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1 Revista ÁPICES DIGITAL REDACCIÓN Magdalena Cámpora Diego Ribeira Luis Ángel Della Giovanna Luis Biondini Raúl Lavalle Editor responsable: Raúl Lavalle Dirección de correspondencia: Paraguay 1327 3º G [1057] Buenos Aires, Argentina tel. 4811-6998 [email protected] nº 20 2015 Número dedicado especialmente al soneto Nota: La Redacción no necesariamente comparte las opiniones aquí expresadas

20 Ápices Digital

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20 Ápices Digital - Soneto

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    Revista PICES DIGITAL

    REDACCIN

    Magdalena Cmpora

    Diego Ribeira

    Luis ngel Della Giovanna

    Luis Biondini Ral Lavalle

    Editor responsable: Ral Lavalle

    Direccin de correspondencia:

    Paraguay 1327 3 G [1057] Buenos Aires, Argentina

    tel. 4811-6998

    [email protected]

    n 20 2015

    Nmero dedicado especialmente al soneto

    Nota: La Redaccin no necesariamente comparte las opiniones aqu expresadas

    http://www.google.com.ar/url?sa=i&rct=j&q=&esrc=s&source=images&cd=&cad=rja&uact=8&docid=7aiQZrlpXOSZQM&tbnid=ziEJQASJ6LMqWM:&ved=0CAcQjRw&url=http%3A%2F%2Fwww.nodulo.org%2Fec%2F2009%2Fn088p02.htm&ei=XdAuVODIPIyPNvq_gLAN&bvm=bv.76802529,d.eXY&psig=AFQjCNEhhOZ0IUTOiBh6TzxuArNg9Xtydg&ust=1412440442356013mailto:[email protected]

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    NDICE

    Un soneto de Ana Mara Gil p. 3

    Alfredo Bernardi. Poema del cielo p. 5

    Daniel Ginhson. Mujer en el viejo tren p. 6

    Olga Fernndez Latour de Botas. Al soneto p. 7

    Carlos Mara Romero Sosa. Soneto escrito en un vidrio empaado p. 8

    Beatriz Prez Deidda. A mi sombra p. 9

    Mario Rojman. Reality Show p. 10

    Fernando Sorrentino. Cecco Angiolieri: traducciones, juegos,

    derivaciones p. 11

    Daniel Alejandro Capano. Cecco Angiolieri: el soneto

    cmico-realista en Italia p. 17

    Luis ngel Della Giovanna. Amanda Coronel: un mensaje

    maternal p. 22

    Mara Ins Almazn. Homenaje p. 25

    The thrushs nest (de John Clare, trad. de Claudia Molin) p. 31

    Luciano Maia. Soneto sideral p. 32

    Minucias de sonetos p. 33

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    UN SONETO DE ANA MARA GIL

    SONETO APASIONADO

    En un soneto apasionado dejo un helado estupor y un tenebroso vaco en las sienes. Caprichoso sendero trasnochado en que me alejo. Fantasas extraas entretejo sin encontrar ningn recodo airoso y todo lo que suena misterioso casi como un hallazgo lo festejo. Qu don curioso y recurrente el mo que vivo como un claro desafo encender luces en medio de las sombras. Y en este empeo voy como el navo perdido, rescatada del hasto slo por la palabra que te nombra.

    ANA MARA GIL

    Ana Mara Gil naci en Buenos Aires. Como lo que escribir no

    es un estudio sino que pretende ser una conversacin con mi amiga, muy

    fina poetisa, no dir su edad: baste con que sepas, lector amigo, que soy

    muy viejo y ella es muy joven y la recuerdo como compaera de

    facultad, en aquellos lejanos aos. Tomo el soneto de su libro Los das

    profundos (Buenos Aires, PROSA AMERIAN, 2014, p. 58.

    No s si por haber compartido estudios literarios, nico dato

    comn en nuestras biografas, pero todo lo que dice el soneto lo siento

    como propio, como si mi pobre pluma intentara ahora decir lo mismo.

    Pienso sin duda en mis incontables errores (tales tropiezos no son de mi

    amiga), que hicieron platear mis sienes antes de tiempo; tambin, en

    tantos vanos proyectos que pens (ojal hubiera podido yo alumbrar a

    alguien en su camino!).

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    Y me gusta especialmente el ltimo terceto, porque me recuerda

    a Don Enrique Banchs y la poesa como viaje. S, pues non lontano a

    discoprirsi il porto; y siento que llegu hasta aqu y que quizs pueda

    seguir un poco ms, gracias a Ana Mara y a otros poetas que me dan su

    amistad en sus escritos.

    Se supona, querido lector, que tena que decir algo objetivo y

    quizs ms profesional. Como no lo logr, quede esto tambin en la

    columna del debe. Pero me dara por muy bien pagado, si lees el los

    versos de mi amiga.

    RAL LAVALLE

    Otro libro de Ana Mara Gil

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    POEMA DEL CIELO

    Cul es el poema que tom del cielo, del verde oleoso, de los ruiseores y cul el poema que troc en amores el presagio bordado en su seuelo? Cul es el poema que en el vasto hielo entibi aquel rosario de temores aplacando mis ntimos clamores con tu fruto de especia y caramelo? Ocupaste mi inhspita jornada con el festivo don de la sorpresa, con el nctar dulzn de tu morada. Descubr la misin de tu tibieza como un canto llegado de la nada, como un cfiro joven que regresa.

    ALFREDO BERNARDI1

    1 Al autor, destacado escritor argentino actual, agradezco me permita reproducir aqu

    uno de sus Cien sonetos (Buenos Aires, Proa Amerian, 2011). Siempre admiro en

    Bernardi el cuidado extremo de su pluma; quiero detenerme en el primer terceto,

    porque siento que eso es lo que ms alegra mi vida. Una mujer amada, un buen amigo,

    el gesto de una fina persona (como es el propio Bernardi) son las cosas que regocijan la

    inhspita jornada de mi tristeza y de la vulgaridad que todo parece llenarlo. [R.L.]

  • 6

    MUJER EN EL VIEJO TREN

    Esta mujer que observo a mi lado mientras redobla el trencito a carbn logra hacerme sentir ignorado inmersa en misterio y sutil seduccin. El tren avanza entre valles y noche y olor a pinos y a feliz momento; un grupo de nios quema un fantoche duende maligno de un viejo cuento.

    La mujer, de pronto, se turba por m. Se levanta y sale; siento su enfado. Pero ella no sabe por qu lleg all. Hay un oculto motivo embrujado. Ella y el tren y ese mundo no existen. Me agrada inventarlos. No se resisten.

