MATERIA PSICODIAGNÓSTICO

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Lic. Carlos F. Soto Beltrn

PSICODIAGNSTICOObjetivo gen eral de la asignatu ra: Al t r mino de l cur so, el alumno plant ear camb io s favorables en el desarro llo psico lgico del ind ividuo a part ir de mo d elo s de diag n st ico por medio de los cuales pueda ident ificar lo s proble mas que en est e mbit o le at aen.

TEMAS Y SUBTEMASI.1.1. 1.2.

INTRODUCCINAspectos tericos y Fundam entos del diagn sti co

A. PROCESO DE CONSTRUCCION DEL PSICODIAGNSTICO I. y Antiguos G ri egos Ap licaci n de pruebas II. Part e del proceso educat ivo. Evaluaban do minio de habilidades fs icas e int elect uales.

Edad Media en Universidades Eu rop eas Ya haba grados y honores en exmenes for males.

III.

Era Contempornea y Moderna (S. XIX - XX)

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Lic. Carlos F. Soto Beltrn urgi el int ers por t rat ar a personas insanas y las que t enan ret ardo ment al (RM). Insanos: Manifest aban t rast ornos emocio nales aco mpaados o no po r un det er ioro int elect ual. RM: Manifest aban deficiencia int elect ual, pr esent e ya desd e e l nacimient o o la pr imera infancia. a. Esqui rol (1838) En su t rabajo so bre el RM habl de la exist encia de grados en est e problema: va desde nor malidad hast a la id iot ez profunda. Dijo que el cr it er io ms fiable para probar su t eora era el HABLA, pu es st a proporciona el nivel int elect ual del individuo.

b. Seguin (1866-1907) P ionero en la capacit aci n de ret ardados. Rechaz la idea de que est e problema era incurable. Exper iment en lo que lla m mt odo filo s fico de capacit aci n. En 1837 est ableci la pr imer a escuela dedicada a la educaci n d e nios co n RM. Fue el creador de muchas t cnicas de ent renamient o sensor ial y muscular. Con esos mt odos, estos nios reciben el ejerc icio int ensivo e n discr iminaci n sensor ial y para e l de desarrollo del co nt rol mot o r. Alg unos de sus procedimient os fueron incorporados a lo s t est s de int eligencia no ver bal o de ejecuci n.

c. Alfred Binet (Filsofo Fran cs) Reco mendaba que los nios que no respondan a la educaci n no r ma l no fueran expulsados, sino que evaluados y asig nados a curso s d e educaci n especial.

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Lic. Carlos F. Soto Beltrn Con Bidet y la Sociedad para el Est udio Psico lgico del Nio surg e una Co mis i n Minist er ial par a el E st udio de Infant es con RM, en 1904. En 1905, Binet y S imo n pr epararon la pr imera escala de B inet S imo n, que const aba de 30 problemas o test s arreglados en orden d e dificult ad crecient e; pruebas diseadas para cubr ir dos pr incip ales co mponent es de la int eligencia, co mo el juic io, co mprensi n y razonamient o. Con la muert e de Binet (1911) apareci la t ercera revis i n de la Escala Binet -S imo n, present s lo cambio s en la localizaci n, se adicio naron ot ros niveles de edad S e hiciero n t raduccio nes y adapt acio nes par a muchos pases. Apareci el St anford-Binet , sust it uyendo al ant edicho ; fue ms ext enso, lo elaboraron Ter man y sus co laboradores en la Universid ad de St andard. I nst rument o ut ilizado por primer a vez par a medir el CI (Coeficient e I nt elect ual). Los t est s de Binet y sus revisio nes son escalas individuales.

PSICLOGOS EXPERIMENTALES DEL S. XIX No int eresados en la medici n de las diferencias individuales, m s bien en descr ipc io nes generalizadas de la conduct a humana

d. Wunt Fund el pr imer laborat or io exper iment al en Leipzig ( Alemania) e n 1879. Los proble mas pr inc ipales de est udio t enan que ver co n el t iempo de reacci n y co n la sensibilidad a est mulo s sensor iales co mo lo s visuales y lo s audit ivos. Ot ra influencia de la psico lo ga exper iment al de est e sig lo fue e l nfasis en la est andar izac i n del procedimient o en las pruebas

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Lic. Carlos F. Soto Beltrn psico lgicas (p.ej., llevar un cont rol r iguroso de las condicio nes e n las que se realizaban las obser vacio nes). e. Fran cis Galton Bi logo ingls. Pr incipal responsable del mo vimient o psicomt rico. Promovi los regist ros ant ropomt r icos sist emt icos de est udiant es de diversas inst it ucio nes. Meda r asgos fsico s (pruebas de ag udeza visual y audit iva, fuer za muscular, t iempo de reacci n). Crea que las pruebas de discr iminaci n sensor ial podan ser vir par a est imar el int elect o. Se percat de que las per sonas co n RM ext remo t ienden a mo st rar defect os en su capacidad para dist inguir ent re calor, fr o, do lor. P ionero en la aplicabilidad de escalas de calificaci n y cuest io nar io s. For mul mt odos est adst icos para el anlisis de dat os sobre las difer encias individuales

f. Catell Redact una t esis sobre el t iempo de reacci n, bajo la direcci n d e Wundt . En su t rato con Galt o n se int eres por la medici n de las diferencias individuales. Fue e l pr imero en ut ilizar el t r mino T est Ment al, en 1890; st e se aplicaba cada ao a lo s est udiant es univer sit ar io s para det er minar su nive l int elect ual. Su aplicaci n era individual e inclua: Medic io nes de la fuerza muscular. Velocidad de mo vimient o. Sensibilidad al do lor. Ag udeza visual y audit iva. Discr iminaci n de pesos. T iempo de reacci n. Memor ia 4

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g. K raepelin (1895) Psic logo europeo. Se int eres en la evaluaci n clnica de pacient es psiquit r icos. Prepar pruebas para medir lo que consideraba fact ores bsicos qu e caract er izaban a los ind ividuos.

h. Ebbenghau s

Ap lic a esco lares pruebas de clculo arit mt ico, memor ia y co mplement o de oraciones. PRUEBAS COL ECTIVAS O DE GRUPO.

E laboradas para sat isfacer prct icas cuando EUA ent r en la 1 Guerra Mundia l (1917), para clasificar r eclut as. Aqu se for mul el pr imer t est s de int eligencia. Despus de t erminar la guerra est as pruebas fueron liberadas para que se aplicaran a civiles. Est as pruebas no s lo per mit ieron la medici n simu lt nea de grande s grupos, sino que simplificaron las inst ruccio nes y lo s procedimient os de aplicaci n...

Los est udiant es universit ar io s fueron eva luados de rut ina ant es de su ingr eso. Se iniciaron est udio s de grupos espec iales de adu lt os. E l uso indiscr iminado de est os inst rument os pudo haber demorado el pro greso de las pruebas psico lgicas

TESTS DE APTITUD (Casi todos apareci eron a. 1945). Los psic logos reconociero n que el t r mino t est de int eligencia era un no mbre inadecuado, pues s lo medan ciert os aspect o s de st a.

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Lic. Carlos F. Soto Beltrn As se prepar aron pruebas de apt it ud especficas ( APRA), t est de apt it ud mecnica, profesio nal, musical y art st ica. Se desarro llaron las bat er as de apt it ud mlt ip les, que en vez d e obt ener el C.I. se obt ena una punt uaci n para rasgos co mo la co mprensi n ver bal, la apt it ud numr ica, la visualizaci n espacial, et c. Al r espect o, se dest ac el t rabajo de psiclogos milit ares durant e la Segunda Guerra Mundial. A fina les de los 80s y pr incipio s de lo s 90s aparece un adelant o ms co n los t est t radicio nales de int elig encia y las bat er as d e apt it udes mlt iples. En la act ualidad se reco noce que la habilidad del ser humano pued e ser evaluada de maner a adecuada a diferent es nive les de profundidad. B. RECONSTRUCCIN DEL PSICODIAGNOSTICO La situacin actual de la evaluacin psi colgica es: Expansi n de la eva luaci n a nuevos cont ext os, co mo por ejemplo e l clima laboral o la drogadicci n. Vinculaci n ent re diag nst ico y t rat amiento. Se recupera la co nfianza en lo s t est . Ut ilizaci n del ordenador como inst rumento de evaluaci n. Se t ienen en cuent a las garant as t icas y las r epercusio nes sociales del uso de los inst rument os. Convivencia de diferent es marcos t ericos.

C. CONCEPTO DE PSICODIAGNSTICO En su s orgenes, psicodiagnst ico sig nificaba clasificar, pero no s lo es eso . Ha est ado sie mpre muy vinculado a la aplicaci n de t est , como t ambin lo ha est ado a la aplicaci n de pruebas y t cnicas, pero no es as, porque en el pro ceso

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Lic. Carlos F. Soto Beltrn de eva luaci n el psic logo debe responder a muchas cuest io nes.

Et imo l gicament e es co nocimient o difer encial de la psique. Est e t r mino aparece en 1921 co n la publicaci n de Rorscharch, con lo cual t iene unos mat ices d inmico s muy claros. E l t r mino diagn st ico es amp liament e ut ilizado, no s lo en e l mbit o de la psico lo ga o de las ciencias de la salud, sino que en el cont ext o de muchas de las d isciplinas profesio nales, y par eciera que en general se ent iende su significado . S in embargo, cuando se busca una definici n ms precisa, nos encont ramos co n d iversas ideas y co ncept os vinculados a est e t r mino, co mo por ejemplo lo s de med ici n y evaluaci n, ent re otros, para lo cual ut ilizamos pruebas o t est psico l gicos ade ms de otros inst rument os. Algun as definiciones de los anglosajones: Est udio de la perso nalid ad co n a yuda de manifest acio nes ext ernas. E l mt o do de exploraci n de la perso nalidad. Cualquier a de las t cnicas ms o meno s validad de evaluaci n de la perso nalidad, por medio de int erpret aci n de co nduct as part icular ment e no ver bales y ocasio nalment e el uso de Rorscharch. Algun as definiciones espa olas: Co njunt o de t cnicas para el est udio de caract er st icas psico lgicas de l ind iv iduo . Est udio cient fico del co mpo rt amient o sujet o ambient e y de lo s o bjet ivo s posibles. En Espaa psicodiagnst ico y evaluaci n ps ico lgica es lo mis mo , pero para los anglo sajo nes nuest ra definici n de Est udio cient fico del co mpo rt amient o sujet o psico l gica. E l t er mino psicodiagn st ico decae porque t iene mat ices md ico s y d inmico s, y se ampl el objet ivo. a ambient e y de los objet ivos posibles es evaluaci n

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Lic. Carlos F. Soto Beltrn E l psicodiagnst ico o evaluaci n psico l gica es el proceso de recogid a d e in fo r maci n1 a t ravs de una ser ie de inst rument os (ent revistas, aut o infor mes, o bser vaci n, regist ros, t est o t cnicas pr oyect ivas) con la finalidad de alcanzar un o bjet ivo (selecci n, orient aci n, cambiar comport amient os).

1.3. 1.4.

