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Primeros Auxilios UD 6: Valoración primaria PROFESORA: Marta Blanco Obra

UD 6: Valoración primaria

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Page 1: UD 6: Valoración primaria

Primeros Auxilios UD 6: Valoración primaria PROFESORA: Marta Blanco Obra

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1. INTRODUCCIÓN:

La asistencia primaria es el abordaje inicial que haremos para extraer una idea

global del estado de salud del paciente. Esto nos permite determinar el alcance

de sus lesiones, para establecer las prioridades de actuación y adoptar las

medidas necesarias en cada caso.

Valoraremos tanto aparato respiratorio como circulatorio y neurológico. No

podremos pasar a otro nivel de valoración hasta que no se solucione en el que nos

encontramos.

La valoración inicial debe ser RÁPIDA. Orienta al técnico respecto a la prioridad

con la que hay que tratar a ese paciente, o si es necesaria la activación de más

recursos.

La valoración primaria consta de:

A: Apertura de vía aérea y control cervical.

B: Ventilación.

C: Circulación.

D: Valoración neurológica.

E: Exposición.

2. ESTADO DE CONSCIENCIA:

En primer lugar deberemos determinar si el paciente se encuentra consciente o

inconsciente.

Para ello, verificaremos el nivel de consciencia mediante la escala AVDN:

Alerta.

(V) Respuesta a estímulos verbales.

(D) Respuesta a estímulos dolorosos.

(N) Respuesta negativa.

3. A: APERTURA DE VÍA AÉREA

Para asistir la vía aérea seguiremos el

siguiente procedimiento:

En primer lugar procuraremos siempre que sea posible mantener un control cervical, es

importante sobre todo en pacientes traumáticos.

Si el estado del paciente lo permitiese se podría

valorar colocar el collarín, pero

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debemos tener en cuenta que es prioritario evaluar las constantes vitales, y el collarín se colocará únicamente cuando no se ponga en riesgo la vida del paciente.

Posteriormente realizaremos la apertura de la vía aérea. Cabe destacar que si el

paciente se encuentra consciente y respira, no es necesario realizar una apertura de la vía aérea puesto que ésta se mantiene permeable. En caso de que el

paciente se

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encuentre inconsciente realizaremos la apertura de vía aérea según el

procedimiento que corresponda tal y como se indica a continuación.

Técnicas de apertura de la vía aérea en paciente traumático:

ADULTO:

Maniobra de tracción mandibular:

Colocamos la palma de su mano firmemente sobre la frente del paciente, los

dedos de su otra mano debajo de la barbilla del paciente, sujetando la zona ósea

de la mandíbula. Traccionamos la mandíbula hacia delante y hacia arriba, al

mismo tiempo que realizamos presión sobre la frente evitando la elevación de la

cabeza. Debemos tener cuidado con los tejidos blandos submandibulares.

Maniobra de subluxación mandibular sin extensión de la cabeza:

Aplicamos esta maniobra en pacientes con

sospecha de lesión cervical.

Nos colocamos en la cabecera del paciente y situamos las manos a ambos lados de la

mandíbula, colocando ambos pulgares sobre la mandíbula y el resto de los dedos sujetando los

arcos mandibulares. Realizamos tracción

mandibular, hacia delante y hacia arriba, intentando subluxar la articulación

mandibular. Si la vía aérea sigue obstruida, deberemos extender lentamente la cabeza hasta abrirla.

PEDIÁTRICO:

Maniobra de tracción mandibular sin extensión de la cabeza:

Colocaremos el índice y los otros dedos contiguos

bajo el ángulo de la mandíbula, aplicaremos

presión hacia arriba y adelante, con los pulgares

abra la boca del paciente ligeramente,

desplazaremos hacia abajo el mentón, siempre debemos mantener la cabeza en posición neutra y

alineada con el eje del resto del cuerpo.

Técnicas de apertura de la vía aérea en paciente no traumático:

ADULTO:

Maniobra de frente-mentón:

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Colocamos la mano en la frente del paciente

ejerciendo presión para extender la cabeza hacia

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atrás, simultáneamente, empujamos con la yema de los dedos índice y medio de

la otra mano en la parte ósea del mentón, elevándolo y contribuyendo a la

extensión del cuello.

PEDIÁTRICO

En recién nacidos (parto), para mantener la cabeza en la posición adecuada,

coloque una toalla de unos 2 cm de altura bajo los hombros.

La apertura de vía aérea en paciente pediátrico se realiza manteniendo una posición neutra en la que el paciente se encuentra “mirando al techo”, es lo que

se denomina posición de olfateo.

Cuanto mayor sea el niño mayor será la extensión de la cabeza necesaria para

permeabilizar la vía aérea.

