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Revista Dulcigomas

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Tema a tratar: Television y educación

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Page 1: Revista Dulcigomas
Page 2: Revista Dulcigomas

P Á G I N A 2

es necesario apostar por una

televisión educativa de cali-

dad que responda a unos mo-

delos y funciones contextua-

lizados en una educación en

medios de comunicación inte-

gral y plural.

En los últimos tiempos, tanto

educación como televisión

han convivido en la sociedad,

de una forma más negativa

entre ellas que positiva.

Sin embargo, todo el mundo

es consciente de la necesi-

dad que se tiene de que am-

bos núcleos estén relaciona-

dos entre sí, ya que tienen

más en común de lo que po-

demos imaginar y también

porque con su mutua coope-

ración y ayuda pueden dar

lugar a un gran enriqueci-

miento y a muchas posibilida-

des. Aunque hoy día la escue-

la no este de acuerdo con la

televisión, esta desde siem-

pre ha sido un instrumento

más que sirve para educar y

culturizar a los niños.

Por ello, es importante que la

televisión integre y deje ver

aquellos programas y espa-

cios que están destinados a

la cultura y al enriquecimien-

to y no solamente a espacios

de poca calidad.

En este sentido, creemos que

La televisión se consume fundamen-

talmente en el ámbito familiar. La

importancia de la actitud familiar

ante la televisión radica en el hecho

de que marca a los niños desde su

primera infancia.

Para preparar un contexto familiar

adecuado los padres necesitan for-

mación. Y por ello dos motivos: ante

todo, porque sólo la formación les

facilitará criterios razonables y

coherentes de actuación; de ordina-

rio la actitud de no saber qué hacer

suele desembocar en la actitud de

dejar hacer, y esto no es recomenda-

ble desde ningún punto de vista: pero

también porque, de manera conscien-

te o inconsciente, su propia actitud

como telespectadores será asumida

como por ósmosis por los hijos más

pequeños.

TELEVISIÓN Y EDUCACIÓN

C O N T E N I D O :

Televisión y educación 2

La importancia del con-

texto

2

Una actitud más positi-

va ante el medio

3

Regulación del consumo 3

El riego del televisor-

canguro

3

El valor del diálogo 4

La conexión con la reali-

dad

4

La importancia del contexto

A D Q U I S I C I Ó N Y

D E S E N V O L V I M I E N T O D E L

L E N G U A J E .

Educando en el hogar M A R T E S 0 8 D E M A Y O D E 2 0 1 2 V O L U M E N 1 , N º 1

La búsqueda de alternativas 4

El ejemplo de los padres

Condiciones de visionado 5

¿Pantallas amigas? 5

Page 3: Revista Dulcigomas

Una actitud más positiva ante el medio.

P Á G I N A 3 V O L U M E N 1 , N º 1

La televisión es para el niño un

espacio de libertad. La televi-

sión le permite al niño escoger

el material de sus sueños.

Necesita la gratificación sen-

sorial que com-

porta todo es-

pectáculo . Nece-

sita alimentar la

fantasía y la ima-

ginación a través

de la fabulación.

La televisión es para el niño un

espacio de placer y de liber-

tad, una posibilidad de elabo-

rar sus problemas, una oportu-

nidad para la catarsis.

Las actitudes de rechazo de la

televisión se pretenden justifi-

car a veces por criterios de

rendimiento escolar.

Una cosa es que exista corre-

lación y otra que puedan esta-

blecerse relaciones de causa-

efecto. La correlacione puede

expresar simplemente que los

niños a los que les cuesta estu-

diar o leer prefieren dedicarse

a ver televisión.

reto para los padres que se preocupan

por controlar los contenidos.

El principal obstáculo al que se enfren-

tan los progenitores es la brecha digital

que les separa de sus hijos respecto al

manejo de las nuevas tecnologías: “Como

progenitor te sientes totalmente anula-

do y no tienes forma de saber contro-

lar, porque tu hijo puede manejar mejor

un Smartphone”.

Pese a que 'uno de cada tres niños tiene

tele en su cuarto', los avances tecnoló-

En nuestro país, los niños en edad pre-

escolar ven la televisión una media de

entre dos y dos horas y media al día. Se

trata de un dato alarmante. Además, la

mayor parte del tiempo están solos

delante de la pantalla.

Utilizar la "tele" como "canguro" para

tener entretenidos a los hijos y que no

molesten es uno de los fenómenos que

algunas familias intentan combatir en un

contexto, además, en el que la integra-

ción de Internet a la televisión es un

gicos propiciados por el

desarrollo de Internet han

impulsado la aparición de

servicios y plataformas que

han generalizado la tenden-

cia de consumir contenidos

audiovisuales de forma

individualizada.

terios coherentes. No hay que

apagar el televisor porque sí,

en una decisión súbita, porque

el niño no comprende las deci-

siones improvisadas y no razo-

nadas. Conviene planificar pre-

viamente en familia, llegar a

acuerdos, que luego se sequirán

de manera seria pero flexible.