Model os de evaluaci n

Dim ensiones del diagnstico en psicol og a

La evaluaci n t radicio nal fr ent e a la Evaluaci n Co nduct ual, ent endiendo co mo m odelos t radi cionales el modelo psico mt r ico, mdico, psicodin mico y fenom enolgico hum anista; y la eval uacin conductual, co mo el mo de lo cognit ivo co nduct ual. Todos est os modelos cuent an con modelo s concept uales, o bjet ivo s, var iables, mt odo de t rabajo y mbit o de aplicaci n. E s decir, u n mar co que nos gua a la hora de segu ir una problemt ica. a. MODELO PSICOMTRICO. Es un modelo clsico y hast a los aos 60 era el predo minant e. Procede de la psico lo ga diferencial que est udiaba las difer encias ind ividuales y est e mo delo t rat a de est udiar las a t ravs de unas t cnicas que nos proporcionan unos rasgo s o d imensio nes de perso nalidad, y que so n var iables int er nas de carct er innat o y no s hace co mport arnos de una for ma det er minada. Est e modelo da est abilidad a la co nd uct a y nos sit an en un punt o del cont inuo de ms a menos. E xplican la co nduct a a t ravs de los rasgos. Part iendo de que t odos t enemo s est os rasgo s, 1 o perat ivizan el concept o, 2 const ruyen el cuest ionar io que per mit a evaluar y ms t arde infer ir lo s rasgos de perso nalidad. La funci n del evaluador ser enco nt rar las manifest acio nes ext er nas de la co nduct a que per mit a ident ificar ciert o s rasgos. A part ir de lo que hace un sujet o infer imos lo que es. Fo rmu lacin teri ca: la conduct a depende de una var iable de carct er int er no , llamada rasgo de dimensi n de personalidad, vist o est o como innat o y est able. Ade ms est os rasgos son mensurables a t ravs de cuest io nar io s y adqu ieren un valor explicat ivo de la conduct a (llegando a las alt eracio nes). 8

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Ventajas: Objet ividad de sus medidas y de sus t cnicas. Grandes avances en la elaboraci n de t est . En el rea de la personalidad es una gr an aport aci n el 16 PF, el EPI y el MMPI. En el rea cognit iva: WAIS, WIS C, Test de apt it udes d ifer encia les y las mat r ices progresivas de Raven. Objetivos: Predicci n de la co nduct a fut ura. Criticas. 1. Argu ment aci n cir cular, un sujet o se co mport a X porque t iene X rasgo , da po ca info r mac i n. 2. Es d iscr iminat orio porque hace especia l nfasis en las difer encias. 3. Fo ment a el confor mis mo social, si t iene un C.I de 80, pues qu le va a hacer 4. Var iables y co nst ruct os poco operat ivizados. 5. La in fluencia o presencia del evaluador sesga, y t ambin ha y sesgos en las respuest as. 6. Impo rt a el resu lt ado fina l pero, se descuida el proceso y eso no per mit e la int er venc i n. b. MODELO MDICO. Surge de la med icina, en concret o de la psiquiat r a. E l concept o clave es: enfer medad. Objeto de estudio: los snt o mas que configuraran sndro mes, que t endr n unas man ifest acio nes ext ernas conduct uales. As que deberemo s ident ificar esas man ifest acio nes para poder infer ir las enfer medades. Trata miento: t rat amient o far maco lgico. Inst ru mentos d e evalua cin: DS M, CIE . Ent revist as a part ir de las cuales in fier en enfer medad.

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Lic. Carlos F. Soto Beltrn Fo rmu lacin terica: la conduct a en funci n de var iables int er nas pero desd e est e mode lo son var iables orgnic as, est ruct urales en el S.N. Desde est a po st ura, una alt eraci n en el co mport amient o ser a signo del t rast orno ment al de una perso na y, co mo consecuencia, realizaremos un t rat amient o mdico. Crticas: 1. S lo consider a los fact ores orgnicos y deja de lado los fact ores ambient ales. 2. Muchas de las alt eracio nes de la conduct a no est demost rado que sean de base cau sal orgnica. 3. Argu ment aci n cir cular: no proporcionan fact ores independient es. 4. Ut ilizaci n limit ada e ineficaz por est ar so lo cent rado en lo orgnico. 5. Falt a de fiabilidad en el diagnost ico psiquit r ico, ent re lo s aos 60 70 se demo st r que hab poco acuerdo ent re jueces. a 6. Lo s aut ores no especifican el mt odo para diagnost icar, s lo ut ilizan la ent revist a. Hay que ut ilizar pruebas co mplement ar ias. c. MODELO PSICODINMICO. Part e de los post u lados t ericos de Fr eud, surge en una poca en la que se haca hincapi de causas int er nas en las conduct as. Fo rmu lacin teri ca: las co nduct as so n debidas a var iables int er nas a las que lla man est ruct ura de per sonalidad, que se mo st rar a en for ma de vida ment a l inco nscient e, es decir, conflict os. Tcni cas: t cnicas pro yect ivas. Tcnicas no est ruct uradas que enfat izan la libert ad de r espuest a del sujet o para poder explorar la vida ment al inco nscient e. Dan menos import ancia a la fiabilidad. Objetivo: ayudar al cambio. No int eresa clasificar ni hacer co mparacio nes int er ind iv iduales. Crticas: 10

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Lic. Carlos F. Soto Beltrn 1. Ambigedad e impr ecis i n en post ulados t ericos. Carece de r igo r cient fico. E l nivel alt o de abst racci n y la poca precisi n concept ual hace que sus resu lt ados no se puedan falsar. Los dinmicos cont est an que no s lo es cient fico lo que la co munidad c ient fica y el mt odo exper iment al so st ienen co mo t al. 2. Hace las mayor es inferencias. 3. Las t cnicas car ecen de r igor, pues depende ms de la int erpret aci n de l evaluador. d. MODELO FENOMENOLGICO HUMANISTA. Se desarro lla en el mbit o de la clnica. Fo rmu lacin teri ca: la var iable de est udio es la per cepc i n del indiv iduo de su ent orno y su exper iencia subjet iva. Cada uno de nosot ros t iene una vis i n nica y d ist int a, y la conduct a de un sujet o t ambin depende del co njunt o de exper iencias por el organis mo, y s lo podremos co mprender a las perso nas cuando nos sit uemo s en su lugar. Mtodos: Obser vaci n y aut o obser vaci n, y a t ravs de la empat a y la int u ic i n se crea las condic io nes pt imas para t erapia cent rada en el client e. No int eresan las et iquet as, ni ut ilizan el co ncept o de enfer medad ment al ni rasgo s de perso nalidad. La act ividad t eraput ica y evaluadora se funden en una so la, no hay lmit e y se acaba e l ro l de t eraput ica y pacient e. E l int ers se cent ra en crear u n clima. Se part e del supuest o de que t enemo s un pot encia l que nos va a per mit ir reso lver los co nflict os y lo s problemas. Y el t erapeut a deber desarro llar al mximo el pot enc ial de cada sujet o. Lo que mot iva a lo s sujet o s es la t endencia innat a a la aut o - act ualizaci n. Inst ru mentos de evalua cin: ent revist a libre. E l t erapeut a so lo escucha, refleja y pot encia el proceso de int rospecci n. Todas las t cnicas son subjet ivas, elabo radas para ver la percepci n y exper iencia de l sujet o.

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Lic. Carlos F. Soto Beltrn Objetivo: lograr un mejor ajust e perso nal y social de cada per sona. Crticas: 1. Amb ig edad y carencia de r igor cient fico. 2. Igno ra fact ores de aprendizaje y bio lgicos. e. EVALUACIN CONDUCTUAL. Surge a post er ior i de la modificaci n de conduct a. Se empieza a ver la eficacia de est a t erapia y miran hacia at rs para ver las t cnicas de evaluaci n, dndo se cuent a que esos modelo s no son eficaces. Ca racter sticas: Se basa en los pr incipio s t er icos de la psico loga exper iment al, concret ament e en los pr inc ipio s de aprendizaje. La conduct a nor mal no se cons idera d ifer ent e a la no nor mal, ambas se explican por los mismos modelos de aprendizaje. La evaluaci n conduct ual se cent ra en conduct as problemas especfico s y no en causas subyacent es hipot t icas. nfasis en obser var y cuant ificar esas conduct as, de ah la import ancia de det ect ar los parmet ros bsicos de las co nduct as en cuant o a frecuencia, int ensidad, duraci n, lo que nos per mit ir est ablecer u na lnea base y co mparacio nes pre post t ratamient o. Objetivos: Ident ificar y medir las conduct as problema. Aport ar datos que orient en a la int er vencin. Ident ificar var iables causales de las co nduct as pro blema. Var iables causales act uales ( int eresa el aqu y el ahora). Evaluar los efect os del t rat amient o a medida que se va desarro llando . La conduct a y su relaci n con el ent orno. Conduct a obser vable y var iable int er nas (pensamient os, sent imient o s y accio nes).

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Lic. Carlos F. Soto Beltrn Det ect ar var iables ant ecedent es y consecuent es que co nt ienen esa conduct a problema (anlis is t opogrfico y anlisis funcio nal). Mtodos:

-

Exper iment al:

es

import ant e

que

sea

replicable,

con

co nduct as

concret as, especificas, det allando los pasos. No dar por supuest o nada. Int ers por hacer co mpar acio nes int er individuales. E mpleo de mult imt odos (dist int as t cnic as de evaluaci n, cont rast ar) y mult infor mant es (a dist int as fuent es). f. COGNITIVO CONDUCTUAL E l pacient e espera de la t erapia mejor ar su calidad de vida, enco nt rar so lucio nes a su problema, sent ir se escuchado, desahogarse o char lar. E l t erapeut a espera del pacient e que est dispuest o a t rabajar, que asist a regu lar ment e y sea punt ual, que haga las t areas para casa. E st o son las llamadas co nduct as de Adhesi n, lo cont rar io seran las conduct as de resist encia y e n pr incip io so n respo nsabilidad del t erapeut a. Es bast ant e fcil que aparezcan las co nduct as de resist encia. E l xit o del t rat amient o depende del pacient e por ello es necesar io d esd e el pr imer mo ment o ensear le lo que debe hacer. S i no func io na t enemos que ver en que hemo s fallado para luego poder decir que la culpa la t iene el pacient e po rque no est mot ivado. E l t erapeut a no resuelve el proble ma, sino ayuda a t omar decisio nes, e l t erapeut a puede dar opinio nes p ero no decidir, porque si no har a dependient e al pacient e. Hay que dot ar al pacient e de recursos para que pueda reso lver lo s. E l proble ma ms co mn en clnica es que lo s pacient es s igan t odo el pro ceso t eraput ico, los problemas de resist encia pro vocan frust raci n. E l co no cer bien nuest ro modelo t erico har que aparezcan meno s conduct as de resist encia. la hora de recoger infor maci n ut ilizar emo s

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Lic. Carlos F. Soto Beltrn TERAPIA RACIO NAL EMOTIVA DE ELLIS Surge en lo s 60s y dice que las personas desarro llan pensamient o s irracio nales que les producen pert urbacio nes emo cio na les y co nduct uales. Se ilu st ra co n est e esquema: A B C. A, so n lo s sucesos. B, son las creencias acerca de A; C, so n la s co nsecu encias. Se suele pensar que C es consecuencia de A, pero Ellis d ice que C es consecuencia de nuest ras creencias sobre el suceso (B). Las creencias pueden ser racio nales o irracio nales. Las i rracional es so n do gmt icas, abso lut as, se expresan en fo r ma de deber a, t engo que, de t al manera que cuando lo ut ilizamo s y no consegu imos lo que queremo s produce en no so t ro s un est ado emocio na l mu y negat ivo que nos paraliza. Las creen cias racionales son prefer enciales y se expr esan en for ma d e me gu st ar a, quis iera o prefer ir a, de modo que cuando no conseguimo s el o bjet ivo , el est ado emocio nal no es t an negat ivo y no nos impide seguir y alcanzar ot ros objet ivos.

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Lic. Carlos F. Soto BeltrnPROCESO PSICODIAGNSTICO VINCULAR

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II.2.1. 2.2. 2.3.

INVESTIGACIN DE UN MTODO DE DIAGNSTICOEsbozo de un m todo (diagnst ico) Mtodos am ericanos Mtodos japon eses

ESQUEMA QUE SE PUEDE SIGUIR PARA LA OBTENCIN DE UN DIAGNSTICO(Con el uso de Evaluaci n y Psicodi agnstico)

1.

