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INTRODUCCIÓN, 1 INTRODUCCIÓN, 1 La cristología es una parte de la teolo- gía que trata sobre Cristo. Estudia a Jesucristo como el Verbo encarnado e Hijo de Dios, y a Jesús como nuestro salvador y redentor, tal como nos lo propone la fe de la Iglesia. El misterio de Cristo, que se refiere a su persona y a su obra de salvación, anuda y resume todos los artículos de la fe: los que se refieren a la Trinidad, pues Él es Dios, el Hijo del Padre, y nos revela la Trinidad; y los que se refieren a los designios y obras de Dios, pues Él ha realizado el plan de su voluntad salvífica. CR 1 de 43

Tratado de Cristologia

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INTRODUCCIÓN, 1INTRODUCCIÓN, 1

La cristología es una parte de la teolo-gía que trata sobre Cristo. Estudia aJesucristo como el Verbo encarnadoe Hijo de Dios, y a Jesús como nuestrosalvador y redentor, tal como nos lopropone la fe de la Iglesia.

El misterio de Cristo, que se refiere a su persona y a su obra desalvación, anuda y resume todos los artículos de la fe: los que serefieren a la Trinidad, pues Él es Dios, el Hijo del Padre, y nosrevela la Trinidad; y los que se refieren a los designios y obras deDios, pues Él ha realizado el plan de su voluntad salvífica.

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INTRODUCCIÓN, 2INTRODUCCIÓN, 2

Mediante los métodos propios de la historia podemos llegar aconocer cada vez mejor la realidad visible de la vida de Jesús.Pero únicamente mediante la Revelación divina y la fe podemostrascender lo externo y llegar a conocer quién es Él verdadera-mente: “nadie conoce al Hijo sino el Padre” (Mt 11, 27Mt 11, 27); “nadiepuede venir a mí si no le atrae el Padre que me ha enviado”(Jn 6, 44Jn 6, 44).

Jesucristo, mediador y plenitud de toda la Re-velación, no es un mito: es Dios hecho hombreque vivió en un contexto histórico concreto, ylos acontecimientos de su vida fueron reales ycomprobables. Pero hace falta un conocimientoamoroso de Cristo hasta hacernos semejantes aÉl (cfr. CCE 428-429CCE 428-429).

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INTRODUCCIÓN, 3INTRODUCCIÓN, 3

Desde finales del siglo XVIII (Ilustración), surge la búsqueda dereconstruir la vida de Jesús con una metodología histórica prescin-diendo de lo que no tiene una explicación racional. Cristo fue unsimple hombre: desechar como mito todo lo milagroso.

En el siglo XIX, el protestantismo liberal también intentó llegaral “verdadero” Jesús, sólo hombre, contando únicamente con larazón y la ciencia histórica positiva. Se podría conocer muy pocodel “Jesús histórico”.

Siglo XX: para Rudolf Bultmann la fe en Jesús fue desarrollán-dose por un proceso de mitificación. Habría que estudiar la histo-ria de las formas literarias de los Evangelios y después desmiti-ficar el camino que la fe habría recorrido. Autores posteriores:nuevas aportaciones de la lingüística. Se llega a un Jesús “judío”,taumaturgo, maestro, revolucionario, o profeta escatológico.

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INTRODUCCIÓN, 4INTRODUCCIÓN, 4

Los prejuicios racionalistas excluyen deentrada como imposible que Jesucristosea Dios o la realidad de los milagros.Esta actitud resulta incompatible conla sincera búsqueda de la verdad. Ladistinción entre el “Jesús histórico” yel “Cristo de la fe” es una distinción degraves consecuencias.

El mismo nombre de “Jesucristo”, con el que le denominaron desdelos comienzos, confiesa que “Jesús”, el Hijo único de Dios que vivióen Nazaret, es el “Cristo”, el de la fe. La actitud principal de la pri-mera tradición cristiana fue la de conservar fielmente el recuerdo delas palabras y obras de Jesús.

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INTRODUCCIÓN, 5INTRODUCCIÓN, 5

El punto de partida de la cristología (teología) es la fe. El depósitode la fe se ha transmitido de dos modos: la Sagrada Escritura y laTradición. Y “el oficio de interpretar auténticamente la palabra deDios escrita o transmitida ha sido confiado únicamente al Magiste-rio vivo de la Iglesia, cuya autoridad se ejerce en el nombre de Jesu-cristo” (Dei Verbum 10Dei Verbum 10).

Las ciencias humanas (historia, arqueología, filolo-gía, etc.) tienen su valor (conocer mejor las condi-ciones históricas de la cultura del ambiente de Jesús,los géneros literarios, la composición de los Evange-lios, etc.), siempre que se apliquen de modo científi-co y con rectitud, y no estén viciadas por determi-nadas ideas filosóficas. Ese Jesús que la historia in-vestiga no es un simple hombre, es el Hijo de Dios.

