y si ha habido un impacto del SNI en la sociedad.

Primero que nada vamos a ver la manera de evaluar. Se evalúa el número de publicaciones que se realizan, el número de publicaciones, el número de investigadores, el nivel de la producción mundial mexicana.

SÍ Y NO

Volvemos a la pregunta: ¿ha respondido el SNI a las necesi-dades del país? Sí y no. Sí, porque es un referente nacional en cuestión de evaluación; porque estimula el crecimiento de la comunidad científica y porque pasamos (los investi-gadores) de vochos a hondas (estimula económicamente el desempeños científico de los investigadores)

No, porque promueve la puntología, (la evaluación se basa en conteo de puntos o publicaciones, ya que es muy difícil evaluar tantas solicitudes de una manera más profunda en tan poco tiempo; porque inhibe proyectos de riesgo y de largo plazo.

La evaluación individual inhibe el trabajo de grupo. No ayuda a la tecnología; no apoya la interdisciplina, ya que es difícil evaluar proyectos de varias disciplinas conjuntas.

Una de las causas por las que el SNI no ha respondido a las necesidades del país es porque, al realizar tecnología, no puede medirse de la misma forma que la investigación.

No se mide con publicaciones, sino con patentes. Es difícil hacer tecnología, porque hay que trabajar en un mundo más difícil y competitivo. Por otra parte, nos pueden pub-licar y celebrar, tener una idea científica brillante, porque contribuimos al conocimiento universal; pero hay sec-tores que no aceptan que tengamos un éxito tecnológico, porque esto puede afectar los intereses comerciales de otros, aunque el hecho no es la imposibilidad de hacer tecnología o contribuir a su creación, sino incorporarla al sistema de evaluación y promoverlo.

INVERSIÓN EN TECNOLOGÍA Y EN CIENCIA

México llegó a invertir siete veces más en tecnología que en ciencia básica: el Conacyt, de 2001 a 2007, gastó 14 mil millones de pesos y fueron aumentando los recursos. En tanto, las patentes, la forma en la que se mide, no se incrementaron sensiblemente.

En un estudio de los últimos años de CONACYT el número de tecnólogos aumentó, mas no así, de manera sensible, la solicitud de patentes, y se mantuvieron en los últimos 10 años en alrededor de 500. Esto significa que en este rubro somos menos eficientes. Si se revisa la balanza tecnológica de pagos del país, que oscila alrededor del cuatro por ciento, podría no tener significado seguirlo ha-ciendo, pero el hecho es realizarla bien y eficientarla, para lo cual el SNI puede contribuir de manera importante.

Antes de la creación del sistema no existía otra forma de comparar el trabajo de los científicos, que es la misma que utilizan otras instituciones de investigación y edu-cación superior del país para evaluar a los académicos, lo que significa un “sí” a la pregunta que planteó la mesa.

referente nacional en materia de evaluación

Esta tarde quiero compartir con ustedes esta mesa ple-naria que lleva por nombre “Descentralización e Inter-nacionalización de la Ciencia Mexicana”.. Quisiera em-

pezar con una breve introducción sobre el tema y después les daré la palabra a mis compañeros.

Primero, quisiera decir que, en cuestión de descen-

tralización, el SNI ha jugado un papel muy importante

desde el principio del sistema, cuando se ofrecía un es-

tímulo mayor a los investigadores que estaban fuera del

Distrito Federal. Desde luego, no ha sido el único factor,

Descentralización e internacionalización de la ciencia mexicana

Intervención del doctor Miguel José Yacamán, presidente

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pero sin duda la ciencia mexicana es ahora una ciencia mucho mejor distribuida territorialmente.

. ESCASA PRESENCIA INTERNACIONAL

Donde creo que hay que hacer un esfuerzo muy grande es en el aspecto de la internacionalización de la ciencia mexicana. En primer lugar, quisiera plantear una premisa, y es que la ciencia mexicana, al menos en las áreas en las que yo me muevo: física, matemáticas, química, nano-tecnología, energía, etcétera, es una ciencia fuerte, pero su presencia internacional es todavía muy baja relativa-mente. No es una ciencia que pese cuando se ve desde afuera, aunque hay que reconocer que el aparato cientí-fico cada vez está creciendo más. Quiero mencionar que el CONACyT y la Universidad de Texas fundaron un Instituto que se llama “International Center for Nanotechnology & Advanced Materials”, el cual tiene por objeto que los muchachos egresados de posgrados mexicanos puedan ir ahí a hacer su internacionalización.

Otro punto que quiero tocar es el siguiente: si nosotros aceptamos que la ciencia tiene una lengua franca, hay que reconocer que es el inglés, y me preocupa profundamente

el hecho de que la mayoría de los egresados de los pos-

grados de centros afiliados al CONACyT no hablan in-

glés. Existe, asimismo, una actitud preocupante: en el caso de los posgrados mexicanos: rarísima vez, o yo digo que nunca, el profesor escribe papers o publicaciones para los alumnos: La mayoría de los muchachos que yo he podido ver, no saben escribir artículos científicos; están acostum-brados a dar los datos y que el profesor sea el que los escriba.

Éstos son algunos de los más grandes problemas que tenemos en nuestros posgrados, donde no estamos pro-duciendo muchachos que tengan la capacidad, de destacar en el medio internacional.

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800 profesores e investigadores de tiempo completo; de ellos, 223 tienen dos horarios, y 89 de ellos son miembros del Sistema Nacional de Investigadores.

INSTITUTOS DE INVESTIGACIÓN

Tenemos 24 institutos de investigación, la mayor parte en-focados a la ciencia y la tecnología; un Instituto de Gené-tica en Puerto Escondido; un Instituto de Ecología Marina en Puerto Ángel; un Instituto de Energía en Tehuantepec, especializado en energía eólica; otro de biotecnología en Tuxtepec, otro de farmacobiología en Teotitlán.

Así, estamos abarcando lo que tiene que ver con el de-sarrollo de ciencia y la tecnología de una manera muy eficiente; todos nuestros profesores tienen que ser pro-fesores e investigadores, tienen que brindar enseñanza y educación al mismo tiempo.

Esto es algo que quería comentar en base a lo que se decía aquí ayer sobre la necesidad de crear intercomuni-cación entre los investigadores de distintos campos. To-dos nuestros profesores tienen que presentar los avances de su propia investigación, ante el cuerpo académico en general, y estamos obteniendo excelentes resultados en cuanto al desarrollo de la investigación.

Hay otras cosas que son importantes, como las medi-das de calidad, cómo se mide la calidad de las universi-dades. Eso es algo muy importante, y crea muchas preocu-paciones, porque las universidades que publicitariamente

son las mejores, las que salen en los primeros lugares, aparecen en el diario Reforma, o en el diario El Universal o en periódicos del extranjero.

Sin embargo, falta ver quién va a calificar a los cali-ficadores, pues hay universidades que cuentan con una política concreta, y hay otras que dicen que tienen mu-chos premios Nobel, pero eso no implica la calidad de la institución. Otra forma errónea de calificar es aquélla que depende de los puestos que desempeñen los egresados de esa universidad.

UNIVERSIDAD Y SECTOR PRODUCTIVO

Yo creo que el problema principal que tenemos radica no sólo en mejorar las instituciones, sino también la in-teracción con el sector que llamamos productivo; que las empresas empiecen a tomar la innovación tecnología que producimos y a aplicarla, pero muchas veces no quieren hacerlo.

Afortunadamente, estamos teniendo enlaces con la empresa Pemex y también con empresas de energía eólica y con algunas otras.

Se requiere buscar un poco la descentralización del sistema Se han intentado algunos nexos, no exactamente del SNI, sino del CONACYT, a través de los consejos re-gionales; pero estamos de acuerdo en que hace falta crear una política que convierta al desarrollo de la ciencia y la tecnología en un objetivo nacional prioritario.

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Sobrevalora el SNI formación en el extranjero

Intervención de la doctora Sylvie Andree Didou de Ramírez

Me parece que, además de lo que dijo el doctor Ya-camán sobre el SNI y la internacionalización, es per-tinente hacernos varias preguntas:

• Tenemos 25 años con el SNI y una ciencia de la cual se dice que es cada vez más internacional. ¿En qué medida el SNI ha sido el instrumento adecuado para internaciona-lizar la ciencia en México?

• ¿Si uno ve las políticas del CONACyT se da cuenta de que están orientadas a reforzar las capacidades de inves-tigación y de formación de los recursos humanos, a partir de la inspección en el número de becas nacionales e inter-nacionales que se dieron hace ya tiempo, en el año 2002?

• ¿En qué medida este proceso histórico de internacio-nalización ha permitido reforzar las capacidades endóge-nas de formación?

• ¿En qué medida tenemos hoy día la política de inter-nacionalización adecuada?

Creo que la ciencia mexicana ha sido objeto de un pro-ceso de estandarización parcial ¿Qué quiere decir estan-darización parcial? El SNI ha tenido indicadores que son ampliamente reconocidos por la comunidad científica en los países desarrollados. Ejemplo: La gente del SNI, que son pocos pero los hay, de más de 90 años, obtuvieron su doctorado a los 57 años en promedio; la gente que está en el SNI de menos de cuarenta años, en promedio obtuvo su doctorado a los 31.

En este sentido, el SNI ha cambiado la metodología de la comunidad de investigadores en el país, pero yo diría parcialmente, porque todavía hay problemas a los que poner atención. Todavía ayer en la mañana se hablaba de un 34 por ciento de mujeres en el SNI. El problemas es que llegan en promedio seis años más tarde que los hombres, y yo creo que si el SNI llega a una especie de regulación, me gustaría que en 10 años no sigamos siendo tan pocas mujeres.

OTROS PROBLEMAS

Ahora bien, yo creo que el SNI plantea otros problemas. El SNI sobrevalora la formación en el extranjero. Si ustedes ven cuántos investigadores mexicanos han sido formados en el extranjero, van a encontrar que son el 36 por ciento, y el problema es que México no atrae estudiantes extranjeros, pero sí manda muchos estudiantes al extranjero.

El SNI necesita una política transversal que articule otras políticas. Si uno ve detenidamente lo que ha pasado, es muy cierto que algunas de las disciplinas en México están construidas con base en la movilidad de investigadores, en la for-mación en el extranjero de los jóvenes; es decir, la gente que salió al extranjero y regresó. Eso es un punto muy importante, porque vemos que, por área, sólo el 19 por ciento de la gente de las ciencias de la salud se fueron a formar afuera, pero el 45 por ciento de la de humanidades se formo afuera. Entonces, tenemos actualmente disciplinas que se han consolidado, y que tienen la capacidad de formar sus propios egresados. De ahí viene, creo yo, la decisión del CONACyT de bajar el número de becas para el extranjero.

Esto supondría instituciones más flexibles, porque hay otro problema que creo es necesario mencionar: que todo aspecto de cambio ha sido adjudicado a los propios investigadores. Los investigadores y los académicos tienen que formarse, tienen que producir, tienen que formar gente.

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s? El SNI,Exposición del doctor Arturo Menchaca, del Instituto de Física de la UNAM

Mi presentación se cetra en responder a si el sistema ha respondido a las necesidades del país. En la mesa estamos dos físicos, y los dos tuvimos el mismo acu-

erdo sobre la pregunta. En la primera parte voy a ver si el SNI ha apoyado, al

evaluar; voy a ver si se ha evaluado la eficiencia en tiempo, así como la calidad, y si ha habido un impacto del SNI en la sociedad.

Primero que nada vamos a ver la manera de evaluar. Se evalúa el número de publicaciones que se realizan, el número de publicaciones, el número de investigadores, el nivel de la producción mundial mexicana.

SÍ Y NO

Volvemos a la pregunta: ¿ha respondido el SNI a las necesi-dades del país? Sí y no. Sí, porque es un referente nacional en cuestión de evaluación; porque estimula el crecimiento de la comunidad científica y porque pasamos (los investi-gadores) de vochos a hondas (estimula económicamente el desempeños científico de los investigadores)

No, porque promueve la puntología, (la evaluación se basa en conteo de puntos o publicaciones, ya que es muy difícil evaluar tantas solicitudes de una manera más profunda en tan poco tiempo; porque inhibe proyectos de riesgo y de largo plazo.

La evaluación individual inhibe el trabajo de grupo. No ayuda a la tecnología; no apoya la interdisciplina, ya que es difícil evaluar proyectos de varias disciplinas conjuntas.

Una de las causas por las que el SNI no ha respondido a las necesidades del país es porque, al realizar tecnología, no puede medirse de la misma forma que la investigación.

No se mide con publicaciones, sino con patentes. Es difícil hacer tecnología, porque hay que trabajar en un mundo más difícil y competitivo. Por otra parte, nos pueden pub-licar y celebrar, tener una idea científica brillante, porque contribuimos al conocimiento universal; pero hay sec-tores que no aceptan que tengamos un éxito tecnológico, porque esto puede afectar los intereses comerciales de otros, aunque el hecho no es la imposibilidad de hacer tecnología o contribuir a su creación, sino incorporarla al sistema de evaluación y promoverlo.

INVERSIÓN EN TECNOLOGÍA Y EN CIENCIA

México llegó a invertir siete veces más en tecnología que en ciencia básica: el Conacyt, de 2001 a 2007, gastó 14 mil millones de pesos y fueron aumentando los recursos. En tanto, las patentes, la forma en la que se mide, no se incrementaron sensiblemente.

En un estudio de los últimos años de CONACYT el número de tecnólogos aumentó, mas no así, de manera sensible, la solicitud de patentes, y se mantuvieron en los últimos 10 años en alrededor de 500. Esto significa que en este rubro somos menos eficientes. Si se revisa la balanza tecnológica de pagos del país, que oscila alrededor del cuatro por ciento, podría no tener significado seguirlo ha-ciendo, pero el hecho es realizarla bien y eficientarla, para lo cual el SNI puede contribuir de manera importante.

Antes de la creación del sistema no existía otra forma de comparar el trabajo de los científicos, que es la misma que utilizan otras instituciones de investigación y edu-cación superior del país para evaluar a los académicos, lo que significa un “sí” a la pregunta que planteó la mesa.

referente nacional en materia de evaluación

Esta tarde quiero compartir con ustedes esta mesa ple-naria que lleva por nombre “Descentralización e Inter-nacionalización de la Ciencia Mexicana”.. Quisiera em-

pezar con una breve introducción sobre el tema y después les daré la palabra a mis compañeros.

Primero, quisiera decir que, en cuestión de descen-

tralización, el SNI ha jugado un papel muy importante

desde el principio del sistema, cuando se ofrecía un es-

tímulo mayor a los investigadores que estaban fuera del

Distrito Federal. Desde luego, no ha sido el único factor,

Descentralización e internacionalización de la ciencia mexicana

Intervención del doctor Miguel José Yacamán, presidente

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pero sin duda la ciencia mexicana es ahora una ciencia mucho mejor distribuida territorialmente.

. ESCASA PRESENCIA INTERNACIONAL

Donde creo que hay que hacer un esfuerzo muy grande es en el aspecto de la internacionalización de la ciencia mexicana. En primer lugar, quisiera plantear una premisa, y es que la ciencia mexicana, al menos en las áreas en las que yo me muevo: física, matemáticas, química, nano-tecnología, energía, etcétera, es una ciencia fuerte, pero su presencia internacional es todavía muy baja relativa-mente. No es una ciencia que pese cuando se ve desde afuera, aunque hay que reconocer que el aparato cientí-fico cada vez está creciendo más. Quiero mencionar que el CONACyT y la Universidad de Texas fundaron un Instituto que se llama “International Center for Nanotechnology & Advanced Materials”, el cual tiene por objeto que los muchachos egresados de posgrados mexicanos puedan ir ahí a hacer su internacionalización.

Otro punto que quiero tocar es el siguiente: si nosotros aceptamos que la ciencia tiene una lengua franca, hay que reconocer que es el inglés, y me preocupa profundamente

el hecho de que la mayoría de los egresados de los pos-

grados de centros afiliados al CONACyT no hablan in-

glés. Existe, asimismo, una actitud preocupante: en el caso de los posgrados mexicanos: rarísima vez, o yo digo que nunca, el profesor escribe papers o publicaciones para los alumnos: La mayoría de los muchachos que yo he podido ver, no saben escribir artículos científicos; están acostum-brados a dar los datos y que el profesor sea el que los escriba.

Éstos son algunos de los más grandes problemas que tenemos en nuestros posgrados, donde no estamos pro-duciendo muchachos que tengan la capacidad, de destacar en el medio internacional.

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Quisiera comentar algunos de los planteamientos que han expuesto, de manera genérica, algunos colegas. Del trabajo del Sistema Nacional de In-vestigación, yo he dicho que ha contribuido a profesionalizar la investi-

gación científica y la investigación tecnológica; ha contribuido a ordenar un poco más este quehacer en la cultura de la evaluación razonablemente aplicada por todos los que participamos en el sistema,

Pero, para poderles plantear la siguiente etapa del sistema, tenemos que re-flexionar sobre qué significa el SNI.

Podemos afirmar que el SNI, si bien ha cambiado, no ha cambiado con la rapi-dez que el entorno científico lo ha hecho. Necesitamos reflexionar sobre varios aspectos del SNI, pero sin escatimarle méritos.

Creo que el SNI es un mecanismo del Estado mexicano para establecer una política pública en materia de ciencia, y tiene que ser uno de varios que deben estar bien engrasados, de manera que la política pública, cualquiera que ésta sea, se implante, rinda frutos y se pueda medir en su desarrollo a lo largo del tiempo.

TEMAS IMPORTANTES

Me referiré fundamentalmente a cinco temas. Al primero de ellos, lo llamo el efecto de las trayectorias académicas de la Constitución. Podemos encontrar ins-tituciones académicas que cuentan con miembros del SNI, con trayectorias aca-

El SNI visto por las institucionesPrivilegia el Sistema las trayectorias académicas personales, en ocasiones en perjuicio de las instituciones: Sergio Alcocer, secretario general de la UNAM

démicas sobresalientes. Sin embargo, ese nivel de calidad no necesariamente se refleja en el conjunto de la entidad a la que pertenece, por la razón de que el SNI ha privilegiado y motivado el desarrollo de las trayectorias académicas personales, lo que impacta, en algunos casos negativa-mente, en el desarrollo académico de las instituciones. No hablamos de instituciones autónomas o no.

Simplemente, el sistema nacional alcanza a todas las instituciones públicas, privadas, autónomas y no autóno-mas, y ha limitado la capacidad de reacción de estas insti-tuciones para promover sus propias políticas académicas y poder dirigir los reportes de carácter científico hacia una área o hacia otra, sencillamente por la preferencia que hay de los científicos del SNI.

En este tema de las trayectorias académicas, valdría la pena reflexionar en que la evaluación se hace natu-ralmente sola; no hay un plan de trabajo que se evalúe, sino sencillamente se evalúan los resultados que se presentan a lo largo de un cierto periodo y que en algunos casos pueden ser bien dirigidos y cum-plir un programa que haya tratado el investigador.

vos procesos productivos; el desarrollo de nuevas aplicaciones co-merciales y productos que hayan iniciado su proceso de solicitud de registro ante el Instituto Mexicano de la Proyección Industrial.

INVESTIGACIÓN APLICADA

Y DESARROLLO TECNOLÓGICO

Ahora, específicamente, creemos que una manera de incentivar la actividad de la investigación aplicada y desa-rrollo tecnológico seria: articulo 4 agregar al SNI la respon-sabilidad de los investi-gadores, la vinculación con empresas para incentivar el desarrollo tecnológico; en el articulo 6, tener en el consejo directivo a un miembro del sector empresarial, como dice en el párrafo primero: agregar los productos de la investigación. También en el artículo cuarenta, donde se habla de productos de investigación científica, agregar que la terminación de proyectos de investigación para el desarrollo tecnológico o de innovación vinculados con empresas de cualquier sector debieran ser considerados.

Entre otras cosas, esta breve exposición de puntos que con-sideramos podrían ser incorporados dentro del SNI, permitirían que algunos cambios para el desarrollo tecnológico pudieran ser aprovechados por los investigadores. En este momento los proyec-tos que se tienen que hacer con empresas son aceptados en base a una evaluación que considera que el medio ambiente es esencial para crear procesos y productos innovadores.

Estos proyectos hacen difícil la publicación de ciertos artículos científicos con los resultados que de ellos se obtienen, lo que en muchas ocasiones desincentiva la participación de los investiga-dores en este tipo de proyectos.

Y hay algunas otras ideas: por ejemplo, realizar una prórroga del estimulo económico a ciertos investigadores que han realizado investigación aplicada durante el periodo en el que se decide si ingresa al SNI.

Hay algunos otros puntos que creo que en algunas otras mesas se tendrá un poco más de tiempo para platicarlas; pero si la idea principal de esta problemática que vivimos en el Instituto Politéc-nico Nacional es la de la preocupación por el trabajo del desarrollo tecnológico; y la segunda, que esa simplemente la voy a dejar en el aire, es la preocupación por el número de miembros de SNI en las instituciones, que no siempre son aprovechados debidamente.

Eso en el campo de las instituciones, en cuanto a que con-tribuyen sólo en la formación de muchas situaciones y en la for-mación de estudiantes, y pensamos que es ne-cesario de alguna forma que el sistema de investigadores nacionales tenga reper-cusión en la formación de recursos humanos; es decir, que los SNI puedan ayudarlos para que se preparen en los cursos de nivel licenciatura, y de esta manera la vinculación de un investigador nacional con jóvenes seria a una edad temprana.

Síntesis de las propuestas más sig-nificativas en torno a cómo evaluar la formación de investigadores, de-

rivadas a su vez de una mini encuesta realizada entre colegas del SNI y de co-mentarios efectuados por asistentes a la reunión.

Escenario: mesa 4.1, “La evaluación en las Ciencias Sociales y en las Humani-dades”, Primer Congreso del Sistema Nacional de Investigadores, Querétaro, mayo de 2010.

1. Que la dirección de tesis no se adopte como mecanismo princi-pal ni único para evaluar la formación de investigadores.2. Que, sin negar la importancia de lo anterior, se tengan en cuenta las siguientes tareas y propuestas: I. La creación y conducción de grupos y/o redes de investiga-dores jóvenes.II. La incorporación de jóvenes a proyectos de mediano y largo plazo.III. Aceptar y estimular la categoría de lectores activos: es decir, especialistas en el tema de investigación, que acompañen al te-sista desde la elaboración del proyecto hasta el momento de la defensa. IV. La supervisión directa de trabajos de investigadores jóvenes, publicables en revistas acreditadas.V. Avalar/dictaminar sus ponencias para presentar en encuen-tros especializados. VI. La promoción de trabajos en coautoría, publicables bajo eva-luación.VII. La organización, orientación y permanencia de simposios promotores de nuevos investigadores.VII. El restablecimiento de las tesis de licenciatura.VIII. La recepción de jóvenes en los veranos de investigación.IX. La evaluación de proyectos diseñados por investigadores jóvenes.X. La impartición de seminarios especializados con esa orien-tación.XI. La planeación, puesta en marcha y conducción del trabajo de campo. XII. Que se valore la incorporación al SNI de investigadores for-mados por determinados asesores.

Importante: para poder ser motivo de evaluación, todas es-tas labores deberían quedar comprobadas mediante dictámenes, informes, publicaciones, constancias y demás documentos con respaldo institucional.

Mesa de discusión 4.1

Evaluación en las Ciencias Sociales y en las HumanidadesDoctor Mario CeruttiMiembro del SNI, nivel 3

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CONOCIMIENTOSISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES60 SISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORESCONOCIMIENTO 37

EVALUACIONES A FUTURO

Hay casos en que el investigador diversifica notablemente su actividad, y me parece que valdría la pena reflexionar sobre la posibilidad de que las evaluaciones incluyeran la evaluación del trabajo futuro, la evaluación de un progra-ma de trabajo y que naturalmente se le diera seguimiento con las evaluaciones posteriores, de manera que se pueda verificar lo que el investigador se comprometió a realizar y ver si efectivamente lo está logrando.

En el momento actual, me parece que todos conocemos los resultados en materia de educación. Tenemos gran tal-ento que se concentra en el Sistema Nacional de Investiga-dores, y me parece que se induce a todos los miembros del sistema a rendir el mayor esfuerzo, más permanente, más sostenido, en materia de docencia.

El segundo aspecto lo menciono bajo el titulo de pro-ductividad, en donde se impone el tema de calidad contra cantidad y originalidad. En al-gunos casos, los resultados de las evaluaciones parecen privi-legiar más la cantidad que la calidad, y existen numerosos coautores. Esto nos lleva a que se produce una cantidad apre-ciable de artículos en revistas internacionales de cierta cali-dad, pero que no necesaria-mente contribuye a impac-tar la ciencia o la tecnología, según sea el caso.

Me queda muy claro que debemos promover la partici-pación en redes de buena cali-dad y tratar de separarlos del aislamiento.

El SNI tradicionalmente ha ubicado debidamente el tra-bajo de los investigadores; el SNI es un mecanismo de política pública, y debe medir el resultado de toda una serie de mecanismos adiciona-les. De ahí, entonces, que debemos revisar los incentivos y los otros mecanismos asociados, de manera que podamos mejorar en todos los aspectos.

FALTAN APOYOS PARA INFRAESTRUCTURA

A través del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, la Secretaria de Economía, etcétera, en materia de investi-gación tenemos cubierto el tema de becas y fondos para investigación. Sin embargo, en el rubro de infraestructura no tenemos apoyos relevantes para poder competir razo-nablemente en la investigación científica de alto nivel, que el SNI quiere promover.

El tercer tema tiene que ver con la evaluación, que es uno de los puntos más polémicos y más difíciles de atacar. Aquí, lo que parece preocupante es la insistencia de crite-rios de evaluación públicos y no públicos.

Hay comisiones con criterios que nadie conoce, más que los integrantes de dicha comisión. Por eso entramos un poco a un laberinto con los ojos vendados y las manos

amarradas. Creo que ahí hay un tema de transparencia de criterios de evaluación en los que hay que reflexionar, pues también debemos reconocer la independen-cia y la autonomía de las comisiones evaluadoras.

Y es que si bien son independientes para formular los dictámenes y tomar las decisiones, no pueden ser autónomas todas ellas; no puede cada una de ellas gobernarse de manera diferente, ya que esto pertenece a un sistema nacional.

-Hay ejemplos de estos criterios de evaluación, en donde parece más impor-tante la ponderación de ciertos aspectos, que los requisitos de la convocatoria. Valdría la pena pensar si, como parte de la reingeniería del sistema, seria con-veniente contar con una instancia que supervise, que articule, que regule a las comisiones evaluadoras, para evitar algunos efectos indeseables.

El tema de las patentes, se mencionaba, hasta años recientes no se consi-deraba como parte importante de la evaluación.

Me parece que debemos dar un paso más en este sentido, considerando la importancia de patentes que se hayan transferido al sector productivo o a di-versas áreas de mayor consideración, que los casos en que simplemente se ha hecho la solicitud de la patente o se ha obtenido el otorgamiento de la misma.

El cuarto tema es la jubilación. Sin duda, el SNI ha contribuido a desalentar la jubilación, espe-cialmente en las instituciones de educación superior pública, donde tenemos un serio problema, pro-bablemente el problema más serio que enfrentamos en los sistemas de educación superior, que trae como consecuencia el enveje-cimiento de la planta académica de nuestras instituciones, que tiene un desempeño y una credi-bilidad muy limitada. Igualmente, es ya un poco obsoleto.

Mediante un plan adecuado de jubilaciones, podemos lograr que aquéllos que estamos formando se puedan incorporar al cuerpo académico y puedan provocar ese cambio generacional necesario, y

ahí el SNI juega un papel crucial y vital, para lograr que aquel académico in-vestigador mexicano que se jubile, se pueda jubilar y mantener un porcentaje apreciable del estímulo que complemente su ingreso.

Por último, un asunto que conlleva una mayor responsabilidad de quienes son miembros del SNI en niveles más elevados, consiste en que se les pueda pedir a estos miembros una serie de obligaciones adicionales, más allá de recibir el reconocimiento de carácter económico.

Me refiero a un compromiso adicional, como es impartir alguna clase. Me parece que en los niveles 2 y 3 debería ser obligatorio dar clase; en algunos casos quizá deberíamos pensar en que no fuera obligatorio, pero sí estimular el nivel de educación media superior, el bachi-llerato cuando menos

Y me parece que hay una serie de aspectos sobre los que debíamos reflexio-nar, sobre todo para aquellos niveles más altos en donde puedan compartir sus experiencias y conocimientos a favor de las nuevas generaciones.Termino refiriéndome de nuevo al CONACYT.

Me parece bueno que en el mismo surjan ideas y que permanezca el interés en la discusión, ya que pronto algunos puestos van a ser objeto de reingeniería, a fin de alinear el sistema con lo que la ciencia mexicana o la tecnología mexi-cana requiere, y muy especialmente con muchos otros esfuerzos y mecanismos, que confío nos permitan alcanzar ese mayor impacto de la ciencia mexicana en beneficio de nuestra sociedad.

PERSONAL ACADÉMICO DE EXCELENCIA

Hace ya alrededor de seis años se instauró en el instituto un programa institucional de contratación de personal académico de excelencia, en el que los parámetros bási-camente, aparte de otras propuestas, establecían que el investigador estuviera en el SNI o que estuviera en posibili-dad de estarlo en corto plazo. Efectivamente, entre otras cosas, este tipo de reuniones nos da la oportunidad de diagnosticar cómo es el SNI y con esa comparación del SNI de 1984, cuáles son las problemáticas a las que se en-frenta, sobre todo en lo referente a la evaluación.

Vamos a hablar acerca de las diferentes problemáticas que conlleva y cómo esta evaluación por pares puede ser mejorada. Yo quisiera referirme a que en el IPN se tiene también esta problemática, y cómo podríamos ayudar a que se fuese resolviendo. Para el IPN es importante el fomento de la investigación aplicada y el desarrollo tec-nológico; es decir, pensamos que es necesario estimular a investigadores que realicen contribuciones especificas al desarrollo de procesos y productos derivados de la tec-nología y a la creación de nuevos niveles basados en tec-nología.

Finalmente, pensamos que es necesario cultivar los procesos y productos que ya existen; al mismo tiempo, revisar el reglamento del SNI y sus modificaciones que se realizaron en el mismo año, la convocatoria del SNI , el documento sobre las contribuciones tecnológicas y los cri-terios y formas de evaluación de cada una de las áreas del SNI. En este documento vienen textos alusivos a la forma en que deben documentarse las investigaciones realizadas por los tecnólogos. En el documento se hace también re-conocimiento a muchas contribuciones tecnológicas; por ejemplo, desarrollo tecnológico patentado, desarrollo de software, transferencia de tecnología, diseños industria-les, y algunos otros más.

Sin embargo, el problema que se observa es que hay una diferencia en el peso que cada comisión da a dichas contribuciones tecnológicas en el proceso de evaluación; en particular, lo que se observa en los documentos de

criterios de evaluación correspondientes a dos áreas: la uno y la siete. Por lo tanto, nosotros consideramos que es necesario enfatizar la importancia de valorar de manera significativa las actividades tecnológicas que desarrollan los investigadores cuando el objetivo y la orientación de este trabajo sea precisamente la investigación aplicada y el desarrollo tecnológico.

Aquí me gustaría comentar que, por un lado, consi-deramos prudente hacer una propuesta para mejorar la evaluación de los miembros del SNI que realizan activi-dades relacionadas con las contribuciones tecnológicas. Otra propuesta seria valorar en la medida de lo posible los factores internos de la evaluación de las áreas del conocimiento y básicamente en aquello relacionado con la investigación aplicada. Esto sería que incorporen en las dependencias llamados sobre las contribuciones tec-nológicas, algunas actividades que sean evaluables, que tengan reconocimiento en el SNI; la creación de convenios y contratos con o para las empresas para desarrollar nue-

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CONOCIMIENTOSISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES38 SISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORESCONOCIMIENTO 59

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ones Indiscutibles

los beneficios del SNI para investigadores e institucionesIntervención del doctor René Asomoza, director del CINVESTAV

Quisiera agradecer a los organizadores de este primer congreso del Sistema Nacional de Investigadores por darme la oportunidad de compartir con ustedes

algunas reflexiones sobre el SIN, visto desde las institu-ciones. Yo mantengo la idea de que el SNI nació para ayu-

dar a los investigadores en las instituciones académicas

a través de un estimulo económico.

PARES ACADÉMICOS,

UNA BUIENA DECISIÓN

Los instrumentos que el sistema utiliza para admitir a sus miembros o promoverlos; es decir la evaluación de los in-vestigadores por sus pares académicos, es una buena de-cisión desde mi punto de vista. México definió los indica-dores, en el sentido nacional, impulsó estos criterios y su aplicación a todos los investigadores, independientemente de las instituciones. Asimismo, tiene sus bases en la pro-ducción científica, o en productos académicos.

El SNI ha creado un sistema de evaluación reconocido por todos y avalado por toda la comunidad, y esto ha sido un beneficio para la comunidad científica al ofrecerle un apoyo.

Los resultados, a 25 años de su creación, se reflejan en beneficio directo a las instituciones de educación superior. Yo diría que el primero fue que permitió que los investi-

gadores permanecieran en las instituciones realizando

su labor y brindar a los investigadores los apoyos en

base a niveles. Los beneficios a la comunidad académica son que en primer lugar se contribuyó a la creación de una cultura de evaluación nacional, y todas las instituciones prácticamente han adoptado sistemas muy similares; for-taleció la comunidad científica en México; contribuyó a la profesionalización de la investigación en México.

PUBLICACIONES DE MAYOR CALIDAD

Anteriormente, si se publicaba un artículo de investigación no era trascendente; pero gracias al Sistema Nacional de

Investigadores, no sólo se publican los resultados, sino

que ha aumentado la calidad de los artículos y ha au-

mentado también su nivel de impacto.

Y como decía hace un momento, la comunidad cientí-fica es la que sigue, busca y aplica los indicadores, y esto ha sido porque el SNI impuso un modelo. Antes parecía que se privilegiaba la investigación sobre la enseñanza.

Y uno de los problemas es que en el momento en que está involucrado un salario, o un complemento de sala-rio, se detiene un poco la investigación y empieza el nego-cio. Esto genera un problema, porque los investigadores descuidan sus actividades de investigación, para publicar y los beneficios que puedan obtener, y esto afecta a los alumnos que buscan su apoyo, porque resulta que los in-vestigadores no siempre están dispuestos.

El IPN y el programa de estímulos a los investigadores

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Intervención del doctor Jaime Álvarez Gallegos

Yo quisiera referirme inicialmente a cómo ha influido la cultura de la evaluación, en particular la que proviene del Sistema Nacional de Investigadores. En el Instituto

Politécnico Nacional se ha convertido de manera sobresa-liente, en los últimos años, en un referente en cuanto a evaluación de diversas actividades de investigación y pos-grado, entre otras cosas. En el IPN se han tomado en buena medida esos referentes, esa cultura de la evaluación, y el SNI ha contribuido fuertemente a crear algunos progra-mas con los diferentes estándares que utiliza el CONACYT para evaluar.

Aquí se tiene, como en muchas otras instituciones, un programa de estímulos al desempeño de los investi-gadores, con su reglamentación, y en donde cada vez más los investigadores han tratado de apegarse a los marcos de referencia, a los parámetros que ahí están plasmados. También los proyectos internos e institucionales de in-vestigación han tomado como referencia los marcos que proporcionan los criterios, tanto del SNI como de los otros programas que hay, patrocinados por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.

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CONOCIMIENTOSISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES58 SISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORESCONOCIMIENTO 39

CANTIDAD CONTRA CALIDAD

En un principio y en base a esto, parecía que la cantidad era más importante que la calidad, y algo que sigue suce-diendo hasta el día de hoy es el poco reconocimiento al desarrollo tecnológico, la vinculación con las empresas, a los trabajos de impacto local, y esto depende mucho de la talla de los investigadores.

Inclusive esta mañana, en el primer tema, pidieron evaluar el trabajo de innovación, en paralelo con los tra-bajos que actualmente se toman en cuenta. A esto no se le ha encontrado una solución adecuada, a pesar de que el SNI ha reaccionado efectivamente en algunos de estos ca-sos, cambiando su reglamentación y produciendo nuevos criterios de evaluación.

Es decir, el SNI ha tomado en cuenta la opinión no sólo de los investigadores, sino también de las instituciones que plantean estos problemas; el SNI se ha convertido en un instrumento que ayuda a definir criterios para evaluar a los científicos, que orienta a los investigadores. El SNI es

importante para la creación de políticas públicas y se ha

convertido en un referente por la forma en la que hace

que la evaluación funcione.

Las instituciones que han sabido definir políticas in-ternas que reconozcan y fomenten las actividades rela-cionadas con la investigación, encuentran un gran apoyo en el SNI. A partir del año 1992, el Sistema Nacional de Investigadores presentó una baja considerable de investi-gadores, debido a que se pidió que sus miembros contaran con un doctorado; pero, después de esto, se pudo notar un crecimiento de manera considerable en el número de investigadores miembros del SNI. INVESTIGADORES Y EL CONACYT

Posteriormente, en el año 1994, el CONACyT tuvo un pro-grama de apoyo a la infraestructura, que fortaleció los laboratorios en muchas instituciones públicas, y las forta-leció en el aspecto de que tuvieron mejores instrumentos para realizar investigaciones de alto nivel.

Posteriormente, en el año 2001 el PROMEP (Programa

de Mejoramiento del Profesorado) incentivó el doctora-

do en profesores de las universidades públicas de los

estados.

Nosotros, en el CINVESTAV, creamos una comisión que se llamó la Comisión Promoción y Estímulos para los Investigadores; así que cuando llegó el SNI en el año 1984, nosotros ya teníamos un sistema, así que fue muy fácil

asimilarlo e inclusive colabo-rar. Quiero terminar mi pre-sentación haciendo énfasis en que, en mi opinión, se re-

quieren políticas nuevas en

el SNI, y que tengan impacto

directo en las instituciones

públicas de educación su-

perior. Yo creo que tenemos que ir fomentando la calidad sobre la cantidad, porque queremos hacer proyectos de mayor envergadura y de-beríamos buscar la manera de que los jóvenes se integren a estos proyectos; y el crite-rio que tiene el SNI de seguir apoyando proyectos, se le da importancia justamente para poder influir en un alto nivel con los jóvenes.

NECESARIA TRANSICIÓN

La planta académica está en-vejeciendo y en mi opinión el SNI podría ayudar para poder hacer una transición con los jóvenes, porque en el momen-to en que nuestros investiga-dores maduros abandonen la investigación, no han com-pletado sus investigaciones. Siento que, en ese sentido, el SNI podría ser previsor y que junto con las instituciones po-damos encontrar soluciones.

y se establecían criterios de evaluación de evaluadores. ¿Cuáles son algunas de las quejas mas frecuentes, de los temas generales que pueden deteriorar la calidad de la evaluación? Acerca de los árbitros -estoy hablando de los productos-, el papel del auditor general, el estado de abasto de áreas especificas, la disponibilidad de árbitros potenciales, la estatura académica o científica de los ár-bitros, la estatura científica de los auditores generales, son las quejas más comunes, y yo creo que les ha pasado a más de la mitad. Éstas están registradas y están evaluadas y se han investigado.

¿Qué podemos hacer al respecto? Hemos visto que aquí también se va a aplicar la evaluación de personas, no nada más la evaluación de productos; corrección cui-dadosa de los árbitros, instrucciones, descripciones con textos especiales; cuidado especial en la selección de los auditores generales. Ellos son quienes conducen la evalua-ción de personas, y es una verdadera tragedia cuando el auditor no cumple su función, y los evaluadores, por pedacitos, acaban multiplicando decisiones completas y pocos que se van a la literatura sobre el comportamiento del evaluador.

RIESGOS DE LA EVALUACIÓN

Todo lo que ustedes escucharon respecto de los proble-mas que tiene la evaluación de productos, añádanselo a la

evaluación de personas. Prácticamente los mismos riesgos ocurren, más los derivados de enemistades personales, o de riesgos derivados de pertenecer a grupos específicos, formas de pensar específicas, en sentido científico, en sen-tido político, o simplemente en sensibilidad personal de alguien que evalúa a otra persona.

En el peor caso, imaginen ustedes una comisión, donde sobre disciplinas específicas ocurre lo siguiente: Pertenece a un grupo o forma de pensar especifica, persuasión teóri-ca, forma de trabajar, tipo de investigación, lo que ustedes quieran. Entonces, estas personas se encuentran en una discusión intensa y permanente entre los que los van a elegir como evaluadores. Esto les asegura estar permanen-temente -si tienen amigos- en las mismas comisiones eva-luadoras y esto garantiza que la próxima vez los vuelvan a elegir y los vuelvan a elegir.

Hay que describir de manera clara la existencia de estos problemas, reconocerlos, identificarlos, ver cómo ocurren, y tener obviamente la iniciativa para corregirlos y generar las reglas que los puedan evitar; aprender de la experiencia de otros; mantener atención a este tipo de asuntos.

Nuestra comunidad hará muy bien en reclamárnosla, y aquí parece importante apuntar que reuniones como ésta son las que nos permiten retroalimentarnos sobre proble-mas identificables.

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ones Los estados, actores de

la política pública en cienciaIntervención del doctor Raúl

Godoy Martínez, secretario de Educación del Estado de Yucatán

Vaya un agradecimiento a CONACYT por esta oportunidad que nos da a los miembros de la comunidad científica de abonar con alguna opinión sobre nuestra ambición de hacer un sistema sólido de ciencia para el país. Sobre

el título de esta mesa: “El SNI visto por las instituciones” tengo muy claro que es planteado como una manera de provocar la opinión de quienes, como miembros de instituciones de diferente naturaleza, somos también parte de la operación del sistema.

Sin embargo, con el ánimo de ironizar un poco y tratar de pensar en una conclusión, quisiera referirme a este “el SNI visto por las instituciones”, como una manera también de interpretar que por allá está el SNI y por acá están las instituciones, y que, si bien, de pronto tenemos momentos de aproximación, no hemos tenido consistencia, y es en el ánimo de, al final, ver si puedo argu-mentar una sustitución para este argumento. Creo que no tiene caso abundar sobre el momento fundacional. Lo recordaría sólo para argumentar que estamos ante un nacimiento coyuntural, asociado a la retención de los investigadores en medio de una crisis, un componente laboral muy particular, que genera las condiciones para que el SNI nazca. Considero que esto nos debe posicionar en un nacimiento más que en una política pública para el estimulo a la ciencia; en una política pública asociada a la retención de nuestro cuerpo de investigadores; y, por otro lado, recordar que desde el momento fundacional del sistema, y hasta la fecha, las condiciones han variado en el tiempo. Este indisoluble binomio

de investigación-educación superior tiene dos grandes actores: el SNI por un

lado, y por otro lado el CONACYT, que dialogan muy cerca algunas veces, y

que dialogan pocos instantes en otras ocasiones. Probablemente ahí es donde empecemos a descubrir que, como señalaban mis compañeros, los ritmos de respuesta simplemente no han sido los mismos, probablemente porque no nos hemos entendido como un binomio mutuamente dependiente.

RECONOCIMIENTO DEL SNI

Tras 25 años de existencia, el SNI ha sido reconocido. Todos los aquí presentes hemos visto su evolución. Hemos visto la creación de la figura del candidato, el comenzar a reconocer el tema docente, el tema de la pertenencia, etcétera.

Sin embargo, también del lado de las instituciones los actores han evolucio-nado, y la hipótesis es que no hemos evolucionado al mismo ritmo; éstas han

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La evaluación y el comportamiento del evaluadorIntervención del doctor Juan José Sánchez Sosa

Les voy a dar un paseo rápido por una forma de obser-var la cultura de la evaluación, quizá desde una dis-ciplina y desde un ángulo en el que se concentra la

conducta del evaluador. Esto se hace desde el área de las ciencias del comportamiento, pero ya que no podremos utilizar mucho tiempo en esto, lo que sí les puedo ofrecer es una serie de datos sobre el comportamiento del evalua-dor.

Ha habido dos grandes tendencias en la forma en que se evalúa científicos: uno es la evaluación de su producto y otra es la evaluación de su funcionamiento como cientí-fico.

Desde el punto de vista del producto del científico, hay claras indicaciones en México de que se adopta un proceso de pares, aproximadamente en 1960, en las principales re-vistas y en algunas instituciones, para ingreso promoción y definitividad, con lo que se denomina el análisis doble de los productos.

Sobre la definición de evaluación de dictaminadores, hay básicamente tres opciones: la primera es alguien que toma decisiones en una institución., un funcionario o una autoridad; la segunda es que se deriva de la votación de aquéllos a quienes se va a evaluar, que es un poco como ocurre en el Sistema Nacional de Investigadores; y en la tercera, hay sistemas mixtos. Por ejemplo, desde 1964, en

algunas instituciones de educación superior respetables, las comisiones que deciden si alguien se promedia o no tienen una formación mixta. Dos las pone un funcionario, dos resultan electas por los evaluados y dos las designa un cuerpo judicial.

En todas las características, ya nos lo decían varios de nuestros presentadores, se trata de que seamos imparcia-les; se trata de que seamos objetivos, y, algo importantísi-mo, que no tengamos conflictos de interés. Eso es algo que curiosamente está decidido: todas las legislaciones internas de instituciones que hacen evaluación, lo que se hace nunca se registra a la hora de asignarle una respon-sabilidad a un evaluador. Hay otros puntos que hay que ver: la congruencia con el contexto de cada disciplina de la persona a la que se va a evaluar; hay que ver en dónde es-tán, cómo están funcionando, cuáles son sus condiciones, cuál es su evolución institucional y cuál es naturalmente su estatus financiero.

COMPORTAMIENTO DEL EVALUADOR

¿Qué pasa si vemos el comportamiento del evaluador? Dentro del área de las ciencias del comportamiento, es relativamente reciente; la primera referencia es de aproxi-madamente 1939; pero fíjense qué curioso, las primeras referencias sobre la investigación del comportamiento del evaluador se basan sobre los productos, no se basan en las personas.

Recientemente se hicieron, en el campo de la salud mental, publicaciones en Estados Unidos, que especifica-ban las características profesionales de los evaluadores,

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evolucionado, en algunas ocasiones, a ritmos mucho ma-yores. En este sentido, las instituciones de educación su-perior, por mencionar al ámbito más importante que aloja a estos fundamentales miembros del Sistema Nacional de Investigadores, sin duda han mejorado sus capacidades para planear.

Somos capaces de saber a dónde vamos, cuáles son

nuestras prioridades, qué metas nos estamos plantean-

do de manera muy particular. Estas instituciones han evolucionado en su planta docente de tiempo completo, y cuentan cada día con más doctores; obviamente, con más miembros del Sistema Nacional de Investigadores, que también contiene institutos en su estructura

CRITERIOS DE EVALUACIÓN

En el mismo tema de las instituciones de educación supe-rior, la conclusión de esto me llevaría a preguntarme -y tratar de sugerir para provocar- si el sistema está evaluan-do a los desiguales con criterios iguales: a los centros de investigación con una clara vocación de investigación, con condiciones muy favorables relacionadas con los grados de maestría y doctorado, y por otro lado a las instituciones de educación superior con compromisos muy puntuales de la vinculación de la docencia en licenciatura, en que usualmente se acentúa en ese término.

No se trata aquí de discutir y de provocar a pensar que el sistema debe evolucionar y evaluar y crear condiciones de acuerdo a la psicología de las instituciones. Hoy, en

México, y desde 1984, hay nuevas instituciones; las au-

tónomas han evolucionado, y los tecnológicos están ha-

ciendo un gran esfuerzo; las universidades tecnológicas

no existían en 1984; las politécnicas tampoco existían, y

las autónomas públicas de los estados han venido evo-

lucionando en alguno de estos ámbitos.

Un tanto para provocar lo que podría ser un nuevo mo-mento de la discusión, se podría pensar que el sistema no implica necesariamente que todos seamos evaluados con el mismo rasero, dado que las instituciones tienen una gestión y una composición de la práctica institucio-nal diferenciada, y en muchas ocasiones muy diferenciada. Así, queda un elemento que ojalá contribuyera, de alguna manera, a lo que aquí se espera.

Por otro lado, independientemente de la organización, en materia de trabajo, de las instituciones de educación; independientemente del debate sobre el concepto del cuer-po académico, el concepto que se promete, etcétera, es claro que la investigación que quisiéramos en este país, no es una investigación de solitarios, sino de grupos, dado que ésta permite lograr resultados de impacto en tiempo razonable.

EL GRUPO, TEMA FUNDAMENTAL

Si a esto le incorporamos el componente de aproxima-ciones más completas a estudios de realidades, creo que el asunto nos sigue llevando a que el grupo, por encima de dividirnos, es el tema fundamental. Creo que aquí tam-poco hay que abundar en que el sistema no privilegia las investigaciones de grupos, ya que hace muy difícil la eval-uación de colegiados, y mucho más cuando éstos provi-

enen de disciplinas diferentes. En otro aspecto, creo que tenemos que reconocer a los estados como actores activos de la política pública. Anteriormente, éstos la recibían, la adoptaban, pero no tenían una política propia, y aquí me refiero

a lo que estamos viviendo, a lo que nos estamos atreviendo en el Estado de

Yucatán: a crear el sistema, a instalar un parque, a establecer prioridades de

investigación para el Estado; a invertir lo que nunca habíamos invertido, y,

por tanto a tratar de generar, una fuente que concentre nuestras prioridades,

lo que desearíamos que hiciera la comunidad científica.

Y nuevamente entramos en conflicto, como bien señalábamos, por el con-cepto del segundo patrón o con la dificultad de poder estar evaluado sobre la productividad individual y no sobre lo que las instituciones han planteado. En este contexto, creo que entre más complejos sean los objetos de estudio, más cuestionada es la evaluación por áreas, áreas a las que, por lo que conozco, cada vez es más difícil ponerles limites para efectos de la evaluación.

En ese sentido, concluiría provocando también a tentar que debamos hacer

la evaluación en el marco de los proyectos, prioridades y metas de las insti-

tuciones, y, aún más en el marco de los proyectos específicos de los estados, cuando ya los estados estén realmente comenzando a apostarle de manera muy seria a la ciencia y estén intentando establecer los lineamientos de sus capaci-dades para producir y generar verdaderas condiciones de impacto.

DESEMPEÑO DIFERENCIADO

Quisiera poder ir provocando tal vez alguna reflexión sobre una evaluación en la que se mueva el concepto del sistema y en el que el sistema no implique trabajar y evaluar con el mismo criterio a los que somos diferentes, sino entender a los diferentes y generar condiciones de desempeño de manera diferenciada.

Por otro lado, está el tema del gran reto de la evaluación del trabajo grupal, y, por último, el hecho de poder acercar la evaluación a las prioridades institu-cionales, y los requisitos de permanencia en el sistema, y cuáles son los estados que ya comienzan a apostar, como es el caso de Yucatán, que ya realiza su modesto, pero también su mejor intento. Yo esperaría que en un tiempo los

estemos convocando a una mesa como éstas, pero más que a un SNI visto por

las instituciones, a un SNI coadyuvante, en primera instancia, con las institu-

ciones, y en segunda, con un sistema de investigación y no con un sistema

de investigadores.

más importante que diez papers en la revista SCIENCE, porque si publica uno en la revista SCIENCE, necesaria-mente es un buen paper y es citado con mucha frecuencia; además, yo creo que en el sistema de evaluación que tene-mos el día de hoy, estamos buscando los niveles de ciencia que deberíamos alcanzar pero que no podemos alcanzar porque no hay los recursos suficientes.

El sistema científico nacional no nos permite hacer ciencia “de frontera”; no fomenta la interacción. El Sistema Nacional de Investigadores no fomenta la interdisciplina, porque si uno tiene que evaluar a una persona que está en un grupo multidisciplinario, difícilmente se puede deter-minar cuál ha sido el papel de esa persona dentro de ese grupo multidisciplinario. Pero a mucha gente no le inte-resa hacer investigación multidisciplinaria, porque esto le puede afectar su nivel en el SNI. Todos esos problemas exis-ten y deberían existir los mecanismos para poder elimi-narlos. Si pudiéramos definir claramente qué es lo que es-peramos de la ciencia para nuestro país -a final de cuentas los que pagan los impuestos son los que nos mantienen-, entonces yo creo que el científico, aparte de ser una perso-na que publica, vería qué otra cosa hace como ciudadano mexicano para que el país pueda avanzar.

Creo que si tenemos esta responsabilidad, deberíamos ver de qué manera esto se pudiera resolver, y en la manera en que está llevándose el Sistema Nacional de Investiga-dores el día de hoy, eso no está ocurriendo. Creo que hay que evaluar a los científicos no solamente por su produc-ción científica. Hay muchas otras cosas que se pueden hacer: la divulgación debería ser importante, la generación de patentes también es importante; desde luego, la for-mación de recursos humanos es extraordinariamente im-portante. Tenemos que ver al individuo como un sujeto

integral que puede hacer muchas cosas. Yo no sé cómo sea ahora en las comisiones, que tienen el difícil papel de evaluar a personas, a individuos, y los individuos tienen que mostrar una producción determinada.

DISTORSIÓN DEL SISTEMA

El SNI ha transitado, a lo largo de los años, de un sistema que promovió la actividad científica -fue una atinada es-trategia la de crear el SNI, creo que es uno de los mejores sistemas que se han creado en el país-, a ser ahora un Sistema Nacional de Investigadores muy distorsionado, que yo creo que hay que corregir. Quiero insistir en que no es sólo cuestión de la evaluación de un individuo: Creo que tenemos que pensar en qué queremos de la ciencia para nuestro país; en cuál es la función que buscamos de la ciencia.

Todos sabemos que la ciencia es importante para el desarrollo y que genera información útil para la población. En los países desarrollados, donde la ciencia realmente se toma en cuenta, la ciencia no puede ser sólo un grupo de gente que publica y que está muy contenta porque pu-blica.

Yo creo que va mucho mas allá de ver en qué revista o qué publicaciones ha hecho. Al final se vuelve un satisfac-tor personal y un satisfactor financiero.

Creo que eso es algo que el CONACYT debería modifi-car, y nosotros, como miembros de la comunidad cientí-fica, deberíamos colaborar y participar en una modifi-cación de nuestras actividades como científicos, y tratar de incluir otras cosas aparte de lo que tradicionalmente hemos hecho. Creo que eso va a beneficiar mucho, y a lo mejor algún día los diputados finalmente entenderán que la ciencia es importante.

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ones El Tec, involucrado con el SNI

en el desarrollo del país

Intervención del doctor Arturo Molina Gutiérrez, del ITESM, Campus Ciudad de México

En el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey estamos trabajando para impulsar la investigación en México, con el decidido apoyo del rector del sistema ITESM, doctor Rafael Rangel, que ha sido impulsor en

este rubro. Deseo compartir con ustedes algunos elementos importantes, en esta oportunidad que tengo de hablar del sistema.

Primero, quiero explicar un poco por qué estamos aquí sentados. Creo que es una oportunidad única para platicarles sobre la experiencia que hemos tenido en el TEC de Monterrey, en el tema de la investigación En los últimos años, el

Tec se ha convertido cada vez más en una institución dedicada a la investi-

gación. El segundo punto sería el poder compartir esta experiencia institucional de

alinear los intereses de los investigadores que trabajan en el Tec de Monterrey con los de la institución, y, en alguna forma, fortalecer no solamente al Tec-nológico de Monterrey , sino la investigación en el país y ¿por qué no?, hablar del desarrollo del mismo. También abordaré otros temas, como por ejemplo, nuestra postura, desde una institución privada, hacia el Sistema Nacional de investigadores, y finalmente, expresaré algunas recomendaciones.

EVOLUCIÓN HACIA LA INVESTIGACIÓN

El primer punto es que, en los últimos años, la unidad del Tec de Monterrey ha evolucionado de manera verdaderamente dinámica. Se trata de una univer-sidad privada que tiene cientos de investigadores. Esto no se logró en el corto

plazo, sino a lo largo de los años. Para ello, tuvimos que adoptar una postura muy clara respecto de la importancia de la investigación. Vimos que gran parte de nuestro per-

sonal que tenía una actividad docente primordial, podía

comenzar a hacer actividades de investigación y, por

tanto, crear un modelo pertinente que pudiera lograr

que la investigación fuera una actividad importante y la parte principal del trabajo y de la evaluación del inves-tigador.

Esto se consolidó por el año 2003, en que se crearon las cátedras de investigación, que fueron fruto de investi-gación de profesores, alumnos, y, por supuesto, doctores invitados, de instituciones tanto públicas como privadas, que colaboraban con el sistema del TEC de Monterrey.

Así, tomamos decisiones respecto de qué temas resul-taban relevantes para el Tec de Monterrey, con base en las necesidades del país, y en esa forma nos trazamos las directivas pertinentes para enfocar la investigación. Por otro lado, y en el tema de la mesa de “El SNI visto por las instituciones”, habrá que señalar que no es la única ins-tancia de evaluación. En el Tec de Monterrey también se evalúa a los investigadores, y un área muy importante es la

el SNI se ha convertido en un sistema de recompensas fi-nancieras, y creo que eso habría que modificarlo, pero el problema de la modificación es demasiado complejo.