Cuanto más pequeño es un niño

más necesidad tiene de explo-

rar, de experiencia la misma

cosa una y otra vez. La televi-

sión impide este tipo de apren-

dizaje.

El niño que se ve privado de la

televisión se sentirá aislado en

el microcosmos de su vida coti-

diana, quedará excluido de su

entono social integrador.

No se trata de prohibir si no

de regular. Es fundamental

mantener el control sobre el

medio, pero actuando con cri-

Existe una

c o r r e l a c i ó n

entre ver

mucho televi-

sión y un esca-

so rendimien-

to escolar.

Regulación del consumo.

El riesgo del televisor-canguro.

El principal obstáculo al que se enfrentan los proge-

nitores es la brecha digital que les separa de sus

hijos respecto al manejo de las nuevas tecnologías.

El problema es

que la televisión

amalgame y

convierta en

papilla informe la

realidad, la

ficción, lo

fundamental, lo

secundario, el

divertimento y la

reflexión.

Page 4: Revista Dulcigomas

P Á G I N A 4

“Incluya aquí una

frase o una cita

del artículo para

captar la atención

del lector”.

Para hacer una escucha reflexiva, una

escucha que haga que el otro se sienta escuchado, debemos tener la postura

adecuada girados hacia la persona que

escuchamos y mirándole a los ojos.

La conexión con la realidad.

La búsqueda de alternativas.

El valor del diálogo. El diálogo en familia permite intercam-

biar ideas, opiniones y escuchar las

razones del otro. También, admite que

no se posee toda la verdad y que no

todos piensan lo mismo.

A través del diálogo, padres e hijos se

conocen mejor, conocen sobre todo sus

respectivas opiniones y su capacidad de

verbalizar sentimientos.

El diálogo facilita acuerdos prácticos,

elaboración conjunta de normas y pro-

yectos, mejorar las relaciones de la

familia, obtener mejores resultados en

el trabajo común, evitar muchos malen-

tendidos y conflictos y a resolver los

problemas surgidos.

Condiciones para que haya diálogo:

* Que tengamos algo que decir.

* Que queramos compartirlo con otra

persona

* Que deseemos escuchar.

* Que deseemos acercarnos a la verdad.

* Que estemos dispuestos a descubrir

nuestros errores * Que seamos capaces de volver a

empezar.

* Que admitamos que nuestros hijos

pueden tener razón.

* Que reconozcamos que nuestros hijos

pueden ser tan inteligentes como noso-tros.

* Que no confundamos la autoridad con

la verdad.

* Que no creamos que reconocer los

errores es una debilidad.

* Que a pesar de todo, sigamos creyen-do que "hablando se entiende la gente".

Los padres deben tener un diálogo muy

fluido con sus hijos, donde cada pala-

bra será para estimularlo, dar cariño,

instruir con amor y darle confianza.

Todos en una familia deben expresar

lo que sienten. La mayoría de los

desacuerdos tiene que ver con malos

entendidos.

Para mejorar la comunicación son

esenciales la voluntad, el interés, y la

disponibilidad por parte de sus miem-

bros. Además, para que sea posible

fomentar la capacidad de diálogo, las

personas deben poseer un nivel sufi-

ciente de confianza en sí mismas

(autoestima); también tener un nivel

mínimo de confianza en los demás; de

lo contrario les será imposible escu-

char, valorar sus ideas y puntos de

vista y admitir parte de la verdad que

contienen.

artísticas. De la misma manera, cuando

se está en la casa es importante fo-

mentar que los niños jueguen afuera

con otros niños del vecindario en vez

de sentarse en el sofá a ver la televi-

sión.

Otra alternativa para limitar la televi-

sión y los juegos electrónicos en casa

es organizar periodos de juego fami-

liar durante los cuales se puede com-

partir con juegos de mesa; jugar

Para poder limitar el tiempo de la

televisión de una manera efectiva es

importante buscarles a los niños acti-

vidades alternas que los saquen fuera

de la casa o del área donde está la

t e l e v i s i ó n .

Gelpí Merheb recomienda buscar

actividades fuera de la casa algunos

días en semana como clases de arte o

deportes. Así los niños se divierten

mientras comparten con otros niños y

desarrollan sus habilidades motoras y

cartas o dominó y armar rompecabe-

zas. Estas actividades son educativas

y ayudan a fomentar la comunicación

entre los miembros de la familia .

televisión, con el objetivo

de que un exceso no

impida acceder a las

experiencias del contacto

directo de la realidad.

Aprovechar el enriquecimiento

que supone el acceso,

mediante las imágenes

televisivas.