MARCO TERICO: S e fundament a la evaluaci n en los dist int o s modelo s: tradicionales (psico mt r ico, md ico, psicodinmico ), fenom enolgico hum anista, conductual, etc. A su vez, el t rabajo de evaluaci n y diag nst ico se cimient a en el t rabajo de los t ericos de la personalidad. HISTORIAL CLNICO: ent revist a previa. Se recaba infor maci n del client e co n

2.

y y y y y y y y y y

Nombr e de la evaluada/o: Fecha de nacimient o: Lugar que ocupa en la fa milia: Edad: Ocupaci n: Est ado Civil: Hijos: Nivel Socioecon mico:(se re gi st ra, no se pre gunt a)

Telfo no: Direcci n:

y y y y y y y y y y

Religi n: Nombr e del padr e: Su edad: Su ocupaci n: Nombr e de la madre: Su edad: Su ocupaci n: Nmero de Her manos/as: Fecha de inic io: Tr mino de E valuaci n:

3.

MOTIVO DE CONSULTA: qu direcci n se le dar a la evaluaci n; el por qu de la evaluaci n. (A veces con un mot ivo claro, a veces, sin mot ivo aparent e). 16

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4.

FAMILIOGRAMA: genograma, incluye 2 generacio nes, se analizan y est udian las relacio nes en el sist ema de familia. ANTECEDENTES: de la per sona evaluada. Prenat ales LISTA DE LA BATERA DE PRUEBAS: Se explica qu t est se ut ilizarn, para qu sir ven cada uno y para quin se han diseado ( individuales o grupales). RESULTADOS: Se hace por reas: INTELECTUAL y EMOCIONAL CONCLUS IONES GLOBALES: Se int egran t odos los resu lt ados; se hace una snt esis de lo ms relevant e del client e: focos de at enci n. DIAGNS TICO: Se elabora en base a los resu lt ados obt enido s y o bjet ivos arro jados por la bat er a de t est aplicada.

5. 6.

7. 8.

9.

10. PRONSTICO: S e hace una predicci n posible: por ejemplo, habr salud co mplet a, en la medida en que se t rabajen det er minado s aspect os. 11.TRATAMIENTO: S e est ablecen los medio s y co ndicio nes que se harn medicina cont ra los sig nos cont rar ios a la salud.

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III. FASES DEL MTODO3.1.3.2.

Situar el problem a (r ecogiendo inf or macin par a situar el pr ob lema) Bsqu eda de principios ( con clar a y ob jet iva int er pr etacin de datos ) Est ructu ra del m todo (cfr . Pg. 16, tema 2 .1.)

3.3.

Asp ectos distint os, com plem entarios, no excluyentes. 1. 2. 3. 4. P lanificaci n de procedimient os de recogida de infor maci n. Recopilaci n de dat os para la evaluaci n. Procesamient o e int erpret aci n de dat os. Co municaci n de los resu lt ados.

Esta s 4 fases se so lapan y no se mant ienen obligat oriament e. 1. PLANIFICACIN DE PROCEDIMIENT OS DE RECOGIDA. Aspect os a analizar, p. ej., demogrfico, conduct ual manifiest o, cognit ivo int elect ual

Es necesar io sopesar la infor maci n previa, t ant o sea de la fuent e propia o de ot ra persona (en caso de nio s/as, ado lescent es). At enci n a los aspect os. Det er minar. Cuant a at enci n merece cada aspect o. Qu t ipo de pregunt as o inst rument os es ms adecuado para cad a aspect o. Tcnicas de evaluaci n que son mejores en cada aspect o. Qu modelo t er ico subyace a cada aspect o. Qu fiabilidad y validez ampara a cada t eora disponible. Qu infor maci n pr evia nos orient a. Grado de deducci n que supone la decis i n de pasar de la infor maci n previa a est a planificaci n Recopilaci n de dat os para la evaluaci n.

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Lic. Carlos F. Soto Beltrn 2. RECOPILACIN DE DATOS PARA LA EVALUACIN.

a. Entrevi sta: fuent e pr incipal de infor macin, r ica, econ mica e inmed iat a, verst il, bien acept ada por el client e (pacient e) y de aparent ement e fcil ut ilizac i n. Se basa en la lgica de pregunt ar lo que queremo s saber. Inconvenient es: Proporcio na s lo la ver si n del sujet o. Subjet iva. Puede ser dist orsionada ( vo lunt ar iament e o no). Est influenciada por las caract er st icas del ent revist ador, ent revist ado , cir cunst anc ias, et c.

b. Observacin: Trat a de t rascender lo que se dice para descubr ir lo que realment e se hace. La obser vaci n es direct a (evit ando int er fer encias y prejuicio s), pert inent e (se cent ra en las conduct as de int ers), minucio sa (per mit e descr ibir co n mucho det alle las conduct as de int er s) y r iguro sa (si se realiza con las debidas exigencias met odolgicas. Inconvenient es: Errores y prejuic io s del o bser vador. Influencia de la o bservaci n sobre el observado. Influencia de fact ores sit uacio nales

c. Tcnicas de heteroobservacin: o Libre o S ist emt ica

d. Pruebas com plem entarias: I nst rumentos para obt ener muest ras no r malizadas de la co nduct a, y de los que se exige un elevado grado de fiabilidad y validez. Exist en mult it ud de opcio nes Test Tradicio nales: int eligencia, perso nalidad. Co mport ament ales: obser vaci n, escalas... Psico fis io lgicas, et c.

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Lic. Carlos F. Soto Beltrn 3. PROCESAMIENTO E INTERP RETACIN DE DATOS Hay que t ener en cuent a dist int os aspect os: a. b. c. d. e. f. g. h. i. j. Marco o sit uaci n de obser vaci n. S it uacio nes co ncret as. Inst rument os ut ilizados. S ist emas de codificaci n: a. S ignos, b. Cat egoras, c. Escalas d e calificaci n. Muest ra de la co nduct a. Errores del o bser vador. At r ibucio nes co mport ament ales. Grado de abst racci n de la descr ipci n de la co nduct a. Obser vaci n funcio nal de la conduct a. Delimit aci n de la unidad de obser vaci n, et c.

Las infor macio nes obt enidas (por difer ent es medios) se t ransfor man en hip t esis, para relacio nar las ent re s y llegar a un plant eamient o diagnst ico ; plant eamient o diagnst ico que ser rat ificable, objet ivo por los mismos dat o s exist ent es o por ot ros que se elaboren para t al fin. Co n est e procedimient o quedan fuer a del marco nor mat ivo las suposicio nes.

4. COMUNICACIN DE LOS RESULTADOS. Gracias a lo s dat os obt enidos, es posible llegar a co nclusio nes diagnst icas, co nclu sio nes que podrn revelar: E l pasado (et io loga). E l present e (est ado objet ivo del client e) E l fut uro (pronst ico). Las indicacio nes posibles en relaci n a una int er venc i n det er minada.

Ser de capit al import ancia devo lver, de for ma adecuada, t ales conclusio nes, ju nt o co n la infor maci n bsica en que se apo yan. Todo ello sie mpre de form a clara (qu e no induzca a errores en su compr ensi n), pertin ente (co n aut nt ico mo t ivo d el proceso y no con cuest iones accesor ias) y til para el dest inat ar io , e n fu nc i n social. 20

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IV.

CRITERIOS DE REALIZACIN4.1. Crit erios de con cepcin de reali zacin 4.2. Manejo de crit erios

DIEZ CLAVES (CRITERIOS) PARA LA ELABORACI N DE INFO RMES PSICOLG ICOS CLNICOS

1. POSEER LA CUALIFICACI N ADECUADA La pr imera clave a co nsiderar es previa a la elaboraci n de cualquier po sible in fo r me y nos sit a ant e los condic ionant es cient fico s, t icos y legales est ablecidos para ejer cer pro fes io nalment e est e t ipo de t areas. En pr imer lugar, la elabo raci n de infor mes psico lgicos debe ser llevada a cabo por Licenciado s en Psico lo ga que hayan recibido la for maci n clnica adecuada y se encuent ren co legiado s en el Co leg io Oficia l de Psiclogos (salvo funcio nar ios pblico s y ot ras excepcio nes que seala la Ley General de Co legio s Profesio nales). De fo r ma co mple ment ar ia, el recient e recono cimient o de la P sico loga Clnica co mo especialid ad sanit ar ia hace explc it a la capacit aci n del P sic logo Cln ico Especia list a para realizar diagnst icos y evaluacio nes psico lgicas, ent re o t ras fu nc io nes. A est os aspect os bsicos deben aadirse algunos ot ros de cont enido t ico y pro fesio nal co mo so n lo s que inciden en la necesidad de mant ener u na fo r maci n co nt inuada y una act ualizaci n pro fesio nal. Por ot ra part e, el Psic lo go debe ser conscient e de su nive l de co mpet encia pro fesio nal y de sus limit acio nes a la hora de empr ender la elaboraci n de cualquier t ipo de info r me cln ico . Para complet ar est a ser ie de requer imient os, el evaluador debe, adems, co no cer y obser var lo s pr inc ipio s t icos y lo s requis it os legales especfico s vig ent es en el mbit o t errit orial en el que act e (por ejemplo: las dist int as Co mu nid ades Aut nomas o los dist int os est ados de la Uni n Europea) (Tabla 1).

2. RESPETAR LA DIGNIDAD, LIBERTAD, AUTONOMA E INTIMIDAD DEL CLIENTE La segunda clave est ablece los pr incipios bsicos que deben guiar t oda la act ivid ad pro fesio nal del P sic logo pero, muy especialment e, en lo que a la elabo raci n de infor mes se refiere. E xist e un acuerdo general respect o a la 21

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Lic. Carlos F. Soto Beltrn o blig aci n del P sic logo de respet ar la dignidad, la libert ad, la aut ono ma y la int imid ad del client e (per sona o grupo). En lo que a la elaboraci n de info r mes se refier e, est a ser ie de obligacio nes deben t ener se present es al decidir q u in fo r maci n puede so licit ar se al client e y qu t ipo de infor maci n per so na l puede o debe ser revelada en el infor me. A la hora de r ecabar infor maci n par a la realizaci n de un infor me, el P sic logo est obligado a resp et ar escrup ulo sament e la int imidad del pacient e y nicament e recabar la in fo r maci n necesar ia para desempear la labor para la que ha sido requer ido . De la misma for ma, el infor me recoger nicament e infor maci n pert inent e del pacient e o client e y se t endr especial cuidado a la hora de poner por escr it o cuest io nes de la vida pr ivada de la persona evaluada. Ms adelant e, en las sigu ient es claves se abordan con mayo r det alle alguno de est os pr incip io s bsico s (Tabla 2).