Yo creo que la pregunta más importante que debería hacer el CONACYT y que deberíamos hacernos todos es: “¿Qué queremos como país de la ciencia?” O “¿cuál es el objetivo para este país de hacer ciencia?” Desde luego, en los países avanzados, como lo mencionaba el doctor de la Peña, se utilizan sistemas de evaluación cuantitativa o el factor de impacto que en muchos países avanzados sirve para poder ser evaluado de una manera cuantitativa.

Tratar de publicar, por ejemplo en SCIENCE, es muy importante en aquellos países, porque la ciencia forma parte de la vida nacional, y en nuestro país la ciencia a los únicos que les importa es a los que hacen la ciencia. Pero a la clase política, la ciencia no le importa.

La comunidad científica es la comunidad más evaluada del país. A mí me gustaría que pudiéramos evaluar a los diputados con un sistema similar al de nosotros, y estoy seguro de que no llegarían ni a candidatos. Yo creo que un sistema de evaluación de esa naturaleza sería bueno que se implementara en muchos otros ámbitos de la vida nacional.

Pero, regresando al asunto de la ciencia, yo creo que la gran pregunta que nos tenemos que hacer para una eva-luación redituable es: “¿qué queremos de la ciencia para

nuestro país?” Y si pudiéramos definir la función de la ciencia en este país, entonces los sistemas de evaluación deberían ajustarse precisamente a esta definición. En este momento, a mi juicio, todos estamos en las mismas. Lo único que queremos de la ciencia es que nos permita tener un sueldo adicional al que nos otorga la institución donde trabajamos. Para eso tenemos el SNI, que nos duplica, y a veces nos triplica el sueldo que tenemos en nuestras ins-tituciones.

INGRESO DECOROSO

En la UNAM, por ejemplo, el sueldo es muy bajo, pero tene-mos el SNI y tenemos los PRIDES, con lo que tenemos un ingreso adecuado. Así, nadie quiere hacer nada diferente al sistema de cuantificación que en este momento existe. Yo no digo que sea malo o bueno; pero creo que sí tenemos un problema para hacer unas evaluaciones, para poder ver de qué forma la ciencia puede ayudar a nuestro país.

Y dentro del sistema de evaluación, por ejemplo, hay diferentes áreas de la ciencia: ciencias sociales, versus las ciencias llamadas duras, que no pueden tener el mismo sistema de evaluación.

Todas las áreas deberían tener diferentes sistemas de evaluación, basados en cuál es la utilidad que tienen para el país, y creo que en los últimos años se han incluido las patentes como un factor importante que podría ser hasta

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de ingeniería, en particular en el tema de las patentes que uno es capaz de solicitar, ya sea en el país o en el extran-jero, así de cómo llevar esa patente a su comercialización.

METAS DEFINIDAS

Por tanto, las metas que nos hemos trazado en el Tec de Monterrey están orientadas a lograr no sólo que el inves-tigador contribuya con artículos y con formación, sino a que esta investigación redunde finalmente en una patente, y, más aún, que esta patente se convierta en un beneficio para el investigador, para la institución y para la socie-dad.

Y por supuesto, con toda la cultura que traemos del Tecnológico de Monterrey, buscamos hacer otros nego-

cios alrededor de una patente elaborada por un grupo

de investigadores.

Otro tema también muy relevante ha sido la visión del Tec de Monterrey para el año 2015. Esto tiene mucho que ver con la idea de desarrollar un modelo de gestión de empresas para competir en una comunidad de economías globalizadas. Esto requería un balance, y no era solamente el trabajar con investigadores de ingeniería, sino el real-mente buscar la investigación en el área de negocios y por supuesto también la investigación en áreas de artículos sociales, de forma que podamos tener más trabajo multi-

disciplinarlo colaborativo, para crear modelos de gestión, la parte de recursos humanos la parte del conocimiento.

Eso también nos permitió lograr que cada grupo de investigadores hiciera más iniciación colaborativa, por lo menos en un trabajo mucho más disciplina-rio, y también, en el sistema de indicadores de evaluación de los investigadores, promover la colaboración de hecho.

33 CAMPUS EN LA REPÚBLICA

Así, con trabajo intenso y constante, hemos llegado a tener, en el Tec de Mon-terrey, 33 campus en toda la república mexicana, en los cuales se fomenta que los investigadores de diferentes áreas tengan mucho más trabajo como grupo comercial.

Un indicador muy importante en la investigación consiste en saber a cien-

cia cierta con qué colaboradores, con qué instrumentos y con qué infraestruc-

tura se cuenta, porque tiene un peso específico el hecho de que el investigador, sea del campus que sea, sea miembro del SNI.

APOYO A INVESTIGADORES

Entre los campus más grandes del Tec, los cuales cuentan con una importante cantidad de investigadores, figuran los de Monterrey, Guadalajara Estado de México, Toluca y Querétaro. Los investigadores de éstos dan apoyo a investi-gadores que se encuentran en estados con campus más pequeños, como los de Veracruz, Chiapas, Morelia, etcétera.

Este tipo de redes de colaboración, que nos permitirán ir creciendo en con-junto, son un reflejo del país. Si no se brindara ayuda a los campus más peque-

ños del país, porque no tienen las mismas condiciones de los campus ma-

yores, se quedarían rezagados.

Tenemos, por otro lado, el tema de la docencia. En este aspecto, tratamos de encontrar un esquema que nos permita dedicar más espacios específicos a la investigación. En este aspecto, se busca descargar labores académicas en los doctores. En esa forma se podría dedicar más tiempo a la investigación.

En el Tec de Monterrey, por otra parte, es donde tenemos la mayor can-

tidad de alumnos, y en el campus creamos el modelo de investigación profe-

sional, lo que ha permitido que nuestros investigadores pudieran recurrir a sus clases académicas de nivel profesional, para incorporarse a colegios de investi-gación y cursos de profesional.

REFLEXIONES

Ahora, unas reflexiones importantes. Nuestra institución trabaja en colaboración con la iniciativa privada, y creo que el futuro va a ser muy importante, porque también debemos tener investigadores de empresas, porque poco a poco van a tener que elevar a nivel doctoral el sistema de desarrollo tecnológico, que de alguna manera fundamenta el desarrollo del país.

Por otro lado, una parte muy importante en lo que respecta al SNI y al Tec

de Monterrey es que tenemos que dedicar parte de nuestro tiempo a la labor

institucional. El sistema es muy importante, porque tenemos que estar conecta-dos como investigadores para ayudar al desarrollo del país, labor en la que se deben involucrar tanto empresas, como ONGs, como instituciones que están al servicio de la educación pública.

Es muy importante que tengamos una conexión muy real con los investiga-dores y con las instituciones, para poder apoyarlos de alguna forma y podamos ser y hacer la diferencia.

Otro tema muy importante es el relacionado con el sistema de evaluación y con un replanteamiento de los sistemas de evaluación. También son importantes los temas de circulación, de vinculación social, de negocios, de política pública, de colaboración.

Yo creo que deberíamos trabajar más de cerca con otras instituciones,

para irnos involucrarnos en la realidad de cada Estado y apoyar el desarrollo

de más investigadores de otras entidades.

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Profesionalización de la actividad científica,

importante logro del SNI

Intervención del doctor René Druker Colín

El Sistema Nacional de Investigadores ha sido, a mi juicio, todo un éxito a lo largo de muchos años; sin embargo, creo que ha transitado por diferentes perio-

dos. Cuando se inauguró el Sistema Nacional de Investiga-dores, empezó con mil 400 investigadores, cantidad que al día de hoy ha crecido más o menos once veces. Y ¿por qué ha crecido tanto? Sólo puede ser porque de alguna mane-ra el sistema de evacuación ha permitido que ingresen al sistema una cantidad importante de personas.

Por lo tanto, el sistema de evaluación que se ha escogido ha sido relativa-mente exitoso; y yo creo que a lo largo de los primeros años lo que hizo el SNI de manera más importante fue profesionalizar la actividad científica. Los mexica-nos aprendimos a hacer ciencia y cómo se debería de hacer ciencia, y en medio de todo esto, desde luego, se generaron una serie de sistemas de evaluación que son todos de tipo cuantificable, y a raíz de esto, y sobre todo en los últimos años, el Sistema Nacional de Investigadores se ha convertido más bien en un sistema de recompensa financiera y se ha distorsionado la actividad científica del país a través del sistema de evaluación.

Todos sabemos que nadie quiere que su nivel en el SNI se modifique; nadie quiere que se le retire del sistema o se le baje de nivel; y, para eso, todo mundo conoce los parámetros que se han utilizado, que son el número de papers que se publican, el factor de impacto, que también es muy importante, y -nos ha mencionado el doctor de la Peña-, el número de citas, el índice H. Se han buscado diversas formas para poder evaluar, pero todas ellas son de tipo cuantificable.

SISTEMA DE PREMIOS Y CASTIGOS

En la medida de eso, todo mundo trabaja en el Sistema Nacional de Investiga-dores para poder llegar al nivel de cuantificación que le permita mantenerse en el sistema o subir en el nivel de categoría, y creo que se ha perdido un poco la función de la ciencia. Todo lo que buscamos es mantenernos en un sistema que nos permite tener los ingresos que sentimos son los más adecuados para nosotros, y eso en la mayor parte de las universidades se ha asociado al Sistema Nacional de Investigadores. En la UNAM tenemos los PRIDES (las primas al desempeño), que es un poco lo mismo: un sistema de “premios y castigos”. Si produces o no produces, entonces tu PRIDE aumenta o disminuye, dependiendo de estas categorías.

Yo creo que sí hay un problema que el Sistema Nacional de Investigadores debería tratar con mucha seriedad para poder modificar los sistemas de evalua-ción. Esto es muy difícil, porque cualquier sistema de evaluación, forzosamente requiere de cierto grado de cuantificación; entonces, es muy difícil dejar a juicio de una comisión las evaluaciones que se hacen sobre las personas. Luego, tene-mos también, a veces, algunos problemas personales entre las comisiones de evaluación y las personas que son evaluadas.

Yo creo que en todos estos sistemas de evaluación hay cosas muy difíciles de eliminar, y la manera de resolverlas, desde luego, es cuantificar; es decir, necesi-tas tantos papers para estar en nivel uno, tantos para el nivel dos, etcétera. Y todo mundo busca eso como la “meta” y ya no importa mucho qué es lo que yo haga en la ciencia, sino qué tanto me permite lo que yo estoy haciendo; mante-nerme o ascender en el sistema, porque como lo dije en un principio, finalmente

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Podría el SNI originar verdaderas carreras académicas productivasIntervención del doctor Manuel Gil Antón

Voy a leer una reflexión sobre el SNI. La he preparado con mis colegas Jesús Francisco Galarza Ponce y Juan José Trivia. En el congreso que estamos realizando,

hay dos aspectos: uno de celebración y otro de crítica; el del aplauso y el de la descalificación perpetua. Queremos, en esta participación, suscitar, en el mejor sentido de la palabra, una perspectiva para pensar en el sistema, su gé-nesis, evaluación y futuro.

Ninguna actividad humana está exenta de la competen-cia de riesgo o de aspectos no esperados. Desde ahí, nos pro-ponemos entrar al tema sobre el SNI y la educación superior. Nuestra idea es la propuesta de que el estado de los colegas necesita, y necesito yo, al SNI. Pero, ¿por qué se necesita al SNI? ¿A qué problemas responde y en qué condiciones lo hace? Se pueden ofrecer varias razones, a las que responde

Da Vinci. Así que yo tengo la creencia de que todo lo que los humanos creamos es perfectible. El mismo humano evoluciona para hacerse más ad hoc a los tiempos que vi-vimos; y es bueno que estos cambios ocurran: Lo que no se vale es “hacer como que se hace”, porque entonces la simu-lación, aquí en el sistema no cabe, y eso es lo que se ha mantenido. Por eso, si una recomendación sale de toda mi presentación, es que todas las evaluaciones se mantengan en el seno de las comisiones de los pares, y los dictamina-dores imaginemos por un momento la sensación de que la burocracia federal sea otro organismo académico, y que con esos criterios nos evaluaran a nosotros. ¿Saben una cosa? No pasaríamos.

Entonces, yo invito a todos los que estamos en el Sistema Nacional de Investigadores, y que conocemos sus criterios de calidad, a que vayamos y contagiemos de una más efectiva forma que el virus de la influenza AH1N1, a todos nuestros compañeros en todos nuestros ámbitos de trabajo, para que esta cultura de la evaluación garantice de antemano la calidad.

¿Qué sigue? Señores, el compromiso es grande. Ya les dije que estamos escribiendo una página en la historia del país. Necesitamos que toda esta cultura, todo este cono-cimiento y toda esta capacidad que hoy se ha concentrado

en ciertas instituciones de educación; todo eso, contagie a todos los demás sistemas que funcionan en el país, y quiero decir con esto las secretarías de educación o lo que sea, porque solamente eso nos puede garantizar que po-demos caminar más aprisa en un rezago nacional que es un lastre vergonzoso.

Y espero que nosotros podamos decir con mucha se-guridad que hemos contribuido y que contribuiremos de manera más eficaz con nuestro trabajo, en la enseñanza, en la formación de recursos humanos y en la investigación, para mejorar la situación de este país.

Y finalmente, para responder a algunas críticas que he escuchado de que no hay trabajo en el sector SNI, déjenme decirles que hoy tenemos cuatro centros de investigación en el área de sociales, ingeniería y salud, de la Universi-dad Autónoma de Nuevo León, y que tienen cien plazas disponibles a partir de ahora y hasta marzo de 2011, y en marzo de 2011, se abrirán otras cien plazas para doctores SNI que vengan a llenar los espacios, a contribuir a la for-mación de recursos humanos y a trabajar en esto que yo llamaría una “cruzada nacional” librada mano a mano con otros maestros, en las instituciones del Distrito Federal, y con muchos de nosotros que estamos en otros estados de la república.

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la conformación y posterior sofisticación de procesos de afinación, de ingresos adicionales a lo que, quizás no con toda la debida precisión, llamamos historia.

EL SNI, PRODUCTO DE LA CRISIS

Y DE OTROS FACTORES

A pesar de que muchos así lo consideran, lo cierto es que no sólo ni quizá principalmente fue la crisis económica la que hizo necesario el sistema. Hay causas adicionales muy importantes, y quizá en esto las ciencias sociales puedan a ayudar a entender que nunca puede un solo factor suscitar un cambio social importante.

En orden de prioridades, se pueden mencionar las si-guientes: habíamos pasado, muy aceleradamente, de una universidad tradicional, centrada en la reproducción de las profesiones, de corte elitista, al proceso expansivo que nos llevó a la multiplicación de los pupitres y de los pues-tos académicos.

Los académicos que fuimos muchos de nosotros, éra-mos aquéllos que dábamos clases sin haber terminado la licenciatura; que nos formamos en el camino; que no éra-mos herederos de un gran capital cultural; hijos de padres sin primaria.

El papel de investigador entonces no contaba con la

legitimidad necesaria para establecer espacios adecua-

dos en la mayoría de las instituciones; además, es nece-sario reconocer que, ya en los años ochenta, y como pro-ducto de muchos factores imposibles de reseñar ahora, las instituciones no contaban con estructuras de autoridad académica legítima.

Al llegar la crisis, el ingreso promedio de los aca-

démicos de tiempo completo en el país en 82-89 vio re-

ducido en 70 por ciento su capacidad de compra. Esto no sólo condujo a la escasez, sino a la erosión de la ética, de las reglas más básicas del trabajo. Daba igual trabajar que no hacer nada. La más importante prestación pudo concebirse como el derecho a cobrar sin trabajar. Era el tiempo de los profesores 15/30; iban sólo los días 15 y 30 a cobrar.

Una frase popular, pero significativa y esclarecedora de la época, era: “la universidad hace como que me paga, y yo hago como que trabajo”. Eso, colegas, es muchísimo más duro que la pobreza; esto que vemos es un ambiente de homogeneidad estéril.

Ante la propuesta de los científicos, el Estado com-

prendió que el SNI era una forma más racional de en-

tregar recursos, en comparación con los aumentos gene-

rales propios de una ya declinante ciudadanía laboral

académica.

¿Cómo salvar a los colegas investigadores que se irán, no regresarían, no podrían atraer las IES de otros lados de Francia dado el desplome de los salarios? ¿Cómo retener a unos investigadores para luego formar investigadores jóvenes?

La respuesta fue el SNI y todos sus actores originales lo conciben, y nos lo han dicho, como un plan de emer-

gencia, algo que había que hacer. Era cuestión de sobre-

vivir: el cuerpo científico mexicano estaba enfermo y

urgía medicina apropiada ausente en las instituciones.

¿El SNI ha contribuido a resolver los problemas que le dieron origen y que son comprensibles en su contexto? Lo peor sería intentar una respuesta categórica y universal. Ha habido sin duda beneficios, y no pocos: retener, con-solidar el rol de la investigación; no en las universidades muy fuertes por tradición, sino en muchas que ni imagi-naba; legitimar la acción de los colegas ante autoridades muy torpes en su comprensión de la vida académica; pero ha habido otros efectos que no han sido así.

Hay confusiones y no triviales. Se pide un Sistema Nacional de Investigadores o, más bien, una nómina dife-renciada por niveles, para otorgar sobresueldos a cerca de un 20 por ciento de los profesores de tiempo completo del país; las modalidades de evaluación han sido bastante deplorables frente a la diversidad de los hechos, y sin ver situaciones diversas como el género.

Pero, más allá de un balance puntual, hay una relación muy importante que considerar: las carencias de las ins-tituciones hicieron posible, necesaria, imprescindible, o pueden usar el termino que quieran; esa carencia de las instituciones, ya se ha resuelto luego de 25 años del SNI.

Éste es un asunto muy importante. José Sarukhán lo decía ayer. Cito de memoria: dijo que tal vez debimos

hacer lo que se pensaba: meter al SNI en las institu-

ciones, no hacer oficinas del SNI hasta en la universidad. Meter la lógica del SNI, basada en el mérito y la evaluación, como a revisión de cuentas ante pares calificados. Dijo: y el estímulo económico como salario.

Quizá de la hipótesis de que la mayoría de las convic-ciones que generaron al sistema persiste, no en el mismo grado que antaño, pero sí están presentes aún en las IES: incapacidad de distinguir de manera relativamente confia-ble la calidad del trabajo; imposibilidad de dar ingresos diferenciados de acuerdo a una trayectoria académica pautada, dificultad grave para la generación de autoridad académica legitima; ausencia de un sistema de asignación de roles y prestigios; estatus interno, con valor nacional, como se decía. Hoy, el verdadero tabulador nacional es el SNI.

PARADOJA

Si la fragilidad institucional que propició el sistema preva-lece, entonces estamos ante una paradoja que puede con-vertirse en una parajoda. Pero la paradoja es ésta: cuanto más fuerte, apreciado complejo y socorrido sea el SNI, im-posible -es una hipótesis- es imposible que, de manera in-versamente proporcional, las IES del país, el aún existente pero necesario sistema de educación superior, con su gran diversidad sea crecientemente o al menos sostenidamente frágil.

Este asunto, colegas, esta perspectiva, consideramos que es importante entender, no es ni la única ni siquiera, quizás, me he expresado bien, pero es urgente. Estamos

ante la paradoja de que, si no nos ponemos a pensar en

el sistema de la educación superior en México; si no

pensamos en la ciencia, sino desde el SNI si no pensa-

mos así, sino en todos los colegas que cobramos en el

SNI, y además con todos los beneficios académicos y

personales que implica…

terminaba el grado de doctor, y el promedio variaba de 9.3 a 9.7 años que tomaba completar un doctorado.

Viendo esto, empezaron a darse indicadores para eva-luar la eficiencia terminal, el núcleo académico, etcétera. Esto está en un número especial del CONACYT, Ciencia y Desarrollo, un suplemento especial que se llama precisa-mente “Los estudios de posgrado en México”.

A raíz de estos indicadores, se empezó a poner orden en toda esta gran heterogeneidad nacional que se veía. To-das las universidades públicas y privadas que ofrecían el grado de doctor, tuvieron que someterse a unas cuantas normas y reglas, o yo diría más bien, reglas generales de operación, como marco de referencia.

EVALUACIÓN EN EL POSGRADO NACIONAL

Todo esto sirvió para garantizar la calidad, y así tenemos la cultura de la evaluación saliéndose del ámbito del Sistema Nacional de Investigadores, y llegando al ámbito del pos-grado nacional, situación que, yo lo puedo decir aquí, fue increíblemente fácil; pero pensemos que estamos invadien-do el territorio de la Secretaria de Educación Pública, que es la que otorga los grados de doctor, pero contribuyó a lo que se llamó “posgrado de excelencia”, sujetándose a estas normas de evaluación, para garantizar cierto nivel de calidad, con lo cual los estudiantes se podían evaluar por una regla del COPNACYT, lo que prevalece hasta la actualidad.

Eso benefició enormemente a la cultura nacional y rápidamente se rompió con un círculo vicioso: los pos-grados nacionales en el país no tenían investigadores, no tenían producción científica, no tenían buenos programas y, entonces, no tenían un gran número de estudiantes. Los investigadores nacionales vinieron a ser el factor que rompió justamente con ese círculo vicioso y lo transformó en un círculo virtuoso. ¿Por que? Porque siendo el núcleo académico que generaba las ideas, los programas, los mecanismos, pudo rápidamente entender la cultura de la evaluación, llevada al posgrado nacional; y este logro, aunque no es reconocido por ninguna institución federal, es uno de los logros que los miembros del SNI realizaron del 84 a la fecha.

A partir de esto, gracias al SNI, no sólo se empezaron a crear los posgrados nacionales, y a crearse esta cultura de calidad, sino también a mejorar la cantidad de recursos económicos que estaban disponibles para la investigación; porque esos recursos económicos antes no llegaban de la manera apropiada. Los que trabajamos en instituciones públicas en aquellos años, veíamos con tristeza cómo de repente llegaban las partidas presupuestales de las univer-sidades y cómo esos recursos se iban a cualquier cosa que necesitaba la universidad, menos al posgrado y menos a la investigación.

Sin embargo esta gestión que generaron los SNI marcó la diferencia. Aquí lo quiero resaltar y poner un ejemplo: simplemente en mi institución, en la Universidad Autóno-ma de Nuevo León, en 1984 trabajábamos cuatro investi-gadores nacionales, en todas las áreas del conocimiento, y había un programa de la secretaría que pretendía catalo-gar las especies de animales, de los mamíferos de este

país, que estaban en peligro de extinción Nosotros, los cuatro SNIS de la Uni-versidad de Nuevo León dijimos: “no, señor; los que estamos en peligro de ex-tinción somos los investigadores de la universidad”; y nos dimos a una tarea de empezar a traer compañeros a las diferentes dependencias; y gracias a políticas bien implementadas, el nivel de investigadores empezó a crecer, y se produjo un parteaguas cuando un SNI, un profesor, un doctor, egresado de uno de los doctorados, de los programas doctorales de este país, llegó a la rectoría de la universidad.

MÁS INVESTIGADORES Y PRODUCCIÓN CIENTÍFICA

Entendió que necesitamos una política pública y una estructura que nos hable de calidad, y que nos garantice que los investigadores van a venir en mayor nu-mero; y efectivamente, en la actualidad somos 400. Ya la ciencia de los SNI tiene peso. ¿Por qué? Porque ese peso logró permear al resto de la estructura de la Universidad Autónoma de Nuevo León, y la producción científica y el número de investigaciones y las patentes. Incluso otros indicadores mejoraron.

Por eso tenemos hoy que el 85 por ciento de los programas de doctorado que ofrece la UANL están en el NTC, que, debemos reconocer, no es lo máximo a lo que podemos aspirar; yo diría que es lo mínimo que necesitamos para operar, para poder garantizar al país que lo que ahí se ofrece tiene un cierto nivel de calidad, pero ciertamente todavía hay mucho trabajo que hacer en ese sentido. Y lo mismo decimos de los recursos eonómicos, que son realmente los SNIS los que están generando esto.

CAMISA DE FUERZA

Cambio un poco mi plática para centrarme ahora en otro punto crucial: lo que el Sistema Nacional de Investigadores ha hecho es establecer normas, reglas generales y marcos de referencia; pero no es, como muchos lo quieren ver, una camisa de fuerza en que el investigador tiene que hacer lo que el sistema diga, o lo que el CONACYT diga; no.

Dentro de un marco de libertad académica, estos sistemas están enfocados a propiciar, estimular y fomentar, y no es lo mismo poner normas y reglas de operación a establecer medidas estrictas que son a veces inamovibles como las que ocurren en el otro ámbito de la educación. Si la Secretaría de Educación hubiera sido la que estableciera las reglas, les aseguro que nadie, ni siquiera los que estamos aquí, estuviéramos en el sistema nacional.

Vamos a ver. Pablo Picasso, el pintor conocido en el ámbito del habla hispana, tuvo muchísimos periodos creativos en su vida personal, y de un periodo “rosa” cambió a un periodo “azul”. Yo quisiera haber visto una comisión evaluadora de la Secretaria de Educación: “Su línea de generación y aplicación del conocimiento está en esta línea, y ahora, después de dos años, me sale usted con que tiene un periodo ‘azul’. ¡Qué falta de seriedad!”, y lo mismo le habría sucedido a Leonardo

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Si no pensamos de otra manera y desde otro sitio, la fortaleza del SNI y su creciente consolidación, redunda o ha de redundar en la falta de incentivos para que las ins-tituciones sean tales y no sólo organizadoras de cursos, distribuidoras de becas y estímulos y clientes prioritarios del sistema, pues a más señores y señoras en la nómina, más calidad atribuida.

NI CONTIGO NI SIN TI

Entonces, ocurre que ni contigo ni sin ti. Los rectores di-cen: “yo no quiero SNI”, porque no se comprometen con la institución a dar clases, pero lo necesito porque, si no, los cuerpos académicos no están consolidados.

Conclusión…. el asunto no es dejar al SNI o desapare-

cerlo; no se asuste nadie, y menos de manera brusca;

estamos proponiendo un ejercicio analítico, un experi-

mento mental, y si un día las IES ya se han reestructurado para hacer posible la actividad de investigación diferen-cial inherente, y derechos y salarios, con consecuencia en prestaciones y jubilaciones, y producir programas de es-tatus diversos de acuerdo a disciplinas, géneros y edades –tendemos a pensar que en general no- de tal modo que quizá un efecto no esperado del sistema, esté siendo la falta de incentivos para que las IES mejoren muchos de sus problemas, los resuelven en mejores términos; hetero-nomía o autonomía, comodidad; se culpa o se agradece al sistema externo que no causa problemas al interior: ni contigo ni sin ti.

Paulatinamente, creemos, el sistema debería producir, y sería parte de su agenda, pero no sólo de él, sino de las autoridades educativas y científicas, deberían producir

efectos positivos que hagan combatir existan cosas peo-

res en el SNI. Entonces iría perdiendo importancia, pero

estaría logrando lo que se propuso: verdaderas carreras

académicas, pautadas, productivas, exigentes y atracti-

vas, porque lo que hoy es el SNI es la carrera académica del país, del mismo modo que hoy en la educación básica la prueba enlace es el currículo; y como según salga la prueba enlace al profesor le van a dar dinero, en la carrera académica nacional según hagamos las cosas también nos toca.

Que las instituciones académicas tengan posibilidades de integración de grupos jóvenes de investigadores; es-clarecimiento de la naturaleza del trabajo académico, que ya de por sí es complejo; es decir, tenemos que abrirnos a la presencia y al respeto a su saber específico, de actores profesionalmente preparados al máximo nivel para, por ejemplo, recaudar fondos.

No lo sabemos hacer nosotros, ni quizá nos correspon-da, dado que hay profesionales que conocen el procedi-miento adecuado para ello; gente profesional para atender a los estudiantes en aspectos extra académicos y dejar de lado la asesoría materna y paternalista para centrarnos en la asesoría académica; de preferir aspectos como el re-conocimiento de la vida académica, no sólo guiado por el modelo del investigador de las supuestas ciencias sólidas; la reprensión de la evaluación como contabilidad; el res-peto por la trayectoria de nuestros mayores a través de procesos de jubilación decentes.

NUESTRA REALIDAD

En fin, ya para cerrar esta participación: Somos en este sistema, desgraciadamente, una comunidad que cada vez escribe más y lee menos; una comunidad a la que no le dan puntos por estudiar; una comunidad a la que no le dan puntos por conversar con los demás. No es buena esa actitud. Es mejor el futuro que pensaba Machado, que al

pensar en morirse, decía: “y al cabo nada os debo; me de-

béis cuanto he escrito; a mi trabajo acudo, con mi dinero

pago el traje que me viste y la mansión que habito, el

pan que me alimenta y el lecho en donde yago”.

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La evaluación: una revolución culturalIntervención del doctor Mario César Salinas, Secretario de Investigación, Innovación y Posgrado / UANL

Me permito felicitar a los organizadores de este evento que seguramente marcará un parteaguas en la his-toria del SNI. Y ¿por qué hay que festejar? Primera-

mente, porque estamos celebrando 200 años de la inde-pendencia, cien años de la revolución, en una ciudad como Querétaro. Seguramente las crónicas de los años por venir dirán que, del 5 al 8 de mayo de 2010, un grupo de inves-tigadores de este país se reunió para analizar, discutir y proponer nuevas formas, nuevas estructuras, y esta cul-tura de la evaluación, que debería permear a todas las ins-tituciones públicas y privadas de este México.

Esto es seguramente una revolución cultural, y así será marcado en la historia; yo estoy seguro, compañeros, que estaremos en las páginas que dirán que un grupo notable se reunió, y entre las discusiones, encuentros y desen-cuentros, coincidencias y diferencias, lograron construir una base sobre la cual se pueda trabajar.

CULTURA DE LA EVALUACIÓN

Voy a narrarles aquí, muy rápidamente, cómo la cultura de la evaluación, es algo que no está en el ambiente nacio-nal. La cultura de la evaluación nosotros la venimos en-contrando generalmente en una estructura escolar, y nor-malmente en algunos programas gubernamentales. En el ámbito de la industria más bien parecería ser un emblema nacional: “a mí nadie me tiene que decir lo que tengo que hacer”. Y si yo soy el que barre, “a mí nadie me va a decir cómo, porque yo ya tengo muchos años haciendo esta fun-ción y lo hago, según yo, muy bien”.

La cultura de la evaluación, que, a mi manera de ver, renace y se estructura en este reglamento del Sistema Na-cional de Investigadores, repercute en otras instituciones de la vida pública del México de hoy.

Recordemos que cuando nació el Sistema Nacional de Investigadores, en 1984, ya había algunos programas de posgrado, en los cuales pudimos formarnos, en diversas instituciones como la UNAM, el Politécnico etcétera. Para obtener un grado de doctor, cada una de estas institu-ciones creó programas de posgrado, que se iniciaron de manera personal, porque este doctor vino de Inglaterra; otro, de Japón, y cada quien estableció su modelo, porque no había ni reglas ni formas de evaluación.

Y dentro del Sistema Nacional de Investigadores se dio una tarea extraordinaria. El CONACYT acordó mejorar el posgrado nacional, y desde 1986 se dio a la tarea de hacer una revisión del posgrado. En este país, el promedio en la eficiencia terminal de los programas doctorales era de 17.5 por ciento; es decir, que cerca del 83 por ciento no

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El SNI y la Cultura de la EvaluaciónIntervención del doctor José Antonio de la Peña, presidente

Permítanme presentar a los distinguidos académicos que nos acompañan en la mesa: doctor René Drucker, director de Investigación de la Ciencia, de la UNAM;

doctora Lena Ruíz, de la Facultad de Química, de la UNAM; doctor Juan José Sánchez Sosa, del Posgrado de Psicología, de la UNAM; doctor Jaime Álvarez Gallegos, director de Posgrados, del Instituto Politécnico Nacional; doctor Mario César Salinas, secretario de Investigación y Posgrado, de la Universidad Autónoma de Nuevo León.

Antes de darles la palabra, voy a hacer una breve pre-sentación, para poner en contexto algunos de los proble-mas que van a ser tratados en la mesa e inducir algunas preguntas que me parecen interesantes.

En el reglamento del SNI, la declaración de principios, en el rubro de la misión, dice: El Sistema Nacional de Inves-tigadores tiene por objeto promover y fortalecer, a través de la evaluación, la calidad de la investigación científica y tecnológica, y la innovación que se produce en el país. De tal manera que la evaluación, automáticamente, como habitual porcentual, y como muchos ya habrán mencio-nado, de alguna manera transforma al Sistema Nacional de Investigadores en un sistema de evaluación.

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¿Qué significa evaluar? ¿Para qué evaluar? ¿ Quién evalúa?

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Intervención de la doctora Lena Ruiz Azuara / Facultad de Química de la UNAM

Inicialmente, vamos a ver qué es evaluación. La evaluación puede definirse como un proceso dinámico, continuo y sistemático, enfocado hacia

los cambios de las conductas y rendimientos.¿Qué significa evaluar? ¿Para qué evaluar? ¿Y

quién evalúa?Éstos son los parámetros fundamentales en el

proceso de evaluación, Vamos a ver uno por uno:¿Qué significa evaluar? Hay varios modelos de

evaluación de la gente que se dedica a hacer esto, y existen modelos que dicen hay que evaluar aquí y ahora, y también hay que ver el por qué y para

qué evaluar. Fundamentalmente, la evaluación conlleva al diagnóstico, porque tenemos que ver cómo está el proceso en ese momento y para qué queremos hacer ese diagnostico. Y se pueden evaluar instituciones, se pueden evaluar programas de estudio. ¿Para qué? Pues para evaluar mejor a las personas. La evaluación siempre conlleva un fin, que es lograr algo, y se pueden evaluar personas.

Pero, ¿para qué evaluamos? Para hacer un diagnóstico. El diagnóstico nos va a permitir, por ejemplo, generar planes: Lo que se esta haciendo en este congreso es precisamente un diagnóstico de cómo está el SNI, cómo están sus miembros, cómo está su reglamento. Eso es lo que esta-mos haciendo; es un diagnostico, y esto debe llevarnos a un fin estraté-gico, que es que sea mejor eso que estamos evaluando.

Y mi esperanza es que este congreso nos lleve precisamente a ac-ciones para mejorar el Sistema Nacional de Investigadores.

Entre los elementos para la evaluación, es bueno principalmente el curriculum vitae, y, por ejemplo, en los consejos de evaluación se plan-tean visitas físicas a los lugares, a las instituciones.

EVALUACIÓN POR PARES ACADÉMICOS

Ahora, ¿quién evalúa? La evaluación en el Sistema Nacional de Investiga-dores se hace por pares académicos. ¿Qué es un par académico?, o ¿qué creemos que es un par académico? Que son capaces, que son buenos en su materia, que son buenos en su área y que tienen la calidad, la capaci-dad y el conocimiento para evaluar.

Desde luego, queremos que sean honestos, que vayan a hacer el trabajo de manera cooperativa y con toda responsabilidad, y que sus evaluaciones sean objetivas totalmente. A veces es posible que se estén evaluando áreas de las cuales en las comisiones no haya un experto. En-tonces, vale la pena concentrar el esfuerzo, porque debemos saber si la calidad de trabajo que se está generando, independientemente del índice de impacto, es lo que se va a evaluar. Ahí es donde está la parte más complicada.

Otro aspecto radica en que el Sistema Nacional de Investigadores evalúa básicamente en el ámbito académico, y las funciones principales son la investigación, la ciencia, la divulgación y el desarrollo de tec-nología; pero se le da más importancia a la investigación, y a veces el desarrollo tecnológico y la vinculación ni siquiera existen, y el enfoque de la ciencia va cada vez más encaminado hacia la vinculación con el desarrollo tecnológico.

Otros aspectos que no se consideran mucho son el nivel de desarrollo de la institución, la localización geográfica y la trayectoria completa del candidato a pertenecer al sistema, y el género. En este punto, ha habido una creciente en el nivel de mujeres en el SNI, pero todavía hay una dife-rencia importante.

Ya para finalizar, debemos preguntarnos cómo haremos para mejo-rar todas las cuestiones que aquí se han tratado.

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Para realizar esta labor se requiere establecer crite-rios confiables y válidos para evaluar actividades de in-vestigación. Esto es todavía parte de la declaración. Los primeros principios establecidos en el reglamento son de carácter cualitativo y general, y no dicen que tienen que tener tantos artículos ni mucho menos. Contrariamente a lo que algunos creen; lo que dice son requisitos generales, por ejemplo, para nivel I: Poseer el grado de doctor y par-ticipar activamente en trabajos de investigación científica y/o tecnológica, original y de alta calidad, lo que se demos-trará mediante la presentación de sus productos de inves-tigación o desarrollo tecnológico; haber participado en la dirección de tesis de licenciatura o posgrado, en impar-tición de cursos, así como en otras actividades docentes o formativas; haber participado en actividades que involu-cren la divulgación de la ciencia.

Es todo lo que dice. Y esto es lo más importante: que nos explique la práctica. Desde el primer día que comenzó el Sistema Nacional de Investigadores, la evaluación es to-tal.

Y ahora vamos a ver un procedimiento que se realiza desde hace muchísimos años. Se trata de un programa mundial de evaluación de diferentes tipos de proyectos de investigación. Yo creo que los científicos son los más calificados para evaluar los proyectos de otros científicos, y ahora, ante la necesidad de capacitar científicos en las instituciones, han ido surgiendo, a través de los años, una gama de criterios, y la premisa de estos criterios, en prin-cipio, es que tengan validez universal; que no dependan del lugar donde se aplique el criterio ni del tema en el que se mueven y que se aplican.

PRINCIPIOS BÁSICOS

Se pretende que sean criterios objetivos y fáciles de medir y que determinen en lo posible la calidad del trabajo. És-tos son como principios básicos que uno espera tener de los criterios de evaluación, y ahora que se han propuesto cosas como el numero de citas, el número de artículos el factor de impacto, el numero H y otra serie de indicado-res, todas en principio tienen algún tipo de información vital o información numérica que da información de las características generales del trabajo que se realiza en las instituciones, pero no necesariamente es un indicador de la calidad del trabajo de los individuos.

Pero, ¿qué tan lejos estamos del uso de los índices? Una cita del Evidence Report de 2007, en Inglaterra, dice que “es la intención del gobierno sustituir todas las evalua-ciones de calidad de las instituciones, por eva-luaciones de índices e indicadores”; es decir, cuántas citas, cuántos artículos, en qué revistas o en qué paginas web están pu-blicados, y de esa mane-ra evaluar a las instituciones. En-tonces, hay administradores de la ciencia, por lo menos en Inglaterra, que piensan que ésta es la mejor manera de hacer este tipo de evaluación.

Otra cita, que es de un reporte que hizo la Unión Matemática Internacional, dice que “si acaso, únicamente los índices de situación proveen o dan, en el mejor de los casos, una incompleta y generalmente superficial com-prensión de la investigación; una comprensión que es váli-da solo cuando es reforzada con otro tipo de juicios”; y eso es interesante, porque los mismos matemáticos dicen que los números no son inherentemente superiores a los juicios de pares o a los juicios de valor que puedan hacer

los pares. Por otro lado, el número de artículos que ha publicado un investigador, no es un elemento de juicio de la calidad de su trabajo. Ha habido gente que ha sido muy importante en la ciencia y que ha publicado muy pocos artículos. En cambio, el número de citas sí es un buen in-dicador.

Pero es más complicado, por ejemplo, medir el índice de impacto de una revista. No todo el mundo; pero gran cantidad de personas piensan y aun entre científicos lo he comprobado, que el índice de impacto de una revista es un gran indicador de la cantidad de citas que va a tener el articulo a lo largo de los años; en cuestión de revistas, si una tiene mayor índice de impacto que otra, no es sólo que yo tenga mayor numero de citas en la que tiene mayor índice de impacto.

Eso es totalmente falso, porque el índice de impacto mide solamente el número de citas en los dos años si-guientes a la publicación de los artículos; entonces, hay que ver qué tan rápido decae el número de citas de los artículos en promedio. Esto es una muestra de que los índices de impacto constituyen una variable que no mues-tra la calidad del trabajo de la investigación.

Las recomendaciones que el CONACYT hace; por ejemplo, los dictaminadores del SNI en general son las si-guientes:

• No fundar los dictámenes sólo en los índices de citación. Pueden utilizarse los índices de citación sólo como refe-rencia de lo que indiquen; es decir, si no tiene ninguna cita, seguramente algo quiere decir de su trabajo; y si tiene muchas citas; también; pero si tiene 50 citas ó 60 citas, pues es dudoso lo que dice. • Tomar en cuenta las revistas del índice de CONACYT. • Tomar en cuenta la docencia y la divulgación para la eva-luación

Ahora bien, los pares y las comisiones son otra cosa. Los pares se reúnen en las comisiones y se ponen de acuer-do sobre qué criterios van a seguir, y tienen la libertad de hacerlo, y qué bueno que la tengan; y el CO-NACYT no modifica las condiciones de la comisión.

Muchas de las comisiones, por convicción de que es la mejor manera de medir el trabajo, cuantifican el desem-peño al darles mayor garantía a aquéllos que publican más artículos y que son los más citados. Insisto en que es una decisión interna de parte de las comisiones, pero que se interpreta como decisión de parte de CONACYT. Yo creo que es una confusión muy extendida.

A todos nos gustaría que la evaluación fuera objetiva, pero para que sea objetiva debemos hacer uso de ciertos límites; pero la ventaja es que podemos tener de antema-no los niveles a seguir en la evaluación.

En cambio, la evaluación subjetiva -la evaluación por pares en general es subjetiva-, no brinda certidumbre al evaluado, porque no sabe qué van a pensar los miembros de la comisión.

Otro dilema está entre tener libertad absoluta para los dictaminadores o un mayor control por parte de CONA-CYT, por ejemplo. En este caso, si a CONACYT le gustara que las revistas del índice de revistas de CONACYT sean mas tomadas en cuenta que la docencia y la divulgación, se presentaría el dilema entre objetividad, subjetividad y mayor control por parte de la institución que dirige las evaluaciones, o una libertad absoluta para los dictamina-dores, y la evaluación por pares está un poco en medio de todo esto.

Trata de ser objetiva, pero a veces es muy subjetiva; trata de tomar en cuenta las indicaciones y las líneas que se marcan, pero tiene una libertad final para la decisión. Entonces, yo quisiera preguntar en general a los miembros de la mesa cómo ven estos dilemas, qué piensan que debe predominar en una evaluación: ¿las evaluaciones objeti-vas?, ¿las evaluaciones subjetivas?, ¿cómo debe ser la eva-luación por pares?, ¿cómo hacer que se tomen en cuenta ciertos criterios?

O bien, ¿se debe dar libertad absoluta a las comisiones, a pesar de que hay cambios de criterio en ocasiones de una comisión a otra y de un área a otra? En fin, éstas son algunas de las preguntas que nos queremos hacer.

Para comenzar, quisiera pedir a la doctora Lena Ruiz Azuara que haga su presentación.

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CONOCIMIENTOSISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES48 SISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORESCONOCIMIENTO 49

Para realizar esta labor se requiere establecer crite-rios confiables y válidos para evaluar actividades de in-vestigación. Esto es todavía parte de la declaración. Los primeros principios establecidos en el reglamento son de carácter cualitativo y general, y no dicen que tienen que tener tantos artículos ni mucho menos. Contrariamente a lo que algunos creen; lo que dice son requisitos generales, por ejemplo, para nivel I: Poseer el grado de doctor y par-ticipar activamente en trabajos de investigación científica y/o tecnológica, original y de alta calidad, lo que se demos-trará mediante la presentación de sus productos de inves-tigación o desarrollo tecnológico; haber participado en la dirección de tesis de licenciatura o posgrado, en impar-tición de cursos, así como en otras actividades docentes o formativas; haber participado en actividades que involu-cren la divulgación de la ciencia.

Es todo lo que dice. Y esto es lo más importante: que nos explique la práctica. Desde el primer día que comenzó el Sistema Nacional de Investigadores, la evaluación es to-tal.

Y ahora vamos a ver un procedimiento que se realiza desde hace muchísimos años. Se trata de un programa mundial de evaluación de diferentes tipos de proyectos de investigación. Yo creo que los científicos son los más calificados para evaluar los proyectos de otros científicos, y ahora, ante la necesidad de capacitar científicos en las instituciones, han ido surgiendo, a través de los años, una gama de criterios, y la premisa de estos criterios, en prin-cipio, es que tengan validez universal; que no dependan del lugar donde se aplique el criterio ni del tema en el que se mueven y que se aplican.

PRINCIPIOS BÁSICOS

Se pretende que sean criterios objetivos y fáciles de medir y que determinen en lo posible la calidad del trabajo. És-tos son como principios básicos que uno espera tener de los criterios de evaluación, y ahora que se han propuesto cosas como el numero de citas, el número de artículos el factor de impacto, el numero H y otra serie de indicado-res, todas en principio tienen algún tipo de información vital o información numérica que da información de las características generales del trabajo que se realiza en las instituciones, pero no necesariamente es un indicador de la calidad del trabajo de los individuos.

Pero, ¿qué tan lejos estamos del uso de los índices? Una cita del Evidence Report de 2007, en Inglaterra, dice que “es la intención del gobierno sustituir todas las evalua-ciones de calidad de las instituciones, por eva-luaciones de índices e indicadores”; es decir, cuántas citas, cuántos artículos, en qué revistas o en qué paginas web están pu-blicados, y de esa mane-ra evaluar a las instituciones. En-tonces, hay administradores de la ciencia, por lo menos en Inglaterra, que piensan que ésta es la mejor manera de hacer este tipo de evaluación.

Otra cita, que es de un reporte que hizo la Unión Matemática Internacional, dice que “si acaso, únicamente los índices de situación proveen o dan, en el mejor de los casos, una incompleta y generalmente superficial com-prensión de la investigación; una comprensión que es váli-da solo cuando es reforzada con otro tipo de juicios”; y eso es interesante, porque los mismos matemáticos dicen que los números no son inherentemente superiores a los juicios de pares o a los juicios de valor que puedan hacer

los pares. Por otro lado, el número de artículos que ha publicado un investigador, no es un elemento de juicio de la calidad de su trabajo. Ha habido gente que ha sido muy importante en la ciencia y que ha publicado muy pocos artículos. En cambio, el número de citas sí es un buen in-dicador.

Pero es más complicado, por ejemplo, medir el índice de impacto de una revista. No todo el mundo; pero gran cantidad de personas piensan y aun entre científicos lo he comprobado, que el índice de impacto de una revista es un gran indicador de la cantidad de citas que va a tener el articulo a lo largo de los años; en cuestión de revistas, si una tiene mayor índice de impacto que otra, no es sólo que yo tenga mayor numero de citas en la que tiene mayor índice de impacto.

Eso es totalmente falso, porque el índice de impacto mide solamente el número de citas en los dos años si-guientes a la publicación de los artículos; entonces, hay que ver qué tan rápido decae el número de citas de los artículos en promedio. Esto es una muestra de que los índices de impacto constituyen una variable que no mues-tra la calidad del trabajo de la investigación.

Las recomendaciones que el CONACYT hace; por ejemplo, los dictaminadores del SNI en general son las si-guientes:

• No fundar los dictámenes sólo en los índices de citación. Pueden utilizarse los índices de citación sólo como refe-rencia de lo que indiquen; es decir, si no tiene ninguna cita, seguramente algo quiere decir de su trabajo; y si tiene muchas citas; también; pero si tiene 50 citas ó 60 citas, pues es dudoso lo que dice. • Tomar en cuenta las revistas del índice de CONACYT. • Tomar en cuenta la docencia y la divulgación para la eva-luación

Ahora bien, los pares y las comisiones son otra cosa. Los pares se reúnen en las comisiones y se ponen de acuer-do sobre qué criterios van a seguir, y tienen la libertad de hacerlo, y qué bueno que la tengan; y el CO-NACYT no modifica las condiciones de la comisión.

Muchas de las comisiones, por convicción de que es la mejor manera de medir el trabajo, cuantifican el desem-peño al darles mayor garantía a aquéllos que publican más artículos y que son los más citados. Insisto en que es una decisión interna de parte de las comisiones, pero que se interpreta como decisión de parte de CONACYT. Yo creo que es una confusión muy extendida.

A todos nos gustaría que la evaluación fuera objetiva, pero para que sea objetiva debemos hacer uso de ciertos límites; pero la ventaja es que podemos tener de antema-no los niveles a seguir en la evaluación.

En cambio, la evaluación subjetiva -la evaluación por pares en general es subjetiva-, no brinda certidumbre al evaluado, porque no sabe qué van a pensar los miembros de la comisión.

Otro dilema está entre tener libertad absoluta para los dictaminadores o un mayor control por parte de CONA-CYT, por ejemplo. En este caso, si a CONACYT le gustara que las revistas del índice de revistas de CONACYT sean mas tomadas en cuenta que la docencia y la divulgación, se presentaría el dilema entre objetividad, subjetividad y mayor control por parte de la institución que dirige las evaluaciones, o una libertad absoluta para los dictamina-dores, y la evaluación por pares está un poco en medio de todo esto.

Trata de ser objetiva, pero a veces es muy subjetiva; trata de tomar en cuenta las indicaciones y las líneas que se marcan, pero tiene una libertad final para la decisión. Entonces, yo quisiera preguntar en general a los miembros de la mesa cómo ven estos dilemas, qué piensan que debe predominar en una evaluación: ¿las evaluaciones objeti-vas?, ¿las evaluaciones subjetivas?, ¿cómo debe ser la eva-luación por pares?, ¿cómo hacer que se tomen en cuenta ciertos criterios?

O bien, ¿se debe dar libertad absoluta a las comisiones, a pesar de que hay cambios de criterio en ocasiones de una comisión a otra y de un área a otra? En fin, éstas son algunas de las preguntas que nos queremos hacer.

Para comenzar, quisiera pedir a la doctora Lena Ruiz Azuara que haga su presentación.

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El SNI y la Cultura de la EvaluaciónIntervención del doctor José Antonio de la Peña, presidente

Permítanme presentar a los distinguidos académicos que nos acompañan en la mesa: doctor René Drucker, director de Investigación de la Ciencia, de la UNAM;

doctora Lena Ruíz, de la Facultad de Química, de la UNAM; doctor Juan José Sánchez Sosa, del Posgrado de Psicología, de la UNAM; doctor Jaime Álvarez Gallegos, director de Posgrados, del Instituto Politécnico Nacional; doctor Mario César Salinas, secretario de Investigación y Posgrado, de la Universidad Autónoma de Nuevo León.

Antes de darles la palabra, voy a hacer una breve pre-sentación, para poner en contexto algunos de los proble-mas que van a ser tratados en la mesa e inducir algunas preguntas que me parecen interesantes.

En el reglamento del SNI, la declaración de principios, en el rubro de la misión, dice: El Sistema Nacional de Inves-tigadores tiene por objeto promover y fortalecer, a través de la evaluación, la calidad de la investigación científica y tecnológica, y la innovación que se produce en el país. De tal manera que la evaluación, automáticamente, como habitual porcentual, y como muchos ya habrán mencio-nado, de alguna manera transforma al Sistema Nacional de Investigadores en un sistema de evaluación.

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¿Qué significa evaluar? ¿Para qué evaluar? ¿ Quién evalúa?

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Intervención de la doctora Lena Ruiz Azuara / Facultad de Química de la UNAM

Inicialmente, vamos a ver qué es evaluación. La evaluación puede definirse como un proceso dinámico, continuo y sistemático, enfocado hacia

los cambios de las conductas y rendimientos.¿Qué significa evaluar? ¿Para qué evaluar? ¿Y

quién evalúa?Éstos son los parámetros fundamentales en el

proceso de evaluación, Vamos a ver uno por uno:¿Qué significa evaluar? Hay varios modelos de

evaluación de la gente que se dedica a hacer esto, y existen modelos que dicen hay que evaluar aquí y ahora, y también hay que ver el por qué y para

qué evaluar. Fundamentalmente, la evaluación conlleva al diagnóstico, porque tenemos que ver cómo está el proceso en ese momento y para qué queremos hacer ese diagnostico. Y se pueden evaluar instituciones, se pueden evaluar programas de estudio. ¿Para qué? Pues para evaluar mejor a las personas. La evaluación siempre conlleva un fin, que es lograr algo, y se pueden evaluar personas.

Pero, ¿para qué evaluamos? Para hacer un diagnóstico. El diagnóstico nos va a permitir, por ejemplo, generar planes: Lo que se esta haciendo en este congreso es precisamente un diagnóstico de cómo está el SNI, cómo están sus miembros, cómo está su reglamento. Eso es lo que esta-mos haciendo; es un diagnostico, y esto debe llevarnos a un fin estraté-gico, que es que sea mejor eso que estamos evaluando.

Y mi esperanza es que este congreso nos lleve precisamente a ac-ciones para mejorar el Sistema Nacional de Investigadores.

Entre los elementos para la evaluación, es bueno principalmente el curriculum vitae, y, por ejemplo, en los consejos de evaluación se plan-tean visitas físicas a los lugares, a las instituciones.

EVALUACIÓN POR PARES ACADÉMICOS

Ahora, ¿quién evalúa? La evaluación en el Sistema Nacional de Investiga-dores se hace por pares académicos. ¿Qué es un par académico?, o ¿qué creemos que es un par académico? Que son capaces, que son buenos en su materia, que son buenos en su área y que tienen la calidad, la capaci-dad y el conocimiento para evaluar.

Desde luego, queremos que sean honestos, que vayan a hacer el trabajo de manera cooperativa y con toda responsabilidad, y que sus evaluaciones sean objetivas totalmente. A veces es posible que se estén evaluando áreas de las cuales en las comisiones no haya un experto. En-tonces, vale la pena concentrar el esfuerzo, porque debemos saber si la calidad de trabajo que se está generando, independientemente del índice de impacto, es lo que se va a evaluar. Ahí es donde está la parte más complicada.

Otro aspecto radica en que el Sistema Nacional de Investigadores evalúa básicamente en el ámbito académico, y las funciones principales son la investigación, la ciencia, la divulgación y el desarrollo de tec-nología; pero se le da más importancia a la investigación, y a veces el desarrollo tecnológico y la vinculación ni siquiera existen, y el enfoque de la ciencia va cada vez más encaminado hacia la vinculación con el desarrollo tecnológico.

Otros aspectos que no se consideran mucho son el nivel de desarrollo de la institución, la localización geográfica y la trayectoria completa del candidato a pertenecer al sistema, y el género. En este punto, ha habido una creciente en el nivel de mujeres en el SNI, pero todavía hay una dife-rencia importante.

Ya para finalizar, debemos preguntarnos cómo haremos para mejo-rar todas las cuestiones que aquí se han tratado.

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Si no pensamos de otra manera y desde otro sitio, la fortaleza del SNI y su creciente consolidación, redunda o ha de redundar en la falta de incentivos para que las ins-tituciones sean tales y no sólo organizadoras de cursos, distribuidoras de becas y estímulos y clientes prioritarios del sistema, pues a más señores y señoras en la nómina, más calidad atribuida.

NI CONTIGO NI SIN TI

Entonces, ocurre que ni contigo ni sin ti. Los rectores di-cen: “yo no quiero SNI”, porque no se comprometen con la institución a dar clases, pero lo necesito porque, si no, los cuerpos académicos no están consolidados.

Conclusión…. el asunto no es dejar al SNI o desapare-

cerlo; no se asuste nadie, y menos de manera brusca;

estamos proponiendo un ejercicio analítico, un experi-

mento mental, y si un día las IES ya se han reestructurado para hacer posible la actividad de investigación diferen-cial inherente, y derechos y salarios, con consecuencia en prestaciones y jubilaciones, y producir programas de es-tatus diversos de acuerdo a disciplinas, géneros y edades –tendemos a pensar que en general no- de tal modo que quizá un efecto no esperado del sistema, esté siendo la falta de incentivos para que las IES mejoren muchos de sus problemas, los resuelven en mejores términos; hetero-nomía o autonomía, comodidad; se culpa o se agradece al sistema externo que no causa problemas al interior: ni contigo ni sin ti.

Paulatinamente, creemos, el sistema debería producir, y sería parte de su agenda, pero no sólo de él, sino de las autoridades educativas y científicas, deberían producir

efectos positivos que hagan combatir existan cosas peo-

res en el SNI. Entonces iría perdiendo importancia, pero

estaría logrando lo que se propuso: verdaderas carreras

académicas, pautadas, productivas, exigentes y atracti-

vas, porque lo que hoy es el SNI es la carrera académica del país, del mismo modo que hoy en la educación básica la prueba enlace es el currículo; y como según salga la prueba enlace al profesor le van a dar dinero, en la carrera académica nacional según hagamos las cosas también nos toca.

Que las instituciones académicas tengan posibilidades de integración de grupos jóvenes de investigadores; es-clarecimiento de la naturaleza del trabajo académico, que ya de por sí es complejo; es decir, tenemos que abrirnos a la presencia y al respeto a su saber específico, de actores profesionalmente preparados al máximo nivel para, por ejemplo, recaudar fondos.

