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POLIPOS DEL CUELLO UTERINO. ENSAYO DE CLASIFICACION HISTOLOGICA J. ESTEBA-CABALLERÍA, J. A. USAi\'DIZAGA, J. M. .. MATEU-AHAGOI\ÉS CoNCEPTO. - Los llamados pólipos mucosos del cérvix se describen clásicamente como formaciones tumorales de tamaño variable aunque generalmente pequeñas, lisas, muy vascularizadas, de color rojo, de or· dinari0 pediculadas y en ocasiones sesiles, que originadas generalmente en la parte baja del conducto cervical se proyectan hacia fuera del ori· flcio externo, desplazándose libremente como pequeños tumores pedicu· lado s. Histológicamente son formaciones glandulares que se consideraD constituidas por un epitelio de cubierta cuyo tipo varía según el lugar donde nace el pólipo, siendo de ordinario igual al que rec1.1bre normal· mente el eodocérvix; pero el proceso se origina en el epitelio escamoso del ectocérvix, está recubierto por éste. El estroma está for· mado por tejido fibroconjuntivo laxo, a veces edematoso, en el seno del cual se observa muchas veces una reacción inflamatoria de diverso gra· do, entre la que se aprecia a veces unas células uespumosasu (2/400, según HAruUs) de etiología desconocida; los vasos suelen estar dilatados y fuertemente inyectados de sangre, por lo que generalmente hay he· morragias intersticiales. De ordinario suel en originarse en el endocérvix, aunque pueden sobresalir mucho del orificio externo del cuello; a veces se implantan en la portio vaginalis, generalmente junto al orificio externo. En estos casos suelen ser consistentes, duros, de color rosa-grisáceo. Los pólipos representan la transición entre !us simple proceos hiperpl:ísicos Y los tumores; al principio no son más que la exteriorización de una hiper· plasia mucosa localizada y generalmente se acomodan a la forma hueca del canal cervical, mostrando fom1a de alubia o de salsichón. Su interés radica en la posible confusión con los carcinomas: clini· camente por las hemorragias intcrmenstruales o intermitentes, esponlá· neas o por contacto, debidas a la ulceración y vascularización del pólipo, e histológicamente porque es corriente encontrar procesos de metapl asia escamosa o epidermjzación que pueden ll evar a la confusión con el ade· neocarcinoma y con el epidermoide die cérvix. Sin embargo, muchos pólipos sólo se descubren al examinar el cuello con el espéculo y algunos sólo por colposcopia. No obstante, pese al interés tanto clínico como histológico de estas

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POLIPOS DEL CUELLO UTERINO. ENSAYO DE CLASIFICACION HISTOLOGICA

J. ESTEBA-CABALLERÍA, J. A. USAi\'DIZAGA, J. M ... MATEU-AHAGOI\ÉS

CoNCEPTO. - Los llamados pólipos mucosos del cérvix se describen clásicamente como formaciones tumorales de tamaño variable aunque generalmente pequeñas, lisas, muy vascularizadas, de color rojo, de or· dinari0 pediculadas y en ocasiones sesiles, que originadas generalmente en la parte baja del conducto cervical se proyectan hacia fuera del ori· flcio externo, desplazándose libremente como pequeños tumores pedicu· lados. Histológicamente son formaciones glandulares que se consideraD constituidas por un epitelio de cubierta cuyo tipo varía según el lugar donde nace el pólipo, siendo de ordinario igual al que rec1.1bre normal· mente el eodocérvix; pero cu~ndo el proceso se origina en el epitelio escamoso del ectocérvix, está recubierto por éste. El estroma está for· mado por tejido fibroconjuntivo laxo, a veces edematoso, en el seno del cual se observa muchas veces una reacción inflamatoria de diverso gra· do, entre la que se aprecia a veces unas células uespumosasu (2/400, según HAruUs) de etiología desconocida; los vasos suelen estar dilatados y fuertemente inyectados de sangre, por lo que generalmente hay he· morragias intersticiales.

De ordinario suelen originarse en el endocérvix, aunque pueden sobresalir mucho del orificio externo del cuello; a veces se implantan en la portio vaginalis, generalmente junto al orificio externo. En estos casos suelen ser consistentes, duros, de color rosa-grisáceo. Los pólipos representan la transición entre !us simple proceos hiperpl:ísicos Y los tumores; al principio no son más que la exteriorización de una hiper· plasia mucosa localizada y generalmente se acomodan a la forma hueca del canal cervical, mostrando fom1a de alubia o de salsichón.