3. PRESPETAR Y CUMPLIR INFORMAR AL CLIENTE

EL

DERECHO

Y

EL

DEBER

DE

So n muchos lo s manuales y t ext os de int er venci n psico lgica clnica qu e aco nsejan incluir la infor maci n al client e ent re las t areas propias d e la evaluaci n y el t rat amient o psico lgico, pero son meno s lo s que indican la exist encia del precept o legal que est ablece la obligat oriedad de o frecer toda la in fo r maci n al client e para que sea st e quin decida fina lment e ent re las o pcio nes de t rat amient o que se le puedan o frecer en cada ocasi n. E l client e t iene der echo a elegir el t rat amient o. De est a for ma, el Psic logo t iene la o blig aci n de infor mar ver azment e al client e, sie mpre y en cualqu ier cir cu nst anc ia, de modo adecuado a sus posibilidades de co mprensi n, inc luso en caso de incapacidad, dficit cognit ivo s, ausencia de co nciencia de enfer medad, et c. En est os casos, se infor mar t ambin a su represent ant e legal. Igualment e, exist e la obligaci n for mal y legal de hacer infor mes que reco ja n las int er vencio nes clnicas y de cumpliment ar los infor mes pert inent es relacio nados con los procesos asist encia les en lo s que se int er venga. E l client e t iene d erecho a la infor maci n asist encial y al acceso a la hist or ia cln ica. Igualment e, el client e t iene derecho a recibir un infor me de alt a y lo s cert ificados acredit at ivos de su est ado de salud. Un caso especial hace referencia al supuest o en el que es el propio clie nt e quin no quiere ser infor mado , es decir, el c lient e puede ejercer t ambin su derecho de no recibir infor maci n. E l e jercic io de est e grupo de derechos y o bligacio nes de infor mar se co mplement a con la reco mendaci n acadmica de devo lver la infor maci n a l 22

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Lic. Carlos F. Soto Beltrn client e d e for ma ver bal (Turkat , 1985; Muoz, 2003). E l Psic logo discut ir co n el client e la infor maci n obt enida a t ravs del proceso de eva luaci n psico l gica en u na ent revist a que puede deno minarse de devo luci n de infor mac i n. A t ravs de est a co municaci n oral del infor me, el Psic logo acumular pruebas par a e l co nt rast e de hip t esis; o frecer al client e una explicaci n acerca de su s pro blemas y lo s t rat amient os posibles, as co mo un esquema explicat ivo qu e per mit a al client e for mular su problema y/o modificar el esquema del mis mo , co n el fin de part ir de una misma for mulaci n que facilit e el cambio. Est o facilit ar una oport unidad de dilogo con el client e acerca de las posibles o pcio nes de t rat amient o a seguir, con o bjet o de ajust ar lo en lo posible a sus prefer encias y ayudar a aument ar la efect ividad y adher encia al t rat amient o. Co mo cont rapart ida al derecho a la infor maci n, el client e t iene el deber de co labo rar en su evaluaci n y facilit ar al Psic logo lo s dat os que le so licit e en cada mo ment o, de for ma veraz y co laboradora (Tabla 3).

4. ORGANIZAR LOS CO NTENIDOS DEL INFO RME Co mo document os cient ficos que son, lo s IPC deben est ruct urarse de fo r ma l gica y apropiada a sus fines. Aunque no exist en disposicio nes legales especficas a est e respect o, numerosos aut ores han suger ido diferent es o rganizacio nes de los cont enidos de un infor me, ms o menos similar es o co mplement ar ias, que han ser vido de base para la elaboraci n de lo s mis mo s desd e hace aos (Sundberg, 1976; Malo ney y Ward, 1976; Pelechano, 1976; Nay, 1979 ; vila et al., 1992; Fer nndez Ballest eros, 1992; Mart orell, 1985). Recient ement e, las GAP aport an una ser ie de punt os bsicos a inclu ir en lo s in fo r mes psico lgico s que, fundament alment e, se pueden resumir en: el no mbre del aut o r, del client e y del sujet o a quin se pr esent ar o enviar, las fuent es de in fo r maci n, inst rument os, procedimientos y t est s ut ilizados, lo s paso s y pro ced imient os ut ilizados par a responder a las demandas del client e, un resu men co n las co nclusio nes ms import ant es y una ser ie de reco mendacio nes apro p iad as. Asimis mo, las GAP dest acan la import ancia de est ruct urar los dat o s sigu iendo cr it er io s psico lgicos y co lo car los en la part e de result ados que necesar iament e debe inc luirse en el infor me, donde, adems, debe reflejar se el peso dado a la infor maci n o bt enida, los dat os en que se basan las afir macio nes realizadas, las inco nsist encias encont radas y la valoraci n con respect o a las demand as del c lient e (Tabla 4).

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Lic. Carlos F. Soto Beltrn 5. DESCRIBIR LOS INSTRUMENTOS EMPLEADOS Y FACILITAR LA COMPRENS IN DE LOS DATOS Lo s t est s psico lgicos y t odo lo relacio nado con ellos, co mo la const rucci n, adapt aci n, t raducci n, dist r ibuci n o aplicaci n, ha sido, sin duda, uno de lo s aspect o s relacio nados co n la evaluaci n psico lgica, que ms nor mas, pr incip io s, est ndares y guas ha generado a lo largo del t iempo (AP A, 1999, Muiz y o t ro s, 2001, Hamblet on, 2001, Bart ran, 2001). Au nque exist en algunas consideracio nes generales a t ener en cuent a para el co rrecto uso de los t est s en e l proceso de evaluaci n - que aqu r ecogemos co mo punt o de part ida, co mo so n la obligat oriedad de ut ilizar sie mpre medio s o pro ced imient os suficient ement e co nt rast ados, inst rument os cuya validez y fiabilid ad haya s ido debidament e est ablecida y medidas y t est s act ualizados - las no r mas y guas para la inclusi n de est os aspect os en el infor me psico lgico no so n demasiado numerosas. Algunas de ellas, provienen de los est ndares est ablecidos por la AP A para la int erpr et aci n y co municaci n de los resu lt ado s de lo s t est s, co mo son las reco mendacio nes de no int erpret ar los t est s de fo r ma aislada, sino basndose en mlt ip les t ipos de t est s convergent es y d at o s co lat erales y en una co mprensible fundament aci n nor mat iva, empr ica y t e r ica, t eniendo en cuent a las limit acio nes de dichos t est s y explicando de manera adecu ada cualquier infor maci n sup lement ar ia que minimice las posibles int erpret acio nes err neas de lo s dat os (Tabla 5).

6. INCLUIR EL PRO CESO DE EVALUACIN, FORMULADAS Y JUSTIFICAR LAS CONCLUS IONES

LAS

HIP TES IS

Tant o el Cdigo t ico de la AP A, co mo lo s E st ndares de aplicaci n d e las pruebas psico lgicas y las GAP, dest acan la import ancia, que en el IPC, debe ad jud icarse a la correct a descr ipci n de los dist int os pasos del proceso de evaluaci n y a la for ma en que deben plant earse las conclusio nes. Teniendo en cuent a que el infor me es un document o cient fico, la pr esent aci n de dat o s t cnico s deber facilit ar el co nt rast e de lo s resu lt ados por ot ros psic logo s y, para que est o sea as, el pro fesio nal que realiza el infor me debe seguir una ser ie de requ is it os en cuant o a la for ma en que se present an los resu lt ados. E l pro ceso de evaluac i n debe ser lo sufic ient ement e explc it o co mo para que pueda ser repro ducido y va lorado, as co mo para que pueda quedar const ancia del mis mo . De est a manera, las co nclusio nes, refle jadas en el infor me, que debern ser ju st ificadas en relaci n con las de mandas del c lient e, respondern a las hip t esis p lant eadas de ant emano y se basarn en las opinio nes recogidas y en la 24

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Lic. Carlos F. Soto Beltrn in fo r maci n y t cnicas sufic ient es para sost ener sus descubr imient os. Debe hacer se explcit o, adems, el nivel de confianza deposit ado en cada una d e las co nclu sio nes, just ificando la r elaci n exist ent e ent re las conclus io nes y lo s dat o s, t eniendo en cuent a la infor maci n cont radict oria. Es import ant e sealar que la int egr aci n de lo s dat os debe ser adecuada, su ficient e y de ut ilidad par a responder a las demandas del client e, por lo que es co nvenient e ind icar cualquier limit aci n significat iva de las int erpr et acio nes. Fina lment e, el infor me recoger, de forma implcit a o explc it a, el ju icio o valo raci n clnica que el Psic logo hace del client e. E l lect or puede dir igirse a la o bra de Ant onio Godoy (1996) para una reflexi n r espect o a las garant as y alcance de lo s juicio s clnicos (Tabla 6).

7. CUIDAR EL ES TILO Al r edact ar el infor me, o infor mar ver balment e de lo s resu lt ados de u na evaluaci n, el P sic lo go debe considerar unos ciert os requer imient os de est ilo que ayu den a ent ender mejor la infor maci n que se quier e t ransmit ir. Est e t ipo de requer imient os han sido abordados con ciert o detalle por el C d igo Deo nt ol gico del Psic logo, los Est ndar es de aplicaci n de lo s t est s de la AP A, las GAP y, mu y especialment e, por el Manual de Publicaci n de la AP A que, au nque o r iginar ia ment e se refiere a la publicaci n de t ext os cient ficos, se aju st a per fect ament e a nuest ras neces idades. Consider ando que en lt ima inst ancia t o do in fo r me clnico es un document o cient fico, la redacci n t endr en cuent a las peculiar idades de est e t ipo de document os y deber: ut ilizar un lenguaje co mprensible para el r ecept or, ser clar o y racio nal, huyendo de art ific io s, emplear palabras y oracio nes br eves, evit ar el empleo de jerga, palabrer a y redu ndancia, ut ilizar un est ilo preciso y claro, ayudarse de esquemas qu e id ent ifiquen y organicen las ideas pr incipales, evit ar ma las int erpret acio nes, et iquet as y ambig edades en cuant o a la ident idad sexual y t nica y t odo t ipo de t rmino s negat ivos o est igmat izant es par a refer ir se al client e (Tabla 7).

8. MANTENER PRO FES IONAL

LA

CONFIDENCIALIDAD

Y

EL

S ECRETO

Una de las caract er st icas del ejercic io pr ofesio nal de la Psico loga es el de la co nfidencialidad de la infor maci n manejada, y por t anto, la necesidad d e mant ener el secret o profesio nal co mo eje fundament al de la relaci n co n e l client e. Por un lado, nuest ras leyes est ablecen sin ningn gnero de dudas e l 25

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Lic. Carlos F. Soto Beltrn derecho de t odas las personas a la co nfid encialidad de los dat os referent es a su salud, y a que nadie pueda acceder a ello s sin una aut orizaci n legal previa. Po r el o t ro , toda la infor maci n que el Psic logo obt enga a t ravs del ejercic io de su pro fesi n, est sujet a a un deber y a un derecho de secret o profesio nal, del qu e, s lo po dr ser eximido por el consent imient o expreso del client e o su represent ant e legal o mediant e requer imient o judic ial. Para hacer efect ivo est e derecho, se recomienda que se infor me previament e al client e y se aclar en t odos los punt os relat ivos a la confidencialidad (po r ejemplo , en qu casos se ro mper a, a quin infor mar el P sic logo en caso de necesidad, et c.) al co mienzo de la relaci n pro fesio nal. Los psic logos habrn d e decid ir, junt o al client e y las organizacio nes con las que est ablezcan u na relaci n cient fica y profesio nal, lo s lmit es relevant es de confidencialidad y e l uso que se prev de la infor maci n obt enida a t ravs de sus prct icas psico l gicas. En est e sent ido debe hacerse const ar el derecho del Psic logo a negar la co municaci n escr it a u oral de un infor me cuando t enga la cert eza d e que d icha infor maci n pueda ser mal ut ilizada o redunde en per juicio de la salu d o int ereses del c lient e (Tabla 8).