No lo sabemos hacer nosotros, ni quizá nos correspon-da, dado que hay profesionales que conocen el procedi-miento adecuado para ello; gente profesional para atender a los estudiantes en aspectos extra académicos y dejar de lado la asesoría materna y paternalista para centrarnos en la asesoría académica; de preferir aspectos como el re-conocimiento de la vida académica, no sólo guiado por el modelo del investigador de las supuestas ciencias sólidas; la reprensión de la evaluación como contabilidad; el res-peto por la trayectoria de nuestros mayores a través de procesos de jubilación decentes.

NUESTRA REALIDAD

En fin, ya para cerrar esta participación: Somos en este sistema, desgraciadamente, una comunidad que cada vez escribe más y lee menos; una comunidad a la que no le dan puntos por estudiar; una comunidad a la que no le dan puntos por conversar con los demás. No es buena esa actitud. Es mejor el futuro que pensaba Machado, que al

pensar en morirse, decía: “y al cabo nada os debo; me de-

béis cuanto he escrito; a mi trabajo acudo, con mi dinero

pago el traje que me viste y la mansión que habito, el

pan que me alimenta y el lecho en donde yago”.

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La evaluación: una revolución culturalIntervención del doctor Mario César Salinas, Secretario de Investigación, Innovación y Posgrado / UANL

Me permito felicitar a los organizadores de este evento que seguramente marcará un parteaguas en la his-toria del SNI. Y ¿por qué hay que festejar? Primera-

mente, porque estamos celebrando 200 años de la inde-pendencia, cien años de la revolución, en una ciudad como Querétaro. Seguramente las crónicas de los años por venir dirán que, del 5 al 8 de mayo de 2010, un grupo de inves-tigadores de este país se reunió para analizar, discutir y proponer nuevas formas, nuevas estructuras, y esta cul-tura de la evaluación, que debería permear a todas las ins-tituciones públicas y privadas de este México.

Esto es seguramente una revolución cultural, y así será marcado en la historia; yo estoy seguro, compañeros, que estaremos en las páginas que dirán que un grupo notable se reunió, y entre las discusiones, encuentros y desen-cuentros, coincidencias y diferencias, lograron construir una base sobre la cual se pueda trabajar.

CULTURA DE LA EVALUACIÓN

Voy a narrarles aquí, muy rápidamente, cómo la cultura de la evaluación, es algo que no está en el ambiente nacio-nal. La cultura de la evaluación nosotros la venimos en-contrando generalmente en una estructura escolar, y nor-malmente en algunos programas gubernamentales. En el ámbito de la industria más bien parecería ser un emblema nacional: “a mí nadie me tiene que decir lo que tengo que hacer”. Y si yo soy el que barre, “a mí nadie me va a decir cómo, porque yo ya tengo muchos años haciendo esta fun-ción y lo hago, según yo, muy bien”.

La cultura de la evaluación, que, a mi manera de ver, renace y se estructura en este reglamento del Sistema Na-cional de Investigadores, repercute en otras instituciones de la vida pública del México de hoy.

Recordemos que cuando nació el Sistema Nacional de Investigadores, en 1984, ya había algunos programas de posgrado, en los cuales pudimos formarnos, en diversas instituciones como la UNAM, el Politécnico etcétera. Para obtener un grado de doctor, cada una de estas institu-ciones creó programas de posgrado, que se iniciaron de manera personal, porque este doctor vino de Inglaterra; otro, de Japón, y cada quien estableció su modelo, porque no había ni reglas ni formas de evaluación.

Y dentro del Sistema Nacional de Investigadores se dio una tarea extraordinaria. El CONACYT acordó mejorar el posgrado nacional, y desde 1986 se dio a la tarea de hacer una revisión del posgrado. En este país, el promedio en la eficiencia terminal de los programas doctorales era de 17.5 por ciento; es decir, que cerca del 83 por ciento no

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la conformación y posterior sofisticación de procesos de afinación, de ingresos adicionales a lo que, quizás no con toda la debida precisión, llamamos historia.

EL SNI, PRODUCTO DE LA CRISIS

Y DE OTROS FACTORES

A pesar de que muchos así lo consideran, lo cierto es que no sólo ni quizá principalmente fue la crisis económica la que hizo necesario el sistema. Hay causas adicionales muy importantes, y quizá en esto las ciencias sociales puedan a ayudar a entender que nunca puede un solo factor suscitar un cambio social importante.

En orden de prioridades, se pueden mencionar las si-guientes: habíamos pasado, muy aceleradamente, de una universidad tradicional, centrada en la reproducción de las profesiones, de corte elitista, al proceso expansivo que nos llevó a la multiplicación de los pupitres y de los pues-tos académicos.

Los académicos que fuimos muchos de nosotros, éra-mos aquéllos que dábamos clases sin haber terminado la licenciatura; que nos formamos en el camino; que no éra-mos herederos de un gran capital cultural; hijos de padres sin primaria.

El papel de investigador entonces no contaba con la

legitimidad necesaria para establecer espacios adecua-

dos en la mayoría de las instituciones; además, es nece-sario reconocer que, ya en los años ochenta, y como pro-ducto de muchos factores imposibles de reseñar ahora, las instituciones no contaban con estructuras de autoridad académica legítima.

Al llegar la crisis, el ingreso promedio de los aca-

démicos de tiempo completo en el país en 82-89 vio re-

ducido en 70 por ciento su capacidad de compra. Esto no sólo condujo a la escasez, sino a la erosión de la ética, de las reglas más básicas del trabajo. Daba igual trabajar que no hacer nada. La más importante prestación pudo concebirse como el derecho a cobrar sin trabajar. Era el tiempo de los profesores 15/30; iban sólo los días 15 y 30 a cobrar.

Una frase popular, pero significativa y esclarecedora de la época, era: “la universidad hace como que me paga, y yo hago como que trabajo”. Eso, colegas, es muchísimo más duro que la pobreza; esto que vemos es un ambiente de homogeneidad estéril.

Ante la propuesta de los científicos, el Estado com-

prendió que el SNI era una forma más racional de en-

tregar recursos, en comparación con los aumentos gene-

rales propios de una ya declinante ciudadanía laboral

académica.

¿Cómo salvar a los colegas investigadores que se irán, no regresarían, no podrían atraer las IES de otros lados de Francia dado el desplome de los salarios? ¿Cómo retener a unos investigadores para luego formar investigadores jóvenes?

La respuesta fue el SNI y todos sus actores originales lo conciben, y nos lo han dicho, como un plan de emer-

gencia, algo que había que hacer. Era cuestión de sobre-

vivir: el cuerpo científico mexicano estaba enfermo y

urgía medicina apropiada ausente en las instituciones.

¿El SNI ha contribuido a resolver los problemas que le dieron origen y que son comprensibles en su contexto? Lo peor sería intentar una respuesta categórica y universal. Ha habido sin duda beneficios, y no pocos: retener, con-solidar el rol de la investigación; no en las universidades muy fuertes por tradición, sino en muchas que ni imagi-naba; legitimar la acción de los colegas ante autoridades muy torpes en su comprensión de la vida académica; pero ha habido otros efectos que no han sido así.

Hay confusiones y no triviales. Se pide un Sistema Nacional de Investigadores o, más bien, una nómina dife-renciada por niveles, para otorgar sobresueldos a cerca de un 20 por ciento de los profesores de tiempo completo del país; las modalidades de evaluación han sido bastante deplorables frente a la diversidad de los hechos, y sin ver situaciones diversas como el género.

Pero, más allá de un balance puntual, hay una relación muy importante que considerar: las carencias de las ins-tituciones hicieron posible, necesaria, imprescindible, o pueden usar el termino que quieran; esa carencia de las instituciones, ya se ha resuelto luego de 25 años del SNI.

Éste es un asunto muy importante. José Sarukhán lo decía ayer. Cito de memoria: dijo que tal vez debimos

hacer lo que se pensaba: meter al SNI en las institu-

ciones, no hacer oficinas del SNI hasta en la universidad. Meter la lógica del SNI, basada en el mérito y la evaluación, como a revisión de cuentas ante pares calificados. Dijo: y el estímulo económico como salario.

Quizá de la hipótesis de que la mayoría de las convic-ciones que generaron al sistema persiste, no en el mismo grado que antaño, pero sí están presentes aún en las IES: incapacidad de distinguir de manera relativamente confia-ble la calidad del trabajo; imposibilidad de dar ingresos diferenciados de acuerdo a una trayectoria académica pautada, dificultad grave para la generación de autoridad académica legitima; ausencia de un sistema de asignación de roles y prestigios; estatus interno, con valor nacional, como se decía. Hoy, el verdadero tabulador nacional es el SNI.

PARADOJA

Si la fragilidad institucional que propició el sistema preva-lece, entonces estamos ante una paradoja que puede con-vertirse en una parajoda. Pero la paradoja es ésta: cuanto más fuerte, apreciado complejo y socorrido sea el SNI, im-posible -es una hipótesis- es imposible que, de manera in-versamente proporcional, las IES del país, el aún existente pero necesario sistema de educación superior, con su gran diversidad sea crecientemente o al menos sostenidamente frágil.

Este asunto, colegas, esta perspectiva, consideramos que es importante entender, no es ni la única ni siquiera, quizás, me he expresado bien, pero es urgente. Estamos

ante la paradoja de que, si no nos ponemos a pensar en

el sistema de la educación superior en México; si no

pensamos en la ciencia, sino desde el SNI si no pensa-

mos así, sino en todos los colegas que cobramos en el

SNI, y además con todos los beneficios académicos y

personales que implica…

terminaba el grado de doctor, y el promedio variaba de 9.3 a 9.7 años que tomaba completar un doctorado.

Viendo esto, empezaron a darse indicadores para eva-luar la eficiencia terminal, el núcleo académico, etcétera. Esto está en un número especial del CONACYT, Ciencia y Desarrollo, un suplemento especial que se llama precisa-mente “Los estudios de posgrado en México”.

A raíz de estos indicadores, se empezó a poner orden en toda esta gran heterogeneidad nacional que se veía. To-das las universidades públicas y privadas que ofrecían el grado de doctor, tuvieron que someterse a unas cuantas normas y reglas, o yo diría más bien, reglas generales de operación, como marco de referencia.

EVALUACIÓN EN EL POSGRADO NACIONAL

Todo esto sirvió para garantizar la calidad, y así tenemos la cultura de la evaluación saliéndose del ámbito del Sistema Nacional de Investigadores, y llegando al ámbito del pos-grado nacional, situación que, yo lo puedo decir aquí, fue increíblemente fácil; pero pensemos que estamos invadien-do el territorio de la Secretaria de Educación Pública, que es la que otorga los grados de doctor, pero contribuyó a lo que se llamó “posgrado de excelencia”, sujetándose a estas normas de evaluación, para garantizar cierto nivel de calidad, con lo cual los estudiantes se podían evaluar por una regla del COPNACYT, lo que prevalece hasta la actualidad.

Eso benefició enormemente a la cultura nacional y rápidamente se rompió con un círculo vicioso: los pos-grados nacionales en el país no tenían investigadores, no tenían producción científica, no tenían buenos programas y, entonces, no tenían un gran número de estudiantes. Los investigadores nacionales vinieron a ser el factor que rompió justamente con ese círculo vicioso y lo transformó en un círculo virtuoso. ¿Por que? Porque siendo el núcleo académico que generaba las ideas, los programas, los mecanismos, pudo rápidamente entender la cultura de la evaluación, llevada al posgrado nacional; y este logro, aunque no es reconocido por ninguna institución federal, es uno de los logros que los miembros del SNI realizaron del 84 a la fecha.

A partir de esto, gracias al SNI, no sólo se empezaron a crear los posgrados nacionales, y a crearse esta cultura de calidad, sino también a mejorar la cantidad de recursos económicos que estaban disponibles para la investigación; porque esos recursos económicos antes no llegaban de la manera apropiada. Los que trabajamos en instituciones públicas en aquellos años, veíamos con tristeza cómo de repente llegaban las partidas presupuestales de las univer-sidades y cómo esos recursos se iban a cualquier cosa que necesitaba la universidad, menos al posgrado y menos a la investigación.

Sin embargo esta gestión que generaron los SNI marcó la diferencia. Aquí lo quiero resaltar y poner un ejemplo: simplemente en mi institución, en la Universidad Autóno-ma de Nuevo León, en 1984 trabajábamos cuatro investi-gadores nacionales, en todas las áreas del conocimiento, y había un programa de la secretaría que pretendía catalo-gar las especies de animales, de los mamíferos de este

país, que estaban en peligro de extinción Nosotros, los cuatro SNIS de la Uni-versidad de Nuevo León dijimos: “no, señor; los que estamos en peligro de ex-tinción somos los investigadores de la universidad”; y nos dimos a una tarea de empezar a traer compañeros a las diferentes dependencias; y gracias a políticas bien implementadas, el nivel de investigadores empezó a crecer, y se produjo un parteaguas cuando un SNI, un profesor, un doctor, egresado de uno de los doctorados, de los programas doctorales de este país, llegó a la rectoría de la universidad.

MÁS INVESTIGADORES Y PRODUCCIÓN CIENTÍFICA

Entendió que necesitamos una política pública y una estructura que nos hable de calidad, y que nos garantice que los investigadores van a venir en mayor nu-mero; y efectivamente, en la actualidad somos 400. Ya la ciencia de los SNI tiene peso. ¿Por qué? Porque ese peso logró permear al resto de la estructura de la Universidad Autónoma de Nuevo León, y la producción científica y el número de investigaciones y las patentes. Incluso otros indicadores mejoraron.

Por eso tenemos hoy que el 85 por ciento de los programas de doctorado que ofrece la UANL están en el NTC, que, debemos reconocer, no es lo máximo a lo que podemos aspirar; yo diría que es lo mínimo que necesitamos para operar, para poder garantizar al país que lo que ahí se ofrece tiene un cierto nivel de calidad, pero ciertamente todavía hay mucho trabajo que hacer en ese sentido. Y lo mismo decimos de los recursos eonómicos, que son realmente los SNIS los que están generando esto.

CAMISA DE FUERZA

Cambio un poco mi plática para centrarme ahora en otro punto crucial: lo que el Sistema Nacional de Investigadores ha hecho es establecer normas, reglas generales y marcos de referencia; pero no es, como muchos lo quieren ver, una camisa de fuerza en que el investigador tiene que hacer lo que el sistema diga, o lo que el CONACYT diga; no.

Dentro de un marco de libertad académica, estos sistemas están enfocados a propiciar, estimular y fomentar, y no es lo mismo poner normas y reglas de operación a establecer medidas estrictas que son a veces inamovibles como las que ocurren en el otro ámbito de la educación. Si la Secretaría de Educación hubiera sido la que estableciera las reglas, les aseguro que nadie, ni siquiera los que estamos aquí, estuviéramos en el sistema nacional.

Vamos a ver. Pablo Picasso, el pintor conocido en el ámbito del habla hispana, tuvo muchísimos periodos creativos en su vida personal, y de un periodo “rosa” cambió a un periodo “azul”. Yo quisiera haber visto una comisión evaluadora de la Secretaria de Educación: “Su línea de generación y aplicación del conocimiento está en esta línea, y ahora, después de dos años, me sale usted con que tiene un periodo ‘azul’. ¡Qué falta de seriedad!”, y lo mismo le habría sucedido a Leonardo

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Podría el SNI originar verdaderas carreras académicas productivasIntervención del doctor Manuel Gil Antón

Voy a leer una reflexión sobre el SNI. La he preparado con mis colegas Jesús Francisco Galarza Ponce y Juan José Trivia. En el congreso que estamos realizando,

hay dos aspectos: uno de celebración y otro de crítica; el del aplauso y el de la descalificación perpetua. Queremos, en esta participación, suscitar, en el mejor sentido de la palabra, una perspectiva para pensar en el sistema, su gé-nesis, evaluación y futuro.

Ninguna actividad humana está exenta de la competen-cia de riesgo o de aspectos no esperados. Desde ahí, nos pro-ponemos entrar al tema sobre el SNI y la educación superior. Nuestra idea es la propuesta de que el estado de los colegas necesita, y necesito yo, al SNI. Pero, ¿por qué se necesita al SNI? ¿A qué problemas responde y en qué condiciones lo hace? Se pueden ofrecer varias razones, a las que responde

Da Vinci. Así que yo tengo la creencia de que todo lo que los humanos creamos es perfectible. El mismo humano evoluciona para hacerse más ad hoc a los tiempos que vi-vimos; y es bueno que estos cambios ocurran: Lo que no se vale es “hacer como que se hace”, porque entonces la simu-lación, aquí en el sistema no cabe, y eso es lo que se ha mantenido. Por eso, si una recomendación sale de toda mi presentación, es que todas las evaluaciones se mantengan en el seno de las comisiones de los pares, y los dictamina-dores imaginemos por un momento la sensación de que la burocracia federal sea otro organismo académico, y que con esos criterios nos evaluaran a nosotros. ¿Saben una cosa? No pasaríamos.

Entonces, yo invito a todos los que estamos en el Sistema Nacional de Investigadores, y que conocemos sus criterios de calidad, a que vayamos y contagiemos de una más efectiva forma que el virus de la influenza AH1N1, a todos nuestros compañeros en todos nuestros ámbitos de trabajo, para que esta cultura de la evaluación garantice de antemano la calidad.

¿Qué sigue? Señores, el compromiso es grande. Ya les dije que estamos escribiendo una página en la historia del país. Necesitamos que toda esta cultura, todo este cono-cimiento y toda esta capacidad que hoy se ha concentrado

en ciertas instituciones de educación; todo eso, contagie a todos los demás sistemas que funcionan en el país, y quiero decir con esto las secretarías de educación o lo que sea, porque solamente eso nos puede garantizar que po-demos caminar más aprisa en un rezago nacional que es un lastre vergonzoso.

Y espero que nosotros podamos decir con mucha se-guridad que hemos contribuido y que contribuiremos de manera más eficaz con nuestro trabajo, en la enseñanza, en la formación de recursos humanos y en la investigación, para mejorar la situación de este país.

Y finalmente, para responder a algunas críticas que he escuchado de que no hay trabajo en el sector SNI, déjenme decirles que hoy tenemos cuatro centros de investigación en el área de sociales, ingeniería y salud, de la Universi-dad Autónoma de Nuevo León, y que tienen cien plazas disponibles a partir de ahora y hasta marzo de 2011, y en marzo de 2011, se abrirán otras cien plazas para doctores SNI que vengan a llenar los espacios, a contribuir a la for-mación de recursos humanos y a trabajar en esto que yo llamaría una “cruzada nacional” librada mano a mano con otros maestros, en las instituciones del Distrito Federal, y con muchos de nosotros que estamos en otros estados de la república.

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de ingeniería, en particular en el tema de las patentes que uno es capaz de solicitar, ya sea en el país o en el extran-jero, así de cómo llevar esa patente a su comercialización.

METAS DEFINIDAS

Por tanto, las metas que nos hemos trazado en el Tec de Monterrey están orientadas a lograr no sólo que el inves-tigador contribuya con artículos y con formación, sino a que esta investigación redunde finalmente en una patente, y, más aún, que esta patente se convierta en un beneficio para el investigador, para la institución y para la socie-dad.

Y por supuesto, con toda la cultura que traemos del Tecnológico de Monterrey, buscamos hacer otros nego-

cios alrededor de una patente elaborada por un grupo

de investigadores.

Otro tema también muy relevante ha sido la visión del Tec de Monterrey para el año 2015. Esto tiene mucho que ver con la idea de desarrollar un modelo de gestión de empresas para competir en una comunidad de economías globalizadas. Esto requería un balance, y no era solamente el trabajar con investigadores de ingeniería, sino el real-mente buscar la investigación en el área de negocios y por supuesto también la investigación en áreas de artículos sociales, de forma que podamos tener más trabajo multi-

disciplinarlo colaborativo, para crear modelos de gestión, la parte de recursos humanos la parte del conocimiento.

Eso también nos permitió lograr que cada grupo de investigadores hiciera más iniciación colaborativa, por lo menos en un trabajo mucho más disciplina-rio, y también, en el sistema de indicadores de evaluación de los investigadores, promover la colaboración de hecho.

33 CAMPUS EN LA REPÚBLICA

Así, con trabajo intenso y constante, hemos llegado a tener, en el Tec de Mon-terrey, 33 campus en toda la república mexicana, en los cuales se fomenta que los investigadores de diferentes áreas tengan mucho más trabajo como grupo comercial.

Un indicador muy importante en la investigación consiste en saber a cien-

cia cierta con qué colaboradores, con qué instrumentos y con qué infraestruc-

tura se cuenta, porque tiene un peso específico el hecho de que el investigador, sea del campus que sea, sea miembro del SNI.

APOYO A INVESTIGADORES

Entre los campus más grandes del Tec, los cuales cuentan con una importante cantidad de investigadores, figuran los de Monterrey, Guadalajara Estado de México, Toluca y Querétaro. Los investigadores de éstos dan apoyo a investi-gadores que se encuentran en estados con campus más pequeños, como los de Veracruz, Chiapas, Morelia, etcétera.

Este tipo de redes de colaboración, que nos permitirán ir creciendo en con-junto, son un reflejo del país. Si no se brindara ayuda a los campus más peque-

ños del país, porque no tienen las mismas condiciones de los campus ma-

yores, se quedarían rezagados.

Tenemos, por otro lado, el tema de la docencia. En este aspecto, tratamos de encontrar un esquema que nos permita dedicar más espacios específicos a la investigación. En este aspecto, se busca descargar labores académicas en los doctores. En esa forma se podría dedicar más tiempo a la investigación.

En el Tec de Monterrey, por otra parte, es donde tenemos la mayor can-

tidad de alumnos, y en el campus creamos el modelo de investigación profe-

sional, lo que ha permitido que nuestros investigadores pudieran recurrir a sus clases académicas de nivel profesional, para incorporarse a colegios de investi-gación y cursos de profesional.

REFLEXIONES

Ahora, unas reflexiones importantes. Nuestra institución trabaja en colaboración con la iniciativa privada, y creo que el futuro va a ser muy importante, porque también debemos tener investigadores de empresas, porque poco a poco van a tener que elevar a nivel doctoral el sistema de desarrollo tecnológico, que de alguna manera fundamenta el desarrollo del país.

Por otro lado, una parte muy importante en lo que respecta al SNI y al Tec

de Monterrey es que tenemos que dedicar parte de nuestro tiempo a la labor

institucional. El sistema es muy importante, porque tenemos que estar conecta-dos como investigadores para ayudar al desarrollo del país, labor en la que se deben involucrar tanto empresas, como ONGs, como instituciones que están al servicio de la educación pública.

Es muy importante que tengamos una conexión muy real con los investiga-dores y con las instituciones, para poder apoyarlos de alguna forma y podamos ser y hacer la diferencia.

Otro tema muy importante es el relacionado con el sistema de evaluación y con un replanteamiento de los sistemas de evaluación. También son importantes los temas de circulación, de vinculación social, de negocios, de política pública, de colaboración.

Yo creo que deberíamos trabajar más de cerca con otras instituciones,

para irnos involucrarnos en la realidad de cada Estado y apoyar el desarrollo

de más investigadores de otras entidades.

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Profesionalización de la actividad científica,

importante logro del SNI

Intervención del doctor René Druker Colín

El Sistema Nacional de Investigadores ha sido, a mi juicio, todo un éxito a lo largo de muchos años; sin embargo, creo que ha transitado por diferentes perio-

dos. Cuando se inauguró el Sistema Nacional de Investiga-dores, empezó con mil 400 investigadores, cantidad que al día de hoy ha crecido más o menos once veces. Y ¿por qué ha crecido tanto? Sólo puede ser porque de alguna mane-ra el sistema de evacuación ha permitido que ingresen al sistema una cantidad importante de personas.

Por lo tanto, el sistema de evaluación que se ha escogido ha sido relativa-mente exitoso; y yo creo que a lo largo de los primeros años lo que hizo el SNI de manera más importante fue profesionalizar la actividad científica. Los mexica-nos aprendimos a hacer ciencia y cómo se debería de hacer ciencia, y en medio de todo esto, desde luego, se generaron una serie de sistemas de evaluación que son todos de tipo cuantificable, y a raíz de esto, y sobre todo en los últimos años, el Sistema Nacional de Investigadores se ha convertido más bien en un sistema de recompensa financiera y se ha distorsionado la actividad científica del país a través del sistema de evaluación.

Todos sabemos que nadie quiere que su nivel en el SNI se modifique; nadie quiere que se le retire del sistema o se le baje de nivel; y, para eso, todo mundo conoce los parámetros que se han utilizado, que son el número de papers que se publican, el factor de impacto, que también es muy importante, y -nos ha mencionado el doctor de la Peña-, el número de citas, el índice H. Se han buscado diversas formas para poder evaluar, pero todas ellas son de tipo cuantificable.

SISTEMA DE PREMIOS Y CASTIGOS

En la medida de eso, todo mundo trabaja en el Sistema Nacional de Investiga-dores para poder llegar al nivel de cuantificación que le permita mantenerse en el sistema o subir en el nivel de categoría, y creo que se ha perdido un poco la función de la ciencia. Todo lo que buscamos es mantenernos en un sistema que nos permite tener los ingresos que sentimos son los más adecuados para nosotros, y eso en la mayor parte de las universidades se ha asociado al Sistema Nacional de Investigadores. En la UNAM tenemos los PRIDES (las primas al desempeño), que es un poco lo mismo: un sistema de “premios y castigos”. Si produces o no produces, entonces tu PRIDE aumenta o disminuye, dependiendo de estas categorías.

Yo creo que sí hay un problema que el Sistema Nacional de Investigadores debería tratar con mucha seriedad para poder modificar los sistemas de evalua-ción. Esto es muy difícil, porque cualquier sistema de evaluación, forzosamente requiere de cierto grado de cuantificación; entonces, es muy difícil dejar a juicio de una comisión las evaluaciones que se hacen sobre las personas. Luego, tene-mos también, a veces, algunos problemas personales entre las comisiones de evaluación y las personas que son evaluadas.

Yo creo que en todos estos sistemas de evaluación hay cosas muy difíciles de eliminar, y la manera de resolverlas, desde luego, es cuantificar; es decir, necesi-tas tantos papers para estar en nivel uno, tantos para el nivel dos, etcétera. Y todo mundo busca eso como la “meta” y ya no importa mucho qué es lo que yo haga en la ciencia, sino qué tanto me permite lo que yo estoy haciendo; mante-nerme o ascender en el sistema, porque como lo dije en un principio, finalmente

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ones El Tec, involucrado con el SNI

en el desarrollo del país

Intervención del doctor Arturo Molina Gutiérrez, del ITESM, Campus Ciudad de México

En el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey estamos trabajando para impulsar la investigación en México, con el decidido apoyo del rector del sistema ITESM, doctor Rafael Rangel, que ha sido impulsor en

este rubro. Deseo compartir con ustedes algunos elementos importantes, en esta oportunidad que tengo de hablar del sistema.

Primero, quiero explicar un poco por qué estamos aquí sentados. Creo que es una oportunidad única para platicarles sobre la experiencia que hemos tenido en el TEC de Monterrey, en el tema de la investigación En los últimos años, el

Tec se ha convertido cada vez más en una institución dedicada a la investi-

gación. El segundo punto sería el poder compartir esta experiencia institucional de

alinear los intereses de los investigadores que trabajan en el Tec de Monterrey con los de la institución, y, en alguna forma, fortalecer no solamente al Tec-nológico de Monterrey , sino la investigación en el país y ¿por qué no?, hablar del desarrollo del mismo. También abordaré otros temas, como por ejemplo, nuestra postura, desde una institución privada, hacia el Sistema Nacional de investigadores, y finalmente, expresaré algunas recomendaciones.

EVOLUCIÓN HACIA LA INVESTIGACIÓN

El primer punto es que, en los últimos años, la unidad del Tec de Monterrey ha evolucionado de manera verdaderamente dinámica. Se trata de una univer-sidad privada que tiene cientos de investigadores. Esto no se logró en el corto

plazo, sino a lo largo de los años. Para ello, tuvimos que adoptar una postura muy clara respecto de la importancia de la investigación. Vimos que gran parte de nuestro per-

sonal que tenía una actividad docente primordial, podía

comenzar a hacer actividades de investigación y, por

tanto, crear un modelo pertinente que pudiera lograr

que la investigación fuera una actividad importante y la parte principal del trabajo y de la evaluación del inves-tigador.

Esto se consolidó por el año 2003, en que se crearon las cátedras de investigación, que fueron fruto de investi-gación de profesores, alumnos, y, por supuesto, doctores invitados, de instituciones tanto públicas como privadas, que colaboraban con el sistema del TEC de Monterrey.

Así, tomamos decisiones respecto de qué temas resul-taban relevantes para el Tec de Monterrey, con base en las necesidades del país, y en esa forma nos trazamos las directivas pertinentes para enfocar la investigación. Por otro lado, y en el tema de la mesa de “El SNI visto por las instituciones”, habrá que señalar que no es la única ins-tancia de evaluación. En el Tec de Monterrey también se evalúa a los investigadores, y un área muy importante es la

el SNI se ha convertido en un sistema de recompensas fi-nancieras, y creo que eso habría que modificarlo, pero el problema de la modificación es demasiado complejo.

Yo creo que la pregunta más importante que debería hacer el CONACYT y que deberíamos hacernos todos es: “¿Qué queremos como país de la ciencia?” O “¿cuál es el objetivo para este país de hacer ciencia?” Desde luego, en los países avanzados, como lo mencionaba el doctor de la Peña, se utilizan sistemas de evaluación cuantitativa o el factor de impacto que en muchos países avanzados sirve para poder ser evaluado de una manera cuantitativa.

Tratar de publicar, por ejemplo en SCIENCE, es muy importante en aquellos países, porque la ciencia forma parte de la vida nacional, y en nuestro país la ciencia a los únicos que les importa es a los que hacen la ciencia. Pero a la clase política, la ciencia no le importa.

La comunidad científica es la comunidad más evaluada del país. A mí me gustaría que pudiéramos evaluar a los diputados con un sistema similar al de nosotros, y estoy seguro de que no llegarían ni a candidatos. Yo creo que un sistema de evaluación de esa naturaleza sería bueno que se implementara en muchos otros ámbitos de la vida nacional.

Pero, regresando al asunto de la ciencia, yo creo que la gran pregunta que nos tenemos que hacer para una eva-luación redituable es: “¿qué queremos de la ciencia para

nuestro país?” Y si pudiéramos definir la función de la ciencia en este país, entonces los sistemas de evaluación deberían ajustarse precisamente a esta definición. En este momento, a mi juicio, todos estamos en las mismas. Lo único que queremos de la ciencia es que nos permita tener un sueldo adicional al que nos otorga la institución donde trabajamos. Para eso tenemos el SNI, que nos duplica, y a veces nos triplica el sueldo que tenemos en nuestras ins-tituciones.

INGRESO DECOROSO

En la UNAM, por ejemplo, el sueldo es muy bajo, pero tene-mos el SNI y tenemos los PRIDES, con lo que tenemos un ingreso adecuado. Así, nadie quiere hacer nada diferente al sistema de cuantificación que en este momento existe. Yo no digo que sea malo o bueno; pero creo que sí tenemos un problema para hacer unas evaluaciones, para poder ver de qué forma la ciencia puede ayudar a nuestro país.

Y dentro del sistema de evaluación, por ejemplo, hay diferentes áreas de la ciencia: ciencias sociales, versus las ciencias llamadas duras, que no pueden tener el mismo sistema de evaluación.

Todas las áreas deberían tener diferentes sistemas de evaluación, basados en cuál es la utilidad que tienen para el país, y creo que en los últimos años se han incluido las patentes como un factor importante que podría ser hasta

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evolucionado, en algunas ocasiones, a ritmos mucho ma-yores. En este sentido, las instituciones de educación su-perior, por mencionar al ámbito más importante que aloja a estos fundamentales miembros del Sistema Nacional de Investigadores, sin duda han mejorado sus capacidades para planear.

Somos capaces de saber a dónde vamos, cuáles son

nuestras prioridades, qué metas nos estamos plantean-

do de manera muy particular. Estas instituciones han evolucionado en su planta docente de tiempo completo, y cuentan cada día con más doctores; obviamente, con más miembros del Sistema Nacional de Investigadores, que también contiene institutos en su estructura

CRITERIOS DE EVALUACIÓN

En el mismo tema de las instituciones de educación supe-rior, la conclusión de esto me llevaría a preguntarme -y tratar de sugerir para provocar- si el sistema está evaluan-do a los desiguales con criterios iguales: a los centros de investigación con una clara vocación de investigación, con condiciones muy favorables relacionadas con los grados de maestría y doctorado, y por otro lado a las instituciones de educación superior con compromisos muy puntuales de la vinculación de la docencia en licenciatura, en que usualmente se acentúa en ese término.

No se trata aquí de discutir y de provocar a pensar que el sistema debe evolucionar y evaluar y crear condiciones de acuerdo a la psicología de las instituciones. Hoy, en

México, y desde 1984, hay nuevas instituciones; las au-

tónomas han evolucionado, y los tecnológicos están ha-

ciendo un gran esfuerzo; las universidades tecnológicas

no existían en 1984; las politécnicas tampoco existían, y

las autónomas públicas de los estados han venido evo-

lucionando en alguno de estos ámbitos.

Un tanto para provocar lo que podría ser un nuevo mo-mento de la discusión, se podría pensar que el sistema no implica necesariamente que todos seamos evaluados con el mismo rasero, dado que las instituciones tienen una gestión y una composición de la práctica institucio-nal diferenciada, y en muchas ocasiones muy diferenciada. Así, queda un elemento que ojalá contribuyera, de alguna manera, a lo que aquí se espera.

Por otro lado, independientemente de la organización, en materia de trabajo, de las instituciones de educación; independientemente del debate sobre el concepto del cuer-po académico, el concepto que se promete, etcétera, es claro que la investigación que quisiéramos en este país, no es una investigación de solitarios, sino de grupos, dado que ésta permite lograr resultados de impacto en tiempo razonable.

EL GRUPO, TEMA FUNDAMENTAL

Si a esto le incorporamos el componente de aproxima-ciones más completas a estudios de realidades, creo que el asunto nos sigue llevando a que el grupo, por encima de dividirnos, es el tema fundamental. Creo que aquí tam-poco hay que abundar en que el sistema no privilegia las investigaciones de grupos, ya que hace muy difícil la eval-uación de colegiados, y mucho más cuando éstos provi-

enen de disciplinas diferentes. En otro aspecto, creo que tenemos que reconocer a los estados como actores activos de la política pública. Anteriormente, éstos la recibían, la adoptaban, pero no tenían una política propia, y aquí me refiero

a lo que estamos viviendo, a lo que nos estamos atreviendo en el Estado de

Yucatán: a crear el sistema, a instalar un parque, a establecer prioridades de

investigación para el Estado; a invertir lo que nunca habíamos invertido, y,

por tanto a tratar de generar, una fuente que concentre nuestras prioridades,

lo que desearíamos que hiciera la comunidad científica.

Y nuevamente entramos en conflicto, como bien señalábamos, por el con-cepto del segundo patrón o con la dificultad de poder estar evaluado sobre la productividad individual y no sobre lo que las instituciones han planteado. En este contexto, creo que entre más complejos sean los objetos de estudio, más cuestionada es la evaluación por áreas, áreas a las que, por lo que conozco, cada vez es más difícil ponerles limites para efectos de la evaluación.

En ese sentido, concluiría provocando también a tentar que debamos hacer

la evaluación en el marco de los proyectos, prioridades y metas de las insti-

tuciones, y, aún más en el marco de los proyectos específicos de los estados, cuando ya los estados estén realmente comenzando a apostarle de manera muy seria a la ciencia y estén intentando establecer los lineamientos de sus capaci-dades para producir y generar verdaderas condiciones de impacto.

DESEMPEÑO DIFERENCIADO

Quisiera poder ir provocando tal vez alguna reflexión sobre una evaluación en la que se mueva el concepto del sistema y en el que el sistema no implique trabajar y evaluar con el mismo criterio a los que somos diferentes, sino entender a los diferentes y generar condiciones de desempeño de manera diferenciada.

Por otro lado, está el tema del gran reto de la evaluación del trabajo grupal, y, por último, el hecho de poder acercar la evaluación a las prioridades institu-cionales, y los requisitos de permanencia en el sistema, y cuáles son los estados que ya comienzan a apostar, como es el caso de Yucatán, que ya realiza su modesto, pero también su mejor intento. Yo esperaría que en un tiempo los

estemos convocando a una mesa como éstas, pero más que a un SNI visto por

las instituciones, a un SNI coadyuvante, en primera instancia, con las institu-

ciones, y en segunda, con un sistema de investigación y no con un sistema

de investigadores.

más importante que diez papers en la revista SCIENCE, porque si publica uno en la revista SCIENCE, necesaria-mente es un buen paper y es citado con mucha frecuencia; además, yo creo que en el sistema de evaluación que tene-mos el día de hoy, estamos buscando los niveles de ciencia que deberíamos alcanzar pero que no podemos alcanzar porque no hay los recursos suficientes.

El sistema científico nacional no nos permite hacer ciencia “de frontera”; no fomenta la interacción. El Sistema Nacional de Investigadores no fomenta la interdisciplina, porque si uno tiene que evaluar a una persona que está en un grupo multidisciplinario, difícilmente se puede deter-minar cuál ha sido el papel de esa persona dentro de ese grupo multidisciplinario. Pero a mucha gente no le inte-resa hacer investigación multidisciplinaria, porque esto le puede afectar su nivel en el SNI. Todos esos problemas exis-ten y deberían existir los mecanismos para poder elimi-narlos. Si pudiéramos definir claramente qué es lo que es-peramos de la ciencia para nuestro país -a final de cuentas los que pagan los impuestos son los que nos mantienen-, entonces yo creo que el científico, aparte de ser una perso-na que publica, vería qué otra cosa hace como ciudadano mexicano para que el país pueda avanzar.

Creo que si tenemos esta responsabilidad, deberíamos ver de qué manera esto se pudiera resolver, y en la manera en que está llevándose el Sistema Nacional de Investiga-dores el día de hoy, eso no está ocurriendo. Creo que hay que evaluar a los científicos no solamente por su produc-ción científica. Hay muchas otras cosas que se pueden hacer: la divulgación debería ser importante, la generación de patentes también es importante; desde luego, la for-mación de recursos humanos es extraordinariamente im-portante. Tenemos que ver al individuo como un sujeto

integral que puede hacer muchas cosas. Yo no sé cómo sea ahora en las comisiones, que tienen el difícil papel de evaluar a personas, a individuos, y los individuos tienen que mostrar una producción determinada.

DISTORSIÓN DEL SISTEMA

El SNI ha transitado, a lo largo de los años, de un sistema que promovió la actividad científica -fue una atinada es-trategia la de crear el SNI, creo que es uno de los mejores sistemas que se han creado en el país-, a ser ahora un Sistema Nacional de Investigadores muy distorsionado, que yo creo que hay que corregir. Quiero insistir en que no es sólo cuestión de la evaluación de un individuo: Creo que tenemos que pensar en qué queremos de la ciencia para nuestro país; en cuál es la función que buscamos de la ciencia.

Todos sabemos que la ciencia es importante para el desarrollo y que genera información útil para la población. En los países desarrollados, donde la ciencia realmente se toma en cuenta, la ciencia no puede ser sólo un grupo de gente que publica y que está muy contenta porque pu-blica.

Yo creo que va mucho mas allá de ver en qué revista o qué publicaciones ha hecho. Al final se vuelve un satisfac-tor personal y un satisfactor financiero.

Creo que eso es algo que el CONACYT debería modifi-car, y nosotros, como miembros de la comunidad cientí-fica, deberíamos colaborar y participar en una modifi-cación de nuestras actividades como científicos, y tratar de incluir otras cosas aparte de lo que tradicionalmente hemos hecho. Creo que eso va a beneficiar mucho, y a lo mejor algún día los diputados finalmente entenderán que la ciencia es importante.

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ones Los estados, actores de

la política pública en cienciaIntervención del doctor Raúl

Godoy Martínez, secretario de Educación del Estado de Yucatán

Vaya un agradecimiento a CONACYT por esta oportunidad que nos da a los miembros de la comunidad científica de abonar con alguna opinión sobre nuestra ambición de hacer un sistema sólido de ciencia para el país. Sobre

el título de esta mesa: “El SNI visto por las instituciones” tengo muy claro que es planteado como una manera de provocar la opinión de quienes, como miembros de instituciones de diferente naturaleza, somos también parte de la operación del sistema.

Sin embargo, con el ánimo de ironizar un poco y tratar de pensar en una conclusión, quisiera referirme a este “el SNI visto por las instituciones”, como una manera también de interpretar que por allá está el SNI y por acá están las instituciones, y que, si bien, de pronto tenemos momentos de aproximación, no hemos tenido consistencia, y es en el ánimo de, al final, ver si puedo argu-mentar una sustitución para este argumento. Creo que no tiene caso abundar sobre el momento fundacional. Lo recordaría sólo para argumentar que estamos ante un nacimiento coyuntural, asociado a la retención de los investigadores en medio de una crisis, un componente laboral muy particular, que genera las condiciones para que el SNI nazca. Considero que esto nos debe posicionar en un nacimiento más que en una política pública para el estimulo a la ciencia; en una política pública asociada a la retención de nuestro cuerpo de investigadores; y, por otro lado, recordar que desde el momento fundacional del sistema, y hasta la fecha, las condiciones han variado en el tiempo. Este indisoluble binomio

de investigación-educación superior tiene dos grandes actores: el SNI por un

lado, y por otro lado el CONACYT, que dialogan muy cerca algunas veces, y

que dialogan pocos instantes en otras ocasiones. Probablemente ahí es donde empecemos a descubrir que, como señalaban mis compañeros, los ritmos de respuesta simplemente no han sido los mismos, probablemente porque no nos hemos entendido como un binomio mutuamente dependiente.

RECONOCIMIENTO DEL SNI

Tras 25 años de existencia, el SNI ha sido reconocido. Todos los aquí presentes hemos visto su evolución. Hemos visto la creación de la figura del candidato, el comenzar a reconocer el tema docente, el tema de la pertenencia, etcétera.

Sin embargo, también del lado de las instituciones los actores han evolucio-nado, y la hipótesis es que no hemos evolucionado al mismo ritmo; éstas han

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La evaluación y el comportamiento del evaluadorIntervención del doctor Juan José Sánchez Sosa

Les voy a dar un paseo rápido por una forma de obser-var la cultura de la evaluación, quizá desde una dis-ciplina y desde un ángulo en el que se concentra la

conducta del evaluador. Esto se hace desde el área de las ciencias del comportamiento, pero ya que no podremos utilizar mucho tiempo en esto, lo que sí les puedo ofrecer es una serie de datos sobre el comportamiento del evalua-dor.

Ha habido dos grandes tendencias en la forma en que se evalúa científicos: uno es la evaluación de su producto y otra es la evaluación de su funcionamiento como cientí-fico.

Desde el punto de vista del producto del científico, hay claras indicaciones en México de que se adopta un proceso de pares, aproximadamente en 1960, en las principales re-vistas y en algunas instituciones, para ingreso promoción y definitividad, con lo que se denomina el análisis doble de los productos.

Sobre la definición de evaluación de dictaminadores, hay básicamente tres opciones: la primera es alguien que toma decisiones en una institución., un funcionario o una autoridad; la segunda es que se deriva de la votación de aquéllos a quienes se va a evaluar, que es un poco como ocurre en el Sistema Nacional de Investigadores; y en la tercera, hay sistemas mixtos. Por ejemplo, desde 1964, en

algunas instituciones de educación superior respetables, las comisiones que deciden si alguien se promedia o no tienen una formación mixta. Dos las pone un funcionario, dos resultan electas por los evaluados y dos las designa un cuerpo judicial.

En todas las características, ya nos lo decían varios de nuestros presentadores, se trata de que seamos imparcia-les; se trata de que seamos objetivos, y, algo importantísi-mo, que no tengamos conflictos de interés. Eso es algo que curiosamente está decidido: todas las legislaciones internas de instituciones que hacen evaluación, lo que se hace nunca se registra a la hora de asignarle una respon-sabilidad a un evaluador. Hay otros puntos que hay que ver: la congruencia con el contexto de cada disciplina de la persona a la que se va a evaluar; hay que ver en dónde es-tán, cómo están funcionando, cuáles son sus condiciones, cuál es su evolución institucional y cuál es naturalmente su estatus financiero.

COMPORTAMIENTO DEL EVALUADOR

¿Qué pasa si vemos el comportamiento del evaluador? Dentro del área de las ciencias del comportamiento, es relativamente reciente; la primera referencia es de aproxi-madamente 1939; pero fíjense qué curioso, las primeras referencias sobre la investigación del comportamiento del evaluador se basan sobre los productos, no se basan en las personas.

Recientemente se hicieron, en el campo de la salud mental, publicaciones en Estados Unidos, que especifica-ban las características profesionales de los evaluadores,

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CANTIDAD CONTRA CALIDAD

En un principio y en base a esto, parecía que la cantidad era más importante que la calidad, y algo que sigue suce-diendo hasta el día de hoy es el poco reconocimiento al desarrollo tecnológico, la vinculación con las empresas, a los trabajos de impacto local, y esto depende mucho de la talla de los investigadores.

Inclusive esta mañana, en el primer tema, pidieron evaluar el trabajo de innovación, en paralelo con los tra-bajos que actualmente se toman en cuenta. A esto no se le ha encontrado una solución adecuada, a pesar de que el SNI ha reaccionado efectivamente en algunos de estos ca-sos, cambiando su reglamentación y produciendo nuevos criterios de evaluación.

Es decir, el SNI ha tomado en cuenta la opinión no sólo de los investigadores, sino también de las instituciones que plantean estos problemas; el SNI se ha convertido en un instrumento que ayuda a definir criterios para evaluar a los científicos, que orienta a los investigadores. El SNI es

importante para la creación de políticas públicas y se ha

convertido en un referente por la forma en la que hace

que la evaluación funcione.

Las instituciones que han sabido definir políticas in-ternas que reconozcan y fomenten las actividades rela-cionadas con la investigación, encuentran un gran apoyo en el SNI. A partir del año 1992, el Sistema Nacional de Investigadores presentó una baja considerable de investi-gadores, debido a que se pidió que sus miembros contaran con un doctorado; pero, después de esto, se pudo notar un crecimiento de manera considerable en el número de investigadores miembros del SNI. INVESTIGADORES Y EL CONACYT

Posteriormente, en el año 1994, el CONACyT tuvo un pro-grama de apoyo a la infraestructura, que fortaleció los laboratorios en muchas instituciones públicas, y las forta-leció en el aspecto de que tuvieron mejores instrumentos para realizar investigaciones de alto nivel.

Posteriormente, en el año 2001 el PROMEP (Programa

de Mejoramiento del Profesorado) incentivó el doctora-

do en profesores de las universidades públicas de los

estados.

Nosotros, en el CINVESTAV, creamos una comisión que se llamó la Comisión Promoción y Estímulos para los Investigadores; así que cuando llegó el SNI en el año 1984, nosotros ya teníamos un sistema, así que fue muy fácil

asimilarlo e inclusive colabo-rar. Quiero terminar mi pre-sentación haciendo énfasis en que, en mi opinión, se re-

quieren políticas nuevas en

el SNI, y que tengan impacto

directo en las instituciones

públicas de educación su-

perior. Yo creo que tenemos que ir fomentando la calidad sobre la cantidad, porque queremos hacer proyectos de mayor envergadura y de-beríamos buscar la manera de que los jóvenes se integren a estos proyectos; y el crite-rio que tiene el SNI de seguir apoyando proyectos, se le da importancia justamente para poder influir en un alto nivel con los jóvenes.

NECESARIA TRANSICIÓN

La planta académica está en-vejeciendo y en mi opinión el SNI podría ayudar para poder hacer una transición con los jóvenes, porque en el momen-to en que nuestros investiga-dores maduros abandonen la investigación, no han com-pletado sus investigaciones. Siento que, en ese sentido, el SNI podría ser previsor y que junto con las instituciones po-damos encontrar soluciones.

y se establecían criterios de evaluación de evaluadores. ¿Cuáles son algunas de las quejas mas frecuentes, de los temas generales que pueden deteriorar la calidad de la evaluación? Acerca de los árbitros -estoy hablando de los productos-, el papel del auditor general, el estado de abasto de áreas especificas, la disponibilidad de árbitros potenciales, la estatura académica o científica de los ár-bitros, la estatura científica de los auditores generales, son las quejas más comunes, y yo creo que les ha pasado a más de la mitad. Éstas están registradas y están evaluadas y se han investigado.

¿Qué podemos hacer al respecto? Hemos visto que aquí también se va a aplicar la evaluación de personas, no nada más la evaluación de productos; corrección cui-dadosa de los árbitros, instrucciones, descripciones con textos especiales; cuidado especial en la selección de los auditores generales. Ellos son quienes conducen la evalua-ción de personas, y es una verdadera tragedia cuando el auditor no cumple su función, y los evaluadores, por pedacitos, acaban multiplicando decisiones completas y pocos que se van a la literatura sobre el comportamiento del evaluador.

RIESGOS DE LA EVALUACIÓN

Todo lo que ustedes escucharon respecto de los proble-mas que tiene la evaluación de productos, añádanselo a la

evaluación de personas. Prácticamente los mismos riesgos ocurren, más los derivados de enemistades personales, o de riesgos derivados de pertenecer a grupos específicos, formas de pensar específicas, en sentido científico, en sen-tido político, o simplemente en sensibilidad personal de alguien que evalúa a otra persona.

En el peor caso, imaginen ustedes una comisión, donde sobre disciplinas específicas ocurre lo siguiente: Pertenece a un grupo o forma de pensar especifica, persuasión teóri-ca, forma de trabajar, tipo de investigación, lo que ustedes quieran. Entonces, estas personas se encuentran en una discusión intensa y permanente entre los que los van a elegir como evaluadores. Esto les asegura estar permanen-temente -si tienen amigos- en las mismas comisiones eva-luadoras y esto garantiza que la próxima vez los vuelvan a elegir y los vuelvan a elegir.

Hay que describir de manera clara la existencia de estos problemas, reconocerlos, identificarlos, ver cómo ocurren, y tener obviamente la iniciativa para corregirlos y generar las reglas que los puedan evitar; aprender de la experiencia de otros; mantener atención a este tipo de asuntos.

Nuestra comunidad hará muy bien en reclamárnosla, y aquí parece importante apuntar que reuniones como ésta son las que nos permiten retroalimentarnos sobre proble-mas identificables.

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los beneficios del SNI para investigadores e institucionesIntervención del doctor René Asomoza, director del CINVESTAV

Quisiera agradecer a los organizadores de este primer congreso del Sistema Nacional de Investigadores por darme la oportunidad de compartir con ustedes

algunas reflexiones sobre el SIN, visto desde las institu-ciones. Yo mantengo la idea de que el SNI nació para ayu-

dar a los investigadores en las instituciones académicas

a través de un estimulo económico.

PARES ACADÉMICOS,

UNA BUIENA DECISIÓN

Los instrumentos que el sistema utiliza para admitir a sus miembros o promoverlos; es decir la evaluación de los in-vestigadores por sus pares académicos, es una buena de-cisión desde mi punto de vista. México definió los indica-dores, en el sentido nacional, impulsó estos criterios y su aplicación a todos los investigadores, independientemente de las instituciones. Asimismo, tiene sus bases en la pro-ducción científica, o en productos académicos.

El SNI ha creado un sistema de evaluación reconocido por todos y avalado por toda la comunidad, y esto ha sido un beneficio para la comunidad científica al ofrecerle un apoyo.

Los resultados, a 25 años de su creación, se reflejan en beneficio directo a las instituciones de educación superior. Yo diría que el primero fue que permitió que los investi-

gadores permanecieran en las instituciones realizando

su labor y brindar a los investigadores los apoyos en

base a niveles. Los beneficios a la comunidad académica son que en primer lugar se contribuyó a la creación de una cultura de evaluación nacional, y todas las instituciones prácticamente han adoptado sistemas muy similares; for-taleció la comunidad científica en México; contribuyó a la profesionalización de la investigación en México.

PUBLICACIONES DE MAYOR CALIDAD

Anteriormente, si se publicaba un artículo de investigación no era trascendente; pero gracias al Sistema Nacional de

Investigadores, no sólo se publican los resultados, sino

que ha aumentado la calidad de los artículos y ha au-

mentado también su nivel de impacto.

Y como decía hace un momento, la comunidad cientí-fica es la que sigue, busca y aplica los indicadores, y esto ha sido porque el SNI impuso un modelo. Antes parecía que se privilegiaba la investigación sobre la enseñanza.

Y uno de los problemas es que en el momento en que está involucrado un salario, o un complemento de sala-rio, se detiene un poco la investigación y empieza el nego-cio. Esto genera un problema, porque los investigadores descuidan sus actividades de investigación, para publicar y los beneficios que puedan obtener, y esto afecta a los alumnos que buscan su apoyo, porque resulta que los in-vestigadores no siempre están dispuestos.

El IPN y el programa de estímulos a los investigadores

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Intervención del doctor Jaime Álvarez Gallegos

Yo quisiera referirme inicialmente a cómo ha influido la cultura de la evaluación, en particular la que proviene del Sistema Nacional de Investigadores. En el Instituto

Politécnico Nacional se ha convertido de manera sobresa-liente, en los últimos años, en un referente en cuanto a evaluación de diversas actividades de investigación y pos-grado, entre otras cosas. En el IPN se han tomado en buena medida esos referentes, esa cultura de la evaluación, y el SNI ha contribuido fuertemente a crear algunos progra-mas con los diferentes estándares que utiliza el CONACYT para evaluar.

Aquí se tiene, como en muchas otras instituciones, un programa de estímulos al desempeño de los investi-gadores, con su reglamentación, y en donde cada vez más los investigadores han tratado de apegarse a los marcos de referencia, a los parámetros que ahí están plasmados. También los proyectos internos e institucionales de in-vestigación han tomado como referencia los marcos que proporcionan los criterios, tanto del SNI como de los otros programas que hay, patrocinados por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.

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los beneficios del SNI para investigadores e institucionesIntervención del doctor René Asomoza, director del CINVESTAV

Quisiera agradecer a los organizadores de este primer congreso del Sistema Nacional de Investigadores por darme la oportunidad de compartir con ustedes

algunas reflexiones sobre el SIN, visto desde las institu-ciones. Yo mantengo la idea de que el SNI nació para ayu-

dar a los investigadores en las instituciones académicas

a través de un estimulo económico.

PARES ACADÉMICOS,

UNA BUIENA DECISIÓN

Los instrumentos que el sistema utiliza para admitir a sus miembros o promoverlos; es decir la evaluación de los in-vestigadores por sus pares académicos, es una buena de-cisión desde mi punto de vista. México definió los indica-dores, en el sentido nacional, impulsó estos criterios y su aplicación a todos los investigadores, independientemente de las instituciones. Asimismo, tiene sus bases en la pro-ducción científica, o en productos académicos.

El SNI ha creado un sistema de evaluación reconocido por todos y avalado por toda la comunidad, y esto ha sido un beneficio para la comunidad científica al ofrecerle un apoyo.

Los resultados, a 25 años de su creación, se reflejan en beneficio directo a las instituciones de educación superior. Yo diría que el primero fue que permitió que los investi-

gadores permanecieran en las instituciones realizando

su labor y brindar a los investigadores los apoyos en

base a niveles. Los beneficios a la comunidad académica son que en primer lugar se contribuyó a la creación de una cultura de evaluación nacional, y todas las instituciones prácticamente han adoptado sistemas muy similares; for-taleció la comunidad científica en México; contribuyó a la profesionalización de la investigación en México.

PUBLICACIONES DE MAYOR CALIDAD

Anteriormente, si se publicaba un artículo de investigación no era trascendente; pero gracias al Sistema Nacional de

Investigadores, no sólo se publican los resultados, sino

que ha aumentado la calidad de los artículos y ha au-

mentado también su nivel de impacto.

Y como decía hace un momento, la comunidad cientí-fica es la que sigue, busca y aplica los indicadores, y esto ha sido porque el SNI impuso un modelo. Antes parecía que se privilegiaba la investigación sobre la enseñanza.

Y uno de los problemas es que en el momento en que está involucrado un salario, o un complemento de sala-rio, se detiene un poco la investigación y empieza el nego-cio. Esto genera un problema, porque los investigadores descuidan sus actividades de investigación, para publicar y los beneficios que puedan obtener, y esto afecta a los alumnos que buscan su apoyo, porque resulta que los in-vestigadores no siempre están dispuestos.

