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1 Continuaremos, en esta segunda entrega con la descripción del eje adrenal detallando las otras sustancias metabólicamente activas, no tan conocida en su implicancia PNIE Factor natriurético atrial (FNA) o atriopeptina El o los factores natriuréticos atriales tiene acción renal clara desde hace años, pero su función conductual es de descubrimiento reciente. Se produce en el atrium derecho e izquierdo del corazón, considerándoselo un diurético endógeno, un hipotensor y un inhibidor de la secreción de renina-aldosterona, contribuyendo al control del balance hidroelectrolítico y de la tensión arterial (con la consecuente vasodilatación e inhibición de la secreción de vasopresina). La inyección de extracto de tejido miocárdico atrial de ratas provoca importante diuresis y natriuresis. Los pacientes con el síndrome de polidipsia-hiponatremia presentan mayores valores de FNA vespertinos que matinales. Esto podría deberse a la expansión vespertina del volumen. Los niveles vespertinos de vasopresina están disminuidos en comparación con los niveles matinales. El FNA puede ser un indicador muy sensible de la expansión de volumen. La deprivación de agua aumenta los depósitos de FNA cardíaco al mismo tiempo que disminuyen sus niveles plasmáticos. La hipervolemia libera FNA resultando en aumento de la diuresis y natriuresis. Existe también evidencia de que la vasopresina induce la liberación de FNA. Las principales localizaciones del FNA son los miocitos, la cóclea, la córnea y las neuronas de los núcleos supraóptico (SON) y paraventricular (PVN). Desde el punto de vista PNIE es el principal inhibidor de la secreción de CRH, anulando sus funciones ansiogénicas y depresógenas ante situaciones de stress. Las funciones neuroendocrinas descriptas comprenden: Posible acción inhibidora sobre la ACTH y el cortisol, en respuesta a la CRH Posible intervención en la respuesta negativa al DST en la depresión endógena Factor de culminación del ataque de pánico, en gran medida por inhibición del locus coeruleus y por broncodilatación (a ello nos referiremos específicamente mas adelante) Hoy se sabe que son varios los factores natriuréticos que componen una familia estructuralmente semejante, pero codificados por genes diferentes. El "A" y el "C" se hallan en neuronas y astrocitos, el "B" solo en neuronas. El "A" se halla en corteza, el "B" en amígdala y tallo y el "C" en sistema límbico, hipocampo y amígdala Los pacientes con pánico tienen menor secreción basal de los mismos (sobre todo del tipo A) pero respuesta más prolongada e intensa a la provocación fisiológica o experimental de ataques de pánico. Destacaremos al final en el apartado de aplicaciones clínicas el rol del FNA en el ataque de pánico y en respuesta a las crisis de ansiedad.

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Continuaremos, en esta segunda entrega con la descripción del eje adrenal detallando las otras sustancias

metabólicamente activas, no tan conocida en su implicancia PNIE

Factor natriurético atrial (FNA) o atriopeptina El o los factores natriuréticos atriales tiene acción renal clara desde hace años, pero su función conductual

es de descubrimiento reciente. Se produce en el atrium derecho e izquierdo del corazón, considerándoselo

un diurético endógeno, un hipotensor y un inhibidor de la secreción de renina-aldosterona, contribuyendo

al control del balance hidroelectrolítico y de la tensión arterial (con la consecuente vasodilatación e

inhibición de la secreción de vasopresina). La inyección de extracto de tejido miocárdico atrial de ratas

provoca importante diuresis y natriuresis.

Los pacientes con el síndrome de polidipsia-hiponatremia presentan mayores valores de FNA vespertinos

que matinales. Esto podría deberse a la expansión vespertina del volumen. Los niveles vespertinos de

vasopresina están disminuidos en comparación con los niveles matinales. El FNA puede ser un indicador

muy sensible de la expansión de volumen.

La deprivación de agua aumenta los depósitos de FNA cardíaco al mismo tiempo que disminuyen sus

niveles plasmáticos. La hipervolemia libera FNA resultando en aumento de la diuresis y natriuresis.