    DANIEL GINHSON1

    1 Para muchos me incluyo los trenes tienen especial encanto. Al leer este soneto de

    Ginhson no puedo evitar el recuerdo de algn viaje europeo y alguna jugossima

    conversacin ocasional. Hago ma la sugerencia e imagino que, camino de Bruselas a

    Brujas, encuentro casualmente a una etrea seora belga y, embrujado por su belleza

    (Brujas no tiene etimologa de brujas), dedico una copla a sus ojos grises. [R.L.]

    http://www.google.com.ar/url?sa=i&rct=j&q=&esrc=s&source=images&cd=&cad=rja&uact=8&docid=JF5Kb3wYY8Vw7M&tbnid=FR5RhGLIibeu5M:&ved=0CAcQjRw&url=http%3A%2F%2Fdreamguides.edreams.es%2Fbelgica%2Fbrujas&ei=KJc4VOLiNoTBggSe_IKwBw&bvm=bv.77161500,d.eXY&psig=AFQjCNFwkfQyIc0YjEuFUI80m_sju4C8Ug&ust=1413080974583369

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    AL SONETO

    Para Ral Lavalle

    Ausente ests del lrico legado de mis paisanos. Por mayor e impar no parece adecuarse a su cantar el itlico arte que has guardado.

    En tu rigor formal el guitarrero parece no querer entreverarse, aunque luzca en la dcima, al florearse, de payador su magistral esmero.

    Llegaste como todos los tesoros que Espaa trajo junto con su idioma, mas conservaste tu perfil discreto

    para quienes, vistindote de oro, osaran dar americano aroma a tu triunfal vigencia oh, soneto!

    OLGA FERNNDEZ LATOUR DE BOTAS1

    1 Adems de acadmica y gran estudiosa del folklore, la autora es poetisa inspirada. No

    tengo palabras para agradecerle la dedicatoria de tan bella obra. [R.L.]

    http://www.google.com.ar/url?sa=i&rct=j&q=&esrc=s&source=images&cd=&cad=rja&uact=8&docid=7ILFps_EztopOM&tbnid=n256QPj2Tw1T1M:&ved=0CAcQjRw&url=http%3A%2F%2Fbooks.google.com%2Fbooks%2Fabout%2FBorges_y_la_poes%25C3%25ADa_gauchesca.html%3Fid%3DE-9IAAAAYAAJ&ei=59Q5VIvYO4TBggSe_IKwBw&bvm=bv.77161500,d.eXY&psig=AFQjCNGNRa_q75AsxpNSwZ2HFFo0xPQv6w&ust=1413162357222113

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    SONETO ESCRITO EN UN VIDRIO EMPAADO

    a Hugo Fiorentino

    Cmo es que era la lluvia de la infancia? Tartamudez del agua. Gracia plena. Intermitente vastedad amena de admiraciones para la distancia. Cunta sera la lluvia de la infancia? Salpicadura de la fe y la pena. Ahogo y comps de la visin serena, de los afanes y de la inconstancia. Dnde cay? Al pie del desafo? Al fondo ya inundado de un reclamo? Al borde de la urgencia? O el hasto? Duda el que soy y no dudaba el nio: llueve, llovi, y es nebuloso el tramo de la razn certera del cario.

    CARLOS MARA ROMERO SOSA1

    1 Este autor argentino public el soneto en su libro La vara y el reptil (Buenos Aires,

    Fundacin Argentina para la Poesa, 1988). Agradecemos el permiso concedido. [R.L.]

    http://www.google.com.ar/url?sa=i&rct=j&q=&esrc=s&source=images&cd=&cad=rja&uact=8&docid=oDG75CM9ubmAUM&tbnid=fNN4q0VTtkT2bM:&ved=0CAcQjRw&url=http%3A%2F%2Farticulo.mercadolibre.com.ar%2FMLA-523717687-otrosi-digo-carlos-maria-romero-sosa-alloni-proa-editor-_JM&ei=tNg5VPjREci6ggTd0oDIAQ&bvm=bv.77161500,d.eXY&psig=AFQjCNHCbAG6oHPx8i5Ed49qwsob0eAYeQ&ust=1413163467601760

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    A MI SOMBRA

    Ms que la proyeccin de mi figura... Ms que el vago perfil que, largo o breve, desliza su apariencia sin relieve sujeta al rumbo que mi andar procura.

    Ms que el informe rastro que perdura por el favor que un resplandor le lleve, es soplo ardido que a mi ser se atreve cuando la noche su final apura.

    Y trepada a mi sangre, cobra vida. Y es brazo que apuntala mi cada; soy nada ms, de su fervor, mendigo.

    Y aun cuando mi anhelo es tan escaso, animando el impulso de mi paso, mi sombra est de pie. Por eso sigo.

    BEATRIZ PREZ DEIDDA1

    1 La autora es argentina contempornea. Adems de su perfecta tcnica compositiva,

    este soneto me agrad porque la sombra ha sido frecuente tema de la lrica. Muchos

    textos podran recordarse, pero pienso en el riojano Gabino Coria Pealoza: una

    sombra ya pronto sers, / una sombra, lo mismo que yo. [R.L.]

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    REALITY SHOW

    Cargada de presagios, una nube, al tenso amanecer lo sobrevuela y el ngel de la guarda se desvela cumpliendo su destino de querube. En tanto, en el oscuro conventillo, el diablo se relame ante el hechizo; tata Dios est ausente sin aviso y el azar pone el dedo en el gatillo. Perfilando su gris en la ventana, se desliza inmutable la maana, al arrullo sutil de una paloma. Un pesado silencio cubre todo y en medio de las sombras, codo a codo, el punto ocupa el sitio de la coma.

    MARIO ROJMAN1

    1 El autor usa tambin un nombre literario, El Payador Urbano. En su sitio se halla una

    gran cantidad de dcimas en estilo popular, que reflexionan sobre asuntos cotidianos

    (cf.: http://payadorurbano.wordpress.com/?s=reality+show). Agradecemos a este

    bardo de hoy su presencia en esta publicacin. [R.L.]

    https://payadorurbano.files.wordpress.com/2014/10/conventillo-iii.jpghttp://payadorurbano.wordpress.com/?s=reality+show

  • 11

    CECCO ANGIOLIERI: TRADUCCIONES, JUEGOS, DERIVACIONES

    FERNANDO SORRENTINO

    1. Si fosse Cecco: traducir

    Cecco Angiolieri (c.1260-1312?) coetneo, y, sucesivamente,

    amigo y antagonista, de Dante Alighieri es el autor, entre otras

    muchas obras, de este afortunado soneto:

    Si fosse foco, ardereil mondo;

    si fosse vento, lo tempesterei;

    si fosse acqua, i lannegherei;

    si fosse Dio, mandereilen profondo;

    si fosse papa, sareallor giocondo,

    che tuttii cristiani imbrigherei;

    si fosse mperator, sa che farei?:

    a tutti mozzarei lo capo a tondo.

