Unesco El Correo, Abril 1999

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    La fi ebredel deporte

    el

    CorreoAbri l 1999

    Pueblos

    autóctonos cont ramult inacionales

    Armas:una carrera

    sin t regua

    Leila Shahid,mujer y palest ina

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    Año LIIRevista mensual publicada en 27 idiomas y en brail lepor la Organización de las Naciones Unidas para la Educación,laCiencia y la Cultura.31 rue François Bonvin,75732 París Cedex 15, FranciaFax:01.45.68.57.45/01.45.68.57.47Correo electrónico:[email protected]:h ttp ://www.unesco.org/cour ier

    Director:René LefortSecretaría de dirección/ediciones en brail le:Annie Brachet(01.45.68.47.15)

    Redacción en la sedeJefe de Redacción:John KohutEspañol:Araceli Ortiz de UrbinaInglés:Roy MalkinFrancés:Martine Jacot

    Ethirajan AnbarasanSophie BoukhariLucía Iglesias KuntzAsbel LópezAmy Otchet

    TraducciónMiguel Labarca

    Unidad artística/fabricación:Georges Servat

    Fotograbado:Eric FrogéIlustración:Ariane Bailey (01.45.68.46.90)Documentación : José Banaag (01.45.68.46.85)Relaciones con las ediciones fuera de la sede y prensa :Solange Belin (01.45.68.46.87)Asistente administrativa: Theresa Pinck (01.45.68.45.86)

    Comité ed i tor ia lRené Lefort (moderador),Jérôme Bindé,M ilagros del Corral,A lcinoDa Costa, Babacar Fall, Sue Will iams

    Ediciones fuera de la sedeRuso:Irina Outkina (Moscú)Alemán:Urs Aregger (Berna)Arabe: Fawzi Abdel Zaher (El Cairo)Italiano:Gianluca Formichi,Sira Miori (Florencia)Hindi:Shri Samay Singh (Delhi)Tamul :M.Mohammed Mustapha (Madrás)Persa:Jali l Shahi (Teherán)Portugués:Alzira Alves de Abreu (Río de Janeiro)Urdú:Mirza Muhammad Mushi r ( Is lamabad)

    Catalán:Joan Carreras i MartÍ (Barcelona)Malayo:Sidin Ahmad Ishak (Kuala Lumpur)Swahili:Leonard J.Shuma (Dar es-Salaam)Esloveno:Aleksandra Kornhauser (Liubliana)Chino:Feng M ingxia (Bei jing)Búlgaro:Luba Ranjeva (Sofía)Griego:Sophie Costopoulos (Atenas)Cingalés:Nevil le Piyadigama (Colombo)Vascuence:Juxto Egaña (Donostia)Tai:Duangtip Surintatip (Bangkok)Vietnamita:Ho Tien Nghi (Hanoi)Bengal i :Kafil Uddin Ahmad (Dacca)Ucraniano: Volodymyr Vasil iuk (Kiev)Gallego:Xavier Senín Fernández(Santiago de Compostela)Serbio:Boris Il jenko (Belgrado)

    Difusión y promoción:Fax:01.45.68.57.45

    Suscripciones e informaciones:

    Michel Ravassard (01.45.68.45.91)Relaciones con agentes de venta y suscriptores:Mohamed Salah El Din (01.45.68.49.19)Envios y números atrasados:Pham Van Dung (01.45.68.45.94)

    Los artículos y fotografías que no llevan el signo © (copyright) pueden reproducirse siempre que se hagaconstar “ De El Correo de la UNESCO” ,el número del quehan sido tom ados y el nombre del autor. Deberán enviarse aEl Correo tres ejemplares de la revista o periódico que lospublique. Las fotografías reproducibles serán facil itadas porla Redacción a quien las solicite por escrito.Los artículosfirm ados no expresan forzosamente la opinión de la UNESCOni de la Redacción de la revista. En cambio, los títulos y lospies de fotos son de la incumbencia exclusiva de ésta. Porúlt imo, los límites que figuran en los mapas que se publicanocasionalmente no entrañan reconocimiento ofical algunopar parte de l as Naciones Unidas ni de la U NESCO.

    IMPRIMÉ EN FRANCE (Printed in France)DÉPOT LÉGAL : C1 - ABRIL 1999COMM ISSION PARITAIRE N° 71843 -Diffusé par les N.M .P.P.The U NESCO Courier (USPS 016686) is published mo nthly inParis by U NESCO. Printed in France. Periodicals postage paid atChamplain NY and additional mailing offices.Fotocomposición y fotograbado:El Correo de la U NESCO .Impresión:Maulde & RenouISSN 0304-310X N°4-1999-OPI 99-581 S

    SumarioAbr i l 1999

    DE TODAS LAS LATITUDES

    3 Ayacucho: rosas y espinas Franci sco Díez-Canseco Táva ra

    Fot os de Alejan dro Balag uer

    EDITORIAL

    9 Una paz sin vi ctoria Federico Mayor

    NUESTRO PLANETA

    10 Pueblos autóctono scontra mult inacionales Sophie Boukhari

    12 Fluye el petról eo, sangra la selva Carlos Viteri Gualing a13 Alianza verde Dennis Schulz

    AULA ABIERTA14 Simul ar para aprender Asbel López

    TEMA DEL MES

    17  La fiebredel deport e

    18 1. ¿A qué juega el deporte?por René Lefort y Jean Harvey

    020 Carrera de obstáculos para las iraníes Siavosh Ghazi22 Entrenar se para la vida Ole Kristian Bjellaanes23 Rumbo a la gloria Glenn M anarin con M yung-soo Kim Taejon24 Un sueño frustrado K. K. M an Jusu25 Jugand o a medi anoche Gary A. Sailes26 El sociólogo, el racismo y el corredor Am y Otchet28 2. El enfrentamiento como espectáculo Philippe Liotard30 Criquet: Con el mazo dando Ramachandra Guha32 Cuba:M úsculo e ideolog ía M arcos Bustillo33 Ex URSS: El patriotismo ya no da dividendos Lincoln All ison34 El carnaval de los afi cionados Sergio Leite Lopes35 Un matrim onio sagrado Eduardo Arias

    36 Tailandi a:Puños y dinero Robert Horn y Thaskina Khaikaew

    LIBERTADES

    37  Armas: una carrera sin t regua Vincenç Fisas

    CULTURAS

    40 De los papiro s a Internet M ichel Arseneault

    CONEXIONES

    43 Voces de p roxim idad Rafael Roncaglio lo

    HABLANDO CON…46  Leila Shahid ,mujer y palesti na

    Portada: Hinchas de fútbol mexicanos durante l a Copa del M undo de Fútbol de 1998. © S.R uet /Tempsports /Sygma, París

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    Ayacucho:rosas y espinas

    nAya cuc h o, capital del depart am ent operuano del mismo nombre,donde seiniciaron hace casi veinte años las

    acciones de Sendero Luminoso, vive hoyentre rosas y espinas,entre la celebración dela derrota militar de ese grupo terrorista yla vigencia de una “paz armada”, ya que

    columnas emergentes de esa cruenta orga-nización siguen presentes de manera sub-terránea en distritos y provincias aledañas.

    Conocida también como Huamanga,por el nombre que le dieron los españoles

    al fundarla el 29 de enero de 1539, Aya-cucho está situada a 2.752 metros de altituden un fértil valle de la Cordillera occidental.Es una ciudad mestiza en la que todas lasclases sociales comparten la tradición y elhabla quechuas, pues una clase culta hamantenido esa vieja cultura bilingüe sin

    que las discriminaciones sociales haya nafectado su continuidad como ha sido elcaso en otros lugares del Perú.

    Cuna de la cultura wari, extraordinarioimperio preincaico, Ayacucho expresa su* Presidente del Consejo po r la Paz del Perú

    En el Perú, Ayacucho emp ieza a revivir. Pero v eint e años de vio lencia

    han d ejado do lor osas secuelas.

    Francisco Díez-Canseco Távara*

    Fotos deAlejandro Balaguer

    En el mercado de Quinua,cerca de Ayacucho.

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    herencia mestiza en un rico folklore musicalque mezcla el son andino del huayno conuna clara influencia romántica de origenh isp a no. Esta música anima a la ciudad,cuyas 37 iglesias —oficialmente 33,por serla edad de Cristo— se suman a la celebraciónde la máxima festividad huamanguina, laSemana Santa Ayacuchana, famosa en todoel Perú,donde coexisten el fervor cristiano yla tradición indígena. Interrumpida durantevarios años por el temor de los habitantes adinamitazos o emboscadas y por la imposi-

    bilidad de celebrar procesiones nocturnas,esta fiesta recuperó su esplendor sólo en1993, después de la captura del máximolíder de Sendero Luminoso,Carlos AbimaelGuzmán, el 12 de septiembre de 1992.

    Además, en sus alrededores perduranimportantes jalones de la historia del Perú yde Amé ric a , como la Pampa de Quinua,donde se libró la batalla de Ayacucho, queselló la independencia de América Latina,yque hoy comienza a olvidar su pasado guer-rero para transformarse en escenario de una

    contienda puramente cultural, el Encuentrode Teatro en el que participan compañías detodo el mundo.

    Pero ni el clima celebratorio que hanrecuperado sus fiestas ni la casi normalización

    Arriba, vista de los alrededoresde A yacucho,

    a casi 3.000 metr os de alt i t ud.

    Niños en una escuela

    del pueblo de Huanta.

    Página d e la derecha,madres indígenas

    pesando a sus hijos.

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    D E T O D A S L A S L A T I T U D E S

    de su vida urbana pueden disimular lasheridas dejadas por años de terror y de vio-lencia.Ese legado ha marcado incluso a unaparte de la juventud,que organizada en pan-dillas ha generado un nuevo problema social.Generalmente integradas por adolescentesque han visto de cerca el terrorismo y hanperdido por su causa a algún pariente —rara es la familia huamanguina que no tienealgún muerto que velar—, se cuentan pordecenas en el Ayacucho actual, y atacan,roban e incluso matan.

    A ello se suma la situación precaria delos desplazados por la violencia terrorista,

    que han invadido literalmente la ciudad yque debido a las condiciones de un retornoi nc ie rto prefieren permanecer en ella enlugar de regresar a sus lugares de origen.Yes que el departamento de Ayacucho fue,

    Arr iba,“ Festival de las Cruces”

    de Luricocha.En la iglesia de estepueblo se bendicen un centenar

    de cruces, algunas de las cuales miden

    más de cinco m etros.

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    con mucho,el más golpeado del Perú por elflagelo senderi s t a : en sus negros analesfiguran más de 10.000 asesinatos , 3. 0 0 0desaparecidos y 170.000 desplazados,querepresentan el 35% de su población actual.