Su interés radica en la posible confusión con los carcinomas: clini· camente por las hemorragias intcrmenstruales o intermitentes, esponlá· neas o por contacto, debidas a la ulceración y vascularización del pólipo, e histológicamente porque es corriente encontrar procesos de metaplasia escamosa o epidermjzación que pueden llevar a la confusión con el ade· neocarcinoma y con el c~arcinoma epidermoide die cérvix. Sin embargo, muchos pólipos sólo se descubren al examinar el cuello con el espéculo y algunos sólo por colposcopia.

No obstante, pese al interés tanto clínico como histológico de estas

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ESTEBA-CABALLERÍA Y COLS. PÓLIPOS DEL CUELLO UTERII'\0 62 t

formaciones, son pocos los trabajos que se publican sobre este tema y no se encuentran en la literatura descripciones detalladas de cada una de los tipos que pueden adoptar; el mismo H UBER pone de mani­fiesto que son muy pocos los trabajos que dan a conocer estas fonua­ciones polipoides del cuello. Es más, ni siquiera parece haberse inten­tado una clasificación histológica de las diversas imágenes que presentan.

MATERIAL.- Este es el motivo que nos ha inducido a revisar el ma­terial de la cátedra, con el propósito de hacer un estudio histológico y establecer una clasificación de los diversos tipos que pueden presen­tar. El presente estudio se basa en 237 preparaciones de póüpos encon­tradas entre el material del Departamento de Anatomía Patológica de la Cátedra de Obstetricia y Ginecología; no conocemos, por tanto, su fre­cuencia clínica -que BoRY, DE BRUX y Cunr estiman en un 3% ele los casos ginecológicos- y sólo podemos decir que entre las preparaciones archivadas se ha encontrado un 8,91% de pólipos cervicales.

Ar1tes pe seguir adelante hemos cl0 ¡,eñalar que tanto este porcen· taje como los que daremos a continuación, no sean tal vez absoluta­mente exactos, pues seguramente h:tbdn sido desechados cierto nt'unero de preparaciones si no presentaban ninguna característica especial.

Hemos clasificado el material del siguiente modo :

Tipo N.o %

glandulares 182 75,77 fibroglandulares 32 13,5 fibrom iomatosos lO 4,26 angiomatosos 4 1,69 tuberculosos ..,

() 1,26 deciduales 3 1,'26 carcinomatosos n

() 1,26

Modificaciones

epidermización 20,-inflamación 34,1 u1ceración 8,95 necrosis 2,95 al t. vasculares 7,21

Si bien colposcópicamente la imagen es tipic:t, con pocas variaciones según el tipo de pólipo, no puede traducir por sí sola la constitución histológica.

Nuestra experiencia, desde la inlroducción de la exploración col·

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622 ANALES. SECCIÓ:-; CIRUCÍA

poscop1ca en el servicio, nos ha permjtido, de acuerdo con B.nET y Cou­PEZ, describir los siguientes aspectos:

a) pólipos mucosos: pequeño t-prnor pediculado, de superficie lisa y roja, formado generalmente por papilas arracimadas, aunque la fre­cuente metap]asia puede alterar algo esta imagen;

b) pólipos adenomatosos: predominan los elementos glandulares de aspecto arracimado, con una mucosa muy roja y una imagen de ectopia muy marcada;

e) pólipos .fibrosos: grandes y duros, son de color violáceo, pero la infección produce frecuentemente zonas necróticas que modifican su as-

pecto; d) pólipos deciduales: aspecto congestivo y hemordgico, adqui-

riendo en casc3 muy marcados un color gris-amarillento; e) pólipos degenerados: lumoraciones de superficie irregular, color

rojizo, co::1 vascularizaci6n anómala y zonas hemorrágicas, presentando a veces aspecto edematoso.

EsTUDIO HISTm: .. ÓCICO.- Un detallado estudio l1istol6gico es el c¡uc nos ha permitido establecer la clasificación ele estas tnmoracioncs. Y si bien el tipo glandular -que es el único corrientemente descrito- es con mucho el mús frecuente, no i.10r ello dejan de tener interés los de­más tipos; conjuntamente COJJ los fibroglanduJares, son los únicos cic~­critos en publicaciones tan recientes como la de vVDITEil.

