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1 UNIVERSIDAD CENTROCCIDENTAL “LISANDRO ALVARADO” NIVEL DE CONOCIMIENTO DE LOS MÉDICOS SOBRE LOS INDICADORES PARA LA DETECCIÓN DE MALTRATO INFANTIL. SERVICIO DE EMERGENCIA DEL HOSPITAL UNIVERSITARIO DE PEDIATRÍA “DR. AGUSTÍN ZUBILLAGA”. BARQUISIMETO – ESTADO LARA. WILMARY YÉPEZ Barquisimeto, 2009

UNIVERSIDAD CENTROCCIDENTAL “LISANDRO …bibmed.ucla.edu.ve/Edocs_bmucla/textocompleto/TWS21DV4Y46n200… · Bases Legales Operacionalización de las Variables 15 15 17 26 28

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UNIVERSIDAD CENTROCCIDENTAL “LISANDRO ALVARADO”

NIVEL DE CONOCIMIENTO DE LOS MÉDICOS SOBRE LOS INDICADORES

PARA LA DETECCIÓN DE MALTRATO INFANTIL. SERVICIO DE EMERGENCIA DEL HOSPITAL UNIVERSITARIO

DE PEDIATRÍA “DR. AGUSTÍN ZUBILLAGA”. BARQUISIMETO – ESTADO LARA.

WILMARY YÉPEZ

Barquisimeto, 2009

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UNIVERSIDAD CENTROCCIDENTAL “LISANDRO ALVARADO” DECANATO DE CIENCIAS DE LA SALUD

POSTGRADO DE PUERICULTURA Y PEDIATRÍA

NIVEL DE CONOCIMIENTO DE LOS MÉDICOS SOBRE LOS INDICADORES PARA LA DETECCIÓN DE MALTRATO INFANTIL. SERVICIO DE

EMERGENCIA DEL HOSPITAL UNIVERSITARIO DE PEDIATRÍA “DR. AGUSTÍN ZUBILLAGA”.

BARQUISIMETO – ESTADO LARA.

Trabajo presentado para optar al grado de especialista en Puericultura y Pediatría

Por: WILMARY YÉPEZ

Barquisimeto, 2009

3

APROBACIÓN DEL TUTOR

En mi carácter de Tutor del Trabajo titulado: NIVEL DE CONOCIMIENTO DE

LOS MÉDICOS SOBRE LOS INDICADORES PARA LA DETECCIÓN DE

MALTRATO INFANTIL. SERVICIO DE EMERGENCIA DEL HOSPITAL

UNIVERSITARIO DE PEDIATRÍA “DR. AGUSTÍN ZUBILLAGA”.

BARQUISIMETO – ESTADO LARA, presentado por la ciudadana Wilmary

Carolina Yépez López para optar al Grado de Especialista en Puericultura y Pediatría,

considero que dicho trabajo reúne los requisitos y méritos suficientes para ser

sometido a la presentación pública y evaluación por parte del jurado examinador que

se designe.

En Barquisimeto, a los ________ días del mes de _________________ del año 2009.

______________________________________ Tutor: Dra. Adda Rivero

4

NIVEL DE CONOCIMIENTO DE LOS MÉDICOS SOBRE LOS INDICADORES PARA LA DETECCIÓN DE MALTRATO INFANTIL. SERVICIO DE

EMERGENCIA DEL HOSPITAL UNIVERSITARIO DE PEDIATRÍA “DR. AGUSTÍN ZUBILLAGA”.

BARQUISIMETO – ESTADO LARA.

Por: WILMARY YÉPEZ

Trabajo de Grado Aprobado

_____________________ ______________________ (Jurado1) (Jurado 2) Tutor Dra. Cecilia Tovar Dra. Adda Rivero

__________________________ (Jurado 3)

Dr. Jorge Gaiti

Barquisimeto, _______ de ___________________ 2009

5

DEDICATORIA

A Dios Todopoderoso y a la virgen María quienes me guían y acompañan día a día.

A mi madre Angélica por ser el pilar fundamental en mi vida, brindándome apoyo en

todo lo necesario.

A mi padre Humberto que en paz descanse por brindarme la posibilidad de alcanzar

los objetivos planteados.

A mi hermana Wendy por confiar siempre en mis potencialidades.

A mi novio Juan Bautista por darme ánimo siempre para no desfallecer a lo largo del

camino.

A todos los niños del Hospital Universitario de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga”,

nuestros pacientes, pues son ellos los que día a día nos inspiran y nos dan la fuerza

necesaria para seguir adelante y cada día ser mejor.

6

AGRADECIMIENTO

Al personal directivo, docente y administrativo del Hospital Universitario de Pediatría

“Dr. Agustín Riera Zubillaga” por ser pilares estructurales de este Postgrado.

A la Dra. Adda Rivero por servir de tutora para esta tesis.

A todos aquellos pediatras y docentes que colaboraron de un modo u otro con la

culminación de esta tesis.

A mis compañeros del Postgrado por brindarme apoyo, comprensión y disposición a

prestar la ayuda necesaria en el preciso momento.

A todos mil gracias

7

ÍNDICE

PÁG. DEDICATORIA AGRADECIMIENTO INDICE DE CUADROS INDICE DE GRÁFICOS RESUMEN INTRODUCCIÓN

v vi

viii ix x 1

CAPÍTULO I

EL PROBLEMA Planteamiento del Problema Objetivos

General Específicos

Justificación e Importancia

5 5

11 11 12 13

II MARCO TEÓRICO Antecedentes de la Investigación Bases Teóricas Bases Legales Operacionalización de las Variables

15 15 17 26 28

III MARCO METODOLÓGICO Tipo de Investigación Población y Muestra Procedimiento Técnica e Instrumento de Recolección de los Datos Validez Técnica de Procesamiento y Análisis de los Datos

29 29 29 30 30 31 32

IV RESULTADOS 33 V DISCUSIÓN 43 VI CONCLUSIONES 45 VII RECOMENDACIONES 46

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

47

ANEXOS A. Curriculum Vitae del Tutor B. Instrucciones para la Validación del Instrumento C. Autorización D. Consentimiento Informado E. Encuesta

49 50 52 53 54 57

8

INDICE DE CUADROS

CUADROS

PAG.

1 Nivel de conocimiento sobre indicadores muco-cutáneos para la detección de maltrato físico infantil que poseen los pediatras y residentes del 2do año del postgrado de Puericultura y Pediatría. Servicio de Emergencia del Hospital Universitario de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga”. Barquisimeto - Estado Lara. Enero – Julio 2008………….......

33

2 Nivel de conocimiento sobre indicadores dentales para la detección de maltrato físico infantil que poseen los pediatras y residentes del 2do año del postgrado de Puericultura y Pediatría. Servicio de Emergencia del Hospital Universitario de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga”. Barquisimeto - Estado Lara. Enero – Julio 2008………………………………………

35

3 Nivel de conocimiento sobre indicadores osteo-articulares para la detección de maltrato físico infantil que poseen los pediatras y residentes del 2do año del postgrado de Puericultura y Pediatría. Servicio de Emergencia del Hospital Universitario de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga”. Barquisimeto - Estado Lara. Enero – Julio 2008……………...

37

4 Nivel de conocimiento sobre indicadores orgánicos internos para la detección de maltrato físico infantil que poseen los pediatras y residentes del 2do año del postgrado de Puericultura y Pediatría. Servicio de Emergencia del Hospital Universitario de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga”. Barquisimeto - Estado Lara. Enero – Julio 2008……………...

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5 Nivel de conocimiento sobre los indicadores para la detección de maltrato físico infantil que poseen los pediatras y residentes del 2do año del postgrado de Puericultura y Pediatría. Servicio de Emergencia del Hospital Universitario de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga”. Barquisimeto - Estado Lara. Enero – Julio 2008………………………………………

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ÍNDICE DE GRÁFICOS

GRÁFICOS

PAG.

1 Nivel de conocimiento sobre indicadores muco-cutáneos para la detección de maltrato físico infantil que poseen los pediatras y residentes del 2do año del postgrado de Puericultura y Pediatría. Servicio de Emergencia del Hospital Universitario de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga”. Barquisimeto - Estado Lara. Enero – Julio 2008……………...

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2 Nivel de conocimiento sobre indicadores dentales para la detección de maltrato físico infantil que poseen los pediatras y residentes del 2do año del postgrado de Puericultura y Pediatría. Servicio de Emergencia del Hospital Universitario de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga”. Barquisimeto - Estado Lara. Enero – Julio 2008……………………………………...

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3 Nivel de conocimiento sobre indicadores osteo-articulares para la detección de maltrato físico infantil que poseen los pediatras y residentes del 2do año del postgrado de Puericultura y Pediatría. Servicio de Emergencia del Hospital Universitario de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga”. Barquisimeto - Estado Lara. Enero – Julio 2008……………...

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4 Nivel de conocimiento sobre indicadores orgánicos internos para la detección de maltrato físico infantil que poseen los pediatras y residentes del 2do año del postgrado de Puericultura y Pediatría. Servicio de Emergencia del Hospital Universitario de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga”. Barquisimeto - Estado Lara. Enero – Julio 2008……………..

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5 Nivel de conocimiento sobre los indicadores para la detección de maltrato físico infantil que poseen los pediatras y residentes del 2do año del postgrado de Puericultura y Pediatría. Servicio de Emergencia del Hospital Universitario de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga”. Barquisimeto - Estado Lara. Enero – Julio 2008……………………………………...

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UNIVERSIDAD CENTRO OCCIDENTAL “LISANDRO ALVARADO”

DECANATO DE CIENCIAS DE LA SALUD POSTGRADO DE PUERICULTURA Y PEDIATRÍA

NIVEL DE CONOCIMIENTO DE LOS MÉDICOS SOBRE LOS INDICADORES

PARA LA DETECCIÓN DE MALTRATO INFANTIL. SERVICIO DE EMERGENCIA DEL HOSPITAL UNIVERSITARIO

DE PEDIATRÍA “DR. AGUSTÍN ZUBILLAGA”. BARQUISIMETO – ESTADO LARA.

Autora: Wilmary Yépez Tutor: Adda Rivero

RESUMEN

En esta investigación se realizó un estudio descriptivo de corte transversal cuyo objetivo fue determinar el nivel de conocimiento de los médicos sobre los indicadores para la detección de maltrato físico infantil en el Servicio de Emergencia del Hospital Universitario de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga”. La población estudiada estuvo conformada por 24 médicos: 12 Pediatras y 12 Residentes del Segundo Año del Postgrado de Puericultura y Pediatría. Se determinó mediante una encuesta de 18 preguntas el nivel de conocimiento en maltrato físico infantil, específicamente sobre los indicadores muco-cutáneos, dentales, osteo-articulares y orgánicos internos. Dicha encuesta fue tabulada clasificándose en categorías: 58,3% regular, 37,5% deficiente y 4,2% adecuado, siendo éste el conocimiento global de ambos grupos. Sobre los indicadores muco-cutáneos: pediatras y R2 50% deficientes; indicadores dentales: pediatras 58,3% adecuado y R2 83,3% deficiente; indicadores osteo-articulares: pediatras y R2 41,7 % deficientes e indicadores orgánicos internos: pediatras: 50% regular y R2 41,7% regular. Se concluye que tanto los residentes de segundo año como los pediatras tienen un conocimiento regular de dichos indicadores, estimando así la necesidad de orientar la búsqueda de alternativas a esta problemática, dirigidas a realizar los ajustes curriculares correspondientes en la carrera de medicina y fomentar la educación médica continua para mejorar el conocimiento sobre este tema a fin de garantizar el bienestar de los niños.

Palabras Claves: Conocimiento médico, maltrato físico infantil, indicadores.

11

INTRODUCCIÓN

El conocimiento científico que poseen los médicos, específicamente los

pediatras y residentes de Puericultura y Pediatría que laboran en el principal Hospital

del Estado Lara como lo es el Hospital Universitario de Pediatría “Dr. Agustín

Zubillaga” es de vital importancia para alcanzar una adecuada atención médica, que

revierta la patología y optimice la calidad de vida del paciente y si se toma en cuenta

el conocimiento que tengan sobre maltrato infantil que es un hecho muy lamentable,

lo es aún más.

Aunque se ha insistido que el abuso del niño y posteriormente su maltrato

intencional existe desde tiempo inmemorial, la información del fenómeno como

tal, probablemente se pueda establecer como una sospecha desde los últimos años del

siglo XIX y en una forma precisa, desde la descripción original de Caffey y

posteriormente enriquecido con los aportes de Kempe, Fontana, Finkelhor, dando

origen al Síndrome del niño maltratado (SNM). (Loredo, 2001).

En este sentido el primer caso documentado a nivel judicial de maltrato infantil

es el de Mary Ellen Wilson, en los Estados Unidos, a finales del siglo XIX. Mary

Ellen fue una niña de nueve años de edad sometida a graves malos tratos por parte de

su madre y descubierta por una trabajadora de caridad. Este caso representó un

conflicto legal en los Estados Unidos, debido a que no existía ninguna legislación

aplicable que permitiera proteger a la infancia. Fue la Sociedad Protectora de

Animales la que inició el proceso, recurriendo a la “Ley contra la crueldad hacia los

animales”, y amparándose en el argumento que la niña, como parte del reino animal,

merecía tanta protección como uno de estos. (Pereda, 2006).