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VENIDA DEL HIJO DE DIOS, 1VENIDA DEL HIJO DE DIOS, 1

El fin de la Encarnación es la salva-ción de los hombres: el Hijo de Diosvino “para que el mundo se salve porÉl” (Jn 3, 17Jn 3, 17), “para ser salvador delmundo”(1 Jn 4, 141 Jn 4, 14).

CredoCredo: “por nosotros los hombres ypor nuestra salvación bajó del cielo,y por obra del Espíritu Santo se en-carnó de María la Virgen y se hizohombre”.

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VENIDA DEL HIJO DE DIOS, 2VENIDA DEL HIJO DE DIOS, 2

CCE 457CCE 457: “El Verbo se encarnó para salvarnos reconciliándonoscon Dios”.

CCE 458CCE 458: “Se encarnó para que nosotros conociésemos así el amorde Dios”.

CCE 459CCE 459: “Se encarnó para ser nuestromodelo de santidad”.

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La salvación del hombre comprende dos aspectos unidos: la libera-ción del pecado y la comunicación de la vida divina.

CCE 460CCE 460: “Se encarnó para hacernos‘partícipes de la naturaleza divina’(2 P 1, 42 P 1, 4)”.

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VENIDA DEL HIJO DE DIOS, 3VENIDA DEL HIJO DE DIOS, 3

El hombre, con sus solas fuerzas, no puede al-canzar la salvación. Después del pecado origi-nal, todos los hombres habían quedado privadosde la gloria de Dios, de la amistad de Dios, yesclavos del pecado. Nadie puede ser justificadosino por la gracia de Jesucristo.

La Encarnación es obra del amor y de la misericordia de Dios. Ladecisión de Dios de salvarnos es absolutamente libre y gratuita.

La venida del Hijo de Dios al mundo no era necesaria para lasalvación del hombre.

El nombre de Jesús quiere decir en hebreo “Dios salva” o “Salvador”.

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VENIDA DEL HIJO DE DIOS, 4VENIDA DEL HIJO DE DIOS, 4

Promesas del Redentor: 1) protoevangelio (Gn 3, 15Gn 3, 15); 2) promesa aAbraham (Gn 12Gn 12) de darle una tierra y hacerle padre de un granpueblo y que por su descendencia serían bendecidas todas las nacio-nes de la tierra; 3) confirmación y renovación de la promesa con dis-tintos elegidos, concretando la ascendencia del Mesías: descendientede Jacob, de la tribu de Judá, de la familia de David.

Profecías sobre el Mesías rey: 1) será hijode David y su reino no tendrá fin (Natán:2 Sam 7, 12-162 Sam 7, 12-16); 2) especial filiación divina(Salmo 2Salmo 2); 3) nacerá de una virgen y se lla-mará Emmanuel, que significa “Dios connosotros” (Is 7, 14Is 7, 14).

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VENIDA DEL HIJO DE DIOS, 5VENIDA DEL HIJO DE DIOS, 5

Profecías sobre el Mesías rey y profeta: Moisés,tipo y figura de todos los profetas. Dt 18, 15-19Dt 18, 15-19:Dios enviará “otro profeta” como Moisés queenseñará y guiará a su pueblo. Is 61, 1-2Is 61, 1-2: el Me-sías será ungido por Dios con el espíritu de losprofetas para anunciar la salvación a los hombres.

Profecías sobre el Mesías rey y sacerdote: Salmo 109 (110)Salmo 109 (110): el Sal-vador será a la vez rey y sacerdote. Pero su sacerdocio no es el leví-tico. Figura de Cristo: Melquisedec, rey-sacerdote (cfr. Heb 7, 3Heb 7, 3).

Profecías sobre el sacrificio de Cristo: Is 42, 49, 50, 52Is 42, 49, 50, 52: cantos sobreel “Siervo de Yahvéh”; Salmo 21 (22)Salmo 21 (22). “Dios mío, Dios mío, ¿porqué me has abandonado?”.

“Hijo del hombre”: Dan 7: restaura el reino mesiánico.

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VENIDA DEL HIJO DE DIOS, 6VENIDA DEL HIJO DE DIOS, 6

El nombre de Mesías proviene del hebreo “mashiah”que significa “ungido”. Fue traducido al griego por“christós” y latinizado en “christus”. Originalmentese aplicaba al rey de Israel, ungido con aceite en suinvestidura. Aplicado a David y a su dinastía. Tam-bién a los consagrados para una misión recibida deDios (sacerdotes y excepcionalmente profetas).