    Cuna de muchas culturas, ciudad deco n t ra s t es, de iglesias coloniales y viejascallejuelas perdidas, de mañanas de sol,de tardes de sombra y noches de huayno yc e rve z a , Ayacucho poco a poco sigue eldifícil camino de una recuperación querequiere no sólo de tiempo, s i n o, s o b r etod o,de la reconstrucción del tejido socialbasada en la solidari d a d , práctica tradi-

    cional de las comunidades andinas.Aunque los años del toque de queda,

    cuando a partir de las ocho de la nochenadie se aventuraba a salir a la calle y comer-cios y restaurantes cerraban sus puertas a cal

    Lima

    Ecuador Colom bia

    Océano Pacífico

    Brasil

    P E R Ú

    Ayacucho

    Arriba, baile popular en la Fiesta

    de los Muertos de Ayacucho.

    En la última semana de mayo

    el Festi val de Teatro de Ayacucho

    acoge desde 1978 a actoresde todo e l mundo.

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    D E T O D A S L A S L A T I T U D E S

    Perú:el costo dela guerra sucia

    P rofesor de filosofía de la Universidad deAyacucho , Carlos Ab imael Guzmán, f un-dador de Sendero Luminoso (grupo disidente delpartido comun ista peruano),lanzó su “ guerrapopular prolongada” con un acto simbó lico enmayo de 1980 :a dos días de las elecciones, uncomando quemó las urnas de Chuschi,puebloaislado del departamento. Al término de doceaños de régimen milit ar, la miseria parecía sinremedio y reinaba la anarquía. M uy al comienzo,los senderistas, sumament e bien organizados,

    habían sido bien acogidos por la población, a laque distribuyeron t ierras.Todo degeneró cuandoempezaron a asesinar a los campesinos “ t rai-

    dores” y a los responsables de organizacionessociales,imponiendo un orden t otalitar io imp la-cable y sanguin ario, sobre la base de un discurso

    profético abstruso.Los senderistas y sus “ enemigos” del Mo vi-

    mient o Revolucionario Túpac Amaru (M RTA) ,e lo t ro g rupo insurgen te nac ido en 1983 , q u efirmó su sentencia de muerte con la toma derehenes en la embajada del Japón en 1996,

    perd ieron ambos con esta “ guerra sucia” . Elsaldo es m uy g rave: 26 .000 muer tos, 4 . 0 0 0desaparecidos y 50.000 huérfanos.El gobiernoevalúa su costo económ ico en más de 25.000millo nes de dólares, el equivalente de la deudaexterna del país, cuyo servicio absorbe un t ercio

    de las divisas procedentes de las export aciones(en particular pesca,cobre, zinc,plat a).

    Elegido en 1990 y reelegido en 1995,el pre-

    sidente Alberto Fujimori lanzó un vasto plande ajuste estructural y de liberalización de la eco-nom ía, pero l imitan do las l ibertades desde que

    realizó lo que mu chos calificaron de “ golpe deEstado c iv i l ” en 1992 (d iso luc ión de l pa r la -m ento, suspensión de las garantías constitu-c i o n a l e s, dest i tuc ión de má s de 500 magis-trados).

    La hiperinflación fue vencida (pasando deuna tasa de 2.700% en 1989 a 7% en 1998) yel crecimi ento fu e el más alto de América Latinaen 1994 (13%) . Se aminoró en 1998 (2%) ,sobre todo a causa de las lluvias torrenciales deEl Niño y de l as repercusiones de la crisis asiá-

    t ica. Según el Banco Mun dial,54 % de los 25 mil-lones de peruanos v iven bajo e l umbral depobreza y el subempleo af ecta a la mit ad de lapoblación activa.   n

    y canto, son cosa del pasado,en la provinciade Huamanga sigue vigente el estado deemergencia, al igual que en otras cuatro delas once que forman el departamento.Ello setraduce en la supresión de determinadasgarantías constitucionales y otorga a la auto-ridad militar libertad para hacer allana-mientos en edificios públicos y privados.

    Paseando por las apacibles calles de Aya-cucho bajo un cielo despejado, se diría queninguna nube ensombrece la posibilidad del

    regreso a la paz.Sin embargo,ésta sólo podráhacerse realidad a medida que la poblaciónvuelva a ejercer sus derechos básicos y al finse apliquen medidas concretas contra lapobreza y la marginación.   n

    Procesión de la Semana Santa

    Ayacuchana.La ciudad alberga la

    iglesia más antigua de Am érica Latina.

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    E D I TO R I A L

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    n“La educación física y el deporte han de tender a promover los acercamientos entre lospueblos y las personas,así como la emulación desinteresada,la solidaridad y la frater-nidad,el respeto y la comprensión mutuos,y el reconocimiento de la integridad y de la

    dignidad humanas.”Este fragmento del preámbulo de la Carta Internacional de la Educa-ción Física y el Deporte,aprobada por la UNESCO en 1978,resume el significado de la acciónque lleva a cabo la Organización en ese ámbito y en la que la promoción de los valores éticosy en particular la lucha contra la exclusión y la violencia ocupan un lugar destacado.Esa acciónalimenta además la exigencia de abrir el deporte a todos,empezando por esos jóvenes quecon demasiada frecuencia quedan al margen porque sufren de un impedimento físico o mental,viven en un contexto social difícil o, si m ple m e nte,pertenecen al sexo femenino.

    Es a este “deporte de masas”al que la Organización dedica toda su atención.En efecto,está convencida de que en una sociedad en la que el aprendizaje debe durar a lo largo de todala vida,esa forma de deporte reviste una importancia crucial en materia de educación.

    Esta es mucho más que mera transmisión de información,mucho más que instrucción.Apunta,en definitiva,a despertar las aptitudes intelectuales,creadoras y de relación de cadacual, y a encauzarlas de modo que cada ser humano pueda disfrutar de su propia sobe-ranía y contribuir al mismo tiempo al bienestar de los demás.Ahora bien,con este fin eldeporte es una escuela irremplazable.

    Vivimos en un mundo en el que las diferencias entre ricos y pobres se acentúan cadavez más. En una cancha,o simplemente al fondo de un callejón o en el patio de una casaque hacen las veces de terreno de juego, esas desigualdades se borran como por arte demagia. Los participantes se miden,se enfrentan,pero también se unen en el seno de unequipo con armas que por una vez no podrían ser más pacíficas: la velocidad, la fuerza,lahabilidad, la resistencia, la inteligencia también,en resumen cualidades que no deben nadaa la posición social de quienes las ejercen.

    Vivimos en un mundo violento.En esas ciudades donde pronto morarán los dos ter-cios de la humanidad, incluso los niños entran en un terreno de juego cargados de todala agresividad que los rodea.Y allí, una vez más por una suerte de milagro,esa agresividadse aplaca.Su carga y su finalidad negativas se transforman en una voluntad positiva de der-rotar al adversario: se trata,no de vencer a toda costa y valiéndose de cualquier medio, sinolealmente, en un enfrentamiento sometido a reglas que los bandos opuestos acatan. Eldeporte se convierte entonces en una escuela de tolerancia y de respeto,donde se moderanlas pasiones y los instintos.Quienes lo practican pueden cobrar conciencia de fuerzas que,si no se controlan,dominarían ciegamente su existencia.

    Vivimos en un mundo en el que se agudizan los antagonismos nacionales,é tnico s ,r eli-

    giosos. La capacidad de unión del deporte, que llega casi a la fusión, ya no necesitademostrarse. Culmina en los Juegos Olímpicos o en las Copas del M undo de Fútbol,delas que aún conservamos en la memoria imágenes exaltantes de fraternidad.Y nuestro placerse multiplica porque son ampliamente compartid as: ninguno de los acontecimientossociales contemporáneos suscita una comunión de una universalidad tan patente. Pero —por desgracia— no sólo existe esa forma de deporte:ya que éste es diverso, multiforme,atravesado por diferencias y ciertamente por oposiciones. El deporte que es noticia glo-rifica a héroes que no siempre son los que han ganado en los estadios el derecho a hacernossoñar. Entre bastidores,pero cada vez con menos tapujos, proliferan el mercantilismo yla especulación, el dopaje,la especialización precoz y el agotamiento de los atletas. Exa-cerbados hasta el paroxismo, los aficionados y la opinión pública terminan por caer en unchovinismo bárbaro.En el Sur, cuatro de cada cinco jóvenes aún no pueden practicar ningúndeporte con el material y la orientación más elementales.

    Por último, lo que está en juego en los enfrentamientos deportivos pasa a ser tan deci-sivo que los resultados prevalecen sobre su razón de ser: designar vencedores y vencidoscuenta más que unir a atletas que se han enfrentado en el respeto absoluto de las reglas.Nos encontramos en las antípodas de esa felicidad que evocaba el poeta francés PaulVerlaine, la de “una paz sin victoria”.   n

    Federico M ayor

    Vivimos en un mundoen el que l as dif erenciasentre ricos y pobres seacent úan cada v ez más.En una cancha, osimplemente al f ondode un callejón o en el pat iode una casa que hacenlas veces de terreno de jueg o, esas d esi gual dad esse borran como po r art e

    de magia.

    Una paz

    sin victoria

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    N U E S T R O P L A N E T A

    n“No es fácil expresar lo que nos sucedió.Sólo nuestro nombre,Amungue,quedó.Las montañas,los ríos,los bosques,todo

    pertenece ahora a Freeport y al gobierno.Yano tenemos nada.”Recogidas por los miem-bros de la ONG Survival International, laspalabras de este anciano de Irian Jaya, enPapua Occidental (Indonesia), resumen elsentimiento de despojo y de injusticia de mil-lones de aborígenes en el mundo entero.Desde hace más de treinta años,según nume-rosasONG, las Naciones Unidas,parlamen-tarios europeos o senadores norteamericanos,esos “primeros”habitantes de nuestro planetahan sido testigos de la contaminación de susterritorios,la destrucción de sus sitios sagradosy el deterioro físico o la muerte de sus fami-liares en nombre de un “desarrollo”que son

    los últimos en aprovechar.En Indonesia la empresa estadounidense

    Freeport McMoRan, aliada a la británica

    Río Tinto y a las autoridades locales —comoel ex Presidente Suharto, según Survival—,disfruta de una concesión tan vasta comoBélgica sobre la más importante reserva de orodel mundo,igualmente muy rica en cobre.Susactividades provocan la contaminación delos ríos,la destrucción de una de las selvas vír-genes mejor conservadas del mundo y la vio-lación de sitios religiosas. Numerosas ONGdenuncian la violencia ejercida por el ejércitoen contra de los que se rebelan.

    En Colombia 5.000 amerindios uwassiguen oponiéndose a la explotación de sustierras sagradas por Occidental Petroleum.Después de que amenazaran con un suicidiocolectivo,ha surgido una vasta campaña deapoyo. A tal punto que Shell, asociada alproyecto, declaró querer abandonarlo.

    Pues Shell anda con pies de plomo. EnNigeria la compañía enfrenta una fuerte resis-tencia de los pueblos ogoni y ljaw. Movi-mientos autóctonos exigen su partida mien-tras no hayan obtenido derechos sobre el

    auténtico manantial de petróleo que es suterritorio.En consorcio con el gobierno,Shellempezó a explotar Ogoniland en 1958 yobtuvo de ello según la prensa 30.000 mil-lones de dólares.Ahora bien,en 1995,cuandoel Consejo M undial de Iglesias envió obser-vadores al lugar comprobó que sus habitantesno disponían de electricidad,ni agua potable,ni teléfono,como tampoco de atención sani-taria mínima,y que el medio ambiente estabasumamente deteriorado.Según el movimientode los ogonis, la compañía mantenía ademásestrechos lazos con el ejército, que reprimíatoda oposición. La crisis culminó ennoviembre de 1995, cuando fueron ahor-cados nueve dirigentes ogonis, entre ellos elescritor K en Saro-Wiwa.