~ ~ • •• • ¡

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ESTEBA-CABALLERlA Y COLS. PÓLIPOS DEL CUELLO UTEIUNO 623

a) Pólipos glandulares. -Responden a la descripción clásica de los pólipos mucosos del cuello, mosh·ando gran semejanza con las glándulas cervicales de las que se originan; constituyen el 75,77% de nuestro material (para WIN"TER representa:J. el 79,29 %).

Les diferencia de las glándulas cervicales, la displasia )' la falta de disposición según una ordenación planificada; en general, las glándulas de los pólipos están mucho más ramiflcada!"., son de luces más estrechas, más estiradas y de forma más irregular que las del cérvix, y a veces forman verdaderas dilataciones quisticas. Algunas veces hay una proli­feración y ramificación glandulares extraordinarias, dando lugar a imá­genes seudoadenomatosas, pudiendo originar unas imágenes laberfnticas que hacen pensar en un adenocarcioma. El epitelio es siempre ciündrico alto, mucíparo, y el estroma ricamente celular.

Frc. :z. -Pólipo adenomnloso.

b) Pólipos fibrogfandufares. - Formaciones menos ricas en gl~d~­las, presentan en cambio un estroma denso con abundante tejido con­juntivo fasciculado, Dbrílar, pobre en núcleos y 9011 muy rica vasculai~­zaoión; constillJyen ol 13,5% de nuestro. material '(para WINTEll, corijtm­·tamente eón. los fibrosos, . representan er 20,71% dé s\i.s .casos)'. ,· .. . _.:,

e) Pólipos fibrosos o fibrómiomatosos. _:_Formados .. casi exc1u51vá­mente por estroma fibroso, fasciculado, muy pobre en llÚcleos cuando son puramente fibrosos, es frecuepte encpnlrar también: fi!:>J:as ,m,Í.tS;CJ.ilar.es . . ·: ·. . . ~ .. . . ·- #.

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624 ANALES. SECCIÓN CffiUGÍA

lisas, y suelen ser ricos en vasos; poco frecuentes, constituyen sólo el

4,26 % de nuestro material. d) Pólipos angiomcrtosos. -Se caracterizan por la aparición de tele­

angiectasias y de neofonnaciones vasculares, observándose angioblastos

verdaderos entre un esh·oma nbroso con pequeñas cavidades; aunque

sólo los hemos observado en un 1,69 % de los casos, por su extraordi·

nario interés merecen un capítulo especial. e) Pólipos tuberculosos.- También muy poco frecuentes en nuestro

material - 1,26 % únicamente-, no wclen ser mencionados por los auto·

res, salvo NOGALes y MANGLANO, que presentan ll casos entre 520 pÓ·

FrG. 3.- Pólipo íibroglaudular.

lipos; h istológicamente aparecen en medio de un tejido Bbroglandular

las típicas imágenes de los foUculos tuberculosos, con alteraciones en la

morfología de las glándulas y del epitelio que las tapiza.

E l mecanismo de infección tuberculosa de los pólipos cervicales lo creen

debido Noc.~LES y MANGLANO al contacto de las secreciones sépticas que

drenan desde arriba. Es bien conocido que los pólipos ofrecen corrientemente

soluciones de continuidad y por ello piensan que al estar bañados por las s~­

crecioncs sépticas, se jnfectan . Cualqwer otro mecanismo ofrece, en el sentir

de estos autores, posibilidades remotas, pero no se puede desechar la infec­

ción por contil)uidad a partir de la zona de inserción del pedículo.

f) Pólipos deciduales.- Son, asimismo, muy poco frecuentes on nues­

l:ro material -1,26 %-, pero seguramente se encontrarían en mayor pro·

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ESTEBA- CABALLEHÍA Y COLS. PÓLIPOS DJ::L Cl"ELLO liT.El\1.'10 625

·porcwn si se sometieran todas las embarazadas a examen instrumental y colcoscópico, y sobre todo si se estudiaran histológicamente todos los pólipos que, con mayor o menor frecuencia, se encuentran en las em­barazadas.

