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Maestro, ¿acaso seré yo? Número 209 (Juan Wesley) Revista Metodista “El mundo es mi parroquia” MARZO-ABRIL 2014 Maestro, ¿acaso seré yo?

Revista Metodista Nº 209

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Marzo - Abril 2014

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Maestro,¿acasoseréyo?

Número 209 (Juan Wesley)

Revista Metodista“El mundo es mi parroquia”

MARZO-ABRIL 2014

Maestro,¿acasoseréyo?

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Llegaron para quedarse. Llegaron para enseñarnos a ser mejores personas. A conocernos mejor. A interactuar con nosotros mismos y con los demás.

A entender que hay otras formas del pensamiento y otras formas de la llegada del conocimiento.

La experiencia artística moviliza. El valor educativo no reside en los artefactos sino en la experiencia .El Arte traspasa, entreteje redes de conocimientos y finalmente, el Arte es emancipador.Cada obra nos conecta en un proceso difícil y esperanzador, con la experiencia personal, con el contexto cultural y con los recursos estéticos.

Y desde allí, algo se transforma, algo se modifica en nosotros.“INTERIORES” fue el eje de investigación transversal. La misma pasó

por acciones corporales, interpretativas, sonoras, animaciones, plásticas…

Se resignificaron los objetos banales que forman nuestra cotidianidad, relatando historias, conceptualizando, y transformándolos en narraciones visuales de gran valor subjetivo.

Cada docente, desde su área, fortaleció y amplió este discurso. Finalmente todas las Artes se juntaron, dejando claro que el conocimiento transversal afirma, desestructura, libera.

La Historia del Arte fue referente siempre. Todos los hallazgos fueron avalados por los artistas que ya habían transitado por allí. El conocimiento se adquirió de manera natural. La consulta es parte del juego didáctico, pero los saberes llegan y se quedan.

Estos jóvenes, productores de una Cultura Visual, nos han dejado también enseñanzas. Tenemos la convicción de que elegir el Arte como camino, es una vocación atendible cada vez más.

Recordando la referencia que hizo el Pastor Tomé en la ceremonia final: “Caminar a solas es posible, pero el buen andariego sabe que el Gran Viaje es el de la VIDA, y requiere compañeros” (Helder Cámara), cerramos este año 2013 lleno de satisfacciones con una generación de alumnos que quedarán en nosotros para siempre.

Gracias a todos!,

Raquel SánchezProfesora

* La foto de portada de esta edición de Revista Metodista fue un trabajo colectivo del Bachillerato Artístico del Instituto Crandon, donde los alumnos junto a su profesora y distintos docentes de otras áreas recrearon “La Última Cena” y se adentraron al maravilloso mundo del gran Leonardo.

Los Bachilleratos Artísticos

Nota de tapa *

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Editorial

REVISTA METODISTA | 3Nº 209 | marzo-abril 2014

El primer número del año de Revista Metodista (RM) nos convoca a echar una mirada sobre un tema que siempre está en la preocupación

de todos los uruguayos: la educación.

Para la Iglesia Metodista, desde sus orígenes, la educación siempre ha sido una de las formas de su ministerio.

Juan Wesley, el iniciador del movimiento metodista, sostenía: “Cuanto más educado sea el pueblo, menos posibilidad tiene de que sea explotado”.Para un metodista es fundamental el hecho educativo.

Al comienzo de un nuevo año lectivo, ofrecemos distintas miradas frente a esta problemática.El tiempo de Cuaresma y Semana Santa nos abre un espacio de reflexión y compromiso.

Queremos rescatar la importancia que tiene para los cristianos la “Resurrección” de Jesús. La esperanza frente a todo signo de muerte está basada en este hecho tan significativo y revolucionario. Son las mujeres protagonistas y testigos que se animan a contar lo que han visto, como afirma Espinosa Arce en su artículo “La pedagogía del anuncio de las mujeres en la mañana de pascua.”

Ofrecemos también otros temas que nos animan a repensar nuestras posturas y a dejar entrar aire fresco a nuestros preconceptos.

¡Felices pascuas de Resurrección!

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Revista Metodista Nº 209marzo/abril 2014

Publicación de la Iglesia Metodistaen el Uruguay (IMU)

Oscar Villagrán: redactor [email protected]

Diseño: Andrea [email protected]

Diseño de tapa: Luciana Villagrá[email protected]

Revista Metodista (RM) respeta la opinión de sus colaboradores.

Los artículos firmados expresan única y exclusivamente el pensamiento de sus autores. Permitida la reproducción total o parcial de los artículos, citando su fuente.

Agradecemos el envío de un ejemplar

Oficinas Centrales: Barrios Amorín 1310Teléfonos 2413 6552 – 2413 6554Correo electrónico: [email protected]

Página web: www.imu.org.uy.

Colaboran en este número: José Beltrami,Leonardo Boff, Adriana Brandón Juan Damián, Juan Pablo Espinosa Arce, Aldo Etchegoyen, Rodolfo Míguez, Gloria Sánchez, Juan Stam, Adolfo Tomé, Carolina VallejoCorrección de textos: Prof. Pablo Osores

Impresión:

Artes Gráficas S.A.Porongos 3035 - Tel.: 2208 [email protected]ósito Legal Nº: 361.998/2013

sumarioLa Resurrección: eje central de nuestra feOscar Bolioli 5

Las instituciones educativas del siglo XXIrelidad y desafíosAdriana Brandón 7

¿Nuestras mesas son señal de comunión?Adolfo Tomé 9

A 100 años de la trágica muerte de una de las grandes poetisas uruguayas“That is a woman”Carolina Vallejo 10

La pedagogía del anuncio de las mujeres en la mañana de PascuaJuan Pablo Espinosa Arce 12

¡Viva la Vida! José R. Beltrami 14

¿Cuál es el lugar de lo religioso en el mundo? Leonardo Boff 16

NoticiasAldo Etchegoyen 18

Día de la Educación Metodista 19

¿Qué pasa con el púlpito evangélico?Juan Stam 21

Violeta Cavallero 23

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Cuando uno lee los h e c h o s d e l a R e s u r r e c c i ó n ,

desde Mateo a Juan, los acontecimientos centrales son los mismos.

La diferencia está en los detalles o en los diferentes testimonios del Jesús Resucitado.

Hay una ausencia por igual de qué aconteció en la resurrección.

Era el sábado. Era un sábado muy especial en la Pascua y además con los hechos tumultuosos del viernes todos estaban en sus casas. Los Discípulos en especial, por temor a los judíos, estaban encerrados. Las primeras luces del domingo empiezan a mostrar lo acontecido. Hechos que Jesús les había anticipado, pero que quizás los horrores y las situaciones extremas del juicio y la

La Resurrección: eje central de nuestra fe

Oscar Bolioli

muerte en la cruz les habían hecho olvidar. Fueron sin duda las mujeres las que dieron las primicias y María Magdalena aparece con un cierto protagonismo que Pablo en su relato a los Corintios ignora. Juan es el único que se declara como testigo de los hechos.

La noticia “el Señor ha resucitado” se va a transformar en punto central del testimonio de la comunidad cristiana emergente. Los discípulos al principio dudaron, inclusive Tomás fue al extremo de no aceptar dicha noticia hasta que él pudiera tocar las llagas del Maestro. Es interesante destacar que en las apariciones de Jesús al principio no lo reconocen. María Magdalena recién lo reconoce al sentirlo pronunciar su nombre. Para mí hay dos apariciones muy tocantes: una es la aparición junto al lago de Tiberíades. Jesús aparece en la orilla solitaria, en la tranquilidad del amanecer, se presenta a un grupo de discípulos que han vuelto a ser pescadores y regresan de una frustrante noche sin lograr nada. El Señor los incita a no darse por vencidos y hacerlo de otra

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manera. Juan es muy preciso en el número de grandes peces que capturan: son 153. Algunos dicen que ese era el número de países conocidos en aquel tiempo y el símbolo era la universalidad de la misión a la que aquellos apóstoles estaban llamados. Pero la nota más impactante es que al llegar a la orilla se encontraron con un señor que se quería sentar a comer con ellos y compartir -con todo lo que significa en la cultura de aquellos tiempos el compartir el pan-. Este compartir, este comer juntos se da en muchas de las apariciones como un símbolo de cercanía, de intimidad.