    Si fosse morte, andarei da mio padre;

    si fosse vita, fuggirei da lui:

    similemente fara da mi madre.

    Si fosse Cecco, comi sono e fui,

    torrei le donne giovani e leggiadre:

    e vecchie e laide lasserei altrui.

    Gherardo Marone (1892-1962), cuando era director del Instituto

    de Literaturas Neolatinas (Facultad de Filosofa y Letras, de la

    Universidad de Buenos Aires), escribi:1

    El mejor de este puado de poetas populares y jocosos es sin duda alguna Cecco Angiolieri y su soneto Si fosse foco se encuentra en todas las antologas italianas y lo saben de memoria todos los alumnos de liceo de la pennsula.

    1 Gherardo Marone: Parnaso italiano. I. Desde San Francisco hasta Dante, Buenos

    Aires, Universidad de Buenos Aires, 1952, pg. 120.

  • 12

    El mismo don Gherardo aporta su traduccin en prosa:

    Si yo fuese fuego, incendiara el mundo; si yo fuese viento, lo azotara; si yo fuese agua, lo anegara; si yo fuese Dios, lo hundira; si yo fuese papa, sera slo entonces jovial cuando a todos los cristianos pusiese en enredos; si yo fuese emperador, sabes qu hara?: a todos le[s] cercenara en redondo la cabeza. Si yo fuese Muerte, ira hacia mi padre; si yo fuese Vida, huira de l: lo mismo hara con mi madre. Si yo fuese Cecco, como soy y fui, retendra las mujeres jvenes y hermosas; y viejas y fieras las dejara a los dems.

    Esta versin es me atrevo a decir deliberadamente

    filolgica: tal vez por esa causa, no resulta muy grata al odo.

    Como es menos fluida que fiel, convendr aportar esta otra, de

    Oreste Frattoni:1

    1 Poesa medieval italiana, seleccin y versiones espaolas de Oreste Frattoni, Buenos

    Aires, Centro Editor de Amrica Latina, 1970, pg. 42.

    http://www.google.com.ar/url?sa=i&rct=j&q=&esrc=s&source=images&cd=&cad=rja&uact=8&docid=zPe9PnFragNroM&tbnid=Zf36uhvnOVa89M:&ved=0CAcQjRw&url=http%3A%2F%2Farticulo.mercadolibre.com.ar%2FMLA-493994183-parnaso-italiano-gherardo-marone-_JM&ei=Wig8VJKIE4PCggTN1oBo&bvm=bv.77161500,d.eXY&psig=AFQjCNHqxBc4gYqQdhL8BvN9dAyYZvrZ8g&ust=1413315004411286

  • 13

    Si fuera fuego, quemara el mundo;

    si fuera viento, lo arrasara;

    si fuera agua, lo ahogara;

    si fuera Dios, lo hundira;

    si fuera papa, estara contento

    pues molestara a todos los cristianos;

    si fuera emperador, sabes qu hara?:

    les cortara la cabeza a todos.

    Si fuera la muerte, buscara a mi padre;

    si fuera la vida, le rehuira:

    lo mismo hara con mi madre.

    Si fuera Cecco, como soy y fui,

    tomara a las mujeres jvenes y bellas:

    les dejara a los dems las viejas y feas.

    Aunque menos spera que la de Marone, tampoco suena

    demasiado armoniosa: compuesta en versos anisosilbicos y con

    ausencia de rima (mundo / contento / cristianos / todos / fui) o con rimas

    azarosas y asistemticas mezclando consonantes y asonantes

    (arrasara / hundira / ahogara / hara / huira; padre / madre; bellas /

    feas).

  • 14

    2. Si fosse Cecco: jugar

    Unos setecientos aos ms tarde, Luis Alposta (poeta argentino

    nacido en 1937 e inclinado a los juegos literarios)1 se enfrenta con el

    vate medieval y decide, a su manera, traducir, reelaborar e interpretar,

    con toques lunfardescos,2 el clebre soneto:

    Si fuera fuego incendiara el mundo;

    si fuera agua abundara en lodo;

    si fuese viento avivara el fuego;

    si fuese Dios hara bolsa todo.

    De ser papa, sera un descredo:

    cambiara la tiara por bonete.

    De ser emperador sabs qu hara?:

    cortara sabiolas a rolete.

    Si fuera muerte le huira al jonca;

    si fuera vida engendrara bronca;

    si fuera clavo yo sera un remache.

    Esto escribi Angiolieri en mil trescientos,

    y, de haberlo hecho aqu, en el novecientos,

    hubiese escrito el tango Cambalache.3

    3. Confesin y desafo

    Me considero sensible a la belleza lrica, pero carezco por

    completo de creatividad potica: aos ha (muchos aos ha!) intent

    escribir poemas (eso s: a slabas cunctadas y con rimas consonantes).

    Por fortuna, ya entonces posea cierta perspicacia crtica: ella me hizo

    saber que aquellos versos mos valan, en las comarcas literarias, menos

    que lo que valen la ameba y el paramecio en el reino de la biologa. En

    consecuencia, destru sin piedad ni remordimiento todas esas torpezas,

    nunca reincid en el intento y aqu estoy, satisfecho de mi decisin de no

    agregar ms fealdades al mundo.

    1 De esta aficin dan fe mis artculos El malevo Federico y Tres descendientes

    argentinos de Lope y Violante, que pueden hallarse con facilidad en Internet. 2 Un breve glosario ayudar a comprender las expresiones peculiares: hara bolsa =

    destruira; sabiolas = cabezas; a rolete = en gran cantidad; jonca (vesre de cajn)

    = atad. 3 Cambalache (1935), letra y msica de Enrique Santos Discpolo (1901-1951).

  • 15

    Corran las ltimas semanas del ao 2004. Con la certeza de que

    yo no me hallaba en aptitud de lograr, del soneto de Cecco, una

    traduccin al espaol que no naciera muerta, se me ocurri telefonear a

    mi amigo Teodosio Muoz Molina1 y, al modo del tbano socrtico, y

    segn nuestro estilo habitual de conversar en broma, lo azuc con el

    argumento de que sus escasas luces no le permitiran lograr un texto

    mnimamente decoroso del susodicho soneto.