Aprovechar la capacidad de

motivación de la imagen

para interesar a los

sujetos por realidades a

las que puedan tener

acceso directamente.

Cuestionar la realidad desde la

televisión. La televisión

puede ayudar a romper

las rutinas perceptivas.

Lo que se ve en la televi-

sión puede llevar a descu-

brir dimensiones impre-

vistas de la realidad.

Cuestionar la televisión desde

la realidad.

Es imposible que la persona que pueda

acceder directamente a todas las

informaciones disponibles y a todas

las experiencias potenciales. Las

imágenes cumplen en este sentido una

función eficaz como dispensadoras

de informaciones inaccesibles y

generadoras de experiencias vicarias.

El riesgo es cuando se anulan expe-

riencias que el sujeto podría hacer de

manera personal y directa. En las

interacciones dialécticas entre tele-

visión y realidad, los padres deberían

seguir estos criterios:

Dosificar el consumo de la

Fomente que los niños

jueguen afuera con otros

niños del vecindario en vez

de sentarse en el sofá a ver

la televisión

E D U C A N D O E N E L H O G A R

Page 5: Revista Dulcigomas

El ejemplo de los padres.

P Á G I N A 5 V O L U M E N 1 , N º 1

Con frecuencia se produce la iróni-

ca contradicción de unos padres

que, sentados ante el televisor,

conminan a su hijo a que se dedique

al estudio o a la lectura.

Es cierto que la mayor parte de los

aprendizajes de con-

ductas la realizan los

niños por imitación.

En consecuencia.

Difícilmente se afi-

cionan a leer un niño

que no descubre en

sus padres la afición

a la lectura.

También caen en contradicción los

padres que insisten en que sus hijos

no vean tanto la televisión, y en el

momento en que se molestan, los

envían ante el televisor para poder

estar tranquilos.

El hecho de que el televisor esté

situado en el lugar central de la casa

llevará intuitivamente al niño a la

convicción de que ha de ocupar el

lugar central en su vida.

Cuando se utiliza la televisión para

que el niño coma, se corre el riesgo

de fomentar en él la adicción, con

el agravante de que, fascinado por

las imágenes, suele olvidarse de

masticar. Tampoco es recomenda-

ble que los niños vayan a la cama

inmediatamente después de ver un

programa. Les puede provocar

trastornos en el sueño.

contenidos infantiles de la televisión

intervienen en ese proceso de integra-

ción. Por eso, cuando nos planteemos

unos hábitos de consumo televisivo más

racionales, debemos tener en cuenta el

posible temor del niño a sentirse aisla-

do.

Y los adultos, ¿Cómo ven la televi-

sión? Como en cualquier otra faceta

educativa, la actitud de los adultos

tiene una gran importancia. En hábitos

alimenticios, por ejemplo, será difícil

concienciar a un niño de la importancia

Hay que aprender a convivir con la

televisión. Para lograr un consumo

racional y crítico de los medios audiovi-

suales, debemos plantearnos objetivos

que se puedan cumplir: más que prescin-

dir de la televisión hay que lograr que

los niños y jóvenes aprendan a hacer un

uso beneficioso de ella.

No podemos olvidar el grupo en el que

se desenvuelve el niño: los ami-

gos. Para los niños y las niñas, el senti-

miento de pertenencia a un grupo tiene

mucha importancia y, en ocasiones, los

de empezar el día con un

buen desayuno, si los

padres sólo beben rápida-

mente un café. Del mismo

modo, para lograr que los

niños y jóvenes vean con

más criterio “la tele”, no

nos será muy eficaz pro-

ponerles que sean más

exigentes con los conteni-

dos que eligen cuando los

adultos optan por los conte-

nidos más sensacionalistas.

Conviene cuidar también la altura

a la que esté situada la pequeña

pantalla, de manera que no obligue

a forzar la vista ni a adoptar pos-

turas que produzcan defectos en la

columna vertebral.

Hay que tener en cuenta también

las condiciones de iluminación de

la sala. No es conveniente ver la

televisión en una estancia total-

mente oscura. Tampoco a plena luz.

Lo ideal es hacerlo con una luz

indirecta, situada detrás de los

espectadores o a un lado, de mane-

ra que contrarres-

tre el parpadeo de

la imagen.

Para facilitar un visionado en con-

diciones es preciso atenerse a

algunas normas.

Lo más recomendable es situarse

perpendicular a la pequeña panta-

lla. En cuanto a la distancia, algu-

nos especialistas recomiendan

como optima una distancia equiva-

lente a cinco veces la anchura de la

pantalla.

Pie de ima-

gen o gráfi-

co.

Condiciones de visionado.

¿Pantallas amigas?

Publicidad televisiva y pro-

tección de la infancia.

La televisión

debe evitar el

presentar

siempre la

realidad color

de rosa.

autor: René

Schenker

Page 6: Revista Dulcigomas

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