El Mesías “que Dios enviaría para instaurar definitivamente suReino (...) debía ser ungido por el Espíritu del Señor a la vezcomo rey y sacerdote (cfr. Za 4, 14; 6, 13Za 4, 14; 6, 13), pero también comoprofeta (cfr. Is 61, 1Is 61, 1; Lc 4, 16-21Lc 4, 16-21). Jesús cumplió la esperanzamesiánica de Israel en su triple función de sacerdote, profeta yrey” (CCE 436CCE 436).

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VENIDA DEL HIJO DE DIOS, 7VENIDA DEL HIJO DE DIOS, 7

La Encarnación da sentido a toda la historia. Cristo es el funda-mento de toda la historia anterior, que tiene valor salvífico sólopor medio de Él y hacia Él se ordena. Así como también Cristoes el fundamento de toda la historia posterior, que vive de lagracia proveniente de su obra redentora.

Gaudium et spes 10Gaudium et spes 10: “Cree la Iglesia que laclave, el centro y el fin de toda la historiahumana se halla en su Señor y Maestro”.

Cristo es el centro de la historia humana, noen sentido cronológico, sino trascendente: es“el alfa y la omega, el primero y el último,el principio y el fin” (Ap 22, 13Ap 22, 13).

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REALIDAD DE LA ENCARNACIÓN, 1REALIDAD DE LA ENCARNACIÓN, 1

En el admirable plan de la donación que Dioshace de sí mismo a la criatura, la Encarnaciónes el acontecimiento central y culminante, yMaría ha sido la colaboradora con su fe y consu amor a la unión de Jesús con la humanidad.

La Encarnación es obra de la Trinidad. Serealiza por el Espíritu Santo en comunión conel Hijo.

María es verdaderamente Madre de Dios. “En efecto, aquél que ellaconcibió como hombre, por obra del Espíritu Santo, y que se ha he-cho verdaderamente su Hijo según la carne, no es otro que el Hijoeterno del Padre, la segunda persona de la Santísima Trinidad”(CCE 495CCE 495).

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REALIDAD DE LA ENCARNACIÓN, 2REALIDAD DE LA ENCARNACIÓN, 2

Realidad del cuerpo de Cristo

El docetismo (ya en el siglo Isiglo I) considera que la materia es mala y,en consecuencia, niega que Cristo tuviera un verdadero cuerpomaterial. El cuerpo de Cristo sería sólo aparente: su nacimiento osu pasión y muerte no fueron reales sino sólo ficticios e irreales.

NTNT: testimonia que Cristo fue hombreverdadero, con un cuerpo real: descien-de de David, fue concebido de María,nació, se cansó, tuvo hambre y sed,durmió, sufrió, derramó su sangre, mu-rió, fue sepultado. Cuerpo de carne yhueso, real y tangible.

Santos Padres: negar la realidad del cuerpo de Cristo es negar la redención.

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REALIDAD DE LA ENCARNACIÓN, 3REALIDAD DE LA ENCARNACIÓN, 3

Realidad del alma de Cristo

Apolinar de Laodicea (siglo IVsiglo IV): la humanidad de Cristo estaríacompuesta solamente de carne y alma sensitiva. El Verbo asu-miría la función de alma intelectiva y racional.

Santos Padres: sin alma (sin inteligencia nivoluntad humanas), Cristo no habría redi-mido al linaje humano, pues no fue sanadolo que no fue asumido.

Apolinarismo condenado por el Papa San Dá-maso y el Concilio Constantinopla I (381381).

Verdadera naturaleza humana de Jesús: unión del alma y del cuerpo.

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REALIDAD DE LA ENCARNACIÓN, 4REALIDAD DE LA ENCARNACIÓN, 4

Jesucristo es perfecto Dios

Adopcionismo: Cristo no era una persona di-vina, sino un hombre que recibió una “dyna-mis” o fuerza divina en el Bautismo que lohace un hombre superior. No es Hijo de Diospor naturaleza, sino sólo por adopción (ej.:Pablo de Samosata, obispo de Antioquía, con-denado y depuesto de su cargo en el año 268268).

Arrio (256-336256-336): Subordinacionismo extremo: Hijo creado de lanada, criatura a través de la cual se hicieron las demás cosas. Conde-nado en Nicea I (325325): Cristo es “homousios”, consustancial al Padre.

Siglo XIX y XX: negación de la divinidad del “Jesús de la historia”.Pío X condenó el modernismo (Enc. Pascendi, 1907Pascendi, 1907).