El IPN y el programa de estímulos a los investigadores

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Intervención del doctor Jaime Álvarez Gallegos

Yo quisiera referirme inicialmente a cómo ha influido la cultura de la evaluación, en particular la que proviene del Sistema Nacional de Investigadores. En el Instituto

Politécnico Nacional se ha convertido de manera sobresa-liente, en los últimos años, en un referente en cuanto a evaluación de diversas actividades de investigación y pos-grado, entre otras cosas. En el IPN se han tomado en buena medida esos referentes, esa cultura de la evaluación, y el SNI ha contribuido fuertemente a crear algunos progra-mas con los diferentes estándares que utiliza el CONACYT para evaluar.

Aquí se tiene, como en muchas otras instituciones, un programa de estímulos al desempeño de los investi-gadores, con su reglamentación, y en donde cada vez más los investigadores han tratado de apegarse a los marcos de referencia, a los parámetros que ahí están plasmados. También los proyectos internos e institucionales de in-vestigación han tomado como referencia los marcos que proporcionan los criterios, tanto del SNI como de los otros programas que hay, patrocinados por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.

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EVALUACIONES A FUTURO

Hay casos en que el investigador diversifica notablemente su actividad, y me parece que valdría la pena reflexionar sobre la posibilidad de que las evaluaciones incluyeran la evaluación del trabajo futuro, la evaluación de un progra-ma de trabajo y que naturalmente se le diera seguimiento con las evaluaciones posteriores, de manera que se pueda verificar lo que el investigador se comprometió a realizar y ver si efectivamente lo está logrando.

En el momento actual, me parece que todos conocemos los resultados en materia de educación. Tenemos gran tal-ento que se concentra en el Sistema Nacional de Investiga-dores, y me parece que se induce a todos los miembros del sistema a rendir el mayor esfuerzo, más permanente, más sostenido, en materia de docencia.

El segundo aspecto lo menciono bajo el titulo de pro-ductividad, en donde se impone el tema de calidad contra cantidad y originalidad. En al-gunos casos, los resultados de las evaluaciones parecen privi-legiar más la cantidad que la calidad, y existen numerosos coautores. Esto nos lleva a que se produce una cantidad apre-ciable de artículos en revistas internacionales de cierta cali-dad, pero que no necesaria-mente contribuye a impac-tar la ciencia o la tecnología, según sea el caso.

Me queda muy claro que debemos promover la partici-pación en redes de buena cali-dad y tratar de separarlos del aislamiento.

El SNI tradicionalmente ha ubicado debidamente el tra-bajo de los investigadores; el SNI es un mecanismo de política pública, y debe medir el resultado de toda una serie de mecanismos adiciona-les. De ahí, entonces, que debemos revisar los incentivos y los otros mecanismos asociados, de manera que podamos mejorar en todos los aspectos.

FALTAN APOYOS PARA INFRAESTRUCTURA

A través del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, la Secretaria de Economía, etcétera, en materia de investi-gación tenemos cubierto el tema de becas y fondos para investigación. Sin embargo, en el rubro de infraestructura no tenemos apoyos relevantes para poder competir razo-nablemente en la investigación científica de alto nivel, que el SNI quiere promover.

El tercer tema tiene que ver con la evaluación, que es uno de los puntos más polémicos y más difíciles de atacar. Aquí, lo que parece preocupante es la insistencia de crite-rios de evaluación públicos y no públicos.

Hay comisiones con criterios que nadie conoce, más que los integrantes de dicha comisión. Por eso entramos un poco a un laberinto con los ojos vendados y las manos

amarradas. Creo que ahí hay un tema de transparencia de criterios de evaluación en los que hay que reflexionar, pues también debemos reconocer la independen-cia y la autonomía de las comisiones evaluadoras.

Y es que si bien son independientes para formular los dictámenes y tomar las decisiones, no pueden ser autónomas todas ellas; no puede cada una de ellas gobernarse de manera diferente, ya que esto pertenece a un sistema nacional.

-Hay ejemplos de estos criterios de evaluación, en donde parece más impor-tante la ponderación de ciertos aspectos, que los requisitos de la convocatoria. Valdría la pena pensar si, como parte de la reingeniería del sistema, seria con-veniente contar con una instancia que supervise, que articule, que regule a las comisiones evaluadoras, para evitar algunos efectos indeseables.

El tema de las patentes, se mencionaba, hasta años recientes no se consi-deraba como parte importante de la evaluación.

Me parece que debemos dar un paso más en este sentido, considerando la importancia de patentes que se hayan transferido al sector productivo o a di-versas áreas de mayor consideración, que los casos en que simplemente se ha hecho la solicitud de la patente o se ha obtenido el otorgamiento de la misma.

El cuarto tema es la jubilación. Sin duda, el SNI ha contribuido a desalentar la jubilación, espe-cialmente en las instituciones de educación superior pública, donde tenemos un serio problema, pro-bablemente el problema más serio que enfrentamos en los sistemas de educación superior, que trae como consecuencia el enveje-cimiento de la planta académica de nuestras instituciones, que tiene un desempeño y una credi-bilidad muy limitada. Igualmente, es ya un poco obsoleto.

Mediante un plan adecuado de jubilaciones, podemos lograr que aquéllos que estamos formando se puedan incorporar al cuerpo académico y puedan provocar ese cambio generacional necesario, y

ahí el SNI juega un papel crucial y vital, para lograr que aquel académico in-vestigador mexicano que se jubile, se pueda jubilar y mantener un porcentaje apreciable del estímulo que complemente su ingreso.

Por último, un asunto que conlleva una mayor responsabilidad de quienes son miembros del SNI en niveles más elevados, consiste en que se les pueda pedir a estos miembros una serie de obligaciones adicionales, más allá de recibir el reconocimiento de carácter económico.

Me refiero a un compromiso adicional, como es impartir alguna clase. Me parece que en los niveles 2 y 3 debería ser obligatorio dar clase; en algunos casos quizá deberíamos pensar en que no fuera obligatorio, pero sí estimular el nivel de educación media superior, el bachi-llerato cuando menos

Y me parece que hay una serie de aspectos sobre los que debíamos reflexio-nar, sobre todo para aquellos niveles más altos en donde puedan compartir sus experiencias y conocimientos a favor de las nuevas generaciones.Termino refiriéndome de nuevo al CONACYT.

Me parece bueno que en el mismo surjan ideas y que permanezca el interés en la discusión, ya que pronto algunos puestos van a ser objeto de reingeniería, a fin de alinear el sistema con lo que la ciencia mexicana o la tecnología mexi-cana requiere, y muy especialmente con muchos otros esfuerzos y mecanismos, que confío nos permitan alcanzar ese mayor impacto de la ciencia mexicana en beneficio de nuestra sociedad.

PERSONAL ACADÉMICO DE EXCELENCIA

Hace ya alrededor de seis años se instauró en el instituto un programa institucional de contratación de personal académico de excelencia, en el que los parámetros bási-camente, aparte de otras propuestas, establecían que el investigador estuviera en el SNI o que estuviera en posibili-dad de estarlo en corto plazo. Efectivamente, entre otras cosas, este tipo de reuniones nos da la oportunidad de diagnosticar cómo es el SNI y con esa comparación del SNI de 1984, cuáles son las problemáticas a las que se en-frenta, sobre todo en lo referente a la evaluación.

Vamos a hablar acerca de las diferentes problemáticas que conlleva y cómo esta evaluación por pares puede ser mejorada. Yo quisiera referirme a que en el IPN se tiene también esta problemática, y cómo podríamos ayudar a que se fuese resolviendo. Para el IPN es importante el fomento de la investigación aplicada y el desarrollo tec-nológico; es decir, pensamos que es necesario estimular a investigadores que realicen contribuciones especificas al desarrollo de procesos y productos derivados de la tec-nología y a la creación de nuevos niveles basados en tec-nología.

Finalmente, pensamos que es necesario cultivar los procesos y productos que ya existen; al mismo tiempo, revisar el reglamento del SNI y sus modificaciones que se realizaron en el mismo año, la convocatoria del SNI , el documento sobre las contribuciones tecnológicas y los cri-terios y formas de evaluación de cada una de las áreas del SNI. En este documento vienen textos alusivos a la forma en que deben documentarse las investigaciones realizadas por los tecnólogos. En el documento se hace también re-conocimiento a muchas contribuciones tecnológicas; por ejemplo, desarrollo tecnológico patentado, desarrollo de software, transferencia de tecnología, diseños industria-les, y algunos otros más.

Sin embargo, el problema que se observa es que hay una diferencia en el peso que cada comisión da a dichas contribuciones tecnológicas en el proceso de evaluación; en particular, lo que se observa en los documentos de

criterios de evaluación correspondientes a dos áreas: la uno y la siete. Por lo tanto, nosotros consideramos que es necesario enfatizar la importancia de valorar de manera significativa las actividades tecnológicas que desarrollan los investigadores cuando el objetivo y la orientación de este trabajo sea precisamente la investigación aplicada y el desarrollo tecnológico.

Aquí me gustaría comentar que, por un lado, consi-deramos prudente hacer una propuesta para mejorar la evaluación de los miembros del SNI que realizan activi-dades relacionadas con las contribuciones tecnológicas. Otra propuesta seria valorar en la medida de lo posible los factores internos de la evaluación de las áreas del conocimiento y básicamente en aquello relacionado con la investigación aplicada. Esto sería que incorporen en las dependencias llamados sobre las contribuciones tec-nológicas, algunas actividades que sean evaluables, que tengan reconocimiento en el SNI; la creación de convenios y contratos con o para las empresas para desarrollar nue-

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Quisiera comentar algunos de los planteamientos que han expuesto, de manera genérica, algunos colegas. Del trabajo del Sistema Nacional de In-vestigación, yo he dicho que ha contribuido a profesionalizar la investi-

gación científica y la investigación tecnológica; ha contribuido a ordenar un poco más este quehacer en la cultura de la evaluación razonablemente aplicada por todos los que participamos en el sistema,

Pero, para poderles plantear la siguiente etapa del sistema, tenemos que re-flexionar sobre qué significa el SNI.

Podemos afirmar que el SNI, si bien ha cambiado, no ha cambiado con la rapi-dez que el entorno científico lo ha hecho. Necesitamos reflexionar sobre varios aspectos del SNI, pero sin escatimarle méritos.

Creo que el SNI es un mecanismo del Estado mexicano para establecer una política pública en materia de ciencia, y tiene que ser uno de varios que deben estar bien engrasados, de manera que la política pública, cualquiera que ésta sea, se implante, rinda frutos y se pueda medir en su desarrollo a lo largo del tiempo.

TEMAS IMPORTANTES

Me referiré fundamentalmente a cinco temas. Al primero de ellos, lo llamo el efecto de las trayectorias académicas de la Constitución. Podemos encontrar ins-tituciones académicas que cuentan con miembros del SNI, con trayectorias aca-

El SNI visto por las institucionesPrivilegia el Sistema las trayectorias académicas personales, en ocasiones en perjuicio de las instituciones: Sergio Alcocer, secretario general de la UNAM

démicas sobresalientes. Sin embargo, ese nivel de calidad no necesariamente se refleja en el conjunto de la entidad a la que pertenece, por la razón de que el SNI ha privilegiado y motivado el desarrollo de las trayectorias académicas personales, lo que impacta, en algunos casos negativa-mente, en el desarrollo académico de las instituciones. No hablamos de instituciones autónomas o no.

Simplemente, el sistema nacional alcanza a todas las instituciones públicas, privadas, autónomas y no autóno-mas, y ha limitado la capacidad de reacción de estas insti-tuciones para promover sus propias políticas académicas y poder dirigir los reportes de carácter científico hacia una área o hacia otra, sencillamente por la preferencia que hay de los científicos del SNI.

En este tema de las trayectorias académicas, valdría la pena reflexionar en que la evaluación se hace natu-ralmente sola; no hay un plan de trabajo que se evalúe, sino sencillamente se evalúan los resultados que se presentan a lo largo de un cierto periodo y que en algunos casos pueden ser bien dirigidos y cum-plir un programa que haya tratado el investigador.

vos procesos productivos; el desarrollo de nuevas aplicaciones co-merciales y productos que hayan iniciado su proceso de solicitud de registro ante el Instituto Mexicano de la Proyección Industrial.

INVESTIGACIÓN APLICADA

Y DESARROLLO TECNOLÓGICO

Ahora, específicamente, creemos que una manera de incentivar la actividad de la investigación aplicada y desa-rrollo tecnológico seria: articulo 4 agregar al SNI la respon-sabilidad de los investi-gadores, la vinculación con empresas para incentivar el desarrollo tecnológico; en el articulo 6, tener en el consejo directivo a un miembro del sector empresarial, como dice en el párrafo primero: agregar los productos de la investigación. También en el artículo cuarenta, donde se habla de productos de investigación científica, agregar que la terminación de proyectos de investigación para el desarrollo tecnológico o de innovación vinculados con empresas de cualquier sector debieran ser considerados.

Entre otras cosas, esta breve exposición de puntos que con-sideramos podrían ser incorporados dentro del SNI, permitirían que algunos cambios para el desarrollo tecnológico pudieran ser aprovechados por los investigadores. En este momento los proyec-tos que se tienen que hacer con empresas son aceptados en base a una evaluación que considera que el medio ambiente es esencial para crear procesos y productos innovadores.

Estos proyectos hacen difícil la publicación de ciertos artículos científicos con los resultados que de ellos se obtienen, lo que en muchas ocasiones desincentiva la participación de los investiga-dores en este tipo de proyectos.

Y hay algunas otras ideas: por ejemplo, realizar una prórroga del estimulo económico a ciertos investigadores que han realizado investigación aplicada durante el periodo en el que se decide si ingresa al SNI.

Hay algunos otros puntos que creo que en algunas otras mesas se tendrá un poco más de tiempo para platicarlas; pero si la idea principal de esta problemática que vivimos en el Instituto Politéc-nico Nacional es la de la preocupación por el trabajo del desarrollo tecnológico; y la segunda, que esa simplemente la voy a dejar en el aire, es la preocupación por el número de miembros de SNI en las instituciones, que no siempre son aprovechados debidamente.

Eso en el campo de las instituciones, en cuanto a que con-tribuyen sólo en la formación de muchas situaciones y en la for-mación de estudiantes, y pensamos que es ne-cesario de alguna forma que el sistema de investigadores nacionales tenga reper-cusión en la formación de recursos humanos; es decir, que los SNI puedan ayudarlos para que se preparen en los cursos de nivel licenciatura, y de esta manera la vinculación de un investigador nacional con jóvenes seria a una edad temprana.

Síntesis de las propuestas más sig-nificativas en torno a cómo evaluar la formación de investigadores, de-

rivadas a su vez de una mini encuesta realizada entre colegas del SNI y de co-mentarios efectuados por asistentes a la reunión.

Escenario: mesa 4.1, “La evaluación en las Ciencias Sociales y en las Humani-dades”, Primer Congreso del Sistema Nacional de Investigadores, Querétaro, mayo de 2010.

1. Que la dirección de tesis no se adopte como mecanismo princi-pal ni único para evaluar la formación de investigadores.2. Que, sin negar la importancia de lo anterior, se tengan en cuenta las siguientes tareas y propuestas: I. La creación y conducción de grupos y/o redes de investiga-dores jóvenes.II. La incorporación de jóvenes a proyectos de mediano y largo plazo.III. Aceptar y estimular la categoría de lectores activos: es decir, especialistas en el tema de investigación, que acompañen al te-sista desde la elaboración del proyecto hasta el momento de la defensa. IV. La supervisión directa de trabajos de investigadores jóvenes, publicables en revistas acreditadas.V. Avalar/dictaminar sus ponencias para presentar en encuen-tros especializados. VI. La promoción de trabajos en coautoría, publicables bajo eva-luación.VII. La organización, orientación y permanencia de simposios promotores de nuevos investigadores.VII. El restablecimiento de las tesis de licenciatura.VIII. La recepción de jóvenes en los veranos de investigación.IX. La evaluación de proyectos diseñados por investigadores jóvenes.X. La impartición de seminarios especializados con esa orien-tación.XI. La planeación, puesta en marcha y conducción del trabajo de campo. XII. Que se valore la incorporación al SNI de investigadores for-mados por determinados asesores.

Importante: para poder ser motivo de evaluación, todas es-tas labores deberían quedar comprobadas mediante dictámenes, informes, publicaciones, constancias y demás documentos con respaldo institucional.

Mesa de discusión 4.1

Evaluación en las Ciencias Sociales y en las HumanidadesDoctor Mario CeruttiMiembro del SNI, nivel 3

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s? El SNI,Exposición del doctor Arturo Menchaca, del Instituto de Física de la UNAM

Mi presentación se cetra en responder a si el sistema ha respondido a las necesidades del país. En la mesa estamos dos físicos, y los dos tuvimos el mismo acu-

erdo sobre la pregunta. En la primera parte voy a ver si el SNI ha apoyado, al

evaluar; voy a ver si se ha evaluado la eficiencia en tiempo, así como la calidad, y si ha habido un impacto del SNI en la sociedad.

Primero que nada vamos a ver la manera de evaluar. Se evalúa el número de publicaciones que se realizan, el número de publicaciones, el número de investigadores, el nivel de la producción mundial mexicana.

SÍ Y NO

Volvemos a la pregunta: ¿ha respondido el SNI a las necesi-dades del país? Sí y no. Sí, porque es un referente nacional en cuestión de evaluación; porque estimula el crecimiento de la comunidad científica y porque pasamos (los investi-gadores) de vochos a hondas (estimula económicamente el desempeños científico de los investigadores)

No, porque promueve la puntología, (la evaluación se basa en conteo de puntos o publicaciones, ya que es muy difícil evaluar tantas solicitudes de una manera más profunda en tan poco tiempo; porque inhibe proyectos de riesgo y de largo plazo.

La evaluación individual inhibe el trabajo de grupo. No ayuda a la tecnología; no apoya la interdisciplina, ya que es difícil evaluar proyectos de varias disciplinas conjuntas.

Una de las causas por las que el SNI no ha respondido a las necesidades del país es porque, al realizar tecnología, no puede medirse de la misma forma que la investigación.

No se mide con publicaciones, sino con patentes. Es difícil hacer tecnología, porque hay que trabajar en un mundo más difícil y competitivo. Por otra parte, nos pueden pub-licar y celebrar, tener una idea científica brillante, porque contribuimos al conocimiento universal; pero hay sec-tores que no aceptan que tengamos un éxito tecnológico, porque esto puede afectar los intereses comerciales de otros, aunque el hecho no es la imposibilidad de hacer tecnología o contribuir a su creación, sino incorporarla al sistema de evaluación y promoverlo.

INVERSIÓN EN TECNOLOGÍA Y EN CIENCIA

México llegó a invertir siete veces más en tecnología que en ciencia básica: el Conacyt, de 2001 a 2007, gastó 14 mil millones de pesos y fueron aumentando los recursos. En tanto, las patentes, la forma en la que se mide, no se incrementaron sensiblemente.

En un estudio de los últimos años de CONACYT el número de tecnólogos aumentó, mas no así, de manera sensible, la solicitud de patentes, y se mantuvieron en los últimos 10 años en alrededor de 500. Esto significa que en este rubro somos menos eficientes. Si se revisa la balanza tecnológica de pagos del país, que oscila alrededor del cuatro por ciento, podría no tener significado seguirlo ha-ciendo, pero el hecho es realizarla bien y eficientarla, para lo cual el SNI puede contribuir de manera importante.

Antes de la creación del sistema no existía otra forma de comparar el trabajo de los científicos, que es la misma que utilizan otras instituciones de investigación y edu-cación superior del país para evaluar a los académicos, lo que significa un “sí” a la pregunta que planteó la mesa.

referente nacional en materia de evaluación

Esta tarde quiero compartir con ustedes esta mesa ple-naria que lleva por nombre “Descentralización e Inter-nacionalización de la Ciencia Mexicana”.. Quisiera em-

pezar con una breve introducción sobre el tema y después les daré la palabra a mis compañeros.

Primero, quisiera decir que, en cuestión de descen-

tralización, el SNI ha jugado un papel muy importante

desde el principio del sistema, cuando se ofrecía un es-

tímulo mayor a los investigadores que estaban fuera del

Distrito Federal. Desde luego, no ha sido el único factor,

Descentralización e internacionalización de la ciencia mexicana

Intervención del doctor Miguel José Yacamán, presidente

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pero sin duda la ciencia mexicana es ahora una ciencia mucho mejor distribuida territorialmente.

. ESCASA PRESENCIA INTERNACIONAL

Donde creo que hay que hacer un esfuerzo muy grande es en el aspecto de la internacionalización de la ciencia mexicana. En primer lugar, quisiera plantear una premisa, y es que la ciencia mexicana, al menos en las áreas en las que yo me muevo: física, matemáticas, química, nano-tecnología, energía, etcétera, es una ciencia fuerte, pero su presencia internacional es todavía muy baja relativa-mente. No es una ciencia que pese cuando se ve desde afuera, aunque hay que reconocer que el aparato cientí-fico cada vez está creciendo más. Quiero mencionar que el CONACyT y la Universidad de Texas fundaron un Instituto que se llama “International Center for Nanotechnology & Advanced Materials”, el cual tiene por objeto que los muchachos egresados de posgrados mexicanos puedan ir ahí a hacer su internacionalización.

Otro punto que quiero tocar es el siguiente: si nosotros aceptamos que la ciencia tiene una lengua franca, hay que reconocer que es el inglés, y me preocupa profundamente

el hecho de que la mayoría de los egresados de los pos-

grados de centros afiliados al CONACyT no hablan in-

glés. Existe, asimismo, una actitud preocupante: en el caso de los posgrados mexicanos: rarísima vez, o yo digo que nunca, el profesor escribe papers o publicaciones para los alumnos: La mayoría de los muchachos que yo he podido ver, no saben escribir artículos científicos; están acostum-brados a dar los datos y que el profesor sea el que los escriba.

Éstos son algunos de los más grandes problemas que tenemos en nuestros posgrados, donde no estamos pro-duciendo muchachos que tengan la capacidad, de destacar en el medio internacional.

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800 profesores e investigadores de tiempo completo; de ellos, 223 tienen dos horarios, y 89 de ellos son miembros del Sistema Nacional de Investigadores.

INSTITUTOS DE INVESTIGACIÓN

Tenemos 24 institutos de investigación, la mayor parte en-focados a la ciencia y la tecnología; un Instituto de Gené-tica en Puerto Escondido; un Instituto de Ecología Marina en Puerto Ángel; un Instituto de Energía en Tehuantepec, especializado en energía eólica; otro de biotecnología en Tuxtepec, otro de farmacobiología en Teotitlán.

Así, estamos abarcando lo que tiene que ver con el de-sarrollo de ciencia y la tecnología de una manera muy eficiente; todos nuestros profesores tienen que ser pro-fesores e investigadores, tienen que brindar enseñanza y educación al mismo tiempo.

Esto es algo que quería comentar en base a lo que se decía aquí ayer sobre la necesidad de crear intercomuni-cación entre los investigadores de distintos campos. To-dos nuestros profesores tienen que presentar los avances de su propia investigación, ante el cuerpo académico en general, y estamos obteniendo excelentes resultados en cuanto al desarrollo de la investigación.

Hay otras cosas que son importantes, como las medi-das de calidad, cómo se mide la calidad de las universi-dades. Eso es algo muy importante, y crea muchas preocu-paciones, porque las universidades que publicitariamente

son las mejores, las que salen en los primeros lugares, aparecen en el diario Reforma, o en el diario El Universal o en periódicos del extranjero.

Sin embargo, falta ver quién va a calificar a los cali-ficadores, pues hay universidades que cuentan con una política concreta, y hay otras que dicen que tienen mu-chos premios Nobel, pero eso no implica la calidad de la institución. Otra forma errónea de calificar es aquélla que depende de los puestos que desempeñen los egresados de esa universidad.

UNIVERSIDAD Y SECTOR PRODUCTIVO

Yo creo que el problema principal que tenemos radica no sólo en mejorar las instituciones, sino también la in-teracción con el sector que llamamos productivo; que las empresas empiecen a tomar la innovación tecnología que producimos y a aplicarla, pero muchas veces no quieren hacerlo.

Afortunadamente, estamos teniendo enlaces con la empresa Pemex y también con empresas de energía eólica y con algunas otras.

Se requiere buscar un poco la descentralización del sistema Se han intentado algunos nexos, no exactamente del SNI, sino del CONACYT, a través de los consejos re-gionales; pero estamos de acuerdo en que hace falta crear una política que convierta al desarrollo de la ciencia y la tecnología en un objetivo nacional prioritario.

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Sobrevalora el SNI formación en el extranjero

Intervención de la doctora Sylvie Andree Didou de Ramírez

Me parece que, además de lo que dijo el doctor Ya-camán sobre el SNI y la internacionalización, es per-tinente hacernos varias preguntas:

• Tenemos 25 años con el SNI y una ciencia de la cual se dice que es cada vez más internacional. ¿En qué medida el SNI ha sido el instrumento adecuado para internaciona-lizar la ciencia en México?

• ¿Si uno ve las políticas del CONACyT se da cuenta de que están orientadas a reforzar las capacidades de inves-tigación y de formación de los recursos humanos, a partir de la inspección en el número de becas nacionales e inter-nacionales que se dieron hace ya tiempo, en el año 2002?

• ¿En qué medida este proceso histórico de internacio-nalización ha permitido reforzar las capacidades endóge-nas de formación?

• ¿En qué medida tenemos hoy día la política de inter-nacionalización adecuada?

Creo que la ciencia mexicana ha sido objeto de un pro-ceso de estandarización parcial ¿Qué quiere decir estan-darización parcial? El SNI ha tenido indicadores que son ampliamente reconocidos por la comunidad científica en los países desarrollados. Ejemplo: La gente del SNI, que son pocos pero los hay, de más de 90 años, obtuvieron su doctorado a los 57 años en promedio; la gente que está en el SNI de menos de cuarenta años, en promedio obtuvo su doctorado a los 31.

En este sentido, el SNI ha cambiado la metodología de la comunidad de investigadores en el país, pero yo diría parcialmente, porque todavía hay problemas a los que poner atención. Todavía ayer en la mañana se hablaba de un 34 por ciento de mujeres en el SNI. El problemas es que llegan en promedio seis años más tarde que los hombres, y yo creo que si el SNI llega a una especie de regulación, me gustaría que en 10 años no sigamos siendo tan pocas mujeres.

OTROS PROBLEMAS

Ahora bien, yo creo que el SNI plantea otros problemas. El SNI sobrevalora la formación en el extranjero. Si ustedes ven cuántos investigadores mexicanos han sido formados en el extranjero, van a encontrar que son el 36 por ciento, y el problema es que México no atrae estudiantes extranjeros, pero sí manda muchos estudiantes al extranjero.

El SNI necesita una política transversal que articule otras políticas. Si uno ve detenidamente lo que ha pasado, es muy cierto que algunas de las disciplinas en México están construidas con base en la movilidad de investigadores, en la for-mación en el extranjero de los jóvenes; es decir, la gente que salió al extranjero y regresó. Eso es un punto muy importante, porque vemos que, por área, sólo el 19 por ciento de la gente de las ciencias de la salud se fueron a formar afuera, pero el 45 por ciento de la de humanidades se formo afuera. Entonces, tenemos actualmente disciplinas que se han consolidado, y que tienen la capacidad de formar sus propios egresados. De ahí viene, creo yo, la decisión del CONACyT de bajar el número de becas para el extranjero.

Esto supondría instituciones más flexibles, porque hay otro problema que creo es necesario mencionar: que todo aspecto de cambio ha sido adjudicado a los propios investigadores. Los investigadores y los académicos tienen que formarse, tienen que producir, tienen que formar gente.

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CONOCIMIENTOSISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES64 SISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORESCONOCIMIENTO 33

El mundo en el que vivimos es interdependiente y peculiar, y genera una verdad: y es que nosotros podemos decidir nuestro destino, pero tenemos

que pagar el precio correspondiente.Probablemente la decisión de trabajar para el SNI

fue la más correcta; pero, en un mundo tan interde-pendiente y tan avanzado, que no sólo gira, sino que además se está acelerando más y más cada día, las consecuencias de las decisiones que tomamos van influyendo en nuestra vida. Por ejemplo, si nosotros trabajamos para el SNI, y nos dedicamos a la investi-gación, vamos a tener que pagar el precio en muy poco tiempo. Recuerden ustedes que allá por mediados de los ochenta, México tenía una posición similar a la que tenía Brasil. En esos años se hablaba de la Agencia Espacial Mexicana. Por entonces se creó la llamada Comisión Nacional del Espa-cio Exterior, que provocó la misma reacción que la Agencia Espacial Mexicana. Se trataba de conjuntar ese efecto, para provocar el desarrollo de la ciencia y la tecnología; la idea no era colocar a un mexicano en la luna, sino desarrollar una tecnología un progreso científico.

EL CASO DE OAXACA

También, en el caso de Oaxaca, se tomó una decisión conjunta, y creo que fue para bien. Nuestra universidad es una universidad que tiene una gran acep-tación en todas partes, y tiene uno de los mejores centros para el estudio de las matemáticas y aquí podemos recordar entonces la necesidad de desarrollar las

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Intervención del doctor Modesto Seara Vázquez, rector del Sistema de Universidades Estatales de Oaxaca

ciencias básicas. Sin las ciencias básicas no hay desarrollo tecnológico, no hay innovación y no hay nada,

Eso es muy importante, pero hay una cosa que ver: el Sistema Nacional de Investigadores en ese medio ha creado una seguridad y ha creado un incentivo para los mexicanos que estamos involucrados en las actividades académicas, y eso nos ayuda mucho e incentiva el desa-rrollo.

LOS PROMEDIOS, INDICADOR FALSO

Hay algunas cosas que mencionar, no sólo en la cuestión del Sistema Nacional de Investigadores propiamente, sino también cómo se conceden, por ejemplo, las becas del CONACYT. A mí se me hace un error gravísimo que las becas se concedan en función de los promedios. Los pro-medios son un indicador falso. Las becas van a las univer-sidades a conseguir promedios, a hacer una comparación de los conocimientos y darles a los mejores alumnos estas becas. Las becas no deben ser demasiado grandes, pero sí deben ser suficientes para cubrir las necesidades básicas y que los becarios se puedan dedicar a estudiar.

Nos ha pasado que a los sistemas universitarios se nos juzga con otros criterios que no son los nuestros. Para los que no saben, en Oaxaca hemos creado, en veinte años, un sistema de ocho universidades en las que están trabajando

Desarrollar ciencia y tecnología, una prioridad nacional

FIN DE UN CICLO

¿Tenemos unas administraciones, en las burocracias, que ayudan a la investigación? Pues claro que no. Entonces, no podemos seguir en un ciclo en que la responsabilidad del cambio no está compartida con otros sectores impor-tantes. En las universidades, el SNI está llegando, creo, al fin de un ciclo. Eso no quiere decir que no sea importante; esto quiere decir que no se basta a sí mismo para garan-tizarnos que sucedan los cambios que necesitamos.

Si uno piensa en las políticas de internacionalización, tiene también que pensar cuáles son las otras políticas que se articulan. Les decía yo que el número de becas al extran-jero que otorgaban para posgrados el SNI o el CONACYT ha disminuido considerablemente. Efectivamente, existen cada vez más opciones de formación en el extranjero, y el SNI sigue valorando para la elección de sus candidatos tener una formación en el extranjero. De aquí se desprende algo muy interesante: el 60 por ciento de los becarios que fueron al extranjero y que hicieron su doctorado fuera, ingresaron a su regreso al SNI; en cambio, solamente el 43 por ciento de los que obtuvieron su grado aquí han sido integrados al sistema.

Entonces, tenemos políticas que, en lugar de estar articuladas, son políticas que se manejan exteriormente pero sin buscar un objetivo común. Hay evidentemente iniciativas interesantes que sería justo mencionar, como decía el doctor Yacamán. Es el primer esfuerzo por inter-nacionalizar el SNI; por, tener un cuerpo de investigadores mexicanos que trabajan en instituciones en el extranjero y que pueden ser los nodos centrales para un política desde afuera que tenga una actitud más positiva que la que la actual.

Tenemos, es cierto, políticas que han cambiado, pero falta articularlas. En ese sentido creo que estamos en un momento en que el proceso de internacionalización histórico de la ciencia mexicana está cambiando constante-mente. Lo que hay que hacer ahora es tratar de que sirva realmente (y esto creo que es un problema) para formar mejor a nuestros jóvenes investigadores. Queremos tener excelentes posgraduados.

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Sin embargo, algo pasó luego, de modo que en 2010 hubo menos presupuesto que en el año 2009. Eso, lo único que demuestra es que no hay una política que finalmente haga del desarrollo de la ciencia una prioridad.

CRECIMIENTO DE LA MASA CRÍTICA CIENTÍFICA

Hay una idea que termina este comentario: el momento de desarrollo de la ciencia en México ha propiciado el des-arrollo de las últimas tecnologías. Todo eso hace que la masa crítica científica en México crezca de manera radical e inevitable. Si el modelo de rendimiento en México hubie-ra tenido como base de sustentación la relación con el aparato científico, y desarrollar la interacción e interpre-tación del conocimiento, creo que en ese momento la masa crítica o la participación de los investigadores en proyec-tos sería mucho mejor que la que tenemos hoy.

Sin embargo no se hizo así; se prefirió el crecimiento hacia fuera, tomando como base tecnología ya creada. Ese es otro de los problemas fundamentales: cómo principal-mente plantear un modo de desarrollo que privilegie tam-bién el conocimiento y el desarrollo científico en nuestro país, y yo creo que esto es parte de lo mismo.

Ahora, en ese contexto de promover el desarrollo que no toma la ciencia y la tecnología como ayuda al desarrollo del país, también una de las cosas que me he encontrado en el trabajo de legislador es que el trabajo de investiga-dor no solamente te da cierto estatus social, sino tu tra-bajo es único.

Yo creo que ésa es la pregunta que hay que hacernos, porque a veces también dependemos de temas coyun-turales para que se aprecie el trabajo de los científicos, y, muchas veces también, estos temas tienen problemas de orden público o social.

LA AGENCIA ESPACIAL

MEXICANA

Uno de los ejemplos que siempre pongo es el de la Agencia Espacial Mexicana. Cuando el tema empezó a presentarse en el Congreso, cuando se presentó la inicia-tiva en la Cámara de Diputa-dos, hicimos una encuesta sobre si la gente en México tenía una idea de lo que re-presenta una agencia espa-cial mexicana.

De inmediato obtuvimos un rechazo total. La gente no creía posible que estuviéra-mos pensando en hacer una agencia espacial mexicana, con la situación en la que se encontraba el país, y decía que estábamos pensando en hacer una agencia espa-cial mexicana porque siem-pre estábamos en la luna y

no atendíamos los problemas que tenia nuestro país. Fue algo así como una tarea de evangelización lograr, primero, que los medios que tienen la opinión pública en general, consideraran que una agencia espacial en México no sería una NASA, y, segundo, que una agencia espacial en México tendría como uno de sus principales objetivos el que la comunidad científica mexicana participara en los proyectos espaciales internacionales y en el desarrollo de una tecnología en diferentes campos de la ciencia,

Fue toda una labor de evangelización y de convencimiento, sobre todo de los líderes de opinión, para que finalmente se diera una vuelta a la opinión pública, y para que les gustara, en términos de aceptación social, el desarrollo de la agen-cia espacial mexicana.

EL TRABAJO CIENTÍFICO

Pero ésa es una muestra de lo frágil que es el reconocimiento del trabajo cientí-fico en nuestro país; por eso, el objetivo de mi comentario era remarcar que es importante mantener un trabajo conjunto en ese sentido.

Por último, yo creo que es importante plantear que existen mecanismos; sin embargo, los mecanismos legislativos pueden ser solamente una parte, porque los mecanismos reales de la interacción entre la ciencia, la industria, la edu-cación, se construyen a partir de la política pública.

Los cambios en la Ley de Ciencia y Tecnología plantean que en los progra-mas de innovación tengan una mayor participación las instituciones públicas de investigación, y también los investigadores que trabajan en estas instituciones, tengan la misma base legal, una base legislativa.

Lo que requerimos es una base de políticas públicas que influya en la rela-ción de los investigadores con el sector productivo. La idea es muy clara: tene-mos que llevar adelante toda la cadena del desarrollo científico.

Otro planteamiento que se ha hecho, y que se deja ahí, por ser un principio de política pública, es la incorporación de nuevos elementos al Sistema Nacional de Investigadores, que ha aumentado considerablemente.

Sin embargo, a pesar de que es un ritmo rápido, todavía nos falta mucho para levantar el nivel científico de este país. Creo que es importante una política pública agresiva de incorporación de nuevos talentos o de talentos que están en las universidades, que todos conocemos, y que es posible plantear una in-corporación rápida al sistema de investigadores, obviamente para ser investiga-dores, pero que finalmente, mientras vayan desarrollándose, vayan entrando al sistema.

Yo, por supuesto, soy partidario de esta nueva ley científica, de la incorpo-ración de mayor presupuesto publico, y de verdad es importante que los investi-gadores en México se incorporen a esta tarea evangelizadora.

Quizá algunas veces las universidades y los centros públicos, se han con-vertido en monasterios. No necesitan evangelizar a nadie; pero, cuando salen de ahí, se dan cuenta de que tienen que evangelizar a prácticamente todos.

VOZ DE LOS INVESTIGADORES

La voz de los investigadores es cada vez más discutida -no sé si más apreciada-, por los servidores públicos. Hay temas que de repente se convierten en impor-tantes, como el de la piedra filosofal o el sexo de los ángeles; por ejemplo, el tema del uso de maíz transgénico, o el oscurantismo de la Edad Media.

Todo se hace en la mayor discrecionalidad del mundo, como si se estuviera haciendo algo malo o algo que no se debería hacer. Es importante que trascienda los cubículos, que trascienda los ámbitos legislativos y se convierta en un tema nacional.

Y el tema de los matrimonios del mismo sexo también es una idea de cómo los hombres del poder público prefieren que la opinión sea dada por los aca-démicos y no por los servidores públicos.

Es importante ver cómo hay esa preferencia al trabajo académico, y yo creo que debe ser cada vez más, lógicamente; pero para ello requerimos evangeliza-dores.

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Más recursos para ciencia y tecnología incidirán en el desarrollo del paísIntervención del doctor Miguel Odilón Chávez, director del Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología de Tabasco

Yo sé que para muchos es evidente, pero no quisiera correr el riesgo de que estemos hablando de cosas que cada quien entiende de una forma distinta. Creo que

hay que establecer una diferenciación entre desconcentrar y descentralizar. En muchos casos, poner un científico fue-ra de la zona metropolitana se toma como descentra-lización, y yo creo que hay sobrados ejemplos de inves-tigadores que están un año en Tabasco y se regresan o se cambian, porque no es nada más cuestión de ubicación geográfica o física fuera del centro para que por ese solo hecho pueda desarrollarse.

La descentralización no consiste solamente en que alguien se mueva física y geográficamente del centro ha-cia otras áreas, sino además darle las capacidades y las responsabilidades para que esto funcione. Entonces, me parece que si hablamos de descentralización de la ciencia o del SNI en el contexto de la ciencia mexicana, tendríamos que tener eso, y no basta. No es lo mismo hablar de la descentralización de la ciencia que de la descentralización del fomento en la actividad científica y tecnológica, y creo

que esto cae por su propio peso. Me parece que el conocimiento nos sirve en el sentido de la centralidad y de la descentralidad, excepto aquel conocimiento que está orientado a resolver un problema de desarrollo, y ahí sí me parece que, en este sentido, la ciencia que se produce con el objetivo de resolver un problema concreto es por naturaleza descentralizada, porque se basa en un problema local por definición y así podríamos hablar de la descentralización de la ciencia.

POLÍTICAS DE FOMENTO

Por el contrario, me parece que es importante hablar de la descentralización de las políticas de fomento, porque es efectivamente una de las posibilidades del estado mexicano, en su conjunto. El SNI está llamado a jugar un papel funda-mental en su desarrollo, y en este sentido es evidente que, cuando hablamos de descentralizar, tenemos que aceptar que vivimos en un país extremadamente diverso, en donde no solamente la geografía y la naturaleza, sino también la his-toria, la cultura y los niveles de desarrollo son distintos, no sólo en el ámbito de la entidad federativa, sino dentro de las entidades federativas mismas.

Y esto podría ser aplicable también al Distrito Federal: no es lo mismo Cua-jimalpa o Milpa Alta, que la Delegación Benito Juárez o la Delegación Coyoacán, y los problemas concretos de quienes viven ahí, las condiciones de vida de cada uno de ellos son diferentes. Pero además tenemos que aceptar que, como país, estamos viviendo una transición que para muchos puede ser totalmente inaca-bable y podrían no estar de acuerdo en hablar de la descentralización del Sistema Federalista, que formalmente nos detiene en el sentido político, en el sentido constitucional.

Sin embargo, a mí me parece claro que tenemos que aceptar que en la toma de decisiones en muchos elementos de la política pública, ahora los villanos favoritos ya no son los secretarios del gabinete federal, sino los gobernadores. Pero me parece claro que corresponde a un proceso que no tiene vuelta atrás. Yo les diría que imaginaran que volvemos a un presidencialismo absoluto, y supongo que muchos de ustedes estarán de acuerdo en que eso seguramente no va a suceder.

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s? Del discurso político a la asignación de presupuesto para la ciencia

Intervención del senador Francisco Javier Castellón

Para mí, como legislador, como presidente de la Comisión de Ciencia de la Cámara de Senadores, y como interlocutor de sectores que tienen una opi-nión sobre la ciencia en México, y una opinión sobre lo que se debe hacer,

es muy importante estar esta mañana aquí con miembros del Sistema Nacional de Investigadores.

A lo largo del trabajo legislativo, uno aprende a conllevar la relación con los poderes ejecutivo y judicial, así como también la relación con los sectores invo-lucrados en el desarrollo.

Existen muchas opiniones sobre el trabajo científico, pero particularmente sobre el trabajo de los investigadores en nuestro país. Por cuestiones personales, yo tengo un aprecio muy grande por el trabajo de los investigadores y por el trabajo de los profesores universitarios.

Cada vez que escucho la opinión, en algunos sectores, de que nuestros inves-tigadores se dedican a hacer papers exclusivamente, me pongo alerta, y hablo siempre sobre la necesidad de una planta crítica de científicos que finalmente esté, no solamente creciendo, en términos de conocimiento, sino también en términos del impacto que se produce en el país.

Los papers son importantes, particularmente para personas que no tienen contacto alguno con los científicos o con la estructura del desarrollo de la cien-

cia, y estos documentos resultan un espacio importante para evaluarlos.

FUTURO INCIERTO

Siempre es importante valorar socialmente el trabajo de los investigadores mexicanos, y por eso también es muy importante hacer un análisis general, como el que se rea-liza en este momento, porque es importante saber con qué contamos en México para poder hacer frente a un futuro que no se ve totalmente promisorio para el país.

Cuando unos discuten y condenan el desarrollo de la ciencia en nuestro país, siempre les preguntamos, cuando están dentro de los esquemas de gobierno, si la ciencia es una prioridad para quienes gobiernan el Estado, porque, como discurso político, para la mayor parte de la clase política medianamente informada en este país, el discurso de la ciencia es políticamente correcto.

DEL DICHO AL HECHO…

Eso es algo que viste a los políticos, pero, cuando pasa de ser un discurso político a la asignación de presupuestos, se regatean los recursos para el desarrollo de la ciencia.

Aquí el problema es cómo pasar de ese discurso políti-camente correcto y prácticamente inofensivo, a una prác-tica políticamente válida para considerar el desarrollo de la ciencia y la tecnología en México como un eje central. Porque, cuando se discute el presupuesto en la Cámara de Diputados y en la Cámara de Senadores, uno se da cuenta de que lo que cuenta es todo, menos el desarrollo de la ciencia.

Y quiero decirles que a lo largo de estos años hemos observado que, en realidad, en la discusión de los presu-puestos públicos, en cualquiera de los temas, pero sobre todo en el desarrollo de la ciencia, hay una hipótesis muy clara que tiene que ser comprobada, que es: a la hora de las negociaciones, es finalmente el que está ahí, a la hora de la última decisión, el que llega a tener mayor presu-puesto.

En 2007, durante las discusiones, estuvimos presentes gente de la Academia Mexicana de Ciencias, del Foro Con-sultivo, gente de la UNAM, y estuvimos ahí hasta el último momento, y el presupuesto para la ciencia y la tecnología aumentó como en veintitantos por ciento.

INVESTIGACIÓN EN LOS ESTADOS

Dicho lo anterior, me voy a referir a la descentralización como un conjunto de políticas que tienen acciones que se pueden dar para favorecer el desarrollo de la investigación científica en los estados, en las regiones, y en las cuales evi-dentemente tendríamos que ver las políticas estatales de ciencia, tecnología e innovación.

Hay quienes sostienen que la mejor forma de desarrollar la ciencia en México es apoyar a los más experimentados, y hay otros que sostenemos que no es solamente apoyando a los que ya han dado un paso, sino trabajando con los que están atrás, como vamos a poder ayudar a que la ciencia efectivamente se convierta en una herramienta de desarrollo.

En todo caso, a mí me parece, tendremos que ver necesariamente las políti-cas de ciencia y tecnología desde un nivel.

No basta sólo con tener a los investigadores, a los generadores de cono-cimiento; es evidente que necesitamos, en este sentido de los factores, consid-erar a los que usan el conocimiento; necesitamos considerar a más instituciones; por supuesto, las instituciones de educación superior, por ejemplo, los centros de investigación, los diputados, las organizaciones de la sociedad civil, las em-presas, que son las instancias que tienen funciones y que transmiten el cono-cimiento en los generadores y los usuarios. Y por supuesto están las leyes que crean a la tecnología, las leyes que crean a los consejos, los institutos de ciencia, los marcos generales que los favorecen y que pueden ser aplicados al ámbito federal.

En general, el punto de discusión en este momento está centrado en los esta-dos. Necesitamos tener herramientas de política pública en términos de la plane-ación para poder no solamente decir que la ciencia es importante, sino tener los mecanismos para poder conducir estas políticas con un cierto orden.

Y por supuesto, en lo que todos nos fijamos: se necesita dinero, y ahí habrá, espero yo, el consenso de ustedes, en el sentido de que no podremos desarrollar ni las condiciones actuales, ni un modelo descentralizado, si no tenemos más recursos para la ciencia y la tecnología en el país.

Obviamente algunos de los elementos que se requieren se van a ir generando en algunos lados más rápido que en otros; pero, por supuesto, para que un investigador nacional pueda desarrollar su trabajo en una entidad federativa, necesita tener los equipos, los laboratorios; necesita que haya instituciones, uni-versidades locales o centros de investigación pública o privada; necesita dinero.

Esto se va a generar, pero a mí me parece que para poderlo acercar al tema de la discusión es también importante que los estados desarrollen sistemas y les den reconocimiento a los académicos de la entidad; es decir, que no solamente los investigadores sean parte de este sistema nacional, sino que también sean parte de este sistema local.

PREMIOS ESTATALES A LA INVESTIGACIÓN

En este sentido, se han venido desarrollando distintas expresiones y símbolos de reconocimiento; por ejemplo, los premios estatales a la investigación. Más de la mitad de los estados tienen sus premios de ciencia y tecnología. Pero es claro que cada Estado va desarrollando una expresión específica de cómo estimular el conocimiento en los cuerpos académicos; en algunos estados se aceptan incluso estudiantes de licenciatura; es decir, lo importante son los conocimientos que generan y no el grado académico. En otros casos sí se exigen académicos que tengan maestrías y doctorados.

Hay que reconocer que, en algunos casos, hay investigadores nacionales a los que no se les concede el estímulo económico, y son investigadores estatales a título honorífico.

En el caso de Tabasco, para que puedan tener una idea de lo que puede re-presentar un sistema estatal de ciencia y tecnología, en el año 2000 teníamos tres investigadores en el SNI; llegamos a 320; en 2008; en 2009 bajamos un poquito, y después pasamos a 387. La adscripción por áreas del conocimiento refleja nues-tra realidad y nuestra vocación natural y la historia de las instituciones

Como les decía, en el caso de nosotros, pueden incluso participar estudiantes, y lo que se ha visto a lo largo de los diez años de operación del sistema, es que el doctorado, que estaba en 27 por ciento, ha llegado ya al 44 por ciento. La mayor parte está en las instituciones públicas, en par-ticular en la UAT y en los centros de investigación. El 30 por ciento de los investigadores estatales están en la UAT; luego, en los colegios de posgraduados, El Colegio de la Frontera Sur y otras instituciones.

Ya para terminar, se requiere un articulación efectiva entre los tres órganos de gobierno, por lo menos entre los órdenes estatal y federal, para que realmente podamos ser eficaces en una política pública; se requiere buscar dinero en otros lados, y creo que la descentralización, la fede-ralización y la estructura presupuestable del estado mexi-cano ofrece una oportunidad para crecer en recursos para ciencia y tecnología, llevándolo a los estados.

En el presupuesto federal hay recursos para la agricul-tura, para la salud, para la educación, que van directamente a los estados, además de sus participaciones normales, pero en ciencia y tecnología no lo vemos. Es importante, entonces, la federalización y el efecto, porque se tiene que dar una mezcla entre los de carácter federal y entre los de carácter estatal.

A manera de conclusión:

Primero: hay que reafirmar el tema de este cambio irre-versible de modelo del país, y me parece que, en lugar de resistirlo, debemos ayudar a que se dé. No es asunto de un favor, sino de aceptar una realidad histórica y un proceso que va en un sentido y que ganaríamos todos, sí lo apoya-mos entre todos.

Segundo: me parece que deben estimularse estos mecanismos de apoyo a la comunidad académica de los estados, que complementan los mecanismos o los instru-mentos como el Sistema Nacional de Investigadores. Por supuesto, los sistemas estatales no son la segunda división del SNI, no están hechos para eso. Son sistemas distintos y deben verse como complementarios. Por supuesto, el SNI se tiene que reforzar; tiene que crecer, pero me parece que un investigador que está fuera de la zona metropolitana de la Ciudad de México debe encontrar no solamente un escritorio para sentarse; tiene que tener todo un sistema que le permita trabajar. Llega un momento en que debe tener un reconocimiento de la sociedad.

Tercero: me parece que en ese tema entre federación, nación y estados, lo fundamental es construir círculos de confianza. Me parece fundamental que entendamos que somos parte de un país y que solamente en esa circulación podremos no solamente lograr el desarrollo científico, sino también el desarrollo del país.

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necesidades básicas de un país. Para desarrollar su labor, los astrónomos empleamos telescopios y desarrollamos modelos matemáticos que son analizados con métodos computacionales de vanguardia. Enfocaré el ejemplo a los telescopios, aunque el aspecto computacional también tiene derramas importantes.

Los telescopios son grandes estructuras robóticas de alta precisión, generalmente diseñados para propósitos muy específicos y que requieren de mantenimiento ruti-nario durante los más de 30 años que generalmente están en operación.

El desarrollo del Observatorio Astronómico Nacional en San Pedro Mártir, Baja California, comenzó a finales de los 1960. Para ello, fue necesario entrenar a un grupo de expertos en óptica, diseño mecánico de alta precisión, electrónica y control numérico. Todas estas áreas son de primera necesidad para el desarrollo tecnológico del país y, en su tiempo, el pequeño grupo creado para el desarro-llo del observatorio constituyó el núcleo de expertos más capacitados del país.

Un grupo de ellos construyó la primera fresadora com-putarizada del país, y también se exportó un sistema de control de telescopios a Venezuela. Durante las cuatro décadas siguientes, muchos de estos investigadores con-tribuyeron en la formación de nuevos expertos en estas áreas, y algunos se incorporaron a la iniciativa privada.

DIFUSIÓN DE LA CIENCIA

Por otro lado, la presencia del OAN ha contribuido nota-blemente en las actividades de difusión de la ciencia, en la educación y en la cultura de la ciudad de Ensenada. Tam-

bién gracias al OAN, se ha logrado promulgar la llamada “Ley del Cielo”, que protege al municipio de Ensenada de la contaminación lumíınica, entre otras acciones para la protección del medio-ambiente.

Gran parte del éxito del OAN se debe a la continuidad en las políticas del Instituto de Astronomía para su desa-rrollo, al apoyo sostenido que ha recibido por parte de la UNAM y CONACYT y la articulación con diversos sectores nacionales y extranjeros.

Una de las misiones futuras del SNI podría ser el en-contrar mecanismos para hacer más eficientes muchos de los esfuerzos que la comunidad científica desarrolla de manera puntual y desarticulada, para que estos esfuerzos tengan un mayor impacto en beneficio de la Sociedad.

También, como se mencionó en la mesa redonda de anoche, sería magnífico poder aprovechar el enorme po-tencial del trabajo multi-disciplinario que podría darse en-tre los miembros de diferentes áreas del SNI.

El SNI ha sido un mecanismo muy eficaz para fomentar la cultura de la evaluación por pares, utilizando criterios que, en general, se han basado en estándares internacio-nales.

Esto le ha permitido crear una base de expertos, con conocimientos amplios del “estado del arte” internacional, capaces de ubicar los nichos potenciales en donde las con-tribuciones de México podrían tener gran impacto.

Otra vertiente que se podría analizar es la de hacer ver a las instancias gubernamentales y empresariales que los miembros del SNI pueden servir de árbitros para la evalua-ción de propuestas de solución que sean elaboradas para atender la problemática de diversos sectores en el país.

Observatorio Astronómico

Nacional en San Pedro Mártir, Baja

California.

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El inglés, requisito en la escena científica internacional

Intervención del doctor TomásGarcía Salgado, profesor de la UNAM

Yo quisiera mencionar que lo que dijo el doctor Ya-camán es absolutamente cierto. Lo que yo he visto en la escena internacional es una escasez de la fluidez

en el inglés y no solamente para leer y escribir, sino para argumentar y defender los puntos de vista.

En la escena internacional somos más los que nos debemos acostumbrar a tener que escribir el artículo en inglés, revisarlo, y realizar la lectura como si fuera en cual-quier otro idioma. Es necesario participar en alguna activi-dad internacional, prepararnos, tener las habilidades de exponer y dar el paso siguiente. Algunos proyectos ya se han presentado en escenarios difíciles y hay que saberlos defender. De otra manera, no hay una real participación.

Aquí vemos dos aspectos: uno es el paper. Se puede enviar un artículo que puede llegar, y hay la necesidad de crear una defensa personal o convencer, quizás por el buen manejo del tema., porque lleva ilustraciones origi-nales muy bien hechas y trae cosas nuevas, y a los que se impresiona es a un grupo de árbitros, especialistas en un tema, que conocen las referencias que uno pone y a uno mismo, pero no entienden si la cuestión va o no va; no tienen la participación directa en ese tema.

CONGRESO DE ARTE Y MATEMÁTICAS

En otra experiencia, en un congreso sobre el arte y las matemáticas, presenté un trabajo -al menos en mi tema- estudiado por los mejores académicos, adjudicaciones y papers increíblemente numerosos. No quiero entrar en ningún detalle técnico, pero quiero decir que yo pensé que era el espacio ideal para dos cosas: saber que uno puede

renunciar públicamente y haber dado una batalla dignamente y decir bueno, hasta aquí llegué. Y la otra es enfrentar a los mejores investigadores, que yo sabía que iban a estar ahí.

Al término de esto, alguien expuso su comentario, el que coincidía conmigo en parámetros de error, y cuando el público vio que ese alguien era un gran experto, nadie tuvo el ánimo de decir no. Esto es un aspecto que sucede en este tipo de espacio, donde se puede internacionalizar algo que representa la ciencia mexicana.

A mí me da mucho gusto que la labor haya sido convincente, presentar el trabajo en la prueba y en ese momento se abrió el espacio y de alguna u otra manera ya concluyó esto. Yo creo que ése es uno de los ángulos que los inves-tigadores no deberíamos descuidar y por eso coincido con el doctor Yacamán, pues si no dominamos el idioma, no podemos plantearlo en el lugar, no po-demos hacer la presentación, no podemos hacer la defensa, y ésta es la parte realmente especial.

En este tema, he encontrado que en una escena internacional y lo que hace que se abran muchos espacios a partir de investigadores de talla internacional, no es ni el sexo, ni la nacionalidad. Importa que lo que uno vaya a decir lo pueda probar. El asunto es tener, más allá de la guía del tema, un método trabajado, un conocimiento previo.

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¿Ha respondido el SNI a las necesidades del país?

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Presentacion de la doctora Gloria Koenigsberger, del Instituto de Ciencias Físicas UNAM, Campus-Cuernavaca

Como todos sabemos, las necesidades del país son enormes. La pobreza, las graves deficiencias en el sistema educativo, la falta de trabajo, el limitado ac-

ceso a un sistema de salud eficiente, la corrupción, la in-eficiencia del aparato burocrático, la inseguridad, indican una situación lamentable en lo que se refiere al bienestar social en México.

Muchos de nosotros estamos convencidos de que la in-vestigación científica puede contribuir a mejorar la situa-ción, pero únicamente en forma parcial, porque la solu-ción completa de estos problemas radica más en el ámbito político que en el científico.

Además, los problemas arriba citados están inter-relacionados; es decir, no se pueden separar y no es po-sible resolverlos en forma individual, sino que se tienen que abordar, todos ellos, en paralelo. Surge entonces la pregunta: ¿cuál puede ser la contribución real del sector científico a los problemas del país?