Existe también evidencia de que la vasopresina induce la liberación de FNA.

Las principales localizaciones del FNA son los miocitos, la cóclea, la córnea y las neuronas de los núcleos

supraóptico (SON) y paraventricular (PVN). Desde el punto de vista PNIE es el principal inhibidor de la

secreción de CRH, anulando sus funciones ansiogénicas y depresógenas ante situaciones de stress.

Las funciones neuroendocrinas descriptas comprenden:

▪ Posible acción inhibidora sobre la ACTH y el cortisol, en respuesta a la CRH

▪ Posible intervención en la respuesta negativa al DST en la depresión endógena

▪ Factor de culminación del ataque de pánico, en gran medida por inhibición del locus coeruleus y por

broncodilatación (a ello nos referiremos específicamente mas adelante)

Hoy se sabe que son varios los factores natriuréticos que componen una familia estructuralmente

semejante, pero codificados por genes diferentes. El "A" y el "C" se hallan en neuronas y astrocitos, el

"B" solo en neuronas. El "A" se halla en corteza, el "B" en amígdala y tallo y el "C" en sistema límbico,

hipocampo y amígdala

Los pacientes con pánico tienen menor secreción basal de los mismos (sobre todo del tipo A) pero

respuesta más prolongada e intensa a la provocación fisiológica o experimental de ataques de pánico.

Destacaremos al final en el apartado de aplicaciones clínicas el rol del FNA en el ataque de pánico y en

respuesta a las crisis de ansiedad.

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VASOPRESINA (VP)

El péptido arginina-vasopresina (AVP), hormona antidiurética (ADH) o simplemente vasopresina es hoy

considerada una verdadera hormona de stress, ya que su acción es importante en la liberación de ACTH,

con o sin mediación de CRH.

Es un nonapéptido de conocida acción en la regulación del balance hidroelectrolítico pero también una

hormona y un potencial neuromodulador y neurotransmisor, con efectos cerebrales y sobre el SNA.

Es sintetizado en las neuronas magnocelulares de los núcleos supraóptico (SON) y paraventricular (PVN)

del hipotálamo y almacenada con la proteína neurofisina dentro de gránulos neurosecretorios. Estos

gránulos son transportados por los axones que conectan el SON y el PVN con el tercer ventrículo, la

eminencia media y el lóbulo posterior de la hipófisis (neurohipófisis).

La vasopresina que proviene del PVN estimula la secreción de la ACTH en el lóbulo anterior de la

hipófisis formando parte del eje C- L-H-H-A.

En resumen McDonald refiere que la vasopresina se sintetiza en el hipotálamo y en otras neuronas que

proyectan a todo el cerebro y que las proyecciones hipotalámicas segregan vasopresina dentro de la

circulación sistémica vía capilares portales y posiblemente también directamente dentro del LCR, que

forman la base para considerar a la vasopresina como un neuropéptido que influye sobre la conducta

humana así como una hormona que influye a distancia sobre distintos órganos de la economía.

La liberación de vasopresina está controlada por la acción de varios neurotransmisores sobre el

hipotálamo y la neurohipófisis. Entre ellos se destacan la acetilcolina (Ach), proveniente del área

dorsolateral del SON y la noradrenalina (NA), a través de fibras que proyectan desde el núcleo del tracto

solitario, locus coeruleus y médula ventrolateral hacia el SON. También el GABA, la serotonina (5-HT) y

la dopamina (DA), a través de fibras que llegan al PVN y al SON, modulan la actividad de la AVP. Otros

neurotransmisores pueden influir sobre el sistema vasopresina incluyendo a la histamina, sustancia P,

angiotensina II y péptidos opioides (dinorfina, encefalina y beta endorfinas).

Los factores reguladores de la vasopresina incluyen:

- como estimulantes: a los osmorreceptores, a la Ach (a través de receptores nicotínicos), a la NA

(a través de receptores beta adrenérgicos) y a la angiotensina II

- como inhibidores: a los barorreceptores, al GABA, a la NA (a través de receptores alfa

adrenérgicos), a la Ac (a través de receptores muscarínicos) y al FNA

La deshidratación, la sobrecarga salina, el ejercicio y las hemorragias estimulan la secreción de

vasopresina, mientras que la sobrecarga acuosa y el alcohol la inhiben.