    Un movimiento organizadoAbundan los ejemplos de multinacio-

    nales aliadas a las autoridades locales cuyasactividades han sembrado la destru c c i ón,ladivisión y la muerte en los territorios aborí-

    Pueblos

    contraLas comunidades indígenas se movil izan cada vez más cont ra la explo taciónabusiva de sus t ierras.

    La explotación pet rolífera en Ogoniland,Nigeria,

    ha causado graves perjuicios al medio ambiente.

    Soph ie Boukhari*

    * Periodista del Correo de la UNESCO

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    N U E S T R O P L A N E T A

    genes.Han contribuido así a reforzar la com-batividad de los indígenas,que son unos 300millones en el mundo. En los años ochentaempezaron a estructurar su movimiento.Lacreación en 1982 de un grupo de trabajoespecífico en las Naciones Unidas sirvió parafortalecer sus redes y a darles una presenciaen la escena internacional. La declaración

    de Kari-Oca (Brasil, 1992) resume su posi-ción: “Afirmamos ser pueblos autóctonostitulares de derechos inalienables a la auto-determinación y sobre las tierras de nuestrosantepasados.” Quieren ganar un poder dedecisión sobre los proyec t o s , obtener elderecho a oponerse a ellos y compartir losbeneficios en caso de que los aprueben. Sulucha,ampliamente divulgada por los mediosde inform a ción, es apoyada también pornumerosas ONG de defensa de los derechoshumanos y del medio ambiente, entre lasque figuran Amnesty International,Human

    Rights Watch,Mine Watch,Survival,Friendsof the Earth, etc. Una gran empresa ya nopuede actuar en tierra indígena sin que una

    multiplicidad de sitios web informen sobretodo lo que hace.Y en los países del Norte laopinión pública reacciona:las sedes de ciertasgrandes compañías son ocupadas periódica-mente y ciertos productos boicoteados.

    Esta intensa movilización se ha tradu-cido en hechos. Durante mucho tiempo lospueblos autóctonos fueron considerados porsus Estados como obstáculos al desarrollo,como grupos que era mejor asimilar y, en elpeor de los casos,eliminar.Ahora en diversospaíses, como Dinamarca, Estados Unidos,Canadá o Australia,se les reconoce la calidadde ciudadanos a carta cabal dotados de dere-chos sobre sus territorios.En Filipinas estáncelebrando negociaciones para controlar losproyectos mineros.En América Latina se hanrevisado varias constituciones en su favor.Para avanzar aún más en sus reivindicaciones,los pueblos autóctonos cifran grandes espe-ranzas en la declaración de las NacionesUnidas sobre sus derechos,que debería apro-

    barse antes del fin del Decenio de las NacionesUnidas dedicado a ellos (1995-2004).

    Frente a las multinacionales,se precian dehaber logrado pequeñas victorias.Obtuvieronrecientemente de grandes empresas, como

    Mobil en el Per ú, que renunciaran a susproyectos.A veces han conseguido que nego-cien e inviertan en la rehabilitación del medioambiente. Reclaman también indemniza-ciones por los daños que han sufrido.Pero esraro que lleguen,como algunos inuit o indí-genas de América del Norte, a compartirrealmente los beneficios.

    “Las multinacionales ya no pueden hacerlo que les da la gana”,resume Julian Burger,del Alto Comisionado de las Naciones Unidaspara los Derechos H umanos. P ie r de nenormes sumas de dinero a causa de los sabo-tajes y las resistencias locales (Shell se vioobligada a suspender sus actividades en eldelta del Níger en 1993) y probablemente másal desacreditarse ante los consumidores de lospaíses del Norte. En su sitio web, S he ll -Nigeria reconoce “su responsabilidad”frentea ciertas comunidades autóctonas. Afirmahaber gastado 32 millones de dólares en ese

    país en 1997, en especial para constru irescuelas y hospitales; promete que “hastafines del siglo al menos un quinto de su pre-

    supuesto”se destinará a la rehabilitación delmedio ambiente. El mismo año Freeportinvirtió 1% de sus ingresos en Indonesia enprogramas de desarrollo de Irian Jaya.

    Después de haber integrado la preserva-ción del medio ambiente en sus códigos deconducta e invertido en infraestructuras más“limpias”, son cada vez más numerosas lasmultinacionales que se comprometen a pro-mover los derechos humanos. Pero, segúnéstas, en el terreno la labor es ardua: tro-piezan con los jefes locales,tribales y militaresmás interesados en asegurar su prosperidadpersonal que la de la comunidad.

    El fi n de la impunidadSegún Freeport,en Indonesia, las prime-

    ras sumas importantes que la compañía des-tinó a crear un fondo de desarrollo fueronmalversadas por un responsable del gobiernolocal.El reparto de este caudal inesperado rea-vivó antiguas tensiones étnicas y, al parecer,

    llegó incluso a provocar guerras tribales.Además,el resentimiento de las poblaciones,esquilmadas durante decenios, es a menudodemasiado fuerte para aplacarse en cuanto lascompañías cambian de estrategia frente a ellas.

    Frente a los ataques de los defensores delos derechos humanos,que les reprochan noreaccionar con rapidez —e incluso parti-cipar— en la represión,las multinacionales seescudan tras el principio de la soberanía de losEstados, únicos habilitados para decidir eldestino de su población.Sobre todo les resultadifícil rechazar operaciones comerciales por

    razones morales o renunciar a una parteimportante de los beneficios en un mundosometido a las leyes de la competencia,y conaccionistas que exigen el máximo de ganancias.

    Inst aurar mecanismos de cont rolPor eso numerosos observadores abo-

    gan por la creación de un marco legislativoúnico y de procedimientos internacionalesde regulación de sus actividades.Pero, porel momento, todas las iniciativas en ese sen-tido han fracasado o han tenido repercu-siones muy limitadas. El centro creado en

    1974 por las Naciones Unidas para definirlos derechos y las responsabilidades de lasmultinacionales fue desmantelado en 1993

    y las directrices de la OCDE o de la Organi-zación Internacional del Trabajo que lesafectan no tienen carácter obligatorio.

    El último intento en tal sentido es unaresolución del Parlamento Europeo, apro-bada en enero de 1999. Encarece la instau-ración de un mecanismo de vigilancia de lasprácticas de las multinacionales europeas,enparticular mediante la organización, a partirde junio de 1999,de audiencias públicas enlas que parti cul ar e s , ONG, si n d ic atos yempresas puedan exponer sus quejas.

    “L a mayor parte de los códigos debuena conducta existentes no van más alládel papel en que están impresos pues no seaplican”, explica el parlamentario europeoRichard Howitt, que redactó la resolución.“Deseamos controlar a las empresas euro-peas para establecer en qué medida respetanlos instrumentos internacionales vigentes enm at e ria de medio ambiente, de derecholaboral y de derechos humanos,en especial

    tratándose de los pueblos indígenas.Nume-rosos grupos autóctonos están amenazadosde extinción y es trágico comprobar que enello a las empresas europeas les cabe unaparte de responsabilidad.”   n

    autóctonos

    mult inacionales

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    12 El Correo de la UNESCO - Abr i l 1999

    N U E S T R O P L A N E T A

    nMil quinientos millones de dólares es laindemnización por daños y perjuicios

    que un grupo de 75 colonos e indí-genas de los pueblos cofán, secoya y qui-chua,en la Amazonia ecuatoriana,reclamana la sociedad petrolera Texaco.

    La acusan de un verdadero “ecocidio”,cometido durante sus 26 años de actividadesen el Ecuador, y que prosigue dado que lasinstalaciones abandonadas por Texaco, quesiguen utilizándose, son contaminantes yobsoletas.Los demandantes no recurrieron auna jurisdicción de su país,en el lugar donderesiden y se produjeron los perjuicios,sino aun tribunal del Estado de Nueva York.

    Ente 1964 y 1990,un consorcio consti-tuido por una filial de Texaco y la empresapetrolera nacional ecuatoriana Petroecuadorperforó 339 pozos,de los cuales 232 siguensiendo explotados en el este del país pero,desde 1992,únicamente por Petroecuador.

    Los demandantes se apoyan en estudiosde O N G e c ol o gistas como el Nati o n a lResources Defense Council y el Center forEconomics and Social Rights, ambos consede en Nueva York,y en los trabajos de inves-tigadores de la Harvard School of Public

    Health. Afirman que la compañía petroleracontaminó una superficie de alrededor deun millón de hectáreas,a raíz de lo cual treinta

    * Antropó logo ecuator iano

    mil personas padecieron infecciones cutá-neas e intestinales,abortos e incluso cáncer.

    Señalan que durante sus operaciones lacompañía petrolera descargó más de 75 mil-lones de m3 de líquidos tóxicos en ríos yesteros, derramó accidentalmente más de60.000 m3de petróleo y abandonó a la intem-p erie más de 600 depósitos de desechostóxicos.Y añaden que inmensas áreas que-daron deforestadas,con la consiguiente ero-sión de los suelos y pérdida de biodiversidad.

    Si bien Texaco reconoce que a ve ce spueden producirse derrames de petróleo,invoca las conclusiones de dos peritajes de las

    sociedades Agra Earth&Environmental Ltd.y Fugro-McClelland,según las cuales su filialhabría actuado de manera responsable, sinprovocar un impacto duradero o significa-tivo en el medio ambiente.Añade que,segúnun acuerdo concluido con las autoridadesecuatorianas, llevó a cabo,de 1995 a 1998,unproyecto de rehabilitación de una cuantía de40 millones de dólares,con lo que dio por can-

    celadas todas sus cuentas.Texaco insiste enque su filial respetó rigurosamente las leyes delEcuador y las normas ambientales de la indus-tria petrolera internacional, y que esas ope-raciones fueron realizadas bajo el control y la

    supervisión del gobierno de ese país.En vistade ello, estima que el asunto debe ventilarseante un tribunal ecuatoriano,pues los tribu-nales de Estados Unidos no son competentespara pronunciarse sobre actividades de una

    nación soberana extranjera,y recíprocamente.Esa es la clave de la cuestión que el juez JedRakoff debería dirimir en abril de 1999,des-pués de un procedimiento tortuoso de más decinco años.Si decide que el asunto es admisibleen Estados Unidos, ese precedente tendríamucho peso puesto que ciudadanos no esta-dounidenses podrían invocarlo para inter-poner allí demandas contra empresas nortea-meri canas. Los cuatro gobiernos que sesucedieron en Ecuador desde 1993 se opu-

    sieron a ello.Invocando la soberanía nacionaldesean que la cuestión sea juzgada en su ter-ritorio. Pero en ese caso, a diferencia de lalegislación estadounidense que autoriza una“acción colectiva”, las 30.000 personas afec-tadas deberían presentar demandas separadasante los tribunales ecuatorianos.Sobre todo,

    según su abogado Cristóbal Bonifa z, lo sdemandantes no confían en la decisión de la justicia ecuatoriana porque,por un lado,carecede experiencia en este tipo de asuntos y,porotro lado y sobre todo, porque los interesespetroleros tienen demasiado peso en el país.