El otro relato es el de los dos caminantes que se marchan a Emaús desencantados con lo acontecido en Jerusalén, frustrados porque esperaban algo espectacular de parte de Jesús. Dicho relato parece una conversación política de las expectativas; da la impresión de que todo les resulta un cuento, incluso lo expresado por las mujeres sobre la resurrección de Cristo. Es el fin de la fe. Ese caminante forastero los acompañará en su frustración y aceptará la invitación de sentarse a la mesa con ellos. Al partir el pan descubren su error: el que está allí es El Señor. Es el Resucitado que está con nosotros y no lo reconocemos hasta que lo vamos descubriendo en el

compartir, en la cercanía. Es quien se hace presente en nuestras frustraciones, en nuestra falta de fe. “Dios te hace señas a través de lo cotidiano”, dice el pensador católico A. Pronzato. Y el Señor en esas apariciones va tejiendo con los suyos los elementos de la misión de aquella manada pequeña. Su resurrección es la afirmación de la vida sobre la muerte. Es lo nuevo, es el cambio del ser humano y sus estructuras. Es la esperanza de Dios con nosotros, pues ya lo decía San Anastasio “El Cristo resucitado hace del hombre una fiesta continua.”

Tantas veces estamos cansados y por qué no frustrados, pero cuando nos acercamos a donde

se da el acontecimiento de Dios nos damos cuenta que Él estaba allí y no lo reconocimos. Sería bueno que pudiéramos compartir lo que Dios nos ha acompañado. Hace poco me contaban de los avances de Crandon Salto y de alumnos que vienen de otros colegios; de los excelentes resultados en las vidas de adolescentes del Instituto de Buena Voluntad y de los niños del CAIF de Casa de la Amistad; del campamento de jóvenes a fines de febrero con participantes de Mercedes, Aguada y alumnos y ex alumnos de Crandon Montevideo; la renovación de la Congregación de La Teja; las expectativas en Paysandú; la recuperación en Trinidad… Cada uno de nosotros podríamos hablar de vidas, de testimonios que nos confirman y nos afirman que el Señor ha resucitado.

Que nuestra oración sea:

Que el Cristo Resucitado

entre en nuestro cansancio y desmayos,

nos acompañe en las dificultades,

participe en nuestras esperanzas y

atraviese con nosotros el desierto de lo cotidiano.

Que la fiesta Pascua de Resurrección no tenga fin en nuestras vidas y en su Iglesia.

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Las instituciones educativas del siglo XXIRealidad y desafíos

Mag. Adriana Brandón

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La educación y la escuela han evolucionado lentamente en el tiempo, en medio de una sociedad donde los cambios son vertiginosos y

variados. En los países inmersos en cambios educativos significativos se están llevando adelante las estrategias más diversas de acuerdo a sus objetivos. En Singapur, por ejemplo, se intentará para este año que la mitad de los niños de Primaria hagan viajes al exterior como parte de sus programas de estudios. En China el inglés es un idioma obligatorio desde tercero de primaria. Decenas de las mejores universidades del mundo se han establecido en China y en India y enseñan en sus territorios. En Finlandia los niños de séptimo, octavo y noveno grado que no obtienen un promedio de 7.5 no pasan al Colegio Secundario, y deben ir a una escuela vocacional. Estos datos y otros más, fueron obtenidos del libro “¡Basta de historias!” de Oppenheimer, donde se ha mostrado cómo en doce países, intervenciones innovadoras de carácter educativo pudieron ayudar en el aporte de ideas para mejorar la Educación y preparar mejor a sus ciudadanos para el futuro.

En nuestro país y en el mundo han sucedido una serie de acontecimientos que nos obligan a comenzar a construir una escuela que se corresponda con los actuales desafíos: nuevas metodologías, nuevos contenidos, una nueva forma y organización del aula y de la institución y nuevas formas de gestionar y liderar.

Las instituciones educativas están inmersas en una realidad compleja. Muchos estudiosos han analizado

en este sentido, desde fines de los noventa, aspectos a tener en cuenta para este siglo. Se debería, por ejemplo, repensar la educación para formar personas con un alto nivel de educación y una gran adaptabilidad; personas con habilidades e ideas. Valores como la autonomía personal, creatividad, innovación, serán universales en la nueva sociedad de la información. Nos encontramos ante una nueva generación de alumnos. Lo que Bill Gates llamó la generación “i” (Información e Internet). Es una generación que está desinformada (entiende principalmente de imágenes) y sobreinformada (tiene exceso de información pero carece de comprensión y criterio de selección). Se debería trabajar para mejorar estos aspectos y para aprender a seleccionar, ordenar y comprender la información.

El poder está en el dominio y acceso a la información. El dominio de la información y la tecnología determinan hoy el dominio del poder.

Las múltiples aplicaciones de la tecnología en el aula llevan a nuevas formas de enseñar y aprender.Los docentes pasan de meros transmisores a ser conductores de alumnos en sus aprendizajes. Les deben enseñar a seleccionar los contenidos relevantes, asimilarlos, interrelacionarlos y ponerlos en práctica.

Los materiales cambiaron de formato.La movilidad virtual y real de los estudiantes ya son un hecho sin precedentes en el mundo. Por ejemplo, las videoconferencias.El aprendizaje se entiende en continuo en todas las etapas de la vida.Los contenidos deben ser más prácticos e interrelacionados. Prima el conocimiento sobre la información, así como la creatividad, la interpretación de la información, la capacidad de trabajo en grupos, la tolerancia. Así, las técnicas de mera repetición mecánica de conocimientos rápidamente van perdiendo importancia.

Hay que reflexionar la escuela de acuerdo con la realidad de este siglo y con otros parámetros. Hay nuevas demandas culturales, políticas y económicas,

Adriana Brandón GonzálezMiembro de la Iglesia Metodista CentralProfesora de Matemática egresada de IPADiploma en Educación ORTLicenciada en Educación. Universidad Católica del Uruguay (UCUDAL)Magíster en Educación (UCUDAL)

Actualmente me desempeño como Subdirectora de Secundaria de Crandon y Profesora de Formación Docente en Didáctica de la Matemática.

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sustentadas en cambios epistemológicos, definiciones pedagógicas y definiciones didácticas. Estas deben ser causas de nuevos modelos de organización, de gestión y de administración de las instituciones educativas.

Las instituciones, hoy en día, se deberían reorganizar para avanzar en la “excelencia educativa”, donde se deberían priorizar las responsabilidades compartidas. Toda organización debe alinearse para el logro de sus objetivos, y debe tener la capacidad de corregir sus errores. Esta corrección puede considerarse desde dos puntos de vista: la perspectiva tradicional -donde la gestión y la organización son pensadas desde el paradigma del control-, o desde la nueva perspectiva de aprendizaje institucional -promoviendo procedimientos y respuestas diferentes adecuadas a los nuevos desafíos-.

Desde este aporte organizacional es importante pensar, con referencia a las organizaciones educativas, qué se requiere para crear escuelas con capacidad de transformación permanente.

Inés Aguerrondo, socióloga y educadora argentina especializada en investigación, docente y consultora a nivel nacional e internacional, ha aportado algunas soluciones sobre lo que necesita la escuela de hoy para ser más efectiva; soluciones similares y aplicables a nuestro país:

• Disminuir drásticamente las jerarquías, creando equipos autónomos que generen flexibilidad y rapidez en la toma de decisiones, en la ejecución y evaluación de los distintos proyectos que se llevan a la práctica.

• Crear espacios de acción donde los distintos actores interactúen, reflexionando e intercambiando información.

Incrementar el tiempo de los docentes en la unidad escolar. La tarea docente debe ser grupal. La realidad de la educación media en nuestro país, por ejemplo, -donde el docente trabaja aislado con sus estudiantes en el aula, y debe movilizarse de una institución a otra-, profundiza la tarea individual y no la colectiva.

• Rediseñar las escuelas con el fin de reducir los problemas. La atención individualizada de los alumnos es fundamental pues el seguimiento particular de cada uno evita o minimiza problemas como las dificultades de aprendizaje, deserción, repetición o abandono de los centros de estudios.