Hasta ese momento, el maltrato infantil era un problema desconocido por los

profesionales, con las únicas aportaciones al respecto del médico forense Ambroise

Tardieu y su descripción, basada en sus descubrimientos tanatológicos, de múltiples

casos de malos tratos físicos, abuso sexual y negligencia. Si bien existen

publicaciones anteriores a Tardieu, en los primeros textos de Pediatría, que describen

lesiones en niños y niñas ocasionadas intencionalmente por sus cuidadores u otros

12

adultos, la importancia de su trabajo fue su reconocimiento de la elevada frecuencia

de situaciones de malos tratos en niños y niñas por parte de sus cuidadores, su

descripción de las posibles consecuencias físicas y psicológicas de estas situaciones,

así como su intento, en vano, de advertir a la comunidad médica de lo que el

consideró, ya en su momento, un importante problema de salud pública. (Pereda,

2006).

No obstante, no es hasta 1962, con la aparición del artículo de Kempe,

Silverman, Steele, Droegemueller y Silver, “El síndrome del niño maltratado” cuando

por primera vez en la historia se presenta el problema de la violencia hacia el término

de “malos tratos”. El impacto de esta publicación contribuyó a la creación de leyes

protectoras de la infancia y a importantes cambios en la visión profesional y social,

que existía sobre este tema. Hasta ese momento la violencia familiar era considerada

como un fenómeno poco frecuente, anormal y atribuido a personas con trastornos

psicopatológicos o de una clase social determinada. (Pereda, 2006).

Actualmente se acepta que en el mundo el 10% de cualquier comunidad

pediátrica puede ser víctima de una acción intencional diversa y de ella, solo el 1%

es diagnosticada o tratada integralmente. Por esta razón la Organización Mundial de

la Salud ha considerado a este fenómeno un problema de salud pública mundial.

(Loredo, 2006).

Hoy en día los padecimientos en los niños pueden ser clasificados de rezago,

de emergencia o de re-emergencia. Así patologías como desnutrición, tuberculosis,

paludismo y el síndrome del niño maltratado pueden ser considerados dentro de dos o

tres de los rubros mencionados. (Loredo, 2006).

Cuando a una patología se le clasifica como re-emergente debemos estar

conscientes de que no hemos sido capaces de resolver dicho problema médico, ya que

seguramente un buen número de factores no atendidos favorecen su resurgimiento.

(Loredo, 2006).

El Síndrome del Niño Maltratado en la actualidad constituye uno de los temas

que más preocupa en la investigación clínica de la infancia y si bien no se tienen

cifras precisas de su incidencia y prevalencia, se reconoce que su presencia es cada

13

vez más evidente, por esto es necesario difundir el conocimiento sobre este problema

en todos los ámbitos (tanto médicos como sociales) con el propósito de identificarlo,

conocer el mejor abordaje para prevenirlo y así evitar las consecuencias y los efectos

importantes que tiene sobre el individuo, la sociedad y el desarrollo del ser humano.

El maltrato infantil se ha convertido en un conflicto al que actualmente se

enfrentan las diferentes disciplinas en su estudio, puesto que no se presenta en forma

aislada, sino que involucra una gran variedad de factores biopsicosociales. (Sánchez y

Pacheco, 2000).

El Fondo Internacional de Socorro de la Infancia (UNICEF) entiende a los

menores víctimas de maltrato y el abandono como aquel segmento de la población

conformado por niños, niñas y jóvenes hasta los 18 años que “sufren ocasional o

habitualmente casos de violencia física, sexual o emocional, sea en el grupo familiar

o en las instituciones sociales”. El maltrato puede ser ejecutado por omisión,

supresión o transgresión de los derechos individuales y colectivos e incluye el

abandono completo o parcial. La Clínica de Atención al Niño Maltratado (CAINM)

y el Instituto Nacional de Pediatría (INP) de México propone como definición

completa y precisa de maltrato a un niño como “toda agresión u omisión intencional

dentro o fuera del hogar contra un menor (es), antes o después de nacer y que afecte

su integridad biopsicosocial, realizada habitual u ocasionalmente por una persona,

institución o sociedad, en función de su superioridad física y/o intelectual. (Perea y

otros, 2001).

El maltrato físico por acción u omisión deja indicadores en el niño de acuerdo

al área del organismo en donde ocurra la lesión, ya sea muco-cutáneas, dental, osteo-

articular u órganos internos.

El objetivo general de esta investigación fue determinar el nivel de

conocimiento sobre indicadores para la detección de maltrato físico infantil que

poseen los médicos que laboran en el Servicio de Emergencia del Hospital

Universitario de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga”.

El estudio fue de tipo descriptivo de corte transversal, en donde se tomó como

población 24 médicos que laboran en el Servicio de Emergencia del Hospital

14

Universitario de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga”, 12 de los cuales son pediatras y

12 son residentes del segundo año del postgrado de Puericultura y Pediatría, en

quienes se aplicó una encuesta estructurada de carácter anónimo, constituida por 18

preguntas que permitió determinar el nivel de conocimiento acerca del maltrato físico

infantil, cuyo análisis se hizo según fue el nivel de conocimiento de los médicos en

cuestión.

En referencia a lo antes expuesto y para viabilizar los procesos y resultados de

la presente investigación, el estudio se estructuró de la siguiente manera:

Capítulo I: Contexto de la problemática a través de la exposición de la

aproximación al objeto de estudio, los objetivos de la investigación y la justificación

de la misma.

Capitulo II: Marco referencial, relacionado con las investigaciones previas y los

referentes teóricos implicados en el estudio. Igualmente se presentan el sistema de

variables y el cuadro de operacionalización de variables.

Capítulo III: Marco metodológico, que incluye el tipo de investigación,

población y muestra, y el procedimiento que incluye las técnicas e instrumentos de

recolección y técnicas de procesamiento y análisis de los datos.

Capítulo IV: Resultados de la investigación, en donde se presentan los cuadros

y gráficos respectivos.

Capítulo V, VI y VII: Discusión, conclusiones y recomendaciones del presente

trabajo.

15

CAPÍTULO I

EL PROBLEMA

Planteamiento del Problema

El maltrato a los niños es un fenómeno universal que no tiene límites culturales,

sociales, ideológicos ni geográficos; no existe país ni comunidad que escape a él, y se

presenta tanto en países industrializados como en aquellos en vías de desarrollo.

Los modelos o métodos de educación de los hijos han cambiado de acuerdo con

la época y la cultura, al igual que las características de la familia; sin embargo, el

maltrato a los hijos ha persistido. (Herrera, 1999).

En épocas pasadas el padre era considerado como el dueño y no como el

protector de su hijo, ya que ejercía un poder absoluto sobre él. Se cita el derecho

paternal que Rómulo otorgó en común a patricios y plebeyos, el cual permitía que los

padres pusieran a sus hijos en prisión, los golpearan con varas, los vendieran como

esclavos e incluso, los mataran. También en la América Prehispánica, entre los

aztecas y los mayas, la autoridad se depositaba en el varón, quien gozaba del derecho

de vida y muerte sobre los hijos. (Herrera, 1999).

El infanticidio fue muy común en tiempos bíblicos, y como ejemplo de ello

tenemos que Abraham estuvo a punto de sacrificar a su hijo Isaac. Hubo un tiempo en

el que los niños cristianos eran azotados cada día de muertos para recordar la masacre

emprendida por Herodes. En la antigua Palestina era muy común el sacrificio de los

primogénitos en honor a los dioses. Otra forma de infanticidio era el emparedamiento

que como en Jericó colocaban a los niños en los cimientos de las murallas para

supuestamente fortalecerlas. En la India el infanticidio era practicado en niños que

nacían con defectos físicos, y en China, hacia 1870, el infanticidio femenino era

permitido como una forma de control prenatal, mientras que el cuarto hijo de

cualquier sexo era arrojado a los animales salvajes. (Herrera, 1999).

16

La eugenesia era otro argumento a favor del infanticidio; Séneca, Platón y

Aristóteles apoyaban el asesinato de los niños defectuosos. El asesinato de los hijos

ilegítimos al nacer era muy común en Alemania y Europa hace 200 años. Los

japoneses sacrificaban a sus niños como un método de control de la natalidad, y las

mujeres sobrevivían porque las podían casar, vender como prostitutas o sirvientas, o

convertirlas en geishas. (Herrera, 1999).

En los Estados Unidos de América (EUA), durante la época colonial, los

menores de edad se cedían por contrato durante años para servir como mano de obra

barata. Un problema especial existía en relación con los niños de color, para los

cuales no existía ningún tipo de atención. Durante el siglo XIX, los niños indigentes

eran vendidos a agricultores o artesanos, para que cubrieran jornadas de trabajo de 16

a 18 horas, a cambio de salarios muy bajos. (Herrera, 1999).

La sociedad empezó a tomar conciencia de la existencia del problema y de la

presencia del maltrato hasta finales del siglo XIX. Como un antecedente de

fundamental importancia en el estudio del síndrome del niño maltratado, se encuentra

el caso de Mary Ellen, primero en EUA que provocó una intervención legal en 1874.

Como no existía una ley ni dependencia que tuviese facultades para intervenir, en

forma irónica el caso fue llevado a la corte avalado por la Sociedad Protectora de

Animales. A raíz de este hecho, surge en EUA, en 1875, la Sociedad de Prevención

de la Crueldad en los Niños y posteriormente, se crean otras organizaciones con

esta misma función. (Herrera, 1999).

Henry Kempe definió inicialmente el síndrome como "el uso de la fuerza física

en forma intencional, no accidental, dirigida a herir y lesionar o destruir a un niño,

ejercido por parte de su padre o de otra persona responsable del cuidado del menor".

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos, por su parte, lo define como "toda

aquella forma extrema de amenazas, represión, castigos o humillaciones que inflijan

un sufrimiento físico, psicológico o moral a un ser humano, y más aún si se trata de

un menor." (Herrera, 1999).

17

Por su actual vigencia el fenómeno del maltrato a los niños, conocido en el

ambiente médico como síndrome del niño maltratado (SNM), ha sido considerado

como un problema de salud pública. (Perea y otros, 2001).

Numerosos estudios se han llevado a cabo en todo el mundo sobre el tema y en

la actualidad es factible precisar las diversas formas que lo constituyen, las

manifestaciones clínicas de cada una de ellas y los conceptos médicos y sociales

sobre el menor agredido, la familia y el agresor. Así mismo esta problemática ha

llevado a la creación de instituciones internacionales y nacionales, gubernamentales

y no gubernamentales, cuya política y función está orientada a mejorar las

condiciones de la niñez en el mundo, prevenir cualquier forma de daño y promover el

cumplimiento pleno de sus derechos. (Perea y otros, 2001).

En el área de la salud, el maltrato físico es la variedad clínica que mayor

evidencia genera, y se han descrito las estrategias clínicas que permiten sospechar

que un niño con lesiones ha sido víctima de un daño intencional. (Corchado y otros,

2004).

Se estima que en los Estados Unidos de América, 10% de las lesiones físicas

en niños son debidas a traumatismos no accidentales. El Departamento de los

Servicios Humanos y de Salud de ese país reporta que 5 a 17 niños de cada 100.000

son asesinados por sus padres. En países europeos se reporta una frecuencia de 1.6%,

estimando que por cada caso conocido existen nueve más no registrados. En México,

el Sistema de Desarrollo Integral de la Familia (DIF) reportó, entre 1995 y 1999,

23.000 casos de niños maltratados cada año. En la Clínica de Atención Integral al

Niño Maltratado del Instituto y de la Universidad Autónoma de México (CAINM-

INP-UNAM), sin ser un centro de referencia para la asistencia de niños víctimas de

violencia, se diagnostican y atienden entre 30 y 35 casos nuevos cada año. Por la

naturaleza del fenómeno, existe subregistro de casos y por lo tanto, las cifras de

prevalencia y mortalidad no son precisas. Una condición adicional que dificulta el

conocimiento real de su comportamiento epidemiológico es la complejidad que existe

para precisar el diagnóstico de cada caso, ya que éste debe ser establecido después de

18

haberse realizado una evaluación integral por un equipo interdisciplinario

experimentado. (Corchado y otros, 2004).

Durante la asistencia de los niños víctimas de violencia, se han encontrado

diversos obstáculos para su identificación, diagnóstico, registro, atención legal y

seguimiento, los cuales deben ser resueltos por los profesionales encargados del

problema. Es posible que estas dificultades se originen, entre otras cosas, por:

1. La variedad de definiciones del SNM entre las diferentes disciplinas

involucradas, lo que deriva en conceptos heterogéneos y acorde a las

necesidades de cada área y no a las del fenómeno mismo.

2. Falta de sensibilidad y conocimiento del fenómeno por el personal de salud,

lo que se traduce en dificultades como un registro y notificación

inadecuada, abuso del diagnóstico, estigmatización del niño y su familia,

retardo en su atención, seguimiento y resolución del caso.