     Trece millones de hectáreas,o sea cerca dela mitad de la superficie del Ecuador,fueronconcedidas a empresas petroleras, en sumayoría internacionales. Ese sector propor-ciona la mitad de las exportaciones y 40% delingreso nacional. Por consiguiente, es pre-

    sentado como el motor del progreso ecuato-riano, lo que permitiría justificar que losdaños causados por su explotación se tomarancomo un mal necesario.Vana quimera,puesla deuda externa pasó de 217 millones dedólares antes del boom petrolero a cerca de15.000 millones de dólares hoy día,y 70% delos ecuatorianos viven bajo el umbral depobreza.1 Y, paradó jicamente, las zonas de

    explotación son las más pobres del país.El tra-bajo es allí duro y mal remunerado. Es evi-dente que las compañías gracias al sobornoobtienen apoyos locales para que se olviden losperjuicios ambientales, y para eludir toda

    Ant e un tr ibunal de Est ados Unidos un grupode indígenas ecuato rianos demanda por “ ecocidio” ala empresa petrolera Texaco.

    Fluye el petróleo, sangra la selvaCarlos Viteri Gualing a*

    Es imprescindible una revisión total de las reglas de la explotaciónpet rolera para poner t érm ino a 30 años de prácti cas inadecuadas.

    Mu jeres aborígenes en una manifestación frent e a

    la sede de la compañía Tripetro l, en Quito, Ecuador.

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    Abr i l 1999 - El Correo de la UNESCO 13

    N U E S T R O P L A N E T A

    Desayuno de prot esta or ganizado por los que se oponen al proyecto mi nero de Tabiluka,en Australia.

    Plutónel excéntrico

    Es oficial:Plutón seguirá siendo un planeta,y grande,afi rma la Unión Astronóm ica Inter-nacional (U A I) . Pero su Secretar io General ,

    Johannes Andersen, está dispuesto a apostar

    que si Plutón hubiera sido descubierto hoy día

    y no en 1930, no habría sido considerado el

    noveno planeta del sistema solar.

    Pues Plutón es atípico. En primer lugar, está

    hecho de hielo m ientras los ocho planetas res-

    tantes del sistema solar están constituidos de

    rocas o de gas. Plutón tiene otr o inconveniente:

    su dimensión reducida. Incluso nuestra Luna

    es más grande que é l. Por ú l t imo, la órb i ta de

    Plut ón es excéntrica y hace que sea el único pla-

    neta de nuestro sistema que cruza la órbita de

    otro (Neptu no).M uchos científi cos consideran

    actualmente q ue está a la cabeza de un nuevo

    conjunto de cuerpos l lamados objetos trans-

    neptúnicos ( OTN). Pero los científicos se inter-

    rogan sobre cómo clasificar los otros 100 OTN

    descubiertos desde 1992.¿Deben formar una

    categoría aparte o sumarse a los 10.000 p la-

    netas “ menores” que son los asteroides? Para

    resolver ese dilema la U A I pid ió a l os astró-

    nom os del mundo entero que se pronunciaran

    por correo electrónico. Pero esta consulta pro-

    vocó tal revuelo en favor del statu quo que el

    “ escrut in io” pronto fue anulado.

    En efecto, en los m edios científicos los críticos

    estimaron qu e los cambios propuestos sólo ser-

    virían para sembrar confu sión en la ment e del

    gran público.“ Los planetas suelen aprenderse

    en la escuela primaria” ,explica M ike A’Hearn,

    astrónomo d e la Universidad de M aryland.Y a

    continuación se t iende “ a pensar que así va el

    universo” , añade. Aún fa l ta mucho para que

    podamos aproximarnos a Plutón para obser-

    varlo de cerca. La N ASA ha previsto lanzar en

    2004 una sonda espacial no habit ada, el Pluto-

    Kuiper-Express, que tard ará seis años en llegar

    al planeta,situado a más de 4.000 millo nes de

    kilóm etros de la Tierra. M ientras tanto,a segura

    Johannes A ndersen, los astrónom os van a estar

    mu y pendientes de los OTN y su jefe ofi c i o s o :e l

    excéntr ico Plutón.   n

    n

    A menudo ha habido conflictos entre lospueblos autóctonos y los grupos ecolo-

    gistas. Pero en Australia un grupo deaborígenes ha aunado esfuerzos con los eco-logistas en una disputa relativa a una mina deuranio.

    En 1996, el gobierno australiano dioautorización a la empresa minera EnergyResources of Australia (ER A) para queiniciara la explotación del yacimiento de Ja bi luk a,cu yas reservas de uranio tienen unvalor estimado en 8.000 millones de dólares.

    La decisión desencadenó una contro-versia nacional e internacional acerca de

     Ja b i l u k a , situado en medio del Pa r q u eNacional Kakadu, que figura en la Listadel Patrimonio M undial de la UNESCO.

    En un informe del pasado mes dediciembre, la UNESCO encareció al gobiernoaustraliano que suspendiera la ejecución delproyecto minero de Jabiluka aduciendo queamenazaba el medio ambiente en Kakadu yel patrimonio cultural de los aborígenes.Uncomité de la UNESCO decidirá en el próximo

    Alianza verdeDenn is Schu lz*

    * Periodista en Sydney,Au stral ia

    reclamación o rehabilitación compran lasfincas contaminadas.ARCO, una compañíanorteamericana que se jacta de dialogar conlos indígenas,ha obtenido autorización oficialpara instalar un dispositivo de seguridad entorno a sus instalaciones, incluidas fuerzasparamilitares privadas,a un costo que bordealos dos millones de dólares mensuales.

    Para poner término a treinta años de prác-ticas inadecuadas,es imprescindible una revi-sión total de las reglas de la explotación petro-

    mes de julio si K akadu —hábitat de cientosde especies salvajes y el sitio de asentamientohumano más antiguo de Australia — ha defigurar en la Lista del Patrimonio Mundial enPeligro.

    El gobierno australiano argumenta queel informe contiene errores de hecho, dederecho, científicos y lógicos. La empresaafirma que las recomendaciones del informeno tienen sentido “desde el punto de vistaambiental,social o jurídico”.

    Las campañas y las manifestaciones deuna alianza entre 3.500 ecologistas y losaborígenes mirr ar, p r opi e t arios tradicio-nales del sitio, fueron un elemento deci-sivo para impulsar a la UN E SC O a inves-tigar el impacto de la actividad minera en

    ese grupo y en su entorno.Los aborígenes de Kakadu se encuen-tran divididos frenete al problema: sólo hay28 mirrar entre los 500 instalados en ellugar,y muchos de éstos esperan que Jabi-luka siga adelante por razones económicas.

    Por ahora el proyecto Jabiluka sigue sucurso.   n

    lera, lo que exige una concertación entre elEstado y la sociedad civil.Los primeros signosen ese sentido son un diálogo entablado entreel gobierno y los pueblos indígenas en tornoal tema del petróleo y el establecimiento de doszonas protegidas en la Amazonia.

    Entre tanto,en los muros de varias ciu-dades ha aparecido una pintada elocuente:

    “F luye el petróleo, sangra la selva.”  n

    1 Según el Banco M undial el porcentaje es 35%(N. de la R.)

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    A U L A A B I E R T A

    Simular paraEn el t erreno hum anit ario como en la gest ión d e empresas o en la pr evención

    de accident es, los juegos de simul ación g anan la parti da.

    n Tras revisar su pasaporte,con el cañóndel fusil el policía señala a Sonia laentrada al calabozo.Pero ella permanece

    inmóvil.“Adentro,rápido”,vocifera apuntán-dole a los ojos.Sorprendida,entra a la celda,donde están apeñuscadas en la penumbraotras personas.Afuera se escuchan gritos,sirenas, explosiones. Al cabo de un rato, elpolicía regresa:“¿Quieres tu pasaporte? Puesa rr o d í l l ate y recógelo.” Ella vacila unos

    segundos antes de obedecer.“Si regresas,yasabes lo que te espera:la tumba.”

    Sonia ha empezado a comprender lasrazones que pueden motivar a un extranjeroa pedir asilo. Porque esta joven no es unarefugiada, sino una estudiante francesa de18 años que ha venido al Parque de La Villetteen París a participar en la exposición “Unviaje distinto de los demás, los caminos delexilio”. En este juego de roles interpreta aSybel,una muchacha turca de 21 años cuyafoto aparece al comienzo de la exposición,

     junto a las de Luis,Leila,Vesna,Kana,Pavel, Tarik… doce refugiados de distintas nacio-nalidades.Sus historias y sus caminos hacia elexilio se han reconstruido en detalle gracias aveintisiete actores profesionales que inter-pretan a funcionarios, agentes de aduana ypolicías en un salón tan grande como ungimnasio y donde se reproducen,en tamaño

    real, desde las oficinas de la aduana en elaeropuerto y la prefectura, hasta un campominado y un taller de trabajo clandestino.

    Inaugurada en noviembre de 1998, laexposición de La Villette ha sido visitada pormás de 10.000 personas en tres meses. Suinterés pedagógico no radica tanto en laspalabras y los discursos como en la actua-ción de los actores, que vociferan y hacensentir a la gente las humillaciones y el des-

    precio con que son tratados a menudo losr e f u gi a d o s. “Sentía un profundo senti-miento de injusticia, explica Sonia. H ayque tener mucho valor para hacer lo que

    hizo Sybel. No sabía todo lo que uno debesufrir para vivir como cualquier persona.”

    Conocida como empatía, la capacidadhumana para imaginarse por analogía la situa-ción del otro, ponerse en su lugar, es unmecanismo ampliamente explotado hoy parasensibilizar a jóvenes y adultos de países desar-rollados a la situación de los refugiados queatraviesan sus fronteras.Pero ésta es apenasuna de las múltiples aplicaciones de los juegos

    pedagógicos, que se utilizan también paraenseñar a los niños los peligros de la conta-minación en Ciudad de México o a bom-beros australianos el control de incendiosforestales.En este momento,universidades yempresas en Johanesburgo,Zaragoza,Bogotáy San Luis Potosí,entre otras ciudades,tam-bién recurren a los juegos de simulación pueséstos han demostrado ser un instrumento deexperimentación poco oneroso y eficaz para

    preparar al mundo laboral.El juego de roles actúa como una ilumi-

    nación que genera un giro cualitati vo ennuestra percepción de los individuos y las

    situaciones.La mirada hacia el otro cambia,seto rna más compleja. Como afirma M ark

    Madoga,40 años,al salir de La Villette:“Ahoraconsidero el problema en términos de indivi-duos y no de cifras;veo al refugiado de las noti-cias como a un ser humano.” R esultadosimilar obtiene “Pasa jes”, un juego de rolescreado en 1995 por el Alto Comisionado de lasNaciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) junto con dos psicólogos y una especialista en juegos. Comparte con la exposición de LaVillete el objetivo de sensibilización de unvasto público a la situación de los refugiados,pero es menos costoso —su único soporte esun manual de una treintena de páginas—y mássencillo de realizar,pues para medio centenarde personas basta con cuatro animadores.Encuatro años,más de 5.000 personas en Suiza,Suecia,Holanda,Túnez,Austria y Chile hantomado parte en el juego,en su mayoría scoutsentre 12 y 18 años,así como estudiantes,pro-fesores y miembros deONG.