• Realizar mayores innovaciones en todos los niveles del personal. Es necesario contar con un

plantel de funcionarios capaces de ser flexibles e improvisar con creatividad frente a las diferentes demandas de la actualidad. Hoy en día la experiencia no es el requisito fundamental al seleccionar personal, sino que se ponen en juego otros aspectos antes no tenidos en cuenta.

• Además se deben transformar los procesos de aprendizajes al interior de las instituciones, adaptar las destrezas y habilidades a los nuevos requerimientos laborales que se plantean y educar para la inserción en las nuevas economías mundiales.Estamos en un momento trascendental del debate educativo. Es hora de cambiar. Para ello se necesitan consensos para lograr transformaciones en el aula y en las instituciones educativas. Se debe pensar en el ciudadano del S. XXI. La apuesta educativa para la sociedad del conocimiento debe estar acompañada de cambios en todos los ámbitos de la sociedad para lograr una transformación social significativa que pueda crear mayores oportunidades para todos. La iglesia, a través de nuestras instituciones metodistas, también debe jugar un rol protagónico en estos tiempos, con aportes significativos.La educación que anhelamos significa sensibilizar a los estudiantes frente a los valores que le permitirán desarrollarse como seres humanos de bien en donde les toque actuar. Entre ellos destacamos la iniciativa personal, la disposición al cambio, la adaptación a nuevos desafíos, el espíritu crítico, entender la reciprocidad entre los derechos y las obligaciones, y un amplio desarrollo de la sensibilidad para la solidaridad.

Bibliografía de referencia.

• Aguerrondo, I. (1998). ¿Cómo será la escuela del siglo XXI? En: ¿Para qué sirve la escuela? Buenos Aires: Filmus, D. - Grupo Editorial Norma.

• Bernal. J. (1997). Liderar el cambio: el liderazgo transformacional. Zaragoza: Departamento de Ciencias de la Universidad de Zaragoza CIDE en el marco del Concurso Nacional de Ayuda a la Investigación Educativa.

• Cukierman R Y Virgili J. (2007) La educación del siglo XXI: Los desafíos de la era digital. Argentina: Rectorado Universidad Tecnológica Nacional.

• Oppenheimer A. (2010). ¡Basta de historias! La obsesión latinoamericana con el pasado y las 12 claves del futuro. México: Debate.

• Ottone, E y Hopenhayn (2007) M. Desafíos educativos ante la sociedad del conocimiento. Francia: Revista Pensamiento Educativo, Vol.40 No1.

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¿Nuestras mesas son señal de comunión?Adolfo Tomé

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celulares, comiendo con otros, pero indiferentes.Tal vez la mesa perdió un lugar que sería muy saludable rescatar.

La imagen de Jesús de Nazaret junto a sus compañeras y compañeros de camino, nos posibilita reencontrarnos con el diálogo cara a cara, las miradas, los gestos solidarios, la sabrosa comida, el pan recién horneado y el vino; compartir las alegrías y las tristezas; hablar de lo cotidiano, organizar lo comunitario; ser motivo de sorpresa y ganas de que otros quieran incluirse a la mesa y nuestra mente y corazón estén abiertos a recibirlos con amor incondicional sin censuras ni juzgamientos.

Este año, nuevamente hablaremos y escucharemos discursos sobre el país que deseamos. Tiempo de elecciones. Pero la mejor elección sería sugerirnos mutuamente volver a las raíces fundantes del encuentro auténtico en la mesa. Comenzando con nuestra familia; siguiendo con los amigos y compañeros; y “haciendo espacio” para incluir a todas y todos -aunque estemos un poquito apretados- donde el mantel llegue a todos y ninguno ni ninguna queden afuera.

Y tal vez, por qué no, (esto va como sugerencia) al sentarnos a la mesa con las compañeras y compañeros de camino, cada día, por encima de las ortodoxias, nos animemos a re significar nuestra común-unión leyendo en voz alta esta revolucionaria oración del seguidor de Jesús de Nazaret, el Pastor Lisandro Orlov:

“…Márcame de nuevo,y muéveme hacia todas las comuniones,

hacia todos los márgenes, hacia todas las discriminaciones,

hacia todos los excluidos y excluidas, de tus mesas y de mis comuniones.

Márcame una vez más, para que pueda ser tu signo y presencia, testigo valiente de todas las dignidades

y de todas las libertades.Que tu santo nombre sea nuestro camino,

objetivo y pan cotidiano. Te lo pedimos por Aquel, que en su cruz,

se hace comunión de escandalosa inclusión, Amén.

- Hola, ¿cómo están?

- ¡Shhhhh!

- ¿Hoy no cenamos?

- ¡Shhhhh!

- ¡Pero che, nadie da bola en esta casa!

- Hola gente, ¡cómo llueve!

- Si querés comer, en la heladera creo que

hay algo

- Hola, ¿no hay nadie?

- ...............................

Estas situaciones se repiten cada noche en distintos lugares. Quien llega a su hogar, solo escucha la voz del televisor u observa la iluminada pantalla de la computadora. Muchas veces no recibe ni siquiera un “hola”.La mesa está vacía, tal vez con un mantel sobre el que un arreglo floral o una artesanía le dan un toque de afecto al paisaje.

El rico aroma de una comida hace mucho tiempo que no lo percibimos.Otras veces, va, abre la heladera, busca algo para comer, y en solitario se sienta a la mesa sin acompañantes.En otras oportunidades, por inercia, ingresa a la casa, saluda, pero recuerda que la familia está dispersa: hay una de guardia, otro en el gimnasio y otros visitando a sus amigos. La soledad es su compañera. La mesa está vacía.En nuestro siglo XXI la mesa ya no convoca, ya dejó de ser el lugar del encuentro, del diálogo, del mirarse a los ojos, de compartir lo cotidiano, ya no sentimos la vieja exclamación “¡qué rica está la comida!”.

Por otro lado, si la mesa se puebla de comensales, cada uno se concentra en los variados tonos de sus

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Carolina Vallejo

A 100 años de la trágica muerte de una de las grandes poetisas uruguayas.1 “That is a woman” -

“Usted sin saberlo sacudió mi vida.Yo pude decirle que todo esto era en

mí nuevo, terrible y delicioso. Yono esperaba nada, yo no podía

esperar nada que no fuera amargode este sentimiento, y la

voluptuosidad más fuerte de mivida ha sido hundirme en él. Yo

sabía que V. venía para irsedejándome la tristeza del recuerdoy nada más … prefiero el sueño de

lo que pudo ser a todas lasrealidades en que V. no vibre.”

(Carta de Delmira a Manuel Ugarte)

1 Expresión utilizada por el escritor nicaragüense Rubén Darío en clara alusión a Shakespeare .El escritor la utiliza para referirse a Delmira. Él fue su consejero, escucha y admirador.

2 En el presente año se cumplen 100 años de la tragedia: ¿doble asesinato?, ¿asesinatos consensuados? Muchas son las hipótesis.

Una y mil veces me he preguntado qué significó y qué 2significa para mí hoy , como mujer, hablar de Delmira

Agustini. Veamos…

Hablar de Delmira en este presente me conmueve y me emociona. A los 16 años no la entendía, no sabía qué hacer con ella. Durante años puse distancia con su escritura. Cuando entré en los cuarenta, comenzó a conmoverme y emocionarme y desde entonces su lectura me acompaña.Su escritura me dice muchas cosas… espero que a ti también te las diga y creo que será así.

Animarse a ser ella misma más allá de la sociedad pacata del 900 fue un riesgo que supo correr. La escritura del Novecientos se movía entre la corporalidad, lo físico, el deseo. Tampoco se alejaba del suicidio, la muerte precoz y las tragedias.

Una sociedad entre lo público y lo privado; entre la civilización y la barbarie; entre ser uno mismo o el que otros quieran o definan como socialmente aceptado y la domesticación inherente. Una sociedad en la que los sectores conservadores impulsaron la espiritualización como forma de”hacer olvidar lo que tenía el cuerpo de permanente removedor de lo sexual, lo corrupto y lo sucio”. (Barrán, 1989)

Aquella sociedad no comprendía al círculo de intelectuales al que Delmira pertenecía; los modernistas. Una y otra vez se confrontan con esa sociedad que no los comprende a pesar de sus cambios, “aparentes” cambios. La intelectualidad formaba un verdadero cenáculo con formas de vida, pensares, sentires, movilidad, sensualidad que no se comprende fuera de ese espacio; de ahí el mote de “degeneración del 900”(Giaudrone,2005).