3. Procesos legales lentos e ineficientes.

4. Dificultad en la investigación y asistencia social.

Ante esta diversidad de obstáculos, destaca la necesidad de identificarlos,

describirlos y analizarlos. De este modo, cada uno de los profesionales involucrados

en la asistencia de niños víctimas de violencia deberá solucionar desde su área de

competencia (médica, social y legal), proporcionando así una atención expedita. De

ser así, la aplicación de normas y leyes, así como el proporcionar al paciente y su

familia una atención con calidad y calidez, será una realidad. (Corchado y otros,

2004).

La estadística del Hospital Universitario de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga”,

Barquisimeto – Estado Lara, específicamente la del Programa de Atención del Niño y

Adolescente en Condiciones Especialmente Difíciles (PANACED) señala que en el

año 2004 se atendieron un total de 716 casos, de los cuales 178 (24,8%)

correspondieron a maltrato y violencia familiar a niños y adolescentes; en el año 2005

se atendieron un total de 1645 casos, de los cuales 279 (16,9%) correspondieron a

maltrato y violencia familiar a niños y adolescentes y en el año 2006 se atendieron a

19

1604 casos, de los cuales 233 (14,5%) correspondieron a maltrato y violencia familiar

a niños y adolescentes.

Frente a este planteamiento es importante tomar en cuenta la existencia de

PANACED, el cual funciona como fuerza piloto no sólo para labores estadísticas en

el Hospital Universitario de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga” sino como ente

multidisciplinario encargado de atender a los diversos casos con sospecha de

Síndrome del Niño Maltratado y velar por los derechos humanos y reestablecimiento

de las lesiones físicas y emocionales del niño; labor por demás realizada en

conjunción con el área de Pediatría Social, el cual imparte docencia sobre el maltrato

infantil no sólo a la familia sino también a médicos y estudiantes de pregrado y

postgrado.

En lo referente al diagnóstico se debe insistir que éste puede ser de sospecha, de

probabilidad o de convicción y debe estar basado no solamente en la información

que dicho profesional ha recabado en una primera entrevista con el paciente y sus

familiares. La experiencia ha enseñado que este diagnóstico se debe establecer

después de que el pediatra, el psicólogo, el psiquiatra, el trabajador social y el

personal del departamento jurídico, que como parte de un grupo multidisciplinario, lo

realizan en forma conjunta y basados en el análisis completo de cada paciente.

(Loredo, 1999).

En relación a lo antes expuesto se han creado indicadores para la detección de

maltrato físico infantil dependiendo del área lesionada que pueden ser muco-

cutáneos, dentales, osteo-articulares y orgánicos internos, para así llegar a su

diagnóstico clínico y por consiguiente su atención integral correspondiente.

Dentro de las formas de maltrato físico destacan las lesiones que son

consecuencia de un traumatismo directo (puñetazo, puntapié, azote al suelo, etc), las

infringidas con un objeto punzocortante o romo (puñal, picahielo, palo, etc), o con

otro tipo de objetos (alambre, cuerda, cinturón, etc) en cualquier parte del organismo.

Las ocasionadas por quemadura física, química o biológica (líquidos hirviendo,

objetos calientes, inmersión, etc) en cualquier parte del cuerpo y habitualmente de

uniformidad constante. La lesión de la masa encefálica, producida por un golpe

20

directo que cause su aceleración y desaceleración y ocasione un hematoma subdural,

subgaleal o epidural, principalmente. Por último la urgencia abdominal puede causar

la muerte del menor a corto plazo hasta en 50% de los casos, lo cual ocurre porque el

tipo de órganos que se lesionan pueden sangrar fácilmente (estallido de hígado o

bazo, hematoma intestinal, lesión vascular del mesenterio, hematoma renal) o se

pueden perforar (estómago, intestino delgado, colon) y porque dicha situación clínica

también se ve agravada por el habitual retardo, en estos pacientes, en solicitar

atención médica. (Loredo, 1999).

Independientemente de las secuelas físicas que desencadena directamente la

agresión producida por el abuso físico, todos los tipos de maltrato infantil dan lugar a

trastornos conductuales, emocionales y sociales. La importancia, severidad y

cronicidad de estas secuelas depende de la intensidad y frecuencia del maltrato,

características del niño (edad, sexo, susceptibilidad, temperamento, habilidades

sociales, etc), relación del niño con el agresor, apoyo intrafamiliar a la víctima

infantil, acceso y competencia de los servicios de ayuda médica, psicológica y social.

(Hernandez, 2006).

En los primeros momentos del desarrollo evolutivo se observan repercusiones

negativas en las capacidades relacionales de apego y en la autoestima del niño. Así

como pesadillas y problemas del sueño, cambios de hábitos de alimentación, pérdidas

del control de esfínteres, deficiencias psicomotoras y trastornos psicosomáticos.

(Hernandez, 2006).

En escolares y adolescentes encontramos: fugas del hogar, conductas

autolesivas, hiperactividad o aislamiento, bajo rendimiento académico, deficiencias

intelectuales, fracaso escolar, trastorno disociativo de identidad, delincuencia juvenil,

consumo de drogas y alcohol, miedo generalizado, depresión, rechazo al propio

cuerpo, culpa y vergüenza, agresividad, problemas de relación interpersonal.

(Hernandez, 2006).

En este sentido, diversos estudios señalan que el maltrato continúa de una

generación a la siguiente. De forma que un niño maltratado tiene alto riesgo de ser

perpetuador de maltrato en la etapa adulta. (Hernandez, 2006).

21

Los pediatras, al ser los profesionales de la salud que están en mayor contacto

con los niños, son los llamados a realizar la prevención del maltrato infantil, además

de establecer diagnósticos y junto con un equipo multidisciplinario colaborar en su

tratamiento. (Hernandez, 2006).

En este sentido, el conocimiento de los profesionales relacionados con los

niños, como lo son los pediatras y residentes de postgrado de Puericultura y Pediatría

es fundamental y sobre todo en el área del maltrato infantil, dado sus secuelas a nivel

físico, emocional y social, por tanto amerita su prevención, diagnóstico y terapéutica

oportuna.

Ante esta situación, fue necesario realizar un trabajo donde se investigó el nivel

de conocimiento sobre indicadores para la detección de maltrato físico infantil que

poseen los médicos, específicamente los pediatras y residentes del segundo año del

postgrado de Puericultura y Pediatría que laboran en el Servicio de Emergencia del

Hospital Universitario de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga”, en Barquisimeto –

Estado Lara.

De acuerdo a los resultados obtenidos, puede orientarse la búsqueda de

soluciones, dirigida a realizar los ajustes curriculares necesarios en la carrera de

medicina sobre el tema del maltrato infantil y fomentar la educación médica continua

con el fin primordial de resguardar y proteger a la infancia, por ser ellos los

forjadores del futuro.

Objetivos

General

Determinar el nivel de conocimiento sobre indicadores para la detección de

maltrato físico infantil que poseen los pediatras y residentes del segundo año del

postgrado de Puericultura y Pediatría que laboran en el Servicio de Emergencia

del Hospital Universitario de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga”. Barquisimeto –

Estado Lara. Enero – Julio 2008.

22

Específicos

- Determinar el nivel de conocimiento sobre indicadores muco-cutáneos para la

detección de maltrato físico infantil que poseen los pediatras y residentes del

segundo año del postgrado de Puericultura y Pediatría que laboran en el Servicio

de Emergencia del Hospital Universitario de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga”.

Barquisimeto - Estado Lara. Enero - Julio 2008.

- Determinar el nivel de conocimiento sobre indicadores dentales para la detección

de maltrato físico infantil que poseen los pediatras y residentes del segundo año

del postgrado de Puericultura y Pediatría que laboran en el Servicio de

Emergencia del Hospital Universitario de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga”.

Barquisimeto - Estado Lara. Enero - Julio 2008.

- Determinar el nivel de conocimiento sobre indicadores osteo-articulares para la

detección de maltrato físico infantil que poseen los pediatras y residentes del

segundo año del postgrado de Puericultura y Pediatría que laboran en el Servicio

de Emergencia del Hospital Universitario de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga”.

Barquisimeto - Estado Lara. Enero - Julio 2008.

- Determinar el nivel de conocimiento sobre indicadores orgánicos internos para la

detección de maltrato físico infantil que poseen los pediatras y residentes del

segundo año del postgrado de Puericultura y Pediatría que laboran en el Servicio

de Emergencia del Hospital Universitario de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga”.

Barquisimeto - Estado Lara. Enero - Julio 2008.

23

Justificación e Importancia

Para poder hacer frente al Síndrome del Niño Maltratado se requieren diversas

acciones académicas y de investigación, así como la participación de la sociedad civil

mediante procesos interdisciplinarios, interinstitucionales e internacionales tendientes

a profundizar en el conocimiento de las causas, manifestaciones clínicas y las

consecuencias que la violencia contra los niños, niñas y adolescentes generan. De no

hacerlo así, estamos condenados a seguir realizando una medicina de atención tardía

que en ocasiones puede ser lamentable, pues la víctima puede haber fallecido como

consecuencia de la agresión. En este sentido, destaca la acción de atención integral y

de prevención para lo cual se requiere la acción de un equipo de profesionales

constituido por pediatras y de otras especialidades, de profesionales de la salud

mental, trabajadores sociales y expertos en metodología de la investigación. (Loredo,

2006).

Debido a la prevalencia de niños y niñas víctimas de maltrato físico infantil que

acuden a los centros de salud, específicamente al principal centro asistencial del

Estado Lara como lo es el Hospital Universitario de Pediatría “Dr. Agustín

Zubillaga”, fue de gran importancia determinar el conocimiento de los pediatras y

residentes del segundo año del postgrado de Puericultura y Pediatría acerca de los

indicadores para su detección, lo cual contribuye al manejo o abordaje médico,

psicológico y legal respectivo para subsanar las consecuencias que a corto y a largo

plazo acarrean para el paciente tanto en su desarrollo y crecimiento físico como en su

estabilidad emocional y conductual. (Díaz y otros, 2000).

Esta detección debe hacerla el médico lo más temprano posible,

independientemente del motivo de consulta primario del paciente e

independientemente de su grado de especialización. Por ello esta investigación creó

conciencia de la relevancia del conocimiento de los médicos sobre el maltrato físico,

principalmente los que laboran en la emergencia pediátrica, por ser estos los primeros

en abordar el paciente, de manera de beneficiar a la población pediátrica expuesta a

maltrato por acción u omisión.

24

Asimismo, los resultados de esta investigación permitieron conocer el nivel de

conocimiento de los médicos sobre los indicadores de maltrato infantil, por tanto, la

misma representa una contribución para solucionar el problema que significa el

maltrato en cuanto a su manejo por parte del profesional de la salud. Al comprobarse

científicamente el nivel de conocimiento de los médicos sobre los indicadores de

maltrato infantil, puede ser posible la adopción de medidas de prevención dirigidas a

las autoridades del Decanato de Medicina, a fin de incorporar programas de

capacitación a nivel de pre y postgrado en esta área del conocimiento.

Por otra parte, es importante señalar que en el ámbito académico, esta

investigación constituye un gran aporte, ya que se abrió un campo de investigación no

estudiado anteriormente, con posibilidades de expandir dicha investigación a otras

áreas relacionadas con la atención de pacientes maltratados. En este sentido, la

trascendencia de esta investigación radica en que podrá servir de punto de partida a

muchos otros estudios posteriores relacionados con el tema.

25

CAPÍTULO II

MARCO TEÓRICO

Antecedentes de la Investigación

En esta sesión se presenta la estructura teórico conceptual relevante, que

permita tener una visión del contexto del conocimiento acumulado en relación con el

tema a estudiar.

Existen algunas investigaciones que ponen de manifiesto diversas formas de

maltrato y su diagnóstico. A continuación se reseñan algunos estudios relevantes

realizados al respecto.

A nivel nacional, específicamente en Caracas, Ceballos (2005) realizó un

estudio titulado: Aproximación al diagnóstico diferencial de las quemaduras

intencionales en los niños, donde se considera la comparación de las quemaduras

intencionales con las quemaduras no intencionales y con otras lesiones que pueden

mimetizar a las quemaduras o a lesiones sugestivas de maltrato, teniendo en cuenta

que de la omisión de una verdadera quemadura intencional puede implicar para la

víctima regreso al ambiente hostil y exposición a nuevos y más graves riesgos de

maltrato.

Por otra parte, específicamente a nivel del Estado Lara hay un estudio sobre el

Nivel de conocimientos de los médicos generales que laboran en los Ambulatorios

Urbanos tipo III de los Municipios Sanitarios 1 y 8 acerca del manejo médico-legal

del abuso sexual en niños, niñas y adolescentes, donde encontraron que sólo el 2,77%

de los médicos efectúan un manejo global adecuado, mientras que un 97,22%

realizan un manejo global regular a deficiente de los casos. (Aguerrevere y otros,

2005).

26

Adicionalmente en el Estado Lara, Pérez (2004) presentó un estudio titulado:

Indicadores de abuso sexual en niños de 5 a 9 años con Sospecha de Maltrato Infantil,

en el cual determinó los indicadores físicos y de comportamiento a un grupo de 25

niños hospitalizados por sospecha de maltrato infantil en el Hospital Pediátrico “Dr.