    1 Durante muchos aos Teodosio y yo fuimos compaeros y colegas como profesores

    de lengua y literatura en la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini. Adems,

    ambos vivamos en el barrio de Las Caitas: l en la calle Santos Dumont; yo, en la

    calle Matienzo. Hemos sido muy amigos y hemos compartido numerossimos

    momentos agradables. Lamento tener que expresarme en tiempo pasado, ya que por

    desdicha Teodosio falleci a fines de 2007, sin alcanzar siquiera la sptima dcada

    de vida.

    http://www.google.com.ar/url?sa=i&rct=j&q=&esrc=s&source=images&cd=&cad=rja&uact=8&docid=jGZiuygys_50EM&tbnid=ahbFiBJx8vpOFM:&ved=0CAcQjRw&url=http%3A%2F%2Fwww.lsf.com.ar%2Flibros%2F40%2FENIGMA-DE-LOS-NOMBRES-Y-APELLIDOS%2F&ei=UoY8VPXpOs7BggTJhYHQAg&bvm=bv.77161500,d.eXY&psig=AFQjCNG7IgPUP9sD9_7jZTOUU1qZ1Ov6gw&ust=1413338952747903

  • 16

    Pues bien, antes de transcurridas veinticuatro horas, Teodosio me

    mand su traduccin, que dice as:

    De ser yo fuego, quemara el mundo;

    si fuese un vendaval, lo arrasara;

    en caso de ser agua, lo ahogara;

    y, si Dios, lo hundira en lo profundo;

    de ser papa, estara muy jocundo

    y en trampas a los fieles metera;

    si fuese emperador, sabes qu hara?:

    cortara el pescuezo a todo el mundo.

    Si fuese muerte, ira por mi padre;

    si fuese vida, de l me escapara;

    y de igual modo hara con mi madre.

    Siendo el Cecco que soy y siempre fui,

    las mozas ms hermosas tomara

    y las viejas y feas para ti.

    Segn quiero creer, el afecto que siento por Teodosio no obnubila

    mi juicio: opino, en fin, que esta nueva traduccin se parece bastante a lo

    excelente.1

    FERNANDO SORRENTINO

    1 Ediciones de la Discreta y el Departamento de Filologa Italiana de la Universidad

    Complutense de Madrid publicaron, en el ao 2000, el volumen titulado Si yo fuese

    fuego. Veinticinco poetas espaoles traducen a Cecco Angiolieri. Quizs esta nueva

    versin del soneto mereciera que, en futuras ediciones, los traductores no fueran

    veinticinco sino veintisis. Y, como Teodosio naci en Palencia, cumple tambin con

    lo que indica el gentilicio.

  • 17

    CECCO ANGIOLIERI: EL SONETO CMICO-REALISTA EN ITALIA

    DANIEL ALEJANDRO CAPANO

    Es opinin generalizada que el soneto naci en Sicilia, en la corte

    literaria de Federico II, con Giacomo da Lentini. Si bien tal afirmacin

    puede ser cuestionada, no se debe ignorar el hecho de que el poeta sculo

    es el ms antiguo sonetista conocido. La composicin se transform

    rpidamente con Dante y Petrarca, quien la llev a su perfeccin, en la

    forma lrica breve por excelencia de Italia y de toda Europa. Favoreci

    su difusin la conveniencia de poder expresar con ella ideas complejas a

    la vez que sentimientos amables. Adems, como apunta Mario Fubini, su

    organizacin exiga menos esmero para acoger la realidad cotidiana

    intensa, y a menudo popular, rechazada por los rimadores de la cancin

    de tono elevado (Mtrica y poesa, Barcelona: Planeta, 1970, p.191).

    http://www.google.com.ar/url?sa=i&rct=j&q=&esrc=s&source=images&cd=&cad=rja&uact=8&ved=0CAcQjRw&url=http%3A%2F%2Fwww.amazon.es%2FPoesie-Italian-Edition-Giacomo-Lentini-ebook%2Fdp%2FB00685F8GW&ei=JJOLVILRC5GzoQTyn4HoCw&bvm=bv.81828268,d.eXY&psig=AFQjCNH06ZFS00P1IeV1VCuPa7TtNSaccQ&ust=1418519664024399

  • 18

    Desde el punto de vista de su configuracin, se piensa que el

    origen del soneto se encuentra en una estancia aislada de una estructura

    ms extensa como es la cancin.1 Los cuartetos se relacionan con la

    fronte (primera parte de la estancia), mientras que los tercetos lo hacen

    con la sirma (ltimos versos de la estancia).

    El soneto (del provenzal sonet: meloda, motivo) clsico, como se sabe,

    consta de catorce versos endecaslabos distribuidos en dos cuartetos,

    donde se plantea la cuestin por tratar, y dos tercetos, en los que se

    resuelve el tema; es por lo tanto una estructura cerrada. Algunos sonetos

    de tipo cmico pueden agregar una coda a los catorce versos

    tradicionales (sonetto caudato).

    Un sonetista de esttica zumbona

    Durante el siglo XIII floreci en Toscana, junto con la lrica culta

    y la lauda religiosa umbra, la poesa cmico-realista que expresaba con

    humor aspectos distorsionados de la realidad, se mofaba de ciertos

    personajes, echaba mano de injurias e invectivas, creaba caricaturas de

    amigos y enemigos, empleaba la stira violenta contra la vida conyugal y

    parodiaba situaciones cotidianas. Este tipo de composicin jocosa fue

    practicado no slo por escritores enrolados en la corriente, sino tambin

    por poetas cultos como Dante (tens2

    con Forese Donati), Guido

    Guinizelli y Guido Cavalcanti.

    Uno de los ms destacados representantes de la tendencia

    cmico-realista es Cecco Angiolieri (1260?-1311/1313). Nacido en

    Siena en un hogar noble de tradicin gelfa, poco se sabe con certeza

    sobre l. Se dice que llev una vida licenciosa, que fue desertor de

    guerra, pendenciero, bandido y hasta asesino. Los historiadores literarios

    comparan su colorida existencia con la de Franois Villon y asocian su

    potica a la de los goliardos. (M. Marti, Cultura e stile nei poeti del

    tempo de Dante, Pisa: Nistri-Lischi, 1955). Tambin se lo ve como un

    poeta maldito ante litteram.

    1 La cancin (canzone) es la forma ms ilustre de composicin lrica. Est integrada por

    estrofas (estancias) de nmero variado que combinan versos heptaslabos y

    endecaslabos dispuestos a eleccin del poeta, pero con la limitacin de que una vez

    fijado el esquema combinatorio en la primera estancia, se debe respetar en las restantes.