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Vasopresina como hormona

Se utiliza el nombre de vasopresina desde hace mas de 100 años, cuando se demostró el efecto presor

producido por el extracto de hipófisis posterior. Se trata del más potente vasoconstrictor de la circulación

sistémica, que actúa directamente sobre el músculo liso vascular e indirectamente a través de efectos sobre

los barorreceptores cardíacos. Si bien el rol de la vasopresina en el mantenimiento rutinario de la tensión

arterial, o como causa de hipertensión arterial es controvertido, sí se relaciona claramente con la regulación

de la presión sanguínea sistémica en estados de deshidratación hipovolémica.

Sobre el riñón actúa conservando el agua y concentrando la orina para mantener los fluidos del cuerpo en

una constante osmolar y de volumen.

El aumento de la osmolaridad plasmática (por deprivación de agua o por soluciones salinas hipertónicas)

estimula a los osmorreceptores localizados en él SON, permitiendo un aumento en la síntesis y liberación

de vasopresina dentro de la circulación sistémica. La deprivación de agua y la subsecuente disminución

del volumen plasmático son censadas por los receptores de volumen en el atrium izquierdo y por los

barorreceptores en las arterias carotídeas. Una disminución en el volumen plasmático conduce a una

disminución del impulso tónico inhibitorio de estos barorreceptores y a la liberación de vasopresina. La

vasopresina actúa entonces sobre el riñón para conservar el agua libre, de manera que la osmolaridad del

suero descienda y el volumen plasmático aumente.

La destrucción del SON o de la neurohipófisis conduce a una diabetes insípida. Los pacientes con

diabetes insípida eliminan grandes cantidades de orina diluida, efecto que puede ser originado por acción

del litio. Los pacientes con SIADH (síndrome de secreción inapropiada de ADH) presentan la condición

opuesta, que a menudo es inducida por medicamentos, incluyendo neurolépticos fenotiacínicos y

antidepresivos tricíclicos, o por traumatismo encefálico; los pacientes eliminan orina altamente

concentrada a pesar de una baja osmolaridad plasmática. Otras drogas, como el etanol, inhiben la

secreción de ADH y llevan a la pérdida de grandes cantidades de agua libre.

La vasopresina también regula al eje Córtico-Límbico-Hipotálamo-Hipófiso-Adrenal (C-L-H-H-A). Los

efectos de la vasopresina sobre el eje pueden desarrollarse en diferentes niveles. Aunque su efecto

primario se da á nivel de la hipófisis estimulando la liberación de ACTH, la vasopresina puede también

actuar a nivel hipotalámico potenciando la liberación de CRH. El feedback negativo de la secreción de

corticoides también parece regular la secreción de vasopresina y de CRH. Pero el rol más importante de la

vasopresina parece ser el de potenciar los efectos del CRH sobre la secreción de ACTH, convirtiéndose

en una de las más importantes hormonas del stress.

Otro efecto principal de la vasopresina sobre el sistema endocrino es movilizar las reservas energéticas. La

vasopresina aumenta la liberación de glucagon y también actúa directamente sobre el hígado para producir

glucogenolisis y gluconeogénesis.

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Los receptores de vasopresina fueron clasificados en V1 y V2.

Los V2 actúan vía AMPc y son responsables de los efectos renales antidiuréticos de la vasopresina.

Los V1 fueron hallados en el músculo liso vascular y en los hepatocitos y pueden mediar efectos presores

y glucogenolíticos. Este último grupo se encuentra mucho más distribuido en el cerebro y media sus

efectos a través de canales dependientes del calcio, que facilitan la liberación de vasopresina por

despolarización del potasio.

Vasopresina como neuropéptido

Los efectos de la liberación hipofisaria de vasopresina involucran primariamente al SNA.