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REALIDAD DE LA ENCARNACIÓN, 5REALIDAD DE LA ENCARNACIÓN, 5

NT: prerrogativas divinas de Jesús:

- Es superior a la Ley: señor del sábado (Mt 12, 1-8Mt 12, 1-8).- Es superior a los profetas y reyes (Jonás y Salomón: Mt 12, 41-42Mt 12, 41-42).- Perdona los pecados, poder exclusivo de Dios.- Se equipara con Dios en la autoridad (“...Pero Yo os digo...”).- Pide fe (Jn 14, 1Jn 14, 1) y amor por encima de todo (Mt 10, 37Mt 10, 37) que sóloDios puede exigir, y su aceptación es requisito para la salvación(Mt 10, 32Mt 10, 32). Incluso pide que se entregue la vida por Él (Lc 17, 33Lc 17, 33).

NT: su preexistencia al mundo:

Jn 17, 5Jn 17, 5: “gloria que tuve junto a ti antes de que el mundo existiera”;Col 1, 15-17Col 1, 15-17: creador y conservador del mundo; muchos textos que afirman que ha venido enviado por su Padre: viene “del cielo” (Jn 3,Jn 3,1313), “de lo alto” (Jn 8, 23Jn 8, 23); “ha salido de Dios Padre” (Jn 8, 42Jn 8, 42), etc..

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REALIDAD DE LA ENCARNACIÓN, 6REALIDAD DE LA ENCARNACIÓN, 6

NT: igualdad de Jesús con el Padre:

Como el Padre actúa siempre, así Jesús da lavida y la salud, incluso en sábado (Jn 5, 17Jn 5, 17).

Jn 8, 19Jn 8, 19: “Si me conocierais a mí conoceríaistambién al Padre”; Jn 10, 38Jn 10, 38: “El Padre estáen mí, y yo en el Padre”; Jn 14, 9Jn 14, 9: “El que meha visto a mí ha visto al Padre”.

Jn 10, 30Jn 10, 30: “El Padre y yo somos una sola cosa”.

NT: afirmaciones explícitas y directas de su condición divina:

Prólogo del Evangelio de San Juan; Rom 9, 5Rom 9, 5 (“el cual es sobre todaslas cosas Dios bendito por los siglos”); Flp 2, 5-8Flp 2, 5-8 (“siendo de condi-ción divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios...”); Tit 2, 13-14Tit 2, 13-14(“esperamos la manifestación gloriosa del gran Dios (...) Jesucristo”).

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REALIDAD DE LA ENCARNACIÓN, 7REALIDAD DE LA ENCARNACIÓN, 7

“Hijo de Dios” en la Sagrada Escritura:

AT: título dado a los ángeles (Dt 32, 8Dt 32, 8), al pueblo elegido (Ex 4, 22Ex 4, 22),y a sus reyes (2 Sam 7, 142 Sam 7, 14). Significa entonces una relación particu-lar entre Dios y su criatura. También cuando llama “hijo de Dios” alMesías (Salmo 2, 7Salmo 2, 7) los judíos entendían que era un hombre singular-mente bendecido por Dios, y no Hijo único de Dios por naturaleza.

NT: - Lo que vimos ya muestra que Jesús se declarabaHijo de Dios en cuanto verdadero Dios nacido del Pa-dre: los judíos lo entendían así y querían matarle poreso; - Jesús distingue: “mi Padre... vuestro Padre”(Jn 20, 17Jn 20, 17); - Él es “hijo propio” (Rom 8, 3Rom 8, 3) y Unigé-nito (Jn 3, 16. 18Jn 3, 16. 18) del Padre; - Mt 11, 27Mt 11, 27: “Nadie co-noce al Hijo sino el Padre, ni nadie conoce al Padresino el Hijo...”.

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UNIDAD PERSONAL DE JESUCRISTO, 1UNIDAD PERSONAL DE JESUCRISTO, 1

Nestorio (patriarca de Constantinopla, 428428): María no sería Madrede Dios porque en Jesús habría dos personas: una divina y otra hu-mana, y María sería madre de la persona humana de Cristo. Launión entre la naturaleza divina y la humana sería sólo una uniónmoral entre dos sujetos. Identidad de voluntad, pero no se podríadecir que el Hijo de Dios nació de María, murió, etc..

Refutado por San Cirilo de Alejandríay condenado por Éfeso (431431). Uniónde las dos naturalezas de Cristo en laPersona (hipóstasis) divina del Verbo,única en Cristo. Por eso María es ver-daderamente Madre de Dios: de Ellanació el Verbo según la carne.

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UNIDAD PERSONAL DE JESUCRISTO, 2UNIDAD PERSONAL DE JESUCRISTO, 2

Monofisismo: Eutiques, superior de un mo-nasterio de Constantinopla (s. Vs. V), afirma quedespués de la Encarnación hay una sola natu-raleza en Cristo, compuesta de la divina y lahumana, aunque la humana habría sido absor-bida en la infinita persona del Hijo de Dios.