LEWIN decía en 1955 que sólo se habían publicado l 7 casos, a los que añadía 8 propios encontrados entre 19 pólipos cervicales de em­barazadas. Sin embargo, FRANK describió ya en 1914 esta reacción de­cidual en varios de sus casos ; HowoRKA encontró 9 entre 43 pólipos en gestantes, y HUBER los observa en el 1 % de sus 1125 casos. N oGALES y MANCLANO hallan 6 entre 18 casos de pólipos en gestantes, pero hacen constar que la apmición de esta reacción decidual en los pólipos no está en relación con la época del embarazo.

l'IG. -+· - Pólipo fibroso.

Estos pólipos se caracterizan microscópicamente por la presencia de las típicas células cleciduales, grandes y claras, ccm protoplasma abun­danle y núcleos vesiculosos, y glándulas generalmente muy dilatadas.

~ogún LEWIN, la causa parece estar ligada a procesos inflamatorios con~ com1tantes, en tejidos con facultades reactivas especiales. Sin embargo, F'RM'KL ?Pinaba que es dlficil de precisar hasta quó punto concurre aquí el estímulo mfiamQtorio; el mismo autor añade que hay que recordar que las glándulas del pólipo proceden del revestimiento mucoso del conducto de l\lüller, y en determinadas ocasiones pueden sufrir durante el embarazo una transfonnación

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626 ANALES. SECCIÓN CmUCÍA

decidual despertando en el estroma las mismas propiedades reaccionales que éxperirnenta el del endometrio, tal y como ocurre a veces en el cérvix.

g) Pólipos ca·rcinomatosos. - Los hemos encontntdo con una fre­

cuencia también baja, d el,26 %, pero superior a la señalada por WJNTER

de 0,26 %. En cambio HuBER encuentra nada menos que un 12,9 %;

NoGALES y MANGI.A.'>O presentan en su casuística un 3% de pólipos car­

cinomatosos, con un total de 16 casos, pero en realidad sólo 7 de ellos

son auténtcios pólipos carcinomatosos. Tal como dice WINTER, creemos que en general se diagnostican de-

Fw. 5·- Pólipo tuberculoso

masiado frecuentemente un carcinoma en los pólipos. Existe una doble c&usa de error. En primer lugar, que se dictgnostiquen como pólipos car·

cínómlifosos cuadros benignos; en realidad la diferenciación entre póli· ·pos- degeneraelos y póHpos simplemente hiperplásicos es muy difícil de establecer. Además no es raro, como señalan los autores alemanes, que

se tomen por carcinomas simples epidermizaciones benignas. _ ..... P,Qr . . ?h·.a. . p;1rte, .. no . . todos Jos cuadros . .malignos qno ap.arece.n en los jj,ó).iQqs · .:,dy~·--· qpnsid~r¡¡.rse c~m1o.',pólipos carcmomatosos, pues pued~ s'uceder que exist& una cancerificación de un pólipo secundaria a un carcinoma de cuello, o que existen carcinomas de cuello de crecimiento

.P.O)iJl~~Q . . Gonsiderarno:;. criterios nec~sarios par.a designar \111 pólipo entJ:e

. . . -. -. . . . . ~ . . . . . ·. .

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ESTEBA-CAB.-\LLE!ÚA Y COLS. PÓl..rPOS DEL CUELLO UTERINO 627

los carcinomatosos, el que el pedículo de implantación no esté infiltrado y que las zonas limítrofes del cuello estén normales.

Histológicamente, se trata por lo general de carcinomas de epitelio plano con aspecto de carcinoma superficial; la degeneración maligna de las gMndulas p<u-ece presentarse m\1cho más raramente.

h) Pólipos angiomatosos. - Dedicamos a estos pólipos un capítulo especial, primero por su rareza histológica y también porque incluso clínicamente pueden diferir bastante ele los demás pólipos cervicales.

Consideramos como pólipos ele tipo angiomatoso aquellas formaciones tumorales del cuello uterino de tipo poliposo en las que el tejido vascu­lar se encuentra de forma predominante constituyendo el elemento esen-

F1G. 6. - Póli¡>o clecidual:

cial,. y descartamos todos . aquellos pólipos en los que la neoformación vascular existente puede considerarse. como un proceso anatómi~o se· cundari.o.