    Sensibil izar y f orm arUna de las experiencias más intensas de

    “Pasa jes”es el bombardeo.Los participantesescuchan la simulación de un ataque aéreo,

    pero no pueden ver porque tienen los ojosvendados. La confusión es total, nadie sabeadónde ir y las familias se dispersan.Padrese hijos comienzan a llamarse en voz alta.Claire,34 años, voluntaria de una ONG con

    Empleados de la fi rma Renault, en Flins, Francia, reciben formación mediante el juego.

    “Ahora considero el problema en términosde individuos y no de cifras; veo al refugiado delas noticias como a un ser humano.”

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    A U L A A B I E R T A

    aprender Asbel López*

    sede en Ginebra explicaba que tras variosaños de trabajo con solicitantes de asiloseguía sin comprender la insistencia de losrefugiados en el reagrupamiento familiar,al punto de convertirse en su sola preocu-pación.“Hasta que yo misma experimenté enel bombardeo el sentimiento de separaciónfamiliar,que es muy fuerte.Para mí lo únicoque contó desde ese momento en el juego fuepreservar la unidad fam iliar”,añade.

    Muchas empresas forman hoy a su per-sonal,desde los obreros y los técnicos hastalos ejecutivos, en temas como marketing,gestión de producción y relacionesh u m a n a s. En Francia, una agencia deconsultoría,Proconseil, decidió aprovecharla acelerada expansión de este mercado ycreó una filial que se dedica exclusivamenteal desarrollo de juegos para la formación dea d u l t o s : C I P E (Centro Internacional de

    Pedagogía Educativa).En los últimos diezaños,esta compañía ha elaborado 25 juegosen diez lenguas y ha formado a más de10.000 personas.Entre su millar de clientes,en 18 países,se encuentran empresas como

    Aeroespatiale,Yves Saint Laurent y la Uni-versidad de la Sorbona en Francia,NuovaMagini en Italia, la Escuela Universitaria deIngeniería Técnica en España y Harris SemiConductors en Estados Unidos.

    Nuevasaplicaciones

    El uso de juegos de simulación se extendiódespués de la segunda guerra mundial,prin-cipalmente en la enseñanza de la gestiónempresarial. El más popular de esa época es“Simulación de decisión para responsables deempresas”( Top Management Decision Simu-lation), diseñado en 1956 por el AmericanManagement Association.En los años setenta,se dictaron muchos cursos de introducción ala economía con “El juego de la Isla”del psi-cosociólogo Claude Zerbib y “Eco Firme”delprofesor Jean-Marie Albertini, un juego de

    roles donde cada participante representa porturnos a funcionari os ,empresarios y padresde familia.

    En la prevención de accidentes aéreos,lasimulación ha alcanzado un alto grado de

    desarrollo. John Rolfe, un experto en estecampo, utiliza no sólo la avanzada tecno-logía de los simuladores convencionales devuelo,sino que incluye situaciones propias al juego de roles,como el secuestro de un aviónpor terroristas o la repentina enfermedadde un piloto.Tras reconstruir en colaboracióncon la Fuerza Aérea y aerolíneas comercialesbritánicas las circunstancias en que ocur-rieron algunos accidentes, Rolfe crea situa-ciones de emergencia que la tripulación debeaprender a resolver siguiendo los procedi-mientos ya establecidos, sin dejarse llevarpor una apreciación instantánea.

    El desarrollo de la informática y deInternet ha propulsado la creación de juegosde simulación para elaborar estrat e gi a scomerciales y electorales,definir los mejoreshorarios en los transportes, establecer pre-visiones demogr áficas y climáticas según

    distintas hipótesis, entre otros.Danny Saunders, editor de The I nter - 

    n ational Simulation and Gaming Ye a r bo o k 

    En Túnez,más de 700 parti cipantes de diecio cho países árabes y de Francia ensayaron el juego “ Pasajes” del ACNUR en 1996.

    * Periodista del Correo de la UNESCO

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    Nuevos pasos enla form aciónvir tual

    “ J uan enseña a m anejar una máquina p arafabr icar torn i l los” . En un futuro cercanoesta frase ya no evocará la imag en banal de uninstructor manipulando un enorme aparatodelante de sus alumnos.Porque Juan estará solofrente a su compu tador,l os estudiant es regadosp o r e l mu n d o, y l a má q u i na , f í s i c a m e n t ehablando, no existirá. ¡Bienvenido a la era de laformación en línea con imágenes tridimensio-nales!

    Juan podrá dictar su curso desde cualquierlugar porque sus alumnos y él m ismo estarán

    conectados a Internet (véase “ Univers ida desvirtuales” en el Correo de la UNESCO de octubrede 1998). La máq uina no será necesaria porqueserá reemplazada p or su copia virtu al, es decir,una im agen que da la ilusión de profundidad —la tercera d imensión— y presenta por tantorelieves. En cuanto a los alum nos, los mayoresbeneficiados, podrán aprovechar las ventajasque ofrece la tecnología de simu lación y visua-lización en tres dimensiones sumada a la posi-bil idad d e estar conectados en red.

    Esto es lo que aspira a log rar la U NESCO con su

    proyecto de “ Universidad Virtual” . Concreta-m ente,“ uti l izar las imágenes tr idimensionales,cuyo uso ha estado reservado hasta el mom entoa los juegos com erciales, para crear ambient esv i r tua les de ap rend iza je” , exp l i ca Ph i l ippeQuéau, director de la división de Informa ción eInformát ica de la UNESCO.

    El primer paso de este proyecto consistió enponer en relación dos mundos diametralm enteopuestos: las instit uciones educativas francesasofi ciales, como el Institut o Universitario de For-ma ción de Maestros (IUFM ) y el Centro Nacional

    de Enseñanza a Distancia (CNED) , y una com-pañía privada de producción de im ágenes vir-tuales,Cryo, que aporta su tecnología de simu-lación en tres dimensiones.

    Además de este trabajo de mediación, la UNESCOespera en un segundo m oment o aprovechar suexperiencia para encontr ar socios interesados enllevar este proyecto a los países en desarrollo,donde esta innovación metodo lógica podría favo-recer la aparición de comunidades virtuales deaprendizaje y mejorar la enseñanza a distancia delas ciencias y las técnicas. Por el mom ento, sin

    embargo,como admite Quéau,“ lo primordial esconseguir mayores recursos para continuar desar-rollando estos programas informáticos con fineseducat ivos” .   n

    16 El Correo de la UNESCO - Abr i l 1999

    A U L A A B I E R T A

    que se publica en Londres desde 1991,afirma que el número de juegos de simula-ción se ha duplicado en los últimos años yentre los países más activos se encuentranEstados Unidos, el Reino Unido y Fin-landia.En las escuelas de negocios anglo-sajonas, los juegos de simulación se estánintegrando poco a poco como método de

    e va l u a c i ó n . “Al final del curs o, a f i rm aDanny Saunders , se pide a un grupo deestudiantes que presenten al menos dossoluciones creat i vas para sacar a unaempresa de una situación de crisis,la cualse basa en una simulación de un caso real.”

    En España, la oferta de juegos de for-mación también ha crecido en los últimosa ñ o s , considera José Luis Menes Soler,director de formación de la Escuela Inter-nacional de Negocios de Zaragoza (C ES TE),cuyo currículo ofrece desde hace seis añosm at e rias con juegos de simulación de

    empr esas. Según M enes Soler, “para losestudiantes es muy revelador comprobarque las consecuencias de las decisiones quetoman en un área,por ejemplo marketing ofinanzas, afectan los resultados generales,pues todas las áreas de la empresa estáninterrelacionadas”.Un conocimiento que silos recién egresados tuvieran que aprenderen su trabajo representaría para la empresaun elevado costo en tiempo y dinero.

    Johannesburgo:

    empresarios sin experienciaPara corregir lo más rápido posible lasdesigualdades creadas durante el apartheiden Sudáfri ca , una ley reciente (EqualityBill) obliga a las empresas a ofrecer cargosde responsabilidad a sudafricanos negros.Pero éstos, por haber estado marginadosdurante tanto tiempo, carecen de expe-riencia.Para paliar esta deficien cia,m uchasempresas sudafricanas recurren a la for-mación con juegos,por ejemplo Team Busi-n e s s , creado por Business Educat i o nDesign. Divididos en cinco grupos, cadaequipo se encarga de crear una compañíacuya misión es fabricar y vender cajas decartón.Los jugadores deben buscar desdelos proveedores de materia prima y negociarlos créditos con el banco hasta la compra delos equipos y el diseño mismo del producto.

    Según Esmo Ndzimande,e jecutivo de laempresa sudafricana de energía ESKOM , el

     juego presenta de manera clara los princi-pios generales de la administración y pre-para a los empleados para reaccionar a loscambios repentinos del entorno.“Además,

    observar en la simulación el proceso globalde la empresa nos ayudó a detectar fallos ennuestro sistema de producción, p u e steníamos un punto de comparación decómo debían marchar las cosas.”

    De acuerdo con un estudio del NationalProductivity Institute (NPI) sudafricano,esteprograma de formación con juegos,que hasido implantado en medio centenar de com-pañías en Sudáfrica,“ha estimulado el trabajoen equipo y la voluntad de compartir tareas,aumentando la productividad y mejorandola comprensión y el reconocimiento del papel

    que desempeña la gestión empresarial; ser e gistró además una disminución de lassituaciones de conflicto y se propusieronideas innovadoras para reducir costos”.

    San Luis Pot osí:estudiantes sin empresas

    La ingeniera industrial M iriam Garzautiliza en sus cursos de organización y ges-tión de la producción en la Universidad deSan Luis Potosí, en México, el juego KitCash,diseñado por el C IPE, para explicar elfuncionamiento básico de una empresa.

    Los estudiantes se dividen en este caso entres grupos para crear empresas que se dis-putarán el mercado de maletas. Partiendocon la misma cantidad de dinero en efectivo,cada equipo debe manejar su presupuesto, laplanificación de la fabricación, la contabi-lidad, la tesorería.A lo largo de la partida seplantean varios inconvenientes,como retrasosen la producción por una avería y cambiossúbitos en el gusto de los clientes.

    Uno de los estudiantes, Gilberto Cruz,recuerda que la primera salida de su equipo

    al mercado fue catastrófica:“Nuestras maletaseran demasiado costosas con respecto a lasdemás.Nos percatamos de que no habíamosinvertido lo suficiente en máquinas.”