Agustín Zubillaga”, encontrando a través de una encuesta realizada a los padres y

representantes, desordenes en la alimentación en ambos sexos, olor extraño en el área

genital y moretones genitales en las hembras y dificultad para caminar o sentarse y

lesiones anales en los varones.

En la bibliografía internacional existen publicados varios estudios, entre los

cuales está el titulado: Diagnóstico erróneo de síndrome de niño maltratado, en donde

se mencionan 7 casos clínicos de diagnóstico erróneo de síndrome de niño maltratado

en donde subrayan la necesidad de descartar toda causa no intencional de las lesiones,

así como de la participación de las diferentes áreas del equipo asistencial (pediátrica,

salud mental, medico-legal, social y eventualmente de la subespecialidad pediátrica)

cuando se pretende un diagnóstico precoz. (Rodriguez y Pais, 1996).

Otro estudio es el titulado Aspectos quirúrgicos del maltrato al menor, en donde

se revisa la experiencia del Departamento de Cirugía del Hospital Pediátrico

Moctezuma del Distrito Federal, México, con el propósito de comprender lo

relacionado con la extensión, circunstancias, presentación y consecuencias del

maltrato al menor, concluyendo que el trauma moderado debido al síndrome del niño

maltratado fue observado en 35 casos y el grave en 34 de los ingresos hospitalarios en

el período de un año. (Baeza y otros, 1998).

De igual manera, se encuentra otro estudio titulado: El maltrato al menor: una

urgencia médica y social que requiere atención multidisciplinaria, donde se señala

algunos aspectos médicos, sociales y jurídicos que permiten considerar cada caso de

maltrato infantil como una verdadera urgencia médico-social, mediante la sospecha

clínica, el diagnóstico y el manejo integral. (Loredo y otros, 1999).

Otro estudio, titulado: El maltrato al menor: propuesta de una definición

integral, considera 8 parámetros en la definición, que incluye al huésped, agresor,

medio ambiente, intencionalidad del daño, si éste fue prenatal o postnatal, además de

27

las consecuencias emocionales, sociales y biológicas en el niño y en su familia.

(Perea, 2001).

Así mismo, cabe señalar un estudio sobre los Obstáculos médico legales en el

diagnóstico y asistencia integral del niño maltratado, en donde se tomaron 67 casos

clínicos de niños enviados a la Clínica de Atención Integral del Niño Maltratado del

Instituto Nacional de Pediatría y de la Universidad Nacional Autónoma de México

en donde se evaluaron las áreas de asistencia a las cuales les compete la evaluación

del niño maltratado: médica, de trabajo social, legal y de salud mental y se concluyó

que el área médica fue identificada como una de las que presenta mayores obstáculos

para el establecimiento del diagnóstico del síndrome del niño maltratado, encontrando

un 25% de obstáculos en la valoración médica inicial. (Corchado y otros, 2004).

Adicionalmente, existe otro estudio titulado El maltrato infantil y síndrome de

muerte súbita del lactante: estrategias para el diagnóstico diferencial, en donde

realizan un ensayo para señalar los avances clínicos y la utilidad de la autopsia para

establecer un diagnóstico certero, para lo cual establecen un algoritmo preciso para el

análisis de estos pacientes que permita errores en el diagnóstico y un manejo legal

inadecuado de los mismos. (Loredo y otros, 2006).

Frente a estos planteamientos la identificación del maltrato físico requiere, en

primer término, que el médico tratante piense ante pistas sutiles de que ese síndrome

puede estar presente y de que dicha patología amerita una responsabilidad

multidisciplinaria y de preferencia institucional que además mantenga un enfoque

preventivo y de resolución con capacidad de restaurar la integridad física y psíquica

del individuo, reintegrar la armonía al núcleo familiar y rehabilitar al agresor.

Bases Teóricas

En esta sección se realizó una revisión de la literatura técnica necesaria, para la

comprensión del tema en estudio, y la misma se presenta según el siguiente esquema

de presentación: Maltrato infantil, Indicadores de maltrato y su importancia.

28

Todo conocimiento es una relación, pero aparecen además dos términos que son

los que se relacionan: el sujeto que es cognoscente (conocedor) y el objeto que es

conocido. La epistemología estudia la relación entre el sujeto y el objeto y todos los

problemas que esa relación plantea. Se plantea preguntas como por ejemplo: si esa

relación es posible, cual es el origen de esta, si tiene límites, etc.

Ninguna de estas se da de forma aislada, todas las respuestas están relacionadas.

La relación de un determinado conocimiento no puede estudiarse dejando de lado el

sujeto y el objeto.

El conocimiento es una contemplación porque conocer es ver, es una

asimilación porque es nutrirse y es una creación porque es engendrar. El origen, el

valor y el objeto del conocimiento también son entendidos de distintas formas. El

origen del conocimiento está en un principio en donde entra la razón y la experiencia.

Aristóteles definió la ciencia como un conocimiento cierto por las causas. Para

él la ciencia desde el punto de vista objetivo es un conjunto de conocimientos.

(Correa, 2004).

El conocimiento científico es un saber crítico (fundamentado), metódico,

verificable, sistemático, unificado, ordenado, universal, objetivo, comunicable (por

medio del lenguaje científico), racional, provisorio y que explica y predice hechos

por medio de leyes.

1. El conocimiento científico es crítico porque trata de distinguir lo verdadero de lo

falso. Se distingue por justificar sus conocimientos, por dar pruebas de su verdad,

por eso es fundamentado, porque demuestra que es cierto.

2. Se fundamenta a través de los métodos de investigación y prueba, el investigador

sigue procedimientos, desarrolla su tarea basándose en un plan previo. La

investigación científica no es errática sino planeada.

3. Su verificación es posible mediante la aprobación del examen de la experiencia.

Las técnicas de la verificación evolucionan en el transcurso del tiempo.

4. Es sistemático porque es una unidad ordenada, los nuevos conocimientos se

integran al sistema, relacionándose con los que ya existían.

29

5. Es un saber unificado porque no busca un conocimiento de lo singular y

concreto, sino el conocimiento de lo general y abstracto, o sea de lo que las cosas

tienen de idéntico y de permanente.

6. Es ordenado porque no es un agregado de informaciones aisladas, sino un

sistema de ideas conectadas entre sí.

7. Es universal porque es válido para todas las personas sin reconocer fronteras ni

determinaciones de ningún tipo, no varía con las diferentes culturas.

8. Es objetivo porque es válido para todos los individuos y no solamente para uno

determinado. Es de valor general y no de valor singular o individual. Pretende

conocer la realidad tal como es. La garantía de esta objetividad son sus técnicas

y sus métodos de investigación y prueba.

9. Es comunicable mediante el lenguaje científico, que es preciso y comprensible

para cualquier sujeto capacitado, quien podrá obtener los elementos necesarios

para comprobar la validez de las teorías en sus aspectos lógicos y verificables.

10. Es racional porque la ciencia conoce las cosas mediante el uso de la inteligencia

y de la razón.

11. El conocimiento científico es provisorio porque la tarea de la ciencia no se

detiene, prosigue sus investigaciones con el fin de comprender mejor la realidad.

La búsqueda de la verdad es una tarea abierta.

12. La ciencia explica la realidad mediante leyes, éstas son las relaciones constantes

y necesarias entre los hechos. Son proposiciones universales que establecen en

que condiciones sucede determinado hecho, por medio de ellas se comprenden

hechos particulares. También permiten adelantarse a los sucesos, predecirlos. Las

explicaciones de los hechos son racionales, obtenidas por medio de la

observación y la experimentación. (Correa, 2004).

Cabe resaltar que todas estas características descritas sobre el conocimiento

científico forman parte de la investigación planteada.

30

Maltrato Infantil

El maltrato infantil está definido como toda acción u omisión no accidental que

amenaza o impide la seguridad de los menores de 18 años y la satisfacción de sus

necesidades físicas y psicológicas básicas. (Pereda, 2006).

Existen diferentes tipos de maltrato infantil entre los cuales se encuentra:

maltrato físico por acción u omisión, abuso sexual, maltrato emocional, abandono

emocional, síndrome de Munchhausen por poderes y el maltrato institucional. (López,

1996).

El maltrato físico es aquel conjunto de acciones perpetradas utilizando la fuerza

física o por omisión de cuidado, no accidentales, ocasionados por adultos, que

originan en el niño un daño físico o enfermedad manifiesta. (Avilez, 2004).

Los criterios para la calificación de un caso de violencia o maltrato requieren de

una ponderación rigurosa de los antecedentes, indicadores y hallazgos clínicos, así

como de considerar el derecho a la privacidad de la familia. En las primeras consultas

no siempre es posible confirmar o tener la certeza de que existe violencia o abuso, por

lo que la calificación de "alto riesgo o probable" determina igualmente la necesidad

de intervenciones específicas.

Una propuesta para la calificación de un caso como "de alto riesgo o de

violencia intrafamiliar o maltrato infantil" son los siguientes:

1. Cuando existen signos de maltrato físico, abandono, maltrato emocional y abuso

sexual.

2. Cuando existe asociación con antecedentes o situaciones condicionantes y

desencadenantes.

3. Cuando hay información suficiente sobre la ocurrencia de situaciones de

maltrato: verbalización de parte del niño, reconocimiento de parte del adulto

involucrado, testimonio de otras personas y documento judicial o policial.

El mecanismo probable de la violencia o del maltrato tiene una implicación

pronóstica y es determinante para el tipo de intervención.

31

Indicadores de Maltrato Físico

Los indicadores físicos se clasifican y se estudian de acuerdo al área en donde

ocurre la lesión, y se clasifican en lesiones muco-cutáneas, dentales, osteo-articulares

y orgánicas internas.

Lesiones muco-cutáneas: Hematomas, contusiones, equimosis, heridas inciso-

contusas, laceraciones, erosiones y pinchazos.

En este tipo de lesión se investiga: (a) Tipo de lesión inconsistente con la

historia proporcionada, (b) Lesiones múltiples o múltiples tipos de lesiones,

(c)Presencia frecuente y reiterada (indicador de especial importancia en menores de 3

años), (d) Localización en zonas no habituales y no prominentes: áreas periocular y

peribucal, región oral (lengua, mucosa bucal, paladar blando y duro, encías, frenillos),

zonas laterales de la cara, pabellones auriculares, cuello, región proximal y postero-

interna de extremidades, tórax, espalda, área genital y nalgas, (e) Distribución:

ocupan zonas extensas, afectan a varias áreas diferentes y adoptan disposición

simétrica, (f) Configuración en formas geométricas, muy delimitadas de la piel sana,

reproduciendo la forma del objeto, (g) En distintos estadios evolutivos de curación

y/o de cicatrización. Coloración de hematomas: 0-3 días: zona tumefacta,

hipersensible; rojo, azul-rojizo (hemoglobina). 3-7 días: azul púrpura, verde,

amarillo-verdoso (hemosiderina). 7-30 días: amarillo, amarillo-parduzco, pardo

(hematoidina).

El Diagnóstico Diferencial: se establece con: (a) Lesiones cutáneo mucosas

accidentales: localización en zonas prominentes, formas irregulares, distribución

asimétrica, (b) Variantes normales: manchas mongólicas, nevus azules, manchas café

con leche, hemangiomas, venas prominentes, dermografismo intenso, (c) Prácticas

rituales, (d) Enfermedades dermatológicas: celulitis infecciosa, angioedema

palpebral, dermatitis de contacto, eritema nodoso, eritema multiforme, vasculitis por

hipersensibilidad, (e) Enfermedades hematológicas: hemofilia, enfermedad de Von

Willebrand, hipoprotrombinemia, déficit de vitamina K, púrpura trombocitopénica

32

idiopática, síndrome hemolítico-urémico, intoxicación salicílica, coagulación

intravascular.

Otro tipo de indicadores físicos son las Quemaduras y Escaldaduras: (a)

Incompatibles en extensión, profundidad, localización, distribución y patrón –tipo

con la edad del niño, su nivel de desarrollo y con la historia relatada, (b) Presencia

reiterada, (c) Localización múltiple y/o bilateral, con frecuencia en región perioral e

intraoral, espalda, periné, genitales, glúteos, manos, pies y piernas, (d) Distribución

simétrica en forma de “calcetín o de guante” (producidas por inmersión en agua

caliente), en forma de “imagen en espejo” (palmas y plantas), (e) Bordes nítidos que

reproducen la forma del objeto (por ejemplo: plancha eléctrica, parrilla, sartén,

cuerda, cigarrillos, etc.), (f) En distintos estadios evolutivos de curación y/o de

cicatrización (presencia de quemaduras recientes y antiguas), (g) Frecuente

asociación con otros indicadores de abuso sexual.

El Diagnóstico Diferencial de este tipo de indicadores se realiza con: (a)

Quemaduras y/o escaldaduras accidentales: bordes irregulares; carácter único y

casual; distribución asimétrica; localización en región antero-superior del cuerpo y/o

en zonas descubiertas de la piel, (b) Enfermedades dermatológicas: fotodermatitis;

epidermolisis bullosa; síndrome de la piel escaldada por estafilococos; impétigo

ampolloso; varicela.