En el SNC es donde actúa como neuromodulador y como neurotransmisor.

El pool de vasopresina en el LCR está separado por la BHE de la vasopresina de la circulación sistémica.

La variación diurna de vasopresina del LCR no se ve afectada por la concentración plasmática de

vasopresina. Como es deducible, la vasopresina del LCR parece ser secretada por una población distinta

de neuronas y, al contrario de la plasmática, no está controlada por la osmorregulación.

DeWied fue el primero en demostrar que la vasopresina mejoraba la performance en tareas de aprendizaje

y memoria de ratas. Reportó que la neurohipofisectomía en ratas aumentaba la tasa de extinción de

conducta evitativa pero no el aprendizaje de una tarea de evitación activa.

En humanos, también muchos controles sanos mejoraron tareas de memoria con vasopresina. Sin

embargo, algunos estudios no encuentran este efecto de la vasopresina. Otros demuestran un efecto

positivo sobre la memoria en hombres pero no en mujeres. Los resultados tan variables se deberían, en

parte, a que no se diferenció las distintas funciones mnésicas estudiadas.

Se cree que la vasopresina ejerce su efecto sobre la cognición a través de un aumento de la activación del

SNC, tal vez modulando la eficacia sináptica de los sistemas catecolaminérgicos. La vasopresina puede

actuar aumentando el “rate” donde la información es procesada, facilitando la atención y la concentración.

Se involucran las conexiones con estructuras límbicas profundas asociadas con memoria (hipocampo,

amígdala e hipotálamo). En pacientes con síndrome de Lesch-Nyhan (donde presumiblemente hay un defecto

en el aprendizaje de la evitación pasiva) a los que se les administró vasopresina, se demostró mejoría en el

aprendizaje de tareas de evitación pasiva (ej: castigo para disminuir la auto mutilación) cuando se les

suministró vasopresina antes de la tarea.

Vasopresina como psicopéptido

La vasopresina podría influir sobre la memoria, la sensibilidad al dolor, los ritmos biológicos, el sueño

REM y la memoria además del balance hidroelectrolítico.

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La vasopresina actúa en el eje C-L-H-H-A sobre la liberación de ACTH y a su vez tiene un efecto casi

aditivo sobre el CRH para la liberación de ACTH. Aunque ni el CRH ni la vasopresina solos pueden

causar una significativa liberación de ACTH en presencia de dexametasona, los dos juntos pueden

producir un considerable aumento de ACTH. Esto indica no exactamente un efecto aditivo sino un

aumento global de la actividad liberadora de ACTH.

La hipótesis de Gold (que veremos en el apartado de aplicación clínica) indica que en la depresión hay

una hipofunción global del tono de vasopresina. La hipercortisolemia resulta de una hiperfunción del eje

L-H-H-A y de un posible aumento del tono de vasopresina que potencia la liberación de ACTH. Estas

teorías aparentemente dispares se reconcilian en el hecho de que, en el eje C-L-H-H-A, las células

secretoras de vasopresina (como ya dijimos) son parte de neuronas parvocelulares del PVN.

También se propuso un rol de la vasopresina en los desórdenes afectivos ya que los factores fisiológicos

que parecen estar influenciados por la vasopresina, se encuentran alterados en estos desórdenes. Dos

estudios demostraron mejoría en la memoria en sujetos con desórdenes afectivos mayores y una ligera

mejoría en los síntomas afectivos.

Es probable que cuando el trauma sea cognitivo tenga mayor repercusión sobre la secreción de CRH

mientras que si se trata de un trauma somático el efecto repercuta más sobre la vasopresina.

Otros autores sostienen que la reacción depresiva a situaciones aversivas depende de CRH y la reacción

agresiva depende de vasopresina. Esto coincidiría con las diferencias genéricas de respuesta y el hecho de

que los hombres presenten distinta morfología de los núcleos productores de vasopresina desde el periodo

embrionario.