Condenado por San León Magno (440-461440-461) y Calcedonia (451451):“Hay que confesar a un solo y mismo Hijo y Señor nuestro Jesu-cristo: perfecto en la divinidad, y perfecto en la humanidad; ver-daderamente Dios y verdaderamente hombre (...). Se ha de recono-cer a un solo y mismo Cristo Señor, Hijo único del Padre, en dosnaturalezas, sin confusión, sin cambio, sin división, sin separación.(...) Quedan a salvo las propiedades de cada una de las naturalezas”.

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UNIDAD PERSONAL DE JESUCRISTO, 3UNIDAD PERSONAL DE JESUCRISTO, 3

Una hipóstasis o individuo es una substancia individual completa,subsistente en sí misma, independiente en su ser de otros individuos.=> Se llaman “personas” a las hipóstasis más dignas, los seres racio-nales que son dueños de sus actos.

Naturaleza es la esencia en cuanto principio de operaciones (ej.:la naturaleza de Pedro es su condición humana con sus facultadespropias por las que actúa como hombre).

La distinción entre una naturaleza y lapersona que la posee es una distinciónentre una parte y el todo. Ej.: Pedro esla persona, el todo, y la naturaleza esuna parte de él que le especifica.

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UNIDAD PERSONAL DE JESUCRISTO, 4UNIDAD PERSONAL DE JESUCRISTO, 4

La unión de las dos naturalezas en Cristo esuna unión hipostática (en la persona). Notiene semejanza con ninguna otra unión. Laconocemos por la fe.

La naturaleza humana de Cristo es íntegra yperfecta, pero no es una persona humana, nies un sujeto distinto del Verbo.

Constantinopla II (553)Constantinopla II (553) “confesó a propósito de Cristo: ‘No hay másque una sola hipóstasis (o persona) que es nuestro Señor Jesucristo,uno de la Trinidad’. Por tanto, todo en la humanidad de Jesucristodebe ser atribuido a su persona divina como a su propio sujeto, nosolamente los milagros sino también los sufrimientos y la mismamuerte” (CCE 468CCE 468).

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UNIDAD PERSONAL DE JESUCRISTO, 5UNIDAD PERSONAL DE JESUCRISTO, 5

La Encarnación no supuso cambio alguno en el Hijo de Dios, quees inmutable. Sólo hay cambio en la naturaleza humana que comien-za a existir elevada inefablemente a la unión personal con el Verbo.

La Persona de Cristo no es causada por la unión de las dos naturale-zas, sino que es eterna. Cristo no “es” o existe por su naturaleza hu-mana, sino que por ella “es hombre”.

Cristo en cuanto hombre no es hijo adoptivo por lagracia que tiene, pues su humanidad no constituyeningún sujeto personal que pudiera ser hijo.

El Hijo de Dios (Persona) es Hijo de María, pues hanacido verdaderamente de Ella según su naturalezahumana. Nacen personas, no naturalezas.

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UNIDAD PERSONAL DE JESUCRISTO, 6UNIDAD PERSONAL DE JESUCRISTO, 6

Para unos autores recientes la personalidad consis-tiría en la apertura de la conciencia humana al seren general, al infinito, o sea a Dios. Pero entonces,como en Cristo hay un centro de conciencia huma-no referido a otro centro de conciencia divino, ha-bría dos subjetividades en Él: una divina (Dios),otra humana (Cristo). Jesús será un hombre en quientiene lugar la revelación suprema de Dios.

Esas teorías reducen la realidad de un ser a uno de sus actos: la per-sona sería la simple conciencia de sí. Lo cual es un error, pues todaoperación vital -como lo es la conciencia- requiere un sujeto operan-te, que es la persona. La persona no se identifica con su conciencia,ni se constituye por ella: la persona es quien tiene esa conciencia desí.

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UNIDAD PERSONAL DE JESUCRISTO, 7UNIDAD PERSONAL DE JESUCRISTO, 7

El Hijo de Dios ha hecho partícipe a la humanidad asumida de ladignidad de su persona: al expresar el misterio de la Encarnaciónse da una especie de comunicación de propiedades entre lo huma-no y lo divino, que se llama “communicatio idiomatum”.

A la única persona de Cristo hay que atribuir tanto todas las pro-piedades y acciones de su naturaleza divina como las de su natura-leza humana (ej.: se puede decir “Dios ha nacido de María” o “hamuerto por nosotros”).