Las mordeduras constituyen otro tipo de indicadores físicos, caracterizados por:

(a) Reproduce la forma ovoide o elíptica de la arcada dentaria humana (especialmente

cuando parecen ser de adulto: distancia intercanina > 3 cms.), (b) Recurrentes

(aisladas o múltiples).

El Diagnóstico Diferencial se realiza con mordedura de otro niño (distancia

intercanina < 2,5-3 cms.), mordedura de perro o de otros animales; automutilaciones

por psicopatías.

La Alopecia traumática es otro tipo de indicador físico de maltrato,

caracterizado por: (a) Presencia combinada de zonas de cabello sano entre zonas

arrancadas sin que sigan una distribución determinada, (b) Diferente longitud de pelo

en una zona del cuero cabelludo sin explicación aparente, (c) Localización occipital u

33

occipito-parietal. El Diagnóstico Diferencial se establece con áreas de alopecia por

permanencia en decúbito (lactantes); tricotilomanía; enfermedades dermatológicas

(tiñas, alopecia areata).

En relación con las lesiones dentarias, se requiere establecer: (a) tipo de lesión

inconsistente con la historia proporcionada, b) Decoloración (necrosis de la pulpa)

por traumatismo antiguo, (c) Fracturas, desplazamientos o avulsiones.

Las Lesiones Osteo-Articulares se presentan como indicadores físicos de

maltrato en los siguientes casos: (a) Cualquier fractura/luxación en niños menores de

dos años (especialmente si todavía no camina), (b) Fracturas múltiples y/o

bilaterales, en distintos estadios evolutivos de consolidación, (c) Mecanismos de

producción plenamente discordantes con la capacidad del niño por su edad de

maduración, (d) Asociación frecuente con lesiones cutáneo-mucosas, orgánicas

internas, por intoxicación intencionada o por negligencia.

Los tipos de fracturas más frecuentemente observadas son: (a) Fracturas

diafisarias en la mitad de los huesos largos "en espiral" (por fuerza rotacional),

transversas u oblicuas (por trauma directo perpendicular al eje axial), (b) Fracturas

metafisarias por arrancamiento secundarias a mecanismo de tracción y torsión

simultáneo y forzado, (c) Lesión epifisaria con desplazamiento, arrancamiento o

fractura, (d) Separación perióstica exuberante por hemorragia subperióstica;

formación de nuevo hueso perióstico, (e) Fracturas craneales de tipo lineal,

conminutas, con hundimiento o diastasadas, por impacto directo, (f) Fracturas en

nariz (huesos propios, tabique) o maxilar inferior por impacto directo, (g) Fracturas-

luxaciones de columna vertebral por mecanismo de hiperflexión-hiperextensión

forzada o por impacto directo, (h) Fracturas costales múltiples, frecuentes en región

posterior (adyacente al cuerpo vertebral) o lateral, por trauma directo o compresión

anteroposterior del tórax, (i) Fracturas de escápula o esternón, por trauma directo o

compresión anteroposterior del tórax, (j) Fracturas digitales.

Estas fracturas dejan secuelas, tales como: (a) Desviación, deformación o

acortamiento de extremidades (lesiones con afectación del cartílago de crecimiento o

34

con desplazamiento de las epífisis), (b) Lesiones de médula espinal (en lesiones de

columna vertebral).

El diagnóstico diferencial en estos casos se establece con: (a) Variante normal:

hueso nuevo perióstico fisiológico, sutura craneal aberrante, (b) Traumatismo

obstétrico, (c) Enfermedades neuromusculares: insensibilidad congénita para el dolor,

parálisis cerebral, mielodisplasia, (d) Displasias esqueléticas: osteogénesis

imperfecta, hiperóstosis cortical infantil, (e) Osteoporosis, (f) Osteodistrofia renal

(hiperparatiroidismo secundario), (g) Toxicidad: osteodistrofia por Metotrexato,

terapéutica de prostaglandina, hipervitaminosis A, (h) Infecciones: sífilis congénita,

osteomielitis, (i) Neoplasias y enfermedades asociadas: leucemia, neuroblastoma

metastásico, histiocitosis X, osteoma osteoide, quiste óseo esencial, (j) Defectos

nutricionales: escorbuto, raquitismo, deficiencia de cobre, (k) Síndromes genéticos

raros: Síndrome de Menkes, Mucolipidosis II (enfermedad de célula I), Disóstosis

cleidocraneal, Síndrome de Hajdu-Cheney, Enfermedad de Hutchinson-Gilford,

Homocistinuria, Hipofosfatasia, Osteoporosis-pseudoglioma.

Las Lesiones Orgánicas Internas como indicador físico de maltrato se pueden

presentar aisladas o asociadas a otras manifestaciones traumáticas, por intoxicación

deliberada o por negligencia, que apoyan el diagnóstico. Entre ellas se describen las

lesiones Neurológicas (intracraneales) cuyo mecanismos de producción puede ser por

impacto directo sobre el cráneo; aceleración-desaceleración de la cabeza de atrás

adelante ("Síndrome del niño sacudido"); compresión de la arteria carótida primitiva

("Síndrome de estrangulamiento"); aceleración rotacional brusca de la cabeza

traccionando de la oreja ("Síndrome de la oreja en coliflor"); compresión persistente y

violenta del tórax.

Las lesiones más frecuentemente observadas: hematoma subdural (agudo o

crónico), hematoma epidural, hemorragias subaracnoideas, edema cerebral, focos de

contusión cerebral, infartos isquémicos, atrofia cerebral con degeneración quística,

dilatación del sistema ventricular.

Pueden dejar secuelas como lesiones cerebrales permanentes e irreversibles

(tetraplejia espástica, disfunciones motoras importantes, ceguera cortical, trastornos

35

convulsivos, hidrocefalia, microcefalia); retraso mental; problemas del aprendizaje,

motrices o conductuales.

Las lesiones oculares se pueden producir por impacto directo sobre el ojo y

similares a los de las lesiones intracraneales. Las lesiones más frecuentemente

observadas son hemorragias retinianas (unilaterales o bilaterales), desprendimiento de

retina, "placas lacunares retinianas", hemorragia vítrea, edema corneal, queratitis,

opacidad corneal, cataratas traumáticas, subluxación del cristalino, atrofia del iris,

sinequias irido-cristalinas y glaucoma post-traumático. Pueden dejar como secuelas

cicatriz macular, atrofia óptica y ceguera.

Las lesiones óticas se producen por impacto directo sobre la zona periauricular.

Las lesiones más frecuentemente observadas son hemorragia, desgarro o perforación

timpánica. Sus secuelas son hipoacusia o acusia.

Las lesiones viscerales y torácicas se producen por impacto directo;

compresión. Se presentan en diversas formas, tales como cuadros clínicos:

abdominal, con distensión, dolor, vómitos y/o hemorragia; abdominal obstructivo;

dificultad respiratoria; variable e inespecífico.

La lesiones más frecuentemente observadas: hematoma duodenal intramural;

pseudoquiste pancreático; pancreatitis hemorrágica; ruptura gástrica, duodenal,

yeyunal, ileal o cólica; hematoma yeyunal, ileal o retroperitoneal; desgarro

mesentérico y hepático con contusión; ruptura del colédoco; estenosis ileal;

hemoperitoneo y ascitis quilosa post-traumática; edema, contusión y hemorragia

pulmonar; contusión esplénica y renal; hemotórax, neumotórax o quilotórax.

(Gonzalvo, 2002).

La identificación de los indicadores presentes en el niño maltratado permitirá

plantear estrategias de prevención y control del padecimiento, en un intento por

detener este fenómeno social multicausal.

En la práctica médica diaria la detección de maltrato requiere de la búsqueda

activa de indicadores; sin embargo, no es frecuente que éstos sean requeridos como

motivo de consulta. Además no existen signos patognomónicos ni excluyentes como

elementos para el diagnóstico diferencial respecto a otras causas de violencia. En el

36

examen físico del niño, es importante buscar, constatar o descartar la presencia de

signos sugerentes de maltrato.

El médico debe tener la capacidad de diagnosticar o sospechar maltrato en todo

paciente en el que se detecte alguno de los factores de riesgo, acompañado de signos

físicos o psicológicos de maltrato evidentes. (López y otros, 1996).

Por ello el objetivo de esta investigación fue determinar el nivel de

conocimiento sobre indicadores para la detección de maltrato físico infantil de los

pediatras y residentes del segundo año del postgrado de Puericultura y Pediatría que

laboran en el Servicio de Emergencia del Hospital Universitario de Pediatría “Dr.

Agustín Zubillaga”.

El papel sanitario en la detección de la lesión es fundamental. El profesional de

la salud detecta y refleja la situación partiendo de las lesiones y diagnostica con

sospecha, mediante unos indicadores de maltrato, para pasar luego a la propia

atención sanitaria médica, donde unido a un equipo multidisciplinario: cuerpos de

seguridad, administración, justicia y servicios sociales se llega a la denuncia del caso,

necesaria para tomar las medidas terapéuticas y de prevención pertinentes.

Bases Legales

Este trabajo de investigación está basado en los siguientes fundamentos legales:

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, donde se establece la

salud como un derecho social fundamental, obligación del estado, que lo garantizará

como parte del derecho a la vida.

La Ley del Ejercicio de la Medicina, en el apartado de los deberes generales de

los médicos, artículo 24, establece que la conducta del médico se regirá siempre por

normas de probidad, justicia y dignidad. El respeto a la vida y a la persona humana

constituirá, en toda circunstancia, el deber principal del médico; por tanto, asistirá a

sus pacientes atendiendo solo a las exigencias de su salud, cualesquiera que sean las

ideas religiosas o políticas y la situación social y económica de ellos.

37

El Código de Deontología Médica establece como principios primordiales del

médico los siguientes:

El respeto a la dignidad de la persona humana constituye en todo momento

deber primordial del médico.

La responsabilidad médica es eminentemente individual e institucional. Va más

allá de la responsabilidad penal y reposa en un concepto moral que se llama

conciencia individual.

Los ideales de la profesión médica exigen que la responsabilidad del médico se

extiende no solo al individuo sino también a toda la comunidad. Por ello a parte de

su responsabilidad individual en el cuido del paciente el médico debe cumplir con la

responsabilidad social de promover la salud de la colectividad.

Los deberes del médico hacia sus pacientes deben prevalecer sobre sus

derechos, tanto individuales como en función gremial.

La Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente establece en el

artículo 32: Derecho a la integridad personal: Todos los niños y adolescentes tienen

derecho a la integridad personal. Este derecho comprende la integridad física,

psíquica y moral. Los niños y adolescentes no pueden ser sometidos a torturas, ni a

otras penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes. El artículo 41: Derecho a la

salud y a servicios de salud: establece que todos los niños y adolescentes tienen

derecho a disfrutar del nivel más alto posible de salud física y mental. Asimismo,

tienen derecho a servicios de salud, de carácter gratuito y de la más alta calidad,

especialmente para la prevención, tratamiento y rehabilitación de las afecciones a su

salud.

38

Operacionalización de las Variables

Variable

Definición

Conceptual

Dimensiones

Indicadores

Ítems

Conocimiento

médico sobre

maltrato físico

infantil.

Conocer y

entender desde

el punto de vista

médico los

indicadores de

maltrato físico

infantil.

Saber

Lesiones

Muco- Cutáneas.

Lesiones Dentales.

Lesiones Osteo –

Articulares.

Lesiones Orgánicas Internas.

1,2,3,4,5,6

7

8,9,10,11

12,13,14,15,16,17,18

39

CAPÍTULO III

MARCO METODOLÓGICO

Tipo de Investigación

Campos (citado por Lerma, 2001), define el tipo de estudio como: “el esquema

general o marco estratégico que le da unidad, coherencia, secuencia y sentido práctico

a todas las actividades que se emprenden para buscar respuesta al problema y

objetivos planteados”.

Se trató de un estudio descriptivo de corte transversal, desarrollado con la

finalidad de determinar el nivel de conocimiento sobre indicadores para la detección

de maltrato físico infantil que poseen los médicos que laboran en el Servicio de

Emergencia del Hospital Universitario de Pediatría “Dr Agustín Zubillaga”. La

justificación de este tipo de estudio seleccionado se basa fundamentalmente según

Josep María Dimigan Pallas (2005) en que está dirigida a dar una visión de cómo

opera y cuales son las características de la variable en estudio en un momento dado.

Población y Muestra

La población es un conjunto para el cual serán válidas las conclusiones que se

obtengan en la investigación y está constituida por un número limitado o finito de

personas. (Universidad de Málaga, 2003).

La población en estudio estuvo conformada por los 24 médicos que laboran en

el Servicio de Emergencia del Hospital Universitario de Pediatría “Dr. Agustín

Zubillaga”, 12 de los cuales son médicos pediatras y 12 son residentes del segundo

año del postgrado de Puericultura y Pediatría. Por ser la población pequeña se

tomaron por ello todos sus integrantes, por lo que no se tomó muestra.

40

Procedimiento

A través de comunicación escrita al Dr. González Mata, Médico Director del

Hospital Universitario de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga”, Barquisimeto – Estado

Lara se le informó y explicó el objetivo general del estudio, con el fin de obtener su

consentimiento para la aplicación del instrumento de recolección de los datos como

parte primordial del desarrollo del trabajo de investigación. (Anexo C).