Por otro lado, la vasopresina aumenta el turn over de dopamina en las áreas terminales de los sistemas

dopaminérgicos nigroestriatales y tuberoinfundibular. Proyecciones de fibras dopaminérgicas inervan el

SON y el PVN pero no se conoce su rol. Se ha comparado las concentraciones de vasopresina en LCR de

pacientes esquizofrénicos con sujetos normales como grupo control, obteniéndose resultados

contradictorios e incluso se postula alguna acción terapéutica de VP en psicosis

En resumen, la vasopresina parece tener un número de posibles implicancias para futuras investigaciones

en desórdenes psiquiátricos. La función de la vasopresina como hormona, neuropéptido y neurotransmisor

putativo es suficiente razón para postular un significativo rol de este péptido en la conducta humana.

OCITOCINA (OX)

Es un nonapéptido sintetizado en el hipotálamo anterior y almacenado en la neurohipófisis y en algunas

otras glándulas periféricas (entre ellas, la adrenal). Su principal función conocida se relaciona con el

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mecanismo de parto y con el puerperio. Su regulación autonómica se explica por proyecciones de

neuronas ocitocinérgicas que se dirigen hacia la médula espinal y el tallo cerebral. Su acción en cerebro se

relaciona con conductas parentales, sexuales y sociales.

También es sintetizada en el cuerpo lúteo, donde facilita la lúteolisis, y por lo tanto la menstruación. En el

endometrio libera prostaglandinas, con efecto luteolítico. Así, los receptores de Ox disminuyen mientras

declina el nivel estrogénico. Es al menos una de las responsables de iniciar la fase lútea tardía produciendo

disminución de progesterona.

La ocitocina es responsable de activar la conducta maternante, situación que depende de los estrógenos.

Para ello, se modifica en el preparto y durante las primeras horas del puerperio, disminuyendo en el

hipotálamo anterior y aumentando en sectores extrahipotalámicos (septum) relacionados con esta

conducta. Aparecen entonces nuevas dendritas y conexiones en el núcleo supraóptico. Los estrógenos

aumentan el binding de ocitocina en varias áreas cerebrales incluyendo la amígdala.

Con respecto a la conducta sexual, la ocitocina aumenta la conducta de lordosis en ratas. Además

disminuye la latencia de eyaculación y aumenta la frecuencia de erección del pene. Sus niveles

plasmáticos están aumentados durante la estimulación genital, la eyaculación y el orgasmo.

Posee un ritmo diurno con 3 a 5 picos bajos, en horas de la mañana y altos hacia el final del día, patrón

que es opuesto al del cortisol. Se trata de un ritmo central diurno, independiente del núcleo

supraquiasmático y que se comporta como probable zeitgeber.

Desde el punto de vista PNIE la ocitocina interactúa con la CRH, reduciendo de esta manera la liberación

de ACTH. Es también estimuladora de la secreción de prolactina y de LH. Digamos de modo simplista

que inhibe las sustancias ansiogénicas y estimula las sustancias protectoras.

Hoy se la considera la hormona del apego ya que es liberada ante situaciones que nos proporcionan

placer en compañía de un "otro". Así, desde receptores específicos en piel, sensores de caricias, se

estimula su liberación que al inhibir al eje, da estado de relajación. Este estímulo, iniciado por contacto

con el pezón o con la piel entre madre e hijo y luego se continúa con otros estímulos desencadenados por

situaciones amorosas (en sentido amplio) con otras personas. La liberación se hace refleja, pudiendo

obtenerse por cualquier recuerdo o experiencia sensorial del sujeto amado. En las ya clásicas

recopilaciones sobre neurobiología del amor, la ocitocina tiene un papel fundamental en el mantenimiento

de la relación de pareja.

Desde el punto de vista cognitivo, puede considerarse a la ocitocina como una sustancia amnésica. Los

sueros conteniendo sustancia anti-oxitocina favorecen la retención de conductas pasivo-evitativas. Facilita

entonces la extinción de conducta de evitación aprendida, acción opuesta a la de la vasopresina. Dosis

elevadas de ocitocina empeoran la evocación retrógrada pero no la inmediata.