9. SOLICITAR EL CO NSENTIMIENTO INFO RMADO La nueva Ley del Pacient e inclu ye de fo r ma explcit a el hecho de que t o da act uaci n en el mbit o de la sanidad requiere, co n carct er general, el previo co nsent imient o de los client es y que est e consent imient o por regla general ser verbal. Algunos cdigos t icos y asociaciones pro fesio nales, co mo la Asociaci n Espao la de Neuropsiquiat r a ( AEN), aaden el calificat ivo de infor mado . Es decir, el consent imient o debe producirse despus de una infor maci n ver az al client e r espect o a los procedimient os y r iesgos que se asumen y se deno minar co nsent imient o infor mado del client e. Est a nor ma afect a t ambin a la redacci n de in fo r mes: el client e debe consent ir la elaboraci n del infor me y acept ar, igu alment e, la infor mac i n incluida en l. Par a que est e co nsent imient o pued a deno minar se infor mado, el client e debe recibir la suficient e infor maci n relat iva a la neces idad y posibles usos del infor me y de la infor maci n y document aci n inc lu ida en el mis mo. Est a nor ma t iene excepcio nes cuando el client e se encuent ra incapacit ado, es menor o ha nombrado unos represent ant es legales q ue ejercen sus funcio nes. Por lt imo, en aquello s casos en lo s que el P sic lo go est ime q ue exist e un r iesgo real para la salud pblica o para la int egr idad fs ica o psqu ica de l client e, y no se pueda conseguir su aut orizaci n por causas su ficient ement e just ificadas o porque el client e no la facilit e, se podrn llevar a

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Lic. Carlos F. Soto Beltrn cabo las int er vencio nes clnicas ( inclu yendo la revelaci n de infor maci n) en favo r de la salud del pacient e, sin necesidad de cont ar con su consent imient o . No o bst ant e, siempr e que las c ir cunst ancias lo per mit an, se consult ar a sus familiares o a las per sonas vinculadas de hecho con l (Tabla 9).

10. PROTEGER LOS DOCUMENTOS En lo s lt imos aos, el marco legal que afect a a la prot eccin de dat o s y do cu ment os clnico s ha cambiado sust ancialment e. Se han hecho explc it as las o blig acio nes de los pro fesio nales y cent ros sanit ar ios al respect o y se han au ment ado las garant as de confidencialidad y cust odia de dat os de for ma mu y impo rt ant e. Adems, se co mienzan a co nsiderar lo s requis it os relacio nados co n las nuevas t ecno lo g as y, de for ma especial, la infor mt ica e I nt ernet . En la act ualid ad, el Psic lo go es e l r espo nsable de la segur idad de lo s regist ro s escr it o s y elect r nicos de dat os psico lgicos, ent revist as y result ados de pruebas ad min ist radas por l. Los cent ros sanit ar ios y, por ext ensi n, lo s Psic logo s, est n o bligados a conser var la document aci n clnica, co mo mnimo, cinco ao s co nt ado s desde la fecha del alt a. E st a document aci n se guardar en condic io nes pt imas para su mant enimient o y segur idad, que sern responsabilidad d e l pro fesio nal (Tabla 10). No queremos t er minar est e t rabajo sin recordar que el papel que cump len lo s IPC en nuest ra act uaci n pro fesio nal t iene una especial r elevancia, co mo se ha vist o , no exent o de dificult ades y aspect os de difcil r eso luci n t cnica, t ica e inc luso legal. En aquello s casos en que la elaboraci n de un infor me sit e al Psic lo go ant e un proble ma t ico, debemo s recordar la reco mendaci n que la AP A hace para act uar ant e est e t ipo de sit uacio nes: el P sic logo debe co nsid erar lo s mat er iales y gu as que hayan sido desarro lladas por cient fico s y o rganizacio nes de psic logos profesio nales y, por supuest o, su sent ido co m n y lo q ue le dict e su propia co nciencia, as como consult ar a ot ros profesio nales d e su campo . En el caso de que el Cdigo tico est ablezca un est ndar de cond uct a po r encima de lo est ablecido por la Ley, los psic logos debern regir se po r e l Cd igo t ico ms alt o. S i las responsabilidades t icas del P sic logo ent rasen e n co nflict o con lo est ablecido por la Ley, regulacio nes u ot ra aut oridad legal del go bier no , los psic lo gos deben hacer saber su co mpro miso con est e Cdigo t ico y dar lo s pasos necesar ios par a reso lver el conflict o de manera responsable. S i se o bser va que est e conflict o es irreso lub le por est a va, lo s psic logos deben ad her irse a los requer imient os de la Ley, reg lament os u ot ras aut oridad es

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Lic. Carlos F. Soto Beltrn guber nament ales a favor de lo s pr inc ipios bsicos de lo s Derechos Humano s (Est ndar 1.02., AP A, 2002).

TABLAS

Tabla 1.

Documentos de apoyo relativos a la cualificacin del evaluador

Tabla 2.

Apoyos documentales relativos al respeto de la dignidad, libertad, autonoma e intimidad del cliente

Tabla 3.

Apoyo documental acerca de los derechos y deberes relacionados con la informacin al cliente

Tabla 3.

(Continuacin) Apoyo documental acerca de los derechos y deberes relacionados con la informacin al cliente

Tabla 4.

Documentos de apoyo relativos al contenido del informe

Tabla 5.

Documentos de apoyo relativos a la descripcin del uso de los instrumentos empleados

Tabla 6.

Documentos de apoyo relativos a la descripcin del proceso de evaluacin y la elaboracin de conclusiones

Tabla 7.

Documentos de apoyo relativos al estilo

Tabla 8.

Apoyos documentales relativos a la confidencialidad y secreto profesional

Tabla 9.

Apoyos documentales relativos al consentimiento informado

Tabla 10.

Apoyos documentales relativos a la proteccin de los documentos

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Lic. Carlos F. Soto Beltrn V. PROCESO DE RAZONAMIENTO OBJETIVO 5.1. El razonam iento lgico y la em presa

En u n sent ido rest r ingido, se llama razon am iento lgico al proceso ment al d e realizar u na inferencia de una co nclusi n a part ir de un conjunt o de pre misas. La co nclu si n puede no ser una co nsecuencia lgica de las premisas y aun as dar lugar a u n r azonamient o, ya que un mal razonamient o an es un r azonamient o (en sent ido amplio, no en el sent ido de la lgica). Los razonamient os pueden ser vlido s (correctos) o no vlidos ( incorrectos). En general, se considera vlido un razonamient o cuando sus pr emisas o fr ece n so po rt e suficient e a su conc lusi n. Puede discut ir se e l significado de "sopo rt e su ficient e", aunque cuando se t rat a de un r azonamient o no deduct ivo , e l razo namient o es vlido si la verdad de las premisas hace probable la verdad de la co nclu si n. En el caso del razo namient o deduct ivo, el razo namient o es vlido cuando la verdad de las premisas implica necesar ia ment e la verdad de la co nclu si n. Lo s razonamient os no vlido s que, sin embar go, parecen ser lo, se deno minan falacias. E l razonamient o nos per mit e amp liar nuest ros conocimient os sin t ener que apelar a la exper iencia. Tambin sir ve para just ificar o aport ar razones en favo r de lo qu e co nocemos o creemo s co nocer. En algunos casos, co mo en las mat emt icas, el razonamient o nos per mit e demo st rar lo que sabemo s; es que aqu hace falt a el razona mient o cuant it at ivo. E l t r mino razo namient o es el punt o de separaci n ent re el inst int o y el pensamient o, el inst int o es la reacci n de cualquier ser vivo. Por ot ro lado el razo nar nos hace analizar y desarro llar un cr it er io propio, el razonar es a su vez la sep araci n ent re un ser vivo y el ho mbr e.

Razon am iento en psicologa Las ideas ent re el medio ext er ior y el sist ema cerebral int er no. Gracias a est o s est mulo s ext er nos percibidos por cualquier a de las vas int elig ent es, se act iva la razn. Est a t rat a de discer nir las propiedades de cada objet o ideal y d e d iscer nir las relacio nes ent re las dist int as ideas en base a la necesidad del pro p io

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Lic. Carlos F. Soto Beltrn ind iv iduo , los dat os ext ernos memor izados y los recuerdos nat urales. Todo ello da fo r ma al razonamient o. Nat uraleza coherent e La co herencia nor malment e se refiere a un conjunt o de act ividades ment ales co nsist ent es en co nect ar unas ideas con ot ras de acuerdo a ciert as reglas o t amb in puede refer ir se al est udio de ese proceso. En est e sent ido amplio , se o bser va la dinmica del razonamient o y co mo facult a a la especie humana per mit indo la ent ender el medio, usando esa facult ad de for ma conscient e y vo lit iva. As pu es, la coherencia es un conjunt o de proposicio nes enlazadas ent re s que definen la sit uaci n de las difer ent es ideas, y co mo cada una de ellas demuest ran sost ener la raz n, evidenc iando as el ejercicio din mico de d icha facult ad deno minada razo namient o; dando apo yo o just ificando una idea genera l. E l razo namient o se correspo nde con la act ividad ver bal de argument ar. E n o t ras palabras, un [argument o] es la expresi n verbal de un razonamient o.

5.2.

De la identificacin al anlisi s

Est o sig nifica ident ificar: Lo s fact ores que for man part e del problema, es decir, qu lo descr ibe. Lo s fact ores que est n correlacio nados con l. Lo s fact ores que inciden en l precisando sus relacio nes causales. Lo s fact ores import ant es sern el resu lt ado de una invest igaci n explorat o ria y deber n quedar consig nados en el mar co t erico. st os pueden provenir de do s fuent es: Fuent es emp r icas: De la obser vac i n del propio invest igador o de resu lt ados de invest igacio nes ant er iores de ot ros invest igadores. Fuent es t ericas: De leyes cient ficas o teoras probadas.

-

Est e paso puede imp licar alguno o t odos de los siguient es procesos: Descr ibir un fen meno. 30

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Lic. Carlos F. Soto Beltrn Explicar un fen meno. Predecir un fen meno.

De est a manera, un marco t erico se puede elaborar en base a a lguna de las sigu ient es alt er nat ivas: Una t eora co mplet ament e desarrollada. Seccio nes de var ias t eoras co mple ment ar ias. Generalizac io nes de invest igacio nes emp r icas ant er iores. Ideas or igina les del invest igador relacio nadas con el pro blema.

5.3. CONDICIO NES

La causalidad

Para que un suceso A sea la causa de un suceso B se t ienen que cumplir t res co nd icio nes: Que A suceda ant es que B. Que sie mpre que suceda A suceda B. Que A y B est n prximo s en el espacio y en el t iempo. E l o bser vador, tras var ias obser vacio nes, llega a genera lizar que puest o que hast a aho ra siempr e que ocurr i A se ha dado B, en el fut uro ocurrir lo mismo . As se est ablece una ley. La id ea de causa ha susc it ado un buen nmero de debat es filo s ficos, desd e lo s pr imeros int ent os filo s ficos. Aristt eles concluye el libro de los Segundo s analti cos co n el modo en que la ment e humana llega a conocer las verd ades bsicas o premisas pr imar ias o pri meros prin cipios, que no son innat as, ya qu e es po sible desconocer las durant e gran part e de nuest ra vida. Tampoco pueden deducir se a part ir de ningn co nocimient o ant er ior, o no ser an p ri mero s prin cipio s. Afir ma que lo s p ri meros p ri ncipios se der ivan por induccin, de la percep cin sensor ial, que imp lant a lo s verdaderos universales en la ment e hu mana. De est a idea proviene la mxima escolstica "nada hay en el int elect o que no ha ya est ado ant es en los sent idos" (Nihil est in int ellect u, quod prius no n

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Lic. Carlos F. Soto Beltrn fuer it in sensu). Al mant ener que "conocer la nat uraleza de una cosa es co no cer, po r qu es?" y que "poseemos conocimient o cient fico de una cosa s lo cuando co no cemo s su causa", Aristteles post ul cuat ro t ipos mayores de causa co mo lo s t r minos medio s ms buscados de demost raci n: la for ma definible; u n ant ecedent e que necesit a un consecuent e; la causa eficient e; la causa fina l.

5.4.

