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Niñez y Adolescencia… Laura milena cuello Cod:1082929530

construcción social de niñez y adolescencia

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revista creada desde el punto de vista psicológico de los enfoques de apego y rebeldía en niños y adolescentes.

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Niñez y Adolescencia…

Laura milena cuello

Cod:1082929530

Editorial “LAS DIFICULTADES DE LA

NIÑEZ Y ADELESCENCIA”

Mientras se es niño existe una dependencia total de la

familia. El niño no sabe ni puede entenderse fuera de su

círculo familiar, y está en manos para casi todo de sus

padres o hermanos mayores si los tuviera.

Con la adolescencia aparecen las primeras muestras de

deseo de separación, de independencia, que le llevarán a

la individualización adulta. Para lograr esa

individualización el joven tiene que apartarse de los

padres, empieza a plantearse cosas para las que no

necesita o no quiere a la familia.

Esto genera satisfacción en el adolescente, pero al

mismo tiempo miedo e incertidumbre, ya que al haber

estado siempre al amparo de los padres no sabe si podrá

valerse por si mismo fuera del cobijo familiar, y tendrá

que aprender a tomar decisiones que otros no podrán

tomar por ellos. Al mismo tiempo es normal la

preocupación de los progenitores, que desde el

nacimiento del hijo han estado con él en casi todos los

momentos importantes. Normalmente se consigue

mediante una separación gradual, de menos a más, de

forma progresiva, empezando por situaciones simples y

cortas para pasar poco a poco a otras más duraderas y

complejas. Es tarea del niño mostrar que es capaz de

valerse por sí mismo, y tarea de los padres dejar que se

vaya separando conforme va mostrando su capacidad y

buen hacer.

Contenido:

Portada.

Editorial.

Introducción.

Artículo de

rebeldía en

adolescente.

Caso Ana.

Desarrollo de

criterio 1,2,3.

Artículo de

trastornó de

vínculo.

Caso Rafael

Desarrollo de

criterio 4 y 5.

Hallazgos.

Conclusiones.

Referencias

bibliográficas.

Introduccion Partiendo de la concepción del ser humano

como una entidad integral, se torna

irrelevante reconocer la complejidad que

representa el desarrollo y evolución de la

infancia y adolescencia en nuestro país bajo

una multiplicidad de contextos que lo

determinan. Para lo cual es necesario definir

cuáles son los antecedentes históricos y las

condiciones sociales actuales y reales de

nuestras poblaciones, partiendo de un análisis

detallado sobre la incidencia de estos

factores en el desarrollo armónico de la

infancia y adolescencia para su intervención

profesional que compete al psicólogo.

Bajo el panorama actual podemos considerar

que existe un ambiente de vulnerabilidad y

riesgo inminente que deteriora y amenaza los

derechos de nuestra infancia y adolescencia

para su desarrollo armónico que le posibilite

alcanzar una adecuada calidad de vida y

comprometiendo seriamente la salud mental.

Las consecuencias de esta violencia sobre la

salud mental son un conjunto de alteraciones,

tanto en el ámbito individual, como en el

familiar y social, que desbordan los

mecanismos de atención la población

afectada, provocando un severo sufrimiento

emocional y psicológico.

Por tal motivo el ejercicio que a continuación

se desarrolla busca establecer una línea del

tiempo correspondiente a un rastreo histórico

de los conceptos de infancia y adolescencia.

Igualmente se estudiará un caso como

método de investigación Médica y

Psicológica. Permitiéndonos hacer un

acercamiento a dicha problemática con miras

a tomar distancia frente a las causas,

manifestaciones, consecuencias e

intervenciones posibles desde el campo

disciplinar y científico como psicólogos. A

partir de una serie de cuestionamientos como

estrategia que dará el norte a nuestra labor

¿Qué es la rebeldía?

Concepto muy importante en el trato del

adolescente ya que es una de las características

más sobresalientes de esta etapa. Este tema es

muy amplio y evidentemente habrá personas

que compartan mis ideas y otras no. La razón de

este tema es brindar ideas que podrían ser

útiles en algunos casos; en otras personas

pudiera llegar a no ser suficiente y requieran de

una consulta profesional: psicólogos,

psiquiatras, orientadores, etc.