VOLUNTAD POLÍTICA

Para que la investigación científica pueda contribuir efi-cientemente a la solución de los problemas nacionales, se requiere una voluntad política dispuesta a implementar las soluciones técnicas que emanen de los grupos de in-vestigación. Esta voluntad política debe superar los inte-reses gremiales, de grupo, económicos y personales.

Lograr esto requiere de una labor amplia y sostenida de educación en la población, en la que se fomente la ca-pacidad de pensamiento crítico, una cultura de justicia y la búsqueda del balance entre el beneficio individual y colectivo.

Gran parte de la comunidad académica ha invertido es-fuerzos en este sentido, durante varias décadas, pero sin una política nacional consistente y a largo plazo; y sin un número suficientemente grande de investigadores involu-crados en estos esfuerzos, difícilmente se podrán alcanzar los efectos deseados.

En este sentido, habría que recordar que uno de los objetivos centrales del SNI fue, inicialmente, contribuir a retener en el país a sus muy escasos investigadores en los tiempos de gran crisis económica, vividos durante la

década de los 1980, y, además, fomentar un crecimiento tanto en el número de investigadores como en la calidad de su trabajo.

EL SNI HA CUMPLIDO

Si se analizan las cifras de crecimiento, es evidente que el SNI ha cumplido con estos objetivos iniciales. Aun así, el número de investigadores con que cuenta el país actual-mente sigue siendo pequeño para poder contender con la magnitud de los problemas nacionales, especialmente dada la escasa o nula vinculación entre la comunidad científica y los otros sectores, como el gubernamental, el legislativo, el industrial, el sindical, el comercial.

Otro factor es que la contribución de los investigadores no se limita a la generación de conocimiento, a encontrar soluciones a problemas y a transmitir su experiencia a nuevas generaciones. En el proceso de desarrollar estas actividades, hay productos adicionales, muchos de ellos estrechamente ligados a las necesidades fundamentales del país.

LA ASTRONOMÍA

Permítanme ilustrar esto con un ejemplo: el de la inves-tigación astronómica, una ciencia básica que muchas ve-ces se percibe como un área alejada por completo de las

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La investigación científica, ¿tarea individual, de grupos o de redes?

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Intervención del doctor Tomás Viveros García, del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología

Les traigo una reflexión sobre un programa nuevo que está operando en el CONACYT,

y es el Programa de Redes. Fue aprobado en diciembre de 2008, y a partir de ahí tiene una histo-ria previa de conformación de la red, una historia futura en tér-minos de sus posibilidades y sus impactos.

La investigación es una tarea en la que generamos conocimiento. Existen grupos de investigación que eran conocidos en el ámbito interno, pero poco conocidos en el exterior, y que difícilmente se comunicaban entre sí, dadas sus diferentes áreas de competencia, ya que la gente se desarrolla en ambientes distintos.

DIFERENTES TIPOS DE REDES

Sin embargo, ha surgido, en años recientes, la iniciativa de crear redes entre personas y grupos que tienen inte-reses comunes para solucionar problemas específicos. De manera general, podemos entender la red como un con-junto de nodos conectados entre sí. Esto tiene que ver con las redes sociales, en las que se destacan relaciones laborales y familiares; las redes de información, por ejem-plo; redes tecnológicas, diseñadas particularmente para el aprovechamiento eficiente de algún recurso, como la electricidad, el agua, y redes biológicas, como la red de bioinformática.

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con las listas de las comisiones dictaminadoras, y cuando había discrepancias muy fuertes, las llevaba al Secretari-ado Técnico para que éste las concentrara al Consejo Di-rectivo, como casos dignos de revisión.

No podía hacer absolutamente nada más, pero en cier-to sentido me sentía con la obligación de cuidar que no hubiera errores verdaderamente lamentables.

CAMBIOS EN EL SNI

Han pasado muchas cosas con el SNI, y no siempre he es-tado de acuerdo con los cambios que se han registrado; tampoco esperaba que los cambios que se hicieran tuvi-eran que mantener siempre mi consulta o mi opinión.

Sí admito que yo siento que un cambio fue para mal. Recordemos aquel momento especial, cuando empezó el uso de las computadoras. Intentamos empezar a hacer uso de los datos y estadísticas de la información, para poder entender más lo que pasaba con la ciencia en México, y yo siento que eso se perdió. Incluso hasta sé quién es el culpable de que se haya perdido; pero es una tristeza que México no conserve o no haya manejado toda esa infor-mación que de alguna forma todos ustedes habían dado.

Se realizaron estadísticas de diversa naturaleza, y las hacíamos con información de entrada, con las estadísticas de ustedes, porque todavía no había el sistema de manejo de datos suficiente para procesar la información que tres o cuatro años después ya se podía hacer.

Otra cosa que creo ha sido un problema, que no es culpa del SNI, sino del país, es que en ciertos medios,

en ciertos grupos, en ciertas instituciones, ha faltado

madurez para pensar que no todo se debe resolver a

través de modificaciones al Sistema Nacional de Investi-

gadores. Creo que durante muchos años, en casi cualquier problema que tenía que ver con la ciencia o desarrollo de la ciencia en México, se pensaba que se podía absorber a través de modificar el SNI, y eso, creo yo, mostraba falta de ideas sobre otros mecanismos.

Un solo mecanismo no sirve para un país; no sirve para un medio; no sirve para una comunidad tan importante como es la de la investigación. Debemos tener muchas ideas, muchos mecanismos, muchos caminos para poder avanzar.

PROBLEMAS FUTUROS

Hacia el futuro, veo problemas, que voy a expresar en la forma en que los seguí. El secretariado de las universi-dades británicas dijo (año 2004) que los cambios que es-tán ocurriendo en el mundo universitario en estas épocas son de tal magnitud, que se registra una competencia de la investigación, una competencia estática (se refería funda-mentalmente a que las universidades compiten unas con otras por dinero, por alumnos, por profesores, por una serie de cosas, y seguirán compitiendo).

Pero agregaba que la competencia ahora va a ser

dinámica; esto es, que van a cambiar muchas reglas del

juego, y al cambiar las reglas del juego, se va a desnive-

lar o renivelar el terreno. Con la competencia estática, las reglas del juego de todas las universidades supuesta-mente son las mismas, aunque sabemos que hay universi-

dades de primera y de segunda, pero todas ofrecen esen-cialmente lo mismo: un paquete de conocimiento puesto inicialmente de cierta manera para formar a jóvenes, para prepararlos hacia el futuro, de una manera fácil, uniforme, y entonces compiten globalmente con otras universi-dades, y compiten internamente, tratando de ganar más dinero, más inversiones, más recursos para poder hacer o ser más eficientes.

En este punto les voy a decir que las nuevas reglas del juego implican cambios fundamentales: Habrá una sacu-dida muy fuerte en la comunidad académica, la comuni-dad científica por ende, y de alguna manera las reglas del juego van a cambiar muy fuertemente. En algunos casos ya se está viendo. Quiero decir que el Sistema Nacional

de Investigadores tuvo un papel importante en México

cuando el país se nos iba de las manos, cuando lo es-

tábamos perdiendo. Todos teníamos temor de que los

investigadores se regresaran a sus países de origen, y

debíamos tratar de impedir que los investigadores deja-

ran su investigación para dedicarse a lo que fuera para

poder sobrevivir.

El Sistema Nacional de Investigadores, fundamental-mente evitó eso, y de una manera que indicara claramente a quiénes había que dar más recursos para que no dejaran la investigación, en lugar de un aumento salarial a todos los académicos que no se lo merecían.

Creo también que el Sistema Nacional de Investiga-dores tendrá que pensar muchas de sus maneras de op-erar, para adecuarse más claramente a los cambios que vienen hacia el futuro.

Ahora bien, ¿cómo están interconectadas una red so-cial y una red biológica? ¿Cuáles son los componentes de las redes? Tenemos los componentes estructurales, el componente de recurso; el componente rotativo y el com-ponente dinámico.

¿Qué tipo de lazos hay entre los cimientos de una red y el peso que pueden tener esos lazos? ¿Cuáles son las características de los integrantes de los nodos?

En nuestro caso, ¿qué entendemos por una red? Es la asociación de individuos y grupos de investigación que tienen un interés común y la disposición para colaborar con sus recursos, conocimientos y habilidades para impul-sar de manera sinérgica el tema. En su desarrollo ocupan un lugar importante la confianza y la colaboración para realizar las tareas científicas,

OBJETIVOS DE LAS REDES

¿Cuáles son los objetivos de las redes. Los desarrollos de redes científicas se ocupan en temas estratégicos que res-pondan a problemas científicos, a problemas tecnológicos y sociales y procuren la vinculación de la academia con la sociedad. Resulta importante acatar todo lo que tiene que ver con los enfoques institucionales y el área de desem-peño, así como contribuir al desarrollo nacional Se dice fácil, pero esto constituye un punto sumamente difícil.

Entre los objetivos específicos de las redes, resulta im-portante, por ejemplo, conocer en un tema dónde estamos, a dónde vamos, qué estamos haciendo, con qué recursos contamos. Por lo tanto, uno de los primeros objetivos que se han planteado para las redes dinámicas es establecer a dónde se pretende llegar y, por lo tanto, contar con un catálogo de recursos humanos: con qué lo hago, con qué infraestructura hago esta investigación.

PROYECTO DE DESARROLLO

De esta manera podemos conocer la radiografía del pro-blema y proponer proyectos académicos e institucionales, orientados a resolver problemas formales estratégicos; proyectos que sean susceptibles de realización y que ten-gan una orientación hacia la elaboración de un proyecto nacional de desarrollo, en el que la investigación científica y tecnológica sean la meta. Esto debería constituir un e-lemento importante para hacer el Plan Nacional de desa-rrollo.

Algunas temáticas en las que hemos estado colabo-rando son las de agua, biotecnología, ecosistemas, física, modelos para el medio ambiente y sustentabilidad, nano-ciencias, nanotecnología, procesos de desarrollo humano, procesos industriales… En total son 14 redes, las cuales han venido trabajando con diferentes dinámicas, y que se han constituido con grupos de investigadores importantes y con los debidos lineamientos para el desarrollo de sus actividades.

¿Qué se espera de estas redes? Que brinden apoyo a la comunidad; que pongan atención a las oportunidades del país y que contribuyan a la formación de recursos hu-manos. Esto lleva a otros asuntos importantes: formación de grupos para vincularse con la parte tecnológica de los desarrollos, y eso implica que los grupos de investigación en redes tengan un proyecto transversal que tiene que ver con todos los pilares de los que forman recursos humanos de manera continua.

¿Cuál es el propósito de conformar redes académicas de grupos? Por medio de intensos intercambios, llevar a cabo proyectos conjuntos con el propósito de hacer más eficientes sus funciones; fortalecer el trabajo en áreas es-tratégicas, por medio de la generación de conocimiento, y vincular de manera más estrecha los grupos académicos con la industria.

¿Cuáles son las características de las redes? Confia-mos en que sean dinámicas, que sean flexibles, que tengan visión, que aprovechen los recursos y que tengan impacto social, y eso implica una manera diferente de cooperar para el desarrollo de la ciencia.

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CONOCIMIENTOSISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES70 SISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORESCONOCIMIENTO 27

y le parecía incómodo que él no les contara a sus directivos lo que estaba pasan-do con el SNI. Jorge insistió dos veces en que quería tener la oportunidad de comentarlo con la gente del CONACYT. A la segunda vez, Reyes Heroles se

molestó: “¿Qué no me entiende, doctor Flores? ¿No me escuchó? Esto es un

secreto del presidente de la republica; sólo ustedes y yo lo sabemos”. Ahí se acabó la cuestión.

En ese tiempo, yo me desempeñaba en el Instituto Mexicano del Petróleo, donde tenía lo que yo consideraba la situación ideal. Era directivo de Investi-gación del Instituto Mexicano del Petróleo, y trabajaba de 8 de la mañana a 3 de la tarde. Así, yo tenia todas las tardes disponibles y en las tardes me iba de asesoría con Reyes Herodes, a pensar qué cosas podía hacer para la educación superior.

DIRECTOR GENERAL

DE INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA

Cuando se creó el Sistema Nacional de Investigadores, Luis Medina pasó a sub-secretario de Planeación de la SEP, y quedó vacante la Dirección General de Inves-tigación Científica y Dirección Académica. Entonces, por un lado Reyes Heroles y por otro Jorge Flores, me dijeron que asumiera la Dirección, para yo encargarme del Sistema Nacional de Investigadores. Eso implicaba dejar el Instituto Mexi-cano del Petróleo, donde tenía ya más de 13 años, para hacerme cargo de una empresa nueva en el gobierno federal.

Para mí no estaba muy claro qué era lo conveniente, pero me sentía imposi-bilitado a decir que no a la oferta de echar a andar algo de lo que yo había sido parte.

A final de cuentas, me incorporé a la Dirección de Área de Investigación Científica y Superación Académica. Mi labor ahí, como en casi todos mis traba-jos, fue algo extremadamente bello, interesante, y la gestión del Sistema Nacio-

nal de Investigadores fue extremadamente difícil, pero al mismo tiempo era

exhilarante, entusiasmante, porque con todas las personas con las que uno

hablaba el problema era que todos querían contribuir de alguna forma a que

las cosas se dieran y era difícil contener tantas ideas, tantas experiencias, tantas opiniones, y todos creían que la suya era la verdadera.

PRIMERA CONVOCATORIA

La primera convocatoria salió en 1984, pero las decisiones para los primeros investigadores se dieron hasta enero y febrero de 1985, y el día del cierre de la convocatoria, gente muy respetable, muchos de ellos conocidos míos personal-mente, estaban haciendo fila en unas escaleritas extraordinariamente pequeñas que había en la SEP. Estaban cargando sus documentos para entregarlos antes del cierre de la convocatoria.

Honestamente, no esperábamos tanta gente. Como decía Jorge, mil 500 nos parecía mucho, y la verdad es que había muchos más. No teníamos dónde ano-tar. Afortunadamente, habíamos comprado suficientes cajas para guardar los documentos, pero no teníamos dónde colocar tantas. Entonces, se llenaron to-dos los escritorios, todos los pasillos de la Dirección General de Investigación Científica y Superación Académica, y buena parte de mi equipo se pasó toda la noche ordenando los documentos.

La SEP estableció un programa para dotar de fax a los investigadores, porque las rectorías de las universidades estatales no tenían fax en la mayor parte. No existía el fax en aquel entonces en México, mucho menos una computadora; no había un mecanismo para guardar ver y almacenar información.

RESPUESTA A TODOS LOS SOLICITANTES

Pero nos propusimos dar respuesta a todos y cada uno de los solicitantes, no sólo de que se habían recibido sus papeles, sino también de los resultados de las convocatorias. Tuve que firmar todas las cartas, una por una, para las miles de personas que enviaron, hasta varias veces, documentación, y obviamente los reclamos de los periódicos eran reclamos a mí; el que alguien no hubiera en-

trado al Sistema Nacional de Investigadores era culpa de Salvador Malo.

Tuve toda clase de incidentes, desde mamás con niños en los brazos, que lloraban porque su marido no había podido entrar, hasta personas ciegas, que decían que para ellos era un esfuerzo enorme hacer lo que se hacía en la in-vestigación, y resultaba muy complicado explicarles cómo funcionaba el SNI: es decir, que había comisiones dictami-nadoras que eran las que tenían que decidir cuáles eran los méritos de las personas.

Por otro lado, se me decía que no valoraba el esfu-

erzo de las personas; sino que valoraba su desempeño,

sus logros. Esto pasó muchas veces, no sólo en el primer

año, sino todavía después de que nos cambiamos a nue-

vas instalaciones.

Tuve sumo cuidado en muchos casos, y puedo asegu-rar que en las primeras dos convocatorias leí expediente por expediente. Me sentaba por las noches, con dos secre-tarias a revisar los expedientes, y yo decía la categoría que según yo, correspondía a cada quién. Yo no podía cambiar ninguna decisión, pero luego cotejaba mi calificación

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des? Trabajo en redes:

alto potencial en investigación

Intervención del doctor Luis Álvarez Icaza, del Instituto de Ingeniería de la UNAM

Yo he sido uno de los participantes en las redes temáticas que el doctor Vive-ros acaba de presentar. A mí me tocó, en su momento, ser representante de CONACYT en las redes de energía, y he tenido experiencia en este proceso

de la red, vinculado un poco con el Sistema Nacional de Investigadores. ¿Por qué nos integramos a la convocatoria de CONACYT? Primero, más allá

del hecho de que en los orígenes de la formación de las redes hubo una convoca-toria para aportar ideas, para crear proyectos, creo que nos involucramos en esa primera parte porque veíamos potencial en la posibilidad de organización del trabajo colectivo en investigación. El proceso no ha sido difícil, pero no ha sido rápido. Ha sido necesaria una labor de conciliación de dinámicas por parte de CONACYT y por parte de los investigadores que participamos en la red.

ENERGÍA, LA RED MÁS NUMEROSA

Entre las redes que conformamos, figura la red de energía, por cierto la más numerosa, en la que conseguimos integrar a 90 personas. Estas 90 personas han estado participando con distintos grados de entusiasmo en la conformación y consolidación, y es, fundamentalmente, una red orientada hacia las fuentes de energía.

El núcleo más importante en este grupo en particular lo constituye la gente que trabaja con energía solar y la gente que trabaja con biocombustibles. Éstos son los grupos que, por otro lado, venían funcionando ya de manera más orga-nizada. Mi experiencia me deja claro que funcionan mejor los grupos cuya orga-nización está conformada por los propios interesados en el tema.

Ahora ¿qué les interesa a los investigadores que participan en la red? Como siempre pasa, por una parte, la asignación de recursos al grupo que integra la red. Los investigadores piensan en esa alternativa, y es por ello que muchos de ellos han solicitado su ingreso a la red.

CONACYT ESPERA PROPUESTAS

A CONACYT lo que le interesa es ver lo que nosotros le podemos proponer, lo que los investigaciones pueden realizar. En la red hemos intentado hacer un pla-no nacional de los más apremiantes temas de investigación, y hemos encontrado

que todos los investigadores consideran como altamente relevante el trabajo que ellos realizan. Es muy difícil que un investigador diga que su trabajo no es lo más relevante cuando se trata de conformar una red de investigación im-portante para la generación de recursos.

El año pasado hicimos un primer ejercicio en San Miguel de Allende, e intentamos compartir algunas expe-riencias sobre políticas públicas. Organizamos cinco talle-res con una serie de temas relevantes de investigación, y en algunos puntos tratamos de entender cómo funciona la red en calidad de apoyo complementario.

En el caso de CONACYT, hemos encontrado que mu-chos investigadores piensan que participar en la red es poder disfrutar de los recursos como complemento para sus recursos propios, y es que las redes tienen cierta can-tidad de fondos relacionados con CONACYT, para su más efectivo funcionamiento. También tenemos investigadores consolidados que consideran viable obtener fondos de la red.

ENERGÍA SOLAR

Por otro lado, hemos conocido experiencias de diferentes grupos de investigadores, de distintas instituciones y de distintas partes del país, dispuestos a integrarse a la red en el área de energía solar, que hasta ahora es una red que podemos llamar académica.

Les preguntamos a los participantes a qué sector pertenecían, y la respuesta en varios casos fue el sector de consultoría, pero encontramos que el sector más nu-meroso es el académico. En cuanto a la pertenencia, dos terceras partes de los miembros de la red son del SNI, y la mitad de estas dos terceras partes son investigadores. Al-gunos de ellos son candidatos evidentemente, y eso refleja la versatilidad de la red.

Hemos tenido experiencias positivas con algunos de los fondos sectoriales, donde ya ha sido posible articular las propuestas de la red, y hemos conseguido que algunas demandas sean incluidas en la convocatoria.

Sin embargo, también hemos recibido quejas por la asignación de esos tipos de fondos, y lo que hemos inten-tado en estos casos es hacer propuestas de temas. Falta mucho todavía, porque hay una experiencia nueva; por un lado por parte de CONACYT, porque los recursos de la red no son aplicados a las instituciones, sino a las personas.

Los responsables de esos recursos no son las institu-ciones, sino los investigadores; pero para muchos de ellos la administración de los fondos resulta complicado, y ha significado para ellos una nueva experiencia, ya que no son administradores.

Vamos a aprovechar la coyuntura, y en este caso les hago una invitación personal: creo que vale la pena invo-lucrarnos en esta experiencia. La tendencia es positiva, aunque los resultados no son tan rápidos como sería de-seable.

Sin embargo, se ha conseguido el conocimiento mutuo de grupos que no se conocían y que ahora, trabajando en temas similares, mediante su contacto a través de la red, pueden potenciar sus cualidades para obtener resultados importantes para beneficio de la comunidad.

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Antes de empezar a relatarles la parte que me tocó vivir, creo conveniente decir algo que de alguna manera refleja una

circunstancia en particular del momento. Ya dijo Sarukhán que, aunque éramos colegas, no nos habíamos tratado. Lo conocía de nom-bre, sabía de su existencia; los dos habíamos en Inglaterra, pero no nos habíamos tratado.

Las anécdotas que acaban de oír les pudi-eran parecer un conjunto de circunstancias de un grupito particular que teníamos cierta relación con Reyes Heroles. Debo decirles que a mí me invitó a trabajar Reyes Heroles como asesor de él, sin yo nunca haber cruzado una palabra con él. Yo no conocía a Jesús Reyes Heroles, excepto como lo conocía cualquier persona, y sabía que unos meses antes había invitado a Jorge Flores a ser subsecretario de Educación Superior; pero también sabía que Reyes Heroles no conocía a Jorge Flores, porque Jorge Flores y yo sí éramos amigos de muchos años, desde la secundaria.

Un día me presenté en el Salón Vascon-

celos, porque un director de área me dijo

que el secretario quería hablar conmigo.

Hablé con él, y me pidió que fuera su ase-

sor. Una asesoría por demás interesante.

Quiero hacer notar a ustedes que esto fue casi más de un año antes de que naci-era el Sistema Nacional de Investigadores. Reyes Heroles me dio una oficina por la que pasaba él para entrar a su oficina. Entonces, yo lo veía todos los días, y todos los días me saludaba como licenciado Malo: “¿Cómo está licenciado?”, y yo le contestaba: “Bien, licen-

Crea De la Madrid, en 1984, el SNI Intervención del doctor Salvador Malo

ciado”. Cuando me trataba de “doctor Malo”, sabía que estaba de buenas, porque Reyes Heroles era una persona particularmente es-pecial. Quiero decir con esto que él se tomó la molestia, se preocupó por buscar personas que tuvieran relación con el medio científico, para invitarnos a trabajar con él.

DIFÍCIL RELACIÓN

Jorge Flores estaba de subsecretario y yo es-taba de asesor con Reyes Heroles, pero mi relación con él era bastante difícil. Cuando se le ocurría algo, me invitaba a hablar con él. Pasaba por su oficina, le daba un papel; él lo hojeaba, y me decía: “bueno, ya me tengo que ir”. De vez en cuando me llamaba a dis-

cutir alguna otra cosa. Esta característica de Reyes Heroles creo que es algo que debemos reconocer todos nosotros, porque si no hu-biera habido esta combinación de apertura en su sentido de tratar de entender más lo que era la comunidad científica de México, y al mismo tiempo su puesta personal en la política mexicana, ciertamente su ascenden-cia con el presidente De la Madrid y también con el secretario de Programación y Presu-puesto hubiera sido muy diferente.

El SNI, como dijo Jorge, se gestó a

partir de octubre de 1983; fue anunciado

a la sociedad el 06 de diciembre de 1983,

y el decreto salió en julio de 84. El bebé

tardo nueve meses, pero cuando llegamos con Reyes Heroles, un servidor por un lado, y Jorge Flores por el otro a mostrar que ya teníamos ideas de cómo hacer un reglamento y demás, recuerdo que a mí me lo dijo muy claramente: “No, no quiero verlo”.

Pero, es que ya está el reglamento.No, quiero que la criatura tenga muchos

papás”Ésa fue su frase. Insistió en que el pro-

ducto tuviera muchos papás. De hecho, en una reunión, cuando nos avisó que el presi-dente De la Madrid estaba de acuerdo con el Sistema Nacional de Investigadores, Reyes Heroles nos recordó que esto era un secre-to del presidente de la republica, que no se podía anunciar, que nadie lo podía saber has-ta el seis de diciembre de 1983.

Jorge Flores insistió en que el CONACYT había puesto algunas ideas sobre la cuestión

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des? Grupos de

investigación, estratégicos para el desarrollo de la ciencia

Intervención del doctor Sergio Guevara, del Instituto de Ecología, A. C.

Me da mucho gusto que las dos personas que me pre-cedieron, Tomás y Luis, hayan hablado sobre la red, porque yo quiero centrar mi participación sobre los

grupos. Quiero convencerlos. Quiero partir de la idea de que los grupos de investigación son estratégicos para el desarrollo de la ciencia en México, y que en este momento, para nuestro Sistema Nacional de Investigadores, para el desarrollo de la ciencia mexicana, es un reto el cómo in-corporar, cómo hacer funcionar y cómo evaluar los grupos de investigación.

La situación actual todos la conocemos. El número de investigadores en el sistema ha crecido mucho. Es un número grande ya el que tenemos, pero sigue siendo muy pequeño, y nos desenvolvemos en un medio en el que hay corrupción, serios problemas educativos, proble-mas de investigación, etcétera. Sabemos también que la dis-ponibilidad de recursos, tanto financieros como infra-

estructurales, no es suficiente para hacer frente a las necesidades y a lo que quisiéramos para el desarrollo

A partir de estas dos ideas, creo que la ciencia mexicana requiere crecer muy rápidamente y requiere capacidad para identificar los productos del quehacer científico, de tal manera que aporte beneficios reales al país y a la sociedad. Las tareas son, desde luego, generar conocimiento científico, vinculado con la pro-ducción en todas sus maneras: la producción social, la producción industrial y la formación de recursos humanos.

INVESTIGACIÓN DE LARGO PLAZO

Yo creo que los grupos de investigación deben ser capaces de hacer investi-gación de largo plazo. Es uno de los grandes retos de nosotros, de nuestras instituciones. Se tiene que hacer investigación a largo plazo, y lo digo particular-mente en mi caso. Tengo una formación profesional en la ecología, en donde la investigación a largo plazo es indispensable.

Tenemos que emprender investigación que aquí se ha denominado de riesgo, investigación de frontera, investigación nueva con la adecuada metodología; tene-mos que hacer trabajos teóricos, que en estos momentos son muy difíciles de rea-lizar. Son trabajos de riesgo. Hay que formar jóvenes estudiantes de posgrado, pero que hagan investigación y no sean sólo estudiantes de posgrado. También creo que los grupos son la base para vincular la investigación con los sectores sociales y empresariales.

Impulsar su formación es otra de las grandes necesidades de nuestra ciencia. Debemos formar grupos por disciplina; y finalmente, aunque no menos impor-tante, debemos editar libros de texto. Y es que mucha de la información que se está produciendo con las investigaciones que se hacen en México no está trans-formándose en libros de texto. Y hablando de libros de texto, es importantísimo tener una infraestructura en casi todas las disciplinas, en el nivel de posgrado sobre todo.

Un grupo de investigación debe ser funcional, capaz de repartir adecuada-mente las tareas y de hacer una serie de cosas que en este momento, para grupos muy pequeños o para investigadores funcionales es muy difícil.

Entre los diversos grupos de investigación, existen los que podemos llamar grupos encubiertos, y los grupos de investigación de ciertos niveles. También existen grupos de investigación formados alrededor de lo que podríamos de-nominar las fábricas de artículos, en donde se da la participación en determina-dos temas, a veces demasiado amplios. Son grupos que tienen como interés una línea de producción.

EVALUACIÓN INDIVIDUAL

Por otro lado, tenemos que la evaluación que hace el SNI es una evaluación in-dividual; sin embargo, los proyectos que se proponen o las convocatorias que se abren para los proyectos de investigación son normalmente para grupos, de modo que aquí hay incongruencia.

Yo creo que el SNI es un sistema muy exitoso de investigadores; sin embargo, mucha de la investigación que se hace no corresponde a las necesidades del país. El reto sería evaluar y acrecentar grupos de investigación, y aunque puede ser muy complicado, creo que vale la pena reflexionar y trabajar sobre este tema, porque es un elemento muy interesante.

Aquí tal vez convendría promover lo que se ha venido discutiendo, que es la descentralización del SNI. Tal vez parezca muy temprano para hacer esto, pero en los grupos de investigación se podrían hacer experimentos a fin de que las instituciones colaboraran en la evaluación de los grupos junto con el SNI.

Tal vez habría que revisar un tema muy importante para los grupos, que es, por ejemplo, el premio específico que se les da en las publicaciones a los au-tores, sobre todo cuando hablamos de grupos; pero habría un cierto orden en las publicaciones, aunque tendríamos problemas en la asignación de los puntos.

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había decidido establecer el Sistema de Investigadores Nacionales y que le pedía a la academia que le presentara, en un tiempo razonable, un proyecto de reglamento.

SECRETARIADO TÉCNICO

Lo que siguió fue una serie larga de re-uniones primero bajo la dirección de Rudomín, luego de Sarukhán –justo en ese ínterin ocurrió el cambio en la pres-idencia de la Academia de la Investigación Científica-; pero se llego a un acuerdo. La ultima reunión tuvo lugar en la Casa del Risco, en San Ángel, y se nos presentó el proyecto, muy parecido a la propuesta inicial, porque las ideas que teníamos eran congruentes unas con otras, y habíamos estado en contacto directo con el Consejo Directivo de la academia. Luego se formó el Secretariado Técnico, y que tenía el componente SEP, el componente CONACYT y el componente academia. Pero la SEP era mayoritaria; éramos tres; la academia era su presidente y el CON-ACYT era el secretario; pero, además, nosotros contábamos con el secretario de la secretaría que era Salvador.

Propusimos el plan, y se inventaron los niveles 1, 2 y 3; las comisiones dictaminadoras; el dictamen por pares, y se lo entregamos finalmente al secre-tario de Educación.

IMPULSO A INVESTIGADORES JÓVENES

Un día, el presidente se reunió con los miembros de El Colegio Nacional, y con el secretario de Educación Pública, y estuvieron discutiendo. Uno de los miembros de El Colegio Nacional, el doctor Ramón de la Fuente, comentó después de lo que expuso el maestro Reyes Heroles, que no veía claramente que el sistema fuera a ser un impulso para los jóvenes; que eso se podía con las condiciones del nivel 1, que ya habíamos escrito.

Del secretariado técnico comentó que era demasiado exigente, y que eso no iba a proponerlo, y el presidente De la Madrid dijo: “Maestro” -porque Reyes Heroles fue director de tesis de De la Madrid, por eso le llamaba maestro-, “eso hay que componerlo; no puede ser que no se dé suficiente énfasis a los investi-gadores jóvenes”, y pácatelas, que nos regresan todo el proyecto.

LA FIGURA DE CANDIDATO

Nos llevó un buen número de reuniones con el Secretariado Técnico, en donde soltábamos ideas de cómo tomar en cuenta esto que es una especie de orden del presidente, por instrucciones del secretario de Educación, y a alguien se le ocur-rió esta figura, bastante extraña en aquel momento, pero que ha sobrevivido los 25 años del SNI, que es la figura de candidato a investigador nacional.

Los que son candidatos a investigador nacional le tienen que agradecer al

doctor Ramón de la Fuente el que haya dicho eso delante del presidente, y que el presidente nos haya pedido a los que estábamos armando el proyecto del SNI, que se inventara esta figura que, todos lo sabemos, era casi para estudiantes que tenían ya la maestría; un poco después se convirtió en algo más serio.

Luego nos dimos cuenta de que eso del Sistema de Investigadores Naciona-les no estaba muy bien, porque, si le poníamos las siglas, llevaba una palabra que, traducida del inglés al español era verdaderamente pecaminosa. Así pues, se le cambió el nombre, y desde entonces se conoce como Sistema Nacional de Investigadores.

LA CUESTIÓN FINANCIERA

Una vez que salio el decreto, seguía hablar con la gente que manejaba el dinero, en la Secretaría de Programación y Presupuesto, cuyo secretario era Carlos Sali-nas de Gortari. Éste le encargó a una de sus principales colaboradoras, María de los Ángeles Moreno, la subsecretaria, que viera conmigo cómo se iba a poner en

marcha el Sistema Nacional de Investi-gadores.

Lo que quería el secretario era que el sistema tuviera un cierto número fijo de puestos en el Sistema Nacional de Investigadores, y que se concursara, in-dependientemente de si la gente tuviera los méritos que exigía el reglamento.

La prueba era llegar a mil 500;

pero yo sabia que no iban a ser mil

500 los miembros, por lo menos los

de la primera y segunda promoción, porque no había mil

500 científicos en México. El otro punto, y ése era todavía peor, era que María de los Ángeles quería que causara im-puestos, y los números que se manejaban en aquella época equivalían al 50 por ciento más o menos en impuestos.

Fue una larga batalla, y recuerdo que un día Reyes Heroles le dijo a Salinas: “ándele, licenciado, no sea cuen-tachiles”.

Y con comentarios tan sabios como ése, finalmente el secretario de Programación y Presupuesto cedió, y desde entonces el estímulo económico que estaba pensado y es-taba dicho en el decreto del presidente De la Madrid para formar el SNI, es una beca, y por lo tanto no genera im-puestos.

LA PUESTA EN MARCHA

Llegó el momento de echar a andar el sistema. Pero antes tuvimos que nombrar las comisiones dictaminadores. El sistema ya tenía dos categorías: de investigador nacional y de candidato a investigador nacional, y el investigador nacional tenía los niveles 1, 2 y 3. El candidato tenía, si mal no recuerdo, el nivel 1-2, el nivel 2-3 y el nivel 3-5.

Pero no había nadie que fuera miembro del sistema, y tuvimos que acordar un artículo transitorio, para que las primeras comisiones dictaminadoras estuvieran formadas por investigadores muy distinguidos, absolutamente in-tachables. En el fondo, lo que les estábamos dando era el nivel 3 de entrada.

La decisión que tomamos junto con Reyes Heroles

fue que los primeros miembros de las comisiones hu-

bieran recibido el Premio Nacional de Ciencias, o fuer-

an miembros de El Colegio Nacional, y con eso ya uno

ameritaba un nivel mínimo. Y así fue. No nos llegaron protestas, pero sí llegaron, como nos acaba de mencionar Juan José Saldaña, artículos. La gran mayoría eran para decir que Malo se había equivocado en todo y cosas por el estilo.

Muchos recortes periodísticos eran por personas que

estaban muy enojadas, porque no habían entrado al SNI,

y no habían entrado fundamentalmente porque tenían

doble chamba, y explícitamente nosotros lo habíamos

prohibido, porque sabíamos que ese era un cáncer que no beneficiaba al desarrollo académico de las instituciones de educación superior.

Luego estaba el problema de los rectores, también eno-jados, porque se violaba, en alguna manera, la autonomía; y había también otros cometarios que simplemente eran búsqueda de escándalo periodístico.

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Intervención del doctor Luis Alfonso Carrillo / Universidad Autónoma de Yucatán

La investigación individual,

¿acto de soberbia y egoísmo?

?

Quiero poner énfasis en algo que no se ha mencionado mucho aquí, que es la mediación entre el investigador y

CONACYT y el SNI con la política científica general, que es precisamente la institución que suele estar conformada fundamental-mente por universidades públicas y cen-tros públicos de investigación. El objetivo es señalar una actitud científica, al parecer difícil de objetar, como la afirmación de que, en investigación, lo colectivo es supe-rior a lo individual.

Muchas políticas académicas institu-cionales que nos han apoyado en investi-gación en México, tienden a convertirla en una tarea burocrática. Tal parece que la búsqueda de que la ciencia mexicana parti-cipe de manera más importante en la gene-

ración de conocimiento tuviera que pasar por el cedazo de la evaluación de los científicos y privilegiar el trabajo colectivo sobre el individual. Es más, no deja de hacerse sentir que la investigación individual es un acto de soberbia y de egoís-mo, y que ya no es una forma “moderna” ni “legítima” de hacer investigación.

En este mundo global, la dinámica del conocimiento la establecen las redes, y lo que no existe es la tendencia creciente para reestructurar las redes académi-cas de las universidades públicas, de la Secretaría de Educación, a través de sus cuerpos académicos. No se trata de poner en duda el carácter acumulativo y socializado del conocimiento, no sólo del que consideramos científico, sino de todo el conocimiento.

Nadie crea nada a partir del conocimiento de otros y de considerar lo que ha hecho y está haciendo su comunidad científica de referencia, y es indudable que lo que se esté investigando en su especialidad es poco competitivo.

Pero, de hecho, la gente de la academia mexicana promoverá la ocupación casi obligatoria de los académicos en todas las áreas del conocimiento, en es-pecial con la serie de características casi de codificación forzada, definida por necesidades institucionales, por necesidades presupuestales y de control natu-ral y de control personal, más que por necesidades científicas.

MEDIDOS CON EL MISMO RASERO

El problema de esta concepción del trabajo colectivo es que, sin tomar en cuenta el proceso mismo de construc-ción del conocimiento y sin considerar distintos niveles de madurez científica individual de los investigadores de una misma institución, así como la forma en que éstos han decidido sus necesidades temáticas, agrupan las mis-mas categorías y miden a todos por igual en los cuerpos académicos, con títulos genéricos, bajo los que se escon-den una gran diversidad de proyectos de investigación y recursos humanos, con profundas diferencias en cuanto a experiencia, vocación y productividad.

Esta concepción colectiva de la investigación que se desprende de necesidades ajenas al propio proceso científico, como son la utilización de presupuestos y la reestructuración del aparato administrativo dedicado a la investigación y a la educación pública e incluso al control político del personal académico, no siempre abona para que se mejore la calidad de impacto del conocimiento que se genera, aunque existen muchos casos en que se incre-menta la cantidad de productos obtenidos.

Pero, además de estos criterios burocráticos, también se arrastra una gran diferencia etimológica en su concep-ción del trabajo científico, y es que, de manera engañosa y presuntuosa, se supone que hay una sola categoría de ciencia, y se implica que áreas del conocimiento tan dis-tintas como la física teórica, la biología marina, los neu-rotransmisores y la sociología, pueden administrarse en el campo de lo colectivo, en un laboratorio de física en la Ciudad de México; en uno de ingeniería dedicado al estudio de la resistencia de materiales en una universidad pública en Puebla; en una estación de Baja California, con un proyecto arqueológico; en Chichen Itzá.

Se quiere suponer que es la misma cosa, y no lo es. Y hay qué decirlo: la mayoría de las manifestaciones de investigación científica requieren etapas de trabajo colec-tivo, pero no es lo mismo el trabajo de un laboratorio sofisticado de profundidad, ni toda la investigación colec-tiva de grupos

CÁLCULO SIMPLISTA

Toda área de conocimiento debe ser analizada como lo

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Corría el mes de octubre de 1983. Como a las 9 de la noche, sonó el teléfono. Contesté, y del otro lado de la línea escuché una voz brusca, con un cierto dejo

veracruzano, que me dijo: “¿Conoce usted el Sistema de Investigadores Nacionales?”

Le dije: “Pues sí, sí lo conozco”¡Ah!, ¿y qué opina? Pues que está bien,¡Ah! Es que aquí está Mario y me lo acaba de proponer como una cosa que puede hacer la SEP a la ciencia. ¿Usted que opina?Pues que está bien”.

Es que yo tenía mucho miedo. Salvador le tenía menos miedo. Lo que pasaba es que Salvador era asesor del mae-stro Reyes Heroles.

Visto bueno presidencial al Sistema de Investigadores

Intervención del doctor Jorge Flores

Y me dijo la voz: “Está bien. Mañana a la una tengo acuerdo con el presidente. Póngase de acuerdo con Malo. Propongan la redacción del proyecto; a las 11 me lo entregan, y yo se lo presento al presidente a la una.

- Como usted diga, maestro.

ENTREGA DEL PROYECTO

Total, que a la mañana siguiente nos reunimos Salvador y yo. Lo que pasa, y por eso pudimos presentar a las 11 de la mañana el primer proyecto del Sistema de Investigadores Nacionales, es que lo habíamos discutido durante muchos años. No era un proyecto que se le había ocurrido a Salvador ni se me pudo ocurrir a mí, sino que se había ido engendrando poco a poco.

Cuando Carlos Whal, investigador biomédico muy distinguido, y en 1974 presidente de la que fue precursora de la Academia de la Investigación Científica, y el doctor Agustín Ayala, coordinador de Investigación Científica de la UNAM, discutían con el entonces director de CONACYT, licenciado Gerardo Bueno, una especie de sistema de investigadores nacionales, tenían muchas cosas en común, y se veía con buenos ojos desde el punto de vista del CONACYT.

Por ejemplo, aparte de la beca que finalmente tuvo el Sistema de Investiga-dores Nacionales, había cierto dinero que se le daría a un investigador nacio-

nal, para equipamiento, y el número que se proponía eran 25 mil pesos, dos

mil dólares, lo cual era mucho más que dos mil dólares actualmente, y por lo tanto, mucho más que 25 mil pesos.

Esto fue por 1975. La idea no cuajó, y se olvidó; de tiempo en tiempo se volvía a recordar, pero la verdad es que nunca se hizo.

Total, que yo sí sabía a qué se refería el doctor Malo cuando se lo presentó al maestro Reyes Heroles; sabía de qué se hablaba, y nos reunimos, como habíamos recibido la orden, a la mañana siguiente, muy temprano, a escribir en detalle lo que creíamos que debería ser el Sistema de Investigadores Nacionales. Se lo llevamos al secretario de Educación Pública, quien tuvo su acuerdo con el presi-dente De la Madrid.

El secretario me contó luego: “Dijo el presidente: ‘Sí, es una buena comuni-

dad a la que hay que apoyar. Adelante con el proyecto’”. Pero me advirtió que

el presidente había acordado anunciar él personalmente, en Los Pinos, duran-

te la entrega de los premios de la Academia de la Investigación Científica, cor-

respondientes al año 1983, la idea del Sistema de Investigadores Nacionales, y que como ese premio era organizado por la academia, le pediría a la academia que presentara un proyecto del reglamento y del decreto presidencial.

Reyes Heroles me dijo: “Y esto no lo vaya a decir nunca, pero nunca ¡eh!”, pero se los voy a decir ahora: “Escriba el discurso que tiene que decir el presi-dente. Claro, usted dice que lo escribió el presidente. Dentro de diez días se va a anunciar”.

Salvador y yo escribimos el discurso. Y efectivamente, el presidente, al final de la ceremonia de premiación en Los Pinos, dijo que el gobierno federal

que es; evaluada en lo que respecta a la calidad de su producción, conforme a sus propios parámetros disci-plinarios, y con el debido conocimiento de sus fines. No se pueden calcular de manera simplista formas de orga-nización de trabajo de una disciplina a otra. La forma de concebir lo colectivo en una disciplina, por ejemplo en el laboratorio de investigación biomédica, lo perjudica y nu-lifica totalmente en otra, por ejemplo en una investigación antropológica numérica o en investigaciones sociológicas sobre el abuso sexual infantil. En un caso, la información del conocimiento sólo se puede conseguir en grupo; en el otro, sólo se puede conseguir de manera individual.

Estudios recientes dedicados a analizar el funciona-miento de los grupos de investigación, así como los más de cien testimonios sobre las trayectorias científicas que pueden ser observados, por ejemplo, en el libro editado por CONACYT y la Academia Mexicana de Ciencias, que está dedicado para aportaciones científicas y humanísti-cas mexicanas en el Siglo XX, por representantes de prác-ticamente todas las disciplinas científicas de nuestro país, nos muestran que la lógica de investigación científica y de los descubrimientos más destacados en todos los campos de investigadores que siguen activos, no responden a una forma colectiva y organizada de investigación. Lo que es más, sobresalen el trabajo y las trayectorias individuales.

GRUPOS DE REFERENCIA

La capacidad de comunicarse con especialistas muy espe-cíficos de otros partes del mundo y del país fue, por mu-cho, más importante que los grupos de referencia.

Hay que renunciar a la idea de que la acumulación de trabajo colectivo asociada a un grupo es el único método o que los métodos especiales son mejores que otros. No es así. La trayectoria es importante para el grupo de científi-cos mexicanos.

En esta primera década del Siglo XXI, el fomento a la investigación en México se ha movido cada vez más hacia la investigación colectiva, y esto no en todos los casos sig-nifica una mejoría del trabajo académico. Analicemos lo que está sucediendo con una de las políticas más impor-tantes, la cual corresponde a la formación de cuerpos aca-démicos, que se escuchó con fuerza a partir de 2002. Cada vez más, el apoyo económico en la red de universidades públicas se estructura en torno a los cuerpos académicos; el financiamiento se da a través del orden y de los progra-mas integrales de fortalecimiento institucional.

La política parece inteligente; es más, esta política parece muy generosa, pero en México, en algunas áreas no lo es tanto; primero, porque académicos que pasaron años trabajando por separado, se unificaron, pues esto les podía significar más presupuesto, así como una mayor es-tabilidad. Pero, en esta forma se establece control político e institucional sobre el personal académico.

BREVE INVESTIGACIÓN

Sin pretender agotar la situación general, hice una breve exploración en cinco universidades públicas y cuatro centros públicos de investigación. El resultado arroja en forma general que los cuerpos académicos se consideran

como líderes de estas instituciones; los líderes académicos reales, no los administradores.

Los problemas centrales parecen ser éstos: Primero, surgieron por iniciativas externas y no por una necesidad interna de los participantes en grupos; segundo, aunque en algunas instituciones no es obligatorio que todo el per-sonal académico participe en ellos, la mayor parte está incorporado en un grupo o en otro. En estos casos, iróni-camente, la productividad individual se está volviendo un problema; se diagnostica el poco trabajo colectivo y se re-comienda hacer más trabajo colectivo.

Esta colectivización también produce conflictos insti-tucionales, pues pretende hacer similares a los que son diferentes; supone que por el simple hecho de nombrar a los proyectos de investigación de la misma manera se referirán a las mismas cosas, cuando en realidad muchos investigadores que ya han desarrollado una gran compe-tencia sobre ciertos temas a lo largo de muchos años, con-tinúan trabajándolos pues eso los vuelve competitivos.

Asimismo, introducir una gran tensión en los lideraz-gos científicos naturales es la forma más común en que se estructura la investigación colectiva. Finalmente, la ac-tividad docente de otros cuerpos difícilmente se deriva, contra lo que se supone, de una actividad de investigación colectiva, sino que está dada por los programas oficiales de las instituciones académicas y la definición de las ma-terias. Pocas cosas tienen que ver con investigación real, colectiva o no.

REDES TEMÁTICAS

En el mismo CONACYT, su programa de redes temáticas parece apuntar en una dirección mucho más productiva, pues permite que de manera voluntaria, teniendo como objetivo principal la discusión en torno a problemas reales del conocimiento, científicos de distintas instituciones dia-loguen y se comuniquen. Tal vez se pretende que el tra-bajo científico y colectivo pueda aflorar en las condiciones en que es más productivo, cuando investigadores motiva-dos por una pregunta o una reflexión se plantean cuál es el problema del conocimiento que comparten.

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CONOCIMIENTOSISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES74 SISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORESCONOCIMIENTO 23

Varios puntos se lograron, otros no; uno de ellos fue la insistencia de que

los directores de los institutos de investigación que fuesen investigadores

activos y que publicasen regularmente, no fueran descartados del SNI. Fue una batalla larga y frustrante, fundamentalmente porque yo estaba en el su-puesto de ser director e investigador, y parecía que estaba defendiendo mi caso particular.

La resistencia fue grande y acabé por dar por perdida esa batalla. Finalmente se reconoció que era injusto mantener a directores productivos fuera del SNI

y se modificó el criterio al respecto. Otro punto fue mi insistencia de que la administración del SNI quedase en manos de la academia, para evitar la buro-cracia costosa de la administración pública. Fue una discusión dura, tan dura que tuvo que llegar al escritorio del secretario de Educación, quien me hizo ver con toda claridad, en una reunión que recuerdo vívidamente, que o el esquema se quedaba en la SEP o no había SNI. Obviamente, conocen ustedes el resultado de esa reunión.

Afortunadamente, el programa quedó a cargo de la oficina de Salvador Malo, y yo creo que es ahora historia la forma en que, en lo general, se ha manejado de manera expedita y eficiente, desde un principio.

En mi último discurso como presidente de la academia, durante la entrega de los premios de la misma, me tocó puntualizar muy claramente al presidente de la república, Miguel de la Madrid entonces, que el SNI debería cambiar a un es-quema que no distorsionase su función; es decir, que empezara a convertirse en una especie de segundo polo de interés o de fuerza, por encima de los intereses de las instituciones en las que laborábamos los investigadores, y que por otro lado, de alguna manera, había que encontrar mecanismos para que las becas del SNI fuesen convirtiéndose en parte del sueldo de quienes formaban parte del sistema.

Yo creo que hubiera sido muy adecuado, en ese momento, diseñar una

manera de modificar la naturaleza del SNI; es decir, incorporando al sueldo la

beca del SNI que los investigadores tenían. Una de las razones que se esgrimió entonces fue que en algunos casos, particularmente de instituciones académi-camente no muy fuertes, podría representar una distorsión del propósito de estímulo académico de la beca del SNI. Aunque argumentamos varios que había instituciones más fuertes con mucha más tradición de evaluación académica, donde el problema sería de menor importancia -aun si lo hubiese- no hubo for-ma de cambiar la situación.

ACTIVIDAD DOCENTE

Otra situación que tuvo el SNI en sus inicios es que realmente no ponía aten-ción a la actividad docente, razón de ser de la mayoría de las instituciones de educación superior. Afortunadamente, esta deficiencia se ha ido corrigiendo de manera satisfactoria, si bien lo que se quería salvar en un principio era la activi-dad de investigación de tiempo completo.

No tiene mucho sentido hacer investigación en una institución de edu-

cación superior pública, sin el componente docente. Pero en ese momento era claro que mezclar estos dos elementos iba a llevar a un sistema mucho más complejo y probablemente iba a desestimular el interés que había en el gobierno federal de echar a andar un proyecto de este tipo.

EVALUACIÓN POR PARES

La virtud más importante del SNI ha sido la evaluación por pares académicos, pero ésta, en mi opinión, puede a su vez ser, paradójicamente, su debilidad más grande, porque depende de la madurez, la dedicación, la seriedad del trabajo de evaluación llevado a cabo por la comunidad académica. Sin duda hemos ido ganando en madurez en la tarea de valorar el trabajo académico; los criterios se han ampliado, tratando de mantener siempre estándares satisfactorios.

Pienso que hay mucho más que hacer en ese sentido, y que la comunidad académica debe tomar el liderazgo, para que ocurran cambios que me parecen importantes. Nos estamos acercando a un tiempo en que los problemas más

importantes que tiene la sociedad, y los asuntos que

debe encarar la investigación científica son de naturale-

za muy compleja, con fenómenos que no se comportan

linealmente, y de índole multidisciplinaría.

Ninguno de los sistemas de evaluación, de apoyo y de gestoría de la evaluación en México, valora y estimula la investigación multidisciplinaría; ni nuestras universidades están diseñadas para apoyarla, ni los sistemas de evalua-ción están para reconocer la misma, y parte de los pro-blemas más serios que encaramos desde ahora, hacia las siguientes décadas, son justamente de la naturaleza a que me he referido.

Creo que éste sería un buen momento para pensar no nada más cómo funciona el SNI en ese respecto, sino cómo funcionan otros mecanismos de evaluación: el PRIDE de la UNAM, por ejemplo, que se basó diez años después en ese mismo esquema. Como rector en ese tiempo, me resultaba imposible, por los cerrados criterios del gobierno federal, conseguir recursos para elevar los sueldos en la univer-sidad, porque me argumentaba la Secretaría de Hacienda que aunque era claramente justificada la evaluación de la UNAM, el costo dimensionado para todo el sistema de educación superior era demasiado alto para encararlo

Sería injusto no reconocer que se han dado pasos en la dirección correcta para atender de mejor manera los ingresos del personal académico, especialmente del que se dedica de tiempo completo a la investigación; también es cierto que algunas de estas medidas podían haber sido de otra naturaleza, con un reconocimiento mucho más claro por parte del Estado, de la importancia toral de la activi-dad académica y de su papel en el desarrollo del país

Pero eso no ha sucedido hasta la actualidad en la rea-lidad de los hechos. Aunque hay mucha expresión al res-

pecto, en la realidad esto no parece tomar forma. Segui-

mos en un país en que la sociedad misma no entiende

bien para qué son las universidades, más allá de ver a

sus hijos con un diploma para tener un trabajo, y creo que es algo que tenemos cambiar, si queremos tener otra forma de ver el desarrollo en México, particularmente en lo que se refiere al desarrollo de la ciencia y de la edu-cación superior.

Estoy seguro de que la creación del SNI salvó el mo-mento de la comunidad académica de investigación en México e impuso una serie de estándares de evaluación, y que ha tenido efectos muy importantes, pero siempre podremos hacer más y mejor.

Querétaro, Qro.- El Primer Congreso del Sistema Nacional de Investigadores, cele- brado en esta ciudad del 5 al 8 de mayo, dejó entre los miembros del Comité Organizador la satisfacción de haber visto cumplidos los objetivos del encuentro en su primera etapa, aunque ahora queda el compromiso de análi-sis y de trabajo en torno a las demandas de la comunidad SNI.

Al término del encuentro, los integrantes del comité organizador celebraron la sesión de clausura, aunque aclararon que lo que se supone serían las conclusiones habrían de quedar para mejor oportunidad, dado el cúmulo de propuestas y demandas planteadas por los asistentes a esta reunión.

En esta sesión de clausura participaron los doctores –todos ellos miembros del sistema- Leticia Torres, Horacio Merchant, Jesús Álva-rez, Teresa Rojas, Juan José Saldaña y José Antonio de la Peña.

Todos ellos expusieron sus puntos de vista en torno al encuentro, particularmente en lo relacionado con las mesas de trabajo en que les correspondió participar, y dieron a conocer sus observaciones, que se pueden resumir en los siguientes –aunque no son to-dos- puntos:

Enlista el Comité Organizador planteamientos de los participantes

Y puntos de vista personales

* Impulsar la investigación multidisciplinaria.* Movilidad de los investigadores.* Mayor vinculación con la sociedad, particularmente con la industria.* Retiro digno para los investigadores.* Creación de redes y grupos de investigación.* Contribución del sistema a la conformación de un proyecto de nación.* Reconocimiento a la voluntad política de las autoridades por abrir este foro.* Ética profesional y honestidad intelectual.* Satisfacción por la participación de la comunidad científica en forma inteligente, crítica, propositiva, madura y vibrante.* Necesidad de revisar los programas de evaluación.* Preocupación por el envejecimiento de la plantilla de investigadores.* Participación de delegaciones de todo el país, aunque, en algunos casos, muy reducida.* Necesidad de que el sistema se involucre en la problemática nacional y participe con la propuesta de posibles soluciones.* Necesidad de crear grupos de discusión en torno a esta problemática.* Trabajar junto con el CONACYT en torno a los problemas de la evaluación.* Creación de grupos de evaluación y análisis de la información.*Promoción del conocimiento científico en la sociedad.* Ser más activos en la interacción con la sociedad.

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Nacional de Investigadores. Aunque los tres somos miem-bros de la misma generación 58-61 de la Facultad de Cien-cias en la UNAM, no había ninguna relación mía con ellos o de ellos conmigo, por razones profesionales y de trabajo, hasta que salió a flote la idea de echar a andar esto.

En ese tiempo, yo estaba por iniciar mis funciones

como presidente de la entonces Academia de la Investi-

gación Científica, y la mayor parte de la negociación para explorar la instalación del SNI ocurrió en el momento en que yo estaba ya al frente de la Presidencia. Fue muy afor-tunado interactuar con Jorge y con Salvador.

En ese momento se presentaba como una potencial

salvación a la situación de deterioro salarial que se vivía,

que entre muchos otros síntomas se expresaba, en mi

entorno inmediato, con la renuncia de los cuatro investi-

gadores extranjeros que ya habíamos podido completar

en el Instituto de Biología. Su salario en la UNAM ya re-presentaba menos que la beca que habían obtenido como estudiantes de posgrado un poco antes

APOYO A LOS INVESTIGADORES DEL PAÍS

El esquema básico de la idea del SNI consistía en un pro-grama para apoyar a los investigadores de tiempo comple-to del país que estaban, en crecientes números, pensando en emigrar al extranjero o que se veían forzados a tener más de un trabajo para atender sus responsabilidades fi-nancieras familiares.

Dicho esquema estaba basado en la evaluación del desempeño académico de los investigadores y de su dedi-cación comprometida de tiempo completo a la investi-gación, ya que los montos de los apoyos permitían que

la gente no tuviese que buscar un segundo trabajo para

tener un salario al menos digno.