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En resumen, la oxitocina una de las hormonas del stress que se libera especialmente en condiciones

aversivas en las que no existe una conducta de afrontamiento posible. En estos casos juega un rol

importante en el freno de la liberación de ACTH. Está estrechamente relacionada con el feed-back

negativo del eje CLHHA con la consecuente inhibición del eje.

DEHIDROEPIANDOSTERONA (DHEA)

La dehidroepiandrosterona (DHEA), hormona derivada del colesterol, forma parte de un paso intermedio

en el metabolismo de los esteroides sexuales adrenales. Es el esteroide circulante más abundante y es

sintetizado en las adrenales, las gónadas y el cerebro. Mediante un proceso de sulfatación,

mayoritariamente suprarrenal, se origina la DHEA-sulfato (DHEA-s), que tiene no sólo mayor vida media

sino también mayor acción biológica.

Se demostraron receptores para ambos esteroides en testículo, hígado, linfocitos, cervix uterino, cerebro y

nervios periféricos, siendo su amplia distribución tisular lo que avala su participación como modulador

psiconeuroinmunoendócrino. En el SNC llega a través de la BHE o se forma de novo en la oligodendroglia.

La DHEA actúa como agonista y la DHEA-s como antagonista del receptor GABA-A.

En cuanto al comportamiento biológico de estas moléculas, varios aspectos son de importancia para su

estudio: el cronobiológico, el rango etario y el género.

La DHEA, pero no la DHEA-s, posee un ritmo circadiano inverso al del cortisol, por lo que es

considerada una sustancia antiglucocorticoidea (antagonista de corticoides) y por lo tanto anti-stress e

inmunoestimulante. Respecto de la edad, se conoce que estos esteroides muestran variaciones en función

de la misma, mostrando una declinación progresiva, verificada tanto en estudios transversales como

longitudinales en humanos. Existe una síntesis muy elevada de DHEA en el feto (200 mg/día),

disminuyendo su concentración a partir del nacimiento debido a la involución de ciertas zonas adrenales

fetales. Posteriormente se evidencia un pico plasmático de estos esteroides entre los 7 y 8 años de edad,

coincidiendo con la madurez del eje adrenal, proceso que conforma la adrenarca. Esta provoca un

incremento plasmático de DHEA-s, el cual precede al aumento de los esteroides gonadales en

aproximadamente 2 años. Disminuye significativamente a partir de los 40 a 50 años, encontrándose sólo

un tercio del valor hallado en el adulto joven durante la sexta década de la vida; proceso conocido como

adrenopausia.

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Respecto de la diferencia de género, se evidencia que los niveles de DHEA-s son más bajos y los de

DHEA más altos en mujeres que en hombres. Recordemos que estas moléculas son modificadas por los

esteroides sexuales gonadales.

Actualmente se conocen numerosos efectos ejercidos por DHEA y por DHEA-s. Entre éstos podemos

mencionar el rol sobre:

▪ el sistema endocrinológico (adrenarca; precursor de hormonas gonadales)

▪ la función cerebral (como esteroide de acción central con función sobre el crecimiento neuronal por

aumento del flujo y aumento de la producción de IGF-1)

▪ el sistema inmunitario (como agente antiglucocorticoideo; desviando el balance Th1/ Th2 hacia la

inmunidad celular; estimulando a la IL2)

▪ el sistema cardiovascular (prevención de enfermedad cardíaca, observándose la disminución urinaria

y plasmática de ambas en pacientes con IAM; hipercolesterolemiante e hipertensor)

▪ el metabolismo (control lipídico -disminución de colesterol y de triglicéridos-, glucémico e insulínico)

▪ el músculo (glucogenólisis)

▪ la piel (control de crecimiento piloso y secreción seborreica)

▪ el tejido óseo (aumento de densidad ósea)

Destaquemos las funciones inmunoprotectoras y procognitivas de DHEA. La DHEA-s probablemente se

involucre en la mejoría de mecanismos cognitivos y de memoria, pero algunos trabajos atribuyen este rol

solo a la forma no sulfatada, debido a un mecanismo antioxidante y anticorticoide. Estudios en animales y

humanos sugieren que el reemplazo con DHEA en pacientes de edad podría tener un rol beneficioso sobre

la esfera cognitiva.