Esqu em as, m odelos e investi gacin operacional

E l pro ceso de invest igaci n cient fica se inic ia con una pregunt a o problema al qu e se le quiere encont rar una respuest a o soluci n. Por ejemplo: c mo se afect a la memor ia con el paso del t iempo? Lo que se qu iere invest igar debe expresarse en t r minos claros y precisos. Para ello se recurre al mo delo o peracio nal. OPERACIONAL SIGNIFICA la solucin de un prob lema de investigaci n en trmin os ob servab les y medib les. En p sico loga la definici n operacio nal es import ant e porque implica t raducir, a t rminos co ncret os, procesos que no son en s mis mo s percept ibles. S igu iendo con el ejemplo mencio nado arr iba: c mo se afect a la memor ia co n el p aso del t iempo ? Los co ncept os memor ia y paso del t iempo pu eden ent end erse de muchas for mas, no obst ant e la definic i n operacio nal r equier e qu e lo s defina en t r mino s obser vables y medibles. As que una posible so luci n o peracio nal es: Luego de que una per sona est udia, por 5 minut os, una list a de 40 palabras, cul es el nmero de esas palabr as que puede recordar en un lapso de 2 minut o s. Se ut iliz, por t ant o, el modelo operacio nal, gracias al manejo d e cr it er io s de invest igac i n cient fica: o bservable y medible.

5.5.

Tendencias psi colgi cas (Aplicaci n de m edidas de tenden cia central a psicol oga)

A. PARA QU LE SIRVE LA ESTADSTICA A LA PSICOLOGA? Es import ant e para los psic logos ya que ellos t rat an de ext raer y resu mir in fo r maci n t il de las obser vacio nes que hacen; los psic logos deben basar su s decis io nes en dat os limit ados y st as son ms fciles de t omar con la ayuda d e la 32

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Lic. Carlos F. Soto Beltrn est ad st ica, ya que le da mayor clar id ad y prec isi n a l pensamient o y la invest igaci n psico lgica.

B. MEDIDAS DE TENDENCIA CENTRAL E l pro p sit o de la est adst ica descriptiva es organizar, resumir y simplificar lo s dat o s. Las dist r ibucio nes de frecuencia y lo s grficos proporcio na n o rganizaci n, pero a veces su uso puede r esult ar inco modo y confuso. De ah qu e no s pued a ser t il el conocer la t endencia cent ral o la punt uaci n ms t pica y represent at iva de la dist r ibuci n. Las t res medidas ms co munes de tendencia cent ra l so n la media, la mediana y la moda.

1. Media es el pro med io ar it mt ico de todos los valores; se calcula sumando to dos los valores y divid iendo el resu lt ado por el nmero t ot al de punt uacio nes. Es la medida que se ut iliza ms frecuent ement e para la t endencia cent ral; se simbo liza a menudo por una (X t est ada). La let ra sigma ( ) es usada por los est adst icos para indicar el t ot al de lo s valo res. La media es una medida t il para la t endencia cent ral, pues es una med id a ar it mt ica exact a. No obst ant e, la media puede verse afect ada por lo s valores ext remos.

Para encont rar la m edia con el pro grama Microsoft Office Excel, ut ilizamo s la fu nci n pro medio. S int axis: =P ROMEDIO(ARG1: ARGN).

2. Mediana es el nmero que se encuent ra en medio de un conjunt o de n meros ordenados, es decir, la mit ad de los nmeros ordenados. En est adst ica d ivide una dist r ibuci n en dos, de for ma que la mit ad de lo s do s valores est por encima de la mediana y la ot ra mit ad por debajo. st a es ms fcil de calcular s i hay un nmero impar de obser vacio nes. Lo s valores deben ser co locados en orden del ms alt o al ms bajo. S i el n mero tot al de punt acio nes es impar habr un so lo valor cent ral par a represent ar la mediana. En cambio, si hay un par de obser vacio nes, habr do s valores cent rales, y la mediana se obt endr calculando la media d e o so s dos valores. E je mplo: 1,2,3,4,5,6; la med iana se obt endr calculando la media de la suma de 3 + 4, la cual ser 3.5.

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Lic. Carlos F. Soto Beltrn

Para encont rar la m ediana con el pro grama Microsoft Office Excel, usamo s la fu nci n mediana. S int axis: =MEDI ANA(ARG1: ARGN).

3. Moda es el valor de una dist r ibuci n que se da co n ms fr ecuencia; es la medida meno s usada para la t endencia cent ral. E n algunas dist r ibucio nes, part icular ment e en los grupos pequeos, los valores se dan s lo una vez y no hay moda. De la misma manera en los grupos ms grandes hay ms d e una moda. st a est ms sujet a a fluct uacio nes en el muest reo que la mediana y la media; genera lment e est a mis ma es t il s lo cuando u na o do s fluct uacio nes se dan co n exagerada fr ecuencia.

Para enco nt rar la m oda con el pro grama Microsoft Office Excel, ut ilizamo s la fu nci n moda. S int axis: =MODA( ARG1:ARGN).

C. EJERCICIO DE TENDENCIA CENT RAL EN PSICOLOGA 36 alu mnos de pr imar ia, de 2 Ao, ven TV diar iament e lo s siguient es minut o s; de la siguient e list a de minut os obt n: la medi a, la mediana y la moda, co n el propsit o de t ener una idea de c mo est influenciando la TV en la co nduct a agresiva de est os nio s/as

30 60 120 60 75 90 180 240

60 60 120 240 300 75 90 120

120 60 300 240 240 300 360 120

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Lic. Carlos F. Soto Beltrn 120 60 240 360 240 240 120 240 240 300 240 120

SOLUCIN:PROMEDIO MEDIANA MODA 171.67 120 240

Obt enidos lo s resu lt ados, el psic logo/a podr hacer el anlis is d e agresiv idad ( bajo o bser vaci n cuidadosa, con report e diar io del maest ro/a) que mu est ra cada uno de lo s 3 grupos: p romedio, mediana y moda. Y ms a n, e l psic lo go /a, podr obser var o t ros dos grupos, el que ve ms minut os TV (m xim o), que equivale a 360 min., y el que ve menos (m nim o), equivalent e a 30 min., con el propsit o de indagar si la TV influ ye para una conduct a agresiv a en lo s que pasan ms minut os frent e al t elevisor, o exist en ot ros fact ores

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Lic. Carlos F. Soto Beltrn 5.6. Clasifi cacin e interpretacin (de test psi colgicos)

No rmalment e se ut iliza una amplia gama de pruebas, cada una de las cuales evala o bjet ivo s especficos. 1. Test de conocim ientos adqui ridos Se emplean por lo general par a est imar el nive l que t iene el alumno en u na mat er ia acadmica concr et a, por lo que se aplican co mo indicador de l aprend izaje previo y co mo ndice par a pr edecir xitos acad micos fut uros. En la educaci n pr imar ia pblica, lo habit ual es que lo s alumnos rea licen difer ent estests p ara evaluar el vocabu lar io, la habili dad con e l lenguaje, la co mprensi n en

la lect ura, el clculo numr ico y la r eso luci n de pro blemas, las ciencias nat urales y las sociales. 2. Test de aptitudes Pred icen la ejecuci n fut ura en un rea en la que el individuo an no ha sido fo r mado . Las escuelas, co mpaas pr ivadas e inst it ucio nes pblicas se sir ven d e ello s p ara asignar puest os especficos a cada candidat o. Tambin so n necesar io s para la o r ient aci n vocacio nal. S i alguien punt a en las diferent es apt it udes (es decir, t iene un det er minado per fil), como los pro fesio nales de un campo co ncret o , se puede suponer que ser apropiado para ocupar un det er minado puest o de t rabajo. Alg unos cubren un amplio rango de habilidades necesar ias para pro fesio nes muy diferent es, midiendo la capacidad de razo namient o general, la percepci n, la coordinaci n mot ora y la dest reza manual. Ot ro s se cent ran en un rea pro fesio nal det er minada, co mo el art e, la ingenier a o la capacidad par a aprender idio mas. 3. Test de inteligencia A d iferencia de los t est s de habilidades y capacidades especficas, lo s de int eligencia miden la capacidad glo bal de un individuo para r elacio nar se co n su

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Lic. Carlos F. Soto Beltrn ent o rno . Pueden ser de dist int os t ipos: el de St anford-B inet 1, que dest aca las habilidades ver bales, mient ras que las escalas de Weschler ( WAIS y WISC p ara nio s) separan en dos subescalas la int eligencia ver bal de la no ver bal, cada u na co n su cocient e int elect ual especfico. T ambin hay t est s infant iles especfico s que no requieren el uso del lengua je y t est s de int eligencia diseados para ser aplicado s de for ma co lect iva. Las pr imeras escalas de int eligencia evaluaban la edad ment al, n ivel

int elect ual del nio segn el pro medio de su grupo de edad; de est a for ma se po d a co nocer si un nio est aba sit uado por encima, por debajo o al mis mo nivel que lo s d ems. Divid iendo la edad ment al ent re la crono lgica, se obt ena u na cifra (el cocient e int elect ual) que, mult iplicada por cien, daba la medida de la int eligencia, mt odo que an ho y se emplea. La media o pro medio es 100 y casi la mit ad de la poblaci n punt a ent re 90 y 110. E l posible grado de erro r t amb in se cont rola dent ro de un proceso complet o de evaluaci n, cont rast ando el co nju nt o de punt uacio nes obt enidas en dist int os t est s. 4. Test de actitudes e intereses Ut ilizados en or ient aci n sat isfacci n fut ura so n en una aut o aplicaci n vocacio nal, det er minada por el pueden propio predecir Los individuo, los que ndices indica de de su s

act ividad.

cuest ionar ios

realizados

prefer encias ent re una ser ie de act ividades profesio nales. Est os t est s no pret enden predecir el xit o en una pro fesi n concret a, pero s o frecer un mar co que reduzca el abanico de posibilidades para el est udiant e. 5. Test psi com trico de personali dad Est e t ipo de t est s miden el ajust e social y emocio nal, y se ut ilizan para id ent ificar la neces idad de ayuda psico lgica. Sus t ems descr iben brevement e sent imient os, act it udes y co mport amient os t pico s que se agrupan post er ior ment e en su bescalas, cada una de las cuales represent a un est ilo o rasgo de1

Re vi s i n d e l a e s ca l a d e Bin e t -S i mon r e a li za d a p or Le wi s Te r ma n .

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Lic. Carlos F. Soto Beltrn perso nalidad det er minado, como la ext raversi n o la depresi n. E n conju nt o , est as su bescalas dibu jan el per fil de la personalidad del sujet o. 6. Tcnicas proyecti vas Alg u nos t est s de personalidad se basan en el fen meno de la pro yecci n, pro ceso descr it o por Sigmund Freud co mo la t endencia de at r ibuir a ot ros ideas o sent imient os que uno no admit e t ener. Debido a su relat iva falt a de est ruct uracin, logr an obt ener las respuest as ms per sonales y significat ivas qu e o rient an so bre las mot ivac io nes profundas del individuo. Lo s ms co nocidos so n el t est de Rorschach, o t est de las manchas de t int a, y el T AT. Hay ot ros que consist en en co mplet ar fr ases, asociar palabras o dibu jar (el de la fig ura humana lla mado esquema corporal, la casa y el r bo l so n lo s ms empleados). Au nque la co mplejidad de la int erpret acin y el grado de subjet ividad que implican lo s ha hecho vu lnerables a las cr t icas met odolgicas, son difc iles de aplicar en gr andes grupos, aunque son muy t iles en psico loga clnica, ya qu e apo rt an infor maci n ms relevant e, aunque en ocasio nes menos r igurosa, que la s pruebas psico mt r icas y pro fundizan en el anlisis individual de la per sonalidad. INTERPRETACI N DE LOS RESULTADOS E l aspect o ms import ant e de la evaluacin psico lgica es la int erpret aci n de lo s resu lt ados. a. Puntuaciones La pu nt uaci n abso lut a es el r ecuent o numr ico de respuest as acert adas. Present a una ut ilidad mu y limit ada, ya que debe t ransfor mar se en una punt uaci n percent il (t ant o por cient o de la poblaci n que queda por debajo del su jet o) o en una pu nt uaci n est ndar (en desviac io nes t p icas por encima o por debajo de la 38