No se puede atribuir a una naturaleza de Cristolas propiedades y acciones de la otra (ej.: no sepuede decir que la divinidad ha nacido en eltiempo). Sí se puede reduplicar: “Jesús, en cuan-to Dios...”; “el Hijo de Dios, en cuanto hombre...”.

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LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 1LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 1

La humanidad de Cristo es el adecuado instrumento indisoluble-mente unido al Verbo para la obra salvífica. Es un instrumento vivoy racional, no inerte o pasivo.

Cuanto más unido se está con Dios, más se participa de su bondady más abundantes bienes se reciben. No hay unión más íntima conDios que la unión en una persona divina. De ahí que Cristo en suhumanidad esté lleno de los dones divinos: su naturaleza humanapertenece propiamente a la persona divina del Hijo de Dios que laha asumido (cfr. CCE 470CCE 470).

El Hijo de Dios no asumió aquellos defectos o li-mitaciones que dificultarían la obra salvífica (peca-do, ignorancia...). Sí asumió aquellas limitacionesde nuestra naturaleza que sirven al fin de la Encar-nación y que no son defecto moral (dolor...).

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LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 2LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 2

Santidad en el AT: alguien o algo es santo en sentido ontológicoen la medida que está unido a Dios, le pertenece, y está destinadoo consagrado a su servicio exclusivo (el Templo, el sábado, elpueblo de Dios...). En el NT, esta noción se enriquece con la deuna participación en la vida divina por acción del Espíritu Santoque transforma al hombre interiormente, lo diviniza, lo purificadel pecado.

En sentido operativo y moral se dice que es santoquien vive establemente la unión sobrenaturalcon Dios por la fe y el amor.

Cristo es santo no sólo en cuanto Dios, sino tam-bién en cuanto hombre.

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LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 3LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 3

Por la unión hipostática, la humanidad de Cristotiene la santidad infinita del Verbo. Así en cuantohombre, Cristo es santo porque su humanidad estáunida al Verbo y le pertenece. Ese don a la natura-leza humana de Cristo se llama “gracia de unión”.

Cristo en cuanto hombre también es santo por la gracia habitual,conveniente porque su humanidad no es santa por sí misma ni se hatransformado en divina (distinción de las dos naturalezas). Llega aser divina y santa por participación. Cristo tiene plenitud de gra-cia santificante porque la unión de su humanidad a Dios es la másestrecha imaginable. Jesús poseía la gracia con toda la perfecciónposible: con todos los efectos, virtudes, dones y operaciones queésta puede tener y alcanzar. Todas las gracias que tienen los hom-bres provienen de Él. Esa plenitud se llama “gracia capital”.

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LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 4LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 4

La gracia diviniza alalma en su esencia.Esta divinización se

extiende a las potenciasdel alma por las virtu-des sobrenaturales.

Cristo en cuanto hombre está plenamente divinizado por la graciahabitual: por eso no podían faltarle las virtudes infusas en gradomáximo y perfecto. Pero no tuvo aquellas virtudes que suponenen sí mismas alguna carencia o imperfección (fe: ya poseía la vi-sión de Dios; esperanza: ya tenía la unión con Dios; penitencia: notuvo pecado).

A causa de su plenitud de gracia, Cristo poseía los dones del Espíri-tu Santo en grado excelentísimo y eminente, y todos los carismasque han tenido los hombres para alguna misión de edificación de losdemás (apóstoles, profetas, predicadores, doctores, pastores, etc.).

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LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 5LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 5

Jesús es santo también en sentido opera-tivo y moral: completa identificación desu voluntad humana con su voluntad di-vina, en lo grande y en lo pequeño.

El Magisterio ha enseñado en varias ocasiones que Cristo no tuvopecado, es “semejante en todo a nosotros, excepto en el pecado” (ej.:Calcedonia, 451Calcedonia, 451); y estuvo libre también del pecado original y del“fomes peccati”, por lo que en Él la sensibilidad estaba siempre per-fectamente subordinada a la razón (ej.: Constantinopla II, 553Constantinopla II, 553).

Cristo no sólo no tuvo pecado de hecho, sino que era impecable,porque las acciones son de la persona. Si Cristo pudiera pecar,sería Dios quien pecaría. Además Cristo gozaba de la visión deDios, que supone la imposibilidad de rechazar el Bien infinito.

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LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 6LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 6

Como Cristo tiene dos naturalezas perfectas, tiene dos modos deconocer, uno infinito y divino y otro humano.

Conocimiento humano de Cristo

Gaudium et spes 22Gaudium et spes 22: El Hijo de Dios “trabajó con manos de hombre,pensó con inteligencia de hombre, obró con voluntad de hombre,amó con corazón de hombre”.