En cuanto a su acción antidepresiva los resultados no son definitorios.

ESTUDIO FUNCIONAL Y APLICACION CLINICA RESPECTO A FNA, VP, OX

Y DHEA

Hemos descripto en la entrega anterior los estudios clásicos sobre el eje y las diversa formas como se

estudia la hiper o hipoactividad del mismo en su generalidad. Consignamos las alteraciones de cortisol,

ACTH, CRH y sus receptores en varias enfermedades psiquiátricas.

Más nuevas son las explicaciones fisiopatológicas de la relación entre el FNA (factor natriurético atrial) y

el ataque de pánico. El mecanismo involucrado implica al FNA, la vasopresina y la CRH. En la crisis se

produce un importante aumento de la frecuencia cardiaca, con suficiente estimulación de la secreción de

FNA, que a su vez provoca una inhibición sobre la CRH y la vasopresina con disminución de la

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hiperactividad del eje CLHHA. Esto último genera ansiólisis, llegándose a una autolimitación de la crisis.

El FNA sería, al menos en parte, un mecanismo endógeno para controlar la ansiedad. Los pacientes

panicosos tienen niveles basales menores de FNA pero mayor velocidad de producción ante pruebas de

estímulo. La infusión endovenosa de lactato, generador de crisis de pánico en sujetos predispuestos,

aumenta la concentración plasmática de FNA en mayor cantidad en pacientes panicosos que en controles

La secreción auricular de FNA puede explicar los síntomas cardíacos que experimentan los pacientes con

ataque de pánico, como así también la vieja observación empírica clínica de la mayor incidencia de

pánico en pacientes con prolapso de la válvula mitral. Los últimos descubrimientos sobre secreción de

FNA en el órgano coclear podrían explicar la presencia de vértigo e inestabilidad en la marcha que

presenta esta patología.

Hay interesantes aportes nuevos para la implicancia de la vasopresina en los desórdenes psiquiátricos.

Así Gold, demostró que la vasopresina (VP) del LCR estaba significativamente disminuida en pacientes

depresivos con respecto a maníacos y controles normales. Sin embargo, un estudio posterior encontró

disminución de VP en LCR sólo en pacientes depresivos bipolares no psicóticos comparado con

controles normales y con pacientes con depresión unipolar y manía, y aumentado en pacientes bipolares

con depresión psicótica. El mismo Gold mostró que la secreción plasmática de VP en respuesta a una

infusión salina hipertónica estaba generalmente disminuida en pacientes depresivos bipolares comparados

con bipolares en manía. Por ello, Gold y sus colegas enfatizaron que la VP puede jugar un rol en la

patofisiología de la enfermedad afectiva, posiblemente vía sistema catecolaminérgico. Hacen hincapié

además que las drogas con efecto antimaníaco, como el litio, también disminuyen la sensibilidad de los

receptores periféricos de vasopresina (ej: diabetes insípida nefrogénica). Contrariamente, los

antidepresivos tricíclicos pueden aumentar la liberación central de VP y conducir a la condición clínica de

secreción inadecuada de VP

Gold hipotetiza que en la depresión hay un hipertono de la VP psiquiátrica. La hipercortisolemia resulta

de una hiperfunción del eje CLHHA y posiblemente también de un aumento del tono de vasopresina, que

potencia la liberación de ACTH. El tratamiento con Fluoxetina induce una reducción en la concentración

de vasopresina en LCR en pacientes con depresión mayor.

En los trastornos de la alimentación también la vasopresina puede presentar alteraciones. Se hipotetizó

que las pacientes con anorexia nerviosa tenían anormalidades en la secreción de VP, que se demuestra

clínicamente por la inhabilidad de las pacientes para mantener la concentración urinaria. Gold demostró

una marcada respuesta anormal en la secreción plasmática y en LCR de VP luego de cambios producidos

con una solución salina hipertónica. Estos defectos persisten durante varios meses. Nishita et al extienden

estos hallazgos a pacientes con bulimia nerviosa.