En relación a lo antes expuesto, en las instalaciones de esta institución se le

entregó por escrito el consentimiento informado a cada uno de los médicos que

conforman el estudio para obtener así su participación en el mismo y proceder a la

aplicación del instrumento. (Anexo D).

Se determinó el nivel de conocimiento sobre los indicadores físicos de maltrato

infantil tomando en cuenta las siguientes áreas: muco-cutáneas, dentales, osteo-

articulares y orgánicas internas mediante la aplicación de una encuesta estructurada

de selección única, de carácter anónimo, que estuvo conformada por 18 preguntas

dirigida a una población constituida por 24 médicos: 12 médicos pediatras y 12

residentes del segundo año del postgrado de puericultura y pediatría. (Anexo E).

Aplicada la encuesta se sumaron los puntajes obtenidos en relación al número

de respuestas correctas obtenidas, y según análisis el nivel de conocimiento se

clasificó en categorías como adecuado, regular o deficiente.

Técnicas e Instrumentos de Recolección de los Datos

Se aplicó una encuesta estructurada de selección única, en la cual se explicó que

el propósito de la misma era medir el nivel de conocimiento sobre indicadores para la

detección de maltrato físico infantil de los médicos en estudio. Tomando en cuenta

que la información proporcionada por el encuestado fue tratada con carácter

confidencial, por lo tanto no se exigió su identificación, aunque sí su condición, ya

sea si es pediatra o residente del segundo año del postgrado de puericultura y

pediatría; formando esto la primera parte del instrumento.

41

La segunda parte de la encuesta estuvo conformada por 18 preguntas, 6 de las

cuales determinaron el nivel de conocimiento sobre los indicadores físicos muco-

cutáneos (ítems 1, 2, 3, 4, 5, 6), 1 pregunta que determinó el nivel de conocimiento

sobre los indicadores dentales (ítems 7), 4 preguntas que determinaron el nivel de

conocimiento sobre los indicadores osteo-articulares (ítems 8, 9, 10, 11) y 7 preguntas

que determinaron el nivel de conocimiento sobre las lesiones orgánicas internas

(ítems 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18).

Luego de aplicada la encuesta la sumatoria de los puntajes obtenidos permitió

saber el nivel de conocimiento sobre este tema, el cual se consideró en tres categorías:

adecuado, regular o deficiente. Considerando una escala de calificación para el

objetivo general en adecuado si responden correctamente de 14 a 18 preguntas,

regular si responden correctamente de 8 a 13 preguntas y deficiente si responden de 0

a 7 preguntas.

Asimismo se tomó en cuenta la categoría de adecuado para el objetivo

específico de los indicadores muco – cutáneos si responden correctamente de 5 a 6

preguntas, regular si responden correctamente de 3 a 4 preguntas y deficiente si

responden de 0 a 2 preguntas. Para evaluar el objetivo de los indicadores dentales se

tomó como adecuado 1 sola respuesta correcta y deficiente si no hubo respuesta. En

el objetivo de los indicadores osteo – articulares se tomó como adecuado si responden

correctamente de 3 a 4 preguntas, regular si responden correctamente 2 preguntas y

deficiente si responden de 0 a 1 pregunta y en el objetivo de los indicadores orgánicos

internos se tomó como adecuado si responden de 5 a 7 preguntas, regular si

responden de 3 a 4 preguntas y deficiente si responden de 0 a 2 preguntas.

Validez

Para determinar la exactitud con que pueden hacerse medidas significativas y

adecuadas con el instrumento, se valida a través del juicio de expertos (Ruiz, 1998).

La encuesta fue validada por 2 médicos pediatras relacionados con el área del

maltrato infantil, siendo la Dra. Cecilia Tovar, Médico Jefe del Servicio de

42

Epidemiología y el Dr. Jorge Gaiti, Médico Jefe de la Consulta de Adolescente,

ambos adscritos al Hospital Universitario de Pediatría Dr. Agustín Zubillaga” y un

médico docente en el área de estadística y metodología de la investigación, Dra.

Damelis Daza, adscrita a la UCLA – Ciencias de la Salud. Para la aprobación de

dicha encuesta se evaluó que existiera claridad, congruencia y ausencia de sesgo en la

redacción de cada una de las preguntas, teniendo en cuenta en dicha evaluación un

segmento para las observaciones. (Anexo B).

Técnicas de Procesamiento y Análisis de los Datos

Luego de aplicada la encuesta la sumatoria de los puntajes obtenidos permitió

saber el nivel de conocimiento sobre este tema, el cual se consideró en categorías

como adecuado, regular o deficiente. Una vez obtenida la información, se realizó el

procesamiento a través de la tabulación de los datos obtenidos en cuadros estadísticos

y representados en gráficos en concordancia con los objetivos planteados utilizando

como medida de análisis el porcentaje por ser una medida de frecuencia relativa de

las variables cualitativas.

43

CAPÍTULO IV

RESULTADOS

Cuadro 1

Nivel de conocimiento sobre indicadores muco-cutáneos para la detección de

maltrato físico infantil que poseen los pediatras y residentes del 2do año del

Postgrado de Puericultura y Pediatría. Servicio de Emergencia del Hospital

Universitario de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga”. Barquisimeto - Estado Lara.

Enero – Julio 2008.

Condición Nivel de

Conocimiento Pediatra R2 Total

Nº % Nº % Nº %

Deficiente 6 50,0 6 50,0 12 50,0

Regular 4 33,3 5 41,7 9 37,5

Adecuado 2 16,7 1 8,3 3 12,5

Total 12 100,0 12 100,0 24 100,0

Fuente: Autor 2008

El 50% de los pediatras y residentes del 2do año del postgrado de Puericultura y

Pediatría tienen un conocimiento deficiente sobre los indicadores muco – cutáneos de

maltrato físico infantil, mientras que un 33,3% de los pediatras y un 41,7% de los

residentes del 2do año del postgrado de Puericultura y Pediatría tienen un

conocimiento regular sobre dichos indicadores.

44

Fuente: Cuadro 1

Gráfico 1. Nivel de conocimiento sobre indicadores muco-cutáneos para la detección

de maltrato físico infantil que poseen los pediatras y residentes del 2do año del

Postgrado de Puericultura y Pediatría. Servicio de Emergencia del Hospital

Universitario de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga”. Barquisimeto - Estado Lara.

Enero – Julio 2008.

45

Cuadro 2

Nivel de conocimiento sobre indicadores dentales para la detección de maltrato físico

infantil que poseen los pediatras y residentes del 2do año del Postgrado de

Puericultura y Pediatría. Servicio de Emergencia del Hospital Universitario de

Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga”. Barquisimeto - Estado Lara. Enero – Julio 2008.

Condición Nivel de

Conocimiento Pediatra R2 Total

Nº % Nº % Nº %

Deficiente 5 41,7 10 83,3 15 62,5

Adecuado 7 58,3 2 16,7 9 37,5

Total 12 100,0 12 100,0 24 100,0

Fuente: Autor 2008

El 58,3% de los pediatras evaluados que laboran en el Servicio de Emergencia

del Hospital Universitario de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga” tienen un

conocimiento adecuado sobre los indicadores dentales de maltrato físico infantil,

mientras el 83,3% de los residentes del 2do año del postgrado de Puericultura y

Pediatría tienen un conocimiento deficiente sobre este tema.

46

Fuente: Cuadro 2

Gráfico 2. Nivel de conocimiento sobre indicadores dentales para la detección de

maltrato físico infantil que poseen los pediatras y residentes del 2do año del

Postgrado de Puericultura y Pediatría. Servicio de Emergencia del Hospital

Universitario de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga”. Barquisimeto - Estado Lara.

Enero – Julio 2008.

47

Cuadro 3

Nivel de conocimiento sobre indicadores osteo-articulares para la detección de

maltrato físico infantil que poseen los pediatras y residentes del 2do año del

Postgrado de Puericultura y Pediatría. Servicio de Emergencia del Hospital

Universitario de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga”. Barquisimeto - Estado Lara.

Enero – Julio 2008.

Condición Nivel de

Conocimiento Pediatra R2 Total

Nº % Nº % Nº %

Deficiente 5 41,7 5 41,7 10 41,7

Regular 4 33,3 4 33,3 8 33,3

Adecuado 3 25,0 3 25,0 6 25,0

Total 12 100,0 12 100,0 24 100,0

Fuente: Autor 2008

El 41,7% de los pediatras y residentes del 2do año del postgrado de

Puericultura y Pediatría que laboran en el Servicio de Emergencia del Hospital

Universitario de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga” tienen un conocimiento deficiente

sobre los indicadores osteo – articulares de maltrato físico infantil, seguido por un

conocimiento regular en 33,3% cada uno.

48

Fuente: Cuadro 3.

Gráfico 3. Nivel de conocimiento sobre indicadores osteo-articulares para la

detección de maltrato físico infantil que poseen los pediatras y residentes del 2do año

del Postgrado de Puericultura y Pediatría. Servicio de Emergencia del Hospital

Universitario de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga”. Barquisimeto - Estado Lara.

Enero – Julio 2008.

49

Cuadro 4

Nivel de conocimiento sobre indicadores orgánicos internos para la detección de

maltrato físico infantil que poseen los pediatras y residentes del 2do año del

Postgrado de Puericultura y Pediatría. Servicio de Emergencia del Hospital

Universitario de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga”. Barquisimeto – Estado Lara.

Enero – Julio 2008.

Condición Nivel de

Conocimiento Pediatra R2 Total

Nº % Nº % Nº %

Deficiente 4 33,3 2 16,7 6 25,0

Regular 6 50,0 5 41,7 11 45,8

Adecuado 2 16,7 5 41,7 7 29,2

Total 12 100,0 12 100,0 24 100,0

Fuente: Autor 2008.

Los pediatras evaluados que laboran en el Servicio de Emergencia del

Hospital Universitario de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga” obtuvieron 50% para

conocimiento regular y 33,3% para conocimiento deficiente sobre los indicadores

orgánicos internos de maltrato físico infantil, mientras que los residentes del 2do año

del postgrado de Puericultura y Pediatría obtuvieron 41,7% para nivel de

conocimiento regular y adecuado.

50

Fuente: Cuadro 4.

Gráfico 4. Nivel de conocimiento sobre los indicadores orgánicos internos para la

detección de maltrato físico infantil que poseen los pediatras y residentes del 2do año

del Postgrado de Puericultura y Pediatría. Servicio de Emergencia del Hospital

Universitario de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga”. Barquisimeto – Estado Lara.

Enero – Julio 2008.

51

Cuadro 5

Nivel de conocimiento sobre los indicadores para la detección de maltrato físico

infantil que poseen los pediatras y residentes del 2do año del Postgrado de

Puericultura y Pediatría. Servicio de Emergencia del Hospital Universitario de

Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga”. Barquisimeto - Estado Lara. Enero – Julio 2008.

Condición Nivel de

Conocimiento Pediatra R2 Total

Nº % Nº % Nº %

Deficiente 5 41,7 4 33,3 9 37,5

Regular 6 50,0 8 66,7 14 58,3

Adecuado 1 8,3 0 0,0 1 4,2

Total 12 100,0 12 100,0 24 100,0

Fuente: Autor 2008

El 50% de los pediatras evaluados que laboran en el Servicio de Emergencia

del Hospital Universitario de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga” obtuvieron en el nivel

de conocimiento global sobre los indicadores para la detección de maltrato físico

infantil 50% para la categoría regular, seguido de 41,7% deficiente y 8,3% adecuado,

mientras que el nivel de conocimiento de los residentes del 2do año del postgrado de

Puericultura y Pediatría fue 66,7% regular, 33,3% deficiente y 0% adecuado.

52

Fuente: Cuadro 5.

Gráfico 5. Nivel de conocimiento sobre los indicadores para la detección de maltrato

físico infantil que poseen los pediatras y residentes del 2do año del Postgrado de

Puericultura y Pediatría. Servicio de Emergencia del Hospital Universitario de

Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga”. Barquisimeto – Estado Lara. Enero – Julio 2008.

53

CAPÍTULO V

DISCUSIÓN

El ámbito sanitario al que va dirigido esta investigación, tiene un protagonismo

especial en la detección del maltrato infantil, en su tratamiento y, sobre todo, en su

prevención. El contexto sanitario en el que se desarrolla el trabajo de los pediatras y

residentes del 2do año del postgrado de puericultura y pediatría, ya sea en la consulta

a través de revisiones rutinarias, en los servicios especializados del hospital o en los

servicios de urgencia, se convierte en un lugar de observación privilegiado. El

sistema sanitario es un espacio aventajado para la detección y el abordaje de cualquier

tipo de violencia, especialmente por la proximidad y la continuidad de la atención

sanitaria al grupo familiar. La identificación de indicadores o señales de alarma de un

posible maltrato infantil es un paso previo e imprescindible para la actuación y

orientación del problema.