    La cancin puede cerrarse con una estrofa, por lo general de menos versos que las

    dems, llamada remate, coda, congedo o commiato. 2 La tens o tenzone es una forma potica que proviene, como otras estructuras lricas,

    de Provenza. Se trata de una disputa expresada en sonetos que se desarrolla entre dos

    trovadores. Cada uno de ellos defiende su postura en sonetos alternos.

  • 19

    Marcel Schwob lo muestra en sus Vidas Imaginarias como un

    individuo de conducta disipada y rencoroso, esto es celoso del

    enriquecimiento de su padre, mezquino en la distribucin de los bienes a

    los hijos. El escritor francs cuenta que a los quince aos reclam su

    herencia y al serle negada abandon su casa. Cecco vagabunde y

    mendig sus alimentos y finalmente fue alojado en la humilde vivienda

    de un zapatero de cuya hija, Becchina, se enamor. Ella, indiferente a

    sus reclamos, le inspir algunos sonetos (Becchin amor! Che vuo, falso

    tradito?; La mia malinconia tanta e tale), en los que hace gala de un

    estilo en que parodia la esttica dolcestilnovista consagrada. De sus

    aproximadamente ciento cincuenta sonetos (veinte de autora dudosa),

    tres de ellos los dirige contra Dante Alighieri. Se burla de los mdulos

    expresivos del stil novo, la mtrica y el sentido de las canciones del

    poeta florentino.

    Sus composiciones lo muestran como un lrico colrico, que

    experimentaba como Aquiles arrebatos de ira (), perteneciente a la

    raza de aquellos que Horacio denomin genus irritabile vatum. Su lrica

    retoma temas habituales de la poesa de humor: el valor del dinero (Li

    buon parenti, dica chi dir vle!), el odio contra el padre (Il pessimo, e l

    crudele odio), la iracundia y la misoginia (Sifosse foco, ardere l

    mondo), en que la dama es vista, al contrario del dolce stil novo, no

    como un ngel, sino en su aspecto fsico y sensual, interponiendo su

    juventud a la vejez, la materia al espritu. Al igual que los goliardos el

    poeta desarrolla temas relacionados con los placeres mundanos: las

    mujeres, los dados, la taberna, el buen comer y beber (Tre cose

    solamente mi so n grado).

    http://www.google.com.ar/url?sa=i&rct=j&q=&esrc=s&source=images&cd=&cad=rja&uact=8&ved=0CAcQjRw&url=http%3A%2F%2Fwww.contradadellacivetta.it%2Fcecco-angiolieri%2F&ei=6p2LVJPzL476oQTd2IHYDQ&bvm=bv.81828268,d.eXY&psig=AFQjCNFI7IUQpQ49etaL_mmaWZ07HSZazw&ust=1418522426022597

  • 20

    Veamos pues, uno de los sonetos dirigidos contra su padre:

    Il pessimo e l crudele odio, ch i porto

    a diritta ragione al padre meo,

    il far viver pi che Botadeo,

    e di ci, buon di, me ne sono accorto.

    Odi, Natura, se tua ha gran torto:

    laltrier li chiesi un fiasco di raspeo,

    ch nha ben cento cogna, ql can giudeo:

    in verit, vicin mebbe che morto.

    Si gli l avessi chsto di vernaccia?

    Diss io solamente a lui approvare;

    si mi volle sputar entro la faccia.

    E poi m detto ch i nol debbo odiare!

    Ma chi sapesse ben ogni sua taccia,

    Direbbe: Vivo il dovresti mangiare! 1

    Como toda la poesa de Cecco, el poema, bajo una aparente

    improvisacin, si se quiere coloquial, surge de una atenta reflexin

    literaria. La composicin, a pesar de su tono risueo y sarcstico, cumple

    con las pautas formales propias del soneto. En los primeros versos

    medita sobre el encono que lo mueve contra su padre para luego dirigirse

    a la Naturaleza, a quien increpa por la avaricia que le otorg. El yo lrico

    reprocha a su procreador el haberle pedido una botella de vino comn,

    no de garnacha, y de habrsela negado. Con ello justifica su odio y

    delinea con elementos sencillos un testimonio de franco tono gracioso.

    Angiolieri recupera ciertos tpicos frecuentes en la literatura

    tradicional como la aversin contra el padre, el elogio del vino como

    valor destacado y el menosprecio de los judos. Aunque la materia con

    que se construye la poesa no es original, el escritor la actualiza con la

    creacin de un estilo gil y alegre.

    1 El psimo y cruel odio que cargo / con razn contra mi padre, / lo har vivir ms que

    Botadeo, / y de ello me di cuenta un buen da. // Escucha, Naturaleza, si no eres

    culpable: / anteayer le ped una botella de vino, / del que tiene ms de cien toneles, el

    perro judo: / en verdad casi me mata. // Cmo si le hubiese pedido un garnacha? /

    Slo se lo dije para probarlo / y me quiso escupir la cara. // Y despus me dicen que no

    lo debo odiar! / Pero quien conozca bien su fama / dira: Vivo te lo tendras que

    comer! (mi traduccin).

  • 21

    La energa del soneto va en un crescendo que traduce el

    progresivo sentimiento hostil contra quien no le brinda lo que desea y

    fluye con contundente intensidad en la conclusin epigramtica, en el

    remate del terceto final: Vivo il dovresti mangiare! Para generar

    humor utiliza la hiprbole y un juego en el que se articulan los

    lineamientos del soneto con palabras dialectales y expresiones incisivas

    y ocurrentes. Todo ello otorga colorido y vivacidad a la composicin.

    En sntesis, su fuerza lrica descansa en la mmesis cmica que

    presenta la realidad reflejada en un espejo, ofrecida a travs de una

    imagen deformada de ella. Con tono mordaz el poeta manifiesta su

    aborrecimiento contra quien le neg algo tan domstico como una

    botella de vino.

    Por otra parte, Cecco Angiolieri, a pesar de haber pertenecido a la

    corriente popular cmico-realista, de haber llevado una vida errabunda,

    alejada de estudios escolsticos sistemticos, y de no haber frecuentado

    ningn crculo ulico, se manifiesta conocer de la literatura latina

    popular y de su comicidad. Es un literato que domina perfectamente su

    oficio y que debi estar al tanto del canon de la poesa consagrada de su

    tiempo, ya que para parodiar exitosamente la lrica culta es

    imprescindible conocerla.

    DANIEL ALEJANDRO CAPANO

  • 22

    AMANDA CORONEL: UN MENSAJE MATERNAL

    LUIS NGEL DELLA GIOVANNA

    Cmo no mirar las estrellas por las noches y soar?