Lao ueofonnaciones angiomatosas, poliposas o no, son m•\s frecuentes en t'[ cuerpo que en el cuello del útero y ele lns · mismas· se han hecho diversas rlescripe,;iotte~ y clasificaciones (McCALL.UM, J;'IJLlTORD, HoncAN), la m¡\s com­

·.P,~~\fl.de !n~. cualrs.es.la de. H., Ml~Xl>.LI ~n .. cL ~<Uand)J:v.chn. ~le I-h:;~J$-J,I,J.UARSCH, llO SiÍ.'l\(]o c$t()~'éf)1l0luet~fo:·~hf:[ranl;ci· iliirl •í."' .. .... . . . ' .... -

EnlrQ los pólipos angiomatosos del cuello uterino podemos dist.inguú dos fonnas principales, desdé el punto de vista a_n.atomopatológico:

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628 ANALES. SECCIÓN CD\UGÍA

a) Pólipos angiom.atosos verdaderos. - Existe un gran predominio

celular, con una indiscutible neoforrnación de pequeños vasos. Es carac·

terística la presencia de gran cantidad de angioblastos, lo que puede

dar lugar a imágenes de apariencia sarcomatosa, pero permitiendo la

ausencia de atipias y de mitosis rechazar toda posible degeneración ma­

ligna; debe, sin embargo, advertirse que, en ocasiones, el diagnóstico

diferencial histológico con un auténtico sarcoma puede resultar suma·

mente difícil. En otras zonas se aprecia la existencia de una gran neo­

formación de pequeños capilares, algunos de ellos ya bien canalizados,

pero otros todavía sin lnz. El eslroma es denso, con abundantes zonas

hemorrágicas; otras veces existe gran cantidad de tejido conjuntivo fibro-

Fic:. 1· - Pólipo angioonatoso (detalle).

so, híalinizado en parte, y entonces el tejido angiomatoso propiamente

dicho se distribuye formando conglomerados más o menos separados

entre sí, aunque siempre en comunicación por regueros de vasos neo·

formados. En estos casos de abundante conjuntivo fibroso, podríamos

hablar de la existencia de fibroa11giomas.

Clínicamente tienen importancia por la posibilidad de conducir a un error

diagnóstico, pues su aspecto puede simulnr una neoplasia maligna; otras veces,

dan lugar a copiosas hemorragias. Por $U interés presentamos el resumen clínico de dos casos en que se eu­

COJltrÓ este tipo de pólipos:

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ILSTEBA·CABALLElÚA Y COLS. PÓLIPOS DEL CUELLO UTEillNO 629

Caso 1: Yf. V. 58 años, 2 partos normales. Desde hace cuatro meses, pe­queñas hemorragias en Jas r. s. >'• desde hace un mes, pequeña pérdida irre­gular de flujo sanguinolento. A la e:-;ploración se aprecia la existencia de un cistorrectocele y en cuello uterino se observa una tumoración sesil, del tamaño de una nuez y de color rojo-vinoso, que asienta en labio anterior y sangra profusamente al contacto. La simple observación hace sospechar se trata de un angioma, por lo que se le hizo una nmputación de cuello y plastias vagi­nales. El examen histológico de la pieza reveló la existencia de un angioma capilm·.

Caso 2: L. C. 45 años, multípara. Hace un año, meoorragias y pequeñas pérdidas intermenstruales por las que fue sometida a un tratamiento hormo­••al. Ultimamente, hemorragia copiosa que origina un cuadro de anemia por el que es ingresada de urgencia en la Clínka. La ell:ploración con valvas re­vchL la existencia de \ID cuello ampiiamente dilatado por el que asoma uM

F1c;;. S.- Pol ipo fi lwoangiomalo<o (detalle).

formación de a$pecto flbromi\to~o. de tamaño algo menor que un huevo de gallina y ron un grueso pedículo cuya b~se de implantación <ra endocervical. La paciente fue histerectomizada y el examen histopatológico demostró que ~e trataba de un fibroangioma.

b) Pólipos telangiectásicos.- Están caracterizados porque e l com­ponente vascular, particularmente llamativo, está formado por gran can­~idad de vasos dilatados, telangiectásicos, que aparecen junto a peque­nos vasos neoformados. Llama la atención la escasez, o ausencia casi, de acúmulos de angioblastos. El estroma puede adoptar distintas for­mas, desde un estroma aparentemente igual al de un cuello normal hasta

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630 ANALES. SECCIÓN CffiUGÍA

el del tipo de un granuloma (granuloma telangiectásico de R. MEYER),

-pero siendo muy frecuente 1:1 existencia ele hemorragias intersticiales, de edema de las células propias y ele fenómenos de nccrobiosis.