La rebeldía se define como una sublevación,

faltando a la obediencia debida. Indócil,

desobediente, opuesto con tenacidad. También

podemos definir a la rebeldía como la actitud de

oposición violenta y tenaz a lo prescrito o sólo

establecido.

En la mayoría de los casos esta rebeldía se

puede interpretar como un desacuerdo respecto

a lo establecido por los padres, maestros, o

cualquier autoridad. Esto incluye a lo

establecido en relación a conductas,

estructuras, ideas, valores, etc. Los

adolescentes manifiestan ese desacuerdo,

oposición, sublevación de distintas formas;

verbalmente (murmurando, gritando,

reclamando, etc.); en su comportamiento

(lanzando o golpeando objetos) o violenta

(agresiones físicas hacia las personas).

Tres tipos de rebeldía:

La rebeldía regresiva: en donde el

adolescente adopta una postura de protesta

muda y pasiva contra todo.

La rebeldía agresiva: se expresa de forma

violenta. Es propia del débil, de quien no

pudiendo soportar las dificultades que se

presentan en la vida diaria intenta aliviar su

problema haciendo sufrir a los demás.

La rebeldía transgresiva: consiste en ir

contra las normas de la sociedad, bien por

egoísmo y utilidad propia, bien por el simple

placer de no observarlas.

Según crecen los hijos (entre los diez y doce años

y en la adolescencia), desobedecen no tanto por

fastidio de lo que se les manda, sino para protestar

contra la idea de subordinación contenida

implícitamente en la noción de obediencia. El

contenido de la orden les importa menos que el

tono de voz de quien la da. No importa tanto el qué

sino el cómo. Nos encontramos en el momento de

ejercer con especial prudencia la autoridad, para

no echar más leña a un fuego que podría ser muy

destructivo.

La pubertad es una enfermedad que pasan

los padres cuando sus hijos llegan a los catorce o quince

años.

Consejos útiles:

No se necesitan sermones o presión, sino

cariño y sobre todo aceptación.

Los adolescentes sienten más deseos de

complacer a los padres cuando los aprecian

que cuando los atormentan.

Cuando los criticamos para corregirlos, es

natural que se defiendan y no acepten sus fallas

o defectos: en estos momentos la crítica es

sinónimo de malestar.

Debemos escuchar lo que el adolescente

exprese (tenga o no la razón) con dedicada

atención y no rechazarlo insinuando que lo que

dice carece de importancia.

Cuando el adolescente decide cómo vestirse y

organizar sus cosas, busca en realidad su

independencia. Debemos darle cierta libertad y,

al mismo tiempo, estar al pendiente de él. De

otra forma se sentirá abandonado y no querido.

Se sentirá seguro para compartir sus

intimidades sólo cuando él lo decida. Al

adolescente no se le debe bombardear con

preguntas.

Es necesario tener paciencia con él: debemos

entender que las vueltas hormonales le impiden

controlar su propio carácter.

La mayoría de los adolescentes predica una

visión fatalista: tienen más miedo a vivir que a

morir. Se debe compartir con ellos que la vida,

como dijo Irving Berlin, es un diez por ciento

como la hacemos, y un noventa por ciento como

la tomamos.

Prevenir la rebeldía

Algunos niños pueden resultar especialmente

difíciles de tratar. A pesar de encontrarse en una

edad tranquila -"la segunda infancia" la llaman

los especialistas-, desobedecen, son obstinados,

no hacen caso. . . Pequeños rebeldes, con

peligro de convertirse en futuros chicos

problemáticos, que aún tienen solución. En el

fondo de todo chico y chica hay una serie de

buenos sentimientos que la naturaleza ha

impreso en ellos, a los que hay que saber sacar

brillo.

En muchas ocasiones, la raíz del problema se

encuentra en una autoridad paterna mal ejercida.