Es una poeta física; escribe desde el cuerpo en la integralidad del ser todo. Sus palabras en poesía nos hablan de amor, de erotismo y de deseo, de encuentro y desencuentro, en fin, de pasión. Siempre escribió lo que sentía, lo que sentía ella en aquellas largas

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noches de insomnio. Poder decir con exquisitez lingüística y literaria lo que se anhela, lo que se desea, lo que se vive no es poca cosa y es arriesgarse. Sintió, pensó e intentó vivir de esa forma más allá de lo que el otro pensara; más allá del escándalo que su poesía provocaba o el mito.

“El mundo me admira, dicen pero no me acompaña. El mundo –hasta amándome-tiene para mí en los ojos, una fatal dilación de miedo…(…) Y es un dulce milagro el de sentirse comprendida cuando se ha

3nacido para desconcertar.(…)”

Su decir poético atraviesa todo el siglo XX y llega hasta hoy con un mensaje vital que permite sentirnos vivos de un modo sublime y único. Mensaje que nos permite contrastar la forma grosera, ordinaria y genitalizada con que se alude a vivencias profundas.

Delmira -la poeta- tuvo que convivir con “La Nena”. Es así que el lenguaje exquisito, fino y delicado con el que expresa su poesía convive con el lenguaje infantil-aparece en parte de su correspondencia- con que busca protegerse del matriarcado asfixiante, enfermizo y de la sociedad toda.

Sin lugar a dudas el objetivo de esta breve presentación escapa al análisis literario, solo es la visión de una lectora apasionada de su escritura. Eso no impide ver en su poesía el nivel de lirismo poético que deja en claro un eje fundamental de la existencia humana que es el amor, el compromiso afectivo, las emociones.

Ahora bien, ¿qué nos dice hoy Delmira? , ¿qué me dice a mí? , ¿qué te dice a ti?Te invito a acercarte a su escritura, a reflexionar, a sumergirte y buscar el disfrute que toda mujer se merece de un modo exquisito y sublime. Su escritura, a través de la voz de la mujer, nos permite valorarnos, amarnos y conocernos, a pesar de los tiempos y los espacios.Y no nos olvidemos de ser nosotras mismas viviendo una vida plena solas o en compañía; en fin amándonos a nosotras mismas.

3 Tramo de una carta dirigida a Alberto Zum Felde, amigo y uno de sus primeros estudiosos.

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EXPLOSIÓN

¡Si la vida es amor, bendita sea!

¡Quiero más vida para amar! Hoy siento

Que no valen mil años de la idea

Lo que un minuto azul de sentimiento.

Mi corazón moría triste y lento...

Hoy abre en luz como una flor febea;

¡La vida brota como un mar violento

Donde la mano del amor golpea!

Hoy partió hacia la noche, triste, fría,

rotas las alas mi melancolía;

Como una vieja mancha de dolor

En la sombra lejana se deslíe...

¡Mi vida toda canta, besa, ríe!

¡Mi vida toda es una boca en flor!

Delmira Agustini

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La pedagogía del anuncio de las mujeres en la mañana de Pascua

Juan Pablo Espinosa Arce

El que Jesús haya tenido discípulas es un hecho comprobable. Así, leemos en el Evangelio de Lucas que Él recorría las

ciudades y los pueblos predicando el Evangelio, y que “le acompañaban los Doce, y algunas mujeres que habían sido curadas de espíritus malignos y enfermedades” (Lc. 8,1-2). Luego se da una larga lista con sus nombres. En este artículo queremos comprender que con este gesto de Jesús de incorporar mujeres en su grupo de discípulos, se da el paso para que en la mañana de Pascua ellas sean las primeras testigos y evangelizadoras llevando el anuncio gozoso de la Resurrección.

Es interesante comprender en un primer momento el contexto sociocultural en el cual las mujeres se ubicaban en la Palestina de los tiempos de Jesús. De plano hay que decir que eran sujetos sociales marginados, junto a los pobres, los paganos y los niños. Se ubicaban en una sociedad profundamente machista. Martín Descalzo (1986) retrotrayendo algunas costumbres de la época nos dice que el varón judío tres veces al día oraba “Bendito seas tú, Señor, porque no me has hecho gentil (pagano), mujer o esclavo”, frente a lo cual la mujer respondía de manera sumisa “Bendito sea el Señor que me ha creado según su voluntad”. Y uno de los consejos

que la clase rabínica poseía era que si una sinagoga llegase a incendiarse, era mejor que la Torah se consumiera en medio de las llamas a que una mujer la tomase en sus manos para salvaguardarla. Junto a estos preceptos, se asumía que la mujer era impura a causa de sus menstruaciones, lo cual se explicita largamente en Lv. 15. En definitiva, la mujer era un paradigma de marginación. .

Frente a esto, ¿cuál es la actitud de Jesús? Él, y siguiendo a E. Bautista “sale de su círculo para acercarse también a ella y ofrecerle la universalidad

1del amor y de su perdón” . Jesús es capaz de hablar afectuosamente con ellas (Jn. 8,2-11), las perdona (Lc. 7,36), les da ánimo (Jn. 4,5), habla como un verdadero amigo (Jn. 11,1-43), y lo más interesante, habla en público con ella (Mt. 20,20; Jn. 4,1-42; Mt. 9,22). Y esto último, socioculturalmente era mal visto e incluso considerado como impuro. Por esto, los discípulos se sobresaltan: “se asombraron de que conversara con una mujer; aunque ninguno le dijo: ¿qué quieres? ¿por qué hablas con ella?” (Jn. 4,27).

Una nota al margen. En nuestro continente, pobre, creyente y aún marginador, ¿nos seguimos haciendo la pregunta de los discípulos en el relato joánico? ¿Por qué hablas

1 Esperanza Bautista, La mujer en la Iglesia primitiva, Verbo Divino, 1988, p. 52.

Juan Pablo Espinosa Arce, chileno. Licenciado en Educación con el Título de Profesor de Religión y Filosofía por la Universidad Católica del Maule. Autor de “El discernimiento como propuesta pedagógica, Diálogos entre Pedagogía y Teología a la luz del Misterio histórico de la Encarnación” (EAE, 2014) y numerosos artículos y columnas de revistas y sitios de reflexión teológica, pastoral y eclesial.

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con mujeres? ¿Por qué te relacionas con los marginales? Preguntas para pensar y que pueden dar lugar a otra reflexión. Y llegamos a los relatos de la Resurrección de Jesús. Analizaremos el texto del Evangelio de Juan (Jn. 20), centrando nuestra atención en la figura de María Magdalena. Queremos irnos dando cuenta de la riqueza que la pedagogía del anuncio de la mujer posee. “Estaba María Magdalena junto al sepulcro fuera llorando (…) Se volvió y vio a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. Le dice Jesús: ¿Mujer, por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el encargado del huerto, le dice: Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo me lo llevaré. Jesús le dice: María. Ella se vuelve, y le dice en hebreo: Rabbuní – que quiere decir Maestro -. Dícele Jesús: Deja de tocarme, que todavía no he subido al Padre. Pero vete a mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios. Fue María Magdalena y dijo a los discípulos: He visto al Señor y que había dicho estas palabras” (Jn. 20,11-18).