    Amanda Coronel

    Mgica eclosin

    Comprueba y atestigua sonriendo

    que el tiempo detenido en remolinos

    ha puesto en movimiento los molinos

    de viento que agitbamos hablando.

    Hoy se cumplen en parte los trayectos

    que tejamos sobre nuestras sillas

    cuando volaban unas cuantas millas

    cada vez que planebamos proyectos.

    Qu cita nos brindaban los espejos

    al mirar a travs de los reflejos

    el punto ms lejano del destello?

    Qu mgica eclosin haba en el aire

    cuando emita lcidos silbidos

    en la tenue caricia de su vuelo?

    AMANDA CORONEL1

    (En Maternidad. Ed. Carta Internacional de Poesa. 1994)

    Este soneto integra, en Maternidad, el grupo de poemas titulado

    Mensajes para Amanda Isabel (Buenos Aires y Los Cardales, 1981).

    Como seala la autora en la contratapa: son posteriores a la partida

    de mi hija mayor a quince mil km de distancia. Ellos traducen hechos

    reales, aunque la casa de Los Cardales, un da remont vuelo. Por qu

    no? Si mis hijas y yo vivamos en muchos sentidos, en el aire, llenas de

    proyectos espirituales.

    1 Amanda Coronel naci en La Pampa en 1924, estudi Filosofa en la UBA, ejerci la

    docencia a nivel secundario y fue crtica de arte en la revista Bibliograma. Public tres

    libros de poemas: Piel errante (1964), Trnsitos (1983) y Maternidad (1994). Una

    parte de su obra ha sido traducida al ingls, al francs y al griego y publicada en

    diversas revistas del mundo. Falleci en Buenos Aires en 2008.

  • 23

    Estos poemas son, en su mayora, sonetos, aunque no todos han

    de cumplir con la versificacin estricta del soneto tradicional. Sus versos

    se envuelven en un paisaje de rboles, aire fresco, noches estrelladas que

    invitan a imaginar Y es en ese entorno que realidad y fantasa se

    disputaban, en forma constante, entre Amanda y sus hijas, Irene e Isabel,

    a quienes est dedicado el poemario.

    En el poema Mgica eclosin, las cuatro estrofas se anidan en

    el recuerdo de una madre sobre su hija y sus anhelos de adolescente. El

    ttulo nos permite jugar con ms de una interpretacin: Por un lado, esa

    sbita manifestacin del aire que pona en marcha los molinos y tambin

    la ilusin, quizs la ilusin de Isabel de ir a vivir al exterior; por el otro,

    el vocablo eclosin est ligado a lo femenino, a lo maternal, reforzado

    aqu por un adjetivo cuasi epteto mgico.

    Como vemos, el yo lrico se dirige directamente a su hija, aunque

    tanto las afirmaciones como las interrogaciones tengan cierto matiz

    retrico. Los versos se entronan en el contraste pasado/presente, a la

    vez unidos a la dupla realidad / imaginacin.

    Los imperativos iniciales instan a la interlocutora, Isabel, a

    comprobar cmo sus anhelos del ayer son hoy la realidad, aunque una

    realidad en parte cumplida, quizs porque la madre extraa

    sobremanera a su hija y, seguramente, no ha de haber sido su deseo que

    se fuese para siempre al exterior. Qu no dara por volver a detener el

    tiempo en remolinos un instante al menos! La mayora de los verbos en

    Pretrito Imperfecto corresponden a una primera persona plural que

    involucran a madre e hija: agitbamos, tejamos, planebamos,

    mientras que el nico verbo conjugado en presente del modo indicativo

    se cumplen se apoya en una voz pasiva que resta lugar a un sujeto

    activo, ni la madre ni la hija.

    Lo temporal se clava en el presente que rige el adverbio hoy

    como contraste con el resto de la estrofa en la que serpentean las

    reminiscencias, para lo cual la autora refuerza el mensaje con

    subordinadas adverbiales de tiempo encabezadas por cuando y cada

    vez que.

    Los tercetos, conformados, por dos preguntas contundentes en los

    que golpea un qu anafrico, nos transportan hacia otros interrogantes,

    hacia otras dudas. Quizs, en el presente, el punto ms lejano del

    destello sea Francia, donde se ha ido Isabel, y se refleje en el alma de

    una madre que extraa. Es una de las dudas

  • 24

    Ahora bien, que la naturaleza est presente en el texto es

    indudable; pero, de los cuatro elementos, el que circunda el poema es el

    aire, que sobrevuela los versos del soneto, ya en imgenes, ya en

    personificaciones y metforas. Respiran las palabras cargadas de

    sentimiento ese soplo vital que nos mantiene: agitbamos, volaban

    (verbos), remolinos, molinos de viento, viento, aire, vuelo

    (sustantivos).

    La ltima estrofa es ms que una pregunta de cierre. No slo

    retoma el ttulo integrndolo a la idea central del texto sino tambin deja

    entrever que la naturaleza es sabia, pues con lcidos silbidos el aire

    estaba anunciando algo. Los adjetivos calificativos, por su parte, tambin

    vinculan lo imaginativo (mgica eclosin) con lo intelectual (lcido

    silbido), no obstante el mensaje se condensa en el verso final cuando

    todo se da en esa tenue caricia del aire.

    Para cerrar, me hago eco de la voz de Amanda Coronel, quien

    expresa en su texto: Es la imaginacin positiva y el querer siempre el

    Bien para todos lo que nos torn felices en el momento ms difcil de

    nuestras vidas.

    LUIS NGEL DELLA GIOVANNA

    El profesor Luis ngel Della Giovanna

  • 25

    HOMENAJE1

    MARA INS ALMAZN

    Francisco de Quevedo es menos un hombre

    que una dilatada y compleja literatura. Jorge Luis Borges2

    Don Francisco Gmez de Quevedo Villegas y Santibnez

    Cevallos nace en Madrid, de familia noble, el 17 de septiembre de 1580

    y fallece en Ciudad Real el 8 de septiembre de 1645. El talento de

    Quevedo se despliega tanto en el polifacetismo que caracteriza su prosa

    como en su poesa, manifestaciones que se dan simultneamente. Tanto

    escribe poesa satrica y jocosa al mismo tiempo que dirige

    desgarradoras y patticas cartas o medita bellamente sobre la muerte.

    Como hombre de su poca ningn problema le fue ajeno y vivi

    su tiempo y su contingencia histrica con plenitud total. As su poesa da

    cuenta de una tradicin cultural que l haba vivido y asimilado como

    pocos. Borges en su ensayo sobre Quevedo emparenta al escritor espaol

    con otros grandes de la literatura europea y expresa, de este modo, su

    teora pantesta de la literatura, por la cual una obra es importante no por

    su escritor sino por las voces o ecos que esa obra desata en otros autores.