En el presente estudio se obtuvieron los siguientes resultados: 58,3% de los

médicos, incluyendo pediatras y residentes del 2do año del postgrado de Puericultura

y Pediatría que laboran en el Servicio de Emergencia del Hospital Universitario de

Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga” tienen un conocimiento regular sobre los

indicadores para la detección de maltrato físico infantil, lo cual se asocia con los

resultados publicados por Aguerrevere y otros (2005) que encontraron que 86% de

los médicos generales que laboran en los Ambulatorios Urbanos tipo III de los

Municipios Sanitarios 1 y 8 de Barquisimeto – Estado Lara, efectúan un manejo

regular médico – legal del abuso sexual.

Otro estudio también asociado con los resultados de esta investigación fue el de

Corchado y otros (2004) quienes evaluaron el manejo a 67 casos de Síndrome de

Niño Maltratado en las áreas de asistencia médica, trabajo social, salud mental y legal

y encontraron que en un 68,7% el área médica fue la que presentó mayores obstáculos

para el establecimiento del Síndrome del Niño Maltratado, específicamente por

realizar una valoración inicial incompleta.

54

Así mismo un estudio realizado por Franco (2007) demostró que los médicos

sólo reportan el abuso físico como diagnóstico de maltrato físico infantil, estimando

que el 73% conoce los factores de riesgo, 62% considera que la valoración del niño

maltratado debe ser multidisciplinaria, 0% reconoce la totalidad de las instituciones

legales involucradas en el manejo del problema, 89% considera que el maltrato

infantil no se maneja adecuadamente siendo la causa más frecuente porque los casos

no son diagnosticados.

Si se toma en cuenta los resultados de esta investigación en donde se encontró

que el 50% de los 24 médicos evaluados tienen un conocimiento deficiente sobre los

indicadores muco-cutáneos de maltrato físico infantil, se asocia porque Ceballos

(2005) publicó un trabajo sobre la importancia en la aproximación del diagnóstico

diferencial de las quemaduras intencionales en los niños, ya que el diagnóstico

erróneo de un maltrato infantil puede significar consecuencias dolorosas y a veces,

irreparables tanto para el niño afectado como para la familia, injustamente acusados

de actos no cometidos o de lo contrario no hacer el diagnóstico de un maltrato real y

permitir que el niño vuelva al ambiente hostil y ser expuesto nuevamente.

Con respecto a lo anterior también Rodríguez y Pais (1996) resaltaron la

necesidad de descartar toda causa no intencional de las lesiones físicas de un niño, así

como la participación de las diferentes áreas del equipo asistencial cuando se

pretende un diagnóstico precoz de maltrato físico infantil.

Frente a los objetivos planteados en la presente investigación no existen

estudios que de igual manera hayan determinado el nivel de conocimiento de los

médicos sobre los indicadores de maltrato físico infantil., por lo que no se hace la

comparación respectiva, de allí de usar este trabajo en lineamientos preventivos.

55

CAPÍTULO VI

CONCLUSIONES

- Al determinar el nivel de conocimiento global de los médicos sobre los

indicadores para la detección de maltrato físico infantil se evidenció que no hay

diferencias en el conocimiento entre los pediatras y residentes del segundo año

del postgrado de Puericultura y Pediatría, ya que ambos grupos estuvieron en la

categoría regular.

- Se determinó que el conocimiento global regular fue seguido por un

conocimiento deficiente en ambos grupos, ya que tanto en el nivel de

conocimiento de los indicadores muco-cutáneos como en los osteo-articulares

resultaron deficientes.

- Sólo en la evaluación del nivel de conocimiento sobre los indicadores dentales se

encontró que la mayoría de los pediatras tienen un conocimiento adecuado.

- En la evaluación del nivel de conocimiento de los indicadores osteo-articulares

de maltrato físico infantil tanto los pediatras como los R2 de Puericultura y

Pediatría tuvieron los mismos porcentajes: 41,7% deficiente, 33,33% regular y

25% adecuado.

- En la evaluación del nivel de conocimiento de los indicadores orgánicos internos

de maltrato físico infantil los R2 de Puericultura y Pediatría tuvieron un

conocimiento de regular a adecuado en un: 41,7% cada uno.

56

CAPÍTULO VII

RECOMENDACIONES

- Evaluación del pensum de la carrera de medicina y realización de las

modificaciones pertinentes para mejorar la competencia del egresado en el área

social, específicamente en el tema del maltrato infantil por parte de la Comisión

de Currículum del Decanato de Medicina de la UCLA.

- Creación de un Plan Nacional de Detección, Diagnóstico, Registro y Prevención

de la Violencia Infantil que involucre a todas las autoridades sanitarias y por

ende a todo el equipo de salud.

- La creación de talleres de formación médica continúa para residentes de

postgrado de puericultura y pediatría y para pediatras en las instalaciones del

Hospital Universitario de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga” sobre los indicadores

tanto físicos como conductuales de maltrato físico infantil y de cual es el manejo

en el área social, psicológica y legal a realizar una vez diagnosticado.

- Contar en los servicios de urgencias y de consulta externa de los formatos de

registro de atención de casos de maltrato infantil en sus diversas modalidades y

de esta manera conocer la frecuencia del problema, cuál es la presentación clínica

y cuáles son los factores de riesgos personales, familiares, sociales y ambientales

que giran alrededor de la patología.

- A las Instituciones de Salud, establecer como pautas de atención de los niños

con maltrato, el conocimiento de los indicadores físicos de maltrato físico infantil

para lograr su adecuado manejo.

57

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Aguerrevere, S. Aguilar, Y. De León, Z. Guillen, L. Guasamucaro, M. Martínez, I.

Mayo - 2005. Nivel de conocimiento de los médicos generales que laboran en los ambulatorios urbanos tipo III de los municipios sanitarios 1 y 8 acerca del manejo médico-legal del abuso sexual en niños, niñas y adolescentes. Tesis de grado. Escuela de Medicina. Universidad Centroccidental “Lisandro Alvarado” (UCLA). Barquisimeto - Estado Lara. 49 p.

Baeza y otros. 1998. Aspectos quirúrgicos del maltrato al menor. Boletín Médico del

Hospital Infantil de México. 55 (2): 98 – 105. Ceballos, L. 2005. Aproximación al diagnóstico diferencial de las quemaduras

intencionales en los niños. Gaceta Médica de Caracas. 113 (4): 1 – 20. Código de Deontología Médica. Colegio de Médicos del Estado Lara. Barquisimeto.

1996. Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Caracas. Diciembre. 1999. Corchado y otros. 2004. El niño maltratado: Obstáculos médico legales en el

diagnóstico y asistencia integral. Boletín Médico del Hospital Infantil de México. 61 (5): 412 – 422.

Correa. 2004. El conocimiento científico. Monografías.com. (Consulta: enero 01,

2007). Díaz y otros. 2000. Niños maltratados. El papel del pediatra. Anales de Pediatría: 52

(6): 548 – 553. Franco, M. 2007. Síndrome de Niño Maltratado en el Servicio de Pediatría del

Hospital “José María Benítez”. La Victoria - Estado Aragua. Comunidad y Salud. 5 (2).

Gonzalvo, G. 2002. Detección del maltrato infantil a través de indicadores físicos y

comportamentales en el menor y en el maltratador. Guías Clínicas. 44 (2): 1 – 13. Hernández, E. 2006. El maltrato infantil. [email protected]. (Consulta:

octubre 29, 2006). Herrera, E. 1999. Indicadores para la detección de maltrato en niños. Salud Pública de México. 41 (5): 1 – 11.

58

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Ley Orgánica para la protección del niño y del adolescente (LOPNA). Consejo

Nacional de Derechos del Niño y Adolescente. Gaceta Oficial N’ 5.266. Octubre. 1998.

Loredo y otros. 1999. Maltrato al menor: una urgencia médica y social que requiere

atención multidisciplinaria. Boletín Médico del Hospital Infantil de México. 56 (2): 129 – 135.

Loredo y otros. 2001. Historia del maltrato infantil en México: Revisión de la

literatura. Boletín Médico del Hospital Infantil de México. 58 (3): 205 – 215. Loredo, A. 2006. La violencia contra los niños y adolescentes. Enfoque pediátrico del

problema. Editores de textos mexicanos. México. Loredo y otros. 2006. Maltrato infantil y síndrome de muerte súbita del lactante:

estrategias para el diagnóstico diferencial. Boletín Médico del Hospital Infantil de México. 63 (4): 269 – 275.

Perea y otros. 2001. El maltrato al menor: Propuesta de una definición integral.

Boletín Médico del Hospital Infantil de México. 58 (4). 251 – 257. Pereda, N. 2006. Malestar psicológico en estudiantes universitarios víctimas de abuso

sexual infantil y otros estresores. Tesis Doctoral. Facultad de Psicología. Universidad de Barcelona. Barcelona-España. 183 p.

Pérez, J. 2004. Indicadores de abuso sexual en niños de 5 a 9 años de edad con

Sospecha de Maltrato Infantil. HUPAZ. UCLA. Barquisimeto. 78p. Rodríguez y Pais. 1996. Diagnóstico erróneo de síndrome de niño maltratado. Revista

Médica de Uruguay. 12: 44 – 48. Sánchez y Pacheco. 2000. Atención Familiar. Maltrato infantil. Departamento de

Medicina Familiar. Hospital Infantil de México “Federico Gómez”. México. 3 p. Sirotnak, A y otros. 2005. Maltrato físico infantil. Pediatrics in Review. 26 (1): 50 –

65.

59

ANEXOS

60

ANEXO A

RESUMEN CURRICULAR DEL TUTOR DATOS PERSONALES: Nombre y Apellido: Adda Rivero Algarra. C.I: 4.067.989. Dirección: Carrera 22 esquina calle 8. Edificio Residencias Lara, Apartamento B-1. Teléfonos: Casa: 0251-2522803. Celular: 0416-3597387. DATOS ACADÉMICOS:

Especialista en Puericultura y Pediatría. UCLA. 1988. CARGO ACTUAL: - Jefe de la Unidad de Pediatría Social del Hospital Universitario de Pediatría “Dr.

Agustín Zubillaga”. - Profesora Asistente de Pediatría Médica del 5to año de medicina. (Pregrado).

UCLA. INVESTIGACIONES: - Factores predisponentes para el maltrato infantil en las mujeres embarazadas

entre treinta y seis y treinta y ocho semanas de gestación. Consulta prenatal del “Centro Médico Quirúrgico” y del Ambulatorio “San Jacinto”. Barquisimeto Enero – Diciembre. 1998.

- Seguimiento durante el primer año de vida de hijos de madres adolescentes con

factores predisponentes para maltrato infantil por omisión. Consulta de pediatría en un ambulatorio urbano de Barquisimeto-Edo Lara. Enero – Diciembre. 2000.

- Frecuencia de maltrato físico en menores de 0-12 años hospitalizados por quemaduras. Departamento de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga” del Hospital Central “Antonio María Pineda”. Barquisimeto – Estado Lara. 2000-2001.

61

- Indicadores de abuso sexual en niños de 5 a 9 años de edad con Sospecha de Maltrato Infantil. Hospital Universitario de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga”. Barquisimeto Estado Lara. Mayo 2002 – Mayo 2003.

- Factores predisponentes de maltrato en niños de 7 a 10 años en la Unidad Educativa “Teresa Carreño”. Area de influencia del Ambulatorio tipo II. Cerritos Blancos. Barquisimeto – Estado Lara. Abril-Septiembre. 2005.

- Derecho a la identificación. Situación de los niños y adolescentes que ingresan al

servicio de Cirugía Infantil. Departamento de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga” del Hospital Central Antonio María Pineda. Barquisimeto – Estado Lara. Noviembre 1999 - Marzo 2000.

62

ANEXO B

INSTRUCCIONES PARA LA VALIDACIÓN DEL INSTRUMENTO

CONGRUENCIA CLARIDAD SESGO ITEMS

SI NO SI NO SI NO

OBSERVACIONES

1.

2.

3.

4.

5.

6.

7.

8.

9.

10.

11.

12.

13.

14.

15.

16.

17.

18.

63

ANEXO C

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA. UNIVERSIDAD CENTRO OCCIDENTAL

"LISANDRO ALVARADO". DECANATO DE CIENCIAS DE LA SALUD.

BARQUISIMETO .ESTADO LARA.

AUTORIZACIÓN

Barquisimeto, 01 de enero de 2008.

Ciudadano. Dr. González Mata. Médico Director. Hospital Universitario de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga”. Su Despacho. La presente es para saludarle muy cordialmente y a la vez solicitar su autorización y valiosa colaboración para la aplicación en esta institución de una encuesta estructurada para determinar el nivel de conocimiento sobre indicadores para la detección de maltrato físico infantil que poseen los médicos que laboran en el Servicio de Emergencia del Hospital Universitario de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga”. Sin más a que hacer referencia, se despide atentamente,

_____________________________ Wilmary Yépez.

Residente del Postgrado de Puericultura y Pediatría. Autora.

64

ANEXO D

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA. UNIVERSIDAD CENTRO OCCIDENTAL

"LISANDRO ALVARADO". DECANATO DE CIENCIAS DE LA SALUD.

BARQUISIMETO. ESTADO LARA.