Este texto lo asumiremos como paradigmático en cuanto a la función pedagógico-misionera que la mujer – María Magdalena – posee, constituye y realiza. María tiene la experiencia de la pasión y de la muerte. Acompañó junto a las otras mujeres a Jesús mientras agonizaba, moría y era sepultado. Ahora, la pena nubla sus ojos. Este 'no saber que era Jesús', representa un momento de crisis. Hay un quiebre, una discontinuidad. El aprendizaje no se ha logrado. La pedagogía quedó trunca. ¿Qué hacer? Y acontece una medición imprescindible para todo pedagogo y para toda educación que quiera concebirse como crítica, propositiva y trascendental: la pregunta. ¿Por qué lloras? ¿A quién buscas? Que Jesús pregunte significa que de Él nace la iniciativa a la pedagogía misionera y evangelizadora. Y Jesús Resucitado le pregunta a una mujer, a aquella que como habíamos visto antes no se podía dirigir la palabra. Con el solo hecho de pronunciar con dirección a la mujer, Jesús le devuelve su dignidad perdida por una sociedad culturalmente marginadora. Y María responde, aún sin saber. Y ¿qué es lo que provoca el reconocimiento final? No es otra cosa que una nueva pronunciación del Resucitado: ¡María! Jesús utiliza el nombre, es decir, le habla a toda la realidad de la persona individual. Nombrar para el pensamiento bíblico es individualizar y otorgar una identidad única. Jesús no se dirige al éter, sino a una mujer cuyo nombre es

María. Y ella, responde de la manera más coloquial que pudo darse en el círculo de los discípulos: Rabbuní, es decir, mi Maestro, Maestro mío. Es interesante este movimiento, Jesús dice: María, tú eres la discípula elegida para anunciar que Yo he resucitado, Rabbuní, mi Maestro, a ti te he de anunciar porque tú me 'activaste' la palabra para anunciarte públicamente.

Esta es la pedagogía que provoca la mujer. Aquella que ha tenido la experiencia de ver a Jesús, que ha pasado por el momento de la confusión y de la pregunta que encontró respuesta. Ella a la cual Jesús se ha dirigido con su nombre, llamado que fue respondido también con un saludo cotidiano, ahora ella puede anunciar las palabras que el Resucitado le ha anunciado.

Finalmente, terminar con palabras de María Clara Bingenmer, teóloga latinoamericana con lo cual contextualizaremos el texto que hemos analizado a la realidad de nuestro continente: “La mujer que hace teología en América Latina de hoy, solidaria con los pobres y desde el fondo de su opresión hace diariamente la experiencia de ver al Señor, igual como María Magdalena junto al sepulcro el primer día de la semana vio la luz de la vida nueva y oyó su nombre pronunciado en boca del Resucitado. Y no guarda esta experiencia para sí misma sino que anunciará las cosas que el Señor le dijo”

¡Anunciemos a los hermanos al Señor Resucitado que nos habló junto al sepulcro

vacío!

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¡Viva la vida!

Pastor José R. BeltramiPlaya Fomento - Febrero 2014

Antes de leer este artículo tome su Biblia y lea Efesios 2.1-10. Si no lee este pasaje, a lo mejor no entiende nada.

Nos acercamos a la Pascua de Resurrección. Podemos perder mucho tiempo en tratar de explicar de alguna manera el cómo o el cuándo de la Resurrección de Cristo. Podemos discutir su “credibilidad” histórica hasta el cansancio. La Palabra de Dios no se nos presenta como un conjunto de fórmulas matemáticas o químicas, comprobables y a resolver por determinados caminos claves. Se nos presenta como la invitación a abrirnos en el camino de la fe; se nos presenta como la pregunta ¿queremos creer o no?

De lo que tenemos que apropiarnos, para aprovechar este tiempo de Pascua, es del porqué de la Resurrección y del sentido final de esta victoria de Dios en Cristo. Y no necesariamente lo debemos hacer recolectando datos históricos -evidencias más o menos creíbles-, a través del Santo Sudario, o por la armonización siempre a la fuerza de cada uno de los relatos evangélicos de ese hecho. Pues no se trata meramente de conmemorar un hecho del pasado, de uno que una vez resucitó, sino de que cada uno de nosotros experimente esa resurrección en nuestra propia vida, gozando de la presencia de Cristo por la fe.

El título de este artículo puede leerse por lo menos de dos maneras. Me di cuenta después que lo puse. ¡Viva la vida! puede leerse como una exclamación de felicitación, de glorificación de la vida, como una forma de decir que la vida es hermosa y la queremos y somos partidarios de ella. O puede interpretarse como que hay que darse todos los gustos, hay que “vivir”, porque no somos dueños del futuro y por lo tanto hay que gozar de la vida, hay que gozar de la belleza y los placeres que la vida da.

¿Vivir la vida o dejarse vivir por la vida? Durante el primer siglo de la historia cristiana había algunos que decían que la resurrección de los cristianos por la fe ya se había efectuado en Cristo. Por lo tanto, no

importaba cómo vivíamos el resto de nuestra vida porque ya habíamos resucitado en Cristo. Nos podíamos dar el lujo de vivir en el egoísmo, en la indiferencia, en el uso de los demás, en la despreocupación.

Mi intención al poner este título fue una exclamación de alegría, fue algo que me surgió en el pecho cuando leí por enésima vez el texto de Efesios. Sentí una inmensa gratitud, sentí que Dios es tan misericordioso y me amó tanto que me dio vida juntamente con Cristo cuando todavía estaba muerto a causa de mis pecados. Y sentí que tenía que gritarlo como si gritara ¡Viva Cristo!

Pero al mismo tiempo, comprendo que esa exclamación de alegría es una invitación a vivir la vida, pero vivirla de verdad, siendo dueños de nuestra existencia, porque tenemos un Señor del cual somos siervos, que es el Señor de la vida, que triunfó sobre la muerte y que nos invita a vivir la vida junto a Él.

Por favor, lea el texto otra vez. Fíjese cómo una y otra vez Pablo afirma la verdad inconmovible de la bondad, el amor y la misericordia de Dios. (vers. 5, 7, 8). Es a esa vida verdadera de feliz dependencia de Dios a la que nos referimos, porque no es la dependencia del que se sabe poseído por el poder, dominado por el egoísmo y la codicia ajena y propia; no es la dependencia de aquel oprimido por el que es más poderoso, y exprimido en sus recursos humanos, sino que es la dependencia de aquel que se sabe amado, cuando en sí mismo no tiene nada que pueda estimular el amor del otro.

Nadie nos ama porque merezcamos amor. Cuántas veces habremos hecho la pregunta, en lo íntimo de nuestro corazón o a algún ser querido ¿por qué me querés?, solo porque nuestra mojigatería nos impide preguntar ¿me amas?, porque eso nos suena un poco a teleteatro.

¿Por qué hacemos esa pregunta? Porque nos examinamos a nosotros mismos de manera muy

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crítica y entonces no nos encontramos nada “amable”; o lo hacemos de forma demasiado benévola y esperamos que se nos haga una lista de las razones por las cuales somos dignos de ser amados.Pero el amor no se merece, porque desde el momento en que entramos en ese juego lo nuestro no será amor, sino una especie de intercambio de sentimientos. El amor simplemente se acepta, en asombro, en gratitud, en alegría. Y nosotros no somos amados por Dios porque tengamos algo en nosotros que nos haga “amables”, sino que somos amables y podemos incluso llegar a amar porque Dios nos ama primero a nosotros.

Vuelva a leer el texto de Efesios. Todo el énfasis está puesto en la bondad de Dios, en su amor inmerecido por nosotros. Nos dio vida juntamente con Cristo. Y al leer el texto varias veces -como espero lo estemos haciendo- uno tiene la sensación de que los pensamientos se agolpan en la mente de Pablo y en la propia y que todas esas increíbles cosas de Dios ( e n c a r n a c i ó n , c r u c i f i x i ó n , resurrección), adquieren un sentido real, llenos de colores y formas. ¡Y todo eso para nuestra salvación!

Hay que buscar en las experiencias de nuestra vida para que la Palabra de Dios se convierta en vivencia. Debemos buscar el amor y el sacrificio de Dios y Jesús con todas sus enseñanzas en las parábolas de nuestra propia existencia. Porque al entregar su vida en la cruz y resucitar la mañana de Pascua, Él nos ha enseñado a valorar la vida de cada día a la luz de su mensaje, de las Buenas Nuevas, y del Evangelio. ¡Viva la vida! Porque Dios nos ama.

Todo esto se vive por la fe; por esa fe que es la relación con Dios a través de Cristo; por esa fe que involucra creer, esperar, confiar en la fidelidad de Dios, y ofrecer nuestra propia vida. Porque, en resumidas cuentas, creer significa renunciar a sí mismo y dejar que Dios entre en nosotros. Creer no significa hacer algo; no es una “obra” nuestra, no es un mérito. Es más bien una renuncia a nosotros mismos, es un recibir y aceptar con los ojos cerrados lo que Dios nos da.