Cuando realicemos la apertura de la vía aérea aprovecharemos para comprobar

que no tiene ningún objeto extraño en la cavidad oral. En caso que lo tuviese y estuviera totalmente al alcance lo extraeremos, siempre y cuando no haya riesgo

de introducirlo más.

Permeabilización de la vía aérea:

Para mantener la vía aérea permeable si disponemos de material como es una

cánula orofaríngea o guedel lo utilizaremos tal y como se explica a continuación.

Cánula orofaríngea:

Evita la obstrucción de la vía aérea por relajación de la lengua.

Permite la aspiración de secreciones.

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Existen tamaños distintos.

Son pacientes susceptibles de portar una cánula de Guedel todos aquellos que

tengan riesgo de obstrucción de la vía aérea por déficit de consciencia.

Procedimientos:

En el adulto:

Limpiamos la boca de secreciones, sangre o vómito. Si es preciso se realizará

aspiración en cavidad bucal. Seleccionaremos una cánula del tamaño adecuado

midiendo la misma desde la comisura bucal del paciente hasta la curvatura mandibular. Desplazamos la cánula con la curvatura invertida a lo largo de la

parte dura del paladar (con el extremo distal hacia arriba y la curvatura hacia

abajo). Una vez que lleguemos a la zona blanda del paladar y haya superado la

curvatura de la lengua, rotamos 180º hacia la posición definitiva y finalizamos su

inserción.

En el niño:

Limpiamos la boca de secreciones, sangre o vómito. Si es preciso se realizará

aspiración en cavidad bucal. Seleccionaremos una cánula del tamaño adecuado

midiendo la misma desde la comisura bucal del paciente hasta la curvatura

mandibular. La colocación de esta cánula en menores de 8 años se realiza

deslizando la cánula sobre la lengua con su orientación definitiva, es decir, con la

concavidad hacia abajo. En mayores de 8 años insertar como en los adultos.

Consideraciones especiales:

Una cánula de tamaño inadecuado puede provocar la obstrucción completa de la

vía aérea. La introducción incorrecta puede empujar la lengua hacia atrás y

obstruir la vía aérea. Compruebe que la lengua y los labios no han quedado

presionados entre los dientes y la cánula. La cánula sólo se debe utilizar en

pacientes inconscientes, ante la aparición de tos o rechazo, retírela

inmediatamente.

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En caso de no disponer de este material podemos colocar al paciente en posición

lateral de seguridad para mantener permeable la vía aérea.

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POSICIÓN LATERAL DE SEGURIDAD:

Cuando nos encontramos ante pacientes inconscientes y no disponemos de

material para permeabilizar la vía aérea, podemos utilizar la posición lateral de

seguridad.

1. Colocamos a la persona tumbada boca arriba

2. Flexione el brazo del lado interno para formar un ángulo recto con su cuerpo

3. Con la pierna del lado interno recta, flexionamos la pierna del lado externo,

hasta formar un ángulo con el cuerpo.

4. Giramos el cuerpo hasta que quede de lado.

5. Coloque el dorso de la mano del lado externo, bajo la mejilla. La cabeza debe quedar apoyada sobre el brazo extendido, con el dorso de la otra mano

apoyado en la cara y ligeramente inclinada hacia atrás para asegurarse de que

la vía aérea sigue abierta.

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En algunos casos también puede ser útil cuando nos encontramos con pacientes que presentan riesgo de broncoaspiración. La posición lateral de seguridad

además es uno de los gestos salvadores utilizados en triage.

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B: VENTILACIÓN

La ventilación es el proceso de entrada de aire al organismo para su posterior

expulsión sumado a los procesos orgánicos que se realizan entre medias. Se

regula en el tronco cerebral.

Para comprobar si el paciente respira o no podemos utilizar la técnica VOS (Ver – Oir – Sentir) durante no más

de 10 segundos, pero danto tiempo a que se produzca la

respiración. Es importante visualizar si existe movimiento torácico o abdominal mientras comprobamos si el

paciente respira o no. Además deberemos tener en cuenta que la vía aérea debe estar abierta y permeable

para que el paciente pueda respirar.

Cuando desaparece la función respiratoria, se activará el protocolo de RCP y la

respiración tendrá que ser sustituida por una ventilación mecánica:

Boca a boca: para realizar esta ventilación deberemos abrir la vía aérea del

paciente con las técnicas mencionadas anteriormente, pinzar la nariz e insuflar

el aire desde nuestra boca a la suya.

En caso de un paciente lactante podemos utilizar la

técnica boca a boca – nariz, debido a que su estructura

anatómica es más pequeña.

Además podemos utilizar unos dispositivos como son las mascarillas de RCP

tipo llavero. Hay varios tipos, algunos de mayor tamaño que otros, tal y como se muestran a continuación:

En caso de que el paciente respire pasaremos a valorar cómo es esa respiración.