    Obligados a reducir el costo de sus pro-ductos para ser competitivos, los jóvenestuvieron que revisar las nociones estudiadasen clase pero cuyo uso práctico no era antesmuy claro.“Hasta que no comprobamos enel juego que el mercado rechazaba nuestrasmaletas, no entendimos la importancia deuna buena planificación y de un estudiocuidadoso del mercado. Comprobar conlos propios ojos las ganancias de los demásequipos y las deudas propias,fue para noso-tros más eficaz que las teorías de la profe-sora”, añade Cruz.

    El empleo cada vez más frecuente de los juegos de formación en distintos ámbitosno debe hacernos olvidar las dificultades deevaluación. Si bien para sus defensores los juegos captan maravillosamente la atención,ilustran de manera sencilla procesos com-plejos y son un eficaz instrumento para sen-sibilizar al público a distintos problemas,se

    requieren criterios objetivos de evaluación,por ejemplo para decir cuándo son mejoresque otros métodos de enseñanza y por qué.Según Danny Saunders, “éste es el gr a ndesafío de la pedagogía con juegos”.   n

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    Abr i l 1999 - El Correo de la UNESCO 17

    La fi ebre del deporteUn mar de escándalos estremece el m undo del deport e. Corrupción, dopa je, salarios de

    vért igo, equipos prestig iosos que coti zan en bolsa, explot ación in icua de niños que cosen

    balo nes o zapat os... Y, sin embargo, nada frena las pasiones deport ivas. Mi llones de

    deport istas se empeñan en superar a los demás; mill ones de afi cionados aclaman a susídolos. Arrast rado po r los medios de comunicación, los políti cos y las marcas

    pat rocinadoras, un públ ico cada vez más numero so se rinde ant e el hechizo de esas grandes

    citas deportivas que se han convertido en ritos casi religiosos.

    Nuest ro enfoque pretende dilucidar los resort es ocult os de esas pasiones, las alegrías y

    los éxitos que t raen consigo. Y también asomarse al lado oscuro d e esos mito s y de los

    poderes que los manipulan.

    El deport e no es un infi erno, ni el últ imo avatar del “ opio del pueblo” , ni un pretexto

    para la violencia. Tampoco es el paraíso, la solución m ilagrosa para neutralizar tensiones o

    para avanzar hacia la emancipación y la fraternidad. Es probablemente ambas cosas, un

    medio esencial para toda sociedad de “ encont rarse consigo misma” , como afi rma el

    hist oriador del deport e Bernard Jeu.

    Arriba, un niño zambiano se ha fabricado

    como ha podido una pelota de fútbol.

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    18 El Correo de la UNESCO - Abr i l 1999

    nEl 13 de enero de 1999 Michael Jordan anun-cia que se retira del baloncesto.La noticia apa-rece en la primera página de todos los periódi-

    cos del mundo: ¡se lo compara con Pelé!La destreza de este auténtico superhombre esta-

    dounidense sedujo a todos los que alguna vez lo vie-ron recorrer a toda velocidad la cancha de baloncesto,y luego,antes de marcar un tanto,volar hasta parecersuspendido en el aire.Se lo llamaba “Air Jordan”.

    Pero la estrella del club de los Chicago Bulls,cuyasganancias como jugador fueron estimadas en unos

    treinta millones de dólares en la última temporada,está también a la cabeza de un imperio financiero:suimpacto en la economía norteamericana fue evaluadoen 10.000 millones de dólares por la revista Fortune .Se afirma que su asociación con el fabricante de artí-culos Nike representó 5.200 millones de dólares devolumen de ventas en zapatillas de baloncesto y ropadeportiva. Sin embargo, no todo el mundo ve de lamisma manera el papel social de este ídolo de la juven-tud mundial. Los zapatos que llevan su nombre ¿nofueron fabricados por niños en “talleres del sudor”(sweatshops )?, preguntan los sindicatos estadouni-denses. ¿Intervino alguna vez en favor de la causa de

    los negros de Estados Unidos?,se interrogan los por-tavoces de éstos. ¿No decepcionó a miles de jóvenespara los cuales encarnaba el ascenso social? Fuemucho lo que perdieron deslomándose para seguirsu ejemplo,cuando prácticamente no tenían ningunaposibilidad de llegar a su altura.¿No ha sido una for-midable máquina publicitaria que ha facilitado la per-petuación de las desigualdades en Estados Unidoscomo en el mundo? Según algunos observadores,esamáquina ha ayudado más bien a la conquista del mer-cado planetario por empresas multinacionales.

    El 22 de agosto de 1998, recuerda el periodistaSiavosh Ghazi más adelante en estas páginas,se auto-

    rizó por primera vez a 40 mujeres futbolistas iraníes aque se entrenaran en el estadio de Teherán. ¿No son

    hasta cierto punto las herederas de las que,en tornoa la francesa Alice Millat, crearon la FederaciónDeportiva Femenina Internacional y después lanza-ron los primeros Juegos Olímpicos Femeninos de1922? La participación de las mujeres en los JuegosOlímpicos, tímida en sus comienzos (tenis y golf),sigue siendo limitada:representan apenas más de dostercios de las participantes en los últimos Juegos Olím-picos de Verano. E incluso hoy día luchan por unaigualdad y una equidad totales en ese sector.

    Los minusválidos, por su parte, han roto la pri-

    mera de las dos barreras que los discriminaban frenteal deporte.Son cada vez más numerosos los que prac-tican las mismas disciplinas que los que no sufrenningún impedimento.T ienen ahora sus competi-ciones e incluso sus Juegos Olímpicos desde 1960.En cambio, sigue siendo excepcional que los clubessean mixtos,y el caso del nadador noruego descritomás adelante (p.22) aparece como ejemplar.

    ¿El deporte es un instrumento al servicio de lospoderes dominantes? ¿O sirve de instrumento de

    N.B.:A part i r de 19 94,los Juegos Olímpicos de inv ierno y de veranopasaron a celebrarse al ternativam ente cada dos años;el impo rte delos derechos de difu s ión para los Juegos del 2002,2004,2006 y2008 está en curso de negociación.

    Evolución de los derechos de retransmisión de los JuegosOlímpi cos (en mil lones de dólar es)

    1.¿A qué juega elEl deporte es un fenómeno ambiv alente. Su papel depende del sentido que

    le den los diversos grupos sociales y de los objet ivos que persigan al p ract icarlo.

    1984 39 0

    1988 72 8

    1992 92 8

    1994/1996 1.248

    1998/2000 1.831

    2002/2004 2.230

    2006/2008 2.529

    René Lefort conJean Harvey*

    “Es un tr abajo com o los demás. La h ier ba cr ece, los pája ros vuelan , las olas se estrel lan en la playa.Yo doy puñetazos.” 

    Mohamed Al í , boxeadorestadounidenseJuegos colectivos para los niños de un barrio pobre,

    en Nicaragua.

    * Respectivamente,periodista del Correo de la UNESCOe investigador de la Escuela deCiencias de la Activid ad Física,Ottawa,Canadá

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    El entusiasmo femenino por el fútbol se afirmórealmente en noviembre de 1997 durante los partidosde calificación para la Copa del M undo de 1998.Cuando el equipo iraní derrotó por un pelo,y contratodos los pronósticos,a la selección australiana quese encontraba en excelentes condiciones físicas y ensu casa,hubo un estallido de júbilo en Teherán y en

    todas las ciudades y pueblos de Irán. Millones dehombres y mujeres se lanzaron a las calles.La recep-ción de los “héroes” que regresaban de Australiaestaba fijada para una semana más tarde en el estadioAzadi, al sur de la capital. Y aunque los respon-sables repitieron por radio y televisión que las mujeresno estaban autorizadas a entrar en el estadio, 5.000muchachas iraníes forzaron las puertas bajo la miradaincrédula de los policías. Se trataba de algo nuncavisto desde 1992, fecha en que se prohibió a lasmujeres asistir a las competiciones entre hombres,yrecíprocamente.

    Entr e el deport e y el veloLas mismas escenas de alborozo se repitieron a

    través del país cuando el equipo iraní venció a EstadosUnidos por dos goles a uno en Lyon,el 21 de junio de1998, durante la Copa del Mundo organizada enFrancia.Al calor de la euforia reinante,surgieron cla-mores para obtener que se autorizara oficialmente alas mujeres a patear la pelota.Shifteh Farahani,jovenactriz iraní muy fam os a,a firmó que “le gustaba más jugar al fútbol que mirar películas”.Faezeh Hachemí,diputada e hija del ex presidente iraní Alí AkbarHachemí Rafsanyani,que ha luchado mucho en favordel deporte femenino, logró por fin que cedieran lasautoridades,para gran satisfacción de las futbolistas.“Se permitía a las mujeres jugar al baloncesto pero noal fútbol. Ahora bien, que se toque el balón con lamano o con el pie,no representa ninguna diferencia”,observa hoy Mahnaz Amir Shaghaghi.

    Antes de la revo l u c i ó n , todas las disciplinasestaban abiertas a las mujeres,pero las deportistassólo estaban representadas,a nivel nacional e inter-nacional, en cuatro de éstas: voleibol, baloncesto,atletismo y nat a c ió n . Las deportistas recuerdanque no había ninguna política de estímulo al deporte

    femenino. “Antes de 1979 era preciso elegir entreel deporte y el velo”, resume Faezeh Hachemí.

    Desde el comienzo de la revolución, el gobiernoquiso limitar el deporte femenino.“Los conservadoreshacen una interpretación retrógrada de la religión.Y

    nEl 22 de agosto de 1998 quedará en lamemoria como la fecha de una victoria para lasmujeres iraníes: 40 de ellas participaron en

    un entrenamiento de fútbol amateur en el gr a nestadio de Hejab en Teherán. Desde el triunfo dela revolución islámica en febrero de 1979, les estabaprohibido practicar ese deporte.“Estudiantes secun-

    da ri a s ,u n i ve rs i t arias o mujeres de más edad, todasestaban allí porque les gusta el fútbol”,observa ,c o ncierto orgullo,Mahnaz Amir Shaghaghi, responsablede ese entrenamiento.

    Cada vez hay más mu jeres depor t istas en Irán,

    pero l ejos de la mirada y de lo s est adios de los varones

    Carrera de obstáculos paralas i raníes Siavosh Ghazi*

    * Periodista en Teherán

    Las ladies se incorporan a Lord’s

    En sept iembre de 1998, cuando e l u l t ramasculino M arylebone Cricket Club (M CC) deLondres aprobó la adm isión d e las mujeres como miemb ros a carta cabal,algun os se ale-graron de que un bastión del privilegio vir i l hubiera decidido entrar por fin en el siglo XX.

    “ Estoy encantado con la decisión” , dijo Colin Ingleby-Mackenzie, presidente del club.“ Lasmujeres son una especie mu y grata.” Sin embargo, no todos estaban contentos.“ Esto signi-fi ca el fin de la vida tal como n os gustaba” , se oyó murmu rar a un miembro de mediana edad.