Significa renunciar a ver la vida con mis propios ojos y verla con los ojos de Dios, que son los ojos del amor, de la bondad, de la misericordia, del perdón. La posibilidad de vivir la fe es un don de Dios que podemos aceptar o rechazar.

¿Qué más podemos agregar? Simplemente una invitación a vivir. A vivir con el Señor Resucitado que, si lo aceptamos, estará hoy y todos los días de nuestra vida junto a cada uno de nosotros, donde estemos. El que nos recibirá con los brazos abiertos, sin preguntas ni reproches, simplemente con amor. Entonces exclamemos con un grito de alegría, con gozosa expectación ¡Viva la vida, que es Cristo, el Cristo vivo y triunfante! ¡Vivamos la vida, vivamos con Cristo!

Por favor, lea una vez más el texto de Efesios. Hágalo suyo. Que sea su confesión de fe.

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¿Cuál es el lugar de lo religioso en el mundo?

Leonardo Boff, teólogo

Por más que la sociedad se mundanice y, en cierta forma, se muestre materialista, no podemos negar que en los tiempos actuales

se está dando una vuelta vigorosa de lo religioso, de lo místico y de lo esotérico. Tenemos la impresión de que existe cansancio del exceso de racionalización y funcionalización de nuestras sociedades complejas. La vuelta de lo religioso solamente revela que en el ser humano existe una búsqueda de algo mayor.

Hay un lado invisible en lo visible que nos gustaría sorprender. Quién sabe si allí se encuentra un sentido secreto que sacia nuestra búsqueda incansable de algo que no sabemos identificar. En ese horizonte no confesional quizás tenga sentido hablar de lo religioso o de lo espiritual. Sufrió todo tipo de ataques pero consiguió sobrevivir. La primera modernidad lo veía como algo premoderno, un saber fantástico que debía dar lugar al saber positivo y crítico (Comte). Luego fue leído como una enfermedad: opio, alienación y falsa conciencia de quien todavía no se ha encontrado o si se ha encontrado, se ha vuelto a perder (Marx). Después, fue interpretado como la ilusión de la mente neurótica que busca pacificar el deseo de protección y hacer soportable el mundo contradictorio (Freud). Más adelante, fue interpretado como una realidad que por el proceso de racionalización y de desencanto del mundo tiende a desaparecer (Weber). Por fin, algunos lo tenían como algo sin sentido, pues sus discursos no tienen objeto verificable ni falsificable (Popper y Carnap).

Estimo que el gran equívoco de estas distintas interpretaciones reside en el hecho de situar lo religioso en un lugar equivocado: dentro de la razón. Las razones comienzan con la razón. La razón en sí misma no es un hecho de razón. Es una incógnita. Ya rezaba la sabiduría de los Upanishad: «aquello por lo cual todo pensamiento piensa, no puede ser pensado». Tal vez en este «no pensado» se encuentra la cuna de lo religioso, es decir, de

aquellas instancias exorcizadas por la racionalidad moderna: la fantasía, el imaginario, aquel fondo de deseo del cual irrumpen todos los sueños y las utopías que pueblan nuestra mente, entusiasman los corazones, encienden la espoleta de las grandes transformaciones de la historia. Su lugar reside en aquello que el filósofo Ernst Bloch llamaba principio esperanza.

Es propio de estas instancias –de lo utópico, de la fantasía y del imaginario– no adecuarse al dato racional concreto. Antes bien, contestan el dato, pues sospechan que el dato es siempre hecho; tanto el dato como el hecho no son todo lo real. Lo real es aún mayor. A lo real pertenece también lo potencial, lo que todavía no es pero puede llegar a ser. Por eso, la utopía no se antagoniza con la realidad; revela la dimensión potencial e ideal de esta realidad. Ya decía el sabio E. Durkheim en la conclusión de su famosa obra Las formas elementales de la vida religiosa: «la sociedad ideal no está fuera de la sociedad real; es parte de ella». Y concluía: «solamente el ser humano tiene la facultad de concebir lo ideal y añadirlo a lo real». Yo diría, de detectarlo dentro del dato real, haciendo que este real en el cual está lo ideal, sea siempre mayor que el dato que tenemos en nuestra mano.

Es en el interior de esta experiencia de lo potencial, de lo utópico, donde irrumpe el hecho religioso. Por eso decía Rubem Alves, quien mejor ha estudiado en Brasil el “enigma de la religión” (título de su libro): «La intención de la religión no es explicar el mundo. Ella nace justamente de la protesta contra este mundo que puede ser descrito y explicado por la ciencia. La descripción científica, al mantenerse rigurosamente dentro de los límites de la realidad instaurada, sacraliza el orden establecido de las cosas. La religión, por el contrario, es la voz de una conciencia que no puede encontrar descanso en el mundo así como es y tiene como proyecto trascenderlo».

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Por esta razón, lo religioso es la organización más ancestral y sistemática de la dimensión utópica, inherente al ser humano. Como bien decía Bloch: «donde hay religión, hay esperanza» de que no todo está perdido. Esta esperanza es un amor por aquello que todavía no es, “la convicción de realidades que no se ven” como dice la Epístola a los Hebreos (11,1), pero que son el fundamento de lo que se espera.

Quien vio con lucidez esta singularidad de lo religioso fue el filósofo y matemático Ludwig Wittgenstein que dijo: en el ser humano no existe solo la actitud racional y científica que siempre indaga cómo son las cosas y para todo busca una respuesta. Existe también la capacidad de extasiarse: «extasiarse no puede expresarse por una pregunta; por eso tampoco existe ninguna respuesta». Existe lo místico: «lo místico no reside en cómo es el mundo, sino en el hecho de que exista». La limitación de la razón y del espíritu científico reside en el hecho de que ellos no tienen nada sobre lo cual callar.

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Lo religioso y lo místico terminan siempre en el noble silencio, pues no existe en ningún diccionario la palabra que lo pueda definir.

Hasta aquí hemos hablado de lo religioso en su naturaleza sana. Pero puede enfermar y ahí nace la enfermedad del fundamentalismo, del dogmatismo y de la exclusividad de la verdad. Como toda enfermedad remite a la salud, lo religioso debe ser analizado a partir de su salud y no de su enfermedad. Entonces lo religioso sano nos hace más sensibles y humanos. Su retorno sano es urgente hoy, pues nos ayuda a amar lo invisible y a hacer real aquello que todavía no es, pero puede ser.

Tomado de Redes Cristianas.

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He leído hoy los diarios, llenos de letras y palabras. Nos dibujan un mundo violento, apresurado, poderoso, buscando, cambiando, soñando, luchando.

Traen noticias de poetas, músicos, políticos y famosos. Han muerto dos poetas maravillosos, ambos en México: uno argentino -Juan Gelman-, el otro -José E. Pacheco- en su país. Los diarios reflejan poesía y en ella, esperanzas. Ha muerto también un músico maravilloso, Pete Seeger en Estados Unidos. Voz rebelde, profética, valiente, que marchó con Martin Luther King reclamando justicia para la negritud y el fin del racismo.

Hay noticias de países latinoamericanos y caribeños reunidos en la siempre bloqueada Cuba, profundizando su unidad, verdadera independencia y dignidad. En esa Cumbre de la CELAC no está el gran imperio y sus aliados. ¿No están? ¿Y sus bases militares desde Malvinas al sur hasta Guantánamo al norte? ¿Y sus redes de espionaje? ¡Quieren conocer todo! Minerales, agua, bosques, riquezas, pobreza, sindicatos, iglesias, gobiernos, ¡¡¡todo!!!! No están en Cuba pero están, dicen hacerlo para nuestro bien. Problemas económicos, financieros reflejan hoy los diarios. En ellos el pagano dios “dólar” con millones de adoradores. Pagano dios con su texto “In God we trust”. ¿En Dios confían? Poderosos grupos económicos, en la ciudad y el campo, fuertes intereses bancarios generando más pobreza, también más riqueza.