Cuando aún son pequeños, a partir de los 7 años,

los hijos desobedecen por rechazo hacia lo que

no les gusta: un plato de comida, irse a la cama,

no poder jugar con sus amigos o usar el video, ir

de visita a casa de unos familiares.. . Todos ellos

pueden ser motivos de contestación, germen de

futuras rebeldías.

Según crecen los hijos (entre los diez y doce años

y en la adolescencia), desobedecen no tanto por

fastidio de lo que se les manda, sino para protestar

contra la idea de subordinación contenida

implícitamente en la noción de obediencia. El

contenido de la orden les importa menos que el

tono de voz de quien la da. No importa tanto el qué

sino el cómo. Nos encontramos en el momento de

ejercer con especial prudencia la autoridad, para

no echar más leña a un fuego que podría ser muy

destructivo.

En la mayoría de los

casos esta rebeldía se

puede interpretar

como un desacuerdo

respecto a lo

establecido por tus

padres, maestros, o

cualquier figura de

autoridad.

Caso Ana.

Ana es una adolescente de 15 años, que

vive con sus padres Juan y Leyda; y dos

hermanos ellos Menores que Ana, Carlos

de 14 y Valeria de 6. Ana desde su niñez

ha sido muy rebelde y agresiva, pero

desde que llego a la adolescencia su

comportamiento ha ido empeorando, ya

que ha iniciado una amistad con un

joven que consume sustancias

psicoactivas y pertenece a un grupo

urbano, esta relación ha hecho que ella

llegue a altas horas de la noche, a

aislarse de la familia por lo que prefiere

estar solo en sus espacios. Juan su

padre, al enterarse le aplica un castigo

severo al punto que le pega, esto para

evitar que ella siga con dicha amistad.

Sin embargo Ana a pesar de todo lo

sucedido sigue con aquella amistad tan

aferrada pero ahora se ven a

escondidas. Ana estudia en las mañanas

y trabaja en la tardes, se le ha

dificultado permanecer en su trabajo ya

que su jefe le ha dicho que sus

amistades son peligrosas para él y el

negocio mismo, ya que viven en un

barrio popular de la ciudad.

El tema de las amistades es muy amplio

y tratando de dar un buen mensaje les

puedo decir lo siguiente: Trate de

determinar si la actitud rebelde de su

hijo es por ideas que ha ido escuchando

de sus amigos. Tenga especial cuidado

de no ofender a esos amigos para que

pueda permitirle a su hijo confiarle los

detalles y poder realmente llegar a un

diálogo.

La educación en casa... ¡a tener en

cuanta!

A muchos padres les duele y les

cuesta admitir que una parte

importante de la culpa es suya.

No se deben buscar otros

responsables en la televisión, los

amigos o la escuela: la conducta

de los hijos es producto de la

educación en casa.

Aunque tenga la mejor escuela y

todas las cosas que pida, un hijo

puede estar insatisfecho por

dentro y almacenar dentro de sí

inseguridad, miedos, desconfianza

y otros problemas que van a

provocar sus actitudes violentas,

adicciones y otras conductas

peligrosas.

A un hijo no hay que tenerle

miedo: no hay que temer a tu

propio hijo, hay que acercarse con

apertura y tranquilidad para darle

una mano.

Es importante no dejar pasar el

tiempo: hay que actuar ya.

Para que tus consejos no caigan

en saco roto hay que actuar con

responsabilidad y consecuencia:

hay que pregonar con el ejemplo

¿Cuánta Libertad Le Debo

Dar?

Cuando los niños entran en la adolescencia

ruegan que sus padres les den mayor

libertad. En cambio los padres tienen que

balancear entre su deseo de fomentar mayor

confianza en sí mismos, mayor capacidad

por valerse por sí mismos y el conocimiento

de que el mundo puede ser un lugar muy

peligroso y amenazante para la salud y la

seguridad de los niños.

Algunos padres les dan demasiada libertad

en ciertas cosas indebidas, o les dan

demasiados privilegios antes de que los

adolescentes estén adecuadamente

preparados para ellos. Otros padres pecan

por mantener un control demasiado rígido

con los hijos, negándoles las oportunidades

que necesitan para madurar y aprender a

tomar decisiones por sí mismos, y aceptar

las consecuencias de las mismas.