La evaluación del desempeño académico se centraba en la cantidad y el valor cualitativo de producción, que se juzgaba por los trabajos publicados, las revistas en que se publicaban, el número de citas a los mismos y por su relevancia en el desarrollo de la ciencia en México. Un atributo adicional era que dicha evaluación debía hacerse por comités de pares y de que, al menos en su inicio, el SNI se circunscribía solamente a las instituciones públicas en donde ocurría la mayor parte de la investigación del país, como sigue siendo el caso hasta el presente.

Este esquema se escogió entre Jorge Flores, Salvador Malo y un servidor, hasta llegar a un esquema más defini-do. Hecho lo anterior, Jorge y Salvador emprendieron la tarea de convencer al entonces secretario de Educación, Reyes Heroles, de las bondades del esquema, y además, muy importantemente, del hecho inevitable de que ésta era una propuesta que se tendría que discutir en el seno de la comunidad académica, que era objeto de ese pro-grama, para afinar lo que fuese necesario, lo cual, además de enriquecer el proyecto, le daría una legitimidad que de otra manera no tendría, tornando una buena idea en un proyecto con altas probabilidades de ser rechazado.

Se acordó que teníamos que hacerlo del conocimien-

to de la Universidad, de la Academia de la Investigación

Científica, que representaba a una buena parte del con-

glomerado de los académicos activos de tiempo comple-

to, y que fue una medida representativa también del peso de la opinión y del liderazgo de la comunidad de investi-gadores del país

COMPLEJA LABOR

En un tiempo en que no existían las facilidades actuales de comunicación electrónica, la logística de informar a la membresía de la academia y a otros científicos fue compleja: había que imprimir los documentos, enviarlos por correo ordinario y mensajería, esperar las respuestas, tomar algunas ideas, generar una nueva versión y repetir de nueva cuenta el proceso

Era necesario realizar reuniones de consulta con la membresía, hablar con la gente, despejar dudas, recoger comentarios y sugerencias útiles. Después de varias alte-raciones y nuevas versiones al documento, éste fue aprobado en una asamblea formal de la academia, y se envió al secretario de Educación Pública, a través de Jorge, para su instrumentación.

Simultáneamente a todo este proceso, que duró meses, se establecieron una serie de reuniones para ir puliendo el documento, en un grupo conformado con miembros del servicio público, en el que estaban Luis Medina, subse-cretario de Planeación en la SEP; Manuel Ortega, subsecre-tario de Ciencia y Tecnología; Jorge Flores, Daniel Resén-diz, secretario general del CONACYT, y un servidor, como presidente de la academia.

BASES ACADÉMICAS

Me preocupaba mucho -preocupación que compartía con varios de los participantes- tratar de asegurar que el proyecto no perdiese sus bases académicas, y asegurar la evaluación lo más objetiva posible, a través de pares aca-démicos, y que el programa tuviese una operación fluida y desburocratizada, de manera que no se convirtiese en una permanente fuente de irritación para los beneficiados.

RELATORÍA PERSONAL

Por invitación del doctor José Antonio de la Peña, director de Desarrollo Científico y Académico del CONACYT, asistimos al Primer Congreso del Sistema Nacional de In-vestigadores, con el objetivo de generar la edición de la Revista Ciencia Conocimiento

Tecnología, que usted tiene ahora en sus manos.El congreso se celebró en cuatro días, de las 6 de la tarde del miércoles 5 de mayo, a

las 4 de la tarde del sábado siguiente. En la tarde del primer día, más de 600 congresistas escuchamos con atención a José Sarukhán Kermez, Jorge Flores Valdés y Salvador Malo, participantes de la Mesa Plenaria 1, titulada “25 Años del SNI en la vida de México”.

Naturalmente, nuestra intención no era la de generar las Memorias del Congreso; eso lo hará el Comité Organizador posteriormente para difundirlas entre la comunidad del SNI, que consta de más de 16 mil miembros. Nuestro objetivo era generar un documento para divulgar las declaraciones más sobresalientes realizadas dentro del Congreso, entre, primordialmente, la comunidad académica universitaria, aunque no exclusivamente la de Nuevo León.

Salvador Malo fue invitado como asesor por el entonces secretario de Educación,

Jesús Reyes Heroles, cuando su amigo de muchos años, Jorge Flores Valdés, también

físico, fungía como subsecretario de Educación Superior e Investigación Científica. En octubre de 1983, Reyes Heroles le habló a Jorge Flores a las 9 de la noche para preguntarle si conocía el proyecto del SNI. Se refería al proyecto que por varios años Jorge había dis-cutido con Salvador Malo.

“Mañana tengo acuerdo con el presidente Miguel de la Madrid”, le dijo. “Deseo presen-tarle el proyecto a la una de la tarde”. El proyecto fue aprobado en principio, y el SNI nació nueve meses después, el 26 de junio de 1984.Declaraciones de Jorge Flores:

La ciencia profesional en México tiene 60 años de existencia. CONACYT nació en 1971; el SNI, en 1984. Estamos a la espera del siguiente cambio estructural. A la actual generación le ha faltado imaginación.

Declaraciones de José Sarukhán

Dudo que exista una organización de la Ciencia en México. La Sociedad no sabe para qué son las universidades; cree que solamente sirven para que los jóvenes puedan tener una carrera profesional.

Juan Lauro Aguirre Villafaña

Doctor Juan Lauro Aguirre VillafañaDirector de Prospectiva Científica y Tecnológica COCYTE-NL

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La razón de esta mesa es narrar un poco la génesis del SIN, por parte de quienes tuvimos la ocasión de estar en su gestación, creación, instrumentación, y

eso trataré de hacer. Quisiera tratar primero el contexto económico en el que nace el SNI, porque eso tiene mucho que ver con su creación.

En 1984, México encaraba -como parece cierto estado crónico desde hace décadas-, una situación económica muy severa, con una inflación que generaba un gran pro-blema en el país y en especial en el medio académico, cosa que podía atestiguar yo, como director entonces del Insti-tuto de Biología de la UNAM. Unos cuantos años antes, en 1981, podíamos darnos en el instituto el lujo de convocar, para contratarlos, a investigadores de todo el mundo, por medio de anuncios publicados en Medical Science, para dar a conocer que requeríamos gente.

En ese momento, los salarios de la UNAM eran lo sufi-cientemente competitivos como para traer investigadores recién doctorados, de buena calidad, que pensaban iniciar su carrera académica activa, y que se sentían atraídos por el nivel del salario y las condiciones de trabajo en México, y, en el caso nuestro, por el entorno biológico y ecológico del país.

Pasaron solamente dos años para que entráramos

en una espiral inflacionaria de gran magnitud, que im-

pactó los salarios de todo el mundo, ciertamente, pero

en particular de quienes dependíamos de un salario

proveniente de los recursos públicos. Pero también nos impactó una pérdida enorme de la capacidad de compra de equipo y de la adquisición de insumos importados; y quienes trabajábamos en ese momento en la investigación, supimos lo amargo de esa situación para el desempeño de

freno a la emigración de científicos mexicanos

Intervención del doctor José Sarukhán

SNI,

nuestra función. No era nada más el tener salarios clara-mente insuficientes, sino la incapacidad de trabajar de manera digna y con pertinencia académica.

ATINADA IDEA

La iniciativa que tuvieron el doctor Jorge Flores, cuando tenía la responsabilidad de la Subsecretaría, como hemos oído, y el doctor Salvador Malo, en la Dirección de Edu-cación Superior y de Investigación Científica, de idear el Sistema Nacional de Investigadores, verdaderamente fue muy acertada, y ahí fue donde inicié mi contacto con ellos, en relación a lo que un tiempo después se llamaría Sistema

Declaraciones de Salvador Malo

Existen cuatro tipos de académicos: los que están al día en su cam-

po docente; los que recogen el conocimiento de un campo y lo or-

ganizan y sintetizan para generar libros de texto y monografías;

los que aplican el conocimiento al desarrollo tecnológico, a la

innovación y a la consultoría, y los que buscan generar nuevos

conocimientos. No todos hacen de todo! La universidad en México sigue el patrón de las universidades europeas que allá ya no exis-ten.

MESAS PLENARIAS

Durante los siguientes tres días se realizaron otras cinco Mesas Plenarias, ocho Mesas de Discusión y 41 Mesas de Comunicaciones Libres, además de la Ceremonia de Inauguración y la Sesión de Con-clusiones, a la cual –esta última- asistieron menos de 200 congresis-tas.

Los siguientes comentarios provienen fundamentalmente de las Mesas Plenarias. La segunda se tituló: “¿Ha respondido el SNI a las necesidades del país?”

De la presentación del senador Francisco Javier Castellón Fonse-ca, presidente de la Comisión de Ciencia y Tecnología en el Senado de la República, destaco lo siguiente: Decir que la Ciencia en Méxi-

co es una prioridad es políticamente correcto; sin embargo, en la

asignación del presupuesto, los partidos políticos y los goberna-

dores están por encima de las prioridades nacionales. Los legisladores no entienden nada sobre los organismos trans-

génicos y sobre muchos otros temas científicos y tecnológicos; se requiere entonces intensificar la labor de divulgación de los inves-tigadores hacia ellos.

Modesto Seara Vázquez, rector del Sistema de Universidades Estatales de Oaxaca (SUNEO), opina que la reticencia del sector pro-ductivo de interactuar con el sector científico es la principal causa de nuestro retraso tecnológico.

Por su parte, Arturo Menchaca, miembro del Instituto de Física de la UNAM, al final de su magnífica exposición, en la cual analizó si el SNI ha contribuido, como era su objetivo, a incrementar la eficien-cia y la calidad de nuestro desarrollo científico y tecnológico, enlistó las siguientes conclusiones:

El SNI es un referente nacional que:

Efectivamente ha estimulado el crecimiento y la calidad de la pro-ducción científica, pero ha disminuido la eficiencia, medida como la producción dividida entre el número de investigadores.

Ha logrado que los científicos pasaran de tener un Volkswagen a tener un Honda y hasta un BMW.

Ha promovido la evaluación basada en la asignación de puntos, o sea la puntología.

Ha inhibido la generación de proyectos de alto riesgo y/o de largo plazo.

No ha estimulado el desarrollo tecnológico.No ha estimulado el desarrollo de grupos interdisciplinarios.

VINCULACIÓN E INNOVACIÓN

Después asistí a la Mesa de Discusión 2.3 titulada: “El SNI y la inves-tigación sobre vinculación e innovación”. El primer expositor, Rubén Barrera, también del Instituto de Física de la UNAM, enfatizó, por

una parte, que ha existido una falta de confianza del Gobierno hacia el desarrollo tecnológico y que, por otra parte, éste no puede darse sin involucrar a los empresarios.

Para que en el sector productivo se conozcan las capacidades de los científicos, propuso facilitar la inserción de científicos re-

cién doctorados, que no encuentran fácilmente trabajo en la Aca-

demia, pagándoles a través del SNI la mitad de su sueldo en la

Industria que los requiera.

De la presentación de Luis Rafael Herrera Estrella, director del Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad (LANGE-BIO) del CINVESTAV, Irapuato, destaco los siguientes problemas:1.- La falta de una política nacional para el desarrollo tecnológico.2.- La falta de cultura sobre la propiedad industrial dentro del sec-tor académico. 3.- La falta de cultura para el desarrollo tecnológico propio dentro de la iniciativa privada. 4.- La falta de oficinas para el trámite de patentes dentro de las instituciones públicas. 5.- La carencia de abogados expertos, que también sepan de ciencia y tec-nología. 6.- Existen casos de éxito en servicios técnicos pero no en transferencia de tecnología.

Para generar nuevas empresas de base tecnológica, afirmó que:Falta la adecuación y la armonización de las leyes.No existen normas para evitar conflictos de intereses.Los investigadores no pueden licenciar sus propias patentes.El financiamiento no es problema, la parte legal sí lo es.

Arturo Lara Luna, rector de la Universidad de Guanajuato, em-pezó reconociendo que deben existir dos tipos de políticas muy dis-tintas: unas, para fortalecer las capacidades científicas, y las otras, para el aprovechamiento óptimo de dichas capacidades.

Afirmó que debemos dejar de hablar de vinculación para referir-nos a acciones conjuntas entre la academia, las empresas, las ONG´s y el gobierno, como las que se empezaron a realizar, desde 1998, en el Consejo de Ciencia y Tecnología de Guanajuato, aún antes de la generación de los Fideicomisos de Fondos Mixtos (FOMIX).

El último panelista fue Rafael Vázquez Duhalt, investigador del Instituto de Biotecnología de la UNAM, quien para contestar la pre-gunta: ¿Cómo evaluar en el SNI los productos de la innovación y la vinculación? Propuso la siguiente escala de valor:1.- Prestar un servicio al sector productivo y generar un ingreso a la institución.2.- Dar asesoría al sector productivo.3.- Realizar un convenio de investigación o desarrollo con financia-miento del sector productivo.4.- Generar una patente nacional propiedad de la institución de in-vestigación.5.- Generar una patente nacional conjunta.6.- Generar una patente internacional propiedad de la institución

de investigación.

7.- Generar una patente internacional conjunta.

8.- Realizar una cesión de derechos de una patente al sector pro-

ductivo.

9.- Tener un producto de la innovación tecnológica presente en

el mercado.

LA INAUGURACIÓN

El siguiente evento al que asistí fue la Ceremonia de Inauguración. El conductor, Juan José Saldaña, coordinador del Comité de Repre-

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diferentes opiniones, concretamente con el sistema de evaluación, y en este congreso tendremos una sección muy importante dedicada al tema de la evaluación

EFECTO “MATEO”

Otras notas periodísticas señalaban que el SNI sólo había venido a crear un perverso “efecto Mateo” entre la comu-nidad científica. Es decir, que a los que ya tenían se les iba a dar más, y con ello se estaría promoviendo, facilitando,

lo que otro articulista llamaba “privilegios a los privile-

giados”. También se discutía en la prensa si los criterios como

el de excelencia, por ejemplo, no eran una extraña y mis-teriosa estrategia de dominación para la ciencia mexicana; y, desde luego, había oposiciones muy formales: Por ejem-plo, el sindicato universitario, que postulaba, en algún tipo de desplegado, con muchas firmas, que se trataba de un verdadero atentado a la autonomía universitaria.

Otros alegaban que eran las cúpulas, las mafias, las que se iban a ver beneficiadas por esa decisión del gobier-no federal, que se publicó como un acuerdo del 26 de julio de 1984, para crear el Sistema Nacional de Investigadores. Desde luego, les he dado alguna lectura de artículos pe-riodísticos, puesto que muchas otras instancias vieron como muy positiva la creación del SNI. La consideraron francamente un apoyo a la investigación y algo que estaba necesitando la comunidad científica mexicana

EL ‘FRACASADO’ TIENE AHORA

MÁS DE 16 MIL MIEMBROS

No es ahora el momento de hacer una revisión pormenorizada de estas reac-ciones de la prensa, pero las he querido mencionar y traer a la memoria, puesto que la creación del SNI sin duda fue uno de los actos que tuvo un gran impacto en la vida científica del país y que generó también, entre otros sectores de la sociedad, entusiasmo, reticencias, dudas. El SNI, que las Últimas Noticias que acabo de citar lo veía como un fracasado, hoy cumple 25 años de vida y cuenta con 16 mil 598 miembros .

El SNI se ha convertido, para todos los investigadores en el país, en un pa-

trón de un criterio establecido y generalmente reconocido de evaluación del

trabajo científico; también, en promotor de la formación de recursos humanos, de la investigación científica, etcétera.

El primer Consejo Directivo del Sistema Nacional de Investigadores lo inte-graban el entonces secretario de Educación, Jesús Reyes Heroles; el entonces director del CONACYT, Héctor Mayagoitia Domínguez, y formaban parte de este consejo también José Ades, Luis González y González, y Bernardo Sepúlveda Gutiérrez; el secretariado técnico estaba integrado por el doctor Luis Flores, quien nos acompaña; por el doctor Luis Medina Peña, quien lamentablemente no pudo estar con nosotros; por el doctor Manuel Ortega y Ortega -estos dos eran también, en aquel momento, subsecretarios de la Secretaría de Educación-; por el doctor Daniel Reséndiz Núñez, quien era secretario general del CONACYT, y por el doctor José Sarukhán, quien, como ya dije, era presidente de la Academia de la Investigación Científica.

Vamos a escuchar ahora a los participantes en esta mesa, en torno a esta pregunta que les ha sido formulada: “¿Cuál ha sido el papel del SNI a lo largo de estos 25 años en la vida de México?” Voy a pedir en primer término al doctor José Sarukhán que sea tan amable de presentarnos sus puntos de vista.

sentantes de los Investigadores del SNI, afirmó que el presente Con-greso es el resultado de una inquietud interna en el SNI, misma que rápidamente fue respaldada por las autoridades del CONACYT.

José Antonio de la Peña, director adjunto de Desarrollo Cientí-fico y Académico del CONACYT, dijo que el principal objetivo del Congreso no es narrar lo que ha pasado en el SNI, sino reflexionar en forma conjunta para planear su futuro. Hay que buscar nuevos mecanismos y nuevas agendas; a todos nos preocupa el enveje-cimiento de la comunidad científica, dijo.

Propuso que el enfoque que deberá prevalecer en el futuro es el multidisciplinario y dijo que para ello es indispensable cons-truir una Gran Red de Redes Temáticas. Al tomar la palabra Rodolfo Tuirán Gutiérrez, subsecretario de Educación Superior de la SEP, dijo que el SNI, resultado de una acción de contingencia, es ahora

un pilar del desarrollo científico y tecnológico del país, que, sin embargo, debería ser entre cinco y ocho veces más grande, y con mayor descentralización, dado que en la actualidad el 60 por ciento de los investigadores nacionales radican en el DF y en los estados de México, Puebla o Morelos.

El senador Francisco Javier Castellón Fonseca, a quien ya hemos citado anteriormente, dijo ahora que mientras terminamos de enu-merar y priorizar los problemas nacionales para enfocar hacia ellos el esfuerzo de la investigación científica y tecnológica, es absoluta-mente necesario promover la apreciación y apropiación social del conocimiento y de la investigación.

VERTIENTES DEL CONOCIMIENTO

Horacio Merchant Larios, investigador emérito de la UNAM, enfatizó que el conocimiento tiene cuatro vertientes: se transmite mediante la educación; se aplica en problemas concretos; se genera, verifica y corrige mediante la investigación, y se critica mediante la ética.

Juan Carlos Romero Hicks, director general del CONACYT, em-pezó diciendo que los gobiernos que no engrandecen su ciencia y su tecnología no pasan a la historia. Afirmó que su principal preo-cupación sobre el SNI es que le falta mucho para ser un verdadero sistema; dijo, además, que nuestra producción tecnológica no es aceptable como tampoco lo es nuestra producción de científicos. Concluyó, citando a Unamuno: “El compromiso del Futuro es dárse-lo al Presente”.

EL SNI VISTO POR LAS INSTITUCIONES

Pasando ahora a la Mesa Plenaria 3, titulada: “El SNI visto por las Instituciones”, René Asomoza Palacio, director general del CIN-VESTAV, afirmó que siempre se debe fomentar la calidad por en-cima de la cantidad; que hay que integrar a los científicos jóvenes en proyectos de gran envergadura, y que el SNI puede contribuir, mediante las jubilaciones adecuadas, a frenar el envejecimiento de nuestra comunidad científica. Raúl Humberto Godoy Montañez, se-cretario de Educación del Estado de Yucatán, propuso que se realice una tipología de las universidades, para que los investigadores sean evaluados en forma diferenciada; además, se refirió al conflicto del segundo patrón en relación a que los investigadores deben atender las prioridades y metas institucionales y estatales.

Arturo Molina Gutiérrez, director general del Campus ITESM Ciudad de México, señaló que, en los últimos 15 años, el sistema

ITESM ha generado una base de investigadores en la cual hay más

de 200 pertenecientes al SNI. Lo anterior lo han logrado introdu-

ciendo el modelo de cátedras de investigación definidas en torno

a temas estratégicos para la institución y para el país. La visión 2015, dijo, involucra la generación de modelos de gestión para em-presas globales, realizando investigación en áreas de negocios y en las ciencias sociales, en forma colaborativa entre los 33 campi del sistema. Concluyó diciendo que no existen incentivos para colabo-rar fuera del sistema ITESM.

EL SNI VISTO POR LAS UNIVERSIDADES

En la Mesa de Discusión 3.1, titulada: “El SNI visto por las Universi-dades”, Jesús Alfredo Cortés Hermosillo, director de la Unidad Aca-démica de Biología Experimental de la Universidad de Zacatecas, criticó que algunos ponentes no habían abordado el tema señalado en el título de la Mesa correspondiente. Entre los aspectos del SNI que deben modificarse, mencionó que los recursos sean más equita-tivos, que disminuya el centralismo, que se implemente la evalua-ción en línea para eliminar el error humano. Concluyó diciendo que sería catastrófico que nos resignáramos a ser un país consumista

y maquilador.

Luis Mier y Terán, director adjunto de Información, Evaluación y Normatividad del CONACYT, mencionó que el SNI nació como un instrumento temporal pero que ha evolucionado para mantener su pertinencia como modelo para hacer ciencia, pero no tanto para hacer tecnología.

TEMAS PARA REVISAR

Alipio Calles Martínez, investigador de la Facultad de Ciencias de la UNAM, enlisto 14 temas que, según él, hay que revisar dentro del SNI:1.- Los requisitos de pertenencia y de permanencia.2.- La diferencia entre productos científicos según la disciplina.3.- La Incorporación de más revistas nacionales al padrón de CONACYT.4.- La exigencia de participación interdisciplinaria.5.- Igualmente, la de participación inter-institucional.6.- La mejor ponderación de las actividades docentes.7.- La redefinición de las actividades de divulgación.8.- La desconcentración del Recurso Humano.9.- la incorporación de los estados más pobres.10.- La promoción de la carrera científica entre los jóvenes.11.- La promoción de la igualdad de género.12.- Que el incentivo se incorpore al salario regular.13.- Que se generen otros incentivos.14.- Que se generen esquemas de jubilación.

Luis Gerardo Hernández Sandoval, director de Investigación y Posgrado de la Universidad Autónoma de Querétaro, mencionó que las universidades públicas estatales son muy variadas, y que su desarrollo depende de su relación con la federación y con otros sectores. Si los rectores fueron investigadores, dijo, serán pro SNI; si son políticos, les estorbarán los investigadores. En muchos casos, la investigación de calidad y el desarrollo tecnológico son incom-patibles con las instituciones de educación superior estatales.

CULTURA DE LA EVALUACIÓN

En la Mesa Plenaria 4, titulada: “El SNI y la cultura de la evaluación”. José Antonio de la Peña, en su función de presidente de la mesa,

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CONOCIMIENTOSISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES78 SISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORESCONOCIMIENTO 19

Mesa Plenaria 1

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En esta mesa vamos a tener la oportunidad de escuchar a los creadores del Sistema Nacional de Investigadores, que en septiembre cumplió 25 años de vida. Permítanme, antes de presentarles a los participantes, mencionarles

algunos aspectos generales. Esta mesa que vamos a presentar esta tarde tiene como propósito escuchar específicamente algo sobre la vida de esta institución que ya tiene características históricas, tras 25 años de intensa vida institucio-nal.

Quiero presentarles, en primer término, al doctor José Sarukhán, que hace

25 años, al momento de la creación del SNI, se desempeñaba como presidente

de la que entonces se llamaba Academia Mexicana de la Investigación Cientí-

fica; el doctor Jorge Flores era subsecretario de Educacion Superior, de la Se-

cretaría de Educación Pública; el doctor Salvador Malo era director general de

Educación Superior e Investigación Científica, en la Secretaría de Educación

Pública.

Ellos tres provenían del ámbito académico, y circunstancialmente ocupaban cargos públicos, desde los cuales pudieron desempeñarse -como nos lo van a contar seguramente enseguida-, como autores, como promotores de un nuevo proyecto, que entusiasmó desde luego a la comunidad científica, pero que tam-bién tuvo sus objeciones y que tuvo reacciones que no siempre fueron lo que

25 Años del SNI en la vida de MéxicoPresentación del doctor Juan José Saldaña, presidente

se esperaba en medio de la comunidad, pero también de la sociedad.

CRÍTICAS DE LA PRENSA

He tenido curiosidad por revisar los periódicos que se publicaban en aquellos años: 1984, 1985, cuando se die-ron a conocer los resultados de la primera evaluación a la que convocó el SNI, y tengo aquí un dato que seguramente los va a sorprender. El periódico Últimas Noticias, del 12

de febrero de 1985, ponía la siguiente cabeza en uno de

los artículos principales: “Fracasó el Sistema Nacional de

Investigadores”. Sean cuales fueren sus argumentos, en este particular se señalaba que de tres mil 200 y fracción de solicitantes, sólo mil 300 habían sido aceptados, por lo cual el autor de esta nota pensaba que el sistema no había cumplido con lo que él se imaginaba sería su función de decidir aceptar a todos.

Además, esta cuestión, en el pasado, pero también hoy, como lo sabemos, sigue suscitando controversias y

habló sobre los dilemas de la evaluación por pares. Por una parte, dijo, trata de ser objetiva, al basarse en índices que proporcionan al CONACYT un mayor control; pero, por otra parte, es también subje-tiva, dado que los dictaminadores tienen libertad absoluta.

Lena Ruiz Azuara, profesora-investigadora de la Facultad de Química de la UNAM, empezó definiendo el término evaluación como un proceso dinámico, continuo y sistemático, enfocado hacia las conductas y los rendimientos.

Propuso analizar los siguientes cuestionamientos de la evalua-ción:1.- ¿Qué significado tiene?; 2.- ¿Pará qué sirve?; 3.- ¿Qué instru-

mentos se utilizan?, y 4.- ¿Quiénes son los evaluadores?

Su análisis la llevó a las siguientes conclusiones:1.- No se considera el nivel de desarrollo de las distintas institu-ciones.2.- Tampoco se considera la localización geográfica.3.- Finalmente tampoco se consideran la trayectoria del investiga-dor ni su género.

Mario César Salinas, secretario de Investigación, Posgrado e In-novación de la Universidad Autónoma de Nuevo León, empezó afir-mando que la cultura de la evaluación surgida del SNI afortunada-mente contaminó al posgrado nacional. En 1987, dijo, la eficiencia terminal nacional en los programas de doctorado era del 17.5 por ciento; esa situación ha cambiado radicalmente con la incorporación de investigadores del SNI dentro del Programa Nacional de Posgra-dos de Calidad (PNPC).

En 1984, la UANL contaba con cuatro miembros del SNI, y actual-mente tiene más de 350. El 85 por ciento de los 27 programas de Doctorado que ofrece la UANL son parte del PNPC, así como el 36 por ciento de los 52 Programas de Maestría y el 48 por ciento de los Programas de Especialidad. Actualmente, la UANL tiene 100 plazas disponibles para contratar investigadores, concluyó.

René Drucker Colin, director general de Divulgación de la Cien-cia de la UNAM, mencionó que el primer logro del SNI fue el de pro-fesionalizar la investigación científica; sin embargo, dijo, en México la ciencia sólo nos importa a los científicos y aún así somos los más evaluados.

Dejó en el auditorio la pregunta: “¿Qué pasaría si se evaluara la actuación de los diputados?” Actualmente el SNI está muy dis-torsionado y este Congreso era muy necesario para alinearlo, con-cluyó.

Antes de pasar a la siguiente Mesa Plenaria, deseo incluir aquí al-gunos comentarios sobre la presentación de Víctor Manuel Castaño Meneses, Investigador del Centro de Física Aplicada y Tecnología Avanzada de la UNAM, Campus Juriquilla, Querétaro, incluida en la Mesa de Discusión 4.2, titulada: “La evaluación en las ciencias exac-tas y naturales”. Empezó definiendo conocimiento como una forma de alto valor de la información que está lista para ser aplicada a decisiones y acciones.

Aquí me permito definir ciencia como la forma más estructura-da del conocimiento y tecnología como la forma más útil de aplicar el conocimiento.

Posteriormente, explicó las siguientes diferencias entre el Modo 1, tradicional, y el Modo 2, nuevo, para producir conocimiento:

En el Modo 1, la participación es disciplinaria, en el Modo 2, es trans-disciplinaria. En el Modo 1, la comunicación es a través de canales institucionales como las revistas científicas y las con-

ferencias; en el Modo 2, es a través de redes complejas. En el Modo 1, la organización es alrededor de disciplinas y líderes científicos; en el Modo 2, es heterogénea, a través de un sistema socialmente distribuido, con múltiples lugares interconectados de generación de conocimiento y determinado por el contexto socioeconómico. En el Modo 1, la evaluación la realiza la propia comunidad cientí-fica mediante el juicio de los pares; en el Modo 2, se determina en el contexto de la aplicación por los usuarios o beneficiarios. Final-mente, en el Modo 1, el control de calidad depende de indicado-res científicos tradicionales y también del juicio de los pares; en el Modo 2, depende del interés intelectual, la efectividad económica, la aceptación social, la competitividad y la rendición de cuentas a la sociedad.

INTERNACIONALIZACIÓN DE LA CIENCIA

En la Mesa Plenaria 5, titulada “Descentralización e internaciona-lización de la ciencia mexicana”, el presidente, Miguel José Yacamán, actualmente director del Departamento de Física y Astronomía de la Universidad de Texas en San Antonio, declaró que la ciencia mexi-cana es fuerte, pero con poca presencia internacional, según él por las siguientes dos razones:Los egresados de los posgrados nacionales no hablan inglés.No estamos formando jóvenes con deseos de conquistar el mundo de la ciencia.

Miguel Odilón Chávez, director general del Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología de Tabasco, y presidente de la Red Nacional de este tipo de consejos, diferenció los términos desconcentrar y descentralizar, aclarando que en el segundo término se transfieren las responsabilidades de la planeación y la administración de todo tipo de recursos y en el primero no.

México es extremadamente diverso y en él siguen en construc-ción dos transiciones sustantivas: la democrática y la revitalización de la federalización.

Así como aquí se ha hablado extensamente del Sistema Nacio-nal de Investigadores, debemos también hablar de los Sistemas Es-tatales y Regionales de Investigadores, sin los cuales se limitarían las dos transiciones anteriores.

Llegamos a la última Mesa Plenaria, la 6, titulada: “La investi-gación científica, ¿tarea individual, de grupos o de redes?” La prime-ra presentación fue la de Tomás Viveros García, director de Planea-ción, Evaluación y Seguimiento de Grupos y Redes de Investigación del CONACYT, para mejor referencia, el administrador de las Redes Temáticas del CONACYT.

La organización de las Redes Temáticas, iniciada en septiembre de 2008, explicó, es uno de los grandes proyectos nacionales para avanzar en la organización de la ciencia mexicana, que como ya vi-mos al principio, José Sarukhán duda que exista en la actualidad.

Actualmente existen 14 redes temáticas (Agua, Biotecnología, Código de Barras, Ecosistemas, Complejidad, Física de Altas Ener-gías, Fuentes de Energía, Modelos Matemáticos, Medio Ambiente y Sustentabilidad, Nanotecnología, Fármacos, Pobreza, Procesos In-dustriales y Tecnologías de la Información).

Recientemente se cerró una convocatoria para crear otras redes que se requieren para operar un sistema compacto y sinérgico de redes que se espera fortalezca y lleve a un nuevo nivel al SNI y a la ciencia y a la tecnología mexicanas.

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CONOCIMIENTOSISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES18 SISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORESCONOCIMIENTO 79

el lugar social de la verdad, consecutivas al arte, la ciencia y las humanidades, sin segundas intenciones; porque la universidad tiene que ser un receptor potente, que regis-tre las más pequeñas vibraciones que provienen de todos los rumbos y destinos del hombre.

Los consensos inmediatos son alarmantes, indeseables y hasta sospechosos. De este congreso no esperamos una recomendación única. Debemos entender que disentir y criticar no solamente es deseable. Criticar es un instru-mento de la vida cotidiana en todo momento.

Necesitamos fortalecer la vida en el ámbito del estudio y la vida y destino social; y debemos establecer que que-remos una técnica libre, plural, propositiva, de buena fe. Nosotros creemos que de este congreso pueden resultar aspectos muy relevantes.

IMPORTANTES COINCIDENCIAS

No voy a repetir las sugerencias valiosas que algunos co-laboradores han mandado el día de hoy; pero diré que coincido en algunos puntos importantes, como la política de Estado, la formación de capital humano, el trabajo en redes, el trabajo en equipo, y, sobre todo, una mayor ar-ticulación.

Pero también tenemos algunas preocupaciones, porque he tenido la oportunidad de estar en todo el país, desde Chiapas hasta Baja California. He podido constatar algu-nos aspectos importantes:

1.- Hemos trabajado de manera intensa, pero aún falta mu-cho por hacer en el sistema.2.- En la producción científica podemos presumir logros significativos; sin embargo, en la producción tecnológica, aspectos de diseños y de patentes, las cifras que tenemos no están en la misma tesitura.

También quiero mencionar un aspecto fundamental, que tiene que ver con la formación de capital humano: Brasil está graduando diez mil doctores al año. Frente a un sistema de 16 mil 600 individuos, hombres y mujeres de compromiso, estamos graduando en promedio, cada seis años, un doctor por cada miembro del sistema. Es un tesoro que podemos potenciar muchísimo más, y ante esta perspectiva, hoy lo que queremos hacer es expresarlo a ustedes, para buscar mejores condiciones. En la vida tene-mos que usar el cerebro para pulsar la verdad y la inteli-gencia; el corazón, para establecer las virtudes de la vida cotidiana.

En este sentido, tenemos que reconocer que el corazón no muere cuando deja de latir, sino que muere cuando deja de sentir. Y hoy, lo que tenemos que decirle a México es que llevamos a México en el corazón, con polvo, sudor y lágrimas, y queremos ser parte de una diferencia; y esta diferencia está en el talento de sus hijos: de sus hombres y de sus mujeres. Ustedes son la base de la inteligencia del país.

Nosotros estamos convencidos de que la investigación es muy importante, y uno de los retos que tenemos es ubicar en las políticas públicas en el corazón de todos los temas de la vida nacional, el tema de ciencia y tecnología como área del desarrollo.

EL RETO DEL FUTURO

El reto que tenemos hoy es hacer un país al tamaño de los años que nos esperan. No somos los únicos ni los mejores, pero estamos en una perspectiva de ciertas preferencias que podemos multiplicar para tener mejores caminos para el día de mañana. Recuerdo una frase extraordina-ria: “Cualquier compromiso con el futuro es nuestro pre-sente”. Vamos a trabajar decididamente.

Querétaro, Qro., mayo de 2010.- Durante la celebración del Primer Congreso del Sistema Nacional de Investi-gadores, celebrado en esta ciudad del 5 al 8 del mes en curso, CONOCIMIENTO entrevistó al doctor José Antonio de la Peña, director adjunto de Desarrollo Científico y Aca-démico del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. He aquí el texto de la entrevista:

CONOCIMIENTO: Doctor, en los 25 años transcurri-

dos desde la creación del Sistema Nacional de Investi-

gadores, la ciencia y la tecnología en nuestro país han

experimentado cambios profundos. ¿Podría establecer

usted un panorama general sobre el estado actual de la

ciencia en nuestro país?

De la Peña: En los años que lleva de practicarse la cien-cia profesional en México –que no son muchos-, la ciencia mexicana, joven, ha conseguido la creación de grupos sóli-dos de investigación en muchas áreas del conocimiento. En prácticamente todos los campos importantes hay algún grupo que hace ciencia competitiva internacionalmente, que puede ser publicada en las mejores revistas del mun-do. En fin, hay grupos científicos de primera línea.

Pero, por otra parte, el sistema mexicano de ciencia está poco desarrollado. Notamos, por ejemplo, que hay muchas universidades que no tienen una planta de inves-tigación sólida. La concentración de la investigación cientí-fica todavía se da en unos pocos estados de la república. Unos cuantos estados concentran el 80 por ciento de los investigadores del país.

CONOCIMIENTO: ¿Podría citar estos estados, doc-

tor?

De la Peña: Esencialmente son los estados del centro del país: el Distrito Federal, Morelos, Estado de México, Puebla, Jalisco, y Nuevo León… Esos estados son los que principalmente tienen concentración de científicos. Enton-

Habla José Antonio de la Peña, alto directivo del CONACYT

Aunque joven, tiene la ciencia mexicana grupos científicos e investigadores de primera línea

Por Félix Ramos Gamiño

Falta mayor desarrollo en nuestro sistema científico• Concentran pocos estados alto número de investigadores• Se requiere hacer de la ciencia una prioridad en México• Envejecimiento de la planta de científicos, serio problema •

ces, como digo, hay varios problemas. Hay una concen-tración muy grande en unos pocos estados; hay muchas universidades que carecen de una planta de investigación sólida; la comunidad de científicos mexicanos está muy disgregada; es decir, hay poco contacto entre grupos que practican el mismo tipo de ciencia. Creo que esos son al-gunos de los problemas principales. Adicionalmente, hay problemas que se han venido generando con el tiempo, como es la falta de crecimiento de la planta de investi-gación; sobre todo, rejuvenecimiento de la planta de inves-tigación, lo que lleva a un envejecimiento muy acelerado de ciertos grupos de investigadores en el país, y se necesi-tan aires frescos también.

Esto sería un diagnóstico general de la situación de la ciencia mexicana; pero, insistiría yo, hay ciencia de pri-

mer nivel. Falta llegar a tener mayor impacto en los

problemas sociales, en la economía del país; falta tam-

bién un reconocimiento más grande de la sociedad por el

quehacer científico: el hecho de que no haya más recur-

José Antonio de la Peña.

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CONOCIMIENTOSISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES80 SISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORESCONOCIMIENTO 17

Intervención del maestro Juan Carlos Romero Hicks, Director General del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología

Los miembros del SNI, base de la inteligencia del país

Ha sido un gran honor, una oportunidad extraordinaria estar en el Palacio de Gobierno del Estado de Queréta-ro. Con gran emoción, podemos decir que estamos en

Querétaro, donde surge la conspiración de Independencia. Y la palabra conspiración es una palabra espuria. Viene de conspirar.

Y éste es el reto que tenemos hoy en día. Nosotros queremos, al igual que ustedes, vivir en mundo mejor. El curso social de la historia es inconfundible. Un gobierno que no nos habla de su tarea de establecer universidades, centros de investigación, es un gobierno que carece de sentido histórico.

Se ha llegado a decir que la política es el arte de lo posible, y de lo imposible hacerlo posible. Y hoy tenemos como reto el generar políticas públicas en el marco del Sistema Nacional de Investigadores, a 25 años de su crea-

ción: “¿Dónde estamos, de dónde venimos y a dónde queremos llegar?”.Es el gran reto que han tenido los funcionarios, y al que se enfrentaron ese extraordi-nario secretario de Educación Pública que fue Jesús Reyes Heroles, y actores que ayer estuvieron aquí entre nosotros: José Sarukhán, Jorge Flores, Salvador Malo y otras personas que han colaborado con ustedes.

LA IMPORTANCIA DE SER INVESTIGADOR NACIONAL

Significa que hoy tenemos que poner las cosas en perspectiva. ¿Qué significa hoy en día ser investigador nacional? Significa tener un compromiso con la sociedad y con el país en la enorme cantidad de problemas que tiene: problemas de pobre-za, de salud, de economía, de inseguridad pública, de alimentación, de estado de derecho, desastres naturales y de todos los temas de la vida cotidiana; pero tam-bién, cómo hay que conciliar el asunto de tener ciencia libre y ciencia dirigida; cómo no conculcar la libertad de investigación y, al mismo tiempo, adaptar a la vida cotidiana algunos mecanismos de protección; cómo hacer de todo esto una cadena virtuosa de educación, ciencia tecnología e innovación.

Desde aquí, nosotros miramos las raíces que tenemos: hemos pasado de mil 200 miembros del sistema, a 16 mil 598. En Querétaro tenemos 386. Cada uno de ustedes -que tiene nombre, rostro, corazón-, representa una esperanza para este país. Ha elegido la vocación científica. ¿Cómo hacer para que brille y refulja la verdad en un régimen de desacato? Por eso, cuando supimos de la iniciativa para poder hacer esta reflexión académica, de inmediato decidimos apoyarla.

LA UNIVERSIDAD, ASIENTO DE LA VERDAD

En este nuevo siglo, en este nuevo milenio, una de las cosas que tenemos que tomar en consideración -¡qué bueno que nos acompaña también el señor rector de la Universidad Autónoma de Querétaro!- que las universidades tienen que ser

sos; de que los gobernantes no reconozcan como prio-

ritario el quehacer científico es un reflejo de la socie-

dad, es un reflejo de una falta de reconocimiento de la

sociedad por la importancia del trabajo científico; por la

importancia de los efectos benéficos de la ciencia en la

sociedad. Todo esto falta, y creo que, más que encontrar culpables, falta todavía un trabajo más decidido por parte de la comunidad científica, por parte de los gobernantes, por hacer de la ciencia una prioridad en el país.

El Sistema Nacional de Investigadores, el SNI, ha juga-do un papel muy relevante en los últimos 25 años, porque no sólo resolvió un problema coyuntural, financiero, económico, de los individuos de la comunidad científica a través de los estímulos financieros, sino que ha creado una cultura de la evaluación en México; una cultura donde la comunidad se ha puesto de acuerdo en que se puede hacer una evaluación de los científicos, de los individuos, clara, confiable y homogénea para todo el país.

VERDADERO SISTEMA DE LA CENCIA MEXICANA

Esto también ha creado un esbozo; los primeros cimien-tos de lo que sería un sistema de investigación nacional, en el sentido de que en todo el país se aceptan ciertos criterios de evaluación, y el Sistema Nacional de Investi-gadores ha creado una primera relación entre los científi-cos. Falta también la creación de un verdadero sistema; un sistema que nos permita integrar a los diferentes grupos de la ciencia mexicana; que tengan un contacto más im-portante entre sí; que tengan una relación más profunda con la sociedad; que tengan un intercambio más frecuente; que se dediquen a atacar problemas importantes para la sociedad, de manera conjunta, multidisciplinaria, multi-institucional. Todas estas cosas están faltando, y se está trabajando en ello.

En muchos de esos puntos está trabajando el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología; por ejemplo, reciente-

mente se creó un programa de redes temáticas, en que

los temas son problemas de gran importancia, pro-

blemas estratégicos para el país, y la manera en que se

abordan esos temas es de carácter multidisciplinario y

multiinstitucional. Se está trabajando en ese sentido; pero el Sistema Nacional de Investigadores está llamado a jugar un papel muy importante en la solución de muchos pro-blemas de la ciencia y del impacto que la ciencia tiene en la sociedad.

Diría yo, por ejemplo que esta integración de un sistema de investigación puede darse promoviendo las sinergias entre los diferentes grupos de México, a través de la evaluación y del Sistema Nacional de Investigadores., Se debe promover también un esfuerzo nacional de los investigadores por una mejor formación de los profesores y de los maestros de los diferentes niveles edu-cativos, desde los niveles más básicos; desde primaria, hasta bachillerato y el nivel universitario. Si hubiera un movimiento en ese sentido, el nivel de nuestros maestros se elevaría, y se elevaría también el nivel de aprovechamiento de los estudiantes.

Vemos que son problemas muy importantes, en los cuales el Sistema Nacio-nal de Investigadores puede jugar un papel determinante. Y a lo mejor hay otros. Creo que el SNI podría jugar un papel muy importante en el problema del retiro de los investigadores, mediante la creación de nuevas plazas en las universi-dades, que puedan ser ocupadas por jóvenes, y se dé un recambio más fluido de investigadores, ya de salida por cuestiones de edad, sustituidos por jóvenes que comienzan sus carreras de investigación.

CONOCIMIENTO: Doctor, ¿qué tan grave es el problema del envejecimien-

to de la planta de investigadores?

De la Peña: Actualmente, las medicinas y los adelantos médicos permiten que muchas personas lleguen a edades avanzadas en perfectas condiciones de salud física y mental. No se trata de decir que, a partir de los 70 años, las per-sonas ya no funcionan bien. Muchísimas funcionan muy bien. De lo que se trata es de que, si el promedio de edad de los investigadores en algunas instituciones anda alrededor de los 58 años, no hay quien esté incorporándose con las ideas frescas, con las ideas de otros grupos de investigación, Quiero decir que ese re-cambio se está dando de manera muy lenta, y, de continuar de esa manera… lo alarmante es que si en los próximos diez años se envejece al mismo ritmo que se ha envejecido en los últimos diez años, la edad promedio va a ser de 68 años, y no quiero decir qué pasará si seguimos veinte años así. Por supuesto, tiene que rejuvenecerse el sistema de investigación mexicano, pronto, y tiene que ser de una manera radical

CONOCIMIENTO: Ahora bien, respecto de este Primer Congreso Nacional

de Investigadores, ¿qué espera usted de él?

De la Peña: El Sistema Nacional de Investigadores ha experimentado muchos cambios, pero se ha mantenido sustancialmente fiel a la imagen original con que se creó. Es un sistema de evaluación, donde el trabajo individual es evalua-do de manera seria, por la opinión de los pares y de acuerdo con la producción del científico., que pueden ser artículos científicos, innovaciones tecnológicas, muestras de docencia o de difusión de la ciencia… pero probablemente ese para-digma del trabajo científico y de la docencia no es ya el más adecuado en este momento.

TRABAJO MULTIDISCIPLINARIO

Se están perdiendo de vista cuestiones tan importantes como la trascendencia que tiene el trabajo multidisciplinario; se está perdiendo de vista la importan-cia que tiene el trabajo en grupos; se está perdiendo de vista la importancia que tiene la creatividad, que no se mide necesariamente por la producción de artículos, que no se mide necesariamente en la producción de tecnología; se está perdiendo de vista también, en gran medida, la formación de estudiantes, porque si bien eso es parte de lo que se evalúa en el sistema, nunca se le ha dado la relevancia que tiene.

Ahora bien, si vemos, esos son puntos fundamentales que no son tomados en cuenta, o son muy escasamente tomados en cuenta por la evaluación del Sistema Nacional de Investigadores. Entonces, creemos que debe renovarse el sistema para tomar en cuenta todos estos factores, de una manera muy esencial, de forma que el sistema ayude a la promoción y al crecimiento de la docen-cia, ayude al crecimiento de la divulgación científica, ayude al crecimiento de

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CONOCIMIENTOSISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES16 SISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORESCONOCIMIENTO 81

Conocimiento, Intervención del doctor Horacio Merchant / Instituto de Investigaciones Biomédicas / UNAM

Hace algunos meses nos reunimos un pequeño grupo de trabajo del Consejo Consultivo. Contemplábamos una discusión y una revisión del reglamento vigente en el Sistema Nacional de Investigadores. La idea era personal, pero

decidimos posteriormente realizar un congreso. A mí, de entrada, se me hizo increíble lanzar una convocatoria para los miembros del sistema, para que opi-naran sobre la estructura del SNI.

Podría decir que me sentía muy prejuiciado. Sin embargo, afortunadamente, pensamos que la única manera, casi como una ilusión, se tenía que plantear a las autoridades del CONACYT, porque sólo a través de ellos podríamos intentar un evento de esta magnitud.

Tuvimos suerte de que al maestro Romero Hicks le haya parecido interesante el congreso, después de 25 años de existencia del Sistema Nacional de Investi-gadores. Así, con el apoyo de las autoridades, y partiendo de la idea de hacer un congreso que no tiene antecedentes, se llegó a la determinación de su reali-zación.

Cuando se planteó la idea de hacer un programa, a mí me tocó la idea de hacer un formato para la celebración de las sesiones del evento. Lo hice y lo pro-puse. Tenemos una población muy establecida, y si todos estamos en un fondo común que tiene que ver con el conocimiento, se me ocurrió hacer una cosa muy breve, pero tratando de ubicarnos a todos dentro del contexto.

VERTIENTES DEL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO

Entonces, partimos del conocimiento. El conocimiento científico, como proceso, tiene al menos cuatro vertientes:

• Una vertiente es que el conocimiento se transmite, y por eso estoy inclu-yendo toda la problemática que implica la transmisión del conocimiento a todos los niveles académicos, desde la primaria al posgrado. Ahí nos topamos con el problema de cómo transmitir el conocimiento.

• Otra vertiente es que el conocimiento se aplica, y aquí es donde se presenta la situación de creer que el conocimiento más importante es el que puede apli-carse a resolver problemas concretos, tanto de la sociedad como del entorno ambiental que nos rodea.

• Luego, tenemos el hecho de que el conocimiento se genera, y aquí vemos cómo los individuos en los ámbitos nacional e internacional, contribuyen al conocimiento existente y naciente en general.

• Y la cuarta vertiente es que el conocimiento se critica. Algunos de ustedes,

base del avance científico del paísrecurriendo al aspecto filosófico, pero también político, tratan de encontrar la mejor manera de utilizar el cono-cimiento para resolver problemas existenciales de los in-vestigadores, y problemas de la realidad del mundo en que vivimos.

En este sentido, existen estos planteamientos como la bioética y el problema del desarrollo sustentable. Enton-ces, creo que si nosotros nos ubicamos como transmisores, como aplicadores, como generadores o como críticos del conocimiento, podríamos tal vez desarrollar una forma de evaluar la actividad de cada una de estas vertientes.

Aunque algunos investigadores excepcionales logran participar con éxito en dos o más de estas vertientes, de-bería ser claro que la mayoría concentra su interés en al-guna de ellas, y sus logros van de modestos a importantes, dependiendo tanto de su capacidad personal, como del en-torno en que les toca vivir.

El entorno, considerado de manera concéntrica, está constituido, en términos generales, por nuestra insti-tución, nuestra ciudad, nuestro Estado y nuestro país, y a su vez está ubicado en un mundo irremediablemente globalizado.

JUVENTUD DEL SNI

Comparado con el mundo desarrollado, la juventud del Sistema Nacional de Investigadores, que cumple apenas 25 años, enfrenta serios retos para consolidar su estruc-tura y así funcionar como sistema en un entorno mundial con avances científicos y tecnológicos espectaculares. A los integrantes del Sistema Nacional de Investigadores nos tocó vivir en un país con evidentes contrastes sociales que no podemos ni debemos ignorar. Sin embargo, en mi opi-nión, el conocimiento en nuestro país funciona, o debería funcionar, como un sistema. Por tanto, la transmisión, la aplicación, generación y crítica del conocimiento deben en-contrar una correcta armonía en nuestro entorno social.

Una política tendiente a favorecer de manera desmedi-da el desarrollo de alguna de las vertientes del conocimien-to, es muy probable que distorsione el conocimiento como sistema, y tienda a mantenernos en el subdesarrollo. En el SNI tenemos ya una infraestructura determinada. Cada uno de nosotros tenemos una visión de sus virtudes y sus debilidades. Con propuestas constructivas podemos for-talecer nuestro sistema, con miras a un objetivo común: el avance científico del país, basado en el conocimiento en todas sus manifestaciones.

la tecnología en México; que ayude al crecimiento de la atención que se presta a los problemas nacionales, al trabajo multidisciplinario, al trabajo en equipo. Se trata, pues, de puntos que no son maquillaje, no son pequeños cambios en el sistema, sino que son, probablemente, problemas fundamentales que deben reflejarse en la estructura misma del sistema, en la estructura misma de la ma-nera en que se evalúa a los investigadores en el sistema.

Son problemas de fondo, y creemos que esta reflexión comunitaria que tene-mos en este congreso nos ayuda a fijar algunas posiciones, a darnos cuenta de las inquietudes que trae la mayor parte de la gente; de tomar el pulso de lo que la gente piensa de los problemas que estamos mencionando; en fin, que tengamos más clara idea de cuál es el sentir de la comunidad científica, y que los cambios que se hagan, se hagan junto con la comunidad científica; porque, si se hacen cambios desde el escritorio, no son nunca bienvenidos. Si vamos a cambiar,

si vamos a transformar el sistema en algo más moderno, en algo que tenga

mayor impacto en el ámbito científico y en el ámbito social del país, va tener

que ser entre la comunidad y el CONACYT, necesariamente.

CONOCIMIENTO: Doctor, hasta el momento, ha usted trazado un panora-

ma de los problemas que afronta la ciencia en México. ¿Qué oportunidades ve

usted para la ciencia mexicana?

De la Peña: Yo creo que el primer paso para conseguir oportunidades y aprovecharlas es identificar los problemas. En ese sentido, este congreso tiene como miras la identificación de problemas y la identificación de posibles solu-ciones. Entonces, trabajaremos, como seguimiento de este congreso, en cons-truir propuestas de soluciones a esos problemas y en tratar de conseguir opor-tunidades nuevas. Las oportunidades son simplemente lograr que el Sistema

Nacional de Investigadores impacte en la ciencia mexicana; que la haga crecer

en número, que la haga crecer en calidad, que la haga crecer en volumen, con

un mayor impacto en la sociedad; teniendo mayor reconocimiento, de parte de la sociedad, de la importancia que tiene el quehacer científico; obteniendo mejores resultados en el tratamiento de los problemas fundamentales de la sociedad, pero también los problemas científicos. Es decir, mejorar la calidad, mejorar el impacto que tiene la ciencia en México.

CONOCIMIENTO: Doctor, a lo largo de muchos años,

los investigadores, el CONACYT, el Sistema Nacional de

Investigadores han pugnado por un mayor presupuesto

para la ciencia, la tecnología y la innovación. ¿Cree usted

que llegará el momento en que las autoridades respon-

dan a esa demanda?

De la Peña: En primer lugar, yo diría que el Sistema Nacional de Investigadores ha sido un programa exitoso, y una de las muestras de ello es que su crecimiento nunca ha sido restringido por cuestiones presupuestales. Es decir, que el presupuesto del Sistema Nacional de Investigadores se fija posteriormente a que las comisiones dictamina-dores definen las promociones y los nombramientos de nuevos investigadores nacionales, de manera que es uno de los poquísimos programas en que su tamaño no está definido por el presupuesto, sino que el presupuesto está definido por el tamaño del programa. Esto me parece un punto esencial.. Es un programa excepcional en ese sen-tido.

Desde luego, se requieren muchos más recursos para la ciencia, pero también se requiere una mejor or-ganización de la ciencia; tener miras más claras; tener principios estratégicos sobre a dónde querer llegar. Mien-tras no tengamos una planeación adecuada de las metas a las que queremos llegar en ciencia; de las estrategias que queremos seguir para conseguirlas, va a ser muy difícil tener el reconocimiento social para conseguir un mejor presupuesto. Yo creo que tienen que venir conjuntamente. Entonces, hay que trabajar en tener un mayor orden en

la ciencia, miras más claras, estrategias mejor definidas,

y el SNI, sin duda, va a jugar un papel importantísimo en

eso, y creo que los mejores presupuestos irán llegando

conforme se haga eso.

CONOCIMIENTO: Doctor, ¿desea usted enviar un

mensaje a la comunidad científica?

De la Peña: Creo que el ejercicio de reflexión comuni-taria que estamos haciendo en el congreso es una mani-festación de que toda la comunidad científica estamos tratando, y CONACYT con ella, de mejorar. Creo que hay que correr ciertos riesgos; hay que tener imaginación para mejorar. Si simplemente tratamos de seguir haciendo lo mismo que hemos estado haciendo, pues no vamos a ob-tener mejores resultados. Si queremos tener esos mejores resultados, tenemos que arriesgarnos; pensar creativa-mente de qué manera podemos dar el siguiente paso, más lejos, y tratar todos juntos de darlo.

CONOCIMIENTO: Doctor, uno de los expositores de

esta mañana mencionó que el congreso se celebró de-

masiado tarde, o que tardó mucho en celebrarse. Tuvie-

ron que pasar 25 años de la creación del SNI para que

este encuentro se llevara a cabo. ¿Cree usted factible

que este ejercicio se repita en un futuro más o menos

cercano?

De la Peña: Yo estoy seguro que habrá de repetirse con cierta frecuencia. Sin duda es algo que no puede llevarse a cabo muy frecuentemente, porque sería desgastante para la comunidad; pero, cada tres años o algo así, creo

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Intervención del senador Francisco Javier Castellón Fonseca,Presidente de la Comisión de Ciencia y Tecnología /Cámara de Senadores

Estimados miembros del Sistema Nacional de Investiga-dores que conforman la masa crítica que genera cono-cimiento en nuestro país y que, sin duda alguna, son

elementos indispensables para alcanzar un desarrollo sos-tenido; para lograr una soberanía nacional que nos haga, no solamente más competitivos, sino también con mayor presencia en un mundo que ahora lo requiere.

Creo que este evento es fundamental para evaluar el impacto de uno de los ejes centrales de la política cientí-fica en México, que es el Sistema Nacional de Investiga-dores. Sin duda, una de sus principales conclusiones será el establecer cómo redoblar esfuerzos, y de qué manera se reforzará el Sistema Nacional de Investigadores para poder contribuir a un impacto mayor en el desarrollo del conocimiento, de la ciencia, de la tecnología y de la inno-vación en el país.