Pagos a la deuda externa, más de lo mismo, más pagamos, más debemos, curiosa contabilidad que siempre cuenta mucho hacia el Norte y tan poco para el Sur. El narcotráfico también es noticia, hoy con una novedad, “narcos con uniforme”… ¿Novedad? ¿Y la paz? ¿Dónde está en los diarios? Mano dura, muy dura en Honduras. Ucrania se sacude, Egipto tiembla, El diálogo por paz en Siria se rompe. Los Palestinos siempre amenazados, reprimidos, invadidos al mismo tiempo condenados. ¿Y los Pueblos Indígenas? Como Palestinos en otras tierras… que les pertenecen. ¿Soy pesimista o realista? ¿Crítico o descriptivo? No lo sé… es todo tan confuso… o tan claro. He buscado la palabra amor en los diarios, no la encuentro. Solo poetas, músicos, predicadores y maestros la defienden, también quienes luchan día y noche por un mundo diferente, justo, solidario, fraternal, ¡verdaderamente humano! Sin amor todo se pierde, con amor todo se gana. ¡¡¡Por ese camino quiere caminar la vida!!! ¿Vamos? Toma mi mano, dame la tuya, el camino es largo y no tiene atajos, imposible caminar en soledad. Solo juntos podemos llegar.

¿Vamos?

NoticiasAldo M. Etchegoyen Enero 29 - 2014

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Día de la Educación Metodista

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En el año 2004, el Consejo Directivo de ALAIME acordó establecer el 9 de febrero de cada año como el “Día de la Educación Metodista” en

América Latina, en recuerdo a la fundación del Colegio Metodista más antiguo de América Latina: el Instituto Mexicano Madero de la ciudad de Puebla, México en 1874.

En el día de la Educación Metodista:Agradecemos a Dios:

Su amor, su compañía y su fidelidad a través de los años.

Los desafíos y oportunidades que nos brinda el campo educativo.

El llamado que hizo a miles de mujeres y hombres de éste continente y de otros, para dedicar sus vidas a la educación de las generaciones jóvenes.

La capacidad de repuesta de la Iglesia Metodista a esas oportunidades y a las necesidades de nuestros pueblos, mediante el establecimiento y sostén de instituciones educativas de todos los niveles de la enseñanza.

Que renueva año a año nuestra visión y compromiso en el ejercicio de un ministerio docente que ofrezca:

* igualdad de oportunidad para todos/as* una educación de calidad* que priorice fundamentalmente el valor de la vida humana y su dignidad.

Somos desafiados:La educación o la utopía necesaria.

“Frente a los numerosos desafíos del porvenir, la educación constituye un instrumento indispensable para que la humanidad pueda progresar hacia los ideales de paz, libertad y justicia social.Al concluir sus labores la Comisión desea por tanto afirmar su convicción respeto a la función esencial de la educación en el desarrollo continuo de la persona y las sociedades no como un remedio milagroso – el Ábrete Sésamo de un mundo que no ha llegado a la realización de todos estos ideales- sino como una vía, ciertamente entre otras pero más que otras, al servicio de un desarrollo humano más armonioso, más genuino, para hacer retroceder la pobreza, la exclusión, las incomprensiones, las opresiones, las guerras”

Jacques Delors. “La educación encierra un tesoro”

Informe de la Comisión UNESCO 1996

Rev. Mag Luis de Souza Cardoso.Presidente de ALAIME

Prof. Mag. Marcos RocchiettiSecretario Ejecutivo

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Hogar estudiantil metodista” Pastor Emilio Castro”

Se inauguró e l Hogar estudiant i l metodista“Pastor Emilio Castro” dentro de las instalaciones de la Iglesia Metodista de la Aguada.

Como recordatorio: a) quienes integren este Hogar, deben ser estudiantes universitarios o equivalentes, b) mayores de 18 años, c) el Hogar es mixto, d) deberán llevar su ropa de cama. e) la vajilla personal; f) existe un Reglamento Interno que deberá ser firmado por cada estudiante, g) cada estudiante deberá ser presentado por la Comisión Directiva de la iglesia a la cual esté vinculado (Metodista o de las iglesias que integran la FIEU); la donación mensual será de $ 3.000,oo (pesos uruguayos tres mil) ( no incluye comida, los estudiantes se proveerán la misma)En caso de existir interesados en las iglesias que ustedes participan, deberán comunicarse a través del correo : [email protected];

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Invitándoles a orar al Dios de la Vida para que guíe el proceso de este nuevo espacio de misión de nuestra Iglesia Metodista en el Uruguay.

Les saluda fraternalmente en Jesucristo;

Pastor Adolfo Tomé

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¿Qué pasa con el púlpito evangélico?

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Hay una crisis de insensatez en el púlpito evangélico

hoy, sobre todo en los medios de comunicación masiva. No podemos negar que muchos siervos del Señor están exponiendo la P a l a b r a f i e l m e n t e semana tras semana, pero probablemente son minoría y poco reconoci-dos. Un monitoreo de la

predicación en los medios de comunicación masiva (televisión, radio y casetes) nos da mucho de qué preocuparnos.

Hace poco un predicador centroamericano bastante famoso predicó sobre Génesis 15:6, "Abraham creyó a Dios y le fue contado por justicia" (cf. Ro 4:3; Gál. 3:6; Stg. 2:23). Comenzó su sermón diciendo: "Esta mañana oré mucho, y pedí al Espíritu Santo revelarme la palabra precisa para explicar este texto hoy, y me dio la palabra 'derecho'". En seguida interpretó el texto como "la fe le fue contada por derecho", en el sentido moderno de ese término. Pero, ¡qué raro! Difícilmente podría haber peor manera de malentender ese texto. O el Espíritu Santo se equivocó, o el distinguido predicador oyó mal la voz divina y compartió su confusión con millones de televidentes.

Es siempre peligroso atribuir al Espíritu Santo nuestras interpretaciones del texto bíblico, para terminar culpando al Espíritu Divino por nuestros errores humanos. Una vez escuché a un pastor decir: "He hablado lenguas, he profetizado, y ahora estoy pidiendo al Señor el don carismático de la exégesis". ¡No, hermano! El Espíritu da muchos dones carismáticos, pero la exégesis no es uno de ellos. El don de la exégesis viene por escudriñar las escrituras y examinarlo todo según los mejores métodos de la interpretación. En eso el Espíritu de Dios nos acompaña y nos ilumina, pero no nos desplaza como para hacer Él las tareas que nos tocan a nosotros, ni

mucho menos otorgar infalibilidad divina a nuestros desvaríos.

Unos meses antes escuché a ese mismo predicador exponer la parábola de los talentos (Mat. 25:14-30). ¡El punto central que sacó del texto era algo que ni aparece en el texto! "La igualdad", dijo, "de que tanto hablan los comunistas, no es un concepto bíblico. El Creador de la desigualdad es Dios, porque no da lo mismo a todos". Pero la parábola no atribuye a Dios las desigualdades de esta vida, ni hace ninguna correlación entre Dios y el amo de la parábola. La primera ley para la interpretación de parábolas es interpretarlas desde su mensaje central y no desde sus detalles aislados. Si interpretáramos de esa misma manera la parábola del mayordomo injusto, sacaríamos conclusiones nefastas. La parábola de los talentos es un llamado a la mayordomía, no una defensa de la desigualdad, un mal que condenan muchos otros pasajes de la Biblia.

Un problema serio es que en muchos lugares el púlpito se ha vuelto frívolo, para repartir como confites opiniones interesantes en vez de proclamar la Palabra de Dios. En otro sermón el mismo predicador ya mencionado se permitió opinar: "Noten que el corazón está a la derecha. Tal vez algunos de ustedes son de la derecha y otros de la izquierda. El corazón está a la derecha y es fuente de sabiduría. Aparte de los zurdos, hacemos todo mejor con la mano derecha". En otra ocasión dio una apología sui géneris del infierno: "Alguien me preguntó una vez, ¿cómo puede Dios echar afuera gente que Él creó y ama? Le contesté: si su ser más querido se muere, usted no quiere guardar su cadáver dentro de la casa, porque está muerto y comienza a oler mal…Dios tampoco quiere tener muertos en su casa". ¡Qué vergüenza pensar que sermones tan descabellados lleguen a millones de televidentes!