    El criquet, un juego ent re dos equipo s de 11 jugadores con m azo y pelota inventado h ace 200años,h a sido practicado durante años por las muj eres, como por los varones, a nivel nacional ein ternacional.¿Por qué dar imp ortancia al hecho de que un club se emp eñara en mantener unapol ítica sexista? La respuesta es que el M CC dictó las reglas del criquet, dirigió el juego hasta 196 9,y que su punto de vista, aunque tenga un valor simbólico,t odavía se respeta dada su calidad deguardián de la tradición.

    El campo de juego de M CC, Lord’s, es la sede del órgano ejecutivo del deport e en cues-tión,el Consejo Internacional del Criquet,que agrupa a nueve países o regiones calificadospara jugar partidos al m ás alto nivel internacional,así como un a lista de 42 m iembros aso-ciados y afi liados, de Argentina a Zimbabw e.

    La votación de septiem bre, en la que tomó parte casi el 80% de los 17.500 miembros (edad

    media 5 7 años) del M CC, fue la tercera sobre la participación de las muj eres.En una prim eraoportunidad, en 1991, el grupo favorable a las mujeres sufr ió una severa derrota. En febrerode 1998, obtuv o 56% de los sufragios. En septiemb re la mayoría de dos tercios necesaria paramo difi car las reglas de afiliación se consiguió por un margen escaso.

    Alg unos se pregunta n si el resultado ob edece a un afán de supervivencia o a un real cambiode actitud.Al M CC le preocupaba ponerse al m argen de la legislación británi ca que obliga alos clubes privados que desempeñan alguna fun ción pública a adm itir a am bos sexos. Unasolicitud del M CC para obtener fi nanciamiento de la Lotería Nacional había sido rechazadaen parte por su política sexista de adm isión. Tal vez algunos de los que vot aron “ s í ” pen s a r o nque como h ay una lista de espera de 18 años para l legar a ser miembro, no les tocaría vivirlas consecuencias de su vo to.

    En marzo pasado se anunció que diez miemb ros honorarios mujeres han sido admit idasen el Club. En virt ud de norm as de indumentaria elaboradas especialmente, se las autorizaráa codearse con los varones, siempre que vayan decentemente vestidas. Incluso se habla devender camisones de seda M CC en la tienda del club. Ingleby-M ackenzie ha afirmado que “ habráuna preocupación perman ente por las m ujeres en to dos los aspectos cuando se incorporena la institución”   n

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    La fiebre del deporte

    todo depende de cómo se lean los textos”, señala unaperiodista iraní.Pero incluso los moderados que par-ticipan en el poder siguen oponiéndose a que lasmujeres puedan mostrarse en indumentaria deportivaante los hombres.Sólo pueden hacerlo entre mujeres.

    Hoy día las mujeres iraníes están presentes en 25disciplinas,en particular esquí,voleibol,baloncesto,tiro,remo, karate, judo y gimnasia. La separación totalentre hombres y mujeres ha tenido algunos resultadospositivos. “En los últimos años muchas mujeres han

    recibido la formación necesaria para ser árbitros oentrenadores.Estas últimas son unas 16.000,teniendoen cuenta todas las disciplinas”, afirma Mahnaz AmirShaghaghi. Irán cuenta con 56 entrenadoras de nivelinternacional para el voleibol y seis para la esgrima,por

    citar sólo esas dos disciplinas.Y desde hace algunosmeses las mujeres participan en las carreras de automó-viles.“L os cursos teóricos y prácticos se iniciaron hacetres meses y tienen mucho éxito”,asegura una perio-dista del diario Zan (“mu jer”en persa).

    “L a separación entre hombres y mujeres ha alen-tado a muchas familias iraníes tradicionales a autorizara sus hijas a practicar deportes, a lo que antes se

    negaban”,destaca Jilla Amiri,que practicaba el fútbolen tiempos del shah.Y en cierto modo el deporteestá ahora más al alcance de las jóvenes procedentesde la clase media y de los sectores desfavorecidos. Perohay una aguda falta de medios.“La mayor parte de loscentros deportivos están reservados a los hombres,deplora Jilla Amiri. No tenemos ni la décima parte delas instalaciones de las que éstos disponen.La radio yla televisión no cubren jamás el deporte femenino,nisiquiera en los partidos de competición. Las imá-genes y las fotos de esos encuentros no pueden serdifundidas, lo que constituye un obstáculo serio aldesarrollo del deporte femenino.”

    El periódico femeninoZan constituye una excep-ción: informa a sus lectoras y las alienta a practicardeportes hasta el nivel profesional. Su directora esFaezeh Hachemí, que entre otras cosas obtuvo laconstrucción de una pista de ciclismo en un parque delsur de Teherán,donde niñas y varones pueden peda-

    lear juntos. Impulsó sobre todo la idea de organizar juegos olímpicos islámicos reservados a las mujeres,que se llevaron a cabo en dos oportunidades en Irán.En 1993,once países estaban representados por 345deportistas en ocho disciplinas (tiro, tenis de mesa,balonmano,baloncesto,etc.). En 1996,cerca de mildeportistas de 21 países vinieron a Teherán para com-petir en 13 disciplinas,entre las que cabe mencionarlas siguientes:tenis, a jedrez, gimnasia, karate, nata-ción,equitación.Entre los países asistentes figurabanSiria,Bangladesh,Turkmenistán,Azerbaiyán,Kaza- jstán,Indonesia,Kuwait.La televisión había mostradoimágenes de las competiciones filmadas desde muyle jos,pero tuvo que dejar de hacerlo tras las críticas for-muladas por los conservadores.

    Esos encuentros brindan a las deportistas iraníesla oportunidad de enfrentarse con competidoras extra-n jeras,aunque el nivel general sea bastante bajo. Paralos torneos internacionales,la prohibición de mostrarseen ropa deportiva (sobre todo en pantalones cortos)ante los hombres sigue siendo un obstáculo mayúsculo.Pero en los últimos Juegos Olímpicos una mujer for-

    maba parte del equipo nacional de tiro y, en losúltimos juegos asiáticos,a fines de 1998,una esquia-dora iraní ganó una medalla de bronce.He ahí dos dis-ciplinas en las que tal vez pueda incorporarse unmayor número de mujeres.   n

    Por primera vez,en diciembre de 1997,los juegos islámicos femeninos organizados en

    Teherán incluyeron pruebas de karate.

    “ La separación entre hom bresy mujeres ha alentado a m uchas

    familias iraníes tradicionalesa autorizar a sus hijas a pract icardeportes.”

    “En t enis es im posible tener am igos ínt im os,porq ue tar de o 

    tem pra no tendr ás que en fr en tar te.” Arant xa Sánchez Vicario,

    española,ex nº 1 de tenis femenino

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    recen su integración,especialmente en materia detransporte y de ayuda a domicilio.Todos los años seinvierten cerca de 700.000 dólares en programasencaminados a reunir a atletas,minusválidos o no,en los mismos clubes. Stig M orten forma parteactualmente de un club ordinario. Las asociacionesd e p o rt i vas perciben también subvenciones paramejorar el acceso a sus instalaciones.

    En ciertos deportes como el tiro, los atl eta s

    minusválidos pueden obtener tan buenos resultadoscomo los no impedidos, siempre que se adoptenciertas medidas. Pues con suma frecuencia, para laasociación de atletas minusválidos los obstáculos sonante todo sociales. “L a situación va a cambiar, es

    indispensable. Pero pienso que habrá que esperaraún diez o quince años antes de que desaparezcantodos los obstáculos”,declara el deportista noruego.Según él, el hecho de entrenarse en una piscina juntoa niños y adultos no impedidos es un excelente mediopara suprimir las barreras e incitar a la tolerancia.

    Stig Morten Sandvik espera todavía seguir figu-rando varios años entre los mejores nadadores del

    momento.Pero,a su juicio,ha obtenido ya su mayorvictoria—una victoria que no se mide en medallas,aunque sean de oro, plata o bronce: seguro de sí mismo, llega a hacer lo que otros hacen sin siquieradarse cuenta de lo que ello significa.   n

    St ig M ort en Sandvik , nadador y m inusválido físico, ha obt enido v arias medallas y

    algunas victo rias sobre sí mismo. Ret rato de un “ noruego como los demás” .

    Ent renarse para la vidaOle Kristi an Bjellaanes*

    n“Si soy tan autónomo actualmente es gracias ald ep orte.Es toda mi vida”, afirma Stig MortenS a ndvik , un estudiante de ciencias políticas

    que se entrena doce horas por semana paraaumentar sus resultados como nadador.

    Este noruego, que vive en Bodo en el condadode Nordland, sufre desde su nacimiento de unaenfermedad (a rt ogryphosis multiplex congita ), queafecta a los músculos y lo obliga a moverse en una

    silla de ruedas cuando no utiliza muletas. Ten íaseis años cuando su madre lo llevó por primer avez a la piscina.El agua lo fascinó.Muy pronto com-prendió que la natación iba a desempeñar un impor-tante papel en su vida. Las medallas de oro queobtuvo en campeonatos del mundo y las de bronceque se ganó en los Juegos Paralímpicos de 1992 y1996 demuestran que no se había equivocado.

    Pero para Stig M orten, como para numerososm inu sv á l id o s , el deporte es mucho más que unasunto de medallas: es ante todo una manera dehacerse cargo de su destino. “Gracias a la nata-

    ción,me he convertido en un joven noruego comolos demás, capaz de hacer algo igualmente bienque todos mis compañeros”, cuenta.El deporte leha permitido además ser muy autónomo en su vidad i a ri a . A los 16 años, poco antes de obtener sudiploma de estudios secundarios,decidió vivir solo.Recientemente se instaló con su compañera,que nosufre de ningún impedimento físico.Se ocupa de laslabores domésticas.“L o único que no puedo haceres cambiar las bombillas eléctricas”,dice.

    Venciendo obstáculosEn Noruega la mayoría de los minusválidos

    tienen su propia casa o departamento y se las arre-glan solos,a veces con ayudas a domicilio.Raros sonlos que viven en establecimientos especializados.StigMorten se siente perfectamente integrado.Pocos seextrañan de que tenga una novia “normal”. Estáconvencido de que el deporte le brinda esa confianzaen sí mismo de la que tal vez carecen los minusvá-lidos que no practican una actividad deportiva.

    La asociación de atletas minusválidos deNoruega agrupa a unas 22.000 personas que sufrendeficiencias físicas o mentales.En 1996 las autori-dades deport i vas del país decidieron hacer un

    esfuerzo para que los minusválidos pudieran prac-ticar conjuntamente con deportistas que no sufrenningún impedimento.Una decisión que respondea un movimiento general en Noruega, donde losminusválidos disponen de facilidades que favo-

    * Periodista en Oslo

    “Si n o adoptam os m edidas de inm ediat o,

    Estados Uni dos no ganar á una sola m eda ll a más en 

    car rera s de velocidad.Dejem os ya de subvencionar a 

    nuest r os adver sar ios” (al per m i t i r que los 

    ex tr an jer os se 

    beneficien del sist ema de ent r enam ien to am er i cano ).

    Carl Lewis,nueve medallas

    de oro en los JuegosOlímpicos.

    Stig M orten Sandvik.

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    La fiebre del deporte

    El sudcoreano Dong-w hee Choi, 12 años, se prepara para convert irse

    en el número uno del tenis mundial.