Los estudios científicos nos indican que los

adolescentes se desarrollan mejor cuando

mantienen un enlace fuerte con sus padres

pero al mismo tiempo se les permite tener

sus propios puntos de vista e inclusive estar

en desacuerdo con ellos.

Consejo para balacear la

independencia de los hijos:

Fijar límites.

Hablar claramente.

Dar opciones razonables.

Otorgar independencias en etapas.

Rehúse aceptar opciones que limiten

el futuro.

La salud y la seguridad son

primero.

Guíelo, pero resista la tentación

por controlarlo.

Permita que cometan errores.

Trastorno del Vínculo Dedicar tiempo de calidad a nuestros hijos

no se un tema menor. Hoy en día sabemos

muy bien, desde la psicología infantil, que

tiempos insuficientes o de mala calidad

pueden determinar en nuestros hijos

pequeños, inseguridad, miedos y

retraimiento.

En algunos casos hablamos del Trastorno

del vínculo cuando se han producido

rupturas traumáticas en el lazo afectivo

niño-madre desde las etapas más

tempranas. Diversas pueden ser las causas:

abandono, maltrato, separaciones, niños

ingresados en centros de acogida y

posteriormente adoptados, niños que han

estado en incubadoras, etc.

La sintomatología se manifiesta desde un

retraimiento extremo a conductas

disruptivas que cursan con hiperactividad,

déficit atencional e impulsividad entre otros.

Pero no siempre hacen falta grandes

traumas para que un niño pueda desarrollar

problemas de vinculación. Las largas horas

de trabajo de muchos padres, los sustitutos

Temporales, la guardería en etapas

anteriores a 2 años, no facilitan que se

establezcan los tiempos y la calidad de

relación que muchos niños necesitan.

La mayoría de niños que presentan

alteraciones en el vínculo afectivo suelen

poner a prueba constantemente el amor de

sus padres y los lazos que tienen en común.

Lo más paradójico es que lo hacen mediante

un proceso sutil de exigencias,

manipulaciones, mentiras e, incluso,

utilizando comportamientos agresivos y

violentos hacia las personas que quieren.

También, a veces, contra ellos mismos.

Es como si necesitaran constantemente

reafirmar la presencia física y la proximidad

de los padres, aunque sea para que les

riñan.

Otros niños presentan somatizaciones

frecuentes (dolores de cabeza, supuestas

enfermedades para conseguir la atención de

la madre).

Pueden aparecer manifestaciones verbales

del tipo “nadie me quiere” o “me gustaría

morirme.” De hecho un trastorno del vínculo

puede derivar hacia un cuadro depresivo.

Algunas veces la sintomatología se presenta

de forma tardía durante el crecimiento del

niño y cuando la seguridad alcanzada en su

momento se pierde debido a algún hecho

que irrumpe bruscamente en la vida del niño

(enfermedad de la madre, separación de los

padres, pérdida de alguno de los padres,

cambios repentinos de residencia, etc.).

Cada niño es diferente y por lo tanto habrá

que analizar con cuidado su propia historia y

sentimientos así como otros factores de

riesgo presentes. Sin embargo, en esta

página intentaremos dar algunas

herramientas generales para trabajar con

todos aquellos niños que de una u otra forma

manifiestan problemas derivados de un

vínculo afectivo no establecido

adecuadamente en su momento o truncado,

cuando ya estaba alcanzado, por nuevas

circunstancias vitales imprevisibles y que

vive de forma dolorosa condicionando su

comportamiento.