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En la esquizofrenia se propuso una implicancia debido a la influencia dopaminergica de la VP. En un

principio se usó la vasopresina parenteral para su tratamiento en casos crónicos. Un tercio de estos

pacientes mostraron mejoría, con disminución de la actividad psicomotriz, del autismo y de los

desórdenes del pensamiento.

Se realizó un solo estudio de la actividad central de vasopresina en sujetos con desórdenes de la

personalidad. Se basaron en estudios en mamíferos inferiores que sugieren una relación positiva entre la

vasopresina central y la agresividad. Coccaro encuentra una correlación significativamente positiva entre

las concentraciones de vasopresina en LCR y la historia vital de agresividad, particularmente agresividad

contra las personas. Lo más importante es que esta correlación está presente aún después de separar la

relación entre agresividad y niveles de serotonina. En los trastornos del grupo B se propone una alteración

de VP, pero no tan importante en su fisiopatología como otras alteraciones PNIE descriptas (que

detallaremos en la segunda parte de estas entregas)

Con respecto a la disfunción ocitoninérgica en las enfermedades psiquiátricas consignemos que se halla

involucrada en desórdenes de la personalidad, demencias, trastornos del sueño, trastornos sexuales

primarios y psicosis. Se le atribuye un rol importante en desórdenes afectivos y en trastornos

psiquiátricos asociados a los cambios hormonales en la mujer. Según numerosos autores, la deficiencia de

Ox contribuye en la patogénesis de la depresión, ya que se trata de un factor endógeno de afrontamiento.

En la anorexia nerviosa, los niveles bajos de ocitocina contribuyen a la amenorrea, a la evitación de

comida con sensación de saciedad y al pobre ajuste al rol femenino sexual y maternal. Como se segrega

en paralelo con la LH, su disminución correlaciona con la anovulación, amenorrea, bajos niveles de

gonadotrofinas y disminución estrogénica. Las variaciones de oxitocina también contribuyen a los

síntomas típicos del Sindrome Premenstrual.

En la enfermedad de Alzheimer los niveles de ocitocina se encuentran elevados en hipocampo y en

corteza temporal. Cabe recordar que tiene alta capacidad de inducir fallas mnésicas.

Con respecto a las adicciones, la ocitocina no altera los efectos agudos de sustancias adictivas pero

produce cambios en la respuesta cuando hay exposición repetida al tóxico. En animales es capaz de

inhibir el desarrollo de tolerancia, de abstinencia y de reforzamiento. El déficit de ocitocina aumenta la

vulnerabilidad a la droga-dependencia. Puede considerarse a la ocitocina como de potencial utilidad para

el tratamiento de las adicciones y el craving.

La DHEA y la DHEAS se dosan en forma basal, pudiendo estar aumentadas o disminuidas en

determinadas enfermedades. La DHEA puede estar aumentada en: cáncer adrenal, poliquistosis

ovárica, Sindrome de Stein Lewenthal, pre-eclampsia y anorexia nerviosa . Puede estar disminuida

en: DBT mellitus, sindrome de Cushing, hiperlipoproteinemias, psoriasis, lupus, falla renal crónica,

estados paranoides, psicosis y depresión

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Por último respecto a la DHEA se postula que se halla involucrada en trastornos depresivos,

mostrándose disminución de la misma en varios fluidos corporales. Lo que más se ha estudiado es la

alteración de su ritmo circadiano (recordemos que solo lo tiene la DHEA sin sulfatar, la que es

principalmente adrenal). Varios estudios muestran en pacientes ansiosos y depresivos una alteración en

el ritmo circadiano de secreción contrario al de cortisol.

Respecto al uso de DHEA como antidepresivo los resultados son contradictorios. En controles sanos

aumenta la sensación de bienestar pero los resultados de su administración a pacientes con depresión

endógena son controvertidos. En nuestro grupo lo usamos como potenciador en depresiones con gran

compromiso de la libido.

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