Tuvo ciencia adquirida (parte de los sentidos y dela experiencia), ciencia de visión (visión beatíficapropia de los bienaventurados: Jn 8, 38Jn 8, 38: “Yo digolo que veo en el Padre”) y ciencia infusa o proféti-ca (proviene directamente de Dios por la comuni-cación de algunas ideas a la mente humana).

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LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 7LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 7

La crítica histórica, el protestantismo liberal y el modernismo, hansostenido que Jesús padecía error en cuanto a la fecha del fin delmundo y en cuanto a la naturaleza de su mesianismo. Teoríascondenadas por San Pío X (Enc. Pascendi, 1907Pascendi, 1907).

La existencia de un error en Cristo implicaríaque no es Dios, que no es la Verdad. No tuvoni error ni ignorancia.

Padres: Cristo no ignoraba la fecha del fin delmundo, sino que ni quería ni debía revelarla.=> CCE 474CCE 474: “Lo que reconoce ignorar en estecampo (cfr. Mc 13, 32Mc 13, 32), declara en otro lugar notener misión de revelarlo (cfr. Hch 1, 7Hch 1, 7)”.

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LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 8LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 8

A partir del siglo XX, especial interés por laconciencia que Jesús tenía de sí mismo: si sesabía Hijo de Dios y Mesías. Unos autoresniegan que tuviera conciencia de su divinidad.Otros sostienen que desde una inicial ignoran-cia, iría poco a poco tomando conciencia deser Hijo de Dios y Salvador del mundo.

Jesús en su conciencia humana tenía un claro y verdadero conoci-miento de sí: Hijo de Dios venido al mundo para salvarnos. En NTse ve ya cuando tenía 12 años: “¿No sabíais que yo debía estar enla casa de mi Padre?” (Lc 2, 49Lc 2, 49). Además, nunca aparece un yo hu-mano de Jesús y otro yo del Hijo de Dios. Y Jesús utiliza a menudola expresión revelada a Moisés, “Yo soy”, manifestando que es Dios.

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OTRAS CARACTERÍSTICAS, 1OTRAS CARACTERÍSTICAS, 1

Monoenergetismo: para ganarse a los mo-nofisitas, Sergio de Constantinopla (inicios. VIIs. VII) enseñó que Cristo tenía una únicaoperación. Monotelismo: buscando la uni-dad religiosa, el Emperador Heraclio dejóde hablar del monoenergetismo y pasó asostener que había una sola voluntad enCristo. Lo impuso a toda la Iglesia (638638).

Máximo el Confesor consiguió que el Papa Martín I convocara unconcilio en Letrán (649649) que condenó ambos errores. En el año 681681,el concilio ecuménico de Constantinopla III los condenó solemne-mente: “se dan en Él (Cristo) dos voluntades y dos operaciones na-turales, sin división, sin cambio, sin separación, sin confusión”.

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OTRAS CARACTERÍSTICAS, 2OTRAS CARACTERÍSTICAS, 2

El Verbo asumió una naturaleza humana per-fecta, y la voluntad libre pertenece, de modoesencial, a la integridad y perfección de la natu-raleza humana. Así tiene un querer divinocomún con el Padre y el Espíritu Santo, propiode la naturaleza divina, y un querer humanopropio de su naturaleza humana asumida, queno comparte con el Padre y el Espíritu Santo.

Libertad humana de Cristo: “Doy mi vida para tomarla de nuevo.Nadie me la quita, sino que yo la doy libremente” (Jn 10, 17Jn 10, 17).

Que Cristo sea libre no significa que pudiera pecar. Elige siempreel bien con dominio sobre sus actos porque su libertad es perfecta.Querer el mal, no es lo propio de la libertad, aunque sea un signo delibertad, como el error no es conocimiento.

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OTRAS CARACTERÍSTICAS, 3OTRAS CARACTERÍSTICAS, 3

La voluntad humana de Cristo siempre “sigue a su voluntad divinasin hacerle resistencia ni oposición, sino que, por el contrario, estásiempre subordinada a esta voluntad omnipotente” (ConstantinoplaConstantinoplaIII, 681III, 681).

En Getsemaní, cuando Jesús dice: “No secumpla mi voluntad, sino la tuya” (Mt 26,Mt 26,3939), no hay oposición de voluntades, sinoque su inclinación sensible o su sensibilidadpodían apetecer algún bien distinto del quererdivino, pero estaban enteramente sometidasa él por el acto libre de su voluntad racionalhumana.

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OTRAS CARACTERÍSTICAS, 4OTRAS CARACTERÍSTICAS, 4

Constantinopla III, 681Constantinopla III, 681 confesó “dos operaciones naturales sin di-visión, sin cambio, sin separación, sin confusión, en el mismo Señornuestro Jesucristo, nuestro verdadero Dios, esto es, una operacióndivina y otra operación humana”.