En algunos casos, estas aberraciones homiléticas son menos absurdas sino parecen ser inferencias lógicas del texto. Un caso es la consigna, ampliamente difundida por el coreano Yonggi Cho, que si Cristo entregó las llaves a nosotros, entonces ya no las tiene Él. ¡Perfectamente lógico! Lo que regaló a otros ya no me queda a mí. Puede ser lógico, pero no es bíblico.

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Juan Stam

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Los testigos de Jehová concluyen, muy lógicamente, que si Dios dice "tú eres mi hijo, hoy te he engendrado", entonces antes el Hijo no existía. Para hacer tal inferencia lógica, tienen que hacer caso omiso del contexto, del trasfondo de la frase en Salmo 2 y de muchos detalles más, muy importantes para la exégesis. En general, los heréticos son muy lógicos, pero nada bíblicos. No toda inferencia lógica del texto es fiel al sentido de él y al mensaje que el Espíritu Santo inspiró.

No hace mucho, otro predicar hizo una exégesis muy lógica de Hechos 2:17, "derramaré mi Espíritu sobre toda carne". Pues bien, los animales también son carne, por lo que podemos entender que Dios promete derramar su Espíritu sobre nuestros ganados y mascotas, y debemos orar por la sanidad divina de ellos. Es perfectamente lógico pero, lamentablemente, no tiene nada que ver con el sentido del texto. Los impíos e incrédulos son carne también, Hitler, Somoza y Pinochet eran "carne". Así entendido, el Pentecostés no significaría nada.

Es curioso que en esta nueva ola homilética, que es claramente antiintelectual, hay un prurito irresistible de aclararnos "el sentido del griego (o hebreo) original". Los autores bíblicos se sorprenderían mucho al descubrir lo que ellos querían decir "en la versión original". El más común de estos abusos consiste en apelar a etimologías fantasiosas, como "sin-cera" para "sincero" o "dinamita" para dúnamis, que son puros inventos que nada tienen que ver con el mensaje original del texto. Toda la especulación sobre la supuesta diferencia entre "Rhema" y "Logos" carece de base confiable en la semántica de texto original. Son incontables las "maravillas" que estos predicadores pretenden sacar de los idiomas originales, que solo dejan evidente que ellos no conocen esos idiomas y que las más de las veces han sacado sus maravillas no del texto original sino de comentarios en el inglés. Su uso de palabras gr iegas muest ra que no las ent ienden gramaticalmente, por ejemplo cuando el "Apóstol" Maldonado trata palabras como neanískos y bréfos como si fueran plurales, solo porque terminan en la letra "ese". Constantemente se equivocan con el acento de las palabras, como cuando dicen "metanóia" en vez de metánoia. "dunámis" en vez de dúnamis, "parabásis" en vez de parábasis, "anóthen" en vez de ánwthen, "paidión+ por paidíon, "teknón"por téknon y ""wee-os" por huiós (con la "h" pronunciada). La evidencia más chistosa de esta fraude lingüística que he oído ocurrió cuando un predicador pronunció la palabra

“arjé” ("principio", con la jota fuerte de algunas partes de España) como "Arché" (como en "Che" del castellano), porque en el inglés el "ch" es la transliteración del duro "ji" del griego.

No es necesario, para nada, ni en general bueno, que los predicadores aludan al hebreo y al griego. Pero si lo van a hacer, por lo menos que lo hagan responsablemente, con el debido conocimiento del idioma.

Debe preocuparnos también el alto nivel de manipulación en la predicación hoy. No es inocente estar preguntando frecuentemente, "¿Cuántos dicen Amén?", para inducir un consenso forzado. Produce un proceso de corto circuito en el pensamiento del oyente. Es curiosa la invariable pregunta, "¿Cuántos están felices esta tarde?" "¿Cuántos dan gloria a Dios?", siempre "¿cuántos?", como si se tratara de una encuesta de opinión popular. Aun peor es la fiebre ahora de "Repitan conmigo" con cualquier cosa, para controlar lo que han de decir y pensar los oyentes. Recién escuché a un predicador decir, "Digan todos conmigo, Ay, Ay, Ay". Estoy esperando escuchar cualquier día que un predicador salga con "Repitan después de mí, ¡Wow!".

Para terminar con una nota jocosa, a veces son simpáticos los lapsus de los predicadores. No hace tanto un predicador muy dado a los exabruptos piadosos exclamó, para defender los gritos en el culto, "Cuando Saprisa mete un gol, gritan en todo el barrio, Alabado sea Dios". Otro sermón terminó con la oración, "Enséñanos tus enseñanzas, valga la redundancia, Señor". Hace unos años escuché a un locutor exclamar, "Que Dios te bendiga a ti y a toda tu esposa". ¡Amén, hermano! Bueno, podría pasar a cualquiera. Errare humanum est.

Con toda razón dice Silvio Rodríguez, en su canción “Alabanzas”, que “la voz de las antenas va sustituyendo a Dios. Cuando finalice la mutación, nueva Edad Media habrá”. Creo que es hora de preocuparnos muy seriamente por el púlpito evangélico, antes de que pierda para siempre toda racionalidad y coherencia

Costarricense, Doctor en teología por la Universidad de Basilea, Suiza. Por muchos años fue profesor del Semina-

rio Bíblico Latinoamericano (hoy UBL), de la Universidad Nacional Autónoma de Costa Rica, y de otras instituciones

teológicas en San José. Es autor de muchos artículos y varios libros, en especial, el comentario Apocalipsis de la

serie Comentario Bíblico

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Violeta Cavallero 1912-1987

ARCHIVO “DR. JOSÉ A. PIQUINELA”Iglesia Metodista en el UruguayDocumentos de divulgación

Nombrarla es provocar en el que nos escucha -si es que la conoció- un gesto de ternura, una mueca dulce, nostálgica, y por supuesto, una

sonrisa. ¡Ella tenía la sonrisa fácil y hacía reír! Que lo digan niños y jóvenes de Crandon que la tuvieron a mano en la mesa y los recreos. Que lo digan los niños y jóvenes de la Escuelita de Malvín (donde nació la iglesia)... Su ministerio la dejó asociada para siempre a dos ámbitos bien disímiles: el Instituto Crandon y la Radio Carve. En el primero fue la capellana de hecho y por excelencia. En la radio se adueñó, sin buscarlo, del mote que un taxista cómplice le dijo un día al escucharla hablar al subir al autor: “¡Ah! Usted es la voz evangélica”. Sí, eso fue: la voz más conocida y entrañable de nuestra Iglesia en el siglo XX. Ella fue expresión de una tercera generación de metodistas, detrás de su abuelo Antonio y su padre Nicasio. Seguramente fue de este de quien heredó el gusto delicado por la predicación del Evangelio a través de cuentos y edificantes historias que la hicieron inolvidable para todos nosotros. Violeta también hacía poesías, poniendo en rima sus pensamientos y creencias más profundas sobre el amor de Dios que todavía hoy se leen. Pero Violeta también cruzó las fronteras. La División Femenina de la Junta de Misiones de USA le programó una gira de predicación por todo el país. Era muy buena predicadora, predicadora de alma. La Fundación Metodista para la Evangelización la condecoró como evangelista destacada en los 40 años de la Fundación. Violeta falleció el 25 de agosto de 1987, cumpliendo su “promesa” de morir en un día feriado… Fue una mujer llena de humor.

Rodolfo Mí[email protected]

Metodismo con “M” de Mujer

Iniciamos una serie de semblanzas de mujeres metodistas que dejaron

su impronta en el metodismo uruguayo.

Page 24: Revista Metodista Nº 209

Pascua

PASCUA esdar “EL PASO” …no a un costadoo para atrás HACIA ADELANTE del egoísmo a LA SOLIDARIDADdel individualismo a LA COMUNIDADdel consumo a LA CREATIVIDAD de la injusticia a LA JUSTICIAdel maltrato a LA DIGNIDADde la guerra a LA PAZdel desaliento a LA ESPERANZAdel miedo a LA LIBERTAD Paso a paso daremos EL PASO juntos tras las huellas del JESÚS RESUCITADO Juan Damián