Caso de Rafael

Rafael un adolecente de 16 años de edad, que vive con sus abuelos paternos Ramón y

Josefina; y un primo de 20 años llamado Fabián. Rafael desde su niñez ha presentado

gran dificultad de adaptación en la sociedad, por tal manera su comportamiento es

rebelde, agresivo, tosco y solitario. A raíz de la muerte de los padres de Rafael, a él le

toco irse a vivir con sus abuelos ya que no tiene más familia factor que agravo su

conducta agresiva y ha ido empeorando al pasar del tiempo, sus abuelos ya no saben

qué hacer pues no tienen la suficiente autoridad para corregirlo y últimamente el joven

al salir de la escuela el joven toma un rumbo desconocido y llega a la vivienda a altas

horas de la noche, caso que preocupa a sus abuelos que se encuentran en un estado de

edad avanzada. La abuela lo ha dejado por fuera dos noches a lo que el joven responde

golpeando con puños y patadas la puerta y ventanas para que le abran. En una ocasión

fue conducido a los calabozos de la URI, pues le encontraron gran cantidad de droga en

su maleta de colegio, a lo que respondió diciendo que era una mercancía de su primo.

Rafael maneja gran cantidad de dinero caso que tiene a sus abuelos en alerta, porque

ellos escasamente le dan para qué tome agua en los recesos de clase, ya que son unas

personas muy pobres. En sus estudios Rafael es aplicado pero presenta gran dificultad

a la hora de pasar al tablero por tal motivo obtiene puntos negativos en su

comportamiento en la escuela es sobresaliente, no tiene amigos y es aislado.

El vínculo es la relación

emocional especial que se

establece entre el niño y la

persona que lo cría o lo

cuida. Se expresa por el

modo en el que el niño que

lo establece emite

determinadas conductas

con el objetivo de mantener

físicamente cerca la

persona de referencia.

Dichas conductas pueden

ser evidentes a partir del

primer mes de vida, La

función primordial del

llamado vínculo o apego

establecido por el niño, en

sus primeras etapas

evolutivas con las figuras

que lo cuidan (en especial

madre y padre), obedece a

una necesidad vital de

reducir la ansiedad que

permita el afrontamiento de

situaciones generadoras de

ansiedad.

En general, podemos

afirmar, que un vínculo

roto, no establecido o

deficiente va a cursar

probablemente con un niño

inseguro, temeroso del

entorno y el futuro.

Después pueden aparecer

los síntomas de

hiperactividad, déficit

atencional o impulsividad

como forma de reaccionar

a un mundo que perciben

fuera de su control.

Como trastorno clínico, la

característica esencial del

trastorno reactivo de la

vinculación (según DSM-IV),

es una relación social que,

en la mayor parte de los

contextos, se manifiesta

marcadamente alterada e

inapropiada para el nivel de

desarrollo del sujeto y que

se inicia antes de los 5

años de edad.

Se diferencian 2 subtipos:

Tipo inhibido:

En el que la alteración

dominante de la relación

social reside en la

incapacidad persistente

para iniciar la mayor parte

de las relaciones sociales y

responder a ellas de modo

Adecuado al nivel de

desarrollo del sujeto.

Tipo desinhibido:

Cuando la alteración

dominante de la relación

social consiste en una

sociabilidad indiscriminada

o una ausencia de

selectividad en la elección

de figuras de vinculación.

Por definición, el trastorno

se asocia a una crianza

claramente patológica que

puede adoptar la forma de

desatención persistente de

las necesidades

emocionales básicas del

niño relativas a bienestar,

afecto y estimulación.

Siguiendo la descripción

del DSM-IV, algunas

situaciones (p.ej,

hospitalización prolongada

del niño, pobreza extrema,

inexperiencia de los

padres) predisponen a la

práctica de una crianza

patológica. No obstante,

una crianza claramente

patológica no siempre

determina el desarrollo de

un trastorno reactivo de la

vinculación; algunos niños

establecen relaciones

sociales y vínculos

estables incluso en

situaciones de abandono o

maltrato relevantes.

Para su diagnóstico es

preciso también descartar

a nivel clínico la presencia

de otros trastornos como el

retraso Mental o trastornos

del espectro autista.