Los cambios en la ley que se realizaron en 2009 permiten una mayor alianza entre la academia y la industria; generan condiciones para desarrollar el proceso de innovación y, por supuesto, plantean también condiciones para mejorar el trabajo de los investigadores a lo largo y a lo ancho del territorio nacional.

Pero tenemos muy en cuenta que esta alianza, este mayor desarrollo de la in-vestigación no se puede producir por generación espontánea; siempre hace falta una política pública coherente, agresiva, con rumbo. Un gobernante convencido, comprometido con la ciencia, y comprometido con su país, vale más que dos planes bien elaborados. Preocupa el compromiso; preocupa la visión de Estado; preocupa el tener claridad de lo que implica el invertir en recursos humanos, el invertir en ciencia y el invertir en tecnología. Creo que eso diferencia mucho la labor de un gobernante respecto de la de otro. Se requiere de este compromiso, de esta acción y de este cómo.

CRECIMIENTO INSUFICIENTE

Éstos y otros temas se han tocado en las diferentes mesas orientadas a evaluar el funcionamiento del Sistema Nacional de Investigadores. Siempre es bueno hacer un alto en el camino y revisar el sistema para mejorarlo. Uno de los temas en el que me gustaría hacer énfasis es el relativo al reclutamiento de talentos jóvenes para poder fortalecer la capacidad científica de nuestro país.

No es posible que a pesar del esfuerzo que se hace, del crecimiento real-mente importante que se ha dado en el Sistema Nacional de investigadores en los últimos diez años, no es suficiente para lograr un crecimiento sostenido en la ciencia y la tecnología.

Es importante plantearnos certidumbre en el reclutamiento de los jóvenes talentos que salen de las universidades, de los institutos tecnológicos, de las instituciones de educación superior, y que van a convertirse en los científicos mexicanos de los próximos años.

Es importante darles certidumbre, no solamente para encauzarlos a realizar un posgrado, sino también para dejar claro que sus espacios naturales van a estar asegurados no solamente en la academia mexicana, sino en todo el sistema científico, tecnológico y de innovación en el país. Creo que debemos aplicar, en el mediano y en el largo plazo, una política pública que garantice esto: cómo in-corporar los talentos; cómo generarles condiciones para revisar su caso y cómo, a su vez, permitir reincorporarlos a un sistema que sea lo bastante amplio para acogerlos.

Otro tema importante es el de cómo evaluar positivamente el trabajo colec-tivo en el Sistema Nacional de Investigadores; cómo lograr esa individualización de la evaluación; cómo lograr que el trabajo en equipo no se convierta en un obstáculo para evaluar positivamente el trabajo individual de investigación. Sin embargo, hay que reconocer que es fundamental la realización de trabajo de equipo, para poder desarrollar los avances en la ciencia, la tecnología y la inno-vación.

CIENCIA Y TECNOLOGÍA,

EJE FUNDAMENTAL

Por último, el aprecio por el trabajo científico, de la sociedad mexicana, y por supuesto de quienes gobiernan este país, por la opinión de los científicos, creo que será un gran avance considerar el desarrollo de la ciencia y la tecnología como un eje fundamental en el país.

Les pedimos entonces convencer, obviamente divulgando, rompiendo iner-cias, ganando adeptos y aliados.

Es fundamental que las políticas públicas consideren el conocimiento cientí-fico y la generación de innovación como una piedra angular del desarrollo. Es importante también que nosotros hayamos contribuido a lograr esto tanto en el ámbito estatal como en el regional.

Creo que si logramos esto, la comunidad científica mexicana; quienes esta-mos en el poder legislativo o ejecutivo, y que hacemos nuestro trabajo todos los días, habremos ganado una batalla.

Reclutamiento de

talentos jóvenes,

tarea impostergable

en el SNI

que va a ser una exigencia de la comunidad, y creo que su éxito será medido a partir de que haya cambios, cuan-do haya un seguimiento puntual de este congreso, para obtener resultados visibles; pero ya es un éxito el hecho de que la gente está reunida aquí, que hay intercambio de ideas, discusiones: La gente está muy entusiasmada de encontrarse con colegas de áreas diferentes a la suya, discutiendo temas de interés común en la ciencia. Creo que eso ya enriquece mucho a la comunidad científica, pero los verdaderos éxitos van a ser cuando se induzcan cambios importantes en el sistema, para mejorarlo, como consecuencia de este congreso, y creo que va a quedar ins-tituido como una necesidad de la comunidad.

CONOCIMIENTO: Doctor, ¿considera usted que sea

un reto para México mejorar el lugar que ocupa en el

ámbito internacional en el campo de la ciencia?

De la Peña: Sí, por supuesto, aunque no está bien definido eso de un lugar en la ciencia. Eso no se mide realmente; pero, más allá de cómo lo medimos o no, la situación mexicana no ha jugado todavía un papel central en la ciencia internacional. Hay individuos que son conoci-dos; hay pequeños grupos que son conocidos; pero, como ciencia mexicana, todavía no tenemos una definición, una característica clara. Entonces, creo que hay que construir esas características, esa identidad de la ciencia mexicana, y todo esto irá creciendo conforme hagamos mejor las co-sas en México y planeemos más; tengamos metas y obje-tivos más claros.

Por supuesto, va a ayudar bastante el que tengamos mejores presupuestos; pero creo que este tipo de refle-xiones colectivas son un primer paso importante en esa dirección.

CONOCIMIENTO: ¿Cree usted que la construcción

de esa identidad de la ciencia mexicana sea factible en

el corto plazo?

De la Peña: No son cosas de corto plazo. Sin embargo, experiencias de otros países -Corea, Singapore y demás-, muestran que en una generación es posible hacer esas co-sas. Es decir, no son cosas que se puedan planear y rea-lizar en un año; pero se pueden realizar, si se planea bien, en 15 años, 20 años.

CONOCIMIENTO: ¿Y cree usted que exista la volun-

tad?

De la Peña: Creo que se necesita que exista la voluntad de la comunidad por cambiar, más que la voluntad de un político o de un grupo de políticos. Entonces, si la comu-nidad está convencida de que hay que ir hacia allá, creo que es posible.

CONOCIMIENTO: ¿Y la comunidad científica está

convencida?

De la Peña: Pues yo tengo una mejor impresión el día de hoy que hace dos días. Yo creo que este congreso nos ha dado ánimos en esa dirección, y creo que mucha más gente está convencida de que es posible.

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TAREAS PENDIENTES

Estos asuntos revelan algunas de las muchas preocupaciones, de las tareas pen-dientes. Tenemos muchos ejemplos que aportar. Aquí sólo mencionaré cinco de ellos:

Primero: una tarea impostergable es la de avanzar en la consolidación de una auténtica política de Estado, que permita incrementar sostenidamente las inver-siones en ciencia, tecnología e innovación, incluidos por supuesto, la revisión de los estímulos, la creación de las plantas académicas, la membresía del SNI, para propiciar la renovación de la planta académica y los investigadores, y alentar la participación de los investigadores más jóvenes.

Segundo: la formación de nuevos investigadores y profesionales de alto ni-vel, que pueden verse multiplicados en el ejercicio, si verdaderamente participan de manera protagónica los investigadores del sistema en su apoyo y tutoría.

Tercero: es preciso seguir avanzando en la descentralización de la actividad científica de México sobre bases sólidas. Si bien es cierto lo que comentó José Antonio de que efectivamente hoy en día la concentración de investigadores en el Distrito Federal sólo representa el 43 por ciento, la verdad es que si con-sideramos a las entidades vecinas de Puebla, el Estado de México y Morelos, la proporción se eleva al 60 por ciento. Evidentemente, ya no estamos hablando de la zona metropolitana de la Ciudad de México, pero estamos hablando de la zona megametropolitana de este valle. Decía que debemos seguir avanzando en la descentralización de la actividad científica de México sobre bases sólidas. Ésta debe ir acompañada de una estrategia de vinculación con los sectores produc-tivo y social en los ámbitos local y regional.

Cuarto: tanto la SEP como el CONACYT han reconocido que se requiere fo-mentar y potenciar el trabajo colectivo para aumentar la investigación creativa e innovadora de largo alcance, con pertinencia social. En este sentido, es impor-tante que el SNI evalúe estas consideraciones y proceda en consecuencia.

Finalmente, quinto: es imperativo articular las diferentes instancias de eva-luación de educación superior y de investigación, con el fin de alinear y armoni-zar sus funciones y alcanzar congruencia de propósitos.

Se requiere también establecer mecanismos eficientes y ágiles de coordi-nación, desde iniciativas y otras muchas aplicaciones; construir consensos entre las diferentes instancias, para diseñar, por ejemplo, formatos únicos de los in-formes anuales del personal académico, así como acordar los mecanismos que

permitan a los investigadores formular un solo informe anual de sus actividades, y presentarlo, con los ajustes del caso, a cualquier instancia nacional de evaluación.

Es evidente que esto debe ser evaluado y debe ser exa-minado para determinar su viabilidad, pero ésta es una demanda, una exigencia que he venido escuchando desde hace algún tiempo, y creo que la conformación de una ins-tancia de coordinación nos debe permitir avanzar en este propósito.

RUBROS ESTRATÉGICOS

Permítanme señalar que no hay duda de que la apuesta más importante debe estar en la educación y en el impulso al desarrollo científico y tecnológico. Yo creo que todos nosotros compartimos esa convicción. Ambos rubros son estratégicos en la generación de oportunidades y en la construcción de puentes de equidad entre los mexicanos.

Si verdaderamente queremos un México más desarro-llado, incluyente y competitivo, es preciso otorgarles a la ciencia, a la investigación y a la innovación, la más alta prioridad. De otro modo, el país estaría condenado a que-darse siempre un paso atrás del podium.

Como se puede advertir entonces, el futuro está car-gado de retos; pero, como nos lo muestra la realización de este congreso, México cuenta con la inteligencia y el com-promiso para encararlos. Celebremos, pues, la realización de este Primer Congreso. Hagamos de este espacio uno de discusión ética, de confrontación respetuosa de ideas y modelos; pero también, sobre todo, de encuentros y coin-cidencias.

Aguirre: Estamos a unas pocas horas de tener las conclusiones de este

Primer Congreso de los Miembros del SNI, pero yo creo que ya hemos

oído cosas muy importantes y me pregunto, Jesús, ¿hasta dónde tu con-

cepción de lo que tendrías qué hacer o pensabas hacer dentro del SNI se ha

cambiado, se ha nutrido o francamente es un nuevo paradigma el que estás

viendo en tu responsabilidad?

Álvarez: En términos generales, algunas de mis percepciones sobre el SNI se han reforzado y otras se han enriquecido. Se ha reforzado mi convicción de que la evaluación por pares de los investigadores es un logro que hay que mantener y mejorar. El congreso nos ha permitido ver la manera en que el SNI tiene efectos muy importantes tanto en la profesionalización de la carrera de investigador en las instituciones de educación superior (IES) y Centros de Investigación (CI), como en los criterios de ingreso, permanencia y promoción de las IES y los CI. Además, los indicadores del SNI son elementos importantes en la instrumen-tación de políticas públicas para asegurar y mejorar la calidad de la educación superior. Aguirre: ¿Cuántos años tienes en el SNI?

Álvarez: Desde que se fundó en 1984. Siempre he estado cerca del SNI como miem-bro, y como dictaminador de 1999 a 2002. Me da mucho gusto que, a 26 años de

la creación del SNI, muchas de las percepciones positivas y de las propuestas para mejorarlo sean compartidas por mucha gente que asistió al Congreso. Por ejemplo, la idea de qué es y qué hace el SNI: evaluar por pares el trabajo de los investigadores. La evaluación que hace el SNI es un referente nacional que es aceptado por todos; es rea-lizada por la misma comunidad científica y tecnológica, y además es parte importante de otros instrumentos de política pública. Después de todas las ponencias donde se habló de aspectos relevantes, hay conciencia de dos cosas: una, que el SNI es un referente que hay que cuidar y otra, que el SNI tiene implicaciones en otros procesos educati-vos, científicos y tecnológicos.Aguirre: ¿Como en la mejoría del posgrado, por ejem-

plo?

Álvarez: Tiene que ver con el posgrado, con la manera en que las instituciones como la Universidad Autónoma de Nuevo León hacen un plan de desarrollo y logran resulta-dos muy alentadores en sus programas de licenciatura y

La comunidad científica de México, crítica y bien informadaEntrevista del doctor Juan Lauro AguirreCoordinación de Ciencia y Tecnología de Nuevo León

Habla el doctor Jesús Álvarez Calderón, director del SNIEvaluación por pares, un logro que hay que mejorarEl sistema, un referente nacional, sostieneEn desarrollo tecnológico el SNI es una parte y no el todoCriterios específicos de evaluación para los tecnólogos

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de los resultados de la evaluación de la productividad. Además, el SNI reconoció desde su origen que la instancia mejor calificada para evaluar el trabajo de investigación era la propia comunidad, a través de la evaluación por pares académicos.

PESO ESPECÍFICO EN LA REALIDAD NACIONAL

Debido a todas estas características, el SNI constituyó un nuevo hecho de la profesión académica, para definir el prestigio científico y establecer un modelo general de trayectoria profesional. A 25 años de la creación del sistema, hay consenso de que esta instancia ha contribuido a incrementar de manera significativa -casi 12 veces-, los investigadores surgidos desde 1984 hasta la fecha. Esto significa que el peso de los miembros del SNI es cada día mayor en muy diversos ámbitos de la realidad nacional.

Hace 25 años representaban apenas un pequeño grupo de académicos, sobre todo en el centro del país, como ya lo describía José Antonio, y ahora representan en algunos ámbitos una proporción significativa; por ejemplo, en las universidades públicas estatales representan el 15 por ciento de los profesores de tiempo completo; o bien, en instituciones como el COLMEX llegan incluso a estar en proporciones del 70-90 y hasta 95 por ciento.

Resulta claro, sin embargo, que el número de investi-gadores miembros del sistema es todavía muy reducido en comparación con las plazas académicas disponibles en las instituciones públicas de educación superior e inves-tigación. Para que la investigación científica y tecnológica desempeñe en el país un papel cada vez más sobresa-liente, es evidente que el SNI debería ser varias veces cin-co, ocho, diez veces mayor.

SISTEMA PIRAMIDAL

El SNI ha conservado a lo largo de los años una caracterís-tica que me parece vale la pena evaluar en términos de su significación. Esta característica es la marcada estruc-tura piramidal del sistema. Sus rasgos actuales son de hecho casi idénticos a los observados hace 25 años. Esta característica se acompaña además de una escasa y lenta movilidad en sus diferentes categorías, lo que ha eviden-ciado la dificultad que representa, para una proporción significativa de los investigadores, seguir una trayectoria ascendente, pautada por la edad, en sus carreras profe-sionales.

Esto es aún más marcado para las mujeres investiga-doras. De los más de 16 mil 600 integrantes del sistema reportados en el año 2010, la tercera parte son mujeres. Sin embargo, a medida que se avanza en un nivel jerárqui-co ascendente, la presencia de las mujeres respecto de los hombres se ve mermada significativamente. De hecho, sólo el 18 por ciento de los integrantes del nivel tres son mujeres, en contraste con la totalidad.

Éstos y otros muchos rasgos del sistema, propios de su dinámica o reflejo de otros rasgos estructurales de la actividad científica en el país, han dado lugar a una amplia variedad de preocupaciones, cuestionamientos y críticas, algunas de las cuales vienen siendo ampliamente debati-das, y forman parte de la línea de investigación sobre los

alcances y límites del propio sistema o buscan ser atendidas a través de la re-visión periódica de su reglamento y de sus formas de operación.

CRÍTICAS AL SISTEMA

Quisiera recordar algunas de las siguientes críticas que me parecen relevantes en este momento de reflexión:• La preocupación, por ejemplo, por la dinámica de crecimiento del SNI, de su estructura y requisitos de ingreso, permanencia y movilidad.• Los criterios de evaluación y plazos de revisión de cuentas en el SNI; su even-tual impacto, por supuesto negativo, sobre la calidad y creatividad de las inves-tigaciones.• La necesidad de superar la dicotomía docencia-investigación y la evaluación del investigador.• El cuestionado traslado de criterios de evaluación de unas áreas del cono-cimiento hacia otras.• El hecho de que la evaluación de los investigadores se realice por igual, pese a la evidente diferenciación institucional.• La ausencia de criterios para establecer en el SNI condiciones de igualdad entre hombres y mujeres para su ingreso y promoción.• Necesitamos, además, canales que favorezcan el retiro digno y la renovación de la planta académica.• La creciente hipertrofia de los procesos de dictaminación de evaluación, así como la necesaria modificación de programas curriculares.• La preocupación por la simulación y la inflación curricular.• La desigual estructuración de las comisiones dictaminadoras.

posgrado, con base en el cumplimiento de criterios para acreditar los programas, en el entendido de que los indi-cadores SNI son solamente una parte de dichos criterios. El SNI evalúa la labor de investigación del académico, y la institución organiza el trabajo del profesor-investigador en relación con las cargas docentes, las labores de di-fusión y la formación de recursos humanos en licencia-tura y posgrado. Ese trabajo lo hace la universidad y el SNI es un ingrediente que los apoya mediante indicadores e información. Esto se manifestó en las diversas mesas de discusión que tuvieron lugar en el Congreso, como por ejemplo la de tu colega de la UANL.Aguirre: ¿De investigación?

Álvarez: Sí, de investigación.

Aguirre: ¿Mario César Salinas?

Álvarez: En efecto, Mario César Salinas. Cosas parecidas se dijeron en varias mesas de discusión, como en una que trató sobre los centros CONACYT. Cuando fui nombrado, el 17 de febrero pasado, dije que me daba la impresión de que el Sistema era algo mucho más allá de lo que perci-bimos los miembros del SNI. Esto lo he constatado en el Congreso. Los referentes de evaluación SNI son algo benéfico para el país, porque finalmente constituyen un mecanismo de rendición de cuentas y uso transparente de fondos públicos.Aguirre: ¿Has oído algo que de alguna forma te haya sor-

prendido; o sea, has oído ya sea una idea brillante o una

crítica inesperada en este congreso?

Álvarez: Me sorprendió positivamente el número de asis-tentes y de participaciones en una diversidad de temas relacionados con el SNI, así como la conciencia colectiva del papel central que el SNI juega en los sistemas de edu-cación superior e investigación científica y tecnológica del país. Como en todo sistema, en el SNI hay cuestiones y problemas que hay que atender, especialmente frente a cambios vertiginosos en la escena mundial. Hubo una buena dosis de crítica y propuestas por parte de los par-ticipantes, expuestas de manera muy directa y respetuosa. Esto no es sorprendente, porque la comunidad científica está bien informada y es muy crítica. Finalmente, somos un país que tiene muchas carencias y problemas que se reflejan en el SNI.Aguirre: Sí, sí. Debe ser un factor de construcción.

Álvarez: Es más, me hubiera sorprendido que no hubiera crítica.Aguirre: De acuerdo. La crítica que yo he visto fundamen-

talmente es que parece no extender sus buenos resul-

tados hacia el desarrollo tecnológico. Es indudable que

ha fortalecido a la ciencia mexicana y parece también

que es indudable que no ha fortalecido a la tecnología

mexicana. ¿Podrá el SNI extenderse de alguna forma,

de pretender que sea el vehículo para el desarrollo de

tecnología mexicana, de la que estaremos orgullosos

porque la vemos en nuevas marcas? Lo que quiero decir

es que la tecnología es más visible para el ciudadano

que la ciencia: nuevas marcas, nuevos aparatos.

Álvarez: Sí, sí.

Aguirre: Cosas que digan “inventado en México”, etcétera. ¿Será el SNI una

estructura que pueda animar ahora la tecnología mexicana?

Álvarez: Yo creo que en desarrollo tecnológico el SNI es una parte y no el todo. De la misma manera, y voy a tomar el caso de la Universidad Autónoma de Nuevo León, sus recientes logros institucionales son resultado de voluntad insti-tucional de cambio, incluyendo los indicadores y comunidad del SNI, entre otros factores y acciones para la mejora de los programas de licenciatura y posgrado en la UANL.

Creo que para el avance tecnológico en el sector industrial se requiere la articulación de un conjunto de decisiones y planes de desarrollo. Por un lado, la ciencia tiene como objetivo entender cómo funciona el mundo y formar re-cursos humanos con actitud crítica, inquisitiva e independiente. Por otro lado, en la tecnología, el énfasis va más en resolver. A mayor entendimiento, mejores soluciones. Suponiendo que en las IES y CI se tenga ya una masa crítica de in-vestigadores en ciencia básica y en ciencia de la ingeniería, para el desarrollo tecnológico e innovación, se requiere, además, de una masa crítica de planes de desarrollo y tecnólogos en la industria. El esfuerzo en desarrollo tecnológico requiere de la participación coordinada de empresarios, IES, CI y gobierno.

Es verdad que, en relación con los investigadores del SNI orientados hacia las ciencias de la ingeniería, los SNIs tecnólogos son muy pocos. En el año de 2008 se establecieron criterios específicos para la evaluación de los tecnólogos, que se han revisado y mejorado en años posteriores. El bajo número de SNIs tecnólogos es un reflejo del reducido número de industrias con carrera de tecnólogo y activi-dad de desarrollo tecnológico. Hay empresas mexicanas, relativamente grandes, que han logrado montar grupos de hasta 50 personas; incluyendo tecnólogos SNI. Como condición necesaria para estrategias de largo plazo de vinculación entre empresa, IES y CI se requiere un mínimo de actividades e investigadores tecnológicos en las empresas.

Si bien el SNI juega un papel importante en la evaluación del trabajo del tecnólogo, el CONACYT, a través del SIN, es un jugador más en una mesa con un conjunto de jugadores. La tecnología y la innovación son importantes porque son medios para generar empleos mejor remunerados y mayores estándares de vida. Aguirre: Muy bien. Entonces el punto concreto es éste: el Sistema Nacional de

Investigadores, nadie lo niega, ha sido muy bueno para fortalecer la ciencia

mexicana, pero, repito, por lo visto, no la tecnología mexicana.

Álvarez: Yo quisiera hacer una pequeña corrección. Aguirre: Sí, muy bien.

Álvarez: No es que no se haya hecho nada. Ya se dio un paso muy importante, como ya mencioné. Desde el año 2008 contamos con criterios específicos de evaluación para los tecnólogos.Aguirre: ¿Para tecnólogos?

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CONOCIMIENTOSISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES12 SISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORESCONOCIMIENTO 85

El SNI, pilar institucional de la investigación científica

Intervención del doctor Rodolfo Tuirán, subsecretario de Educación Superior / SEP

La realización de este primer congreso constituye un ejercicio que, estoy seguro, todos reconocemos como necesario y deseable, luego de celebrar el primer cuar-

to de siglo en la vida de este valioso pilar institucional de la investigación científica en México.

Este foro busca, de acuerdo a la convocatoria, ofrecer, entre otros propósitos, un mecanismo de reflexión, deli-beración, consulta interna sobre el funcionamiento del SNI; los ajustes que requeriría eventualmente para perfec-cionar su actuación y la potenciación de su papel para im-pulsar el desarrollo científico y tecnológico del país. Deseo muy sinceramente que este mecanismo pueda ser institu-cionalizado, de manera tal que esta consulta se produzca de manera permanente.

El sistema nacional se creó, como ya ustedes saben, hace poco más de 25 años, en medio de una profunda crisis económica, y surgió, gracias en buena medida, a la voluntad y al esfuerzo protagonizados por un grupo de mexicanos ejemplares.

PILAR DEL DESARROLLO

CIENTÍFICO Y TECNOLÓGICO

No hay duda de que, en pocos años, este organismo se consolidó y demostró con creces la importancia de haber sido creado en su momento; sobre todo, que logró trans-formarse, de una acción de contingencia propiamente, en uno de los pilares más sólidos que están destinados a impulsar el desarrollo científico y tecnológico del país, a representar a los investigadores en activo y a impulsar su productividad.

El SNI, todos lo sabemos, ha tenido impactos muy pro-fundos a lo largo de su vida. Sólo mencionaré tres o cuatro de los que, me parece, existe amplio consenso:

En un primer aspecto, sobresale su papel clave en la organización y estructuración de la profesión académica; enseguida, dio un impulso importante a la internaciona-lización de muchos de los investigadores que integran el sistema nacional. Para mí, ha sido un factor decisivo para aprender a valorar y discutir el papel sobresaliente que desempeña la ciencia en el desarrollo nacional y, por su-puesto, que ha sido vanguardia en los procesos de evalua-ción y certificación de los investigadores, y se ha vuelto parte de un esquema más amplio de aseguramiento de la calidad en las instituciones de educación superior.

Uno de los impactos más significativos del SNI ha sido contribuir a editar, publicar, organizar el trabajo científico en México. Mis palabras, evidentemente, están en buena medida condicionadas por mi formación. Las reglas del SNI, la permanencia, los canales de movilidad han logrado la consolidación de un nuevo perfil del académico, carac-terizado sobre todo por contar con un alto grado de ad-ministración; ejercitar un voluntariado en la formación de recursos humanos especializados, y tener obra publicada, de calidad y trascendencia.

Esta arquitectura institucional instauró también un sistema de reconocimiento del trabajo científico sustenta-do en el mérito, como un modelo de estímulos en función

Álvarez: Para poder ir a los productos de los tecnólogos, cómo se docu-mentan. Hay un avance en esa dirección. Aguirre: Muy bien. Mi pregunta es: ¿Es éste el camino adecuado, o

sea, extender como ya se hizo, las intenciones del Sistema Nacio-

nal de Investigadores para, dentro de este sistema, impactar al desa-

rrollo tecnológico? ¿O le correspondería a otro sistema, una especie

de Sistema Nacional para el Desarrollo Tecnológico creado desde la

base de la intención de una tecnología mexicana, así como el SNI fue

creado con una intención de una ciencia mexicana? ¿Cuál paradigma

sientes tú que es el adecuado? Sin comprometer tu posición, que en-

tiendo, pues quisieras que esto se diera dentro del SNI, pero hay que

entender que existe la otra posibilidad de un sistema nacional para

el desarrollo tecnológico. De hecho, hay una especie de polémica en

cuanto a que la ciencia la fortalece y la promueve CONACYT y la

tecnología la fortalece y la promueve la Secretaría de Economía. Yo

he estado en muchos congresos de biotecnología en donde los stands

carísimos de Chile, de Argentina, etcétera, están ahí por recursos de

sus secretarías de Economía; o sea, el desarrollo tecnológico se en-

tiende en función de la Secretaría de Economía y ahí está este debate.

¿Tú cómo sientes este debate de ciencia por un lado y tecnología por

otro?

Álvarez: El problema no es la falta de criterios para evaluar tecnólogos, sino la insuficiencia de planes y grupos industriales de investigación y desarrollo tencnológico.Aguirre: Muy bien.

Álvarez: El problema no es quién hace la evaluación de la tecnología y la innovación, el problema es construir la actividad profesionalizada de desarrollo tecnológico en el sector industrial nacional.Aguirre: Magnífico, está muy claro.

Álvarez: Y eso trasciende al SNI.Aguirre: Eso trasciende al SNI porque….

Álvarez: Es parte de la política general del país, me imagino hay varias maneras de organizarla. Aguirre: Sí, bien. Terminaré con esta pregunta: se llama Sistema Na-

cional de Investigadores, y lo que yo no siento es que haya fun-

ciones sistémicas dentro del sistema. O sea, ¿hasta dónde el nombre

está por encima de lo que opera dentro del llamado sistema? Dentro

de un sistema, como un sistema nervioso, un sistema digestivo, un

sistema ecológico, hay una tremenda interacción de forma de estarse

monitoreando las partes, porque en un sistema se transmite el efecto

sobre alguno de sus elementos a todo el sistema. Yo no creo que

se dé esa suficiente interacción; para muchos, he oído, que ésta es

la primera ocasión de conocer a otros colegas del SNI, quizá de su

propia disciplina; no se diga de otras disciplinas... entonces, Jesús,

si se quiere asegurar que esto se llame sistema, se re-

quiere que emerjan esas funciones sistémicas. Ahora,

puede ser que esa emergencia deba ser espontánea y no

se ha dado, pero puede ser que esa emergencia deba ser

provocada. ¿Tú que piensas?

Álvarez: Independientemente de su nombre, la función del SNI está claramente establecida y desarrollada: la evalua-ción por pares y el reconocimiento de la labor de los inves-tigadores del país. Su funcionamiento está estrechamente relacionado con el desarrollo de las IES y CI. Aguirre: Ésa es una función sistémica ejercida.

Álvarez: Sí, y el objetivo es evaluar a los individuos, y, re-pito, tiene interacción de doble sentido con otros siste-mas. Me queda claro que la función que tiene el SNI es poder hacer algo que en México es muy difícil: que nos evaluemos entre nosotros mismos de manera razonable-mente aceptada. Cuando nuestras instituciones tienen relaciones nacionales e internacionales, generalmente se maneja como referencia importante la membresía del SNI y no tanto el nivel del académico de acuerdo con el tabula-dor de las IES. En ciertos aspectos, la pertenencia al SNI es lengua franca entre IES, CONACYT, SEP, etcétera.El SNI es un sistema en la medida que involucra la par-ticipación de la comunidad científica y que sus acciones tienen efecto en el conjunto de las IES y de los CI. El SNI puede verse como un subsistema del sistema de educación superior, investigación y desarrollo tecnológico del país. Aguirre: Yo he pensado en eso!.

Álvarez: Si a un sistema con propósitos e instrumentos específicos se le añaden funciones y objetivos muy dis-tantes, el sistema puede volverse frágil. El SNI es un refe-rente de evaluación por méritos y rendición de cuentas, es un logro que tenemos que cuidar y mejorar.Aguirre: Muy bien. ¿Alguna idea sobre, por ejemplo,

crear algún mecanismo de comunicación permanente,

una plataforma de interacción? Porque, tú lo dijiste,

podría ser suficiente hablar de conjunto de investiga-

dores mexicanos, pero a mí se me hace que sí es genuino

hablar de sistema, sólo que las funciones sistémicas no

han emergido.

Álvarez: De hecho, ya existe una buena participación y presencia de la comunidad SNI en aspectos fundamentales del SNI: Comisiones dictaminadoras, Consejo Consultivo, Consejo de Aprobación del SNI. Esto habrá de mante-nerse y mejorarse.Aguirre: Muy bien. ¿Quieres agregar algo?

Álvarez: Solamente dar las gracias a los participantes que hicieron posible una interesante y útil reflexión sobre el SNI.Aguirre: Sí, y para finalizar yo creo que precisamente

este congreso es una emergencia desde adentro de lo

que verdaderamente se espera de un sistema; o sea,

para mí, estamos viendo emerger funciones sistémicas

trascendentales.

Álvarez: Yo diría que es un paso más en un proceso que se inició hace poco más de 25 años.Aguirre: Que ya nos enteramos, muy interesante, de

cómo ocurrió. Gracias Jesús.

Álvarez: Gracias a ti.

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CONOCIMIENTOSISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES86 SISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORESCONOCIMIENTO 11

razgo y vanguardia en la producción científica, humanís-tica y tecnológica, en el ámbito nacional e internacional, y, simultáneamente, se erija en un compilador y homo-genizador del quehacer universitario, constituyendo un sistema nacional que unifica las instituciones académicas en la consecución de los mismos objetivos, con la apli-cación de los mismos criterios.

Si estos objetivos se han logrado, es tema de discusión; pero ha podido sin duda hacerse, en el ámbito de inte-gración, un verdadero sistema nacional; un sistema que promueva la formación de bloques académicos, la cons-trucción de sinergias regionales; la promoción de un en-foque multidisciplinario en la solución de problemas es-tratégicos.

Muchas de estas propuestas tenderían a romper el pe-sado paradigma disciplinario, tan propio del ámbito uni-versitario desde la Edad Media; a promover la integración de grupos académicos en el país, y, tal vez, hacer menos lejano de la sociedad el quehacer cotidiano de la ciencia.

REDES TEMÁTICAS

El programa de redes temáticas, que CONACYT promueve desde hace dos años, apunta en esta dirección, y el día de hoy, el maestro Romero Hicks mencionó otros mecanis-mos, en el contexto del SNI, orientados a los mismos fines. En el seno del propio sistema habrá que trabajar más en la definición de criterios y estándares para las diferentes disciplinas, a fin de lograr el correcto reconocimiento de los productos del trabajo académico.

En particular, es urgente la correcta evaluación del tra-bajo tecnológico y de innovación en todos los comités del sistema, como parte del proceso de fortalecimiento de los vínculos entre academia y la industria mexicana. El doctor Álvarez Calderón, recientemente nombrado director del SNI, con amplia experiencia tecnológica, propondrá nue-

vos criterios en la búsqueda de impulsar una más nutrida consistencia de la ciencia y la tecnología en el Sistema Na-cional de Investigadores.

Tal vez, el síntoma más grave del escaso crecimiento de la planta académica en México es el envejecimiento de las instituciones de investigación. Este envejecimiento puede aplicarse a los miembros del Sistema Nacional de investigadores, con siete meses en la edad promedio por cada año natural. El Sistema Nacional de Investigadores podría promover un sistema de retiro más justo en todo el sistema, que no significaría erogaciones adicionales por parte de la Secretaría de Hacienda.

En fin, éstos son algunos de los temas que tenemos que abordar en este congreso, para tener un mejor pulso del sentir de los investigadores, y poder establecer así agendas representativas para la comunidad académica del país. Sólo con el compromiso de todos: autoridades guber-namentales, el sector financiero y educativo, autoridades universitarias y la comunidad científica, podremos alcan-zar nuevas metas, perseguir miras más altas.

Quiero agradecer aquí la iniciativa, el compromiso y el trabajo para la organización de esta reunión, del grupo representante del Sistema Nacional de Investigadores y del CONACYT: a Juan José Saldaña, Leticia Torres, Teresa Rojas, Horacio Merchant.

Cuentan ustedes, señoras y señores congresistas, con el compromiso de ellos y con el compromiso de CO-NACYT, para organizar un seguimiento cuidadoso de los resultados de este congreso; un seguimiento que permita ordenar puntos concretos de las discusiones aquí sosteni-das. Finalmente, a todos ustedes, congresistas, nuestro re-conocimiento como investigadores comprometidos con el quehacer cotidiano científico nacional, por un futuro mu-cho mejor para México. Mucho éxito en su trabajo en este Primer Congreso del Sistema Nacional de Investigadores.

Era una noche especial. La temperatura había descen-dido, y corría un aire que pareciera como si los dio-ses acariciaran el rostro de Itzmin (palabra maya que

significa trueno), mientras miraba con detenimiento cada uno de esos puntos de luz que se fijaban, con su matiz blanco en el vasto cielo negro.

Aparte de la común curiosidad, a Itzmin le interesaba comprender por qué esas luces se veían de noche, al igual que por qué cambiaban de posición conforme pasaban los días.

CALENDARIO MAYA

Por medio de observaciones detalladas y avanzado cono-cimiento en matemáticas, sabemos que los mayas tenían un calendario astronómico muy preciso, y que realmente

al rescate de la ciencia en México

Maestro Rodrigo Soto

Economía de las Ideas

[email protected]

El SNI,Rodrigo Soto

su búsqueda de conocimiento era por el simple hecho de deducir el cosmos que les rodeaba y acercarse más a com-prender la mente de sus dioses.

Hablando de la religión Maya, tomando en cuenta lo que dice Wikipedia, tenemos que “se preocupaba de en-tender el por qué de las cosas, lo que nos lleva a definirla como una especie de filosofía precursora de la ciencia moderna”.

Aunque nuestro personaje Itzmin no existió como lo describimos aquí, ciertamente muchos itzmines debieron

haber observado el firmamento y trabajado en la crea-

ción de ese tan conocido calendario astronómico que les

dio fama universal a nuestros antepasados. Si contamos con un valioso Sistema Nacional de Inves-

tigadores (SNI), es cierto que nos es imposible rescatar con

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CONOCIMIENTOSISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES10 SISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORESCONOCIMIENTO 87

Son dignas de mencionarse las siguientes cifras: cuan-do el SNI inicia sus labores, son sólo mil 200 los investi-gadores que reciben el nombramiento. Actualmente hay 16 mil 598 investigadores nacionales. Por supuesto, este crecimiento podría deberse a un relajamiento de los crite-rios de admisión.

Sin embargo, la producción de artículos científicos fir-mados por autores mexicanos ha tenido un crecimiento aún más pronunciado que el de los miembros del sistema. De hecho, con el incremento anual de esta producción científica, México ocupa la séptima posición mundial, a-rriba de todos los países de Latinoamérica, Estados Unidos y Europa, salvo Portugal. Por otro lado, en 1984, el 80 por ciento de los investigadores nacionales laboraban en el área metropolitana de la Ciudad de México, mientras que en la actualidad sólo lo hacen el 45 por ciento.

Muchos logros del Sistema Nacional de Investigadores pueden resumirse en uno solo: el SNI es un proyecto que ha mantenido continuidad y crecimiento a lo largo de 25 años. No es poca cosa en un país donde los vaivenes políti-cos determinan generalmente la existencia y continuidad de los proyectos. Pero no estamos reunidos hoy aquí para celebrar. Esta reunión ha sido convocada con otro propósi-to.

PRIMER CONGRESO NACIONAL

La reunión del Primer Congreso del Sistema Nacional de Investigadores surge del interés, tanto de los miembros del sistema, como del CONACYT, por reflexionar acerca del papel que juega en México; pero, sobre todo, del pa-pel que puede jugar un sistema consolidado de más de 16 mil investigadores, si cuenta con estas claves: si cuenta con un proyecto de integración y desarrollo de la ciencia y tecnología en México. La convocatoria misma de este con-greso ha mostrado ya el interés de la comunidad científica por hacerse escuchar; por escuchar ideas y propuestas constructivas.

Las más de 50 mil consultas anexadas a la página del congreso en un par de semanas y los cientos de propues-tas de ponencias son muestras claras de la necesidad de realizar este ejercicio colectivo. Hablando de cambios, se han producido de acuerdo con los tiempos, pero también por la presión de los propios investigadores. Así, se es-tablece en nuestro sistema, al poco tiempo de creado, el nivel de calidad.

Las áreas del conocimiento se han establecido, y se han organizado las disciplinas por áreas; la posibilidad de apelar las decisiones de las comisiones dictaminadoras y permitir la revisión de los cuerpos correspondientes, se produjo en 1998.

Durante años, una crítica al sistema fue que los perío-dos de tres años entre las evaluaciones implicaba la exigen-cia de una productividad constante y creciente, sometida al apremio de los tiempos. En consecuencia, se han hecho las modificaciones correspondientes, con cinco, ocho y hasta diez años de duración entre las evaluaciones.

Todos estos cambios han mejorado, sin duda, la re-lación entre los procesos de evaluación del sistema y el proceso natural de la creación de conocimiento. Si bien el

sistema continúa abierto a revisiones y procesos, mecanis-mos y métodos, y en su primera evaluación –y todos estos son temas que se consideraron en este congreso- el ejerci-cio actual se trata fundamentalmente de otra cosa.

Creo que es tiempo de preguntarnos de qué manera puede el Sistema Nacional de Investigadores ayudar en la construcción de una comunidad científica más fuerte; en la consolidación de grupos y universidades en regiones hasta ahora poco desarrolladas; de qué manera puede el SNI ayudar a consolidar la función tecnológica del país; de qué manera puede ayudar a lograr un mayor recono-cimiento para la ciencia; en fin, de qué manera el Sistema Nacional de Investigadores ayudar mejor al desarrollo del país.

NUEVOS MECANISMOS, NUEVAS AGENDAS

Si hacemos las cosas como siempre las hemos hecho, con-seguiremos los mismos resultados de siempre. Para con-seguir mejores logros del SNI, hay que construir nuevos mecanismos, construir nuevas agendas. Estas agendas deben trascender el ámbito del quehacer científico para lograr mayor impacto en el sistema educativo, en la estruc-tura de las instituciones y en la vida social y económica del país.

En el ámbito educativo, el SNI, además de ser refe-rencia obligada para la evaluación y acreditación de otros sistemas, podría jugar un papel más activo en la pre-paración y capacitación de maestros de todos los niveles, desde primaria a licenciatura. Sin duda, el SNI debería jugar un papel más activo en el desarrollo de grupos de investigación en el ámbito universitario. Por ejemplo, ¿por qué no pensar en relacionar el proyecto PROMEC, DE LA Secretaría de Educación Pública con el SNI? Al mismo tiem-po, el SNI debería jugar un papel más significativo en la popularización y difusión de la ciencia entre los escolares y entre sus maestros.

De manera un tanto implícita, los cometidos princi-pales del sistema se enfocan a representar un incentivo para que los investigadores alcancen posiciones de lide-

certeza el pasado de científicos prehispánicos, como es el caso de los mayas, entre otros, que tanto aportaron no solamente a la ciencia en México sino en el mundo.

ÉXITOS DE LA CIENCIA MEXICANA

Desde nuestros antepasados hasta los científicos que tene-mos en la actualidad, la ciencia en México ha logrado éxi-tos dignos de ponernos orgullosos como mexicanos; sin embargo, no debemos repicar las campanas y ponernos a celebrar, pues contamos con bastantes carencias a las que debemos poner atención.

En primer lugar tenemos la poca cantidad de científi-

cos, registrados en el SNI, en relación a la población total

de México. Es decir al año 2010, tomado de Wikipedia, so-mos 112 millones de habitantes, y por otro lado contamos con 16 mil 598 investigadores registrados en el SNI, de los cuales el 32.75 por ciento son mujeres, y hombres el 67.25 por ciento.

Tomando la razón de investigadores por población total, el dato arrojado es de 0.012758 por ciento, que es increíblemente bajo.

Lo anterior lo ratifica Manuel Martínez Morales, en su artículo “Reflexiones sobre la ciencia en México” de La Jor-nada de Veracruz, en donde menciona que en 2007 el SNI contaba con alrededor de 14 mil investigadores, y consid-era que existen otros diez mil investigadores activos, no registrados en el SNI, lo que da un resultado de 2.4 inves-tigadores por cada diez mil habitantes.

Para Martínez Morales, en términos relativos, el núme-ro de investigadores no ha crecido significativamente en los últimos lustros, lo que debe considerarse preocupante, pues la competitividad de un país está estrechamente li-gada a su capacidad de investigación, aunada a las aplica-ciones tecnológicas y la comercialización de los productos o servicios terminados.

POCO PRESUPUESTO PARA LA CIENCIA

Otro punto importante es que la ciencia en México carece de importancia en los presupuestos federales y estatales, así como en el impulso para que los mexicanos estudien carreras científicas y tecnológicas, situación que se com-plica por la carencia de empleos bien remunerados para que los mexicanos se sientan atraídos para estudiar las áreas científicas y tecnológicas.

Pero en El Universal, bajo el encabezado: “Falta de visión frena desarrollo científico en México”, el entrevis-tado, Miguel Galicia, ingeniero industrial de la UNAM, co-menta: “No es que no haya oportunidades o empleo; es que no siempre los mexicanos cubren el perfil que buscan las empresas.

“En la parte de desarrollo tecnológico no buscan

en México, porque las tecnologías son importadas de

Finlandia o Alemania, y nosotros simplemente las apli-

camos y las vendemos, pero no se desarrollan”.

De aquí vienen las preguntas que se desprenden de lo que ha dicho Gilberto Guevara Niebla, en relación a que la expansión de la escolaridad es una enorme hazaña en términos cuantitativos, pero es una “catástrofe silenciosa” en el aspecto cualitativo.

Por tanto, la pregunta es: ¿educar para qué? ¿Qué y cómo debe aprender la gente? Son preguntas expuestas por Héctor Aguilar Camín y Jorge G. Castañeda en su libro Un Futuro para México.

EDUCACIÓN DE CALIDAD

La respuesta la tomo de lo que escuché de un reconocido científico nuevoleonés, que comentaba que con la educación de calidad en la población mexicana, con-seguiremos la verdadera soberanía del país, sobre todo haciendo énfasis en las áreas de ciencia y con becas que permitan estudiar doctorados de investigación científica.

Con lo anterior, conseguiremos aumentar los individuos que seguramente

engrosarán las filas del SNI, pero también contaremos con investigadores que

aplicarán sus conocimientos al desarrollo de tecnologías para que dejemos de

importar tecnologías de Finlandia, Japón, Alemania, etcérera.

Es necesario que los científicos del país, así como el gobierno, la industria y las universidades, hagan trabajos de investigación para su publicación en me-dios especializados; es de vital importancia que se hagan publicaciones de di-vulgación científica en lenguaje más coloquial, para lograr que el grueso de la población entienda y se interese por la ciencia, y sobre todo estemos enterados de lo que nuestros científicos investigan y desarrollan.

La ciencia no se vende sola como lo es la farándula, donde vemos que revis-tas en ese tema son líderes en ventas dentro del país, situación que da mucha tristeza, porque la población sigue en analfabetismo funcional; es decir, sabe leer, escribir y hacer cálculos, pero con incapacidad para utilizarlos de forma eficiente y productiva para el país.

Por último, necesitamos que tanto las universidades, como los centros de investigación, el gobierno y la industria conjunten esfuerzos para que los cientí-ficos e investigadores, dados de alta en el SNI o no, cuenten con los recursos necesarios en instalaciones y equipo para sus investigaciones y desarrollos, así como con la divulgación de sus trabajos tanto en materia estricta para los me-dios especializados, al igual que para revistas de divulgación científica para el grueso de la población.

Martínez Morales, Manuel. “Reflexiones sobre la ciencia en México”, La Jornada Veracruz, 22 de Mayo 2010.

“La religión maya”. http://es.wikipedia.org/wiki/Religión_maya

“Falta de visión frena el desarrollo científico en México”, El Universal, 20 de septiembre 2009. http://www.alasdelacienciamexicana.org/sni_2010/snitabla12-1.pfd

REFERENCIAS

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CONOCIMIENTOSISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES10 SISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORESCONOCIMIENTO 87

Son dignas de mencionarse las siguientes cifras: cuan-do el SNI inicia sus labores, son sólo mil 200 los investi-gadores que reciben el nombramiento. Actualmente hay 16 mil 598 investigadores nacionales. Por supuesto, este crecimiento podría deberse a un relajamiento de los crite-rios de admisión.

Sin embargo, la producción de artículos científicos fir-mados por autores mexicanos ha tenido un crecimiento aún más pronunciado que el de los miembros del sistema. De hecho, con el incremento anual de esta producción científica, México ocupa la séptima posición mundial, a-rriba de todos los países de Latinoamérica, Estados Unidos y Europa, salvo Portugal. Por otro lado, en 1984, el 80 por ciento de los investigadores nacionales laboraban en el área metropolitana de la Ciudad de México, mientras que en la actualidad sólo lo hacen el 45 por ciento.

Muchos logros del Sistema Nacional de Investigadores pueden resumirse en uno solo: el SNI es un proyecto que ha mantenido continuidad y crecimiento a lo largo de 25 años. No es poca cosa en un país donde los vaivenes políti-cos determinan generalmente la existencia y continuidad de los proyectos. Pero no estamos reunidos hoy aquí para celebrar. Esta reunión ha sido convocada con otro propósi-to.

PRIMER CONGRESO NACIONAL

La reunión del Primer Congreso del Sistema Nacional de Investigadores surge del interés, tanto de los miembros del sistema, como del CONACYT, por reflexionar acerca del papel que juega en México; pero, sobre todo, del pa-pel que puede jugar un sistema consolidado de más de 16 mil investigadores, si cuenta con estas claves: si cuenta con un proyecto de integración y desarrollo de la ciencia y tecnología en México. La convocatoria misma de este con-greso ha mostrado ya el interés de la comunidad científica por hacerse escuchar; por escuchar ideas y propuestas constructivas.

Las más de 50 mil consultas anexadas a la página del congreso en un par de semanas y los cientos de propues-tas de ponencias son muestras claras de la necesidad de realizar este ejercicio colectivo. Hablando de cambios, se han producido de acuerdo con los tiempos, pero también por la presión de los propios investigadores. Así, se es-tablece en nuestro sistema, al poco tiempo de creado, el nivel de calidad.

Las áreas del conocimiento se han establecido, y se han organizado las disciplinas por áreas; la posibilidad de apelar las decisiones de las comisiones dictaminadoras y permitir la revisión de los cuerpos correspondientes, se produjo en 1998.

Durante años, una crítica al sistema fue que los perío-dos de tres años entre las evaluaciones implicaba la exigen-cia de una productividad constante y creciente, sometida al apremio de los tiempos. En consecuencia, se han hecho las modificaciones correspondientes, con cinco, ocho y hasta diez años de duración entre las evaluaciones.

Todos estos cambios han mejorado, sin duda, la re-lación entre los procesos de evaluación del sistema y el proceso natural de la creación de conocimiento. Si bien el

sistema continúa abierto a revisiones y procesos, mecanis-mos y métodos, y en su primera evaluación –y todos estos son temas que se consideraron en este congreso- el ejerci-cio actual se trata fundamentalmente de otra cosa.

Creo que es tiempo de preguntarnos de qué manera puede el Sistema Nacional de Investigadores ayudar en la construcción de una comunidad científica más fuerte; en la consolidación de grupos y universidades en regiones hasta ahora poco desarrolladas; de qué manera puede el SNI ayudar a consolidar la función tecnológica del país; de qué manera puede ayudar a lograr un mayor recono-cimiento para la ciencia; en fin, de qué manera el Sistema Nacional de Investigadores ayudar mejor al desarrollo del país.

NUEVOS MECANISMOS, NUEVAS AGENDAS

Si hacemos las cosas como siempre las hemos hecho, con-seguiremos los mismos resultados de siempre. Para con-seguir mejores logros del SNI, hay que construir nuevos mecanismos, construir nuevas agendas. Estas agendas deben trascender el ámbito del quehacer científico para lograr mayor impacto en el sistema educativo, en la estruc-tura de las instituciones y en la vida social y económica del país.

En el ámbito educativo, el SNI, además de ser refe-rencia obligada para la evaluación y acreditación de otros sistemas, podría jugar un papel más activo en la pre-paración y capacitación de maestros de todos los niveles, desde primaria a licenciatura. Sin duda, el SNI debería jugar un papel más activo en el desarrollo de grupos de investigación en el ámbito universitario. Por ejemplo, ¿por qué no pensar en relacionar el proyecto PROMEC, DE LA Secretaría de Educación Pública con el SNI? Al mismo tiem-po, el SNI debería jugar un papel más significativo en la popularización y difusión de la ciencia entre los escolares y entre sus maestros.

De manera un tanto implícita, los cometidos princi-pales del sistema se enfocan a representar un incentivo para que los investigadores alcancen posiciones de lide-

certeza el pasado de científicos prehispánicos, como es el caso de los mayas, entre otros, que tanto aportaron no solamente a la ciencia en México sino en el mundo.

ÉXITOS DE LA CIENCIA MEXICANA

Desde nuestros antepasados hasta los científicos que tene-mos en la actualidad, la ciencia en México ha logrado éxi-tos dignos de ponernos orgullosos como mexicanos; sin embargo, no debemos repicar las campanas y ponernos a celebrar, pues contamos con bastantes carencias a las que debemos poner atención.

En primer lugar tenemos la poca cantidad de científi-

cos, registrados en el SNI, en relación a la población total

de México. Es decir al año 2010, tomado de Wikipedia, so-mos 112 millones de habitantes, y por otro lado contamos con 16 mil 598 investigadores registrados en el SNI, de los cuales el 32.75 por ciento son mujeres, y hombres el 67.25 por ciento.

Tomando la razón de investigadores por población total, el dato arrojado es de 0.012758 por ciento, que es increíblemente bajo.

Lo anterior lo ratifica Manuel Martínez Morales, en su artículo “Reflexiones sobre la ciencia en México” de La Jor-nada de Veracruz, en donde menciona que en 2007 el SNI contaba con alrededor de 14 mil investigadores, y consid-era que existen otros diez mil investigadores activos, no registrados en el SNI, lo que da un resultado de 2.4 inves-tigadores por cada diez mil habitantes.

Para Martínez Morales, en términos relativos, el núme-ro de investigadores no ha crecido significativamente en los últimos lustros, lo que debe considerarse preocupante, pues la competitividad de un país está estrechamente li-gada a su capacidad de investigación, aunada a las aplica-ciones tecnológicas y la comercialización de los productos o servicios terminados.

POCO PRESUPUESTO PARA LA CIENCIA

Otro punto importante es que la ciencia en México carece de importancia en los presupuestos federales y estatales, así como en el impulso para que los mexicanos estudien carreras científicas y tecnológicas, situación que se com-plica por la carencia de empleos bien remunerados para que los mexicanos se sientan atraídos para estudiar las áreas científicas y tecnológicas.

Pero en El Universal, bajo el encabezado: “Falta de visión frena desarrollo científico en México”, el entrevis-tado, Miguel Galicia, ingeniero industrial de la UNAM, co-menta: “No es que no haya oportunidades o empleo; es que no siempre los mexicanos cubren el perfil que buscan las empresas.

“En la parte de desarrollo tecnológico no buscan

en México, porque las tecnologías son importadas de

Finlandia o Alemania, y nosotros simplemente las apli-

camos y las vendemos, pero no se desarrollan”.

De aquí vienen las preguntas que se desprenden de lo que ha dicho Gilberto Guevara Niebla, en relación a que la expansión de la escolaridad es una enorme hazaña en términos cuantitativos, pero es una “catástrofe silenciosa” en el aspecto cualitativo.

Por tanto, la pregunta es: ¿educar para qué? ¿Qué y cómo debe aprender la gente? Son preguntas expuestas por Héctor Aguilar Camín y Jorge G. Castañeda en su libro Un Futuro para México.

EDUCACIÓN DE CALIDAD

La respuesta la tomo de lo que escuché de un reconocido científico nuevoleonés, que comentaba que con la educación de calidad en la población mexicana, con-seguiremos la verdadera soberanía del país, sobre todo haciendo énfasis en las áreas de ciencia y con becas que permitan estudiar doctorados de investigación científica.

Con lo anterior, conseguiremos aumentar los individuos que seguramente

engrosarán las filas del SNI, pero también contaremos con investigadores que

aplicarán sus conocimientos al desarrollo de tecnologías para que dejemos de

importar tecnologías de Finlandia, Japón, Alemania, etcérera.

Es necesario que los científicos del país, así como el gobierno, la industria y las universidades, hagan trabajos de investigación para su publicación en me-dios especializados; es de vital importancia que se hagan publicaciones de di-vulgación científica en lenguaje más coloquial, para lograr que el grueso de la población entienda y se interese por la ciencia, y sobre todo estemos enterados de lo que nuestros científicos investigan y desarrollan.

La ciencia no se vende sola como lo es la farándula, donde vemos que revis-tas en ese tema son líderes en ventas dentro del país, situación que da mucha tristeza, porque la población sigue en analfabetismo funcional; es decir, sabe leer, escribir y hacer cálculos, pero con incapacidad para utilizarlos de forma eficiente y productiva para el país.

Por último, necesitamos que tanto las universidades, como los centros de investigación, el gobierno y la industria conjunten esfuerzos para que los cientí-ficos e investigadores, dados de alta en el SNI o no, cuenten con los recursos necesarios en instalaciones y equipo para sus investigaciones y desarrollos, así como con la divulgación de sus trabajos tanto en materia estricta para los me-dios especializados, al igual que para revistas de divulgación científica para el grueso de la población.

Martínez Morales, Manuel. “Reflexiones sobre la ciencia en México”, La Jornada Veracruz, 22 de Mayo 2010.

“La religión maya”. http://es.wikipedia.org/wiki/Religión_maya

“Falta de visión frena el desarrollo científico en México”, El Universal, 20 de septiembre 2009. http://www.alasdelacienciamexicana.org/sni_2010/snitabla12-1.pfd

REFERENCIAS

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CONOCIMIENTOSISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES88 SISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORESCONOCIMIENTO 9

El SNI, motor fundamental

para la descentralización

de la ciencia en México

Intervención del doctor José Antonio de la Peña,director adjunto de Desarrollo Científico y Académico del CONACYT

Como se ha recordado en mesas previas, el Sistema Nacional de Investigadores (SIN) fue creado en 1984, para reconocer la labor de las personas dedicadas a producir conocimiento científico y tecnológico, en el contexto de la crisis

económica que amenazaba la existencia misma de la investigación en México. Así, el SNI nace para ser, al mismo tiempo que un apoyo económico, un re-

conocimiento académico para los investigadores. Hoy, a poco más de 25 años de su fundación, el SNI significa muchas cosas más para la educación superior y la ciencia mexicana.

El SNI se ha convertido en pieza fundamental para la evaluación del trabajo de los investigadores, de la acreditación de los posgrados, carta de presentación de las universidades. Hoy, aún más que en la época de su fundación, el SNI es pieza fundamental de la economía personal de los investigadores miembros.

DESCENTRALIZACIÓN DE LA CIENCIA

El Sistema Nacional de Investigadores ha crecido en todo el territorio nacional, y ha sido motor fundamental para la descentralización de la ciencia en el país. El SNI ha sido imitado en varios países de América Latina, desde Costa Rica hasta Argentina.