Santo Tomás de Aquino (Compendium theolo-Compendium theolo-giae, c. 212, n. 419giae, c. 212, n. 419): “La naturaleza es el princi-pio de la operación. Por eso en Cristo no hay unasola operación por ser un único sujeto, sino dosoperaciones porque son dos las naturalezas”.

Como todo hombre, puede realizar todas las acciones humanas na-turales y como todo hombre en estado de gracia puede realizarobras sobrenaturales. Todas estas acciones son propias de la se-gunda Persona de la Santísima Trinidad.

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OTRAS CARACTERÍSTICAS, 5OTRAS CARACTERÍSTICAS, 5

Como las acciones humanas de Cristo eranlibres y nacían del inmenso amor al Padreque el Espíritu Santo había infundido en sualma, todas ellas eran meritorias, es decir,eran dignas de alcanzar el fin al que lashabía ordenado el designio divino.

Antes de su Resurrección, Cristo mereció para sí mismo aquellosbienes que aún no poseía (glorificación y exaltación de su huma-nidad). También mereció para nosotros la salvación. Mereció lagracia para todos los hombres, pues a este fin estaba ordenadala Encarnación del Verbo.

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OTRAS CARACTERÍSTICAS, 6OTRAS CARACTERÍSTICAS, 6

Las acciones humanas de Cristo en cuanto son instrumentos de ladivinidad

En el orden físico: se sirve de gestos y palabras humanas para hacermilagros. Estas acciones humanas en cuanto son instrumentos de ladivinidad para realizar obras propias de la omnipotencia divina sellaman en teología “teándricas”. En el orden espiritual, la divinidadse sirvió de su querer humano y de sus palabras para perdonar lospecados, y de sus acciones humanas para comunicar la gracia.

En todas estas acciones la causa eficiente princi-pal es la naturaleza y el poder del Verbo, quetiene en común con el Padre y el Espíritu Santo;y la humanidad de Cristo es la causa instrumen-tal.

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OTRAS CARACTERÍSTICAS, 7OTRAS CARACTERÍSTICAS, 7

Cristo tuvo aquellos sentimientos y pasiones propios de la naturale-za humana compatibles con la plenitud de gracia y que servían anuestra redención: alegría de las obras de su Padre (Lc 10, 21Lc 10, 21) yde saberse amado del Padre (Jn 15, 10Jn 15, 10); deseos ardientes de nuestraredención (Lc 12, 50Lc 12, 50) y de quedarse en la Eucaristía (Lc 22, 15Lc 22, 15);tristeza al contemplar los sufrimientosde su Pasión y el pecado de los suyos(Mt 26, 38Mt 26, 38); dolor del alma hasta llo-rar por la muerte de Lázaro (Jn 11, 33-Jn 11, 33-3535); ira ante la hipocresía de algunos(Mc 3, 5Mc 3, 5) y los mercaderes en el Templo(Mt 21, 12Mt 21, 12), etc..

En Cristo la razón controlaba perfectamente sentimientos y pasio-nes, toda su afectividad.

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OTRAS CARACTERÍSTICAS, 8OTRAS CARACTERÍSTICAS, 8

En Jesús no faltó la virtud natural, de laque derivan todas las demás, que es el amor,y que es sobrenaturalizado por la caridad.Éste ha sido el motor de su vida, y la clave dela armonía y unidad de todo su ser: su amor yentrega al Padre y a nosotros.

CCE 478CCE 478: “Nos ha amado a todos con un corazón humano. Por estarazón, el Sagrado Corazón de Jesús, traspasado por nuestros peca-dos y para nuestra salvación, ‘es considerado como el principal indi-cador y símbolo (...) del amor con que el divino Redentor ama conti-nuamente al eterno Padre y a todos los hombres’ (Pío XII, Enc.Haurietis aquas, 1956Haurietis aquas, 1956)”.

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OTRAS CARACTERÍSTICAS, 9OTRAS CARACTERÍSTICAS, 9

Los Evangelios no nos han transmitido ningunadescripción directa sobre el rostro y el aspectofísico de María y de Cristo. De modo indirectonos sugieren algunos datos sobre la fisonomíade Jesús: debió de tener una presencia agradable,amable para que muchos acudieran a Él, y le lle-varan niños para que les impusiera las manos;unos modales dignos que inspiraban el afecto depersonas de toda condición; una mirada que re-movió a los Apóstoles para que lo siguieran de-jando todas las cosas...

Quizá Dios permitió que no tuviéramos una des-cripción de Jesús para que no fuéramos atraídos aÉl por motivos meramente humanos.

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