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Lic. Carlos F. Soto Beltrn med ia o promedio), punt uacio nes que hacen refer encia al pro medio d e la po blaci n. S i u n su jet o t iene un percent il 50, significa que el 50% de la po blaci n punt a po r debajo de l y el ot ro 50% por encima. S i es 80, significa que el 20% lo so brep asa y el 80% est por debajo. Las punt uacio nes est ndar dependen de la media o promed io y de la desviaci n t pica. La media se obt iene de la suma del conjunt o de las punt uacio nes divid ida ent re el nmero t otal de ind ividuos. La desviaci n t pica o est ndar es la raz cuadrada de la media del cuadrado de las desviacio nes. S i u na punt uaci n abso lut a se r est a de la media y se divide ent re la desviaci n t p ica, no s da la punt uaci n est ndar. Las t ablas de nor mas, que se incluyen en los manuales de evaluaci n psico l gica, indican la escala de punt uacio nes abso lut as previst as a part ir d e est ud io s en lo s que un det er minado t est ya ha sido aplicado a grandes grupo s represent at ivos de poblaci n, y deben, por t ant o, especificar cules eran las caract er st icas de la muest ra en cuant o a sexo, edad, ocupaci n y sit uaci n geogrfica. S i las nor mas se han o bt enid o part iendo de un grupo de poblaci n d ist int o al del sujet o, no sern una buena refer encia de co mpar aci n. b. Validez En lt imo t r mino, la int erpret aci n de las punt uacio nes de un t est supo ne hacer u na pr edicc i n del co mport amient o del sujet o en una sit uaci n det er minada, por lo que si el t est per mit i realizar pronst icos acert ados, se d ice que t iene una gran validez (ext erna o predict iva). S in embargo, ant es de qu e la validez sea probada nos debemo s enfrent ar a una cuest in previa: la fiabilid ad, es decir, que mida siempr e lo mis mo, de un modo consist ent e, aun si so n d ifer ent es profesio nales lo s que lo aplican. Adems de la fiabilidad, un t est debe ser vlido (que mida lo que debe medir) en al menos t res sent idos:

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Lic. Carlos F. Soto Beltrn 1. Validez intern a: que los t ems inclu idos en el t est sean una mu est ra su ficient ement e represent at iva de los que event ualment e se podr an haber ut ilizado. Por ejemplo, en un t est que co nsist a en delet rear palabr as, st as deben present ar dist int os grados de co mplejidad. 2. Validez ext erna o de criterio: se refier e a la capacidad del t est para ajust arse a un hecho fut uro o concurrent e. Por ejemp lo, un t est de apt it udes art st icas t iene validez ext erna o predict iva si las punt uacio nes ms alt as las obt ienen quienes despus t endrn ma yor xit o en esa act ividad. La validez de cr it er io de un nuevo t est de int eligencia pued e est ablecerse si sus punt uacio nes t ienen una est recha correlaci n co n las de un t est clsico, de validez ya cont rast ada. 3. Validez de con st ruccin: hace referencia a lo s rasgos o cualidad es psquicas que el t est mide, demost rando que ciert as paut as del co mport amient o humano son en ciert o grado relevant es para punt uar en el t est . Por ejemplo, un t est que mida la necesidad de xit o debe demo st rar que quienes punt an ms alt o son lo s individuos que t rabajan de fo r ma ms independient e, que per sist en ms en las t areas de reso luci n d e problemas y que en sit uacio nes co mpet it ivas obt ienen los me jo res resu lt ados. 5.7. La objetividad en la investigacin

La o bjet ividad se cons idera a menudo como propiedad de lo s cient fico s, qu ienes buscan co mprobar, med ir co n independencia del cient fico individua l. En la medici n objet iva, se r elacio nan nt ima ment e fact ores co mo la capacid ad de prueba y reproducibilidad. As, para ser co nsiderados o bjet ivos, lo s resu lt ado s de una invest ig aci n deben ser demost rables univer salment e. Para evit ar a mbigedades, lo s cient fic os se esfuerzan siempr e que sea po sible en ut ilizar herramient as est andar izadas de medic i n : met ro, cron met ro ,

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Lic. Carlos F. Soto Beltrn t erm met ro, inst rument os elect ro mecnicos de medici n, espect rmet ro s,

vo lt met ros, t empor izadores, osciloscopios, gravmet ros , etc. Y los resu lt ado s d e las med ic io nes se expresan en escalas numr icas de nor ma de unidad para qu e to do el mundo ent ienda de la mis ma manera. Est e punt o de vist a t radicio nal sobre la objet ividad ha sido cuest io nado en algu no s det alles: La selecci n del objet o especfico para medir suele ser una decis i n subjet iva y que implica a menudo el r educcio nismo. La selecci n de inst rument os (herramient as) y la met odo lo ga d e medici n, co mpart e ciert os "punt os de vist a subjet ivos".

5.8.

Estudi o del juego

A. JUEGO Y PERSONALIDAD: BINOMIO INSEPARABLE. E l Ju ego y sus manifest acio nes bsicas deben ent enderse co mo una de las act ivid ades ms genuinas de l ser humano. La persona desde sus pr imeros paso s, act a co nst ant ement e a t ravs del juego, explorando, aprendiendo, conociendo su cuerpo , los objet os que le rodean y el ent orno social y cult ural en el que vive. E l juego ent endido co mo "mucha reco mpensa a cambio de t an poco", no deja de est ar present e en las dist int as andadur as de la vida del la persona. Pract icado bajo circunst ancias peculiares, y ent endido de modo dist int o en cada et apa de nu est ra vida, las propiedades del juego posibilit an que cualquier prot ago nist a que realment e se int roduzca en su esencia , al jugar se o lvide del ent orno ser io de su vida cot idiana, co mport ndose sin mscaras, mo strando su personalidad y lo s rasgo s que ms t ransparent ement e lo caract er izan y definen.

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Lic. Carlos F. Soto Beltrn

En est e sent ido, al hablar de la Dimensi n Psico lgica del Juego, nos vemo s o blig ado s a reco nocer la r elaci n que se est ablece ent re el Juego y la Perso nalidad, puest o que toda act ividad ldica suscit a una caract ero loga. Est a pro piedad es reconocida por dist int os aut ores, ent re ello s Par lebas manifiest a la presencia de una rec iprocidad ent re la personalidad y la prct ica ludo mot riz, es decir, to do sujet o al Jugar part icipa de un modo uniper sonal y part icular que le d ist ingu e de cualquier ot ro jugador, as cada ind ividuo t iene preferencia po r unas prct icas ldicas det er minadas o en el caso de part icipar en un mis mo Juego , cada persona se co mport ar bajo pat rones de conduct a alt ament e su bjet ivo s e irrepet ibles. Vist o desde o t ra pt ica, se puede afir mar que lo s rasgo s pert inent es de las sit uacio nes ludo mot r ices pueden mo delar u na perso nalidad singular. Al hablar de est a influencia recproca ent re el Juego y la P erso nalidad de lo s jug ado res, se t iene que saber qu aspect os caract er izan el Juego en las dist int as et apas del desarrollo de la per sona, pues de est a manera se podr co mprend er ms pro fundament e las posibles imp licacio nes psico lgicas que suscit a la act ivid ad ldica. B. EVOLUCIN PS ICO LGICA DEL JUEGO: El juego en la infancia: el m undo del deseo. E l Juego es la act ividad infant il por excelencia. E l nio se sient e espont neo , libre para act uar co mo quiere, l es quien elige el t ema del Juego, el per so na je que va a represent ar, busca lo s medios para realizar accio nes correspo ndient es a la fu nc i n que lleva a t r mino. En el Juego, el nio puede otorgar un sent ido nu evo , un nuevo significado a los objet os: el pa lo se puede convert ir en caballo en el Juego, la silla, un coche, et c. E l nio sient e la sat isfacci n de rea lizarse, de afir mar se, de conqu ist ar la aut o no ma, exper iment a alegr a de xit o, de la co nquist a, y t odo ello va a 42

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Lic. Carlos F. Soto Beltrn repercut ir subst ancialment e en su for maci n ps ico lgica, en su for maci n co mo perso na. Pero para cada edad, para cada et apa, est e Jugar se va a caract er izar por u no s rasgo s bien diferenciados. PRIMER AO DE VIDA: En est a et apa pr edo minan las act ividades ldicas explorat o rias,

man ipulat ivas y sensor iales. La ma yor a de aut ores les deno minan Juego s Fu ncio nales o de Preejercic io. E l nio juega con su propio cuerpo, con lo s o bjet o s y al fina l del pr imer ao t ambi n con personas. Se dice que el pr imer jug uet e es la madre. Dur ant e est e pr imer ao el nio est en funci n de su s caract er st icas mot r ices y adapt at ivas. Cada vez t endr ms import ancia el Juego explorat orio. En est e per iodo el Jug ar se ident ifica con el placer que al nio le o frece n to das las accio nes que va descubr iendo. DE DOS A CUATRO AOS: Durant e el segundo ao, se present a una culminaci n mot r iz: el nio emp ieza a and ar so bre lo s mie mbros infer ior es. Est o junt o con la palabr a, hace que e l nio mejore not ablement e su adapt acin al ent orno, la exploraci n y la capacidad manipulat iva. E l nio juega con t oda clase de objet os y de per so nas. SCHRAML indica que en est e mo ment o se present an lo s "JUEGOS DE FICCIN" y los "JUEGOS DE ILUSIN". GUY JACQUIN especifica que el nio en est a et apa realiza "JUEGOS DE PROEZA", o sea, todos los Juegos est n suped it ados a sit uar se delant e de un objet o y obt ener la sat isfacci n de superar lo . Aunque es posible o bser var un grupo de nio s jugando, se ha demo st rado que en g eneral el Juego se present a en so lit ar io.

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Lic. Carlos F. Soto Beltrn DE CUATRO A SEIS AOS: Es muy import ant e considerar que de t res a los seis aos, la act ividad ld ica po r excelencia es el "JUEGO SIMBLICO" en e l que el nio invent a su mu ndo , a menudo ut iliza objet os u ot ros m viles le a los que les da vid a, DE perso nificndo los. Alg unos aut ores t ambin deno minarn "JUEGO

FICCIN". A los cuat ro aos el nio va a la escue la y en est os cent ro s educat ivo s empieza a est ablecer una r elaci n social con lo s co mpaero s y educado res. E mpiezan a t ener ciert a import ancia lo s Juegos cooperat ivos, el nio cada vez part icipa en Juegos ms co mplejos, part icipando con ot ros compaero s pr incipalment e debido a que la inst it uc in esco lar "o bliga" a t omar part e en est o s Juegos socio mot ores. Desd e un punt o de vist a manipula t ivo, sobr esalen "JUEGOS DE

CONSTRUCCIN". Tambin se int roducen "JUEGOS DE ROLES SOCI ALES" (Jugar a ser po lica, mdico, et c.), as como lo s "JUEGOS DE EXPLORACIN SEXUAL" (Jugar a padres, madr es, et c.). Hacia los seis aos el nio se apasio na po r lo s d eno minados "JUEGOS DE IMIT ACIN EXACT A", pr ior it ar iament e po r lo qu e co ncier ne a la reproducci n t ot al de los gest os de familiares adult os. DE SEIS A SIETE AOS: GUY JACQUIN define est a et apa co mo la "Edad de la Duda". E l nio present a lo s pr imeros desencant os en r elaci n a lo s adu lt os. La admiraci n po r sus padres lent ament e parece debilit ar se, frut o de una act it ud cr t ica ms acent uada, as empieza a int uir que sus do los t ienen defect os, los cuales ant er io r ment e pasaban desapercibidos. Sus Juegos se resist en a est e impact o y se orient an hacia la int ro versi n, de est a fo r ma se crea un mundo imaginar io y sus propios per sona jes a imit ar: maqu inas, hadas, anima les, magos, exp lor adores, et c. E l Jugar cubre la pr incip a l fu nc i n de co mpensaci n, a t ravs de la evasi n hacia lo ext raordinar io . Se deno minan "JUEGOS DE IMITACIN FI CTICI A". 44