    Y en los pasajes y dilogos desde luego que en Quevedo tambin se

    reconocen ecos de otros precedentes tanto en temas como en estilos.

    Carlos Enrique Urqua

    El sbado 1 de marzo de 2003 apareca en el diario La Nacin, seccin

    Sepelio, el siguiente aviso: En San Fernando, donde haba transcurrido

    casi toda su vida, falleci y recibi sepultura Carlos Enrique Urqua, una

    de las voces ms firmes y originales que tuvo la lrica argentina hacia

    mediados del siglo pasado. Fue docente, director de escuelas

    secundarias, fundador y director de la SADE, filial San Fernando.

    1 Permtaseme rendir homenaje a dos autores nacionales a quienes he conocido y

    quienes me han acercado parte de su produccin. Desde luego que esto lo facilita el

    editor RL, quien en esta oportunidad ha elegido rendir homenaje al soneto: y qu

    mejor que transitar los caminos de Quevedo? Por supuesto toda cita incluida es otro

    homenaje a quienes hemos ledo y nos han formado como lectores, docentes o

    investigadores. 2 Otras Inquisiciones, Buenos Aires, Sur, 1952, p. 54.

  • 26

    Se agrega en su perfil que su poesa, aunque ricamente

    descriptiva, no era realista y en muchos aspectos estaba influida por

    modas cosmopolitas en principio ajenas a esa delectacin con lo

    inmediato; por otra parte, crea apasionadamente en lo formal de la

    palabra y de la entonacin lo que para entonces se llamaba poesa

    pura y la suma de esos influjos dan, paradjicamente, a mucha de su

    produccin un memorable matiz impresionista.

    Quevedo constante ms all de la muerte (1980)

    Cuatro siglos qu son para un Quevedo

    De rabia enhiesta y de jardn quebrado

    Prendedor de adjetivo atornillado

    Iterativo y plstico de enredo.

    Francisco de Villegas y Quevedo

    Agrediendo y hablando, enarbolado

    De talento sublime, emulsionado

    De tanta vida y muerte sobre el dedo.

  • 27

    Sorber el vino duro del viedo

    Morder el verso virgen desgarbado

    Corregir con sarcasmo y con remedo.

    Cuatro siglos qu son para un diezmado

    Cortesano de ans y polvo acedo

    Polvo mortal. Mas polvo enamorado.

    Carlos Enrique Urqua.

    Este soneto se constituye en un claro homenaje al cultor del soneto conceptista en el aniversario de su nacimiento, pero a su vez deja

    ver la maestra de Urqua en el manejo del metro clsico que resalta el

    artificio de ambas plumas.

    Podemos intuir la recuperacin de dos temas gustosos de

    Quevedo: el del tempus fugit y el del amor. A partir del primero el autor

    espaol se plantea el tema de la muerte, de la brevedad de la vida, del

    paso del tiempo. As posicionado en el tema del tiempo, Urqua abre su

    soneto con una pregunta retrica indirecta. Tal vez la respuesta

    involucrada sea nada o tal vez mucho.

    Si consideramos el arrollador paso del tiempo que surge de los

    poemas de Quevedo diramos que tan solo un punto como la presencia

    del Hombre dentro de la historia de la Humanidad pero si lo planteamos

    desde la visin renacentista de la fama propuesta por Jorge Manrique, la

    obra trasciende al autor y con ello la inmortalidad, la pervivencia del

    autor en obras de otros tiempos y otros escritores. Aunque desengaados

    como Quevedo, ms de cuatro siglos tambin son nada en el transcurso

    del tiempo.

    Al cerrar el poema se retoma el terceto de Quevedo (su cuerpo

    dejarn, no su cuidado:/ sern ceniza, mas tendrn sentido,/ polvo

    sern, mas polvo enamorado), en el que se unifican el tema del amor y

    el filosfico de la muerte y del que se desprende la idea de que el amor

    triunfante da sentido a la vida: el Amor vincit omnia latino. Del ltimo

    verso podemos decir que Quevedo, un hombre a caballo entre dos siglos,

    abandona este mundo en Villanueva de los Infantes; como todo otro

    mortal, y a pesar de los avatares de una vida turbulenta, deja en su poesa

    deliciosas poemas a su amada encubierta bajo distintos nombres y se

    constata adems su amor por la palabra, con la cual escribi y tambin

    batall.

  • 28

    En cuanto a Carlos Enrique Urqua, su poema nos revela que l

    tambin como mortal dejar esta vida pero adems el legado de su

    palabra, a travs de su obra, y su trabajo por la custodia de la creacin

    literaria segn su gestin en la SADE.

    En lo que hace al cuerpo del poema tenemos una semblanza del

    hombre y del artista. En cuanto al segundo aspecto se destaca su estilo:

    prendedor de adjetivo atornillado/ iterativo y plstico de

    enredo/enarbolado/ de talento sublime, emulsionado/ de tanta vida y

    muerte sobre el dedo. Su poesa grave est atravesada por ese

    sentimiento sobre la muerte, a la que no espera con desesperacin, pues

    desde su neoestoicismo ella le procurar descanso. Frente a lo dicho

    tambin podernos observar que Carlos Enrique Urqua utiliza con

    precisin y riqueza los adjetivos que definen la semblanza de Francisco

    de Quevedo.

    Quisiramos cerrar este acercamiento al poema con el verso

    Sorber el vino duro del viedo. De acuerdo con el diccionario de

    smbolos la vid es la expresin vegetal de la inmortalidad, as como el

    vino es en las tradiciones arcaicas, el smbolo de la juventud y de la vida

    eterna, como tambin del conocimiento y de iniciacin, en razn de la

    embriaguez que provoca. Quevedo, hombre que vivi intensamente, con

    alegras y sinsabores, algo de ellos durante su existir, consumi, bebi

    lo que l saba que era: Tiempo. Y es el tiempo que todo lo muda y

    acaba el que permite en la pluma de Carlos Urqua reencontrarnos una

    vez ms ese espaol a quien le dola tanto Espaa y que fue, segn lo

    considera la crtica, el escritor ms culto y universal de su siglo.

    Gladys Teresa Girbal

    Teresa Girbal, como ella firma, naci el 27 de febrero de 1932 en

    La Plata, Provincia de Buenos Aires. Es profesora en Letras y ha

    residido parte de su vida en La Pampa. Fue becada a Francia en 1967.