Conviene señalar la facilidad de reproducción o recid iva de los pó· lipos angiomatosos simples con gran predominio celular (GIL V8HNET y EsTEDA). Esto lleva incluso a Cornw, INGLI!:Y y GA YL a dist inguir formas benignas y malignas; las primeras constituyen los verdaderos angiomas de tipo capilar, cavernoso o venoso, y las malignas constituyen los he­mangio-endoteliomas, cuya malignidad se fundamenta en: J .0, la apari­ción de gran número de células endoteliales atípicas; 2.0 la formación

FI<;. 9. - P61ino telangiectásico.

de vasos con delicada red de reliculina v su máxima tendencia a anas· tomosarse. STOCKER r SmvERT admiten· Ía posibilidad demaligoización por desarrollo atípico de las células endoteliales en el sitio de excisión del lumor.

MoDIFICACIONES msTOPA"!'OI~ÓGJCAS. ~Sea cmU sea el 1 ipo histoló­g ico que adopten, los pólipos plleden p resentar algunas características importantes:

a) Epidennización . - La metapla~ia escamosa constituye un pro· blema interesantísimo por ofrecer im:1gene~ que pueden prestarse a con· fusión con una invasión carcinomatosa. Su frecuencia es muy diversa-

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ESTEBA-CABALLElÚA Y COI.S. PÓLIPOS DEL CUELJ.O UTERINO 631

mente valorada: 24,46% para BARBIEm y cols., 42% para WPITER, 50 % para NoGALES y MANGLA NO; nosotros sólo hemos podido comprobarla en un 20% de nuestros caso~.

La epidermización es la substitución o transformación del epitelio cilíndrico por epitelio plano estratificado. Las lengüetas de epitelio pa­vimentoso se insinúan por encima de la 'membrana basal, levantando y destruyendo grandes zonas de epitelio cilíndrico; frecuentemente esta imagen se observa también en los fondos de saco glandulares, pucüendo rellenar por completo las luces de las glándulas, con desaparición del epitelio cilíndrico que, sin embargo, puede persistú· a veces en forma de pequeños islote:>. Muchas veces las imágenes, como ya se ha indicado anteriormente, podrían prestarse a confusión con un carcinoma, pero siempre es posible encontrar en la misma preparación fases iniciales y S na les del proceso; además el epitelio guarda w1a cierta ordenación y no presenta grandes atipias: la capa basal suele estar bien deümitada y existe una tendencia a la maduración normal de abajo hacía arriba.

Para establecer una diferenciación, DUBRAWSKY da gran valor a la infla­mación, que, faltando en los pólipos, es casi constante en lo~ carcinomas. NoGALES y MANCLANO no están de acuerdo, pues esta inllamación es muy fre­cuente precisamente en los casos benignos.

El origen de la epidermización continúa siendo objeto de discusión, como el de cualquier proceso de metaplasia en el endocérvíx.

R. ME;YER creía que estas epidermízaciones tenían lugru· por proliferación del epitelio plano estratificado del borde, que penetrando en cuña entre el t'pitelio cilíndrico y la membr~na propia, Jo desprendía y reemplazaba. También FRANKL deda que no se trata de una metaplasia, sino de una su~titución del epitelio cilíndrico por epitelio plano desde la vecindad. Insiste er. que islotes de epitelio cilíndrico retenidos entre el epitelio plano neofor­mado sean suficientes para aceptar una autéQtica metaplasia; en las glándulas podría asegLU·arse que 110 se trah1 sino de 1esLos del epitelio cilíndrico que es empujado por debajo l)Or epitelio plano. NoGALES y MANGLANO creen que estas teorías no pueden admitirse, pues los pólipos se epiclcrmizan a pesar r:Te que su ped·íoulo se manticüe revestido de epitelio cilíndrico original, pues el pedículo es el último que se epidermiza. Para NovAK, las :íreas de metaplasia aparecen por proliferación de célu­las germinales uambivalentesn .

Señalemos por últin10 que, segt'm \V!i'ITER, el tiempo de existencia de un pólipo no tiene nada que ver con el grado de epidermizaci6n.

b) Inflamación. -La infllt1·ación inflan1atoria, con consecuente apa­rición de polinucleares, linfocitos, células redondas y plasm{tlicas, la he­mos encontrado en un 38,85%, proporción no muy elevada si tenemos en cuenta que los citados BAllBIERI y cols. }' WL'ITl>R la encuentran en un 50% y NOGALES en un 65 %.