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Lic. Carlos F. Soto Beltrn DE SIETE A OCHO AOS: E l nio se encuent ra en est a edad en una sit uaci n co nflict iva, de cr is is. Qu iere evadir se mediant e sus sueos en los que hace el papel de hroe y po lica, sher iff, et c. S in embar go pront o se cansa de est os sueos y es ent onces cu ando cent ra su at enci n en lo s ms pequeos, sobre quienes pr et ende reinar, de fo r ma que d ir ig ir al grupo, lo orient ar hacia sus int ereses e impondr sus pro pio s Juego s. As resurg irn los "JUEGOS DE PROEZA" (que ant es haba pract icado s lo ) para demost rar su super ior idad. Co mo la cooperaci n en el fo ndo no es aut nt ica, JACQUIN califica est a act ivid ad ldica "JUEGO COLECTIVO DESCENDENTE". DE OCHO A NUEVE AOS:

Generalment e el nio ent re lo s seis y lo s nueve aos t iene muchos alt o s y bajo s emocio nales. Hacia los ocho aos, el nio vuelve a fijar su mir ada en lo s ma yo res, quienes vuelven a ser sus nuevos do los. E l nio sient e un gran deseo de int egrarse en un grupo de personas de mayores que l, siendo un espect ado r inco nd ic io nal del grupo en el que int ent a int roducir se. Est e propsit o en o casio nes puede co nseguirse pero dese mpeando papeles mer ament e secu ndar io s. A menudo se sient e rechazado por el grupo de lo s mayor es y se refug ia imit ando lo s Juegos que est as personas realizan, ant e grupos de nio s ms pequ eos, fracasando en la mayor a de las veces ya que los pequeo s no renen las co ndicio nes fsicas ni psquicas sufic ient es. E n est e mo ment o, el n io ansio so de part icipar en una act ividad ldica grupal, se dice que realiza u n "JUEGO COLECTIVO AS CENDENTE". DE DIEZ A ONCE AOS: E l nio emp ieza a do minarse as mis mo, abandona el egocent r ismo qu e le vena caract er izando y aprende a co nsid erar al co mpaero. Es admit ido po r el grupo de los ma yores, aunque co n alguna ret icencia, sin que est o le preo cupe 45

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Lic. Carlos F. Soto Beltrn demasiado ya que se sient e orgulloso por verse "mayor". Busca sin cesar el Juego co o perat ivo, el Juego social, el Juego de relaci n, por lo que part icipa d e l deno minado "JUEGO EN GRAN COLECT IVO". DE ONCE A DOCE AOS: Se d ice que es un per iodo infant il de gr an est abilidad, de equilibr io en lo s nive les fsico y psquico. E l nio se sient e mucho ms int egrado en el grupo . Sus act ivid ades ldicas son cada vez ms co mplejas, exist iendo accio nes simult neas de co o peraci n, oposici n, manipulaci n de m viles, et c. Todo ello supo ne part icipar cada vez con ms import ancia en el "JUEGO REGLADO". Al apar ecer est o s Juegos reglados, la perso na se sumerge en un proceso irrever sible, la l gica int er na del Juego adquiere una nica direcci n, de la que no se p ued e ret ro ceder ni en el t iempo ni en el espacio . Los part icipant es del Juego, al segu ir las reg las hacen mucho ms que s lo Ju gar: invent an sus reglas, las crean, las renu evan ent re ellos mis mo s por lo que son aut nt icos accio nist as del co nt rato ld ico que ent re t odos han pact ado. En realidad est n haciendo ensayos de la vid a d e lo s adu lt os co mo es el poder organizar se un mis mo en la familia, en el t rabajo. DE LOS TRECE A LOS CATORCE AOS: En est e mo ment o empieza a empobrecer su int ers por el Juego, vuelve a fijar se en el adult o e incluso pret ende r ivalizar con l. Es muy import ant e saber elegir las act ividades ldicas ms int eresant es y adecuadas para su s caract er st icas y necesidades. Los Juegos t endr n que ir aco mpaados po r la explicaci n racio nal de su uso y ap licaci n, t endrn que huir de la idea de act ivid ades poco ser ias, act ividades de nios pequeos. Para ent ender ampliament e la significaci n ldica del Juego, hace falt a indicar que el nio se int ro duce en la Ado lescencia, et apa que t oda persona la vive muy per sonalment e y qu e suele present ar import ant es conflict os personales.

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Lic. Carlos F. Soto Beltrn La pr incipal dedicaci n docent e del licenciado en Ciencias de la Act iv idad Fs ica y el Deport e Educaci n F sica se cent ra bsicament e en grupo s de ado lescent es En est e per iodo el ado lescent e sufre una ser ie de cambios mor fo lgico s, o rgnico s y psquicos que segn Buk ler generan confusi n, insegur idad y q ue o bv iament e van a modelar la personalidad del sujet o en cuest i n. De mo do general, se difer encian t res mo ment os principales: o Per iodo de Transfor macio nes, I nest abilidad Sexua l y Cr isis de la Segur idad I nfant il. (12 - 15 aos). Es el per iodo con ms desniveles psico lgicos y fs icos. Es el mo ment o ms conflict ivo y difcil. o Per iodo de Est ruct uracin del Ado lescent e. En est e mo ment o la persona se sient e co nscient ement e difer ent e al adult o. Exist e u na especie de aco modaci n ir nica, que le hace sent irse incorporado a un grupo de per sonas con alt os parecidos (va de los 16 a lo s 18 aos). o Per iodo de Jvenes en Espera de ser Adult os. Se obser van grandes difer encias en e l co mport amient o de estos jvenes, circunst ancia que va a depender fundament alment e de las exper iencias vividas. E s un per iodo ms est able y su duraci n va en funci n de la manera de ser de cada perso na.

E l ado lescent e, es una per sona que debe superar numerosos cambio s, ello le va a o casio nar diver sos proble mas puest o que va a t ener que int roducir dist int as adapt acio nes a est a sit uaci n inest able. E l Juego puede cont r ibuir en ciert o mo do a facilit ar est e proceso de adapt aci n, si se pr esent a en un cont ext o ld ico adecu ado .

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Lic. Carlos F. Soto Beltrn EL JUEGO Y EL ADULTO. Ext remada r acio nalizaci n de la act ividad ldica: E l ser humano, una vez ha superado las pr imer as et apas evo lut ivas d e su vid a, se int roduce en el mundo del adult o : ser io, racio nal, ent rando de pleno en el pro ceso de encult ur aci n o aprendizaje de las paut as cult urales que le impo ne su co nt ext o sociocult ural. E st e proceso implica t ener que dejar t oda una ser ie de co mpo rt amient os que aunque son ms cer canos a su act it ud impuls iva, inst int iva, se alejan del pat rn cult ural imperant e. La p ersona adult a de la sociedad cont empornea, subordina cualquier acci n de su vida a una ext remada racio nalizaci n la cual gobier na t odos y cada uno de sus paso s. Est a act it ud, or igina la desapar ici n o reducci n de act ividades que no respo nden co n t ransparencia a l "para qu" y que no llevan implc it as u na ut ilid ad clar a. As, el ho mbr e se encuent ra ant e un diluvio de act ivid ades ut ilit ar ias, abst ract as, cognoscit ivas, "ser ias" que marginan y "erosio nan" aquello s ot ros comport amient os que se alejan del ms puro pragmat ismo. E l Juego, el Jugar que ant es haba s ido la act ividad y act it ud ms import ant e de la in fancia, sufr e un giro ext remo y ahora es infravalorado. A menudo se aso cia el jugar a un mero pasat iempo, a algo nada ser io, t ot alment e secundar io y co mplement ar io. A pesar de exist ir numerosas iniciat ivas ldicas en el caminar del ser humano adult o de la sociedad act ual, st as siempre se reducen a int ers claro s del mundo del co nsumo. A grandes rasgos, se puede afir mar que el juego es para el nio, lo que el t rabajo le supone al adult o.

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VI.

EXPLICACIONES PSICOLGICAS

6.1.

Subjetividad y condicion am iento

En la t eora del conocimient o, la subjet ividad es la propiedad de las percep cio nes, argument os y lenguaje basados en el punt o de vist a del sujet o y, po r t ant o , influido por los int ereses y deseos part iculares del mis mo. La pro piedad opuest a es la objet ividad, que los basa en un punt o de vist a int ersu bjet ivo, no prejuic iado, ver ificable por diferent es sujet os. EL CONCEPTO DE VALOR La filo so fa, y dent ro de ella especialment e la axio log a, la psico loga y o t ras ciencias sociales abordan el t r mino "valo r". Dist inguimos el "valor" objet ivo del "valor subjet ivo ". Por "valor o bjet ivo" ent end emos aquella propiedad de los obje tos mat er iales y de la conciencia so cial que, po r afect ar posit iva o negat ivament e las neces idades del sujet o, ( individ uo , grupo o sociedad) engendr a en st e una orient aci n afect iva o mot ivacio nal de apro ximac i n o evit aci n respect o a la misma. Po r "valor subjet ivo " ent endemos el r efle jo cognoscit ivo (en percepcio nes, represent acio nes, co ncept os y pro yect os) del valor objet ivo en la perso nalid ad o en la psico lo ga social del grupo como una orient aci n afect ivo- mot ivacio nal. O sea, cuando decimo s valor "o bjet ivo" o "subjet ivo" nos refer imos a lo mis mo , po r ejemp lo, a la P at r ia co mo valor. P ero en el pr imer caso (el valor objet ivo ) no s refer imo s a la Pat r ia co mo realidad objet iva, a nuest ra nacio nalidad. E n e l segu ndo caso (el valor subjet ivo) nos refer imo s al reflejo del valor objet ivo en el su jet o , o sea, en qu medida un det er minado sujet o es pat riot a y responde a est e valo r. Cuando se habla de "for maci n de valores" por lo g eneral est amo s alud iendo precisament e al valor subjet ivo.

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Lic. Carlos F. Soto Beltrn Es necesar io t ener en cuent a que el valor surge y exist e s lo en la int eracci n su jet o -o bjet o, pues el valor objet ivo debe su apar ic i n a la presenc ia de u n su jet o (individua l o co lect ivo) que se orient a hacia l y a su vez el valo r su bjet ivo surge en virt ud del reflejo del objet o ext er no (o sea, del valo r o bjet ivo ). Slo si el obj eto (natu ral o social) sati sface necesi dades del su jeto se convierte en valor. S lo si el sujet o refleja al objet o que le sat isface y se or ient a afect iva y mot ivacio nalment e hacia l, conviert e a ese objet o en un valor. As el valo r o bjet ivo y el subjet ivo se engendran recprocament e en la int eracci n su jet o -o bjet o. Deca S.L. Rubinst ein (1965, 82-83) "E l ser exist e, t amb in,

ind epend ient ement e del sujet o, mas en calidad de objet o se correlacio na co n el su jet o. Las cosas que exist en independient ement e del sujet o se co nviert en e n o bjet o s a medida que aquel ent ra en relaci n con ellas y las cosas se incorpo ran al pro ceso cognoscit ivo y de acci n del hombre co mo cosas para nosot ros". En co nso nancia con est a idea de Rubinst ein podr amos decir igualment e que el ser, la r ealidad, exist e independient ement e del sujet o, mas en calidad de valo r o bjet ivo se correlacio na con el sujet o. Las cosas que exist en independient ement e del su jet o se conviert en en valores a medida que el sujet o ent ra en relaci n co n ellas y las cosas se incorporan al proceso afect ivo y vo lit ivo del ho mbre co mo valo res para nosot ros. S i la cat egora objet o se refiere a la d