Valoración e interpretación de la ventilación:

Valoraremos frecuencia respiratoria, simetría, profundidad y ritmo:

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Frecuencia: Es el número de respiraciones en un minuto. (Taquipnea, Eupnea y

bradipnea).

Profundidad: Es el volumen de aire que se inhala o exhala en cada respiración.

(Superficial o profunda).

Ritmo: Es la regularidad de las inspiraciones y de las espiraciones. (Rítmica o

arrítmica).

Simetría: se realiza elevación de ambos hemitórax. (Simétrica o asimétrica).

C. CIRCULACIÓN:

Tras valorar si el paciente respira deberemos valorar el pulso del paciente. Se

debe realizar de manera rápida y precisa. No se pasará a la valoración

neurológica hasta que no se resuelva la circulación.

Se ha de estar entrenado para extraer toda la información posible y de una

forma veraz. Pero algo muy importante es que nunca inventaremos la presencia

o no de pulso.

Si el paciente no tiene pulso:

Iniciaremos inmediatamente las maniobras de reanimación cardiopulmonar

(RCP) siguiendo el protocolo según la edad del paciente. Es importante filiar la

hora a la que se comienza con RCP, y en caso de que se utilice el desfibrilador

semiautomático (DESA) contabilizar las descargas que se administran.

En caso de que el paciente presente pulso:

Tendremos que valorar las características del mismo.

Frecuencia cardíaca: (taquicardia, bradicardia o normal)

Ritmo: (rítmico o arrítmico)

Llenado: pulso lleno o débil (filiforme) en el caso de un pulso filiforme se acompaña también de un aumento de la frecuencia cardíaca generalmente.

En este apartado además de valorar presencia y características del pulso,

deberemos tener en cuenta el control de grandes hemorragias. Para ello

utilizaremos el protocolo de hemostasia.

El protocolo de hemostasia consta de los siguientes puntos:

Compresión directa sobre foco sangrante

Elevación del miembro

Vendaje compresivo

Presión sobre vaso sangrante

Torniquete en caso de hemorragias incoercibles.

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Procedimientos:

Mantenemos una presión directa y sostenida sobre la

herida, si esto no es efectivo, elevaremos el miembro

afectado, y en caso necesario presionaremos sobre el

vaso grande que irrigue ese territorio. Esta medida

suele ser suficiente para lograr la hemostasia.

Si existen otras lesiones más graves a atender, realice un vendaje compresivo

utilizando gasas y compresas abundantes y venda de crepé ejerciendo presión

sobre la herida valorando siempre si la localización de la herida lo permite. Si no

es suficiente realizaremos presión sobre el vaso sangrante, y si la hemorragia en

una extremidad no responde a las medidas anteriores, se valorará utilizar un

torniquete.

El pulso nos da información en relación a la tensión arterial de tal forma que

podremos obtener un valor de TAS (Tensión Arterial Sistólica) orientativo según la existencia o no de pulsos en determinados puntos:

Si hay presencia de pulso carotideo, la TAS > de 60 mmHg.

Si hay presencia de pulso femoral, la TAS > de 70 mmHg.

Si hay presencia de pulso radial: Implica que la TAS > de 80 mmHg.

D: VALORACIÓN NEUROLÓGICA

En un primer momento realizamos la valoración AVDN, pero ahora pasamos a

valorar de forma más exhaustiva este apartado. Comprobaremos la orientación respecto a las 3 esferas a través de preguntas simples:

Persona: nombre, edad, nombre de sus padres (datos que podamos

comprobar, por ejemplo con el DNI).

Espacio: dónde se encuentra

Tiempo: mes, día de la semana, año…

Y realizaremos la valoración del tamaño y simetría pupilar:

Tamaño:

Miosis: Pupilas más pequeñas de lo normal.

Normales: También denominadas medias.

Midriasis: Pupilas más grandes de lo normal.

Simetría:

o Isocoricas: Pupilas del mismo tamaño. o Anisocoricas: Pupilas de distinto tamaño.

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También comprobaremos la sensibilidad y movilidad de los miembros superiores

e inferiores de la víctima. Debemos tener especial sensibilidad a la hora de preguntar al paciente si lo siente o no, puesto que una falta de sensibilidad o

movilidad como consecuencia de una lesión puede generar ansiedad al paciente.

E: EXPOSICIÓN

Durante esta valoración también se extraen posibles riesgos para el equipo o

paciente. Preguntaremos a testigos oculares. A la hora de descubrir el cuerpo del

paciente para realizar la valoración deberemos tener en cuenta:

Resguardarle de condiciones atmosféricas agresivas.

Guardar la intimidad En la medida de lo posible se hará en un lugar resguardado y protegido