Intervención y

orientaciones La

intervención con niños que

presentan trastornos de la

vinculación va a depender

de sus circunstancias

actuales y, evidentemente,

de su propia historia. En

algunos casos, el

terapeuta, no podrá

modificar situaciones

ambientales generadoras y

mantenedoras del problema

(pérdidas de padres,

separaciones, condiciones

de pobreza extrema o

entornos marginales, etc.),

por lo que su trabajo se

centrará en el propio niño y

en las personas actuales de

Referencia.

En otros casos, por

ejemplo, niños de familias

normalizadas que sufren de

problemas de vinculación

por motivos diversos (niños

adoptados, enfermedad

crónica de la madre,

separaciones forzosas,

etc.) el trabajo puede

efectuarse a nivel familiar y

en su entorno inmediato

(escuela, etc.) con un mejor

pronóstico si no hay otros

Factores de riesgo. Aunque

puede ser necesario el

trabajo psicológico

Individual con el niño, en la

mayoría de los casos, uno

de los principales objetivos

del terapeuta, será

proporcionar información y

comprensión acerca del

problema a los padres o

tutores del niño.

Trabajo psicológico

individual

En términos generales,

cuando existen problemas

de la vinculación a edades

tempranas, el objetivo

fundamental es reforzar la

línea emocional del niño.

Se trata que el niño vaya

ganando confianza en sí

mismo a medida que le

proporcionamos un mayor

apoyo afectivo por parte de

las figuras de referencia y

un ambiente predecible y

estable.

Como parte de la

intervención, el psicólogo

infantil puede trabajar

aspectos concretos de las

emociones y sentimientos

del niño. Según edad e

historia, puede ser

necesario reelaborar

antiguos traumas o

Acompañar al niño en el

afrontamiento de nuevas

situaciones.

Muchas de sus conductas

desadaptadas no dejan de

ser manifestaciones

reactivas ante situaciones

vitales estresantes

Actuales o pasadas. Por

tanto, a nivel terapéutico

deberemos intentar

corregirlas pero sin olvidar

su origen emocional. En

términos generales, es de

esperar una mejor

evolución cuanto antes se

hayan repuesto o reforzado

los vínculos afectivos tras

aparecer los primeros

síntomas.

Estrategias para enseñar a los padres o tutores

El primer objetivo es explicar a los padres

o tutores el origen del problema. A partir

de esta comprensión, como estrategia

general, hay que potenciar espacios de

comunicación diaria con el niño. Priorizar

la calidad versus la cantidad en la

interacción.

Fomentar que explique sus sentimientos y

emociones (tristeza, alegría, etc.) más que

lo que ha hecho (jugar, ir de excursión,

etc.). Al respecto puede utilizarse el Diario

emocional donde se registrará diariamente

una cosa que el niño ha vivido

positivamente y otra en la que debe

mejorar. Esto debe servir de base para que

los padres razonen con él los aspectos de

sus sentimientos y comportamiento que

les preocupa.

Normalmente esto puede hacerse por la

noche justo antes de acostarse.

Marcar muy claramente las consecuencias

de las conductas que queremos corregir

(castigos) pero, cuando ocurre la

conducta, no le gritemos ni intentemos

pedirle explicaciones, o razonar lo

sucedido. Para ello podemos utilizar el

espacio nocturno del "Diario emocional"

donde todos ya estamos más relajados.

Cuando se produce una conducta

inadecuada que queremos corregir,

retiremos (en la medida de lo posible) la

atención (tiempo fuera u otros) y hacerle

saber que estamos tristes

porque él puede hacerlo mejor. De esta

forma el niño pasa de ser la víctima a

sentirse responsable de la “tristeza” de los

padres. Esto puede

Ser muy eficaz en niños que precisamente

tienen temores a la pérdida o

distanciamiento emocional de los padres,

no obstante debe utilizarse con cautela

debido a que hablamos de niños con

problemática afectiva.

Hay que rechazar las conductas malas del

niño, nunca al propio niño. Es decir, le

diremos que se ha portado mal pero no

que es un niño malo, desobediente, etc.

Para trabajar aspectos concretos de su

conducta, utilizar la economía de Fichas

mediante gráficas visuales. Pactar

premios por anticipado y definir las reglas

de juego.