    Public La Chcara (poema, 1952); El descendimiento (poema, 1966);

    Los vendedores de la muerte (drama en tres actos y en prosa, 1970);

    Sentido (poemas, 1971); La literatura, ciencia inexacta (1972); Mientras

    (poemas, 1974); La novela en La Pampa (1975); La palabra escrita

    (1977); y Estudios de literatura pampeana (1981, escrito en 1975). Vive

    en Buenos Aires.

  • 29

    Imitacin de Quevedo

    Ah de la vida, nadie me responde

    D. Francisco de Quevedo

    En este umbral mis aos he vivido,

    S que no habr zodaco que ahonde

    El tiempo por venir ni lo que esconde

    El maana en ayer ya convertido.

    Es este mi lugar, este mi nido,

    Donde nac, donde he vivido y donde

    Cuando la hora de morir me ronde

    Me encontrar fielmente detenido.

    Creo en la vida y fo en el pasado,

    Que al fin es el presente ya cautivo,

    que corre ya gastado.

    Y esta forma mortal en la que vivo

    Es signo de los tiempos que he nombrado

    En tanto pasa este momento esquivo.

    Teresa Girbal1

    1 En Margen de error (Buenos Aires, 1985).

  • 30

    Terera Girbal rinde su homenaje al poeta espaol, en la dcada de

    su nacimiento (1580), reescribiendo el soneto de Quevedo, conocido por

    el primer verso que figura en el epgrafe.

    El soneto gira en torno del tema del tiempo. La autora trabaja con

    hincapi en las coordenadas espacio-temporales en las que va

    transcurriendo su vida. As dan cuenta este umbral, este mi lugar, este mi

    nido. El uso del demostrativo trata de dar fijeza frente al fluir inevitable

    del tiempo: el maana en ayer convertido, y el futuro que corre ya

    gastado.

    Como en el caso de Quevedo y de los dos autores

    contemporneos aparece la conciencia de la mortalidad, pero tambin lo

    que esto significa: hay un fin. Por lo tanto todo lo que queda entre el

    nacimiento y la muerte es tiempo, un vivir en el tiempo que nos va

    consumiendo.

    En tanto pasa este momento esquivo dice el verso de cierre. Y as

    mientras pas el momento de escribir, un tiempo trabajado frente a la

    hoja, queda el poema, legado para un futuro que dar cuenta de un

    pasado en el que un presente se reencontr por un instante con el poeta

    homenajeado.

    MARA INS ALMAZN

  • 31

    THE THRUSHS NEST

    Within a thick and spreading hawthorn bush That overhung a molehill large and round, I heard from morn to morn a merry thrush Sing hymns to sunrise, and I drank the sound With joy; and often, an intruding guest, I watched her secret toil from day to day How true she warped the moss to form a nest, And modelled it within with wood and clay; And by and by, like heath-bells gilt with dew, There lay her shining eggs, as bright as flowers, Ink-spotted over shells of greeny blue; And there I witnessed, in the sunny hours, A brood of natures minstrels chirp and fly, Glad as the sunshine and the laughing sky.

    JOHN CLARE1

    El nido del zorzal

    En un tupido espino que caa

    Sobre una topera grande y redonda

    Cada maana a un zorzal oa

    cantar himnos y su canto beba

    con deleite y a veces invitado intruso

    observaba su trajn cotidiano,

    cmo haca el nido cuando urda el musgo

    y lo cubra con madera y barro.

    Ms tarde, como campanas de brezo doradas de roco,

    brillaban ah sus huevos, luminosos como flores

    con pintas tintas sobre verdiazules cascarones.

    Y entonces fui testigo, en las horas solares,

    del gorjeo y del vuelo de estos juglares naturales,

    alegres como el cielo que se re y como el sol que es feliz.

    Trad. CLAUDIA MOLIN

    1 Poeta ingls (1793-1864).

  • 32

    SONETO SIDERAL

    Ouvi, em meio vastido da noite a ciranda dos astros vagabundos girando em torno do tremendo aoite dos ventos siderais, por uns segundos. Disse a mim mesmo: o destino foi-te benvolo, entregando-te os profundos instantes deste lcido pernoite em sonhos das esferas oriundos. Esta abbada azul que ora te encobre vasta sinfonia, menos pobre que a riqueza enganosa do dinheiro. Os astros das alturas, todos so constantes companheiros do aldeo que os contemplando, tem o mundo inteiro.

    LUCIANO MAIA

    1

    O, en medio de la vastedad de la noche,

    el coro de los astros vagabundos

    girando en torno al tremendo azote

    de los vientos siderales, por unos segundos.

    Me dije a m mismo: el destino te fue

    benvolo, entregndote los profundos

    instantes de este lcido trasnochar

    en sueos oriundos de las esferas.

    Esta bveda azul que ahora te cubre

    es una vasta sinfona, menos pobre

    que la riqueza engaosa del dinero.

    Los astros de las alturas, todos son

    constantes compaeros del aldeano,

    quien, al contemplarlos, tiene el mundo entero.

    1 El autor es poeta y acadmico brasileo de gran trayectoria. Intent hacer una versin

    espaola respetuosa del original, movido por la profundidad de este soneto, que nos

    recuerda que, a pesar de los males que padecemos en el mundo, tenemos el tesoro de la

    naturaleza. Aqu, de la msica de las esferas, tesoro del que ni un aldeano humilde

    puede ser despojado. [R.L.]

  • 33

    MINUCIAS DE SONETOS

    No soy verdadero poeta

    Lo confieso, mi lector,

    he cometido pecado.

    Nunca pude hacer sonetos

    y poeta yo a m me llamo!

    Perdn, Petrarca y el Dante;

    Perdn, Milton, Garcilaso.

    No soy poeta verdadero

    mas vuestros versos he amado.

    NICOLS DEMIO

    Recordando a Enrique Banchs

    La firme juventud del verso mo, como hoy te habla te hablar maana. Pasa la bella edad, pero confo a la estrofa tu bella edad lejana. Y cuando la vejez tranquila y fra del color virginal te haga una aureola, no sabr tu vejez mi estrofa sola, y te hablar cual pude hablarte un da. Y cuando pierdas la belleza, aquella adolescente, el verso en que te llamo, te seguir diciendo que eres bella. Cuando seas ceniza, amada ma, mi verso todava, todava te dir que te amo.1

    1 Banchs era como yo, un hombre que usaba palabras desusadas, que recreaba la Edad

    Media en sus versos Si digo que me gusta leerlo, me suena a m mismo como lo que

    soy, un vetusto ideal de edades viejas. No obstante, este soneto est en varios sitios de

    la Red: algunos de ellos son de gente joven! Cre que era su nico lector. [R.L.]