CONSENTIMIENTO INFORMADO

En el Hospital Universitario de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga” del Estado Lara se pretende realizar el proyecto de investigación titulado: Nivel de conocimiento de los médicos sobre los indicadores para la detección de maltrato físico infantil. Servicio de Emergencia del Hospital Universitario de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga”. Barquisimeto – Estado Lara. INFORMACIÓN AL PACIENTE: Se les invita a participar en un estudio de investigación. El estudio está siendo realizado por Wilmary Yépez quien labora como Médico Residente del Hospital Universitario de Pediatría "Dr. Agustín Zubillaga". El mismo está siendo financiado por la autora. Usted debe decidir si participará o no. Tómese su tiempo a fin de decidir. Lea detenidamente la información que se le suministra a continuación y está en libertad de preguntarle al médico encargado del estudio cualquier duda que pueda tener.

El objetivo del estudio es Determinar el nivel de conocimiento sobre indicadores para la detección de maltrato físico infantil que poseen los médicos que laboran en el Servicio de Emergencia del Hospital Universitario de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga”. Barquisimeto - Estado Lara.

Se espera que este trabajo investigativo sirva para solucionar el problema que significa el maltrato en cuanto a su manejo por parte del profesional de la salud. Al comprobarse científicamente el nivel de conocimiento de los médicos sobre los indicadores de maltrato físico infantil, puede ser posible la adopción de medidas de prevención dirigidas a las autoridades del Decanato de Medicina, a fin de incorporar programas de capacitación a nivel de pre y postgrado en ésta área del conocimiento. Para ello se ha elaborado una encuesta que consta de 18 preguntas que deben ser respondidas por Ud. (médico elegido para el estudio). CONSENTIMIENTO VÁLIDO: YO, C.I. NACIONALIDAD. Mayor de edad, en pleno uso de mis facultades mentales y libre de coacciones y violencia alguna, en completo conocimiento de la naturaleza de la investigación, declaro:

1. He sido informado (a) de forma objetiva, clara y sencilla por parte del médico que realiza el estudio, que todos los aspectos relacionados con el proyecto de

65

investigación titulado: Nivel de conocimiento de los médicos sobre indicadores para la detección de maltrato físico infantil. Servicio de Emergencia del Hospital Universitario de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga”. Barquisimeto – Estado Lara. 2. Tener conocimiento claro de que el objetivo principal del trabajo, es Determinar el nivel de conocimiento sobre indicadores para la detección de maltrato físico infantil que poseen los médicos que laboran en el Servicio de Emergencia del Hospital Universitario de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga”. Barquisimeto – Estado Lara. 3. Haber sido informado (a) de que mi participación en el proyecto consiste en contestar de manera escrita las preguntas realizadas en una encuesta estructurada. 4. Que la información que yo suministre al investigador, será usada única y exclusivamente para determinar el nivel de conocimiento sobre indicadores para la detección de maltrato físico infantil que poseen los médicos que laboran en el Servicio de Emergencia del Hospital Universitario de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga”. Barquisimeto – Estado Lara. 5. Que se me ha garantizado la confidencialidad relacionada a mi identidad, de toda la información relativa a mi persona en la que se acceda por mi participación en el proyecto mencionado. 6. Estoy de acuerdo con el uso de la información que suministre, para fines académicos derivados de los resultados obtenidos por el estudio. 7. Mi participación en este estudio, no implica riesgos para mí. 8. Cualquier pregunta que tenga en relación a este estudio me será respondido por el responsable del mismo. 9. Bajo ningún concepto se me ha ofrecido ni pretendo recibir algún beneficio económico por mi participación en el estudio y no representará ningún costo para mi persona. DESCRIPCION DEL PROCESO: Usted contestará las 18 preguntas que constituyen la encuesta estructurada, la cual es de carácter anónimo y confidencial. BENEFICIOS: Si Ud. participa en esta investigación nos ayudará a encontrar la respuesta a esta investigación. Puede que no haya ningún beneficio para la sociedad en el presente estado de la investigación, pero probablemente se beneficiarán generaciones futuras. A QUIEN CONTACTAR : Si usted tiene alguna pregunta puede hacerla ahora e incluso después de que haya comenzado el estudio. Si usted desea hacer preguntas más tarde puede contactar al investigador Wilmary Yépez, teléfono 0416-4299223. Esta propuesta ha sido evaluada y aprobada por la Comisión de Bioética del Hospital Universitario de Pediatría Dr. Agustín Zubillaga y la Comisión de Postgrado del Decanato de Medicina de la Universidad Centro Occidental Lisandro Alvarado.

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DECLARACIÓN DEL VOLUNTARIO PARTICIP ANTE: Una vez leído, comprendido y recibido respuestas a mis preguntas respecto a este consentimiento informado y por cuanto mi participación en este estudio es completamente voluntaria, acuerdo: 1. Aceptar las condiciones estipuladas en el mismo, y autorizar al investigador la realización del estudio con los fines anteriormente descritos. 2. Reservarme el derecho de revocar esta autorización, así como mi participación en el proyecto en cualquier momento que lo decida. Firma del Voluntario (a) Nombre y Apel1ido: CI: Firma del Investigador: Nombre y Apellido: CI: Firma Testigo: Nombre y Apellido: CI: Firma Testigo: Nombre y Apellido: CI: Lugar y fecha: DECLARACIÓN DEL INVESTIGADOR: Luego de haber explicado detalladamente al voluntario la naturaleza del estudio mencionado, certifico mediante la presente que, a mi saber, el sujeto que firma este consentimiento informado, comprende la naturaleza, requerimientos, riesgos, beneficios de la participación en este estudio, no existe ningún problema de índole médica, de idioma o de instrucción que hayan impedido al sujeto tener una clara comprensión del compromiso de este estudio. Investigador :_________________________ Lugar y fecha: ________________________

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ANEXO E

UNIVERSIDAD CENTROCCIDENTAL. “LISANDRO ALVARADO”.

DECANATO DE CIENCIAS DE LA SALUD. POSTGRADO DE PUERICULTURA Y PEDIATRÍA.

BARQUISIMETO. ESTADO LARA.

El propósito de la presente encuesta es obtener información concerniente al

nivel de conocimiento sobre los indicadores para la detección de maltrato físico

infantil que poseen los pediatras y residentes del segundo año del postgrado de

Puericultura y Pediatría del Hospital Universitario de Pediatría “Dr. Agustín

Zubillaga”. Barquisimeto – Estado Lara. El instrumento es anónimo y consta de 18

preguntas de selección única. Agradecemos su mayor sinceridad y colaboración.

Gracias.

I Parte:

Condición: (marque una X)

-Pediatra. ___

-Residente de 2do. Año del Postgrado de Puericultura y Pediatría.____

II Parte

1. Las lesiones muco-cutáneas que se pueden presentar por maltrato físico infantil

pueden ser: (señale el enunciado correcto):

(a) Equimosis.

(b) Contusiones.

(c) Heridas inciso – contusas.

(d) Laceraciones.

(e) Todas las anteriores.

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2. En las lesiones muco-cutáneas los indicadores de maltrato infantil se caracterizan

por: (señale el enunciado correcto):

(a) Su configuración es en forma no geométrica y no delimitada de la piel sana.

(b) Localización en zonas habituales y prominentes.

(c) Se distribuyen ocupando zonas extensas y afectan a varias áreas diferentes.

(d) Su presencia es infrecuente y no reiterada.

(e) Las lesiones generalmente son únicas.

3. En relación con las lesiones muco-cutáneas: (señale el enunciado correcto):

(a) La lesión guarda relación con la historia proporcionada.

(b) Las lesiones generalmente no están en distintos estadios evolutivos de

cicatrización.

(c) La coloración de los hematomas no guarda relación con el tiempo de ocurrido el

maltrato físico.

(d) Son diagnósticos diferenciales las enfermedades neuromusculares y las

infecciones.

(e) Ninguna de las anteriores.

4. De las siguientes aseveraciones en cuanto a las quemaduras, es cierto que:

(a) En los diagnósticos diferenciales están las enfermedades dermatológicas.

(b) Distribución asimétrica.

(c) Compatibles con la historia relatada.

(d) Bordes no nítidos que no reproducen la forma del objeto.

(e) Localización única y/o unilateral.

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5. En cuanto a las mordeduras todo es cierto, excepto:

(a) Reproduce la forma ovoide de la arcada dentaria humana.

(b) Son recurrentes.

(c) Distancia intercanina generalmente < 3 cms.

(d) Pueden ser aisladas o múltiples.

(e) Como diagnóstico diferencial están las mordeduras por niños u otros animales.

6. En relación a la alopecia traumática, todo es cierto, excepto:

(a) Localización frontal o fronto – temporal.

(b) Diferente longitud de cabello en una zona del cuero cabelludo.

(c) Ser una alopecia parcial sin una distribución determinada.

(d) El diagnóstico diferencial puede ser enfermedades dermatológicas.

(e) Localización occipital o parieto - occipital.

7. Las lesiones dentales por maltrato infantil, se caracterizan por, excepto:

(a) Lesión inconsistente con la historia proporcionada.

(b) Decoloración (necrosis de la pulpa) por traumatismo reciente.

(c) Fracturas.

(d) Desplazamientos.

(e) Avulsiones.

8. Son características de las lesiones osteo-articulares por maltrato infantil todas,

excepto:

(a) Cualquier fractura y/o luxación en niños menores de 2 años de edad.

(b)Fracturas múltiples y/o bilaterales en distintos estadios evolutivos de

consolidación.

(c) Mecanismos de producción discordantes con la capacidad del niño para su edad de

maduración.

(d) Cualquier fractura y/o luxación en niños mayores de 2 años.

(e) Asociación frecuente con lesiones muco-cutáneas y/o orgánicas internas.

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9. En las lesiones osteo-articulares las fracturas más frecuentemente observadas son

(señale el enunciado correcto):

(a) Fracturas diafisarias, metafisarias o epifisiarias.

(b) Fracturas craneales, nasales y/o en maxilar inferior por impacto directo.

(c) Fracturas y/o luxaciones de columna vertebral por hiperflexión-hiperextensión

forzada o por impacto directo.

(d) Fracturas costales múltiples, escapulares por trauma directo.

(e) Todas las anteriores.

10. Las secuelas de una lesión osteo-articular por maltrato infantil son todas, excepto:

(a) Desviación.

(b) Generalmente no deja secuelas.

(c) Afectación del cartílago de crecimiento.

(d) Lesiones en médula espinal.

(e) Deformación.

11. Son diagnósticos diferenciales de las lesiones osteo-articulares por maltrato

infantil, todas, excepto:

(a) Osteopenia.

(b) Enfermedades neuromusculares.

(c) Displasias esqueléticas.

(d) Traumatismo obstétrico.

(e) Osteomielitis.

12. Entre los mecanismos de producción de las lesiones neurológicas intracraneales

están los siguientes: (señale el enunciado correcto):

(a) Aceleración – desaceleración de la cabeza de atrás – adelante (Sindrome del niño

sacudido).

(b) Compresión de la arteria carótida primitiva (Sindrome de estrangulamiento).

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(c) Aceleración rotacional brusca de la cabeza traccionando de la oreja.

(d) Compresiones persistentes y violentas del tórax.

(e) Todas las anteriores.

13. De las lesiones neurológicas más frecuentemente encontradas por maltrato infantil

es cierto que:

(a) Hematoma subdural y epidural.

(b) Hemorragias subaracnoideas y edema cerebral.

(c) Atrofia cerebral con degeneración quística.

(d) Dilatación del sistema ventricular.

(e) Todas las anteriores.

14. Las secuelas observadas en lesiones neurológicas por maltrato infantil son todas,

excepto:

(a) Tetraplejía espástica.

(b) Trastornos convulsivos.

(c) Lesiones cerebrales reversibles y temporales.

(d) Retraso psicomotor.

(e) Hidrocefalia o microcefalia.

15. Las lesiones más frecuentemente observadas desde el punto de vista ocular son:

(señale el enunciado correcto):

(a) Hemorragias retinianas.

(b) Edema corneal, opacidad corneal.

(c) Subluxación del cristalino, atrofia del iris.

(d) Hemorragia vítrea.

(e) Todas las anteriores.

16. Las lesiones óticas se caracterizan por, excepto:

(a) Son frecuentes aunque no dejan secuelas.

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(b) El mecanismo de producción es por impacto directo sobre la zona periauricular.

(c) Entre las secuelas están la hipoacusia o la acusia.

(d) Generalmente la lesión es unilateral.

(e) Entre las formas de presentación están las hemorragias, desgarros o perforación

timpánica.

17. El cuadro clínico de las lesiones viscerales y/o torácicas puede ser: (señale el

enunciado correcto):

(a) Dolor y distensión abdominal.

(b) Vómitos, hemorragias digestivas.

(c) Dificultad respiratoria.

(d) Variable e inespecífico.

(e) Todas las anteriores.

18. Entre las lesiones viscerales y/o torácicas más frecuentemente observadas se

encuentran (señale el enunciado correcto):

(a) Ruptura de una víscera hueca.

(b) Desgarro mesentérico y contusión hepática.

(c) Contusión y hemorragia pulmonar.

(d) Contusión esplénica y renal.

(e) Todas las anteriores.