Recordarle cuanto le queremos y lo

importante que es él para la familia. Darle

protagonismo y saber alabarle la conducta

o el trabajo correcto inmediatamente

después que lo lleve a cabo.

Si hay problemas de impulsividad o

atención, podemos incorporar juegos que

fomenten la demora de la respuesta y el

pensar antes de actuar. Es mejor

establecer un horario diario para que

podamos estar con él juntos. Estas

actividades deben ser vividas por el niño

como un espacio lúdico no como unos

deberes.

Los padres deben ser capaces de abrir,

desde muy temprana edad, una puerta en

el niño para que pueda dejar salir sus

sentimientos y emociones. Saber

escuchar, acompañar, conectar con el

mundo interior infantil, es la mejor manera

de construir un joven sin complejos y con

buena autoestima. Todo esto recobra

especial importancia en niños que por un

motivo u otro han visto truncado el

vínculo temprano.

Autores

Teoría psicoanalítica de FREUD: Según esta teoría la adolescencia es un

estadio del desarrollo en el que brotan los impulsos sexuales y se produce

una primacía del erotismo genital. Supone, por un lado, revivir conflictos

edípicos infantiles y la necesidad de resolverlos con mayor independencia

de los progenitores y, por otro lado, un cambio en los lazos afectivos hacia

nuevos objetos amorosos. (Caso Ana, novio mayor, no desea relacionarse

con sus padres.)

Teoría de la adolescencia de ERIKSON: Para ERIKSON la adolescencia es una

crisis normativa, es decir, una fase normal de incremento de conflictos,

donde la tarea más importante es construir una identidad coherente y

evitar la confusión de papeles.(caso Ana).

Teoría focal de COLEMAN: Este autor toma a la adolescencia como crisis, si

bien los conflictos se dan en una secuencia, de tal forma que el

adolescente puede hacerlos frente y resolver tantos conflictos sin

saturarse.

John Bowlby (26 de febrero de 1907, Londres - 2 de septiembre de 1990, Isla

de Skye, Escocia) fue un psicoanalista inglés, notable por su interés en el

desarrollo infantil y sus pioneros trabajos sobre la teoría del apego.

Mary D. Saslter Ainsworth:

remarcó la función del sistema de apego en las relaciones adultas, enfatizando

el fenómeno de base segura como un elemento crítico a ellas.

Conclusiones

Este curso es de suma

importancia para todos

los que estamos en el,

dado a que muchos que

somos padres debemos

de saber que nuestros

hijos y los NNA merecen

una calidad de vida y que

debemos de aprender a

corregir sin ser

autoritarios, sin faltar a

las normas, sin

desautorizar a la pareja o

autoridad arbitraria.

Formar a los NNA

haciendo buenas

contribuciones en el

desarrollo de sus vidas,

pero no queriendo lograr

que se conviertan en

seres iguales a quien

ayudo en su proceso,

puesto que cada tiene

una propia historia y es

ejemplo de una sociedad.

Como padres o

profesionales debemos

de diseñar estrategias

que permitan que los

NNA tengan una mejor

cultura en su entorno,

orientar sin que se

sientan forzados en su

desarrollo, permiten

espacios de sana

convivencia y mostrarles

que realmente se puede

confiar en cada uno de

ellos.

Referencias bibliogra ficas

Social

constructionism

(http://en.wikipedia.o

rg/wiki/Social_constr

uctionism)

What is social

construction? Paul A.

Boghossian

(http://as.nyu.edu/doc

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Adolescencia y

juventud: conceptos

y características.

Elsa Gutiérrez Baró

(http://www.sld.cu/lib

ros/libros/libro5/tox1.

pdf)

El concepto de la

infancia a lo largo de

la historia. Prof.

Ileana Enesco.

Psicología Evolutiva

UCM.

El espacio social de

la infancia. Lourdes

Gaitán Muñoz. Serie

investigación.

Comunidad de

Madrid.

Estructura social. La

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Coordinador: Antonio

lucas Marín.

Pearson. Prentice

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Alpízar. Marina

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