La redefinición del modelo de política científica, anali-zada desde el corazón mismo del Sistema Nacional de Investigadores tendrá resultados positivos si se

asume que la renovación del SNI depende en gran medida de cambios en las políticas nacionales, donde se ubique a la ciencia como una palanca o un motor indispensable para el logro de la sustentabilidad.

La convocatoria lanzada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y el Comité de Representantes de los Investigadores Nacionales para celebrar el I Congreso de miembros del SNI, efectuada del 5 al 8 de mayo, es un si-gno de salud para el desarrollo de la ciencia y para quienes tenemos el honor de pertenecer a este sistema, porque es-

tamos obligados a hacer un examen de conciencia sobre

nuestro trabajo diario.

Al cumplir 25 años de su formación, el SNI, hoy con 16 mil 598 investigadores, se replantea su papel ante las necesidades del siglo XXI en México: el fortalecimiento de la ciencia, la innovación y la generación de conocimiento y desarrollo tecnológico.

IDEAS ENRIQUECEDORAS

Durante esos días, científicos e investigadores del país participaron con ponencias y mesas de trabajo en las cuales se discutieron centenares de ideas enriquecedoras en torno a temas fundamentales: 25 Años del SNI en la

vida de México; ¿Ha respondido el SNI a las necesidades

del país?; El SNI visto por las instituciones; El SNI y la

cultura de la evaluación; Descentralización e interna-

cionalización de la ciencia mexicana; La investigación

científica, ¿tarea individual, de grupos o de redes?

Se dialogó sobre los problemas vinculados al buen funcionamiento del SNI; se consultó a los investigadores sobre propuestas de reforma al propio sistema que a la postre impacte positivamente en beneficio de la ciencia, de la academia y en la sociedad mexicana.

Entre los logros del SNI, se mencionó que, a 25 años de su fundación, ha profesionalizado el quehacer científico en México y ha respondido, por lo menos en parte, a la resolución de algunas de las necesidades del país. Como todo sistema, sin embargo, es siempre perfectible, y por

ello precisa de sanas evaluaciones bajo una prudente pe-riodicidad.

PIEZA CLAVE EN LA EDUCACIÓN

Hoy, el SNI es una pieza clave para el sistema de educación superior y científico de México; para la evaluación de in-vestigadores y la calificación y acreditación de posgrados de las universidades públicas y privadas. Sus miembros son considerados en posiciones de vanguardia en lo co-rrespondiente a la producción científica, humanística y tecnológica.

Sin embargo, redefinir el modelo de política científica es un asunto complicado y nunca estático. Depende del sitio y la prioridad que, en los planes nacionales para el desarrollo, se dé a la educación; a la ciencia; a la academia y a la investigación.

Los investigadores hemos de preguntarnos cómo po-demos dinamizar nuestras colaboraciones en el impulso a una educación científica y crítica entre los jóvenes y en la niñez, quienes constituyen los recursos más importantes de proteger y alimentar en un país, donde la pobreza alca-nza a más de 60 millones de personas.

Es tiempo también de que los miembros del SNI refle-xionemos sobre cómo acompañar de la manera más efecti-va a la sociedad mexicana en su proyectado tránsito hacia la Sociedad del Conocimiento para que ésta se traduzca en mejores condiciones de vida en alimentación, educación y ciudadanías fortalecidas en la sustentabilidad.

La auto-corrección es el mejor camino para fortalecer a la ciencia en el logro de hallazgos enriquecedores y es, también, el sendero adecuado para consolidar el trabajo intelectual y académico de los investigadores.

Por ello, saludamos con el mejor de los augurios esta faceta de auto-evaluación impulsada desde el corazón mismo del mundo científico de México y que en palabras de José Antonio de la Peña, director Adjunto de Des-arrollo Científico y Académico del Conacyt, “este mismo año puede arrojar resultados concretos para renovar a fondo el SNI”(1).

(1) La Jornada, “Distorsión Perversa” en los Objetivos del SNI: Científicos.(08/05/2010) Sección Sociedad y Justicia p. 29.

Doctora Patricia Liliana Cerda PérezMiembro del SNI / Nivel I

El SNI ante los retosdel siglo XXI

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CONOCIMIENTOSISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES8

que, por encima de algunas imperfecciones organizativas, hoy se alza como un magnífico foro para aquí, y en forma imaginativa, construir un futuro viable para la sociedad mexicana, con la participación activa de la comunidad científica y tecnológica del país.

COMPROMISOS CON LA COMUNIDAD

Deseo compartirles el contenido de las comunicaciones que han enviado ustedes. La esencia de ellas expresa, y muy bien, el talento de las mujeres y los hombres, los me-jores de este país, siguiendo una expresión del director del CONACYT, maestro Romero Hicks.

Por consecuencia, de esta reunión, que podemos cali-ficar de trascendental, las instituciones dedicadas a pro-mover el desarrollo científico de México podrán contar con los análisis y las propuestas, y con los compromisos de actuar de nuestra comunidad.

Las 50 mil visitas a la página web del congreso en el lapso de un mes son también un indicador de que nuestra comunidad ha abandonado el estado de mero movimiento inercial, para iniciar otro de aceleración y dinamismo. Son, también, el indicador de que la presencia se ha mantenido constante en todos los puntos, para alcanzar a un mismo tiempo una singular competencia en preocupaciones, en deseos y voluntades, para conseguir ser parte activa de un movimiento transformador del país.

Cualquier ciudadano tiene el derecho de soñar y de contar con oportunidades para poseer una realidad no imaginada. Por ello, este congreso no podrá quedar en solamente una reunión para expresar buenas intenciones. Esta reunión deberá dar paso a logros y realizaciones con-cretas que, como modernos jardines colgantes, sean a un tiempo nuestras aportaciones para un futuro orientado conscientemente, y no solamente parecido; también, nues-tro patrimonio colectivo, para dar respuesta inmediata a carencias y necesidades, cuya solución no puede y no debe posponerse más.

Oportunidades de orden científico, derecho a un em-pleo digno y productivo, descentralización e internación territorial de la ciencia en México; derecho a ser útiles con conocimiento y no solamente una élite que podría ser vis-ta por los despistados como una parásita, son, entre otros, asuntos que consideramos los aquí reunidos, de urgente solución. A lo largo de los próximos tres días, nuestro ta-lento, nuestra imaginación sabrán despertar.

Es el momento para mostrar nuestro espíritu crítico, pero también nuestra voluntad de participar y hacer políti-ca y contribuir a que la ciencia en México sea un valor social compartido.

Con una sonrisa y levantando la cabeza semi-arrogante, el profesor examinó la bien trabajada ec-uación – némesis de mi amigo y empezó a hablar y escribir. Por un momento, mi ami-go bajó su cansada mirada, respondien-do a las incitaciones del maestro con una sorprendente mezcla de sentimientos silen-ciosos y profundos pensamientos. Verá

Ud., este maestro tenía conocimientos sobre el tipo exacto de ecuación con la que mi compañero había batallado y a la que había dedicado más del último año de su vida — yo me había accidentalmente topado con este hecho en un currículum vitae perdido, enterrado en lo profundo de un catálogo que casi nadie leía.

Mi amigo suspiró, y con respiración entrecortada inició una risilla nerviosa...

Conforme levantaba la mirada el misterio le abandona-ba, parecía que se aliviaba de un tremenda pero ignorada carga. Era el fin de su lucha; su vida, como la conocía, se había terminado. Con cada trazo adicional del gis, meses de lucha se resolvían; era claro, tan claro y simple.

Esto significaba que su investigación había terminado. Ya sólo quedaba una redacción final de la disertación y la defensa de su tesis. Lo que parecía una jornada sin final había llegado a su fin esa tarde, en menos de 15 minu-tos, a manos de un maestro en esta área específica de las matemáticas: dos hombres de ciencia, profundamente enfocados en áreas de estudio altamente específicas, re-unidos a través de un baño — ¿se me olvidó mencionar que encontré y leí el catálogo en el baño? — donde leí un anticuado catálogo.

¿Qué si hubiera elegido otro lugar para “hacer” lo que hice?

por Keith Raniere

‘TOES’

Recuerdo que trabajaba duramente y por muchas horas; la elucubración científica se había vuelto su forma de vida. Todavía puedo verlo de pié frente a un gran pizarrón con una pila de impresiones de computadora,

viendo al parecer más allá de las empolvadas ecuaciones; símbolos que repre-sentaban un portal potencial a una perspectiva más elevada.

Así pasaba cada hora de vigilia, de una forma u otra, tratando de descifrar el código de la naturaleza que había cuantificado en una ecuación diferencial específica y no-lineal.

Él era un estudiante de posgrado de física y un amigo personal durante mis años de estudio a nivel licenciatura en la universidad. Se había vuelto cotidiano en el departamento y en mi vida; surgía casi un cierto confort de la monótona constancia de su vida. Jamás había duda alguna acerca de qué iba a estar haci-endo un viernes por la noche, jamás duda alguna sobre el contenido o relevancia de un libro que él portase. Más que nada, incontables horas invertidas en la contemplación directa de esta ecuación. Ahí estaba; a veces una vieja amiga; a veces un Dios encolerizado, intratable a la compasión humana; en otras oca-siones meramente una abstracción mental — un rompecabezas sin emoción, sin personificar, muy aparte de la inmensa lucha interna de su creador. Yo no podía imaginar la vida de este joven sin su ecuación.

Liberación

Fue en realidad un accidente. A veces el acto más inocente, inconsecuente, puede causar los cambios más profundos en la vida de una persona. Conocía a mi amigo desde hacía 2 semestres y no podía imaginar cómo estaba yo a punto de hacer pedazos su vida de atención enfocada...

Conforme levantaba la mirada el misterio le abandonaba, parecía que se aliv-iaba de un tremenda pero ignorada carga. Era el fin de su lucha; su vida, como la conocía, se había terminado. Con cada trazo adicional del gis, meses de lucha se resolvían; era claro, tan claro y simple.

¿Qué significaba esto?

Bueno, déjeme dar un paso atrás y explicar lo que ocurrió: un día estaba yo hojeando un viejo catálogo de cursos para leer las biografías de mis instructores de matemáticas. Ocurrió que noté que uno de los profesores asociados se espe-cializaba en un cierto tipo de problema. Después de una leve discusión sobre el tema, llevé a mi amigo a visitar a este mentor en horas de oficina. Fue como lo había sospechado, temido y deseado.

Sabores

Hay muchas teorías usadas para explicar la motivación humana. Las predisposiciones genéticas concretas en conjunción con las asociaciones y eventos del pasado pre-cisos que conducen a la “motivación” todavía no son ple-namente entendidos. Pero es cierto que algunas personas son motivadas por las preguntas.

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CONOCIMIENTOSISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES90 SISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORESCONOCIMIENTO 7

Debe la ciencia ser un valor social compartidoIntervención del doctor Juan José Saldaña, coordinador del Comité de Representantes e Investigadores SNI

La inauguración, este día, de nuestro primer congreso, a 25 años de la creación del Sistema Nacional de Inves-tigadores, me trae a la memoria –soy historiador, no

lo puedo evitar- las fastuosas reuniones que organizaba Nabucodonosor Segundo, el gran constructor y autor de maravillas como los Jardines Colgantes de Babilonia, reu-niones en las que, según algunas fuentes, se sacrificaban 200 bueyes para recibir a los visitantes –y, por favor, no vayan a considerar esto como una insinuación velada a nuestras autoridades.

En realidad, esta rememoración tiene que ver con algo. En realidad, sabemos, esas reuniones se llevaban a cabo para contemplar obras magnas, resultados grandiosos, contribuciones al presente y al futuro. Pero, retomando el sentido de la verdad y de la proporción, los que nos empeñamos en llevar a cabo esta reunión, hemos puesto los ojos en la construcción de un futuro más brillante y promisorio, tanto para la ciencia mexicana, como para la sociedad que la sostiene.

INVESTIGACIÓN, VERDADERO CAPITAL

INTELECTUAL Y PRODUCTIVO

Ayer, en la plenaria, en este mismo recinto, en interven-ciones dedicadas a recordar los orígenes y la trascenden-cia del Sistema Nacional de Investigadores, quedó claro el carácter original de nuestro congreso. Se puso de mani-fiesto que corresponde a la actual membresía asumir res-ponsabilidades y compromisos para adecuar el sistema al que pertenecemos al México actual, y para hacer del trabajo del investigador el verdadero capital intelectual y productivo que, siendo valioso por sí mismo, lo debe ser

también por su función social. La forma en que hemos llegado a este momento es especialmente aleccionadora. Hace apenas unos cuantos meses, la partici-pación de los investigadores en el funcionamiento del sistema estaba orientada a la evaluación que realizamos de nuestros pares y a una débil representación en el Consejo de Aprobación del Sistema Nacional de Investigadores.

La propuesta que hicimos de ampliar la participación de los investigadores a través de una manifestación de sus pensamientos sobre el Sistema Nacional de Investigadores, evidenció la inteligencia, la imaginación y el compromiso de todos nosotros. Los centenares de participantes en el blog, y sus numerosas propuestas, y los debates que se produjeron, dejaron clara la intención de los investigadores de participar en forma constructiva, con autocrítica, en la cons-trucción del nuevo Sistema Nacional de Investigadores.

En el Comité de Representantes y de Investigadores, recogimos ese mensaje de todos ustedes, y construimos y gestionamos la realización de este Primer Congreso, que vendría a darnos, tanto legitimidad, como también, y sobre todo, abriría las puertas al mismo templo de las ideas y de la discusión de las mismas. Es el momento adecuado de reconocer y agradecer a las actuales autoridades del Sistema Nacional de Investigadores y de CONACYT, por haber acogido con beneplácito nuestra propuesta, y apoyarnos firmemente para su realización. De esa manera, mediante un trabajo conjunto, hemos organizado el congreso,

Una pregunta es un área de percepción o cognición que va más allá del conocimiento. En algunas circunstancias, no podemos imaginar una respuesta a cierta pregunta; en otras instancias tenemos varias “hipótesis” que representan poten-ciales respuestas que elegimos explorar.

Algunas personas prefieren ver a las preguntas como es-carpados acantilados que rodean al mundo mucho más se-guro del conocimiento. Tales precipicios deben evitarse a toda cosa y jamás ser explorados. Este tipo de participante del mundo utiliza a las preguntas como límites para existir en un ambiente predecible más funcional.

Otras personas son seducidas por las preguntas y en mayor o menor grado guiadas a explorarlas. Algunos sólo se asoman con gran timidez y poca frecuencia hacia lo descono-cido, otros literalmente viven sus vidas colgados al borde del abismo.

Muchos de aquellos que están más allá de la curiosidad por las preguntas, profundamente adentrados en el ámbito de la preocupación por las preguntas, son conocidos por nuestra sociedad como científicos. Los científicos son guia-dos por las preguntas.

La belleza de la condición humana en este contexto es: no hay dos personas que tengan exactamente la misma pregunta. Sí, algunas son muy similares, pero otras son tan diferentes como la entomología y la cosmología.

Una de mis preguntas personales más mundanas (con-sidero que todas las personas cargan consigo preguntas per-sonales que, de examinarse cuidadosamente, podrían con-solidarse en una sola pregunta básica de vida) es, “¿Cómo encajan las cosas entre sí?”

Esta pregunta probablemente fue formada por una serie de experiencias pre–cognitivas — quizás incluso accidentes: no podía encontrar mi biberón, no podía sacar la mano de mi mameluco, mi pié no entraba en ese pequeño zapato infan-til — sólo puedo adivinar, pero siempre estoy buscando ver cómo encajan las cosas entre sí.

Como adolescente, esta pregunta me condujo a entend-er los números y empezar a convertirme en matemático. Después, esta misma pregunta me condujo a estudiar las computadoras y a fin de cuentas la biología y la física. Aún después, me inspiró a ver cómo el pasado se relacionaba con el presente sentándome un día, sin nada mejor que hacer, a examinar un viejo catálogo de cursos en el que descubrí a...

el resto encaja como mano en un guante. De manera importante nuestras preguntas, y cómo las manejamos, definen nuestras vidas. Cada persona con una perspectiva diferente de la existencia deriva diferentes preguntas y experimenta la vida de manera única. El proceso de cuestionar es mu-cho más estándar. Se podría decir que el proceso de cuestionar es ciencia mientras que la pregunta específica dirige el contexto al cual este proceso es aplicado. Para algunos, las preguntas los han guiado hacia los insectos, por lo que podrían volverse entomólogos; para otros sus preguntas los han enfocado en la estructura del universo haciendo que la cosmología sea más lo que les gusta.

Para cada individuo hay una pregunta base privada y única; cada una de esas preguntas es sólo un sabor diferente de humanidad.

¿Cuál es su pregunta? ¿Como le guía por la vida? ¿Es una pregunta noble y expansiva elaborada de experiencias de amor o es una pregunta base, con-tractiva formada de encuentros con el miedo?

Relatividad

Mi nombre es Keith Raniere. La mayor parte de mi vida, yo entendí lo que significaba ser un “Raniere” en base a mis experiencias de mi padre, mi abuelo y mi abuela (el apellido de soltera de mi abuela también era “Ra-niere” porque mis abuelos eran primos segundos). Estuve aislado de toda una rama de mi familia hasta fines de mis 30s. Aún a esa avanzada edad, me sorprendió mi experiencia de ser un “Raniere” cuando finalmente tuve interacción con mis parientes. A través de nuestras diferencias aprendí lo que teníamos en común y aprendí más de mí mismo a través de un tipo de — discúlpeme el juego de palabras — relatividad (en inglés ‘pariente’ de dice ‘relative’). Jamás pude entender lo que significaba ser un “Raniere” hasta que conocí a más Ranieres.

Mientras no tengamos un estándar externo (marco de referencia) a través del cual poder examinarnos a nosotros mismos estamos limitados por un tipo de prejuicio auto–referencial. Pero un estándar externo no es suficiente. En la vida, como en la ciencia, tiene que haber una conexión entre este están-dar y nosotros. Esta conexión tiene una similitud, invariancia; literalmente es un tipo de relatividad.

Entendiendo de esta forma la relatividad humanista, apreciamos la exis-tencia otros seres humanos a través de quienes apalancamos una experiencia más profunda de nosotros mismos.

Así funcionan también las preguntas.

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CONOCIMIENTOSISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES6 SISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORESCONOCIMIENTO 91

La ciencia, vía de solución a los problemas socialesIntervención del gobernador José Calzada Rovirosa

Me da mucho gusto poder recibir aquí en su casa, Querétaro, a per-sonas tan distinguidas, que vie-

nen en un ánimo de construcción, de colaboración, de intercambio de ideas, siempre en abono de que al país le vaya mejor, para poder salir adelante. Y esta tierra que es Querétaro, tierra de ideas, tierra de ideales, tierra de gente buena, tierra de trabajo, los recibe con los brazos abiertos.

Quiero saludar al maestro Juan Carlos Romero Hicks, director general del CONACYT. Carlos, muchas gracias por haber pensado en Querétaro. Tuve la oportunidad de platicar, hace casi un año, con el maestro Romero Hicks, con respecto al futuro del país, con res-pecto a esta materia tan importante, y también al compromiso de Querétaro de apoyar siempre todos los esfuerzos

en esta misma dirección, y el día de hoy se está constituyendo en una realidad, por lo cual, Juan Carlos, te agradezco mucho tu atención.

Saludo también a mi amigo, el senador Francisco Javier Castellón Fonseca, de la Comisión de Ciencia y Tecnología del Senado de la República. Muchas gracias por estar aquí. Fuimos compañeros senadores de la república por tres años, y la verdad es que, Francisco, te reconozco mucho, no sólo tu talento, sino también tu dedicación.

Al doctor José Rodolfo Tuirán Gutiérrez, subsecretario de Educación Supe-rior de la Secretaría de Educación Pública, muchas gracias por su presencia; y al doctor Juan José Saldaña, presidente del Comité de Representantes e Inves-tigadores del Sistema Nacional de Investigadores, también lo saludo con gran cordialidad.

Para el gobierno del Estado de Querétaro es un honor que hayan elegido nuestra entidad, plena de historia, también plena de futuro, para realizar su congreso, el primero de carácter nacional del Sistema Nacional de Investiga-

dores, que servirá, por supuesto, para reflexionar sobre el presente, pero particularmente sobre el futuro de la investigación en nuestro país. Por mi conducto, pueblo y gobierno les damos la más cordial bienvenida y hacemos votos por el éxito de sus deliberaciones.

EL CAMINO DE LA CIENCIA

La globalización de la vida moderna, y de manera particu-lar de los factores de la producción, obliga, como nunca antes en la historia de la humanidad, a ver en la ciencia el camino óptimo para ofrecer soluciones a las diversas necesidades de amplios espacios de la sociedad. En Méxi-co, no obstante las condiciones no siempre favorables en que los científicos se desenvuelven, se han obtenido y se obtienen cotidianamente, distinciones notables, y la apli-cación de sus conocimientos ha sido contribución y fuente de colaboración del más alto nivel en diferentes campos del conocimiento.

Para todos los investigadores constituye una de las bases que nos proporciona mayor productividad y com-petitividad ejercer en un mundo cada vez más globalizado y cada vez más complejo. Yo les agradezco la atención de su presencia en una entidad que, como mencioné en un principio, es una entidad modelo; es una entidad que es fruto del trabajo de muchas generaciones de mexicanos de bien, que han confiado en su gente y que han seguido invirtiendo los recursos económicos apropiados en distin-tas áreas, y hoy debemos precisamente confiar en estas materias.

Queremos hacer de México un país privilegiado en materia de crecimiento económico; queremos hacer de Querétaro el referente en materia de competitividad, en materia de innovación, en materia de crecimiento y desa-rrollo de nuevas tecnologías.

Precisamente con ello, no me queda más que agrade-cerles su presencia, y pedirles que se la pasen bien. Que conozcan Querétaro; que caminen por sus calles; que pla-tiquen con nuestra gente y que disfruten de la gran hospi-talidad de todos los queretanos.

Traducción del inglés por Farouk Rojas

Acerca de Executive Success Programs, Inc.

Executive Success Programs, Inc.MR (ESP) ofrece programas de entrenamiento enfocados en crear consistencia en todas las áreas y ayudar a desarrollar las habilidades prácticas, emocionales e intelectuales que la gente necesita para alcanzar su máximo potencial. Todos los programas de ESP utilizan una tecnología punta con patente en trámite llamada Cuestionamiento Racional MR, una ciencia basada en la creencia que entre más consistentes sean las creencias y patrones de conducta de un individuo, más exitoso será en todo lo que haga. El Cuestionamiento RacionalMR permite a las personas volver a examinar e incorporar percepciones que pueden ser la base de limitaciones autoimpuestas.

Mayores informes: [email protected]

Maestro estudiante

Cuando enseño aprendo. De hecho, mi conocimiento está, como le llamo, “equivocado” hasta que enseño.

Mientras más sé, más experimento el camino hacia mi conocimiento como el único camino. Por ejemplo, si aprendí a sumar muy fácilmente, pero batallo con la multiplicación, mi percepción del camino hacia la habilidad aritmética tiene una distancia “relativamente” corta para la suma y una distancia “relativamente” larga para la multiplicación. Estas cantidades tienen la invariante “relativa” de mi experiencia. Todo lo que es parte de mi experiencia aislada es relativo a mí, a la vez como humano y como individuo. Hasta este punto, si estoy aislado, no puedo distinguir ser humano de ser yo.

Consideremos ahora una segunda persona. Ahora tengo la experiencia de un humano que no soy yo. Esto automáticamente me ayuda a entender lo que es ser humano y por lo tanto lo que es ser yo más allá de ser humano. A través de esta simple interacción gano una mejor identidad propia e identidad humana. Esto me hace a la vez un mejor yo y un mejor humano.

Cuando le enseño a alguien mis conocimientos, vislumbro la naturaleza de este conocimiento independientemente de mi camino de aprendizaje. Esto le da al conocimiento una existencia más independiente; también me da una compren-sión expandida de mi aprendizaje y de mi ser. De cierta forma, el conocimiento no tiene independencia del propio ser, ni esencia propia, hasta que se comparte o se enseña a otro ser humano.

Igualmente nuestras preguntas carecen de esencia o perspectiva hasta que se examinan relativas a otro ser humano. Una buena metáfora del beneficio que nos brindan los demás es la perspectiva visual: con un ojo, no tenemos habilidad de triangular directamente la distancia; no tenemos percepción de profundidad. Es sólo con un segundo ojo, una segunda fuente de visión, que ganamos per-spectiva.

De esta forma, el conocimiento es auto–perjudicial: mientras más saber tene-mos (organizado de forma consistente con nosotros mismos), más lejos estamos de la auto-percepción. Para romper esta limitación, necesitamos un mirador diferente desde donde revaluar nuestra experiencia.

Sólo se puede encontrar el mirador a través de un quiebre en la consistencia de nuestro conocimiento — una incertidumbre, una pregunta. Ya que si hay certidumbre, sólo estamos experimentando conocimiento engendrado de nues-tro conocimiento: importamos por lo tanto todo prejuicio intrínseco. Al interac-tuar con otro ser humano, tocamos el abismo de lo desconocido. Encontramos que somos sólo uno de dos ojos, ninguno absolutamente correcto, cada cual único, ambos brindando perspectiva.

TOE — Theory Of Everything (Teoría del todo)

Aunque los científicos han buscado por mucho tiempo una teoría del todo, de hecho ya tenemos dicha teoría; el problema es su formalización

Hay una cosa que todas las teorías científicas tienen en común; es una teoría en la que descansa la totalidad de la ciencia.

Provee consistencia y definición, reuniendo a todas las teorías y términos de la ciencia bajo una sombrilla unificada: la teoría de la percepción cognitiva hu-mana — ningún aspecto de la ciencia puede estar más allá de ella; todo aspecto de la ciencia se basa en ella. Cada uno de nosotros, llevamos dentro nuestra pro-pia teoría unificada; la cuestión de una teoría del todo se reduce a si es posible o no expresarla objetivamente.

Es sólo a través de una comunidad de cuestionamiento científico diversifica-do que podemos ganarnos la constante ampliación de nuestra perspectiva nec-esaria para expresar principios unificadores de la ciencia humana. Más grande que el premio del logro científico será la perspectiva más profunda, holográfica, de nosotros mismos que obtendremos.

La ciencia no puede evolucionar sin que reconoz-camos el elemen-to de percepción humana inherente incrustado en ella. A través de esta revelación, aprendemos que la ciencia y la hu-

manidad deben co–evolucionar y que esto requiere comu-nidad al igual que ciencia—una comunidad científica.

El conocimiento y la incertidumbre forman una inte-resante sociedad. A través del conocimiento obtenemos la habilidad de perpetuar nuestras vidas como humanos, pero arriesgamos perder nuestro “ser” y humanidad en el proceso. Al abrazar la pregunta de nuestro propio ser, y por lo tanto experimentar la incertidumbre de la existen-cia, somos un poco menos prácticos y un poco menos ma-terialistas, pero ganamos conciencia de nosotros mismos.

Las preguntas conducen al auto–conocimiento; el conocimiento no.

Sólo el miedo nos ahuyenta de enfrentar nuestra pre-gunta personal, alejándonos del auto–conocimiento hacia un estado de supervivencia base.

¿Usa Ud. su pregunta para circunscribir su existen-cia o para darle significado? Cuando se encuentra con la profunda incertidumbre representada por la existencia de otra persona — una perspectiva inherente e irrevocable-mente diferente a la suya — se aleja temerosamente, o le abraza con la curiosidad inocente del amor?

Ciertamente, como personas–científicas de todos los sabores diferentes, podemos llegar a construir una comu-nidad mundial. Podemos hacernos más profundos — y hacer más profundos a nuestros quehaceres — a través de una experiencia de humanidad impulsada por la relativi-dad humana y la diferencia humana.

En un sueño esperanzado nos imagino a todos, a través de muchas formas de contacto humano interconectado, sentados juntos, en varios grupos, en diferentes momen-tos, continuamente, haciendo más profunda nuestra cien-cia y a nosotros mismos, a través de la comunidad, sin dejar atrás pregunta personal alguna.

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hechas por los miembros del sistema, que resultó impo-sible hacer en ese momento el recuento de las mismas.

Los organizadores se comprometieron a dar a conocer, por medio de Internet, a la brevedad posible, las conclu-siones. Asimismo, ofrecieron responder, por correo elec-trónico, a todas las preguntas de los investigadores, que no pudieron ser contestadas –también por la cantidad de aportaciones, al término de las diferentes mesas de tra-bajo.

LA INAUGURACIÓN

Aun cuando los trabajos del congreso se iniciaron desde la tarde del 5 de mayo, en el Hotel Real de Minas, la inau-guración no tuvo lugar sino hasta las primeras horas de la tarde del día 6.

En la ceremonia inaugural, el gobernador queretano, José Calzada Rovirosa, dio la bienvenida a los cientos de científicos congregados en el llamado Salón Torremanga-na. Destacó la vocación progresista de la entidad –formada por gran cantidad de generaciones de hombres de bien-; deseó a todos los participantes el mayor de los éxitos en sus deliberaciones, y los invitó a conocer a Querétaro y a su gente.

A continuación, hizo uso de la palabra el doctor Juan José Saldaña, coordinador del Comité de Representantes e Investigadores del Sistema Nacional de Investigadores, quien comentó que el encuentro se había organizado como respuesta a las inquietudes de diferentes miembros del organismo, por adecuar el Sistema Nacional de Investi-gadores a las condiciones del México actual.

“Recogimos –expresó- los mensajes, y propusimos la celebración del congreso para abrir las puertas del SNI al viento fresco de las ideas y a su discusión”. Agregó que el congreso se erigió como un foro para debatir y construir la futura sociedad mexicana.

Intervino a continuación el doctor José Antonio de la Peña, director adjunto de Desarrollo Científico y Aca-démico del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), quien apuntó que el SNI, creado por decreto presidencial el año de 1984, nació como un reconocimien-to académico a los investigadores, y se convirtió en píeza fundamental en las tareas de evaluación.

A la fecha, se ha convertido también –indicó- en ele-mento esencial para la economía personal de los investi-gadores.

En la ceremonia inaugural también hicieron uso de la palabra, con diferentes planteamientos, el doctor Rodolfo Tuirán Gutiérrez, subsecretario de Educación Superior, de la Secretaría de Educación Pública; senador Francisco Ja-vier Castellón Fonseca, presidente de la Comisión de Cien-cia y Tecnología de la Cámara de Senadores; doctor Hora-cio Merchant, del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, y maestro Juan Carlos Romero Hicks, director general del CONACYT.

Por cuanto a la ceremonia de clausura, en la cual de-berían haberse dado a conocer las conclusiones del con-greso, participaron los integrantes del comité organizador del encuentro, quienes expusieron sus puntos de vista en torno a esta reunión histórica de los representantes de la

ciencia mexicana. Fueron ellos los doctores José Antonio de la Peña; Juan José Saldaña; Teresa Rojas; Jesús Álvarez, designado en fecha reciente director del Sistema Nacional de Investigadores, Horacio Merchant y Leticia Torres. (En las siguientes páginas se reproducen las intervenciones de los miembros del SNI que participaron en las diferentes mesas plenarias, así como de quienes tomaron la palabra en las ceremonias de inauguración y de clausura del Primer Congreso Nacional del Sistema Nacional de Investigadores.

En la más reciente sesión del Consejo Ciudadano de la Coordinación de Ciencia y Tecnología de Nuevo León, celebrada el día 29 del pasado mes de abril, en la Sala

de Juntas de la Dirección de Investigación de la Universi-dad Regiomontana, se tomó el acuerdo de operarlo en el futuro como un “Think Tank”.

A dicha sesión asistieron los siguientes miembros titulares y suplentes: Juan Antonio González Aréchiga, Othón Ruiz Montemayor, Jorge Arrambide Garza, Irma Adriana Garza Villarreal, Jorge Mercado Salas, Alan Cas-tillo Rodríguez, Francisco Cantú Ortiz, José Benito Flores Juárez, Herminia Guadalupe Martínez Rodríguez, Diana Reséndez Pérez, Augusto Rojas Martínez, Efraín Alcorta Rodríguez, Ricardo Viramontes Brown, Luis Roberto Cué-llar González

Asimismo, estuvieron presentes los siguientes funcio-narios públicos e invitados: Luis Eugenio Todd, Juan Lauro Aguirre, Juan Roberto Zavala,

Rogelio Flores de la Peña, Adriana Elizondo, Rogelio Soto Rodríguez.

En la reunión se explicó que los “Think Tank” tienen su origen en la década de 1940, dentro de la Rand Corpo-ration, donde se crearon con fines de asesoría militar al gobierno de los Estados Unidos, y que desde entonces han

Operará como “Think Tank”

el Consejo Ciudadano del COCYTE-NLPor Juan Lauro Aguirre Villafaña

jugado un papel muy importante para inducir cambios políticos en ese país y en algunos otros.

Sin embargo, en la actualidad son organizaciones compactas que promueven la investigación de problemas específicos para descubrir ideas y acciones que generen cambios deseables en la política, en la ciencia y tecnología, en los deportes y en muchos otros campos.

La regla general de un “Think Tank” es que sea un grupo adaptativo y auto-organizante.

En atención a esta regla, Othón Ruiz Montemayor pro-puso, y fue aceptado, que en la primera sesión del “Think Tank” se analice a fondo la información socio-económica con que cuenta la Secretaría de Desarrollo Económico, para encontrar en ella los primeros objetivos de cambio.

De forma similar, surgió la propuesta de analizar a fondo la información socio-académica procedente de la Secretaría de Educación y de los representantes de las Instituciones de Educación Superior presentes en la reu-nión.

Además de adoptar esa nueva forma de operar, se acordó también aumentar la frecuencia de las reuniones, pero sobre todo aumentar el valor tangible e intangible generado en cada una de ellas.

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CONOCIMIENTOSISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES4 SISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORESCONOCIMIENTO 93

Inaugura el encuentro el gobernador de Querétaro

reconocimiento del aporte de la ciencia al desarrollo nacional

Primer Congreso del SNI,Querétaro, Qro., mayo de 2010- A poco más de 25

años de su creación (julio de 1984), el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) celebró en esta ciudad, del 5 al 8 del mes en curso, su Primer Congreso Nacional, evento que congregó a cientos de científicos, procedentes de todos los rumbos de la geografía del país.

El encuentro, inaugurado el día seis por el goberna-dor de la entidad, José Calzada Rovirosa, se desarrolló con base en seis mesas plenarias, de las cuales se desprendíeron ocho mesas de discusión, y 43 mesas de comunicaciones libres, dentro de las cuales se presentaron 246 ponencias por los miembros de SNI, las que se integrarán en las me-morias del congreso, por lo que no fueron consideradas en la presente edición de esta revista de divulgación.

MESAS PLENARIAS

Los temas abordados por los investigadores fueron los siguientes: Mesa Plenaria 1: 25 años del SNI en la vida de México; Mesa Plenaria 2: ¿Ha respondido el SNI a las necesidades del país?; Mesa Plenaria 3: El SNI, visto por las instituciones; Mesa Plenaria 4: El SNI y la cultura de la evaluación; Mesa Plenaria 5: Descentralización e interna-cionalización de la ciencia mexicana; Mesa Plenaria 6: La investigación científica, ¿tarea individual, de grupos o de redes?

Al final del encuentro, se verificó una mesa de trabajo en que se pretendía dar a conocer las conclusiones del evento. Sin embargo, como mencionaron los integrantes del comité organizador, fue tal el cúmulo de aportaciones

Una escultura de don Alfonso Reyes, realizada en bronce por el artista Ernesto Tamariz, preside desde el pasado 17 de mayo, las instalaciones de la Capilla

Alfonsina Biblioteca Universitaria, en la Universidad Au-tónoma de Nuevo León.

En esa fecha, aniversario 51 de la muerte de Reyes e ini-cio del Festival Alfonsino en su edición 2010, el ex rector de la Máxima Casa de Estudios de Nuevo León, y director gene-ral de la Coordinación de Ciencia y Tecnología del Estado, doctor Luis Eugenio Todd, hizo donación de la escultura, en breve pero solemne ceremonia celebrada en el recinto que guarda el acervo cultural del Regiomontano Universal.

Ante la presencia del rector, doctor Jesús Áncer Rodríguez; de secretarios de las distintas áreas universita-rias; de su esposa, señora Elvira Lozano de Todd; de direc-tores de facultades y escuelas preparatorias; de represen-tantes académicos, estudiantes universitarios, trabajadores e invitados especiales, Todd hizo una rememoración de las circunstancias que llevaron a la construcción de la Capilla Alfonsina, y al traslado a nuestra ciudad del legado cultural de Reyes.

Dona Luis E. Todd

a la Capilla Alfonsina

escultura de don Alfonso Reyes

En el aniversario de la muerte del Regiomontano Universal

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CONOCIMIENTOSISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES94 EDITORIAL

SNI

El Sistema Nacional de Investigadores: gran acierto

Dedicamos esta edición al Sistema Nacional

de Investigadores, porque es uno de los grandes aciertos que tuvo el gobierno fe-

deral para, como dijo Ruy Pérez Tamayo hace muchos años, “lanzar una balsa para que so-breviva la ciencia nacional”. Todo lo anterior ha resultado favorablemente cierto. Los hechos lo demuestran.

Este sistema, que otorga un estímulo económico a los investigadores y les permite re-conocimiento nacional, existió primero en la Se-cretaría de Educación Pública federal y posterior-mente se trasladó al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.

Actualmente, 16 mil 598 investigadores go-zan de las virtudes de este proyecto, que permite, a pesar de la insensibilidad política federal, que sobreviva y perdure la fortaleza de la identidad y soberanía nacional que la ciencia representa.

Por iniciativa de destacados integrantes del SNI, se llevó a cabo en Querétaro, del 5 al 8 de mayo, el Primer Congreso Nacional del organis-mo, para conocer las opiniones de las brillantes mentes que se dedican a la ciencia, y preservar la raíz misma del conocimiento que está inmersa en el quehacer, el preguntar y el investigar. Es-tos valores, en la escala axiológica, desbordan la política y la administración, porque nos recuer-dan que sólo la ciencia transforma el medio am-biente y el mundo y que sólo el arte espiritualiza la sensibilidad del quehacer humano. Estos dos pilares son los fundamentos de la civilización contemporánea.

En dicho encuentro se manifestaron las opi-niones de lo que es el corazón inteligente del país, que no ha sabido ser aprovechado por la voluntad política siempre inmersa en el quehacer de la hora y del poder, olvidada de que un país tan grande como México depende de su cultura y de su saber, este último practicado desde los mayas, que descubrieron el cero, y de los olme-cas, que utilizaban la rueda como instrumento tecnológico básico para su productividad.

La edición que aquí describimos fue hecha con enorme esfuerzo, gracias al apoyo del direc-tor del CONACYT; pero, sobre todo, de la mente abstracta matemática de José Antonio de la Peña, porque comprendió que había que poner jun-tos los logaritmos del saber para potenciarlos y

documentar así la preocupación del quehacer de un país se-diento de ser independiente y de ingresar a la globalización con alto valor agregado y no sólo con la maquila que nos han impuesto aquéllos que sólo creen en la innovación y no en la belleza y transformación profunda de la investigación básica y fundamental. Recogimos con enorme esfuerzo, porque no fue fácil nuestro trabajo, las opiniones de los investigadores na-cionales, y esperamos que este documento forme parte de una nueva visión para ver a un país generador del saber y produc-tor del conocimiento, y no sólo dependiente de la tecnología extranjera o de la innovación transitoria, que si bien es im-portante en el comercio de la libre empresa que caracteriza la sociedad, es espuria y circunstancial, porque lo único valioso es lo que se genera en el nuevo conocimiento que la ciencia básica y aplicada a la realidad produce.

Reiteramos nuestra lucha y entusiasmo que nació en la Universidad Autónoma de México, que todavía conserva sus grandes institutos de investigación básica y en las universi-dades de los estados, que adoptan su responsabilidad y germi-nan su creatividad a través del modesto sueldo y de la lucha permanente contra la política de ocasión, que nos ha impedido que México sea no sólo la gran fuerza cultural que representa, sino la gran fortaleza científica que debíamos tener para ser independientes, soberanos, conservar nuestra identidad cul-tural y romper las cadenas de la esclavitud a que nos tiene sometida la maquila de la globalización.

Esto que parece una utopía inalcanzable debe conducir al equilibrio de los griegos, de los egipcios, que lograron detener la fuerza fenicia para tener un mundo lleno de alma, de pen-samiento y no sólo de comercio y guerra convencional.

Pienso, luego existo

DESCARTES1596 a 1650

La ciencia, que transforma, y el arte, que espiritualiza, fundamentos de la civilización contemporánea.

Recordó que en una reunión con el ex rector y ex goberna-dor de Nuevo León, maestro Raúl Rangel Frías, se decidió gestionar ante el entonces presidente, Luis Echeverría, y la nieta de don Alfonso, Alicia Reyes, que tanto los restos mortales de Reyes, como su legado literario, fueran trasla-dados a Nuevo León.

Todd manifestó que con el apoyo de los licenciados Juan Roberto Zavala y Jorge Pedraza, se iniciaron los trámites correspondientes, hasta que finalmente se ob-tuvo –pese a incontables críticas de prestigiados intelec-tuales contra los “bárbaros del norte”- la aprobación del presidente y la aceptación de Alicia Reyes, para ceder a Nuevo León el acervo literario alfonsino.

Hizo el entonces rector gestiones también ante el se-cretario de Obras Públicas, Luis Enrique Bracamontes, quien aprobó fondos para el inicio de obras en la que habría de ser la Capilla Alfonsina, fondos que fueron complementados por el gobernador de Nuevo León en esa época, Pedro G. Zorrilla Martínez.

Se produjo por entonces el cambio presidencial, por lo que hubo necesidad de repetir gestiones ante el nuevo titular del ejecutivo, José López Portillo, quien también respondió de manera positiva a las demandas de Nuevo León.

Finalmente, se concluyeron las obras –la Capilla Alfon-sina está por cumplir 30 años- y se hizo el traslado del acervo bibliográfico de Reyes, constituido por más de 40

mil volúmenes. Todd señaló, en su intervención, que du-rante su gestión al frente de la UANL se realizaron más de 110 mil metros cuadrados de construcción y se crearon nuevas preparatorias y facultades, pero la Capilla Alfon-sina significa para él un recuerdo muy especial por todo lo que implica.

PALABRAS DEL RECTOR

En uso de la palabra, el rector de la UANL, doctor Jesús Áncer Rodríguez, agradeció al doctor Todd el donativo de la escultura, y señaló que en su gestión, a él le corre-spondió sentar las bases de lo que ahora es la Universidad Autónoma de Nuevo León, universidad que le da su debido lugar a la ciencia, pero también al humanismo.

Destacó que la institución ha experimentado acelerado crecimiento en los últimos años, hasta llegar a la situación actual, en que cuenta con más de 130 mil alumnos, 29 preparatorias, 26 facultades, 23 centros de investigación y más de 15 mil trabajadores.

Por lo que respecta a la Capilla Alfonsina, dijo que ha visto crecer de manera importante su acervo, y a la fecha cuenta ésta con más de 140 mil volúmenes.

Agradeció asimismo la presencia de todos los funcio-narios universitarios, maestros, trabajadores, estudiantes e invitados, así como a la directora de la Capilla alfonsina, Minerva Margarita Villarreal.

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SISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORESCONOCIMIENTO 95CONTENIDO

“CIENCIA CONOCIMIENTO TECNOLOGIA”, revista quincenal. Editor responsable: Dr. Luis Eugenio Todd Pérez. Número de Certificado de Reserva otorgado por el Instituto Nacional del Derecho de Autor: 04-2008-052311205700-102. Número de Certificado de Licitud de Título: No. 14158 Número de Certificado de Licitud de Contenido: No. 11731. Domicilio de la Publicación: Andes No. 2722 Col. Jardín Obispado, Monterrey, Nuevo León.Imprenta: Milenio Diario de Monterrey, S.A. de C.V., con domicilio en Ave. Avena No. 17 Col. Granja Sanitaria Ixtapalapa, Estado de México. Distribuidor: Milenio Diario de Monterrey, S.A. de C.V. con domicilio en Ave. Eugenio Garza Sada Sur No. 2245 Monterrey, Nuevo León.”

Teléfonos en la redacción: 8346 7351 y 8346 [email protected]

Portada

Las opiniones expresadas en los artículos son responsabilidad exclusiva de sus autores.

Consejo EditorialPresidente del Consejode Ciencia y Tecnología de Nuevo LeónIngeniero Juan Antonio González AréchigaCoordinador General de Comunicación Social Gobierno de Nuevo LeónLicenciado Francisco Cienfuegos MartinezDirector del Programa Ciudad Internacional del ConocimientoIngeniero Jaime Parada ÁvilaCAINTRAIngeniero Enrique Espino Barros LozanoITESMM. C. Silvia Patricia Mora CastroUANLDoctor Mario César Salinas CarmonaDoctora Diana Reséndez PérezDoctor Alan Castillo RodríguezIngeniero Jorge Mercado Salas

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51 La evaluación: una revolución cultural Doctor Mario César Salinas

Profesionalización de la actividad científica, importante logro del SNIDoctor René Druker Colín

La evaluación y el comportamiento del evaluadorDoctor Juan José Sánchez Sosa

El IPN y el programa de estímulos a los investigadoresDoctor Jaime Álvarez Gallegos

Evaluación en las ciencias sociales y en las humanidades Doctor Mario Cerutti

Mesa Plenaria 5: Descentralización e internacionalización de la ciencia mexicanaDoctor Miguel José Yacamán

Sobrevalora el SNI formación en el extranjero Doctora Sylvie Andrée Didou

Más recursos para ciencia y tecnología incidirán en el desarrollo del paísDoctor Miguel Odilón Chávez

El inglés, requisito en la escena científica internacionalDoctor Tomás García Salgado

68 Mesa Plenaria 6: La investigación científica ¿tarea individual, de grupos o de redes?Doctor Tomás Viveros García

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Trabajo en redes: alto potencial en investigaciónDoctor Luis Álvarez Icaza

Grupos de investigación, estratégicos para el desarrollo de la cienciaDoctor Sergio Guevara

La investigación individual, ¿acto de soberbia y egoísmo?Doctor Luis Alfonso Carrillo

Enlista el Comité Organizador planteamientos de los participantesAunque joven, tiene la ciencia mexicana grupos científicos e investigadores de primera líneaEntrevista a Jesús Álvarez

86 El SNI, al rescate de la ciencia en MéxicoMaestro Rodrigo Soto

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El SNI ante los retos del siglo XXI Doctora Patricia Liliana Cerda Pérez

‘TOES’Keith Raniere

Operará como “Think Tank” el Consejo Ciudadano del COCYTE-NL93 Dona Luis E. Todd a la Capilla Alfonsina escultura de don Alfonso Reyes

95 Rodolfo Ríos, objeto de homenaje en la Pinacoteca96 Recibe Ricardo Rangel Guerra Premio al Mérito en Salud

SNI

El pintor Rodolfo Ríos, uno de los decanos de la pintura nuevoleonesa –aunque nació en Ciudad Mier, Tamaulipas, se estableció en Monterrey desde la dé-cada de los años 40- fue objeto de sentido homenaje con motivo de sus 90

años de vida, y más de 60 dedicados a las artes plásticas.La Pinacoteca de Nuevo León, que forma parte del Colegio Civil Centro Cul-

tural Universitario, fue el recinto en que tuvo lugar –a fines del pasado mes de abril- el reconocimiento, al que se sumaron los principales espacios culturales de la ciudad, así como empresas que por muchos años han dado su patrocinio a diferentes manifestaciones artísticas.

Estuvieron presentes la directora de la Pinacoteca de Nuevo León, señora Elvira Lozano de Todd; la presidenta del Consejo para la Cultura y las artes de Nuevo León, licenciada Carmen Junco; el promotor cultural Guillermo Sepúlveda, y diferentes personajes destacados en la vida cultural y artística de Nuevo León, así como algunos de quienes fueron compañeros de Rodolfo Ríos en los inicios del Taller de Artes Visuales de la entonces Universidad de Nuevo León.

En uso de la palabra, la directora de la Pinacoteca de Nuevo León manifestó que, a la par del homenaje a Rodolfo Ríos, “Maestro del Color”, se abre en el es-pacio cultural una muestra con obras del artista. Se trata –dijo- de “ una muestra retrospectiva de la obra del maestro Ríos, ya que expusimos una de sus obras más antiguas, titulada ‘Niño’, realizada en 1949, y la más reciente, realizada en el año 2009”.

En la muestra se hace un recorrido por las diferentes etapas de su carrera como paisajista de su natal Ciudad, Mier, Tamaulipas, así como de los parajes de Nuevo León “De esta manera, abarcamos más de medio siglo de producción plástica del maestro Ríos”, señaló la señora Lozano de Todd.

PRESEA PINACOTECA DE NUEVO LEÓN

Durante la ceremonia-homenaje, la presidenta de CONARTE entregó al artista la “Presea Pinacoteca de Nuevo León”, como reconocimiento a su aporta-ción a las artes plásticas de Nuevo León y de México”. También hizo uso de la palabra el promotor cultural Guillermo Sepúlveda, quien habló de la producción artística del “Maestro del Color” a lo largo de más de 60 años de actividad. Cedió enseguida la palabra al home-najeado, quien se limitó a expresar su agradecimiento. Sin embargo, una de sus hijas, Esthela Ríos, subió al estrado de improviso para agradecer a su padre su te-nacidad y la formación que le dio a toda su familia. La exposición de Rodolfo Ríos, “Maestro del Color”, puede ser visitada en las salas de la Pinacoteca, donde permane-cerá hasta mediados del mes de octubre. Está conformada por 58 obras en óleo, acrílico y mixtas sobre tela, así como por dos esculturas en madera. Todas estas obras fueron elaboradas entre 1949 y 2009, lo que significa seis déca-das de producción plástica.

La selección de las obras estuvo a cargo de Hernando Garza y Rosa María Rodríguez, en tanto que la museografía correspondió a Omar Sánchez. La mayoría de estas obras pertenecen al artista, algunas forman parte del acervo de la Pinacoteca, y otras son de colecciones particulares.

Rodolfo Ríos es objeto de homenaje por su creación artística

En la Pinacoteca de Nuevo León

Se abre exposición con obras del “Maestro del Color”, realizadas a lo largo de más de sesenta años

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CONOCIMIENTOSISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES96 CONTENIDO

Gobernador Constitucional del Estado de Nuevo LeónLicenciado Rodrigo Medina de la CruzDirector GeneralDoctor Luis Eugenio ToddSubdirectorLicenciado Juan Roberto ZavalaDirector EditorialFélix Ramos GamiñoEducaciónProfesor Ismael Vidales DelgadoCiencias Básicas y del AmbienteDoctor Juan Lauro AguirreDesarrollo Urbano y SocialIngeniero Gabriel ToddCiencias MédicasDoctor David Gómez AlmaguerCiencias Políticas y / o de Administración PúblicaContador Público José Cárdenas CavazosCiencias de la ComunicaciónDoctora Patricia Liliana Cerda PérezLa Ciencia es CulturaLicenciado Jorge PedrazaEducación Física y DeporteDoctor Óscar Salas FraireLas Universidades y la CienciaDoctor Mario César Salinas CarmonaDiseñoLicenciada Lindsay Jiménez EspinosaLicenciado Javier Estrada CejaArte GráficoArquitecto Rafael Adame DoriaCirculaciónProfesor Oliverio Anaya RodríguezAsistente EditorialLicenciada Edith Flores Ceballos

Directorio

Editorial3 El Sistema Nacional de Investigadores: gran acierto

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46

Primer Congreso del SNI, reconocimiento del aporte de la ciencia al desarrollo nacionalLa ciencia, vía de solución a los problemas sociales

Licenciado José Calzada Rovirosa

Debe la ciencia ser un valor social compartidoDoctor Juan José Saldaña

El SNI, motor fundamental para la descentralización de la ciencia en MéxicoDoctor José Antonio de la Peña

El SNI, pilar institucional de la investigación científica

Doctor Rodolfo Tuirán

Reclutamiento de talentos jóvenes, tarea impostergable en el SNISenador Francisco Javier Castellón Fonseca

Conocimiento, base del avance científico del paísDoctor Horacio Merchant

Los miembros del SNI, base de la inteligencia del paísMaestro Juan Carlos Romero Hicks

Mesa Plenaria 1: 25 años del SNI en la vida de México

Doctor Juan José Saldaña

SNI, freno a la emigración de científicos mexicanos

Doctor José Sarukhán24 Visto bueno presidencial al Sistema de Investigadores

Doctor Jorge Flores

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Crea De la Madrid, en 1984, el SNIDoctor Salvador Malo

Mesa Plenaria 2: ¿Ha respondido el SNI a las necesidades del país? Doctora Gloria Koenigsberger

Del discurso político a la asignación de presupuesto para la cienciaSenador Francisco Javier Castellón

Desarrollar ciencia y tecnología, una prioridad nacionalDoctor Modesto Seara Vázquez

El SNI, referente nacional en materia de evaluaciónDoctor Arturo Menchaca

Mesa Plenaria 3: El SNI visto por las institucionesPrivilegia el SNI las trayectorias académicas personales Doctor Sergio Alcocer

Indiscutibles los beneficios del SNI para investigadores e institucionesDoctor René Asomoza

40 Los estados, actores de la política pública en cienciaDoctor Raúl Godoy Martínez

El Sistema Nacional de Investigadores

SNI

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El Tec, involucrado con el SNI en el desarrollo del paísDoctor Arturo Molina Gutiérrez

Podría el SNI originar verdaderas carreras académicas productivasDoctor Manuel Gil Antón

Mesa Plenaria 4: El SNI y la cultura de la evaluaciónDoctor José Antonio de la Peña

50 ¿Qué significa evaluar? ¿Para qué evaluar? ¿Quién evalúa?Doctora Lena Ruiz Azuara

El médico regiomontano Ricardo Rangel Guerra reci-bió, de manos del presidente Felipe Calderón, el pre-mio “Doctor Manuel Velasco Suárez, otorgado por el

Consejo de Salubridad General, “en reconocimiento por haberse distinguido profesionalmente por la contribución relevante y distinguida a favor de la salud de la población mexicana en la rama de la neurología y neurocirugía”.

La ceremonia en que Rangel Guerra recibió el reconoci-miento se llevó a cabo el pasado 7 de abril, en el marco de la Ceremonia Conmemorativa del Día Mundial de la Salud y entrega de la Condecoración y de los Premios al Mérito en Salud, en el Hospital General de Zona UMAA número 48, San Pedro Xalpa, en la capital de la república.

Estuvieron presentes el secretario de Salud y presiden-te del Consejo de Salubridad General, José Ángel Córdova Villalobos, así como médicos y enfermeras de diferentes partes de la república, merecedores también de reconoci-mientos similares.

Los reconocimientos y los respectivos premiados, apar-te de Ricardo Rangel Guerra, son los siguientes doctores y enfermeras: Condecoración Eduardo Liceaga, Octavio Ri-vero Serrano; Premio Doctor Guillermo Soberón Acevedo, José de Jesús Villalobos Pérez; Premio Doctor Ramón de la Fuente Muñiz, Gerhard Heinxe Martin; Premio Enfermera Isabel Cendala y Gómez, Andrea Saldaña Rivera; Premio Auxiliar de Enfermería Lucía Salcido, Bernardina González Sostenes; Premio Doctor Miguel Otero Arce, Fabio Sala-manca Gómez; Premio Doctora Margarita Chorné y Sala-

Recibe Ricardo Rangel Guerra Premio al Mérito en Salud

De manos del presidente Felipe Calderón

Es distinguido a la par con otros médicos y enfermeras de destacada trayectoria profesional

zar, Aquiles H. Brindis Rodríguez; Premio Doctor Martín de la Cruz, Eugene A. Bratoeff.

TRAYECTORIA

El doctor Ricardo Rangel Guerra es originario de Monte-rrey, egresado de la Universidad de Nuevo León, donde obtuvo su título de Médico Cirujano Partero, tras haber sido el primer lugar de su generación, con promedio de 97 en toda su carrera.

Hizo su residencia en Medicina Interna en el Hospital de Enfermedades de la Nutrición, en la Ciudad de México. En 1960 tomó un curso de Medicina Interna en el Hospital Bellevue, de la Universidad de Cornell, en Nueva York, y de 1961 a 1964 hizo la residencia en Neurología en la Univer-sidad de Florida, en Gainesville, Florida.

En 1964 ingresó a la Universidad de Nuevo León como profesor de tiempo completo en la Facultad de Medicina y jefe del Servicio de Neurología del Hospital Universitario, donde permaneció 40 años. Actualmente, continúa como profesor de neurología de tiempo completo.

Rangel Guerra es miembro, entre otras, de las siguien-tes organizaciones profesionales: Academia Nacional de Medicina; Academia Mexicana de Cirugía; Academia Me-xicana de Neurología, de la que fue presidente; American Neurological Association; American College of Physicians; American Epilepsy Society, y American Academy of Neuro-logy.

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