    Rumbo a la glor iaGlenn M anarin con M yung-soo Kim Taejon*

    * Periodistas en Corea del Sur

    nBajo el sol matinal, Dong-whee Choi, devuelvetodas las pelotas y da poderosos reveses con dosmanos desde el fondo de una cancha de tenis en

    la Universidad de Chungnam de Taejon (Corea delSur).Su adversario lo dobla en edad.En el horizontese perfilan los montes Kyerongsan coronados por lanieve: durante sus vacaciones de invierno Choi seentrena duramente.Como tantos otros niños de suedad, alienta la esperanza de que se produzca el

    “milagro deportivo”, pero él está bien encaminadopara realizar sus sueños,los de su familia,de su entre-nador y —quizás algún día—de su país.

    Choi va a partir a Bradenton,en Florida, con suentrenador y su hermanita de diez años,Ha-yang,gra-cias a una beca de estudios de cinco años de unaescuela de tenis de fama mundial, la de Nick Bolle-ttieri. Entre los ex alumnos de la escuela se cuentanalgunos héroes de Choi, como los gigantes del tenisPete Sampras y André Agassi. Allí el joven coreanoencontrará todo lo que necesita para concretar susambiciones.También se verá sometido a una presión

    psicológica sin precedentes en esta institución califi-cada a menudo de “campamento militar”, dondesólo se admite la victoria.Todo esto le viene de perilla.

    Una voluntad de hierr o“Mi primer objetivo es ganar el Open de Estados

    Un ido s. Y quiero figurar por lo menos entre loscinco mejores jugadores del mundo”, dice elm u c h a c h o, r a d i a n t e . “¿Cuánto tiempo necesitopara lograrlo? Nunca me he detenido en eso.Jamáspienso en mi edad.”

    Niños como él, con una determinación tan sor-prendente,despiertan admiración pero también ciertomalestar. ¿No han sido coaccionados para buscar eléxito por padres inescrupulosos? ¿Es prudente dejarque un muchacho tan joven haga semejantes esfuerzosen aras de un objetivo tan lejano? Es evidente que a lospadres de Choi les costaría mucho aconsejar a suhijo que olvidara sus sueños de gloria. Su primercontacto con el tenis fue a los tres años, cuando supadre In-chul-Choi, teniente coronel del ejército sud-coreano y jugador confirmado,le compró una pequeñaraqueta de plástico. A los seis años se le obsequióuna verdadera raqueta y empezó a jugar regularmentecon su padre.Sus progenitores afirman que,al prin-

    cipio, lo que les interesaba era ofrecer a Choi unesparcimiento.Pero,luego,intentaron desarrollar susnotables aptitudes,pues en 1994 le pagaron un entre-nador: Choong-sup Song,de 45 años.“Al comienzoChoi no era tan estupendo, confía Song. ¡Pero qué

    voluntad para su edad! Ahora él, sus padres y yo,todos perseguimos el mismo objetivo.”

    Ese objetivo ha significado para Choi llevar unavida totalmente fuera de lo corri e n t e . En unasociedad coreana basada en el confucianismo,donde el esfuerzo y el éxito escolares son la únicafuente de reconocimiento social, la mayor parte delos niños, después de la escuela,siguen estudiandodurante horas en institutos pri va d o s. C h o i , e n

    cambio, pasa gran parte de su tiempo en la canchade tenis—unas seis horas todos los días. “A veces,me resulta duro.Sobre todo cuando no logro darlebien a la pelota.Pero, fuera de eso, es fantástico, yme divierto.”

    El éxito como metaSu perseverancia le valió ser invitado a la Orange

    Bowl 1998,torneo internacional realizado en Miami,Florida.Los 128 mejores jugadores del mundo de 12años estaban allí.Terminó en primer lugar y aprobócon altas calificaciones la prueba de admisión en la

    escuela de tenis de Bollettieri con una beca de estu-dios.Luego firmó un contrato con el IMG (Interna-tional Management Group), que se ocupa de la car-rera de muchos de los mejores atletas del mundo.

    Cuando esas noticias llegaron a Corea, e l jugador y su familia tuvieron que hacer frente auna avalancha de peticiones de entrevistas.No es deextrañar: los atletas que se destacan en la escenainternacional suscitan en Corea orgullo y admira-ción. Chan-ho Park,el lanzador estrella del equipode béisbol Los Angeles Dodger, y la jugadora de golf Se-ri Pak, “esperanza del año” de la Ladies’ Pro-fessional Golf Association (L PGA), son auténticoshéroes nacionales. Representan ejemplos de exce-lencia, sobre todo en estos tiempos de crisis en quetanto se necesitan.

    El futuro para Choi parece prometedor,pero noexento de riesgos.¿Y si se fracturara la muñeca? ¿Sise derrumbara a causa de una presión psicológicacada vez más intensa? Choi y sus padres descartanesos interrogantes. Proclaman su confianza abso-luta en Song,el entrenador,que se niega a aceptarun desenlace que no sea el éxito.

    “H ago realmente lo que quiero hacer”,afirmaChoi. “M i entrenador me dice que es mejor que

     juegue bien,pero que no hay que ejercer presión enmí . En cuanto a mis padres, sólo me dicen queponga empeño.(...) Desde que tengo uso de razónhe soñado con ser jugador de tenis.Y ahora, ¡mesiento feliz!”   n

    Dong-whee Choi.

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    Jugando a la pelota, en

    Monrovia,L iberia .

    n“M e decían que el deporte era cosa de patanes.M e engañaron...” ¿Quién? Todo el mundo. . . Je a n - Jacques Diodan, treinta años, rumia su

    amargura.Una fruslería basta para reabrir una heridaque quedó en carne viva, como ese reportaje pre-

    sentado hace pocos meses en la televisión sobre lainauguración en Abidján de un centro de educaciónpara niños de la calle, apadrinado por su compa-triota Basile Boli. Basile era el bastión inexpugnabledel Olympique de Marsella cuando ese equipo, en suapogeo,brindó a Francia su primera Copa de Europa. Y a Basile le ha ido tan bien...

    Sin embargo, ambos debutaron del mismo modo.Con pocos años de diferencia, los dos jugaban enequipos de barrio muy conocidos en Abidján en lasdécadas del setenta y del ochenta. Si Basile era ya unmastodonte, Jean- Jacques tenía una constitución másbien frágil pero con un balón se transformaba en unauténtico torbellino.Pronto pasó a ser el niño mimadode Treichville, el barrio popular en que vivía, con susgambeteos sorprendentes, sus cañonazos, sus pasesimpecables.Todos los “comités de barrio” venían apedirle que se enrolara en sus equipos, por casi nada:unos caramelos o galletas,unas monedas,un caféaboki (café con leche) o un garba (plato a base de pescado fritoy sémola de mandioca).

    Los representantes de los grandes clubes de Abid jánandaban por allí para detectar a los campeones enciernes. Es así como descubrieron a Basile Boli, porcierto,pero también a Gadji Celi y a Youssouf Fofana,

    la futura perla del AS Mónaco. A decir verdad, esos jóvenes no estaban obnubilados por una carrera en eldeporte profesional. Jugaban por gusto y para pasarlobien,para verse aplaudidos todos los domingos, inclusoa veces ser llevados en andas. Pero ese placer era tan

    intenso que sacrificaban todo a su pasión,en primertérmino sus estudios:Jean- Jacques,brillante e inteli-gente,admitido a los 11 años en el primer ciclo de laenseñanza secundaria, empezó a hacer novillos, aabandonar los cursos de matemáticas y de inglés.Elboletín del primer trimestre dio su veredicto:ausen-cias, malas notas, faltatotal de asiduidad.Para papáDiodan,tan orgulloso de este hijo apodado “el Pelé de Treichville”,la sorpresa es tremenda.Aduanero de pro-fesión,está convencido,al igual que su familia y todoslos que lo rodean,de que sólo el mejor de los diplomas,y no una cancha de fútbol,asegura el porvenir.

    Escándalo, castigos, palizas:nada da resultado.

     Jean- Jacques no elige y termina por perder en ambosplanos.El deporte es como una mujer celosa que noquiere compartir a su hombre:por no poder dedi-c a rse día y noche al fútbol, Je a n - Jacques no seconvierte en una estrella,no parte a Europa a ganar

    millones.Y vuelve a clases,pero a regañadientes.Escierto que,sorprendiendo a todo el mundo,obtieneun diploma al término del primer ciclo, pero conresultados insuficientes, y es rechazado en el liceopúblico. Queda el recurso a la enseñanza privada.Enojado siempre con su hijo,Papá Diodan se niegaa pagar:“¿Quieres convertirte en Pelé? Pues bien,lán-zate”, se burla. Finalmente, una hermana mayorperiodista, más comprensiva, consiente en pagar.

     Jean- Jacques prosigue sus estudios,aprueba el bachil-lerato,obtiene incluso una licencia en sociología, loque significa poco y nada en un mercado laboral enel que desde hace tiempo hay superabundancia dediplomados unive rs i t a ri o s. Sin trabajo, v i ve aexpensas de su familia.Su esposa,que le dio un hijo,lo abandonó porque no tenía ingresos.Espera poderemigrar a Estados Unidos aunque sólo puede contarcon su buena estrella: los miles de candidatos apartir, una vez seleccionados pero demasiado nume-rosos con respecto a las cuotas de inmigr a c i ó n ,s o nelegidos por sorteo. Sus esperanzas descansan unavez más en su hermana,en que ésta le financie la for-mación necesaria para desempeñar un oficio.

    La fama del Pelé de Treichville no irá nunca másallá de los límites del barrio,pese a que,y de eso está

    seguro, tenía el talento necesario para llegar másl e j o s. Tampoco obtendrá el título de doctor enletras, el cual, de ello también está seguro, le habríaabierto las puertas de una gran carrera.Basile es mil-lonario, Jean-Jacques no tiene trabajo.   n

    Un sueño frust rado K. K. M an Jusu*Jean-Jacques Diodan, de Côt e d’Ivoire, era un prodig io con el balón

    y en la escuela. Pero no supo elegir a tiemp o.

    * Periodista en Abidján

    La f ama d el Pelé d e Treichvi lle no

    irá nunca más allá de lo s límit es

    del barr io.

    “En 2005 ya no hab rá equi pos nacion al es de fútb ol en Afr i ca.L os clubes eur opeos traen a jugador es afr icanos cada vez más jóvenes y l os despojan de su nacional idad a cam bio de su par ticipación en seleccion es que tienen de nacion al es sólo el nom bre.” 

    Un entrenador de fútbo ldel club AC Milan.

  • 8/20/2019 Unesco El Correo, Abril 1999

    25/52

    Abr i l 1999 - El Correo de la U NESCO 25

    La fieb re del deporte

    El balo ncest o no ct urno está dando

    a miles de muchachos de los barrios pobres

    de Est ados Unido s una opo rt unidad

    de salir adelant e.

    Jugando a medianocheGary A. Sailes*

    nAnthony Carter,un estadounidense de origenafricano de 22 años, es una estrella del equipode baloncesto de la Unive rsidad