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632 A \;ALI::S. SECCIÓN CIRUGÍA

Fnt.NKL yn decía que la inflamación era muy frecuente y que correspondía a procesos inHnmatorios del <.:érYi.x. E~'PCcialmcnte podría presentarse en los pólipos muy alargados que penden en vagina y sería favorecida por la fra­gilidad del epitelio ele cubierta.

Inflamación y edema conducen a la necrosis del extremo distal del pólipo por maceración del epitelio; ello conduciría a hemorragias. Estos procesos necróticos los hemos ob~ervado en un 3,15% de los casos.

e) Ulceración.- Es un proceso muy raro y que, juntamente con una vascula,;zación importante, puede ser respvnsable de la aparición de pequeñas h~morragias intermitentes. En nuestro material aparece en un 10,5 % de los casos. Se pierde el epitelio de cubierta y el fondo está formado por tejido de granulación.

Fte. a a.- Esclercsis v:.seular ''u un pólipo cervical

el) Alte1·aciones vasculares. -En algunos casos --8,41- hemos ob­sPrvado imágenes que, ~in pertenecer al cuadro de los pólipos augiorna­tosos o tclangiecl!ísico¡;, presentan ahtmdantes vasos capilares m;\s ?

menos dilatados Oh·ns veces he1nos observado imágenes de esclerosis vascular en que Jo~ capilares aparecen cou el aspecto de cordones sólidos.

Digamos para terminar que seria interesante el estudiar la con·ela­dór. entre los tipos histológicos descritos y el aspecto histológico, cosa que todavía no hemos podido hacer más que eu 1m número limitado de casos. Dejamos para más adelante este estudio, así camo también el de

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CUSÍ Y COJ..S. Dl.SUL FURO DE PfUIDOXlNA

la relación entre estmctura de los pólipos y sintomatologí::t cünica, no habiecdo querido ocuparnos aquí más que del aspecto puramente his­tológico de los pólipos del cuello uterino.

~~ DISCUSION

1 Dn. MÁI\QUEZ. -Con frecuencia existen ddicultades de clasificación en cierto tipo de pólipos y es dudoso incluirles en uno u otro grupo. Las lesio­nes tuberculosas son infrecuentes, pero también he podido encontrarlas en algún caso, aunque puede existir una ccrvicitis tuberculosa, y en el pólipo no encontrarse ninguna lesión. En cuanto a la existencia de una degenera­ción maligna del pólipo cervical, creemos q1.1e algunos autores exageran su f1·ecuencia, que no supera al 1 %. Hay que tener en cuenta que algunos tu­mores malignos adoptan una morfología polipoide y que pueden coexistir ambos tipos de lesiones. _

Respecto a las teorías de epidermización, creemos que se ha pasado de un extremo a otro, y que deben admitirse ambas posibilidade!i, es decir, la epidermización a partú· del epitelio escamoso, y por metaplasia indirecta.

Res¡westa. del conferenciante. -Estoy completamente do acuerdo con su intervencióu. A veces es difícil atreverse a incluir un pólipo en uno u otro grupo.

Debemos aceptar las dos teorías de epidermización.

EL DISULFURO DE PIRIDOXINA EN EL EMBARAZO. PRIMERAS OBSERVACIONES

M. CusÍ, J. REEOROOSA, C. CAMPS

El problema de los vómitos del embarazo aún no hn sido resuelto. Prueba de ello es la cantidad de medicamentos y métodos que se pre­conizan, sin' que con ninguno de ellos se haya Tesuelto de una forma deRnitiva e indiscutible la emesis gravídica. Nada más lejos de nuestra intención pretender haber dado con la soluci<Ín definitiva de este cuadro tan generalizado y desagradable, si más no, para las paciente-S que lo sufren. Nuestro propósito, mucho más modesto, no llega más que a expo­ner a ustedes unas observaciones, puramente clínicas, sobre los resul­tados que hemos obtenido en el tratamiento de la emesis grnvídica. mc­clir:mte un medicamento cuyas indicaciones, hasta ~1horn, se ceñían a nn campo de la medicina muy alejado de la obstetricia. Lamentamos no poder acompañar nuestra exposición con exámenes de laboratorio v elec­troencefalografías, como era nuestro dese? y es nuestro prop6sit~ efec­tuar en cuanto nos sea posible, pero circunstancias del Lodo ajenas a

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